[Resuelto]Suavisar Movimiento Nick & Tu Terminada.

Capítulo 6
—Siempre me sorprende que esto esté tan oscuro y silencioso —murmuró ¬¬¬¬____(tn), no para quebrar el silencio, sino porque necesitaba mover los labios. Romper la sonrisa... hablar. Estaba segura de que la suya era la sonrisa más tonta que había visto Nick nunca después de un beso. Pero no podía reprimirla.
Nunca había estado con un hombre como él, un hombre que conocía el valor de los besos largos y lentos, que no buscaba enseguida algo más. La experiencia había sido una revelación. Estaba maravillada... flotando en el aire.
—Así son los sitios pequeños -Nick metió el coche en su calle. Estaba oscura, rodeada de árboles. La mayoría de las casas estaban cerradas y silenciosas. Solo se oía el ronroneo Del motor y el roce de los neumáticos sobre el asfalto. En la distancia ladró un perro.
—Me alegro de haber elegido Quimby —musitó.
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó él, parando el coche. Apagó el motor y el silencio se hizo completo.
—¿Elegir Quimby? —pasó los dedos por las tiras de las sandalias que llevaba en el regazo, decidida a mentirle lo menos posible. —Mis abuelos vivieron aquí un tiempo. —¿Quiénes eran? Seguramente los conocí — salió del coche.
Le abrió la puerta y ella buscó su chal y el jarrón que les habían prestado en el restaurante para las flores.
—Oh, fue hace muchos años. Seguro que no te acordarías de ellos. Ya eran viejos entonces. Se relacionaban poco.
—Pero tú debiste venir aquí de visita —la tomó por el codo para ayudarla a salir. —¿Por qué lo dices?
—Es evidente que te acordabas lo bastante de esto como para desear volver.
—Eso se debió más a que la tienda que buscaba estaba en venta —era cierto. La tienda había sido el componente principal en su decisión. Por supuesto, la única razón de haber mirado si había tiendas allí era por Nick, pero eso no podía decírselo.
Por suerte, el hombre no siguió con el tema. —¿Qué ocurre aquí? —preguntó, mirando hacia el brillo iluminado del jardín de la casa Colton.
—¿Crees en las hadas? —preguntó la mujer, pisando la hierba con los pies descalzos—. ¿Los duendes?
El hombre inclinó la cabeza con escepticismo y metió las manos en los bolsillos de los pantalones, que llevaba enrollados hasta las pantorrillas, ya que también iba descalzo.
—En un duende llamado Allie Spangler quizá sí.
—Podemos ir a ver.
El quinteto de los miércoles había hecho maravillas en el jardín. Entre los árboles colgaban farolillos japoneses de papel. Brillaban como lunas llenas de un planeta alienígena... amarillos, rosas, naranjas, verdes... Cerca de la casa había dos sillones y una mesita baja. ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬___(tn) achicó los ojos para ver mejor. Sobre la mesa había un cubo de hielo con una botella, dos copas de champán y un radiocasete portátil. Añadió el jarrón de lirios.
—Espero que esos duendes ya se hayan ido —comentó Nick.
La joven miró hacia las ventanas, esperando lo mismo.
—¿A qué viene esto?
____(tn) se volvió hacia él y dejó las sandalias en la hierba.
—¿Por qué se toman tanto interés?
—Ah... creo que han pensado que necesitaba ayuda en lo referente al romanticismo.
Nick la miró sorprendido.
—Nadie que te conozca pensaría eso.
____(tn) se sintió halagada. Se alisó el vestido con las manos.
—Yo no siempre tengo este aspecto —se pasó los dedos por el pelo, con nerviosismo—. De hecho, no lo tengo nunca. Suelo llevar zapatos bajos, gafas y vestidos amplios. No soy...
De repente él estaba ante ella, mirándola a los ojos. La joven parpadeó con ademán de miope.
—¿Crees que a mí me importa qué ropa lleves?
Lo decía con tal fervor que ella lo creyó. Veinte años no lo habían cambiado. Siempre había sabido mirar más allá de la superficie. Su compromiso con Laurel había sido una aberración. Tenía que ser así.
Rezó en su interior para que Nick Jonas fuera el hombre que ella había imaginado siempre.
Cuando le sonrió y le tendió la mano, fue hacia él con el corazón lleno de esperanza y alegría.
—Ah, ¿no es bonito? —preguntó Julia, detrás del volante de un utilitario aparcado en la acera. Desde allí tenían una visión oblicua del jardín iluminado.
Los ojos de Laurel echaban chispas.
—Precioso.
Todas excepto Allie llevaban media hora escondidas en casa de Gwen, dos calles más allá, esperando el regreso del Jaguar deNick. Antes de eso, Laurel había llamado a Jerome's para comprobar los avances de la cena, y había descubierto que el pez había eludido la red. Desde entonces estaba de mal humor.
—El plan marcha bien —dijo Gwen desde el asiento de atrás.
—Eso parece —murmuró Julia.
Sonaba música y Nick y ____(tn) bailaban descalzos en la hierba, mejilla contra mejilla. Una de las manos de él acariciaba la espalda de ella, la otra sujetaba una mano femenina a la altura de las caderas. De vez en cuando volvía la cabeza y subía la mano para besarle el dorso con una ternura que resultaba evidente para todas las espectadoras.
Era una escena que podía poner sentimental a cualquier mujer. Y hacer pensar a un hombre que conseguiría algo más.
—¿Qué opinas, Faith? —Julia se volvió a mirar al asiento de atrás.
Faith estaba en trance. Tenía los ojos fijos, los dedos unidos bajo la barbilla y la boca abierta.
—Está en otro mundo —comentó Gwen. Dio un empujón a la secretaria—. Despierta, muchacha. Rompecorazones ha vuelto a ignorarte.
—¿Qué? —Faith se sonrojó con violencia. Por un momento pareció enfadada, pero después bajó la vista hacia su regazo—. Hmmmm —musitó.
Julia estaba pensativa.
—Quizá nuestro plan va demasiado bien.
—¿Crees que ____(tn) es de fiar? —Laurel achicó los ojos—. No sabemos mucho de ella, ¿verdad? Es muy callada. Puede estar traicionándonos en este momento.
—Ah, es demasiado blanda para eso.
—Yo la conozco bastante bien —dijo Julia—. Lo que me preocupa es que Nick la envuelva en su magia. Mirad —señaló la escena del jardín—. ¿Qué mujer podría resistirse a eso?
—Pues tendremos que recordarle el plan.
—¿Y cómo piensas hacer eso, Laurel?
—Diciéndole algunas verdades sobre esa serpiente cobarde.
—Ya has hecho todo lo posible por manchar su reputación en toda la ciudad.
—Tengo todo el derecho —Laurel miró cortante a Julia—. No fuiste tú la que se quedó plantada ante el altar.
—Lo sé —repuso la otra con un suspiro de cansancio.
—Y eso tiene que pagármelo —Laurel se inclinó hacia la ventana abierta—. Ah, ya empezamos. Es su canción.
Gwen hizo una mueca al reconocer la letra.
—Eso hará que ____(tn) pise tierra firme.
Julia inclinó la cabeza a un lado.
—Hmmm, muy astuta. No sabía que pudieras ser tan sutil, Laurel.
Faith escuchaba con los ojos cerrados y las manos apretadas en las mejillas; ocultaba la mayor parte de la cara.
La música cruzaba la noche con letras que hablaban de engaños y traiciones. Pero la pareja no pareció darse cuenta. Siguieron bailando, con las cabezas juntas y los ojos cerrados. Ignorantes, al parecer, del complot de Laurel. La canción era El seductor de Sade.
A ____(tn) la despertó el teléfono a la mañana siguiente. Miró el reloj de la mesilla. Eran poco más de las siete, así que se puso una almohada sobre la cabeza y volvió a dormirse.
Minutos después se despertó sobresaltada. El teléfono sonaba de nuevo. Tenía un supletorio en el suelo al lado de la cama, pero no hizo ademán de contestar. Nick no la llamaría tan pronto, así que tenía que ser una de las chicas. Y prefería que hablaran con el contestador.
El teléfono siguió sonando a intervalos de quince minutos. La irritación la hizo salir de la cama y meterse en la ducha. No había pensado cómo explicar la velada a las instigadoras del plan y no podía pensar con el maldito teléfono resonando en su cerebro.
Se vistió y bajó las escaleras, concentrándose aposta en no perder el optimismo que sentía desde la noche anterior. Miró a su alrededor con cierta sorpresa. La casa no había cambiado. A pesar de sus esfuerzos por pintarla, ponerle cortinas de colores y colgar litografías de flores, seguía siendo una casita humilde y vieja. Esa mañana, sin embargo, le parecía maravillosa.
Sonrió y frotó las iniciales talladas en el poste del que salía la escalera: A.C.+ N.J.
Dibujó sus iniciales encima de la A y la C. A los diez años, había escrito el nombre de Nick en la tapa de su cuaderno de la escuela y lo había borrado en el acto, temerosa de que alguien lo viera y se riera de ella. Ya era bastante malo que la llamaran ____(tn) Tripa Grande cuando él no estaba cerca para impedirlo. Si llegaba a enterarse de que ella lo quería, lo pondría en un buen compromiso. Ni siquiera su amabilidad podía ser infinita.
