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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Summer. {One Direction y tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Hola, mis amores! Vengo a avisar que sigo viva(? Es que me vine de fin de semana a la casa de la hermana de mi cuñada porque mi sobrina de dos años vino desde eeuu y para mí era muy importante conocerla. Es un amor <3. En fin, con todo este quilomno recién hoy ( que me quedé a dormir en lo de una amiga que tengo acá) encontré wifi, porque en mi vcasa no hay por problemas después de una tormenta. En fin,estoy desde el celu, perdonen mi escritura. Gracias por sus lindos comentarios <3. Calculo que el martes estaré de vuelta y com el inteenet arreglado
perdón :c LAA AMO! OJALÁ ESTÉN TENIENDO TAN BUENA SEMANA COMO YO <3.
perdón :c LAA AMO! OJALÁ ESTÉN TENIENDO TAN BUENA SEMANA COMO YO <3.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Okay. Te espero, pero solo hasta las 10 joder! no me dejan mas tiempo ¬¬' Ya te extrañaba Soool Te amoooooooooooooooooo!HOY SUBO! ESTÉN ATENTISSSSS!
Pd: Aun sigo siendo tu fan numero 1° Así que ámame mucho! :omg:
Beso!
Invitado
Invitado
Re: Summer. {One Direction y tú}
'Drunk...'
Capítulo XXX.Una casa. Otra, otra y otra más. Todas son iguales y me recuerdan al paisaje de Irlanda, cuando viajé con Niall a Dublín.
Es bastante llamativo pero poco original. Imagino que si fuesen parecidas también por dentro, sería el colmo de los colmos.
Si ahora mismo estuviera en Londres, me reiría de lo estúpidos que resultan mis pensamientos cuando acabo de despertarme de una casta siesta. Pero no estoy en Londres, entonces no me hace gracia.
Pensar en mi idílica ciudad solo me hace más daño. Me obliga a remontarme hasta hace unas horas atrás, unas semanas e incluso unos años, haciendo mi sufrimiento más arduo.
Y ahora me pregunto, ¿en realidad quiero estar en California?
No. Solo quiero estar lejos de Niall.
La ventanilla del auto está congelada, tanto que el frío helado llega hacia mí y traspasa mis ropas. Supongo que los estadounidenses estarán acostumbrados, porque no veo más que gente en shorts y remeras cortas.
Joe va dormido en la parte trasera y Evan no emite ningún sonido más que para señalizar el camino, aunque parece que el conductor lo sabe bien.
Yo voy adelante, como acompañante y la sonrisilla quebrantada que me proporciona el hombre cuando no le estoy mirando me asusta.
Tiene la barba nevada, el cabello completamente blanco y un diente bastante amarillento. Parece de unos sesenta y cinco años e imagino que en realidad, su licencia de conducir debería haber expirado hace años.
–Vaya por la derecha –le indica mi hermano, y se encoje de hombros cuando el señor le dirige una mirada fulminante por el retrovisor–. Lo siento, es que todo parece más práctico usando el gps de mi celular.
–Muchacho, ¿quién es el de aquí? ¿tú o yo? –responde y yo suspiro frustrada.
–Usted, señor, es más que obvio –agrego, enfurruñada–. Digo, acabamos de llegar y… ¿puede, por favor, dejar de sonreírme de esa forma tan cínica?
– ¡Maddie! –chilla Evan y se oye una pequeña carcajada salir de la boca de Joe. El hombre me observa divertido y sigue conduciendo–. Lo siente mucho.
–No lo siento –bufa–. Tengo novio –miento, y la sonrisa que pensaba añadir al final resulta más amargada de lo que esperaba.
–No eran mis intenciones, no te preocupes –susurra–. Me recuerdas a mí nieta. Ha desaparecido hace unas semanas.
En estos momentos, mejor estar muerta.
>>Es como tú. O era, vaya uno a saber –se le oye susurrar.
– ¿Cómo yo?
–Alta, voluminosa y con actitud de llevarse el mundo por delante. Pero la verdad es que era tan indefensa cuando quería; tan pequeña e insignificante.
A veces, cuando se encogía de miedo o angustia, recurría a mí. Y yo la veía escabullirse en un recoveco entre su cama y la pared, y hasta parecía desaparecer.
Muchas veces me dijo que era exactamente lo que quería. Y ahora… lo ha logrado –finaliza con una amargura incalculable y me dan ganas de llorar.
No por su penoso relato o por las lágrimas que parecen acumularse detrás de sus ojos. Sino porque es una situación tan parecida a la mía que asusta.
Le echo una miradita furtiva a Evan por el retrovisor. Está mirándome.
Me mira directo a los ojos con varios sentimientos que me inculcan una culpabilidad extrema. Supongo que en mis días de depresión no la ha pasado bien.
“Lo siento” digo sin hablar, pero ya no me mira.
La habitación es grande. Tiene paredes anchas y blancas, tan blancas como la dentadura de Tom Cruise.
Dos escritorios de madera de roble y un armario lo suficientemente grande como para que varias prendas quepan en él.
En la pared central, frente a las dos camas simples, se halla un televisor LCD al que seguramente poco uso le daré.
Tengo un ventanal grande que da al centro del campus, justo en frente de la cafetería. Tiene un balcón pequeño y canteros con flores de colores exóticos y llamativos.
Pero ni siquiera el aroma dulzón que las sábanas desprenden, o el chocolate que las mucamas han dejado en mi almohada me hacen levantarme.
No quiero moverme nunca jamás. No quiero ver a nadie y que nadie me vea. Y lo más importante, no quiero que nadie me encuentre.
