Puppet [Larry Stylinson] ONE-SHOT

Nombre: Puppet
Autor: Chris Kwallier [Sí, mía]
Adaptación: No.
Género: Romántica/Drama
Advertencias: Vocabulario subido de tono y ruptura (?)
Otras páginas: Nop.



HARRY POV

Nuevamente la vida parece bromearte-broma para su parecer- con ese tipo de situaciones en las que no sabes qué demonios hacer o cómo reaccionar, ¿Por qué? Porque su amigo el destino también se une a la fiesta de “Jodamos a la gente” ¡Jódanse ustedes! Conoces más de mil y un personas a lo largo de tu vida y bueno, algunas llegan a ser importantes y otras irrelevantes, la verdad; pero ¿Qué pasa cuando encuentras a la persona que sabes, sientes y admites que es la destinada para ti? Se siente lindo, ¿No? Pues no lo suele ser tanto cuando estás obligado a seguir un estilo de vida, un reglamento y un amor que no son los tuyos. Cuando alguna vez tú y esa persona disfrutaron de su amor, pero que por las grandes estupideces llamadas fama, dinero e imagen terminas con esa hermosa experiencia que la vida solamente te regala una vez, una jodida vez. No suena justo, y de hecho no lo es, pero siempre está lo superficial sobre lo valioso. Creo que es demasiado obvio de quien estoy hablando cuando me refiero a esa persona única y especial, Louis Tomlinson, otro integrante más de One Direction; sí, ese que todo mundo llamaba mi mejor amigo-no niego que lo sea o fue- con el cual tenía un “Bromance” llamado Larry Stylinson. Qué ironía, ¿No? El “Bromance” se convirtió en romance. El dinero y la fama jamás podrán cubrir lo que en algún momento se llega a amar, suena cursi, pero es la realidad de todo ser humano, así sea la peor persona que pudo pisar la Tierra.

VMA’s 2012. “Los ganadores son… ¡One Direction!” Se escuchó decir a Katy sonriente con efusividad. Todos saltamos de los asientos, explotamos en sonrisas y brincos, de pronto nos abrazamos en una masa de cinco personas, mientras Eleanor y Danielle aplaudían en los asientos detrás de los que estábamos sentados. Liam nos abrazó a todos, uno por uno, con esa sonrisa de oreja a oreja, la cual me hacía mucha gracia, pues los ojos se le rasgaban al punto de parecer asiático; siempre hacía mofa de ello y recibía un “Respeta a tu padre” de su parte, frase que me hacía reír aun más. Zayn también pasó de brazos en brazos, con su cabello hecho rulos para ese día, recuerdo que cuando vi el resultado de su peinado de mí salió un “Copión” mostrándole la lengua y el respondió: “Se ve mejor en mí que en ti”, me guiñó un ojo y se fue. Niall, el pequeño duende, no dejaba de reír y abrazarnos, completamente extasiado, sí, la risa del pequeño me seguía dando el doble de risa que los chistes malos que contaba o me daba aún más carcajeo cuando se reía de la nada, era realmente adorable. Louis y yo abrazamos a todos, hasta que nos vimos frente a frente. Mierda. Este momento es cuando por mi mente pasa un tipo de cuenta, no regresiva, sino ascendente; los segundos se me hacen completamente eternos para cuando nos vamos acercando, estoy completamente perdido en sus hermosos y brillantes-ahora no tanto- ojos zafiro, en los cuales también puedo leer el miedo y la duda que siente como yo. Mi corazón late como el galopeo de un caballo salvaje siendo perseguido por una manada de perros salvajes, no, lobos; ¡Mierda! Se iba a salir de mi pecho si seguía así de acelerado y golpeando tan fuerte, sentía miedo de que todos lo escucharan pareciendo que con tan solo ponerle un micro y era capaz de dar un concierto en nuestro lugar. La distancia se hizo aun más corta y si en mi mirada no se leía “Te amo”, en la de Louis se leía claramente un “Abrázame, abrázame, abrázame”. No soportaba la idea de que mi Boo Bear suplicara un abrazo; no, Harry, tú ya no tienes el derecho de decir mí hablando de Lou; hasta que al fin lo tuve enfrente, pasé mis brazos por los costados de su tórax, mientras él pasó los suyos por encima de mis brazos, uniéndonos en un fraternal abrazo. ¡Fraternal, no! ¡Lou te necesito! ¡Maldita sea, te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo! Aspiraba el varonil aroma de su loción ese día, embriagando mis sentidos con aquella esencia que penetraba en todo mí ser como una bofetada, eso merecía, una maldita bofetada que me pusiera en cara todos los errores que había cometido en tan solo una vida, no, no, no todos los errores, mejor dicho: El error más importante. Cerré los ojos completamente inmerso en el hecho de sentir nuevamente el cuerpo de Louis de esta forma, mis manos con inercia apretaron su espalda con cierta suavidad, era tan cálido sentirlo, era idílico el poder tocarlo nuevamente; la verdad no sé qué esté pasando en estos momentos por la cabeza de él, pero le extrañaba, me estaba pudriendo por dentro sin sentir sus caricias, sus besos, sin escuchar sus “Te amo” o reír como loco junto a él toda una tarde y parte de la noche antes de dormir o, si se nos ocurría, hacer el amor. Porque eso hacía con Lou, el amor. Pero como la vida y el tiempo juntos mandan, no todo es para siempre, sentí cómo él se despegó de mí, obligándome a abrir nuevamente los ojos para salir de mi trance emocional, un escalofrío recorrió mi columna al sentir nuevamente el frío del vacío. Joder. Nos miramos nuevamente y ambos únicamente sonreímos, de esas sonrisas falsas, que solo aparentan que todo está bien, cuando todos sabemos que estamos muriendo lenta y dolorosamente por dentro. Caminamos, Niall y yo recibimos un beso de pico en los labios por parte de Katy Perry, no estuvo nada mal, pero seguía un poco perdido en mí; volvimos a nuestros lugares después de un discurso a nuestras fans, en mi asiento todo dio vueltas y volví a maldecirme a mí mismo por ser un jodido imbécil, todo volvía a mi memoria como una eterna tortura a la cual sé que estaré atado de por vida. Cerré los ojos con mis manos juntas y recargadas enfrente de mis labios. Recuerdos y memorias.


