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Summer. {One Direction y tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Summer. {One Direction y tú}
Ya no puedo esperar a salir con el culon y Daddydirection <3
Silvana la niña globo
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Holo! Me alegro mucho de que te haya gustado, cielo. ¡Muchísimas gracias por tus halagos! Hoy la sigo.lokitah_1D escribió:El capitulo estuvo increíble me gustó! me gustó! Nena tienes un talento nato
Siguela si?
Niall es un rompecorazones conchesumare *-* me encanta
#Cami~
Nialler el romprecorazones Horan.
Besos!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Hola y Bienvenida! Me alegro de que te guste! Hoy la sigo, akska.behindthewall escribió:Nueva lectora!!!
Wowww!!! Meee encantaaaaa sigueela siigueeela!!! Ashdsoandslk
lee la mia :) Si quieres obvi :) Muuua!!!
pd. siiiiiiiigueeeeeeeeeelaaaaaaaaaaaaaaaa
Claro que la leeré, ahora mismo me pongo a leerla. Besos!
Respuesta a tu PD:
HOY LA SIGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! PARTY ROCK(? .
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Mujer!¡Escribís muy bien!¡Enserio!Seguila es buenísima :P Nueva y fiel lectora!!!
PiliRa
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Bieeeeeeeenvenida! Gracias! Hoy la sigo! Gracias por leer, aksja.PiliRa escribió:¡Mujer!¡Escribís muy bien!¡Enserio!Seguila es buenísima :P Nueva y fiel lectora!!!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Estaaa geniaaal, siguela, me encanto muchooo(: una de mis favoritas, subelaa ahoraaa!! quiero amenecer leyendo tu novee jejeje subeelaaa
Julianne.
Re: Summer. {One Direction y tú}
Hola! Me alegro de que te gusteeeeee! AJHSKAS, Mañana por la tarde (Argentina) subo.maquita escribió:Estaaa geniaaal, siguela, me encanto muchooo(: una de mis favoritas, subelaa ahoraaa!! quiero amenecer leyendo tu novee jejeje subeelaaa
PD: AMÉ LOS GIF'S!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
NotesOfLove~ escribió:Hola! Me alegro de que te gusteeeeee! AJHSKAS, Mañana por la tarde (Argentina) subo.maquita escribió:Estaaa geniaaal, siguela, me encanto muchooo(: una de mis favoritas, subelaa ahoraaa!! quiero amenecer leyendo tu novee jejeje subeelaaa
PD: AMÉ LOS GIF'S!
Yo tambien soy de Arshentina *---*, que malotas son las 5 de la mañana y despiertas :OO xd
Tu nove es muy :
asdassadad GEEENIAL :OOOO
Julianne.
Re: Summer. {One Direction y tú}
JAHS, AGUANTE ARGENTINA! Somos unas malotas ... Descubrieron mi secreto! (?maquita escribió:NotesOfLove~ escribió:Hola! Me alegro de que te gusteeeeee! AJHSKAS, Mañana por la tarde (Argentina) subo.maquita escribió:Estaaa geniaaal, siguela, me encanto muchooo(: una de mis favoritas, subelaa ahoraaa!! quiero amenecer leyendo tu novee jejeje subeelaaa
PD: AMÉ LOS GIF'S!
Yo tambien soy de Arshentina *---*, que malotas son las 5 de la mañana y despiertas :OO xd
Tu nove es muy :
asdassadad GEEENIAL :OOOO
Una vez más, amé el gif. En un rato la sigo, pero van a tener que esperar porque en unos minutos tengo que salir!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Capítulo III.
The Neacklace.
Se veía debatiendo durante más de diez minutos el hecho de ocultarse en su habitación o salir a saludar, para después escabullirse por el patio trasero. Aún se hallaba sentada en el sillón verde, con la mirada perdida en el ocaso mientras se mordisqueaba las uñas casualmente.
Suspiró ante el llamado de su madre y se incorporó erguidamente. Infló el pecho de valor, levantó la cabeza y arrastró los pies hasta l puerta de su habitación, preguntándose qué rayos estaba haciendo.
Capturó el pomo de la puerta en sus manos y lo giró con una lentitud extremadamente desesperante, y una vez la puerta abierta, salió por allí con pasos cortos.
Su madre la llamó nuevamente. Apretó los ojos y no espero para contestar, simplemente se detuvo en el principio de la escalera y observó hacia abajo.
