Burlesque {Narry Storan}

—Sí, ¿te molestaría si hablo en mi habitación?
—Claro que no, con confianza—Harry fue a su cuarto corriendo y regresó de inmediato, para estirarle el iPhone a Niall.
—Gracias—tomó el móvil y con pasos algo apresurados, entró a la habitación de huéspedes. Incluso le puso seguro a la perilla y comenzó a marcar un número—Liam, oye amigo, lo logré—dijo en un tono de voz muy bajo.
— ¡Niall, que increíble eres!—gritó Liam— ¿y ahora cómo le harás?
—Sólo regresaré, seguramente me va a acompañar, así que si nos ves fuera de la casa, no vayas a salir ni de coña.
— ¿De qué hablas? ¿Qué le dijiste a ese chico?
—Nada malo, te explico en la casa, ¿va?—empezó a caminar en círculos, al oír la voz tensa de Liam.
—Más te vale que no sea nada malo. Aquí te espero.

Colgó y salió de la habitación, pero Harry no se veía por ningún lado. Supuso que estaría en el baño aseándose o lavándose los dientes. Cualquier cosa pasaba por su mente, así que dejó el móvil en la barra y se sentó en el sofá. Cambiaba los canales al azar, hasta que vio que estaban pasando “Friends”.

—Niall, ¿ya has terminado?—Harry salió del baño, secándose el cabello con una toalla blanca.
—Sí, gracias. He dejado el móvil en la cocina—con el dedo índice apunto el lugar, y cuando se volteó a ver a Harry, éste estaba muy cerca de él, un poco agachado para estar a su altura.
— ¿Quieres que te acompañe a donde tu amigo? ¿Ya te ha dado la dirección?—se volvió a incorporar y dejó la toalla en el respaldo del mueble.
—Sí, es en Killester…
—Al norte, ¿no?
—Sí.
—Quedará algo retirado, pero podemos ir en mi auto.
—Harry, enserio no es necesario. Ya me has ayudado tanto.
—No digas tonterías. Si te raptan o te pierdes, seguramente saldrás en la primera plana de los periódicos con un titular sensacionalista como “Chico de Mullingar muere de hambre al perderse entre las calles de Dublín”, o algo así.
—No sé si decir gracias por tus intenciones o asustarme por imaginarme muerto—hizo una mueca y luego se echó a reír.
—Un “gracias” estaría bien. Ahora vámonos, y no olvides revisar bien la habitación, por si se te olvida algo.

Harry entró a su cuarto para coger las llaves del auto que estaban en su mesa de noche, mientras Niall sacaba su maleta del cuarto e iba por su ropa sucia al baño. Cuando terminó de guardar sus pocas cosas, con una seña, Harry le dijo que saliera primero, luego él le siguió. Bajaron hasta el estacionamiento, que estaba en la parte trasera del gran edificio, es por eso que Niall no había visto ningún auto en la noche. Empezaba a pensar que Harry tenía alucines de tener carro. Se sintió como un tonto por no haberlo pensado antes. Cuando vio el automóvil de aquel chico, se sorprendió, ser actor le dejaba muy buenas cosas, sin duda. El castaño abrió la cajuela y dejó que Niall metiera su maleta. Al subir, encendió su iPod y lo puso en modo shuffle; Harry se sentía de muy buen humor como para escuchar lo que fuera.

