Una simple casa...

¿Enserio entraremos?- dijo mi compañero Fred tratando de posicionar la cámara de video.- ¿no crees que sea un poco arriesgado?
Cállate Fred.- dijo mi compañera Angie, mi mejor amiga que estaría ayudándome en esta grabación.- ¡NOS PAGARÁN!
Angie, Fred no discutan ahora, no es el momento.- dije un poco molesta por la discusión que ellos estaban haciendo.- si entraremos.
El viento soplaba con una fuerza impresionante, era un día nublado, muy normal en esta época del año, la puerta de la entrada era sumamente vieja, era una puerta metalizada, de hierro precisamente, completamente estaba dañada, la cerradura estaba completamente gastada, empujamos fuertemente la rendija para poder pasar, había un sendero de rocas que dirigían hacia la casa casi destruida, caminamos, Angie se ponía más nerviosa que nunca, su cabello castaño rizado volaba con el viento, estaba muy pálida, desde lejos se notaba de que tenía miedo, la verdad los 3 teníamos miedo, llegamos a la puerta de la casa, de madera de roble o de arce, toque la perilla y la gire, sentí un gran escalofrío en todo mi cuerpo, la solté y la puerta rechino y se abrió completamente, trague saliva, y le hice una señal con la mano a Fred y a Angie para que siguieran, entramos, habían demasiadas telarañas y mucho polvo, Angie estornudo, no recordaba que tuviera alergia, Fred llevaba un gran mochila en su espalda, como si fuera de campamento, nos dedicamos a observar todo, se escucho algo rodar, los 3 volteamos y vimos un cráneo caer por las escaleras de madera, hasta llegar al pie de Angie, ella dio un pequeño grito que retumbo haciendo eco, se tapo la boca y corrió hasta el lugar donde se encontraba Fred, en eso la puerta de la entrada se cerró de repente, Angie empezó a llorar, Fred trataba de tranquilizarla, pero era imposible, Angie estaba demasiado asustada, yo, solo un poco. Fred saco una linterna muy grande de su mochila, se escuchaban goteras entre los pasillos, seguimos avanzando, llegamos a un corredor muy largo, con una alfombra roja llena de polvo justo en medio, y cuadros, Fred y Angie avanzaban al frente, me quede viendo un cuadro, parecía uno de los cuadros “Los niños llorones”, pinturas según “diabólicas”, Fred grito mi nombre y me hizo seña que fuera hacia él, al caminar por el pasillo se sentía que me observaban, me empecé a preocupar, cerré mis ojos y respire profundamente, pude sentir el gran aroma a humedad, seguimos avanzando, llagamos a lo que parecía la sala, los muebles estaban cubiertos con unas mantas transparentes, pude observar un teléfono antiguo, era sumamente hermoso, era uno de disco, me acerque a él, lo toque, era de un fino color vino, gire el disco hacia la derecha, sonreí y me di la vuelta, en eso suena la campana del teléfono, me había dado un susto tremendo, voltee a ver, el teléfono se iba del lado a lado por las vibraciones tome aire y levante el auricular.
¿Hola?.- dije con mucho nerviosismo, nadie contesto, se escuchaba un ruido de una mecedora en uso, podía oír la respiración del sujeto, volví a pronunciar la palabra, nadie contesto y lo deje en su lugar con calma y en eso ocurre algo… vuelve a sonar. tome la bocina de nuevo.- ¿hay alguien?- como lo suponía no contesto, pensé en colgar de nuevo pero quizás la persona supo que es lo que haría.
Fuera de mi casa.- respondió una voz ronca de hombre, mi corazón se acelero a un ritmo impresionante, se oía todavía la mecedora crujir por el movimiento y en eso… cuelga.
Deje el auricular y me dirigí a donde estaban Fred y Angie, tomando fotografías de la casa, de todo lo que pudiera ser útil para la noticia,… si es que llegábamos a salir. Trataría de pedir ayuda, saque mi celular de mi chaqueta, pero había algo, marcaba fuera de señal, llame al 911, nadie contesto, algo demasiado raro para ser verdad, volví a marcar el numero más de 10 veces pero, nadie contesto.
Mira esto.- dijo Angie entregándome un folder lleno de polvo, y Angie tosió con fuerza, la alergia al polvo la estaba poniendo mal.- era el dueño de esta casa, desapareció 2 meses después de la construcción de esta casa.
Saque la fotografía, parecía muy antigua, el señor era un hombre anciano, tenía muchas manchas y arrugas en toda su piel, su cabello era blanco con algunos cabellos negros, tenía un fino bigote, lucía un traje de una época antigua, hasta debajo de la fotografía decía: Doctor Johnson. En eso corrió una pequeña y peluda rata, por mis pies, como toda persona me asuste y me hice para atrás, Angie grito y Fred no lo tomo en cuenta.
Deberíamos irnos –estornudo Angie continuando- mi nariz no resistirá mas…
Después de que Angie digiera esas palabras, asentimos y bajamos los escalones, llegamos a la puerta, tiramos de ella, pero se había atorado, jalamos con más fuerza, era imposible, habíamos quedado atrapados, sin comida, sin agua, sin luz, solo nosotros 3, se supone.