Todos conversaban entre ellos amenamente. Hasta podía sentir algunas risas e identificarlas como suyas.
Suspiró una vez más y tragó en seco antes de que las ganas de llorar se le acumularan y pisó un escalón, haciendo resonar sus tacones.
Automáticamente se hizo el silencio y todas las miradas fueron dirigidas a los pies de la muchacha, que se asomaban por la parte inferior de la escalinata.
Sin esperarse más y sabiendo que todas las miradas serían dirigidas a ella, bajó con rapidez y se paró en el último escalón. Los examinó a todos y observó sus sonrisas, así que sonrió también.
–Oh, cariño. ¡Cuántos has crecido! –Johanna, la madre de uno de sus amigos, fue la primera en romper el silencio. Se acercó a ella y la tomó por los hombros–. Aún recuerdo cuando mi hijo y tú decían ser novios –Rió la mujer. Observó a Louis por inercia y este bajó la cabeza, totalmente abochornado por la actitud de su madre.
–Buenas noches, Jay –La mujer sonrió anchamente ante el apodo por el que solía llamarle la pequeña y sin poder contenerse un segundo más, la abrazó. Madeleine recordó lo que se sentía estar entre sus brazos, la protección que Johanne la brindaba. Siempre había sido como una segunda madre para ella y ahora recordaba lo que se sentía–. Te he extrañado mucho.
–Madeleine, querida, saluda –Su madre se colocó a su lado y le lanzó una mirada intimidante, que la hizo asentir rápidamente a su pedido.
Se acercó hasta Anne, madre de otro de los chicos y la saludó gratamente.
Y así fue pasando por cada uno de los presentes, deteniéndose en aquellos cinco que la observaban de arriba abajo aún sin creer que la pequeña Maddie estaba frente a sus ojos.
Los padres les dieron intimidad y decidieron separarse en grupos. Las madres irían a la cocina, a lo que probablemente sería una charla sobre el paso de los años en los que no se habían visto con Margaret, mientras que los hombres se dirigían al cuarto de televisión a alentar a Newcastle, que jugaba hoy contra Chelsea.
Los chicos se quedaron solos, en silencio. Dirigiéndose miradas extrañas entre ellos y todas se preguntaban lo mismo: ¿Aquella muchacha que se hallaba frente a ellos, era Madeleine?
–Maddie… Hace mucho tiempo que no nos veíamos –Harry se dirigió hacia ella, provocando que ella despegase tímidamente la vista de sus zapatos.
El muchacho observó las sonrojadas mejillas de la joven y rió. No podía ser más adorable.
Se acercó a ella sin pronunciar palabra alguna y bajo la atenta mirada de sus amigos, la aprisionó contra su pecho.
–Mucho tiempo –Coincidió ella–. También los extrañé a ustedes.
–Lo sabemos –El se separó de ella y la analizó por completo, deteniéndose en sus ojos. Ella hizo lo mismo. Harry, el pequeño niño que a pesar de poner mantequilla de maní en sus pantalones, afeitarle las piernas y colorearle el cabello, siempre había estado ahí para ella. Y aún a distancia, ella sabía que contaba con él. Sólo debía contactarlo y él la escucharía durante horas.
El le sonrió. Ella lo imitó.
Y a su vez, se tomó un tiempo extra para recorrer sus facciones.
Su cabello había perdido todo el lacio alguno y ahora era completamente rizado, aplastado y con un extraño color castaño oscuro que no recordaba en él.
Sus ojos estaban más intensos que antes, más verdes y hasta pudo ver un brillo en ellos.
Sus labios seguían siendo tan rosados, perfectos como siempre. Por lo que no se tomó mucho tiempo pensando en ellos e inmediatamente dirigió su mirada a sus manos, las cuales rodeaban su cintura. Enormes, casi tan grandes como su corazón.
–Creo que aún nos recuerda… –Oyó a Liam decir, y después sintió su suspiro de alivio seguido por el de los chicos. Rió silenciosamente y se acercó hasta ellos con una sonrisa ancha que no creyó que se formaría en su rostro al verles.
– ¿Por qué no lo haría? –Se tiró contra el castaño y se abrazó a su cintura. El sonrió y no fue hasta que vio las lágrimas no contenidas, resbalar por sus mejillas que lo recordó. Liam siempre había sido el más sensible del grupo.
