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Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
porfa siguela, amo esta nove
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Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
Este capitulo me mataaaaaaaaaaaaaaaaa
CAPÍTULO 22
Petroff lo fulminó con la mirada.
—¿Por qué pierdes el tiempo buscándola aquí? Ya te dije que me pondría en contacto contigo en cuanto supiera algo de ella.
Nick miró por la ventana, escrutando Central Park como si pudiera encontrar la respuesta en el parque. No podía recordar cuándo había sido la última vez que había comido algo decente o dormido más de unas cuantas horas sin despertar sobresaltado. Tenía el estómago revuelto, había perdido peso y sabía que estaba hecho un desastre.
Hacía un mes que _____ había huido, pero no estaba más cerca de localizarla ahora que la noche que había desaparecido. Había seguido una pista tras otra, faltando a más funciones de las que podía enumerar, pero ni él, ni el detective que había contratado, habían conseguido averiguar nada.
Max le había dado una lista de las personas con las que podía haber contactado ______, y Nick había ido a visitarlas a todas, pero era como si su esposa hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Él rezaba para que sus alas de ángel la mantuvieran a salvo.
Se volvió lentamente y se enfrentó a Max.
—He pensado que podías haber pasado algo por alto. _____ no tenía más de cien dólares cuando se fue.
Amelia intervino desde el sofá.
—Nick , ¿de verdad piensas que Max te ocultaría algo después de todo el trabajo que se tomó para que estuvierais juntos?
La manera que tenía Amelia de arquear las cejas siempre le había hecho rechinar los dientes y, con los nervios a flor de piel, Nick no pudo ocultar su desagrado.
—La cuestión es que mi esposa ha desaparecido y nadie sabe dónde está.
—Tranquilo, Nick . Estamos tan preocupados por ella como tú.
—Te aconsejo —dijo Amelia— que le preguntes a ese empleado que la vio por última vez.
Nick había interrogado a Al Poner hasta la saciedad, y ya se había convencido de que el anciano no tenía nada más que decirle. Mientras Nick cometía la estupidez de ir a aquella tienda, Al había visto cómo ______ se subía a un camión de dieciocho ruedas. Llevaba puestos los vaqueros y, en la mano, la pequeña maleta de Nick .
—No puedo creer que hiciera autoestop —dijo Max. —Podrían haberla asesinado.
Aquella angustiosa posibilidad había tenido a Nick en vilo durante tres días, pero una tarde Jack salió precipitadamente del vagón rojo para decirle que acababa de hablar con _____ por teléfono. Al parecer había llamado para asegurarse de que los animales estaban bien.
Colgó sin mencionarlo a él en cuanto Jack intentó sonsacarle dónde se encontraba.
Nick maldijo las circunstancias que habían evitado que fuera él quien contestara al teléfono, luego recordó la media docena de llamadas que no habían tenido más respuesta que un chasquido al otro lado de la línea. _____ había llamado hasta que fue otra persona la que respondió. No quería hablar con él.
Max se paseó de un lado a otro de la estancia.
—No puedo comprender por qué la policía no se lo toma más en serio.
—Porque desapareció voluntariamente.
—Pero podría haberle ocurrido cualquier cosa desde entonces. No es capaz de valerse por sí misma.
—Eso no es cierto. ______ es inteligente y no le asusta el trabajo duro.
Max ignoró sus palabras. A pesar del incidente que había presenciado con Sinjun, todavía veía a su hija como una persona inútil y frívola.
—Tengo amigos en el FBI, ya va siendo hora de que hable con alguno de ellos.
—Centenares de testigos vieron lo que sucedió esa noche en la pista. La policía cree que tenía razones de sobra para desaparecer.
—Eso fue un accidente y, a pesar de todos sus defectos, _____ no es vengativa. Nunca te guardaría rencor. No, Nick . Tiene que haber alguien más implicado, no dejaré que me mantengas al margen más tiempo. Hoy mismo me pondré en contacto con el FBI.
Nick no le había explicado a Max toda la verdad, y era eso lo que le había impulsado a ir allí ese día. Al no haberle puesto al corriente de todos los hechos, se estaba reservando una información que podría dar una pista a Max o a Amelia sobre el paradero de _______ . No le gustaba tener que decir nada desagradable de sí mismo, pero su orgullo no era tan importante como la seguridad y el bienestar de su mujer y su hijo.
Cuando miró a su suegro se dio cuenta de que había envejecido considerablemente durante el último mes. Había perdido parte de la flema diplomática que le caracterizaba. Sus movimientos eran más lentos y su voz menos firme. A su manera —rígida y prejuiciosa, por lo que Nick había podido observar, —Max quería a _____ y sufría por ella.
Nick miró por un momento el samovar de plata que había encontrado para Max en una galería de París. Había sido diseñado por Peter Cari Faberge para el zar Alejandro III y llevaba impresa el águila imperial rusa. El distribuidor le había dicho que databa de 1886, pero el detalle de la pieza hacía que Nick pensara que se acercaba más a 1890.
Contemplar el talento de Faberge era menos duro que pensar en lo que tenía que contarle a Max. Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y luego las sacó. Carraspeó.
—_______ no sólo estaba molesta conmigo por lo que le hice con el látigo.
Max lo miró fijamente.
—¿Qué?
—Está embarazada.
—Te lo dije —dijo Amelia desde el sofá. Max y Amelia intercambiaron una mirada que puso a Nick en guardia.
—Claro que me lo dijiste, cariño —dijo Max en tono cariñoso.
—Y supongo que la reacción de Nick al oír las buenas nuevas no fue demasiado agradable.
Amelia era irritante pero no estúpida. Aquellas palabras fueron como meter el dedo en la llaga.
—Me comporté mal con ella —admitió él.
Amelia miró a su marido con aire satisfecho.
—También te dije que ocurriría eso.
Nick trago saliva antes de obligarse a decir el resto.
—Le ordené que abortara.
Max apretó los labios.
—¿Cómo te atreviste a decirle eso?
—Cualquier cosa que me digas ya me la he dicho yo mil veces.
—¿Sigues pensando igual?
—Por supuesto que no —dijo Amelia. —Sólo hay que mirarle a la cara para darse cuenta. La culpa le pesa sobre los hombros. —Se levantó del sofá. —Voy a llegar tarde al masajista. Ya resolveréis esto vosotros solos. Felicidades, Max.
Nick percibió que había algo oculto en las últimas palabras de Amelia y en la sonrisita cómplice que intercambió con Max. Se la quedó mirando mientras abandonaba la estancia y supo que Max y ella le ocultaban algo.
—¿Tiene razón Amelia? —inquirió Max. —¿Ya no piensas lo mismo?
—Tampoco lo pensaba cuando se lo dije a ella. Pero me dio la noticia de sopetón y la adrenalina me nubló la razón —estudió a Max. —Amelia no se ha sorprendido al oír que ______ estaba embarazada a pesar de saber que tomaba la píldora. ¿Por qué?
Max se acercó a la vitrina de nogal y observó la colección de porcelana a través de las puertas de cristal.
—Lo esperábamos, eso es todo.
—¡Estás mintiendo! ______ me dijo que era Amelia quien compraba las pastillas. ¿Qué me estás ocultando?
—Nosotros... hicimos lo que creímos más conveniente.
Nick se quedó paralizado. Pensó en el pequeño bote de las píldoras de ______. Como si lo estuviera viendo en ese momento, recordó que no tenía precinto. En esta época de medicamentos precintados, aquellas píldoras no lo llevaban.
La presión que sentía desde que _____ desapareció le oprimió el pecho. Una vez más había dudado de su esposa y, de nuevo, se había equivocado.
—Lo planeaste tú, ¿no? Igual que planeaste todo lo demás. Reemplazaste sus píldoras.
—No sé de qué me hablas.
—No quiero jugar al gato y al ratón. Dime la verdad, Max. Dímela ya.
El hombre pareció derrumbarse. Se le doblaron las rodillas y se hundió en la silla que tenía más cerca.
—¿No lo entiendes? Era mi deber.
—¿Tu deber? Debí suponer que lo verías así. No puedo creer que haya sido tan estúpido. Siempre he sabido lo obsesionado que estás con la historia de mi familia, pero nunca se me ocurrió que pudieras hacer algo así. —La amargura le revolvió el estómago. Desde el principio, _____ y él no habían sido más que títeres de Max.
—¿Y qué? Por Dios, deberías agradecérmelo. —Max se levantó de un salto de la silla. Apuntó a Nick con un dedo tembloroso. —Para ser historiador, no respetas tu linaje. ¡Eres bisnieto del zar!
—Soy un Markov. Eso es lo único que significa algo para mí.
—Una panda de vagabundos. Vagabundos, ¿me oyes? Eres un Romanov y tu deber era tener un hijo. Pero no querías ser padre, ¿verdad?
—¡Ésa era una decisión mía, no tuya!
—Esto es mucho más importante que un capricho egoísta.
—Cuando _______ me dijo que estaba embarazada pensé que lo había hecho a propósito. ¡La acusé de haberme mentido, bastardo!
Max hizo una mueca y la justa indignación de Nick perdió fuelle.
—Nick , míralo desde mi punto de vista. Sólo disponía de seis meses y tenía que aprovecharlos. No podía esperar que llegaras a enamorarte de ella, es imposible que un hombre con tu inteligencia se interese por alguien tan atolondrado como mi hija, salvo para acostarse con ella.
Nick sintió ganas de vomitar. ¿Cómo era posible que su educada e inteligente esposa sintiera cariño por un padre que tenía tan poco respeto por ella?
—_____ es más lista que nosotros dos juntos.
—No es necesario que enmascares los hechos.
—No lo hago. No conoces a tu hija en absoluto.
—No podía aceptar que vuestro matrimonio finalizara sin intentar que hubiera un heredero Romanov.
—No era asunto tuyo.
—Eso no es cierto. A lo largo de la historia, los Petroff siempre se han dedicado a hacer lo mejor para los Romanov, incluso aunque los Romanov no estuvieran de acuerdo.
Mientras miraba a Max, Nick se dio cuenta de que el padre de _______ estaba obsesionado con ese tema. Max podía ser un hombre coherente en todo lo demás, pero no en eso.
—Ibas a dejar que muriera tu estirpe —dijo Max, —y yo no podía consentirlo.
No había nada más que discutir con él. Para Max el niño que ________ llevaba en su vientre no era más que un peón, pero ese bebé significaba algo muy diferente para Nick , y todos sus instintos paternos afloraron para protegerlo.
—¿Qué coño ha estado tomando ______ ? ¿Qué le diste?
—Nada que pudiera dañar al bebé. Pastillas de fluoruro, eso es todo. —Max se derrumbó en la silla. —Tienes que encontrarla antes de que haga algo estúpido. ¿Y si se ha librado del bebé?
Nick clavó los ojos en el anciano. Poco a poco la amargura se convirtió en piedad al pensar en todos los años que Max había desaprovechado, todos los años que había pasado sin conocer a su maravillosa hija.
—Nada conseguiría que _____ hiciera eso. Tiene agallas, Max. Hará lo que sea para mantener a salvo a ese bebé.
Nick llegó al circo a la mañana siguiente, cuando los primeros camiones entraban en el recinto de Chattanooga. Los días eran más cortos y el verano llegaba a su fin. El circo se dirigía hacia el sur para pasar el invierno cerca de Tampa, donde se instalarían hasta el final de la temporada durante la última semana de octubre. La excedencia de Nick en la universidad concluía en enero y había pensando hacer una investigación en Ucrania antes de incorporarse, pero ahora sabía que no lo haría. Sin ______ todo lo demás carecía de importancia.
Echó un vistazo al recinto. El nuevo asentamiento estaba en una ladera con muy poco espacio llano para montar la carpa principal. Nick tenía ojeras por la falta de sueño, pero le dio la bienvenida al reto. Sabía que eso no apartaría a _____ de sus pensamientos —nada lo hacía, —pero le ayudaría a pasar el tiempo.
Era Trey quien conducía su caravana hasta allí, pero aún no había llegado, así que Nick se dirigió a la carpa de la cocina para tomarse un café bien cargado que calmara el vacío de su estómago. Antes de llenarse la taza, oyó un chillido agudo y exigente. Maldijo por lo bajo y se dirigió hacia donde estaban los elefantes.
Cuando llegó, no le sorprendió ver que Neeco parecía resentido.
—Devuélveme la picana, Nick . Con un solo pinchazo pondremos fin a esta sandez.
A pesar de la petición, Nick sabía que el domador prefería no usar la picana tras su encuentro con Sinjun. Le gustaba pensar que había sido _______ y su manera de tratar a los animales lo que había abierto los ojos de Neeco, porque ahora era más suave con los elefantes y todo marchaba mucho mejor. Pero tenía que asegurarse de que Neeco lo había entendido y de que no volvería a las andadas.
—Mientras siga siendo el jefe, no volverás a usar la picana.
—Entonces, hazlo tú.