–Lo mejor será terminar con toda esta mierda, Lou. –Ambos jóvenes se encontraban platicando detrás de unos árboles, en uno de los parques menos conocidos de Londres, pues los paparazis no los dejarían en paz si los veían. –Tú con Eleanor y las fans ya al punto de descubrirnos. No es bueno, ya lo dijo Modest. –Platicaba con su ronca voz, su mirada dirigida al suelo en busca de alguna planta que pareciera más importante que las demás.

–Así que, ¿Así de fácil? –Su voz se volvió más aguda de lo normal, un nudo en su garganta amenazaba con hacerlo derrumbarse con facilidad en cualquier segundo. El escuchar aquellas palabras del joven de 18 años le dolía en cuerpo y alma, era como una puñalada por la espalda al grado de dejarlo sin necesidad de seguir respirando. –Mandas todo al carajo por la empresa así de fácil. –La mirada de Harry armó valor para mirar a su compañero directamente, sin que este se percatara de ello al tener la cabeza agachada, Louis escarbaba de forma distraída la tierra con la punta del tenis.

–Me duele verte con Eleanor, ¿Sabes? –Ambos tenían reprimendas contra el otro, todo por el simple hecho de que tenían rencor del ajeno por no tener los suficientes pantalones para levantar la mano y gritar a todo mundo “¡Amo a otro hombre!” y parar toda esta farsa. Los dos chicos tenían la misma excusa para sentir ácidos en cada palabra que se decían; estaban sentidos y no se daban cuenta de que ambos estaban en el mismo derecho de perdonar.

–Y yo no quiero terminar, Harry. –Levantó su mirada celeste, revelando amargas lágrimas apunto de escaparse en ese instante si les era posible. –Te amo. –Tragó de golpe para detener ese nudo que poco a poco comenzaba a crecer, miró al cielo en busca de ayuda para que esas lágrimas no salieran por lo que más quisieran. –No quiero que te vayas de mi lado. –Susurró con la voz entrecortada mientras mordía su labio inferior. Ese día hacía un poco de frío, por lo que decidió esconder sus cabellos castaños debajo de una boina color marrón. Mala idea. No podía esconder su mirada debajo de ese flequillo castaño que le había ayudado mucho.

