Re: Sombras del Pasado [James S. Potter, Albus S. Potter & Tú] [TERMINADA]

por **C.J. Potter** Mar 30 Abr 2013, 12:36 pm

Ajam, bueno, me demoré en subir, lo sé :| Estaba esperando que comentaran todas, así que.. Bien, la cosa es que aquí estoy para ustedes e.e (?

Hoy les traigo maratón (de tres o cuatro partes). Lo sé, es corta, pero me esmeré!

Así que les dejo la primer parte, y en dos horas más o menos subo la siguiente. Para la noche debería estar lista!!

Besos chicas, gracias por sus comentarios como siempre!! ^^

Capítulo 25

“Reset”

Parte I

Escritora POV

El expreso de Hogwarts se encontraba en marcha, atravesando las colinas londinenses-irlandesas a gran velocidad, mientras gruesas gotas de agua impactaban contra su superficie, llenando sus pasillos con la exquisita comparsa de una tarde de lluvia. De vez en cuando, el sol asomaba, y ambas cosas sucedían a la vez sin problemas. Calor y lluvia, acompañada de unas grandes nubes grises que acaparaban casi todo. Es que últimamente, los dos polos parecen querer coexistir.

Ese era el caso de Camille Lupin, por ejemplo. Ella, tal como había sucedido al comienzo de las vacaciones de invierno, compartía espacio con su hermano, su novio, James, y la estúpida Kerianne. Cam tenía que mirar sin rechistar cómo ella “recuperaba” el tiempo perdido con su pareja, besuqueándose descaradamente de manera que le pareció insulsa. ‘Él me ama a mí’, se había encontrado pensando para calmarse, aunque al reaccionar se había regañado internamente. Ella no debía pensar eso, le había pedido al Potter que siguiera adelante. ¿Ahora pretendía que no fuera así?

— Oh no, lo peor fue cuando tuvimos que limpiar el establo. Merlín, ¿hace cuánto no usaban esa cosa? Juraría que había un escreguto escondido bajo una pila de cajas— decía Ted, con una mueca.

A Camille le rabiaba que los otros dos ignoraran tan deliberadamente el hecho de que esos dos se estaban comiendo mutuamente en el asiento de enfrente. Pero su hermano no pasaba de largo esto, y mucho menos la cara cada vez más roja de su hermanita; temía que hiciera alguna estupidez.
Alb, por su parte, parecía ajeno e incluso aliviado de ver a James de nuevo con novia.

— ¿Un escreguto? Creo que vi lo mismo, y eso era un camaleón. Totalmente diferente. Deberías comenzar a usar anteojos Ted, a veces creo que…— Comentaba el ojiverde, cuando fue interrumpido por una ceñuda Camille.

— Disculpen— musitó fríamente, dirigiéndose a los tortolitos. Estaba cruzada de brazos, tenía la cara arrebolada, y algunos mechones rojizos. — Podrían conseguirse un compartimiento, ¿no creen? No a todos les fascina ver pornografía en vivo y en directo—. James y Anne parecieron notar que se dirigía a ellos, porque se separaron. Ambos lucían jadeantes, y ciertamente colorados. Camille aprovechó para dirigirle al Potter una mirada que bien podría haberlo asesinado unas diez veces. Él no supo si alegrarse por sus celos, o temer por su vida. Ker, por su parte, parecía irritada al haber sido interrumpida.

— Déjalos— acotó Albus, algo molesto de verla reaccionar. — No es como si ninguno de nosotros aquí haya hecho algo así antes—. Era cierto. Tanto Ted, como Albus y Camille habían tenido sus propias demostraciones públicas un tanto subidas de tono. Sobre todo el pelipúrpura.

— Bueno, pues yo no soy tan tolerante en estos momentos. O paran, o se van— dictaminó firmemente la chica, sin apartar la mirada fulminante de James. Él sonrío con burla, alzando una ceja de manera que decía todo; “¿Celosa?”. Camille casi pudo oír la palabra salir de sus labios, solo con mirar aquel gesto. Pero ni Albus ni Ted lo notaron, ya que estaban ocupados observando la severidad en el rostro de la chica. Kerianne, sí lo notó. Y sospechó algo.

— ¿Y qué si no quiero parar, ni irme? ¿Entonces qué? — Desafío el ojiavellana, abrazando a su novia por los hombros. Luego de una semana de soportar ver a Albus más insistente que nunca con besar a Cam frente a él, esto le parecía maravilloso para una venganza. Ellos no eran nada, después de todo. Si él no podía reclamar, ella tampoco podía.

— Entonces me voy— contestó secamente, poniéndose de pie sin esperar respuesta, saliendo del compartimiento dando un fuerte portazo que hizo añicos el cristal. Los presentes quedaron con los ojos como platos ante tal agresividad.

Ted, que se lo esperaba, sacó su varita y conjuró un veloz Reparo, devolviendo el vidrio a su lugar. Albus, quien definitivamente no lo veía venir, quedó pasmado en su asiento, preguntándose cómo tomar aquella reacción de parte de su novia; quizás verdaderamente no le gustaban las muestras de afectos, a lo mejor no tenía que tener algo que ver con que le siguiera interesando su hermano. Kerianne, parecía entre impresionada y divertida; esa metamorfomaga sí que era temperamental después de todo. James, a diferencia del resto, sentía que estaba en problemas… Bien, ellos no eran pareja, claro, pero eso no quería decir que se dejara de lado todo lo sucedido en las vacaciones, todas aquellas confesiones y besos pasionales. No, eso no lo olvidaba. Y temía que ella lo hiciera, solo por ser la terca Camille, la celosa Camille, la orgullosa Camille.

— Debería ir a disculparme— masculló entonces, haciendo un ademán de ponerse de pie mientras trataba de buscar una disculpa en su cabeza. Pero Albus hizo un gesto con la mano para que se detuviera allí.

— No, es mi novia, yo iré a buscarla— dijo con recelo, también haciendo el intento de ponerse de pie. Ted fue quien lo detuvo a él.

— No lo intentes. Ninguno lo haga. Irá con las chicas, ella me dijo que lo haría a mitad del viaje, así que igual se habría ido. No agreguen leña al fuego ustedes dos— pidió, lanzándole a James una mirada de lo más elocuente. Él se encogió de hombros con disculpa.

¿Qué sabía él que Camille se tomaría tan a mal verlo con Kerianne? Aunque seguía gustándole verla celosa.

Lily POV

Últimamente, todo se había tornado muy monótono. Era siempre oír a una alegre Rose hablando de Scorpius (aunque en estos momentos ella y el rubio estaban juntos en un compartimiento aparte gracias a cierto plan del cual fui cómplice), a Victoire quejándose de Ted por cualquier pequeñez, a Dominique relatando las historias de sus muchos recientes novios… Comienzo a pensar que ser parte de las “chicas grandes” es aburrido. Me gustaría estar con Cam, mis hermanos y Ted. Ellos siempre andan juntos riendo, pese a que sé la historia que vivieron -y viven- tres de ellos.

Y casi como si supiera que pensaba en ella, la puerta del compartimiento se abre dando paso a una pelirroja Camille. Tiene el ceño fruncido, y las mejillas coloradas delatando lo furiosa que debe de estar. Casi como un suspiro, llega hacia mí la posible respuesta; “James”.

— Cami, ¿qué ha sucedido? — Pregunta Victoire, deteniéndose en pleno discurso sobre la “estúpida” manera en la que Ted sonríe. Me pregunto qué le pasa a Vic que está tan quejica.

— El idiota de Potter. Eso ha sucedido— musita con fastidio, cerrando la puerta tras de sí desplomándose en el lugar vacío a mi lado. Sonrío en triunfo.

— ¿Qué ha hecho ahora? — Cuestiona Dom, también sonriendo. Supongo que ella también imaginó de qué iba la cosa.

— ¡Nacer! — Bufa ella en respuesta, cruzándose de brazos luciendo como un gato enfurruñado.

— Cam, has estado muy pendiente de lo que hace mi primo esta última semana, ¿no crees? — Comenta Victoire, ganándose una mirada fría de parte de la aludida. Vic se echa un poco hacia atrás, de manera que procura ser disimulada. Todos sabemos cómo es Camille.

— No, no lo creo en absoluto. No me interesa ni un ápice lo que se le dé por hacer a ese pedazo de idiota con ojos amarillos. ¡Puede besarse todo el día con esa zorra si es que quiere! ¡NO ME MOLESTA EN ABSOLUTO! — Por la manera en que grita al final, deduzco que ese “no me molesta” es tan cierto como que yo soy rubia.

— Cálmate— digo tranquilamente, viendo como parece reaccionar. Ella toma una bocanada de aire, presiona fuertemente los ojos para luego volverlos abrir lentamente, y finalmente toma asiento a mi lado, seria. — ¿Se han besado frente a ti? ¿Es eso? — Cuestiono con tono indulgente, posando mi mano en su hombro ante la expectación incrédula de las rubias. Ella asiente con la cabeza, y su labio inferior tiembla ligeramente.

— ¿Cómo demonios has hecho para dominar a la bestia? — Murmulla Dom, atónita. Le ofrezco una misteriosa sonrisa antes de volver a mirar hacia Cam.

— Tranquila. Toma aire, y olvídalo. Todos sabemos que a él no le gusta Kerianne. Ella puede ser muy guapa, inteligente, divertida, agradable, atlética, y…— enumero, pero ella me interrumpe nuevamente con su mirada asesina y los labios rígidos.

— No me ayudas Lily— musita severa, fulminándome con la vista. Suelto una risa en disculpa.

— El punto es, que ella no le gusta. Es obvio— finalizo, calmadamente. Ella asiente segura de sí.

— Lo sé, pero eso no quita el hecho de que…

— Aguarda— interrumpe Dominique, haciendo un gesto de alto con la mano. — ¿Por qué rayos estás tan interesada en lo que James sienta por Kerianne? ¿Acaso te…? ¿Y Albus?

Silencio. Camille queda muda, y luce una expresión al estilo “demonios”, con los ojos bien abiertos y una línea recta en lugar de su usual sonrisa. Siento que es mi deber ayudarla, porque tengo el presentimiento de que Cam no nos había dicho nada al respecto por algo, y yo metí la pata. Es como si supiera de alguna forma que ella sí sigue sintiendo algo por James. Aquella vez que ayudamos a Rose, fue cuando me di cuenta.

por **#Morgenstern** Mar 30 Abr 2013, 1:18 pm

Bonjuour,Katie apareció (?)
Nah, siento haber estado tan desaparecida D;
Acabo de leer todos los capítulos y estoy como OMGGGGGGGGGGGGG *-*
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NECESITO. AIRE.
Los capítulos Jamille han sido tan cute <3
Aunque ahora viene lo malo...Albus te odio (?)
No, no te odio, pero perfiero al sexy Jamie *w*
Y la furcia de Kerianne T_T Ah, que mal me cae.
Me imagino la parte en al que Camille rompe el cristal al cerrar la puerta, y todo es tan ahss...
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CAMILLE. IS. THE. BOSS.
Bueno,hasta aquí mi comentario.
Un besis<3
#Morgenstern

por **Milapotato** Mar 30 Abr 2013, 1:34 pm

HOLIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.
Aquí estoy, tal como te lo prometí, querida Julie. Soy cumplidora, ¿viste? gg, ah.
Primera parte recién y ya estoy muriendo lentamente. Espero que no demores demasiado con los demás, quiero leer mucho de ti. ~~Ok, eso suena algo raro...~~
James Sirius Potter Weasly, realmente, eres un idiota, ¡¿POR QUÉ DEMONIOS TIENES QUE HACER ESO?! Me saca que haga eso, y sobre todo con la odiosa de Kerianne. ~~Whore.~~
Encima Albus, lo odio, me saca de quicio, te juro, es tan metiche que aggggggggggh, un puñete en el ojo le vendría bien.
Pobre Lyls, debe ser algo aburrido hablar de chicos todo el tiempo. Aunque tiene suerte de no tener que presenciar las estupideces de Camille y James, es exasperante que no estén juntos. SE AMAN, SHABON, CÁSENSE Y TENGAN HIJITOS Y SEAN FELICES POR SIEMPRE. Ah, dudo que sea un gran final feliz, conociéndote virtualmente (?
Bueno, dejo de delirar un toque y te digo que el cap está zuper y que ansío por seguir leyendo los demásssss.
Síguela, Julie, o te acosaré por Tw. No miento.
Besitossssss.