Lo abrazó más fuerte a sí y después levantó su mirada, para encontrarse con los ojos miel del muchacho.
Amo sus ojos, quisiera tener el mismo color en los míos.
Su cabello estaba cortísimo y era de un color castaño claro, muy diferente a la última vez que lo había visto en una fotografía. La cual su abuela se había encargado de enviarle a sus quince, con el pretexto de que ellos se lo habían pedido.
Y pensó que Liam podía ser el mismo ser sensible e inoportuno, pero no se parecía en nada a lo que ella recordaba de él. Lo mucho que ella recordaba de él.
Su cuerpo bajo aquellas prendas parecía estar mucho más trabajado.
Recordó entonces cuando él lloraba a desconsuelo junto a ella.
Cuando lograban liberarse por un rato de sus amigos, corrían colina abajo en una especie de lugar secreto que tenían reservado sólo para uso exclusivo de ellos dos y se sentaban frente a una pequeña laguna.
El posaba su cabeza en el regazo de la castaña y mientras el muchacho le relataba su sufrimiento durante la primaria, ella le contaba lo mucho que se desagradaba ella misma.
Y así era como se consolaban mutuamente. Y nadie la había consolado así nunca, a excepción de él.
La última vez que se permitió llorar frente a ella por una razón como aquellas fue cuando su hermana mayor se burló de él llamándolo ‘feo’.
Y después de eso, se encargaba de auto consolarse el mismo.
Pero la necesitaba y pasó la secundaria sin su compañía, sin su ayuda.
Al igual que ella.
Pero todo había sido diferente para ella desde que se habían vuelto millonarios y había adquirido cierto punto de popularidad.
Pero para el no.
Para él todo seguía siendo igual.
Se separó de ella lentamente y la recorrió de pies a cabeza. Sonrió al ver su sonrisa y besó su mejilla con calidez.
Nada se había sentido tan bien como recordar los besos de Liam.
–Estás guapísima.
–Gracias, señor Payne. Usted está también muy guapo –Lo hizo sonreír. Después de mucho tiempo, se tomó el privilegio de ver su hermosa sonrisa otra vez.
–También yo estoy guapo, ¿No es así, Hazza bear? –Intervino Louis, separándolos rápidamente y observó a Harry con impaciencia–. ¿Harry? –El aludido dejó de ver la conmovedora escena que se planteaba entre sus dos amigos y volteó a verle.
– ¿Eh? Oh, sí.
– ¡Harry! ¡No estás prestándome atención! –Chilló. La castaña rió y se acercó a abrazarlo–. Ya era hora, pequeña duende –La apretujó a sí y ella se estremeció. Acababa de llamarla ‘duende’.
Cuando Maddie era pequeña, los chicos solían llamarla así por ser la más baja del grupo y también por ser la de más corta edad, ya que todos tenían entre ocho y diez cuando le colocaron ese apodo. Pero no sólo esos recuerdos embargaron su mente, sino también la forma en la que llamaban al rubio debido a que provenía de Irlanda.
Duende.
Y solían hacerlos pasar por novios.
Ella se sonrojaba y él les negaba aquella idea, para después cogerle la mano y llevársela lejos.
Parecían pequeños enamorados y la verdad, lo eran.
–Te extrañé mucho, Boo –Se separó de él, al punto en el que sus manos aún se rozaban y se sonrieron. ‘Boo Bear’ solía ser el apodo que la madre del castaño había adoptado para él y ellos solían burlarse de él por eso.
Pero para Madeleine, un apodo más corto como ‘Boo’ quedaría siempre sentado en sus corazones.
Lo observó una vez más y confirmó que era mucho más alto que ella.
Louis era el mayor, aunque su edad mental parecía la de un pequeño de cinco años.
Era el divertido del grupo.
Cuando necesitabas un consejo, no era recomendable acudir a él. Pero cuando las cosas se salían de control, sorprendería la madurez que aquel castaño había adoptado.
Miró sus ojos azules y destellantes y recordó la primera vez que los vio.
Madeleine se había enamorado.
Sus padres se habían reunido en la típica cena que compartían todos los fines de semana, con el único afán de salir y distraerse. Todos los fines de semana se hacían en una casa distinta y hoy tocaría la de Liam.
Los adultos se separaron en grupos de hombres y mujeres como solían hacerlo, dejando a los pequeños reunidos en el cuarto de Liam.
