Las dulces coincidencias / Niall , Harry & tu

Holaa :) Soy nueva aquí, y espero que disfruten de los primeros capítulos de mi novela tanto como yo lo hice al escribirla!

Capítulo 1 / Lluvia sobre Londres

Solo había visto el Big Ben en fotos, y ahí ya me parecía impresionante. Ahora, delante mío, no podía creerlo. Hace años había deseado visitar Londres, era la ciudad que siempre había estado en mis sueños. No sabía por qué, pero sentía que yo pertenecía a este lugar, es de estos extraños dejavu que en la vida se dan una y otra vez.

-Ya vamos, solo es un gigantesco reloj que da la hora como cualquier otro -
Laura me miró con un aire de impaciente, saltando de un pie a otro y tirando de mi manga de polerón GAP, que estaba tan deslavado que la insignia casi había desaparecido.
-Lo sé, lo sé, puede que para ti sea un común reloj que ves todos los días, pero imagínate, he anhelado ver este reloj “inútil” como tu dices todos los días de mi vida… Sácame una último foto, te lo ruego-
Formé un pucherito e intenté poner cara de perrito mojado, a lo que Laura soló movió la cabeza malhumorada y me arrebató la cámara de las manos.
-Está bien, posa. Pero apresúrate que mi estómago no aguantará dos minutos más si no como de aquellas salchichas de enfrente-
se limitó a decir, lo cual yo no me dejé decir dos veces. Cuando Laura tenía hambre, realmente se volvía insoportable. Había aprendido en estos seis días que no la debía dejar pasar hambre si me quería ahorrar su cara enfadada. Pero en general, era agradable su presencia, tal cual la recordaba como hace dos años, cuando ella junto a su familia hizo vacaciones en Chile. Ahora nos debían el favor de vuelta, por lo cual decidí ir a visitarlos con el fín de conocer la ciudad de mis ensueños, y obviamente reecontrarme con Laura, con la cual nos hemos hecho grandes amigas. Aparte de ser hambrienta, era muy buena compañía, podíamos pasar horas vitrineando en Londres.
Sonreí una última vez a la cámara con el Big Ben de fondo, y nos dispusimos a cruzar la calle para ir al stand de salchichas. Aquí no comían nada más que salchichas. No sé si era de familia, pero al menos Laura devoraba una salchicha tras otra, una vez con Ketchup, otra vez con Mayonesa, era increíble.
-Dos salchichas con mayonesa, por favor-
dijo Laura con su acento británico, el cual anhelaba aprender pues sonaba muchísimo mejor que aquel estadounidense que todo el mundo aprendía cuando le enseñan ingles.
-Ey, come tú una, yo todavía no tengo hambre…-
grité con voz fuerte, esperando que me escuchara a pesar de todo el ruido automovilístico que resonaba desde la calle. Al ver a Laura volver con dos salchichas, supe que mi griterío fue sin éxito.
-Al parecer no me esuchaste, te grité que no tenía hambre.-
-Si te escuché, pero estás demasiado delgada, mira, pareces huesitos, mi objetivo es llevarte rodando al aeropuerto-
Solté una carcajada amistosa y finalmente le acepté la salchicha. A fin de cuentas, eran deliciosas, por muchas veces que ya las había comido en estas últimas semanas.
Miré preocupada el cielo, pues unas nubes negras se amontonaban sobre Londres, las cuales unos minutos antes no habían estado por ningún lado. Unas personas me imitaron, y pusieron cara de apurados, pues sabían que se avecinaba lluvia. Era verano, pero aún así aquel verano no se parecía para nada al mío en Chile. Chile en verano era para asarse literamente, aquí sicnificaba lluvias inesperadas y el calor jamás se podría comparar con el chileno. Pero no me quejaba, pues era fabuloso no tener que cambiarse la musculosa varias veces al día debido a que se impregnaba el asqueroso sudor.
-Apresuremos el paso, si no quieres acabar empapada-
Laura se balanceaba sobre la acera apuradamente, con la salchicha en una mano y unas bolsas en la otra. Acabó de decir la frase y una gotita me calló sobre la nariz.
Corrimos un par de metros, cuando ya no eran gotitas que caían, sino lluvia de verdad.
- Te dije que hoy no era un buen día para salir. ¡Presentí la lluvia, te dije que tenía un 5to. Sentido!-
- Laura, tenemos 5 sentidos. Y jamás te insistí, tu querías ir también a las rebajas de Mango-
señalé su bolso y calculé cuántos metros nos faltaba hasta el próximo techo que nos podría resguardar de la lluvia.
- Bueno ya, pero aún así estoy segura que tengo un poder mágico para predecir el tiempo-
- ¡Mejor consigue un poder que sea capaz de encontrar un lugar donde no nos moje le lluvia!-
grité tratando de sobreponerme al ruido de la lluvia. Parecía que eran baldes de agua arrojados del cielo, en minutos las calles se llenaron con agua, al igual que mi ropa se empapaba. Divisé una pérgola a unos 100 metros, a la cual corrimos desesperadas, parecíamos corredoras de maratón. Finalmente llegamos, agotadísimas y con las prendas mojadas hasta la ropa interior.
- Brillante, al carajo-
farfulló Laura, sacando el vestido recién comprado de MANGO, que lucía igual a lo que teníamos puesto. Una abuela, que como nosotras se albergaba bajo el techo plástico, le tiró una mirada estricta, y susurrando algo como “los niños de hoy” .
Ambas miramos a la abuela, y no me contuve en soltar una risita. Siempre nos dirían que las nuevas generaciones están perdidas, que ya no eran los mismos tiempos, que en su época todo funcionaba mejor y bla bla bla…
Tuvimos que esperar unos 15 minutos para que la lluvia cesara, poder abandonar la pérgola y escaparnos de las miradas enojadas de la vieja… digo señora de edad. Nos encaminamos a casa, con un paso constate y rápido por si se disponía a llover nuevamente.
- Salgamos hoy, tengo ganas de ver a chicos lindos-
dijo Laura con entusiasmo, subiendo y bajando sus cejas en afán de imitar un 1313.
- ¿Hoy? ¿Con este tiempo inestable? No tengo muchas ganas de volver a empaparme hasta los huesos.
-Vamos _ _ _, no seas aburrida, ya se te van a acabar los días en Londres y solo habrás museos, museos y más museos.-
Arqué una ceja
.- Oye, los museos son interesantes. Aparte, puedo ir a fiestas en mi casa, tengo de sobra todo el año. Pero si insisteeees…-
Laura aplaudió y me respondió:
- Iremos a un club que te dejará loca, van los chicos más espectaculares de Londres. Si tenemos suerte incluso nos podemos topar con los chicos de Monroy High.-


