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Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
FlayTC escribió:Mis reacciones:
-Al ver que subiste el capitulo: :corre: Wiiiiii! subió el capitulo!
-Mientras leía la novela: :ilusion:
-Luego de leer la nove y leer lo que pones al fin de los capítulos: Al principio :happuy: luego de leer lo del "Cap dedicado a Vuelo Flay :B" termine quedando asi por al rededor de 5 o 15 minutos XD
-Luego de calmarme volví a mi estado de (pero esta vez violeta xD) cuando respondiste a mi comentario =D
Dejame decirte que pensé lo mismo sobre mi apodo (a la chica que no le gusta su nombre, jaja es que es muy parecido Fly , Flay, entiendes ingles,-español?) dije el día que valla a yanquilandia(como le digo yo a U.S.A) me miraran algo raro cuando les diga que me llamo Flay ya que ellos en su mente pensaran "¿Fly?" jajaj pero bueno espero consegir otro apodo para ese entonces...
Sobre la nove ¿Quien es ese chico? ayer no la leí pero ahora lo haré, no la leí por que me dolía la vista y sabia que si comenzaba no pararía hasta terminar xD y eso podia hacer que mis ojos exploten xD
Otra cosa, sobre eso de que "espero que te guste" la verdad pudo estar mejor.... pero que ¡Demonios!, eso es una patraña, una mentira jajaj ; te juro que me encanto la verdad, no me espere nada lo que paso fue como woo! xD Ahora me intriga lo que pasara luego, yo no quiero que la apuesta se cancele, quiero que Logan valla a los pies de Clau diciéndole que es hermosa xD
Sobre mi perfil; lo puse ya que aunque no lo creas son las únicas dos noves que (por ahora, que eh leído, claro) han merecido estar allí! :P
Bueno, como te habrás dado cuenta soy de mucho escribir, me da cosa escribir tanto pero no puedo evitarlo xD Si llegaste a leer hasta aquí significa que no fue tan aburrido mi comentario! jajaja
Voy a esperar el capitulo 5 con ansias! Me dejare de molestarte y me iré!
Un abrazo super esponjoso y empalagoso! xD
Nos vemos
Goodbye!
Comentario aburrido? Que es eso? PATRAÑAS JAJAJAJAJAJA, me sacó una sonrisa y una que otra risilla chistosa que hace cuestionar a mis familiares si estoy bien de mis facultades mentales, la verdad estuvo super genial. Es que debo decir que el leer comentarios como este hacen a full mi imaginación, y aunque esta novela no es precisamente mía a veces me hace pensar en algo asi como temporadas, pero naaa, no quiero regarla, así que me dedico a explotar esa inspiración en mi otra novela ¿Quien es ese chico?, y si me he tardado es que quiero darles caps como estos, que te dejen con intriga y ansiedad por saber que va a pasar con los personajes, y en general con la trama. Un besote gigante y un abrazo violador!
Lisy
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
{#W} escribió:Logan se merecía un castigo!!! me encantó el cap,lo leí a las 6 de la mañana, no comente porque mi mamá apagó el WIFIII, Claudia está loca, y een cuanto a Chris Evans, o Capitán América pero obviamente Logan sigue siendo mi perdición...
A LAS 6:00 AM? No jodas, yo a esa hora estoy getona, no te vayas a lastimas demás la vista muchacha.
Gracias por tu comentario, que linda .B. Y seee, bueno a mi me encanta el C.America jaja además asi me lo imagine tal cual
cuando Claudia se refiere a él como un AdonisBESO GRANDE!
Lisy
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Lisy escribió:FlayTC escribió:Mis reacciones:
-Al ver que subiste el capitulo: :corre: Wiiiiii! subió el capitulo!
-Mientras leía la novela: :ilusion:
-Luego de leer la nove y leer lo que pones al fin de los capítulos: Al principio :happuy: luego de leer lo del "Cap dedicado a Vuelo Flay :B" termine quedando asi por al rededor de 5 o 15 minutos XD
-Luego de calmarme volví a mi estado de (pero esta vez violeta xD) cuando respondiste a mi comentario =D
Dejame decirte que pensé lo mismo sobre mi apodo (a la chica que no le gusta su nombre, jaja es que es muy parecido Fly , Flay, entiendes ingles,-español?) dije el día que valla a yanquilandia(como le digo yo a U.S.A) me miraran algo raro cuando les diga que me llamo Flay ya que ellos en su mente pensaran "¿Fly?" jajaj pero bueno espero consegir otro apodo para ese entonces...
Sobre la nove ¿Quien es ese chico? ayer no la leí pero ahora lo haré, no la leí por que me dolía la vista y sabia que si comenzaba no pararía hasta terminar xD y eso podia hacer que mis ojos exploten xD
Otra cosa, sobre eso de que "espero que te guste" la verdad pudo estar mejor.... pero que ¡Demonios!, eso es una patraña, una mentira jajaj ; te juro que me encanto la verdad, no me espere nada lo que paso fue como woo! xD Ahora me intriga lo que pasara luego, yo no quiero que la apuesta se cancele, quiero que Logan valla a los pies de Clau diciéndole que es hermosa xD
Sobre mi perfil; lo puse ya que aunque no lo creas son las únicas dos noves que (por ahora, que eh leído, claro) han merecido estar allí! :P
Bueno, como te habrás dado cuenta soy de mucho escribir, me da cosa escribir tanto pero no puedo evitarlo xD Si llegaste a leer hasta aquí significa que no fue tan aburrido mi comentario! jajaja
Voy a esperar el capitulo 5 con ansias! Me dejare de molestarte y me iré!
Un abrazo super esponjoso y empalagoso! xD
Nos vemos
Goodbye!
Comentario aburrido? Que es eso? PATRAÑAS JAJAJAJAJAJA, me sacó una sonrisa y una que otra risilla chistosa que hace cuestionar a mis familiares si estoy bien de mis facultades mentales, la verdad estuvo super genial. Es que debo decir que el leer comentarios como este hacen a full mi imaginación, y aunque esta novela no es precisamente mía a veces me hace pensar en algo asi como temporadas, pero naaa, no quiero regarla, así que me dedico a explotar esa inspiración en mi otra novela ¿Quien es ese chico?, y si me he tardado es que quiero darles caps como estos, que te dejen con intriga y ansiedad por saber que va a pasar con los personajes, y en general con la trama. Un besote gigante y un abrazo violador!
jajaja bueno me alegro que no te alla resultado aburrido! Me pone feliz saber que te eh sacado una sonrisa jeje
Hablando de la otra nove, ya le termine de leer y la AME! en cerio, me encanto, me costo leerla ya que no contaba de mucho tiempo pero la termine y ahora voy a la par tuyo jeje!
Pues no te preocupes, no hay problema si tardas, total luego valdra la pena! =D
Un besote y un abrazo esponjoso y empalagoso!
Goodbye!
FlayTC
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Capitulo 5
Capítulo 5
A la mañana siguiente Logan estaba sentado en su despacho, delante del ordenador. Ya había tenido dos reuniones, dictado varias cartas e informes y examinado al menos media docena de propuestas para Lone Shark. A decir verdad, no había prestado la menor atención a ninguna de ellas.
La noche anterior se había acostado muy tarde, pero por fin había conseguido hacerse una idea de la situación. En las circunstancias en las que se encontraba, una pequeña campaña de venganza no es que fuera conveniente, sino absolutamente necesaria.
Cuando por fin él y su acompañante salieron del restaurante, estaba que echaba chispas. Había, montado todo aquello para demostrarle cómo se comportaban las mujeres que salían en aquella dichosa Guía, lo previsibles que eran sus tácticas y, a decir verdad, Terri había desempeñado su papel a la perfección. Lo que jamás hubiera imaginado era que Claudia tuviera el temple no solo para imitarla, sino incluso superarla con creces. Al final de la cena estaba tan enfadado que lo único que deseaba era dejar a Terri en un taxi y presentarse en casa de Claudia para decirle un par de cosas. Solo se detuvo al pensar que tal vez su amiga no estuviera sola.
Y fue justo entonces cuando el hombre de negocios que llevada dentro tuvo una intuición genial. Tras dejar a su acompañante en un taxi, volvió al restaurante y le compró al fotógrafo del local por el triple de su valor el rollo de fotos que había sacado aquella noche.
Para entonces había conseguido tranquilizarse bastante: Claudia no era el tipo de chica que se acostaría con Jack la primera noche, de eso estaba seguro. Se había portado de una forma tan escandalosa solo para vengarse de él, para provocarlo... y a fe que lo había conseguido. Ahora ella estaría esperando que él hiciera el siguiente movimiento... y ahí era precisamente donde entraban las fotos.
Llevó el rollo a una tienda de revelado rápido donde en menos de una hora le dieron una foto de no muy buena calidad pero en la que se distinguía perfectamente a Claudia en el momento de llevarse a la boca la maldita cereza. Tenía que pensar cuidadosamente qué hacer con semejante material, no se le podía olvidar que ella era una auténtica maestra en el arte de la venganza. Recordó que una vez había conseguido un fotomontaje de lo más logrado en el que aparecía él completamente desnudo, tapando sus vergüenzas con un sombrero, y que lo había hecho imprimir en todas las invitaciones para su fiesta de cumpleaños.
La verdad era que cuando había una apuesta de por medio, Claudia y él dejaban a un lado cualquier escrúpulo. Enseguida iba a ver aquella descarada lo que la esperaba después de su actuación en el restaurante.
Lo más extraño era que tenía que reconocer que el comportamiento de su amiga le había afectado profundamente. Le hubiera gustado que se tratara de puro enfado, pero la conocía demasiado bien como para decir eso: solo de pensar en lo ocurrido le hervía la sangre.