Entró en la sala de estar. ¿De verdad había cambiado algo? Nick y ella ya habían forjado en otra época una amistad que fuerzas externas se empeñaban en romper. La diferencia era que esa vez sería ella la que tendría que soportar las presiones de los demás. Las Corazones Rotos querían que Nick conociera el dolor de ser un paria social. Y ella tenía que ser el instrumento de su destrucción.
____(tn) no podía hacer daño ni a una mosca. El Almirante solía decirle que tenía que endurecerse, pero construirse un caparazón protector era lo máximo que había conseguido. Dentro de él seguía siendo tan frágil como siempre.
El timbre del teléfono la sobresaltó. No quería hablar con ninguna de las mujeres de los miércoles excepto quizá Julia.
Saltó el contestador.
—Hola, este es el teléfono de ____(tn) ____(ta)...
Después del pitido llegó la voz de Nick.
—¿____(tn)? Perdona, sé que es temprano, pero he tenido una idea...
La mujer se acercó corriendo al auricular.
—¿Nick? Buenos días. No sabía que eras tú o habría... ¿O no eras tú?
—No. He llamado antes pero comunicaba. Debes de ser muy popular.
____(tn) accedió a verlo fuera cinco minutos después y colgó para revisar sus mensajes.
El primero era de Gwen.
—¡Por Dios, ____(tn)! ¿Qué ocurrió anoche? Llámame enseguida.
El siguiente de Laurel:
—Aquí Laurel Barnard. Os vimos bailando. Espero que no pienses que vas a tener éxito donde todas las demás han fracasado. Porque no será así.
Otra vez Gwen:
—¿____(tn)? ¿____(tn)? ¿Aún no te has levantado?
Allie, bostezando:
—Eh, anoche me llamó Gwen y parece que todo fue muy bien —un largo silencio—. Llámame. Quiero todos los detalles jugosos.
Laurel:
—Me voy a la iglesia, pero esta tarde nos reuniremos todas. Hemos decidido que necesitas lecciones frescas sobre lo que es conveniente hacer y lo que no a la hora de salir con Nick.
Julia:
—____(tn), soy Julia. Me temo que Laurel y las otras están un poco alteradas. Parece que has tenido demasiado éxito con Nick. Rodarán cabezas —soltó una risita—. Oh, bueno, espero que lo estés pasando bien. A mí me parece que sí. Llámame y pensaremos algo. Adiós.
Allie, levantando la voz para competir con el ruido de fondo:
—¿Es cierto? ¿Te has enamorado de Nick? Ya sé que es difícil resistirse, ¿pero no podías intentarlo?
____(tn) parpadeó. ¿Ya sabían o sospechaban que se había enamorado de Nick? ¿Tan evidente resultaba?
¿Y él?
Se estremeció a pesar del calor.Nick la estaba esperando. ¿Debía ir con él o esperar a las conspiradoras?
No tenía elección.
Vació el contenido de su bolso en la mesita de café, buscó un lápiz de labios, dinero y su carnét de conducir. Los metió en el bolsillo delantero del pantalón vaquero corto que llevaba, cambió sus gafas normales por otras de sol graduadas y salió por la puerta.
Lo que las conspiradoras ignoraran no podía darles celos.
—Mmmm, está muy bueno —dijo ____(tn), echando otra cucharada de mermelada de melocotón en una tortita a medio comer—. Tú sí que sabes alimentar a una chica.
—¿Beicon?
La mujer miró el plato que le ofrecía.
—No debería —se llevó un trozo de tortita a la boca—. Vale. Tráelo.
Nick dejó tres lonchas en su plato.
—Me gustan las mujeres que saben comer.
____(tn) dejó de masticar.
—Eso no es un cumplido —dijo—. Suelo mirar mucho lo que como.
—Claro, claro —repuso él, atacando también sus tortitas—. Y se nota —miró el top rojo ajustado de ella.
La mujer miró fijamente las tortitas.
—Yo he tenido problemas de peso.
Nick no podía creerlo.
—¿A qué te refieres... a cinco kilos más o menos?
—Prueba con veinticinco —lamió el tenedor con calma, pero Nick sabía que se sentía incómoda.
—No puedo imaginarlo —dijo.
____(tn) se bajó las gafas, que se había puesto encima de la cabeza, y se metió el pelo detrás de las orejas.
—No te esfuerces mucho.
—Seguro que eras muy voluptuosa.
La mujer apretó los labios.
—Dulce y jugosa como una manzana.
Las comisuras de los labios de ella temblaron.
—Seguramente eras digna de uno de los grandes artistas del Renacimiento. Habrías sido un desnudo de obra de arte.
—Sigue soñando.
—Vamonos de aquí —dijo, molesto de repente.
____(tn) salió de su lado de la mesa y Nick dejó un billete de veinte dólares en el mantel, impaciente por alejarse de allí. Pero en el camino hacia la puerta, vio un rostro familiar en la barra y le tendió la mano.
—Reggie Lee. Me alegro de verte, amigo.
El aludido soltó una exclamación y le estrechó la mano con fuerza.
Nick hizo ademán de presentarle a ____(tn), pero ella saludaba ya al jardinero con amabilidad.
—Veo que nos conocemos todos —dijo Nick.
Reggie Lee se llevó una mano a la gorra.
—He hecho algunos trabajos para la señora ____(ta).
—Y creo que también has cuidado mi jardín. Está muy bien.
—La señorita Julia me contrató de modo regular. Ahora le hago cinco jardines... los dos suyos en Curran Street, dos en Brinkner Avenue y uno en Quarry Road. Ese es muy grande.
—Es bueno estar ocupado —dijo ____(tn).
—Claro que sí. Cuando me despidieron los Barnard, la señorita Julia me dijo que fuera a trabajar para ella. Mi madre dice que eso me salvó, porque... —sonrió y se encogió de hombros.
—¿Leo Barnard te despidió? —preguntó Nick, sorprendido.
—Sí, señor. Justo después de la boda. Quiero decir de la... —bajó la voz—. De los problemas. No querían que dijera nada.
Nick tampoco podía decir nada.
—Mi madre dice que no debo cotillear, así que no dije nada.
Fue Cathy la que rompió el silencio que siguió.
—Muy bien, Reggie Lee. Es usted un buen hombre.
Nick carraspeó, pidió al otro que siguiera cuidándole el jardín y salió del café con ____(tn). Notaba claramente que esta lo miraba con curiosidad.
Y no podía culparla. Muchos de los habitantes de Quimby parecían considerarlo responsable único de la cancelación de la boda. Naturalmente, _____(tn) tenía que haberlo oído así.
—¿Y ahora qué? —preguntó ella.
—¿Te apetece hacer un poco de ejercicio? — se puso una mano sobre los ojos a modo de visera. Hacía calor húmedo. Había un estanque de piedra colina arriba, pero tendrían que andar más de un kilómetro por el bosque para llegar hasta él.
La mujer no vaciló.
—Tengo que quemar ese desayuno, ¿no?
El hombre le tomó la mano.
—Pues vamonos.
____(tn) pensó que había pocas cosas tan maravillosas como la primera visión de un agua azul a través de un bosque denso. Se pasó el brazo por la cara sudorosa.
—Veo azul. ¿Es allí?
—Ya falta poco —dijo Nick, que se abría paso delante de ella.
—Menos mal.
—Siento las molestias —levantó una rama cargada de pinas para que ella pasara debajo—. Hace años que no vengo por aquí. Antes el camino no estaba tan lleno de maleza.
—¿Camino? ¿Qué camino? Esto es una jungla.
—Aquí no hay cobras —dijo él.
Algo frío y resbaladizo rozó en ese momento la pierna de ella, que dio un grito. Se detuvo bruscamente al llegar al borde del bosque, donde los árboles daban paso a hierba alta y piedras rojas polvorientas. La luz del sol bailaba sobre la superficie del estanque, tan brillante y eléctrica que ella se ajustó las gafas oscuras para combatir el resplandor.
Nick se colocó detrás de ella y subió las manos por sus brazos desnudos.
—Es bonito, ¿verdad?
La mujer se apoyó contra él; dejó caer los hombros contra su pecho amplio y ronroneó:
—Muy bonito.
Nick bajó la cabeza.
—Me refería al estanque —le rozó con la lengua el lóbulo de la oreja.
—¿Por qué no hay nadie aquí?
—No lo sé. A lo mejor los niños de ahora son demasiado vagos para hacer el camino. Cuando yo era joven...
—Abuelo —se burló ella.
El hombre le apretó los brazos.
—Cuando era chico, mis amigos y yo nos dividíamos el verano entre este estanque y el lago. Esto era más divertido, pero en la playa pública había chicas.
____(tn) se apartó para que él no notara que se había puesto tensa. Durante su estancia en Quimby, había acudido a la playa pública en solo una ocasión... y regresado a casa con el apodo de ____(tn) Pelota de Playa. El resto del verano lo pasó en el porche de sus abuelos recortando muñecas de papel y comiendo helados.
Pero todo aquello estaba ya muy lejos.
Se apoyó sobre una roca y se quitó las gafas de sol.
—¿Vamos a nadar desnudos? —preguntó.
—No puedo garantizarte que no nos vean, pero si quieres, sí —Nick se quitó la camisa—. Vamos allá.
Por supuesto, no podía decir otra cosa. Al margen de su discreción hasta el momento, seguía siendo un hombre. De principio a fin.
Consiguió quitarse los zapatos y los pantalones antes de acobardarse.
—Ah, creo que voy a conservar la modestia.
—Aguafiestas —Nick se unió a ella en el borde de piedra, ataviado solo con el pantalón caqui. Tenía el pelo; revuelto y el torso brillante por el sudor.
La mujer señaló sus bragas color burdeos y su top rojo.
—Esto es prácticamente un bikini.
