Ҩ Perro Guardián. [ Ziall ]

Ficha de la serie

Hiiiiiiiiiiiii; aquí me tienes de nuevo lindaa c:
¿que tienen tus novelas que las amo?
Son como una adicción c: escribes hermoso,
creo que ya te lo eh dicho linda :3
Espero la sigas pronto
Muchos besos
LoveYou.Xx

Perro guardián.

I was,am and will be your watchdog.

You'll always have my shoulder when you cry, I'll never let go, never say goodbye. You can count on me like 1 2 3, I'll be there and I know when I need it. I can count on you like 4 3 2 and you'll be there cause thats what friends are suposed to do.

If you're tossing and your turning and you just cant fall asleep
I'll sing a song beside you
and if you ever forget how much you really mean to me
everyday I will remind you
Count on me-Buno Mars

En el centro de la ciudad, justo en donde las cosas parecen ser normales, queda ubicado un instituto prestigioso. En esta historia, no les hablare sobre aquella institución, centraremos nuestra atención en un rubio, ojos azules y no muy alto para su edad. En efecto, ese mismo año cumpliría los 16. En las clases era el centro de atención. No se apresuren, era el punto de descargas para todos los chicos. Lo tomaban como un idiota sin capacidad para defenderse, algunos le humillaban, otros más crueles le golpeaban. Las chicas le discriminaban porque no cumplía con las características de: tener un buen físico, no ser un nerd. Niall Horan en definitiva era delgado y siempre se esforzaba por sus calificaciones. La vida de aquel muchacho era despreciable, era sencillamente deplorable. Y uno pensaría que llevaba otra vida más cálida, por así decirlo, en casa. Pero es todo lo contrario, el castigo viene cuando regresa de la escuela. En su hogar está solo, no tiene padres, no tiene hermanos, vive solo. Sin ninguna compañía ‘humana’.

***

-¡Oye Horan! – El rubio volteo para verificar quien le llamaba – ¡olvidaste tus apuntes!

El jugador de futbol le alcanzó con un par de zancadas y le lanzó con fuerza excesiva, la pequeña libreta hacia sus cabellos. Unas carcajadas se dejaron oír, para después oír el desolado sonido del silencio. Niall se agachó para recoger la libreta que contenían apuntes importantes, la clase completa de física elemental se encontraba ahí. ‘O lo que quedaba de ella’ -pensó angustiado. Todas las hojas estaban húmedas y en su mayoría, rotas. Se sentó sobre el suelo de cemento para verificar mejor si podía encontrar algo salvado. Solo consiguió dar con el ‘Cerdo, porque mejor no te vas? No necesitamos a un afeminado. Lárgate!‘ de la última página. Un nudo en la garganta le aviso las lágrimas que estaban a punto de venir. Pero no, si quería darles la contra, no lloraría esta vez. Se levantó con pesadez del suelo mientras que pasaba su mano deliberadamente por su estómago. No le apetecía ver el moretón que seguramente se encontraba ahí. Tampoco estaba con ganas de recordar los momentos de dolor que había pasado hoy en horas de clase. Y menos aún quería saber de los martirios que se avecinaban. Porque todos los días era lo mismo, le maltrataban sin hallar una miserable razón.

Tres ladridos lejanos le distrajeron de sus pensamientos. Era Zayn, aquel perro que había adoptado antaño pero que ni siquiera recordaba el cómo. De lo único que tenía ganas era de verlo. Miro de un lado a otro para verificar que nadie se encontrase cerca. Una vez asegurado, corrió hacia el inmenso canino de pelaje oscuro y por fin… después de tantas horas, se sintió protegido, relajado. Nadie podía ver a Zayn en la escuela, nadie o las consecuencias serían desastrosas. Zayn había ocasionado muchos problemas con los alumnos y generado muchas quejas por parte de la mayoría. ¿Se imaginan por qué? Era un perro inteligente, se daba cuenta del peligro que corría Niall en ese lugar. Podía sentir el daño que le ocasionaba y él solo trataba de protegerlo como buen amigo fiel que era. ‘Eres un perro inteligente’ le había dicho el rubio millones de veces. Antes, Zayn podía acompañarlo a la escuela, podía saltar las cercas de seguridad con mucha habilidad y visitarlo causando el asombro de varios. Antes, Zayn podía defenderlo a su gusto, podía gruñir, mostrar los colmillos y asustar a todo quien se le ocurra agredir al rubio. Antes no le tenían prohibido todo aquello, pero desde que los problemas empezaron, el Director prohibió de forma rotunda el acceso de ‘Ese animal’ a la institución.