Nick se acercó a Tater y el elefante lo abrazó. Le metió la punta de la trompa por el cuello de la camisa para olerlo, igual que hacía con ______ . Nick lo desató y se dirigió al camión que transportaba la carpa con Tater trotando tras él.
Tater había dejado de comer al desaparecer ______ , pero Nick había estado demasiado sumergido en su infierno privado para notarlo. Neeco le obligó a ser consciente de la situación cuando el estado del elefantito comenzó a deteriorarse.
No tardó mucho en comprobar que el elefante encontraba sosiego con su presencia; pero no por Nick , sino porque Tater lo asociaba con _______. Comenzó a comer otra vez y poco después seguía a Nick por el recinto como antes la había seguido a ella.
Los dos se abrieron paso hasta el camión. Desenrollarían la carpa tan pronto decidieran dónde colocar el circo. Brady había llegado antes que él, pero se apartó cuando Nick se acercó. Nick no sabía que hubiera hecho sin Brady; Jack y él se habían encargado de que todo marchara bien durante sus largas ausencias.
Durante las horas siguientes, Nick trabajó codo con codo con los empleados en el montaje. Todavía tenía puesta la ropa que llevaba en el avión, pero tampoco se la cambió cuando llegó Trey con la camioneta. El sudor empapaba la camisa azul de algodón y se le había desgarrado el pantalón del traje gris, pero no le importó. El trabajo le entumecía la mente e impedía que pensara.
Cuando ya no pudo posponerlo más, fue a la caravana con Tater pisándole los talones. Ató el animal cerca de donde Digger había preparado el heno y vaciló al acercarse a la puerta. La caravana olía a _______, tenía su toque, lo único que faltaba era su presencia y él odiaba estar allí dentro.
Entró y se vio torturado por imágenes de ella entrando corriendo por la puerta con las mejillas manchadas, la ropa sucia, la paja enredada en el pelo y un brillo de satisfacción en los ojos. Se acercó a la nevera, pero lo único que encontró fue una lata de cerveza y un yogur que ______ había comprado. Había caducado dos semanas antes, pero no quería tirarlo.
Agarró la cerveza y la abrió mientras se acercaba a Tater. El elefantito se estaba echando el heno en el lomo, y tomó un poco de paja fresca para espolvorear a Nick con ella como gesto de amistad. Nick entendía ahora por qué su esposa siempre llevaba el pelo lleno de heno.
—Estoy seguro de que ______ te echa de menos, amiguito —dijo suavemente, frotando la trompa del elefante.
Se sentiría todavía más perdida sin Sinjun. Existía una extraña comunión entre _______ y el tigre, algo que él nunca había entendido por completo. A su esposa le encantaba trabajar con los animales que nadie más quería: un elefantito problemático, una gorila tímida, un viejo tigre con aire regio... Debía de ser difícil para ella no estar con los seres que amaba. En ese momento se quedó paralizado, se le puso la piel de gallina y se olvidó de respirar. ¿Qué le hacía pensar que no estaba con uno de ellos?
Veinticuatro horas después estaba frente a la verja de la zona tropical del zoo Brookfield de Chicago mirando a Glenna. La gorila estaba sentada sobre la montana rocosa del centro del recinto y comía un tallo de apio. Nick llevaba horas vagando por las pasarelas que rodeaban el hábitat. Le picaban los ojos por la falta de sueño, le dolía la cabeza y notaba como si le ardiera el estómago.
¿Y si se equivocaba? ¿Y si ella no estaba allí después de todo? Había pasado por la oficina de empleo del zoo y sabía que no trabajaba allí. Pero estaba seguro de que -______ querría estar cerca de Glenna. Además, no tenía más pistas y no perdía nada por intentarlo.
«Tonto.» La palabra resonaba en su cabeza como el ruido de una taladradora. «Tonto. Tonto. Tonto. Tonto.»
El pesar que sentía era demasiado privado para ser exhibido y, cuando oyó el murmullo de otro grupo de niños, subió por la senda curva, bordeada por vegetación tropical y una verja de hierro pintada de verde como el bambú y unida por una cuerda. Arriba estaría solo. Glenna se agarró con fuerza a una de las pesadas cuerdas que colgaba de los troncos que coronaban la cima de la montaña de los gorilas y se acercó a él. Parecía sana y feliz en su nuevo hogar. Se bajó, esta vez con una zanahoria.
De repente, la gorila alzó la cabeza y comenzó a emitir ruiditos. Nick siguió la dirección de su mirada y vio cómo ________ se acercaba por el sendero de abajo hacia el animal.
El corazón le palpitó contra las costillas, pero la alegría que amenazó con hacerlo estallar fue sustituida casi de inmediato por ansiedad. Incluso a quince metros era evidente que _____ no llevaba maquillaje y que las líneas de fatiga marcaban su rostro. Llevaba el pelo recogido en la nuca y, por primera vez desde que la conocía, parecía marchita. ¿Dónde estaba la _____ que disfrutaba maquillándose y echándose perfume? ¿La ________ que disfrutaba untándose loción de albaricoque y pintándose los labios de color frambuesa? ¿Dónde estaba la _______ que gastaba toda el agua caliente en una ducha dejando una densa capa de vapor en el cuarto de baño? A Nick se le secó la boca mientras se empapaba con la imagen de su esposa y algo se desgarró en su interior. Ésta era la _____ que él había creado.
Ésta era la _______ con la luz del amor extinguida.
Se acercó más y vio que se le habían hundido las mejillas; se dio cuenta de que había perdido peso. Deslizó la mirada a su vientre, pero la chaqueta floja y los pantalones oscuros le impidieron ver si su cuerpo había experimentado algún cambio. Nick se asustó. ¿Y si había perdido al bebé? ¿Sería ése el castigo que le esperaba a él?
_________ estaba tan concentrada en la silenciosa comunión con la gorila que no vio cómo él se abría paso entre los niños y se acercaba a ella.
—________ —dijo en voz baja.
_______ se puso tensa antes de volverse. La vio palidecer todavía más y cerrar los puños. Lo miró como si se estuviera preparando para escapar y él dio un paso adelante para detenerla, pero la fría expresión de su esposa lo detuvo. Sólo había visto unos ojos tan vacíos como ésos cuando se miraba en el espejo.
—Tenemos que hablar. —Aquellas palabras imitaron inconscientemente las que ella le había dicho tantas veces, y la expresión fría con que lo miró debía de ser un reflejo de la manera en que él la había mirado con frecuencia.
¿Quién era esa mujer? En su cara no asomaba la animación que acostumbraba. Sus enormes ojos violeta estaban tan vacíos que parecía que nunca hubiera llorado. Era como si algo hubiera muerto en su interior y él comenzó a sudar. ¿Habría perdido al bebé? ¿Era ésa la causa de su cambio? «Por favor, que no le haya pasado nada al bebé.»
—No hay nada de qué hablar. —Se volvió y se alejó atravesando la cortina de cuerda que servía de entrada al hábitat. Él la siguió y la tomó del brazo sin pensar.
—Suéltame.
¿Cuántas veces le había dicho eso ______ cuando él la arrastraba por el recinto del circo o la sacaba de la cama al amanecer? Pero en ese momento las palabras carecían de la fuerza anterior. Miró la cara pálida e inexpresiva de su esposa. «¿Qué te he hecho, mi amor?»
—Sólo quiero hablar contigo —dijo él con rapidez, apartándola de la gente.
Ella miró en silencio la mano con que le rodeaba el brazo.
—Si lo que quieres es que aborte, es demasiado tarde.
Nick quiso echar la cabeza hacia atrás y aullar. ________ había perdido el bebé y era culpa suya.
—No sabes cuánto lo siento —dijo a duras penas, dejando caer la mano.
—Oh, ya lo sé —dijo ella con una extraña calma, —me lo dejaste muy claro.
—Yo no te dejé claro nada. No te dije que te amaba. Lo único que te dije fue un montón de estupideces. Cosas que no sentía de verdad. —A Nick le dolían los brazos por el deseo de abrazarla, pero _____ había erigido una barrera invisible a su alrededor. —Olvidémonos de todo eso, cariño. Vamos a empezar de cero. Te prometo que todo será distinto esta vez.
—Tengo que irme. No puedo llegar tarde al trabajo.
Fue como sí él no hubiera hablado. Le había dicho que la amaba, pero no había servido de nada. _______ sólo quería irse y no volver a verlo nunca más.
La determinación de Nick se hizo más fuerte. No podía dejar que ocurriera eso. Ya se ocuparía más tarde de su pesar. Antes haría lo que fuera necesario para recuperar a su esposa.
—Te vienes conmigo.
—Ni hablar. Tengo que ir a trabajar.
—¿Y qué pasa con nuestro matrimonio?
—No es un matrimonio de verdad. Nunca fue más que un acuerdo legal.
—Ahora es de verdad. Hicimos unos votos, _______. Unos votos sagrados. Y eso es tan cierto como que estamos aquí.
A _______ le tembló el labio inferior.
—¿Por qué haces esto? Ya te he dicho que es muy tarde para que aborte.
Sufría por ella. A pesar de lo intenso que era su dolor, sabía que no podía ser tan intenso como el de _______.
—No te preocupes, cariño. Lo intentaremos otra vez. En cuanto el médico nos lo permita.
—¿De qué estás hablando?
—Quería a este bebé tanto como tú, pero no me di cuenta de ello hasta que desapareciste. Sé que es culpa mía que lo hayas perdido. Si te hubiera cuidado mejor nunca habría ocurrido.
______ frunció el ceño.
—No he perdido al bebé. —Lo miró a los ojos. —Aún estoy embarazada.
—Pero has dicho... cuando te dije que quería hablar contigo, dijiste que era demasiado tarde para que abortaras.
—Estoy de cuatro meses y medio. El aborto ya no es legal.
Mientras él se sentía inundado por la alegría, _______ torció la boca en un gesto de cinismo que nunca hubiera imaginado en ella.
—Eso cambia las cosas, ¿no, Nick ? Ahora que sabes que el pastel sigue en el horno y que va a quedarse ahí, supongo que ya no estarás tan ansioso por que regrese.
Nick se vio embargado por tantas emociones que no sabía cómo asimilarlas. Aún estaba embarazada. Lo odiaba. No quería volver con él. No podía manejar tal caos emocional, así que recurrió a lo práctico.
—¿Estás yendo al médico?
—Voy a una consulta no lejos de aquí.
—¿A una consulta? —Él tenía una fortuna en el banco y su esposa iba a una consulta. Tenía que llevársela a un lugar donde pudiera borrar a besos esa implacable y resuelta mirada de su cara, pero la única manera de hacerlo era intimidándola.
—No creo que hayas estado cuidándote demasiado. Estás delgada y pálida. Y tan nerviosa que parece que te vaya a dar un ataque.
—¿Y a ti qué te importa? No quieres al bebé.
—Oh, claro que quiero al bebé. Puede que actuara como un bastardo cuando me diste la buena nueva, pero te aseguro que he recuperado la cordura. Sé que no quieres volver conmigo ahora, pero no tienes otra opción. Es peligroso para a ti y para el bebé, _______, y no voy a permitir que sigas así.
Nick supo que había encontrado su punto débil, pero ella se siguió oponiendo a él con terquedad.
—No es asunto tuyo.
—Claro que sí. Voy a asegurarme de que tanto tú como el bebé estéis bien. —En los ojos de ______ apareció una mirada recelosa. —No me importa jugar sucio —añadió Nick en voz baja, —pienso descubrir dónde trabajas y me encargaré de que te despidan.
—¿Me harías eso?
—Sin pensarlo dos veces.
______ hundió los hombros y él supo que había ganado, pero no sintió ninguna satisfacción.
—Ya no te amo —susurró ella. —No te amo en absoluto.
A él se le puso un nudo en la garganta.
—No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos.
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CAPÍTULO 22
Petroff lo fulminó con la mirada.
—¿Por qué pierdes el tiempo buscándola aquí? Ya te dije que me pondría en contacto contigo en cuanto supiera algo de ella.
Nick miró por la ventana, escrutando Central Park como si pudiera encontrar la respuesta en el parque. No podía recordar cuándo había sido la última vez que había comido algo decente o dormido más de unas cuantas horas sin despertar sobresaltado. Tenía el estómago revuelto, había perdido peso y sabía que estaba hecho un desastre.
Hacía un mes que _____ había huido, pero no estaba más cerca de localizarla ahora que la noche que había desaparecido. Había seguido una pista tras otra, faltando a más funciones de las que podía enumerar, pero ni él, ni el detective que había contratado, habían conseguido averiguar nada.
Max le había dado una lista de las personas con las que podía haber contactado ______, y Nick había ido a visitarlas a todas, pero era como si su esposa hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Él rezaba para que sus alas de ángel la mantuvieran a salvo.
Se volvió lentamente y se enfrentó a Max.
—He pensado que podías haber pasado algo por alto. _____ no tenía más de cien dólares cuando se fue.
Amelia intervino desde el sofá.