Quizás debería tomar mis maletas y largarme hacia algún lugar desierto del que nadie sepa.
Suspiro y me siento en la cama con pesadez. Todo tiene un color tan natural que me hace recordar las palabras de mi abuelo refiriéndose al color: “atrae energías positivas”, había dicho.
Y ahora, ¿qué se supone que haré durante dos semanas? ¿regar las plantas?
Estoy tan sola.
Mi celular comienza a sonar con la melodía que Marina me eligió para sus llamados y atiendo rápidamente.
“¡¡¡¡¡Madeleine!!!!!” chilla desde la otra línea, obligándome a alejar el aparato de mi oído.
–Hola –le susurro y puedo oír su sonrisa desvanecerse.
– ¿Está todo bien? ¿te han secuestrado y te han convertido en una nerd? ¡Estás bromeando! ¡Estás bromeando! –aprieto los ojos y recapacito seriamente el colgarle.
–Estoy bien, Marina. Solo un poco cansada… ¿te parece si te llamo más tarde? –se produce un silencio agudo y rezo porque me diga que sí–. Sí, vale… adiós.
Suspiro y miro el móvil entre mis manos. ¿Debería…?
No. No debo.
No. Debo.
La siguiente hora me la paso recordándome que no debo llamar a Niall y que no debo disculparme por mi comportamiento agresivo en el aeropuerto. Después de todo, él me trató de una forma bastante parecida.
Como a una bolsa de basura. No, peor que eso: como a un trapeador que enjabona el piso después de limpiar el vómito.
Sí, así es exactamente como lo recuerdo.
Y ahora que lo pienso, hoy fue el último día que lo vi desde que ocurrió el “incidente” de la televisión y me enteré que está saliendo con Megan no sé qué cosa.
Detesto el nombre Megan. Es insulso, amargo y hasta algo tedioso. Pesado.
Megan, Mega, Megan.
Sí, quiero vomitar.
Y después de todo, sigo siendo bastante fuerte, porque he tenido que oírlo por todas partes. Es como si el mundo tuviera solo un tema del que hablar, entre tantos: Megan.
Mi boca suelta un suspiro agotado. Ni siquiera he desempacado la mitad de mi maleta y aún así estoy cansada.
Mi celular comienza a sonar con una melodía pegadiza, que hubiera celebrado si estuviese de buen humor. Tomo el móvil, me siento en la cama entre suspiros penosos y atiendo la llamada.
–¡Hasta que al fin atiendes! ¿en dónde te has metido?... ya sé, no me digas. ¡Conociste a un chongo buenísimo y me lo vas a presentar! –chilla Evan, emocionadísimo y me doy cuenta que este viaje le ha sentado mucho mejor que a mí. De hecho, me hizo soltar una risilla discreta con esa palabra tan extraña. “Chongo”
–Hola –le digo a desgano–. No he conocido a ningún chico… no he conocido a nadie –redondeo la idea y hasta le agrego un ímpetu de desesperanza, para que entienda cuán sola estoy.
Se oyen murmullos, risas y varios suspiros.
–Maddie, ¿aún no has salido de tu habitación?
–Lo veo innecesario –respondo de inmediato–. Digo, ¿para qué? Aquí tengo todo lo que necesito.
Hasta… hay un imán en un mini-refrigerador con un número de delivery. Ya ves, no tengo necesidad de salir.
Me sonrío para calmar el conjunto de hiperactividad, nervios e histeria que se confecciona en mí interior.
–Maddie…
–Necesito salir –digo desesperada.
–Madeleine…
–No, es enserio. Lo necesito. Estoy encerrada aquí desde hace una hora, no hago más que pensar en Niall. Estoy cansada. Oh, hace cuánto no mencionaba su nombre.
¡Ya me estoy asustando! ¿sabes que soy claustrofóbica? Bueno, es como si tuviese miedo pero en lugar de a los espacios chicos, a los espacios vacíos. Mi vida está vacía ahora, así que… ¿qué se supone que deba hacer?
¿Mencioné ya que estoy sola? –suspira. Un suspiro que me tomo el tiempo para analizar: penoso. Doy pena.
Uy, sí.
–Haremos esto. Escúchame. Tú habitación es la 322, así que estás enfrente de mi edificio. Estoy viéndote ahora… sí, ya deja de tirar almohadones.
Acércate al balcón, abre el ventanal y respira un poco de aire fresco –cierro los ojos y decido que tiene razón, así que sigo sus indicaciones. Pero cuando llego al ventanal, me topo con una sorpresa: no solo hay cámaras y contraseña, sino que también lleva tres cerraduras.
Ahora sí.
–¿Lo has visto? ¿Lo has visto ya, Evan? ¡Estoy literalmente encerrada! ¡No hay aireeeeeee! –me hiperventilo y comienzo a golpear el cristal. Puedo divisar su figura cubriéndose el rostro. Debo de ser un manchón de tinta en el apellido de la familia, pero ¿y qué? En este momento es lo que menos me importa.
–Mad, cálmate. Ponte la chaqueta y baja, espérame en recepción. Paso por ti en quince.
Quiero contestarle. Quiero decirle que siento que me falta el aire, pero ya ha colgado.
Comienzo a llorar. Lágrimas heladas que recorren mis mejillas de principio a fin, lágrimas con un por qué y un nombre grabado en ellas.
Me hago pequeña, abrazo a mis piernas y lloro.
Como después de quince minutos no he bajado, Evan sube y abre la puerta de mi habitación que dejé sin trancar.