-Vámonos de aquí, Zayn – las palabras del rubio sonaron ahogadas.

Caminaron por las calles vacías sin hacer ruido más que con sus pisadas. Niall no se tomaba el lujo de usar un taxi. Tampoco podía usar el metro por Zayn. Así que corría el riesgo de que algún delincuente le robe la mochila que cargaba al hombro. En unos minutos se encontró frente a la casa del techado ocre, la pintura seguía conservada, eso era lo bueno. Y no tenía dos pisos pero era muy grande para una sola persona. Y lo típico, el perro siempre dormía a los pies de la cama. ¿Para qué más espacio? Era lo necesario, mientras no le molesten y sea su refugio de golpes, estaba perfecto.
Dejó su mochila tirada por algún lugar y corrió hacia el baño. Se sacó la camiseta y lo que tenía que ver simplemente lo vio. Suspiró, estaba cansado. No físicamente, estaba cansado de siempre ser la víctima. De siempre ser el saco de golpes. Las lágrimas amenazaron nuevamente. ¿Porque no podía ser valiente y defenderse el solo? Ni siquiera tenía un solo amigo… humano. ¿Porque a él?
Zayn apareció a sus espaldas. Niall volteo, se arrodilló y le acaricio. Sinceramente era lo único que podía alegrarle el día, ese estúpido, gracioso e inteligente perro era el único amigo que tenía. Sonrió a medias mientras recordaba… pero inmediatamente suspiró al darse por rendido. Lo que había pasado hace ya mucho tiempo siempre sería un misterio para él, utópico. ¿Cómo diablos Zayn había llegado a formar parte de su vida? ¿Cuándo y en qué momento llegó? Porque de lo que él sabía, era que desde que tenía uso de la razón, recordaba haber convivido con su peludo amigo. Al rubio le llego un recuerdo muy borroso.

Flash back:
Tenía aproximadamente seis años y había regresado a casa con una interesante lección de la lectura. Un día antes había leído la inscripción extraña y totalmente desconocida que llevaba en su cuello aquel perro. Pero ahora que sabía el significado de las letras, creía reconocerlas. Se acercó con cautela al pequeño perro oscuro y se inclinó para verificar el collar con la inscripción. Z…A…Y…N, ¡Zayn! ¡Aquello decía Zayn! Casi salta de la felicidad, ya sabía leer y reconocía el nombre de ese can. Los ojos azules rebosaban de alegría, volteo a ver nuevamente a aquel perro y cuando se encontró con esos espejos color miel, creyó identificar una chispa de felicidad humana en ellos. Ladeo la cabeza… los perros podían mirar así? ¿Acaso ese perro se había contagiado de la alegría también? ¿Aquello era normal? Varias preguntas le revoloteaban por su ingenua cabeza, no hallo las respuestas hasta muchos años después.

Fin flash back.

Ahora Niall se encontraba comiendo apresuradamente la comida precalentada. Había tomado el control del televisor y se encontraba pasando los canales de forma apresurada. Parecía que nada interesante pasaban a esas horas. Después de un momento de indecisión, lo dejo en el CNN.
-Entre otras noticias, - la periodista cambio de tema drásticamente - un reciente acontecimiento ha dejado mucho que pensar en estos días. Algunas fuentes nos informan que ninguna persona fue víctima de este atentado, pero aun así, lo que nos quiso dar a entender este personaje… fue demasiado evidente. Algunos aficionados de este tema pueden explicarnos de que va todo el rollo de la noche pasada. Según nos informan, hay rumores en donde puede tratarse de una secta satánica. El sentido común de algunos historiadores nos dan otra versión, un grupo antiguo, una pequeña hermandad no muy conocida con un propósito singular: sencillamente el poder. Sin embargo, existe una posibilidad más realista… Podemos creer que simplemente todo esto haya sido causado por una persona normal con ganas de ser famoso. No podemos saberlo… esperamos que sea simplemente producto de una broma pesada. Quédense con nosotros, en instantes, algunas imágenes que revelaran más de este atentado, aparecerán en pantalla.

