Zapatillas de ballet. {NickJonas&Tú.

Nombre: Zapatillas de ballet.
Autor: Estefania, nia, yo n_n.
Adaptación: Nop.
Género: Romance/Drama y partes subiditas de tono también.
Advertencias: Ehm, no jshssk. Sólo eso, que sepan que en algunos capítulos habrá partes hots, pero nada así super vulgar <3.
Otras páginas: Noop.


Hola beautiful people <3. Mi llamo Estefania, tengo 17 y pues amo escribir. Es algo que me distrae un montón y pues, no sé, me gusta mucho. Así como leer montones y montones de libros. Anyways, estoy aquí pa' lo que quieran :D. Y am, espero de todo corazón que les guste la novelita. No pido millooones de lectoras, solo que de verdad les guste la novela.
Bueno, dentro de unos minutos subiré el primer capítulo. Enjoy :D!

Capitulo Uno.

Meneó la cabeza, ya había tenido suficiente de la gelatina sin sabor del hospital. En realidad no había comido mucho desde que llegó a ese lugar, se limitaba a beber agua y mordisquear las galletas que le daban las enfermeras a escondidas.

- Ya no quiero, en serio, estoy bien. -Dijo _______., acomodándose sobre la cama al tiempo que sonreía- ¿Cuando me puedo ir de aquí?
- En lo que te vengan a buscar linda. -La enfermera le extendió el control remoto y terminó de arreglar el armario antes de agregar:- Créeme, estarás caminando en poco tiempo.
- Eso espero, Berta. -_______. le dedicó la mejor sonrisa de amabilidad que pudo antes de que la enfermera se marchara.

Lo cierto es que dudaba que pudiera caminar en un futuro cercano. Aún recordaba la caída con precisión. Estaba bailando su última aparición en la obra El cascanueces. Era una parte que ya había hecho al menos veinte veces más en los ensayos y dos más en los teatros. Sabía lo que tenía que hacer: Salto. Unos cuantos pasos sencillos, otro salto, caída en los brazos de su compañero y eso sería todo. Al menos así lo pensó hasta que resbaló justo después del salto. Ya había aterrizado en el suelo y se preparaba para hacer otro movimiento lento cuando su zapatilla le falló, resbalándose hasta lograr que su pie quedara en una posición incómoda. _______. supo que tenía que parar, sin embargo intentó terminar el movimiento y todo lo que logró fue torcerse el tobillo completamente. Recordó lo hinchado, morado y feo que estaba cuando la subieron a la ambulancia. El doctor le indicó que tenía fractura, y que por lo tanto tendría que usar un yeso que le llegaba hasta la rodilla al menos por un mes entero. _______. No lo admitió en el momento, ni tampoco las mil veces después que le preguntaron, pero estaba mal. Bailar era para ella como respirar, era su manera de desahogarse de todo lo que le pasaba, de comunicarle al mundo como estaba junto con una melodía. ¿Cómo le iba a explicar a los demás lo que le fue arrebatado? El doctor había sido bastante claro: Si intentaba bailar, pronto terminaría dañándose aún más el tobillo, incluso el resto del pie. _______. Era optimista, no le gustaba entrometerse en los caminos de los demás, pues sabía que el karma cobraba tarde o temprano, vivía sola en un apartamento que ella misma se compró, y por más hundida que estuviera, siempre intentaba mantener felices a los demás. Así que ¿Por qué ella? Había tantas que no disfrutaban de bailar como ella, que eran buenas en millones de cosas, que solo bailaban ballet por hobby. Ella no tenía nada más. No era extraordinaria en otras cosas, no era rica ni nada por el estilo. Su vida era su baile.

- ________. Ya llegaron por ti. -Berta, la enfermera, se asomó por la ranura de la puerta- ¿Estás lista?

La castaña se limpió rápidamente las lágrimas que sin darse cuenta habían empezado a rodar por su mejilla y asintió con la cabeza.

- Solo dame unos minutos para cambiarme, no quiero salir con ésta bata. -Dijo al tiempo que se levantaba con cuidado. Berta se acercó para ayudarla, pero ella ta tenía las muletas en la mano- ¡Puedo sola! Tranquila, Berta.
- Vale, solo grita si te caes o algo.


