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Summer. {One Direction y tú}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Hola! Recién hoy pude pasarme y descubrí que perdí muchas lectoras :c ¿por qué? necesito saber si mi novela les gusta. De todas formas, voy a terminarla y subo esta tarde como a las 7 (horario Argentina) porque tengo danzas. ¡Las adoro!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Holiiiiiiiii...NotesOfLove~ escribió:aksjs, no :c no vienen a Argentina! ¿vos?#michel_sweet escribió:Holi'!NotesOfLove~ escribió:Sí, pasámelo! Seguramente que cantás re bien! Y seríamos las famosas de... de... nada(? ¿Sos Latina vos? porque seríamos las famosas Latinas (?#michel_sweet escribió:NotesOfLove~ escribió:¡Muchas gracias, linda! Estoy pensando en estudiar canto porque me encanta hacerlo y ya que tengo que torturar a mis papás con mi música, prefiero hacerlo bien. Compongo, pero no sirvo. Soy pésima para eso. Además quiero ser cantante <3 aksja. HACÉ EL COVER Y PASÁMELO! <3 Así soy tu fan. Besos! x#michel_sweet escribió:NotesOfLove~ escribió:Holaaaaaaaaaaaaaa lindas! Les dejo acá mi nuevo cover de Little Things, VÉANLO PORQUE LAS OBLIGO(? Bueno, eso... hoy subo!
MI VÍDEO(?Holo'!Wow'! aaah'!
Eres GENIAL'! & lo digo enserio, tines una vos mus linda!
Yo estoy pensando en hacer un cover, pero de They Don't Know About Us'!!!
Bueno cantas Genial! tienes que seguir haciendolo :D
Besos&Cuidate-Stay'Strong-
Lo are & te lo pasare! Solo que no por ahora ya que mi web cam esta dañada!!! Yo tambien amo cantar para mi es como el oxigeno la musica! & me encantaria ser cantante & bueno mis tios & primos dicen que tengo buena voz'. No lo se!
Si' soy Latina!!! (Mexicana, soy de Guerrero para ser exacta) ñ.ñ Woo Hoo'!! Seriamos las Latinas mas famosas! Ok'ok! me calmo! Tu Iras a Take Me Home Tour?'
Aquí tu fan! Tarde pero seguro! Esperare el tiempo que sea para el capitulo!
Ya sabes que amo tu novela!
Que mal que que los chicos no vayan a Argentina :/
Besote!
Invitado
Invitado
Re: Summer. {One Direction y tú}
Yooo amooo tu novelaaa y todos sus capitulos y todas tus ideas jojoj
Un besoo Solecilla, te quierooo. Espero Capitulooooos ! :(L):
Un besoo Solecilla, te quierooo. Espero Capitulooooos ! :(L):
Jajaviera
Re: Summer. {One Direction y tú}
Siento haber estado tanto tiempo desaparecida. He tenido problemas + exámenes + mis novelas y ha sido todo: ¡PUF! Y me ha explotado en la cara, no daba para más. Lo siento de verdad, no era mi intención que pensaras que te había abandonado.
He de decirte sobre la novela, que me ha encantado. y los capítulos han sido, increíbles. Sigo sin saber qué coño le pasa a Niall -.-'' Los volveré a leer por si me he perdido algo.
¿Cómo que va a terminar? ¡NO PUEDES! ¿Harás 2º temporada, no? :)
Muchos besos.
PD: ¿A las 12 de la noche lo subirás? (Hora Española) Menos mal que es sábado..
He de decirte sobre la novela, que me ha encantado. y los capítulos han sido, increíbles. Sigo sin saber qué coño le pasa a Niall -.-'' Los volveré a leer por si me he perdido algo.
¿Cómo que va a terminar? ¡NO PUEDES! ¿Harás 2º temporada, no? :)
Muchos besos.
PD: ¿A las 12 de la noche lo subirás? (Hora Española) Menos mal que es sábado..
Invitado
Invitado
Re: Summer. {One Direction y tú}
'Louis...'
Capítulo XXV.Asiento lentamente y me paro a pensar cuál sería realmente el problema. Se supone que yo debería saber que ellos se mudarían dentro de estos días.
Pero cuando desvío mi mirada de la suya recaigo en lo que eso significaría.
Yo estaría sola.
Me refiero a que no estaría completamente sola, y que sé que de cualquier forma seguiremos viéndonos, pero no con tanta frecuencia.
El campo no es lo mismo que la ciudad, y una casa para todos tampoco es lo mismo que dos casas diferentes.
Suspiro justo cuando él lo hace y recargo mi cabeza en su hombro.
–Bueno… no es tan malo –le digo y estiro el cuello para poder verle. Él hace una media sonrisa bastante abrumadora y la acompaña con un pequeño encogimiento de hombros.
–Ojalá no lo sea –me besa la coronilla y voltea hacia atrás, así que hago lo mismo. Los chicos bajan al mismo tiempo y Marina, quien es la única que queda dentro del auto además de nosotros, se limpia una lágrima imaginaria, articula una frase que deduzco como un «¡¡¡¡Qué romántico!!!!» y Louis la saca del auto a tirones.
Me río, beso la mejilla del rubio y bajo sin más.
El Dodge de mi padre está estacionado dentro del garaje, así que al ser lo primero que veo desde que he bajado del auto de Niall, un suspiro frustrado se escapa de entre mis labios y hace que el rubio me observe estuporoso.
–Están aquí –le digo afligida, él asiente. Toma mi mano y me tironea para que caminemos hasta el pórtico, en dónde la puerta nos espera abierta por completo. Mi padre está del otro lado del corredor, estancado en el último escalón de la escalera, sosteniéndose de la barandilla.
Me observa de arriba abajo y se detiene en mis manos entrelazadas con las de Niall. Él intenta separarlas, pero no se lo permito.
Mis padres-no-pueden-comandar-mi vida.
Unos segundos después, me observa a los ojos y me sonríe con pena. Como si la situación por la que me hacen pasar diese pena. Como si él estuviera apenado de hacerlo.
–Hola hija, ¿cómo te ha ido? –se acerca a nosotros, le da un leve apretón de manos a Niall y me besa la frente. Siento ganas de retirarme, pero no lo hago. No voy a darle más razones por las cuales separar a mis hermanos de mí.
Asiento, suelto la mano de Niall y le dirijo una mirada que él comprende muy bien, así que se retira hacia la sala.
Aún con la misma expresión dura en mi rostro, me volteo y echo la mochila a un lado del paragüero de la entrada.