Todos tenían edad de entre nueve y diez años, comenzando por Maddie que era la más pequeña y terminando en Louis que era el mayor.
Se sentaron en ronda y comenzaron a alardear sobre todo tipo de autos, juguetes y peluches nuevos que habían adquirido durante sus cumpleaños y otras festividades, pero la pequeña Des quedó marginada.
Se sentó en un recoveco entre la cama y la pared y suspiró.
Nunca se había sentido tan sola, ni cuando estaba en una cena de adultos.
Y era por ser una chica.
Pequeñas lágrimas desbordaron de sus ojos cafés y se mordió la lengua para no sollozar.
Nadie se había dado cuenta de su ausencia, nadie excepto él.
Louis comenzó a buscarla por todo el cuarto, ignorando a los comentarios de sus amigos, hasta que oyó un ruido detrás de la cama e inmediatamente supuso de quién se trataba.
Corrió la cama de modo en el que pudiera pasar y se sentó a su lado.
Vio las lágrimas cayendo desde los ojos de la pequeña y la abrazó a él con fuerza, le cantó y le susurró miles de cosas hasta que ella cedió el llanto.
– ¿Por qué lloras? –Había preguntado él.
–Porque nunca me sentí tan sola –Chistó la lengua y la atrajo a sí.
–Pero no tienes por qué, si yo estoy aquí contigo… –La pequeña levantó la vista y lo vio sonreírle, pero más le gustaron sus ojos azules.
Se había enamorado del niño de ojos de cielo.
Por supuesto que ese sentimiento no tardó en ser reemplazado por el rubio, a quién aún amaba secretamente.
Ignoró a su amigo y se acercó a él próximo, Zayn.
El la abdujo en sus brazos y se prometió no soltarla jamás. En forma metafórica, claro.
– ¿Por qué tan cariñoso, Malik? –Inquirió dudando. Ese no era el moreno que ella conocía.
Zayn no hacía acto presencia de sus sentimientos nunca. Era muy reservado, todo era para él mismo.
Sin embargo, así era como ella lo quería.
Ahora estaba más alto, pero no con mucha diferencia a ella, sin mencionar que Maddie traía sus tacones puestos.
Sus ojos siempre le habían resultado llamativos a la castaña. Eran miel, pero más claros y con algunos extraños destellos verdes.
Su cabello casi negro estaba largo, peinado en un jopo moderno y ligeramente revuelto. Como a él le gustaba.
–Porque te he extrañado más de lo que quise creer –Le respondió aún con ella en brazos. Sonrió para ella misma y se separó de él, enfrentándose a lo que seguía.
El Irlandés mantenía la cabeza gacha, no había pronunciado palabra alguna desde que ella había llegado.
Sus manos estaban en sus bolsillos delanteros y miraba al suelo cohibido, avergonzado.
–Hola –Saludó al notar su mirada sobre él. Reaccionó a sus palabras y levantó la vista, chocándose con los ojos casi cristalizados de la castaña. Ella estaba más cerca de lo que debería.
La observó un poco y se fijó en sus ojos nuevamente. Sus hermosos ojos, simples pero bellos.
Y bajó su vista meticulosamente a su cuello, sin saber bien por qué.
Pero lo notó instantáneamente. Ella no llevaba la cadena.
Suspiró ante el llamado de su madre y se incorporó erguidamente. Infló el pecho de valor, levantó la cabeza y arrastró los pies hasta l puerta de su habitación, preguntándose qué rayos estaba haciendo.
Capturó el pomo de la puerta en sus manos y lo giró con una lentitud extremadamente desesperante, y una vez la puerta abierta, salió por allí con pasos cortos.
Su madre la llamó nuevamente. Apretó los ojos y no espero para contestar, simplemente se detuvo en el principio de la escalera y observó hacia abajo.
Todos conversaban entre ellos amenamente. Hasta podía sentir algunas risas e identificarlas como suyas.
Suspiró una vez más y tragó en seco antes de que las ganas de llorar se le acumularan y pisó un escalón, haciendo resonar sus tacones.
Automáticamente se hizo el silencio y todas las miradas fueron dirigidas a los pies de la muchacha, que se asomaban por la parte inferior de la escalinata.
