always by your side {Zayn}

El chico caminaba con la mirada baja y sus brazos cruzados empapado por la culpa de la nieve derretida en las iluminadas calles de Londres.

Al otro lado del rio Támesis estaba ella frente al London Eye con su novio. Su expresión claramente no era de felicidad, aquel chico que tenia en frente no era su amor, no era el que robaba sus sueños.

Los autos, la gente pasaban a su lado pero en su mente es como si estuviera solo por las calles. El chico se preguntaba que había hecho mal, cual fue su error.

En lo alto del ojo de Londres, miraba la ciudad adornada con motivos navideños, su época favorita, pero ya no lo era, sin él. “Mañana será otro día, el me olvidará” pensaba ella, pero no era así, él la extrañaba más que nunca.

Sus ojos se dirigieron hacia una de las ruedas más grande del mundo, sabia que estaba ahí pero su orgullo era más grande.

Las lagrimas recorrían su blanco rostro recordando las muchas navidades que habían pasado juntos.

-¡Vamos Zayn! Dejemos las galletas y la leche y vayamos a dormir para que nos venga a dejar nuestros regalos –Tiraba de su chaleco de Rodolfo el reno que le había regalado unos días antes.
- Vamos linda, estamos grandes ya para esto – Y lo sabían, tenían 15 años pero aun así ella tenia impregnado el espíritu navideño hasta las puntas de los dedos.
- ¿Por favor? – Su cara de cachorrito siempre funcionaba y esta no seria la excepción.
- Ok –Suspiro- esta es la ultima vez por que desde el próximo año no lo pasare mas contigo –Decía gruñón pero en verdad el moría de ternura.
- Te amo – Exclamo ella subiendo a la espalda de su amigo.

El rubio lo noto pero no dijo nada, sabia lo que ocurría pero estaría para consolarla como se lo había prometido muchas veces.
-Vamos linda no llores, es tu época favorita. Vamos a divertirnos ¿Ya? –Tomo su cara besando su mejilla rosada. Ella solo sonrió.

-Vamos Zayn, despierta –Ella saltaba sobre él.
-Déjame –se arropo nuevamente con la sabana, el era tan testarudo por las mañanas.
- Santa te ha traído un regalo muy especial –Se acostó a su lado.
-No importa quiero seguir durmiendo –Ronco, en verdad lo fingió.
-Y yo también te tengo un regalo muy especial –Ella se acerco lentamente al rostro de su amigo que estaba dispuesto a seguir durmiendo, mientras mas se acercaba sentía el pequeño nerviosismo del muchacho, los dos estaban igual. Cuando estaba ya tocando su nariz estiro sus labios y los acerco al de su amado rozándolos tiernamente, el solo se tenso, pasaron 2 segundos y ella violentamente se alejo de el, ya en la puerta del dormitorio – te espero abajo.
Solo tenían 14 años.

El mujeriego adolecente estaba decidido, no la dejaría, no la perdería.

-Me voy – Hablo finalmente- Después de Navidad me iré a Nueva York con…
-No sigas –Concentro toda su rabia en sus puños.

“Espérame y no te muevas” Sonrió, era tanta veces que ha enviado ese mensaje que debería tenerlo como mensaje predeterminado en su celular.

Corría con todas sus ganas, ella se iba, le dijo que estaría a las 7 en punto frente a la feria del West End. Su celular pitio cuando se estaba marchando, eran las ocho de la noche, “Espérame y no te muevas” su labios morados había formado la hermosa sonrisa que tanto le encantaba a él.

Su corazón dejo de palpitar al escuchar el sonido característico que tenia en su teléfono cuando el trataba de contactarla. “Espérame y no te muevas.”

-Es hora de irnos –Apenas lo escucho.
-Quiero estar aquí un rato mas –Le rogo.
-No, vamos –Tenia que llevársela de ahí por que sabia que la perdería si no se marchaba de ahí ahora.
-Anda tu, yo me iré mas tarde –Se sentó en la plaza que estaba junto al juego de entretención. El solo la miro con resignación y se marcho.

Era ella mirando su ciudad favorita, su hogar.

-Lo he hecho todo mal pero quédate conmigo –Se arrodillo frente a ella tomando sus manos- eres la única que ilumina mi día –“¿no tenia mejores palabras?” se dijo para el mismo - Sabes que soy estúpido con las palabras… -Dijo frustrado.
- Ya he tomado la decisión, no hay marcha atrás –Callo por unos segundos- Perdóname –Tomo las mejillas de su amor besando delicadamente por ultima vez sus labios finos, se levanto de aquel asiento decidida a marcharse.

Esta seria la ultima vez que la vería y todo por un simple error, él y su cobardía, su miedo.

Tomo su mano –No importa donde vallas, iré contigo siempre.