Luego voy a la cocina y me dispongo a preparar una merienda digna, en la que intentaré recuperar los muchos kilos que he perdido y que hacen parecer mi rostro demacrado. Pero, desafortunadamente, sé que una sola comida no bastará.
Los pasos sordos que repiquetean en el piso detrás de mí me hacen sentir que perderé la cordura en cualquier momento.
Antes mis padres nos evitaban, pero desde que ocurrió el pequeño incidente del sábado, se aparecen por casa en los momentos menos oportunos y eso me hace perder la cabeza. Ahora la que se toma el trabajo de evadirlos a toda costa debo ser yo y es más duro con ellos vigilándome.
–Maddie…
–No tienes que explicarme nada y tampoco pierdas el tiempo aquí, sabes que tienes cosas más importantes que hacer que custodiar a tu hija menor –suelto secamente, abro la heladera y saco lo que necesitaré para preparar brownies. Oigo su suspiro cansado y de un minuto a otro, está a mi lado arremangándose la camisa celesta que porta y rebuscando alguna cosa entre las alacenas.
Intento acallar la parte de mí que está enloqueciendo y revuelvo con más intensidad el chocolate y la manteca derretida dentro del bol.
Pero me toma del brazo delicadamente, toma el bol y le echa una cucharada de azúcar impalpable. Frunzo el ceño y lo miro con los ojos entrecerrados.
– ¿Qué haces?
–Así quedan más sabrosos –responde y se recarga en la mesada sonriéndome.
– ¿Por qué de repente quieres ayudarme? –me seco las manos con el repasador y lo tiro bruscamente contra la isla, para después cruzarme de brazos.
–Quiero que me perdones –dice decidido, con la voz más fuerte y clara que le he oído en mi vida. Alzo las cejas y me paro erguida.
Es lo más interesante que ha dicho en los últimos años.
–No necesitas seguirme a todas partes para que te perdones.
–No es cierto, sé cómo eres y supongo que me pondrás a prueba.
–Si tengo que perdonarte para que dejes de seguirme, lo haré, no te preocupes –suspira nuevamente y se limpia el sudor de la frente con la manga de la camiseta, como si le estuviera llevando mucho trabajo convencerme.
–Quiero pasar más tiempo con mi niña, ¿vale? –suelta y echa la cabeza para atrás. Es como si de repente sintiera que he ingresado en un repentino estado de shock del que no puedo salir.
–No hay forma de que me lo trague –respondo unos minutos después.
–Oye, Maddie, sé que quizá no estemos haciendo las cosas bien y…
– ¿Quizá? –pregunto alterada.
–Vale, no estamos haciendo las cosas bien –afirma– pero no queremos hacerles daño.
–Lo están haciendo.
–Y lo sentimos.
– ¿En dónde está mi madre? ¿Estás disculpándote por ella? –niego, sonrío socarronamente y me siento en la isla.
–Escucha, Madeleine, quiero que cierres tus ojos un momento, respires profundo, te relajes y recuerdes como solía ser todo antes. Nos hemos equivocado, pero hemos tenido una familia y queremos recuperarla. Somos seres humanos y cometemos errores, igual que tú. Así que deja de echarnos en cara todo lo que ocurrió estos últimos años y colabora. –Inhala profundamente porque se ha agitado. La casa está en silencio. Tomo aire, aprieto la mandíbula e intento contener las lágrimas fallidamente por segunda vez en el día.
–No sabes lo difícil que es recordar cómo era nuestra familia y después abrir los ojos y ver lo que es ahora. El hecho de que quieran recuperarla no cambiará nada si siguen haciéndonos sufrir. No son capaces de entender…
–Si entendemos.
– ¡No tienes ni idea! –le grito, me bajo de la isla y corro escaleras arriba casi sin tocar el piso. Me encierro en mi habitación de un portazo, tranco la puerta y me tiro en medio del suelo a llorar tan fuerte como puedo.
Que me oiga y que sepa lo que se siente.
Los toques a mi puerta no dejan de cesar después de unos minutos de mi huída y cuando abro, todos entran en fila.
Me limpio las lágrimas, sorbo los mocos y corro a refugiarme en el pecho de mi rubio, quien me besa la cabeza y me susurra que él está conmigo.
–Tu padre se ha ido –me susurra al oído–. Nos ha dejado dicho que hoy por la noche Joe vendrá a buscarte y te llevará a su apartamento. Es una salida precipitada, así que será poco tiempo –suspiro, sonrío y me relajo. Mis hermanos están cerca.
Me doy una última mirada en el espejo y reviso que todo esté impecable. Marina me ha elegido unos pitillos negros, unas botas negras de tacón, una camisa blanca que Evan me ha regalado hace unos meses y una chaqueta a conjunto. Me ha peinado y hasta se ha tomado el trabajo de maquillarme un poco.
Suspiro, le sonrío a mi reflejo y bajo dando zancadas cuando el timbre resuena por segunda vez.
El viaje al apartamento es corto, incluso más de lo que me gustaría. Compramos unas pizzas y un kilo de helado de camino, así que supongo que esa es nuestra cena.
Nos sentamos en el sofá-cama, tomamos una porción de pizza cada uno y encendemos el televisor. Están pasando un nuevo episodio de La Juez Judy.
–Ver esto nos servirá para cuando entremos a Standford.
–Sí, a ustedes dos porque yo no sé qué haré con mi vida –respondo con pesadez, dejo la porción sobre el cartón y me recargo sobre el respaldo.
– ¿Aún no has elegido una carrera?
– ¿Qué no te becan en una sola materia?
–En este caso tienes la libertad de elegir –dice Joe y se limpia el aceite de las manos en la ropa.
–Quiero estudiar periodismo –les digo y ellos asienten.
–Bueno…, no me lo esperaba.
–Pues es lo que quiero –asienten nuevamente y ambos se paran al mismo tiempo–. ¿A dónde van?
–Iré al baño.
–Llevaré la caja vacía a la cocina –responde Evan y ambos se van.
Echo la cabeza para atrás y la luz del televisor me permite distinguir algo entre las penumbras del salón: la cajetilla de cigarros.
Alzo las cejas, observo a las dos direcciones por las que ambos se han ido y me dirijo de puntillas a la mesa de la sala. Estar descalza me ha servido.
Saco uno, lo enciendo y recuerdo todas las veces que me prometí nunca fumar. Pero si a Joe le ayuda, supongo que surtirá el mismo efecto en mí.
Tomo una bocanada profunda de aire, lo suelto lentamente. Llevo el papel hacia mis labios e le doy una calada que me hace toser unas cuantas veces.