—Y dime Niall…—dijo, tratando de romper el silencio, a pesar de la música de fondo— ¿qué edad tienes?
—24.
— ¿Y tienes empleo o estás estudiando algo?
—Mis papás tienen una empresa de juguetes para niños, y trabajo en una de sus tiendas, en Mullingar.
—Eso suena interesante, ¿qué música te gusta oír?
—Me siento como en un interrogatorio, para ser sincero—las mejillas del rubio de ruborizaron y decidió dirigir su mirada hacia la ventanilla, tratando de ocultar sus nervios.
—Perdón, soy malo interactuando con gente nueva—soltó una pequeña carcajada y apretó un poco más el volante.
—Ya somos dos—añadió— ¿Y tú, Harry?
—Tengo 23—volteó rápidamente a mirarlo y regalarle una sonrisa, pero de inmediato regresó su vista a la carretera—soy actor, lo sé, es una sorpresa para ti—Niall no pudo evitar sonreír en esa parte—mi papá es abogado, mi mamá es contadora en una empresa, quizás sea la contadora de tus papás y nunca lo supe, quién sabe.
—Harry que tonto eres—le dio un golpe leve en el hombro, jugando. Harry era alguien muy ocurrente sin duda.
— ¿No tienes hermanas o hermanos?
—Un hermano, es el abogado de la familia.
— ¿Hay una infestación de abogados o algo?
— ¿Por qué lo dices?
—Mi hermana también es abogada, y trabaja con mi papá en su bufete.
— ¿Tú papá tiene un bufete?—abrió la boca, de la "sorpresa". No le sorprendía el hecho de que su papá tuviera un bufete propio, sino que había pensado que su familia estaría vinculada con las artes; su mamá siendo alguna pintora famosa, su papá un cantante de ópera o fantasías de esos calibres, de nuevo se sonrojó al sentirse tonto.
— ¿Es eso tan raro?—aprovechando que el semáforo estaba en rojo, se volteó hacia Niall y lo miró sonrojado con esa expresión en la cara.
—Pensé que tu familia sería como tú, no sé…
—Sí, todos piensan eso. Supongo que soy el talentoso de la familia—dijo con una evidente sorna—pero está bien.
— ¿Y vives cerca de ellos?
—Mi papá tiene su bufete en Londres y a mi mamá la trasladaron a Brasil.
—Joder, todos están esparcidos. ¿Tú eres de Dublín o…?
—No, yo…—al ver que el semáforo se había puesto verde de nuevo y que el auto de atrás estaba tocando su claxon de forma molesta, avanzó, teniendo que volver a dirigir su mirada hacia enfrente—nací en España, mis papás estaban de viaje y mi mamá dio a luz en Marsella. Y mi papá es un loco, así que decidió vivir ahí por unos 6 años, mi hermana es mayor, así que ella tuvo que aprender el idioma.
—Entonces sabes varios idiomas, ¿o sólo dos?
—Español, francés, y mi mamá me ha enseñado un poco de portugués.
—Carajo Harry, eres como el hombre maravilla.
—No soy tan buen bailarín—rió ante su estúpida respuesta—pero dime algo más de ti.
—Yo nací en Mullingar, y he vivido ahí mis 24 años de vida. Mis padres nunca están en casa, por lo que no vi necesidad de mudarme, pero creo que Dublín se ve bastante agradable, me vendré a vivir aquí.
—Oye, eso sería muy genial, yo podría ayudarte… digo, si quieres.
—Ojalá fuera tan fácil, mis papás me pagan lo mismo que a un empleado en mi puesto, y no me sueltan dinero así de fácil, dicen que me lo tengo que ganar.
—Ya veo—su timbre de voz se oía algo apagado.
—Es mentira Harry, ya pensaba mudarme a Dublín de todos modos. Mis papás también tienen sucursales aquí, así que…
— ¿Y dónde piensas vivir?—la curiosidad de Harry lo mataba, era como una sensación de alegría inesperada, a pesar de no conocerlo de nada. Como si eso fuese a cambiar el hecho de que dejándolo en la casa de su amigo, jamás lo volvería a ver.
—Pues donde tú vives se ve bien, pero debe ser algo caro. Podría empezar en el distrito 5. Mi amigo me ha dicho que en Killester la vida es tranquila y no tan cara.
—Sé que sonaré como un depravado pero, podrías vivir conmigo. Digo, si te gustó el departamento y no se te hace muy pequeño, podríamos dividirnos el precio de la renta.
—Toda la razón. Suenas como un depravado, ¿piensas violarme en la noche, Harry?
—No, para nada, yo sólo…—dejó de hablar al oír la chillante risa de Niall. Era tan fuerte que apenas podía escuchar sus pensamientos.
—Joder Harry, contigo es más fácil que termine yo abusando de ti, que tú de mí. Aún eres joven—se limpió una lágrima que caía de su ojo, de tanto reír.
—Hey, sólo eres un año mayor, no exageres.
—Un año o cinco, soy mayor que tú.

Para conocerse sólo de un día, Harry en verdad dudó de su cordura. No podías pedirle a un extraño que viviera contigo, por más agradable que se viera, él no sabía si aquel chico traía malas intenciones o no. Pero sin duda, su razonamiento le falló. No se preocupó por eso, y durante el resto del camino se la pasaron hablando de cualquier cosa y escuchando la música que sonaba por las bocinas.