Al verme tan indefensa me abraza y me besa la coronilla, y me recuerda a él.
–¿Qué debo hacer? ¿se supone que es esto un ataque de pánico? –me pregunta desesperado. Niego efusivamente y me limpio la nariz.
–No siento que vaya a morirme. O bueno… sí. Pero es diferente.
–No te entiendo.
–Siento que me duele el corazón. La garganta está quemándome. No puedo dejar de pensar.
Evan –le susurro, lágrimas cayendo por mis ojos, mi voz quebrantada y sus ojos verdes penetrando mi mirada– ¿cómo hace uno para olvidar?
–Yo también quiero olvidar. Quiero olvidar muchas cosas que ahora no puedo contarte.
–¿Y qué podemos hacer?
Piensa un instante y se sonríe.
–Creo… creo que sé exactamente lo que necesitamos.
No estoy segura de que esto esté bien y ya es la quinta vez que me lo repito.
Evan dice que cuando veníamos en el taxi vio una disco, un bar para adultos y nos ha sacado identificaciones falsas para que podamos entrar y beber.
Me ha dejado para que me aliste y quedó en venirme a buscar en diez minutos.
Después de bañarme, decidí que un vestido sería la mejor opción, así que elijo uno con el top blanco y un par de tachas nada disimuladas, que va acompañado de una falda negra con volados y unas botas negras de tacón.
Me maquillo lo suficiente y me aliso el cabello rogando que no haya humedad.
Después de un rato, Evan toca a mí puerta. Ambos bajamos, nos subimos a el Chevrolet que mis padres le han enviado y partimos.
–¿Debo preocuparme porque sé que nos perderemos o mejor finjo olvidarlo hasta llegar a un lugar con sociedad? –le digo para aclimatarnos, pero él no ríe.
–Estoy nervioso, esto es algo que el Evan de hace unos meses no haría. Esto es algo más al estilo… Joe.
–¿El Evan de hace unos meses?
–He cambiado –susurra.
–Pues yo te veo igual.
–Supongo… –pisa el acelerador y nos pasamos varios semáforos en rojo, lo que me preocupa bastante. Se ha enfadado por algo, así que me reservo comentarios.
Cuando llegamos presentamos los carnet e ingresamos al pub. Evan se despega de mí automáticamente y me quedo sola, sentada en la barra, en un gentío de sudor.
Me pido la bebida más rara que he oído mencionar en mi vida y enciendo el celular. Dos llamadas perdidas de Louis.
Me debato un rato entre qué hacer. Se supone que es mi noche de descanso y diversión, pero Evan me ha dado el plantazo y ahora… ¿qué se supone que haré aquí sola?
Suspiro y le llamo.
No pasan ni tres timbradas y él atiende.
–¡Holaaaaaaaa! –exclama con sus típicos aires de buen humor, esos que tanto me molestan en las mañanas.
–Perdóname por no regresarte las llamadas.
–Estás haciéndolo ahora –ríe.
–Supongo –río también–. ¿Cómo está todo por allá?
–¿Cómo está todo, preguntas? Oh, déjame ver… Creo que… creo que están todos en un repentino estado de depresión.
–Es que es el primer día, se acostumbrarán, ya verás… –termino aceptando que lo digo más como una nota alentadora hacia mí que hacia ellos.
–¿De veras? –pregunta con ilusión y tengo miedo de mentirle.
–Mhm… –digo entre dientes–. Oye, Louis, debo colgar. Te llamaré mañana.
–Bueno… te quiero, mi pequeño ángel de nieve –asiento, tragándome las lágrimas e intentando descifrar si el ardor de mi garganta es angustia o la bebida que ingerí.
–Yo más a ti –le digo y sin esperar respuesta, corto.
Suspiro, pido algo más cargado y lo tomo de topetón, haciendo reír al barman.
No sé en dónde estoy. La música está muy alta y suena mucho peor cuando todos corean la letra. La peste a sudor se me impregna en la piel, repugnante.
Un chico me sostiene entre sus brazos. Es rubio y tiene ojos verdes. Me está mirando dubitativo, como si estuviese decidiendo qué hacer conmigo.
–¿Hello? –y me río torpemente de algo que ni yo entendí. Él también ríe, supongo que más gracia la causo yo.
–Hello a ti también.
– ¿Te conozco?
–No lo creo, pero yo si a ti –alzo las cejas.
– ¿De dónde?
–Eres la loca de la ventana, la que pateaba el ventanal en vez de buscar las llaves en su cajón de guardarropas… –frunzo el ceño y me río. Él sonríe.
–Así que ese es mi nuevo apodo… “la loca de la ventana” –me río– me gusta.
– ¿Has venido con alguien?
–No sé –me mira divertido.
– ¿No sabes? –niego–. Bueno… podría llevarte hasta Standford.
–Me parece una buena idea… pero ¿cómo sé que no eres un violador?
Ríe.
–No lo soy, te lo aseguro.
–mhm… bueno… –me toma de la mano y después de cinco minutos, logramos salir del pub. Me lleva hacia un Cavriolet impecable y me abre la puerta del acompañante.
–Lindo auto… yo tengo uno también.
– ¿En dónde está?
–En Inglaterra. Junto con el amor de mi vida y todas esas porquerías –le digo y comienzo a reírme.
– ¿El amor de tu vida y todas esas porquerías? Uh, no le gustará oír eso.
– ¿A quién?
–Al amor de tu vida… –río.
–Oh, a ese… no. No va a importarle. Es un… un… un rufían –se le escapa una carcajada estruendosa.
