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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 3 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Siiii lo hice baile de la victoriaaaaa *3* Aja oh si soy la leche*3* Capituloo
Jockie.
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Holu. No me conoces pero ¿que crees? tenía pensado subir este tema, peo vi que ya estaba sdfghjklsdfghj me ganaste lol.
Igual yo todavía no temino ese libro y lo terminaré acá leyendo tu adaptación 1313.
Nueva lectora btw Síguela <3
Igual yo todavía no temino ese libro y lo terminaré acá leyendo tu adaptación 1313.
Nueva lectora btw Síguela <3
lifeisashortrip
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
ALELUYAAAAAAAAAAA
Ya se tardaron muchoooo, gracias por tooodoooos sus cpomentarios, enseguida les subo el capitulo 3 (:
Ya sabes, pagina 4 capituo 4 (:
Esta vez onganse las pilas jajajaja
lifeisashortrip:
jajajaa te gane (: La verdad este libro si esta muy bueno, me alegra que termines de leerlo acá (:
Ya se tardaron muchoooo, gracias por tooodoooos sus cpomentarios, enseguida les subo el capitulo 3 (:
Ya sabes, pagina 4 capituo 4 (:
Esta vez onganse las pilas jajajaja
lifeisashortrip:
jajajaa te gane (: La verdad este libro si esta muy bueno, me alegra que termines de leerlo acá (:
Romi
CAPITULO 3!!
Capítulo 3
Ir a trabajar al día siguiente fue decididamente anti-climático. Para empezar, el
trabajo no era de lo más excitante, pero es que aquel día en especial no quería
contestar al teléfono ni oír los problemas técnicos de la gente. Quería regodearme en
la placentera experiencia de la noche anterior.
Me levanté con aquel dolorcillo familiar entre mis piernas, pero sin el hombre en
la cama que lo suele acompañar. Lo lamenté unos pocos minutos, antes de admitir
que Zayn tenía razón en lo de no ser el uno para el otro. Probablemente habría odiado
que se hubiera quedado.
Probablemente.
Con mi consabido conjunto de tejanos y camiseta, el pelo echado atrás en una
simple coleta, estacioné mi Honda en el aparcamiento del trabajo justo a tiempo. Las
cosas se veían diferentes, pero sabía que no lo eran. Lo diferente era mi perspectiva.
Un cambio de vista similar me había sucedido cuando dormí, por primera vez, con
Harry. Pero ahora había tenido sexo con uno de mis amigos. Eso iba contra las normas,
¿no? Lo que era peor, iba a tener que enfrentarme a los otros chicos. Estaría bien con
Niall y Liam. El cubículo de Niall estaba al otro lado de la oficina y Liam tenía su
propia madriguera en el piso de abajo. Era Louis quien me preocupaba. Louis, quien
tenía su cubículo junto al mío. Cuando nos fuimos por caminos separados, Zayn me
prometió no decir nada. Podía creerle, ¿verdad? Siempre había podido. No había
motivos para pensar diferente ahora.
—Ey —dije sin aliento cuando pasé junto a Louis, ya sacándome la mochila del
hombro.
Él giró su silla para seguirme con la mirada. Justo después de sentarme, se
levantó, apoyándose en la separación grisácea, de altura casi hasta el hombro.
—¿Dónde fuiste ayer? —su voz era casual, pero sus ojos oscuros y almendrados
estaban ligeramente entrecerrados—. No me devolviste la llamada.
Pues no. No vi su mensaje hasta bastante después de que se fuera Zayn y había
empezado a acercarme para contestar, pero no me había apetecido comentarlo con
Louis. Dándole al botón de encendido de mi ordenador y meneando el ratón para
despertarlo, alcé los ojos para mirar a Ken y sonreí abiertamente.
—Zayn me sacó de compras.
Mientras me cepillaba los dientes esta mañana, había decidido que hablar de lo de
las compras era lo suficientemente seguro. Omitiría lo que sucedió cuando
regresamos. Así que procedí a narrarle la visión de Zayn de lo que debería ser un día
de compras de chicas, contándole la parte de lo de novio-por-un-día pero pasando de
las referencias sexys.
Louis escuchó y se rió cuando fue apropiado hacerlo. Aunque no me gustaba el
modo en que sus ojos me evaluaban. Me conocía desde hacía demasiado. Sospechaba
algo. No, chalada, estás paranoica. Supéralo. Si no fuera por la parte de mí que quería
gritarlo todo. Llevaba años compartiéndolo todo con Louis. No hacerlo ahora me
parecía raro, Niall me salvó de un interrogatorio al aparecer para dar su saludo mañanero.
—He oído lo de la salida de compras. —Se repanchingó en mi mesa,
permitiéndome dejar de mirar a Louis—. ¿Te sientes mejor?
Me encogí de hombros.
—Un poco.
Poniéndome de pie, fui con él a la cocina para buscar un poco de café.
Louis se quedó atrás.
Cuando volví a mi mesa, Louis estaba con una llamada y yo tenía que empezar a
trabajar, así que agarré mis auriculares, la lista de llamadas, y me imbuí en el mortal
aburrimiento de mi trabajo diario.
* * *
Más tarde, apareció un mensaje instantáneo en mi pantalla durante una llamada
técnica realmente aburrida.
¿Comida? De "LiamMan"
¿Qué? Le contesté mientras esperaba que la mujer del otro lado del teléfono
intentara una clave secuencia diferente para el problema del que me hablaba.