—Nick , ¿de verdad piensas que Max te ocultaría algo después de todo el trabajo que se tomó para que estuvierais juntos?
La manera que tenía Amelia de arquear las cejas siempre le había hecho rechinar los dientes y, con los nervios a flor de piel, Nick no pudo ocultar su desagrado.
—La cuestión es que mi esposa ha desaparecido y nadie sabe dónde está.
—Tranquilo, Nick . Estamos tan preocupados por ella como tú.
—Te aconsejo —dijo Amelia— que le preguntes a ese empleado que la vio por última vez.
Nick había interrogado a Al Poner hasta la saciedad, y ya se había convencido de que el anciano no tenía nada más que decirle. Mientras Nick cometía la estupidez de ir a aquella tienda, Al había visto cómo ______ se subía a un camión de dieciocho ruedas. Llevaba puestos los vaqueros y, en la mano, la pequeña maleta de Nick .
—No puedo creer que hiciera autoestop —dijo Max. —Podrían haberla asesinado.
Aquella angustiosa posibilidad había tenido a Nick en vilo durante tres días, pero una tarde Jack salió precipitadamente del vagón rojo para decirle que acababa de hablar con _____ por teléfono. Al parecer había llamado para asegurarse de que los animales estaban bien.
Colgó sin mencionarlo a él en cuanto Jack intentó sonsacarle dónde se encontraba.
Nick maldijo las circunstancias que habían evitado que fuera él quien contestara al teléfono, luego recordó la media docena de llamadas que no habían tenido más respuesta que un chasquido al otro lado de la línea. _____ había llamado hasta que fue otra persona la que respondió. No quería hablar con él.
Max se paseó de un lado a otro de la estancia.
—No puedo comprender por qué la policía no se lo toma más en serio.
—Porque desapareció voluntariamente.
—Pero podría haberle ocurrido cualquier cosa desde entonces. No es capaz de valerse por sí misma.
—Eso no es cierto. ______ es inteligente y no le asusta el trabajo duro.
Max ignoró sus palabras. A pesar del incidente que había presenciado con Sinjun, todavía veía a su hija como una persona inútil y frívola.
—Tengo amigos en el FBI, ya va siendo hora de que hable con alguno de ellos.
—Centenares de testigos vieron lo que sucedió esa noche en la pista. La policía cree que tenía razones de sobra para desaparecer.
—Eso fue un accidente y, a pesar de todos sus defectos, _____ no es vengativa. Nunca te guardaría rencor. No, Nick . Tiene que haber alguien más implicado, no dejaré que me mantengas al margen más tiempo. Hoy mismo me pondré en contacto con el FBI.
Nick no le había explicado a Max toda la verdad, y era eso lo que le había impulsado a ir allí ese día. Al no haberle puesto al corriente de todos los hechos, se estaba reservando una información que podría dar una pista a Max o a Amelia sobre el paradero de _______ . No le gustaba tener que decir nada desagradable de sí mismo, pero su orgullo no era tan importante como la seguridad y el bienestar de su mujer y su hijo.
Cuando miró a su suegro se dio cuenta de que había envejecido considerablemente durante el último mes. Había perdido parte de la flema diplomática que le caracterizaba. Sus movimientos eran más lentos y su voz menos firme. A su manera —rígida y prejuiciosa, por lo que Nick había podido observar, —Max quería a _____ y sufría por ella.
Nick miró por un momento el samovar de plata que había encontrado para Max en una galería de París. Había sido diseñado por Peter Cari Faberge para el zar Alejandro III y llevaba impresa el águila imperial rusa. El distribuidor le había dicho que databa de 1886, pero el detalle de la pieza hacía que Nick pensara que se acercaba más a 1890.
Contemplar el talento de Faberge era menos duro que pensar en lo que tenía que contarle a Max. Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y luego las sacó. Carraspeó.
—_______ no sólo estaba molesta conmigo por lo que le hice con el látigo.
Max lo miró fijamente.
—¿Qué?
—Está embarazada.
—Te lo dije —dijo Amelia desde el sofá. Max y Amelia intercambiaron una mirada que puso a Nick en guardia.
—Claro que me lo dijiste, cariño —dijo Max en tono cariñoso.
—Y supongo que la reacción de Nick al oír las buenas nuevas no fue demasiado agradable.
Amelia era irritante pero no estúpida. Aquellas palabras fueron como meter el dedo en la llaga.
—Me comporté mal con ella —admitió él.
Amelia miró a su marido con aire satisfecho.
—También te dije que ocurriría eso.
Nick trago saliva antes de obligarse a decir el resto.
—Le ordené que abortara.
Max apretó los labios.
—¿Cómo te atreviste a decirle eso?
—Cualquier cosa que me digas ya me la he dicho yo mil veces.
—¿Sigues pensando igual?
—Por supuesto que no —dijo Amelia. —Sólo hay que mirarle a la cara para darse cuenta. La culpa le pesa sobre los hombros. —Se levantó del sofá. —Voy a llegar tarde al masajista. Ya resolveréis esto vosotros solos. Felicidades, Max.
Nick percibió que había algo oculto en las últimas palabras de Amelia y en la sonrisita cómplice que intercambió con Max. Se la quedó mirando mientras abandonaba la estancia y supo que Max y ella le ocultaban algo.
—¿Tiene razón Amelia? —inquirió Max. —¿Ya no piensas lo mismo?
—Tampoco lo pensaba cuando se lo dije a ella. Pero me dio la noticia de sopetón y la adrenalina me nubló la razón —estudió a Max. —Amelia no se ha sorprendido al oír que ______ estaba embarazada a pesar de saber que tomaba la píldora. ¿Por qué?
Max se acercó a la vitrina de nogal y observó la colección de porcelana a través de las puertas de cristal.
—Lo esperábamos, eso es todo.
—¡Estás mintiendo! ______ me dijo que era Amelia quien compraba las pastillas. ¿Qué me estás ocultando?
—Nosotros... hicimos lo que creímos más conveniente.
Nick se quedó paralizado. Pensó en el pequeño bote de las píldoras de ______. Como si lo estuviera viendo en ese momento, recordó que no tenía precinto. En esta época de medicamentos precintados, aquellas píldoras no lo llevaban.
La presión que sentía desde que _____ desapareció le oprimió el pecho. Una vez más había dudado de su esposa y, de nuevo, se había equivocado.
—Lo planeaste tú, ¿no? Igual que planeaste todo lo demás. Reemplazaste sus píldoras.
—No sé de qué me hablas.
—No quiero jugar al gato y al ratón. Dime la verdad, Max. Dímela ya.
El hombre pareció derrumbarse. Se le doblaron las rodillas y se hundió en la silla que tenía más cerca.
—¿No lo entiendes? Era mi deber.
—¿Tu deber? Debí suponer que lo verías así. No puedo creer que haya sido tan estúpido. Siempre he sabido lo obsesionado que estás con la historia de mi familia, pero nunca se me ocurrió que pudieras hacer algo así. —La amargura le revolvió el estómago. Desde el principio, _____ y él no habían sido más que títeres de Max.
—¿Y qué? Por Dios, deberías agradecérmelo. —Max se levantó de un salto de la silla. Apuntó a Nick con un dedo tembloroso. —Para ser historiador, no respetas tu linaje. ¡Eres bisnieto del zar!
—Soy un Markov. Eso es lo único que significa algo para mí.
—Una panda de vagabundos. Vagabundos, ¿me oyes? Eres un Romanov y tu deber era tener un hijo. Pero no querías ser padre, ¿verdad?
—¡Ésa era una decisión mía, no tuya!
—Esto es mucho más importante que un capricho egoísta.
—Cuando _______ me dijo que estaba embarazada pensé que lo había hecho a propósito. ¡La acusé de haberme mentido, bastardo!
Max hizo una mueca y la justa indignación de Nick perdió fuelle.
—Nick , míralo desde mi punto de vista. Sólo disponía de seis meses y tenía que aprovecharlos. No podía esperar que llegaras a enamorarte de ella, es imposible que un hombre con tu inteligencia se interese por alguien tan atolondrado como mi hija, salvo para acostarse con ella.
Nick sintió ganas de vomitar. ¿Cómo era posible que su educada e inteligente esposa sintiera cariño por un padre que tenía tan poco respeto por ella?
—_____ es más lista que nosotros dos juntos.
—No es necesario que enmascares los hechos.
—No lo hago. No conoces a tu hija en absoluto.
—No podía aceptar que vuestro matrimonio finalizara sin intentar que hubiera un heredero Romanov.
—No era asunto tuyo.
—Eso no es cierto. A lo largo de la historia, los Petroff siempre se han dedicado a hacer lo mejor para los Romanov, incluso aunque los Romanov no estuvieran de acuerdo.
Mientras miraba a Max, Nick se dio cuenta de que el padre de _______ estaba obsesionado con ese tema. Max podía ser un hombre coherente en todo lo demás, pero no en eso.
—Ibas a dejar que muriera tu estirpe —dijo Max, —y yo no podía consentirlo.
No había nada más que discutir con él. Para Max el niño que ________ llevaba en su vientre no era más que un peón, pero ese bebé significaba algo muy diferente para Nick , y todos sus instintos paternos afloraron para protegerlo.
—¿Qué coño ha estado tomando ______ ? ¿Qué le diste?
—Nada que pudiera dañar al bebé. Pastillas de fluoruro, eso es todo. —Max se derrumbó en la silla. —Tienes que encontrarla antes de que haga algo estúpido. ¿Y si se ha librado del bebé?
Nick clavó los ojos en el anciano. Poco a poco la amargura se convirtió en piedad al pensar en todos los años que Max había desaprovechado, todos los años que había pasado sin conocer a su maravillosa hija.
—Nada conseguiría que _____ hiciera eso. Tiene agallas, Max. Hará lo que sea para mantener a salvo a ese bebé.
Nick llegó al circo a la mañana siguiente, cuando los primeros camiones entraban en el recinto de Chattanooga. Los días eran más cortos y el verano llegaba a su fin. El circo se dirigía hacia el sur para pasar el invierno cerca de Tampa, donde se instalarían hasta el final de la temporada durante la última semana de octubre. La excedencia de Nick en la universidad concluía en enero y había pensando hacer una investigación en Ucrania antes de incorporarse, pero ahora sabía que no lo haría. Sin ______ todo lo demás carecía de importancia.
Echó un vistazo al recinto. El nuevo asentamiento estaba en una ladera con muy poco espacio llano para montar la carpa principal. Nick tenía ojeras por la falta de sueño, pero le dio la bienvenida al reto. Sabía que eso no apartaría a _____ de sus pensamientos —nada lo hacía, —pero le ayudaría a pasar el tiempo.
Era Trey quien conducía su caravana hasta allí, pero aún no había llegado, así que Nick se dirigió a la carpa de la cocina para tomarse un café bien cargado que calmara el vacío de su estómago. Antes de llenarse la taza, oyó un chillido agudo y exigente. Maldijo por lo bajo y se dirigió hacia donde estaban los elefantes.
Cuando llegó, no le sorprendió ver que Neeco parecía resentido.
—Devuélveme la picana, Nick . Con un solo pinchazo pondremos fin a esta sandez.
A pesar de la petición, Nick sabía que el domador prefería no usar la picana tras su encuentro con Sinjun. Le gustaba pensar que había sido _______ y su manera de tratar a los animales lo que había abierto los ojos de Neeco, porque ahora era más suave con los elefantes y todo marchaba mucho mejor. Pero tenía que asegurarse de que Neeco lo había entendido y de que no volvería a las andadas.
—Mientras siga siendo el jefe, no volverás a usar la picana.
—Entonces, hazlo tú.
Nick se acercó a Tater y el elefante lo abrazó. Le metió la punta de la trompa por el cuello de la camisa para olerlo, igual que hacía con ______ . Nick lo desató y se dirigió al camión que transportaba la carpa con Tater trotando tras él.
Tater había dejado de comer al desaparecer ______ , pero Nick había estado demasiado sumergido en su infierno privado para notarlo. Neeco le obligó a ser consciente de la situación cuando el estado del elefantito comenzó a deteriorarse.
No tardó mucho en comprobar que el elefante encontraba sosiego con su presencia; pero no por Nick , sino porque Tater lo asociaba con _______. Comenzó a comer otra vez y poco después seguía a Nick por el recinto como antes la había seguido a ella.
Los dos se abrieron paso hasta el camión. Desenrollarían la carpa tan pronto decidieran dónde colocar el circo. Brady había llegado antes que él, pero se apartó cuando Nick se acercó. Nick no sabía que hubiera hecho sin Brady; Jack y él se habían encargado de que todo marchara bien durante sus largas ausencias.
Durante las horas siguientes, Nick trabajó codo con codo con los empleados en el montaje. Todavía tenía puesta la ropa que llevaba en el avión, pero tampoco se la cambió cuando llegó Trey con la camioneta. El sudor empapaba la camisa azul de algodón y se le había desgarrado el pantalón del traje gris, pero no le importó. El trabajo le entumecía la mente e impedía que pensara.