Se levantó y se asomó a la ventana, confiando que la brisa que llegaba del océano tuviera la virtud de relajar sus excitados nervios. Sin embargo, solo pudo disfrutarla un segundo antes de que alguien entrara sin llamar en el despacho.
—¿Qué diablos significa esto?
Logan sonrió sin volverse siquiera. Conocía muy bien aquella iracunda voz femenina.
—¡Hola, Claudia! ¿Qué te trae por aquí?
Se dio la vuelta para enfrentarse a ella: los ojos le ardían como dos brasas. Llevaba una camiseta color azul claro y una vertiginosa minifalda. A Logan le pareció que la temperatura de la habitación había subido varios grados; rápidamente asió la hoja de papel que Claudia le mostraba, concentrándose en ella como si fuera lo más importante del mundo.
—Por lo que parece... esto es una foto tuya comiendo algo... ¿Una cereza, quizá?
—¡Eso ya lo sé! —le interrumpió la joven elevando el tono de su voz peligrosamente—. Lo que ahora quiero que me digas es quién la envió a mi departamento de informática.
—No tengo ni la menor idea —replicó Logan con expresión de absoluta inocencia.
—¿De verdad? —se acercó a él con una mirada amenazante—, entonces, ¿cómo se las ha arreglado Dean, nuestro común camarada de póker y colaborador mío en la empresa para colocarla en la página web de tu empresa?
Logan se mordió la lengua para no soltar la carcajada. Desde que Dean empezó a trabajar con Claudia, la verdad era que le resultaba mucho más fácil maquinar bromas. Cuando lo llamó, la noche anterior, Dean se mostró entusiasmado con su plan.
—No me lo puedo imaginar —dijo, manteniéndose lo más serio que fue capaz.
—¡Pues yo si puedo! —estalló Claudia dándole un golpe en el pecho—. Todo el mundo sabe que tienes en tu página web una foto de la chica de la semana. ¿Cómo te atreviste a poner la mía?
—Bueno, bueno, no te lo tomes así. No creo que lleve ahí más de una hora...
—¡Lleva toda la noche!
Logan se puso repentinamente serio. ¿Toda la noche? ¿Qué había ocurrido?
—Hablé con Dean anoche, es cierto —replicó rápidamente—. Me dijo que solía llegar a la oficina a las diez, y no son más que las once y media.
—Sí, claro: imagino que le pareció tan gracioso que no quiso esperar ni un segundo más —dijo Claudia con amargura—. Y como todo el mundo sabe que cambias la foto en jueves, seguro que ya la vieron todos los adolescentes precoces que entran en tu página desde medianoche.
Aquello no era en absoluto lo que él había planeado.
—No puso tu nombre, ¿verdad?
—No, y esa es la única razón por la que sigue vivo. Si Wanda no me hubiera avisado, quién sabe cuánta gente la habría visto a estas alturas. Por lo visto han colapsado el correo electrónico preguntando quien es la misteriosa chica de la cereza. ¿Puedes creerlo?
—¡Oh, no! —Logan estaba aterrado por la magnitud del desastre—. Tienes que creerme, jamás pensé que ocurriera tal cosa. Yo lo único que quería...
En ese momento entró el asistente de Logan.
—Perdón...
Logan deseó que Claudia hubiera cerrado la puerta detrás de ella antes de empezar a montarle esa escena
—Sí, Jake, ¿qué quieres?
—¿Has terminando de revisar los informes que te pasé esta mañana?
Logan se sentó ante su mesa y se puso a buscar entre la pila de papeles, esperando que eso le diera un poco más de tiempo para preparar sus disculpas. El joven se acercó tímidamente a Claudia.
—Hola, me llamo Jake. Te ví en la página web.
—¿De verdad? —Claudia lanzó a su amigo una mirada venenosa.
—Sí, y he pensando que a lo mejor te gustaría salir a cenar un día, o al cine...
—Oye, Jake —le interrumpió Logan antes de que su secretario se embalase—, ahora no encuentro esos informes y, como puedes ver, tampoco puedo atenderte. Hablaremos luego.
—Desde luego, perdona —se disculpó Jake.
Logan lo acompañó hasta la puerta, pero antes de que pudiera cerrar, se abalanzaron sobre él otros tres jóvenes con papeles en la mano.
—¿Está aquí? —preguntó uno de ellos.
—¿Qué se les ofrece, chicos? —preguntó Logan, cortante
Todos ellos se pusieron de puntillas, sin hacerle el menor caso.
—Quería pedirte que echaras un vistazo a estos papeles.
Logan dio un rápido vistazo a uno de ellos.
—Maldita sea, Bill: es un informe que me mandaste hace un mes.
Bill sonrió cobardemente.
—No te lo tomes a mal, Logan. Necesitaba una excusa para entrar. Esa mujer es una bomba.
¿Una bomba? ¿Aquellos cretinos se atrevían a llamar bomba a su Claudia?
—Estoy en reunión —dijo entre dientes—, y lo estaré durante la próxima media hora. Ya hablaré luego con ustedes —y sin añadir nada más, les dio con la puerta en las narices.
—Claudia, lo siento mucho —se disculpó, sabiendo que sus palabras eran de muy poco consuelo—. Te lo juro, no sabía que esto iba a pasar. Solo era una broma. Ya sabes...
—Dime una cosa, Logan —lo interrumpió Claudia—, ¿cómo es que un hombre tan inteligente como tú sabe tan poco sobre las mujeres?.
—¿Qué quieres decir?
—¡Oh, olvídalo! Acabo de recordar que tú no me consideras una auténtica mujer —dijo Claudia. Su voz era dura y amarga—. Para ti solo soy la buena de Clau, una más de la pandilla. Solo te acuerdas de mí cuando necesitas comida, un hombro para llorar, o alguien a quien tomarle el pelo.
—Tú me tomas el pelo al menos tanto como yo a ti —se defendió Logan.
—¿Qué pretendes? ¿Darme además una cucharada de mi propia medicina? Ni por un momento has pensado lo que todo esto significa para mí. Ya sé que no tengo mucha práctica pero, por una vez en mi vida, me gustaría hacer el esfuerzo y aprender a ser una auténtica chica. Fíjate lo que te digo: aunque fuera por una vez, me gustaría ser capaz de llorar. ¿Alguna vez has reparado en el daño que me haces con las cosas que me dices?
Aquello le llegó al corazón.
—¡Por Dios, Claudia! Sabes que nunca he querido hacerte daño.
Ella se volvió al fin para mirarlo, con los ojos llenos de lágrimas.
—Entonces, ¿por qué me lo haces?
—Claudia —enormemente arrepentido, Logan se puso a su lado—. Ángel, lo siento mucho, muchísimo —conmovido, la abrazó con fuerza—. Te lo digo de verdad: no pensé que esta broma tan tonta fuera a hacerte tanto daño.
—Lo siento mucho, Logan... Han sido tantas cosas: la cita, la página web. Creo que eso fue la gota que derramó el vaso —se separó un poco, con los ojos relucientes como ámbar oscuro por efecto de las lágrimas—. La verdad, creo que no tengo derecho a echarte nada en cara... pero tenía que decírtelo, entiéndelo. Es muy duro que tu mejor amigo te diga que no eres bonita, ni femenina, y que nunca conseguirás un marido...
—Oye, oye, para el carro —la interrumpió Logan cariñosamente—: yo jamás he dicho semejante cosa. —Ella meneó la cabeza con una triste sonrisa.
—No con esas palabras, pero el sentido era el mismo. Te conozco desde hace muchos años, y sé perfectamente lo que piensas —se desprendió de su abrazo y, componiendo el gesto, se acercó a la ventana, secándose las lagrimas con el dorso de la mano—. ¿Ves? Es imposible discutir contigo, siempre tienes razón. Mirándome, ¿qué hombre querría salir conmigo?
—¡Eres tonta! Claudia, tú tienes mucho que ofrecer a cualquier hombre —replicó Logan de inmediato, intentando componer el mal que había hecho—: eres elegante, sexy y muy divertida. Lo que pasa es que no sabes verlo.
—Ni tú tampoco, si vamos a eso —apuntó Claudia—. La verdad, pensé que serías el primero en, darme la razón.
Aquellas palabras tuvieron la virtud de hundirlo aún más.
—Sabes que estoy de tu lado, Claudia.
—Lo estabas hasta que empezamos con esta estúpida apuesta —dijo, volviéndose a mirarlo con sus hermosos y luminosos ojos—. ¿Sabes por qué sigo en esto? Porque si pierdo tu hermana y Sally me prometieron que me dejarán en paz, y no se meterán más en mi vida. Creo que esa es la solución más fácil... Por lo menos así me lo parecía hasta que decidiste declararme la guerra abierta.
—Claudia, por favor, me siento fatal, como la peor rata del Universo —Logan le limpió una lágrima que rodaba por su mejilla—. Creo que he sido muy egoísta... —hizo una pausa antes de admitir algo que jamás le confesaría a nadie, ni a su familia ni a sus amigos, ni siquiera a los colegas de la pandilla—. Lo que pasa es que tenía miedo, temía que te convirtieras en una de esas mujeres superficiales cuyo único objetivo es la caza del marido. Y, sobre todo, temía perder a la mejor amiga que he tenido en toda mi vida...
Ella le dedicó una sonrisa entre las lágrimas.
—Sé cómo te sientes. Fíjate, anoche te llamé para contarte, lo que había pasado en la cena.
—Hagamos un trato —propuso Logan tomándole de la mano—: pase lo que pase, seguiremos siendo los mejores amigos. Eso significa que podremos contarnos cualquier cosa que nos ocurra. Como los mosqueteros: todos para uno y uno para todos. ¿De acuerdo?
