You're mine, baby. (Harry Styles y tú) HOT

PameBooBear escribió:holi soy pame y soy tu nueva y fiel lectora me encanto siguela please 9.9

Gracias! Mañna la sigo, ahora no porque ya es tarde xd Por cierto, que cancion es la del trailer de tu novela Doble Cara? La quiero poner en mi celular :3 asfhaksjfs La leeré si es basada en mi Cincuenta y su Ana e.e

Ima-liar0n-lov3 escribió:

PameBooBear escribió:holi soy pame y soy tu nueva y fiel lectora me encanto siguela please 9.9

Gracias! Mañna la sigo, ahora no porque ya es tarde xd Por cierto, que cancion es la del trailer de tu novela Doble Cara? La quiero poner en mi celular :3 asfhaksjfs La leeré si es basada en mi Cincuenta y su Ana e.e

es addicted to love de florence and the machine

PameBooBear escribió:

Ima-liar0n-lov3 escribió:

PameBooBear escribió:holi soy pame y soy tu nueva y fiel lectora me encanto siguela please 9.9

Gracias! Mañna la sigo, ahora no porque ya es tarde xd Por cierto, que cancion es la del trailer de tu novela Doble Cara? La quiero poner en mi celular :3 asfhaksjfs La leeré si es basada en mi Cincuenta y su Ana e.e

es addicted to love de florence and the machine

Oww!! Gracias hermosa!♥

Aclaración:

Lo digo por las dudas. No busco chicas para alguno de los otros chicos, por el simple tema de que ellos no aparecerán en la novela! Harry Styles es el único famoso en la novela. Gracias para el que leyó. Por que cada vez que leo alguna novela de algún famoso siempre piden para aparecer y no me gusta eso asghgakfas. Lo digo, por las moscas. A mi me gusta hacer mis propios personajes. :33 Gracias!♥

Posdata: Mañana subiré capitulo, o tal vez 2.

Wow escribes precioso!!! debes seguir!! :hug:

johogaga escribió:Wow escribes precioso!!! debes seguir!! :hug:

Really? Hace mucho que quiero subir algo y no lo hago por miedo a que digan lo contrario! Gracias!! *-*

No creas lo contrario,soy fiel lector!!! no se la manera en que lo describes todo me atrapo e leído
para ver...ninguna nove hot pero esta se ve prometedora!!! sigue o te violo!!! jajaja es broma obvio!!! ;)

Besos y Abrazos!!! :hug:

Nueva lectora :D
siguelaa!!

ADELANTO:

Eso jamás me lo espere de él. Siempre, fui su enana, es decir, hasta en los momentos que me enojaba por tal apelativo cariñoso que me había otorgado a los 7 al ver que la mayoría de las niñas de mi edad eran más altas que yo y, bueno, ahora, yo seguía sin tener la altura normal como para decir que tenía 17, casi 18. Me sentía fatal. Maldije para mis adentros, no solo por lo que dijo mi papá, sino también por el jodido taxi sin calefacción que me hacía temblar de frío, tenía los pezones erguidos, estaba pálida, con las mejillas con un leve tono rozado y de mi nariz, ni hablar. Parecía un payaso de circo montando uno de sus peores actos. El clima de Londres era un asco.

Pero a pesar de todo eso... no me importo.

–Papá, fui, soy y seré tu enana –quise levantar su ánimo, él era demasiado feliz, y verlo así, era devastador –. Aparte, admitámoslo, soy tan enana que creo que hasta pueden confundirme con algunos de los putos duendes de jardín que tiene mamá –riéndome, él me imito. Sonreí, aunque el aun no podía verme.

–Cariño, no importa tu estatura, aun así creciste y has madurado –dijo melancólico, como si recordase algo que ocurrió hace mucho tiempo.

Siguela! me encanta como escribes!

Me gusto mucho el prologo :D! El adelanto también jajajaj
Nuevay fiel lectora acá!!!!
síguela por favor :)!

Capitulo 1

–Papá, sabes lo que opino de esto –dije enojada a mi teléfono celular, con una maldita resaca. No podía creer que me haría cruzar medio mundo, literalmente, solo porque me extrañaba y que estas vacaciones no podía ir a verme –, que no puedas venir este verano no significa que me llames a las 3 de la mañana para decirme que me reservaste un puto vuelo para San Francisco –esto era una pesadilla.

–Lo siento enana... –dijo suavemente como si no le importara en absoluto lo que dije –. Te extraño, te quiero conmigo, ¿no crees que sea hora de que pasemos no solo algunas horas por día en vacaciones? Tu madre siquiera me deja tomar la habitación de invitados para quedarme allí y, no lo sé, disfrutar más de estar contigo –soltó un suspiro.