-¿Monroy High? ¿Es un grupo?-
Me la quedé mirando de interrogativa, y como no me respondía y se limitaba a mirame con cara de “Cómo-no-sabes” no me atreví a preguntarle más.
- Se me olvida que no eres de Londres.-
rió con un tono, que si no la hubiese conocido de hace tiempo, me podría haber sonado un poco despectivo. Pero conocía lo suficiente a Laura como para saber que su forma de decir las cosas no eran a propósito, simplemente era su manera de hablar y el toque arrogante se lo habían pegado sus padres, que pertencían a la clase social alta de Londres.
- Monroy High es el instituto más costoso de Londres, y es conocido por lo lindo que son los chicos. Son unos galanes, ya lo verás…
La familia de Laura no eran malas personas, pero el dinero les había respingado mucho las narices. Eran de aquel grupo social el cual arqueaba una ceja si el cubierto de un restaurant no cumplía con el cuchillo especial para cortar mantequilla y se juntaban solo con la elite de la elite. En condiciones normales, me repugnaban esa clase de humanos, pero había conocido esta familia a fondo, y descubrí que tras la cortina que aparentaban eran personas bondadosas y amables. Eran dueños de un enorme hogar para perros callejeros, el cual lo habían fundado con mucho amor a los caninos abandonados. Para mí, aquel que adora los animales, tiene un gran corazón. Y por eso no me repugnaba la familia adinerada de Laura, pero sí el círculo de personas en cual se movían. Trataba de entenderlos, pero su forma de actuar simplemente no calzaba en mi mundo. Yo no pertencía a su órbita, pero sabía soportarlos.
-Ya entiendo, los chicos que conducen sus Mercedes Benz, totalemente adquiridos por ellos mismos-
dije en un tono irónico, pero al momento me arrepentí pues sabía que a la hermana mayor de Laura también la habían regalado un auto costoso para su cumpleaños.
Laura me miró con una expresión algo escéptica, pero no dijo nada.
Seguimos caminando en silencio, atravesando la calle que era testigo de la lluvia inesperada, pues grandes charcos se expandía a lo largo de la vía y nos devolvían nuestros reflejos.
El silencio incómodo se esfumó cuando llegamos a la calle del hogar de Laura, que era un largo pasaje sin muchos árboles a los lados y en general tenía un aspecto bastante vago y desierto.
Aunque se encontraba en un barrio bastante cotizado para familias adineradas, esta calle se diferenciaba de las demás porque todas las casas eran de un estilo moderno. Su estructura consistía en ser un simple bloque geométrico, con muchos ventanales y la mayoría en blanco.
En fin, todas iguales, y personalmente no eran para nada de mi gusto….
Nos encaminamos en la vereda hasta la casa número 239 y Laura sacó de su bolso Gucci una llave con la cual abrió el gigantesco portón, donde detrás se encontraba una entrada marmolada con la fachada principal.
-¡Niñas! Pero si están empapadas. ¿No se les ocurrió que en Londres llueve a menudo y que un paragua les sería de mucha utilidad?-
La madre de Laura nos pasó la vista de arriba para abajo, y como no dimos una respuesta se limitó a mover la cabeza y volver a su oficina, la cual se encontraba en la misma casa.

Catlin, la asesora del hogar soltó una leve carcajada, probablemente por nuestro aspecto , y nos ordenó ir a secarnos inmediatamente, pues ella no presentaría ningún entusiasmo por cuidarnos sin nos resfriaramos.