–Lo siento… es que esa palabra la usa mi abuela.
–No me ofendas.
–Perdón –me río.
–Podrías… ¿Podrías abrir la ventanilla?
–Vas a congelarte.
–Me siento un poco mareada, de hecho.
– ¿Quieres… –pero no llega a terminar de formular su pregunta cuando ya he vomitado su auto. Me cubro la boca y aprieto los ojos.
Creo que va a matarme y tirará mi cadáver en medio de California, pero al contrario, ríe.
–Lo siento, por dios, qué apenada estoy…
–No te disculpes. Lo limpiaremos. Ya sabes… como a la porquería esa… ¿el amor de tu vida? –no puedo evitar reírme, lo que hace menos creíble mis disculpas.
– ¿La limpiaremos?
–Sí, te ayudaré a limpiar al amor de tu vida –dice totalmente convencido.
Es bastante llamativo pero poco original. Imagino que si fuesen parecidas también por dentro, sería el colmo de los colmos.
Si ahora mismo estuviera en Londres, me reiría de lo estúpidos que resultan mis pensamientos cuando acabo de despertarme de una casta siesta. Pero no estoy en Londres, entonces no me hace gracia.
Pensar en mi idílica ciudad solo me hace más daño. Me obliga a remontarme hasta hace unas horas atrás, unas semanas e incluso unos años, haciendo mi sufrimiento más arduo.
Y ahora me pregunto, ¿en realidad quiero estar en California?
No. Solo quiero estar lejos de Niall.
La ventanilla del auto está congelada, tanto que el frío helado llega hacia mí y traspasa mis ropas. Supongo que los estadounidenses estarán acostumbrados, porque no veo más que gente en shorts y remeras cortas.
Joe va dormido en la parte trasera y Evan no emite ningún sonido más que para señalizar el camino, aunque parece que el conductor lo sabe bien.
Yo voy adelante, como acompañante y la sonrisilla quebrantada que me proporciona el hombre cuando no le estoy mirando me asusta.
Tiene la barba nevada, el cabello completamente blanco y un diente bastante amarillento. Parece de unos sesenta y cinco años e imagino que en realidad, su licencia de conducir debería haber expirado hace años.
–Vaya por la derecha –le indica mi hermano, y se encoje de hombros cuando el señor le dirige una mirada fulminante por el retrovisor–. Lo siento, es que todo parece más práctico usando el gps de mi celular.
–Muchacho, ¿quién es el de aquí? ¿tú o yo? –responde y yo suspiro frustrada.
–Usted, señor, es más que obvio –agrego, enfurruñada–. Digo, acabamos de llegar y… ¿puede, por favor, dejar de sonreírme de esa forma tan cínica?
– ¡Maddie! –chilla Evan y se oye una pequeña carcajada salir de la boca de Joe. El hombre me observa divertido y sigue conduciendo–. Lo siente mucho.
–No lo siento –bufa–. Tengo novio –miento, y la sonrisa que pensaba añadir al final resulta más amargada de lo que esperaba.
–No eran mis intenciones, no te preocupes –susurra–. Me recuerdas a mí nieta. Ha desaparecido hace unas semanas.
En estos momentos, mejor estar muerta.
>>Es como tú. O era, vaya uno a saber –se le oye susurrar.
– ¿Cómo yo?
–Alta, voluminosa y con actitud de llevarse el mundo por delante. Pero la verdad es que era tan indefensa cuando quería; tan pequeña e insignificante.
A veces, cuando se encogía de miedo o angustia, recurría a mí. Y yo la veía escabullirse en un recoveco entre su cama y la pared, y hasta parecía desaparecer.
Muchas veces me dijo que era exactamente lo que quería. Y ahora… lo ha logrado –finaliza con una amargura incalculable y me dan ganas de llorar.
No por su penoso relato o por las lágrimas que parecen acumularse detrás de sus ojos. Sino porque es una situación tan parecida a la mía que asusta.
Le echo una miradita furtiva a Evan por el retrovisor. Está mirándome.
Me mira directo a los ojos con varios sentimientos que me inculcan una culpabilidad extrema. Supongo que en mis días de depresión no la ha pasado bien.
“Lo siento” digo sin hablar, pero ya no me mira.
La habitación es grande. Tiene paredes anchas y blancas, tan blancas como la dentadura de Tom Cruise.
Dos escritorios de madera de roble y un armario lo suficientemente grande como para que varias prendas quepan en él.
En la pared central, frente a las dos camas simples, se halla un televisor LCD al que seguramente poco uso le daré.
Tengo un ventanal grande que da al centro del campus, justo en frente de la cafetería. Tiene un balcón pequeño y canteros con flores de colores exóticos y llamativos.
Pero ni siquiera el aroma dulzón que las sábanas desprenden, o el chocolate que las mucamas han dejado en mi almohada me hacen levantarme.
No quiero moverme nunca jamás. No quiero ver a nadie y que nadie me vea. Y lo más importante, no quiero que nadie me encuentre.
Quizás debería tomar mis maletas y largarme hacia algún lugar desierto del que nadie sepa.
Suspiro y me siento en la cama con pesadez. Todo tiene un color tan natural que me hace recordar las palabras de mi abuelo refiriéndose al color: “atrae energías positivas”, había dicho.
Y ahora, ¿qué se supone que haré durante dos semanas? ¿regar las plantas?
Estoy tan sola.
Mi celular comienza a sonar con la melodía que Marina me eligió para sus llamados y atiendo rápidamente.
“¡¡¡¡¡Madeleine!!!!!” chilla desde la otra línea, obligándome a alejar el aparato de mi oído.