— ¡Harry, reacciona!—le gritó Louis al otro lado de la línea.
—Oh, lo siento, me quedé pensando…
—Sí, me di cuenta—replicó algo molesto— ¿qué tienes? Has estado todo ido desde que te marqué.
—Nada, en serio—se llevó una mano hasta su cara, y comenzó a frotarse el puente de la nariz con el índice y el pulgar.
—Harry, sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿no?...—soltó un suspiro— ¿es acaso por ese chico rubio?
—No Louis, no es nada de eso. He estado pensando bastante y no creo poder estar en la próxima obra. Ni como secundario ni como extra. Me siento fatal, en ésta obra he estado de lo peor. Desde siempre me ha llamado la atención el burlesque, pero soy horrible bailando. Seguro la gente debe estar odiando mi actuación y no me querrán ver de nuevo en la próxima obra.
—Así que era eso…—hubo unos segundos de silencio. Harry pensó en decir algo para saber si la llamada no se había cortado pero en eso, Louis habló—No te preocupes por eso mi cielo. Yo lo solucionaré por ti. Todo—hizo hincapié en esa palabra—, no te preocupes por nada de nada.
—Espera, ¿de qué hablas?—y antes de poder obtener una respuesta, Louis se despidió brevemente y colgó la llamada. —Maldición…—dejó el teléfono en el sofá y comenzó a caminar en círculos por todo el departamento. No sabía a qué se refería Louis, pero en cada ocasión que dice que ayudará a Harry, lo hace. Pero los medios por los que consigue ayudarlo son siempre de la peor manera. Aunque no tenía cara para reprocharle eso, ya mucho hacía con apoyarlo y ayudarlo en todos sus problemas. Inclusive Hannah era cómplice con su novio, es por eso que ellos dos eran las personas que más apreciaba, por estar ahí siempre.

