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Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 39. • 1, 2, 3 ... 20 ... 39
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
siento no haber podido comentar antes dios¡¡¡¡¡ esta super chula siguel plissss eres una gran escritora:P
andreaplopez912
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
Albaaa:) escribió:Tres!
Siguela esta genial :)
Luego subo dos caps. más ;).
Y bieeeeenvenida x
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
andreaplopez912 escribió:siento no haber podido comentar antes dios¡¡¡¡¡ esta super chula siguel plissss eres una gran escritora:P
Ya la sigo <3.
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
https://onlywn.activoforo.com/t33886-mi-trabajo-es-ser-tu-novia-l Se pasan gracias!
Magui.Loves.LiHaZaNiLou
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
CAPÍTULO 4
-No Lou, no me hagas decirlo otra vez.
-Repítelo.
-Lou, ni siquiera te lo iba a contar. Estás mejor sin esos…
-¿Igual que tú? – mi mirada giró directamente a sus ojos. Se sentó en su cama y se tranquilizó -. Gemma, repite por favor.
-¿Qué quieres que te vuelva a decir?
-¡Que Harry lo hizo por mí! ¡Porque era mi amigo! – se levantó bruscamente de la cama, gritándome -. Que no me ha traicionado.
-Harry lo hizo por ti. Lo hizo porque era tu amigo. No te ha traicionado. ¿Contento? Ya puedes irte al anfiteatro con tus amiguitos – me di la vuelta dispuesta a salir de su habitación. Pero algo impidió que mis pies andaran y que yo me quedase en mitad de atravesar el marco de la puerta.
-Gracias – me apretó contra su pecho -. Eres la mejor – me sonrió y deshizo el abrazo que me acababa de dar.
Cogió su cazadora de cuero y se dirigió rápidamente a las escaleras dispuesto a irse.
-¿Vas a correr? – me apoyé en la barandilla de arriba.
-Eh… - se paró en mitad de las escaleras y giró para mirarme.
-No corras.
-Pero es que… - hizo una mueca.
-¿Es que qué? Deja la moto aquí. No quiero que pase nada – le dije preocupada. Ya me empezaba a aconstumbrar a que Louis llegase muchas veces a las tantas de la madrugada con moratones y brechas por peleas. Y no quería que llegara a más ahora que estaba bien con él.
-Pero… - dejé que se explicase con cara de desesperación, pero se paró en ese ‘pero’. Lo único que deseaba es que no fuera y se quedase conmigo -. Vale, pero voy en la moto.
-¿Me lo prometes? –le sonreí desde allí arriba mientras él ya empezaba a bajar.
-Sabes que no puedo decepcionarte – gritó antes de cerrar la puerta.
Volví a sonreír.
“Mañana hay colegio. Mañana tengo que ir al colegio”. Me maldecía por dentro.” Mis padres dejan que Louis haga lo que quiera cuando quiera y a mí me prohíben todo. Todo a la niña pequeña de la casa. Uf, los odio” marmullaba.
Mis padres estaban fuera, cenando con otros más de sus socios. Eso también me enfurecía. Y me di cuenta que todo lo que tenía en esa vida lo odiaba. “¿Por qué Gem? ¿Por qué no haces lo imposible para todo lo que tienes te haga feliz?” decía mi subconsciente mientras hacía zapping. Pero paré de rallarme cuando encontré las noticias. Era una chica que se preocupaba por todo el mundo y que le gustaba saber las cosas que pasaban. Siempre había dicho que de mayor, con la herencia de mis padres, algo de dinero donaría a ONG’s. No podía ser que yo viviese ahí como la Reina de Inglaterra y aquellos pobres niños como bichos en la jungla. “El mundo está muy mal compensado”.
Decidí no cenar. Esa merienda con Louis en la heladería había causado efecto en mi estómago. Y si tomaba algo más, dejaba mi perfecta figura para convertirme en una bola sebosa. “Qué asco”. Y eso fue lo último que pasó por mi cabeza antes de quedarme dormida en el confortable y costoso sofá de piel.
-¿Los prefieres a ellos Gemma? ¿A esos a los que odias? O bueno, mejor dicho, a los que odiabas – me dijo Angie con lágrimas en los ojos.
-Ellos no son… Eh, me han…
-Ve con ellos, da igual.
-Harry, tienes que hacer algo. No soportamos más sin Louis y estás fatal – me decía Angie.
-¿Y qué hago? ¿Qué coño puedo hacer? Se cree que fui yo. Que era yo el que quería. Ayudad vosotros también, ¿no? – dije, desesperado.