—Trato hecho —dijo, estrechándole la mano primero y abrazándolo después—. No podemos consentir que esto nos ocurra otra vez.
—Claro que no, no pienso correr otra vez el riesgo de perderte, ángel.
Aunque no hacía la menor falta que continuaran abrazados, mantuvieron aquel gesto un buen rato, disfrutando de aquel calor y del consuelo mutuo. Ella sentía su cuerpo fuerte y acogedor, mientras Logan se deleitaba con la suavidad de su pelo, el dulce aroma de su piel. Miró hacia abajo y ella alzó la cabeza: Claudia tenía las mejillas arreboladas, y le miraba con una ternura que él no le había conocido hasta entonces.
—«Logan», se dijo a sí mismo, «cualquier mujer que te mire así merece que la beses».
Estupenda idea. Por fin su conciencia se había decidido a echarle una mano. Se agachó un poco más, sin dejar de mirarla.
Justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, se detuvo en seco.
«Espera un momento. ¿Qué demonios estás haciendo?»
Se echó hacia atrás como si hubiera tocado una valla eléctrica. Se separó unos cuantos pasos, con el corazón latiéndole como una ametralladora. Ella lo miraba con una expresión indescifrable.
—Me... me alegro de que hayamos puesto las cosas en claro.
—Yo también —convino Claudia rápidamente sin dejar de mirarlo
—Bueno... —Logan carraspeó: se había salvado de milagro. ¿En qué diablos estaría pensando?—. Se me ocurre una idea para salir de este embrollo en el que nos hemos metido.
—Soy toda oídos.
—Es culpa mía el que te hayas metido en esta apuesta, así que lo más lógico es que sea yo el que te ayude a salir de ella.
—Logan —le interrumpió Claudia escéptica—, me parece que ya me has ayudado bastante...
—No tenía la menor idea de lo que te pasaba por la cabeza —se defendió su amigo—. Creo que lo que tienes que conseguir es sentirte un poco más cómoda con los chicos.
—Vamos, Wade—protestó Claudia entre risas—. Llevo saliendo con la pandilla desde que me saqué el carné de conducir. ¿De verdad crees que mi problema es que no me siento cómoda con los hombres?
—Lo que pasa es que cuando te comportas como una mujer te acobardas —le explicó Logan—. Esta noche haremos una prueba. ¿Has quedado con alguien?
—¿Es broma? —Claudia no daba crédito a lo que su amigo le proponía—. No tengo ninguna cita, y, si quieres saberlo, me alegro. Sin embargo, como Sally está tan metida en este asunto, seguro que viene a buscarme para que salgamos. Espero que no se le ocurra traer a su marido... eso sí que me acobardaría.
—¿Podrás librarte de ella y encontrarte conmigo, digamos a eso de las siete, en Sharkey's?
—Creo que sí.
—Y vente arreglada.
—¿Cómo dices?
—Ya me oíste: confía en mí. Con un poco de suerte, acabaremos de una vez por todas con este asunto de la apuesta.
—Tienes suerte de que sea tu mejor amiga, porque ninguna mujer en su sano juicio querría tener nada que ver contigo —le espetó Claudia—. De acuerdo —cedió al fin—. A las siete en Sharkey's.
Sin embargo, aquella idea que en principio le había parecido a Logan genial, resultó serlo solo en teoría. Para empezar, las cosas habrían ido mucho mejor si los chicos no se hubieran tomado sus papeles tan en serio.
—¡Logan, esto es una ridiculez! —se rio Claudia.
—Pues a mí me parece que Logan ha tenido una idea súper —dijo Daniel pasándole un brazo por los hombros—. Si lo que quieres es aprender a pescar a un hombre, tendrás que documentarte primero.
—Nadie dijo nada de pescar a un hombre —replicó Logan ásperamente—. Lo que propongo es que se acostumbre a salir con ellos estando arreglada.
Y desde luego, lo estaba; llevaba un vestido color lavanda del mismo estilo que el rosa con el que había ido a trabajar el día que empezó todo aquel lío. También llevaba sandalias de tacón. Logan ni se atrevía a mirarle las piernas, y mucho menos el escote... ni siquiera la cara. De hecho, se limitaba a fijar la vista en un punto indefinido por encima de su cabeza.
Pero el resto de los muchachos no tenía el mismo problema.
—¿Qué tal, belleza? —dijo Mike dirigiéndole su más luminosa sonrisa—. ¿Vienes mucho por aquí?
—Mike, todos estuvimos aquí el lunes pasado, ¿que no te acuerdas? ¿No estarás exagerando?
—Esta bien, está bien —se defendió el joven—. Lo que pasa es que no estabas tan requeteguapa como hoy.
—Logan, esto es una estupidez —dijo levantándose y andando unos pasos. Inmediatamente varios pares de ojos quedaron prendados del meneo de sus caderas, así que se detuvo y se volvió para enfrentarlos—. Estos no son hombres de verdad, son los chicos de la pandilla, los conozco de toda la vida.
—Danos una oportunidad —bromeó Daniel.
—Sí, cielo, hazlo —rogó Dean enarcando las cejas—. Estamos deseando darte todo nuestro amor, princesa.
—¿Princesa? ¿Cielo? ¡Dios mío! No había oído nada semejante desde que estaba en el instituto.
—Logan —se quejó Daniel—, no se lo está tomando en serio.
—¡Es que me resulta imposible! —rio Claudia. Se había pintado los labios en un tono de lo más atrevido, y también se había aplicado máscara de pestañas y sombra de ojos; fuera lo que fuese lo que había hecho, lo cierto es que había dado en el clavo. Estaba preciosa—. Desde que llegué no han hecho más que el ridículo.
—Por favor, tienen que fingir que están en una fiesta o algo parecido —les indicó Logan, intentando que se centraran en lo que tenían entre manos. Le había prometido a Claudia que la sacaría de aquel lío y pensaba conseguirlo, aunque eso significara hacerle creer que era la mujer más atractiva y femenina de la tierra—. Lo que digan los chicos no debe importarte, Claudia, tú limítate a sonreír, a hacerte la interesante.
—¿Y cómo lo hago? —preguntó la joven perpleja.
—Trátalos como si fueran gusanos —Logan se corrigió con una sonrisa: convertir a su amiga en una chica sexy no significaba inducirla a que fuera una estirada. Estaba a punto de enseñarle cómo atrapar una buena presa—. Pórtate como si fueras la mujer más hermosa del planeta, dales a entender que pierden el tiempo contigo, como si ni siquiera deberían permitirse pensar en ti.
—Oye, Logan, eso no es justo —intervino Mike—. Así es exactamente cómo me han tratado todas las mujeres desde que empecé a salir. Yo creí que esto iba a ser más divertido.
Claudia esbozó una sonrisa. Empezaba a entender el quid de la cuestión.
—¿Quieres decir que si les trato como si fueran basura, ellos me adorarán como a una diosa?
—Exacto, creo que ese es el gran secreto —Logan sonrió al ver la expresión de deleite de su rostro. Las cosas empezaban a ponerse interesantes.
Claudia volvió se encaramó a un taburete en la barra. Logan estaba desprevenido y se quedó casi sin respiración al ver el sugestivo movimiento de sus caderas.
—Hola, preciosidad —dijo Mike volviendo a la carga.
Ella le lanzó una mirada cargada de intención, pero su voz era fría como el hielo.
—Esto no es para ti —dijo, señalando primero su cuerpo con un gesto y apuntándole después con el dedo.
Mike se retiró con una carcajada. Inmediatamente Dean ocupó su puesto.
—Perdone, señorita, ¿podría prestarme 35 centavos? Mi madre me pidió que la llamara cuando me enamorara...
Claudia rebuscó en su bolso y le dio tres monedas.
—Aquí tiene. Después de hablar con ella, intente llamar a alguien a quien le importe.
—¡Es muy buena! —dijo Daniel acercándose a ocupar el puesto de Dean—. Ahora voy yo: ¿Está usted cansada, señorita? Lo digo porque lleva rondándome por la cabeza toda la noche.
—De acuerdo, tú ganas. Bailaré contigo.
Daniel le dio un cariñoso abrazo y la condujo a la pista.
—Siempre funciona —dijo a sus camaradas por encima del hombro.
Logan se fijó en que la mayoría de los hombres presentes miraban a Claudia como si se la quisieran comer con los ojos. Rogó a los cielos por no tener la misma expresión.
No quería sentirse atraído por ella, no quería que las cosas cambiaran. Habían sido amigos desde que tenían uso de razón, así que convocó en su memoria la imagen de una pecosa niña de ocho años. Cuando eso no le funcionó, evocó a la adolescente larguirucha, con vaqueros y camisetas dadas de sí.
A decir verdad, nunca se había permitido pensar en Claudia como en una mujer. Por primera vez, no le quedaba más remedio que enfrentarse a esa realidad. Su transformación era tan evidente como una bofetada en pleno rostro.
Claudia se echó a reír por algo que Daniel decía. Estaba preciosa; feliz, vibrante, increíblemente viva.
La deseaba.
«Puedes pensar lo que quieras», le dijo una vocecita en su interior, «pero ni se te ocurra pasar a la acción. Es tu amiga, acuérdate».
Odiaba tener que admitirlo, pero esa vocecita tenía toda la razón. Aquella era la piedra de toque en la que se basaba toda su filosofía: las mujeres van y vienen, pero los amigos son para siempre. Después de lo ocurrido aquel día, intuía mejor que nunca lo que le esperaba si perdía la amistad de Claudia. Aunque siempre había pensado que sería dramático cuando ella se casara y, no pudieran pasar juntos casi todo el tiempo, mucho peor sería no volver a verla nunca más.