Como se mencionó, era una tarde fría, con un cielo naturalmente nublado y pájaros entre los árboles revoloteando, el clima era un poco húmedo con el rocío del zacate haciendo destacar aun más la escenografía de aquél día. No había más de cuatro personas, incluyéndolos a ellos dos, en aquel parque aquél día, había muchos árboles que realmente servían de mucha ayuda para aquella situación en la cual no era para nada conveniente que se viera a dos integrantes de One Direction platicar en medio de un parque acerca de su rompimiento definitivo. Ambos corazones parecían querer dejar de latir en cualquier momento. Harry quería terminar, pero sentía como un ancla se colgaba de su cuello, asfixiándolo mortalmente, mientras que Louis definitivamente no quería terminar aquello tan bello que estaba viviendo-o había vivido- porque nunca antes alguien le había hecho sentir lo que el rizado le había regalado en tan poco tiempo de relación; desde estupideces hasta hacerlo conocer lo que era realmente enamorarse y no fliparse simplemente con alguien; le dio tantas lecciones de vida, como la diferencia entre el sexo y hacer el amor; a simples palabras, para él, Harold Edward Styles era el ser más extraordinario y perfecto que jamás pudo llegar a su vida, y ahora se lo arrebataban con la insensibilidad de una pared fría y dura. El resultado lo sabían los dos chicos: Ambos terminarían cortando su interior en una mitad que siempre pertenecería al otro.

–No me iré de tu lado. Podemos seguir siendo…

– ¡¿Amigos?! –Interrumpió exasperado. – ¡No me jodas, Harry! –Rió con melancolía, sintiendo ese picor en sus orbes azuladas, que no tardaban en dejar caer aquellas pesadas gotas saladas que ya nublaban su vista de poco en poco más. –No podré abrazar “fraternalmente” jamás aquél cuerpo que alguna vez me hizo llegar al orgasmo en una noche y me protegieron de cualquier daño; no podré soportar que esos labios besen a otra chica, cuando alguna vez me comieron a mí a besos; tus manos, ¡Tus jodidas manos, Harry! No podré verlas sin recordar todas las veces que entrelazamos nuestros dedos o cuando paseabas tu frío tacto sobre mi piel, haciéndome estremecer. –Sin darse cuenta, las lágrimas solas cayeron, mientras esa sonrisa llena de amargo dolor seguía presente sin desaparecer a cada palabra que salía de sus delgados labios, resecos de tanto relamerlos. –Tus ojos no los podré mirar sin recordar que alguna vez me miraron a mí con amor; tus malditos rulos, seguiré pensando que fueron míos y que los acaricié mil y un veces, volviendo a enrularlos en mis dedos. –Tragó saliva y respiró hondo intentando controlarse y no gritar aun más alto de lo que ya lo hacía. –Jamás podré llamar “Amigo” a aquél que grité su nombre en la cama entre gemidos y al orgasmo, jamás podré llamar “Amigo” a quien me hizo sentir que verdaderamente alguien me amaba y jamás podré llamar “Amigo” a quien una vez amé más que a mi propia vida, Harry. –Finalizó caminando con prisa fuera de ahí, pasando por un lado del más alto y topando hombro con hombro, empujando levemente a Styles un paso atrás. Las palabras no salieron de su boca después de escuchar aquello.

@Louis_Tomlinson
“@skyleridk How this, Larry is the biggest load of bullshit I’ve ever Heard. I’m happy why can’t you accept that.”