-A nosotros no nos quiere escuchar tampoco.
-Le dije a Gemma que se lo dijiera. Pero no creo que lo haga.
-¿Por qué no? – me preguntó Zayn.
-Sabes que no - dije, para después mirar al suelo.
-¡Louis! – oí gritar a Angie -. ¡Ese es Lou! ¡Esa es su moto! – dijo, viendo como entraba.
Él dejó su moto al lado de las nuestras. Se bajó y la abrazó. ¿No era que a ella tampoco la quería ver? Ya separados, noté como algo me atrajo hasta su pecho. Un abrazo suyo, un abrazo de mi mejor amigo.
-Gracias – me susurró -. Lo siento por no creerte. Siento por no confiar en ti, siento…
-Ya, ya – le interrumpí con una de mis sonrisas -. El que se debe disculpar soy…
-Gays fuera – nos interrumpió James -. Louis, ¿corres?
-¡Era un momento muy bonito! ¡No lo jodas James! – gritó Angie y se puso amenazante delante de él.
-No puedo – dijo Louis. Todos lo miramos extrañados.
-Vaya, vaya… ¿tanto tiempo sin venir que ahora tienes miedo? – dijo James, dando una vuelta a su alrededor.
-Otro día.
-No, ya sabes. La apuesta. Hoy o morirás.
-Entonces moriré – dijo y se puso en frente suya, retándolo.
-¿Qué dices, Louis? – exclamó Angie acercándose a él.
-Ah, ¿sí? – dijo James por último, antes de que se escuchara el grito de la que estaba cerca de Louis.
Me levanté de un salto del sofá. Toda sudada por un segundo de pesadillas. Sentí que algo aturdía mi sueño, probablemente ese recuerdo. Pero me dí cuenta de que no. Fue el timbre, que volvió a sonar repetitivamete.
-¡Ya voy! ¡Ya voy! – exclamé.
“Louis, impaciente” pensé mientras me levantaba del sofá.
-¡Gemma abre rápido, coño! – me decía una voz afeminada. ¿Angie? ¿Quería molestarme un rato? -. ¡Quieres abrir de una puta vez! – volvía a gritar.
Abrí la puerta de mala gana.
-¿Qué quieres ahora…? –mi voz se apagó. Mi garganta se secó. Y todo cuando vi lo que Zayn y Harry llevaban en sus hombros.
-¡Louis! – grité mientras me tiraba encima de él rápidamente con lágrimas en los ojos. Inspeccionándole entero. Viendo como su cara y sus brazos estaban llenos de moratones. Igual que los de Zayn y Harry -. ¡Vamos! – les grité para que pasasen.
Llevaron a Louis al sofá. Angie le limpió las heridas mientras yo estaba petrificada en el sillón donde siempre se sentaba mi padre. ¿Qué les iba a decir yo ahora? Harry intentaba hacer bromas para que él riera. Zayn le seguía el juego. Louis estallaba a carcajadas y luego se quejaba del dolor que tenía en su costado derecho, lo que les causaba risa a los otros. Me quedé un rato mirando la escena risueña. Se querían tanto.
-Llévalo a su cama – ordenó Angie a Zayn -. Yo me tengo que ir. Si no, mi madre me tocará los cojones que no tengo.
Zayn le hizo caso y, apoyando a Louis en su hombro, lo subió a su habitación.
-Yo me quedo – dijo Harry mientras ella cogía su también cazadora de cuero negra, muy ajustada. Hacía que se tallara su figura. Y que aunque la odiase, tenía que decir que tenía un buen cuerpo. Siempre lo había tenido.
Se fue. Con su típico portazo.
-¿A dónde te crees que vas? – me adelanté a sus gigantescos pasos. Subí el primer escalón de la escalera y abrí mis brazos para que éste no siguiese adelante.
-¿A la habitación de Louis? – dijo, obvio.
-No.
-¿Cómo que no? Aparta – me empujó a un costado que provocó que me chocase contra la barandilla de la izquierda, pero no subió cuando Zayn ya bajaba las escaleras.
Harry me miró mal. Y yo casi parecía que lo iba a matar.
Zayn se acercó a su oído y le susurró algo.
-Me sé defender sola – le dije a Zayn, molesta y sabiendo perfectamente cada una de sus palabras. Su sobreprotección por la gente y, por lo que parecía, por mí, seguía intacta.
-Lo que digas – dijo pasando a mi lado para irse -. Mañana te veo, Harry – dijo por último. Él sólo observó como salía por la puerta.