Una vez cambiada, salí de mi pieza en el segundo piso con un pijama de ositos y pantuflas de polar y me dirigí nuevamente a la sala de estar para cobrar un pedazo de pie de manzana recién horneado. La sala estaba perfumada con el delicioso olor, solo bastaba con cerrar los ojos y uno se encontraba en una pastelería de primera.
- ¿Pero qué has hecho?-
me preguntó Laura asombrada.
- ¿De qué hablas? No sé si no lo has notado, pero me cambié la ropa mojada por un pijama exquisitamente cómodo-
- Supongo entonces que no me acompañarás a salir hoy noche… Agradezco tu entusiasmo-
Laura revolvía su té y me miró algo molesta. Rayos… Lo había olvidado completo, y estaba bastante cómoda sin muchas ganas de salir hoy. De aseguro iría a llover denuevo y estaba claro que nos íbamos a tener que soportar una segunda ducha fría inesperada.
-Oh, verdad, me lo comentaste… Esto de los chicos Monroy… ¿No quieres ir otro día?
Te apuesto que también irán el próximo fin de semana.- intenté persuadirla con un tono convincente – Además dudo que irá mucha gente hoy con esta lluvia apestosa.-
Un momento pensé que la había convencido, pero luego cambió su cara y siseó:
- Mmm, si tu problema es la lluvia, intentaré que mamá nos lleve al club, así no nos mojaremos. ¡Vamos! No hemos salido ninguna vez desde tu llegada. ¡Por favor!-
Al parecer de esta no me salvaba. Suspiré y mastiqué un trozo de pie.
- Tendrás que prestarme ropa entonces.-
Laura chilló y saltó a abrazarme, para luego danzar por la sala y gritar a viva voz:
- ¡CUIDADO QUE HOY DESTROZAMOS EL CLUB HARTON!-
Caitlin la hizo callar mirándola algo estricta, era bastante reservada y el mundo de los adolescentes la hacía rabiar a menudo.
- Lo siento, digo, vamos a tener una agradable tarde.-
dijo Laura, juntando las palmas como si iría a rezar. Caitlin solo movió la cabeza, pero se le notó una pequeña sonrisa divertida.
A veces sentía que Caitlin debió haber sido lo totalmente opuesta cuando era joven a lo que era hoy en día. Se mostraba tan reservada, gruñía cuando usábamos palabrotas, y era de la opinión que debíamos comportarnos como señoritas en cualquier momento. Pero cuando hacíamos algo “malo” desde su punto de vista, finalmente igual le hacía gracia. Era todo un misterio. Tal vez tenía un pasado oscuro... Ni yo ni Laura nos atrevíamos a hacer preguntar acerca de su pasado, pues temíamos una reacción nada amable.

- Yo te prestaré tooooda la ropa que quieras- Laura me tiró del brazo y me introdujo a su habitación. Las paredes estaban tapizadas con fotos de ellas y sus amigas en distintos lugares, fiestas, colegios, y en todas ellas salían con una sonrisa sobrenatural, que ya pasaba la línea a parecer falsas. Su pieza era bastante más espaciosa que la mía, tenía una gran cama y un escritorio vintage blanco el cual estaba plagado de desorden.
Laura abrió las cortinas y una luz gris iluminó la habitación. El cielo seguía nublado y parecía bastante triste. Pateó unos tacos que estaban tirados frente al armario, y luego abrió éste
Quedé boquiabierta. Jamás en mi vida había visto tanta ropa amontonada, era como un sueño de cualquier chica. En una parte estaban colgados todos los vestidos, Laura era tan fanática de la ropa que tenía de todos los colores. Estaban ordenados tal como un arcoíris, y a un lado de esto se extendía unas repisas con jeans y poleras de todo tipo. Sobre el piso se encontraban los zapatos. ¡Vaya, que zapatos! Tacos, zapatillas, vans, bototos, sandalias, no faltaba nada.

Laura al parecer notó mi asombro, y rió amistosa.
- Y bien, ¿quieres ir con un vestido o prefieres vaqueros y una musculosa?
Entre tantas prendas no sabía que elegir.
- Mmm, según tu: ¿Qué me es más favorable?-
Me gustaba mi estilo de vestir, pero a veces era algo insegura. Laura me examinó de arriba abajo, arqueando las cejas y poniendo cara de realmente interesada.
- Vamos, según mi opinión, un vestido negro con tacos azules marinos te convendría mucho.-
Yo solo moví los hombros, nunca fui muy fanática de los vestidos cortos.
Laura se precipitó a sacar un vestido negro, con unos cortes en la espalda. Era un triángulo, y si me recojía el pelo a una cola podía verse bastante atractivo.
-Bien, oferta aceptada, me lo probaré de inmediato.-

Una vez puesto el vestido, me observé en el espejo y me asombré de mi misma. Tenía unos 10 centímetros más gracias a los tacos, y el vestido me llegaba un poco más arriba de las rodillas.
- Con eso si que cazaras unos cuantos chicos Monroys.-
Me reí con el comentario de Laura, pero estaba muy contenta con mi atuendo. Mi reflejo era yo, pero parecía otra persona en aquel vestido. No la _ _ _ _ tímida, que se ruborizaba con cualquier estupidez, y solo soñaba con la atención de los chicos más estupendos. Pero hoy iba a ser distinta. No iba a ser la aburrida _ _ _ _, iba a brillar. Aunque solo fuera por una noche.
Estaba tan desconcentrada pensando en cómo me iban a mirar los chicos londinenses, que solté un gritito cuando Laura me pellizcó el brazo.
-Tierra a _ _ _ _. Por tercera vez, quítate el vestido, lo ensuciarás con la cena.-
- Está bien, está bien, calmación.-