Esperó a que la enfermera cerrara nuevamente la puerta y se sostuvo con una mano en el borde de la cama y con la otra alcanzó la ropa que tenía sobre la silla. Agradeció que Berta le hubiera sacado una falda y camiseta sencilla de la maleta, pues sentía que ponerse un Jean sería toda una proeza. _______. no era orgullosa, pero no quería ser una carga para nadie. Cuando llegara a casa de William, su primo apenas unos años mayor que ella, no podía molestarlo pidiéndole que la ayudara, así que estaba dispuesta a aprender rápido. Se quitó la bata con cuidado dejándola sobre la cama. Bien, ya solo faltaba vestirse. Alargó la mano con cuidado hacia la falda y al tomó entre las manos. Ponérsela le resultó bastante fácil, ya que no tuvo que soltarse del borde la cama.

- Vas bien, _______., sí puedes. -Se dijo a si misma.

Extendió nuevamente la mano para tomar la camisa, pero no alcanzaba. Soltó un suspiro de frustración y soltó el borde de la cama para poder alcanzar la prenda. Lo siguiente que supo fue que estaba tirada en el frío suelo, junto a la cama del hospital.

- Mierda. Mierda. -Masculló, sobándose el rostro.

Había caído directamente sobre su cara. Pegándose estruendosamente, aunque al menos no se golpeó tan duro como sonó. Aunque a su alrededor la bandeja de la comida estaba esparcida por el suelo. _______. no quiso llamar a las enfermeras, ella tenía que vestirse sola. Tenía que hacerlo. Intentó levantarse del suelo el poco de gracia que le quedaba, pero seguía resbalando antes de llegar al borde de la cama. "Estúpido yeso" pensó antes de darle un golpecito con la mano. Estuvo a punto de abrir la boca para admitir su derrota y llamar a Berta cuando alguien entró a la habitación.

- ¿Qué...? -Una voz masculina inundó la habitación.- Joder, ¿Estás bien?


_______. Levantó la vista, esperando encontrase con su primo, pero él que estaba delante de ella no se parecía absolutamente en nada a William. Era un hombre alto, musculoso y con la piel tocada por el sol, le calculó dos años más que ella, veinticuatro, quizás un año más, tenía el cabello corto con pequeños rulos y ojos café profundo. El pelinegro se inclinó para ayudarla, estirando las manos para levantarla por los brazos pero _______. se echó hacia atrás.

- No, no... -El chico alzó las cejas, divertido. Ella frunció el ceño sin entenderlo en absolutamente nada- ¿Quién eres tú?
- Nicholas, Nicholas Jonas. Para amigos, Nick. Pero dudo que tú me veas como un ahorita, ¿Cierto? -Se echó hacia atrás y se cruzó de brazos- Vale, no te ayudo. Pensé que querías ayuda, pero veo que no.

El tono seco y sarcástico del pelinegro hicieron que ______. le diera rabia por dentro. ¿Quién era él para tratarla así? Bien, sabía su nombre, pero no quien rayos era. Sin embargo no le pidió ayuda en lo absoluto. Se apoyó en sus manos e intentó levantarse, ya tenía la mano puesta sobre el borde de la cama cuando nuevamente se resbaló. Esta vez no cayó, pues el pelinegro la tomó por los brazos, evitando otra caída vergonzosa.

- ¿Ahora sí quieres mi ayuda? -Preguntó con un tono un poco más suave.
- Déjame sobre la cama. -Le pidió _______. Tragándose su orgullo.

El chico la levantó sin esfuerzo y la sentó sobre la cama en un movimiento grácil y rápido. Solo entonces se acordó de que sí bien había logrado colocarse la falda, no tenía la camisa puesta aún. Se puso de un millón de colores más no lo demostró, al menos tenía un top de bailarina puesto. Nick no esperó a que se lo pidiera, agarró la camisa y se la pasó sin decir una palabra sobre la situación. Aunque no pudo evitar sonreír de medio lado sin que ella se diera cuenta, William le había dicho que su prima bien podía pasar por un troll. Sí bien no encontraba a _______. como una modelo, había algo en ella que le llamó la atención.

- Gracias. -Murmuró la castaña, pasando ambos brazos y luego el cuello por los huecos de la camisa.- Disculpa mi, bueno, mi actitud, pero es que no tengo la más mínima idea de quien eres.
- De nada. -Nick se volteó y recogió las maletas del suelo antes de girar a verla- Claro, William no te dijo. Le hago el favor de venir a buscarte, tuvo una reunión de último momento fuera de la ciudad.