-Tú también te puedes ir – subí dos escalones más, volviendo a la posición en la que estaba antes del empujón.
-Te he dicho que me iba a quedar con tu hermano.
-Y no sé si te enteras. Te estoy echando educadamente de mi casa.
-No me voy a ir – dijo ahora subiendo. Lo agarré por la chaqueta.
-Te he dicho que te vayas – él se volvió pausadamente a mirarme despectivamente.
-¿Qué no entiendes? Me voy a quedar esta noche con él.
-Mis padres no te dejarán – dije entecerrando los ojos. Y me percaté que mi mano todavía agarraba la chaqueta, retorcída por su giro.
-Oh, mis papis se van a enfadar. Mis papis no te van a dejar – imitó la voz de una niña pequeña. Supuestamente la mía.
-¡Lárgate! – le solté y le empujé.
-Tus padres se alegrarán de que su Harrycito se quede con ellos. No te preocupes – me guiñó un ojo y subió por completo las escaleras mientras yo lo miraba.
Rápidamente decidí dejarlo pasar y tomarme un vaso de agua para luego subir a ver a Louis. Entonces me di cuenta.
Dejé el vaso enfurecida y subí lo más rápido que pude. Cuando abrí la puerta sólo me encontré a Harry mirando como Louis dormía. Éste apartó su vista para mirar a quien entraba. Me vio y volvió a mirar a Louis.
-Ha corrido, ¿verdad? – dije desde la puerta, temerosa por escuchar un sí y no volver a confiar en Louis.
-No – dijo sin mirarme.
-¿Cómo?
-Que no ha corrido – se levantó de la cama para dirigirse a mí. O mejor dicho, para salir de la habitación.
Lo ignoré y fui rápidamente a darle un beso en la mejilla. Al notar el roce de mis labios en su piel, él sonrió. Y yo no hice menos.
-¿Y por qué está así? – grité, bajando a paso rápido por las escaleras.
-Se ha peleado – me dijo mientras buscaba algo en el frigorífico.
-¿Qué?
-Que se ha peleado – dijo indiferente, mientras sacaba una cerveza.
-¿Y te da igual? ¡Es tu amigo! ¡Deberías estar preocupado! – me dirigí hasta estar lo bastante cerca de él como para escupirle.
-¿Preocupado cómo tú estabas antes de que se fuera al anfiteatro? – me dijo secante y dio un sorbo a su cerveza -. Que sepas que por tu preocupación él está así.
-¿Cómo que por mi…?
-Que él había hecho una apuesta. Tenía que correr o sino las pagaría caras. Y no corrió por ti. Y porque estábamos nosotros. Sino tu hermano estaría muerto. Muerto – me interrumpió.
-¿Qué? - dije con un hilo de voz.
-Que sí me preocupa Louis. Lo hemos salvado.
-Mi hermano sabe defenderse mejor que tú y Zayn juntos – le dije a la defensiva. No me creía que por mi culpa él estuviese así. ¿Por qué no me dijo lo de la apuesta?
-Sí, pero no contra seis bolas de músculos.
-Yo… - no me salían las palabras. ¿De verdad era eso cierto?
-Que vale, que ya está. Él está bien, eso es lo importante.
-¿Qué está bien? ¿Lo has visto?
-¿Has visto a Zayn? ¿Me has visto a mí? – me gritó. Y yo cada vez me iba haciendo más minúscula. Parecía que todo era mi culpa, y quizá, lo era.
Él se quitó su chupa de cuero y le vi esa camiseta básica blanca pegada que tanto lo caracterizaba. Llevaba manchurrones de tierra y de sangre.
-Ven, te lo voy a curar – dije sintiéndome culpable y sin saber qué hacía. Lo cogí de la mano y lo llevé al salón donde Angie había dejado el botiquín.
-No – se soltó.
-¿Quieres que se te pongan peor?
-No.
-Pues ven – dije otra vez cogiéndolo de la mano. Es todo lo que podía hacer. Había defendido a mi hermano.
Él se sentó en el sofá mientras yo extendía un poco de alcohol en un algodón. Lo miraba de vez en cuando de reojo. Estaba muy concentrado en el bote de alcohol. No había cambiado, la misma mirada.
-Quítate la camiseta – me senté a su lado.
-No.
-¿Tienes vergüenza? Cómo si no te hubiera visto nunca sin camiseta - y una sonrisa inocente se me escapó.
-Yo me lo hago – me dijo, secante.
Le extendí mi mano con el algodón. Él lo cogió y no pasó ni un segundo cuando metió su mano por debajo de la camiseta y pegó un grito de dolor.