Atte: Mila.

por **C.J. Potter** Mar 30 Abr 2013, 8:59 pm

Milapotato escribió:HOLIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.
Aquí estoy, tal como te lo prometí, querida Julie. Soy cumplidora, ¿viste? gg, ah.
Primera parte recién y ya estoy muriendo lentamente. Espero que no demores demasiado con los demás, quiero leer mucho de ti. ~~Ok, eso suena algo raro...~~
James Sirius Potter Weasly, realmente, eres un idiota, ¡¿POR QUÉ DEMONIOS TIENES QUE HACER ESO?! Me saca que haga eso, y sobre todo con la odiosa de Kerianne. ~~Whore.~~
Encima Albus, lo odio, me saca de quicio, te juro, es tan metiche que aggggggggggh, un puñete en el ojo le vendría bien.
Pobre Lyls, debe ser algo aburrido hablar de chicos todo el tiempo. Aunque tiene suerte de no tener que presenciar las estupideces de Camille y James, es exasperante que no estén juntos. SE AMAN, SHABON, CÁSENSE Y TENGAN HIJITOS Y SEAN FELICES POR SIEMPRE. Ah, dudo que sea un gran final feliz, conociéndote virtualmente (?
Bueno, dejo de delirar un toque y te digo que el cap está zuper y que ansío por seguir leyendo los demásssss.
Síguela, Julie, o te acosaré por Tw. No miento.
Besitossssss.

Atte: Mila.

Jajajajajajajaj, de verdad amo los "holi" :33

Sé que vas a matarme, no desesperes u.u Pero me dormí una siestaaaaaaaaaaaaaaaa, ahh, tremendo lo mío. Me acosté a las, ¿4? Y me acabo de despertar. Tenía sueño de verdad, pero subiré dos de una para compensar eso, y después sigo (dudo dormir esta noche xDD).

Jajajaj, me parece que te gustó :3 Lo sé, lo sé. Esos dos también me desesperan (y soy la escritora e.e). Peeeeeeeeero, no durarán mucho tiempo on this way................................... (mirá que le añadí muchos puntitos suspensivos eh. IMAGINATE!).

JAJAJAJA, pobre Albus (L Ya lo amarán (en el caso de alguna, aun más). No de la misma forma que James supongo, pero él también es bueno, todas sabemos eso ♥

La verdad, también odio a Kerianne... De verdad es posible odiar a un personaje! -.- Así debe haberle sucedido a Jota Ká con Umbridge!!

Ok, ya no digo estupideces ~~(para eso está Twitter e.e)~~. Me voy a comer algo, luego a contestar otros mensajes (y antiguos u.u), y deeeeeeeeeespués de eso, subo los dos que prometí!

Besitos virtuales!

por **C.J. Potter** Mar 30 Abr 2013, 9:49 pm

Ok, Mila habías dicho que al menos Lils no había tenido que soportar a James y Cam en "esas" partes? Bueeeeeeeno, la cosa cambió xD Pobre chica pelirroja. Debe ser agotador estar ahí en medio!

En un momento (enseguida) subo la otra parte!

Besishos!

Capítulo 25

“Reset”

Parte II

Lily POV

FLASH BACK

— De acuerdo, ¿cuál es el plan ahora? — Cuestiono jadeante, apoyando la espalda contra la pared del callejón. James se asoma en el rincón revisando quién sabe qué. Cam y Rose están a mis lados, igual de agotadas.

Habíamos logrado escabullirnos de La Madriguera por milagro, pues tanto James como Camille estaban castigados. Pero el primero era quien ideaba todo, y la segunda sería quien emplearía su fuerza y carácter si algo no salía como debía salir. Yo… yo estaba aquí porque me habían hecho ser su cómplice para distraer a la abuela Molly, y como recompensa pedí venir. ¿Genial, no?

— Ahora, debemos aguardar a que el señor Malfoy llegue— contesta James, dando un último vistazo antes de caminar hasta donde estábamos nosotras, luciendo calculador.

— ¿Qué pretendes hacer? — Pregunta Camille, quien aparentemente estaba igual de desinformada que yo.

— Hay que interceptarlo, lograr detenerlo -porque estoy seguro de que pondrá resistencia-, y hacer que escuche el discurso que Rosie dirá. Se supone que con eso lo convenzas de regresar a Malfoy a Hogwarts, así que se emotiva— indica, señalando a la mencionada. Ella hace una mueca y arruga la nariz. Sospecho que no lo ha hecho, y al parecer James también, porque añade: — ¿Has pensado en algo, verdad?

— Uh… Sí, pero no se me ocurre nada. Nada lo suficientemente emocionante— contesta. Él la mira exasperado. — ¡Lo siento! Es solo que cuando me fuerzan no es igual.

— Trata de decir todo pensando en lo que sientes por Scorpius— sugiere Camille, ya respirando normal.

— ¿A qué te refieres?
— A imaginar que le hablas a él—, obvia, encogiéndose de hombros. — Piensa en él y solo… suéltalo.

— No puedo Cam. Es más difícil que leer un libro y memorizarlo. ¡No sirvo para estas cosas! — Suelta, luciendo medio histérica. James menea la cabeza en desaprobación, y gira lanza un vistazo atrás por si las dudas.

— Cálmate Rosie— dice ella apacible. — Aférrate a que estás enamorada de él.

— ¿Y qué digo? ¿“Hey señor Malfoy, estoy enamorada de su hijo, regréselo a Hogwarts”? No creo que sea útil—. Luce cada vez más histérica.

— Oh Merlín Rose, respira— pide, y lanza una mirada de soslayo a mi hermano. — Ven Potter, haz como si fueras Scorpius.

— Ni en broma. El rubio no me va, Lupin— responde él con una mueca que Rose también luce.
— ¿Pretendes que finja si quiera que este idiota es Scor? Ni loca— dice la pelirroja, asqueada. Cam rueda los ojos, y no puedo contener una risita.

— A ver, ven aquí tú— ordena, haciéndole a James un gesto con la mano indicando el espacio inmediatamente frente a ella. Él se acerca con desgano. — Ahora tú harás de mi enamorado entonces. — En él se dibuja una sonrisa divertida en las comisuras de los labios, pues al parecer algo en la situación le da gracia. — Si yo estuviera enamorada de ti, y tuviera que hacer que tu tirano padre te regresara a Hogwarts, diría que te amo demasiado como para soportar que nos separen, o que con tan solo un día de no verte siento un profundo vacío en mí.

— No me convence del todo— comenta él, más sonriente aun. Ella le lanza una mirada de advertencia que no termino de descifrar.

— También podría decir que… Que definitivamente no esperaba enamorarme de ti, porque eres un idiota, insensible, irresponsable, narcisista, orgulloso, egoísta, petulante…— enumera, luciendo muy sincera. Él rueda los ojos. — Pero simplemente me enamoré, de una manera irrevocable y estúpida, la verdad. — La sonrisa de James reaparece, acompañada de un alzamiento doble de cejas. — Y ahora simplemente no puedo dejarte, porque no imagino poder vivir sin el idiota chico de ojos avellana y sus bromitas constantes—. Para cuando finaliza, ambos se están mirando de una manera que me hace sentir incómoda, y tanto Rose como yo no sabemos cómo actuar. Es cuando Cam carraspea y desvía la mirada, que esa tensión se evapora. — Eso diría en el hipotético caso de que estuviera enamorada de Potter y quisiera que su padre lo regresara a Hogwarts, claro—, añade finalmente, alejándose un paso atrás.

— Y en el hipotético caso de que a mí me pasara lo mismo, diría que tampoco podría soportar estar sin la terca, orgullosa, mandona, gritona, perfeccionista, insoportable…
— Se ha entendido— musita ella secamente, con ceño fruncido. Él le dedica un guiño.
— Bueno, con la Camille de siempre. Te has vuelto de mí, la más hermosa parte. Sería un desastre si no estuvieras aquí, porque debería extrañarte, y odio extrañar a la gente. Estás eternamente atada a mí, ya lo sabes ahora, porque te quiero demasiado como para dejarte ir alguna vez—, continúa, sonando tan profundo que siento que estoy observando una película en la que yo solo soy espectadora y ellos los trágicos amantes. Entonces lo sé; sé que James habla en serio. Y me quedo pasmada. — Eso diría en el caso de verdaderamente estar enamorado de ti, claro—. Y él también se aleja un poco, pasándose una mano por el cabello.

Siento una capa de tensión encima de nosotros, invisible y pujante.

¿Qué demonios…?

Rose parece notarlo también, porque frunce la frente y los mira alternadamente con la palabra “anonada” tatuada en la frente.

— ¿Por qué hablan tan fácilmente de eso? — Mira a James— ¿Desde cuándo eres tan tierno y… sensible? ¿Por qué miras así a Cam? ¿QUIÉN ERES Y QUÉ LE HICISTE A JAMES? — Escupe sin pensarlo, aun luciendo desconcertada. Recién entonces reparo en que tengo la boca abierta estúpidamente, y la cierro rápido, aguardando yo también una respuesta que de veras quiero conocer.

— Eh…Estábamos actuando, ¿no es obvio? No todos aquí somos malos mentirosos—, dice mi hermano sonriendo nerviosamente, pasándose una mano por el cabello otra vez antes de volver a irse hacia la esquina donde el callejón termina para asomarse a ver, huyendo.

Cuando vuelvo a mirar a Cam, ella está sonriendo estúpidamente, hasta que repara en que la miro y vuelve a estar seria. Sigo sin entender, o al menos sin poder aceptar lo que supongo.

— ¿Camille, tú…?— Murmuro, pero ella hace un gesto de silencio llevándose un dedo a los labios, bajándolo de súbito cuando Rose se gira hacia nosotras.

Entonces lo sé. Sé que ha sucedido en el bosque más de lo que ellos cuentan. ¿Acaso han…? ¿Y Albus? Oh diablos, no puedo pensar en Albus luego de las cosas que ha dicho mi hermano. Jamás, nunca, pero NUNCA en mi vida concebí siquiera imaginar oírlo decir tales cosas. ¡James está condenadamente enamorado, por Merlín! ¡De Camille! ¿Es eso posible? ¿James enamorado? ¿James siendo sensible? Dios, quién lo diría. Hasta la roca más grande tiene corazón.

— Camille Sophia Lupin, ahora mismo me explicas qué ha sido eso— exige mi pelirroja prima, cruzándose de brazos. Ella pone cara de situación, encogiéndose de hombros.

— Tu primo es un actor excepcional, lo sabes. Tantos años inventando excusas para McGonagall, y coqueteando chicas le han sido de utilidad. Y lo mío ya es nato— dice simplemente, insertando una sonrisita al final. Rose no parece creerle en absoluto, y yo tampoco. Veo a James lanzar una mirada dudosa de soslayo hacia nosotras.

— Exactamente Lupin— confirma. — Y ya basta de charla, ahí se acerca Malfoy— anuncia, haciendo un gesto con la mano para que nos acercáramos. Cam da un suspiro, y se encamina. Rose, en cambio, cambia su expresión severa de “te estoy cuestionando” por otra nerviosa. Me acerco a ella y tiro suavemente de su antebrazo para que avance.

— Tómalo con calma Rose. Piensa en que James pudo hacerlo, tú también podrás— digo para animarla, y ella hace una mueca, pero asiente y permite que la guíe.

— Gracias por lo que me toca— acota mi hermano a la ligera, sin verdaderamente sonar afectado. Parece estar con la cabeza en otra cosa. O en otra persona.

Cuando llegamos, James ya está saliendo de nuestro escondite hasta la atestada calle que lleva a los baños que van al Ministerio de Magia. Lo seguimos rápidamente, haciéndonos paso entre la gente, y recién al salir a un hueco que parece quedar vacío puedo ver finalmente a un alto hombre rubio de duros ojos grises, rasgos afilados y porte elegante. Lleva un traje muggle color gris, con corbata verde delatando que aun se mantiene su fanatismo por la que alguna vez fue su casa estudiantil, además de un maletín de cuero negro. Parece reconocernos, porque luego de una ligera mirada en nuestra dirección entorna los ojos y se detiene, cauteloso.