Evan me pregunta si estoy bien desde la cocina y le respondo que solo me he atragantado con la saliva. Cuando oigo los pasos de Joe acercándose, le doy una calada hasta el tope que me deja atontada y comienzo a toser sin detenerme.
No puedo detenerme.
Siento el aire abandonar mis pulmones y no regresar. Se estrujan. No puedo respirar.
Cierro los ojos y lo último que oigo son sus pasos acelerados corriendo hacia mí.
Cuando me despierto por primera vez estoy recostada sobre una camilla completamente blanca, o al menos es lo que la luz de la luna me deja distinguir.
Las paredes son celestes y hace un frío desmedido que me obliga a encogerme dentro de las sábanas.
Un aspecto bastante tétrico que me recuerda a las miles de veces que he visitado un hospital en mi vida. Y me doy cuenta: estoy en un hospital.
Abro los ojos alterada y me exaspero al ver una aguja clavada en mi brazo derecho, por el que supongo que pasa el suero. Intento quitármelo, pero lo han pegado con cinta adhesiva y mis fuerzas se debilitan cada vez que muevo un músculo.
Comienzo a agitarme y cuando siento que el aire me falta, me doy cuenta de que es imposible porque una máscara cubre mi nariz y boca. Es un respirador.
Un grito sofoca mi garganta y por más dolor que sienta, me sacudo exageradamente.
La puerta se abre y varios hombres vestidos de un verde muy claro ingresan a la sala. Me inyectan el otro brazo haciéndome gritar y le aumentan el aire al respirador. Lo último que distingo antes de caer en los efectos de los sedantes es a Niall, con sus ojos tan cristalizados que casi el celeste que llevan no se nota.
La segunda vez que despierto lo hago más calmada. Tengo lágrimas secas en mis dos mejillas y el aire que se cola por la ventana me da frío en la punta de los pies, en dónde las sábanas no llegan.
El sol ya se ha puesto y sus rayos cálidos me pegan de topetón en el rostro. Entrecierro los ojos y volteo a mi derecha, en donde está Niall recostado en la silla, dormido.
Sonrío tiernamente, tomo su mano y él despierta. Me sonríe ampliamente, y me besa la mejilla mientras lágrimas corren por las suyas.
–Estarás bien, no te preocupes –me abraza y yo asiento. Ahora, en la comodidad de sus brazos, puedo creérmelo.
– ¿Qué ha ocurrido? –digo y noto que ya no llevo el respirador. Él se sienta a mi lado en la camilla y le da un leve apretón a mi mano, para después acariciar el dorso.
–Fumaste.
– ¿y?
–Maddie, ¿no recuerdas que eres asmática? ¡No te has muerto de milagro! –dice y se le quiebra la voz. Ahora lo recuerdo.
Soy asmática.
Tengo asma.
Tengo asma y he fumado.
Qué irresponsable.
–Lo siento –susurro y él me mira con pena–. No he tenido un ataque en tres años… ni siquiera lo recordaba.
–No te preocupes, ya ha pasado.
– ¿Puedo irme ya? –niega energéticamente y me besa la coronilla.
–Ni de chiste –bufo y él ríe silenciosamente–. Pero no te preocupes, que estaré aquí para cuidarte.
–Uh, oh… el doctor Horan –le digo, ríe, se acerca y me besa.
He recuperado el aire.
Pero la puerta de la habitación se abre y mis padres ingresan por ahí, con mis hermanos detrás. Mi madre observa a Niall con las cejas en alto y una pícara sonrisa dibujada en su rostro.
Aprieto la mano del rubio, asiente y sale.
–Pensé que te perdería –susurra Evan ya a mi lado y me abraza muy fuerte.
–Lo siento –repito–. ¿Qué ha pasado?
–Tuvimos que llamar a una ambulancia –responde Joe, sentándose a mi lado.
–Lo mejor es que descanses, has pasado por un cuadro muy fuerte y debes estar cansada. Además el sedante que te dieron es muy potente –dice mi madre y yo asiento, porque no quiero inventar otra discusión.
–Estaremos aquí un rato –agrega mi padre, pero ya he cerrado los ojos.
He cerrado los ojos pero no me he dormido.
– ¿Ven por qué Madeleine debe estar con nosotros?
–No fue nuestra culpa. Hemos salido un rato de la sala y cuando volvimos ella estaba fumando –responde Evan a la defensiva.
– ¡Prometieron que nada le pasaría! –chilla mi madre– y mírenla ahora. ¡Casi muere!
– ¿De quién era la cajetilla?
Silencio.
Supongo que mis hermanos han de plantearse un juego de miradas.
–Mía –confiesa Joe.
–Tendremos que buscar otra forma de convivencia sin que estas cosas sucedan.
– ¡No puedes alejarnos más de ella!
–Pues veremos qué se hace.
Unas horas después Marina ingresa por la puerta con los deberes en la mano. Dice que tengo que distraerme y promete que si terminamos rápido la tarea, me comprará revistas.
Se sienta a mi lado y me pasa la tarea de matemática.
– ¿Se han divertido sin mí hoy?
– ¿Estás de broma? –pregunta incrédula– ha sido el día más duro de nuestras vidas, y no es solo porque nos han mandado cien páginas para leer de Hamlet en literatura.
–Espero que no se hayan metido en problemas.
–Descuida, madre, no lo hemos hecho –alzo las cejas y ambas terminamos por reír.
–Bueno, no es el mejor gráfico de barras que he hecho en mi vida, pero… –digo, después de trazar unas rectas más y dejo el lápiz sobre el buró.
–Está torcido –me corta y la fulmino con la mirada– ¿qué? ¿quieres que mienta?
–Ya, graciosa. Muéstrame el tuyo –me pasa la hoja, la reviso y se la devuelvo.
– ¿Qué me dices?
–Mucho mejor que el mío –asiente. Suspiro, volteo y cuando voy a tomar el lápiz noto un celular que no es mío y sé que tampoco es de Marina.
– ¿De quién es eso?
–De Louis, estuvo aquí como dos horas, supongo que se lo ha dejado. Se fue un poco antes de que despertaras pero dijo que volvería en un rato –asiento–. Si me disculpas, debo ir al baño. Tengo que soltar todo lo que he tomado.
Y se va sin más.
Vuelvo mi atención a la hoja, pero el sonido permanente de un mensaje de texto que ha ingresado me desconcentra. Reviso el mensaje que le ha llegado y descubro que es de su madre. Se lo diré.
Unas horas después Louis llega y se une a la conversación trivial que mantenemos con Marina.
–Entonces… ¿qué prefieres, tomar agua de la alcantarilla o meter la cabeza en la boca de un león?