________. se recogió el cabello en una coleta y se acomodó la camiseta color blanco. A su primo se le había olvidado ese pequeño detalle. Sonrió un poco más calmada.

- Vale, entonces no eres ningún psicópata, vamos bien. -La chica agarró ambas muletas y se levantó de la cama- ¿Y tú eres su amigo... su...?
- Socio. -Terminó Nick la frase- Bueno, sí ya estás lista es hora de irnos, tengo que llevarte a la casa.

La chica asintió con la cabeza y caminó con las muletas hasta la puerta, donde la esperaba una silla de ruedas. No le gustó la idea de sentarse allí, ella no era ninguna invalida. Sin embargo, tanto Berta como Nick tenían razón: Aún no dominaba las muletas y era un peligro andante con ellas. Así se que sentó sin rechistar hasta que llegaron al auto. Nicholas la ayudó a subirse al asiento del copiloto antes de meter las maletas en la parte posterior y arrancar el auto. _______. Lo observó sin decir nada. Él parecía completamente concentrado en la carretera. El silencio la estaba empezando a abrumar así que prendió la radio del auto y lo dejó en la primera estación de música clásica que encontró.

- Hey, no, no. -El chico estiró la mano para apagar la música, pero ella le pegó suavemente en la palma.
- No la cambies, a mi me gusta. -Dijo, sonriendo burlonamente- Además, solo la tienes que aguantar por unos minutos, luego me dejas en la casa y listo.

Nicholas alzó ambas cejas y soltó una carcajada seca. Apenas lo conocía desde hacía unos minutos y ya le empezaba a molestar el carácter sarcástico del chico.

- _______. Yo vivo en la misma casa, acostúmbrate a verme.

Aw, muchas gracias n_n! Que bueno que te gustó jshsjshk.
Dentro de unos minutos subo el siguiente cap :D.

Estaré más que atenta esperando el cap. Besiis :love:

¡Nueva lectora!
Oh, sí, me encanta la manera en la que se han conocido, ha sido rápida y sin muchos rodeos y me encanta como Nick trata de exasperarla sin muchos esfuerzos. De alguna manera parecen muy distintos el uno del otro pero oh, me encanta, me gusta mucho, sísí. Tienes que seguirla, por favor.
¡Un beso!

Oh, holis y bienvenida a la novela también<3. Qué bueno que te gustó, en serio jshsjk.
Ya subo el cap n_n!

Capitulo dos.


Hundió la cara contra la almohada, negándose a levantar. Era la primera vez en años en que podía decidir cuando levantarse, sin tener que salir apresurada a los ensayos y se sentía bien. Rodó sobre la cama, envolviéndose en las sábanas hasta quedar echa un ovillo. ________. no había abandonado la habitación desde que llegaron a la inmensa casa de William. Nicholas le ofreció la habitación de invitados del primer piso hasta que pudiera subir y bajar escaleras, pues según le había dicho el pelinegro, habían preparado otra habitación para ella arriba, junto con el resto. A _______. no le molestaba en lo absoluto. Era una habitación mediana, con paredes color beige, un closet, ventanas y un baño con tina. No estaba nada mal comparado a su habitación de regreso en su apartamento. Intentó dormirse nuevamente pero era inútil, el sol ya se empezaba a filtrar por la ventana y le pegaba en la mejilla. Se volteó soltando un largo bostezo y se sentó sobre la cama, pasándose una mano por el cabello alborotado. Nunca había logrado amanecer con el cabello peinado ni una sola vez en su vida. El reloj junto su mesita indicaba que eran apenas las nueve. Se levantó apoyada de la cama, agarró las muletas y entró el baño. _______. pensó que se veía ridícula usando muletas, ella había visto a personas que sabían como manejarlas, por su lado, ella aún no aprendía. Entró en el baño y se lavó la cara, los dientes y se cepilló el cabello castaño hasta dejarlo decente. Al menos ya no tenía cara de dormida. Decidió dejarse la pijama puesta, pues era cómoda y le daba flojera cambiarse tan temprano. Salió de la habitación, topándose con una silla de ruedas junto a su puerta.

