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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Camino al Amor" (Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
LALALLALALALALALAALALALALAAAAAAA!!!
TRAUMAAAA LALLALALA hhahaha noo! ya me acostumbre xD
TIFFUUUUUUUUUU!!! Uish antes de leer la ultima frase del cap, se me vino la manera de empezar el que sigue mio... uisshhh buena idea me entroo!! Pero no tiene nada k ver con este capitulo... xD uish mis pensamientos son bipolares xD
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA O TE MATOO YO A TII!!
:enfadado:
tkm!! :jeje: :hug:
TRAUMAAAA LALLALALA hhahaha noo! ya me acostumbre xD
TIFFUUUUUUUUUU!!! Uish antes de leer la ultima frase del cap, se me vino la manera de empezar el que sigue mio... uisshhh buena idea me entroo!! Pero no tiene nada k ver con este capitulo... xD uish mis pensamientos son bipolares xD
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA O TE MATOO YO A TII!!
:enfadado:
tkm!! :jeje: :hug:
LittleVickJ♥
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
cap yaaaaa
por favor!
vicky tu foto no es buena para mi salud
por favor!
vicky tu foto no es buena para mi salud
MariiJonas
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
MariiJonas escribió:cap yaaaaa
por favor!
vicky tu foto no es buena para mi salud
haha si ya se!! :risa:
LittleVickJ♥
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
Faby Jonas escribió:te voy a dehollar lo juro
te ayudoo!! :twisted:
MariiJonas
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
si me degollan no subire :P
Capitulo 8
Nick se despertó sobresaltado y con la sensación de que algo no andaba bien. Dio media vuelta en la cama y comprendió inmediatamente lo que era: el otro lado estaba vacío. ____ no estaba allí. -¿____? -llamó, con la vana esperanza de que estuviera en el baño. O en la cocina quizá-. ¿Estás aquí?
No hubo respuesta. No se oía nada, salvo los gritos de las gaviotas.
Apartó las sábanas, saltó de la cama y corrió hacia la ventana, desde la que podía ver la casa
de Nigel y la carretera.
El coche de ____ no estaba. ____ se había marchado.
Soltó un juramento.
____ había huido. Había vuelto a Sydney. Había vuelto con aquel amante que no la amaba. A la
vida que le estaba causando tanta tristeza.
Volvió a maldecir.
La noche anterior ____ no estaba triste. Estaba en la gloria.
Y también él. Nunca había conocido a una mujer como ____. Había estado tan... no encontraba palabras para describirlo. O para describir lo que era hacer el amor con ella. Lo único que sabía era que jamás en su vida había experimentado nada parecido.
Y que una noche no era suficiente. Pero tendría que serlo, ¿no? ___ había tomado la decisión de abandonar lo que habían compartido. De modo que seguirla era completamente ridículo. Pero eso era lo que le apetecía hacer. -No seas tan estúpidamente romántico -se dijo a sí mismo mientras volvía a la cama-. Ya llevas mucho tiempo sin salir con nadie, así que agradece este pequeño favor y olvídala. Pero olvidar a ___ no era fácil en absoluto, sobre todo cuando las sábanas conservaban el olor de su cuerpo. Al final, se vio obligado a levantarse y a intentar eliminar de la habitación aquel olor almizcleño.
Pero no sirvió de nada cambiar las sábanas. ____ continuaba allí, en su mente. Al final, decidió salir de casa e intentar entrar en razón con el frío y la lógica. -¡No seas ridículo! Tú no has sido nada especial para ____. Sólo se ha acostado contigo siguiendo un impulso. Se sentía sola y carente de amor y has aparecido tú, dispuesto a darle un poco de lo que más necesitaba. Bueno, una buena cantidad de lo que necesitaba. Pero eso no significa nada. Sé realista. Para ella, esto sólo ha sido una aventura de una noche. Así que lo mejor que puedes hacer es olvidarla.
Pero a pesar de todo, sus recuerdos lo empujaban de nuevo hacia lo que había ocurrido aquella noche, a todo lo que había transpirado entre ellos. Nick nunca había hecho tantas veces el amor en una sola noche. Simplemente, parecía no tener nunca suficiente de ella. Nunca había conocido a una joven con tanta capacidad de respuesta y, al mismo tiempo tan sorprendida por ella. Eso era lo que más lo había conmovido. La expresión de su mirada cuando la tocaba. O sus gemidos cuando se hundía en ella.
Aquellos sonidos eran adictivos. Quería escucharlos una y otra vez. Y también sus jadeos iniciales de sorpresa. Y los suaves gemidos de placer. Pero, sobre todo, quería volver a oírle gritar su nombre.
El ego de Nick se había visto seriamente halagado por la intensidad y la frecuencia de los orgasmos de ___. ¿Estaría engañándose a sí mismo al pensar que ella no podría haber sentido tanto placer con otro hombre? ¿O al decirse que él no podría experimentar nada parecido con otra mujer? El sentido común insistía en responder afirmativamente a ambas preguntas. Si ___ se hubiera sentido especialmente atraída por él aquella noche, se habría quedado. No habría vuelto tan rápidamente a Sydney.
En cuanto a él... Había disfrutado del sexo a lo largo de su vida, y con diferentes mujeres. Probablemente, la única razón por la que la noche con ___ le había parecido tan especial era que llevaba seis meses de celibato.
Tenía que poner lo que había pasado entre ellos en su contexto. Habían sido como dos barcos cruzándose en la noche. Por alguna razón, ____ había necesitado un hombre y él, obviamente, necesitaba una mujer. No había habido otra conexión entre ellos. Había sido un encuentro puramente sexual.
Pero entonces... ¿por qué había salido huyendo ____? Si hubiera sido sólo un encuentro sexual, ¿no se habría quedado durante todo el fin de semana para continuar disfrutando?
Estuvo pensando en ello durante el resto del día.
Eran sólo las diez de la mañana cuando ___ llegó a su apartamento.
Mel salió inmediatamente de su dormitorio, vestida con su pijama favorito; un modelo de seda azul. -Dijiste que ibas a venir temprano -comentó, apartándose un mechón de pelo de la cara-. Pero no imaginaba que tanto. No, no tienes que preocuparte. Ron no está aquí. Ayer no lo dejé quedarse y se enfadó. ¿Quieres un café?
____ consiguió sonreír. -Me encantaría. -Pareces cansada. ¿No has dormido o has tenido problemas al conducir? -Las dos cosas -no pensaba contarle a Mel lo que había pasado con Nick bajo ningún concepto. Y no porque Mel pudiera escandalizarse. Sin duda alguna, se mostraría absolutamente comprensiva con ella, pero también querría oír cada detalle de aquella sórdida historia. Y ____ no quena revivir la que había sido la noche más vergonzosa de su vida. El único aspecto positivo de su desagradable conducta era que por fin había comprendido lo que Drake quería decir cuando hablaba de los encuentros puramente sexuales.
-¿Entonces qué has decidido hacer sobre Drake? -le preguntó Mel, mientras preparaba una taza de café.
-Voy a perdonarlo. Si es que él me perdona...
-¿Si te perdona qué?
Acudieron a la mente de ____ algunas imágenes de lo ocurrido durante la noche y tuvo que hacer un serio esfuerzo para no ruborizarse. -Por haberme ido sin decirle adónde, por supuesto -contestó-. ¿No ha llamado todavía? ¿Ni siquiera a venido a buscarme?
-No ha dado señales de vida.
-Me pregunto si me llamaría el viernes por la tarde al trabajo. Llamaré a Fran más tarde para
averiguarlo. Y dime: ¿qué es eso de que no has dejado que Ron se quedara a dormir? -le preguntó, cambiando hábilmente de tema-. Eso no es propio de ti. Me¡ hizo una mueca. -Oh, anoche comenzó a ponerse celoso y posesivo y ya sabes que eso es algo que no aguanto. Al final, consiguió enfadarme y no me apetecía dormir con él.