Al rubio no le interesó ni la mitad de lo que pudiese estar hablando esa mujer. Todo era muy aburrido y no tenía ganas de enterarse de noticias en ese mismo instante. Además, ella misma lo había dicho… podría tratarse de una broma hecha por algún lunático. Como sea, apenas sabía de qué trataba el hecho.

Sin embargo, no se podría decir lo mismo del perro. Niall lo miraba extrañado. Aquel animal de pelaje oscuro no dejaba de ladrar y gruñir. Su pelambrera estaba totalmente erizada y paseaba de un lugar a otro. No supo el porqué de esa actitud tan rara y nueva… tal vez se le había zafado un tornillo. De cualquier modo, a Niall no le gustaban los ladridos y aquello hizo que se pusiera nervioso. Niall gritó que se callase, no estaba de humor. Los ladridos cesaron, más no los gruñidos. El rubio se agito los cabellos, exasperado.

-¿Qué te pasa Zayn? – Le regaño, sabiendo que no podía entenderle – Deja de ser un fastidioso.

El humano arrugó el cejo y como respuesta… recibió un estruendoso ladrido hacia su persona. El gigante animal se dirigió a velocidad hacia el televisor y se levantó sobre sus patas traseras. ¡Estaba apoyando medio cuerpo en el televisor!

-¡No! ¡Lo romperás! – Regañó mientras que le sujetaba del cuello y lo jalaba hacia atrás – Perro malo…

El dueño no entendía que había hecho mal o si había cometido algún error para que Zayn actuase así, ya que nunca jamás en su vida, lo había visto de esa forma. Se frotó las cienes mientras que respiraba profundamente. Primero, los golpes en la escuela; segundo, un Zayn lunático. Lo mejor sería tomarse una breve siesta, tal vez eso alivianara su dolor de cabeza. Se encaminó a rastras por el pasillo, con Zayn siguiéndole los pasos, hasta llegar a su habitación. Acto seguido, derrumbó su cuerpo sobre la cómoda cama que tenía y, sin sacarse la ropa, dejó llevar su cuerpo por la luz del crepúsculo.

Mientras tanto, la preocupación no abandonaba la mente inteligente del canino. Hace un momento había visto lo que siempre había temido. Antes, mucho antes, cuando aún era un niño, le había advertido que aquello pasaría tarde o temprano. Era el protector del hijo de James Horan y por tal… debía tener previsto que algún día llegaría ese momento. En este preciso instante, Niall estaba en peligro, ya veían a por él. El mensaje estaba claro, pero ningún humano que no formara parte del clan, no podía saber su significado. ‘Allá en casa – pensó Zayn – ya deben de haberse enterado, me pregunto cuando me darán la señal de regresar con Niall’. Zayn no pudo dejar de moverse, estaba sumamente nervioso, ensimismado en sus pensamientos. Niall estaba en peligro desde que aquella ‘hermandad’, como le habían puesto los humanos, había regresado. Y ésta vez matarían una vida con tal de obtener lo que deseaban. Estaban en busca de la sangre de Niall.

Zayn suspiró, miró al dormido Niall. Él desconocía de la situación. Pero ya no más, Zayn había tomado una decisión. Cuando despierte le revelaría todo, le mantendría informado, porque no le servía de nada tener a un indefenso e ignorante Niall. Y para hacer todo aquello, era hora de transformarse. Zayn suspiró por segunda vez. La última vez que había estado en estado humano tenía siete u ocho años, no lo recordaba. Trotó sobre sus patas hasta llegar al armario del rubio. Puede que no se molestaría si tomaba prestado unos shorts, eso era todo lo que necesitaba. Zayn suspiró por tercera y última vez, había llegado el momento. Un estremecimiento le recorrió toda la espina dorsal, cerró los ojos por unos segundos, los apretó al sentir aquella rara y ferviente sensación. Cuando los abrió, todo era distinto.