- Ni lo sueñen. -Masculló, siguiendo de largo con las muletas bajo sus brazos.

_______. No era una invalida, aún tenía sus dos piernas, y por lo tanto podía caminar. La casa de William, bueno, de Nick y William era extremadamente grande. No conocía el segundo piso, pero por lo que veía del primero, ambos tenían el mismo gusto en decoración: Rústico. Todos los muebles combinaban con colores marrón, blanco, cuero negro o beige, igual que el resto de la decoración, como las mesas bajas y las paredes. Una casa que gritaba "Texas" por todos lados. La castaña pasó de largo la biblioteca, aunque tuvo deseos de entrar. _______. Además de bailar, amaba leer. Podía perderse completamente entre las páginas de un libro sin prestarle la más mínima atención a la realidad. Pronto encontró la cocina. Era una habitación grande, con una barra en el medio, dos neveras plateadas juntas y un ventilador en el techo. Pasó de largo hasta sentarse en uno de los banquitos de la barra y observó sin decir nada a Nick. Él chico iba de aquí para allá, cogiendo cosas de los gabinetes de la cocina, moviendo algo en un sartén, abriendo la nevera para sacar un jugo. Parecía completamente distraído. _______. Sonrió al verlo en su elemento. Ella creía que todo el mundo tenía o hacía algo en lo que se sentía completamente cómodo. Algunos pintan, otros toman fotografías, nadan, conducen o bailan. Incluso tenían dos pasiones, las cuales se notaban como un brillo en los ojos de las personas. El de Nicholas era cocinar. ______. Carraspeó la garganta.

- Buenos días. -El pelinegro se volteó levemente, sonriendo de medio lado.- ¿Hace cuanto estás despierta?
- Unos... Quince minutos o algo así. -La chica se encogió de hombros- ¿Qué cocinas?

Nicholas pareció acordarse de que estaba haciendo algo y se volteó nuevamente para apagar la hornilla de la cocina y sacar el tocino del sartén. Los colocó en platos diferentes junto con un par de panquecas y fresas antes de dejarlos sobre la barra.

- El desayuno. Normalmente como lo primero que veo y me voy, pero pensé que querrías desayunar algo mejor que cereal. -Se encogió de hombros, abrió la nevera y echó un vistazo- ¿Jugo o leche?
- Jugo. -Respondió la castaña, saltando de su banquito, agarró las muletas y se dispuso a buscar los cubiertos.- No tenías que hacerlo, en realidad yo hago un excelente cereal con leche.
- No te acostumbres, suelo estar trabajando a ésta hora, es solo que no quería dejarte sola en tu primer día aquí. -Sirvió dos vasos con jugo de naranja antes de agregar- ¿Caminaste tú sola hasta aquí?
- No me gustan las sillas de ruedas. No soy ninguna invalida. -Explicó la chica antes de dejar los cubiertos sobre la barra y sentarse.- Oh, entonces creo que te regañaran en tú trabajo. -Agregó en el mismo tono sarcástico que él usó antes.

A _______. le pareció increíble la capacidad que tenía el pelinegro de hacer algo realmente amable como prepararle el desayuno y luego destrozarlo todo con un comentario agrio. Sin embargo lo ignoró, pues tenía hambre y realmente no quería pelear con él. Nick, por otro lado, pareció no notar su respuesta sarcástica.

- Soy mi propio jefe, puedo llegar tarde cuantas veces quiera. -Respondió antes de sentarse en el banquito junto a ella y dar el primer mordisco a su comida.

La castaña hizo lo mismo y probó el desayuno. Le supo a un pedazo de cielo, sí, ella sabía que eran simplemente panquecas con tocino y fresa, pero honestamente desde que decidió tomarse el Ballet completamente en serio, llevaba una dieta sin nada de grasa o gluten. Es decir; sin comida deliciosa. Mandó al infierno su dieta y comió tranquilamente hasta el último pedazo de comida en su plato. Para cuando terminó se sentía incluso de mejor humor que cuando se levantó. Se echó hacia atrás en su banquito antes de tomar un sorbo de jugo. Nick se levantó, recogió ambos platos y los dejó en el fregadero.

- Bien, me voy. -Se arremangó las mangas de la camisa azul a cuadros que llevaba y la miró- Hay comida suficiente aquí si tienes más hambre. Está la biblioteca, y bueno... El jardín, aunque no creo que quieras meterte a la piscina. -Miró su reloj de muñeca y agregó- Regreso a las seis.