-¿Y no será que estás buscando una excusa para romper con él?
-¿Por qué diablos dices eso?
-Porque todavía me acuerdo de ese otro chico -respondió ___ secamente-. Ese rico por el que
no te sentías atraída. Mel pestañeó y soltó una carcajada. -¿Sabes? Podrías tener razón. He estado pensando en ese tipo arrogante durante este fin de semana. Pero no lo había relacionado con mis sentimientos hacia Ron. -Sé sincera, Mel. Me dijiste que en cuanto comenzabas a fijarte en un hombre nuevo, el antiguo se convertía en agua pasada. -Sí, tienes razón. Es difícil hacer el amor con un hombre cuando estás pensando en otro. La mente de ____ voló inmediatamente hacia Nick. ¿Durante cuánto tiempo continuaría pensando en él? ¿Cuánto tiempo sería necesario para borrar aquellos increíbles recuerdos? Toda una eternidad, asumió. Una noche como aquella era imposible de olvidar. Pero sólo había sido sexo. El tipo de sexo del que Nick disfrutaba cada vez que lo necesitaba. ___ no iba a dejarse engañar. Sabía exactamente la clase de hombre que era Nick. Un ligón de playa. Un surfista. Un hombre sin aspiraciones. Un hombre sin mayores ambiciones que disfrutar de cada día. No tenía sólidos planes de futuro, llevaba una vida sin responsabilidades ni compromisos. Evidentemente, no tenían ninguna relación formal. Probablemente, se limitaba a acostarse con una chica cuando se sentía excitado. Sí, podría haber pasado una buena temporada desde la última vez que había tenido relaciones sexuales, pero tenía un buen número de preservativos preparados.
Y esa era la razón por la que, cuando se había despertado en sus brazos aquella mañana, ____ se había obligado a levantarse y a marcharse de allí. Dudaba que Nick se hubiera enfadado al descubrir que se había ido. Al fin y al cabo, aquella noche tenía que haber quedado completamente satisfecho. Francamente, ____ ni siquiera sabía que un hombre pudiera hacer tantas veces el amor en una sola noche. O que hubiera tantas posturas posibles sin salir de la cama. Como cuando la había hecho ponerse de lado y...
-¡Despierta, ____! -dijo Mei-. Aquí está tu café -y colocó una taza de café humeante sobre el mostrador. -Gracias -consiguió decir ___. Maldito Nick. ¿Por qué habría tenido que ser un amante tan magnífico? Al menos era una suerte que viviera en Hideaway Beach y estuviera fuera de su alcance. Sólo el Cielo sabía lo que podría hacer si viviera en Sydney.
Alzó la taza y comenzó a beber.
Sonó. el timbre de la puerta principal y _____ alzó bruscamente la cabeza.
-¿Estás esperando a alguien? -le preguntó a Mel.
-No, y no estoy vestida, así que será mejor que abras tú. Si es Ron, dile que me he ido a pasar el día a mi casa. Es suficientemente estúpido como para creerse cualquier cosa -y se dirigió hacia su dormitorio, llevándose con ella una taza de café.
A ____ comenzó a latirle violentamente el corazón mientras se acercaba a la puerta. La lógica insistía en que no podía ser Nick. Por una parte, no tenía la menor idea de dónde vivía. Ni siquiera sabía su apellido.
Pero, perversamente, le habría encantado que fuera él. Contuvo la respiración mientras abría la puerta. No era Nick. Era Drake. Se quedó mirándolo fijamente durante un largo momento, pensando que, físicamente al menos, no tenía ni punto de comparación con Nick, a pesar de su indumentaria perfecta. Cuando Drake fijó en ella la mirada, ___ se acordó de repente de que no se había maquillado y tenía el pelo hecho un desastre. Lo único que había hecho nada más levantarse había sido ducharse y ponerse unos pantalones cortos y una camiseta.
-Así que no me equivocaba -dijo Drake, entrando en el apartamento-. No has ido a pasar el fin de semana a ningún rincón secreto -dio media vuelta para enfrentarse a ella-. Esa estúpida de Fran insistió en que te habías ido cuando llamé el viernes por la tarde y al final la creí. Pero he estado pensando en ello durante todo el fin de semana y he llegado a la conclusión de que mi ____ no sería capaz de nada parecido.
Si ____ tenía alguna intención de disculparse, se desvaneció como el humo al advertir su tono arrogante y paternalista. Cerró la puerta bruscamente y se cruzó de brazos, intentando mantener su irritación bajo control.
-Pues el caso es que me he ido -lo informó cortante. Tuvo que morderse la lengua para no añadir que además se había acostado con un hombre que había resultado ser mucho mejor amante que él.
La culpa la consumió en el mismísimo instante en el que aquel pensamiento cobró forma en su cabeza. Lo primero de todo era ser honesta. Drake era un buen amante. Y era ella la que se había sentido diferente con Nick. Más relajada. Y, consecuentemente, con más facilidad para llegar al orgasmo.
-Acabo de volver -respondió, intentando no pensar en ello. Drake la recorrió de pies a cabeza con la mirada. -Sí, eso parece. ¿Y puedo preguntar de dónde? ¿O no decirme dónde has estado forma parte de mi castigo? ____ suspiró. -No estoy intentando castigarte, Drake. De verdad que no. Sólo necesitaba tiempo para pensar.
-Entonces dime adónde has ido.
-¿De verdad importa?
-Importa si quieres que volvamos a estar juntos.
____ se tensó.
-No me gustan los ultimátums.
-Y a mí no me gusta pasarme el día pendiente de ti. De si me amas o no me amas, de si me perdonas o no me perdonas. De si quieres que nuestra relación continúe o de si quieres dejarlo. Ya te pedí perdón por lo que ocurrió con esa chica. Y te he prometido que no volverá a ocurrir nunca más. Ahora te toca hablar a ti. Así que vuelvo a preguntártelo: ¿dónde has pasado este fin de semana?
Por un instante, ____ estuvo a punto de decirle que se fuera. Pero se acordó de lo triste y solitaria que era su vida sin él. Y, desde luego, no tenía ningún futuro con Nick. De hecho, estaba segura de que le estarla infinitamente agradecido por haberse marcho. Los hombres como él huían de los compromisos y las complicaciones. -He estado en una playa, cerca de Port Stephens -contestó-. Yo... me quedé en un motel -pensó que era preferible no comentar que se había alojado en casa de Nigel. A Drake no le gustaba nada Nigel. De hecho, despreciaba a todos aquellos que no eran heterosexuales.
-Ya entiendo -esbozó una de sus más encantadoras sonrisas-. ¿Sabes? Tu pelo me gusta más así. No sabía que lo tenías rizado -alargó la mano y le colocó un mechón de pelo tras la oreja-. Deberías llevarlo así los fines de semana. Estás muy sexy. Además no llevas sujetador, ¿verdad? -dijo, deslizando la mano derecha por debajo de la camiseta.
____ jadeó cuando le acarició el pezón, todavía endurecido por lo ocurrido la noche anterior. -Dios, te he echado de menos, ____ -gimió Drake, deslizando la otra mano por su cintura y mordisqueándole el cuello-. No hay nadie como tú -deslizó la boca por su cuello al tiempo que tomaba su seno con la mano y le acariciaba el pezón con el pulgar.
De la garganta de ___ escapó un gemido, pero la sensación era más de desagrado que de placer. Y cuando Drake buscó sus labios e intentó deslizar la lengua entre ellos, se apartó bruscamente.