Cuando ya no pudo posponerlo más, fue a la caravana con Tater pisándole los talones. Ató el animal cerca de donde Digger había preparado el heno y vaciló al acercarse a la puerta. La caravana olía a _______, tenía su toque, lo único que faltaba era su presencia y él odiaba estar allí dentro.
Entró y se vio torturado por imágenes de ella entrando corriendo por la puerta con las mejillas manchadas, la ropa sucia, la paja enredada en el pelo y un brillo de satisfacción en los ojos. Se acercó a la nevera, pero lo único que encontró fue una lata de cerveza y un yogur que ______ había comprado. Había caducado dos semanas antes, pero no quería tirarlo.
Agarró la cerveza y la abrió mientras se acercaba a Tater. El elefantito se estaba echando el heno en el lomo, y tomó un poco de paja fresca para espolvorear a Nick con ella como gesto de amistad. Nick entendía ahora por qué su esposa siempre llevaba el pelo lleno de heno.
—Estoy seguro de que ______ te echa de menos, amiguito —dijo suavemente, frotando la trompa del elefante.
Se sentiría todavía más perdida sin Sinjun. Existía una extraña comunión entre _______ y el tigre, algo que él nunca había entendido por completo. A su esposa le encantaba trabajar con los animales que nadie más quería: un elefantito problemático, una gorila tímida, un viejo tigre con aire regio... Debía de ser difícil para ella no estar con los seres que amaba. En ese momento se quedó paralizado, se le puso la piel de gallina y se olvidó de respirar. ¿Qué le hacía pensar que no estaba con uno de ellos?
Veinticuatro horas después estaba frente a la verja de la zona tropical del zoo Brookfield de Chicago mirando a Glenna. La gorila estaba sentada sobre la montana rocosa del centro del recinto y comía un tallo de apio. Nick llevaba horas vagando por las pasarelas que rodeaban el hábitat. Le picaban los ojos por la falta de sueño, le dolía la cabeza y notaba como si le ardiera el estómago.
¿Y si se equivocaba? ¿Y si ella no estaba allí después de todo? Había pasado por la oficina de empleo del zoo y sabía que no trabajaba allí. Pero estaba seguro de que -______ querría estar cerca de Glenna. Además, no tenía más pistas y no perdía nada por intentarlo.
«Tonto.» La palabra resonaba en su cabeza como el ruido de una taladradora. «Tonto. Tonto. Tonto. Tonto.»
El pesar que sentía era demasiado privado para ser exhibido y, cuando oyó el murmullo de otro grupo de niños, subió por la senda curva, bordeada por vegetación tropical y una verja de hierro pintada de verde como el bambú y unida por una cuerda. Arriba estaría solo. Glenna se agarró con fuerza a una de las pesadas cuerdas que colgaba de los troncos que coronaban la cima de la montaña de los gorilas y se acercó a él. Parecía sana y feliz en su nuevo hogar. Se bajó, esta vez con una zanahoria.
De repente, la gorila alzó la cabeza y comenzó a emitir ruiditos. Nick siguió la dirección de su mirada y vio cómo ________ se acercaba por el sendero de abajo hacia el animal.
El corazón le palpitó contra las costillas, pero la alegría que amenazó con hacerlo estallar fue sustituida casi de inmediato por ansiedad. Incluso a quince metros era evidente que _____ no llevaba maquillaje y que las líneas de fatiga marcaban su rostro. Llevaba el pelo recogido en la nuca y, por primera vez desde que la conocía, parecía marchita. ¿Dónde estaba la _____ que disfrutaba maquillándose y echándose perfume? ¿La ________ que disfrutaba untándose loción de albaricoque y pintándose los labios de color frambuesa? ¿Dónde estaba la _______ que gastaba toda el agua caliente en una ducha dejando una densa capa de vapor en el cuarto de baño? A Nick se le secó la boca mientras se empapaba con la imagen de su esposa y algo se desgarró en su interior. Ésta era la _____ que él había creado.
Ésta era la _______ con la luz del amor extinguida.
Se acercó más y vio que se le habían hundido las mejillas; se dio cuenta de que había perdido peso. Deslizó la mirada a su vientre, pero la chaqueta floja y los pantalones oscuros le impidieron ver si su cuerpo había experimentado algún cambio. Nick se asustó. ¿Y si había perdido al bebé? ¿Sería ése el castigo que le esperaba a él?
_________ estaba tan concentrada en la silenciosa comunión con la gorila que no vio cómo él se abría paso entre los niños y se acercaba a ella.
—________ —dijo en voz baja.
_______ se puso tensa antes de volverse. La vio palidecer todavía más y cerrar los puños. Lo miró como si se estuviera preparando para escapar y él dio un paso adelante para detenerla, pero la fría expresión de su esposa lo detuvo. Sólo había visto unos ojos tan vacíos como ésos cuando se miraba en el espejo.
—Tenemos que hablar. —Aquellas palabras imitaron inconscientemente las que ella le había dicho tantas veces, y la expresión fría con que lo miró debía de ser un reflejo de la manera en que él la había mirado con frecuencia.
¿Quién era esa mujer? En su cara no asomaba la animación que acostumbraba. Sus enormes ojos violeta estaban tan vacíos que parecía que nunca hubiera llorado. Era como si algo hubiera muerto en su interior y él comenzó a sudar. ¿Habría perdido al bebé? ¿Era ésa la causa de su cambio? «Por favor, que no le haya pasado nada al bebé.»
—No hay nada de qué hablar. —Se volvió y se alejó atravesando la cortina de cuerda que servía de entrada al hábitat. Él la siguió y la tomó del brazo sin pensar.
—Suéltame.
¿Cuántas veces le había dicho eso ______ cuando él la arrastraba por el recinto del circo o la sacaba de la cama al amanecer? Pero en ese momento las palabras carecían de la fuerza anterior. Miró la cara pálida e inexpresiva de su esposa. «¿Qué te he hecho, mi amor?»
—Sólo quiero hablar contigo —dijo él con rapidez, apartándola de la gente.
Ella miró en silencio la mano con que le rodeaba el brazo.
—Si lo que quieres es que aborte, es demasiado tarde.
Nick quiso echar la cabeza hacia atrás y aullar. ________ había perdido el bebé y era culpa suya.
—No sabes cuánto lo siento —dijo a duras penas, dejando caer la mano.
—Oh, ya lo sé —dijo ella con una extraña calma, —me lo dejaste muy claro.
—Yo no te dejé claro nada. No te dije que te amaba. Lo único que te dije fue un montón de estupideces. Cosas que no sentía de verdad. —A Nick le dolían los brazos por el deseo de abrazarla, pero _____ había erigido una barrera invisible a su alrededor. —Olvidémonos de todo eso, cariño. Vamos a empezar de cero. Te prometo que todo será distinto esta vez.
—Tengo que irme. No puedo llegar tarde al trabajo.
Fue como sí él no hubiera hablado. Le había dicho que la amaba, pero no había servido de nada. _______ sólo quería irse y no volver a verlo nunca más.
La determinación de Nick se hizo más fuerte. No podía dejar que ocurriera eso. Ya se ocuparía más tarde de su pesar. Antes haría lo que fuera necesario para recuperar a su esposa.
—Te vienes conmigo.
—Ni hablar. Tengo que ir a trabajar.
—¿Y qué pasa con nuestro matrimonio?
—No es un matrimonio de verdad. Nunca fue más que un acuerdo legal.
—Ahora es de verdad. Hicimos unos votos, _______. Unos votos sagrados. Y eso es tan cierto como que estamos aquí.
A _______ le tembló el labio inferior.
—¿Por qué haces esto? Ya te he dicho que es muy tarde para que aborte.
Sufría por ella. A pesar de lo intenso que era su dolor, sabía que no podía ser tan intenso como el de _______.
—No te preocupes, cariño. Lo intentaremos otra vez. En cuanto el médico nos lo permita.
—¿De qué estás hablando?
—Quería a este bebé tanto como tú, pero no me di cuenta de ello hasta que desapareciste. Sé que es culpa mía que lo hayas perdido. Si te hubiera cuidado mejor nunca habría ocurrido.
______ frunció el ceño.
—No he perdido al bebé. —Lo miró a los ojos. —Aún estoy embarazada.
—Pero has dicho... cuando te dije que quería hablar contigo, dijiste que era demasiado tarde para que abortaras.
—Estoy de cuatro meses y medio. El aborto ya no es legal.
Mientras él se sentía inundado por la alegría, _______ torció la boca en un gesto de cinismo que nunca hubiera imaginado en ella.
—Eso cambia las cosas, ¿no, Nick ? Ahora que sabes que el pastel sigue en el horno y que va a quedarse ahí, supongo que ya no estarás tan ansioso por que regrese.
Nick se vio embargado por tantas emociones que no sabía cómo asimilarlas. Aún estaba embarazada. Lo odiaba. No quería volver con él. No podía manejar tal caos emocional, así que recurrió a lo práctico.
—¿Estás yendo al médico?
—Voy a una consulta no lejos de aquí.
—¿A una consulta? —Él tenía una fortuna en el banco y su esposa iba a una consulta. Tenía que llevársela a un lugar donde pudiera borrar a besos esa implacable y resuelta mirada de su cara, pero la única manera de hacerlo era intimidándola.
—No creo que hayas estado cuidándote demasiado. Estás delgada y pálida. Y tan nerviosa que parece que te vaya a dar un ataque.
—¿Y a ti qué te importa? No quieres al bebé.
—Oh, claro que quiero al bebé. Puede que actuara como un bastardo cuando me diste la buena nueva, pero te aseguro que he recuperado la cordura. Sé que no quieres volver conmigo ahora, pero no tienes otra opción. Es peligroso para a ti y para el bebé, _______, y no voy a permitir que sigas así.
Nick supo que había encontrado su punto débil, pero ella se siguió oponiendo a él con terquedad.
—No es asunto tuyo.
—Claro que sí. Voy a asegurarme de que tanto tú como el bebé estéis bien. —En los ojos de ______ apareció una mirada recelosa. —No me importa jugar sucio —añadió Nick en voz baja, —pienso descubrir dónde trabajas y me encargaré de que te despidan.
—¿Me harías eso?
—Sin pensarlo dos veces.
______ hundió los hombros y él supo que había ganado, pero no sintió ninguna satisfacción.
—Ya no te amo —susurró ella. —No te amo en absoluto.
A él se le puso un nudo en la garganta.
—No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos.
:crybaby: :crybaby: :crybaby:
#Verónica
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
CAPÍTULO 23
Nick acompañó a ______ a una casa modesta en una calle de un barrio obrero bastante alejado del zoológico. Había una escultura de escayola de la Virgen María en el diminuto patio delantero, al lado de unos girasoles que rodeaban un parterre de petunias rosadas. ______ había alquilado una habitación en la parte trasera con vistas a la vía del tren. Mientras ella recogía sus escasas pertenencias, él fue a pagar a la casera sólo para descubrir que ______ ya había pagado el alquiler por adelantado.
Gracias a la charlatana mujer se enteró de que _______ trabajaba como recepcionista en un salón de belleza durante el día y de camarera en una cafetería del barrio por la noche. No era de extrañar que pareciera tan cansada. No tenía coche y tenía que ir andando o en autobús a todas partes; ahorraba todo lo que ganaba para cuando naciera el bebé. El hecho de que su esposa hubiera vivido en la miseria mientras él tenía dos automóviles de lujo y una casa llena de obras de arte de incalculable valor sólo contribuyó a hacerlo sentir más culpable.
Antes de ponerse en camino, Nick consideró por un momento llevarla a su casa en Connecticut, pero al instante rechazó la idea. Ella necesitaba más que una curación física, necesitaba una curación emocional y tal vez los anímales que amaba la ayudarían a conseguirla.
Aquello le resultaba tan familiar que ______ sintió una momentánea felicidad cuando la camioneta se detuvo. Nick y ella estaban en la carretera, camino de la siguiente ubicación del circo. Estaba enamorada y embarazada y... Se despertó de golpe cuando la realidad se abatió sobre ella.
Nick sacó la llave del contacto y abrió la puerta.
—Tengo que dormir un poco o acabaremos empotrándonos contra un árbol. Pasaremos aquí la noche. —Bajó de la camioneta y cerró la puerta.
_______ se reclinó en el asiento y cerró los ojos ante el brillante crepúsculo; también cerró el corazón a la dulzura que escuchaba en la voz de Nick . Él se sentía culpable, cualquiera podía verlo, pero no dejaría que eso la ablandara. Seguro que él se sentía mejor después de haberle dicho todas aquellas mentiras, pero si ella las creía acabaría atrapada. Tenía que proteger a su bebé; ya no podía permitirse el lujo de ser optimista.
Nick le había dicho que Amelia y su padre habían sustituido las píldoras anticonceptivas y se había disculpado por no haber confiado en ella. Otra cosa que lo hacía sentirse culpable. Ella lo ignoró.