No podía engañarse a sí mismo: la mayor parte de las relaciones que había tenido habían durado muy poco tiempo, y las que habían resistido algo más habían terminado entre terribles peleas. Y jamás había vuelto a ver a ninguna de sus novias. No quería correr el mismo riesgo con Claudia. Y si acababan pasando a mayores, sería eso precisamente lo que estaría haciendo.
Cada vez estaba más convencido de que tenía que evitar como fuera cualquier contacto físico con ella. Sería su amigo, nada más.
Cuando acabó el baile, Daniel tomó de la mano a Claudia para llevarla hasta la barra, sonriendo como un bobo. Pero antes incluso de que hubieran salido de la pista, un hombre se plantó ante ellos.
Logan se quedó mirándolos petrificado.
Claudia se quedó boquiabierta al ver que el desconocido la estaba invitando a bailar. Nerviosa, miró a Daniel en busca de ayuda, pero el joven se limitó a encogerse de hombros. Indecisa, se mordió el labio, hasta que por fin, encogiéndose a su vez de hombros, aceptó la invitación.
Daniel llegó a la altura de Logan, que había contemplado toda la escena sin poder dar crédito a sus ojos.
—¿Qué te parece? Casi ni habíamos acabado de bailar y viene ese tipo y se abalanza para llevarse a Claudia delante de mis narices.
—¿Se puede saber en qué estabas pensando? —le gritó—. ¡La has dejado a merced de un completo desconocido!
—¿Y? —preguntó Daniel confundido—. Creo que se las está arreglando muy bien. Al fin y al cabo, ¿no era este nuestro objetivo?
Logan se dio cuenta de que el hombre hacía todo lo posible por arrimarse a Claudia, con el pretexto de decirle algo al oído. Sin pensárselo dos veces, se levantó para acercarse a la pista y partirle la cara a aquel sinvergüenza.
—Oye, oye, tranquilízate —le detuvo Daniel—. No te abalances, se las está arreglando bien...
Fijándose un poco más, vio que Claudia mantenía a su pareja a raya sacudiendo la cabeza con firmeza. Tenía la misma expresión con la que había rechazado a Mike minutos antes: «Esto no es para ti», le estaba diciendo al hombre de forma inequívoca.
Logan se relajó un poco.
—¿Sabes? —dijo Daniel de repente—, creo que cuando no se quiere vender algo, no debería ponerse en el escaparate.
—¿Y qué demonios se supone que quieres decir con eso? —preguntó Logan, demasiado absorto en lo que estaba ocurriendo en la pista de baile como para entender la críptica frase de su amigo.
—Quiero decir que está preciosa, hombre. Déjala en paz.
—La estoy dejando en paz —gruñó Logan.
—Sí, ya.
Claudia se reunió con ellos cuando acabó el baile. El desconocido la seguía con expresión de cordero degollado.
—Gracias por el baile —le dijo la joven amablemente.
—¿Me darías tu número de teléfono? —preguntó el hombre haciendo acopio de valor.
—No —replicó Claudia tras pensarlo un instante.
—¿Por qué no?
—Ya la escuchaste —dijo Logan plantándosele delante, al tiempo que pasaba un brazo por los hombros de Claudia—. Esfúmate.
—Esta bien, está bien —murmuró el hombre temeroso. Después lanzó una última y esperanzada mirada a Claudia—. Vi tu foto en la página web. Estoy deseando contarle a mis compañeros que bailé con la chica de la semana.
Claudia miró cómo se alejaba con los ojos como platos.
—Tendrás que reconocer que era una gran foto —bromeó, Dean.
—Sí, lo admito —replicó ella cortante—. ¿Por eso la dejaste en la red doce horas?
Dean no parecía en absoluto arrepentido de su hazaña.
—Me pareció una buena idea: además, los chicos empezaban a estar hartos de ver a las mismas modelos semana tras semana. Ha sido un cambio refrescante.
—Sí, estoy segura —convino Claudia lanzándole una mirada glacial.
—Bueno, no es que se quejaran exactamente... Una mujer buena es siempre una mujer buena —filosofó Dean mientras mascaba un puñado de cacahuetes—. Lo que pasa es que las últimas que habíamos metido en la página eran del tipo «ponme la crema bronceadora, cariño»... me refiero a que eran de las que solo existen en las islas tropicales de los anuncios. No creo que sea fácil encontrarse con una de ellas en el supermercado, por ejemplo.
—Entonces, déjame ver si te entendí bien —dijo Claudia molesta—, yo debo ser del tipo «pásame las papas fritas, cariño».
—Lo que quiero decir es que tú eres una mujer real... eres preciosa, pero no inalcanzable. Y esa cosa que hiciste —evocó Dean sonriendo lujuriosamente—, ese nudo con la cereza... Te diré que he guardado una copia de la foto para mi disfrute personal.
—¡Dios...! —exclamó Claudia tapándose la cara con las manos.
—Oye, ¿puedes sacar unas copias para mí? —intervino Daniel—. Unos amigos me las han pedido en la tienda de surf. Cuando quisieron verte ya habían quitado la foto.
—No, no puedes —contestaron al unísono Claudia y Logan.
—Esta bien, no se pongan así —les aplacó Daniel. Claudia echó un vistazo a su reloj.
—Tengo que irme, chicos. Gracias por la... lección.
Inmediatamente se alzó un coro de protestas.
—¡Pero si es prontísimo! —dijo Daniel—. ¿Qué pasa? ¿Tienes alguna cita tempranera o qué?
—La verdad es que tengo dos —contestó Claudia. Logan la miró sorprendido—. Para empezar, quedé con Sally que haríamos ejercicio; después iremos al salón de belleza. Conociendo a Sally, saldremos al amanecer —se lamentó.
—¿Y la otra?
—No van a creerlo —les explicó Claudia—. Voy a ir a la fiesta del Century Plaza. Tendré que ponerme un vestido de gala y todo. La verdad es que si no lo hubiera visto tan apurado no habría aceptado... Ya saben lo poco que me gustan ese tipo de cosas. Espero salir airosa sin ponerme en evidencia... sobre todo después de este desagradable asunto de la página web —añadió mirando a Dean con cara de pocos amigos.
Dean se las arregló para fingir que estaba avergonzado, y Logan sintió una punzada de auténticos remordimientos al acordarse de la escena en su oficina.
—Bueno, me alegro de que todos hayamos aprendido algo hoy —sentenció Claudia con una radiante sonrisa—. Hasta pronto, chicos.
—Te acompañaré hasta el coche —dijo Logan.
—No está lejos...
—No protestes.
—No se te ocurra pedirle su número —le advirtió Mike con una sonrisa—. Es una chica muy dura, te lo aseguro.
La pandilla en pleno les despidió con un coro de aullidos y silbidos. Claudia puso una sonrisa de circunstancias, mientras que Logan ni se molestó en mirarlos.
—Gracias por tu ayuda, Logan —dijo la joven mientras abría la puerta de Gominola—. Sé que no es fácil para ti.
—¿Y por qué no habría de serlo?
—Bueno, al fin y al cabo me estás ayudando a ganarte la apuesta. Debería pagarte esos mil dólares, aunque solo fuera por las molestias que te estás tomando...
—No seas mema —gruñó Logan—. Ya verás cómo al final lo conseguimos.
Ella asintió, estremeciéndose al sentir la fresca brisa de la noche.
—Toma, póntela —Logan le puso su chaqueta sobre los hombros—. Vas a resfriarte como no te andes con cuidado.
—Soy una chica con suerte: tengo el mejor amigo del mundo —dijo, dándole un cariñoso abrazo.
Logan se concentró para no abrazarla, pero parecía que sus brazos tenían voluntad propia.
—Buenas noches —le deseó Claudia alegremente metiéndose por fin en el coche.
—Buenas noches —respondió Logan. Se quedó plantado hasta que la vio enfilar la carretera principal. Después, volvió al bar temblando de frío.
—¿Dónde dejaste la chaqueta? —le preguntó Daniel.
—Se la dí a Claudia. Estaba temblando.
—No me extraña —bromeó Mike—. No es que llevara mucha ropa encima precisamente... Estaba fabulosa.
—¿Y qué pasará ahora? —preguntó Dean intrigado—. ¿Se convertirá en una devora hombres?
—No creo que llegue tan lejos, pero creo que la hemos ayudado bastante. Desde luego, parecía habérselas arreglado muy bien con el tipo con el que había bailado —comentó Logan—. Sin embargo, la veo un poco insegura, no sé qué tal le irá en la fiesta de mañana. Ojalá hubiera una forma en que pudiéramos ayudarla. Ese rollo de la página web la puso muy nerviosa —Logan se dejaría torturar si eso evitaba que Claudia volviera a sentir un dolor como el de aquella tarde.
—Un momento, chicos... —dijo Dean de repente—. Puede que tenga la solución. Ella dijo que era en el Century Plaza, ¿no?
—Sí, eso es.
—Entonces —continuó Dean cada vez más entusiasmado—, supongo que será la fiesta de Sheffield.
—¿Y?
—Pues que conozco al dueño de la imprenta donde se hicieron las invitaciones —declaró por fin Dean.
A Logan le costó solo un segundo entender a dónde quería llegar su amigo. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.
—Busquen sus esmóquines, caballeros —declaró, sintiéndose completamente feliz por primera vez en toda la noche—. Mañana vamos de fiesta.
La noche anterior se había acostado muy tarde, pero por fin había conseguido hacerse una idea de la situación. En las circunstancias en las que se encontraba, una pequeña campaña de venganza no es que fuera conveniente, sino absolutamente necesaria.