-Anda, déjame – le arrebaté el algodón -. ¡Vamos! – exclamé en un tono impertinente -. Quítate la camiseta o sino no te veré las heridas.
Él sólo bufó y lo hizo.
Oh Dios, su cuerpo.
Notaba como cada vez que le pegaba el algodón en el arañazo de su pecho, su pulso latía con más fuerza y éste pegaba pequeños saltos. Para calmarlo, le soplaba. Y cuando me acercaba a ese pecho, era mi corazón el que iba a salir del mío.
-Ya – le sonreí. ¿Le sonreí?
-Gracias – volvió a ponerse su camiseta.
-¡No! No te la pongas. Te traigo una limpia de Louis, espera – le dije mientras salía del salón.
-¿Por qué me ayudas? – dijo, confundido. Se levantó del sofá y se quitó de nuevo la camiseta.
-Por ayudar a Louis. Gracias, en serio – dije parada en el marco de la puerta -. Y dáselas también a Zayn, él también estaba herido. Lo vi y si se hubiera quedado, también lo hubiese…
-Es nuestro amigo - me interrumpió.
-Y yo la… - ‘vuestra’ le iba a decir. Pero mi mente recapacitó, dejé al aire esa frase sin terminar y me fui a buscar la camiseta de Lou.
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
esta super chulo el cap¡¡¡¡¡ siguela pronto wapa
andreaplopez912
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
Siento no haber estado estos días.
Ha sido por el tema de los exams.
Sé que casi nadie lee esta novela, pero aunque sea lo digo.
Esta noche dejaré el siguiente capítulo.
Besitos <3.
Ha sido por el tema de los exams.
Sé que casi nadie lee esta novela, pero aunque sea lo digo.
Esta noche dejaré el siguiente capítulo.
Besitos <3.
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
andreaplopez912 escribió:esta super chulo el cap¡¡¡¡¡ siguela pronto wapa
ohh, gracias :3
Luego la sigo .x
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
CAPÍTULO 5
-¿Qué te mira Angie? – me despegué de la taquilla de Liam, de la cual estaba apoyada, y miré atrás.
-No sé, ella sabrá – volví a darle la espalda.
-No, no lo sabe.
-¿Qué? No te entiendo, Liam.
-Pues que viene a preguntarte – la señaló con sus ojos.
-Tú – oí.
-Qué –le contesté del mismo tono en el que ella me habló. Pero sin darme la vuelta. Seguía de espaldas mirándome las uñas.
-Eh… Que… ¿Ha ve..?
-¿Qué? Antes de hablar piensa varios segundos lo que vas a decir. No me hagas perder el tiempo – me di la vuelta y la miré. No… no tenía buena cara.
-Sólo venía a preguntarte si ha venido Louis, no a entablar una conversación y menos contigo.
-A mí tampoco me apetece hablar con una…– me costaba sacar las palabras que la caracterizaban -, una… – esas palabras no eran malas, para nada -, una…
-¿Una qué? ¿Te has quedado sin palabras bonitas?
-Angie, ya – le dijo Liam.
-Déjala – le dije con una mirada asesina -. No, Louis seguía mal. No ha venido.
-Gracias – me dijo, triunfadora -. Venga – se despidió.
-¡Oye! – le llamé mientras se alejaba. Ella hacía caso omiso. Le hice una señal a Liam para que después nos viésemos. Me tenía que enterar de una cosa -. ¡Te estoy llamando! – exclamé, comenzando a correr tras ella.
-Qué – se dio la vuelta pausadamente -. Te dije que no quería hablar contigo, sólo quería…
-¿Dónde está el anfiteatro? – le interrumpí.
-¿Para qué lo quieres saber? – me miró, confundida.
-Tú sólo dime dónde está ese sitio.
-Al lado del puerto – dijo, extrañada.
Y me di la vuelta.
Esa noche iría allí. Esa noche le pondría a algunos unas cuantas cosas claras. Y sobretodo a los que le hicieron eso a mi hermano.
-¿Es que piensas ir? – me preguntó alcanzándome y poniéndose a mi lado.
-Sí – le miré.
-No.
-¿No?
-No vayas, hazme caso.
-No te voy a hacer caso, voy a ir.
-¿Estás loca? Nunca podrás hacerle nada a lo que le hicieron eso a tu hermano, ni al rulos ni a Zayn. Como mínimo te violarán – se paró en seco.
-Me da igual. Nadie le hace nada a Louis – miré hacia atrás para verla, y sólo vi que salía corriendo.