¿Por qué Nick no podía dejarla sola? ¿Por qué la había obligado a regresar con él? Por primera vez en semanas, todas las emociones que mantenía bajo control irrumpieron en su interior. Apretó los nudillos contra los labios y luchó por contener todos aquellos sentimientos hasta que volvió a erigir el muro que la había mantenido en pie el último mes.
Ella siempre se había dejado llevar por las emociones, pero si quería sobrevivir no podía seguir así. El orgullo lo es todo, le había dicho Nick , y era cierto. Fue el orgullo lo que la sostuvo. Lo que consiguió que contestara al teléfono en la peluquería un día tras otro y que pasara las noches cargando las pesadas bandejas con aquella comida grasienta que le producía náuseas. El orgullo fue lo que puso un techo sobre su cabeza y lo que le hizo ganar dinero para el futuro. El orgullo la mantuvo en pie cuando el amor la traicionó.
¿Y ahora qué? Por primera vez en semanas, experimentaba temor por algo que no tenía nada que ver con poder pagar el alquiler. Le daba miedo Nick . ¿Qué quería de ella?
«La peor amenaza para los tigres jóvenes es un tigre adulto. Los tigres no mantienen fuertes vínculos familiares como los leones o los elefantes. No es inusual que un tigre mate a su cachorro.»
Forcejeó con el tirador de la puerta sólo para ver que su marido se dirigía hacia ella.
Nick apartó la silla de la mesa donde el camarero del servicio de habitaciones había puesto la comida que había pedido.
—Siéntate y come, ______.
Nick no había escogido un motelucho de carretera, de eso nada; los había instalado en una suite de lujo en un reluciente y novísimo hotel Marriott a orillas del río Ohio, en la frontera entre Indiana y Kentucky. ______ recordó cómo acostumbraba a contar los peniques cuando iba a hacer la compra y el sermón que le soltaba a Nick cuando adquiría una botella de vino de buena cosecha. Cómo debía de haberse reído de ella.
—Te he dicho que no tengo hambre.
—Entonces siéntate y acompáñame.
A _______ le costó menos sentarse en la silla que discutir con él. Nick se ajustó el nudo del cinturón del albornoz blanco que se había puesto tras la ducha y se sentó frente a ella. Tenía el pelo húmedo y se le rizaba en las sienes. Necesitaba un buen corte.
Nick bajó la vista a la ingente cantidad de comida que había pedido para ______: una enorme ensalada, pechugas de pollo con salsa de champiñones, patatas al horno, pasta, lasaña, dos panecillos, un gran vaso de leche y una ración de tarta de queso.
—No puedo comerme todo esto.
—Estoy hambriento. Comeré parte de lo tuyo.
Aunque a él le gustaba comer, no comía tanto como para dar cuenta de todo aquello. ______ sintió el estómago revuelto. Había tenido problemas para retener la comida cuando abandonó a Nick y durante todo el primer trimestre de embarazo.
—Prueba esto —Nick tomó un poco de lasaña de su plato y la acercó a sus labios. Cuando ella abrió la boca para negarse, él se la metió dentro con rapidez, obligándola a tragársela.
—He dicho que no tengo hambre.
—Pruébala. Está buena, ¿verdad?
Para sorpresa de ______, en cuanto pasó la impresión inicial, la lasaña sabía bien, aunque no pensaba decírselo. Tomó un sorbo de agua.
—De verdad, no quiero nada más.
—No me sorprende —Nick señaló el pollo. —Tiene pinta de estar seco.
—Está flotando en salsa. No está seco.
—Créeme, ______, este pollo está tan seco como la suela de un zapato.
—No sabes lo que dices.
—Déjame probar.
Ella pinchó el pollo con el tenedor y cuando comió un trozo, vio que era jugoso.
—Aquí tienes. —______le acercó el tenedor.
Él abrió obedientemente la boca, lo masticó e hizo una mueca.
—Seco.
________ agarró el cuchillo con rapidez, cortó un pedazo para ella y se lo comió. Estaba tan delicioso como parecía.
—El pollo está riquísimo.
—Supongo que no me sabe a nada por culpa de la lasaña. Déjame probar la pasta.
Irritada, ______ lo observó girar el tenedor en la pasta y metérselo en la boca. Un momento después, él dio su veredicto.
—Lleva demasiado condimento.
—Ahora prefiero la comida muy especiada.
—Luego no me digas que no te lo dije.
Ella cogió un poco de pasta que goteó en el mantel cuando se la llevó a la boca. Estaba suave y sabrosa.
—No está demasiado condimentada.
Se dispuso a coger otro bocado pero detuvo el tenedor en el aire. Se dio cuenta de que la estaba engañando. Lo miró y dejó el tenedor en el plato.
—Otro juego de poder.
Los dedos largos y delgados de Nick se cerraron en torno a su muñeca mientras la miraba con una preocupación que ______ no se creyó ni por un momento.
—Por favor, ______, me asusta lo delgada que estás. Tienes que comer por el bien del bebé.
—¡No me digas lo que tengo que hacer! —La atravesó una sensación dolorosa. Contuvo las palabras que había estado a punto de decir y se escudó detrás de la gélida barrera que la mantenía a salvo. Las emociones eran sus enemigas, aunque debía hacer lo más conveniente para su hijo.
Sin decir nada más, se concentró en la comida y tragó hasta que no pudo más. Ignoró los intentos de Nick por entablar conversación y que él no comiera casi nada. ______ se había escapado mentalmente a un bello prado donde su bebé y ella eran libres, donde les protegía un poderoso tigre llamado Sinjun, que los amaba y que no se pasaba el día encerrado en una jaula.
—Estás agotada —dijo Nick cuando ella dejó el tenedor sobre el plato. —Los dos necesitamos dormir. Nos acostaremos temprano.
______ se levantó de la mesa, cogió sus cosas y entró en el baño; se permitió el placer de darse una larga ducha. Cuando salió, la suite estaba a oscuras, alumbrada sólo por la tenue luz que se filtraba por la abertura en las cortinas. Nick estaba acostado boca arriba en uno de los lados de la enorme cama.
Ella estaba tan cansada que casi no se mantenía en pie, pero el pecho desnudo de Nick impidió que se acercara a la cama.
—Está bien —susurró él en la oscuridad. —No te tocaré, cariño.
_______ permaneció donde estaba hasta que se dio cuenta que le daba lo mismo si la tocaba o no. No le importaba lo que él hiciera porque no sentía nada.
Nick metió las manos en los bolsillos del impermeable y se apoyó en la cerca contra huracanes que marcaba el borde del recinto donde pasarían los dos días siguientes. Estaban en Monroe County, Georgia; la fresca brisa de esa mañana del mes de octubre traía la esencia del invierno.
Brady se acercó a él.
—Tienes un aspecto horrible.
—Bueno, tú no pareces estar mucho mejor.
—Mujeres —bufó Brady. —No se puede vivir con ellas, pero tampoco sin ellas.
Nick ni siquiera logró esbozar una sonrisa. Puede que Brady tuviera problemas con Sheba, pero al menos su relación con Heather iba viento en popa. Pasaban mucho tiempo juntos, y era un entrenador más paciente que nunca. Algo que daba frutos, porque las actuaciones de Heather habían mejorado sustancialmente.
_______ y él habían regresado diez días antes y todos se habían dado cuenta de que a _______ le pasaba algo malo. Su esposa ya no se reía ni rondaba por el recinto con su coleta rebotando al viento. Era educada con todos —incluso ayudaba a Heather con los deberes, —pero todas las cualidades especiales que la hacían ser como era parecían haber desaparecido. Y todos esperaban que él tomara cartas en el asunto.
Brady cogió un palillo del bolsillo do su camisa y se lo puso en la boca.
—_______ no parece la misma.
—Son los primeros meses de embarazo, nada más.
Brady no pareció convencido.
—Echo de menos cómo era. Bueno, no echo de menos que meta la nariz en mis asuntos como solía hacerlo, eso te lo aseguro, pero sí que añoro la manera en que se preocupaba por todos. Parece que ahora sólo le interesan Sinjun y los elefantes.
—Lo superará.
—Supongo.
Observaron en silencio cómo un camión descargaba heno. Nick miró cómo _______ lavaba a Puddin. Le había dicho que no quería que siguiera trabajando, pero ella le respondió que se había acostumbrado a hacerlo. Luego había intentado que se mantuviera alejada de los elefantes a excepción de Tater, temiendo que alguno le hiciera daño. ________ lo había mirado sin responder y había hecho lo que le vino en gana.
Brady se cruzó de brazos.
—Creo que deberías saber que anoche volví a verla dentro de la jaula de Sinjun.
—¡Maldita sea! Te juro que la esposaré para que se mantenga alejada de la jaula de ese tigre.
—Me asusta cómo está. Odio verla así.
—Bueno, pues no eres el único.
—¿Por qué no haces algo?
—¿Qué me sugieres? He hecho traer uno de mis coches desde Connecticut para que no tuviera que desplazarse en la camioneta, pero me dijo que le gustaba la camioneta. Le he comprado flores, pero las ignora. Intenté que nos trasladáramos a una caravana RV nueva, pero casi le dio un ataque cuando se enteró, así que lo dejé pasar. Ya no sé qué hacer. —Nick se pasó una mano por el pelo. —Pero ¿por qué te cuento todo esto? Si supieras algo de mujeres no andarías detrás de Sheba.
—No pienso discutir contigo.
—________ se pondrá bien. Es sólo cuestión de tiempo.
—Puede que tengas razón.
—Te aseguro que la tengo.
Si se lo repetía lo suficiente, tal vez se convertiría en realidad. La echaba de menos. Ahora ___-_-ya no lloraba. Aquellas lágrimas repentinas que habían sido parte de ella como el aire que respiraba, habían desaparecido; era como si se hubiese anestesiado para no sentir nada. Recordaba cómo solía lanzarse a sus brazos desde la rampa del camión, su risa, cómo le acariciaba el pelo. La necesitaba como nunca había necesitado a nadie... Y para colmo, la noche anterior había tocado fondo.
Hizo una mueca sólo de recordarlo.
Estaba soñando que _________ le sonreía como antes, con su cara iluminada por completo y ofreciéndose a él. Se había despertado acurrucado contra ella. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que habían hecho el amor y la deseaba demasiado para alejarse.
Le deslizó la mano por la cadera y por el vientre redondeado. Ella se despertó al momento y se tensó bajo sus caricias, pero no se apartó. Ni siquiera se resistió cuando le separó los muslos y se colocó encima. ______ se mantuvo inmóvil mientras él añadía un pecado más a la lista de los que ya había cometido contra ella. Se había sentido como un violador y esa mañana ni siquiera se había afeitado para no verse en el espejo.
—Sigue hablando con Heather —dijo Brady. —Pero no como solía hacerlo. Heather está tan preocupada como todos nosotros.
Heather terminó los tacos que Sheba había preparado y se limpió los dedos en la servilleta de papel.
—¿Quieres saber lo que me dijo mi padre ayer por la noche?
Sheba la miró desde el fregadero.
—Claro.
Heather sonrió ampliamente, luego resopló.
—Me dijo: «Bueno, Heather, saca tus cosas del sofá. Que te quiera tanto no significa que quiera mancharme el culo de maquillaje.»
Sheba se rio.
—Tu padre sabe cómo engatusar a la gente.
—Sheba, aquel día en el aeropuerto... —Heather parpadeó. —Mi padre tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Te quiere mucho.
—Supongo que sí. —Su sonrisa se desvaneció. —Me siento culpable de ser tan feliz cuando _______ está tan jodida. Ayer dije «joder» delante de ella y ni siquiera se inmutó.
Sheba pasó un paño por la encimera de la cocina.
—No hacéis más que hablar de ella. Me pone enferma.
—Eso es porque no la soportas. No entiendo por qué. Quiero decir que sé que Nick y tú estuvisteis saliendo y todo eso, pero a ti ya no te interesa él y ________ está muy deprimida. ¿Qué es lo que tienes contra ella?
—Lo que pasa es que Sheba no puede aguantar que haya alguien que no la considere el ombligo del mundo. —Brady estaba al lado de la puerta, aunque ninguna de las dos lo había oído entrar.
Sheba se volvió hacia él hecha una furia.
—¿No sabes llamar a la puerta?
Heather suspiró.
—¿Vais a empezar a discutir otra vez?
—Yo no discuto —dijo Brady. —Es ella.
—¡Ja! Se cree que puede decirme lo que tengo que hacer y no pienso consentirlo.
—Eso es lo que él dice de ti —señaló Heather con paciencia. Y luego, aunque pensaba que gastaba saliva inútilmente añadió: —Si os casarais de una vez por todas estaríais tan ocupados dándoos órdenes mutuamente que nos dejaríais en paz a todos los demás.
—¡No me casaría con él por nada del mundo!
—¡No me casaría con ella aunque fuera la última mujer de la tierra!