Cuando por fin él y su acompañante salieron del restaurante, estaba que echaba chispas. Había, montado todo aquello para demostrarle cómo se comportaban las mujeres que salían en aquella dichosa Guía, lo previsibles que eran sus tácticas y, a decir verdad, Terri había desempeñado su papel a la perfección. Lo que jamás hubiera imaginado era que Claudia tuviera el temple no solo para imitarla, sino incluso superarla con creces. Al final de la cena estaba tan enfadado que lo único que deseaba era dejar a Terri en un taxi y presentarse en casa de Claudia para decirle un par de cosas. Solo se detuvo al pensar que tal vez su amiga no estuviera sola.
Y fue justo entonces cuando el hombre de negocios que llevada dentro tuvo una intuición genial. Tras dejar a su acompañante en un taxi, volvió al restaurante y le compró al fotógrafo del local por el triple de su valor el rollo de fotos que había sacado aquella noche.
Para entonces había conseguido tranquilizarse bastante: Claudia no era el tipo de chica que se acostaría con Jack la primera noche, de eso estaba seguro. Se había portado de una forma tan escandalosa solo para vengarse de él, para provocarlo... y a fe que lo había conseguido. Ahora ella estaría esperando que él hiciera el siguiente movimiento... y ahí era precisamente donde entraban las fotos.
Llevó el rollo a una tienda de revelado rápido donde en menos de una hora le dieron una foto de no muy buena calidad pero en la que se distinguía perfectamente a Claudia en el momento de llevarse a la boca la maldita cereza. Tenía que pensar cuidadosamente qué hacer con semejante material, no se le podía olvidar que ella era una auténtica maestra en el arte de la venganza. Recordó que una vez había conseguido un fotomontaje de lo más logrado en el que aparecía él completamente desnudo, tapando sus vergüenzas con un sombrero, y que lo había hecho imprimir en todas las invitaciones para su fiesta de cumpleaños.
La verdad era que cuando había una apuesta de por medio, Claudia y él dejaban a un lado cualquier escrúpulo. Enseguida iba a ver aquella descarada lo que la esperaba después de su actuación en el restaurante.
Lo más extraño era que tenía que reconocer que el comportamiento de su amiga le había afectado profundamente. Le hubiera gustado que se tratara de puro enfado, pero la conocía demasiado bien como para decir eso: solo de pensar en lo ocurrido le hervía la sangre.
Se levantó y se asomó a la ventana, confiando que la brisa que llegaba del océano tuviera la virtud de relajar sus excitados nervios. Sin embargo, solo pudo disfrutarla un segundo antes de que alguien entrara sin llamar en el despacho.
—¿Qué diablos significa esto?
Logan sonrió sin volverse siquiera. Conocía muy bien aquella iracunda voz femenina.
—¡Hola, Claudia! ¿Qué te trae por aquí?
Se dio la vuelta para enfrentarse a ella: los ojos le ardían como dos brasas. Llevaba una camiseta color azul claro y una vertiginosa minifalda. A Logan le pareció que la temperatura de la habitación había subido varios grados; rápidamente asió la hoja de papel que Claudia le mostraba, concentrándose en ella como si fuera lo más importante del mundo.
—Por lo que parece... esto es una foto tuya comiendo algo... ¿Una cereza, quizá?
—¡Eso ya lo sé! —le interrumpió la joven elevando el tono de su voz peligrosamente—. Lo que ahora quiero que me digas es quién la envió a mi departamento de informática.
—No tengo ni la menor idea —replicó Logan con expresión de absoluta inocencia.
—¿De verdad? —se acercó a él con una mirada amenazante—, entonces, ¿cómo se las ha arreglado Dean, nuestro común camarada de póker y colaborador mío en la empresa para colocarla en la página web de tu empresa?
Logan se mordió la lengua para no soltar la carcajada. Desde que Dean empezó a trabajar con Claudia, la verdad era que le resultaba mucho más fácil maquinar bromas. Cuando lo llamó, la noche anterior, Dean se mostró entusiasmado con su plan.
—No me lo puedo imaginar —dijo, manteniéndose lo más serio que fue capaz.
—¡Pues yo si puedo! —estalló Claudia dándole un golpe en el pecho—. Todo el mundo sabe que tienes en tu página web una foto de la chica de la semana. ¿Cómo te atreviste a poner la mía?
—Bueno, bueno, no te lo tomes así. No creo que lleve ahí más de una hora...
—¡Lleva toda la noche!
Logan se puso repentinamente serio. ¿Toda la noche? ¿Qué había ocurrido?
—Hablé con Dean anoche, es cierto —replicó rápidamente—. Me dijo que solía llegar a la oficina a las diez, y no son más que las once y media.
—Sí, claro: imagino que le pareció tan gracioso que no quiso esperar ni un segundo más —dijo Claudia con amargura—. Y como todo el mundo sabe que cambias la foto en jueves, seguro que ya la vieron todos los adolescentes precoces que entran en tu página desde medianoche.
Aquello no era en absoluto lo que él había planeado.
—No puso tu nombre, ¿verdad?
—No, y esa es la única razón por la que sigue vivo. Si Wanda no me hubiera avisado, quién sabe cuánta gente la habría visto a estas alturas. Por lo visto han colapsado el correo electrónico preguntando quien es la misteriosa chica de la cereza. ¿Puedes creerlo?
—¡Oh, no! —Logan estaba aterrado por la magnitud del desastre—. Tienes que creerme, jamás pensé que ocurriera tal cosa. Yo lo único que quería...
En ese momento entró el asistente de Logan.
—Perdón...
Logan deseó que Claudia hubiera cerrado la puerta detrás de ella antes de empezar a montarle esa escena
—Sí, Jake, ¿qué quieres?
—¿Has terminando de revisar los informes que te pasé esta mañana?
Logan se sentó ante su mesa y se puso a buscar entre la pila de papeles, esperando que eso le diera un poco más de tiempo para preparar sus disculpas. El joven se acercó tímidamente a Claudia.
—Hola, me llamo Jake. Te ví en la página web.
—¿De verdad? —Claudia lanzó a su amigo una mirada venenosa.
—Sí, y he pensando que a lo mejor te gustaría salir a cenar un día, o al cine...
—Oye, Jake —le interrumpió Logan antes de que su secretario se embalase—, ahora no encuentro esos informes y, como puedes ver, tampoco puedo atenderte. Hablaremos luego.
—Desde luego, perdona —se disculpó Jake.
Logan lo acompañó hasta la puerta, pero antes de que pudiera cerrar, se abalanzaron sobre él otros tres jóvenes con papeles en la mano.
—¿Está aquí? —preguntó uno de ellos.
—¿Qué se les ofrece, chicos? —preguntó Logan, cortante
Todos ellos se pusieron de puntillas, sin hacerle el menor caso.
—Quería pedirte que echaras un vistazo a estos papeles.
Logan dio un rápido vistazo a uno de ellos.
—Maldita sea, Bill: es un informe que me mandaste hace un mes.
Bill sonrió cobardemente.
—No te lo tomes a mal, Logan. Necesitaba una excusa para entrar. Esa mujer es una bomba.
¿Una bomba? ¿Aquellos cretinos se atrevían a llamar bomba a su Claudia?
—Estoy en reunión —dijo entre dientes—, y lo estaré durante la próxima media hora. Ya hablaré luego con ustedes —y sin añadir nada más, les dio con la puerta en las narices.
—Claudia, lo siento mucho —se disculpó, sabiendo que sus palabras eran de muy poco consuelo—. Te lo juro, no sabía que esto iba a pasar. Solo era una broma. Ya sabes...
—Dime una cosa, Logan —lo interrumpió Claudia—, ¿cómo es que un hombre tan inteligente como tú sabe tan poco sobre las mujeres?.
—¿Qué quieres decir?
—¡Oh, olvídalo! Acabo de recordar que tú no me consideras una auténtica mujer —dijo Claudia. Su voz era dura y amarga—. Para ti solo soy la buena de Clau, una más de la pandilla. Solo te acuerdas de mí cuando necesitas comida, un hombro para llorar, o alguien a quien tomarle el pelo.
—Tú me tomas el pelo al menos tanto como yo a ti —se defendió Logan.
—¿Qué pretendes? ¿Darme además una cucharada de mi propia medicina? Ni por un momento has pensado lo que todo esto significa para mí. Ya sé que no tengo mucha práctica pero, por una vez en mi vida, me gustaría hacer el esfuerzo y aprender a ser una auténtica chica. Fíjate lo que te digo: aunque fuera por una vez, me gustaría ser capaz de llorar. ¿Alguna vez has reparado en el daño que me haces con las cosas que me dices?
Aquello le llegó al corazón.
—¡Por Dios, Claudia! Sabes que nunca he querido hacerte daño.
Ella se volvió al fin para mirarlo, con los ojos llenos de lágrimas.
—Entonces, ¿por qué me lo haces?
—Claudia —enormemente arrepentido, Logan se puso a su lado—. Ángel, lo siento mucho, muchísimo —conmovido, la abrazó con fuerza—. Te lo digo de verdad: no pensé que esta broma tan tonta fuera a hacerte tanto daño.
—Lo siento mucho, Logan... Han sido tantas cosas: la cita, la página web. Creo que eso fue la gota que derramó el vaso —se separó un poco, con los ojos relucientes como ámbar oscuro por efecto de las lágrimas—. La verdad, creo que no tengo derecho a echarte nada en cara... pero tenía que decírtelo, entiéndelo. Es muy duro que tu mejor amigo te diga que no eres bonita, ni femenina, y que nunca conseguirás un marido...
—Oye, oye, para el carro —la interrumpió Logan cariñosamente—: yo jamás he dicho semejante cosa. —Ella meneó la cabeza con una triste sonrisa.