—Cielo, ¿en verdad quieres entrar a ese teatro? Está sobrevalorado, no es la gran cosa. Sólo que quedó con la fama y la gente tonta va a gastar su dinero allí—Louis lo decía con toda la seguridad del mundo, sus palabras eran muy serias. Me quedé pensando en ello hasta que sentí su brazo rodear mi cintura y acercarse a mi cuello. Me hizo cosquillas así que solté unas risitas, lo cual fue peor porque empezó a darme pequeñas mordidas allí.
—Lou, para…—traté de articular mis palabras pero la risa me mataba. En vista de que no se detenía, rodé hasta caer de la cama, él se asomó con una gran sonrisa y yo me levanté del suelo—Sabes que no me gusta que hagas eso—me crucé de brazos para tratar de imponer algo de intimidación, pero él solo se volvió a tirar en la cama y tomó el control remoto para cambiar el canal— ¡Hey, no me ignores!
—Perdón Harry, pero si no vienes en este instante a mi lado, no te ayudaré a entrar al Breunx. —Me quedé congelado ante las palabras de Louis, ¿había escuchado bien? Acaso… ¿él puede ayudarme a entrar al Breunx?
—Louis, ¿qué dices?—me acosté a su lado y me quedé absorto viendo la sonrisa que se formaba en su rostro.
—Verás, mi querido Harry—puso dos dedos en mi pecho y empezó a moverlos en círculos—da la casualidad que yo podría darte algunos trucos, consejos o como quieras decirles, para llamar la atención de los jueces. Una jueza, es tía de mi Hannah, así que ella sabe qué es lo que buscan en los castings.
— ¿Y tú como sabes lo que buscan, si tanto le repudias?
—Un día estábamos haciendo mofa de los jueces y sus métodos de escoger a los actores. Tú sabes que Hannah es muy observadora y cuando iba a visitar a su tía, era siempre el día que hacían los castings. Es cierto que siempre les llama más la atención una forma particular de actuar, pero también están muy apegados a una buena actuación. Ser único en tu interpretación es un bonus para que te tomen en cuenta.
— ¿Me ayudarás diciéndome qué es eso que buscan?
—No. —Con esa manera tan sínica de responderme, supuse que buscaba algo a cambio, y siendo una caja de sorpresas, Louis podría pedirme cualquier cosa de la que, probablemente terminaría infinitamente arrepentido.
—Louis, anda…—me acerqué a él y le comencé a dar pequeños besos alrededor de la cara, era la forma más fácil de que cediera. Entre tanta risa me detuvo plantándome un beso en los labios, se alejó un poco y me miró directo a los ojos. Estas cosas eran de todos los días, pero juró que había algo en su mirada que nos llevó a atacarnos como si no hubiera mañana. Se puso encima de mí, sujetándome de los brazos, como si tratara de que no me fuese a zafar, y me besó como nunca antes. Sería un completo mentiroso si dijera que no le seguí el juego, incluso fue emocionante, nunca antes había pasado así. Después de unos segundos, rompió el beso para poder respirar. Sólo solté una carcajada y el me siguió. Se recostó en mi pecho, cosa que me aterró un poco, ya que seguramente podría oír el latido de mi corazón acelerarse a un nivel descomunal. Pero después sus latidos retumbaron en mi pecho, así que me dio un poco más de tranquilidad saber que a él le estaba pasando lo mismo.
—Te daré un pase seguro para que te escojan los jueces, con una condición—su voz estaba entre cortada, y su respiración agitada.
— ¿Cuál?—quise sonar lo más firme posible, pero lo más probable era que mi voz estaba como la de un hombre de 35 años después de correr un maratón.
—Harry… tú cocinas demasiado bien—eso no sonaba extraño para nada, pero se oía muy nervioso, casi hizo que me espantara, no podía imaginarme algo malo con esa pregunta—y ya casi es mi aniversario con Hannah, así que, me gustaría que hicieras una cena con postre y todo eso que se hace en las típicas cenas románticas. Sabes que no soy muy dado para esas cosas, pero sé que con lo de la comida al menos te tengo a ti. Para lo demás ya me las arreglaré. ¿Qué dices?—puso sus manos sobre mi vientre, y se apoyó ahí para levantar su vista a mi rostro.
—Sinceramente pensé que sería algo peor. Claro Lou, yo me encargo de todo eso, hasta te dejaré con la boca abierta de la impresión—levante un poco la cara en muestra de superioridad, pero antes que pudiese bajar la mirada para ver su reacción, él ya estaba besándome como loco de nuevo. Me alegraba saber que podía hacer feliz a alguien que quiero tanto.
—Cariño, mañana…—pude oír el sonido de la puerta abrirse y el de la voz de mi madre asomarse. Louis apenas se separó de mí, y ambos volteamos a verla—disculpen, no sabía que interrumpía algo—la voz de mi madre se cuarteo un poco, estaba tan apenada y sus mejillas estaban rojas a más no poder. Quise romper en risas pero me mantuve sereno.
—No pasa nada Anne, estábamos discutiendo acerca de nuestros planes a futuro—Louis hablaba como si estuviésemos jugando cartas, con total tranquilidad. Como si estuviera en su propia habitación, le hizo unos ademanes a mi mamá para que entrara a la habitación. Se acomodó un poco al lado de mí y tomó mi mano, como si no le importase que ella estuviera viéndonos. Y si mi madre desconociera el tipo de amistad que tengo con Louis -incluso con su novia-, posiblemente estaría atónita.
—Yo sólo venía a decirle a Harry que mañana me voy—entró a mi cuarto y nos miró a ambos—, mi jefa es una bruja y a falta de personal, quiere que regrese mañana. En éstas fechas la empresa siempre está más atareada y los demás son unos incompetentes, así que los despiden.
—Entonces tienen mucha suerte de tenerte, Anne—añadió Louis, con un tono adulador.
—Algo así, al menos el sueldo no es malo. Cariño, ya hice las compras y, traje lo necesario para que no mueras de hambre, y también algo de dinero por si tienes pereza de cocinar. —Asentí y antes de que se fuera de la habitación siguió hablando—Además, Gemma va a venir en dos días, y quizás se quede una semana o más, ya sabes.
— ¿Viene a visitar al imbécil de su novio?—dije con sorna.
—Harry, no le digas así, él es un buen tipo—y sin replicarle más, salió de la habitación no sin antes apagar la luz y añadir—si no van a usarla, no la enciendan. Dañan al planeta mis amores.
—Qué suerte tienes de vivir prácticamente solo…
—Pero aun así, mis padres aún viven aquí, y Gemma también llega a dormir aquí cuando viene. No hay privacidad asegurada. Es por eso que ya quiero mudarme a un departamento, donde pueda vivir tranquilo sin ningún intruso.
— ¿Pues que puede ser tan malo, como para hacerlo a escondidas de tu familia?—hizo un tono irritante, y se acercó a abrazarme, pegando su cara contra la mía.
—Nada, es sólo que, nada como vivir sin tener que compartir tu espacio personal constantemente.
—Harry, tan lindo—pellizco mi mejilla y luego volvió a incorporarse para ver que había de nuevo en la televisión.

El chico de orbes verdes seguía caminando en círculos, la llamada de su amigo no lo había tranquilizado para nada, al contrario, le ponía los nervios de punta. Entre la gran mezcla de pensamientos que traía en ese momento, salió de su trance al oír su teléfono sonar. Camino despreocupadamente hasta donde estaba el móvil, y checó quién llamaba. Soltó un suspiró y contestó sin mucho ánimo, ya no sabía que esperar.
— ¿Y qué pasó?
—Me debes una Harriet—Louis uso ese tono meloso que Harry tanto odiaba.
— ¿De qué hablas?—le respondió, claramente irritado, tan notorio que su amigo ya no sabía si decirle o no.
—Bueno… le conté a Hannah que te estabas sintiendo fatal y que eras un manojo de nervios—“maldición” era lo único que pudo pensar Styles. Odiaba cuando Hannah se veía involucrada, y no sólo eso, sino que ya no existía privacidad entre ambos. Todo se lo contaba su novia, y no era que tuviera algo que ocultarle a nadie, pero si se lo decía a Louis, era porque se lo decía sólo a él—y me contó de una amiga suya, que es bailarina y ella estaría dispuesta a enseñarte en dos días, y bailarás… decentemente.
—Louis…
—Descuida, ella se lo debía, así que sólo le está devolviendo el favor. Ven a mi casa en una media hora, y te llevaremos hasta su... ¿estudio improvisado?—algo en el tono del mayor le daba una mala espina, o al menos una razón para dudar. Pero no le cuestionó, en verdad estaba dispuesto a aprender. Ambos se despidieron y Harry fue directo a arreglarse. Se puso lo más cómodo que encontró y salió del departamento.

—Nadie ha entrado por recomendación, no en ese teatro. O al menos no que yo me haya enterado, y para que eso pase, está difícil—Louis estaba usando ese tonto tono presuntuoso de nuevo, casi podría tirarme de un séptimo piso si seguía usandolo, pero mientras él hablaba, sacudía con su mano el libreto que traía. No era como si le diera seriedad al caso pero, al menos él lo intentaba.
—Entonces, ¿cómo se supone que me vas a ayudar?
—Mira, yo sé que eres un buen actor, pero necesitas tener algo que te haga especial, algo que te haga destacar… ¡y que te tomen en consideración!—levantó los brazos como una porrista de secundaria y tiró el libreto a un lado—Tienes que hacerte notar, y eso no es tan difícil si te digo cómo lograrlo. Por ejemplo, algo que he notado, es que sin duda tienes que practicar tu lenguaje corporal. Tu tono de voz se adapta perfectamente al dialogo y a la situación, eso ya es algo, pero… tus expresiones faciales y corporales están desalineadas. No concuerdan.
—No sabía eso…—agaché mi cabeza, mirando mis pies. Me sentí algo avergonzado de saber que lo había estado haciendo mal todo el tiempo, y yo siempre dándome aires de grandeza en cuanto a mi actuación.
—Tranquilo—sentí su mano en mi hombro, lo estrujó un poco y levanté mi mirada—ya lo mejoraremos, para eso estoy yo—me guiñó un ojo como esas chicas lindas de los comerciales. Casi estallaba en risas pero si lo hacía seguro me las vería negras más adelante.
—Está bien—me paré firmemente y respiré hondo, en verdad necesitaba calmarme. Si estaba tenso no podría hacer nada como es debido.
—Hannah me dijo que, los jueces lo primero que buscan es una cara bonita—se llevó la mano a la barbilla y comenzó a mirarme de arriba a abajo, como examinándome—bueno, por eso no hay problema—esbozó una sonrisa y sentí que las mejillas me ardían levemente, Louis no podía ser tan lindo conmigo siempre, deberían hacer eso ilegal—y lo demás es una buena actuación. Por último, hacer algo con lo que te asegures que te van a considerar. No importa si obtienes un papel pequeño, porque inclusive esos personajes, son bien pagados.