—Entonces no deberíais acostaros juntos. —Heather imitó lo mejor que supo a ______ Markov. —Papá, sé que sales a hurtadillas todas las noches para dormir con ella, pero mantener relaciones sexuales con otra persona sin estar enamorado de ella es inmoral.
Sheba se puso roja. Su padre abrió y cerró la boca un par de veces como si fuera una carpa dorada, luego comenzó a farfullar.
—No sabes lo que dices, señorita. Sheba y yo sólo somos amigos, eso es todo. Tuvo problemas con el depósito de agua y yo...
Heather puso los ojos en blanco.
—No soy imbécil, papá.
—Escúchame...
—¿Qué clase de ejemplo crees que me estás dando? Ayer mismo leí algo sobre madurez psicológica en mis deberes, y parece que tengo dos cosas en mi contra.
—¿Cuáles?
—Perdí a mi madre y soy producto de una familia desestructurada. Eso y lo que veo que hacen los dos adultos más influyentes de mi vida hace que tenga muchas posibilidades de acabar embarazada antes de cumplir los veinte años.
Brady arqueó las cejas hasta que prácticamente se perdieron en el nacimiento del pelo, y Heather llegó a pensar que perdería c! control. Aunque Brady ya no le daba el mismo miedo que antes, no era estúpida.
—Me piro. Nos vemos, chicos.
Cerró de un portazo al salir de la caravana.
—¡Qué cabrita!
—Siéntate —dijo Sheba. —Sólo intenta decirnos algo.
—¿Qué?
—Que deberíamos casarnos. —Sheba se llevó un trozo de carne a la boca. —Lo que demuestra lo poco que sabe de la vida.
—No la has entendido bien.
—Aún no se ha dado cuenta de lo incompatibles que somos.
—Excepto ahí dentro. —Brady señaló con la cabeza el dormitorio de la parte de atrás.
—Bueno, lo cierto es... —Una astuta sonrisa se extendió por la cara de Sheba— que parece que los chicos de las clases bajas tenéis vuestra utilidad.
—Pues claro que la tenemos. —La tomó entre sus brazos y ella se apretó contra él. Comenzó a besarla, pero se apartó porque los dos tenían cosas que hacer y una vez que empezaban no habría nada que los detuviera.
Brady notó la preocupación en los ojos de Sheba.
—La temporada termina —dijo ella. —En un par de semanas estaremos en Tampa.
—Nos veremos en invierno.
—¿Quién ha dicho que quiera verte?
Sheba mentía y los dos lo sabían. Estaban muy a gusto juntos, pero Brady tenía el presentimiento de que ella quería algo que él no podía darle.
Enterró los labios en el pelo de Sheba.
—Sheba, tengo que protegerme de ti. Creo que te amo, pero no puedo casarme contigo. Soy un hombre orgulloso y tú siempre estás pisoteando mi orgullo.
Ella se tensó y se alejó de él, lanzándole una mirada tan desdeñosa que Brady se sintió como una cucaracha.
—Creo que nadie ha hablado de matrimonio.
Brady no sabía expresarse bien, pero había algo importante que quería decirle desde hacía tiempo.
—Me gustaría casarme contigo, pero me resultaría imposible estar casado con alguien que disfruta humillándome todo el tiempo.
—¿Qué dices? Tú también me humillas.
—Sí, pero yo lo hago sin querer y tú no. Hay una gran diferencia. Lo cierto es que te crees mejor que los demás. Piensas que eres perfecta.
—Nunca he dicho eso.
—Entonces cuéntame algo malo de ti.
—Ya no soy tan buena trapecista como antes.
—No hablo de eso. Hablo de algo que tengas dentro, algo que no sea como debería ser. A todos nos pasa.
—No me pasa nada malo, no sé de qué me hablas.
Brady negó tristemente con la cabeza.
—Te conozco, nena. Y hasta que no resuelvas eso, no hay esperanza para nosotros.
La soltó y se dio la vuelta para marcharse, pero antes de que él llegara a la puerta, Sheba comenzó a gritar:
—¡No sabes nada de mí! Que sea dura no quiere decir que sea una mala persona. ¡No lo soy, maldita sea! ¡Soy buena!
—Además, eres una esnob —repuso él, mirándola. —Sólo te importa lo que tú sientes. Hieres a los demás. Estás obsesionada con el pasado y eres la persona más engreída que he conocido nunca.
Por un momento Sheba se quedó atontada, pero luego volvió a gritar:
—¡Mentiroso! ¡Soy buena! ¡Lo soy!
El grito furioso de Sheba hizo que Brady se estremeciera. Supo que ella le atacaría y logró salir antes de que estrellara el plato de tacos contra la puerta.
Mientras daba vueltas esa noche por el recinto, _______ se dio cuenta de que hubiera preferido seguir actuando con Nick . Al menos hubiera estado ocupada. Cuando le había dicho que no iba a volver a la pista con él, no sintió ni alegría ni decepción. Le dio igual. En las últimas semanas había descubierto un dolor mucho más profundo que cualquiera que pudiera provocarle con el látigo.
Observó el bullicio de la multitud al otro lado del recinto. Los niños cansados se aferraban a sus madres y los padres llevaban en brazos a los más pequeños con manchas de manzana de caramelo en las bocas. Antes, ver a esos padres hubiera hecho que los ojos se le llenasen de lágrimas de emoción, pues imaginaba a Nick llevando en brazos a su hijo. Pero ahora tenía los ojos secos. Junto con todo lo demás, había perdido la capacidad de llorar.
Como el circo permanecería allí esa noche, los empleados tenían la urde libre y se habían dirigido al pueblo en busca de comida y alcohol. El recinto se fue quedando en silencio. Mientras Nick se ocupaba de Misha, ella se puso una de las viejas sudaderas de su marido y se movió entre los elefantes dormidos hasta llegar a Tater. Se arrodilló y se acurrucó entre las patas delanteras del animal y dejó que le apoyase la trompa en las rodillas.
Se arrebujó dentro de la sudadera de Nick . La suave prenda olía a él, a esa particular combinación de jabón, sol y cuero que ella habría reconocido en cualquier parte. ¿Llegaría a perder todo lo que amaba?
Oyó unos pasos. Tater se incorporó sobre los cuartos traseros y ______ vio un par de piernas enfundadas en vaqueros que no tuvo ninguna dificultad en reconocer.
Nick se puso en cuclillas a su lado y apoyó los codos en las rodillas, dejando colgar las manos entre ellas. Parecía tan triste que por una fracción de segundo quiso consolarlo.
—Por favor, sal de ahí —susurró él. —Te necesito tanto.
________ apoyó la mejilla contra la arrugada piel del pecho de Tater.
—Creo que me quedaré aquí un rato más.
Nick hundió los hombros y pasó un dedo por el suelo.
—Mi casa... es grande. Hay una habitación de invitados con una buena vista del bosque que hay al sur.
______ soltó el aliento con un suave suspiro.
—Hace frío esta noche. Va a nevar.
—He pensado que podríamos convertirla en una habitación infantil. Es una estancia agradable, soleada, con un gran ventanal. Tal vez podríamos tener allí una mecedora.
—Siempre me ha gustado la nieve.
Los animales se movieron y uno de ellos bufó en sueños. Tater levantó la trompa de la rodilla de ______ y la pasó por los hombros de Nick . El tono suave de Nick no disimuló su amargura.
—¿No vas a perdonarme nunca? —Ella no dijo nada. —Te amo, _______. Te amo tanto.
Ella oyó el sufrimiento en su voz, vio la vulnerabilidad en su cara y, si bien sabía que era debido a lo culpable que se sentía, ______ había sufrido demasiado dolor para encontrar placer en infligírselo a otro, en especial a alguien que era tan importante para ella.
—Tú no sabes cómo amar, Nick .
—Puede que eso fuera cierto antes, pero ya no lo es.
Tal vez fuera por lo cómoda que se sentía bajo el corazón de Tater, o tal vez fuera el dolor de Nick , pero ______ sintió que la gélida barrera que rodeaba su corazón comenzaba a agrietarse. A pesar de todo, todavía lo amaba. Se había mentido a sí misma cuando se dijo que no lo hacía. Él era su alma gemela y su corazón siempre le pertenecería. Con esa certeza llegó un conocimiento más profundo y amargo. Si volvía a caer víctima del amor que sentía por él, podría acabar destruida y, por el bien del bebé, no podía permitir que eso ocurriera.
—¿Es que no lo ves? Sólo te sientes culpable.
—Eso no es cierto.
—Eres un hombre orgulloso. Has violado tu código del honor e intentas arreglarlo. Lo entiendo, pero no voy a dejar que mi vida se base en unas palabras que no sientes de verdad. Este bebé es demasiado importante para mí.
—El bebé también es importante para mí.
Ella hizo una mueca de dolor.
—No digas eso, por favor.
—Te probaría mi amor si pudiera, pero no sé cómo hacerlo.
—Tienes que dejarme ir. Sé que eso heriría tu orgullo y lo siento, pero vivir contigo así es demasiado duro para mí.
Él no dijo nada. Ella cerró los ojos e intentó ocultarse tras la helada barrera que la había mantenido en pie hasta entonces, pero Nick había provocado demasiadas grietas.
—Por favor, Nick —susurró entrecortadamente. —Por favor, deja que me vaya.
La voz de Nick apenas era un susurro.
—¿Es eso lo que quieres de verdad?
_______ asintió con la cabeza.
Jamás había pensado que lo vería tan derrotado, pero en ese momento la chispa que ardía en el interior de Nick pareció apagarse.
—Vale —dijo con voz ronca. —Que sea como tú quieras.
Si eso era lo que quería, ¿por qué le dolía tanto?
A su lado se movió una sombra, pero los dos estaban demasiado absortos en su sufrimiento para darse cuenta de que alguien más había escuchado la conversación.
:( :(
Nick acompañó a ______ a una casa modesta en una calle de un barrio obrero bastante alejado del zoológico. Había una escultura de escayola de la Virgen María en el diminuto patio delantero, al lado de unos girasoles que rodeaban un parterre de petunias rosadas. ______ había alquilado una habitación en la parte trasera con vistas a la vía del tren. Mientras ella recogía sus escasas pertenencias, él fue a pagar a la casera sólo para descubrir que ______ ya había pagado el alquiler por adelantado.
Gracias a la charlatana mujer se enteró de que _______ trabajaba como recepcionista en un salón de belleza durante el día y de camarera en una cafetería del barrio por la noche. No era de extrañar que pareciera tan cansada. No tenía coche y tenía que ir andando o en autobús a todas partes; ahorraba todo lo que ganaba para cuando naciera el bebé. El hecho de que su esposa hubiera vivido en la miseria mientras él tenía dos automóviles de lujo y una casa llena de obras de arte de incalculable valor sólo contribuyó a hacerlo sentir más culpable.
Antes de ponerse en camino, Nick consideró por un momento llevarla a su casa en Connecticut, pero al instante rechazó la idea. Ella necesitaba más que una curación física, necesitaba una curación emocional y tal vez los anímales que amaba la ayudarían a conseguirla.
Aquello le resultaba tan familiar que ______ sintió una momentánea felicidad cuando la camioneta se detuvo. Nick y ella estaban en la carretera, camino de la siguiente ubicación del circo. Estaba enamorada y embarazada y... Se despertó de golpe cuando la realidad se abatió sobre ella.
Nick sacó la llave del contacto y abrió la puerta.
—Tengo que dormir un poco o acabaremos empotrándonos contra un árbol. Pasaremos aquí la noche. —Bajó de la camioneta y cerró la puerta.
_______ se reclinó en el asiento y cerró los ojos ante el brillante crepúsculo; también cerró el corazón a la dulzura que escuchaba en la voz de Nick . Él se sentía culpable, cualquiera podía verlo, pero no dejaría que eso la ablandara. Seguro que él se sentía mejor después de haberle dicho todas aquellas mentiras, pero si ella las creía acabaría atrapada. Tenía que proteger a su bebé; ya no podía permitirse el lujo de ser optimista.
Nick le había dicho que Amelia y su padre habían sustituido las píldoras anticonceptivas y se había disculpado por no haber confiado en ella. Otra cosa que lo hacía sentirse culpable. Ella lo ignoró.
¿Por qué Nick no podía dejarla sola? ¿Por qué la había obligado a regresar con él? Por primera vez en semanas, todas las emociones que mantenía bajo control irrumpieron en su interior. Apretó los nudillos contra los labios y luchó por contener todos aquellos sentimientos hasta que volvió a erigir el muro que la había mantenido en pie el último mes.
Ella siempre se había dejado llevar por las emociones, pero si quería sobrevivir no podía seguir así. El orgullo lo es todo, le había dicho Nick , y era cierto. Fue el orgullo lo que la sostuvo. Lo que consiguió que contestara al teléfono en la peluquería un día tras otro y que pasara las noches cargando las pesadas bandejas con aquella comida grasienta que le producía náuseas. El orgullo fue lo que puso un techo sobre su cabeza y lo que le hizo ganar dinero para el futuro. El orgullo la mantuvo en pie cuando el amor la traicionó.