– ¿Por qué metería la cabeza en la boca de un león? –pregunto riendo.
–Porque es un juego raro, tú responde.
–Bueno… tomaría el agua.
– ¿Toda?
–Toda –afirmo.
– ¿Y qué tal si…?
–Oh, ya basta ambos. Esto es aburrido y me pregunto en dónde estarán las revistas que me prometiste. ¿Las tienes por ahí o…? –ella entorna los ojos.
–Ya, vuelvo en un segundo –y sale. Me volteo a Louis.
– ¿Te he dicho ya que tu madre te ha dejado un mensaje?
–Unas doce veces. Quizá es que el asma te afecto la memoria –entrecierro los ojos y él ríe mientras se para–. Iré a esperar a los chicos en la entrada, aún no se aprenden el número de la habitación y la recepcionista ya está un poco cansada de recordárselos. Además vienen con Paul, porque las fans están enloqueciendo y debo apartarle un lugar en el estacionamiento –asiento y después de sonreírme, sale.
Tengo la leve sensación de que ya no significo para él lo mismo que antes. Como si hubiese olvidado que somos amigos.
Pero apenas sale, su celular comienza a vibrar una vez más y lo tomo cansada.
Otro mensaje. No espero y lo abro.
«Te spero en el prque frnte al Starbucks en 20 mnts. Te amo.»
Las terribles faltas ortográficas no son lo único que me sorprende. Dirijo mi vista de inmediato hacia el número, esperando reconocerlo, pero solo está agendado como “mi amor.”
¿Está Louis a punto de romperle el corazón a Marina?
La puerta de la sala se abre y dejo el celular sobre el buró aún nerviosa. No puedo actuar bien cuando estoy nerviosa.
No soy tan buena actriz como pensé.
Marina me sonríe y camina hacia mí sacudiendo los rizos que se ha armado para todas partes. Deja las revistas reposar en mi regazo y toma una.
– ¿En dónde está Lou?
–Está en el estacionamiento –asiente–. Acaba de sonar su teléfono y pensé que podría ser importante, así que lo cogí –digo rápido y ella alza las cejas, esperando a la segunda parte del relato– era un mensaje. –Se tensa. Baja la vista y se muerde el labio.
– ¿y?
–Marina, yo sé que lo quieres y no quiero que te haga falsas ilusiones…
–Maddie, escucha…
–No, escúchame a mí. Yo no quiero limpiarte los mocos, servirte té y cuidar que no bebas café antes de irte a dormir. No quiero hacerlo porque sé que sufrirás. Y yo no…
–Maddie –me corta y yo volteo a verle. Su mirada culpable–. He sido yo.
Frunzo el ceño.
– ¿Qué?
–Yo le he enviado ese mensaje –me suplica perdón, pero aún no me lo creo–. Hemos estado saliendo desde hace más de una semana.
Abro la boca pero nada sale.
No me lo creo.
–Queríamos mantenerlo privado, pero Louis no se contuvo y se lo contó a todos.
Eso me ha dolido más.
– ¿A todos? –asiente– pues me ha exceptuado.
–Maddie…
–y tú también –suspira–. Entonces quieres decir que todo el mundo sabía acerca de esto, pero yo no. Tu mejor amiga. Su mejor amiga.
Me frustro.
–Maddie…
–Evidentemente hemos dejado de ser amigas.
–No digas eso. No sé por qué te pones tan mal, solo es una relación.
Tuerzo los labios–. Solo una relación… –repito–… ¿sabes qué es lo que más me duele? Que a veces parecemos extrañas. Quizá no seamos tan amigas como decimos.
–No es eso…
– ¿Y qué es entonces? Me refiero, ¿tú entiendes algo? Porque yo no.
–No te alteres.
–No me altero. Me duele. ¿Quieres saber qué siento ahora? Que estoy hablando con una desconocida –suspira–, porque resulta que yo te cuento toda mi vida y tú nunca me has contado nada de la tuya.
–Tengo problemas de confianza.
–Entonces no digas que soy tu mejor amiga, porque la amistad se basa en la confianza. Y yo confío en ti. Te presenté a mi mejor amigo, te presté mi casa de campo y mi residencia, te presento a mis amigas y permito que te relaciones con ellas y hasta compras con mi tarjeta de crédito ¡Y tú no confías en mí cuanto yo sí en ti! ¡Resulta que lo mínimo que puedes darme es tu confianza y ni siquiera eso obtengo!
–Ya…, saldré. Creo que necesitas un tiempo para ti misma. –Asiento.
–Y para beber tanto café negro hasta hartarme. –Se disculpa con la mirada, espera a que diga que estoy bromeando y después sale.
Y cuando se va me doy cuenta que no es lo que más me ha dolido.
Que me da igual la confianza.
Que me da igual mi amistad.
Que no me he puesto mal porque no me lo contó antes.
Que me he puesto mal porque sale con Louis.
Y de alguna forma… Louis es mío.
- Spoiler:
- ***
¡Hermosuraaaaaaas! Les dejo el capítulo! Las amoooo.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
'Louis...'
Capítulo XXV.Asiento lentamente y me paro a pensar cuál sería realmente el problema. Se supone que yo debería saber que ellos se mudarían dentro de estos días.
Pero cuando desvío mi mirada de la suya recaigo en lo que eso significaría.
Yo estaría sola.
Me refiero a que no estaría completamente sola, y que sé que de cualquier forma seguiremos viéndonos, pero no con tanta frecuencia.
El campo no es lo mismo que la ciudad, y una casa para todos tampoco es lo mismo que dos casas diferentes.
Suspiro justo cuando él lo hace y recargo mi cabeza en su hombro.
–Bueno… no es tan malo –le digo y estiro el cuello para poder verle. Él hace una media sonrisa bastante abrumadora y la acompaña con un pequeño encogimiento de hombros.
–Ojalá no lo sea –me besa la coronilla y voltea hacia atrás, así que hago lo mismo. Los chicos bajan al mismo tiempo y Marina, quien es la única que queda dentro del auto además de nosotros, se limpia una lágrima imaginaria, articula una frase que deduzco como un «¡¡¡¡Qué romántico!!!!» y Louis la saca del auto a tirones.
Me río, beso la mejilla del rubio y bajo sin más.
El Dodge de mi padre está estacionado dentro del garaje, así que al ser lo primero que veo desde que he bajado del auto de Niall, un suspiro frustrado se escapa de entre mis labios y hace que el rubio me observe estuporoso.