—No con esas palabras, pero el sentido era el mismo. Te conozco desde hace muchos años, y sé perfectamente lo que piensas —se desprendió de su abrazo y, componiendo el gesto, se acercó a la ventana, secándose las lagrimas con el dorso de la mano—. ¿Ves? Es imposible discutir contigo, siempre tienes razón. Mirándome, ¿qué hombre querría salir conmigo?
—¡Eres tonta! Claudia, tú tienes mucho que ofrecer a cualquier hombre —replicó Logan de inmediato, intentando componer el mal que había hecho—: eres elegante, sexy y muy divertida. Lo que pasa es que no sabes verlo.
—Ni tú tampoco, si vamos a eso —apuntó Claudia—. La verdad, pensé que serías el primero en, darme la razón.
Aquellas palabras tuvieron la virtud de hundirlo aún más.
—Sabes que estoy de tu lado, Claudia.
—Lo estabas hasta que empezamos con esta estúpida apuesta —dijo, volviéndose a mirarlo con sus hermosos y luminosos ojos—. ¿Sabes por qué sigo en esto? Porque si pierdo tu hermana y Sally me prometieron que me dejarán en paz, y no se meterán más en mi vida. Creo que esa es la solución más fácil... Por lo menos así me lo parecía hasta que decidiste declararme la guerra abierta.
—Claudia, por favor, me siento fatal, como la peor rata del Universo —Logan le limpió una lágrima que rodaba por su mejilla—. Creo que he sido muy egoísta... —hizo una pausa antes de admitir algo que jamás le confesaría a nadie, ni a su familia ni a sus amigos, ni siquiera a los colegas de la pandilla—. Lo que pasa es que tenía miedo, temía que te convirtieras en una de esas mujeres superficiales cuyo único objetivo es la caza del marido. Y, sobre todo, temía perder a la mejor amiga que he tenido en toda mi vida...
Ella le dedicó una sonrisa entre las lágrimas.
—Sé cómo te sientes. Fíjate, anoche te llamé para contarte, lo que había pasado en la cena.
—Hagamos un trato —propuso Logan tomándole de la mano—: pase lo que pase, seguiremos siendo los mejores amigos. Eso significa que podremos contarnos cualquier cosa que nos ocurra. Como los mosqueteros: todos para uno y uno para todos. ¿De acuerdo?
—Trato hecho —dijo, estrechándole la mano primero y abrazándolo después—. No podemos consentir que esto nos ocurra otra vez.
—Claro que no, no pienso correr otra vez el riesgo de perderte, ángel.
Aunque no hacía la menor falta que continuaran abrazados, mantuvieron aquel gesto un buen rato, disfrutando de aquel calor y del consuelo mutuo. Ella sentía su cuerpo fuerte y acogedor, mientras Logan se deleitaba con la suavidad de su pelo, el dulce aroma de su piel. Miró hacia abajo y ella alzó la cabeza: Claudia tenía las mejillas arreboladas, y le miraba con una ternura que él no le había conocido hasta entonces.
—«Logan», se dijo a sí mismo, «cualquier mujer que te mire así merece que la beses».
Estupenda idea. Por fin su conciencia se había decidido a echarle una mano. Se agachó un poco más, sin dejar de mirarla.
Justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, se detuvo en seco.
«Espera un momento. ¿Qué demonios estás haciendo?»
Se echó hacia atrás como si hubiera tocado una valla eléctrica. Se separó unos cuantos pasos, con el corazón latiéndole como una ametralladora. Ella lo miraba con una expresión indescifrable.
—Me... me alegro de que hayamos puesto las cosas en claro.
—Yo también —convino Claudia rápidamente sin dejar de mirarlo
—Bueno... —Logan carraspeó: se había salvado de milagro. ¿En qué diablos estaría pensando?—. Se me ocurre una idea para salir de este embrollo en el que nos hemos metido.
—Soy toda oídos.
—Es culpa mía el que te hayas metido en esta apuesta, así que lo más lógico es que sea yo el que te ayude a salir de ella.
—Logan —le interrumpió Claudia escéptica—, me parece que ya me has ayudado bastante...
—No tenía la menor idea de lo que te pasaba por la cabeza —se defendió su amigo—. Creo que lo que tienes que conseguir es sentirte un poco más cómoda con los chicos.
—Vamos, Wade—protestó Claudia entre risas—. Llevo saliendo con la pandilla desde que me saqué el carné de conducir. ¿De verdad crees que mi problema es que no me siento cómoda con los hombres?
—Lo que pasa es que cuando te comportas como una mujer te acobardas —le explicó Logan—. Esta noche haremos una prueba. ¿Has quedado con alguien?
—¿Es broma? —Claudia no daba crédito a lo que su amigo le proponía—. No tengo ninguna cita, y, si quieres saberlo, me alegro. Sin embargo, como Sally está tan metida en este asunto, seguro que viene a buscarme para que salgamos. Espero que no se le ocurra traer a su marido... eso sí que me acobardaría.
—¿Podrás librarte de ella y encontrarte conmigo, digamos a eso de las siete, en Sharkey's?
—Creo que sí.
—Y vente arreglada.
—¿Cómo dices?
—Ya me oíste: confía en mí. Con un poco de suerte, acabaremos de una vez por todas con este asunto de la apuesta.
—Tienes suerte de que sea tu mejor amiga, porque ninguna mujer en su sano juicio querría tener nada que ver contigo —le espetó Claudia—. De acuerdo —cedió al fin—. A las siete en Sharkey's.
Sin embargo, aquella idea que en principio le había parecido a Logan genial, resultó serlo solo en teoría. Para empezar, las cosas habrían ido mucho mejor si los chicos no se hubieran tomado sus papeles tan en serio.
—¡Logan, esto es una ridiculez! —se rio Claudia.
—Pues a mí me parece que Logan ha tenido una idea súper —dijo Daniel pasándole un brazo por los hombros—. Si lo que quieres es aprender a pescar a un hombre, tendrás que documentarte primero.
—Nadie dijo nada de pescar a un hombre —replicó Logan ásperamente—. Lo que propongo es que se acostumbre a salir con ellos estando arreglada.
Y desde luego, lo estaba; llevaba un vestido color lavanda del mismo estilo que el rosa con el que había ido a trabajar el día que empezó todo aquel lío. También llevaba sandalias de tacón. Logan ni se atrevía a mirarle las piernas, y mucho menos el escote... ni siquiera la cara. De hecho, se limitaba a fijar la vista en un punto indefinido por encima de su cabeza.
Pero el resto de los muchachos no tenía el mismo problema.
—¿Qué tal, belleza? —dijo Mike dirigiéndole su más luminosa sonrisa—. ¿Vienes mucho por aquí?
—Mike, todos estuvimos aquí el lunes pasado, ¿que no te acuerdas? ¿No estarás exagerando?
—Esta bien, está bien —se defendió el joven—. Lo que pasa es que no estabas tan requeteguapa como hoy.
—Logan, esto es una estupidez —dijo levantándose y andando unos pasos. Inmediatamente varios pares de ojos quedaron prendados del meneo de sus caderas, así que se detuvo y se volvió para enfrentarlos—. Estos no son hombres de verdad, son los chicos de la pandilla, los conozco de toda la vida.
—Danos una oportunidad —bromeó Daniel.
—Sí, cielo, hazlo —rogó Dean enarcando las cejas—. Estamos deseando darte todo nuestro amor, princesa.
—¿Princesa? ¿Cielo? ¡Dios mío! No había oído nada semejante desde que estaba en el instituto.
—Logan —se quejó Daniel—, no se lo está tomando en serio.
—¡Es que me resulta imposible! —rio Claudia. Se había pintado los labios en un tono de lo más atrevido, y también se había aplicado máscara de pestañas y sombra de ojos; fuera lo que fuese lo que había hecho, lo cierto es que había dado en el clavo. Estaba preciosa—. Desde que llegué no han hecho más que el ridículo.
—Por favor, tienen que fingir que están en una fiesta o algo parecido —les indicó Logan, intentando que se centraran en lo que tenían entre manos. Le había prometido a Claudia que la sacaría de aquel lío y pensaba conseguirlo, aunque eso significara hacerle creer que era la mujer más atractiva y femenina de la tierra—. Lo que digan los chicos no debe importarte, Claudia, tú limítate a sonreír, a hacerte la interesante.
—¿Y cómo lo hago? —preguntó la joven perpleja.
—Trátalos como si fueran gusanos —Logan se corrigió con una sonrisa: convertir a su amiga en una chica sexy no significaba inducirla a que fuera una estirada. Estaba a punto de enseñarle cómo atrapar una buena presa—. Pórtate como si fueras la mujer más hermosa del planeta, dales a entender que pierden el tiempo contigo, como si ni siquiera deberían permitirse pensar en ti.
—Oye, Logan, eso no es justo —intervino Mike—. Así es exactamente cómo me han tratado todas las mujeres desde que empecé a salir. Yo creí que esto iba a ser más divertido.
Claudia esbozó una sonrisa. Empezaba a entender el quid de la cuestión.
—¿Quieres decir que si les trato como si fueran basura, ellos me adorarán como a una diosa?
—Exacto, creo que ese es el gran secreto —Logan sonrió al ver la expresión de deleite de su rostro. Las cosas empezaban a ponerse interesantes.
Claudia volvió se encaramó a un taburete en la barra. Logan estaba desprevenido y se quedó casi sin respiración al ver el sugestivo movimiento de sus caderas.
—Hola, preciosidad —dijo Mike volviendo a la carga.
Ella le lanzó una mirada cargada de intención, pero su voz era fría como el hielo.
—Esto no es para ti —dijo, señalando primero su cuerpo con un gesto y apuntándole después con el dedo.