¿Y ahora qué? Por primera vez en semanas, experimentaba temor por algo que no tenía nada que ver con poder pagar el alquiler. Le daba miedo Nick . ¿Qué quería de ella?
«La peor amenaza para los tigres jóvenes es un tigre adulto. Los tigres no mantienen fuertes vínculos familiares como los leones o los elefantes. No es inusual que un tigre mate a su cachorro.»
Forcejeó con el tirador de la puerta sólo para ver que su marido se dirigía hacia ella.
Nick apartó la silla de la mesa donde el camarero del servicio de habitaciones había puesto la comida que había pedido.
—Siéntate y come, ______.
Nick no había escogido un motelucho de carretera, de eso nada; los había instalado en una suite de lujo en un reluciente y novísimo hotel Marriott a orillas del río Ohio, en la frontera entre Indiana y Kentucky. ______ recordó cómo acostumbraba a contar los peniques cuando iba a hacer la compra y el sermón que le soltaba a Nick cuando adquiría una botella de vino de buena cosecha. Cómo debía de haberse reído de ella.
—Te he dicho que no tengo hambre.
—Entonces siéntate y acompáñame.
A _______ le costó menos sentarse en la silla que discutir con él. Nick se ajustó el nudo del cinturón del albornoz blanco que se había puesto tras la ducha y se sentó frente a ella. Tenía el pelo húmedo y se le rizaba en las sienes. Necesitaba un buen corte.
Nick bajó la vista a la ingente cantidad de comida que había pedido para ______: una enorme ensalada, pechugas de pollo con salsa de champiñones, patatas al horno, pasta, lasaña, dos panecillos, un gran vaso de leche y una ración de tarta de queso.
—No puedo comerme todo esto.
—Estoy hambriento. Comeré parte de lo tuyo.
Aunque a él le gustaba comer, no comía tanto como para dar cuenta de todo aquello. ______ sintió el estómago revuelto. Había tenido problemas para retener la comida cuando abandonó a Nick y durante todo el primer trimestre de embarazo.
—Prueba esto —Nick tomó un poco de lasaña de su plato y la acercó a sus labios. Cuando ella abrió la boca para negarse, él se la metió dentro con rapidez, obligándola a tragársela.
—He dicho que no tengo hambre.
—Pruébala. Está buena, ¿verdad?
Para sorpresa de ______, en cuanto pasó la impresión inicial, la lasaña sabía bien, aunque no pensaba decírselo. Tomó un sorbo de agua.
—De verdad, no quiero nada más.
—No me sorprende —Nick señaló el pollo. —Tiene pinta de estar seco.
—Está flotando en salsa. No está seco.
—Créeme, ______, este pollo está tan seco como la suela de un zapato.
—No sabes lo que dices.
—Déjame probar.
Ella pinchó el pollo con el tenedor y cuando comió un trozo, vio que era jugoso.
—Aquí tienes. —______le acercó el tenedor.
Él abrió obedientemente la boca, lo masticó e hizo una mueca.
—Seco.
________ agarró el cuchillo con rapidez, cortó un pedazo para ella y se lo comió. Estaba tan delicioso como parecía.
—El pollo está riquísimo.
—Supongo que no me sabe a nada por culpa de la lasaña. Déjame probar la pasta.
Irritada, ______ lo observó girar el tenedor en la pasta y metérselo en la boca. Un momento después, él dio su veredicto.
—Lleva demasiado condimento.
—Ahora prefiero la comida muy especiada.
—Luego no me digas que no te lo dije.
Ella cogió un poco de pasta que goteó en el mantel cuando se la llevó a la boca. Estaba suave y sabrosa.
—No está demasiado condimentada.
Se dispuso a coger otro bocado pero detuvo el tenedor en el aire. Se dio cuenta de que la estaba engañando. Lo miró y dejó el tenedor en el plato.
—Otro juego de poder.
Los dedos largos y delgados de Nick se cerraron en torno a su muñeca mientras la miraba con una preocupación que ______ no se creyó ni por un momento.
—Por favor, ______, me asusta lo delgada que estás. Tienes que comer por el bien del bebé.
—¡No me digas lo que tengo que hacer! —La atravesó una sensación dolorosa. Contuvo las palabras que había estado a punto de decir y se escudó detrás de la gélida barrera que la mantenía a salvo. Las emociones eran sus enemigas, aunque debía hacer lo más conveniente para su hijo.
Sin decir nada más, se concentró en la comida y tragó hasta que no pudo más. Ignoró los intentos de Nick por entablar conversación y que él no comiera casi nada. ______ se había escapado mentalmente a un bello prado donde su bebé y ella eran libres, donde les protegía un poderoso tigre llamado Sinjun, que los amaba y que no se pasaba el día encerrado en una jaula.
—Estás agotada —dijo Nick cuando ella dejó el tenedor sobre el plato. —Los dos necesitamos dormir. Nos acostaremos temprano.
______ se levantó de la mesa, cogió sus cosas y entró en el baño; se permitió el placer de darse una larga ducha. Cuando salió, la suite estaba a oscuras, alumbrada sólo por la tenue luz que se filtraba por la abertura en las cortinas. Nick estaba acostado boca arriba en uno de los lados de la enorme cama.
Ella estaba tan cansada que casi no se mantenía en pie, pero el pecho desnudo de Nick impidió que se acercara a la cama.
—Está bien —susurró él en la oscuridad. —No te tocaré, cariño.
_______ permaneció donde estaba hasta que se dio cuenta que le daba lo mismo si la tocaba o no. No le importaba lo que él hiciera porque no sentía nada.
Nick metió las manos en los bolsillos del impermeable y se apoyó en la cerca contra huracanes que marcaba el borde del recinto donde pasarían los dos días siguientes. Estaban en Monroe County, Georgia; la fresca brisa de esa mañana del mes de octubre traía la esencia del invierno.
Brady se acercó a él.
—Tienes un aspecto horrible.
—Bueno, tú no pareces estar mucho mejor.
—Mujeres —bufó Brady. —No se puede vivir con ellas, pero tampoco sin ellas.
Nick ni siquiera logró esbozar una sonrisa. Puede que Brady tuviera problemas con Sheba, pero al menos su relación con Heather iba viento en popa. Pasaban mucho tiempo juntos, y era un entrenador más paciente que nunca. Algo que daba frutos, porque las actuaciones de Heather habían mejorado sustancialmente.
_______ y él habían regresado diez días antes y todos se habían dado cuenta de que a _______ le pasaba algo malo. Su esposa ya no se reía ni rondaba por el recinto con su coleta rebotando al viento. Era educada con todos —incluso ayudaba a Heather con los deberes, —pero todas las cualidades especiales que la hacían ser como era parecían haber desaparecido. Y todos esperaban que él tomara cartas en el asunto.
Brady cogió un palillo del bolsillo do su camisa y se lo puso en la boca.
—_______ no parece la misma.
—Son los primeros meses de embarazo, nada más.
Brady no pareció convencido.
—Echo de menos cómo era. Bueno, no echo de menos que meta la nariz en mis asuntos como solía hacerlo, eso te lo aseguro, pero sí que añoro la manera en que se preocupaba por todos. Parece que ahora sólo le interesan Sinjun y los elefantes.
—Lo superará.
—Supongo.
Observaron en silencio cómo un camión descargaba heno. Nick miró cómo _______ lavaba a Puddin. Le había dicho que no quería que siguiera trabajando, pero ella le respondió que se había acostumbrado a hacerlo. Luego había intentado que se mantuviera alejada de los elefantes a excepción de Tater, temiendo que alguno le hiciera daño. ________ lo había mirado sin responder y había hecho lo que le vino en gana.
Brady se cruzó de brazos.
—Creo que deberías saber que anoche volví a verla dentro de la jaula de Sinjun.
—¡Maldita sea! Te juro que la esposaré para que se mantenga alejada de la jaula de ese tigre.
—Me asusta cómo está. Odio verla así.
—Bueno, pues no eres el único.
—¿Por qué no haces algo?
—¿Qué me sugieres? He hecho traer uno de mis coches desde Connecticut para que no tuviera que desplazarse en la camioneta, pero me dijo que le gustaba la camioneta. Le he comprado flores, pero las ignora. Intenté que nos trasladáramos a una caravana RV nueva, pero casi le dio un ataque cuando se enteró, así que lo dejé pasar. Ya no sé qué hacer. —Nick se pasó una mano por el pelo. —Pero ¿por qué te cuento todo esto? Si supieras algo de mujeres no andarías detrás de Sheba.
—No pienso discutir contigo.
—________ se pondrá bien. Es sólo cuestión de tiempo.
—Puede que tengas razón.
—Te aseguro que la tengo.
Si se lo repetía lo suficiente, tal vez se convertiría en realidad. La echaba de menos. Ahora ___-_-ya no lloraba. Aquellas lágrimas repentinas que habían sido parte de ella como el aire que respiraba, habían desaparecido; era como si se hubiese anestesiado para no sentir nada. Recordaba cómo solía lanzarse a sus brazos desde la rampa del camión, su risa, cómo le acariciaba el pelo. La necesitaba como nunca había necesitado a nadie... Y para colmo, la noche anterior había tocado fondo.
Hizo una mueca sólo de recordarlo.
Estaba soñando que _________ le sonreía como antes, con su cara iluminada por completo y ofreciéndose a él. Se había despertado acurrucado contra ella. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que habían hecho el amor y la deseaba demasiado para alejarse.
Le deslizó la mano por la cadera y por el vientre redondeado. Ella se despertó al momento y se tensó bajo sus caricias, pero no se apartó. Ni siquiera se resistió cuando le separó los muslos y se colocó encima. ______ se mantuvo inmóvil mientras él añadía un pecado más a la lista de los que ya había cometido contra ella. Se había sentido como un violador y esa mañana ni siquiera se había afeitado para no verse en el espejo.
—Sigue hablando con Heather —dijo Brady. —Pero no como solía hacerlo. Heather está tan preocupada como todos nosotros.
Heather terminó los tacos que Sheba había preparado y se limpió los dedos en la servilleta de papel.
—¿Quieres saber lo que me dijo mi padre ayer por la noche?
Sheba la miró desde el fregadero.
—Claro.
Heather sonrió ampliamente, luego resopló.
—Me dijo: «Bueno, Heather, saca tus cosas del sofá. Que te quiera tanto no significa que quiera mancharme el culo de maquillaje.»
Sheba se rio.
—Tu padre sabe cómo engatusar a la gente.
—Sheba, aquel día en el aeropuerto... —Heather parpadeó. —Mi padre tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Te quiere mucho.
—Supongo que sí. —Su sonrisa se desvaneció. —Me siento culpable de ser tan feliz cuando _______ está tan jodida. Ayer dije «joder» delante de ella y ni siquiera se inmutó.
Sheba pasó un paño por la encimera de la cocina.
—No hacéis más que hablar de ella. Me pone enferma.
—Eso es porque no la soportas. No entiendo por qué. Quiero decir que sé que Nick y tú estuvisteis saliendo y todo eso, pero a ti ya no te interesa él y ________ está muy deprimida. ¿Qué es lo que tienes contra ella?
—Lo que pasa es que Sheba no puede aguantar que haya alguien que no la considere el ombligo del mundo. —Brady estaba al lado de la puerta, aunque ninguna de las dos lo había oído entrar.
Sheba se volvió hacia él hecha una furia.
—¿No sabes llamar a la puerta?
Heather suspiró.
—¿Vais a empezar a discutir otra vez?
—Yo no discuto —dijo Brady. —Es ella.
—¡Ja! Se cree que puede decirme lo que tengo que hacer y no pienso consentirlo.
—Eso es lo que él dice de ti —señaló Heather con paciencia. Y luego, aunque pensaba que gastaba saliva inútilmente añadió: —Si os casarais de una vez por todas estaríais tan ocupados dándoos órdenes mutuamente que nos dejaríais en paz a todos los demás.
—¡No me casaría con él por nada del mundo!
—¡No me casaría con ella aunque fuera la última mujer de la tierra!
—Entonces no deberíais acostaros juntos. —Heather imitó lo mejor que supo a ______ Markov. —Papá, sé que sales a hurtadillas todas las noches para dormir con ella, pero mantener relaciones sexuales con otra persona sin estar enamorado de ella es inmoral.
Sheba se puso roja. Su padre abrió y cerró la boca un par de veces como si fuera una carpa dorada, luego comenzó a farfullar.
—No sabes lo que dices, señorita. Sheba y yo sólo somos amigos, eso es todo. Tuvo problemas con el depósito de agua y yo...
Heather puso los ojos en blanco.
—No soy imbécil, papá.
—Escúchame...
—¿Qué clase de ejemplo crees que me estás dando? Ayer mismo leí algo sobre madurez psicológica en mis deberes, y parece que tengo dos cosas en mi contra.