Sin esperarse más y sabiendo que todas las miradas serían dirigidas a ella, bajó con rapidez y se paró en el último escalón. Los examinó a todos y observó sus sonrisas, así que sonrió también.
–Oh, cariño. ¡Cuántos has crecido! –Johanna, la madre de uno de sus amigos, fue la primera en romper el silencio. Se acercó a ella y la tomó por los hombros–. Aún recuerdo cuando mi hijo y tú decían ser novios –Rió la mujer. Observó a Louis por inercia y este bajó la cabeza, totalmente abochornado por la actitud de su madre.
–Buenas noches, Jay –La mujer sonrió anchamente ante el apodo por el que solía llamarle la pequeña y sin poder contenerse un segundo más, la abrazó. Madeleine recordó lo que se sentía estar entre sus brazos, la protección que Johanne la brindaba. Siempre había sido como una segunda madre para ella y ahora recordaba lo que se sentía–. Te he extrañado mucho.
–Madeleine, querida, saluda –Su madre se colocó a su lado y le lanzó una mirada intimidante, que la hizo asentir rápidamente a su pedido.
Se acercó hasta Anne, madre de otro de los chicos y la saludó gratamente.
Y así fue pasando por cada uno de los presentes, deteniéndose en aquellos cinco que la observaban de arriba abajo aún sin creer que la pequeña Maddie estaba frente a sus ojos.
Los padres les dieron intimidad y decidieron separarse en grupos. Las madres irían a la cocina, a lo que probablemente sería una charla sobre el paso de los años en los que no se habían visto con Margaret, mientras que los hombres se dirigían al cuarto de televisión a alentar a Newcastle, que jugaba hoy contra Chelsea.
Los chicos se quedaron solos, en silencio. Dirigiéndose miradas extrañas entre ellos y todas se preguntaban lo mismo: ¿Aquella muchacha que se hallaba frente a ellos, era Madeleine?
–Maddie… Hace mucho tiempo que no nos veíamos –Harry se dirigió hacia ella, provocando que ella despegase tímidamente la vista de sus zapatos.
El muchacho observó las sonrojadas mejillas de la joven y rió. No podía ser más adorable.
Se acercó a ella sin pronunciar palabra alguna y bajo la atenta mirada de sus amigos, la aprisionó contra su pecho.
–Mucho tiempo –Coincidió ella–. También los extrañé a ustedes.
–Lo sabemos –El se separó de ella y la analizó por completo, deteniéndose en sus ojos. Ella hizo lo mismo. Harry, el pequeño niño que a pesar de poner mantequilla de maní en sus pantalones, afeitarle las piernas y colorearle el cabello, siempre había estado ahí para ella. Y aún a distancia, ella sabía que contaba con él. Sólo debía contactarlo y él la escucharía durante horas.
El le sonrió. Ella lo imitó.
Y a su vez, se tomó un tiempo extra para recorrer sus facciones.
Su cabello había perdido todo el lacio alguno y ahora era completamente rizado, aplastado y con un extraño color castaño oscuro que no recordaba en él.
Sus ojos estaban más intensos que antes, más verdes y hasta pudo ver un brillo en ellos.
Sus labios seguían siendo tan rosados, perfectos como siempre. Por lo que no se tomó mucho tiempo pensando en ellos e inmediatamente dirigió su mirada a sus manos, las cuales rodeaban su cintura. Enormes, casi tan grandes como su corazón.
–Creo que aún nos recuerda… –Oyó a Liam decir, y después sintió su suspiro de alivio seguido por el de los chicos. Rió silenciosamente y se acercó hasta ellos con una sonrisa ancha que no creyó que se formaría en su rostro al verles.
– ¿Por qué no lo haría? –Se tiró contra el castaño y se abrazó a su cintura. El sonrió y no fue hasta que vio las lágrimas no contenidas, resbalar por sus mejillas que lo recordó. Liam siempre había sido el más sensible del grupo.
Lo abrazó más fuerte a sí y después levantó su mirada, para encontrarse con los ojos miel del muchacho.
Amo sus ojos, quisiera tener el mismo color en los míos.
Su cabello estaba cortísimo y era de un color castaño claro, muy diferente a la última vez que lo había visto en una fotografía. La cual su abuela se había encargado de enviarle a sus quince, con el pretexto de que ellos se lo habían pedido.
Y pensó que Liam podía ser el mismo ser sensible e inoportuno, pero no se parecía en nada a lo que ella recordaba de él. Lo mucho que ella recordaba de él.