—Demasiado grande, pero sí.
____(tn) se rio y le dio un empujón, pensando que podía lanzarlo al agua, pero el pecho de él era tan sólido como una roca.
—¿Quieres que te tire yo a ti? -—preguntó.
La joven se asomó por el borde. La caída era alta. El agua adquiría un tono azul más oscuro cerca de las rocas.
—Demasiado lejos para mí —dijo—. ¿El agua está fría?
—No mucho. ¿Ves esa roca rosa? Puedes bajar y saltar desde allí. Es seguro.
La mujer empezó a bajar de inmediato. El salto ya no era gran cosa, pero vaciló de todos modos.
—Adelante —la alentó Nick.
Tomó carrerilla y saltó todo lo lejos posible. El frío del agua la dejó sin aliento. Salió a la superficie entre exclamaciones.
—¡Está congelada!
Nick la miraba desde arriba con las manos en las rodillas.
—¿Estás bien?
—Me has mentido —gritó ella.
—No está demasiado fría.
—¿Entonces por qué no saltas tú?
El hombre se puso en posición en el borde de granito, con los brazos extendidos.
Se lanzó al agua con un salto perfecto y una seguridad física en sí mismo que quitaba el aliento. Apenas si hizo ondas al entrar.
A ____(tn) se le encogió el corazón. Nick Jonas era la personificación de la belleza masculina.
¿Y ella tenía que seducirlo?
Aquello resultaba risible. ____(tn) Pelota de Playa contra un dios sexy.
Nick emergió del agua hacia la mitad del estanque. Nadaron el uno hacia el otro. La joven se detuvo a poca distancia de él. Cuando cerraba la boca le castañeteaban los dientes, así que la dejó abierta.
—¿Se te ha encogido algo? —preguntó.
La expresión de él fue memorable.
Escupió agua.
—¿Qué has dicho?
La mujer sonrió.
—El agua está fría, ¿no? Pero espero que no demasiado.
—Eres una arpía —se lanzó por ella y tiró de su tobillo hacia abajo. ____(tn) se debatió, aunque perdió fuerzas en cuanto entró en contacto con sus hombros y pecho. Cuando salieron a la superficie, se reían los dos.
Jugaron unos minutos como niños, salpicando y gritando con alegría. La mujer se subió en los hombros de él, que la dejó un momento bajo el calor del sol antes de echarse hacia atrás y dejarla caer de nuevo en el agua profunda.
Cuando se cansaron, nadaron hacia las rocas, adonde él, por supuesto, llegó el primero.
—El señor equipo de natación —musitó ella, subiendo a su lado.
El hombre le dio una palmada amistosa en el trasero.
—¿Qué he ganado?
____(tn) se dejó caer sobre la piedra. La palmada de Nick, aunque amistosa, le ardía en la piel. Cada vez que la tocaba era mejor que la anterior, pero el efecto era acumulativo, provocándole una reacción química cada vez más intensa. Era sensación pura.
—Ganas esto —repuso sin aliento. Introdujo el pie en el agua con intención de salpicarle la cara. El hombre le agarró la pantorrilla y tiró de la pierna. ____(tn) aterrizó en el estanque de nuevo.
—Gano esto —dijo él. Y la besó.
Sus labios estaban fríos. Su boca estaba caliente. Y ella... ella se estaba ahogando otra vez.
—¿Has resuelto tu problema de encogimiento? —preguntó, luchando por respirar.
El hombre le mordió el lóbulo de la oreja.
—Un beso más y lo habré conseguido.
—Entonces es hora de dejarlo —buscó un buen asidero en la roca y se impulsó fuera del agua—. Soy una joven inocente. No puedo con tanta pasión.
—No temas —la miró a los ojos con intensidad—. Yo sí.
—Sí, eso es lo que me temo —se sentó en la roca y él no tardó en unirse a ella. ____(tn) lo miró con los brazos cruzados sobre el pecho—. ¿Qué hacemos ahora?
—Tomar el sol.
Era demasiado educado para mirar fijamente su top y bragas empapados, pero ella vio que sus ojos se oscurecían al fijarse en ella. Se recordó que tenía que interpretar el papel de mujer fatal, pero tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para bajar los brazos y andar con calma hasta una roca plana, donde se tumbó como si no sintiera la más mínima vergüenza.
Cerró los ojos y contó hasta cinco antes de que Nick se dejara caer a su lado. Ella abrió un poco los ojos y movió los dedos hasta rozar los de él. El hombre le tomó la mano y ese gesto sencillo la llenó de felicidad.
La roca estaba caliente y el sol brillaba con fuerza. ____(tn) suspiró e intentó no pensar en su beso. Por supuesto, no conseguía pensar en otra cosa.
—Ah —dijo, recurriendo a los tópicos—. Esto es vida.
—Y que lo digas.
—¿Por qué te marchaste de aquí?
—Por mi profesión —repuso él.
—¿Pero eso ha cambiado?
—Tomé un permiso sin sueldo para ir a Idaho. Pero hace poco renuncié totalmente al puesto.
—No lo sabía. ¿Qué planes tienes?
El hombre hizo un ruidito divertido.
—He decidido quedarme en Quimby. Seré el único arquitecto en ciento cincuenta kilómetros a la redonda, así que supongo que podré ganarme la vida.
—¿Y qué dirá Laurel? —preguntó ella, escuchando el zumbido de los mosquitos.
Nick suspiró.
—Otra vez Laurel.
—Alguna vez tenemos que hablar de ella —____(tn) rodó la cabeza sobre la piedra y se apartó el pelo húmedo del cuello—. Tengo entendido que la ruptura fue muy repentina.
—Era una situación complicada —le apretó la mano y luego la aflojó de nuevo. Tenía la palma sudada—. Pero el final fue rápido y limpio.
—Rápido, sí. ¿Pero limpio? No lo creo.
—Casi todo el lío lo montó ella —insistió él.
_____(tn) se incorporó.
—¡Pero tú eras su prometido!
—Por defecto —dijo él.
—No comprendo...
—Estaba embarazada.
—Oh.
Nick tenía los ojos cerrados; su expresión era dura.
—Al principio no la creí. Pero me enseñó los resultados de los análisis y parecían auténticos. No tenía elección... el niño merecía llevar un apellido.
La mente de ____(tn) hervía de preguntas.
—Pero no hay niño.
—Dos semanas antes de la boda dijo que había tenido un aborto —se sentó despacio y se pasó una mano por el rostro—. No sé. Puede que fuera cierto. Estuvo en el hospital, pero yo solo me enteré más tarde.
—¿Y por eso anulaste la boda? ¿Porque ya no habría niño?
—No del todo. Laurel estaba histérica. Había organizado una boda a lo grande, lo cual no fue tarea fácil en un tiempo tan corto. Me suplicó que no me echara atrás. Dijo que no podía causarle esa humillación. Pensé que lo más honorable era seguir adelante... —movió la cabeza—. Aunque sabía que el matrimonio no podía durar.
—¿No estabas...? —____(tn) sintió un nudo en la garganta—. ¿No estabas enamorado de ella?
Pero sí había estado dispuesto a dejarla embarazada. Ese hecho alteraba su percepción de él. Hasta parecía que el color del cielo, de los árboles y del agua, hubiera perdido intensidad.
La voz de Nick sonaba amarga.
—Nunca estuve enamorado de Laurel Barnard. Ella lo sabía y no le importaba. Yo era una buena captura. Un traje al que llevar al altar.
Hubo un silencio.
—Aun así... —empezó a decir ella.
El hombre volvió la cabeza.
—Es más complicado de lo que crees. Eso puedo decírtelo. Mi hermano se había ido de aquí enfadado conmigo. Un día antes de la boda me dieron la noticia de que había tenido un accidente de coche. Tenía que ir a su lado. Intenté hablar con Laurel antes de irme —suspiró con cansancio—. Tuvo tiempo de anular la boda.
____(tn) frunció el ceño. Había más cosas en aquella historia... la parte que le había dicho que no le contaría aún. No podía haber sido su intención dejar a Laurel plantada ante el altar delante de todos los invitados. ¿Pero por qué...? Todos en la ciudad creían que él la había abandonado.
En la distancia graznó un cuervo y la joven se dio cuenta de que no quería seguir hablando de aquello. Era demasiado doloroso.
Suavizó la voz.
—¿Qué le pasó a tu hermano?
Nick respiró hondo.
—Al principio los médicos pensaron que no volvería a andar. Pero Adam es un luchador. Sigue haciendo rehabilitación y aunque sus progresos son lentos, mejora día a día.
—Eso está bien.
—Muy bien.
La joven subió las rodillas hacia la barbilla.
—Esto de vivir en Quimby es como participar en un culebrón de la televisión.
El hombre sonrió con desgana.
—¿Puedes guardar el secreto? Allie, Julia o Gwen no saben lo del embarazo de Laurel.
—Yo no diré nada. Aunque supongo que habría rumores.
—Claro. Pero ya conoces a Laurel. Se había propuesto una boda perfecta y no podía tolerar la idea de que todo el mundo cotilleara a sus espaldas.
—Supongo que sí.
Colocó una mano sobre la roca y estudió la forma de los dedos extendidos. Nick se había jugado su reputación para proteger a Laurel. Y seguía todavía protegiéndola. ¿Sentía todavía algo por ella? ¿Y por qué no? Había estado a punto de convertirla en su esposa.
Pensó en la amargura de su voz y decidió que aquellos sentimientos no eran de tipo amoroso. Pero la línea entre el amor y el odio era muy fina.
Pasó los dedos por la piedra rugosa, pensando en varias cosas a la vez.
El pasado de él.
El secreto de ella.
Su futuro.
Si es que lo tenían.