No sé. ¿Comida para llevar?
¿Chino?
Mexicana.
Eso.
¿Veinte minutos?
Vale.
Pido ya.
Cerré la conversación y acabé mi llamada. Solucioné otra más antes de poner "salí
a comer" en el messenger. Me levanté y miré por encima del muro hacia Louis, pero
estaba con una llamada, así que no le molesté.
La oficina de Liam era enorme, aunque no lo parecía al principio porque estaba
llena hasta los topes con cuerpos de ordenadores y sus entrañas. Jirones de cables
como intestinos cubrían las cuatro mesas de ensamblaje, y chips de todas formas y
medidas animaban el paisaje. Al otro lado de la sala había otra puerta que conducía
al cuartucho de Liam. Las mesas que servían de escritorios ocupaban tres paredes
de la habitación, de menos de dos metros cuadrados, monopolizada por tres
monitores, la torre de su terminal de trabajo, un portátil y una combinación de
teclado y ratón. Este era el centro de control de Liam. Desde aquí podía manejar
cualquier ordenador de las cinco plantas de nuestra compañía, incluyendo la docena
en la sala de temperatura controlada del servidor, que estaba cerrada con llave y a la
que se accedía por la puerta de la otra pared de la oficina de Liam. La Dirección
estaría perdida sin él, y lo sabían. Desgraciadamente para ellos, él también lo sabía.
Eso le daba bastante libertad.
Sí, era así de bueno.
El olor de los tacos me llegó a la nariz en cuanto entré en sus dominios, y se hizo
más fuerte cuando me dirigí al centro de control. Él ya había colocado nuestra
comida en un escritorio casi libre de trastos. Como siempre, tenía la mirada pegada a
un monitor y manejaba un teclado de una sola mano.
Nada terriblemente importante, pensé cuando me senté. Estaba navegando por
internet.
—¿Más porno, Liam? —le pregunté, para nada sorprendida de ver unas
morenazas tetonas llevándose la lengua hasta los pezones.
No sólo era el administrador de sistemas, también era el jefe de seguridad, lo que
le daba el privilegio de navegar por sitios porno en el trabajo. De hecho tenía que
visitarlos para ver si la seguridad estaba funcionando, ¿verdad?
—Sólo echando un ojo —dijo, sin pizca de vergüenza. Se sentó en su silla
ergonómica, con los pies en alto, los tobillos cruzados sobre otra silla junto a él. Un
monitor mostraba las mujeres; otro, un lío de código que ni yo (que tenía algo de
entrenamiento en programación) podía descifrar. Se rascó la coronilla, haciendo que
su tieso cabello castaño se viera todavía más desaliñado—. Aquí Mandy, está
húmeda por mí.
—Claro, claro —concordé, abriendo el paquete de salsa—. Estaría chorreando por
tus treinta y nueve con noventa y cinco al mes.
—Por favor, ya he craqueado esta web.
—No me sorprende. —Fruncí el ceño. Sólo había tacos suficientes para dos—.
¿Niall y Louis no vienen?
—Nop. —Se metió en la boca de golpe lo que le quedaba de su primer taco
mientras miraba a dos lesbianas haciéndolo. Gracias a dios, el volumen estaba
apagado—. Louis dijo que tenía que ir a recoger no sé qué y Niall fue con él.
—Ah.
Ninguno me había dicho nada. Yo debía estar con una llamada. Maldición, no
estaba lista para estar a solas con él. Él era, después de todo, el que había sugerido
que me acostara con uno de ellos. Y yo ahora lo había hecho, pero no con él.
Girándose para ponerse de frente, Liam sonrió de oreja a oreja. De hecho era
bastante mono, pero tenías que mirarlo. Era el típico fanático de ordenadores, que no
tenía ni idea de cómo vestirse y cuyo rostro estaba oculto debajo de unas gruesas
gafas. Pero tenía unos preciosos ojos marrones y su cabello sería de un bonito castaño si
alguna vez le prestara un poco de atención. No es que estuviera moreno, pero tenía
tono muscular. Además de practicar sóftbol, Liam nadaba cada mañana. Así que no
tenía ni un gramo de grasa a pesar de su deplorable dieta.
—¿Quieres que me meta en una de esas webs porno para mujeres? —me preguntó,
agarrando su segunda porción—. Ya sabes, para sacarte de la cabeza el tipo ese como
sea que se llame.
Al principio pensé que se refería a Zayn, lo que me dejó congelada. Entonces me
acordé de Harry y agaché rápidamente la cabeza, respirando de nuevo. Estaba a punto
de abrir la boca para decir que no, pero me lo pensé mejor. Sigue el juego. Él no sabe
nada. Está siendo sólo el mismo Liam de siempre.
—¿Existen esas cosas?
Con la boca llena, levantó una ceja; luego me sonrió de nuevo mientras se giraba
hacia el teclado. En cinco minutos tenía puesta una web que anunciaba "porno para
mujeres". Los hombres estaban un poco demasiado musculosos para mi gusto, pero
las medidas de sus mini bañadores eran interesantes.
Una vez Liam nos metió en la cosa, me quedé alucinando. ¡Ni idea de que las
pollas se ponían tan enormes! Vale, sólo había conocido íntimamente a dos, pero
pensaba que ya había visto fotos.
—Esto es nada —se burló Liam, recogiendo los papeles de nuestros tacos y
metiéndolos en la bolsa.