¿Se había preocupado por mí o era mi impresión?
Zayn me empezó a hablar de unas chicas a las que yo no les di importancia. Sólo pensaba en ella. A la que robé su primer beso. La que me curó. La que hacía que me estremeciera cuando su aliento rozaba mi piel. Pero no podía perdonarla. Seguía sufriendo desde que me lo hizo. Cada día, cada hora y cada segundo. Pero desenamorarte de una persona a la que habías querido toda tu vida y a la que seguías queriendo, no era tan fácil.
-¿Hola, Harry? ¿Me estás escuchando?
-Sí, sí Zayn – afirmé volviendo de mis pensamientos.
-Entonces, me dijo que subiera a su coche. ¡A su coche, tío! Era un 4x4 enorme, ¿sabes? Era de su padre. A saber cómo hemos dejado los…
-Gemma va a ir al anfiteatro.
-¿Qué? – dijimos los dos a la vez.
-Le he dicho que no fuera. Pero es una cabezona, lo sabéis. Esta noche hay que estar atentos. Hay que tener cuidado, tenemos que protegerla.
-¿Estás loca, Gem? No te vas a mover de casa – me gritó -. Los chicos me han dicho que le has preguntado a Angie que dónde estaba el anfiteatro y no vas a ir.
-¿Quién te ha dicho que vaya a ir?
-Tú. Se nota en la cara que estás pensando una mentira para decírmela y largarte allí. Hazme caso, no vayas. Ya me encargaré de ellos mañana sábado. Y a demás, papá y mamá se enfadarán.
-No se enfadarán. Para las tantas de la madrugada a las que ellos lleguen, yo estaré en mi cama y durmiendo como su buena hija.
-Gemma no, por favor – algo sonó.
-¡Que voy a ir con Liam al cine! Déjame ya – mentí. Cuando le conté a Liam que sabía dónde estaba el famoso anfiteatro, se puso como un loco. Me dijo que si me dignaba a aparecer por allí, se acabaría nuestra amistad. Así que decidí ir, pues eso nunca pasaría. Volvió a sonar -. Yo abro – dejé a Lou en la cocina buscando su cena.
-Niall… - me había olvidado completamente de él.
-¿Está tu hermano? – me preguntó con una sonrisa tímida. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué Louis no lo quería volver a ver? ¿Que se fue con él para no quedarse solo? No. Imposible.
-Eh no…
-¡Niall! – me interrumpió Lou. Fue y lo abrazó lo más fuerte que pudo. Incluso lo levantó varios centímetros del suelo. No era ninguna estrategia. No era por quedarse solo. Louis me había impresionado. Quería a ese chico -. Quédate, que mi hermana se va con su novio y me deja solo.
-Pero es que mis padres… - mencionaba mientras se colocaba sus enormes gafas, movidas por los apretones de Lou.
-Te he dicho mil veces que Liam es mi mejor amigo.
-Que ya, ya – dijo buscando algo de comer para Niall.
-Bueno, me voy. Adiós Lou – le di un beso en la mejilla -. Adiós Niall – le di otro -. ¡Pasadlo bien! – grité antes de salir por la puerta.
Seguro, seguro que iba al anfiteatro. ¿Y si le pasaba algo? No Louis, no. Tenías que confiar en ella. Te ha dicho que se iba al cine. Te lo tenías que creer, joder. No tenías que pasarlo mal.
Suspiré.
¿Dónde coño estaba la comida? Sólo había cosas para vegetarianos, cosas que le gustaban a Gem. Y gracias a eso, encontré zanahorias. Muchas y ricas zanahorias.
-¿Qué quieres Niall? – le sonreí sacando mi cabeza del frigorífico.
-Gemma me ha dado un beso… - se masajeaba la mejilla como un tonto.
-A mí me daría asco.
-¿Un beso de tu hermana? ¿Asco?
-A saber lo que ha pasado por su boca – reí a fuertes carcajadas.
-No seas así… Ella es buena, te cuida.
-Y también es buena en otras cosas. Si supieras lo que me dicen los del colegio… - seguí riendo.
-¿Qué dicen?
-¡Niall, guarro! – le grité divertido.
-Es que es la curiosidad.
-Ya, ya – le tiré una bolsa de patatas fritas como cena.
Mi pobre Bentley iba a sufrir. No me fiaba de lo que le pudiesen hacer a esta preciosura en un sitio como ese. Seguro que me lo rayaban, ¡o me lo robaban! Pero todo fuera por mi hermano. Iba a ir y a decirles que los puñetazos y las patadas se las podían meter por donde todo el mundo sabe.