–Hola –le susurro y puedo oír su sonrisa desvanecerse.
– ¿Está todo bien? ¿te han secuestrado y te han convertido en una nerd? ¡Estás bromeando! ¡Estás bromeando! –aprieto los ojos y recapacito seriamente el colgarle.
–Estoy bien, Marina. Solo un poco cansada… ¿te parece si te llamo más tarde? –se produce un silencio agudo y rezo porque me diga que sí–. Sí, vale… adiós.
Suspiro y miro el móvil entre mis manos. ¿Debería…?
No. No debo.
No. Debo.
La siguiente hora me la paso recordándome que no debo llamar a Niall y que no debo disculparme por mi comportamiento agresivo en el aeropuerto. Después de todo, él me trató de una forma bastante parecida.
Como a una bolsa de basura. No, peor que eso: como a un trapeador que enjabona el piso después de limpiar el vómito.
Sí, así es exactamente como lo recuerdo.
Y ahora que lo pienso, hoy fue el último día que lo vi desde que ocurrió el “incidente” de la televisión y me enteré que está saliendo con Megan no sé qué cosa.
Detesto el nombre Megan. Es insulso, amargo y hasta algo tedioso. Pesado.
Megan, Mega, Megan.
Sí, quiero vomitar.
Y después de todo, sigo siendo bastante fuerte, porque he tenido que oírlo por todas partes. Es como si el mundo tuviera solo un tema del que hablar, entre tantos: Megan.
Mi boca suelta un suspiro agotado. Ni siquiera he desempacado la mitad de mi maleta y aún así estoy cansada.
Mi celular comienza a sonar con una melodía pegadiza, que hubiera celebrado si estuviese de buen humor. Tomo el móvil, me siento en la cama entre suspiros penosos y atiendo la llamada.
–¡Hasta que al fin atiendes! ¿en dónde te has metido?... ya sé, no me digas. ¡Conociste a un chongo buenísimo y me lo vas a presentar! –chilla Evan, emocionadísimo y me doy cuenta que este viaje le ha sentado mucho mejor que a mí. De hecho, me hizo soltar una risilla discreta con esa palabra tan extraña. “Chongo”
–Hola –le digo a desgano–. No he conocido a ningún chico… no he conocido a nadie –redondeo la idea y hasta le agrego un ímpetu de desesperanza, para que entienda cuán sola estoy.
Se oyen murmullos, risas y varios suspiros.
–Maddie, ¿aún no has salido de tu habitación?
–Lo veo innecesario –respondo de inmediato–. Digo, ¿para qué? Aquí tengo todo lo que necesito.
Hasta… hay un imán en un mini-refrigerador con un número de delivery. Ya ves, no tengo necesidad de salir.
Me sonrío para calmar el conjunto de hiperactividad, nervios e histeria que se confecciona en mí interior.
–Maddie…
–Necesito salir –digo desesperada.
–Madeleine…
–No, es enserio. Lo necesito. Estoy encerrada aquí desde hace una hora, no hago más que pensar en Niall. Estoy cansada. Oh, hace cuánto no mencionaba su nombre.
¡Ya me estoy asustando! ¿sabes que soy claustrofóbica? Bueno, es como si tuviese miedo pero en lugar de a los espacios chicos, a los espacios vacíos. Mi vida está vacía ahora, así que… ¿qué se supone que deba hacer?
¿Mencioné ya que estoy sola? –suspira. Un suspiro que me tomo el tiempo para analizar: penoso. Doy pena.
Uy, sí.
–Haremos esto. Escúchame. Tú habitación es la 322, así que estás enfrente de mi edificio. Estoy viéndote ahora… sí, ya deja de tirar almohadones.
Acércate al balcón, abre el ventanal y respira un poco de aire fresco –cierro los ojos y decido que tiene razón, así que sigo sus indicaciones. Pero cuando llego al ventanal, me topo con una sorpresa: no solo hay cámaras y contraseña, sino que también lleva tres cerraduras.
Ahora sí.
–¿Lo has visto? ¿Lo has visto ya, Evan? ¡Estoy literalmente encerrada! ¡No hay aireeeeeee! –me hiperventilo y comienzo a golpear el cristal. Puedo divisar su figura cubriéndose el rostro. Debo de ser un manchón de tinta en el apellido de la familia, pero ¿y qué? En este momento es lo que menos me importa.
–Mad, cálmate. Ponte la chaqueta y baja, espérame en recepción. Paso por ti en quince.
Quiero contestarle. Quiero decirle que siento que me falta el aire, pero ya ha colgado.
Comienzo a llorar. Lágrimas heladas que recorren mis mejillas de principio a fin, lágrimas con un por qué y un nombre grabado en ellas.
Me hago pequeña, abrazo a mis piernas y lloro.
Como después de quince minutos no he bajado, Evan sube y abre la puerta de mi habitación que dejé sin trancar.
Al verme tan indefensa me abraza y me besa la coronilla, y me recuerda a él.
–¿Qué debo hacer? ¿se supone que es esto un ataque de pánico? –me pregunta desesperado. Niego efusivamente y me limpio la nariz.
–No siento que vaya a morirme. O bueno… sí. Pero es diferente.
–No te entiendo.
–Siento que me duele el corazón. La garganta está quemándome. No puedo dejar de pensar.
Evan –le susurro, lágrimas cayendo por mis ojos, mi voz quebrantada y sus ojos verdes penetrando mi mirada– ¿cómo hace uno para olvidar?