No podía apartar los ojos de un precioso tiarrón asiático de largo pelo negro y
profundos ojos oscuros.
—¿No? —éste estaba muy bien dotado. ¡Ñam!
—Deberías ver algo de hentai.
—¿Qué es hentai? —cliqueé la siguiente foto, un rubio cuyas tetas eran casi más
grandes que las mías.
—Porno japonés. Casi todo es animación. Normalmente hay tentáculos.
—¿Qué?
Riéndose, Liam se levantó, llevándose la bolsa de plástico a la basura de la
esquina.
—Ven a casa esta noche. Te buscaré una web de la que me habló una amiga. Me
envió algunas fotos. Me quedé anonadado.
* * *
Así que fui a casa de Liam aquella noche. Demandadme, tenía curiosidad.
Me sentía un poco tonta, yendo a su casa para ver unas fotos de porno de
animación. Pero sus subsecuentes descripciones y una búsqueda de imágenes en la
red, me intrigaron. Liam no parecía pensar que fuera nada raro, más bien lo daba
por hecho. Intenté librarme al final de la comida —nada segura de querer estar a
solas con él viendo porno— pero no me dejó. Una vez Liam se agarraba a algo, no
había forma de que lo soltara, y quería que yo viera porno con tentáculos.
Vale, eso debería haberme preocupado un poquito. Tal vez no lo había meditado
lo suficiente.
A pesar de todo, fui para allá de lo más feliz.
La casa de Liam era muy parecida a su oficina de trabajo, se sentía extrañamente
vacía a pesar del hecho de que estaba hasta los topes de cosas. Bien pagado, podía
permitirse más que el resto de nosotros, excepto Zayn, pero no necesitaba muchas
cosas. Tenía un perro y un gato, un dormitorio, una sala de estar, una piscina y dos
—sí, dos— habitaciones de ordenadores. Una era una habitación climatizada para el
servidor. ¿Había mencionado que todas nuestras webs personales y e-mails nos los
proveía Liam? El hombre poseía su propio negocio de hosting.
Scraps, el perro, me dio la bienvenida con su ardor habitual mientras traspasaba
la puerta principal (abierta, sin llave, como siempre). Llamé a voces a Liam, pero
sabía dónde estaba. Scraps, un mestizo de terrier gris y blanco, daba vueltas
alrededor de mis piernas, mientras pasaba junto a una enorme papelera en la entrada
de la cocina de la que sobresalían contenedores de comida basura y bolsas.
—Ya está, Scraps —murmuré, intentando tranquilizar los ladridos del perro
agachándome y cogiéndolo, pero no lo convencí.
Siguió ladrando felizmente, a continuación rascó las baldosas del pasillo y corrió a
la oficina, donde Ginger, la atigrada gata naranja, hacía compañía a Liam. Se
sentaba encima del lío de uno de los escritorios de Liam, arrebujada entre un juego
de figuritas de dibujos animados y la bola "Magic 8". Ginger levantó un ojo perezoso
para ver quién era yo, antes de cerrarlo de nuevo y volver a su siesta.
Liam se apartó del teclado, girando su silla ergonómica ridículamente cara.
Llevaba puesta una camiseta roja de unos dibujos animados y unos gastados shorts
verdes con bolsillos que habían visto días mejores. Como llevaba el pelo pegado y
hacia atrás y olía ligeramente a cloro, era fácil ver que no hacía mucho que había
estado nadando.
—¿Hambrienta? —Un juego de fantasía que no conocía apareció en su monitor
cuando se levantó.
—No, gracias —dije dejándome caer en el sofá.
—He pedido pizza.
Ignorando mi negativa, salió de la habitación.
Riéndome, le rasqué la cabeza al perrito, que se había subido a mi regazo. Liam
era un buen amigo, pero prácticamente no escuchaba nada de lo que decías a menos
que se lo escribieras por ordenador.
Volvió con dos latas frías de coca-cola y me tendió una.
—He encontrado aquella web —empezó, apoyándose en el filo de su silla—, pero
antes tengo otra cosa que te quiero enseñar.
La "otra cosa" fue un juego beta que estaba poniendo a prueba (sí, otro de sus
intereses). El juego nos tuvo ocupados las siguientes tres horas, con solamente un
descanso para recoger la pizza del repartidor. Jugamos contra nosotros en su red —
yo en una máquina y él en su portátil— y luego contra otros on-line. Fue bastante
terapéutico. La acción y los gráficos alucinantes me dieron una bendita distracción.
Al final tenía los dedos fritos. Siempre muy cuidadoso con la comida cerca de sus
ordenadores, Liam llevó la caja de la pizza y las latas vacías a la cocina.
Necesitando estirarme, me levanté y fui a la puerta corredera de cristal, mirando el
atardecer de verano juguetear con preciosos azules y púrpuras sobre las livianas
ondas que la brisa hacía sobre la superficie de la piscina.
Liam le dio a un interruptor cuando volvió a entrar en la habitación, y las luces
llegaron hasta la piscina. Formas en blanco y color agua revoloteaban sobre los
árboles que rodeaban el muro de ladrillos de su patio trasero.
Le oí sentarse.
—Así que… ¿estás lista?
Me giré y le miré sin expresión por encima de mi hombro. En verdad mi mente
todavía estaba en el juego, meditando el problema de una clave para una entrada
secreta.