***

Niall estaba teniendo problemas para despertar de aquel estúpido sueño. Pero poco a poco se estaba convirtiendo en una pesadilla. Los mismos que se burlaban de él en clase y que le agredían cuando tenían la oportunidad, estaba acabando con la vida de Zayn. Era su forma de vengarse, pateaban y maltrataban brutalmente a su mejor amigo, el único que tenía. Cuando abrió los ojos, se tomó el tiempo en controlar su respiración agitada. Suspiró aliviado de que todo eso solo haya sido un indefenso sueño. Tal vez no debió haber gritado a Zayn de aquella forma. Sacudió la cabeza para eliminar los rastros de aquel mal sueño. Giró su cabeza para poder mirar el reloj de su buró: Marcaba las 5 de la mañana. En tres horas tenía que estar nuevamente en la escuela. Un repetido martirio que no pararía hasta el último día del último año. Se levantó con pesadez y dolor de la cama, todo seguía oscuro. Caminó torpemente y aún con el cuerpo agarrotado, caminó hacia el interruptor de la luz. Tanteó a ciegas tratando de localizar donde se encontraba el condenado botón. Bastó unos segundos más para que la luz cegase la vista del rubio. Éste se estremeció y toda su piel se erizo al saber que no había sido él, el que la había prendido.

Volteo tan rápido como pudo para encontrarse con la figura de un chico alto y musculoso justo delante de él, a unos centímetros. Niall grito asustado y retrocedió tanto como sus piernas le permitieron. Cuando sintió la fría pared a sus espaldas, supo que le sería imposible retroceder más. ¡Un chico acababa de materializarse en su cuarto!

-¡¿Quién mierda eres tú?! – gritó nuevamente, con el cuerpo temblando como un motor.

-Tranquilízate, cállate y escúchame, ¿Quieres?

-¡Cómo mierda has entrado a mi casa!

-Niall, cállate

-¡Quién te dijo mi nombre, y por qué tienes poca ropa!

-¡Porque soy Zayn! Si? ¡Soy Zayn!

Niall se quedó estático, esa era prácticamente la peor excusa que había escuchado en su vida. Además, aquel extraño sabía también el nombre de su perro!

-¡Mentiroso! –

Gritó Niall y cogió la almohada que tenía al costado de su cama tan rápido como pudo, se la tiró a aquel lunático y corrió hacia la puerta. Su plan de escape era terrible, y por ello, no funcionó. El moreno tenía su brazo con una mano; y con la otra, la almohada. La tiró al suelo y miró atentamente los ojos azules inyectados en terror.

-Ahora escúchame, ¿está bien? – Pronunció calmadamente - Soy Zayn y tú eres Niall Horan de 16 años, al que todos molestan en el instituto. Me conoces desde que cumpliste los seis. Te llevaron al orfanato, no duraste mucho, el estado te dio una casa apropiada para una sola persona, un niño como tú. Te gustan las frituras, las pastas, la nutella y las matemáticas. Adoras los baños calientes con espuma, en especial si te quedas una hora sin hacer nada. Tienes un promedio de nueve marcas de golpes en tu dorso y tres en la pierna derecha. Y no quiero seguir con otras intimidades tuyas más incomodas, ¿ahora si me crees?

Más no recibió respuesta. Niall era la viva imagen del terror. Abrió la boca y la volvió a cerrar, ya que ningún sonido salió de él. Sacudió la cabeza y la única posibilidad que podía pensar era… estaba soñando?

-No es posible, tú... ¿cuánto tiempo llevas espiándome y que le has hecho a mi perro?

-Diablos Niall, te daría una explicación lógica de porqué me he convertido en un humano, pero creo que no la hay. O no tengo la suficiente paciencia para explicártelo todo desde un principio. Simplemente soy diferente a los demás, y no te sorprendas, hay más como yo, y tú no eres el único con mascotas diferentes. ¿Quieres más pruebas? Tengo el pelo negro y los ojos marrones, porque siempre ha sido así, ¿es que no lo ves?

-No, no…- murmuró asustado – no no no eso no puede ser, esas cosas no suceden.

-Aquí sí sucede, soy un metamorfo. Ah! Y mi apellido es Malik… por si querías saberlo –Zayn soltó el brazo del rubio, viendo que se encontraba más pasivo.

-¿Zayn? –a lo que el mencionado asintió - ¿Qué demonios?

-Escucha, eso no es lo importante ahora…

-Acabo de ver que un perro se convirtió en un hombre, ¿crees que no es importante eso?

-Tienes razón, pero hay algo más importante aún – Zayn lo miró directamente, muy profundo a los orbes azules – pero necesito que te sientes, porque será una larga historia.