Chica esta es una de las que subo.
Aver si les gusta besos.

Convenseme

Capítulo 7
____(tn) sabía lo que se avecinaba. Y pensaba estar preparada para ello.
Laurel entró en su tienda el lunes por la mañana diez minutos después de que la abriera.
—¡____(tn)! —gritó. La buscó por el local y se detuvo en la mesa de trabajo, mirándola con insolencia—. ¿No escuchaste mis mensajes?
—Lo siento —confiaba en que bastara con esa palabra. No sentía perderse la «reunión» de Laurel, pero era culpable de evitar al grupo a propósito—. No escuché todos los mensajes hasta anoche. Era demasiado tarde para llamar a nadie.
Laurel puso los brazos en jarras.
—¿Dónde estuviste todo el día? Allie y yo pasamos por tu casa.
—Oh, por ahí.
Había estado con Nick, pero no pensaba decirlo. Su vecino y ella pasaron el día juntos, conduciendo por el campo, comprando fruta y verdura en los puestos que ponían los campesinos en la carretera, examinando el videoclub y hablando de cine. Al anochecer se retiraron a casa de Nick para tomar ensalada de faltas y ver juntos Efecto Cero, una película que gustaba mucho a ambos.
Laurel la miró con recelo.
—Has tomado el sol.
____(tn) se tocó la nariz, que estaba enrojecida.
—Estamos en verano.
—A ver si lo adivino. Nick te llevó a nadar. Lo hace con todo el mundo, ¿sabes? Es muy predecible.
A _____(tn) le costó trabajo seguir aparentando indiferencia.
—En ese caso, me sorprende que no se te ocurriera buscarnos en la playa.
La otra se alisó la falda del vestido.
—Yo no persigo a los hombres. Ellos me siguen a mí.
—¿Y entonces por qué demonios no dejas en paz a Nick? —preguntó _____(tn), con una vehemencia que la sorprendió a ella misma, y que dejó atónita a Laurel.
—Porque tengo una cuenta pendiente con él —escupió esta, con todo el veneno de una serpiente. Apuntó un dedo a la cara de _____(tn)—. Y no se te ocurra intentar nada hasta que haya terminado con él. Luego puedes hacer lo que quieras.
_____(tn) estaba alterada, pero no lo dio a entender. Siguió eligiendo hilos con calma para la clase de bordado del lunes por la noche y negándose a responder de un modo que pudiera conducir a una pelea abierta. Todas aquellas tonterías empezaban a parecerle muy infantiles. No quería saber nada de ellas.
Bueno, aquello no era cierto del todo. Quería conquistar a Jack, claro. Pero no a cualquier precio.
Lo difícil sería la retirada. Aunque tal vez Laurel empezaba a pensar que no era el peón adecuado y estaba dispuesta a librarla de la misión.
Pero la novia abandonada se había dado la vuelta y se alejaba ya.
—No te apartes del plan, _____(tn) —la miró por encima del hombro—. Además, si lo piensas bien, verás que es demasiado tarde para retroceder.
Salió por la puerta y _____(tn) se sentó en una de sus sillas pintadas a mano. Por supuesto. Si intentaba detener el plan ele seducción, Laurel se lo contaría todo a Nick. Y parecería tan manipuladora y falsa como la instigadora del plan.
Pero quizá Nick comprendiera sus motivos cuando le contara quién era.
Una confesión completa. Tendría que admitir ser ____(tn) Pelota de Playa.
¿Tan horrible era eso?
Tal vez sí. De todos modos, ella sí lo haría por Nick. Pero cuando estuviera segura al cien por cien de que él lo valía. A pesar de lo mucho que habían intimado, solo hacía unos días que se veían. No podía arriesgarse a confesar sus vulnerabilidades antes de saber si su relación era algo más que otro de sus juegos de conquista. Era demasiado inexperta con los hombres. Y ya se había equivocado con Chad.
Sonó la campanilla de la puerta y ____(tn) avanzó hacia la parte delantera de la tienda con los brazos cruzados a la defensiva sobre el delantal. ¿Otra de las conspiradoras?
Era Julia, ataviada con un traje beige y con dos tazas de café en las manos.
—El tuyo es un cappuccino —dijo—. He visto salir a Laurel y he pensado que necesitarías cafeína.
—Gracias. Eres un ángel —quitó la tapa e inhaló el aroma a café fuerte—. Estoy en apuros —confesó.
—Lo sé —repuso la otra—. Pero por molesta que pueda resultar Laurel, lo que me preocupa es lo que ocurre entre Nick y tú.
—A mí también —dijo _____(tn). Vaciló—. ¿Cómo sabes que ocurre algo entre nosotros?
—Yo también sucumbí a su encanto, ¿recuerdas?
_____(tn) parpadeó detrás de sus gafas. Julia sabría si iba en serio o si jugaba con ella. Podría decirle lo que tenía que hacer.
—¿Tienes tiempo para hablar? ¿Quieres acompañarme a la parte de atrás a desempaquetar algunas cosas? —le preguntó.
Julia se encogió de hombros.
—Tengo mucho tiempo. El mercado inmobiliario no está muy animado últimamente. He vendido todas las propiedades que eran vendibles y ahora estoy empezando a revenderlas.
—Puede que Nick esté buscando.
Julia enarcó las cejas.
—Una casa seguro que no. Siempre dudé que quisiera vender la que tiene, aunque fue él mismo el que me dijo que la sacara al mercado.
_____(tn) dejó abierta la puerta al almacén para poder oír la campanilla. Tomó una caja de paquetes de plumas de una silla y se la ofreció a Julia.
—¿O sea que nunca pusiste la casa a la venta? Fue muy considerado por tu parte.
—Oh, coloqué un cartel en la entrada. Y hasta se la enseñé a algunas personas —sonrió Julia—. Pero siempre mencionaba la mala instalación eléctrica y el riesgo de inundaciones del río.
_____(tn) sonrió.
—Estabas segura de que volvería.
—Sí. Un gaipo de cotillas y un poco de escándalo no iban a alejar a Nick eternamente. De hecho, eso fue lo que más me confundió de su ruptura con Laurel. Yo habría esperado que lo hiciera de un modo más directo —quitó una pluma de su-falda—. Lo de salir huyendo habría sido más propio de Adam —sopló la pluma en
el aire y luego la capturó en la palma de la mano.
Mientras _____(tn) desempaquetaba una caja de partes de cuerpo de muñecas, Julia jugó con la pluma y le contó una historia que ilustraba la propensión de Nick a aguantar el tipo y aceptar responsabilidad por cosas que eran culpa de Allie o Adam. _____(tn) intentaba adivinar si la emoción que denotaba la voz de su amiga era nostalgia o remordimientos. Hasta el momento, Julia había sido la más ecuánime en lo referente a su ruptura con Nick. ¿Por qué entonces se emocionaba al hablar de una vez en la que Allie y Adam prendieron fuego al juego de construcción favorito de Nick?
—Bueno, él dice que viene a quedarse —comentó ____(tn), cuando terminó la otra—. Quiere abrir un estudio de arquitectura.
—Eso sí me sorprende. Antes bromeaba con que no volvería a Quimby hasta que hubiera construido la octava maravilla del mundo — adoptó un aire reflexivo—. Me pregunto qué le habrá hecho cambiar de idea.
_____(tn) miró una cabeza de muñeca envuelta en plástico. Las cuencas vacías le devolvieron la mirada.
—No he sido yo, Julia.
—Nada más ha cambiado en Quimby. Tú eres la única atracción nueva.