Harry estacionó el auto, y fue directo hasta la puerta de la casa de Louis. Antes de tocar el timbre, la puerta ya la estaba abriendo la rubia.
—Harry, que bueno que llegaste—se acercó a él y lo saludó de la forma habitual entre ellos—pasa—se hizo a un lado y con un ademán le indico que entrara.
—Gracias—cuando entró, Louis estaba sentado en el sofá viendo la TV, pero de inmediato volteó a ver a su amigo.
—Cielo, que bueno que llegaste temprano—se puso de pie para acercarse a él, y le tomó de la mano—no hay tiempo que perder—lo jaló hasta la entrada no sin antes despedirse de su novia. Harry prefirió sólo darle una sonrisa como despedida, ya que Louis lo jalaba constantemente—no te arrepentirás, ya verás.
— ¿Y dónde vive esa chica?—su amigo le hizo una seña para indicarle que irían en su auto, así que fueron directo a la cochera y ambos subieron al carro de Louis. Éste encendió el motor y arrancaron, unos cuantos metros después, decidió contestarle.
— Por allá del distrito 7.
—Oh…
—Tranquilo, ya verás que vas a aprender en un abrir y cerrar de ojos, esa chica es muy buena en lo que hace.
— ¿Puedo saber su nombre? Digo, no quiero llegar y ser un descortés teniendo que preguntarle su propio nombre en su casa…
—Claro, se llama Brunella pero todos le dicen Devi. Así que mejor salúdala con su apodo.
—Entendido.


Era domingo, el típico día donde Liam, Danielle y Niall se la pasaban viendo las maratones de películas que pasan en la televisión de paga. No todas eran buenas, pero les ayudaba a pasar el rato sin tener que pagar nada, aparte de la mensualidad de la señal.
— ¿No le hablarás?—preguntó Liam, con la boca llena de papas fritas.
—Se supone que no tenía móvil—el rubio agachó la mirada y comenzó a jugar con sus dedos.
—Dile que ya te has comprado otro, invéntale alguna excusa tonta.
—No tengo su móvil, además—se volteó a ver a su amigo, con una expresión de fatiga.
—Que tonto, ¿cómo no le has sacado el número? Bien pudiste habérselo pedido—añadió Danielle, al otro lado del sofá.
— ¿Ambos van a dedicarse a atacarme en cada corte comercial? Chicos, por favor…—aunque trató de sonar enojado, los otros dos sólo se burlaron de él por no aguantar nada.
—Niall anda en sus días, al parecer—dijo Liam en un tono burlón.
—Ya lo creo—Danielle le siguió, pero luego su celular comenzó a sonar y tuvo que salir de la plática unos segundos—esperen chicos, me hablan—cogió el móvil y se fue hasta la cocina.
— ¿Quién será?—el tono de Liam era igual de burlón que el de antes.
—No es sorpresa saber quién—Niall se volteó hacia la cocina y soltó una carcajada.
—Es injusto, ya todos tienen pareja menos yo. Primero Danielle con Eleanor y ahora tú, con ese actor. —Hizo un puchero con los labios y dejo el bol con las papas de un lado, para cruzarse de brazos.
—Que va, yo siempre estaré para mi adorable amigo que es además, un maestro pedófilo—terminando de decir eso estalló en risas, hasta Danielle se volteó para dirigirle una mirada de “cállate, estoy hablando por teléfono”.
— ¡Hey, no soy ningún pedófilo!—le gritó. A ese punto Danielle estaba harta así que se acercó a ambos para darles un golpe en la cabeza— Oye, ¿eso por qué ha sido?
—Cállense—tapó la bocina de su móvil con la mano libre para volverlos a mirar—estoy tratando de hablar pero con todo su ruido no me dejan—se regresó a la cocina de nuevo, con una cara de pocos amigos. Si algo le molestaba más que nada en el mundo a Danielle, era que no la dejaran hablar por ruido en exceso. Tanto cara a cara como por llamada telefónica.
—Es broma Liam, sabes que no tengo nada en contra de que trabajes en una primaria pero, hombre. Con tu título podrías trabajar en una preparatoria o al menos en una escuela más decente.
—Es mucho para mí, esos adolescentes drogadictos de la prepa me harían renunciar en una semana como plazo máximo.
—No digas tonterías, eres un hombre bien capacitado—se acercó a él y le dio un abrazo—y lo digo en serio.
—Gracias Niall—estaba a punto de corresponderle el abrazo hasta que su amigo lo soltó brutalmente, gritando que ya había comenzado la película. Danielle inclusive se apresuró a cortar la llamada y en un parpadeo ya estaba con ellos viendo el film.