Nosotros seguimos avanzando en grupo, como un gran gato acorralando un ratón, siendo ignorados por los muggles que van y vienen de sus trabajos, impasibles.

— Señor Malfoy— saluda James de manera formal, alzando la mano. El hombre rubio, que había visto varias veces en King Cross y en un par de cenas del Ministerio, asiente con la cabeza como respuesta. Entonces repara en Rose, y suspira previendo a qué se debe nuestra intercepción.

— ¿En qué puedo ayudarte, niño Potter? — Pregunta, sonando apurado. Ignora deliberadamente la triste mirada de Rosie. Me dan ganas de gritarle lo evidente.

— Hemos venido a hablar con usted— comenta tranquilamente Jamie. — Sobre Scorpius.

Malfoy hace una mueca rápida, pero vuelve a asentir.

— Lo siento, pero debo ir al trabajo ahora, niño— repone, haciendo un ademán de seguir avanzando. Entonces Camille se para frente a él con una mano extendida al frente en señal de “alto”. Luce seria, así que sé que entró en fase “ayudando a una amiga”.

— Es solo un momento, señor. Y es muy importante. Tanto para nosotros como para Scorpius, y si le interesa aunque sea un poco la felicidad de su hijo será mejor que escuche — Musita ella, fríamente. Su mirada es incluso amenazante, y me pregunto desde cuando Cam puede ser así con un adulto, hasta que recuerdo que es por Rose.
Malfoy la mira confundido, y puedo captar un velo de desafío en sus ojos, pero no dice nada al respecto. Se limita a quedarse callado un buen rato en el que solo se oye el lejano motor de un auto doblar por la esquina.

— Cinco minutos— cede al final, ganándose una sonrisa triunfal de Cami, quien se mueve a un costado para darle lugar a Rose. Ella avanza con nerviosismo ante la expectación del hombre.

— Uh… yo…— balbucea ella, aparentemente en blanco. Nunca vi a Rose balbucear sobre algo. Es tan nuevo como ver a James siendo romántico.

— ¿Y bien? — Insta Malfoy, moviendo rápidamente la punta del pie en señal de impaciencia. Rose carraspea, y se para firme, con renovada decisión en la mirada.

— Quiero pedirle que regrese a Scorpius a Hogwarts— dice firmemente, erguiéndose aun más. Malfoy enarca una ceja, incrédulo.

— ¿Y piensas que porque ustedes lo piden, lo haré? — Suelta irónico, meneando la cabeza. — No tengo tiempo para estas cosas, ya está todo decidido. Ahora, ¿pueden moverse de mi camino, Potter-Weasley’s? — Pide, dando un vistazo al reloj que está abrochado en su mano. — Se me hace tarde.

— ¿Qué? ¿Está usted bromeando? — Escupe Cam, dando un paso al frente; pero James la detiene por el antebrazo y la tira para atrás murmurándole algo que no alcanzo a oír. Juraría que dijo algo respecto al cielo, pero no estoy segura de que hablara sobre eso ahora.

— ¿Disculpa? — Dice Malfoy, mirándola con cejas alzadas. — ¿Qué has dicho?

— Lo que escuchó— contesta Cam, tan impetuosa como siempre. James vuelve a tirar de su brazo en advertencia, murmurando de nuevo. — Lo sé y no me importa— responde a una pregunta que tampoco oigo. Se suelta de su agarre y avanza a zancadas hasta quedar junto a Rose, quien la mira con una rara expresión. Parece pedir auxilio, pero estar pasmada a la vez.

— Usted, está ciego. Ciego de rencor— comienza a decir, apuntándole con un dedo. Malfoy realmente parece atónito. — ¡¿Cómo puede separar a dos personas que se quieren tanto?! ¿Acaso no sabe que Rose y Scorpius se gustan desde primer año? ¿No sabe que además son mejores amigos? ¿Qué actúan de “esa persona que te consuela cuando estás mal y nadie parece escucharte”, mutuamente? ¿Qué son los únicos que me hacían creer que el amor verdadero puede triunfar ante todo? ¡Ron Weasley lo aceptó! ¿Por qué usted no? ¿De veras, señor Malfoy, está tan ciego como para separarlos por un rencor de secundaria? —. Luce exasperada, y su cabello cada vez está más rojo, mezclándose con unas pocas y finas mechas rosadas que prevalecen. Agradezco que los muggles alrededor no lo noten y estén tan ocupados en sus asuntos. Yo también quedo impresionada; tanto por su impertinencia como por su descarada sinceridad. Rose, la mira como si fuera un salvavidas en medio del mar, con el agradecimiento pintado en el rostro. James, más bien parece admirarla, luciendo una estúpida sonrisa que me hace confirmar más aun mi teoría.

Entonces, hay silencio, eclipsado por el bullicio del gentío que va a través de la acera. El señor Malfoy carece de expresión. Comienzo a preguntarme si no se le dará por enviarnos a prisión, o llamar a nuestros padres. No sé qué es peor; si ir a la cárcel mágica plagada de dementores-chupa-vida, o soportar a mi madre si se entera que nos escapamos en escobas de manera clandestina hasta Londres.

— Me impresionas, niña— suelta finalmente, asintiendo levemente con la cabeza, Cam hace un gesto carente de modestia con la mano, sin borrar su endurecido semblante. — Eres muy irrespetuosa, aunque tienes fundamentos. Pero sigo sin ceder. No llevo buena relación con los Weasley desde siempre, y no permitiría que mi familia se mezclara con los suyos solo porque unos niños lo dicen. Cuestiones de sangre que mis padres jamás me perdonarían, además. Ellos son jóvenes, ya seguirán adelante.

El rostro de Camille es un poema, y ni hablar de Rose. James, en cambio, tiene el ceño profundamente fruncido, y dudo si tendré que detenerlo yo a él. Yo simplemente no puedo creerlo. ¿Cosas de sangre? ¡Merlín, qué basura!

— Usted, con todo respeto señor Malfoy— dice Cam, — es un idiota— finaliza con una sonrisa que no siente. Ahora sí que el rubio está estupefacto.

— ¡Draco Malfoy! — Exclama Rose, que parece recién despertar de un trance. El hombre ahora la mira a ella, mostrando un semblante molesto ante ambas faltas a su persona, como diciendo “¿Tú también?” — ¡Yo lo he conocido en el pasado, no finja que no sucedió! ¡Hemos hablado! ¡Usted sabía que Scorpius y yo terminaríamos saliendo, lo había dicho! ¡Dijo que yo le agradaba! ¿Acaso se ha olvidado de eso? ¿Se ha olvidado de cuando le confesé que estaba enamorada de su hijo? ¿Es eso posible? — Escupe, apretando los puños con fuerza otra vez. — Me sorprende, señor. Usted me agradaba mucho más antes, cuando era una persona que entendía las razones del corazón, o parecía hacerlo, cuando creí que sería capaz de dejar de lado sus propios prejuicios para que su hijo tuviera una vida más feliz que la que usted llevó a esta edad—. Hace una pausa. — Al parecer me equivoqué con usted. Perdóneme, no volverá a suceder—. Y dicho esto, gira sobre sus talones con orgullo, y comienza a caminar de vuelta hasta el callejón. Yo quedo estática, sorprendida ante la actitud que todos toman hoy.

— ¡No puedo creerlo! ¿Qué culpa tiene Scorpius? ¿Qué demonios importa la sangre a la hora de querer a alguien? ¿Acaso irá por ahí diciendo “Oh no, tú eres impura, vete, aléjate de mí o contaminaras mi descendencia”? ¡Ni siquiera su enemistad! ¡No es usted quien convivirá con Rose y verá a su familia si algún día la cosa llega a mayores, ese es Scorpius! ¡Merlín, no puedo creer que la gente pueda…!— Chilla Camille, siendo interrumpida nuevamente por su modulador de cordura, llamado James.

— Cielo, cálmate— murmura seriamente. ¿Cielo? ¿Cielo? ¿Ha dicho “cielo”? ¿LE HA dicho “cielo”? — Ya está hecho, no hay caso.

Camille frunce los labios fuertemente, haciendo varios ademanes de seguir hablando, pero finalmente suspira pesadamente, y se gira para ir tras Rose. Miro a mi hermano, con una ceja alzada, y él me guiña un ojo como toda respuesta.

— Gracias, señor Malfoy. Ha sido de gran ayuda— musita irónico dirigiéndose al rubio, tomándome por el antebrazo para que los siga.

Comienzo a caminar junto a él, viendo desde atrás a Cam abrazando a Rose por los hombros en apoyo. No lo entiendo, no puedo reaccionar. ¿Acaso esto ha salido mal? ¿Acaso no ha funcionado en absoluto? ¿No será como en las películas, o como esas anécdotas que cuenta papá? ¿Los buenos no triunfan siempre? No puedo comprender cómo es que Rose se rinde tan fácil, ni cómo el orgulloso James admite una derrota.

Simplemente no entiendo.

— Esperen— llama una voz detrás de nosotros haciéndonos voltear a los cuatro. Aun sigo algo confundida, por lo que me extraña aun más ver que esa voz es del señor Malfoy, que se acerca a paso liviano hacia nosotros a través de los ejecutivos de traje y corbata, con su maletín de cuero balanceándose bajo mano.

— ¿Qué más quiere? — Escupe Camille, con desprecio, aun conteniendo a una Rose de ojos cristalinos.

— De acuerdo. Scorpius volverá a Hogwarts— dice, dando un suspiro que sé que indica su derrota. Rose jadea de emoción, sin poderlo creer, y Cam pega un chillido alegre, dando saltitos junto con la pelirroja. James sonríe victorioso, como si supiera que sucedería. Yo solo lo miro. ¿Estoy escuchando bien?

— ¡Gracias, gracias, gracias! ¡Ya no pienso que sea tan idiota! — Exclama Camille, luciendo tan feliz como si se tratara de su propio amor. — ¡Merlín, podría besarlo!

Malfoy menea con la cabeza haciendo una mueca, y tanto Rose como Cam pegan una risotada.

— No es cierto, no me van los maletines— bromea ella, para luego abrazar a la otra. Sonrío.

— Gracias, señor Malfoy— digo sinceramente, asintiendo una vez con la cabeza. Él responde con el mismo gesto.

— Y ahora, si me disculpan, debo ir a trabajar, y luego a avisar a Dumstrang que me he vuelto bipolar gracias a un par de niños Weasley— masculla amargamente.

— Un gusto verlo de nuevo, señor Malfoy— despide James, tendiéndole una mano. Él también sonríe. El hombre acepta el gesto con formalidad, y le da un corto estrecho.

— Lo mismo digo, niño Potter. Envíale saludos a tu padre. Dile que ya no le debo nada—, añade al final, para luego girar sobre sí e irse en dirección a los baños, con su maletín bamboleándose de adelante hacia atrás.

— ¡Lo hicimos! — Grito cuando lo perdemos de vista, ganándome un par de miradas de transeúntes sobre mí. Doy un fuerte abrazo a mi hermano, quien también acaba de desatar su emoción.

— ¡Merlín primo, gracias por esto! ¡Eres genial! — Suelta Rose, acercándose para abrazarlo también.

— Oh no es nada. Es lo que hago; ser genial—. Entonces recibe un golpe en el hombro por parte de una sonriente Camille.

— Lo que no haces es ser modesto— dice ella. — A ti sí podría besarte.

Repentino silencio. Alzo las cejas, sorprendida, y Rose se queda boquiabierta. James luce divertido, en cambio ella parece incómoda.

— Es una metáfora, ¿saben? — Dice, nerviosamente. Rose y yo soltamos un “ah” sincronizado, y volvemos a sonreír.

— ¿Eso quiere decir que no hay beso para el gran Potter? — Bromea James, aun más divertido. Lo miro entornando los ojos. ¿Por qué le causa tanta risa?