-¡No! -gritó. -¿Qué pasa? -al principio Drake la miró estupefacto. Inmediatamente después, furioso-. ¿Pretendes seguir castigándome, ___? -No -contestó temblorosa, y sorprendida por su forma de reaccionar a las caricias de Drake-. Yo, simplemente no me apetece... Necesito tiempo. No puedo dejar de pensar en ti y en esa rubia -lo que era cierto el viernes, pero no en aquel momento. En quien no podía dejar de pensar ___ era en ella y en Ncik.
-¿Y crees que se te pasará pronto? -No lo sé. -Deja de fingir, ____. Hace un momento estabas disfrutando tanto como yo. Tu pezón está duro como una roca.
____ no tuvo valor para decirle la verdad. Para explicarle que no era él el que la excitaba.
-Te amo, ____. Y te deseo. No me hagas esperar mucho.
-¿Es una amenaza?
-No, es un hecho. Cuando un hombre ama a una mujer como yo te amo a ti, desea hacer el amor con ella. ____ lo miró fijamente. Tenía razón, por supuesto. Pero entonces, ¿por qué a ella ya no le apetecía hacer el amor con él? Si lo amara, le apetecería.
Quizá se sintiera culpable. Y, quizá con el tiempo, todo volvería a ser como antes.
Drake la miró con expresión beligerante, pero sus ojos no tardaron en suavizarse.
-Mira, soy consciente de que te he hecho daño. Y mucho. Y sí, puedo entender que necesites tiempo para perdonarme y olvidar. ¿Qué te parecería que te dejara en paz esta semana, para darte tiempo para superarlo?
-Me encantaría. -Pero el sábado por la noche celebro una de mis fiestas y me encantaría que fueras la anfitriona, como has hecho en otras ocasiones. No quiero tener que explicarles a mis clientes y colegas la ausencia de mi novia. ¿Harías eso por mí?
-Por supuesto -no se le ocurría ninguna razón para negarse. -Eres un encanto. ¿Me ayudarás a organizarlo todo? Ya sabes que trabajo los sábados. Es el día de la semana que más ocupado estoy, de hecho. -Si quieres... -¡Que si quiero! Sin ti estaría completamente perdido. Eres una organizadora maravillosa. Y, para entonces, espero que te sientas bien a mi lado. -A lo mejor... -Te prometo que no te presionaré. Al darse cuenta del esfuerzo que estaba haciendo Drake por adaptarse a las circunstancias y por ser comprensivo, no pudo evitar sentirse culpable. -Siento estar poniéndote las cosas tan difíciles -No pasa nada, cariño. Te comprendo. La culpa ha sido mía. ___ deseó que dejara de decir ese tipo de cosas. La hacía sentirse despreciable. Si algún día Drake averiguaba lo que había hecho, se moriría. Afortunadamente, había muy pocas posibilidades de que lo descubriera. Ella no tenía intención de confesarlo y las probabilidades de encontrarse con Nick en Sydney eran mínimas. E, incluso en el caso de que se diera esa fatal coincidencia, dudaba que Nick pudiera montarle una escena, como había hecho la rubia de Drake. Ese no era su estilo.
Drake sacó la cartera y contó quinientos dólares.
-Toma, para que te compres un vestido para la fiesta.
-Oh, no, no puedo aceptarlo -protestó, sacudiendo la cabeza.
-¿Por qué no? -parecía sinceramente perplejo. Y tenía razón para estarlo. No era la primera vez que le compraba ropa y ella nunca había protestado. -Bueno, yo... -No seas tonta -le puso el dinero en la mano-. Pero asegúrate de que sea discreto. No quiero tener a todos esos ligones a los que les vendo apartamentos intentando seducirte. Y no lo digo porque crea que tú puedes prestarles alguna atención. Eso es lo que más valoro de ti, querida. Tus fuertes principios. Confiaría en ti en cualquier situación. Y ahora, cuando me vaya, intenta descansar. Pareces cansada. El sábado te llamaré, ¿de acuerdo?
-Sí, supongo que sí -contestó con un hilo de voz. -Magnífico. Cuídate y no trabajes mucho esta semana -se inclinó para darle un beso en la mejilla y se marchó.
Cuando cerró la puerta tras él, a ____ se le llenaron los ojos de lágrimas.
«Confiaría en ti en cualquier situación». Pobre Drake. Si él supiera...
seguire acomodando :)
Capitulo 8
Nick se despertó sobresaltado y con la sensación de que algo no andaba bien. Dio media vuelta en la cama y comprendió inmediatamente lo que era: el otro lado estaba vacío. ____ no estaba allí. -¿____? -llamó, con la vana esperanza de que estuviera en el baño. O en la cocina quizá-. ¿Estás aquí?
No hubo respuesta. No se oía nada, salvo los gritos de las gaviotas.
Apartó las sábanas, saltó de la cama y corrió hacia la ventana, desde la que podía ver la casa
de Nigel y la carretera.
El coche de ____ no estaba. ____ se había marchado.
Soltó un juramento.
____ había huido. Había vuelto a Sydney. Había vuelto con aquel amante que no la amaba. A la
vida que le estaba causando tanta tristeza.
Volvió a maldecir.
La noche anterior ____ no estaba triste. Estaba en la gloria.
Y también él. Nunca había conocido a una mujer como ____. Había estado tan... no encontraba palabras para describirlo. O para describir lo que era hacer el amor con ella. Lo único que sabía era que jamás en su vida había experimentado nada parecido.
Y que una noche no era suficiente. Pero tendría que serlo, ¿no? ___ había tomado la decisión de abandonar lo que habían compartido. De modo que seguirla era completamente ridículo. Pero eso era lo que le apetecía hacer. -No seas tan estúpidamente romántico -se dijo a sí mismo mientras volvía a la cama-. Ya llevas mucho tiempo sin salir con nadie, así que agradece este pequeño favor y olvídala. Pero olvidar a ___ no era fácil en absoluto, sobre todo cuando las sábanas conservaban el olor de su cuerpo. Al final, se vio obligado a levantarse y a intentar eliminar de la habitación aquel olor almizcleño.
Pero no sirvió de nada cambiar las sábanas. ____ continuaba allí, en su mente. Al final, decidió salir de casa e intentar entrar en razón con el frío y la lógica. -¡No seas ridículo! Tú no has sido nada especial para ____. Sólo se ha acostado contigo siguiendo un impulso. Se sentía sola y carente de amor y has aparecido tú, dispuesto a darle un poco de lo que más necesitaba. Bueno, una buena cantidad de lo que necesitaba. Pero eso no significa nada. Sé realista. Para ella, esto sólo ha sido una aventura de una noche. Así que lo mejor que puedes hacer es olvidarla.
Pero a pesar de todo, sus recuerdos lo empujaban de nuevo hacia lo que había ocurrido aquella noche, a todo lo que había transpirado entre ellos. Nick nunca había hecho tantas veces el amor en una sola noche. Simplemente, parecía no tener nunca suficiente de ella. Nunca había conocido a una joven con tanta capacidad de respuesta y, al mismo tiempo tan sorprendida por ella. Eso era lo que más lo había conmovido. La expresión de su mirada cuando la tocaba. O sus gemidos cuando se hundía en ella.
Aquellos sonidos eran adictivos. Quería escucharlos una y otra vez. Y también sus jadeos iniciales de sorpresa. Y los suaves gemidos de placer. Pero, sobre todo, quería volver a oírle gritar su nombre.
El ego de Nick se había visto seriamente halagado por la intensidad y la frecuencia de los orgasmos de ___. ¿Estaría engañándose a sí mismo al pensar que ella no podría haber sentido tanto placer con otro hombre? ¿O al decirse que él no podría experimentar nada parecido con otra mujer? El sentido común insistía en responder afirmativamente a ambas preguntas. Si ___ se hubiera sentido especialmente atraída por él aquella noche, se habría quedado. No habría vuelto tan rápidamente a Sydney.