Desde entonces, las conversaciones con Louis fueron forzosas y secas, las respuestas se transformaron de extensas pláticas que no parecían terminar nunca, a suficiente información para terminar de corte las conversaciones y no tener que escuchar la voz del otro. Ambos sabían que se carcomían sus ganas de gritarse “¡Te amo!” por dentro, pero fuera del orgullo que les encadenaba al fondo de una perdición, eran conscientes de que seguirían sin ser felices aun pidiéndose perdón mutuamente, pues tenían encima la carrera de sus tres amigos, y si Larry se hacía oficial públicamente, One Direction estaría en su perdición en cuanto a la lista de fans. Solo quedarían las reales, era perfecto para ellos, pero no para la empresa, quienes exigían ganancias hasta de los zapatos de los fanáticos y exprimían la última gota de energía que poseían los chicos. Esto era el final de Larry Stylinson. Pero no era un ciclo cerrado, porque éste simplemente les atormentaría como maldición en tiempos de cólera a ambos, y ellos lo sabían. Sabían que capítulo seguía: Sufrir.


Abrí mis ojos con lentitud, ya habían entregado otro premio y yo ni siquiera me había percatado de que estuvieron hablando y presentando artistas. Hoy era de esos días en que todas las ideas encajan como un rompecabezas que tardas en terminar, te faltan piezas que no sabes donde van, lo dejas ese día con enfado y luego vuelves al día siguiente para intentar resolverlo, de pronto te das cuenta de que fuiste un imbécil, pues las piezas estaban más que claras sus posiciones. Y ahora que todo coincide y captas lo que debiste hacer, sientes un balde de agua helada caer sobre ti, despertándote y obligándote a ver la realidad y todo el desastre que se hizo de un pequeño detalle, o tal vez no tan pequeño. Disimuladamente volteé a mi derecha, y ahí estaba Lou, mirando con atención el show del escenario; ese día iba tan guapo peinado hacia atrás, esa camisa azul destacaba muy bien el trabajo en su cuerpo, al igual que ese pantalón de vestir que resaltaba sus muy sensuales y perfectas piernas, debía admitirlo también, estuve mirando buen rato el trasero de Louis cubierto por la tela. Mierda, Tomlinson ¿Qué haces para estar tan bueno? Y pensar que tantas noches tuve el privilegio y honor de poseer a la perfección en persona, jamás me di cuenta, hasta ahora que veo todo después de un abrazo. Quité mi mirada de él y me recargué sobre el asiento, soltando un largo suspiro. Sentía mis labios resecos, pasé la yema de mis dedos sobre éstos pero estaban normales, hasta que una iluminación se plantó en mi cabeza gritándome que los sentía así a falta de los besos de Louis. Otro suspiro. Un vacío habitaba en mi interior, tal como un desierto con décadas sin lluvia alguna, ni siquiera tenía algún tipo de flora o fauna existente en él que me pudiese consolar, porque era mi realidad, no tenía nadie quien me ayudara a salir de ésta. Tenía a mis amigos, pero ni siquiera ellos y sus palabras eran suficientes para quitar a William Tomlinson de mi cabeza. William. Ja, ja. Era lindo llamarlo así para molestarlo. ¡Maldición, Harry, para! Ya todos los integrantes de One Direction sabíamos que seguía después de todo este drama, somos conscientes de que los siguientes pasos tendríamos que dar tomados de la mano-por muy joto que suene.- pues viene lo peor, vienen los torbellinos que alguna vez tiraron el ánimo de alguna estrella o de los fans; las “Larry shippers” aún existentes serían las únicas observadoras cautelosas de todo esto, y yo era consciente de sus perspicaces observaciones por imágenes y cosas que leía. Pido perdón a todas de una vez por todas.

–Hazza Bear. –Le llamó el castaño mientras sentía como la fría mano de Harry tomaba la suya y entrelazaba con ternura sus dedos.

– ¿Dime? –Consiguió su atención en un instante con aquél apodo tan cursi-pero que amaba- que le había inventado a origen de “Boo Bear”. Estaba lloviendo aquella tarde de otoño, con un viento helado que se colaba hasta los huesos si no se llevaba algo protector. Ambos eran cubiertos por un paraguas negro que Harry sostenía de tamaño considerable para que ambos se cubrieran de la fría lluvia.

– ¿Cuál es tu fantasía amorosa? –Preguntó curioso Tomlinson, mirando expectante la respuesta de su novio rizado, quien se puso un rato a meditar, mirando con su par de iris verdosas las gotas que caían a los charcos y producían ondas circulares que crecían conforme se acercaban a la orilla.