— Sueña— musita ella simplemente, dándole aun así un abrazo rápido. — Pero solo por hoy admitiré que eres bueno cuando quieres.

— Soy bueno en muchas cosas, además— repone él, guiñándole un ojo. No puedo contener una carcajada exagerada, ganándome miradas raras de todos. Es que, ¡tenía razón! ¡A James le gusta Camille! Y por la manera en que hablan, así en códigos, parecería que se están viendo. ¡Son tan bobos! ¡Yo sabía que esos dos no tendrían que haber terminado en primer lugar, pero son tan orgullosos! Me da risa su orgullo, su estupidez, su ternura, y el no saber qué sentir respecto a Albus. Creo que incluso me siento histérica.

— Lo s-siento— articulo, secando una lágrima de la risa. — Me acordé de un chiste— excuso, dando una última sonrisa.

— De acuerdo…— dice lentamente Rose, entrecerrando los ojos como si estuviera loca. — Ahora debemos regresar a casa.

— Tienes razón pelirroja. Mamá nos matará si regresa antes que nosotros… Espero que Albus haya sabido distraerla— comenta James, comenzando a caminar hacia el callejón donde están las escobas, seguido por nosotras.

— Albus sabe distraer a la gente— acoto sin motivo alguno. Pero algo en mi frase de relleno, le causa gracia, porque esboza una sonrisa divertida otra vez.

— Lo sé, Rose. Sé que le gusta distraer a la gente—. Y le lanza a Cam una mirada de soslayo.

Me pregunto qué fue eso.

[FIN FLASH BACK

por **C.J. Potter** Mar 30 Abr 2013, 9:52 pm

Ok, prosigo a decirles que en eso de media hora/una, subiré la siguiente parte (será mucho mayor a tres o cuatro partes... Se me ha ocurrido una idea de "despedida". Ya verán a qué me refiero).

Kisses!

Capítulo 25

“Reset”

Parte III

LilyPOV

El silencio de espera de las chicas continúa, aguardando una buena explicación para lo que se me había escapado casi sin querer. Se me ocurre algo.

— Quiero decir, para una chica debe ser feo ver a tu exnovio luciendo enamorado de semejante rubia— suelto finalmente, como si fuera obvio. — Cam no debe ser la excepción.

Ella me mira agradecida, y asiente en confirmación. Victoire sonríe, meneando la cabeza, y Dominique luce casi aburrida.

— ¿Crees que somos idiotas? Merlín Camille, nos hemos dado cuenta de que estás babeando por James desde que regresaste del bosque— dice la rubia menor, dejando a la aludida boquiabierta, con los ojos como platos. Alterno mi mirada de esas dos a Cam, sin entender.

— No sé de qué estás habl…— logra comenzar a decir finalmente, pero Victoire la interrumpe.

— No te juzgamos— avisa, alzando un dedo como para remarcar aquel hecho. — Pero hubiera sido lindo que nos dijeras tú, en lugar de enterarnos por esas miraditas furtivas que se dan.

El cabello de Camille se tiñe de rosado pálido, mientras mira el piso en un aparente debate interno.

— Oh Merlín, lo siento chicas— murmura entonces, mordiéndose el labio inferior delatando sus nervios. ¡Yo tenía razón! ¡A ella le gusta! ¿Eso quiere decir que ambos se gustan? Pero… ¿Por qué no…? No entiendo.

— Descuida. Ahora preocúpate por decirnos qué demonios está pasando entre ustedes dos— exige Dom, cruzándose de brazos y echándose para atrás cómodamente aguardando su respuesta.

— Yo…— Vacila, y soporta unos cuantos minutos nuestras miradas clavadas en ella, en silencio. Suspira. — Um… Bueno, solo nos hemos besado una vez… O dos— confiesa, rascándose la nuca. Dominique y Vic pegan un gritito al unísono, luciendo sumamente entusiasmadas y sorprendidas a la vez.

— ¿Oíste eso? ¡La vieja y conservadora Camille siendo infiel! — Exclama la menor, aun alterada. Suelto una risotada ante el rostro que la mencionada pone.

— ¡No grites Dominique Weasley! — Reclama, sonrojada. — Y yo no busqué hacerlo. ¡Él solo…! ¡Me provoca, ¿de acuerdo?!

Esta vez Vic también ríe con nosotras. En alguna parte dentro de mí late la lástima hacia mi otro hermano, hasta que recuerdo aquello, y se va.

— Mm… ¿Provoca? — Burla Vic, juguetonamente, mirando cómplice a su hermana.

— ¿Segura que no ha habido más que un beso? — Cuestiona Dom, alzando dos veces las cejas. Hasta yo me sonrojo de pensarlo. ¡Diuj! ¡No quiero ni imaginar a mi hermano en esa situación!

— ¡No! ¡Merlín, no! Nunca podría llegar tan lejos, quiero a Albus y no me gustaría lastimarlo de tal manera— refuta firmemente. Ahora, lo que me carcome es la culpa; culpa hacia Cami. Me dan ganas de golpear a mi hermano por ser tan idiota. Creo que James merece miles de veces más estar con ella.

— Oh vamos, Cam. Todos sabemos que estás embelesada con mi primo. ¿Qué pretendes hacer? ¡No, aguarda! Primero dime todo lo que ha sucedido. ¿Son amantes? ¿Han hablado? ¿Qué ha dicho? Dios, ¡habla! — Pide Dominique, entusiasmada como niña que recibe muchos regalos en navidad.

Camille hace una mueca.

— Bueno… Todo comenzó en el bosque— dice primeramente, esbozando una sonrisita. — Él fue quien técnicamente me rescató de morir congelada… Luego fuimos a esa caverna, y tuvimos que dormir juntos—. Hubo un sonrojo que trató de tapar posando sus manos en sus mejillas.

— Detalles— suelta Vic, perspicaz. Camille se sonroja aun más.

— Bueno, saben cómo es eso del calor corporal…
— ¡Lo hicieron! — Interrumpe Dominique, alzando ambas cejas impresionada.
— ¡No! ¡He dicho que no! Él solo dijo que debíamos mantener el calor. Simplemente se quitó la camisa, y yo los jeans. ¿De acuerdo?

— Mm… ¿Dormiste con James luciendo el torso desnudo, solos en una cueva en medio del bosque, y no tuvieron sexo? — Repasa la rubia menor, incrédula. Hago una mueca de imaginarlo.

— Niquie, no todo es sexo en esta vida— fundamenta Cam, rodando los ojos. — Y no, no sucedió nada. Solo tuvimos un momento incómodo durmiendo apretados en una bolsa de dormir.

— Cada vez lo creo más imposible— murmura la otra, entrecerrando los ojos como si la chica que tiene al frente fuera un extraterrestre.

— ¿Continúo? Bien, el punto es que al día siguiente fui a buscar comida. Y… Tomé por error unas cuantas bayas de la verdad, y comí dos.

— ¡Camille! — Reprocha Victoire. — ¿Cómo puedes hacer algo tan estúpido estando en presencia de James Potter?

— ¡No tenía idea! Y sí, él se aprovechó totalmente. Comenzó a preguntarme cosas, y al final quiso saber si lo había olvidado.

— Y tú contestaste que no— adivino, a lo que ella asiente pesadamente. Dominique y Victoire hacen una mueca.

— Pero no todo es tan malo, ¿saben? Él también dijo que no ha podido olvidarse de mí. Él… Dijo que me ama— confiesa, todavía más ruborizada, con el cabello plagado de mechones de aquel rosado intenso de la otra vez.

Las tres quedamos totalmente pasmadas. Es como si me hubiera dicho que Rose ha desaprobado algo, que el tío George dejó de gastar bromas, que a papá ya no le gusta comer como si no hubiera un mañana, que la tía Hermione se ha dado por vencida en algo, que papá ahora es un cobarde. Simplemente inverosímil. ¿James? ¿Mi hermano mayor James? ¿El estúpido e insensible James, ha dicho “te amo” a alguien? ¿Estoy soñando todavía? Alguien que me despierte, porque ya comienzo a gritar de la alegría. ¡James está enamorado! ¡Ahh, cómo me gustaría reírme de él! ¡Siempre diciendo que el amor no existía, que jamás caería enamorado por ninguna mujer! Al parecer la vida le ha jugado una broma al rey de Hogwarts.

— Debes estar bromeando— articulo a duras penas, pestañeando múltiples veces sin entender todavía. Ella niega, con una sonrisa de lado a lado.

— ¡Eso es genial! — Chilla Dominique, emocionada. Victoire asiente con fervor, también feliz. Suelto un gritito imposible de contener, y abrazo a Cam fuertemente.

— ¡Has hecho un milagro mujer! — Exclamo sin creerlo aun.

— Bueno, bueno. No sé si tanto. James sigue siendo… James— dice, con una risita tonta. La suelto, sonriendo ampliamente.

— Entonces, ¿cuándo terminarás con Albus? Propongo que sea cuanto antes, y de la manera más suave posible, porque no es algo que el merezca tampoco. Aunque dudo que le afecte mucho ahora que es tan conocido entre las mujeres. ¡Si ustedes se casan, yo seré su dama de honor! ¡Y madrina de su primer hijo! — Dice una ilusionada Victoire.

— Vic, no te emociones— pide Cam, de pronto seria, haciendo un gesto con las manos. La sonrisa de las tres se borra de pronto.

— No me digas que no vas a hacer nada. ¿En qué quedaron? No puede ser que no planees volver con James— digo, nuevamente pensando en eso. Si Cam lo supiera, quizás las cosas no serían tan así.

Ella no dice nada, se dedica a mirar con interés los cordones de sus converse negras.

— Oh vamos Cami…— murmura Vic, de pronto apagada. — ¿Por qué? Es lo mejor para todos.

— Ya le he dicho que lo que pasó entre nosotros debe acabar, y él lo entendió. Nos hemos besado en el bosque, y luego en La Madriguera al volver, sí. Ha confesado aquello, y dicho que quiere que regresemos. Pero no puedo. Quiero hacerlo tremendamente. ¡Pero no puedo! Porque aunque no ame a Albus de tal modo, sí lo quiero y mucho. Es mi mejor amigo, no puedo herirlo así, ni hacerlo sentir una segunda opción; no puedo ni quiero ni debo dañarlo—, fundamenta solemne, con ojos tristes.

Permanecemos calladas otra vez.

— Estás actuando como mártir— comenta Victoire, rompiendo el perfecto sonido del constante avance del tren.

— No importa. Ya no quiero hablar sobre ello— pide, desviando la mirada hacia la ventana, que deja ver el paisaje agreste de estas zonas de las colinas, detrás de las densas gotas de lluvia que empañan el vidrio.

— Estás loca, ¿lo sabes verdad? — Dice Dom, negando con la cabeza. — Bien, entonces soporta verlo con Ker—. Y sé que el tema está cerrado. Quiero protestar, pero algo me dice que será en vano.

— ¿Qué hay de ustedes? No soy la única con vida amorosa aquí. He visto cómo miras a Ted desde Navidad, Victoire— apunta la pelinegra, queriendo realmente olvidar todo lo dicho. Me enfoco en la rubia mayor, aceptando que tiene mucha razón en lo que dice.

— Es cierto Vicky. ¿Qué te está pasando con el bobo Ted? — Bromeo. Ella se ruboriza levemente, presentando un color rosado claro en sus mejillas.

— ¡OH! ¡Te has sonrojado! Suéltalo ya Vic— ordena su hermana, tirando de su brazo insistente.

— No tengo nada que decir al respecto. No me gusta Ted, no más. Ahora estoy en algo con Alex, ¿saben?

— ¿Alex? Vamos, sé que es guapo, pero no es tu tipo. Demasiado bonachón—. Y al parecer Niquie da en el blanco, porque Vic agacha la mirada.

— Tiene razón. Tú prefieres los chicos como Ted, siempre lo has hecho— coincide Camille, sonriendo.
— Tú prefieres los chicos malos e imposibles— apunta la rubia mayor. — Y yo no digo nada al respecto.

— ¡No los chicos malos! — Reprocha ella.
— ¿Ah, no? James es un chico malo. Ya sabes, el rompe corazones de Hogwarts, el gran bromista que parecía no tener sentimientos hasta el momento. Él también era imposible— fundamenta, cruzándose de brazos. Cam se sonroja.