Bien, eso era el puerto. ¿Y el anfiteatro? ¿Era eso redondo que había detrás de la línea de discotecas? Sí, lo más seguro.
Me adentré por un callejón que supuse que era un atajo. Y así era. Cada vez veía más cerca ese enorme lugar y el ruido de las motos. Pero una sombra se interpuso en mi camino. Hizo que me chocase con él.
-¿Qué hace esta preciosidad de chica por aquí? – me dijo una voz grave. Su aliento apestaba a yo qué sé y me acariciaba el brazo con su sebosa mano. Era un tío por lo que podía apreciar, ya que todo estaba oscuro, muy muy gordo.
-Eh… - mi respiración se cortaba -. Eh… - no podía hablar.
-Venga cariño, tranquila. No te voy a hacer nada… - me dijo bajando su mano hacia mi cintura -. ¿Has venido a verme?
-Eh… He venido a ver a mis… - el corazón me latía a mil por segundo. Estaba superasustada. ¿Y si me violaba como decía Angie?
Bajó su mano y más atrás. Me lo tocó y masajeó a su gusto. Y mi ímpetu salió fuera dándole una bofetada. Y éste no respondió con otra cosa que dándome un puñetazo en la mejilla. Caí al suelo. Pensaba que mi vida había acabado allí. Y entonces, alguien llegó y me salvó, haciendo que el gordo saliera disparado y con algunos cuantos golpes.
-Te dijo Angie que no vinieras – me tendió la mano para que me levantara.
-¿Zayn? – no lo veía. Me costaba aclararme la idea de que si él fuera Zayn, me haría la chica más feliz del mundo. Mi mejor amigo -. ¡Gracias! – le abracé cuando lo reconocí. Sí, era él. ¿Cómo olvidar esos rasgos misteriosos?
Me percaté de que él no correspondía a mi abrazo. Se quedó con los brazos colgando a sus costados y me separé.
-Ahora vete si no quieres que te violen de una puta vez – dijo, calmado -. ¡Vamos! – me gritó.
-No, no puedo… - tenía que hablar con los brutos esos. Eso no se iba a quedar así.
-¿Por qué? – me miró confundido -. ¡Gemma! ¡Estás sangrando! – me cogió de la barbilla, acercándome a él, para que pudiese ver mi labio roto y un moratón en la mejilla.
-Lo-lo siento… - dije comenzando a llorar. Eran tantas emociones juntas que no sabía qué hacer: si irme, si quedarme, si llorar o salir corriendo a por un policía.
-¿Por qué lo sientes? No, no llores… Ven, te curarán eso – me cogió de la mano y me condujo al final de ese pestucio callejón.
Fuera sí había luz. Ese sitio abandonado parecía una de las tantas discotecas que había por allí gracias a los faros de las motos. Zayn me dijo que me esperara en la entrada. En ese gran semicírculo se veía todo. Era de estilo romano. Del tipo que sale en los libros de historia. Sin saber el por qué, le hice caso y me quedé allí fuera. Muerta de frío.
No aguantaba más, habían pasado más de diez minutos. ¡Diez minutos! Yo no era la que tenía que esperar. Yo era la que se hacía esperar. Sin pensármelo dos segundos, entré entre atentas miradas de tíos y tías borrachos y drogados; junto con algunos silbidos que no me quería tomar por cumplidos. ¿Pero a quién se le ocurría ponerse unos pitillos ajustados? ¿Encima en esa noche con esa panda de salidos? Qué tonta era a veces. Seguí caminando hacia delante, mirando para todas las esquinas de las gradas. Pero no los veía. Por lo menos a Zayn. ¿Se habría ido y me habría dejado tirada por venganza? Si fuera a ser así, estaba perdida.
Pero al fijarme mejor, no me fue difícil encontrarlos. Estaban justamente en el centro del semicírculo. Como si fueran los reyes. Y raro era que Angie no estuviera con sus secuaces… Me acerqué más hacia ellos, y éstos al percatarse de mi vista, pegaron un salto sobre sí mismos.
-Te dije que esperaras fuera – dijo Zayn, dirigiéndose a mí.
-Pero hacía mucho frío, y tardabas y…
-Cállate mejor, ¿sí? – me dijo, tapándome de la vista de los del anfiteatro. Cada uno de los que había allí me había visto, ya que hablaba con los reyes de todo eso.