El pelinegro dio media vuelta sobre sus talones y estuvo a punto de salir por la puerta cuando sintió una mano jalarlo por la camisa hacia atrás. _______. dio un paso hacia atrás cuando Nicholas se volteó y colocó cara de seria.

- No me puedes dejar sola. -Dijo, mirándolo muy seriamente- No conozco nada aquí, y me aburriré. Soy bastante hiperactiva, en realidad. ¿No puedo ir contigo? -Pidió, soltando su camisa.
- ¿Ir conmigo? -Nicholas alzó ambas cejas- Voy a trabajar, créeme, no es más divertido que estar aquí.
- Por favor. Por favor. Por favor. -La castaña podía ser bastante infantil cuando quería, si sabía que eso lo sacaría de quicio.- Es solo por hoy, mañana no te molestaré.

Nicholas estuvo a punto de decirle que no, que su trabajo quedaba fuera de sus límites, pues necesitaba calma para trabajar. Hundió sus ojos en los ojos de la castaña y soltó un largo suspiro.

- Vale, vale, para de hacer eso. -Miró su reloj y luego a ella.- Estaré de regreso a eso de las tres y te mostraré algo que te quitará el aburrimiento. ¿Sí?
- A las tres. -_______. Sonrió de oreja a oreja. El pelinegro asintió con la cabeza- Ah, Nick.
- ¿Qué?
- Gracias por el desayuno.

Sin aviso alguno, de repente, el pelinegro se encontraba demasiado cerca de ella. Bastante, en realidad. _______. podía sentir el aliento de Nicholas chocarle levemente contra la mejilla, así como el ritmo lento de su respiración junto a la suya. Él extendió una mano sobre su hombro, acorralándola. _______. Podía jurar que se estaba sonrojando. Hizo un rápido movimiento y sacó el juego de llaves que estaba justo detrás de ella, se alejó con la misma rapidez con la que se había acercado y le dedicó una media sonrisa.

- De nada.

¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJA!
Me encanta como la deja con la miel en los labios, haciéndola creer que va a besarla y luego sólo coge las llaves del coche. Oh, Dios, ha sido magníiiiiiiiiiiiiiifico. Aunque me da pena la pobre ________, claro. A ninguna nos gustaría que Nick Jonas nos dejara tan patitiesa como la ha dejado a ella. Baste decir que me encantaría que se la devolviera. En cuanto a Nicholas... Me da que él quería hacerlo, también. Y si no, lo querrá hacer en un pronto futuro. ¡MUAJAJAJAJAJAJA! Eres maquiavélica con estos dos y lo adoro. Por favor, ¡sigue pronto!
¡Un besazo!
¡Y Feliz Año Nuevo!

nueva lectora!! me encanta la nove.

siguela q esta genial!

¡Feeeliz año nuevo chicas! *Vuelan papelillos* *Explotan fuegos artificiales* jshsjshk. Okno, pero espero lo hallan pasado genial y que éste año sea lo mejor<3.
Muchas gracias por sus comentarios, son un amour, en serio que genial que le guste la novela n_n!
Bienvenida a la nueva lectora :D!
Bueno, escribiré y dentro de unos minutos subo el capitulo <3.

Capitulo tres.