–Besar a alguien bajo la lluvia. –Sonrió mostrando esos hoyuelos que tanto encantaban al oji-azul. En menos de un segundo las ideas brillaron por la cabeza del mayor, se soltó del agarre de manos de Harry y salió de la protección que le estaba brindando el paraguas, empapándose con la fuerte lluvia. –Lou, ¿Qué haces? –Preguntó preocupado acercándose rápidamente al aludido, persiguiéndolo con la sombrilla para cubrirlo.

–Ven. –Una vez que lo tuvo otra vez cerca, quitó de entre las grandes manos de Styles aquél estorboso objeto, ahora siendo los dos quienes se empapaban bajo la lluvia. Se acercó más a Harry, quedando cara a cara, ambos con una sonrisa. –Deja de fantasear y cumple todo conmigo. –Louis se puso de puntitas hasta rozar su nariz con la de su novio, ambas respiraciones chocaban y era visible ahora por el humo que salía de las bocas de ambos.

–No me negaré. –Fueron sus últimas palabras antes de juntar suavemente sus labios rojizos y gruesos contra aquellos que eran delgados y rosas, tan delicados como los de una chica, sin embargo, era consciente de que no besaba a una chica, besaba al hombre que le hacía sentir como un verdadero estúpido, bueno, más de lo que era. Rodeó la delicada cintura de su amante con sus largos brazos, mientras que él enredó sus delicados dedos en sus mojados rulos, los cuales se pegaron a su frente por estar empapados, en el mismo estado estaba el flequillo de Lou. Si bien podían sentir mariposas, el zoológico entero decidió instalarse en sus estómagos, con sus corazones latiendo como locos desenfrenados, quien sabe si por el frío o porque entre ellos mismos se ponían nerviosos inconscientemente. Un imperceptible y delicado mordisco al labio inferior del más bajo fue la etapa final de aquél largo y amoroso beso. –Gracias. –Sonrió como estúpido y miró con ojos de borrego enamorado a su amante.

–Gracias a ti por ser Harry…


Exacto. Esas palabras jamás volverían a mí. Todo ahora era diferente, ya no era ese “Oops” y ese “Hi” de los baños, ahora éramos unos desconocidos que hablaban por estar juntos en una banda y tener que convivir en los viajes a tours o firmas de autógrafos, teníamos vidas completamente independientes del otro, hablando físicamente, pues ambos somos conscientes de que si por nuestras almas y sentimientos dependiera, estaríamos hechos siameses desde tiempo atrás. Ambos moríamos por dentro, ambos sabíamos por qué, pero ninguno era capaz de hablar para remediarlo. No quería volver a ver a Louis con sus ojos empapados de lágrimas, mucho menos si éstas fueron provocadas por mí; pero tenía que acostumbrarme a esa dura idea, pues ninguno de los dos volvería a ser feliz totalmente. ¡Maldita sea, Tomlinson! Te amo. Te amo… Te amo… Y esta amarga noche preferiría estar solo en mi cuarto del hotel, llorar me ayudaría mucho, he aguantado muchas cosas y todas necesitan salir hoy.
Perdóname, Lou.





Bueno, público, me presento, soy una nueva escritora, de hecho soy nueva en el foro y pues me gustaría mucho tener un público, ¿por qué? porque pronto planeo publicar una novela y de verdad me gustaría que alguien la siguiera, empecé escribiendo este one-shot por el hecho de que primero quiero ver si mi escritura les agrada y cosas así, me pueden decir Chris o Retkia, cualquiera es bueno aha (:
Ok, bueno espero que hayan disfrutado lo que leyeron, ¿Vale? Ahí me avisan si les simpatiza. Besos y hasta la próxima.

Hola me encanta como escribes :aah:
Me encanto el one-shot están hermoso
Vas hacer una novela será de larry no?!!!
Por favor *rogando* Pues leo todas las novelas de Larry sería un gusto leer la tuya por es que escribes tan hermoso
Bueno Adiós xX
Pd: Me llamo Romina :)