–Están aquí –le digo afligida, él asiente. Toma mi mano y me tironea para que caminemos hasta el pórtico, en dónde la puerta nos espera abierta por completo. Mi padre está del otro lado del corredor, estancado en el último escalón de la escalera, sosteniéndose de la barandilla.
Me observa de arriba abajo y se detiene en mis manos entrelazadas con las de Niall. Él intenta separarlas, pero no se lo permito.
Mis padres-no-pueden-comandar-mi vida.
Unos segundos después, me observa a los ojos y me sonríe con pena. Como si la situación por la que me hacen pasar diese pena. Como si él estuviera apenado de hacerlo.
–Hola hija, ¿cómo te ha ido? –se acerca a nosotros, le da un leve apretón de manos a Niall y me besa la frente. Siento ganas de retirarme, pero no lo hago. No voy a darle más razones por las cuales separar a mis hermanos de mí.
Asiento, suelto la mano de Niall y le dirijo una mirada que él comprende muy bien, así que se retira hacia la sala.
Aún con la misma expresión dura en mi rostro, me volteo y echo la mochila a un lado del paragüero de la entrada.
Luego voy a la cocina y me dispongo a preparar una merienda digna, en la que intentaré recuperar los muchos kilos que he perdido y que hacen parecer mi rostro demacrado. Pero, desafortunadamente, sé que una sola comida no bastará.
Los pasos sordos que repiquetean en el piso detrás de mí me hacen sentir que perderé la cordura en cualquier momento.
Antes mis padres nos evitaban, pero desde que ocurrió el pequeño incidente del sábado, se aparecen por casa en los momentos menos oportunos y eso me hace perder la cabeza. Ahora la que se toma el trabajo de evadirlos a toda costa debo ser yo y es más duro con ellos vigilándome.
–Maddie…
–No tienes que explicarme nada y tampoco pierdas el tiempo aquí, sabes que tienes cosas más importantes que hacer que custodiar a tu hija menor –suelto secamente, abro la heladera y saco lo que necesitaré para preparar brownies. Oigo su suspiro cansado y de un minuto a otro, está a mi lado arremangándose la camisa celesta que porta y rebuscando alguna cosa entre las alacenas.
Intento acallar la parte de mí que está enloqueciendo y revuelvo con más intensidad el chocolate y la manteca derretida dentro del bol.
Pero me toma del brazo delicadamente, toma el bol y le echa una cucharada de azúcar impalpable. Frunzo el ceño y lo miro con los ojos entrecerrados.
– ¿Qué haces?
–Así quedan más sabrosos –responde y se recarga en la mesada sonriéndome.
– ¿Por qué de repente quieres ayudarme? –me seco las manos con el repasador y lo tiro bruscamente contra la isla, para después cruzarme de brazos.
–Quiero que me perdones –dice decidido, con la voz más fuerte y clara que le he oído en mi vida. Alzo las cejas y me paro erguida.
Es lo más interesante que ha dicho en los últimos años.
–No necesitas seguirme a todas partes para que te perdones.
–No es cierto, sé cómo eres y supongo que me pondrás a prueba.
–Si tengo que perdonarte para que dejes de seguirme, lo haré, no te preocupes –suspira nuevamente y se limpia el sudor de la frente con la manga de la camiseta, como si le estuviera llevando mucho trabajo convencerme.
–Quiero pasar más tiempo con mi niña, ¿vale? –suelta y echa la cabeza para atrás. Es como si de repente sintiera que he ingresado en un repentino estado de shock del que no puedo salir.
–No hay forma de que me lo trague –respondo unos minutos después.
–Oye, Maddie, sé que quizá no estemos haciendo las cosas bien y…
– ¿Quizá? –pregunto alterada.
–Vale, no estamos haciendo las cosas bien –afirma– pero no queremos hacerles daño.
–Lo están haciendo.
–Y lo sentimos.
– ¿En dónde está mi madre? ¿Estás disculpándote por ella? –niego, sonrío socarronamente y me siento en la isla.
–Escucha, Madeleine, quiero que cierres tus ojos un momento, respires profundo, te relajes y recuerdes como solía ser todo antes. Nos hemos equivocado, pero hemos tenido una familia y queremos recuperarla. Somos seres humanos y cometemos errores, igual que tú. Así que deja de echarnos en cara todo lo que ocurrió estos últimos años y colabora. –Inhala profundamente porque se ha agitado. La casa está en silencio. Tomo aire, aprieto la mandíbula e intento contener las lágrimas fallidamente por segunda vez en el día.
–No sabes lo difícil que es recordar cómo era nuestra familia y después abrir los ojos y ver lo que es ahora. El hecho de que quieran recuperarla no cambiará nada si siguen haciéndonos sufrir. No son capaces de entender…
–Si entendemos.
– ¡No tienes ni idea! –le grito, me bajo de la isla y corro escaleras arriba casi sin tocar el piso. Me encierro en mi habitación de un portazo, tranco la puerta y me tiro en medio del suelo a llorar tan fuerte como puedo.
Que me oiga y que sepa lo que se siente.
Los toques a mi puerta no dejan de cesar después de unos minutos de mi huída y cuando abro, todos entran en fila.
Me limpio las lágrimas, sorbo los mocos y corro a refugiarme en el pecho de mi rubio, quien me besa la cabeza y me susurra que él está conmigo.
–Tu padre se ha ido –me susurra al oído–. Nos ha dejado dicho que hoy por la noche Joe vendrá a buscarte y te llevará a su apartamento. Es una salida precipitada, así que será poco tiempo –suspiro, sonrío y me relajo. Mis hermanos están cerca.
Me doy una última mirada en el espejo y reviso que todo esté impecable. Marina me ha elegido unos pitillos negros, unas botas negras de tacón, una camisa blanca que Evan me ha regalado hace unos meses y una chaqueta a conjunto. Me ha peinado y hasta se ha tomado el trabajo de maquillarme un poco.
Suspiro, le sonrío a mi reflejo y bajo dando zancadas cuando el timbre resuena por segunda vez.
El viaje al apartamento es corto, incluso más de lo que me gustaría. Compramos unas pizzas y un kilo de helado de camino, así que supongo que esa es nuestra cena.
Nos sentamos en el sofá-cama, tomamos una porción de pizza cada uno y encendemos el televisor. Están pasando un nuevo episodio de La Juez Judy.
–Ver esto nos servirá para cuando entremos a Standford.
–Sí, a ustedes dos porque yo no sé qué haré con mi vida –respondo con pesadez, dejo la porción sobre el cartón y me recargo sobre el respaldo.
– ¿Aún no has elegido una carrera?
– ¿Qué no te becan en una sola materia?