En cuanto a él... Había disfrutado del sexo a lo largo de su vida, y con diferentes mujeres. Probablemente, la única razón por la que la noche con ___ le había parecido tan especial era que llevaba seis meses de celibato.
Tenía que poner lo que había pasado entre ellos en su contexto. Habían sido como dos barcos cruzándose en la noche. Por alguna razón, ____ había necesitado un hombre y él, obviamente, necesitaba una mujer. No había habido otra conexión entre ellos. Había sido un encuentro puramente sexual.
Pero entonces... ¿por qué había salido huyendo ____? Si hubiera sido sólo un encuentro sexual, ¿no se habría quedado durante todo el fin de semana para continuar disfrutando?
Estuvo pensando en ello durante el resto del día.
Eran sólo las diez de la mañana cuando ___ llegó a su apartamento.
Mel salió inmediatamente de su dormitorio, vestida con su pijama favorito; un modelo de seda azul. -Dijiste que ibas a venir temprano -comentó, apartándose un mechón de pelo de la cara-. Pero no imaginaba que tanto. No, no tienes que preocuparte. Ron no está aquí. Ayer no lo dejé quedarse y se enfadó. ¿Quieres un café?
____ consiguió sonreír. -Me encantaría. -Pareces cansada. ¿No has dormido o has tenido problemas al conducir? -Las dos cosas -no pensaba contarle a Mel lo que había pasado con Nick bajo ningún concepto. Y no porque Mel pudiera escandalizarse. Sin duda alguna, se mostraría absolutamente comprensiva con ella, pero también querría oír cada detalle de aquella sórdida historia. Y ____ no quena revivir la que había sido la noche más vergonzosa de su vida. El único aspecto positivo de su desagradable conducta era que por fin había comprendido lo que Drake quería decir cuando hablaba de los encuentros puramente sexuales.
-¿Entonces qué has decidido hacer sobre Drake? -le preguntó Mel, mientras preparaba una taza de café.
-Voy a perdonarlo. Si es que él me perdona...
-¿Si te perdona qué?
Acudieron a la mente de ____ algunas imágenes de lo ocurrido durante la noche y tuvo que hacer un serio esfuerzo para no ruborizarse. -Por haberme ido sin decirle adónde, por supuesto -contestó-. ¿No ha llamado todavía? ¿Ni siquiera a venido a buscarme?
-No ha dado señales de vida.
-Me pregunto si me llamaría el viernes por la tarde al trabajo. Llamaré a Fran más tarde para
averiguarlo. Y dime: ¿qué es eso de que no has dejado que Ron se quedara a dormir? -le preguntó, cambiando hábilmente de tema-. Eso no es propio de ti. Me¡ hizo una mueca. -Oh, anoche comenzó a ponerse celoso y posesivo y ya sabes que eso es algo que no aguanto. Al final, consiguió enfadarme y no me apetecía dormir con él.
-¿Y no será que estás buscando una excusa para romper con él?
-¿Por qué diablos dices eso?
-Porque todavía me acuerdo de ese otro chico -respondió ___ secamente-. Ese rico por el que
no te sentías atraída. Mel pestañeó y soltó una carcajada. -¿Sabes? Podrías tener razón. He estado pensando en ese tipo arrogante durante este fin de semana. Pero no lo había relacionado con mis sentimientos hacia Ron. -Sé sincera, Mel. Me dijiste que en cuanto comenzabas a fijarte en un hombre nuevo, el antiguo se convertía en agua pasada. -Sí, tienes razón. Es difícil hacer el amor con un hombre cuando estás pensando en otro. La mente de ____ voló inmediatamente hacia Nick. ¿Durante cuánto tiempo continuaría pensando en él? ¿Cuánto tiempo sería necesario para borrar aquellos increíbles recuerdos? Toda una eternidad, asumió. Una noche como aquella era imposible de olvidar. Pero sólo había sido sexo. El tipo de sexo del que Nick disfrutaba cada vez que lo necesitaba. ___ no iba a dejarse engañar. Sabía exactamente la clase de hombre que era Nick. Un ligón de playa. Un surfista. Un hombre sin aspiraciones. Un hombre sin mayores ambiciones que disfrutar de cada día. No tenía sólidos planes de futuro, llevaba una vida sin responsabilidades ni compromisos. Evidentemente, no tenían ninguna relación formal. Probablemente, se limitaba a acostarse con una chica cuando se sentía excitado. Sí, podría haber pasado una buena temporada desde la última vez que había tenido relaciones sexuales, pero tenía un buen número de preservativos preparados.
Y esa era la razón por la que, cuando se había despertado en sus brazos aquella mañana, ____ se había obligado a levantarse y a marcharse de allí. Dudaba que Nick se hubiera enfadado al descubrir que se había ido. Al fin y al cabo, aquella noche tenía que haber quedado completamente satisfecho. Francamente, ____ ni siquiera sabía que un hombre pudiera hacer tantas veces el amor en una sola noche. O que hubiera tantas posturas posibles sin salir de la cama. Como cuando la había hecho ponerse de lado y...
-¡Despierta, ____! -dijo Mei-. Aquí está tu café -y colocó una taza de café humeante sobre el mostrador. -Gracias -consiguió decir ___. Maldito Nick. ¿Por qué habría tenido que ser un amante tan magnífico? Al menos era una suerte que viviera en Hideaway Beach y estuviera fuera de su alcance. Sólo el Cielo sabía lo que podría hacer si viviera en Sydney.
Alzó la taza y comenzó a beber.
Sonó. el timbre de la puerta principal y _____ alzó bruscamente la cabeza.
-¿Estás esperando a alguien? -le preguntó a Mel.
-No, y no estoy vestida, así que será mejor que abras tú. Si es Ron, dile que me he ido a pasar el día a mi casa. Es suficientemente estúpido como para creerse cualquier cosa -y se dirigió hacia su dormitorio, llevándose con ella una taza de café.
A ____ comenzó a latirle violentamente el corazón mientras se acercaba a la puerta. La lógica insistía en que no podía ser Nick. Por una parte, no tenía la menor idea de dónde vivía. Ni siquiera sabía su apellido.
Pero, perversamente, le habría encantado que fuera él. Contuvo la respiración mientras abría la puerta. No era Nick. Era Drake. Se quedó mirándolo fijamente durante un largo momento, pensando que, físicamente al menos, no tenía ni punto de comparación con Nick, a pesar de su indumentaria perfecta. Cuando Drake fijó en ella la mirada, ___ se acordó de repente de que no se había maquillado y tenía el pelo hecho un desastre. Lo único que había hecho nada más levantarse había sido ducharse y ponerse unos pantalones cortos y una camiseta.
-Así que no me equivocaba -dijo Drake, entrando en el apartamento-. No has ido a pasar el fin de semana a ningún rincón secreto -dio media vuelta para enfrentarse a ella-. Esa estúpida de Fran insistió en que te habías ido cuando llamé el viernes por la tarde y al final la creí. Pero he estado pensando en ello durante todo el fin de semana y he llegado a la conclusión de que mi ____ no sería capaz de nada parecido.
Si ____ tenía alguna intención de disculparse, se desvaneció como el humo al advertir su tono arrogante y paternalista. Cerró la puerta bruscamente y se cruzó de brazos, intentando mantener su irritación bajo control.
-Pues el caso es que me he ido -lo informó cortante. Tuvo que morderse la lengua para no añadir que además se había acostado con un hombre que había resultado ser mucho mejor amante que él.