–Yo también quiero olvidar. Quiero olvidar muchas cosas que ahora no puedo contarte.
–¿Y qué podemos hacer?
Piensa un instante y se sonríe.
–Creo… creo que sé exactamente lo que necesitamos.
No estoy segura de que esto esté bien y ya es la quinta vez que me lo repito.
Evan dice que cuando veníamos en el taxi vio una disco, un bar para adultos y nos ha sacado identificaciones falsas para que podamos entrar y beber.
Me ha dejado para que me aliste y quedó en venirme a buscar en diez minutos.
Después de bañarme, decidí que un vestido sería la mejor opción, así que elijo uno con el top blanco y un par de tachas nada disimuladas, que va acompañado de una falda negra con volados y unas botas negras de tacón.
Me maquillo lo suficiente y me aliso el cabello rogando que no haya humedad.
Después de un rato, Evan toca a mí puerta. Ambos bajamos, nos subimos a el Chevrolet que mis padres le han enviado y partimos.
–¿Debo preocuparme porque sé que nos perderemos o mejor finjo olvidarlo hasta llegar a un lugar con sociedad? –le digo para aclimatarnos, pero él no ríe.
–Estoy nervioso, esto es algo que el Evan de hace unos meses no haría. Esto es algo más al estilo… Joe.
–¿El Evan de hace unos meses?
–He cambiado –susurra.
–Pues yo te veo igual.
–Supongo… –pisa el acelerador y nos pasamos varios semáforos en rojo, lo que me preocupa bastante. Se ha enfadado por algo, así que me reservo comentarios.
Cuando llegamos presentamos los carnet e ingresamos al pub. Evan se despega de mí automáticamente y me quedo sola, sentada en la barra, en un gentío de sudor.
Me pido la bebida más rara que he oído mencionar en mi vida y enciendo el celular. Dos llamadas perdidas de Louis.
Me debato un rato entre qué hacer. Se supone que es mi noche de descanso y diversión, pero Evan me ha dado el plantazo y ahora… ¿qué se supone que haré aquí sola?
Suspiro y le llamo.
No pasan ni tres timbradas y él atiende.
–¡Holaaaaaaaa! –exclama con sus típicos aires de buen humor, esos que tanto me molestan en las mañanas.
–Perdóname por no regresarte las llamadas.
–Estás haciéndolo ahora –ríe.
–Supongo –río también–. ¿Cómo está todo por allá?
–¿Cómo está todo, preguntas? Oh, déjame ver… Creo que… creo que están todos en un repentino estado de depresión.
–Es que es el primer día, se acostumbrarán, ya verás… –termino aceptando que lo digo más como una nota alentadora hacia mí que hacia ellos.
–¿De veras? –pregunta con ilusión y tengo miedo de mentirle.
–Mhm… –digo entre dientes–. Oye, Louis, debo colgar. Te llamaré mañana.
–Bueno… te quiero, mi pequeño ángel de nieve –asiento, tragándome las lágrimas e intentando descifrar si el ardor de mi garganta es angustia o la bebida que ingerí.
–Yo más a ti –le digo y sin esperar respuesta, corto.
Suspiro, pido algo más cargado y lo tomo de topetón, haciendo reír al barman.
No sé en dónde estoy. La música está muy alta y suena mucho peor cuando todos corean la letra. La peste a sudor se me impregna en la piel, repugnante.
Un chico me sostiene entre sus brazos. Es rubio y tiene ojos verdes. Me está mirando dubitativo, como si estuviese decidiendo qué hacer conmigo.
–¿Hello? –y me río torpemente de algo que ni yo entendí. Él también ríe, supongo que más gracia la causo yo.
–Hello a ti también.
– ¿Te conozco?
–No lo creo, pero yo si a ti –alzo las cejas.
– ¿De dónde?
–Eres la loca de la ventana, la que pateaba el ventanal en vez de buscar las llaves en su cajón de guardarropas… –frunzo el ceño y me río. Él sonríe.
–Así que ese es mi nuevo apodo… “la loca de la ventana” –me río– me gusta.
– ¿Has venido con alguien?
–No sé –me mira divertido.
– ¿No sabes? –niego–. Bueno… podría llevarte hasta Standford.
–Me parece una buena idea… pero ¿cómo sé que no eres un violador?
Ríe.
–No lo soy, te lo aseguro.
–mhm… bueno… –me toma de la mano y después de cinco minutos, logramos salir del pub. Me lleva hacia un Cavriolet impecable y me abre la puerta del acompañante.
–Lindo auto… yo tengo uno también.
– ¿En dónde está?
–En Inglaterra. Junto con el amor de mi vida y todas esas porquerías –le digo y comienzo a reírme.
– ¿El amor de tu vida y todas esas porquerías? Uh, no le gustará oír eso.
– ¿A quién?
–Al amor de tu vida… –río.
–Oh, a ese… no. No va a importarle. Es un… un… un rufían –se le escapa una carcajada estruendosa.
–Lo siento… es que esa palabra la usa mi abuela.
–No me ofendas.
–Perdón –me río.
–Podrías… ¿Podrías abrir la ventanilla?
–Vas a congelarte.
–Me siento un poco mareada, de hecho.
– ¿Quieres… –pero no llega a terminar de formular su pregunta cuando ya he vomitado su auto. Me cubro la boca y aprieto los ojos.
Creo que va a matarme y tirará mi cadáver en medio de California, pero al contrario, ríe.
–Lo siento, por dios, qué apenada estoy…
–No te disculpes. Lo limpiaremos. Ya sabes… como a la porquería esa… ¿el amor de tu vida? –no puedo evitar reírme, lo que hace menos creíble mis disculpas.