Atracción era una palabra que definía bien las chispas que saltaban entre ellos. La noche anterior, acurrucada al lado de él en el sofá y con su brazo en torno a los hombros, apenas si fue capaz de seguir la película. No había vuelto a besarla, pero la había tocado. Y mucho. En su mayor parte de un modo amistoso, cariñoso, reconfortante. Lo cual no era algo corriente en su vida, pero sí empezaba a habituarse.
—Te has ruborizado —dijo Julia.
_____(tn) se tocó la mejilla ardiente.
—Tengo que hablarte de Nick.
—Quieres saber si va en serio.
—Sí.
—Esa es la misma pregunta que asalta a todos los corazones rotos —Julia hizo un gesto—. ¿Es auténtico o no? ¿Habla en serio o todo es un juego? —miró a _____(tn) con una sonrisa—. Y la gran pregunta, la que nos da a todas cierta esperanza para el futuro. ¿Alguna vez se enamorará y echará raíces?
Nick aparcó en Central Street y apagó el motor del Jaguar negro. Tendría que vender el coche. Para empezar, no había ni un taller allí que pudiera ocuparse de su mantenimiento. En segundo lugar, tendría que recortar gastos ahora que había renunciado a su bien pagado trabajo. Y por último, había superado la época presumida de su soltería.
Cerró la puerta. Se detuvo a dar un golpecito al capó. Había sido divertido mientras duró, pero podía acostumbrarse a una minifurgoneta de ser preciso. Sobre todo si iba llena con una familia feliz.
Aquella idea era al mismo tiempo un gran salto y un paso pequeño. Le había ido bien todos aquellos años de soltero recalcitrante, aunque siempre había sabido que acabaría pro encontrar a una mujer como _____(tn), alguien cuyo corazón abierto y tierno pudiera abarcar todo lo que exigiría una familia. A pesar de las apariencias, Laurel no se acercaba a ese ideal ni de lejos, y le había costado un año llegar a pensar que pudiera ser buena idea regresar a Quimby.
Y por suerte había encontrado a _____(tn). Una mujer guapa, ingeniosa y sensible que iluminaba sus días y... alteraba sus noches. Después de toda su experiencia reconocía fácilmente las señales. Y se estaba enamorando de ella.
Toda una hazaña con el espectro de Laurel frenándolo todavía.
Una nube ocultó el sol, lanzando sombra sobre la calle. Nick saludó con la cabeza a Willie Simms, el farmacéutico que insistía en vigilar a Reggie Lee mientras limpiaba el escaparate. Tres mujeres con carritos de bebé doblaron la esquina como la vanguardia de un ejército. Nick reconoció a Liz, la dama de honor, y echó a andar por la acera con la esperanza de alejarse antes de ser visto. Se detuvo un momento a mirar el cartel nuevo que había sobre la puerta, Couturier, y giró el picaporte con decisión. Aquello era necesario. Y había llegado el momento.
Quería limpiar su pasado, ser el hombre honesto y honorable que merecía ____(tn) _____(ta).
Lo que implicaba... afrontar a su enemiga.
Laurel palideció al verlo entrar. Cuando se repuso de la sorpresa, habló entre dientes.
—Vaya, vaya, vaya. ¿Qué te parece? Pero si es mi prometido.
Nick se metió las manos en los bolsillos. Parecía que aquello iba a ser peor de lo que había imaginado.
—Hola, Laurel.
—Hola, Laurel —se burló ella—. A mí no me hables, Nick Jonas. No tengo nada que decirte.
Se volvió con el cuerpo rígido por la tensión.
El hombre respiró lentamente y examinó el interior de la tienda.
—Bonito lugar. Veo que no te ha ido mal.
Lo cual, claro, era de esperar con un padre como el de ella.
—¡Te he dicho que no me hables! —repitió Laurel con un deje de histeria. Se negó a mirarlo incluso cuando él se colocó delante.
—Sabes que tenemos que hablar.
A la mujer le tembló la barbilla. Llevaba el cabello apartado del rostro, lo que hacía que su perfil pareciera tan afilado y blanco como un trozo roto de porcelana.
—No te acerques.
—Antes o después tendrá que salir todo a la luz —dijo él.
Laurel miró a una mujer joven que los miraba desde una hilera de vestidos. Nick pensó por un instante que iba a desmayarse.
Pero no. Recuperó la compostura y adoptó un aire ultrajado.
—¡Qué valor! Deberías estar de rodillas suplicándome que te perdonara.
El hombre retrocedió.
—¿Que me perdonaras? ¿A quién te crees que estás engañando?
Laurel se cubrió las orejas con las manos como una niña mimada.
—¡No te escucho!
Nick retrocedió con disgusto.
—Oh, crece de una vez.
Laurel seguía tan hermosa y egoísta como siempre. Lo abrumaba verla así. Había estado a punto de casarse con ella, de cargar con una vida entera de angustia en nombre del deber. Un deber que no venía a cuento. Su madre se equivocaba en una cosa. Un caballero no debía inclinarse ante una dama en cualquier circunstancia.
Laurel bajó las manos, que temblaban. Miró fijamente a su empleada.
—Karen, tómate la hora libre ahora.
—Pero...
—Déjanos solos —gritó Laurel.
La dependienta salió por la puerta como un conejo asustado. Nick la vio correr por la acera hasta el pelotón de mujeres con carritos que se cerró en torno a ella con avidez. ¡Maldición!
Apartó la vista a tiempo de ver a Laurel avanzar hacia él con fiereza.
—¿Cómo te atreves a venir aquí a amenazarme?
—Yo no te he amenazado —la miró a los ojos—. A menos que la verdad te parezca una amenaza.
Laurel levantó una mano y lo abofeteó. El hombre encajó el golpe sin parpadear.
—No se te ocurra repetirlo —dijo con voz letal.
—Jamás hables de nuestros asuntos privados en público —replicó ella. Le temblaba la voz—. Esto es un asunto personal —levantó al barbilla, un gesto defensivo que él recordaba bien. Laurel también tenía sus debilidades, y la opinión pública era una de ellas—. Procura recordarlo.
—De acuerdo —comentó él—. Pero entonces explícame por qué la ciudad entera me echa la culpa a mí.
La mujer enarcó las cejas.
—Porque tú me dejaste plantada.
—¿Fue eso lo que dijiste? Teniendo en cuenta las circunstancias, yo pensé que serías más discreta.
El rostro de la mujer se puso blanco.
—¿Qué insinúas? Todo el mundo sabe que fue culpa tuya. Me dejaste plantada el día de nuestra boda.
Nick la miró con incredulidad.
—¿El día de nuestra boda? ¿De qué diablos estás hablando?
—¡Me plantaste el día de nuestra boda! Todo el mundo lo sabe. ¿Cómo puedes preguntarlo?
Me dejaste en una iglesia llena de invitados... no se puede decir que fuera un asunto privado.
Nick no sabía qué decir.
—Yo no...
—¿Cómo lo llamarías tú? —sus ojos se llenaron de lágrimas y por primera vez en un año él sintió lástima de ella—. Esperé una hora —prosiguió Laurel—. En la iglesia. Vestida de novia. Y tú no te presentaste —sollozó—. Mi padre tuvo que comunicárselo a los invitados. ¡Setenta y cinco invitados!
—Pero juro que...
—No. No escucharé nada excepto una disculpa —tomó un kleenex de detrás del mostrador y se volvió para sonarse.
—Laurel —Nick movió la cabeza—. Lo creas o no, siento...
—Solo lo dices para salvar tu reputación —se burló ella.
—No. Lo siento. Debí haber cancelado la boda mucho antes.
La espalda de ella se puso rígida.
—Eres despreciable —se giró hacia él—. Sal de aquí. ¡Fuera, fuera, fuera, fuera, fuera!