La culpa la consumió en el mismísimo instante en el que aquel pensamiento cobró forma en su cabeza. Lo primero de todo era ser honesta. Drake era un buen amante. Y era ella la que se había sentido diferente con Nick. Más relajada. Y, consecuentemente, con más facilidad para llegar al orgasmo.
-Acabo de volver -respondió, intentando no pensar en ello. Drake la recorrió de pies a cabeza con la mirada. -Sí, eso parece. ¿Y puedo preguntar de dónde? ¿O no decirme dónde has estado forma parte de mi castigo? ____ suspiró. -No estoy intentando castigarte, Drake. De verdad que no. Sólo necesitaba tiempo para pensar.
-Entonces dime adónde has ido.
-¿De verdad importa?
-Importa si quieres que volvamos a estar juntos.
____ se tensó.
-No me gustan los ultimátums.
-Y a mí no me gusta pasarme el día pendiente de ti. De si me amas o no me amas, de si me perdonas o no me perdonas. De si quieres que nuestra relación continúe o de si quieres dejarlo. Ya te pedí perdón por lo que ocurrió con esa chica. Y te he prometido que no volverá a ocurrir nunca más. Ahora te toca hablar a ti. Así que vuelvo a preguntártelo: ¿dónde has pasado este fin de semana?
Por un instante, ____ estuvo a punto de decirle que se fuera. Pero se acordó de lo triste y solitaria que era su vida sin él. Y, desde luego, no tenía ningún futuro con Nick. De hecho, estaba segura de que le estarla infinitamente agradecido por haberse marcho. Los hombres como él huían de los compromisos y las complicaciones. -He estado en una playa, cerca de Port Stephens -contestó-. Yo... me quedé en un motel -pensó que era preferible no comentar que se había alojado en casa de Nigel. A Drake no le gustaba nada Nigel. De hecho, despreciaba a todos aquellos que no eran heterosexuales.
-Ya entiendo -esbozó una de sus más encantadoras sonrisas-. ¿Sabes? Tu pelo me gusta más así. No sabía que lo tenías rizado -alargó la mano y le colocó un mechón de pelo tras la oreja-. Deberías llevarlo así los fines de semana. Estás muy sexy. Además no llevas sujetador, ¿verdad? -dijo, deslizando la mano derecha por debajo de la camiseta.
____ jadeó cuando le acarició el pezón, todavía endurecido por lo ocurrido la noche anterior. -Dios, te he echado de menos, ____ -gimió Drake, deslizando la otra mano por su cintura y mordisqueándole el cuello-. No hay nadie como tú -deslizó la boca por su cuello al tiempo que tomaba su seno con la mano y le acariciaba el pezón con el pulgar.
De la garganta de ___ escapó un gemido, pero la sensación era más de desagrado que de placer. Y cuando Drake buscó sus labios e intentó deslizar la lengua entre ellos, se apartó bruscamente.
-¡No! -gritó. -¿Qué pasa? -al principio Drake la miró estupefacto. Inmediatamente después, furioso-. ¿Pretendes seguir castigándome, ___? -No -contestó temblorosa, y sorprendida por su forma de reaccionar a las caricias de Drake-. Yo, simplemente no me apetece... Necesito tiempo. No puedo dejar de pensar en ti y en esa rubia -lo que era cierto el viernes, pero no en aquel momento. En quien no podía dejar de pensar ___ era en ella y en Ncik.
-¿Y crees que se te pasará pronto? -No lo sé. -Deja de fingir, ____. Hace un momento estabas disfrutando tanto como yo. Tu pezón está duro como una roca.
____ no tuvo valor para decirle la verdad. Para explicarle que no era él el que la excitaba.
-Te amo, ____. Y te deseo. No me hagas esperar mucho.
-¿Es una amenaza?
-No, es un hecho. Cuando un hombre ama a una mujer como yo te amo a ti, desea hacer el amor con ella. ____ lo miró fijamente. Tenía razón, por supuesto. Pero entonces, ¿por qué a ella ya no le apetecía hacer el amor con él? Si lo amara, le apetecería.
Quizá se sintiera culpable. Y, quizá con el tiempo, todo volvería a ser como antes.
Drake la miró con expresión beligerante, pero sus ojos no tardaron en suavizarse.
-Mira, soy consciente de que te he hecho daño. Y mucho. Y sí, puedo entender que necesites tiempo para perdonarme y olvidar. ¿Qué te parecería que te dejara en paz esta semana, para darte tiempo para superarlo?
-Me encantaría. -Pero el sábado por la noche celebro una de mis fiestas y me encantaría que fueras la anfitriona, como has hecho en otras ocasiones. No quiero tener que explicarles a mis clientes y colegas la ausencia de mi novia. ¿Harías eso por mí?
-Por supuesto -no se le ocurría ninguna razón para negarse. -Eres un encanto. ¿Me ayudarás a organizarlo todo? Ya sabes que trabajo los sábados. Es el día de la semana que más ocupado estoy, de hecho. -Si quieres... -¡Que si quiero! Sin ti estaría completamente perdido. Eres una organizadora maravillosa. Y, para entonces, espero que te sientas bien a mi lado. -A lo mejor... -Te prometo que no te presionaré. Al darse cuenta del esfuerzo que estaba haciendo Drake por adaptarse a las circunstancias y por ser comprensivo, no pudo evitar sentirse culpable. -Siento estar poniéndote las cosas tan difíciles -No pasa nada, cariño. Te comprendo. La culpa ha sido mía. ___ deseó que dejara de decir ese tipo de cosas. La hacía sentirse despreciable. Si algún día Drake averiguaba lo que había hecho, se moriría. Afortunadamente, había muy pocas posibilidades de que lo descubriera. Ella no tenía intención de confesarlo y las probabilidades de encontrarse con Nick en Sydney eran mínimas. E, incluso en el caso de que se diera esa fatal coincidencia, dudaba que Nick pudiera montarle una escena, como había hecho la rubia de Drake. Ese no era su estilo.
Drake sacó la cartera y contó quinientos dólares.
-Toma, para que te compres un vestido para la fiesta.
-Oh, no, no puedo aceptarlo -protestó, sacudiendo la cabeza.
-¿Por qué no? -parecía sinceramente perplejo. Y tenía razón para estarlo. No era la primera vez que le compraba ropa y ella nunca había protestado. -Bueno, yo... -No seas tonta -le puso el dinero en la mano-. Pero asegúrate de que sea discreto. No quiero tener a todos esos ligones a los que les vendo apartamentos intentando seducirte. Y no lo digo porque crea que tú puedes prestarles alguna atención. Eso es lo que más valoro de ti, querida. Tus fuertes principios. Confiaría en ti en cualquier situación. Y ahora, cuando me vaya, intenta descansar. Pareces cansada. El sábado te llamaré, ¿de acuerdo?
-Sí, supongo que sí -contestó con un hilo de voz. -Magnífico. Cuídate y no trabajes mucho esta semana -se inclinó para darle un beso en la mejilla y se marchó.
Cuando cerró la puerta tras él, a ____ se le llenaron los ojos de lágrimas.
«Confiaría en ti en cualquier situación». Pobre Drake. Si él supiera...
seguire acomodando :)
♥..:Tiff:..♥
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
SIGUEEEEEEEEEEE!!!
Y a mi no me gusta este Drake!! ¬¬
SIGUELAAAAAA MI TIFF!!! ¬¬
Y a mi no me gusta este Drake!! ¬¬
SIGUELAAAAAA MI TIFF!!! ¬¬
LittleVickJ♥
Re: "Camino al Amor" (Nick y tu)
Capitulo 9
Nick marcó el único número de teléfono que se sabía de memoria y esperó a que su madre contestara. -Kristy Jonas -su voz suave y cantarina sonaba ligeramente somnolienta, como si acabara de levantarse de la cama. Pero teniendo en cuenta que sólo eran las ocho y cuarto de la tarde, Nick no creía que estuviera durmiendo. Sonrió mientras se preguntaba quién sería su último amante y si sabría ya que no tenía la menor oportunidad de casarse con ella. Su madre no era una mujer hecha para el matrimonio.
De la misma forma que él tampoco era un hombre hecho para el matrimonio. Quizá se tratara de una cuestión genética.
-Hola, ¿cómo está mi chica preferida?
-¡Nick! -exclamó-. No sabes cuánto me alegro de oír tu voz. Estaba pensando en ti.
-¿En qué sentido?
-Pues si quieres saber la verdad, me estaba preguntando si habrías renunciado ya a esa tontería del celibato y habrías vuelto a la normalidad.
-Bueno, la verdad mamá es que...
-¡No me lo digas! . ¡Por fin! ¿Y se puede saber quién es ella?
-Sólo una chica.
-¡Sólo una chica! Pero tiene que tener algo especial para haberte sacado de tu autoimpuesto celibato. La última vez que hablé contigo, seguías sin querer saber nada de mujeres. Decías que la vida era mucho mejor sin ellas.
-Sí, y tenía razón -replicó, cediendo a la cólera que había estado bullendo en su interior durante todo el día.
-Oh, cariño, pareces enfadado. ¿Qué te ha pasado, cielo?
-No quiero hablar de ello.
-Claro que quieres hablar. Por eso me has llamado. Espera un segundo. Voy a buscar una copade vino.
Nick esperó un par de minutos, mientras su madre iba a buscar uno de sus consuelos favoritos. Sonrió ligeramente al pensar en lo poco que había tardado su madre en averiguar los motivos de su llamada. Era una mujer muy astuta, sobre todo en lo concerniente a su hijo. Porque, evidentemente, la había llamado para hablarle de ____. Aunque no le gustara admitirlo. Tenía veintiocho años, debería saber actuar por sí sólo.
-Ya estoy -anunció su madre-. Y ahora, no seas tan típicamente masculino. Quiero saber toda la verdad, no la versión editada por tu ego. Nick suspiró. Quizá aquello no hubiera sido una buena idea. Pero ya era demasiado tarde para arrepentimientos. De modo que le contó toda la verdad sobre lo ocurrido.
-Mmm -fue el comentario inicial de su madre.
-¿Eso es todo lo que tienes que decir?
-Déjame un poco de tiempo, cariño. Estoy pensando e intentando recordar lo que podría haber sentido yo a la edad de ____. ¿Cuartos años dices que tiene? -No tengo ni idea. Cuando la vi el viernes por la tarde, pensé que andaría cerca de los treinta, pero después, al verla sin maquillaje, habría dicho que dieciocho. Supongo que tendrá unos veinticinco más o menos.
-Es de Sydney y tiene novio. Porque espero que no esté casada.
-___ no habría hecho nada si estuviera casada.
-Pareces muy seguro de ello.
-Y lo estoy.
-Mmm.
Nick estaba convencido de que aquel «mmm» en particular tenía un claro significado, y le habría encantado saber cuál era. -En cualquier caso -continuó su madre-, tiene un amante que le está causando problemas. Quizá el hombre en cuestión sea su jefe. ¿En qué trabaja? -No tengo la menor idea, pero a juzgar por el aspecto que tenía el viernes, no trabaja en una fábrica. Tengo la impresión de que trabaja en una oficina.
-¿Y ella sabe a qué te dedicas tú?
-No, creo que no.
-¿No te ha reconocido?
-No.
-Y tú tampoco le has dicho quién eres.
-No.
-Oh, Nick, Nick. Yo pensaba que te había enseñado a ser sincero. Especialmente con las mujeres. -Y solía serlo. ¿Pero sabes adónde me ha llevado la sinceridad, mamá? A los tribunales y a las portadas de los periódicos. -Mintiendo no se consigue nada -repuso su madre con firmeza. -Eso no es verdad -la contradijo-. Marcie consiguió un apartamento de un millón de dólares, un coche deportivo y doscientos mil dólares en efectivo.
-Lo material no cuenta si pierdes el alma, hijo.
Nick elevó los ojos al cielo. Su madre siempre hablaba sobre almas y ese tipo de cosas. Pero
no era una mujer religiosa en el sentido convencional de la palabra. En realidad, Kristy Jonas no tenía absolutamente nada de convencional.
-Bueno, quizá yo ya haya perdido la mía.
-No seas ridículo. Tú tienes un alma maravillosa. Lo sé. Te la di yo.
Su madre tampoco tenía un ápice de modestia.
-Pero volvamos a ____ -insistió Kristy-. ¿Crees que podría ser tu verdadero amor?
Nick volvió a elevar los ojos al cielo. ¡Él no creía en nada parecido!
-¿Y ahora quién está siendo ridículo, mamá? Apenas conozco a esa chica.
-Yo sólo conocí a tu padre una semana y él ha sido mi verdadero amor. Me enamoré de él en cuanto lo vi y no ha habido nadie igual desde entonces. Durante años, ni siquiera soporté la idea de estar con otro hombre.
Nick ahogo un gemido. Había oído incontables veces la historia sobre aquel hombre maravilloso al que había conocido en una fiesta cuando sólo tenía dieciséis años. Sabía que se había enamorado locamente de él, que se había quedado embarazada esa misma noche y que una semana después él había sido trágicamente atropellado por un camión. Él iba en una motocicleta. Y conduciendo a gran velocidad, por supuesto.
¡Qué héroe! Menudo idiota. -Sí, mamá. Pero dudo que mi padre sintiera lo mismo por ti. Seguramente él sólo buscaba sexo. Y tú misma me explicaste cuando era un adolescente que el sexo y el amor eran cosas completamente diferentes y que no debería confundirlas.
-¿Entonces por qué las confundes? Si tan seguro estás de que sólo era sexo, olvídate de ella.
-No puedo -admitió.
-Ya entiendo.
-Si de verdad lo entiendes, entonces dime qué tengo que hacer.
-Ya sabes lo que deberías hacer, Ncik. Lo único que quieres es que te empuje en la dirección
correcta. -¿Y se puede saber qué significa eso? -Significa que deberías ir a buscarla y asegurarte de lo que sientes. De otra forma, vivirás siempre con la duda. -Ya te lo he dicho, mamá. Estoy completamente seguro de que sólo ha sido sexo. Admito que ha sido la mejor noche de mi vida, pero supongo que porque hacía mucho tiempo que no me acostaba con nadie. ¿Tú que crees? ¿Te parece que puede ser esa la razón?
-Es posible. Pero no puedes hablar por ella, ¿verdad? -No, supongo que no. -Mira, lo mejor que puedes hacer es llamar a tu amigo el abogado y averiguar quién es esa chica y quién es su novio.
-Sí, supongo que eso no me hará ningún daño.
-Ningún daño en absoluto. Y tenme informada.
-Lo haré -teniendo algo que hacer, Nick se sintió inmediatamente mejor-. Gracias mamá. Eres la mejor. -Procura no olvidarlo. Nick colgó el teléfono, abrió el cajón en el que guardaba la agenda y buscó el teléfono de Nigel. Prácticamente acababa de marcar su número, cuando este contestó. -¡Cómo te atreves a llamarme otra vez! -se oyó a Nigel al otro lado de la línea-. Te he dicho que no y no hay nada más que decir. No te perdonaré, aunque te pongas de rodillas y vengas a suplicármelo. Mira, Jeremy...
-No soy Jeremy -lo interrumpió Nick antes de que Nigel empezara a explicar los motivos por los que no podía perdonar a Jeremy-. Soy Nick. Nick. -Oh, Nick. Oh... eh... Bien -se aclaró la garganta-. Lo siento. He tenido una discusión con Jeremy y no deja llamarme. -Ya me lo he imaginado. Mira, necesito que me ayudes con cierto asunto...
Nigel tuvo que esperar al lunes por la mañana para reunir toda la información que Nick le había solicitado. En cuanto la tuvo en sus manos, lo llamó. -No has tenido suerte -le comunicó-. Ha vuelto con Drake. Y es una pena. No soporto a ese estúpido. Nick se sintió como si acabaran de darle un puñetazo en el estómago. Así que había perdonado el engaño de su novio. Y había vuelto corriendo a sus brazos después de la noche que había pasado con él.
Cuando Nigel le había revelado las circunstancias que habían llevado a ___ a pasar un fin de semana en la playa, Nick había confiado en que ella no quisiera volver con un hombre que la había engañado.
-¿Cómo lo sabes, Nigel? -le preguntó con el ceño fruncido-. ¿Ha sido ella la que te lo ha dicho? No se lo habrás preguntado directamente, ¿verdad? Te pedí que no me mencionaras. -¿Me crees capaz de hacer una cosa así? -parecía ofendido-. ¿Yo? ¿La discreción y el tacto en persona? ¿La estrella de la abogacía? Además, ____ y yo no nos conocemos tanto como para que pueda hacerle una pregunta de esa naturaleza. En cualquier caso, todo lo que sé sobre esto lo he averiguado a través de Fran, además de haberlo deducido por la docena de rosas rojas que había sobre el escritorio de ____ esta mañana, acompañadas por una nota que decía: «para la más dulce y comprensiva de los mujeres. Con todo mi amor. Drake».
A Nick se le tensó el estómago. Ya no cabía ninguna duda sobre la situación. Entonces, ¿qué había sido él para ___? ¿Una venganza?, se preguntó enfadado. Quizá fuera esa la razón por la que a ___ le sorprendía estar disfrutando tanto. No se lo esperaba. Ella se había acostado con él por venganza, no por placer. Era extraño... si tanto amaba a Drake.
A Nick se le ocurrió otra explicación. A lo mejor no amaba a su novio. Quizá se estuviera mintiendo a sí misma. A lo mejor sólo iba detrás de su dinero. Lo que también explicaría por qué había disfrutado tanto con él la noche anterior y, a pesar de todo, había vuelto con su novio.
Nick estuvo valorando ambas posibilidades. Él no quería saber nada de una mujer que lo único que quería de un hombre era su dinero. Pero en cuanto pensaba en ello, recordaba lo que había ocurrido la noche anterior. ____ había demostrado con creces que deseaba algo más de él que su dinero. Había deseado su cuerpo una y otra vez. Fueran cuales fueran las razones que la habían llevado a hacer el amor con él, el auténtico deseo no había tardado en aparecer.
-¿Es muy rico ese Drake? -le preguntó a Nigel. -No puedo decírtelo exactamente. Desde luego, es un gran vendedor. Se dedica a vender apartamentos del centro de la ciudad, de esos con vistas al puerto. Fran le compró uno; quizá ella sepa algo más de él. Su nivel de vida es bastante alto. Es propietario de un apartamento en
el mismo edificio que Fran. Pero dudo que financieramente pueda competir contigo.
-Mmm.
-Siempre me preocupo cuando te oigo decir «mmm».
Nick soltó una carcajada.
-¿Has averiguado para qué inmobiliaria trabaja?
-Para North Sydney.
-¿Tienes el número de teléfono?
-¿Qué pretendes hacer exactamente, Nick?
-Eso depende.
-¿De qué?
-De cómo me sienta al final de esta semana.
Mas tarde sigo :D
Nick marcó el único número de teléfono que se sabía de memoria y esperó a que su madre contestara. -Kristy Jonas -su voz suave y cantarina sonaba ligeramente somnolienta, como si acabara de levantarse de la cama. Pero teniendo en cuenta que sólo eran las ocho y cuarto de la tarde, Nick no creía que estuviera durmiendo. Sonrió mientras se preguntaba quién sería su último amante y si sabría ya que no tenía la menor oportunidad de casarse con ella. Su madre no era una mujer hecha para el matrimonio.
De la misma forma que él tampoco era un hombre hecho para el matrimonio. Quizá se tratara de una cuestión genética.
-Hola, ¿cómo está mi chica preferida?
-¡Nick! -exclamó-. No sabes cuánto me alegro de oír tu voz. Estaba pensando en ti.
-¿En qué sentido?
-Pues si quieres saber la verdad, me estaba preguntando si habrías renunciado ya a esa tontería del celibato y habrías vuelto a la normalidad.
-Bueno, la verdad mamá es que...
-¡No me lo digas! . ¡Por fin! ¿Y se puede saber quién es ella?
-Sólo una chica.
-¡Sólo una chica! Pero tiene que tener algo especial para haberte sacado de tu autoimpuesto celibato. La última vez que hablé contigo, seguías sin querer saber nada de mujeres. Decías que la vida era mucho mejor sin ellas.
-Sí, y tenía razón -replicó, cediendo a la cólera que había estado bullendo en su interior durante todo el día.
-Oh, cariño, pareces enfadado. ¿Qué te ha pasado, cielo?
-No quiero hablar de ello.
-Claro que quieres hablar. Por eso me has llamado. Espera un segundo. Voy a buscar una copade vino.
Nick esperó un par de minutos, mientras su madre iba a buscar uno de sus consuelos favoritos. Sonrió ligeramente al pensar en lo poco que había tardado su madre en averiguar los motivos de su llamada. Era una mujer muy astuta, sobre todo en lo concerniente a su hijo. Porque, evidentemente, la había llamado para hablarle de ____. Aunque no le gustara admitirlo. Tenía veintiocho años, debería saber actuar por sí sólo.
-Ya estoy -anunció su madre-. Y ahora, no seas tan típicamente masculino. Quiero saber toda la verdad, no la versión editada por tu ego. Nick suspiró. Quizá aquello no hubiera sido una buena idea. Pero ya era demasiado tarde para arrepentimientos. De modo que le contó toda la verdad sobre lo ocurrido.
-Mmm -fue el comentario inicial de su madre.
-¿Eso es todo lo que tienes que decir?
-Déjame un poco de tiempo, cariño. Estoy pensando e intentando recordar lo que podría haber sentido yo a la edad de ____. ¿Cuartos años dices que tiene? -No tengo ni idea. Cuando la vi el viernes por la tarde, pensé que andaría cerca de los treinta, pero después, al verla sin maquillaje, habría dicho que dieciocho. Supongo que tendrá unos veinticinco más o menos.
-Es de Sydney y tiene novio. Porque espero que no esté casada.
-___ no habría hecho nada si estuviera casada.
-Pareces muy seguro de ello.
-Y lo estoy.
-Mmm.
Nick estaba convencido de que aquel «mmm» en particular tenía un claro significado, y le habría encantado saber cuál era. -En cualquier caso -continuó su madre-, tiene un amante que le está causando problemas. Quizá el hombre en cuestión sea su jefe. ¿En qué trabaja? -No tengo la menor idea, pero a juzgar por el aspecto que tenía el viernes, no trabaja en una fábrica. Tengo la impresión de que trabaja en una oficina.
-¿Y ella sabe a qué te dedicas tú?
-No, creo que no.
-¿No te ha reconocido?
-No.
-Y tú tampoco le has dicho quién eres.
-No.