Mike se retiró con una carcajada. Inmediatamente Dean ocupó su puesto.
—Perdone, señorita, ¿podría prestarme 35 centavos? Mi madre me pidió que la llamara cuando me enamorara...
Claudia rebuscó en su bolso y le dio tres monedas.
—Aquí tiene. Después de hablar con ella, intente llamar a alguien a quien le importe.
—¡Es muy buena! —dijo Daniel acercándose a ocupar el puesto de Dean—. Ahora voy yo: ¿Está usted cansada, señorita? Lo digo porque lleva rondándome por la cabeza toda la noche.
—De acuerdo, tú ganas. Bailaré contigo.
Daniel le dio un cariñoso abrazo y la condujo a la pista.
—Siempre funciona —dijo a sus camaradas por encima del hombro.
Logan se fijó en que la mayoría de los hombres presentes miraban a Claudia como si se la quisieran comer con los ojos. Rogó a los cielos por no tener la misma expresión.
No quería sentirse atraído por ella, no quería que las cosas cambiaran. Habían sido amigos desde que tenían uso de razón, así que convocó en su memoria la imagen de una pecosa niña de ocho años. Cuando eso no le funcionó, evocó a la adolescente larguirucha, con vaqueros y camisetas dadas de sí.
A decir verdad, nunca se había permitido pensar en Claudia como en una mujer. Por primera vez, no le quedaba más remedio que enfrentarse a esa realidad. Su transformación era tan evidente como una bofetada en pleno rostro.
Claudia se echó a reír por algo que Daniel decía. Estaba preciosa; feliz, vibrante, increíblemente viva.
La deseaba.
«Puedes pensar lo que quieras», le dijo una vocecita en su interior, «pero ni se te ocurra pasar a la acción. Es tu amiga, acuérdate».
Odiaba tener que admitirlo, pero esa vocecita tenía toda la razón. Aquella era la piedra de toque en la que se basaba toda su filosofía: las mujeres van y vienen, pero los amigos son para siempre. Después de lo ocurrido aquel día, intuía mejor que nunca lo que le esperaba si perdía la amistad de Claudia. Aunque siempre había pensado que sería dramático cuando ella se casara y, no pudieran pasar juntos casi todo el tiempo, mucho peor sería no volver a verla nunca más.
No podía engañarse a sí mismo: la mayor parte de las relaciones que había tenido habían durado muy poco tiempo, y las que habían resistido algo más habían terminado entre terribles peleas. Y jamás había vuelto a ver a ninguna de sus novias. No quería correr el mismo riesgo con Claudia. Y si acababan pasando a mayores, sería eso precisamente lo que estaría haciendo.
Cada vez estaba más convencido de que tenía que evitar como fuera cualquier contacto físico con ella. Sería su amigo, nada más.
Cuando acabó el baile, Daniel tomó de la mano a Claudia para llevarla hasta la barra, sonriendo como un bobo. Pero antes incluso de que hubieran salido de la pista, un hombre se plantó ante ellos.
Logan se quedó mirándolos petrificado.
Claudia se quedó boquiabierta al ver que el desconocido la estaba invitando a bailar. Nerviosa, miró a Daniel en busca de ayuda, pero el joven se limitó a encogerse de hombros. Indecisa, se mordió el labio, hasta que por fin, encogiéndose a su vez de hombros, aceptó la invitación.
Daniel llegó a la altura de Logan, que había contemplado toda la escena sin poder dar crédito a sus ojos.
—¿Qué te parece? Casi ni habíamos acabado de bailar y viene ese tipo y se abalanza para llevarse a Claudia delante de mis narices.
—¿Se puede saber en qué estabas pensando? —le gritó—. ¡La has dejado a merced de un completo desconocido!
—¿Y? —preguntó Daniel confundido—. Creo que se las está arreglando muy bien. Al fin y al cabo, ¿no era este nuestro objetivo?
Logan se dio cuenta de que el hombre hacía todo lo posible por arrimarse a Claudia, con el pretexto de decirle algo al oído. Sin pensárselo dos veces, se levantó para acercarse a la pista y partirle la cara a aquel sinvergüenza.
—Oye, oye, tranquilízate —le detuvo Daniel—. No te abalances, se las está arreglando bien...
Fijándose un poco más, vio que Claudia mantenía a su pareja a raya sacudiendo la cabeza con firmeza. Tenía la misma expresión con la que había rechazado a Mike minutos antes: «Esto no es para ti», le estaba diciendo al hombre de forma inequívoca.
Logan se relajó un poco.
—¿Sabes? —dijo Daniel de repente—, creo que cuando no se quiere vender algo, no debería ponerse en el escaparate.
—¿Y qué demonios se supone que quieres decir con eso? —preguntó Logan, demasiado absorto en lo que estaba ocurriendo en la pista de baile como para entender la críptica frase de su amigo.
—Quiero decir que está preciosa, hombre. Déjala en paz.
—La estoy dejando en paz —gruñó Logan.
—Sí, ya.
Claudia se reunió con ellos cuando acabó el baile. El desconocido la seguía con expresión de cordero degollado.
—Gracias por el baile —le dijo la joven amablemente.
—¿Me darías tu número de teléfono? —preguntó el hombre haciendo acopio de valor.
—No —replicó Claudia tras pensarlo un instante.
—¿Por qué no?
—Ya la escuchaste —dijo Logan plantándosele delante, al tiempo que pasaba un brazo por los hombros de Claudia—. Esfúmate.
—Esta bien, está bien —murmuró el hombre temeroso. Después lanzó una última y esperanzada mirada a Claudia—. Vi tu foto en la página web. Estoy deseando contarle a mis compañeros que bailé con la chica de la semana.
Claudia miró cómo se alejaba con los ojos como platos.
—Tendrás que reconocer que era una gran foto —bromeó, Dean.
—Sí, lo admito —replicó ella cortante—. ¿Por eso la dejaste en la red doce horas?
Dean no parecía en absoluto arrepentido de su hazaña.
—Me pareció una buena idea: además, los chicos empezaban a estar hartos de ver a las mismas modelos semana tras semana. Ha sido un cambio refrescante.
—Sí, estoy segura —convino Claudia lanzándole una mirada glacial.
—Bueno, no es que se quejaran exactamente... Una mujer buena es siempre una mujer buena —filosofó Dean mientras mascaba un puñado de cacahuetes—. Lo que pasa es que las últimas que habíamos metido en la página eran del tipo «ponme la crema bronceadora, cariño»... me refiero a que eran de las que solo existen en las islas tropicales de los anuncios. No creo que sea fácil encontrarse con una de ellas en el supermercado, por ejemplo.
—Entonces, déjame ver si te entendí bien —dijo Claudia molesta—, yo debo ser del tipo «pásame las papas fritas, cariño».
—Lo que quiero decir es que tú eres una mujer real... eres preciosa, pero no inalcanzable. Y esa cosa que hiciste —evocó Dean sonriendo lujuriosamente—, ese nudo con la cereza... Te diré que he guardado una copia de la foto para mi disfrute personal.
—¡Dios...! —exclamó Claudia tapándose la cara con las manos.
—Oye, ¿puedes sacar unas copias para mí? —intervino Daniel—. Unos amigos me las han pedido en la tienda de surf. Cuando quisieron verte ya habían quitado la foto.
—No, no puedes —contestaron al unísono Claudia y Logan.
—Esta bien, no se pongan así —les aplacó Daniel. Claudia echó un vistazo a su reloj.
—Tengo que irme, chicos. Gracias por la... lección.
Inmediatamente se alzó un coro de protestas.
—¡Pero si es prontísimo! —dijo Daniel—. ¿Qué pasa? ¿Tienes alguna cita tempranera o qué?
—La verdad es que tengo dos —contestó Claudia. Logan la miró sorprendido—. Para empezar, quedé con Sally que haríamos ejercicio; después iremos al salón de belleza. Conociendo a Sally, saldremos al amanecer —se lamentó.
—¿Y la otra?
—No van a creerlo —les explicó Claudia—. Voy a ir a la fiesta del Century Plaza. Tendré que ponerme un vestido de gala y todo. La verdad es que si no lo hubiera visto tan apurado no habría aceptado... Ya saben lo poco que me gustan ese tipo de cosas. Espero salir airosa sin ponerme en evidencia... sobre todo después de este desagradable asunto de la página web —añadió mirando a Dean con cara de pocos amigos.
Dean se las arregló para fingir que estaba avergonzado, y Logan sintió una punzada de auténticos remordimientos al acordarse de la escena en su oficina.
—Bueno, me alegro de que todos hayamos aprendido algo hoy —sentenció Claudia con una radiante sonrisa—. Hasta pronto, chicos.
—Te acompañaré hasta el coche —dijo Logan.
—No está lejos...
—No protestes.
—No se te ocurra pedirle su número —le advirtió Mike con una sonrisa—. Es una chica muy dura, te lo aseguro.
La pandilla en pleno les despidió con un coro de aullidos y silbidos. Claudia puso una sonrisa de circunstancias, mientras que Logan ni se molestó en mirarlos.
—Gracias por tu ayuda, Logan —dijo la joven mientras abría la puerta de Gominola—. Sé que no es fácil para ti.
—¿Y por qué no habría de serlo?
—Bueno, al fin y al cabo me estás ayudando a ganarte la apuesta. Debería pagarte esos mil dólares, aunque solo fuera por las molestias que te estás tomando...
—No seas mema —gruñó Logan—. Ya verás cómo al final lo conseguimos.
Ella asintió, estremeciéndose al sentir la fresca brisa de la noche.
—Toma, póntela —Logan le puso su chaqueta sobre los hombros—. Vas a resfriarte como no te andes con cuidado.