—Con Nick todo es cuestión de personalidad —dijo Julia.
_____(tn) hizo una mueca.
—¿Quieres decir que no es amor físico?
—Bueno, eso también cuenta. Pero ni siquiera el hombre más guapo del mundo puede sobrevivir solo con belleza. Y no sin dejar atrás un montón de mujeres que claman venganza.
—Pero ninguna sentís eso por Nick.
—Bueno, no. Excepto Laurel.
—Sí, ella sí. Acaba de estar aquí dando órdenes.
—Lo siento. Intenté calmarla ayer. Pero se siente amenazada por ti.
—¿Por mí? —preguntó _____(tn) con incredulidad.
Julia sonrió con gentileza.
—Nick y tú hacéis buena pareja. Laurel lo nota, aunque no quiere admitirlo.
_____(tn) se quedó pensativa.
—¿Por qué le importa a Laurel? Ella desprecia a Nick.
—Es la ley no escrita de las novias —le explicó la otra—. No salgas con los hombres de tu amiga ni siquiera cuando los han descartado.
—Pero no fue idea mía...
Julia lanzó un silbido.
—Demonios, _____(tn). Eres muy transparente. Llevas escrito en el rostro que te estás enamorando de Nick.
La aludida se quedó un momento inmóvil. Después le entró el pánico y enterró la cara en las manos.
—Tienes razón. Y ni siquiera sé si va en serio. Estoy muy confusa. ¿Y si acabo con el corazón roto o, peor aún, despreciándolo como Laurel?
—Eso no ocurrirá —Julia le dio un golpecito en el hombro—. Para empezar, tú no eres ella. Y además, te equivocas con él. Si todas lo adoramos es porque es sincero con todo el mundo — adoptó un aire reflexivo—. Es decir, es sincero mientras dura. Por desgracia, no dura.
_____(tn) soltó un gemido.
—¿Y eso por qué?
—Una vez le pregunté lo mismo.
_____(tn) se ajustó las gafas. Se golpeó la frente con los nudillos, intentando ser cínica.
—Una pregunta tonta. Es un hombre y eso es razón suficiente —dijo con disgusto.
—Con un hombre corriente, tendrías razón —repuso la otra—. Suelen pensar en solo una cosa. Pero con Nick... —se interrumpió.
-¿Qué?
Julia sacudió la cabeza.
—Digamos que razona distinto a los demás solteros recalcitrantes.
—¿Lo que significa?
—Que reverencia el matrimonio.
_____(tn) la miró sorprendida.
—No comprendo.
Julia se encogió de hombros.
—Sus padres tienen un matrimonio modelo. De una armonía perfecta. Se toman de la mano en público, se besan y tocan continuamente, viven y actúan como un equipo sincronizado — suspiró—. Estar con ellos es como para desear casarse a toda costa.
—¿Sí?
—Así que ya puedes imaginar lo que espera Nick del matrimonio.
_____(tn) tragó saliva.
—¿La perfección?
—Más o menos —-Julia se encogió de hombros—. ¿Y cómo va a encontrar eso?
La dueña de la tienda se frotó la frente.
—¿Quieres decir que sigue soltero porque exige demasiado?
—Es una teoría.
—Eso no ayuda mucho a tener confianza en una misma.
Julia soltó una risita seca.
—Cierto.
—A ti no te falta —musitó _____(tn) con aire reflexivo.
La otra se encogió de hombros con negligencia. Sus ojos color avellana se oscurecieron.
—No es confianza lo que me falta. Es... romanticismo.
—¿Es por Nick? ¿Te armiño para los demás hombres, como dice Gwen?
—No, no. No sigo pensando en él. Si quieres saber la verdad, fui yo la que rompió con él y no al revés. No suelo decirlo. Es más fácil decir que fue mutuo porque... —abrió las manos—, nadie se cree lo otro.
—Entonces... —_____(tn) la miró temerosa—. ¿Crees que puede ser él el que siga pensando en ti?
Julia se apresuró a quitarle el miedo.
—Para nada. Cierto que nos llevamos muy bien. Tanto que por un tiempo los dos pensamos que podríamos imitar a sus padres. Pero nunca nos enamoramos locamente —le lanzó una mirada astuta—. No como vosotros.
_____(tn) sonrió para sí. Extraño pero cierto. Después de años de recuerdos soñadores, era una sorpresa descubrir que sus esperanzas tenían una base sólida. Nick y ella se entendían.
No había nada más que pudiera definirlo.
Sonó la campanilla de la puerta, anunciando un cliente.
—¿_____(tn)? —preguntó una voz con urgencia.
Kay Estress. La joven miró el reloj. La antigua dueña llegaba tres horas antes de tiempo.
—Estoy aquí —dijo—. ¿Qué ocurre?
—Estaba dando mi paseo mañanero —repuso Kay con brusquedad—. Y he pensado que te gustaría saber que tu novio está siendo atacado justo delante de la tienda.
—¿Mi novio?
—Los chismorreos atacan de nuevo —musitó Julia. Abrió la puerta y se asomó a la calle—. ¡Santo cielo! ¡Pobre Rompecorazones!
_____(tn) salió con rapidez. Tres mujeres con carritos de bebé habían acorralado a Nick contra la parte frontal de la tienda. Las tres hablaban a la vez, en un tono claro de riña, aunque _____(tn) solo entendía trozos de la regañina. Algo sobre trajes de novia y corazones rotos. Algunas de ellas le agitaba un sonajero bajo la nariz. Laurel salió de su tienda con su dependienta, Karen Thompson. Esta tenía los ojos muy abiertos; su jefa, en cambio, entrecerraba los suyos.
____(tn) se metió en medio sin pensar.
—Hola, Nick —se coló entre dos carritos y lo tomó por el brazo—. Te estaba esperando — dijo con alegría y en voz mucho más alta de lo normal—. Perdón, señoras. Vamos a pasar. ¡Qué niño tan mono!
Cuando lo hubo rescatado, se volvió hacia las alteradas mujeres.
—Siento robarles a Nick, pero lo necesito desesperadamente. Una emergencia con la pistola del pegamento. Seguro que lo comprenden. Es un trabajo para el Día del Fundador.
—Impresionante —dijo Nick entre dientes cuando entraban en la tienda—. ¿Dónde has aprendido esa maniobra?
—De mi padre, el almirante Wallace Winston Bell, ahora en la reserva.
Nick le pasó un brazo por la cintura.
—Hmmm. Procuraré recordarlo la próxima vez que te haga enfadar.
Julia se acercó a abrazarlo.
—Hola. ¿Cómo te has metido en ese lío?
El hombre la abrazó con calor, pero _____(tn) vio que su expresión era sombría.
—Al parecer por dejar plantada a mi futura mujer el día de nuestra boda.
Julia soltó una carcajada.
—Hasta un amante legendario tiene que tomar a veces su medicina.
—Laurel quiere asesinarme —sonrió Nick—. Pero al menos ahora comprendo por qué todo el mundo me trata con tanta frialdad.
—¿Y qué esperabas? —preguntó Julia—. ¿Qué te perdonaran sin más?
—Creo que aquí ha habido un malentendido —miró a ____(tn) y sus ojos se suavizaron—. Tú eres la única que me dio el beneficio de la duda.
La mujer empujó sus gafas nariz arriba.
—Bueno —murmuró, sin saber muy bien a lo que se refería él—, tú no parecías encajar con el hombre odioso del que hablaba Laurel. Sabía... —miró a Julia y a Kay y a las mujeres que los miraban a través del escaparate y se detuvo.
Nick le plantó un beso en la parte superior de la cabeza.
—Gracias —dijo con voz queda.
_____(tn) se sintió culpable y miserable. Su falta de autoestima la había colocado en la posición de ser el instrumento de la venganza de Laurel.
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ESPERO LES GUSTE BESOS Y NOS ESTAMOS LELLENDO.
A Y BIENVENIDA LA NUEVA LECTORA.

Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!!!!!!..... Salvemos a nick!!!!!!!!!!...... De esas arpiaaaaasss!!!!!!!!.......

Oh dios no puedo creerlo Laurel es aggg wow no lo habia creido de verdad amo tu adapatcion/nove por cierto perdon de verdad por no comentar antes !! :/ estaba ocupada y apenas podia leer jajajaj espero que la sigas y ya me voy a a pasar por tu otra nove si?? besoos te quiero mucho!! <3

chelis escribió:Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!!!!!!..... Salvemos a nick!!!!!!!!!!...... De esas arpiaaaaasss!!!!!!!!.......

LO SALVAMOS JUNTAS..... YOLA ODIO ESTAN ARGGGG :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: LA QUIERO MATAR JAJAJJAAJA

BESITOS Y QUE BUENO QUE TE GUSTE...

SmileJonas escribió:Oh dios no puedo creerlo Laurel es aggg wow no lo habia creido de verdad amo tu adapatcion/nove por cierto perdon de verdad por no comentar antes !! :/ estaba ocupada y apenas podia leer jajajaj espero que la sigas y ya me voy a a pasar por tu otra nove si?? besoos te quiero mucho!! <3

LLEGA UN MOMENTO QUE DECIS, TE VOY A MATAR LAUREL JAJAJA.
ENREALIDAD YO TAMPOCO HE ENTRADO MUCHO.
SOLO PARA SUVIR ASI QUE NO PASA NADA.
BUENASO TE ESPERO POR ALLA, DE SEGURO TE VAN A GUSTAR BESITOS.
Y YO TAMBIEN TE QUIERO MUCHO.
AMOR DE HERMANAS JONATICAS. :aah: :bye:

OOOOTROOOOOOO

Jajjaj ay me matas! jajjaja ok jjajaj seguilaaaaa porfis!!!! ;3

CHICAS ACAVO DE DESCUBRIR QUE EL LIBRO ES DE SOLO 13 CAPITULOS Y YO YA TENGO EL OCHO ECHO SOLO FALTARIAN 5 CAPITULOS Y SE TERMINARIAN..

COMO CONVENSEME ES MAS LARGA.

ME GUSTARIA QUE PARA SUVIR LOS CAPS DE ACA Y QUE TERMINE ME AYUDEN A SUVIR LAS LECTORAS DE MI OTRA NOVELA Y ASI TAMBIEN PODER SUVIR LA OTRA QUE TENGO QUE SUSTITUIRA ESTA.

BESOS Y EN UN RATO SUVO EL CAP OCHO.