Me devolvió la mirada mientras encendía la luz del escritorio. Sonriendo, se sentó
otra vez, ajustándose las gafas. Brillaban con la luz de la lámpara, dándole de nuevo
ese aspecto de dibujo animado.
—El hentai.
—Ah, sí —me reí—. Me había olvidado.
Él se giró de golpe, sus dedos volaron y se abrió un navegador. Yo agarré la
segunda silla del escritorio y me puse a su lado, colocándome bien, justamente
cuando él superó el registro de seguridad.
—Uau. —No tenía otra palabra para las cosas que me aparecieron delante y seguía
sin palabras cuando Liam me enseñó algunas de las instantáneas—. ¡Tienes que
estar bromeando! —exclamé al ver la última—. ¡Eso son tentáculos de verdad!
Calmadamente, Liam clickeó para abrir la animación.
—Salvaje, ¿eh?
—¡Y tanto! —Me eché hacia atrás, tragando.
Riéndose, abrió otra ventana del navegador y rápidamente accedió a otra web.
Esta era más tradicional, con gente real en vez de animaciones, pero los hombres
eran... bueno, diría bien dotados, pero no parecía describirlo con precisión.
—¿Mejor esto?
—¡Mierda! —Crucé mis piernas—. Eso debe de doler que te cagas.
—Probablemente no. —Mi mirada fue claramente escéptica, porque le hice reír—.
Lo más loco de todo es que la mayoría de estos tíos son gays.
Me encogí de hombros, negándome a pensar en el dolor que ésas debían causar en
el ano. Miramos un poco y finalmente encontramos la foto de una mujer que se había
empalado en uno de ellos. Parecía bastante poco cómoda.
—¡Ni hablar! —chillé.
—Ah, eso no es nada. El fisting es peor.
—¿Fisting?
Él me miró parpadeando.
—¿No sabes lo que es?
—Estoy descubriendo que era una ignorante feliz —tragué—. No me digas que es
lo que parece.
—Pues sí.
—¡No!
—Sip. Mujeres y hombres.
—¿Hombres? —Sonriendo, me restregué la barriga—. Por favor, acabo de comer.
Él se rió en voz alta.
—Entonces no te debería enseñar la web que muestra a un chico calvo junto a otro
al que le está pegando la cabeza junto a su...
—¡Liam!
El malvado se calló, pero ya tenía la imagen mental. Me giré para ver otra vez la
piscina, crucé las piernas e intenté con fuerza no imaginarme nada.
—Vale, ____ —meneó mi silla—. Ya puedes volver a mirar.
—No me fío de ti.
—En serio, venga.
Eché un vistazo por encima del hombro. Qué alivio ver unas tetonas dando
vueltas sobre pollas de tamaños maravillosamente normales.
Me giré y me acerqué, determinada a borrar las otras imágenes de mi cabeza.
—Esta es agradable —ronroneé, juzgando a uno de los hombres que actuaban
para mí.
Ligeramente asiático... no, tal vez samoano, con esa piel suave y de caramelo por
todo el cuerpo. Su culo se veía alucinante mientras daba empellones dentro de una
rubia escuálida con tetas falsas que casi ni se meneaban.
Liam clickeó en otro vídeo.
—¿Y él?
El hombre era mucho más pálido, con cabello corto y liso del color del café con un
montón de crema. Era delgado, del tipo lustroso, con ojos azul cristal que casi parecía
que brillaban.
—También está muy bien.
El corazón me latía más rápido. Estábamos, después de todo, viendo a otra gente
tener sexo. Me revolví inquieta en mi silla intentando ignorar la humedad de mis
pantalones.
—¿Y él?
—Demasiado velludo.
—¿Y él?
—Demasiado musculado.
—No te van mucho los tipos híper-musculosos y fibrados, ¿eh? —aunque siguió
clickeando, y vi que eran hombres, u hombres con mujeres.
Ahora, claramente irritada, me di cuenta de que esto probablemente no era la
mejor de las ideas. De verdad que me estaba excitando. Uno de los chicos grandes se
parecía un poco a Zayn, especialmente cuando estaba sobre la mujer a la que se estaba
follando. Esto me trajo recuerdos agradables, pero no unos que necesariamente
quisiera explorar con Lim en la habitación.
—Nah —me burlé, dejando que mi mirada vagara por la habitación. El perro
estaba enroscado en el sofá y la gata no se veía por ninguna parte. Me pregunté qué
clase de excusa me sacaría de allí—. Me gustan esbeltos.
Liam resopló, todavía clickeando las imágenes, tanto fijas como animadas.
—¿Y qué me dices de chicos juntos?
—¿Quieres decir porno gay? ¿Y por qué iba a mirar eso?
—Algunas mujeres lo disfrutan.
Me giré hacia el monitor de nuevo, el lado de mi silla chocando con la suya.
—¡Venga ya! —La rodilla que tenía doblada debajo de mi pierna rozó su muslo
involuntariamente.
La dura luz del monitor iluminaba su perfil.
—Claro, ¿por qué no?
—¿Por qué?
Él había estado ocupado con el monitor, y ahora vi a dos chicos delgados,
desnudos, envueltos en un beso, uno con su mano firmemente agarrada a la polla del
otro.
—A los chicos les gusta ver mujeres. —Liam miró hacia mí, una sonrisita en la
esquina de su boca—. ¿Por qué no querrían ver las chicas a dos hombres? Todo
depende del escenario.