— No cambies de tema, hablamos de ti no de mí. ¿Por qué todo tiene que remontarse a mí siempre? Merlín— se queja, frunciendo el entrecejo. Todas reímos ante esto, porque en parte tiene razón.

Yo, no estoy enamorada de nadie por el momento, así que me centro en ver cómo avanzan las parejas en mi familia. Camille y James son mis favoritos, definitivamente. Es que, aunque no quiera aceptarlo, él es mi hermano favorito, pese a que me lleve mejor con Albus (o al menos así era antes de “eso”). Y Cam, ella se ha hecho querer; fue la única que me prestó atención aun cuando yo era niña y nadie se fijaba en mí, ella me integró a mis primas, ella me escuchó cuando tuve aquel desengaño amoroso de niña.
Luego Rose. Ella, es como la madre de todas aquí. Se encarga de controlar que no cometan estupideces, que no las lastimen, y que todo salga como tiene que salir. Y Cam, es la más problemática en ese sentido, pues en primer lugar comenzó a salir con -como dijo Victoire- “el rompecorazones de Hogwarts”, y luego pasó eso de Albus, y… ya sabemos la historia. Rose tiene a Cam y sus decisiones entre ceja y ceja, controlando que no suceda nada malo.
Victoire. Ella ocuparía lugar de hermana mayor. Es quien regaña y apoya a la vez, no tan severa como Rose y no tan permisiva como Dominique. Desde que rompió con Ted, ha estado pendiente de Cam como si se tratase de un pasatiempo para olvidar al pelipúrpura.
Por su parte, Dominique, no es de parejas estables, así que aparentemente ha depositado fe ciega en que Cami logre algo bueno por ambas.

En conclusión, todos estamos encima de la pobre, como si se tratase de una película que ella protagoniza. Debe ser sofocante.

— De acuerdo, hablemos de algo que no tenga que ver con amor— sugiero entonces, y ellas coinciden aliviadas. Es mejor no tocar por ahora ese tema en esta familia, pienso.

por **C.J. Potter** Mar 30 Abr 2013, 10:11 pm

Ya, ya dejo de hacer Spam, pero.. Encontré una imagen tan. kaldjsaklf

Sombras del Pasado [James S. Potter, Albus S. Potter & Tú] [TERMINADA] - Página 19 Potterverse_couples_by_burdge_bug-d3299ph

Sombras del Pasado [James S. Potter, Albus S. Potter & Tú] [TERMINADA] - Página 19 Potterverse_couples_by_burdge_bug-d3299ph

Por si no saben verla entera: Dejo el LINK.

JAJAJAJAJAJAJA, cuando vi la que de hecho sería "Lily y James", pensé en Cam y James. JAJAJAJAJAJAJAJAJA de nuevo. Ahí dice: (Los primeros son Hary y Ginny) "Los mejores para ser el uno para el otro"; (la segunda son Remus y Tonks) dice "Los más románticos"; (la CUARTA, son Ted y Vic) dice "los más divertidos; (y la TERCERA son James y Lily -Alias Cam y James(?)-), dice "Los más sexuales". Y yo pensé: JAJAJAJAAJAJAJJAAJAJ "Dios, tiene razón".

Okay, solo eso. Voy a terminar una maratón mejor..

por **chicamati** Miér 01 Mayo 2013, 10:57 am

Juliette!! Como nos vas a dejar asi? :( Se puede saber que carajos es eso a lo que se refiere Lily como " aquello" y "eso"? No se vale, mucha intriga. Hablando de ora cosa, ame la maraton!! ya te dije que me encanta Jamille? y ahora que se que Albus esta haciendo aquello mas, porque eso quiere decir que esta haciendo algo indebido y que no se merece a Cam. Como sea, otra vez ame los caps, besos :D <3

por **Zarek** Miér 01 Mayo 2013, 12:38 pm

awww, tienes que seguirla, me encanto.

por **Milapotato** Miér 01 Mayo 2013, 12:39 pm

AKJSDFNKJAFNDF ¡LYLS! Amo a esta pendeja, siempre supo todo aklfdmkldf moriré.
Me recontrarearchimega gustaron los caps. Sobre todo cuando Camille hace todo ese discurso frente a Draquito. Peeeeeero, estoy en duda si en verdad le gana a la parte en que 'actúan' Cam y James como si estuvieran enamorados.
P A R E J A P E R F E C T A.
¡Encima Lily prefiere a James antes que a Albus! Otra razón más para amarla. Lyls sabeeeeee, ah.
Me dejaste con la maldita duda de a qué se refiere Jamie con "Albus sabe distraer a la gente" ¿QUÉ DEMONIOS ES ESO? ¿Me perdí de algo? Espero que no, y también espero que me des una buena explicación, Juliette. N O W.
"Te has vuelto de mí, la más hermosa parte. Sería un desastre si no estuvieras aquí, porque debería extrañarte, y odio extrañar a la gente. Estás eternamente atada a mí, ya lo sabes ahora, porque te quiero demasiado como para dejarte ir alguna vez" ESTOY CONVULSIONANDO. ¿POR QUÉ EL MUNDO ES TAN CRUEL Y NO ME MANDA A UN CHICO COMO ÉL? ¿XQ, XQ, XQ, XQ, XQ? Creo que moriré sola, y mi única compañía en vez de gatos serán libros. No es tan mala la idea...
Ya, ¿cómo es eso de 'despedida'? Sabes como dejarme con la intriga, maldita. Solamente espero que no hagas una realmente grande como para matarte. Mentira, no puedo matarte. Yo te quiero, loqui. ~~Aprovecharé la palabra 'loqui' (ya que tanto te gusta, según vos) para comprarte y así tal vez no me hagas sufrir. MAAAAAAAAYBE. Ah.~~
Qué se io que decirte, sabes que realmente amo la pareja y la forma en que escribes. Tus capítulos son siempre jodidamente buenos y siempre termino con ganas de matarte, en algunos casos, o termino amándote.
So, Juliette, síguela y no te duermas. En serio, no lo hagas o realmente terminaré matándote. Lo sé, sigo siendo un amor.
Besos virtuales para ti. I'm out.

Atte: Mila.

por **Milapotato** Miér 01 Mayo 2013, 1:06 pm

Me acabo de dar cuenta de que usé la palabra 'matar' muchas veces en el comentario, sueno muy psicópata... No tengas miedo igual, porque hasta que no termines todas las novelas que tienes planeadas no te haré daño (sí, he visto todas las novelas que tienes planeado hacer y en algún momento me pasaré por ellas).
Ah, y la imagen. ¡LA IMAGEN! "Los más sexuales" JAJAJAJAJAJAJAJA es muy para ellos.
Ya, me voy. DEJA DE DORMIR.
Besitosssssssss.

Atte: Mila.

por **C.J. Potter** Miér 01 Mayo 2013, 2:27 pm

Milapotato escribió:Me acabo de dar cuenta de que usé la palabra 'matar' muchas veces en el comentario, sueno muy psicópata... No tengas miedo igual, porque hasta que no termines todas las novelas que tienes planeadas no te haré daño (sí, he visto todas las novelas que tienes planeado hacer y en algún momento me pasaré por ellas).
Ah, y la imagen. ¡LA IMAGEN! "Los más sexuales" JAJAJAJAJAJAJAJA es muy para ellos.
Ya, me voy. DEJA DE DORMIR.
Besitosssssssss.

Atte: Mila.

AJAJAJAJJAAJAJAJAJAJJAJAJA, tienes razón xD Muchos "matar". July está jodida xD

Visteeeeeeeeeeeeee? Es como que cuanto más fingen odiarse dos personas, o no tratarse, MÁS tensión sexual se acumula. Ah, July qué sabía de eso? (hablo en tercera persona a veces, no te asustes que todavía no estoy loca :3).

Traaaaaaaaaanqui, yo estaba escribiendo justo :3

por **Chiari-Bonade-Milak** Jue 02 Mayo 2013, 5:20 pm

Holaaaa, hace un montón que no comento, me encantaron los capitulos. Siguee

por **Majin Maia ~DangerGirl~** Jue 02 Mayo 2013, 6:20 pm

¡Ay Mi Quetida JULIETTE! Por Cierto ¡AMO TU NOMBRE JULIE!
¡Oh Mi Godness! Me has hecho cambiar totalmente sobre Jamille <3 Awww, se vén muy tiernos juntos :3
Bien, bien... Si, soy muuuy rara xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
No se qué poner ._. Pero los capítulos me causaron mucho... ¡Awwwww!
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, felicítame (? Volví a mis coloridos comentarios :)
¡¡VIVAN MÍS COMENTARIOS COLORIDOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!
-Mañana los tendré blancos- ._. jajaja xDD
No sé ppor qué pero me cae de maravillas Lily <3 Es taaaan graciosa... Es genial xDD Bien, bien... Amo poner "Bien, bien" (?
¿Te cuento algo de mí vida? ¿WTF? - Estaba re loca xDD -
Tienes que seguirla o sinó mandaré a Homero diciendo "Te mataré Julliete, Wiiiiii" Sisisisisisi, estoy muy loca xDD
Pero encerio ¿No amas mís comentarios super geniales? Por qué lo són... Además escribo con propiedad y muy bonito (? Si, tengo que dejar de poner tantos "(?" Jajajajajaja o hahahahahaha xDD
Pero nunca me digas que deje de poner mís "xDD"
Bien, me despido, porqué sinó me comeré las teclas de la compú xDD
Adiós mi linda, hermosa, buena, amable y escritora de esta hermosa novela Jullie (? Bueno, adiós xDD

por **C.J. Potter** Jue 02 Mayo 2013, 10:23 pm

Casi lloro con este capítulo, lo cual es estúpido porque no pasa nada así de OHMYFUCKINGGOD (?) Pero igual, me causó tanto... no sé, ajkldfhnsajfksdaf. Ok, la cuestión es: Terminó este "especial", o "maratón fallido de Julie" xD

Decidí ser neutral respecto a todo, porque sino me voy a llevar varias lágrimas al escribir tooooooooooooodo lo que sigue a este... Les dije: Es mi despedida a tan intensa temporada Jamille. Ahora viene todo lo feo, y el nudo, y el descenlace y toda la formalidad esa que odio -.-

Okay, me voy a domir queriditas (tengo sueño y escuela. Peor combinación imposible). Mañana PROMETO responder comentarios (sí, va para vos Mila.. ah xD). Pero ahora me muero por acostarme y... ZZZZZZ (?

Así que me voy! Besillos!

Capítulo 25

“Reset”

Parte IV

Escritora POV

Cuando el Expreso de Hogwarts finalmente frenó en la estación de Hogsmeade, el cielo ya estaba oscuro y la lluvia había cesado. Todos los alumnos bajaban en tropel del tren escarlata, entre charlas y risas, acarreando sus mascotas para iniciar otro período escolar tras unas bien merecidas vacaciones.

— ¿Han visto a Rose? — Cuestionó Camille, que se encaminaba hacia las carrozas junto a Victoire, Dominique y Lily, llevando la jaula de su lechuza en una mano.

Tenía su mirada posada con cierto pesar en aquellas criaturas similares a reptiles alados que parecían acarrear las carrozas. Nunca antes los había visto, a los Threstrals… Pero esas vacaciones había visto morir a alguien frente a sus propios ojos, por lo cual los seres siniestros ahora eran visibles.

— No. De seguro está aprovechando el tiempo con Scorpius. Solo espero que no haga nada raro— contestó Vic en broma.

— ¡Eh, chicas, esperen! — Exclamó alguien detrás de ellas. Se trataba de Ted, que hacía movimientos con los brazos para que lo vieran. Como si no fuera sencillo hacerlo con aquel cabello púrpura.

Las cuatro se detuvieron, para verlo a él y a Albus acercarse hasta ellas. Camille tuvo el impulso de mirar tras sus hombros buscando un par de ojos avellanados, o por lo menos una cabellera rubia que le asegurara que esos dos ahora no estaban solos.

— ¿Y James? — Preguntó Lily, para alivio de la chica. Albus rodó los ojos.