______. Apagó el televisor antes de tirar el control remoto lo más lejos de ella que pudo. Se encontraba en un punto extremo del aburrimiento. No había absolutamente nada bueno que ver a esa hora del día, o al parecer en ninguna, pues llevaba dos horas plantada en su habitación intentando capturar algún programa que ver. Ya había recorrido gran parte de la casa, o al menos lo que se encontraba a su alcance. Incluso recorrió levemente la biblioteca, sin atreverse a tocar nada o encender ver una película en el proyector que estaba allí; aún no se sentía con la suficiente confianza para hacer eso. Se levantó de la cama con cuidado, agarró las muletas, cogió su Ipod sobre la mesa junto a la cama y salió de la habitación. No había recorrido el jardín aún, y pensándolo bien, era lo único que tenía por hacer mientras esperaba a que Nick apareciera. Cada vez encontraba las muletas más molestas, igual que el yeso. Su pierna derecha era un yeso gigante blanco desde las puntas de los dedos hasta justo abajo de la rodilla; no era la primera vez que tenía uno puesto, antes, cuando tenía seis años se había caído y tuvieron que enyesarle el brazo, pero eso había sido diferente: Igual podía correr, caminar, incluso bailar un poco. Pero con ese molesto yeso en su pierna, apenas podía caminar sin hacer el ridículo. Caminó por el salón principal de la casa ¿Cómo habían hecho esos dos para lograr que todo luciera tan... Bonito? _______. observó los muebles, la pintura, los cuadros, todo le parecía armonioso. Su apartamento, por otro lado, era una mezcla de colores y muebles de todos los tipos. Su habitación era de un color verde chillón con manchas blancas y rosadas, su cocina de color beige y la sala con paredes azul claro y blanco. Tenía un puff amarillo, un sofá negro y una silla amueblada color rosa. Era un apartamento colorido, lleno de cosas que no combinaban la una con la otra, pero era suyo. Caminó hasta el jardín, agradeciendo que le quedara cerca de la entrada de la cocina y lo recorrió con la mirada. Afuera había una mesa bajo un toldo blanco con cuatro sillas oscuras, un mesa de pin-pon, un pequeño jacuzzi y más allá una piscina. ________. quiso correr por su traje de baño, cambiarse y meterse en la piscina para no salir en mucho, mucho tiempo. A la castaña le gustaba nadar, era algo que la relajaba y lo hacía por diversión, no por deporte. La piscina era decorativa, parecía estar rodeada de rocas, pero eran artificiales. Sintió como su corazón le dio un vuelco. _______. Era hiperactiva. Siempre tenía que estar moviéndose, haciendo algo, pero ahora no podría, al menos por un buen tiempo. Sino tuviera ese estúpido yeso, sino se hubiera caído en la presentación estaría bailando por toda la casa, nadando en la piscina o simplemente caminar bien. Ladeó la cabeza; no, sino se hubiera caído estaría sola en su apartamento, no en esa hermosa casa. Arrimó una silla y se sentó, estirando la pierna enyesada para apoyarla en otra silla vacía. Sacó el Ipod del bolsillo del short que se había puesto hacía horas y colocó la primera canción en su lista de reproducción. La canción Last name de Carrie Underwood comenzó a sonar. Era bastante relajante estar sentada allí afuera, con el sol y la brisa pegando levemente en su rostro. Varias canciones después, _________. se encontraba cantando. No había nadie en la casa, así que no tenía que pensar en sí estaba o no molestando a alguien. Cantar a todo pulmón era una manera útil de botar toda la frustración que sentía por dentro.
Sintió una mano en su hombro y se quitó de un golpe los audífonos. Nicholas estaba frente a ella con una sonrisa ladeada en su rostro. El corazón de _______. se aceleró; no esperaba que la atraparan en uno de sus peores momentos.

- ¿Interrumpí? -Preguntó Nick, jalando una silla para sentarse frente a ella, aún con la sonrisa burlona en sus labios.- No sabía que cantaras.
- No lo hago. -_______. Apagó el Ipod y se lo guardó en el bolsillo- Deja de verme así, pensé que no había nadie.

El pelinegro quitó la sonrisa burlona de su rostro, se echó el cabello hacia atrás y se recostó cómodamente sobre la silla, mirándola.

- Gracias a Dios te dedicaste al baile y no al canto. -Comentó irónicamente, pero no le dio tiempo de responder a su comentario.- ¿Qué no te dije que regresaría a las tres?
- ¿Ya son...? -______. Sonrió levemente, dejando pasar el sarcasmo típico del pelinegro y se inclinó sobre la silla- ¿A donde vas a llevarme?
- No te diré, lo verás cuando lleguemos. A menos, claro, que quieras seguir cantando. -Nicholas no lo pudo evitar y esta vez lo dijo con todo el sarcasmo que pudo al tiempo que se levantó de la silla.

La castaña lo fulminó con la mirada, se levantó lentamente de la silla y agarró sus muletas antes de responder, mirándolo aún de la misma forma.

- Te lo advierto, estas pueden pegar muy duro, Jonas. -Dijo, levantando levemente una muleta del suelo.- Así que deja el tema atrás. -Le dio la espalda y caminó de regreso hacia la cocina.