Su cuerpo bajo aquellas prendas parecía estar mucho más trabajado.
Recordó entonces cuando él lloraba a desconsuelo junto a ella.
Cuando lograban liberarse por un rato de sus amigos, corrían colina abajo en una especie de lugar secreto que tenían reservado sólo para uso exclusivo de ellos dos y se sentaban frente a una pequeña laguna.
El posaba su cabeza en el regazo de la castaña y mientras el muchacho le relataba su sufrimiento durante la primaria, ella le contaba lo mucho que se desagradaba ella misma.
Y así era como se consolaban mutuamente. Y nadie la había consolado así nunca, a excepción de él.
La última vez que se permitió llorar frente a ella por una razón como aquellas fue cuando su hermana mayor se burló de él llamándolo ‘feo’.
Y después de eso, se encargaba de auto consolarse el mismo.
Pero la necesitaba y pasó la secundaria sin su compañía, sin su ayuda.
Al igual que ella.
Pero todo había sido diferente para ella desde que se habían vuelto millonarios y había adquirido cierto punto de popularidad.
Pero para el no.
Para él todo seguía siendo igual.
Se separó de ella lentamente y la recorrió de pies a cabeza. Sonrió al ver su sonrisa y besó su mejilla con calidez.
Nada se había sentido tan bien como recordar los besos de Liam.
–Estás guapísima.
–Gracias, señor Payne. Usted está también muy guapo –Lo hizo sonreír. Después de mucho tiempo, se tomó el privilegio de ver su hermosa sonrisa otra vez.
–También yo estoy guapo, ¿No es así, Hazza bear? –Intervino Louis, separándolos rápidamente y observó a Harry con impaciencia–. ¿Harry? –El aludido dejó de ver la conmovedora escena que se planteaba entre sus dos amigos y volteó a verle.
– ¿Eh? Oh, sí.
– ¡Harry! ¡No estás prestándome atención! –Chilló. La castaña rió y se acercó a abrazarlo–. Ya era hora, pequeña duende –La apretujó a sí y ella se estremeció. Acababa de llamarla ‘duende’.
Cuando Maddie era pequeña, los chicos solían llamarla así por ser la más baja del grupo y también por ser la de más corta edad, ya que todos tenían entre ocho y diez cuando le colocaron ese apodo. Pero no sólo esos recuerdos embargaron su mente, sino también la forma en la que llamaban al rubio debido a que provenía de Irlanda.
Duende.
Y solían hacerlos pasar por novios.
Ella se sonrojaba y él les negaba aquella idea, para después cogerle la mano y llevársela lejos.
Parecían pequeños enamorados y la verdad, lo eran.
–Te extrañé mucho, Boo –Se separó de él, al punto en el que sus manos aún se rozaban y se sonrieron. ‘Boo Bear’ solía ser el apodo que la madre del castaño había adoptado para él y ellos solían burlarse de él por eso.
Pero para Madeleine, un apodo más corto como ‘Boo’ quedaría siempre sentado en sus corazones.
Lo observó una vez más y confirmó que era mucho más alto que ella.
Louis era el mayor, aunque su edad mental parecía la de un pequeño de cinco años.
Era el divertido del grupo.
Cuando necesitabas un consejo, no era recomendable acudir a él. Pero cuando las cosas se salían de control, sorprendería la madurez que aquel castaño había adoptado.
Miró sus ojos azules y destellantes y recordó la primera vez que los vio.
Madeleine se había enamorado.
Sus padres se habían reunido en la típica cena que compartían todos los fines de semana, con el único afán de salir y distraerse. Todos los fines de semana se hacían en una casa distinta y hoy tocaría la de Liam.
Los adultos se separaron en grupos de hombres y mujeres como solían hacerlo, dejando a los pequeños reunidos en el cuarto de Liam.
Todos tenían edad de entre nueve y diez años, comenzando por Maddie que era la más pequeña y terminando en Louis que era el mayor.
Se sentaron en ronda y comenzaron a alardear sobre todo tipo de autos, juguetes y peluches nuevos que habían adquirido durante sus cumpleaños y otras festividades, pero la pequeña Des quedó marginada.
Se sentó en un recoveco entre la cama y la pared y suspiró.
Nunca se había sentido tan sola, ni cuando estaba en una cena de adultos.