Un ruido atronador salía del interior del edifico completamente negro, que tenía en su gran entrada un cartel gigantesco con las palabras escritas en dorado “CLUB HARTON”.
No había ventanas en toda la construcción, pero la música se filtraba por las rejillas del aire acondicionado, llenando así toda la calle con un mix de House y Tecno. Una fila relativamente larga de persona estaba esperando poder entrar, cada una más elegante que la otra. De lejos se veía que no se trataba de gente pobre, las carteras Gucci y vestidos Dolce Gabanna se asomaban por todas partes. Por un momento pensé en decirle a Laura que no me sentía muy bien, como excusa para no tener que fingir ser un tipo de humano que realmente no era. No quería entrar ahí y transformarme en alguien que yo no era ni nunca iría a ser. Realmente no me interesaba formar parte de este gentío, pero ya se lo había prometido a Laura. Que tal mal se podía dar, unas cuantas horas y ya estaría durmiendo en mi cama tranquila.
La madre de Laura aparcó unas cuantas casas más allá del club, se dio media vuelta en su asiento y nos miró a las dos fijamente:
- Quiero que se comporten, escúchenme bien: No quiero traer a ninguna de las dos emborrachada a casa.-
Enseguida Laura saltó a defendernos:
- ¡MAMÁ! Jamás nos hemos emborrachado, por qué lo haríamos ahora… Cuidaremos de nosotras dos. Te llamaremos cuando nos queramos ir.-
- Solo les aviso niñas, no quiero problemas. Cuidense y no hagan tonterías.-
Abrió el seguro del auto, ambas nos bajamos y nos tiró un beso de despedida. Luego prendió el motor y comenzó a dirigirse a la calle, bajando el vidrio y gritando:
-¡Cuidense!
Laura puso los ojos en blanco y murmuró algo como:
- Ya me harta su preocupación-
Pero luego cambió su faceta cuando vió la larga fila hacia el club, sonriendo satifactoriamente.
Nos encaminamos hacia la entrada, y yo ya me estaba preguntando cuánto tardaríamos en lograr entrar, cuando Laura me tiró directamente hacia la entrada. Alcé una ceja y murmuré:
- ¿Qué haces? No podemos colarnos toda esta fila. Se enfadarán con nosotras antes que siquiera hayamos pisado el club-
Sin responderme, Laura solo movió unas entradas bajo mi nariz y soltó una risita.
- VIP, querida.-
Claro, como no había pensado en eso. Seguí a Laura hasta la puerta, donde un guardia iba dejando pasar a los jóvenes cada cierto tiempo, supuse que era para que el club no colapsara las primeras horas ya. Después de todo, recién eran las 11:30. Laura se acercó al guardia, el cual primero puso cara de enfadado, al igual que las personas que estaban aguardando hace ya un buen rato para poder introducirse al club.
Una vez que Laura le mostró las entradas, las chicas que estaban más adelante en la fila comenzaron a mirarnos con recelos, chequeándonos de arriba para abajo, en cambio el guardia sonrió e hizo ademán de pasar.
- Eso fue rápido, ¿eh?- dijo Laura, tratando de disimular su orgullo, pero se le notaba a kilómetros que se sentía satisfecha con la entradita.
- ¡Bastante! ¿Cuánto te han costado aquellas entradas?-
-Suficiente.- dijo, sin prestarme demasiado interés, pues ya tenía en la mira unos cuantos chicos que estaban frente a nosotras.
Sonrió coquetamente, pero pasó sin mirarlos en exceso.
- No los mires- agregó cuando pasábamos junto a ellos.
El club consistía en dos plantas, en el primero piso donde nos encontrábamos, habían dos pistas de baile y a los lados habían unos cuantos sofás cubiertos con cojines de terciopelo. Estos todavía se hallaban algo vacías, unas cuantas parejas comenzaban a tomar el ritmo del beat, pero esto se debía a que todavía era muy temprano, me explicaba Laura.
El cielo era alto, tanto que una cabina de DJ se encontraba a la mitad de la pared. Lasers de todos los colores iluminaban las pistas, y también desde el piso habían luces que iluminaban el techo. Las paredes al interior, que solo separaban las salas eran de vidrio, de modo que se podía mirar a través de ellos y captar todo lo que estaba pensando.
Un pasillo conducía a los baños y a la escalera para llegar al segundo piso. Subimos y me encontré con un enorme bar frente mío, y a cada lado una puerta de vidrio que era el acceso para las terrazas llenas de butacas y sofás. Puse ojos grandes y al parecer mi asombro fue percibido por Laura la que puso los ojos en blanco.
- ¿Ves a esos chicos con poleras cuadrillé ahí en el bar? Te están observando hace un rato ya. Al parecer causas impresión, querida- Laura soltó una risita, y yo nerviosamente me giré para mirarlos. No estaba acostumbrada a que chicos me miraran, y menos en vestidos como el que tenía puesto. Al divisarlos, enseguida bajé la vista, pero no pude aguantarme una sonrisa, pues no eran nada feos.
-¿Qué rayos hago?- susurré a Laura, la cual ya estaba coqueteando con otro grupo que estaban a unos pasos.
- ¿De qué hablas? Coquetéales, no seas tonta.-
Mis ojos solo eran capaces de mirar mis pies y juguetear nerviosamente con el pelo.
-¿Pero cómo?- pregunté avergonzada en voz baja. Laura instantáneamente dejó de mirar a los chicos y me miró seriamente.
- ¿Cómo que cómo? ¿Acaso nunca has ido a una fiesta e intercambiado miradas intencionales con un chico? Vamos, es el paso número uno para cualquier acción secundaria.-
- No me digas. Y no, no suelo ir a clubes como estos, y menos “tirar miradas intencionadas”.-
- ¡Arghh!- Laura suspiró y tomó aire profundamente – me lo hubieses dicho en casa y te hubiese dado una introducción. Dejame pensar. Vamos al baño, rápido.-
Laura miró a todas las direcciones, casi perseguida y bajamos nuevamente al primer piso, directamente a los baños.
Laura cerró la puerta y controló que no hubiese nadie más.
- Bien, como eres una principiante en todo esto, aquí te diré los pasos para coquetear. Por muy estúpido que suene, solo escúchalos.-
Sonreí nerviosamente y asentí con la cabeza.
- Paso uno: Cuando veas que un chico te esté mirando, miralo a los ojos. Si te gusta, no lo mires demasiado, pues el debe hacer el primer paso. ¿Entendido?-
- “Yes, ma’m”-
- Okay. Luego, si se acerca a ti, hazte la desinteresada. Recién cuando te comienze a hablar, es cuando debes despertar interés. Pero no en excesco, pues pensarás que estás necesitada.-
- Bien, no en exceso.-
- Y finalmente, cuando ya lo tengas, haz lo que quieras con el.-
La miré extrañada.
-¿Cómo? ¿Lo que quiera-
Una sonrisa pervertida cubrió su cara:
- Lo que quieras.-
Y con estas palabras abandonamos el baño, yo con mucha información a la vez y Laura simplemente ansiosa de conocer a chicos por doquier. Este mundo realmente me era desconocido. Pero recordé la promesa que me había hecho frente al espejo con el vestido recién puesto: Hoy iba a brillar.