_______. No lo vio porque le había dado la espalda al pelinegro, pero Nick sonrió divertido ante su comentario. La chica se veía bastante cómica enojada, aunque prefirió guardarse el resto de las bromas sobre su voz y caminó detrás de ella sin volver a mencionar el tema. Cuando pasó junto a la puerta de la cocina recogió las llaves de su camioneta y le hizo un pequeño movimiento de cabeza a ________. indicándole que lo siguiera. La castaña lo siguió hasta el porche de entrada y se detuvo para bajar los cuatro escalones con cuidado. Nicholas, que ya había bajado, se giró para observarla y negó con la cabeza, volviendo a subir los escalones.

- Vamos, déjame ayudarte. -Dijo, extendiendo los brazos. _______. Negó con la cabeza.
- Yo puedo sola, créeme. -Le sonrió con suficiencia y lentamente puso las muletas en el escalón y luego bajó ella- ¿Vez? Uno fuera, quedan tres.
- Por Dios, así vamos a durar toda la tarde. Ven.

La castaña abrió la poca para replicar pero Nicholas ya la tenía en los brazos con todo y muletas incluidas. La levantó con tanta facilidad que incluso ella se sorprendió: Nunca nadie la había levantando así. Los del Ballet lo hacían porque tenían que, y eso practicando muchísimas horas, pero al pelinegro le salió natural. Se agarró con un brazo del cuello mientras con el otro sostenía las muletas. El momento duró a duras penas cuatro segundos, pero no pudo evitar sentir el tenue olor de Nick. De su colonia. El pelinegro la depositó en el suelo con un suave movimiento, sin mirarla. ______. Se apoyó en el hombro de él para colocarse las muletas bajo los brazos.

- Gracias. -Murmuró, siguiéndolo nuevamente hasta la camioneta.

Para subirse no necesitó ayuda. De hecho, lo hizo bastante fácil, pues tenía donde apoyarse. Se acomodó en el asiento antes de que Nick encendiera la camioneta y saliera de la casa. El pelinegro conducía mirando el camino, sin embargo, miraba de vez en cuando por el rabillo del ojo, observando a _______. la cual estaba completamente distraída con el paisaje. No habían agarrado por la vía principal, sino por un camino rústico, lleno de casas como las de ellos. La castaña se encontraba completamente absorta detallando el paisaje como para darse cuenta de las miradas del pelinegro, aunque el silencio no le duró mucho. Ladeó la cabeza minutos después y recostó la espalda del asiento.

- ¿A donde vamos? -Nicholas abrió la boca para responder que no le diría, pero ella se apresuró a corregir la pregunta- Me refiero, ¿A donde vamos es... un lugar bonito?
- ¿Bonito? -Nicholas giró el volante levemente y alzó una ceja- Depende de como lo veas, en realidad. Ya casi estamos allí, cálmate.
- Vale, me callo. -_______. volvió la vista, dejando de hablar.

Unos minutos después Nicholas detuvo la camioneta frente a lo que ella reconoció como un establo. El lugar era uno de los más grandes que ella había visto, de un color rojo ladrillo que sobresaltaba sobre el resto. Nick se bajó de la camioneta, la rodeó y la ayudó a bajar. _______. se apoyó en las muletas, caminando hacia el establo junto a él.

- ¿Esto es tuyo? -Preguntó, mirándolo unos segundos antes de regresar la vista. Él asintió.
- Y de William también. Lo compramos cuando supimos que la empresa iba bien.

Lo dijo sin resultar altanero, ni siquiera interesado. Eso sorprendió a _______. pues conocía varias personas ricas que les gustaba presumir de sus cosas. Obviamente Nick no era uno. Él lo consideraba solamente como un logro personal, pues siempre quiso uno, y cuando lo compró junto con William supo que sus negocios iban bien, que su vida iba en buen camino. Abrió la puerta del establo y esperó a que ella pasara para entrar él. _______. No pudo evitar soltar una exclamación. El sitio parecía aún más grande por dentro y poseía todo lo necesario para cuidar de los caballos que estaban allí adentro, así como las sillas, los cascos y demás cosas para montar. Ella no sabía mucho de caballos en realidad, pero aquello le pareció digno de una pintura campestre.

- No sabía que montaras. -Comentó distraidamente, paseando la vista entre los caballos.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí aún. -Le respondió Nicholas antes de abrir uno de los compartimientos.- Espera un momento antes de pasar.

