Love & truth |Larry Stylinson|

¿Cuánto tiempo ha pasado que no te escribo una carta, Louis? ¿Siete, diez años quizá? Es demasiado tiempo, lo sé, pero es que tu solo recuerdo me parte el corazón.
Aún no te puedo olvidar, cariño. ¡Que lo sé, es ridículo! El gran mujeriego Harry Styles aún no puede olvidar a un chico que ya no está con él. Porque te fuiste siendo un chico, recuérdalo. A los veintidós años, ¿no? Sinceramente no quiero recordarlo, pero me es imposible quitar la maldita fotografía del mueble que está al lado de mi cama, en donde estamos tú y yo, abrazados y sonrientes. Felices en aquéllos tiempos.
Como dice aquélla canción que tanto te gustaba: no dejo de pensar en ti aunque el tiempo parezca parar. O algo así, no lo recuerdo con exactitud; supongo que todo es gracias a la caída terrible que viví después de tu partida, después de nuestra última discusión a la cual, cabe recordar, jamás llegué a pedir perdón. Porque sí, lo admito, yo fui el que cometió el estúpido error de no confiar en ti cuando tú lo hacías conmigo ciegamente, profesándome todo el amor que tenías.
Te aseguro que en estos momentos traigo plantada en mi rostro una estúpida sonrisa, de esas que tú decías amar porque las muecas que te dedicaba te daban gracia. Hace años que no sonreía así porque me acordaba de ti, y yo no quería eso.
Suena egoísta pero así es, esa es la verdad. Solamente necesitaba un espacio, así que con el tiempo me fui alejado de todos y de todo, sin nadie que pudiera ayudarme a salir de esta vacía soledad. Mis manos están temblando ahora, ¿sabes? Es extraño, ¡a mí nunca me pasaría eso!, pero tú… sólo contigo…
Hum… Maldita tinta, supongo que escogí un muy mal bolígrafo para escribir pero… mierda, era tu favorito.
Recuerdo a la perfección aquella noche en la que discutimos, nuestra última noche juntos. Y peleándonos. O, por lo menos, yo peleando contigo. ¿Cómo se llamaba tu amigo ese? Ah, Liam. Sí, recuerdo que me puse celoso porque cuando llegué al bar en donde tú estabas, él y tú se fundían en un abrazo que me crispó los nervios, más temeroso de lo que no te imaginas por el hecho de haberte perdido ya que jamás me caractericé por ser el componente de una pareja estrictamente romántico. He de admitirlo, más que enojo era miedo puro, en su estado natural.
Supongo que siempre recordarás cuando te saqué prácticamente a golpes de ahí. ¡A golpes, Tomlinson! Intentaste explicármelo todo pero yo no te creí nada, y eso te enfureció así que me regresaste el golpe. Mierda, siempre has tenido un buen puño derecho, maldito. Y así siguió la discusión hasta que yo terminé gritando cosas que jamás debí de gritar y largándome de ahí te dejé solo, llorando; estoy más que seguro de eso, tú estabas llorando.
Llegué a nuestro hogar y una culpabilidad enorme me había embargado en todo el cuerpo. Te juro que no dormí debido a las constantes palabras altisonantes que me reprendía contra mí mismo, sintiéndome como un imbécil por simplemente haberte golpeado y no dejarte explicarme nada.
Pero me imagino, sin embargo, que el destino lo quiso así.
Se le apeteció la deliciosa y trágica idea de darme una lección.
Y te llevó a ti, ¿verdad? ¿Por qué? ¿Por qué no le dijiste a uno de tus amigos—sin reproches ahora, cariño—que te llevara a casa ya que estabas tremendamente borracho? En tu automóvil, si querías, pero jamás debiste de conducir ebrio, así como estabas… y menos sin el cinturón de seguridad. De haber hecho eso, te hubiera pedido perdón tan pronto como llegaras a casa... pero no lo hiciste.
Te encontraron en una avenida rodeada de árboles, con la idea de que quizá estabas vivo o tuviste una muerte menos bochornosa, pero no fue así. ¿Es lindo morir con tu cuerpo enterrado en las ramas de árbol? ¿Salir volando por el vidrio delantero del automóvil y no sentir dolor alguno debido a la bebida? Puede sonar extraño y bizarro pero siempre desee que si la vida lo quiso así, no hayas sufrido en el trayecto.
De todas las personas, tú no. Tú menos que nadie.
¿Recuerdas—pregunta estúpida, Louis, ¿allá recuerdan?—aún que escribía canciones, no? ¿Adivina qué? No había escrito ninguna desde hace diez años, cuando te fuiste y caí en cuenta de que jamás te pedí perdón. Te lo pedí en tu velorio, te lo pedí cuando llegué a casa, los siguientes meses después pero, ¿de qué servía? Ya no estabas aquí. Pero para mí sí, a pesar de que me tacharían de loco aún sentía tu presencia en mi cama, a mi lado. Sonriéndome con una mirada fría. Además de eso… no sé, me desvanecí por completo.
No he escrito ninguna canción de amor en todos estos años. El tiempo ha pasado pero para mí, la herida aún no ha sanado. Más sin embargo ahora estoy feliz.
Me detectaron un tumor en el cerebro a tres meses de que murieras. ¡Vaya, ahora ya sé por qué me desmayaba constantemente cada que platicábamos! El tumor es una de las tantas razones por las que cambiaba repentinamente de humor, no comía, me sentía fatal, y tú me pedías que fuera al doctor, pero yo te ignoré todo ese tiempo… aun así, no me siento del todo mal.
A mí me queda poco tiempo, pero estoy extrañamente contento, sonriente. ¡Si me vieras ahora, Boo Bear!, reirías conmigo y me llamarías «Raro», como lo hacías cada que me detenía a tomar a un gato y llevarlo a casa, a pesar de que tenía toda una familia ahí. A mis treinta años aún no sigo haciendo, ¡ha!
De alguna u otra manera, sé que el tumor no influyó en mi humor cuando te encontré en el bar. Me maldigo por eso.
¿Sabes? Quiero pensar que fue el destino. De ser así, estoy agradecido. Dicen que cuando dos personas que se aman—no importa cuánto le separen—siempre terminarán juntas. Y yo aún te amo, cariño. Con todo mi corazón. ¡Hasta con mi riñón, te digo!
¡Sí, Louis Tomlinson!, ríe conmigo donde quiera que estés, porque llegaré hasta ti cueste lo que me cueste, aunque eso conlleve a perder mi propia vida. Es una tortura estar aquí sin ti, sin tus sonrisas, sin tus bromas, sin tu despeinado y castaño cabello.
Sin tu mirada que me despierte en las mañanas, sin tus tonterías, tus berrinches, tu todo. Sin tu esencia.
Pero ahora eso va a cambiar.
Porque desde que sé que voy a morir y que voy a estar a tu lado de nuevo, primeramente pidiéndote perdón, pude escribir una canción de amor, de esas de las que tanto te gustaban. Ojalá y cuando llegue a donde estés estires tu mano y me hales hacia ti, para abrazarnos como lo hacíamos cada mañana. Ojalá aún me ames como yo te amo a ti.
Mis manos tiemblan y mi cabello se ve agitado en estos momentos por el viento. ¿Me llamarías loco si te digo que te estoy escribiendo en el cementerio, con tu tumba como apoyo? Lo siento si eso te ofende, pero quiero escribir muchas veces un «Te amo» en ella. Y, por supuesto, pedirte perdón. ¿Cuántas veces lo he dicho o pensado? Perdí la cuenta después de los análisis.
Sólo espero morir pronto y estar entre tus brazos porque en verdad yo aún te amo…
… Con amor y verdad.