Algo desconcertada me senté en unas sillas del bar, mirando como Laura charlaba de lo mejor con un chico, olvidandome por completo. En esos instantes me arrepentía enormemente de haberme dejar convencer por ella, pues era predecible que me iba dejar botada al primer chico lindo que vería.
- Mi padre ha heredado las villas...-
Miré al chico que le estaba conversando aquellas estupideces, y Laura asentía emocionada, era tan jodida la situación que estaba a punto de vomitar.
¿Acaso lo único que les importaba era el dinero y las fortunas?
- Mira, ella es _ _ _, viene de Chile-
Laura se giró y me asombré que siquiera me haya presentado. El chico me asintió con la cabeza, y se le notaba enseguida lo poco interesado que estaba.
- Hola – le dije en un tono bastante frío, y Laura me tiró una mirada algo rabiada. Se produjo un incómodo silencio, y el chico preguntó:
- ¿ Quieren beber algo?-
Laura enseguida levantó la mano y soltó unas risitas.
Esto no iba a terminar bien, se olía en el aire.
- Una coca cola, por favor – dije cortesmente, ya que me estaban invitando debía sonar un poco mas agradable. El chico alzó una ceja y su boca se torció un poco.
- ¿Una coca cola? En un club. Que aburrida estás hoy _ _ _- rió Laura entredientes, sabiendo que yo jamás tomaría esos tragos que servían en los bares. Finalmente el chico soló subió los hombros y murmuró:
- Que una coca cola sea entonces -
El barman oyó el pedido y dió zancadas hacia el refirgerador para sacar luego la bebia “aburrida” que pedí. Laura se conformó con las pocas palabras intercambiadas, tal vez sintió que ya había cumplido con esto de ser la anfitriona, y volvió a girarse para dedicarse a las palabras del chico.
Tomé mi coca cola y decidí por lo más sano; alejarme de ellos dos, pues me tenían loca con todas las estupideces que salían de sus bocas. Comencé a caminar por la planta, ya se notaba que era más tarde, pues la multitud empezaba a desplazarse por los pasillos y era imposible avanzar muy rapido. La música estaba a todo volúmen, y mi cabeza lentamente perdía la capacidad de digerir todos los decibeles. Cuando ví la puerta del balcón una sonrisa iluminó mi cara, aire fresco. Rapidamente me escabullí y salí a la noche fría. Habían unas cuantas parejas arrucadas ahí, y tenía que admitir que algunos celos me subían por el estómago. Opté por dejarlos atrás e ir al rincón de la plataforma que todavía estaba vacía. Me acerqué a la varanda y me apollé en ella, sosteniendo mi bebida con ambas manos. La nche estaba hermosa, el cielo se despejó por completa luego de la inesperada lluvia, y ahora algunas estrellas brillaban en lo alto. Un viento húmedo me rozó la nariz y alborotó mi pelo liso. Me puse algo melancólica, recordé a mi familia, a mis perros y a mi hogar. Esta estúpida fiesta llena de prejuicios me tenía algo agobiada, solo quería a mis amigos devuelta. No a Laura, ni a sus tontos chicos Monroy. Una tibia lágrima se me resbaló por la mejilla, y enseguida me dió rabia por lo débil que era. ¿Unos cuántos chicos engreídos me hacían llorar? Enojada me pasé la manga por mis ojos llorosos, y me mordí el labio para contenerme.
- Hola -
Me dí vuelta. Unos ojos de una inmensidad azul me miraban preocupados, y una sonrisa algo tímida me revolvió el estómago. Rayos.
- Hola – dije timididamente, tratando que el inglés no se me notara demasiado latino.
- Te he escuchado sollozar, pensé que alguien te estaba molestando. Y ahora veo que has llorado... Oh, disculpame, me meto en asuntos que no debo. ¿Pero estás bien?-
Se pasó la mano por su cabello rubio, lo que se veía bastante irresistible, tratando de disculparse por su desatino.
Rayos. De aseguro tenía el rímel corrido. Debía parecer espantapájaros. Me mordí el labio nerviosa.
- No, no estoy bien. Es una estupidez -
Reí torpemente, tratando de quitarle peso al asunto.
- ¿Segura? Me puedes decir. El otro día leí un artículo sobre el alivio que uno puede sentir al contar sus problemas a un completo extraño -
Wow. Cuando hablaba, se veía mejor todavía. Solo miraba sus labios mientras hablaba, era algo hipnotizante. ¿Qué me había dicho? Me lo quedé mirando, plasmada, sin sabe qué decir. Rió con ganas y se pasó nuevamente su mano torpemente por el pelo.
- ¿Segura que estás bien? Pues creo que tus funciones motrizes no reaccionan...-
_ _ _ concéntrate, FOCUS!
- Segura. Me he acordado de mis amigos en Chile, y de lo abandonada que me ha dejado mi amiga de aquí en Londres-
- ¿No eres de aquí? Tu inglés es muy británico... Jamás pensé que eras latina. Me encantan las latinas, son muy alocadas, pero me encantan –
No sé si fue lo que dijo, pero sentí como me ruborizaba al instante, esperaba que por la oscuridad no se notara. ¿ Qué debía decirle? ¿Que a mi también me encantaban los chicos rubios con ojos de una inmensidad azul que hablaban con un acento británico perfecto? Jugué con mi pelo y me miré los pies. Como no respondía, el chico se acercó más, y sentí que el corazón se despomaría. Pero solo se puso junto a mi y colocó sus codos sobre la varanda, apoyándose en ella.
- ¿ Y no te gusta aquí?-
- No, no...- tartamudé- es hermoso, Londres es mi alma gemela. Solo que las personas aquí, no quiero ofenderte si eres así también, pero las personas aquí son muy distintas a las que yo conozco. Son... son frías y solo les importa si usas Prada o Gucci... -
El chico me miró asombrado, y esperaba que no me respondiera algo de mal gusto y se largara. Oh no, era lo último que quería.
- Lo siento si te ofendí- murmuré en voz baja.
- Pero tienes razón- suspiró, mirando a lo lejano- A veces me pasa lo mismo. Estoy en casa, pero siento que no lo estoy. Siento... siento lo mismo que tu. Siento que todo el mundo quiere algo de mi, pero no sé que darles. ¿Sabes? Es bastante difícil de explicar.-
¿Acaso todo el mundo lo quería? Otro engreído más. Pero hice omisa a esa frase.
Sonreí al escuchar que no era la la única, pero quedé en silencio. El club retumbaba, pero aquí era como si estuvieramos en una cápsula de tiempo.
- No me has dicho como te llamas-
- Tienes el honor de platicar con _ _ _ - dije graciosamente, asombrada de lo relajada que estaba.
- Sí que es un honor, _ _ _. Soy Niall. -
Arqueó sus labios a una minúscula sonrisa. ¿Niall? Estaba segura que había oído aquel nombre en alguna parte. Me esforzé en recordar, pero mi cerebro estaba muy ocupado mirando el hermoso perfil de él. Me tendió la mano, y se la recibí. Estaba calienta, en cambio, la mía estaba fría como una piedra.
- Uy, tienes las manos heladísmas. ¿ Tienes frió?-
Negué con la cabeza, pero insistió y se quitó su abrigo y me lo pasó por los hombres. Dios, creí que me iba a desmayar. ¡UN CHICO HERMOSO LLAMADO NIALL ME PRESTÓ SU ABRIGO SIN SIQUIERA CONOCERME! Mi interior brincaba. Sonrió y me preguntó:
- ¿Y como lo haz pasado? ¿O es una pregunta muy tonta...?-
- Algo tonta, diría yo.- me reí despacio. - ¿Y tú? Por qué no disfrutas ahí adentro?-
Niall miraba las estrellas, y murmuró:
- Me cansa tener que saludar a todos.Aquí en el balcón nadie me molesta. Mi amigo me ha traído aquí, pero me gusta más las fiestas caseras. Él no, el muere por estos clubes, deberías verlo. Debe estar por ahí, bailando sobre una mesa con miles de chicas alrededor de el. No es que no me gustaría eso- ahogó unas risas pervertidas, pero se notaba lo infantil que era- pero no en aquellas condiciones. No porque soy Niall.-
Parece que aquel chico era conocido por medio mundo. Tal vez era hijo de un famoso. O tenía una gran fortuna. No me atreví a preguntárselo. Quería seguir platicando sobre cualquier cosa, cuando sonó mi celular. Le hice un gesto a Niall y respondí. Solo escuchaba ruido y música fuerte, y la voz de Laura cortada.
- ¿Dónde estás? Te he buscado por todas partes! Ven al bar, mi madre ha llamado y quiere que nos vayamos ahora mismo.-
Miré el reloj. Las 1:30. Era temprano, ¿por qué pasaban por nosotras tan temprano?
- Bien, ya voy...-
dije malhumoreada y me dirigí a Niall, quién me miraba con curiosidad.
- Debo irme, han venido a buscarme-
- ¿Tan temprano? Vamos, ¿cuántos años tienes?-
- Déjate de broma, soy grandecita- murmuré amistosa.
- Un placer conocerte entonces, _ _ _.-
- El placer es mío, Niall. – dije coqueta, y me pareció observar un brillo en sus ojos azules. Vaya que ojos. No podía despegarme de ellos. Nos miramos. ¿Qué debía hacer? ¿Darle la mano?
¡La chaqueta! Me la quité de los hombros y se la pasé.
- Gracias, bueno, adiós.-
Niall fue rápido y me dió un abrazo. Un abrazo. Un abrazo. Rápido, pero unas cien bombas estallaron en mi interior. Sus brazos me rodearon. Me creí derretir. Luego se quitó, y me miró avergonzado. Era como un niño pequeño que actuaba, y al instante se arrepentía de sus hechos. Era tiernísimo.
- Adiós- me dijo, y no sé cual de los dos estabamos más rojos. Le dediqué una última mirada , y me dirigí al interior.