— Ha ido tras Scorpius y Rose, que se habían metido solos en una carroza. Quiere controlarlos— contestó aburrido. — Está loco.

— ¿Controlarlos? ¿Esos tres solos en un compartimiento? Oh Merlín, pobre Rose… Ven Cam, ayúdame a salvarla de esta— pidió la pequeña pelirroja, ganándose una mala mirada de parte de su hermano.

— Está con Kerianne, ella se encargará de controlar eso— musitó Albus secamente.

— Lily tiene razón, Alb— acotó Dominique. ‘Se han aliado’, pensó Cam, mirándola sorprendida. — Deben ayudar a la pobre Rosie.
— Y todos sabemos que no hay como Cam para parar a James—, añadió Victoire.

— Ni lo digas— masculló Albus para confusión de la chica. — ¿Quieres ir? — Inquirió, dirigiéndose a ella. Camille pestañeó varias veces, encogiéndose de hombros.

— Pues… Debería ir, supongo— murmulló, rascándose casualmente la nuca. Alb rodó los ojos.

— Nos vemos en el Gran Comedor— dijo como despedida, y sin esperar respuesta se metió en la primera carroza vacía que vio. Ted le envío a su hermana una mirada de advertencia antes de meterse tras él. Cam se sintió levemente culpable, pero en parte sí quería ayudar a Rose.

— Gracias— susurró a sus amigas, quienes guiñaron un ojo en respuesta. Lily la tiró del brazo entre el gentío, buscando al igual que ella una cabeza platinada y otra pelirroja dentro de los vehículos.

— ¿No son aquellos? — Señaló la metamorfomaga, apuntando a una ventana donde una cabellera oscura y rebeldemente despeinada se ubicaba.

— Sí, ese es James. ¿Cómo lo viste? — Preguntó Lils, impresionada, encaminándose en aquella dirección. Cam no dijo nada. Ella habría reconocido a James incluso a mayor distancia.

Se acercaron hasta la carroza a paso apresurado, antes de que esta arrancara, haciéndose camino entre los alumnos. Para cuando llegaron, la mayoría ya estaba dentro de un transporte.
Lily abrió la puerta, dejando ver dentro a la parejita buscada, acompañada de un ceñudo James y una aburrida Kerianne. Todos las miraron sorprendidos, especialmente el Potter al reparar en una Camille que no venía escoltada por su novio guardaespaldas.

— ¿Qué hacen aquí? — Cuestionó Rose, viendo como las chicas subían dentro, y tomaban asiento. Cam junto a la pelirroja, en una esquina, y Lily en medio de los otros dos.

— Salvarte— contestó la Lupin, cruzándose de piernas con una sonrisa. — Hola Potter, hola rubia zorra que no me agrada. ¿Qué hacen?

Scorpius tuvo que reprimir una risita, tapándose la boca como si tosiera. Rose la miró sorprendida, y Lily simplemente soltó la carcajada. James la miró divertido los primeros cinco segundos, y luego se mostró aparentemente molesto.

— No le digas así a mi novia, Lupin— pidió, sonando serio, aunque realmente le causaba gracia verla todavía celosa.

— ¿Cómo me llamaste, niñita? — Escupió Kerianne, ignorando la intervención de su pareja. Camille alzó las cejas, desafiante, luego de dedicarle a Potter una mirada fulminante.

— Disculpa, no sabía que la verdad no te gustaba— repuso duramente. Camille no entendía de dónde había sacado tanta furia, ni tanto descaro como para decir lo que pensaba. Pero no se arrepentía en absoluto.

— A la que no le gusta la verdad es a ti, ¿cierto? — Bisbiseó la rubia, ante la expectación perpleja del resto. — No, ya lo creo que no. Odias saber que yo estoy con James cuando tú no puedes siquiera soñarlo. ¿Qué clase de aptitud es esa para una chica con novio?

Lily le lanzó una mirada envenenada, recordando aquel día. No podía creer que fuera tan hipócrita la muy maldita.

— Cierra el pico— espetó la pelirroja menor, quien hasta aquel momento sentía incluso agrado por la chica. De acuerdo, Cam había comenzado, pero lo que ella hacía era buscar puntos débiles que por alguna extraña razón conocía. Y eso, no le gustaba en absoluto. Kerianne le dedicó una falsa sonrisa de inocencia.

— No sabes lo que dices— murmuró la Lupin con voz pastosa. Tenía expresión fría, como si pudiera asesinarla en cualquier momento. Anne volvió a sonreír, esta vez con malicia.

Tanto Rose como Scorpius no entendían qué acababa de suceder, y James simplemente no sabía qué hacer.

— Oh sí. Yo creo que ambas sabemos perfectamente qué digo— ronroneó peligrosamente, clavando sus ojos, que ante la casta luz de la luna lucían negros y crueles, sobre ella, como si fuera una serpiente hipnotizando a su presa para atraerla a la trampa de sus fauces. A Camille le dio pánico pensar que ella podía llegar a saber algo respecto a lo sucedido en las vacaciones; no quería creer que James le había dicho, pero no entendía cómo podía saberlo de otra manera.

— Eres una… una…— No encontraba la palabra adecuada. — Mentirosa— musitó por fin, aunque eso no era lo que quería decir en realidad. Se puso de pie de súbito y bajó de la carroza en un ágil salto, cerrando tras de sí con un fuerte portazo.

Casi en el mismo instante, la caravana de trasportes arrancó, pues ya no quedaban alumnos fuera. Excepto por Camille, quien vio la fila alejarse con cara de pánico. Ella pretendía volver con Victoire y Dominique, no quedarse varada allí. Enseguida comenzó a correr penosamente, siendo dejada atrás más rápido de lo que le habría gustado.

Entonces vio la puerta de la carroza que había abandonado abrirse, dejando saltar a un pelinegro, que rodó por la grava hasta quedar arrodillado a un costado del camino. Cam corrió hasta él, preocupada, mientras veía una cabellera lacia y pelirroja asomarse también; Lily. Cuando la Potter estaba a punto de saltar, una pálida mano tiró de su brazo hacia atrás, haciéndola desaparecer tras la puerta cerrada del compartimiento.
Se preocupó aun más, percibiendo una extraña sensación de desconfianza sobre la rubia y su macabra mirada.

Se arrodilló junto al ojiavellana, que estaba incorporándose de su arriesgada caída, mientras veía la hilera de Threstrals alejarse a lo lejos por la empedrada carretera que conectaba Hogsmeade con Hogwarts.

— ¿Estás loco? ¿Por qué demonios te has tirado? ¡Deberías haberte quedado dentro, idiota! — Reclamó, dándole un golpe en el hombro. De pronto estaban solos bajo la luz de la luna en una estación vacía, acompañados únicamente por el sonido de los grillos entre los pastizales. Como cereza del postre, hacía un frío tremendo, y Cam había olvidado su lechuza en el carruaje, al igual que James.

— Podrías mostrar más agradecimiento cielo, ¿sabes? Yo me lanzo de una carroza en movimiento para rescatarte y tú me golpeas— se quejó, incorporándose hasta quedar sentado. Le dolían las rodillas y la espalda gracias a la caída, y el pantalón de su uniforme se había manchado con tierra.

— Lo siento— suspiró ella dándole algo de razón, pasando una mano por el cabello del chico, que estaba más despeinado que de costumbre gracias a la caída, para tratar de arreglarlo aunque fuese en vano. Aun así a él le gustó aquel gesto.

— ¿Por qué diablos te has bajado así? — Cuestionó de pronto, reaccionando. Ella alzó las cejas de manera elocuente.

— Porque tu novia es una arpía. ¿Puedes decirme cómo rayos sabe… eso? — Demandó, apoyando sus manos sobre las rodillas con el ceño fruncido. Fue turno de James para alzar las cejas.

— ¿Lo que ha dicho ella era cierto para ti? Interesante saber que mueres por mí, cielo— comenta el Potter, empleando un tono que pretende ser seductor, ganándose otro golpe. — Eso solo aumenta su veracidad. Ahora dime de nuevo, ¿por qué no podemos estar juntos entonces?

— ¡Tienes un hermano, idiota! El cuál es mi actual novio, ya hablamos de esto—, gritó exasperada. Se detuvo para hacer una mueca. — Y decirlo solo hace que me sienta peor. Ahora, levántate, debemos llegar a Hogwarts. No quiero un castigo sin siquiera haber podido comer antes.

Camille se puso de pie, sacudiendo vagamente sus piernas, que para colmo estaban desnudas ante el frío nocturno gracias a no haber tenido ganas de colocarse cancanes bajo la falda grisácea. James, también notó esto, y le lanzó una mirada pícara desde abajo.

— Bonitas piernas. Nunca las había mirado desde este punto, Lupin— dijo tranquilamente, haciendo sonrojar a la chica. Enseguida enrolló la túnica negra más a su alrededor, hasta tapar todo rastro de piel en sus extremidades, y le propinó un zape en la cabeza. El Potter río un poco, acostumbrado a su mal reaccionar, y se paró él también.

— ¿Y ahora? — Preguntó, mirando a su alrededor. Solo había árboles, y fuera del camino iluminado por escasos faroles de bombillas gastadas, todo estaba a oscuras. De lejos se oía el ruido del pueblo, pero aparte de eso estaban completamente solos en una estación de tren que parecía fantasmal. Ni el Expreso de Hogwarts estaba allí a esas alturas. A Cam se le revolvió el estómago.

— ¿Puedes explicarme cómo es que siempre somos nosotros los que terminamos perdidos y solos en algún lugar remoto? — Escupió, cruzándose de brazos como para contenerse a sí misma.

— Yo lo tomaría como una señal. A lo mejor alguna entidad superior quiere que estemos solos y perdidos—. James lucía serio, sosteniéndose la barbilla con la mano mientras observaba el cielo con aires pensativos, como si realmente se plateara un hecho así. Cam comenzaba a tener ganas de gritarle que parara con eso, hasta que él abandonó su postura para sonreír abiertamente delatando que era broma.

— Eres idiota. ¿Te lo he dicho ya? — Dijo ella casi con naturalidad, escudriñando también su entorno, preguntándose si de verdad deberían caminar hasta el castillo con ese frío.

— Más veces de las que puedes recordar— admitió él, metiendo una mano en el bolsillo de su túnica, en busca de su varita. — Pero también me has dicho otras cosas, que dudo que hayas olvidado.

— Cállate Potter—, musitó secamente la Lupin, viéndolo sacar su vara y en un ágil movimiento conjurar un Lumos. — ¿Cómo llegaremos?

— ¿Cómo crees? — Cuestionó él, avanzando hacia el lado en que la caravana se había perdido de vista, haciendo resonar sus suelas contra el asfalto. Cam hizo una mueca.

— ¿Hay que caminar? ¿Hasta el castillo? Ugh… ¿No hay otra manera? — Insistió, aun así apresurándose a alcanzarlo. Él se detuvo para mirarla obvio.

— ¿Qué más sugieres? ¿Nadar a través del Lago Negro? — Y apenas lo terminó de decir, ambos se miraron con una misma idea en mente.

— ¡Los barcos! — Exclamaron al unísono, echándose a correr al mismo tiempo hacia el lugar donde veían a los de primero irse todos los años, hasta donde James alguna vez había ido.

Se embarraron los zapatos al cortar camino por el bosque, y algunas ramas rasgaron un poco sus túnicas, pero excepto por eso la cosa iba bien. Los árboles parecían correrse para abrirles paso directo hacia el muelle, y sus ramas bien podrían ser tétricas manos extendidas diciéndoles que continúen.

— ¿Cuánto crees que falte? — Preguntó Camille, demasiado agitada como para seguir corriendo. Aminoró paso, jadeante, hasta quedar totalmente varada sosteniéndose de un árbol. James también se detuvo, con una sonrisa burlona curvando sus labios.

— Estás fuera de estado, Lupin. Recuerda que aun tenemos posibilidades con la Copa de las Casas, no quiero alguien así en mi equipo— dijo él, cruzándose de brazos. Lucía como si realmente no hubiera corrido en absoluto, más fresco que nunca. Cam envidió esa capacidad, y le dedicó una mala mirada.