Incómodamente excitada tanto por sus palabras, como por la situación o la imagen
delante de mí —una que jamás pensé como hot— me eché hacia atrás un centímetro,
nada cómoda tocándole.
Él no pareció darse cuenta, su atención estaba de vuelta al monitor y al ratón.
¿Por qué no te acuestas con uno de nosotros?
Eché la cabeza hacia atrás, dándome un respiro de las descaradas imágenes
sexuales frente a nosotros. Pero me imagino que las tenía en la cabeza, porque antes
de que me pudiera detener, miré su regazo. Eso que había en sus shorts, ¿era un
bulto?
Ay, tío, ¡¿yo acababa de hacer eso?!
—Esta se te parece un poco.
Yo no había estado observando. Miré para ver un vídeo de una mujer que se me
parecía un poco, desparramada en una cama, siendo machacada por un tiarrón
esbelto y bien dotado. La envidié, mis pezones sobresaliendo por encima de mi
camiseta.
—Un poco —admití.
Me tendría que levantar, me dije a mí misma. Debería marcharme. Tengo una cita con
mi vibrador en casa.
Liam se reclinó un poco, su mano libre moviéndose por el escritorio y acabando
sobre mi muslo desnudo.
Me paralicé, mirando para obtener la confirmación visual de lo que sentía. Sip, ahí
estaba su mano, caliente y suave. Probablemente tenía manos más suaves que las
mías. ¿Por qué me estaba tocando así? ¿Lo había hecho con anterioridad?
Su mano se deslizó sobre mi piel desnuda, moviéndose hacia arriba por mi muslo
hacia el borde de mis pantalones cortos.
—¿Tú gimes así? —Ay, yo jamás había escuchado ese susurro tan seductor en su
voz. Jamás me lo imaginé haciendo un sonido así.
—¿Cuándo? —pregunta idiota.
Sabía de lo que hablaba. Podía oír el falso gemido y las eróticas exigencias de la
mujer a la que machacaban en la animación que estaba viendo.
Él se volvió hacia mí, cara a cara, y yo incliné a un lado la cabeza por puro instinto.
No podía evitar ver que tenía unos labios muy bonitos (el superior más delgado pero
el inferior precioso, lleno, rosado, que suplicaba que lo chuparan, incluso cuando
hacía un gesto sonriente y burlón como ahora).
—Cuando te corres, ¿gimes así?
¿Te gustaría descubrirlo? Me mordí la lengua antes de contestar. Luchando por
encontrar la normalidad, sonreí, esperando que pareciera real.
—Pues nunca me he escuchado.
Él también inclinó la cabeza hacia un lado. Sus bonitos ojos marrones brillaban detrás
de sus gafas.
—Pues podríamos follar, ¿sabes?
Maldición, lo había dicho. Se me separaron los labios. Podía sentir el airecillo de
mi aliento sobre el inferior. Fui consciente de que la punta de mi lengua estaba
recorriendo el interior de mi labio superior. Fui consciente de que le estaba invitando.
¿Yo había empezado esto? Y si era que sí, ¿cuándo?
—Podríamos —me oí decir. Parecía que tampoco lo estaba deteniendo.
Su mano se deslizó más arriba. Mantuve mis ojos en los suyos. Finalmente puse mi
mano sobre la de él para detener sus avances a un centímetro del borde de mis
shorts. La sensible piel de ahí arriba vibraba, lo que añadía más humedad a mi sexo.
—Probablemente no deberíamos —me obligué a decir.
Su mano se quedó donde estaba, sus dedos masajeando mi piel un poco. Con su
mano libre, se quitó las gafas y las puso en el escritorio antes de volver a mirarme.
—¿Por qué no?
—Somos amigos.
—Seh. —Le dio la vuelta a la mano que yo sostenía, levantándola de mi muslo y
uniendo nuestros dedos.
—Podría ser rarito.
Él se lamió los labios, atrayendo mi atención otra vez hacia ellos. Sabéis, Liam
realmente era mono cuando le mirabas de cerca. Sus labios rosas se veían muy
apetitosos.
—Pensemos en ello como si fuera otro juego —sugirió él, echándose hacia atrás un
rizo de pelo que le había caído sobre el lado derecho de su suave frente. Tenía unos
dedos largos y ágiles. Los había visto volar por el teclado innumerables veces.
Probablemente eran buenos haciendo un montón de cosas—. Jugaremos juntos.
Aprenderemos algunos trucos. Y luego lo apagaremos cuando acabe la noche.
Tuve que sonreír. Era tan típico de Liam. Justo cuando pensabas que era
terriblemente obtuso en cualquier cuestión humana, te salía con una fina percepción
de la forma de pensar de los demás.
Se tomó dicha sonrisa como una invitación. Agarrando el brazo más alejado de mi
silla, tiró de él y me deslizó hacia sí. Cuando llegué al tope, con mis rodillas entre las
de él y nuestras manos entrelazadas reposando en mi pierna, él se inclinó hacia
delante. Sólo a mitad de camino.
Era justo. Yo tenía que participar. Incapaz o, de verdad, poco deseosa de
resistirme, me incliné hacia adelante también y besé a mi amigo.
Mientras él me besaba intensamente, se me ocurrió preguntarme si esta era su
primera vez. Jamás había visto a Liam con una mujer en todo el tiempo que hacía
que lo conocía, pero tampoco es que lo viera todo el tiempo. De los cinco, era el más
ocupado y el que era más probable que no pudiera salir. Y no era del tipo que
compartía los detalles truculentos de su vida cuando no estaba con nosotros. Pero no
besaba como un novato. Su lengua trazó la línea de mis labios, atrayendo primero el
de arriba y luego el de abajo hacia su boca para chuparlos. Pausadamente,
probándome como si fuera un postre suculento.