Qué les ha parecido hasta ahora? Son muy largos los capitulos para fanfiction?

Una opinion? :3

Laura esperaba impaciente en el umbral de la salida, y al verme puso los ojos en blanco.
- Mi madre está furiosa ahí afuera, me ha estado reprochando 10 minutos ya-
Fruncí el ceño y contesté algo incómoda:
- Yo pensé que aquí en Londres se festejaba hasta la madrugada... Son recién las 1:30-
- BIEN, NO SE QUE LE PASA A MI MADRE HOY- gritó Laura enfadada sobre la música, giró sobre si misma y dió grandes zancadas equilibrandose por sus tacos altísimos hacia el aparcamiento.
El Landrover gris de la familia de Laura yacía a oscuras, con la madre dentro, que no tenía para nada una agradable facción. Rapidamente me encaminé hacia el auto y abrí la puerta del auto. Laura ya estaba en el asiento delantero, en silencio total.
- ¿Qué creen? Las he llamado cientos de veces. Cuando las dejo salir de noche, agradecería que respondieran sus teléfonos móviles. Como ninguna de las dos se dió la molestia de coger el teléfono cuando las llaman, me he quedado con la duda que algo ha pasado.-
Realmente estaba enfadada, y supuse que Laura también lo estaba conmigo. Pero no era mi culpa que ella estuviera coqueteando por doquier y no estuviera atenta a su celular.
- Lo siento mamá, estabamos bailando y no escuchamos el móvil... Deja de ser tan preocupada, qué nos pasaría, es un club costoso, hay guardias por todas partes... -
regañó Laura entre dientes.
La madre de Laura solo movió la cabeza, pisó el acelerador y condujo hacia la calle principal.