— Cállate. Solo estoy agitada, espera un rato— pidió, respirando profundamente para luego soltar el aire lentamente.

— ¿Quieres que te cargue? — Sugirió James, al que no le gustaba esperar.
— ¿Estás loco? Puedo sola— Repuso ella, parándose firme otra vez. — Pero sería mejor que camináramos.

— Como quieras. Llegaremos tarde de todas formas… Espero que no lo noten— comentó, caminando junto a la chica a paso lento. Cam soltó un gemido de queja, llevándose las manos al rostro. — ¿Qué?

— Albus… ¡Merlín, claro que notará que tú y yo desaparecimos! Se pondrá histérico otra vez. Uff, esto apesta.
— ¿Histérico? Bah, no es mi culpa que Albus se ponga celoso. Tiene sus motivos, es decir, mira este rostro— apuntó él, abriendo sus avellanados ojos de par en par para enfatizar; estos se vieron iluminados por la luz de la luna, luciendo de un misterioso amarillento que a Camille le encantó.

— Eres un engreído, ¿lo sabes, verdad? Albus también es muy guapo, Potter. Ese no sería motivo de celos— musitó ella sin embargo, sin dejar a relucir su repentino aceleramiento en el pulso, dándole un leve codazo. Sus dientes castañearon un poco, pues el frío comenzaba a calarle.

— Ouch— soltó James, llevándose una mano al corazón de manera dramática y tosca, más como si se golpeara el pecho en señal “macho alfa”, que como si le doliera. — Hieres mi orgullo, ¿sabes? Pero supongo que tienes razón, ¿no? Quizás Albus tiene algo que no puedo ver y que lo hace ver más guapo que yo, por eso lo eliges a él. Tiene sentido— masculló, metiéndose las manos en los bolsillos de la túnica, con mirada ceñuda dirigida hacia el frente. Camille rodó los ojos.

— No exageres, bobo. No soy superficial. No tiene nada que ver, y yo no estoy insinuando que él es más guapo que tú, solo digo que ambos son atractivos a maneras diferentes. Además, eso no influiría en mis decisiones; y aun así sabes que lamentablemente es de ti de quien estoy enamorada, así que cierra el pico y deja de hacerte el enojado porque en estos momentos no tengo ánimos de discutir, ¿está claro? — Inquirió duramente ella, temblando un poco. Odiaba no haber sido capaz de ponerse al menos cancanes.

— ¿A qué te refieres con “a maneras diferentes”? — Cuestionó James en un murmullo, mirándola de soslayo mientras esquivaba una rama que iba desde un árbol esquelético directo a su ojo. Ella suspiró.

— ¿Es en serio, Potter? ¿Desde cuándo la inseguridad?
— Desde que dices que mi hermano es guapo— obvió él. — Ahora explícate.

— No sé cómo explicarlo. Albus es…. Más…— dudó, buscando la palabra correcta. — Dulce. Bah, más bien tierno. O lindo. No lo sé.

James la miró con ojos entornados, sintiendo un inevitable palpitar de celos.

— ¿Él es más “lindo”? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Yo no soy dulce? — Demandó, tratando de ocultar su insistencia mezclada con profundos celos. — Me ofendes, Lupin.

— Oh vamos. No me refiero a eso… solo… Él es más tranquilo e inocente. Tú eres todo lo contrario— trató de explicar, enredándose aun más. No quería tampoco decir simplemente algún elogio para acrecentar el ego de James, pero tampoco quería dejarlo ahí y que ese mismo ego hiciera que se molestara con ella. Quiso golpearlo, que era lo más fácil.

— ¿Qué? ¿Soy “intranquilo”? ¿Eso es un adjetivo al menos? — Cuestionó el ojiavellana, comenzando a decepcionarse. ¿Ella consideraba a Albus más atractivo? ¿Era eso? La duda por primera vez invadía al Potter mayor, quien ya no se sentía tan superior.

— No, no eso… Tú eres… Eres…— vaciló. No, si lo decía él se subiría nuevamente al pedestal “soy el mejor del mundo”.
— ¿Qué? ¿Feo? Dilo Lupin— exigió James, ceñudo. Cam percibió el tonito de desconfianza en su voz, y eso la sorprendió; se sentía presionaba.

— Ugh, tú eres más salvaje y sexy, ¿de acuerdo? — Soltó entonces, sin querer mirar la reacción del chico. Aunque casi pudo oír cómo sonreía de lado a lado, rebosante de satisfacción. James largó una risotada de suficiencia, y pasó un brazo por los hombros de la chica con total libertad. Ella rodó los ojos.

— Soy sexy, ¿eh? — Repitió alegremente. Cam bufó, mirando de soslayo la mano que se posaba en su hombro derecho. — Eres tan tierna, cielo. Podría besarte, ¿sabes? Literalmente, podría besarte.

— Ni se te ocurra, Potter. O tendré que golpearte. Y ahora bájate del pony, que tampoco he dicho que seas un rey— espetó ella, corriéndose los mechones de cabello del rostro, pues tras la corrida se había despeinado totalmente. Sentía sudor frío por la nuca y a través de la columna, y eso le desagradaba.

— Ha sido algo parecido. Es decir, me dijiste sexy y salvaje. ¿Soy un león? — Volvió a reír. — Te adoro, ¿sabes? Subes mi autoestima.

— ¿Es eso posible? — Bisbiseó Cam, diciéndose mentalmente “te lo dije”.

— Tú también eres sexy, si quieres saberlo. Demasiado, diría yo— aceptó James, quien aún se sentía genial tras aquella confesión. Podía soportar cualquier cosa en esos instantes, sin dejar de sonreír abiertamente.

— ¿Yo? Oh vamos, mira a tu novia y repítelo, Potter. Solo cállate y camina más rápido— ordenó ella, sin poder ocultar un dejo de celos en la voz.

Kerianne. Estúpida Kerianne con su cuerpo de diosa griega. Y estúpido James por escogerla a ella de entre todas las chicas en Hogwarts.

— ¿Eh? ¿No me crees? Cielo, lo digo en serio. Ker puede ser muy… Bueno, ya sabemos cómo es Ker. Pero tú eres… Solo digamos que me puedes— confesó él, sonriendo torcidamente. Camille rodó los ojos de nuevo, sin permitirse hundir en aquella sonrisa arrebatadora que el Potter usaba cuando más necesitaba. Incluso mantenía al margen el cosquilleo que comenzaba en su hombro y se extendía por su columna al igual que la capa de sudor, generándole una extraña sensación de calidez. No, ella no podía pensar en eso y al mismo tiempo mantener una charla coherente.

— Oh sí claro. Eso se nota tanto— ironizó Cam, avistando por fin el Lago Negro, para su alivio. La superficie oscura del agua, reflejaba la luna llena en quietud calma, y lo único que se veía a lo lejos eran pronunciadas colinas de una tonalidad poco menos oscura que el lago, ocultando el castillo ubicado detrás.

Camille suspiró, pues era la primera vez que veía el lago desde aquella perspectiva. Quitó con poca delicadeza la mano del chico, sintiendo un horrible vacío en el estómago que se había acostumbrado a llenar, y comenzó a caminar a zancadas siendo seguida por este.

— ¿No me crees? Merlín, qué terca. Es en serio, Lupin— insistió James, caminando lado a lado junto a ella.
— Ajam, sí.
— No hables así, es cierto.
— Por supuesto.
— Estás siendo sarcástica, ¿qué necesito hacer para que me creas?

— Nada. Cállate simplemente. Ahí está el muelle, y no hay barcos— señaló Cam, frenándose unos cortos instantes en la costa antes de volver a caminar, refiriéndose a las tablas sobre el nivel del agua que había metros más adelantes.

— No cambies de tema, ya veremos al llegar allí— dijo él sin tomarle importancia, girando junto con ella para caminar sobre la gruesa arena mezclada con fango, hasta llegar al punto señalado.

— Estás haciendo una historia de un cuento…— barbulló ella, cansinamente. James solía hacer eso.

— ¿Por qué no puedes aceptar que eres sexy? Yo lo hago— insiste él, ignorando su comentario.

— Tú estás loco, Potter. Sería sexy si luciera así—. Y dicho esto, se detuvo en seco, mientras su cuerpo comenzaba a cambiar, ensanchando caderas, acrecentando bustos en generosa cantidad, y rellenando muslos. James no pudo evitar verse impresionado, mirándola de arriba abajo estupefacto.

— Te ves bien— articuló finalmente, tragando con dificultad ante tal explosión de hormonas. Camille río, y regresó a la normalidad.

— Aun así, prefiero ser natural— suspiró ella, palmeando el hombro del Potter, quien aún seguía algo tildado. Que la perfección de Cam pudiera aumentar, le parecía asombrosamente imposible.

Ella volvió a su andada veloz, y él otra vez salió tras ella hasta igualarle el paso, tratando de recomponerse de la que podría ser su imagen favorita entre otras con la etiqueta “Camille siendo sexy”.

— Y así, natural como tú dices, te ves sensual. Y punto. ¿De acuerdo? Ambos somos sexis, por eso somos la pareja perfecta— zanjó James, estando más cerca del muelle. La metamorfomaga volvió a reír.

— Eso tiene mucho sentido— ironizó. — Debemos dejar de hablar sobre todo que implique sexualidad, ¿está claro? Ya te lo he dicho Potter, no podemos seguir así—. Inevitablemente, se encontró murmurando sus palabras, como temiendo que alguien la oyera -lo cual era imposible- y la delatase al igual que si hubiera cometido un crimen.

James, a diferencia de ella, sonrío sagazmente.

— ¿Tensión sexual, cielo? Recuerda los pinos, por aquí está lleno— comentó de lo más tranquilo, poniendo el primer pie sobre los tablones de madera del antiquísimo muelle que usaban los niños de primero. No había rastro de ninguna persona salvo por ellos, el paisaje lucía sereno y los sonidos acompasados. Por eso a Camille le sorprendió tanto que ella pudiera sentirse tan alterada entre tanta quietud.

Se había sonrojado salvajemente tras aquel comentario malicioso del Potter. Y es que quizás tuviera razón. No era algo secreto que entre ellos siempre había estado aquella… “tensión”, desde casi el primer momento. Solo se habían acostado una vez, y a ella le pareció mágica, pero nunca dejaba de necesitar más, y él tampoco. Como una droga. Algo raro e inexplicable en definitiva, que había dejado varias noches en vela a la muchacha, preguntándose qué tenía James Potter que provocaba tantas cosas en ella, especialmente tratándose de ese tipo de voz que parecía querer doblegarla a cometer el garrafal error de besarlo, o enredar sus dedos en su alborotado cabello, o recorrer con las yemas su perfecto torso.

“Tensión”, le parecía muy poco para todo el conjunto de sentimientos que se arrebolaban en su interior a cada segundo que hablaba con él, cada segundo que compartían un mismo espacio.

— Eres un idiota insensible, Potter— musitó simplemente, mordiéndose con fuerza el labio inferior y manteniéndolo así. Apretó los puños y simplemente giró sobre sus talones para caminar hasta el final del muelle, el cual quedaba en una parte considerablemente profunda del lago. Una vez allí, hizo un gruñido de frustración, y se derrumbó en el suelo, cruzándose de piernas y observando el reflejo del estrellado cielo sobre la superficie perfectamente lisa del agua oscura.

— ¿Dije algo malo? — Preguntó él, luego de haberse acercado a paso lento tras un minuto de confusión mental ante la seriedad en las palabras de la chica, tomando asiento a su lado sin mirarla. Se dedicó a admirar la luna, recordando un sueño de cierta noche de invierno… aquel que le hizo darse cuenta de que comenzaba a sentir algo más que atracción por la Lupin.

— No juegues con cosas como esa, eso es todo— susurró ella en respuesta, doblando las piernas para abrazarlas -cubiertas con la túnica por si las dudas-, y apoyando el mentón sobre las rodillas. — ¿Qué hacemos ahora?

— Ahora, debemos esperar a que Hagrid regrese los botes. Luego nos la arreglamos para remar alguno— dijo él, calmadamente, apoyando las palmas de las manos detrás e inclinándose cómodamente.