Liberando mi mano de la suya, la levanté para cobijarle el rostro, maravillándome
por no haberme dado cuenta antes de los cincelados ángulos de sus mejillas y
mentón. Rocé sutilmente mi palma mientras deslizaba de nuevo los dedos hacia su
pelo sedoso, obligándole a profundizar el beso. Lo cual hizo. Le chupé la lengua,
jugando con ella a la vez que llevaba mi otra mano hacia sus pectorales. Aquellos
largos dedos se deslizaron alrededor de mi cintura hasta clavárseme en el culo,
atrayéndome más. Con sólo una ayudita de mi parte, tiró de mí hasta que monté en
su regazo. Ay, maldición. Su cuerpo era ligero, ¡pero aquellos músculos eran duros!
Los muslos debajo de mi culo eran como acero, así como el pecho que me chafaba los
senos.
Cuando finalmente se separó, yo estaba sin aliento. Dejé que cayera mi mano y
abrí la boca buscando aire. Él aprovechó la oportunidad para mordisquearme el
cuello y el hombro, manteniéndome la espalda erguida con facilidad.
Maldición, lo íbamos a hacer de verdad. Lo comprendí y lo deseé. Quería saber
cómo era él. La oferta era demasiado buena para dejarla pasar.
—¿Tienes protección?
Una lengua húmeda me lamió la yugular.
—Sí.
—Pues ve a buscarla.
Él pellizcó un lado de mi cuello.
—Buena idea.
Poniéndose de pie, me levantó de su regazo y me colocó delante de él. Mis brazos
estaban apoyados sobre sus hombros, nos miramos a los ojos un momento. Como él
era exactamente de mi estatura, fue fácil y sorprendentemente íntimo. Sonriendo,
deslizó las manos por mi espalda y me atrajo para besarme lentamente antes de
separarse e ir hacia la puerta sin mirar atrás.
Con él fuera, me sentía un poco perdida. Cohibida. Finalmente me senté en el sofá
junto a Scraps. El perrito me lamió la mano que le alargué, luego giró la cabeza para
que le acariciara las sedosas orejas. Miré sin ver las cambiantes luces azules de la
piscina exterior.
Di un salto cuando la luz del techo se apagó y giré la cabeza hacia la puerta de la
sala. Mi cerebro se fue momentáneamente de excursión cuando vi a Liam venir
hacia mí con sólo los shorts. Se había sacado la camiseta, revelando un torso muy
bonito y sin vello que condujera a la dulce V de sus caderas.
Calmadamente Davey dejó caer dos paquetitos brillantes en la mesita a mis pies,
luego se arrodilló junto a mí en el sofá y mis ojos le siguieron durante todo el
recorrido.
No pude resistirme. Le puse la mano extendida sobre un oscuro pezón, de nuevo
maravillándome de la suavidad satinada de su piel.
—Maldición, Liam.
Él se inclinó, hociqueándome la sien.
—¿Algún problema?
Yo di vueltas a su pezón con mi pulgar, observando cómo se endurecía al instante.
—Ni de lejos.
Me besó la mejilla.
—Bien. —Una mano suya agarró el borde de mi camiseta, tirando de ella hacia
arriba—. ¿Podemos sacar ésta?
Sin palabras, obedecí, levantando los brazos para que él pudiera levantar la
endeble tela por mi cuerpo. Mis manos regresaron a su pecho tan pronto quedaron
libres, sintiendo cómo se le movían los músculos al tirar mi camiseta detrás de él. La
cambiante luz azul de fuera hizo que toda la escena fuera un poco irreal.
Hociqueando de nuevo en mi cuello, alargó las manos detrás de mí, encontrando
sus dedos el broche de mi sujetador. Le observé mirarme los pechos y sonreí cuando
lo hizo, felizmente yendo al encuentro de su beso. Tiró de mí hacia un lado, haciendo
que cayera sobre el sofá.
Sentir cómo un perro nos lamía un lado de la cara rompió un poco el encanto.
A cuatro patas sobre mí, Liam se irguió y echó al perro.
—Scraps, abajo.
El perro lloriqueó, pero obviamente vio que su amo iba en serio. Bajó de un salto y
Liam lo observó cruzar la sala hasta ponerse a descansar en un cojín de una
esquina. Cuando finalmente Liam me miró, se rió.
—Lamerte es sólo cosa mía esta noche.
Bajó la cabeza hacia mi pecho, su pelo sedoso me acariciaba la piel cuando sus
labios encontraron un pezón.
Creo que hubiera continuado así toda la noche si no lo hubiera movido.
Desesperadamente bajé la mano abajo, abajo, abajo, por su duro pecho hasta que
encontré el bulto en sus pantalones cortos. Por desgracia sólo podía rozarlo con la
punta de mis dedos por la posición que teníamos.
Gruñendo de nuevo, le agarré del pelo para apartarlo de mi pecho.
—Quiero esto —dije, finalmente logrando tocar su erección cubierta por la tela.
—Me parece bien. —Se arrodilló, llevándose las manos a la cinturilla.