– ¿La limpiaremos?
–Sí, te ayudaré a limpiar al amor de tu vida –dice totalmente convencido.
- Spoiler:
- ***
Chicas, enserio que estoy muy arrepentida. No supe manejar mis tiempos y en realidad ahora no estoy teniendo tanto exámenes. La verdad estoy siendo muy descuidada y no lo lamento por mí, sino por ustedes. Mañana les subo otro mucho más largo e interesante. ¿Quién será este tipoooooooo? mmm... En fin, a la nove no le queda mucho :c nwdiwe. Las amo, besssssos.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Wowwww me encanto!!!
Fue como phansgwksh
En cierto modo me callo biene ESte chico misteriosos
Hehe pero quien sabe quien sabe
Jejé
Pobre :/
Niall grrr eres tan grrr
Pff ok ok
Me encanto y espero que siguente ansiosa linda
Besos
Fue como phansgwksh
En cierto modo me callo biene ESte chico misteriosos
Hehe pero quien sabe quien sabe
Jejé
Pobre :/
Niall grrr eres tan grrr
Pff ok ok
Me encanto y espero que siguente ansiosa linda
Besos
Blue sky
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Holaaaaaa! RAYA DE MIERDA :c yo si tuviese a Niall, no me iría ni aunque me engañara... va, no sé. efenf.alep1Dforever escribió:Hskshkddj mmmm :¬¬:
Raya!!! No oyeses irte
:¬¬: Niall te dejare sin galletas si no regresas con rayis
:¬¬: lou creo que le prestas más atención a rayis que a tu novia o eso digo
:¬¬: maldita tele!!!
:¬¬: mmm mmmm ya todos se gustan secretos
;) la madre de la rayis al menos ya esta para ella
Hskagskagausc que pasara???!
Síguela pronto
TELE MALA. Beesos!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
JNSUDIE, HOLAS!Jajaviera escribió:AAAAAAAH SALDRE CON HARRY WUAJAJAJAJAJA
Uy pero por que Maddie, no te alejes de ellos, son tus amigos. Menos de Louis. El esta sintiendo cosas por tu y no dice nada por que esta con Marina. AAAAH que complicado el amor. MALDITO NIALL, yo que lo aprobaba.
Aaarg la mamá de Maddie no me cae nada de bien, señora metid, Ahora se preocupa );
Uyuy jajaja Meee encantaaaa. Amoo como escribes.
TE LO SUPLICO ME ARRIDILLO PARA QUE LA SIGAS PRONTO JAJAJAJA :(L):
Y como estas? Buenobueno, que tu cabecita cree mucha cosas más ya que menencantan. Un besote enorme querida :)
Maddie, sos una maricona(? por lo menos que se quede con sus amigos. Además, ella no quiere ir a Standford :c . QUÉ COMPLICADO ESTO DEL AMOR, CHE(?
:'c decime a mí(?
ndeufn, a mí tampoco. Me da mala espina esto de qué se esté preocupando ahora. Ya sé, debés pensar que estoy loca porque soy la escritora y dudo de las intenciones de mis propios personas. En finnnnnnnnnnn.
dnewidn, GRACIAS <3 Un beso a vos.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
jdncife, no quiero hacerte llorar :cPiliRa escribió:Me van a hacer llorar, vos y tu estúpida y perfecta novela quieren hacerme llorar y lo van a lograr.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
OLVIDAAAAAAATE <3 ARGENTINA SENTIMIENTO, VOS SOS MI PASIÓN(? soy de Buenos Aires, pero ahora estoy viviendo en la costa. ¿vos? ufrif, mala :c CASI ME TIRO, ah. Besos a vos.JimeDirectioner. escribió:NotesOfLove~ escribió:Holangas (? ¡Bienvenida a bordo! dwidw, ¿de verdad pensás eso? que tiernis (? NO ME ODIES, MIERDA, NO SOPORTO QUE LA GENTE ME ODIE. RETIRALO O ME TIRO POR LA VENTANA Y SE QUEDAN SIN ESCRITORA(?) dhiwd, ¿sos Argentina no? Digo, por la forma de escribir <3 <3 perdón por hacerte llorar :c Besos!JimeDirectioner. escribió:Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa(?
Te tengo que decir que tenes nueva lectora. ah que le importaba :B
Y también te tengo que decir,que tu novela es la mejor :s
Y también te tengo que decir,que teODIO,si teodio,porque llore como la reputisima madre en este capitulo(?).
Y,nada eso...(?)
Seguilaaaaaaaaaaaaaaaaa ¡genia! c: besos♥
JIJIJIJJ(? ¿tanto se nota? pero si,AGUANTE ARGENTINA uachaaa(? ah
¿vos de donde sos?
te vas a tener que tirar de la ventana(? ah,no mentira no te odio jjejjeje :B
¡seguilaaaaaaaaa! besoutes(?♥
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
JAJAJAJA, ya la seguí <3Augustine escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA SEGUILA, SEGUILA YA. No la podés dejar así, lluvia de fuckes (?
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
JAJAJJAAJ, ¡NO SABÉS LO QUE PLANEO PARA VOS EN LA NOVEEEEEEEE! AAAAAH, ya quiero que vean el final<3Silvana la niña globo escribió:SIGUELAAAAAAAAAA D:
LA DEJASTE EN LA MEJOR PARTE HUEVONAAA
jaskjaskjajsj okno ._.