Entonces permanecieron en silencio, dejándose llevar por la perfecta melodía de un bosque en la noche, de un lago imperturbable, de una noche de luna llena. El horizonte lucía como una pintura abstracta, donde las dos colinas parecían ser labios entreabiertos a punto de absorber las estrellas y dejar el cielo color negro tinta totalmente vacío.

A ambos les pareció la imagen más preciosa que hubieran visto. La metamorfomaga, incluso se encontró pensando que todo era romántico, y que agradecía a Kerianne por ser una perra miserable y haberla hecho bajar de la carroza para darles a ellos dos aquel momento especial; pero ni bien era consciente de tales disparates borraba las ideas de su mente, diciéndose que estaba siendo una novia desastrosa. Ya se había dicho que sería buena para Albus, y que dejaría de pensar en James de tal manera, y que seguiría adelante como debía ser sin dañar a su mejor amigo. Pero más veces se encontraba flanqueando.

— ¿Sabes? — Susurró el ojiavellana, rompiendo aquel cómodo silencio, aunque su voz era incluso más reconfortante. Definitivamente, se dijo Camille, ese era uno de esos “momentos especiales”, que venían cuando menos lo esperas y terminan cuando tienen que terminar.

La Lupin no se atrevió a hablar por miedo a que él se arrepintiera de lo que estaba a punto de decir, y al parecer tuvo una buena corazonada, porque James habló tras una larga pausa, con voz suave por primera vez en mucho tiempo.

— Una vez, hace tiempo ya, soñé algo parecido a esto— confesó, alzando la vista hasta enfocarla en la redonda y perfectamente blanca luna. — Fue en las vacaciones de invierno, esa vez que te molestaste conmigo y tuve que dormir en el pasillo—. Ambos esbozaron una sonrisa divertida y con cierta nostalgia al recordar. — Soñé varias cosas. Todas tenían que ver contigo; algunos eran recuerdos, otros simplemente no tenían sentido. Este momento era uno de esos… Es decir, soñé que estábamos sentados sobre un tronco encima del lago negro, mirando la luna. Y hablábamos— le lanzó una mirada de soslayo, que logró ruborizar a la chica. En ese momento, todo parecía mucho más intenso, ambos eran más conscientes de todo. Raro, pero hermoso. — Fuero palabras que en ese momento no tenían sentido, pues tú preguntabas “¿por qué crees que sueñas conmigo?”. Ahora sé de qué se trataba todo ese rollo…— Volvió a hacer una pausa, mirándola fijamente. — Fue luego de eso, luego de soñar con aquellos momentos que pasamos juntos donde me sentía feliz a tu lado, luego de recordar por qué te besé la primera vez, luego de ver ambas apariencias tuyas y decirme que no había diferencia, que seguías siendo la Camille que tanto me agradaba hacer enojar, luego de todo eso, que descubrí que estaba enamorado de ti—. Su tono descendió hasta ser un hilo de voz, pero no perdía aquella abrumante intensidad.

Tras finalizar de oír aquel relato, Camille tenía la piel de gallina en cada poro de su ser, las mejillas totalmente carmesíes, el cabello inevitablemente rosado chillón, y unas terribles ganas de plantar un beso en los labios del Potter, que parecían pedirlo a gritos.
James, por su parte, se limitaba a mirarla fijamente a los ojos, de una manera que nunca antes había tenido el valor de hacer. No sabía qué esperaba luego de esa confesión, pero se sentía extrañamente aliviado tras haberlo dicho.

Y tras unos minutos, que parecieron eternos, ella comenzó a acercarse a él, sin poder pensar al respecto, sin poder detenerse a meditar lo mal que estaba, sin recordar la vez que dijo “el último será este”. En ese momento, sólo sabía que necesitaba más que nunca fundirse en sus besos.

Y estaba a punto de hacerlo, a tan solo medio centímetro de unir sus labios con los suyos pese a haber dicho que no volvería a suceder, ya podían sentir sus respiraciones mezclarse y volverse una, podían casi rosarse con dulzura…cuando una grutural voz sorprendida los llamó por sus nombres, desde el lago.
Cam se separó de él de golpe, sintiendo el corazón a punto de salirse de su caja torácica y la vergüenza incipiente mezclándose con la sensación del “me han pillado”.

James, también salió del ensueño, maldiciendo entre dientes la interrupción, girando a ver junto con ella de quién se trataba. Allí, deslumbrando con los múltiples faroles a su alrededor como si fueran dedos acusatorios, venía Hagrid. Ocupaba todo un bote a la delantera, y en su rostro había genuina estupefacción escondida tras su maraña de barbas. Recién entonces notó que lo que para él eran dedos luminosos, en realidad eran los demás botes, vacíos y con faroles encendidos.

— ¿James, Camille? ¿Qué hacen aquí? — Volvió a preguntar. Y entonces entendieron que les estaba preguntando algo. Se pusieron de pie casi al mismo tiempo, y se echaron para atrás para permitir que el semi-gigante abordara el muelle, deteniendo el montón de barcos tras el suyo al mismo tiempo que cada luz excepto la de su transporte se apagaba. James aprovechó para pasarse una mano por el cabello, y Camille para morderse el labio inferior.

— ¿Y bien? — Insistió el ya viejo guardabosques, algo jadeante por el esfuerzo de pararse y saltar hasta el muelle sin caerse. Los observaba alternadamente, sin un ápice de acusación en los ojos. Más bien lucía preocupado.

Ellos se miraron entre sí, con complicidad. Evidentemente no dirían tal cual sucedieron las cosas, pero algo similar podrían armar.

— Uh… Nosotros… Bajamos de la carroza en que íbamos a último momento para subirnos a otra, pero se hizo tarde y quedamos varados. Así que vinimos al muelle— relató Camille, suprimiendo y modificando varias partes.

— Eso que dijo ella— coincidió James, señalándola fugazmente con el pulgar. Lucía rostro de niño atrapado comiendo galletas por la noche.

Hagrid articuló lo que pareció un gruñido de insatisfacción por lo bajo, como un “de acuerdo” a regañadientes. Entonces palmeó las espaldas de ambos, haciéndolos moverse unos centímetros hacia el frente acortando irónicamente distancia, y antes de que pudiera formarse un incómodo momento, apuntó el barco en el que había viajado con una de sus enormes manos enguantadas. — Irán en ese barco—, indicó, y al ver que permanecíamos en un incómodo silencio continuó hablando.
— Entiendo que no me quieran contar. Quizás no me tienen suficiente confianza, quién sabe, no es que me moleste—. Por la manera en que lo dice, ambos dudan de su credibilidad. — Pero McGonagall los está aguardando allí, y no luce muy feliz así que diría que se apuraran aunque no quieran. Lily, el niño Malfoy y Rose notificaron de su accidente, y desde entonces se ha armado un revuelo. Por supuesto, me ofrecí a revisar por el lago para buscarles. Sabía que tomarían la decisión inteligente de esperar— pausó unos momentos su discurso, para analizar a ambos con la mirada. Hizo una mueca. — Lucen congelados. Les va a dar una buena gripe, niños.

Camille forzó una sonrisita, dudando de que esa fuera su mayor preocupación al llegar. Albus últimamente estaba muy paranoico, y ella se sentía terriblemente culpable por darle motivos seguros para esto; estaba segura de que al regresar armaría una escena. Y ella no estaba preparada para eso.

— ¿Nos acompañas? — Indagó James, rascándose la nuca incómodo. Hagrid negó lentamente.

— Iré a Hogsmeade por unos asuntos. La directora los estará esperando en el muelle de llegada, así que no hay inconvenientes. Los barcos andan solos…— Dejó la palabra colgando en el aire, como introduciendo unas rayas que debíamos completar nosotros antes de que la conversación finalizara.

— No digas nada— pidió Camille, con cierto ruego en la voz. — A nadie.

Hagrid finalmente sonrío complacido, alegrándose de que finalmente aceptaran confirmar lo que él había visto tan claramente, de que confiaran en él. James le lanzó a la chica una mirada elocuente, que ella prefirió ignorar.

— No se preocupen. Soy una tumba— accedió Hagrid, haciendo un gesto como si cerrara su boca con un cierre, sonriendo así con labios apretados. Los chicos rieron en respuesta, más relajados. Era Hagrid, claro que no los delataría. Además, no habían llegado a concretar nada, no era tan malo, ¿cierto?

— Entonces, nos vemos pronto— despidió Cam, con una sonrisa franca, antes de subir al bote con cuidado de no resbalar.

— Lo mismo digo yo, Hagrid— añadió James, también con labios curvados, sinceramente agradecido. El guardabosque hizo una gesto para restarle importancia, mientras el Potter tomaba asiento junto a la chica.

— Ni lo digan, para eso estoy, niños— comentó, mientras el barco comenzaba a deslizarse suavemente hacia atrás, como saliendo de un aparcamiento. — Los veré pronto, supongo. ¡Tengan cuidado! — Exclamó, antes de voltear con una sonrisa en dirección contraria, hasta el bullicioso pueblo.

Camille y James, en cambio, avanzaron por el callado lago, sin decir palabra hasta que el muelle se hubo perdido de vista, junto con aquel “momento especial” que la Lupin tanto había esperado.

— ¿Qué ha sido eso? — Esta vez, quien rompió el silencio fue él. El ojiavellana de verdad quería saber si aquel momento antes de que apareciera el semi gigante podían contar como una luz de esperanza. Como el farol que se tambaleaba colgando de aquella especie de rama que salía del bote, alumbrando las penumbras como una luciérnaga, casta y titilante.

— Olvídalo— musitó Camille, decidida, mirando la luna, mirando el agua, mirando la luz, mirando el horizonte, mirando cualquier cosa excepto a él. Acababa de tomar una decisión, y temía que su voluntad se deshiciera si lo veía a los ojos de nuevo.
No podía permitirse terminar siendo una “otra” en la vida de James, la clandestina, la que no está bien. No podía atreverse a herir a Albus, a hacerlo sentir usado, a cualquier cosa medianamente mala que él en absoluto puede llegar a merecer.

No, no quiere.

— ¿Qué? ¿Estás loca? — Espetó él sin siquiera pensarlo. No podía creerlo. Una cosa era pretender hacer como si nada frente a todos, pero, ¿olvidar algo así? ¿Después de lo mucho que le costó confesarle aquellas cosas? Oh no, eso no le gustaba en absoluto.

— No, estoy cuerda. Por eso lo digo— corrigió ella fríamente, sintiendo una punzada en el pecho por tener que mostrarse así luego de aquel arranque de dulzura del Potter. No le gustaba tener que decirlo. — James, ya he dicho que no podíamos seguir así. Pero ninguno hace el menor esfuerzo por cumplirlo. Evidentemente no funciona, no servimos para fingir. Así que solo… olvídalo. Todo—, enfatiza, y su voz tiembla ligeramente al decir aquella palabra. — Será mejor si yo sigo con mi vida, y tú con la tuya. Como antes, sin cruzar palabras.

James la miró en silencio, con el semblante más endurecido que nunca. Se sintió herido por dentro, como si le hubieran clavado todo una armería en el corazón. Estaba estupefacto, simplemente no podía creer lo que le pedía. ‘Quizás se volvió loca’, llegó a pensar con cierta desesperación de una explicación coherente.

— ¿Por qué? — Demandó entonces, sorprendiéndose de ser capaz de hablar. Cam dudó, tomada por sorpresa.

— Pues… Ya lo sabes. Tu hermano, tu novia, nosotros no… Estaría mal. Está mal— contestó ella, vacilando cada palabra. Él río con ironía, y algo de cierta histeria.

— ¿Y qué demonios pasa con “nosotros”? Creía que eras tú la que se preocupaba por esas cosas, que te importaba todo el rollo de “los sentimientos y decir la verdad”. Pero veo que me equivoqué, olvídalo tú también—. Y cuando terminó, se sintió arrepentido. No quería generar esa expresión tan desgarradora en el rostro de la chica, ni verla girar la cabeza hasta ocultar una mirada cristalina, ni ser así de duro. Pero se había cansado de pretender que él era como Albus, él no era sensible, él era James Sirius Potter, ¿verdad?

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