Eternamente tuyo.
Harry E. Styles.»

Cerró la carta con parsimonia mientras por sus mejillas caían varias lágrimas traicioneras, perdiéndose entre esa sonrisa triste pero a la vez ilusionada. Cuando una punzada atravesó su cabeza como un rayo furioso lo hace contra un indefenso y pequeño árbol, supo muchas cosas.
Se puso de pie no sin antes lanzarle un beso a la tumba con cariño, lanzando un agonizante gemido y sollozando en el trayecto. Comenzó a caminar a pasos lentos y se colocó su mano en la frente de manera inconsciente, mirando cómo varias personas iban hacia él, quizá porque sus parientes fueron enterrados cerca de su amado Louis.
Sus movimientos se detuvieron cuando el dolor fue aún más fuerte que antes, y su saco negro se vio arrugado por su mano en busca de calmar el dolor. Ya no supo qué pasó después, al menos no demasiado. Simplemente supo que cayó al suelo y escuchó un griterío, sintiendo cómo sus fuerzas se iban de él y su cabeza dolía a montones, volviéndose todo oscuro y tenebroso.
Luego de eso, el hombre al que tanto amó y aún ama le sonreía del otro lado del cementerio, extendiendo sus brazos hacia él.
Sonrió. Ya todo había acabado.


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AH. Soy una chillona de primera, no puede ser. Me la pasé chillando mientras le escribía y le corregía, HAHAHAHAHAHAHAHA... ando mal. Bueno, aquí está mi segunda disculpa por tardar en actualizar (?). Y no se preocupes, que aún falta la tercera, MUAHAHAHAHAHA. Ojalá y les guste, cariños~
Me gustó el final y amo a Larry hasta con mi riñón (?). Bueno ya, que tengo que terminar con Homophobia. ¡Borraron el Official Video de la canción y sólo la encontré en concierto! Y no me inspiré en la short-version así que... ya qué
Las amo :love: