Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 14. • Comparte
Página 6 de 14. • 1 ... 5, 6, 7 ... 10 ... 14
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Capítulo 6
______ tuvo que armarse de valor para abrir la puerta del dormitorio y salir al pasillo. Habría preferido hacer cualquier cosa antes que mirar a Louis Tomlinson a la luz del día.
Mientras avanzaba se frotó los brazos en un gesto nervioso y trató de consolarse pensando que al menos parecía más ella misma. Sin la imagen de Elise y con el pelo recién lavado, había vuelto a ver a la verdadera ______ en el espejo; la que usaba vaqueros y camisetas negras de manga larga. Se había maquillado muy poco y había recuperado su peinado habitual. Lo único que necesitaba hacer era convencerse de que era la verdadera ______, porque ya no se sentía la misma.
Antes de hacer nada trató de ir al salón para recuperar su bolso y su móvil, pero no llegó tan lejos. La puerta contigua a la de la cocina estaba abierta, y al mirar adentro, se paró en seco. Louis estaba allí, de pie junto a la mesa del comedor. Llevaba una camiseta y unos pantalones holgados. Si alguna vez había deseado ver la diferencia entre un millonario vestido de etiqueta y un millonario con ropa informal, tenía un ejemplo ante los ojos.
Nada más entrar habría notado el olor a café recién hecho si él no hubiera elegido aquel preciso momento para llevarse la taza a los labios. ______ volvió a quedarse impresionada por la altura, las miradas sensuales, la boca y los dedos largos. Se estremeció al ver a su excitante amante de nuevo. Se le endurecieron los pezones, se le hizo la boca agua y empezó a respirar entrecortadamente. Era como estar precipitándose en un pozo de placeres prohibidos. No quería sentirse así, pero no podía dejar de mirarlo.
En aquel momento, él levantó la vista y la vio en la puerta, mirándolo. Fue como si los pensamientos pecaminosos la clavaran a la pared. Sintió un calor abrasador que le recorría el cuerpo de los pies a la cabeza. Lo vio mirarle las zapatillas negras y empezar a subir la vista lentamente por los vaqueros desgastados que se le ceñían a las piernas, las caderas y el estómago como una segunda piel.
El escrutinio se detuvo allí y, de repente, se sumó algo nuevo al torbellino de sensaciones. _______ sabía qué estaba pensando y sintió que se le tensaban los músculos del vientre. Tal vez él viera la tensión, porque se le dilataron las pupilas. Cuando levantó la vista para mirarla a los ojos, la electricidad que había entre ellos la sofocó. Luego le miró la boca, de nuevo los ojos y por último el pelo.
—¿De dónde han salido esos rizos? —preguntó.
—Siempre han estado ahí, sólo que ocultos.
—Te quedan bien.
—No, pero nací con ellos, así que...
______ se encogió de hombros, se metió las manos en los bolsillos y, por fin, consiguió apartar la vista de los ojos de Louis.
—¿Hay más café?
—Sí —contestó él—. En la cocina. Ya te lo sirvo.
—No. Voy yo.
_______ desapareció antes de que pudiera detenerla, huyendo como un conejo asustado. Aquello le hizo estremecerse. Le estremecían muchas cosas: que estuviera tan tensa, lo que habían hecho la noche anterior y que ella no fuera consciente de su belleza natural. Imaginaba que lo último se debía a su hermana modelo. Apuró la taza de café y decidió seguirla. Ya que casi habían roto el primer hielo de la mañana, no quería permitir que se volviera a enfriar el ambiente.
_______ estaba junto a la cafetera sirviendo una taza.
—Ten —dijo él, dándole la suya vacía—. Me gusta solo. Se apartó antes de que tuviera oportunidad de reaccionar y añadió:
—¿Qué te apetece para desayunar? ¿Cruasanes, cereales, tostadas...? Si quieres, en la nevera hay zumo de naranja recién exprimido.
—No quiero nada. Gracias. Sólo una dosis de cafeína antes de irme.
—¿Te vas?
______ se concentró en el reloj. Era evidente que se negaba a mirarlo a los ojos.
—Sí. Tengo que tomar un tren a Devon, y casi todos los de la mañana ya han salido.
—Ya hemos hablado de esto —le recordó Louis —. Te quedas aquí conmigo.
—Sí, lo sé. Pero necesitaré algo de ropa si...
—Te compraré todo lo que necesites.
Ella se puso tensa.
—¡No! Tengo ropa en Devon, y no te atrevas a volver a hacerme una oferta tan absurda como ésa.
—No era absurda. Estaba siendo práctico.
—Pues yo también estoy tratando de ser práctica, y no puedo olvidarme de todo como si no tuviera otra vida. Necesito un par de días para organizar las cosas en la finca.
—¿De verdad trabajas en la huerta?
—Sí, y se me da muy bien —afirmó.
—¿Y quién se ocupará de la finca mientras estés aquí?
—Un vecino.
______ frunció el ceño cuando lo dijo y se preguntó por qué había utilizado aquella palabra para definir su relación con Harry.
—Pero se tiene que ocupar de su propio negocio —añadió—, así que tengo...
Algo había cambiado en la actitud de Louis, aunque no sabía muy bien qué era exactamente.
—Usa el teléfono para resolver tus asuntos, como he tenido que hacer yo.
—Dios, eres insufrible. Para ti no es ningún problema. Eres don Triunfador. Puedes darle órdenes a la gente por teléfono, pero yo no.
Él fue hacia ella, sin prestar atención a sus palabras.
—¿Tú crees?
—Lo sé. He visto cómo funcionan las cosas con Leo. Cuando necesita algo, lo pide por teléfono.
—Pero tú necesitas dar un cursillo práctico para regar tus lechugas orgánicas —bromeó él.
—No te burles tanto. Puede que cuando esto termine hayas tenido la mala suerte de perder un negocio o dos porque no estabas prestando la atención debida, pero yo me arriesgo a perder todo mi sustento.
—Si estás embarazada, esto no se terminará nunca.
_______ tragó saliva.
—No me empieces a agredir otra vez con lo peor que podría pasar.
Él iba a decir algo, pero suspiró y cambió de idea. La tensión había aumentado, y el antagonismo no tenía nada que ver con lo que estaban hablando.
—Has dicho que era un negocio familiar.
—Y lo es. Mejor dicho, lo era hasta que mis padres murieron hace cinco años en un accidente. Ahora, la finca es mía, de Mark y de Elise.
—Lo que significa que tú haces el trabajo y ellos no hacen nada.
—A mí me gusta el trabajo, y a ellos no.
—Qué chica tan leal. ¿No se te ha ocurrido pensar que ellos no son muy leales contigo?
Louis se arrepintió de sus palabras en cuanto las dijo, pero era demasiado tarde. ______ ya se había puesto pálida y había dejado la taza para cruzarse de brazos, a la defensiva.
—La lealtad de mi familia no es asunto tuyo —dijo entre dientes.
—El anillo que llevas exige que seas leal conmigo.
—Es falso.
Estaba empezando a pasar. Normalmente, las discusiones con las mujeres acababan en batallas sexuales, y Louis estaba empezando a excitarse. Reaccionó pasándole las manos por la nuca y echándole la cabeza hacia atrás para besarla. _______ sabía a pasta de dientes y pintalabios. Descubrió que le gustaba la mezcla, pero lo que más le gustó fue que no tratara de apartarlo. Cuando volvió a levantar la cabeza, ya no tenía los brazos cruzados, sino aferrados a su camiseta.
—Esto no es falso —murmuró—. Así que olvídate de Devon y vuelve a la cama. No sé por qué nos hemos levantado.
_______ lo empujó, y cuando la soltó se escabulló rápidamente.
—No. Tengo cosas que hacer.
Louis la tomó de la mano para llevarla de la cocina al comedor.
—Si lo que pretendes es escaparte a una farmacia de Devon —dijo, bruscamente—, antes deberías echar un vistazo a esto.
La hizo detenerse junto a la mesa donde había una selección de los periódicos del domingo. _______ se quedó helada. En todas las fotografías, menos en una, se los veía en la puerta del edificio mostrando el anillo y con cara de estar felizmente comprometidos. La única fotografía distinta estaba en el periódico de Mark, con el título: Primer beso público de los recién prometidos.
—Mis quince minutos de fama —bromeó.
Sabía que la rubia delgada de las fotos era ella, pero le parecía una desconocida.
—Esto va a durar bastante más que quince minutos, cara.
—Porque eres de interés periodístico.
—Precisamente por eso me besaste la primera vez. Esto era lo que querías.
CONTINUARA...
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Hi new reader me encanta la nove siguela o morirás nah mentira no morirás... Por ahorá
Esthef
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Hi new reader me encanta la nove siguela o morirás nah mentira no morirás... Por ahorá tan tan tan
Esthef
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
¡NUEVA LECTORAA!
OMG, Me encantó demasiadooo(':
Lo leí muy rápido wuwuw
Siguela:*
OMG, Me encantó demasiadooo(':
Lo leí muy rápido wuwuw
Siguela:*
IWish
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
ahhhhhhhhhhhhhh! luis dijo que era real ! :)
Solee012
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Hola nueva lectora amo tu novela siguela lo más pronto k puedas
greciaveroni
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Yo también necesito capitulo ! :)
Solee012
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
asjhdajkhadl Hola!!! Bienvenida!!! Me encanta que te Encante!!Esthef escribió:Hi new reader me encanta la nove siguela o morirás nah mentira no morirás... Por ahorá
ya la sigo! ;) no quiero morir!! :gasp: espero no morir muy pronto Esthef!
:bye:
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Hola!! :-w-: Bienvenida!!!IWish escribió:¡NUEVA LECTORAA!
OMG, Me encantó demasiadooo(':
Lo leí muy rápido wuwuw
Siguela:*
Me encanta que Encante!!! :aah:
askjakjsakkjas Enserio!!!??
ya la sigo!! ;)
:bye:
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Hola! :cherry:greciaveroni escribió:Hola nueva lectora amo tu novela siguela lo más pronto k puedas
Bienvenida!!
akhakja Amo que la Ames!!
ya la sigo!! ;)
:bye:
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Ya lo subo!IWish escribió:Necesito capítulo :(
:omg:
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
askjklajkas Ya la sigo!!Solee012 escribió:Yo también necesito capitulo ! :)
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
adhakjhadkj EN SERIO MIL PERDONES CHICAS POR NO HABER SUBIDO CAP HACE UN BUEN TIEMPITO PERO ES QUE ASHHH LA U ME TIENE ADSORBIDA NO TENGO TIEMPO PARA NADA, PERO ESTARE SUBIENDO CAP CADA VEZ QUE PUEDA!
—Precisamente por eso me besaste la primera vez. Esto era lo que querías.
Louis señaló la foto que había sacado Mark y añadió:
—Debo reconocer que en ésta te pareces mucho a tu hermana.
—Pero yo no quería el resto de las fotos. Eso ha sido culpa tuya.
—No puedes estar tan ciega.
—¿Qué has querido decir con eso?
—No he querido decir nada.
—No me mientas. Quiero saber por qué lo has dicho.
Él la miró furioso.
—¿No se te ha ocurrido pensar que los colegas de Mark deberían saber de quién es hermano? —preguntó—. Por supuesto que lo sabían; por eso nos siguieron y gritaron el nombre de Elise. Vieron que te parecías a ella y que él se escapaba, y vieron un escándalo en ciernes muy jugoso con Elise, Leo Savakis y Louis Tomlinson como protagonistas de un triángulo amoroso. Si estás tan impresionada como pareces, puedo perdonarte la ingenuidad, pero no voy a perdonar al estúpido de tu hermano por no pensar bien las cosas y no prever lo que habría pasado si yo no hubiera intervenido.
_______ se sentó en una silla. Louis tenía toda la razón, y lo peor del caso era que parecía haberse dado cuenta de todo a los pocos segundos de que ella le explicara la situación.
—Ahora pregúntate cuánto crees que tardará la prensa en averiguar quién eres exactamente —continuó—. Tus quince minutos de fama se convertirán en una montaña rusa infernal, porque mientras los periodistas indagan en tu pasado, Leo Savakis estará esperando que cometas un error y reveles accidentalmente que todo esto ha sido sólo una maniobra para encubrir los deslices de su mujer.
—No hace falta que digas más. Ya lo he entendido.
—¿De verdad? Pues añade esto a la mezcla: ponte ahora a escapar asustada, y te prometo que denunciaré la mentira a los cuatro vientos y el matrimonio de tu hermana se irá al garete. Yo puedo asumir las repercusiones, aunque ella no pueda.
Louis salió de la habitación y la dejó sola para que digiriera lo que le había dicho. No le costó mucho. Tenía razón: lo del viaje a Devon había sido un burdo intento de escapatoria. Pero no tenía nada que ver con las mentiras, aunque eran bastante problemáticas. Sus motivos no tenían que ver ni siquiera con que se hubieran olvidado de usar preservativo. Tenían que ver con él y con lo que le hacía sentir. Si podía afectarla tanto en una sola noche, quedaría destrozada emocionalmente cuando aquello terminara. Si terminaba alguna vez, teniendo en cuenta lo que le había advertido sobre el matrimonio.
Louis estaba dando vueltas en su despacho, preguntándose qué le pasaba. No entendía por qué había sido tan duro con ella: si porque quería irse a casa a buscar ropa y organizar su vida, porque seguía insistiendo en defender a los egoístas de sus hermanos, o porque había mencionado a un hombre de Devon. No sabía qué le estaba pasando y no estaba seguro de querer saber. La oyó moverse por la casa y fue a ver qué estaba haciendo. La encontró en el salón con el bolso en la mano.
—No encuentro mi móvil —dijo, otra vez pálida y a la defensiva.
—Te habías quedado sin batería, y lo he puesto a cargar en mi despacho. Ya te lo traigo.
Louis estaba a punto de ir a buscar el teléfono, pero se detuvo.
—¿A quién quieres llamar?
Se maldijo en silencio, porque sabía que no era asunto suyo con quién hablara. Por la cara que había puesto, _______ pensaba lo mismo. Aun así, le contestó:
—Tengo que llamar a unas cuantas personas, si no puedo salir de aquí...
—No. Lo haremos a tu manera, sólo que iremos juntos y en mi coche en vez de en tren.
—Pero...
—Salimos en diez minutos —continuó mientras se giraba—. Y no me hagas esperar. Cuanto antes nos vayamos, antes podremos volver.
Louis condujo el Ferrari plateado con la misma destreza con que había conducido la limusina el día anterior; claro que no quedaba más remedio, puesto que tenía que esquivar a los paparazzis. En cuanto habían salido del garaje, los vieron y se desató un infierno, en el que todos los periodistas intentaban llegar al coche.
—No entiendo por qué siguen aquí —dijo ______ cuando se libraron del sus perseguidores tras una mareante carrera por varios callejones—. ¿Qué creen que vamos a hacer? ¿Casarnos en la escalera de tu casa o algo así?
—No saben lo suficiente de ti.
—Odio esto. Lo odiaba cuando lo sufría con Elise. No sé cómo conseguís sobrellevarlo.
—El mundo es así. A las masas les gustan los detalles íntimos de los ricos y famosos. Ahora eres una celebridad, así que acostúmbrate, porque esto no es más que el principio.
_______ no volvió a decir palabra. Llegaron a la autopista y avanzaron con tranquilidad durante muchos kilómetros. La potencia del coche prometía reducir la duración del viaje a la mitad.
Louis paró en una gasolinera de la autopista; entraron en el bar y compró sandwiches y café.
—Come —le ordenó—. Estás pálida y no has probado bocado desde anoche.
_______ pensó que estaba pálida porque prácticamente no había dormido nada la noche anterior. Ni el sándwich ni el café sabían a nada. Se sorprendió al ver que Louis se los tomaba sin problemas; no parecían la clase de comida que aquel hombre estaba acostumbrado a llevarse a la boca.
Cuando volvieron a la carretera, a él le apetecía charlar.
—Háblame de tu familia —sugirió.
Ella le explicó que su madre había enviudado cuando lo mellizos eran muy pequeños.
—Unos pocos años después se casó con mi padre, y me tuvieron a mí.
—¿Cuántos años te llevas con tus hermanos?
—Seis.
—¿Y de quién era originalmente la finca?
—De mi padre, pero siempre nos trató a los tres por igual. Y en realidad no llega a finca; es bastante pequeña —añadió, para prepararlo—: poco más de una hectárea de cultivo, una casa, un par de invernaderos y un par de graneros.
—¿Otra mentira, cara?
_______ se encogió de hombros.
—Funciona como una finca.
—¿Y qué hace el vecino que te echa una mano cuando te hace falta?
—Harry es el dueño del terreno que linda con el nuestro, y es agricultor. Ha sido una gran ayuda para nosotros desde que murieron nuestros padres.
—Di las cosas como son. Ha sido una gran ayuda para ti.
—¿Por qué lo dices con ese tono?
—No sé si me apetece explayarme.
—Me parece bien.
______ se levantó el cuello del abrigo, se acomodó en el asiento y cerró los ojos. Louis se echó a reír.
—Mira que eres quisquillosa.
—Y tú eres detestable.
—¿Por qué no me importa decir que no me gusta cómo te usan tus hermanos?
—No. Eres detestable porque lo eres.
—¿En la cama?
Ella no contestó.
—Tal vez prefieras al tal Harry como amante, porque es una gran ayuda para ti.
______ decidió seguirle el juego y sonrió.
—Tal vez.
—¿Pero es capaz de hacer que te derritas de placer, como yo, o lleva su olor a cuadra a tu cama, y eso te deja abrumada antes de que él pueda abrumarte?
—Como he dicho, eres detestable.
—Sí. Sin embargo, cuando dije que no me acostaba con cualquiera hablaba en serio, y parece que tú no.
_______ volvió la cabeza y abrió bien los ojos para mirarlo. Como le había mentido una vez, ya no la iba a creer nunca. Y una broma sólo podía ser una broma cuando el destinatario sabía que se estaban burlando de él. Se enderezó en el asiento con un suspiro, se pasó una mano por el pelo, y había abierto la boca para decirle quién y qué era Harry exactamente cuando un gran indicador azul captó su atención.
—Oh, ésta es la salida que tenemos que tomar.
Él maldijo entre dientes y atravesó varios carriles en diagonal con un ojo en el retrovisor y otro en la carretera. Cuando consiguieron llegar a salvo al carril lento, el nombre de Harry había quedado sepultado por una mezcla embriagadora de pánico mortal y emoción por la maniobra.
—¿Por dónde tengo que ir? —preguntó Louis.
Ella parpadeó y le dio las instrucciones mientras sentía un agradable cosquilleo entre las piernas. Se preguntaba por qué los hombres y el peligro tenían un efecto tan directo en la sexualidad de las mujeres.
—Precisamente por eso me besaste la primera vez. Esto era lo que querías.
Louis señaló la foto que había sacado Mark y añadió:
—Debo reconocer que en ésta te pareces mucho a tu hermana.
—Pero yo no quería el resto de las fotos. Eso ha sido culpa tuya.
—No puedes estar tan ciega.
—¿Qué has querido decir con eso?
—No he querido decir nada.
—No me mientas. Quiero saber por qué lo has dicho.
Él la miró furioso.
—¿No se te ha ocurrido pensar que los colegas de Mark deberían saber de quién es hermano? —preguntó—. Por supuesto que lo sabían; por eso nos siguieron y gritaron el nombre de Elise. Vieron que te parecías a ella y que él se escapaba, y vieron un escándalo en ciernes muy jugoso con Elise, Leo Savakis y Louis Tomlinson como protagonistas de un triángulo amoroso. Si estás tan impresionada como pareces, puedo perdonarte la ingenuidad, pero no voy a perdonar al estúpido de tu hermano por no pensar bien las cosas y no prever lo que habría pasado si yo no hubiera intervenido.
_______ se sentó en una silla. Louis tenía toda la razón, y lo peor del caso era que parecía haberse dado cuenta de todo a los pocos segundos de que ella le explicara la situación.
—Ahora pregúntate cuánto crees que tardará la prensa en averiguar quién eres exactamente —continuó—. Tus quince minutos de fama se convertirán en una montaña rusa infernal, porque mientras los periodistas indagan en tu pasado, Leo Savakis estará esperando que cometas un error y reveles accidentalmente que todo esto ha sido sólo una maniobra para encubrir los deslices de su mujer.
—No hace falta que digas más. Ya lo he entendido.
—¿De verdad? Pues añade esto a la mezcla: ponte ahora a escapar asustada, y te prometo que denunciaré la mentira a los cuatro vientos y el matrimonio de tu hermana se irá al garete. Yo puedo asumir las repercusiones, aunque ella no pueda.
Louis salió de la habitación y la dejó sola para que digiriera lo que le había dicho. No le costó mucho. Tenía razón: lo del viaje a Devon había sido un burdo intento de escapatoria. Pero no tenía nada que ver con las mentiras, aunque eran bastante problemáticas. Sus motivos no tenían que ver ni siquiera con que se hubieran olvidado de usar preservativo. Tenían que ver con él y con lo que le hacía sentir. Si podía afectarla tanto en una sola noche, quedaría destrozada emocionalmente cuando aquello terminara. Si terminaba alguna vez, teniendo en cuenta lo que le había advertido sobre el matrimonio.
Louis estaba dando vueltas en su despacho, preguntándose qué le pasaba. No entendía por qué había sido tan duro con ella: si porque quería irse a casa a buscar ropa y organizar su vida, porque seguía insistiendo en defender a los egoístas de sus hermanos, o porque había mencionado a un hombre de Devon. No sabía qué le estaba pasando y no estaba seguro de querer saber. La oyó moverse por la casa y fue a ver qué estaba haciendo. La encontró en el salón con el bolso en la mano.
—No encuentro mi móvil —dijo, otra vez pálida y a la defensiva.
—Te habías quedado sin batería, y lo he puesto a cargar en mi despacho. Ya te lo traigo.
Louis estaba a punto de ir a buscar el teléfono, pero se detuvo.
—¿A quién quieres llamar?
Se maldijo en silencio, porque sabía que no era asunto suyo con quién hablara. Por la cara que había puesto, _______ pensaba lo mismo. Aun así, le contestó:
—Tengo que llamar a unas cuantas personas, si no puedo salir de aquí...
—No. Lo haremos a tu manera, sólo que iremos juntos y en mi coche en vez de en tren.
—Pero...
—Salimos en diez minutos —continuó mientras se giraba—. Y no me hagas esperar. Cuanto antes nos vayamos, antes podremos volver.
Louis condujo el Ferrari plateado con la misma destreza con que había conducido la limusina el día anterior; claro que no quedaba más remedio, puesto que tenía que esquivar a los paparazzis. En cuanto habían salido del garaje, los vieron y se desató un infierno, en el que todos los periodistas intentaban llegar al coche.
—No entiendo por qué siguen aquí —dijo ______ cuando se libraron del sus perseguidores tras una mareante carrera por varios callejones—. ¿Qué creen que vamos a hacer? ¿Casarnos en la escalera de tu casa o algo así?
—No saben lo suficiente de ti.
—Odio esto. Lo odiaba cuando lo sufría con Elise. No sé cómo conseguís sobrellevarlo.
—El mundo es así. A las masas les gustan los detalles íntimos de los ricos y famosos. Ahora eres una celebridad, así que acostúmbrate, porque esto no es más que el principio.
_______ no volvió a decir palabra. Llegaron a la autopista y avanzaron con tranquilidad durante muchos kilómetros. La potencia del coche prometía reducir la duración del viaje a la mitad.
Louis paró en una gasolinera de la autopista; entraron en el bar y compró sandwiches y café.
—Come —le ordenó—. Estás pálida y no has probado bocado desde anoche.
_______ pensó que estaba pálida porque prácticamente no había dormido nada la noche anterior. Ni el sándwich ni el café sabían a nada. Se sorprendió al ver que Louis se los tomaba sin problemas; no parecían la clase de comida que aquel hombre estaba acostumbrado a llevarse a la boca.
Cuando volvieron a la carretera, a él le apetecía charlar.
—Háblame de tu familia —sugirió.
Ella le explicó que su madre había enviudado cuando lo mellizos eran muy pequeños.
—Unos pocos años después se casó con mi padre, y me tuvieron a mí.
—¿Cuántos años te llevas con tus hermanos?
—Seis.
—¿Y de quién era originalmente la finca?
—De mi padre, pero siempre nos trató a los tres por igual. Y en realidad no llega a finca; es bastante pequeña —añadió, para prepararlo—: poco más de una hectárea de cultivo, una casa, un par de invernaderos y un par de graneros.
—¿Otra mentira, cara?
_______ se encogió de hombros.
—Funciona como una finca.
—¿Y qué hace el vecino que te echa una mano cuando te hace falta?
—Harry es el dueño del terreno que linda con el nuestro, y es agricultor. Ha sido una gran ayuda para nosotros desde que murieron nuestros padres.
—Di las cosas como son. Ha sido una gran ayuda para ti.
—¿Por qué lo dices con ese tono?
—No sé si me apetece explayarme.
—Me parece bien.
______ se levantó el cuello del abrigo, se acomodó en el asiento y cerró los ojos. Louis se echó a reír.
—Mira que eres quisquillosa.
—Y tú eres detestable.
—¿Por qué no me importa decir que no me gusta cómo te usan tus hermanos?
—No. Eres detestable porque lo eres.
—¿En la cama?
Ella no contestó.
—Tal vez prefieras al tal Harry como amante, porque es una gran ayuda para ti.
______ decidió seguirle el juego y sonrió.
—Tal vez.
—¿Pero es capaz de hacer que te derritas de placer, como yo, o lleva su olor a cuadra a tu cama, y eso te deja abrumada antes de que él pueda abrumarte?
—Como he dicho, eres detestable.
—Sí. Sin embargo, cuando dije que no me acostaba con cualquiera hablaba en serio, y parece que tú no.
_______ volvió la cabeza y abrió bien los ojos para mirarlo. Como le había mentido una vez, ya no la iba a creer nunca. Y una broma sólo podía ser una broma cuando el destinatario sabía que se estaban burlando de él. Se enderezó en el asiento con un suspiro, se pasó una mano por el pelo, y había abierto la boca para decirle quién y qué era Harry exactamente cuando un gran indicador azul captó su atención.
—Oh, ésta es la salida que tenemos que tomar.
Él maldijo entre dientes y atravesó varios carriles en diagonal con un ojo en el retrovisor y otro en la carretera. Cuando consiguieron llegar a salvo al carril lento, el nombre de Harry había quedado sepultado por una mezcla embriagadora de pánico mortal y emoción por la maniobra.
—¿Por dónde tengo que ir? —preguntó Louis.
Ella parpadeó y le dio las instrucciones mientras sentía un agradable cosquilleo entre las piernas. Se preguntaba por qué los hombres y el peligro tenían un efecto tan directo en la sexualidad de las mujeres.
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: Una Novia Para el Italiano |Louis Tomlinson y Tu| (Adaptación)
Él la miró de reojo, le vio la expresión y le regaló una sonrisa viril que le encendió una llama interior.
—¿Asustada, cara?
—Eres...
—Lo tenía todo bajo control. Algo que, para los italianos, marca la diferencia entre un buen amante y un amante fabuloso.
_______ sabía exactamente a qué se refería, y era lo más difícil de soportar. Si hubiera parado el coche en aquel momento, se le habría echado encima con una pasión desesperada. Era todo: el coche potente, el hombre temerario y la adrenalina que le corría por las venas. Trató de respirar lentamente, pero perdió el ritmo cuando él le acarició la mejilla. Sintió fuego en la piel, murmuró algo y volvió la cabeza. Se miraron a los ojos y, durante un momento, fue como caer en un depósito lleno de serpientes. Louis apartó la vista. La sonrisa había desaparecido, pero dentro del coche, la tensión se había elevado más allá de lo posible. _______ se sentó sobre las manos para reprimir el impulso de tocarlo y trató de fingir que aquello no estaba pasando, mientras él conducía con una repentina concentración que sólo empeoraba las cosas.
Le dio indicaciones con una voz entrecortada que sólo contribuyó a aumentar la tensión. Louis no dijo nada; se limitó a conducir. Los dos estaban sentados muy rectos, mirando al frente, aunque los dos sabían cómo iba a acabar aquello. Y el suplicio de saberlo sólo era comparable al suplicio de la espera.
Al cabo de un rato, por fin, giraron para tomar un camino privado que llevaba a la finca. La antigua casa de labranza se erguía frente a ellos con sus paredes de ladrillo bañadas por la luz del sol. A cada lado había un granero, y detrás relucían los cristales del invernadero. El viejo todoterreno de ______ estaba aparcado en la entrada, cerca de un granero. Cuando vio el Range Rover aparcado al lado, se le cayó el alma a los pies; no sabía si se debía a la desilusión de tener que posponer indefinidamente lo que se había estado fraguando entre ellos o al alivio de tener que posponerlo indefinidamente, pero se negaba a analizarlo.
Louis aparcó el coche en medio del patio, apagó el motor y se apeó sin decir una palabra. _______ tardó más en moverse, porque tenía miedo de que le fallaran las piernas. Él no podía saber lo que se avecinaba, y ella no sabía cómo decírselo. Lo miró a la cara y se quedó pasmada por la expresión de control estricto. Sin embargo, los ojos no estaban bajo control. Tenía un brillo en la mirada que era una clara promesa sexual.
— Louis...
—Vamos a entrar a buscar una cama —dijo él con voz ronca.
Ella se estremeció y tragó saliva, dispuesta a hablar, pero en aquel momento se abrieron las puertas, y desvió la atención hacia la casa. Louis le siguió la mirada.
En la entrada había un hombre alto, fornido y de tez bronceada, que llevaba unos pantalones de pana y una chaqueta de lana. Debía de tener más de cincuenta años, y sus ojos de hielo estaban clavados en Louis.
—Harry —murmuró ella.
_______ sintió que se avecinaba un problema incluso antes de ver cómo se tensaba el italiano al oír el nombre. Se maldijo por no haberlo pensado antes de bromear con Louis sobre su relación con Harry. El problema era que Harry tampoco parecía muy contento.
Apretó el paso. Louis se quedó inmóvil mientras la veía avanzar directa al abrazo del otro hombre. Estaba tratando de decidir si le pegaba un puñetazo por aprovecharse de una joven indefensa o si reclamaba lo que le pertenecía y le decía que se fuera de allí.
Al final, fue el otro hombre quien tomó la iniciativa.
—Harry —dijo ella, nerviosa—, te presento a...
—He leído el periódico esta mañana, ______.
Miró hacia el patio con un par de ojos grises tan fríos como los de Louis. La apartó y fue hacia él. ______ percibió que sospechaba algo. La conocía mejor que la mayoría de la gente, y si había alguien que podía darse cuenta de que su compromiso era una farsa, era Harry.
Corrió tras él.
—Necesito explicarte...
—Señor Tomlinson —saludó Harry con frialdad.
Rachel se puso histérica.
— Louis, te presento a Harry Styles. Es mi...
—... custodio —dijo Harry—. Hasta que cumpla los veinticinco.
—Pues esto es nuevo para mí —comentó Louis.
—Harry también es mi tío. El hermano de mi madre...
—Y el que vela por tus intereses —intervino el agricultor—. Así que si eres el mismo italiano que le partió el corazón a ______ el año pasado, más te vale tener una buena excusa, o vuestro compromiso no tendrá mi bendición.
______ quería que la tragara la tierra. No se le había ocurrido que Harry podría cometer un error como aquél. Louis la estaba mirando como si fuera el demonio en persona, y lo entendía. Debía de tener la impresión de que cada vez que se descuidaba, su familia lo acusaba de algo nuevo.
— Louis no es Zayn —le dijo a Harry en voz baja.
—¿Se llamaba Zayn? En realidad, no recuerdo que lo mencionaras.
Porque no lo había hecho. Había vuelto de su viaje a Italia con el aspecto y el comportamiento de una mujer con el corazón destrozado.
Su tío se volvió hacia Louis.
—Mis más sinceras disculpas por la confusión, señor Tomlinson —dijo tendiéndole la mano.
Pero era demasiado tarde. ______ percibía la cólera que se ocultaba bajo la sonrisa de Louis mientras estrechaba la mano de Harry. Después se volvió encantador. Cuando terminó de explicar quién era y qué hacía, y de contar la misma historia de cómo y dónde había conocido a ______, se había ganado la simpatía de su tío. Y lo único que ella podía hacer era sonreír afablemente una vez más y dejarse impresionar por su actuación.
Louis le aseguró con serenidad a Harry que no era un cazafortunas que quisiera casarse con su sobrina para compartir su herencia, y añadió con cierta sequedad que no todos los italianos eran tan displicentes con el corazón de una vulnerable damisela. Y que, desde luego, estaba muy enamorado de ______. Le pasó un brazo por los hombros para atraerla a su lado. Aquel abrazo prometía que la iba a matar en cuanto estuvieran solos. Y ella lo creía.
Luego, Louis le pidió disculpas a Harry porque la noticia de su compromiso hubiera aparecido en los periódicos antes de que tuviera oportunidad de ir a pedirle oficialmente la mano de su sobrina.
Fue un detalle brillante. Harry era un hombre anticuado con valores tradicionales. Por la forma en que lo miraba, ______ supo que se sentía identificado con Louis, y no sólo no se enfadó, sino que propuso que cenaran juntos para celebrarlo.
Suave como la seda, Louis le agradeció la invitación y lamentó tener que declinarla. Al parecer tenía que estar de nuevo en Londres aquella misma noche para asistir a una cena de negocios.
______ no sabía si lo de la cena era cierto, pero su tío entendió que estaba muy ocupado.
Y el golpe maestro del italiano fue ponerse de acuerdo con Harry para que se ocupara de la finca mientras ______ estaba fuera, porque, desde luego, quería que ______ estuviera con él.
—Sé feliz, cariño —le dijo Harry a su sobrina antes de marcharse.
Cuando el coche de su tío se perdió de vista, lo último que sentía ______ era felicidad. Trató de que Louis la soltara, pero sólo consiguió que la sujetara con más fuerza mientras avanzaban hacia la casa. Aquel entorno tendría que haberle resultado cómodo y familiar, pero no fue así. Louis cerró la puerta y le quitó el brazo de los hombros. Como un gatito asustado, ______ se alejó unos pasos y se volvió.
—Yo...
—Si me vas a decir otra mentira —interrumpió él—, te aconsejo que te quedes callada.
CONTINUARA...—¿Asustada, cara?
—Eres...
—Lo tenía todo bajo control. Algo que, para los italianos, marca la diferencia entre un buen amante y un amante fabuloso.
_______ sabía exactamente a qué se refería, y era lo más difícil de soportar. Si hubiera parado el coche en aquel momento, se le habría echado encima con una pasión desesperada. Era todo: el coche potente, el hombre temerario y la adrenalina que le corría por las venas. Trató de respirar lentamente, pero perdió el ritmo cuando él le acarició la mejilla. Sintió fuego en la piel, murmuró algo y volvió la cabeza. Se miraron a los ojos y, durante un momento, fue como caer en un depósito lleno de serpientes. Louis apartó la vista. La sonrisa había desaparecido, pero dentro del coche, la tensión se había elevado más allá de lo posible. _______ se sentó sobre las manos para reprimir el impulso de tocarlo y trató de fingir que aquello no estaba pasando, mientras él conducía con una repentina concentración que sólo empeoraba las cosas.
Le dio indicaciones con una voz entrecortada que sólo contribuyó a aumentar la tensión. Louis no dijo nada; se limitó a conducir. Los dos estaban sentados muy rectos, mirando al frente, aunque los dos sabían cómo iba a acabar aquello. Y el suplicio de saberlo sólo era comparable al suplicio de la espera.
Al cabo de un rato, por fin, giraron para tomar un camino privado que llevaba a la finca. La antigua casa de labranza se erguía frente a ellos con sus paredes de ladrillo bañadas por la luz del sol. A cada lado había un granero, y detrás relucían los cristales del invernadero. El viejo todoterreno de ______ estaba aparcado en la entrada, cerca de un granero. Cuando vio el Range Rover aparcado al lado, se le cayó el alma a los pies; no sabía si se debía a la desilusión de tener que posponer indefinidamente lo que se había estado fraguando entre ellos o al alivio de tener que posponerlo indefinidamente, pero se negaba a analizarlo.
Louis aparcó el coche en medio del patio, apagó el motor y se apeó sin decir una palabra. _______ tardó más en moverse, porque tenía miedo de que le fallaran las piernas. Él no podía saber lo que se avecinaba, y ella no sabía cómo decírselo. Lo miró a la cara y se quedó pasmada por la expresión de control estricto. Sin embargo, los ojos no estaban bajo control. Tenía un brillo en la mirada que era una clara promesa sexual.
— Louis...
—Vamos a entrar a buscar una cama —dijo él con voz ronca.
Ella se estremeció y tragó saliva, dispuesta a hablar, pero en aquel momento se abrieron las puertas, y desvió la atención hacia la casa. Louis le siguió la mirada.
En la entrada había un hombre alto, fornido y de tez bronceada, que llevaba unos pantalones de pana y una chaqueta de lana. Debía de tener más de cincuenta años, y sus ojos de hielo estaban clavados en Louis.
—Harry —murmuró ella.
_______ sintió que se avecinaba un problema incluso antes de ver cómo se tensaba el italiano al oír el nombre. Se maldijo por no haberlo pensado antes de bromear con Louis sobre su relación con Harry. El problema era que Harry tampoco parecía muy contento.
Apretó el paso. Louis se quedó inmóvil mientras la veía avanzar directa al abrazo del otro hombre. Estaba tratando de decidir si le pegaba un puñetazo por aprovecharse de una joven indefensa o si reclamaba lo que le pertenecía y le decía que se fuera de allí.
Al final, fue el otro hombre quien tomó la iniciativa.
—Harry —dijo ella, nerviosa—, te presento a...
—He leído el periódico esta mañana, ______.
Miró hacia el patio con un par de ojos grises tan fríos como los de Louis. La apartó y fue hacia él. ______ percibió que sospechaba algo. La conocía mejor que la mayoría de la gente, y si había alguien que podía darse cuenta de que su compromiso era una farsa, era Harry.
Corrió tras él.
—Necesito explicarte...
—Señor Tomlinson —saludó Harry con frialdad.
Rachel se puso histérica.
— Louis, te presento a Harry Styles. Es mi...
—... custodio —dijo Harry—. Hasta que cumpla los veinticinco.
—Pues esto es nuevo para mí —comentó Louis.
—Harry también es mi tío. El hermano de mi madre...
—Y el que vela por tus intereses —intervino el agricultor—. Así que si eres el mismo italiano que le partió el corazón a ______ el año pasado, más te vale tener una buena excusa, o vuestro compromiso no tendrá mi bendición.
______ quería que la tragara la tierra. No se le había ocurrido que Harry podría cometer un error como aquél. Louis la estaba mirando como si fuera el demonio en persona, y lo entendía. Debía de tener la impresión de que cada vez que se descuidaba, su familia lo acusaba de algo nuevo.
— Louis no es Zayn —le dijo a Harry en voz baja.
—¿Se llamaba Zayn? En realidad, no recuerdo que lo mencionaras.
Porque no lo había hecho. Había vuelto de su viaje a Italia con el aspecto y el comportamiento de una mujer con el corazón destrozado.
Su tío se volvió hacia Louis.
—Mis más sinceras disculpas por la confusión, señor Tomlinson —dijo tendiéndole la mano.
Pero era demasiado tarde. ______ percibía la cólera que se ocultaba bajo la sonrisa de Louis mientras estrechaba la mano de Harry. Después se volvió encantador. Cuando terminó de explicar quién era y qué hacía, y de contar la misma historia de cómo y dónde había conocido a ______, se había ganado la simpatía de su tío. Y lo único que ella podía hacer era sonreír afablemente una vez más y dejarse impresionar por su actuación.
Louis le aseguró con serenidad a Harry que no era un cazafortunas que quisiera casarse con su sobrina para compartir su herencia, y añadió con cierta sequedad que no todos los italianos eran tan displicentes con el corazón de una vulnerable damisela. Y que, desde luego, estaba muy enamorado de ______. Le pasó un brazo por los hombros para atraerla a su lado. Aquel abrazo prometía que la iba a matar en cuanto estuvieran solos. Y ella lo creía.
Luego, Louis le pidió disculpas a Harry porque la noticia de su compromiso hubiera aparecido en los periódicos antes de que tuviera oportunidad de ir a pedirle oficialmente la mano de su sobrina.
Fue un detalle brillante. Harry era un hombre anticuado con valores tradicionales. Por la forma en que lo miraba, ______ supo que se sentía identificado con Louis, y no sólo no se enfadó, sino que propuso que cenaran juntos para celebrarlo.
Suave como la seda, Louis le agradeció la invitación y lamentó tener que declinarla. Al parecer tenía que estar de nuevo en Londres aquella misma noche para asistir a una cena de negocios.
______ no sabía si lo de la cena era cierto, pero su tío entendió que estaba muy ocupado.
Y el golpe maestro del italiano fue ponerse de acuerdo con Harry para que se ocupara de la finca mientras ______ estaba fuera, porque, desde luego, quería que ______ estuviera con él.
—Sé feliz, cariño —le dijo Harry a su sobrina antes de marcharse.
Cuando el coche de su tío se perdió de vista, lo último que sentía ______ era felicidad. Trató de que Louis la soltara, pero sólo consiguió que la sujetara con más fuerza mientras avanzaban hacia la casa. Aquel entorno tendría que haberle resultado cómodo y familiar, pero no fue así. Louis cerró la puerta y le quitó el brazo de los hombros. Como un gatito asustado, ______ se alejó unos pasos y se volvió.
—Yo...
—Si me vas a decir otra mentira —interrumpió él—, te aconsejo que te quedes callada.
yamii_jjonatikacrazy!!
Página 6 de 14. • 1 ... 5, 6, 7 ... 10 ... 14
Temas similares
» Una novia para el italiano (Nick & Tu) -Adaptación- [Terminada]
» Truly, Madly, Deeply (Harry Styles y tu)
» Five Crimes The Last Memories One Direction and Them
» NECESITO CHICAS PARA ●LOVE BLUE●NUEVA NOVE!
» Wolf's (Harry Styles)
» Truly, Madly, Deeply (Harry Styles y tu)
» Five Crimes The Last Memories One Direction and Them
» NECESITO CHICAS PARA ●LOVE BLUE●NUEVA NOVE!
» Wolf's (Harry Styles)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 6 de 14.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.