Y era por ser una chica.
Pequeñas lágrimas desbordaron de sus ojos cafés y se mordió la lengua para no sollozar.
Nadie se había dado cuenta de su ausencia, nadie excepto él.
Louis comenzó a buscarla por todo el cuarto, ignorando a los comentarios de sus amigos, hasta que oyó un ruido detrás de la cama e inmediatamente supuso de quién se trataba.
Corrió la cama de modo en el que pudiera pasar y se sentó a su lado.
Vio las lágrimas cayendo desde los ojos de la pequeña y la abrazó a él con fuerza, le cantó y le susurró miles de cosas hasta que ella cedió el llanto.
– ¿Por qué lloras? –Había preguntado él.
–Porque nunca me sentí tan sola –Chistó la lengua y la atrajo a sí.
–Pero no tienes por qué, si yo estoy aquí contigo… –La pequeña levantó la vista y lo vio sonreírle, pero más le gustaron sus ojos azules.
Se había enamorado del niño de ojos de cielo.
Por supuesto que ese sentimiento no tardó en ser reemplazado por el rubio, a quién aún amaba secretamente.
Ignoró a su amigo y se acercó a él próximo, Zayn.
El la abdujo en sus brazos y se prometió no soltarla jamás. En forma metafórica, claro.
– ¿Por qué tan cariñoso, Malik? –Inquirió dudando. Ese no era el moreno que ella conocía.
Zayn no hacía acto presencia de sus sentimientos nunca. Era muy reservado, todo era para él mismo.
Sin embargo, así era como ella lo quería.
Ahora estaba más alto, pero no con mucha diferencia a ella, sin mencionar que Maddie traía sus tacones puestos.
Sus ojos siempre le habían resultado llamativos a la castaña. Eran miel, pero más claros y con algunos extraños destellos verdes.
Su cabello casi negro estaba largo, peinado en un jopo moderno y ligeramente revuelto. Como a él le gustaba.
–Porque te he extrañado más de lo que quise creer –Le respondió aún con ella en brazos. Sonrió para ella misma y se separó de él, enfrentándose a lo que seguía.
El Irlandés mantenía la cabeza gacha, no había pronunciado palabra alguna desde que ella había llegado.
Sus manos estaban en sus bolsillos delanteros y miraba al suelo cohibido, avergonzado.
–Hola –Saludó al notar su mirada sobre él. Reaccionó a sus palabras y levantó la vista, chocándose con los ojos casi cristalizados de la castaña. Ella estaba más cerca de lo que debería.
La observó un poco y se fijó en sus ojos nuevamente. Sus hermosos ojos, simples pero bellos.
Y bajó su vista meticulosamente a su cuello, sin saber bien por qué.
Pero lo notó instantáneamente. Ella no llevaba la cadena.
***
¡Holo! Sé que el capítulo es aburrídisimo, PERDONEN! Se lo quiero dedicar especialmente a mi mejor amiga, que hoy cumple 14 años! Te re amo, trola. ESTO IS TO YOU(?
Disfrútenlo!
¡Holo! Sé que el capítulo es aburrídisimo, PERDONEN! Se lo quiero dedicar especialmente a mi mejor amiga, que hoy cumple 14 años! Te re amo, trola. ESTO IS TO YOU(?
Disfrútenlo!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Ya la seguí, linda! Gracias por el apoyo.Silvana la niña globo escribió:SÍGUELA!!!!!! :3 Te esta quedando re bien :DD
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Noooooo rayita tenías que llevar la cadena!!!
Awww son unos hermoso fue tan emotivo estoy llorando literal
Ya quiero que la siguas
Besos
Awww son unos hermoso fue tan emotivo estoy llorando literal
Ya quiero que la siguas
Besos
Blue sky
Re: Summer. {One Direction y tú}
RAYITA TONTA Y MALA!alep1Dforever escribió:Noooooo rayita tenías que llevar la cadena!!!
Awww son unos hermoso fue tan emotivo estoy llorando literal
Ya quiero que la siguas
Besos
No, perdón Raya, yo te quiero...
¡Perdón por hacerte llorar, yo sólo estoy detrás de los personajes! ¡NO ME CULPES!
Mañana la sigo!
Besooooooooooos.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Hermosaaa noveelaaa! tú ia sabes ;) jejej la espero con anciasss
Julianne.
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