_______. Asintió, pensando en la manera en que el pelinegro había dicho "Aún", como sí en futuro ella llegaría a saber todo sobre él. Adentro del compartimiento había una yegua blanca, hermosa y limpia que se levantó cuando Nick entró. Había algo más allí adentro, pero ______. no pudo ver más, pues el pelinegro la tapaba.

- Hola Ash. -Nicholas alzó la mano para acariciar a la yegua en el rostro, paseando su mano en forma cariñosa- ¿Cómo estás hoy?

La castaña lo miró, absorta en lo que pasaba. Una vez, en alguno de los muchos libros que había leído, leyó que algunos animales forman un vínculo con sus dueños, uno que solo ellos dos pueden sentir, y que hace que se entiendan mejor. ________. Ahora entendía a lo que se refería. Nicholas parecía estar hablando con un humano, y la yegua parecía entender, mirarlo con ojos conocidos. Sintió ternura, pues en el rostro del pelinegro no había ni una gota de ironía. Nick se giró y le hizo una seña a ________. para que pasara. La castaña abrió los ojos como platos.

- ¿Yo? -Negó con la cabeza, insegura.- Creo que se siente cómoda contigo, a mi no me conoce...
- Ashley no es agresiva, vamos, pasa _______. -Nick extendió una mano para ayudarla.

_______. Dudó, pero terminó por pasar dentro del cubículo junto con Nicholas y la yegua. Paseó la mirada por el animal, realmente era uno de esos caballos majestuosos, y no parecía agresivo en lo absoluto. Luego observó lo otro que al principio no pudo ver bien. Era un potrillo recién nacido, pequeño y blanco, tal como la mamá.

- ¿Puedo? -Preguntó, mirando dudosa a Nick y luego a la yegua, la cual colocó el rostro para que la acariciara.
- Adelante, ya te dije que no es agresiva.

Estiró la mano y acarició levemente a Ashley, la yegua no se movió, se sentía cómoda. ________. Se tambaleó y recogió la mano libre para tomar nuevamente la muleta, pero Nicholas la sostuvo por la cadera, ayudándola a mantenerse en pie. Ella sabía que lo hacia para evitar que se cayera el suelo, pero sentía un leve cosquilleo donde Nick tenía las manos puestas. Lo ignoró y en cambio susurró un leve "Gracias" antes de acariciar nuevamente a la yegua.

- Ashley tuvo un potrillo hace unos días, antes de que tú llegaras. -Explicó Nicholas, aún con las manos en sus caderas, pero _______. ya se había acostumbrado y no se sonrojó. Aunque cada vez que hablaba, su aliento chocaba en el cuello de ella.- Pero no he tenido tiempo de ponerle nombre.
- ¿Quieres que yo...? -Carraspeó la garganta y ladeó la cabeza- ¿Quieres que le ponga un nombre?
- Ajá. -Nicholas la sostuvo un poco más fuerza y la giró suavemente para que pudiera ver al animal- Te traeré a visitarlo cuando quieras, o puedes venir tu sola cualquier momento el día, así no te aburrirás. Así que sí, ponle un nombre. Es tuyo.

_______. La castaña posó la vista en el pequeño animal. Se veía tan tierno, tan tranquilo... Ella nunca había tenido ningún tipo de mascota por falta de tiempo, pero ahora tendría un potrillo del que cuidar. Sus ojos se iluminaron al instante, incluso Nicholas pudo verlo. Asintió con la cabeza.

- Orson. -Murmuró con tono indeciso y luego lo repitió- Se llamará Orson. Es macho, ¿Verdad?
- Es macho. -Confirmó el pelinegro- Entonces Orson será.

La castaña sonrió de oreja a oreja y, sin que Nicholas se lo esperara, soltó las muletas y se abalanzó sobre él, abrazándolo con ambos brazos por el cuello. El pelinegro que quedó tieso, no se esperaba en absoluto eso de ella. Nadie lo había abrazado así, no con tanta felicidad incluida. Le tomó unos segundos pero pronto la rodeó con los brazos, estrechándola contra él. No quiso admitirlo, pero era agradable tenerla así.

awww q ternurita nick regalandole un pequño potro!!!

siguela es hermosa!!

pd: gracias por la bienvenida y feliz año nuevo!!