BESOS!!!! <3

Capitulo 8 PRIMERA PARTE

Mientras Kay atendía a los clientes en la parte delantera de la tienda, ¬¬¬¬____(tn) se hallaba inmersa en un mar de papel arrugado de color púrpura y blanco. La mesa de trabajo estaba llena de flores de papel con los colores del equipo del instituto.
Gwen había instado a ____(tn) a colaborar con las decoraciones para la fiesta del Día del Fundador. Todo Quimby colaboraba en planear el día de festividades en honor del día de verano de 1879 en el que Hiram Quimby se marchó al norte para alejarse de su esposa Lovette, a la que Hiram se refería siempre en sus diarios como el «sargento». Habría un desfile en trajes de época, un concurso de «Lovettes Quimby», una barbacoa popular y una subasta de solteros presidida por un maestro de ceremonias y la «sargento» ganadora, seguido todo ello de fuegos artificiales.
Lo único que recordaba ____(tn) de su experiencia pasada en el Día del Fundador era calor, mucha gente, algún vistazo de Nick participando en las carreras con sus amigos, y la necesidad apremiante de vomitar los tres trozos de pastel de coco que había comido a espaldas de su abuela.
Mientras doblaba otra flor de papel, pensó en la semana anterior. Su posición, tanto con Rompecorazones como con sus víctimas, era una especie de misterio.
La clase de caligrafía del miércoles se había cancelado por falta de asistencia. Las instigadoras del plan parecían dispuestas a no dejarse ver mucho, al menos en grupo. Y aunque le aliviaba no tener que dar explicaciones referentes a Nick, también se sentía frustrada. Su regreso había suscitado preguntas que estaban aún sin respuesta.
Pensaba una y otra vez en su huida de la boda. Y estaba segura de que allí había algo raro. Algo que olía mal.
Y aunque deseaba que la que apestaba fuera Laurel, todavía no podía culpar a nadie.
Tenía que admitir que su conducta con Nick no había sido ejemplar. No había sido sincera con él y no sabía cómo confesárselo sin perder su respeto.
A pesar de ello, seguían viéndose. Varias noches se habían sentado juntos en el jardín de él, mirando el río, hablando y riendo, pero también a ratos guardando un silencio cómodo.
Su contacto físico se había limitado a tomarse de las manos y a algunos besos. Aunque ____(tn) esperaba que él iniciara algo más, hasta el momento se había mostrado como un perfecto caballero. Había tensión sexual entre ellos, pero era profunda y silenciosa como un caudal de río. Y ella no dudaba de que además era lo bastante fuerte para arrastrarla.
Hacia el placer.
Y no estaba segura de poder resistir hasta que se aclararan todos los aspectos de su relación.
Suspiró y siguió con las flores de papel. Diez minutos después llegaron Julia y Nick y el corazón le dio un brinco al verlo.
—¿Todavía con eso? —preguntó él.
____(tn) asintió.
Julia acercó una silla.
—Podemos ayudarte.
—¿Por qué no? —dijo Nick.
Se sentó también y ____(tn) les mostró cómo lo hacía. Poco después trabajaban los tres juntos.
—¿Cómo os ha ido? —preguntó ____(tn). Julia acababa de enseñarle a Nick una oficina cerca de allí.
—Tiene mucho espacio —dijo la mujer.
—Es un espacio aburrido —comentó Nick.
—Está muy bien —dijo Julia.
—No estoy de acuerdo —disintió él.
—Nick está en contra del pragmatismo.
—Si voy a vivir y trabajar en Quimby el resto de mi vida, necesito un lugar que me inspire.
—¿Y por qué has vuelto aquí? —le preguntó Julia.
Nick se encogió de hombros.
—Eh, ¿qué quieres que diga? Es mi ciudad natal. La echaba de menos.
—¿Y qué me dices de Adam?
—Nunca le gustó esto.
Julia levantó la cabeza.
—¡Eso no es cierto!
Nick la miró pensativo.
—Puede que tengas razón. Era bastante feliz aquí. Pero siempre estaba impaciente. Ya sabes cómo es, necesita aventura y estímulos constantes.
____(TN) había aprendido a conocer al hermano de Nick a través de las anécdotas que le contaba este de la infancia. Sabía que, hasta el accidente de coche en Idaho, adonde había ido a hacer rafting, Adam Jonas había trabajado en distintos empleos relacionados con la construcción para pagar sus aventuras en muchos lugares del mundo.
—¿Y ahora? —pregunto Julia, con voz en la que se esforzaba por disimular la tensión.
____(TN) parpadeó. ¿Julia y Adam? ¿Lo sabía Nick?
—Dudo que Adam regrese nunca —repuso él con una gentileza que daba a entender que estaba al tanto—. No después de... todo lo que ha pasado —pasó un brazo consolador en torno a los hombros de su amiga.
____(TN) asumió que se refería al accidente. ¿Y quizá...?
Julia asintió con la cabeza. Unos minutos después dio una excusa para marcharse.
____(TN) y Nick siguieron trabajando.
—Entenderás por qué tengo la impresión de haber caído en mitad de un culebrón —comentó ella, después de un rato—. Y es difícil ponerse al día —levantó la mirada hacia él—.¿ Julia y Adam?
—No exactamente —musitó él—. Lo creas o no, la historia es aún más complicada.
—A ver si la adivino. Julia y tú erais pareja. Pero de repente ella se enamoró de tu hermano. Os separasteis, lo que ayudó a cimentar tu reputación de hombre que ha roto un millón de corazones y Julia no encontró la felicidad con Adam, lo que significa... —repasó mentalmente las distintas posibilidades—. Aja, que entró en escena una cuarta persona.
Nick no dijo nada.
____(tn) sospechaba de Laurel, pero no tuvo tiempo de pensar en las ramificaciones que presentaba aquel entramado. Una cabeza rubia asomó entre las brochas de pintar.
—Hola, Faith. Acércate.
La joven obedeció con aire de paloma asustada. Saludó a ____(tn) y lanzó una mirada nerviosa a Nick.
—¿Faith Fagan? —preguntó este con aire amistoso. Se levantó a estrecharle la mano—. Encantado de volver a verte.
—Hola.
La joven bajó la cabeza y se ruborizó.
—¿Por qué no te sientas? —le propuso la dueña de la tienda—. Estoy intentando ponerme al día con el mundo social de Quimby. Quizá tú puedas ayudarme.
Allie entró de repente en escena.
—Hola, chicos.
—¿Dónde te has metido? —le preguntó Nick.
—Tengo dos hijos, una casa desordenada y un marido más desordenado aún —tomó a Faith del brazo en un gesto de camaradería—. Ya sabes cómo es eso.
—Nick me estaba hablando de relaciones pasadas —comentó ____(tn)—. Y todo es tan complicado que no creo que me aclare nunca —al ver que ninguna de ellas contestaba, decidió lanzarse al vacío—. Siento mucha curiosidad por el fiasco de la boda. Y tengo mis sospechas.
Nick pareció alarmado por un instante, pero luego se quedó pensativo. Inclinó la cabeza hacia las dos mujeres.
—Vosotras estabais allí.
—No, yo no —repuso Allie con rapidez. Frunció el ceño—. ¿Dónde?
—En casa de Laurel el día antes de la boda, cuando intenté ponerme en contacto con ella. Todas las damas de honor estaban allí.
—Oh, sí, es cierto —asintió Allie con energía, sin soltar el brazo de Faith—. Lo intentaste muchas veces, pero no podíamos dejarte ver a Laurel porque se estaba probando el vestido de novia.
—Y por eso le dejé la carta.
____(tn) lo miró sorprendida. ¿Nick le había dejado una carta? ¿Por qué nadie lo había mencionado nunca?
Faith se miraba los zapatos.
Allie parecía confusa.
—¿Una carta? —preguntó.
El hombre asintió con calma.
—Habría preferido hablar con ella en persona, pero tenía menos de una hora para tomar el avión.
—Bueno, Nick —dijo Allie—. Ninguna de nosotras vio una carta, ¿no es así, Faith? —la otra asintió—. Pero había mucho jaleo. Seis damas de honor, dos jarras de limonada. Tú calcula.
____(tn) calculaba ya las posibilidades y ramificaciones.
—Es posible que esa carta tuya se... perdiera.
—Es posible —repuso él, escéptico.
—Desde luego —Allie parecía aliviada. Tomo un paquete de un estante cercano—. Tenemos que irnos —tiró de Faith hacia la caja registradora.
____(tn) las observó alejarse y miró perpleja a Nick.
—¿Qué es todo eso de la carta? ¿De verdad le dejaste una carta o lo has dicho a ver qué pasaba? ¿Qué ocurre aquí?
—No mucho —sonrió él—. Solo una reputación por los suelos.
—La tuya —adivinó ella. Las piezas empezaban a encajar en su sitio una por una.
El hombre guardó silencio un rato. Su expresión se fue aclarando a medida que doblaba flores.
—Tenemos cosas mejores que hacer que pensar en mi reputación.
____(tn) se subió las gafas. Nick no parecía haber notado ninguna diferencia entre la mujer del trabajo, con gafas, pelo recogido, delantal práctico, y la mujer del juego de seducción, con sus gafas de sol, su pelo suelto y un guardarropa mucho más a la moda. Pero tenía que haberlo hecho. Después de todo, tenía mucha experiencia en lo referente a apariencias femeninas.
No sabía por qué había seguido adelante con su nueva imagen excepto quizá porque había empezado a gustarle. La transformación había cambiado algo más que su aspecto externo. Le había dado una sensación de seguridad que quizá había estado siempre presente en su interior.
Quería ser atractiva. No solo por Nick, sino por sí misma como mujer. No la mujer que era cuando se casó con Chad ____(ta), pero sí una mujer incomparable y fenomenal.
Resultaba muy liberador.
—Pensemos en lo que vamos a hacer esta noche —propuso él en voz baja y seductora.
—¿Tenemos una cita? —preguntó ella.
Nick le tendió una mano.
—Desde luego.
____(tn) entrelazó sus dedos con los de él. Conocía ya las manos de Nick tan bien como las suyas propias, los dedos largos y finos, las venas azules de su muñeca, el sencillo anillo negro y dorado que llevaba en el dedo corazón de la mano derecha, el vello castaño que cubría su dorso. Cuando le sujetaba las manos se sentía relajada, protegida, reconfortada. Y al mismo tiempo las imaginaba en su cuerpo, lo que le provocaba cosquilieos en la piel.
—Me parece bien —dijo.
El hombre le apretó la mano.
—Pasaré a buscarte a las siete. Hay algo que quiero que veas.
La mujer asintió con los ojos bajos.
Nick no sabía cuándo había ocurrido exactamente, pero había llegado a darse cuenta de que conocía a ____(tn) ____(ta) mejor de lo que era de esperar. Al principio pensó que se debía a la atracción natural que había entre ellos. Habían pasado casi una semana juntos, cómodos como viejos amigos... impacientes como amigos nuevos. Y en ocasiones viviendo momentos tan provocativos como cualquier pareja que estuvieran a punto de convertirse en amantes.
Había sido difícil, pero había controlado su deseo por ella. En parte porque no quería apresurarse. Era importante para él acertar con aquella relación.
Pero también porque quería comprenderla.
Entender por qué había un vínculo tan fuerte entre ellos.
—¿Qué te parece? —preguntó.
____(tn) estaba en uno de los rayos de sol que entraban por las rejas abiertas de la pared occidental del viejo granero. Estaba especialmente hermosa aquella tarde, con el pelo brillante y oscuro caído sobre su piel melocotón y su camisa blanca. Sus piernas, que empezaban a broncearse, asomaban por debajo de la falda estampada de algodón y el sol las bañaba en luz. Tragó saliva.

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chicas les dejo esto por que en uruguay son las 11:43 y mi madre ya me anda jodiendo con que le de el internet (un aparato de wifi) asi que como anda media loca les dejo asta aca mañana les suvo lo que queda y si ahy algun avance como les he pedido suvo el nueve.

no quiero que piensen que soy pesada pero ustedes me entienden sip???

muchos besos y nos estamos lellendo!!!!!!! :muack:

QUIEN SE QUEDO CON ESA CAAARTAAAAA???
AAAII SIGUELAA PORFIISSS