–Papá, yo también te extraño, pero ¿era necesario todo esto? Me haces ir en un puto pijama de Batman al aeropuerto, ¿para qué? Para tomarme un vuelo que –mire mi reloj –en media hora perderé, gracias a alguien que no me aviso absolutamente nada de esta mierda.

–¿Estas enojada? –preguntó detrás de la línea.

–¿Tú qué crees? –dije exasperada dentro del taxi –, si al menos me hubieses avisado, o a mamá. Pero, nada –dije seriamente –. Tú siempre tienes tu culo en el trabajo.

Me sentí devastada por un momento. No escuche respuesta alguna de él, solo estaba allí sin hablarme o darme señales de que estaba en la tierra o en su luna, pensando. Yo solo espere hasta que contestara. Me sentía mal, pero tenía mis razones de hablarle de esa manera.

Primero, hace año que no tenemos una conversación de padre e hija, como diez años. Segundo, a pesar que faltaba un mes para las vacaciones y prácticamente ya me había graduado del secundario (en la cual nunca asistiré a la fiesta), tendría que dejar a mis amigos de Inglaterra, mi novio, mi escuela y la beca para la universidad. Tercero, todos los años que venía a visitarme se quedaba por una semana porque el lema de su jefe es “La prioridad de mi empresa es primero, y la publicidad nunca descansa” y ni siquiera, era realmente una semana.

Mi estado de ánimo de mierda cambio drásticamente que, ahora, yo era la que me sentía como mierda.

–Papá –dije por lo bajo –... Papá, ¿estás llorando?

–Dios –dijo él abatido, pero riéndose de la situación, no entiendo que era lo que le causaba gracia –, has crecido tanto. Yo no eres mi enana.

Eso jamás me lo espere de él. Siempre, fui su enana, es decir, hasta en los momentos que me enojaba por tal apelativo cariñoso que me había otorgado a los 7 al ver que la mayoría de las niñas de mi edad eran más altas que yo y, bueno, ahora, yo seguía sin tener la altura normal como para decir que tenía 17, casi 18. Me sentía fatal. Maldije para mis adentros, no solo por lo que dijo mi papá, sino también por el jodido taxi sin calefacción que me hacía temblar de frio, tenía los pezones erguidos, estaba pálida, con las mejillas con un leve tono rozado y de mi nariz, ni hablar. Parecía un payaso de circo montando uno de sus peores actos. El clima de Londres era un asco.

Pero a pesar de todo eso... no me importo.

–Papá, fui, soy y seré tu enana –quise levantar su ánimo, él era demasiado feliz, y verlo así, era devastador –. Aparte, admitámoslo, soy tan enana que creo que hasta pueden confundirme con algunos de los putos duendes de jardín que tiene mamá –riéndome, él me imito. Sonreí, aunque el aun no podía verme.

–Cariño, no importa tu estatura, aun así creciste y has madurado –dijo melancólico, como si recordase algo que ocurrió hace mucho tiempo.

–¿Tú dices? Si es por estar comprometida con Marcus...

–No, bueno si, no lo sé –dijo riéndose de su propio enredo –. Marcus es un gran chico, realmente estoy muy feliz por ti –podía sentirlo, no solo estaba feliz por mí, estaba orgulloso.

Tenía un novio, un novio con un gran futuro. La verdad, algún día tendría que salir. Él era genial, estudiaría derecho y me daría la vida que toda mujer merece. Es lindo, carismático, tiene carácter, pero no tanto. Es como cualquier chica vería a su príncipe. Pero sabía que no estaba bien. A pesar de todo ello, él no era el indicado y cuando papá lo supiera, seguramente su mundo se vería abajo al saberlo. Más que ahora. Suspire resignada, era tonto. Tan tonto que estoy segura que algún día papá y yo nos reiremos algún día, pero será muy lejano.

–Cariño –escuche decir a mi papá desde la otra línea –, ¿estás bien? –preocupado.

–Si... –dije por lo bajo –, es solo que hace frío y estoy en pijama en un taxi invernal. Me estoy congelando.

–Entonces te dejo, ponte una chaqueta, enana. Lo que falta es que pesques un resfriado –reí por su protección –. Te veo como en 10 horas.

–Nos vemos –murmure cortando la llamada.

La peor llamada que tuve con mi padre.






El ruido. Los altavoces diciendo cada vuelo que estaría por partir. Las personas. Los gritos de los infantes. Los hombres con trajes. Miles de maletas de aquí para allá. Mascotas en jaulas. Ladridos. Maullidos. Más habladuría de gente importante. Y yo, con una pequeña maleta y mi pijama de Batman. Esto no podía ser mejor. Sentía explotar. Me sentía igual o peor que la última vez que estuve en esta ciudad. Muerta de vergüenza. Me sentía humillada, por mi propio papá. Esto era el colmo. Lo retaría por esta estupidez que me obligo a hacer. Reí. Parecía una desquiciada, no solo por hablar con mi misma, sino que véanme.