-Te dije que iban a intentar hacerte algo – me dijo Angie poniéndose al lado de Zayn, indiferente -. ¿Estás bien? - se fijó en mi labio y en el moratón de mi mejilla.
-¿Te preocupas por mí? – le dije, emocionada. ¿Emocionada? ¿Emocionada o sorprendida?
-Veo que no se puede hablar contigo. ¿Te pregunto y me respondes con otra pregunta? ¿Qué es esto? – sí. Estaba claro que estaba preocupadísima por mí. Cambió de tema para no responderme. La conocía, y mucho. Una chispa.
Los tres se quedaron mirándome como si tuviera monos en la cara. Pero no era eso. Ya lo entendía, no me querían ver ni en pintura. Preferían que desapareciese. ¿Era eso? ¿Era eso lo que cifraban sus rostros?
-Yo… me voy – dirigí mi mirada al suelo.
A los segundos volví a levantar la cabeza. Y ya no estaban. Harry se quedó mirándome, esa vez más fijamente. Zayn buscaba algo en una nevera portátil y Angie estaba sentada en la moto de Zayn, mirando algo. Un punto fijo.
-¿No te ibas? – Harry se apoyó en su moto.
-Eh… - dije saliendo del trance en el que había entrado mirando a aquellos chicos -. Sí.
-Yo pensaba que ibas a hablar con los que le hicieron eso a Louis – me dijo tranquilamente y me encendió la bombilla. ¿Qué había estado haciendo? Sólo iba a hablar con esos y a irme. No pintaba nada en ese lugar.
-Y lo voy a hacer – le dije, vacilante.
-Por allí entran – señaló con su mirada la entrada principal y me di la vuelta para verlos. Estaba muerta -. ¿No vas? – vaciló entonces él.
-¿Que no voy?
El apartó su mirada a otro punto igual que Angie.
Mi cabeza decía que no fuese, que me iba a pasar algo malo. No Gem, no. Eras fuerte. Podías decirles unas cuantas cosas y dejarlos sin dignidad. Ellos eran los que estaban muertos.
Empecé a andar con paso firme, muy segura. Y ellos me rodearon con sus motos haciendo que me quedase en medio. Di vueltas sobre mí misma mirando cada cicatriz que tenían en sus caras. Parecían duros, ¿cómo pudieron pegarle a un chico tan dulce como mi hermano?
-Bueno, bueno, bueno – dijo uno rubio, con una melena que le llegaba a los hombros -. ¿Hay por fin una chica con clase aquí? – sonrío y sus amigos le acompañaron. Yo sólo me mantuve callada. Y en alerta -. No he visto todavía a ninguna chica con esos ajustados pantalones Gucci. Bueno, tal vez sí – dijo mirando detrás de mi hombro -. A Angie.
-O tal vez a las putas con las que te acuestas – sólo escuché la carcajada de Zayn que hizo que mirase atrás. Hacía tanto tiempo que no reíamos juntos…
-Cállate Zayn – le dijo en un tono amenazante, pero éste no le hizo ni el mínimo caso -. Qué carácter tiene la princesita, ¿eh? Mejor cállate si no quieres que te pase nada malo – me guiñó un ojo.
-Y tú mejor adelgaza si no quieres que las ruedas de tu moto exploten por tu enorme y feo culo – me acerqué a él.
-¿Pero qué coño te he hecho yo, bonita? No me trates así, anda – se bajó de su moto y se acercó a mí. Noté como sacaba algo puntiagudo de su bolsillo -. No me hagas enfadar… - miraba a todos lados observando a los de su banda y terminó de sacar su navaja, acariciando con ella mi cuello -. Qué suave, ¿no? – dijo acercando su cara más a éste.
-¡Deja eso! – le quité la navaja de las manos -. ¿Sabes que con esto puedes hacerle daño a alguien?
-¿Pero qué…?
-Ni pero’s, ni peras. Esto me lo quedo yo - me la guardé en el bolsillo trasero -. ¿Y tu mamá? ¿No te dice que no puedes jugar a ser un chico malo? – todos se rieron, pero yo estaba más que cabreada. No sé de dónde salió ese valor. No lo sé.
-Mi mamá – imitó mi tono de voz -, está muerta.
-¡Normal! – dije en una carcajada -. Teniendo un hijo como tú… - comencé a dar una vuelta a su alrededor. Y las risas y la gente al lado de los motoristas iban aumentando. Yo cada vez me hacía más fuerte.
-No me calientes que no sólo tengo una navaja – se quitó la cadena que llevaba colgada de su bolsillo.
-No irás a darme, ¿no? – reí.