–En este caso tienes la libertad de elegir –dice Joe y se limpia el aceite de las manos en la ropa.
–Quiero estudiar periodismo –les digo y ellos asienten.
–Bueno…, no me lo esperaba.
–Pues es lo que quiero –asienten nuevamente y ambos se paran al mismo tiempo–. ¿A dónde van?
–Iré al baño.
–Llevaré la caja vacía a la cocina –responde Evan y ambos se van.
Echo la cabeza para atrás y la luz del televisor me permite distinguir algo entre las penumbras del salón: la cajetilla de cigarros.
Alzo las cejas, observo a las dos direcciones por las que ambos se han ido y me dirijo de puntillas a la mesa de la sala. Estar descalza me ha servido.
Saco uno, lo enciendo y recuerdo todas las veces que me prometí nunca fumar. Pero si a Joe le ayuda, supongo que surtirá el mismo efecto en mí.
Tomo una bocanada profunda de aire, lo suelto lentamente. Llevo el papel hacia mis labios e le doy una calada que me hace toser unas cuantas veces.
Evan me pregunta si estoy bien desde la cocina y le respondo que solo me he atragantado con la saliva. Cuando oigo los pasos de Joe acercándose, le doy una calada hasta el tope que me deja atontada y comienzo a toser sin detenerme.
No puedo detenerme.
Siento el aire abandonar mis pulmones y no regresar. Se estrujan. No puedo respirar.
Cierro los ojos y lo último que oigo son sus pasos acelerados corriendo hacia mí.
Cuando me despierto por primera vez estoy recostada sobre una camilla completamente blanca, o al menos es lo que la luz de la luna me deja distinguir.
Las paredes son celestes y hace un frío desmedido que me obliga a encogerme dentro de las sábanas.
Un aspecto bastante tétrico que me recuerda a las miles de veces que he visitado un hospital en mi vida. Y me doy cuenta: estoy en un hospital.
Abro los ojos alterada y me exaspero al ver una aguja clavada en mi brazo derecho, por el que supongo que pasa el suero. Intento quitármelo, pero lo han pegado con cinta adhesiva y mis fuerzas se debilitan cada vez que muevo un músculo.
Comienzo a agitarme y cuando siento que el aire me falta, me doy cuenta de que es imposible porque una máscara cubre mi nariz y boca. Es un respirador.
Un grito sofoca mi garganta y por más dolor que sienta, me sacudo exageradamente.
La puerta se abre y varios hombres vestidos de un verde muy claro ingresan a la sala. Me inyectan el otro brazo haciéndome gritar y le aumentan el aire al respirador. Lo último que distingo antes de caer en los efectos de los sedantes es a Niall, con sus ojos tan cristalizados que casi el celeste que llevan no se nota.
La segunda vez que despierto lo hago más calmada. Tengo lágrimas secas en mis dos mejillas y el aire que se cola por la ventana me da frío en la punta de los pies, en dónde las sábanas no llegan.
El sol ya se ha puesto y sus rayos cálidos me pegan de topetón en el rostro. Entrecierro los ojos y volteo a mi derecha, en donde está Niall recostado en la silla, dormido.
Sonrío tiernamente, tomo su mano y él despierta. Me sonríe ampliamente, y me besa la mejilla mientras lágrimas corren por las suyas.
–Estarás bien, no te preocupes –me abraza y yo asiento. Ahora, en la comodidad de sus brazos, puedo creérmelo.
– ¿Qué ha ocurrido? –digo y noto que ya no llevo el respirador. Él se sienta a mi lado en la camilla y le da un leve apretón a mi mano, para después acariciar el dorso.
–Fumaste.
– ¿y?
–Maddie, ¿no recuerdas que eres asmática? ¡No te has muerto de milagro! –dice y se le quiebra la voz. Ahora lo recuerdo.
Soy asmática.
Tengo asma.
Tengo asma y he fumado.
Qué irresponsable.
–Lo siento –susurro y él me mira con pena–. No he tenido un ataque en tres años… ni siquiera lo recordaba.
–No te preocupes, ya ha pasado.
– ¿Puedo irme ya? –niega energéticamente y me besa la coronilla.
–Ni de chiste –bufo y él ríe silenciosamente–. Pero no te preocupes, que estaré aquí para cuidarte.
–Uh, oh… el doctor Horan –le digo, ríe, se acerca y me besa.
He recuperado el aire.
Pero la puerta de la habitación se abre y mis padres ingresan por ahí, con mis hermanos detrás. Mi madre observa a Niall con las cejas en alto y una pícara sonrisa dibujada en su rostro.
Aprieto la mano del rubio, asiente y sale.
–Pensé que te perdería –susurra Evan ya a mi lado y me abraza muy fuerte.
–Lo siento –repito–. ¿Qué ha pasado?
–Tuvimos que llamar a una ambulancia –responde Joe, sentándose a mi lado.
–Lo mejor es que descanses, has pasado por un cuadro muy fuerte y debes estar cansada. Además el sedante que te dieron es muy potente –dice mi madre y yo asiento, porque no quiero inventar otra discusión.
–Estaremos aquí un rato –agrega mi padre, pero ya he cerrado los ojos.
He cerrado los ojos pero no me he dormido.
– ¿Ven por qué Madeleine debe estar con nosotros?
–No fue nuestra culpa. Hemos salido un rato de la sala y cuando volvimos ella estaba fumando –responde Evan a la defensiva.
– ¡Prometieron que nada le pasaría! –chilla mi madre– y mírenla ahora. ¡Casi muere!
– ¿De quién era la cajetilla?
Silencio.
Supongo que mis hermanos han de plantearse un juego de miradas.
–Mía –confiesa Joe.
–Tendremos que buscar otra forma de convivencia sin que estas cosas sucedan.
– ¡No puedes alejarnos más de ella!
–Pues veremos qué se hace.
Unas horas después Marina ingresa por la puerta con los deberes en la mano. Dice que tengo que distraerme y promete que si terminamos rápido la tarea, me comprará revistas.
Se sienta a mi lado y me pasa la tarea de matemática.
– ¿Se han divertido sin mí hoy?
– ¿Estás de broma? –pregunta incrédula– ha sido el día más duro de nuestras vidas, y no es solo porque nos han mandado cien páginas para leer de Hamlet en literatura.
–Espero que no se hayan metido en problemas.
–Descuida, madre, no lo hemos hecho –alzo las cejas y ambas terminamos por reír.
–Bueno, no es el mejor gráfico de barras que he hecho en mi vida, pero… –digo, después de trazar unas rectas más y dejo el lápiz sobre el buró.