Una vez en casa, Laura se fue directamente a su habitación, echando chispas por la cabeza. Yo quería contarle de mi dulce experiencia con Niall, pero al parecer de eso no iba ser nada hoy. Tal vez mañana, pensé. Me quité los zapatos y me tiré con ropa a la cama. Las sábanas estaban suaves, y aunque era relativamente temprano, los ojos se me cerraron enseguida.

Aquella noche tuve un sueño extrañísimo. Me encontraba entre la multitud, chicas y chicos gritaban alrededor mío, y no podía descubrir quién merecía tanto griterío. Por más que intentaba mirar sobre el amr de personas, no lograba ver a nadie. Solo escuchaba una dulce voz cantar, pero no podía catalogarla. La melodía era tan suave, y la voz tan hipnotizante, que mis cinco sentidos ignoraron por completo al griterío. Era como si olas me transportaran. Olas azules. Muy azules.

Me desperté de un grito, vaya, el azul me parecía ahogar. ¿Qué sicnificaba esto? Solo porque un chico tenía los ojos azules y era guapísimo no sicnificaba que tenía el derecho de meterse en mis sueños. Rayos. Si que me tenía fascinada. ¿Cómo es que se llamaba? Tanto me hechizó, pero ni recordaba su nombre. Era pésima para aquello, jamás recordaba nada de nombres. Siempre me proponía ir con libreta a los lugares, para así anotar los nombres nuevos. Miré el reloj sobre la mesita de noche, el cual marcaba las 10:30. Me pregunté si Laura ya había despertado. Si no era así, yo iba ser la culpable. Me froté las manos maliciosamente.
De aseguro seguía enrabiada, pero no sabía en qué parte tenía el cartel pegado con las letras "CULPABLE". Yo no había hecho nada para arruinarle la noche...

De puntillas entré a su habitación, que estaba iluminada por los rayos de sol que se filtraban por las cortinas. Laura roncaba como un perro asmático, agradecí no haber tenido que compartir la pieza con ella....
Cogí una almohada que ella misma había arrojado al piso, de asegura durmiendo y apunté a su cabeza.
Laura se iba a enfurecer... Cerré un ojo y con agilidad le arrojé la almohada, la cual rebotó en la cabeza.
Laura se estremeció y saltó literalmente. Furiosa se quitó el cabello de la cara y me miró con desprecio.
- Ha. Ha. Ha. - rió con ironía y bostezó - Muy chistosa. Tienes suerte que me acabas de despertar de un horrendo sueño. Imagínate, Mercy Hiller derramaba helado sobre mi cartera nueva, con sello de diseñador. Espantoso- Hizo un gesto con la mano que reflejaba disgusto, mientras que yo me reía fuertemente.
- ¿De qué te ríes? Realmente es horripilante. Bien, ahora me vas a decir... ¿Dónde rayos estabas ayer?-
Enseguida me dió una punzada en el estómago, solo recordarlo me hacía sonreír.
- Un chico. Ay, no te imaginas Laura. Era perfecto.- Miré melancólica hacia el techo, simulando drama.
- No me digas. ¿Cuál era su nombre? Tal vez lo conozca. - dijo Laura con arrogancia, como siempre.
- No lo recuerdo.-
- Coqueteaste con el primer chico en tu vida y no recuerdas su nombre. Eres de otro planta...-
- Lo sé, lo sé. Tenía los ojos increíblemente azules y una voz hermosa. ¿Puedes creer que me haya prestado su chaqueta?-
Laura tiró las manos al aire:
- _ _ _, eso lo hacen los chicos normales cuando las chicas tienen frío.-
- Bueno, para mi fue especial- dije, algo herida por la falta de entusiasmo en la voz de Laura. Todo tenía ser sobre ella, sino no era interesante.
- ¿Al menos te dió su celular?-
-No...-
- Eres fenómena-
-Gracias.-
Ya me estaba molestando la poca simpatía de Laura.
- Lo siento. Bien, empezemos de nuevo, aquel sueño todavía me tiene horrorizada. Tengo una idea. Por qué no vamos a tomarnos un capuccino de desayuno al Starbucks.-
Al fin una idea prudente que salía de su boca.
- Acepto. Me iré a vestir entonces - dije con brusquedad, pues sus palabras pesadas todavía me penaban.

Con unos vaqueros deslavados y una polera de tiritas con rayas doradas terminé en la puerta, esperando impaciente a Laura, que siempre se demoraba más de la cuenta. Ahora era yo la que moría de hambre.
Por fin Laura se asomó, con kilos de maquillaje y unas prendas nuevas.

sinceramente...estuvo...INCREIBLE XD ¿necesitas chicas?...total SEGUILA

Hola, nueva lectora acá.
¡ME ENCANTA! No sé como explicártelo, es como muy jdkghdññfghudfig. No sé si se entiende... ¡Es tan linda! Contá conmigo.
Muchos besos, Agus.

Hola, nueva lectora acá.
¡ME ENCANTA! No sé como explicártelo, es como muy jdkghdññfghudfig. No sé si se entiende... ¡Es tan linda! Contá conmigo.
Muchos besos, Agus.