Camine un poco más lejos de todo el alboroto lleno de personas y saque mi teléfono celular. Alegro más que nada que aun estuviese vivo luego de tantas caídas. Era como mi gato Silvestre. Aunque a decir verdad, mi pobre celular de tapa tenia mas vida que él. Negué con la cabeza mientras sonreía. ¿Qué estupideces estoy diciendo?

Tome mi celular y pulse llamar en mi contacto: “Papi”. Tres pitidos y atendió:

–Hola –dijeron.

Fruncí el ceño y me fije en mi teléfono y había marcado el contacto correcto, y así era. Volví a ponerlo en mi oído.

–¿Hola? ¿Quién habla? –pregunte.

–Eso debería preguntar yo, usted es la que está llamando.

–¿Disculpe? –dije indignada –Yo no tome un puto avión a las 3:30 de la mañana en pijama para que alguien atendiera un celular que no le corresponde.

–Escúcheme bien, señorita. A mí me habla como se le corresponde –respondieron con amargura –, si quiere hablar con el señor Monroe tendrá que esperar. ¿Quién habla aparte? ¿Su novia? No vi venir eso del señor Monroe –dijeron prácticamente con asco.

Esto era el colmo. Pero quién demonios se creía este que es. Tenía ganas de golpear a alguien. Tome aire profundamente y retome la llamada y con toda calma y asco comente:

–¿Sabe algo?, sea quien sea –volví a tomar aire –, primero que nada, pide el respeto que no está dando. Segundo, estoy pensando que usted cree que soy estúpida –él soltó una carcajada ingenua.

–Primero, nadie me dice que debo o no hacer...

–Pues, entonces –le interrumpí por tal maldita y estúpida aclaración suya –, deberían abrirle las pelotas, sacarle el cerebro, que es muy obvio que lo tiene allí abajo, y ponerlo donde corresponde –torné a respirar hondo de desprecio.

–Quédese tranquila señorita que estoy seguro terminar esta conversación ganando gracias a mi astucia –sentí un escalofrió recorrer mi columna vertebral. Percibí como sonreía con mala cara –. Como decía, yo soy autónomo. Nadie, ni siquiera el Diablo, me va a decir que hacer –escuche el suave rechinar de una silla, se había parado –porque yo soy el mismísimo puto Diablo. Por lo segundo –sentí su respiración cerca del altavoz –, no creo que sea estúpida. Realmente, no sé porqué lo piensa.

–Lo decía por usted -aclare mi garganta, estaba seca, bien, me había cagado de pies a cabeza, “¿quién mierda era este?”, pensé –, por usted creer que yo pueda ser la novia de mi padre.

La línea se corto. ¡Me había cortado! Increíble.

Salí del baño de damas del aeropuerto, vestida con ropa normal, y me dirigí a la salida para comenzar a llamar a un taxi. Esto no se iba a quedar así.






Estaba subiendo el ascensor al último piso de la “S. Empresa de Publicidad y Propaganda”. Maldigo a Styles y su puta empresa. Espere, espere, espere. Fueron 20 minutos de trayecto en taxi, no he dormido más de 12 horas, no me he bañado y apesto como luzco. Al menos vestía bien. Una vez que llegue me dirigí a la oficina de papá. Él no estaba. No había opción alguna que aceptarlo, camine con un paso inseguro hasta aquella otra puerta.

Mis rodillas temblaban, apenas podía mantenerme de pie. Estaba pálida, sentía que vomitaría en cualquier minuto... simplemente solo con ver lo que estaba escrito en la puerta:

“Jefe Styles”

O mejor dicho, en una plaquita, un poco grande para mí gusto, de metal. Si que le gusta infringir el temor en sus empleados, haciéndoles recordar que no era amigo de nadie. Si no, su enemigo. Cometes un error, y olvídate de trabajar en algún otro lugar en el cual él podía dominar. Manejaba prácticamente el mundo, las propagandas, la publicidad, controlaba la televisión. Tanto estatal, como de cable.

Abrí la puerta y allí estaba él, revisando y firmando unos papeles. Me observo de pies a cabeza. Me miro a los ojos y volví a sentir ese escalofrió. Ese enrojecimiento en mis mejillas. Me sentí como una niña de 8 años otra vez. Perdida. Incomoda. Rara. Y extraña y despreciablemente cómoda a la vez con este hombre.