Yo alargué la mano para ayudar y dejamos que los anchos shorts cayeran por sus
esbeltas caderas. La polla circuncidada de Liam estaba precisamente proporcionada
al resto de él, e igual de dura. Impaciente, la agarré desde la base, mi puño rozando
el nido de rizos mientras apretaba, haciéndole gemir. Era mi turno de tener un solo
objetivo. Sabiendo que me observaba, estudié su verga, rodeándola con una mano y
con la otra agarrándome del duro músculo de su cadera. Cuando mi boca ya había
salivado lo suficiente, me incliné hacia delante y dejé que me cayera un poco por los
labios. Su gemido fue prueba de que este pequeño momento sexy había valido la
pena. Un truco que había aprendido de Hary.
¿Qué Harry?
Cuando tuve la punta humedecida, la dejé deslizarse entre mis labios. Me detuve
cuando llegué con los labios al reborde y entonces volví a empezar. La siguiente vez
dejé que mi lengua cosquilleara la punta, saboreando un poco de su presemen. Ajo y
sal, era su sabor. Seguí así un rato, rodeándole la punta con la lengua buscando una
fricción diferente. Escuché gemidos de "Jesús", "mierda" y "Ay, dios mío"
provenientes de Don Imperturbable, lo que, por supuesto, me incitaba a más.
¡Acababa de encontrar el modo de craquear la protección de Liam!
Sus manos se clavaron en los cojines del sofá cuando al principio tomé más de su
longitud en mi boca. Me eché atrás para agarrarle una nalga mientras dejaba que mi
lengua rozara la vena pulsante de debajo de su polla, finalmente golpeteándola
contra el cielo de mi boca. Dejé que llegara tan profundo como pude antes de
retirarme y luego volver a metérmela.
—¡Mierda, ____! —gimió.
Miré arriba y contuve una sonrisa al ver que tenía la cabeza echada hacia atrás, y
los ojos en blanco. Cada uno de los marcados músculos de su pecho pulsaban con el
ritmo que yo había impuesto para la mamada.
Dejé que la polla saliera de mi boca.
—Túmbate.
Él se movió con prontitud, sacándose del todo los shorts mientras yo me
reajustaba, arrodillándome entre sus piernas. Le agarré la polla y la lamí de la base a
la punta como un chupa-chups, lamiendo la gota de presemen cuando llegaba a ella.
Era tan divertido, ver cómo mi lengua le hacía saltar, cómo mis labios le hacían
temblar. Él me echaba vistazos, y le regalé la vista de mi lengua jugueteando sobre la
purpúrea cabeza de su polla. Parecía que se iba a desmayar. Continué así,
determinada a que, o me detenía él, o se corría. De las mamadas que había hecho,
esta fue la más larga. Ignoré las protestas de mi cuello por tanto subir y bajar, y clavé
una mano en mis pantalones cortos en un intento de calmar el dolor de mi
entrepierna.
Finalmente, después de menear su cabeza arriba y abajo y de casi tirarse de los
pelos, gritó:
—¡Jesús, ____! Súbete y móntame.
Aliviada, cogí su mano y se la puse rodeando su polla.
—Agárrame esto —le ordené mientras me ponía en pie.
Él, por supuesto, hizo más que eso. Esos ojos que me quemaban, apenas eran
reconocibles como los de Liam mientras se meneaba la polla y me observaba salir
de los pantalones. El pensativo y callado solitario había desaparecido. En su lugar
había un sudoroso y lujurioso gato macho que no podía esperar para estar dentro de
mí.
No le hice esperar mucho. Agarrando un condón, lo abrí y lo deslicé por la polla
que él sostenía. Yo no estaba especialmente preocupada por las enfermedades, y al
estar con la píldora tampoco me preocupaba un embarazo, pero no me sentía bien
teniendo sexo sin protección. A él no pareció importarle ya que no dijo nada cuando
acabé mi tarea, incluso ajustándose el látex un poco mientras yo lo montaba. Él
sostuvo la polla y yo me coloqué en posición. Ambos gemimos cuando la punta entró
en el sitio adecuado y me fui bajando lentamente.
Lo hice despacio, disfrutando al torturarle. De acuerdo, nos torturaba a los dos. A
Harry siempre le encantó que yo tuviera muslos fuertes, permitiéndome montarlo
durante un buen rato. Liam también pareció disfrutarlo. Su rostro se partió en un
rictus que podría haber sido dolor. La poca luz hacía que sus ojos fueran casi dos
puntos negros, pero no podía obviar el calor de su expresión.
Él estaba a medio camino cuando perdió la paciencia. Me agarró de las caderas y
me bajó de golpe hacia abajo con un estrangulado "¡Sí!".
Me mordí el labio y gemí, luego empezó mi monta propiamente dicha. No estaba
en control total. Su agarre en mis caderas se convirtió primero en una guía y luego en
exigencias, mientras me bajaba a la fuerza sobre sus caderas levantadas. Me incliné
para agarrarme del brazo del sofá detrás de su cabeza, lo que acercó mis pechos al
alcance de su boca. Él tomó salvajemente un pezón.
Pequeñas cargas de placer explotaron por debajo de mi piel, en lo más profundo
de mis entrañas. Yo me revolví y lo machaqué, girando mis caderas para hacer que
su polla golpeara todos esos sitios sensibles dentro de mí. La detonación estaba cerca.
La sentí venir y la dejé explotar. En la distancia oí su gemido rasgado cuando mi
cuerpo se convulsionó. Su atención estaba centrada en el mismo lugar que la mía, en
los adherentes y aferradores músculos de mis paredes internas.