–Está torcido –me corta y la fulmino con la mirada– ¿qué? ¿quieres que mienta?
–Ya, graciosa. Muéstrame el tuyo –me pasa la hoja, la reviso y se la devuelvo.
– ¿Qué me dices?
–Mucho mejor que el mío –asiente. Suspiro, volteo y cuando voy a tomar el lápiz noto un celular que no es mío y sé que tampoco es de Marina.
– ¿De quién es eso?
–De Louis, estuvo aquí como dos horas, supongo que se lo ha dejado. Se fue un poco antes de que despertaras pero dijo que volvería en un rato –asiento–. Si me disculpas, debo ir al baño. Tengo que soltar todo lo que he tomado.
Y se va sin más.
Vuelvo mi atención a la hoja, pero el sonido permanente de un mensaje de texto que ha ingresado me desconcentra. Reviso el mensaje que le ha llegado y descubro que es de su madre. Se lo diré.
Unas horas después Louis llega y se une a la conversación trivial que mantenemos con Marina.
–Entonces… ¿qué prefieres, tomar agua de la alcantarilla o meter la cabeza en la boca de un león?
– ¿Por qué metería la cabeza en la boca de un león? –pregunto riendo.
–Porque es un juego raro, tú responde.
–Bueno… tomaría el agua.
– ¿Toda?
–Toda –afirmo.
– ¿Y qué tal si…?
–Oh, ya basta ambos. Esto es aburrido y me pregunto en dónde estarán las revistas que me prometiste. ¿Las tienes por ahí o…? –ella entorna los ojos.
–Ya, vuelvo en un segundo –y sale. Me volteo a Louis.
– ¿Te he dicho ya que tu madre te ha dejado un mensaje?
–Unas doce veces. Quizá es que el asma te afecto la memoria –entrecierro los ojos y él ríe mientras se para–. Iré a esperar a los chicos en la entrada, aún no se aprenden el número de la habitación y la recepcionista ya está un poco cansada de recordárselos. Además vienen con Paul, porque las fans están enloqueciendo y debo apartarle un lugar en el estacionamiento –asiento y después de sonreírme, sale.
Tengo la leve sensación de que ya no significo para él lo mismo que antes. Como si hubiese olvidado que somos amigos.
Pero apenas sale, su celular comienza a vibrar una vez más y lo tomo cansada.
Otro mensaje. No espero y lo abro.
«Te spero en el prque frnte al Starbucks en 20 mnts. Te amo.»
Las terribles faltas ortográficas no son lo único que me sorprende. Dirijo mi vista de inmediato hacia el número, esperando reconocerlo, pero solo está agendado como “mi amor.”
¿Está Louis a punto de romperle el corazón a Marina?
La puerta de la sala se abre y dejo el celular sobre el buró aún nerviosa. No puedo actuar bien cuando estoy nerviosa.
No soy tan buena actriz como pensé.
Marina me sonríe y camina hacia mí sacudiendo los rizos que se ha armado para todas partes. Deja las revistas reposar en mi regazo y toma una.
– ¿En dónde está Lou?
–Está en el estacionamiento –asiente–. Acaba de sonar su teléfono y pensé que podría ser importante, así que lo cogí –digo rápido y ella alza las cejas, esperando a la segunda parte del relato– era un mensaje. –Se tensa. Baja la vista y se muerde el labio.
– ¿y?
–Marina, yo sé que lo quieres y no quiero que te haga falsas ilusiones…
–Maddie, escucha…
–No, escúchame a mí. Yo no quiero limpiarte los mocos, servirte té y cuidar que no bebas café antes de irte a dormir. No quiero hacerlo porque sé que sufrirás. Y yo no…
–Maddie –me corta y yo volteo a verle. Su mirada culpable–. He sido yo.
Frunzo el ceño.
– ¿Qué?
–Yo le he enviado ese mensaje –me suplica perdón, pero aún no me lo creo–. Hemos estado saliendo desde hace más de una semana.
Abro la boca pero nada sale.
No me lo creo.
–Queríamos mantenerlo privado, pero Louis no se contuvo y se lo contó a todos.
Eso me ha dolido más.
– ¿A todos? –asiente– pues me ha exceptuado.
–Maddie…
–y tú también –suspira–. Entonces quieres decir que todo el mundo sabía acerca de esto, pero yo no. Tu mejor amiga. Su mejor amiga.
Me frustro.
–Maddie…
–Evidentemente hemos dejado de ser amigas.
–No digas eso. No sé por qué te pones tan mal, solo es una relación.
Tuerzo los labios–. Solo una relación… –repito–… ¿sabes qué es lo que más me duele? Que a veces parecemos extrañas. Quizá no seamos tan amigas como decimos.
–No es eso…
– ¿Y qué es entonces? Me refiero, ¿tú entiendes algo? Porque yo no.
–No te alteres.
–No me altero. Me duele. ¿Quieres saber qué siento ahora? Que estoy hablando con una desconocida –suspira–, porque resulta que yo te cuento toda mi vida y tú nunca me has contado nada de la tuya.
–Tengo problemas de confianza.
–Entonces no digas que soy tu mejor amiga, porque la amistad se basa en la confianza. Y yo confío en ti. Te presenté a mi mejor amigo, te presté mi casa de campo y mi residencia, te presento a mis amigas y permito que te relaciones con ellas y hasta compras con mi tarjeta de crédito ¡Y tú no confías en mí cuanto yo sí en ti! ¡Resulta que lo mínimo que puedes darme es tu confianza y ni siquiera eso obtengo!
–Ya…, saldré. Creo que necesitas un tiempo para ti misma. –Asiento.
–Y para beber tanto café negro hasta hartarme. –Se disculpa con la mirada, espera a que diga que estoy bromeando y después sale.
Y cuando se va me doy cuenta que no es lo que más me ha dolido.
Que me da igual la confianza.
Que me da igual mi amistad.
Que no me he puesto mal porque no me lo contó antes.
Que me he puesto mal porque sale con Louis.
Y de alguna forma… Louis es mío.
- Spoiler:
- ***
¡Hermosuraaaaaaas! Les dejo el capítulo! Las amoooo.
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Wowww wowwww altooo
Padrón tantas cosas en un capítulo!!!
Esto es tan iavaksgsjgsj
Escribes increíble. No lo puedo creer
La rayis se puso muy mal...
Y no le dijeron que eran saliendo!!
Esto me enojo a mi también me dolió en mi pecho es en serio no lo puedo creer
Porque no le dijeron??
Siguelaaaaaaa
Padrón tantas cosas en un capítulo!!!