Muchos Carrots' Marina :aah:
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Primero que nada, señorita: ¡AMO TU FIRMAAAAAAAAAA! eief, no te preocupes por eso, yo no subo (? :c ya sé, soy una irresponsable. ME MEREZCO SU ODIO(? jdenfie, vas a leer mi libro <3 JAAJA, MATEMOS A MEGAN, LOCOOOOOOU. :c ya vas a ver como aprobás los demás exámenes. Besssos!#michel_sweet escribió:Oh Dios! Olvidame, Odiame, Matame! Soy pesima! No comento!!!NotesOfLove~ escribió:¡HOLI! djswfdiw, ¿de verdad pensás lo de mi libro? suwhdu, que esperanzador <3 ¿LLORASTE? tengo que dejar de hacer eso :c Estoy haciendo a la gente llorar, me van a crear un lago salado, ah. JAJAJAJ EL CARA DE CULO. YO TAMBIÉN LE DIGO ASÍ! o Tío Simon, el cara de culo, para más respeto. dwi, de hecho, hoy desaprobé fisicoquímica :c pero bueeeeeno. ¡Me alegro de que te haya gustado! besos, linda.#michel_sweet escribió:NotesOfLove~ escribió:Holis! dehuwhdi, vos lo sos <3 ODIO A SIMON, ÓSEA, SI TIENE UN PROBLEMA PERSONAL, QUE ME LO DIGA A LA CARA O APLICAMO' MAFIA (? sjaiq, yo amo que sean tan dedicadas conmigo, cuando yo estoy abandonando todo :c tengo que estudiar mucho y eso, pero prometí que la iba a terminar y la voy a seguir hasta el final. Bessssos.#michel_sweet escribió:Oh mi DIOS! Oh mi DIOS!!!
Sol...Ya te eh dicho que eres GENIAL(?!
Pues... Lo eres!!
Amo tu novela & cada uno de tus capitulos!!!
Fue perfecto! P E R F E C T O!! oK'ahora...
Como DIABLOS! es que Simon quiere que termine con Madie!!! COMO(?!
Ya han hecho..."ESO" :3 ... Como quiere que terminen(? Te ordeno que subas capitulo!!!
Ok'no es broma! De verdad amo tu novela!!! Cuidate&Besos!Wasaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Bueno... FAN NUMERO UNO LLEGANDO!!! ABRAN PASO BITCHES!!! :corre: ok'no...
Sol... Sol... Sol... Dios! Cuando dejaras de escribir taaaaaaan bien! no, es broma no quiero que lo dejes de hacer por que estoy segura de que en unos años estaré leyendo un libro tuyo!!! Sisisisisisisi... Sera GENIAL! ok'ok!
DIOS! LLORE! LLORE! Con el apitulo fue tan lsalkslksalsklsdñaksdlakslka :gasp: HERMOSO! Nialler es un "PICARON"! (ok' es una palabra que eh estado diciendo mucho ultimamente) :amor: Pasando a lo triste... Pobre Madie! No imagino lo que siente! cuando Nialler le dijo: Ya no te amo... Yo estaba como WTf! recapitulemos! recapitulemos! Niall que diablos te pasa??? :muere: pero luego me calme... Y mi odio por Simon (el cara de culo! ok'no) aumento mas! Bueno la nove falta mucho (quiero creer ) & Nialler & Madie tienen que estar juntos!
Ah si: No te preocupes por los caps... Concéntrate en la escuela (recuerda que podemos irnos de vagabundas también) Quiero que saques 10 señorita! & esperare todo el tiempo que sea para el cap!
Pd: Ame el capitulo fue hermoso! Bye!
:bye:
Sol amor lo siento!! Soy una pesima lectora-fan-numero-uno. Buenooo... Re amo-adore-viole el capitulo! Fue taaaaan GENIAL! lkdlkslkjskajdkajdksajdksa' Volvi a llorar!
& osea claro que leere tu libro!!! C'mon! Joder Nialler dormiras con el perro! A la chingada esa tal... Megan(? Joder se me olvido el nombre! xd Jajajajaa! Bueno... En otro tema! Reprobaste(? Yo hace unos meses reprobe el examen de mate! ¬¬
Ok. Ok! Esperare el cap hermosa! Beesotes & Cuidate!
:bye:
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
ndiejfoe, ¡gracias!<3 effrjfni, no tengo un secreto :c les juro que se los contaría sino. Es según el día, creo (? sisisis, de eso quería pedirles perdón! estuve muy vaga, además. Pero no se preocupen, que la nove no la voy a abandonar. nwd, otro a vos<3PiliRa escribió:¡PER-FEC-TA!¡Dios!¡Tu novela es taaaaaaaan perfecta!¡Me encanta!¡Simplemente me encanta! ¿Como haces para escribir así tan bien? Decinos tu secreto porque estoy segura de que no soy la única que quiere escribir tan bien como vos.
Seguila linda, se que estás complicada con la escuela y te entiendo, porque no se si yo estoy peor. Pero bueno, en la vida hay obstáculos que no nos dejan concentrarnos en lo importante. Espero el próximo capítuloo.
¡Un beso en la colita y nos vemos después!
Pd: ¿Que fuente, número y color usas para el título y los caps (Bueno, es obvio que el color de los capítulos es blanco xd, pero, ¿Y la fuente?) ¡Me encantan y ya intenté 200 veces algo parecido y nunca me salió! U.u
La fuente es New times roman(? creo que se llama. El título de los capítulos es una fuente rara que va con un código, pero podés poner "citar" en el capítulo y copiar el código y el color. Todo está ahí sw ufeif.
Besos enormes!
NotesOfLove~
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