-¿Quién te ha dicho que no? – me dijo, vacilante.
-Harry, ¿eres tonto? Deja de hacerte el empanado y mira la banda de James a quien rodea – me dijo, Zayn.
Fuimos y nos pusimos a su alrededor. Vimos como Gemma dejaba en ridículo a James. Todo el anfiteatro se estaba riendo. Ninguna de las chicas de aquí se había enfrentado al gilipollas ese. Sólo Angie, y ahora, Gem.
Angie y Zayn reían, pero yo estaba más que atento. Con que tocase a la chica “que odiaba”, James sí que estaría a varios metros bajo tierra. Y como terminase de quitarse la cadena que colgaba de sus pantalones, así iba a estar.
-Tú sólo atrévete a tocarla, James – dijo Harry entrando al círculo.
Ese tal James lo ignoró y volvió a mirarme.
-Me resultas familiar… Y que te diese unos cuantos palos también, Tomlinson.
-¿Fuiste tú? ¡¿Tú?! – grité.
-Sí, sólo yo. Nadie más – dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Harry no hizo nada, sólo se quedó observando el espectáculo.
Me di la vuelta, quedándome de espaldas hacia esa asquerosa persona. Pero no tardé ni milésimas de segundo en volver a mi posición inicial y pegarle un puñetazo en toda la cara.
Mi mano se rompió y me sorprendí. Él cayó al suelo tocando su mejilla. ¿Yo, Gemma Tomlinson había pegado a un delincuente y lo había dejado en el suelo? ¡Y qué daño, joder! La gente se quedó mirándome alucinada. Yo sólo me fui. Seguida por el rápido paso de Harry, que también salía del círculo.
-¡Gemma! – gritaba detrás de mí. Yo sólo seguía mi camino -. ¡Gemma! – y seguía haciéndole caso omiso -. ¡Te estoy hablando! ¡Para!
-Sin órdenes, ¿eh? – me paré en seco y me di la vuelta.
-¿Sabes lo que te podría haber hecho James?
-¿Hizo algo? No. Ya está.
-Pero, ¿y si lo llega a hacer?
-Qué, ¿qué pasa si lo llega a hacer? ¿Os preocuparíais? ¿Me ayudaríais? ¿A que no? – le grité.
-¿A que sí? – dijo ya en frente de mí. Y por un momento sentí que nuestras respiraciones se mezclaban. Pero duró poco. Se apartó. Se quedó mirándome como un bobo y mi iPhone vibró.
-¿Lou?
-No vengas a casa. Quédate con Liam. Papá y mamá se creen que estás con… con…
-¿Con quién Louis? – grité, exasperada.
-Con Angie. Me preguntaron y fue la primera chica que me vino a la cabeza…
-¿Y por qué no le dices que estaba con Liam? – le pregunté, furiosa.
-Porque a lo mejor se molestaban o pensaban raro…
-A ver Louis - dije relajándome -. Ellos saben mucho mejor que tú, que él y yo somos a-mi-gos.
-Bueno tranquila… Sólo quería ayudarte – por un momento me arrepentí de haberle gritado -. Y mamá pasará a por ti mañana a casa de Angie. Ya sabes que tenemos la comida con no se quién. Lo siento, pero tienes que estar en su casa mañana para que mamá no te pille – ahora sí que no me arrepentía.
-¡Bien Louis! ¡Muy bien!- le colgué.
Seguí por el oscuro pasillo hasta llegar a la puerta principal del anfiteatro para salir. ¿Qué haría yo ahora? ¿Iba a un hostal? Pero si ni me había llevado el bolso. Genial Gemma. Esa noche tocaba vagabundear. Y encima tenías que inventarte algo para entrar al día siguiente en casa de Angie. Todo te estaba saliendo muy bien. Todo.
Al acabar el callejón que me alejaba completamente de Harry y de ese sitio, buscaba mi coche y muy bien, las ruedas estaban pinchadas.
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
Hola, amo esta novela, la leí antes de que la "arreglaras" y aún así me encanto :3 :P
1DAleCordoba1D
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
1DAleCordoba1D escribió:Hola, amo esta novela, la leí antes de que la "arreglaras" y aún así me encanto :3 :P
oh, ¿sí?
¿Y te parece que está mejor ahora o cómo? Jajaja.
Gracias por pasarte, besitos <3.
Ora.
Re: Los buenos recuerdos nunca se olvidan |Harreh|
Venga, animaros a leerla xfaaaaaa.
¿No os decepcionará? :3
¿No os decepcionará? :3
Ora.
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