Holaaaaaaaaaa nueva lectora :) Amé los capítulos, espero que la sigas. Si necesitas chicas...PUES AQUI TOY. JAJAJJA eres de Chile? Yo soy de Argentinaaaaaaaa saluda a Germán si lo ves. ewhsdksdl OKNO. Bueno, chau, siguela :bye:

Hoñaaa jajaja si soy de chile, y si lo veo por ahi te aseguro que lo saludare por tii jajaj gracias por leer y que bueno que te haya entusiasmado!! Lamentablemente me voy por unos dias a un lugar donde no estoy segura si dispondre de internet, si no es asi juro que la seguire cuando tenga eifi <3 gracias chicas son lo mejor!

Rapidamente tomamos el bus que nos dejaba en frente del centro comercial "TORLEN",
en donde transeúntes apurados tomaban sus respectivas líneas de bus.
De los altoparlantes del mall se escuchaba una melodía que enseguida reconocí: Locked out of Heaven. Laura aplaudió divertida y en cada "UH" de Bruno Mars aullaba roncamente. Casi estaba por decirle a las personas que se cruzaban con nostras "No la conozco."
Al parecer, a Laura le importaba un comino las miradas de los compradores a las tempranas horas de la mañana. Para distraerla de repetir el "UH" como loca, le dije rapidamente:
-Vamos, Laura, apresuremosnos, me muero de hambre! Ahí está el Starbucks"-
Le señalé el local, y caminamos hacia el café, donde había un gran letrero de ofertas, donde nos anunciaba que hoy el Muffins era 2x1 hasta las 12. ¡Bien por nosotras!
Me fronté las manos como cavernícola que está a punto de comerse su pedazo de carne. Laura me miró asqueada, a lo que la miré con cara de "Tu-fuiste-la-que-te-demoraste-mil-horas".
Pedí un muffin y una leche chocolateada, la cual ya la podía oler a mil kilómetros. El olor se escabullía del tazón hacia mi nariz, como un vapor-serpiente.
Nos sentamos en unas de las mesas vacías, y literalmente caímos sobre nuestro desayuno bastante retrasado. Miré el reloj. Eran las 11:30.
Repentinamente una melodía que me agradaba mucho, pero nunca sabía de qué grupo musical provenía, apareció por los parlantes del café.
Mis pies automáticamente empezaron a moverse bajo la mesa.
- ¿Sabes de qué grupo es esta canción?-
le pregunté interesada a Laura la cual estaba tomando sorbos de su Capuccino.
Me miró con ojos de platos, como si no podría creer lo que acababa de preguntar.
-¿NO SABES QUIÉN CANTA ESTA CANCIÓN?
-Eh, no.-
- Vamos, estás jugando. ¿En qué plantea vives? ¿EN QUE GALAXIA?
- Ha, ha. Ya, simplemente dime quién es.-
- Es One Direction... Son hermosos... Todos... Son 5, y son famosos. Me pregunto como puede existir todavía una persona que nos los conozca. Eres rara.
- Gracias. Te apuesto que tampoco sabes de Fransisca Valenzuela. Es chilena.-
Me miró con cara de "vamos-déjemoslo-aquí.
- No, y no me interesa.-
Puso los ojos en blanco y fue tanto su desinteres, que no me sentí bien respondiéndole quien era la cantante que le había mencionado. A veces era insoportable. O muchas veces.
Terminamos nuestro desayuno con discusiones que iban desde grupos musicales hasta cuál país estaba más desarrollado en comida chatarra.
Una vez satisfechas, abandonamos Starbucks y dimos unas cuantas veces al centro comercial.
Repentinamente Laura se quedó parada en frente de un cartel gigante, que tenía escrito con rojo "ONE DIRECTION TOUR 2013".
- Ellos, querida mía ignorante, son One Direction-
Casi le iba a replicar que no era ignorancia cuando mi corazón se me subió a la garganta. ¿Estaba soñando? ¿Alguien me estaba haciendo una broma?
- ¿Esto es PUNKED? Dime que sí-
Me aferré del brazo de Laura, me faltaba el aire y Laura me miraba como si estuviera con la peor paciente de un manicomio.
-¿POR QUÉ ERES TAN RARA? AHORA QUE TE PASA?!-
- YO HABLÉ CON EL RUBIO. YO HABLÉ CON EL.-
grité estupenfacta, parece que algo demasiado alto, pues unas personas se quedaron mirandome.
- Tranquílizate. Eso es practicamente imposible. ¿Cuándo? ¿Dónde?-
Inhalé profundamente y dejé sacar el aire.
-Ayer. En el club. Cuando tu estabas coquetenado con ese patán y me dejaste sola. -
Laura me miró con ojos gigantes.
Nos sentamos en unas bancas que estaban en las cercanías del cartel, y le expliqué todo, todos los detalles de la noche anterior.
-WOOOOOOOOOOOW-
Laura se quedó sin palabras. Algo muy nuevo.
-Y estás 100% segura que era él? ¿Niall Horan? Estaba oscuro, puede ser que era alguien muy parecido.-
- No, es él... Son los mismos ojos. Azul de mi inmensidad.-
Miré el cartel fantaseando. Dios. Me pasó a mí. Y lo peor es que jamás lo volvería a ver. O eso es lo que creía en ese instante....

laaaau, esta increible amiga, pucha no se como explicar lo que me gusta pero NO ME MATES!!!!! :evil: necesito leerla y me dejaste pensando toda una noche en tu nove ERES UNA:... CRUEL ESCRITORA?
bueno creo que tendre que ir a tu casa y darte la pocion magica que te hace escribir como enferma porque me estas matando literalmente
esta la gorra, siguela ame :cherry:

aaaa se me olvido preguntar: vas a usar chicas????

Aww gracias amee! Te pasaste, casi me salieron lágrimas :') asjfsafsahfsahfsahf En tu honor le pondré a una amiga Ame ;)
Las seguireee pronto, incluso puede que hooy si no me quedo dormida en en intento, lol xd