Esto es tan iavaksgsjgsj
Escribes increíble. No lo puedo creer
La rayis se puso muy mal...
Y no le dijeron que eran saliendo!!
Esto me enojo a mi también me dolió en mi pecho es en serio no lo puedo creer
Porque no le dijeron??
Siguelaaaaaaa
Blue sky
Re: Summer. {One Direction y tú}
AKSAJSKAJSAKA PARA VOS TAMBIÉN <3(? aaaaaaaaaaaaaaaaaaay, gracias <3 JAJAJ, vos también sos genial, y también te amo <3 Ya la seguí, muchos besos!DaiLLHZN escribió:SKADVHFAHSGFVAS no tengo palabras. Fue estupendo!
escribis perfeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeto, tenes un gran talento escribiendo en serio!!!! sos genial te amo ****.***** jaja SEGUILA CUANDO PUEDAS :3 besotes♥
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
JAJAJ, me mató el "no mames", amo cuando dicen eso <3 ¡gracias! aksjska. TENEMOS QUE GOLPEARLA Y DESPUÉS LLEVARLA A SUECIA Y VA A EXPLOTAR PORQUE NO SABE HABLAR SUECO(? ¡Ay, linda! Yo nunca me voy a olvidar de todas ustedes, son maravillosas.lokitah_1D escribió:No mames Los Descubrieron que se fueron de la casa Y le han negado ver a sus hermanos Dios Mujer Tu novela es buenísima ;)
Jajajaja xd Esa Diana es una perra ¬¬ Merece golpe xd .okno.
Me la sigues Loca c:
Pd: Nunca me olvidare de tu nove *-* La amoo xd
#Cami~
¡Besos!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Perdón :c(? YA LA SEGUÍ, AHORA ME LLEVÁS Y MÁS VALE QUE HAYA PALMERITAS ASÍ COMO EN MIAMI(?Augustine escribió:NotesOfLove~ escribió:Sos una traidora, Agustina, ¿te das cuenta? ¿Cómo es eso de que amás mi novela y no me llevás con vos de viaje? ah, seguro te asustaste, ah que. ¿ADÓNDE TE HAS IDO, AMIWIS? Coincido, pobre Maddie. Besos, linda!Augustine escribió:Me había ido de viaje, pero ¡acá estoy! God, todo patas para arriba se puso, pobre Maddie y los hermanos.... :( bueno, seguilaaaaaa!
JAJAJA sí, sí, me asustaste :cccc pero neah, me fuí a una playa de acá de Arshentain (Argentina asjkhf) y en fin, me gustó very much el cap, si la seguís te llevo a una playa imaginaria (? ahhh
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
¡Gracias, linda!alep1Dforever escribió:Tu novela es increíble
La amo
:)))))
Espero ansiosa
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
Holooooooooo<3 muy mal :c igual creo que vienen el año que viene, pero me deprimo(?#michel_sweet escribió:Holiiiiiiiii...NotesOfLove~ escribió:aksjs, no :c no vienen a Argentina! ¿vos?#michel_sweet escribió:Holi'!NotesOfLove~ escribió:Sí, pasámelo! Seguramente que cantás re bien! Y seríamos las famosas de... de... nada(? ¿Sos Latina vos? porque seríamos las famosas Latinas (?#michel_sweet escribió:NotesOfLove~ escribió:¡Muchas gracias, linda! Estoy pensando en estudiar canto porque me encanta hacerlo y ya que tengo que torturar a mis papás con mi música, prefiero hacerlo bien. Compongo, pero no sirvo. Soy pésima para eso. Además quiero ser cantante <3 aksja. HACÉ EL COVER Y PASÁMELO! <3 Así soy tu fan. Besos! x#michel_sweet escribió:NotesOfLove~ escribió:Holaaaaaaaaaaaaaa lindas! Les dejo acá mi nuevo cover de Little Things, VÉANLO PORQUE LAS OBLIGO(? Bueno, eso... hoy subo!
MI VÍDEO(?Holo'!Wow'! aaah'!
Eres GENIAL'! & lo digo enserio, tines una vos mus linda!
Yo estoy pensando en hacer un cover, pero de They Don't Know About Us'!!!
Bueno cantas Genial! tienes que seguir haciendolo :D
Besos&Cuidate-Stay'Strong-
Lo are & te lo pasare! Solo que no por ahora ya que mi web cam esta dañada!!! Yo tambien amo cantar para mi es como el oxigeno la musica! & me encantaria ser cantante & bueno mis tios & primos dicen que tengo buena voz'. No lo se!
Si' soy Latina!!! (Mexicana, soy de Guerrero para ser exacta) ñ.ñ Woo Hoo'!! Seriamos las Latinas mas famosas! Ok'ok! me calmo! Tu Iras a Take Me Home Tour?'
Aquí tu fan! Tarde pero seguro! Esperare el tiempo que sea para el capitulo!
Ya sabes que amo tu novela!
Que mal que que los chicos no vayan a Argentina :/
Besote!
¡Besos!
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
ajahsjsha, gracias <3 Un beso a vos Javi, te quiero más <3Jajaviera escribió:Yooo amooo tu novelaaa y todos sus capitulos y todas tus ideas jojoj
Un besoo Solecilla, te quierooo. Espero Capitulooooos ! :(L):
NotesOfLove~
Re: Summer. {One Direction y tú}
JAJA, entiendo, no te preocupes c: Te perdono(? ¡aksja, qué bien que te gusten! Niall está raro. Yo misma que soy la escritora, a veces leo los capítulos que escribo y pienso que su relación con Maddie estaba mejor cuando eran amigos :c No termina, no termina xde. No estoy segura de una segunda temporada, porque creo que la primera va a ser bastante extensa, quizá haya una segunda parte de la primer temporada. De eso hablaré más adelante.Helenna escribió:Siento haber estado tanto tiempo desaparecida. He tenido problemas + exámenes + mis novelas y ha sido todo: ¡PUF! Y me ha explotado en la cara, no daba para más. Lo siento de verdad, no era mi intención que pensaras que te había abandonado.
He de decirte sobre la novela, que me ha encantado. y los capítulos han sido, increíbles. Sigo sin saber qué coño le pasa a Niall -.-'' Los volveré a leer por si me he perdido algo.
¿Cómo que va a terminar? ¡NO PUEDES! ¿Harás 2º temporada, no? :)
Muchos besos.
PD: ¿A las 12 de la noche lo subirás? (Hora Española) Menos mal que es sábado..
Besos!
¡VIVAN LOS SÁBAAAAAADOS!(?
NotesOfLove~
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