—Soy una chica con suerte: tengo el mejor amigo del mundo —dijo, dándole un cariñoso abrazo.
Logan se concentró para no abrazarla, pero parecía que sus brazos tenían voluntad propia.
—Buenas noches —le deseó Claudia alegremente metiéndose por fin en el coche.
—Buenas noches —respondió Logan. Se quedó plantado hasta que la vio enfilar la carretera principal. Después, volvió al bar temblando de frío.
—¿Dónde dejaste la chaqueta? —le preguntó Daniel.
—Se la dí a Claudia. Estaba temblando.
—No me extraña —bromeó Mike—. No es que llevara mucha ropa encima precisamente... Estaba fabulosa.
—¿Y qué pasará ahora? —preguntó Dean intrigado—. ¿Se convertirá en una devora hombres?
—No creo que llegue tan lejos, pero creo que la hemos ayudado bastante. Desde luego, parecía habérselas arreglado muy bien con el tipo con el que había bailado —comentó Logan—. Sin embargo, la veo un poco insegura, no sé qué tal le irá en la fiesta de mañana. Ojalá hubiera una forma en que pudiéramos ayudarla. Ese rollo de la página web la puso muy nerviosa —Logan se dejaría torturar si eso evitaba que Claudia volviera a sentir un dolor como el de aquella tarde.
—Un momento, chicos... —dijo Dean de repente—. Puede que tenga la solución. Ella dijo que era en el Century Plaza, ¿no?
—Sí, eso es.
—Entonces —continuó Dean cada vez más entusiasmado—, supongo que será la fiesta de Sheffield.
—¿Y?
—Pues que conozco al dueño de la imprenta donde se hicieron las invitaciones —declaró por fin Dean.
A Logan le costó solo un segundo entender a dónde quería llegar su amigo. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.
—Busquen sus esmóquines, caballeros —declaró, sintiéndose completamente feliz por primera vez en toda la noche—. Mañana vamos de fiesta.
JKAJAKJSKAJS Logan es un maldito jajaja, pero me encanta me encanta y Claudia no se queda atrás ¿apoco no? Este cap hace memoria a una de las películas que Logan ha protagonizado y supongo que al terminar de leer sabrán de cual estoy hablando. Hoy estoy en reposo :( ¿Que creen que me paso? Me caí el domingo bajando un escalón y me doble el pie... lo raro que el tobillo no me duele sino la rodilla y no puedo caminar bien, no tengo flexibilidad así que estoy en mi casita, probablemente hoy vaya sacarme una radiografía. Más tarde subo el capítulo 30 de ¿Quien es ese chico? :3 Se que les gustará también. @regiolerman Les dejo mi twitter por si quieren seguirme, ahi aviso de todo, y buéh si me siguen diganme que son ustedes no soy mucho de seguir porque quiero evitarme la fatiga que mi TL se llene de los dramas que hay en la actualidad en twitter. En fin espero les haya gustado el capítulo, yo repito que en general para mi la novela es fabulosa. Ahh y las invito a unirse a mi pág de Logan en Facebook: • LOGAN LERMAN, OJOS OCEÁNICOS Y por último recordarles el PROTOCOLO, leanlo mijasas, le recuerdo que tienen hasta este miércoles para modificar todo de acuerdo a él. No voy a tener preferencias por mas que las adore así de mucho, muchísimo, y espero que me comprendan y no se enojen si les llega a tocar a ustedes.
En esta ocasión le dedico el capitulo a SecretC. Muchas gracias por contarme tus días x}. Abrazo violador mija!
En esta ocasión le dedico el capitulo a SecretC. Muchas gracias por contarme tus días x}. Abrazo violador mija!
Lisy
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
¡LISY! AME AME AME EL CAPITULO MUJER! Te lo juro, fue muy sajsdklasd. Adoro como ahora Logan y Claudia se estan volviendo a llevar mejor, no es bueno que se peleen por la apuesta y arruine su amistad :c pero logan se paso con eso de la foto en la pagina ._. JAJAJA AY DIOS, no quiero imaginar si nuestro Adonis lo ve xd Y APA Logan queria besar a Claudia! El muy idiota esta tan atraido hacia ella que no quiere aceptarlo D: Esta para matarlo!
Ay, la pandilla son unos genios xd me rei tanto con los piropos baratos que le decian a Claudia, me hicieron reir tanto, me recuerdan a unos amigos mios xd son iguales xd
YAAAAAAAAAA quiero ver cuando van a la fiesta y Claudia los mata :3
Seguila bebe <3 amo tu novela y como escribis <3
Ay, la pandilla son unos genios xd me rei tanto con los piropos baratos que le decian a Claudia, me hicieron reir tanto, me recuerdan a unos amigos mios xd son iguales xd
YAAAAAAAAAA quiero ver cuando van a la fiesta y Claudia los mata :3
Seguila bebe <3 amo tu novela y como escribis <3
Jaeger.
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Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Me encanto el capituloo!
Esta geniaal!
Ojala la sigas! Un Besoo
Esta geniaal!
Ojala la sigas! Un Besoo
In Love
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Owww, me da pena decirlo pero Logan tiene razón, ¿deberían arriesgar su amistad? :( Estoy insegura!!! Al fin Claudia se puso los pantalones, en realidad las polleras y escotes, creo que Logan merecía que Claudia le haga saber que es una mujer hecha, derecha y con toda la capacidad de ser sexy que otras poseen, así que Logan Muajajajaj!!! Sólo espero que no le valla a arruinar la noche, bueno Besotes y suerte con tu rodilla!!!
{#W}
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
OMG!!!!!!!!!!! Es tan tan tan................. bueno me encanta
Ainara Malfoy
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
OH, LO AME! *-* excepto en la parte en la que NO hubo beso, fue como: :wut: tan cerca, tan cerca!!...pero supongo que pronto habra, Logan no podra resistirse a los encantos de Claudia por mucho tiempo si sigue ella asi
TKM Lisy y espero que ya estes mejor :bye:
TKM Lisy y espero que ya estes mejor :bye:
Nina_PinkGirl
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
de verdad no tengo palabras para decir lo mucho que amo esta novela wuwuwuwuw siguela porfavoor!!
sarahmm
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
¡Hello! Yo pasándome por aquí nuevamente. Me ha encantado el capítulo :3 Logan empieza a pensar en Claudia como algo mas 1313. jmm. Algo me dice que cuando lleguen a la super party y la vea con Jack... MUAJAJAJA, SE VA A MORIR DE CELOS. Pero el no sabrá porque se siente así, y seguro lo confunde con otra cosa con tal de no admitirlo. VAMOS, LOGAN, SI TU LA AMAS. SIEMPRE LA HAZ AMADO AUNQUE NUNCA ESTUVISTE CONSIENTE DE ELLO(? Acéptalo de una vez. kaskdjadskjaksjas. Es que está buenísima. Siempre los capítulos me dejan saltando en una pata ^-^
No. Es que esto confirma mis sospechas. ¡LO QUE TU QUIERES ES MATARME DE UN INFARTO! LALALALALALALALA ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Oww, me haz maravillado dedicándome un capítulo :') *convulsiona en el piso por la emoción* Eres la mejor, en serio :'3
Bueno, síguela pronto, que me haz dejado con las ganas de saber que pasa en la fiesta. Ahora mismo me paso por ¿Quién es ese chico? a leer y comentar el capítulo nuevo. ¡CAPÍTULO NUEVO! ¡WIIIIIIII! Ok, ok. Ahora si. ¡Saludos peludos!
No. Es que esto confirma mis sospechas. ¡LO QUE TU QUIERES ES MATARME DE UN INFARTO! LALALALALALALALA ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Oww, me haz maravillado dedicándome un capítulo :') *convulsiona en el piso por la emoción* Eres la mejor, en serio :'3
Bueno, síguela pronto, que me haz dejado con las ganas de saber que pasa en la fiesta. Ahora mismo me paso por ¿Quién es ese chico? a leer y comentar el capítulo nuevo. ¡CAPÍTULO NUEVO! ¡WIIIIIIII! Ok, ok. Ahora si. ¡Saludos peludos!
SecretC.
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Hola, me atrevo a decir que...seré tu fiel lectora a partir de ahora, amo tu novela es tan adictiva, por cierto soy nueva....Un saludo desde Venezuela!
gaby131095
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Hola!
Soy nueva lectora...me encanto la historia y los capis estuvieron geniales, se me hizo muy tierno y dulce como ellos se van enamorando poco a poco y bueno cuando casi se besaban...te juro que casi muero :imdead: y como los celos de Logan, y cuando fue al restaurante! ooooooo ese capi lo ame :ilusion: a si es que espero que la sigas por el amor de Dios....es que esta tan linda!!!!!!!
Minombre es Gaby soy de Mexico.....tengo 15 a;os y me encanta big time rush!!
Espero que la sigas pronto...
Adios :bye:
Soy nueva lectora...me encanto la historia y los capis estuvieron geniales, se me hizo muy tierno y dulce como ellos se van enamorando poco a poco y bueno cuando casi se besaban...te juro que casi muero :imdead: y como los celos de Logan, y cuando fue al restaurante! ooooooo ese capi lo ame :ilusion: a si es que espero que la sigas por el amor de Dios....es que esta tan linda!!!!!!!
Minombre es Gaby soy de Mexico.....tengo 15 a;os y me encanta big time rush!!
Espero que la sigas pronto...
Adios :bye:
gaby_malfoygonzalez
Re: Una apuesta arriesgada. {Logan Lerman} FINAL.
Soy nueva y fiel lectora
Me fascinaaaa
Síguela pronto Lisy :3 -Lau
Me fascinaaaa
Síguela pronto Lisy :3 -Lau
~La Castaña de Horan~
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