—¿Cuáles?
—Perdí a mi madre y soy producto de una familia desestructurada. Eso y lo que veo que hacen los dos adultos más influyentes de mi vida hace que tenga muchas posibilidades de acabar embarazada antes de cumplir los veinte años.
Brady arqueó las cejas hasta que prácticamente se perdieron en el nacimiento del pelo, y Heather llegó a pensar que perdería c! control. Aunque Brady ya no le daba el mismo miedo que antes, no era estúpida.
—Me piro. Nos vemos, chicos.
Cerró de un portazo al salir de la caravana.
—¡Qué cabrita!
—Siéntate —dijo Sheba. —Sólo intenta decirnos algo.
—¿Qué?
—Que deberíamos casarnos. —Sheba se llevó un trozo de carne a la boca. —Lo que demuestra lo poco que sabe de la vida.
—No la has entendido bien.
—Aún no se ha dado cuenta de lo incompatibles que somos.
—Excepto ahí dentro. —Brady señaló con la cabeza el dormitorio de la parte de atrás.
—Bueno, lo cierto es... —Una astuta sonrisa se extendió por la cara de Sheba— que parece que los chicos de las clases bajas tenéis vuestra utilidad.
—Pues claro que la tenemos. —La tomó entre sus brazos y ella se apretó contra él. Comenzó a besarla, pero se apartó porque los dos tenían cosas que hacer y una vez que empezaban no habría nada que los detuviera.
Brady notó la preocupación en los ojos de Sheba.
—La temporada termina —dijo ella. —En un par de semanas estaremos en Tampa.
—Nos veremos en invierno.
—¿Quién ha dicho que quiera verte?
Sheba mentía y los dos lo sabían. Estaban muy a gusto juntos, pero Brady tenía el presentimiento de que ella quería algo que él no podía darle.
Enterró los labios en el pelo de Sheba.
—Sheba, tengo que protegerme de ti. Creo que te amo, pero no puedo casarme contigo. Soy un hombre orgulloso y tú siempre estás pisoteando mi orgullo.
Ella se tensó y se alejó de él, lanzándole una mirada tan desdeñosa que Brady se sintió como una cucaracha.
—Creo que nadie ha hablado de matrimonio.
Brady no sabía expresarse bien, pero había algo importante que quería decirle desde hacía tiempo.
—Me gustaría casarme contigo, pero me resultaría imposible estar casado con alguien que disfruta humillándome todo el tiempo.
—¿Qué dices? Tú también me humillas.
—Sí, pero yo lo hago sin querer y tú no. Hay una gran diferencia. Lo cierto es que te crees mejor que los demás. Piensas que eres perfecta.
—Nunca he dicho eso.
—Entonces cuéntame algo malo de ti.
—Ya no soy tan buena trapecista como antes.
—No hablo de eso. Hablo de algo que tengas dentro, algo que no sea como debería ser. A todos nos pasa.
—No me pasa nada malo, no sé de qué me hablas.
Brady negó tristemente con la cabeza.
—Te conozco, nena. Y hasta que no resuelvas eso, no hay esperanza para nosotros.
La soltó y se dio la vuelta para marcharse, pero antes de que él llegara a la puerta, Sheba comenzó a gritar:
—¡No sabes nada de mí! Que sea dura no quiere decir que sea una mala persona. ¡No lo soy, maldita sea! ¡Soy buena!
—Además, eres una esnob —repuso él, mirándola. —Sólo te importa lo que tú sientes. Hieres a los demás. Estás obsesionada con el pasado y eres la persona más engreída que he conocido nunca.
Por un momento Sheba se quedó atontada, pero luego volvió a gritar:
—¡Mentiroso! ¡Soy buena! ¡Lo soy!
El grito furioso de Sheba hizo que Brady se estremeciera. Supo que ella le atacaría y logró salir antes de que estrellara el plato de tacos contra la puerta.
Mientras daba vueltas esa noche por el recinto, _______ se dio cuenta de que hubiera preferido seguir actuando con Nick . Al menos hubiera estado ocupada. Cuando le había dicho que no iba a volver a la pista con él, no sintió ni alegría ni decepción. Le dio igual. En las últimas semanas había descubierto un dolor mucho más profundo que cualquiera que pudiera provocarle con el látigo.
Observó el bullicio de la multitud al otro lado del recinto. Los niños cansados se aferraban a sus madres y los padres llevaban en brazos a los más pequeños con manchas de manzana de caramelo en las bocas. Antes, ver a esos padres hubiera hecho que los ojos se le llenasen de lágrimas de emoción, pues imaginaba a Nick llevando en brazos a su hijo. Pero ahora tenía los ojos secos. Junto con todo lo demás, había perdido la capacidad de llorar.
Como el circo permanecería allí esa noche, los empleados tenían la urde libre y se habían dirigido al pueblo en busca de comida y alcohol. El recinto se fue quedando en silencio. Mientras Nick se ocupaba de Misha, ella se puso una de las viejas sudaderas de su marido y se movió entre los elefantes dormidos hasta llegar a Tater. Se arrodilló y se acurrucó entre las patas delanteras del animal y dejó que le apoyase la trompa en las rodillas.
Se arrebujó dentro de la sudadera de Nick . La suave prenda olía a él, a esa particular combinación de jabón, sol y cuero que ella habría reconocido en cualquier parte. ¿Llegaría a perder todo lo que amaba?
Oyó unos pasos. Tater se incorporó sobre los cuartos traseros y ______ vio un par de piernas enfundadas en vaqueros que no tuvo ninguna dificultad en reconocer.
Nick se puso en cuclillas a su lado y apoyó los codos en las rodillas, dejando colgar las manos entre ellas. Parecía tan triste que por una fracción de segundo quiso consolarlo.
—Por favor, sal de ahí —susurró él. —Te necesito tanto.
________ apoyó la mejilla contra la arrugada piel del pecho de Tater.
—Creo que me quedaré aquí un rato más.
Nick hundió los hombros y pasó un dedo por el suelo.
—Mi casa... es grande. Hay una habitación de invitados con una buena vista del bosque que hay al sur.
______ soltó el aliento con un suave suspiro.
—Hace frío esta noche. Va a nevar.
—He pensado que podríamos convertirla en una habitación infantil. Es una estancia agradable, soleada, con un gran ventanal. Tal vez podríamos tener allí una mecedora.
—Siempre me ha gustado la nieve.
Los animales se movieron y uno de ellos bufó en sueños. Tater levantó la trompa de la rodilla de ______ y la pasó por los hombros de Nick . El tono suave de Nick no disimuló su amargura.
—¿No vas a perdonarme nunca? —Ella no dijo nada. —Te amo, _______. Te amo tanto.
Ella oyó el sufrimiento en su voz, vio la vulnerabilidad en su cara y, si bien sabía que era debido a lo culpable que se sentía, ______ había sufrido demasiado dolor para encontrar placer en infligírselo a otro, en especial a alguien que era tan importante para ella.
—Tú no sabes cómo amar, Nick .
—Puede que eso fuera cierto antes, pero ya no lo es.
Tal vez fuera por lo cómoda que se sentía bajo el corazón de Tater, o tal vez fuera el dolor de Nick , pero ______ sintió que la gélida barrera que rodeaba su corazón comenzaba a agrietarse. A pesar de todo, todavía lo amaba. Se había mentido a sí misma cuando se dijo que no lo hacía. Él era su alma gemela y su corazón siempre le pertenecería. Con esa certeza llegó un conocimiento más profundo y amargo. Si volvía a caer víctima del amor que sentía por él, podría acabar destruida y, por el bien del bebé, no podía permitir que eso ocurriera.
—¿Es que no lo ves? Sólo te sientes culpable.
—Eso no es cierto.
—Eres un hombre orgulloso. Has violado tu código del honor e intentas arreglarlo. Lo entiendo, pero no voy a dejar que mi vida se base en unas palabras que no sientes de verdad. Este bebé es demasiado importante para mí.
—El bebé también es importante para mí.
Ella hizo una mueca de dolor.
—No digas eso, por favor.
—Te probaría mi amor si pudiera, pero no sé cómo hacerlo.
—Tienes que dejarme ir. Sé que eso heriría tu orgullo y lo siento, pero vivir contigo así es demasiado duro para mí.
Él no dijo nada. Ella cerró los ojos e intentó ocultarse tras la helada barrera que la había mantenido en pie hasta entonces, pero Nick había provocado demasiadas grietas.
—Por favor, Nick —susurró entrecortadamente. —Por favor, deja que me vaya.
La voz de Nick apenas era un susurro.
—¿Es eso lo que quieres de verdad?
_______ asintió con la cabeza.
Jamás había pensado que lo vería tan derrotado, pero en ese momento la chispa que ardía en el interior de Nick pareció apagarse.
—Vale —dijo con voz ronca. —Que sea como tú quieras.
Si eso era lo que quería, ¿por qué le dolía tanto?
A su lado se movió una sombra, pero los dos estaban demasiado absortos en su sufrimiento para darse cuenta de que alguien más había escuchado la conversación.
:( :(
#Verónica
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
Esta novela me mata!! x.x !!!
Dios... siguela... esta buenisima...
aunque todavia no puedo creer que lo quiera dejar si lo ama... no.. no... no...
continuala.. es genial !!! (:
Alee Lovatoo
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
Está Adaptación me la Recomendo Denisse!!
y no te Voy a Metir Aún no la leo :P
Prometo que cuando tenga Tiempo la Leere ;)
Gracias por Compartir está Adaptación Con Nosotras :D
y no te Voy a Metir Aún no la leo :P
Prometo que cuando tenga Tiempo la Leere ;)
Gracias por Compartir está Adaptación Con Nosotras :D
Love Is Easy (TJBM)
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
OMG! COMO AMO LA NOVELA!! :love: :love:
LLORO DEMASIADO :crybaby: POBRE NICK... PERO = COMPRENDO A __________
ME HACES LLORAR... :( SIGUELA..!! PORFAVOR MUERO DE PENA...
NECESITO SABER QE VA A PASAR...
LLORO DEMASIADO :crybaby: POBRE NICK... PERO = COMPRENDO A __________
ME HACES LLORAR... :( SIGUELA..!! PORFAVOR MUERO DE PENA...
NECESITO SABER QE VA A PASAR...
Invitado
Invitado
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
o pordios pordios pordis llore encada cap porfa sigue sigue
lau_13
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
ay por dios le dijo que la amaaaa
plis tienes que seguirlaaaaaaa
quien escucho la conversacion???
me encantaaaaaaa siguellassssss
plis tienes que seguirlaaaaaaa
quien escucho la conversacion???
me encantaaaaaaa siguellassssss
#Fire Rouge..*
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
maaaaaaaaas vaaa kiero dsaber como terminaaaaaaaaaaaa
:( :( :( :bounce:
:( :( :( :bounce:
yukijonas
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
Dios dios dioooos!!! JURO que tengoo los ojos llenos de lágrimas!!!!
la ultima parte, a partir de la frase en rojo esque ya me llegó hasta lo más profundo del corazón!! dioos no paro de llorarQ
Sinceramente esta nove me conmueve totalmente!
y pensar que la encontré de casualidad y empecé a leerla porque el chico que me gustaba cuando empecé se llamaba ¨Angel¨ y me hizo gracia el nombre! xD jajajaja (lo sé, fue una enorme tontería! xD) pero no me arrepiento de haber entrado a leer porque ahora simplemente no puedo parar! :)
De verdad adoro como escribes! :)
espero impaciente el próximo capítulo :D
la ultima parte, a partir de la frase en rojo esque ya me llegó hasta lo más profundo del corazón!! dioos no paro de llorarQ
Sinceramente esta nove me conmueve totalmente!
y pensar que la encontré de casualidad y empecé a leerla porque el chico que me gustaba cuando empecé se llamaba ¨Angel¨ y me hizo gracia el nombre! xD jajajaja (lo sé, fue una enorme tontería! xD) pero no me arrepiento de haber entrado a leer porque ahora simplemente no puedo parar! :)
De verdad adoro como escribes! :)
espero impaciente el próximo capítulo :D
Nella †
Re: Besar a un Ángel (Nick y tu) ADAPTACION!!! [TERMINADA]
OMJ! DRAMAA DRAMAA DRAMAAAA! :face:
no, no cada dia nejor la novelaa!
Tienes qq seguirla prontooo x faaaa!! :lol:
Necesito saber qq va a pasar con Nick :arre: & la Rayiiisss!
x faaaa!
Espero qq tenga un finaal FEliZZ!!!
Cuidatteee & nos leemos pronnttooo!
BYE!
no, no cada dia nejor la novelaa!
Tienes qq seguirla prontooo x faaaa!! :lol:
Necesito saber qq va a pasar con Nick :arre: & la Rayiiisss!
x faaaa!
Espero qq tenga un finaal FEliZZ!!!
Cuidatteee & nos leemos pronnttooo!
BYE!
HeyItsLupitaNJ
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