-Oh, Nick, Nick. Yo pensaba que te había enseñado a ser sincero. Especialmente con las mujeres. -Y solía serlo. ¿Pero sabes adónde me ha llevado la sinceridad, mamá? A los tribunales y a las portadas de los periódicos. -Mintiendo no se consigue nada -repuso su madre con firmeza. -Eso no es verdad -la contradijo-. Marcie consiguió un apartamento de un millón de dólares, un coche deportivo y doscientos mil dólares en efectivo.
-Lo material no cuenta si pierdes el alma, hijo.
Nick elevó los ojos al cielo. Su madre siempre hablaba sobre almas y ese tipo de cosas. Pero
no era una mujer religiosa en el sentido convencional de la palabra. En realidad, Kristy Jonas no tenía absolutamente nada de convencional.
-Bueno, quizá yo ya haya perdido la mía.
-No seas ridículo. Tú tienes un alma maravillosa. Lo sé. Te la di yo.
Su madre tampoco tenía un ápice de modestia.
-Pero volvamos a ____ -insistió Kristy-. ¿Crees que podría ser tu verdadero amor?
Nick volvió a elevar los ojos al cielo. ¡Él no creía en nada parecido!
-¿Y ahora quién está siendo ridículo, mamá? Apenas conozco a esa chica.
-Yo sólo conocí a tu padre una semana y él ha sido mi verdadero amor. Me enamoré de él en cuanto lo vi y no ha habido nadie igual desde entonces. Durante años, ni siquiera soporté la idea de estar con otro hombre.
Nick ahogo un gemido. Había oído incontables veces la historia sobre aquel hombre maravilloso al que había conocido en una fiesta cuando sólo tenía dieciséis años. Sabía que se había enamorado locamente de él, que se había quedado embarazada esa misma noche y que una semana después él había sido trágicamente atropellado por un camión. Él iba en una motocicleta. Y conduciendo a gran velocidad, por supuesto.
¡Qué héroe! Menudo idiota. -Sí, mamá. Pero dudo que mi padre sintiera lo mismo por ti. Seguramente él sólo buscaba sexo. Y tú misma me explicaste cuando era un adolescente que el sexo y el amor eran cosas completamente diferentes y que no debería confundirlas.
-¿Entonces por qué las confundes? Si tan seguro estás de que sólo era sexo, olvídate de ella.
-No puedo -admitió.
-Ya entiendo.
-Si de verdad lo entiendes, entonces dime qué tengo que hacer.
-Ya sabes lo que deberías hacer, Ncik. Lo único que quieres es que te empuje en la dirección
correcta. -¿Y se puede saber qué significa eso? -Significa que deberías ir a buscarla y asegurarte de lo que sientes. De otra forma, vivirás siempre con la duda. -Ya te lo he dicho, mamá. Estoy completamente seguro de que sólo ha sido sexo. Admito que ha sido la mejor noche de mi vida, pero supongo que porque hacía mucho tiempo que no me acostaba con nadie. ¿Tú que crees? ¿Te parece que puede ser esa la razón?
-Es posible. Pero no puedes hablar por ella, ¿verdad? -No, supongo que no. -Mira, lo mejor que puedes hacer es llamar a tu amigo el abogado y averiguar quién es esa chica y quién es su novio.
-Sí, supongo que eso no me hará ningún daño.
-Ningún daño en absoluto. Y tenme informada.
-Lo haré -teniendo algo que hacer, Nick se sintió inmediatamente mejor-. Gracias mamá. Eres la mejor. -Procura no olvidarlo. Nick colgó el teléfono, abrió el cajón en el que guardaba la agenda y buscó el teléfono de Nigel. Prácticamente acababa de marcar su número, cuando este contestó. -¡Cómo te atreves a llamarme otra vez! -se oyó a Nigel al otro lado de la línea-. Te he dicho que no y no hay nada más que decir. No te perdonaré, aunque te pongas de rodillas y vengas a suplicármelo. Mira, Jeremy...
-No soy Jeremy -lo interrumpió Nick antes de que Nigel empezara a explicar los motivos por los que no podía perdonar a Jeremy-. Soy Nick. Nick. -Oh, Nick. Oh... eh... Bien -se aclaró la garganta-. Lo siento. He tenido una discusión con Jeremy y no deja llamarme. -Ya me lo he imaginado. Mira, necesito que me ayudes con cierto asunto...
Nigel tuvo que esperar al lunes por la mañana para reunir toda la información que Nick le había solicitado. En cuanto la tuvo en sus manos, lo llamó. -No has tenido suerte -le comunicó-. Ha vuelto con Drake. Y es una pena. No soporto a ese estúpido. Nick se sintió como si acabaran de darle un puñetazo en el estómago. Así que había perdonado el engaño de su novio. Y había vuelto corriendo a sus brazos después de la noche que había pasado con él.
Cuando Nigel le había revelado las circunstancias que habían llevado a ___ a pasar un fin de semana en la playa, Nick había confiado en que ella no quisiera volver con un hombre que la había engañado.
-¿Cómo lo sabes, Nigel? -le preguntó con el ceño fruncido-. ¿Ha sido ella la que te lo ha dicho? No se lo habrás preguntado directamente, ¿verdad? Te pedí que no me mencionaras. -¿Me crees capaz de hacer una cosa así? -parecía ofendido-. ¿Yo? ¿La discreción y el tacto en persona? ¿La estrella de la abogacía? Además, ____ y yo no nos conocemos tanto como para que pueda hacerle una pregunta de esa naturaleza. En cualquier caso, todo lo que sé sobre esto lo he averiguado a través de Fran, además de haberlo deducido por la docena de rosas rojas que había sobre el escritorio de ____ esta mañana, acompañadas por una nota que decía: «para la más dulce y comprensiva de los mujeres. Con todo mi amor. Drake».
A Nick se le tensó el estómago. Ya no cabía ninguna duda sobre la situación. Entonces, ¿qué había sido él para ___? ¿Una venganza?, se preguntó enfadado. Quizá fuera esa la razón por la que a ___ le sorprendía estar disfrutando tanto. No se lo esperaba. Ella se había acostado con él por venganza, no por placer. Era extraño... si tanto amaba a Drake.
A Nick se le ocurrió otra explicación. A lo mejor no amaba a su novio. Quizá se estuviera mintiendo a sí misma. A lo mejor sólo iba detrás de su dinero. Lo que también explicaría por qué había disfrutado tanto con él la noche anterior y, a pesar de todo, había vuelto con su novio.
Nick estuvo valorando ambas posibilidades. Él no quería saber nada de una mujer que lo único que quería de un hombre era su dinero. Pero en cuanto pensaba en ello, recordaba lo que había ocurrido la noche anterior. ____ había demostrado con creces que deseaba algo más de él que su dinero. Había deseado su cuerpo una y otra vez. Fueran cuales fueran las razones que la habían llevado a hacer el amor con él, el auténtico deseo no había tardado en aparecer.
-¿Es muy rico ese Drake? -le preguntó a Nigel. -No puedo decírtelo exactamente. Desde luego, es un gran vendedor. Se dedica a vender apartamentos del centro de la ciudad, de esos con vistas al puerto. Fran le compró uno; quizá ella sepa algo más de él. Su nivel de vida es bastante alto. Es propietario de un apartamento en
el mismo edificio que Fran. Pero dudo que financieramente pueda competir contigo.
-Mmm.
-Siempre me preocupo cuando te oigo decir «mmm».
Nick soltó una carcajada.
-¿Has averiguado para qué inmobiliaria trabaja?
-Para North Sydney.
-¿Tienes el número de teléfono?
-¿Qué pretendes hacer exactamente, Nick?
-Eso depende.
-¿De qué?
-De cómo me sienta al final de esta semana.
Mas tarde sigo :D
♥..:Tiff:..♥
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