Después de eso tuve que ir despacio, sintiéndome inestable, pero sabiendo que él
todavía no había acabado conmigo. Aún duro, estaba tan campante y todavía me
agarraba las caderas con una fuerza tremenda. Casi ni me dejó recuperar el aliento
antes de levantarme —literalmente, levantarme— de él. Me giró de golpe,
poniéndome de rodillas, de cara al otro brazo del sofá. Me recoloqué ávidamente
mientras él se arrodillaba detrás de mí.
Esperando su polla, grité cuando entendí que era su lengua lo que acuchillaba mi
pulsante núcleo desde atrás. Me levantó las caderas todavía más y me abrió las
piernas mientras me lamía del clítoris al ojete y de vuelta al clítoris. Yo gemí de
placer salvaje, atrapada en mi posición y pudiendo solamente sentir.
Finalmente su lengua se alejó. Me tomé un momento para agarrar un cojín y
ponerlo debajo de mi pecho mientras él cambiaba de posición. Sentí la punta de su
polla en mi entrada, rozándome, atormentando mi botón con la punta, jugueteando
con él antes de meterla profundamente hasta adentro.
Un "oh" profundo, tembloroso y rasgado se me escapó de los labios hacia la
tapicería de debajo de mi cara, mientras él marcaba el ritmo machacándome desde
atrás.
A una mujer no la han jodido del todo hasta que no se lo hacen desde atrás, creo
yo. Hacer el amor es algo cara a cara. El estilo perruno es una follada puramente
animal, y jamás pensé que Liam fuera de ésos.
Tío, ¡qué equivocada estaba!
Me así al cojín con una mano y clavé la otra en el borde del sofá. Tenía la cara
enterrada en uno de los almohadones del asiento y casi no podía respirar, pero ni me
enteraba. Estaba tan mojada que él incluso se salió un par de veces cuando se retiraba
para metérmela duramente.
En algún momento él se inclinó hacia adelante, agarrándome de los hombros y
con su pecho apoyado totalmente en mi espalda. Me arqueé hacia él y grité cuando
me mordió la nuca. Gruñendo, me agarró el pelo y lo usó como si fueran las riendas
mientras me montaba hacia el cielo.
Rápido y frenético, sentí el orgasmo regresando y supe que él se venía conmigo
esta vez. Nuestros gritos en el momento del impacto asustaron al perro.
Nos derrumbamos, mitad en el sofá y la otra mitad fuera.
Él sopló aire frío en mi nuca sudorosa.
—¿Estás bien? —Al menos sonaba como si le faltara un poco el aliento.
Gemí.
—Oh, sí, claro.
Riéndose, rodó hasta que quedó apoyando en el respaldo del sofá, haciendo la
cuchara detrás de mí.
Parpadeé adormecida por las figuras de luz jugando en el oscuro mobiliario de la
pared frente a nosotros.
—¿Harry te enseñó todo eso? —volvía a ser Liam de nuevo. Saciado y satisfecho,
pero completamente en control de sí mismo.
Cerré los ojos y empecé a dejarme caer en el sueño.
—¿Qué Harry?
Romi
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
¡_____ ya tuvo 1313 con Liam! o.o
Y creo que ya esta olvidando a Hazza :o
Siguela
Besos
Y creo que ya esta olvidando a Hazza :o
Siguela
Besos
Invitado
Invitado
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Holaaaa nueva y fiel lectora......me encanta tu novela soy muy pervertida Jajajaja Tienes que seguirla *----* Besos bye xx
I''mDirectionerFOREVER
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Cierto, es muuuuuuuuuuy bueno bueno había leído hasta este. so... apartir del próximo no sé nada asdfghjkasdfghjk síguela pronto please 1313.
lifeisashortrip
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Chicas pasen de paginaa quiero subirles el caaap!!!
Romi
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
Nexttttttttttt please.
lifeisashortrip
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
AAAAAAAAAAAA ME ENCANTHA
ClauMalik
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
AMO TU NOVELA
AAAAAAAAAAAA
AAAAAAAAAAAA
ClauMalik
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
WUAOOOOOOOOO
QUE HOT
ME ENCANTA JEJE
SIGUELA PRONTO SINO MUERO
YA SKIERO PASAR DE PAGINA
QUE HOT
ME ENCANTA JEJE
SIGUELA PRONTO SINO MUERO
YA SKIERO PASAR DE PAGINA
ClauMalik
Re: Una Para El Equipo (One Direction y Tu) ADAPTADA. ^Hot^ TERMINADA
me encanto me encanto me encanto me encanto!!!!! :jajajaj:
ahora si: me encanto el cap!!!
liam..... quien lo ve tan seriecito....
jajajajajajaja
no puedo esperar a ver quien sigue
Louis o Niall???
mueroo de curiosidad!! :x :x
siguela pronto!!!
q si no lloro :lloro:
ya cambia de pagina!!
P.D.:q no se note q estoy tratando de hacer el comment lo mas largo posible jajaja
ahora si: me encanto el cap!!!
liam..... quien lo ve tan seriecito....
jajajajajajaja
no puedo esperar a ver quien sigue
Louis o Niall???
mueroo de curiosidad!! :x :x
siguela pronto!!!
q si no lloro :lloro:
ya cambia de pagina!!
P.D.:q no se note q estoy tratando de hacer el comment lo mas largo posible jajaja
escarmona
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