Smile for me, Payne. TERMINADA.

Liam no sabía cómo tomarse el comportamiento que estaba teniendo todo el mundo con él, desde que había salvado a esa chica o salvaje (ya que se le podía llamar así perfectamente)… todo estaba siendo distinto. Lo trataban de héroe y no sabía si en el buen sentido de la palabra o realmente se estaban burlando de él en su propia cara. Obviamente las fans habían llorado y se habían sentido las más orgullosas del mundo… y los chicos se habían sorprendido por su comportamiento, pero los medios simplemente lo habían hecho parecer algo sucio, algo planeado, algo que definitivamente no era verdad. Cuando te había visto subida en ese puente con los ojos cerrados y abriendo las manos preparándote para caer, su corazón se paró y lo único que hizo fue actuar por instinto.

—Dejen de molestar con eso—gruñó Liam de muy mal humor, llevaba escuchando a los chicos hablando de eso más de una hora. Estaba cansado, malhumorado y los chicos no le ayudaban en nada, ¿buenos amigos? En esos momentos quería despellejarlos vivos y él no era un hombre violento, lo prometía.

—Ya chicos—se tranquilizó Zayn y le pasó un brazo por los hombros a su amigo—, tranquilo Liam. Te veo tenso de unos días, ¿qué te pasa?

—Toda esta situación me está malhumorando—blanqueó los ojos y bufó—. Estoy cansado de que todo el mundo me pregunte si eso ha sido planeado, si me creo un héroe, cómo me he sentido y esas cosas. ¿No pueden entender que es algo que quiero olvidar? Quiero meter todo ese suceso en una caja y no volver a abrirla.

—Pero has sido un verdadero héroe Leyum—habló Louis encogiéndose de hombros, para él era sencillo, había sido un héroe y punto, debía de sentirse orgulloso pero en cambio parecía molesto.

—Mételo en la caja Louis y no la abras más—habló Liam levantándose.

—¿Dónde vas?—preguntó Niall.

—A dar un paseo… solo, por favor—los miró—. Nos vemos mañana chicos, cuídense, los quiero.

Era raro que Liam se fuera de una reunión de amigos pero necesitaba respirar, se sentía agobiado y estúpido, no entendía la razón. Tal vez venía de cómo había transcurrido después las cosas, que bueno, no habían estado muy bien desde luego. La chica se había puesto como loca, inquieta, no podía dejar de rascarse los brazos… se tocaba la nariz… parecía desesperada por algo y él no entendía nada, absolutamente nada, ¿estaba enferma? ¿Tal vez por eso se quería suicidar? Metió sus manos en los bolsillos y escondió la cara en la gran bufanda que tenía, hacía un poco de frío y solía enfermarse rápido de la garganta y no se lo podía permitir.

"Qué mierda de día… quiero dormir."

No había mucha gente por la calle y se sentía libre, nadie que lo empujara o que gritara detrás de él, a veces se agradecía estos momentos de normalidad. Porque se sentía agradecido, era el chico más feliz del mundo, daría la vida por las fans… pero en ocasiones se agobiaba como cualquier otro ser humano. Asintió con energía, debía aprovechar estos pequeños momentos porque pronto empezarían a trabajar y adiós tiempo libre y adiós normalidad.

Estaba por irse de rumbo a su casa cuando vio a una persona en un banco, estaba sentada mirando a la nada… y por desgracia le parecía conocida. Mierda, qué demonios hacías sentada con unos pantalones cortos y con una chaqueta tan fina puesta. Casi boqueó al verte, estabas sonriendo… sonriendo como si estuvieras en tu propio mundo y eso volvió a asustarlo y a ponerlo en duda, ¿tenías algún tipo de problema? No tenía nada en contra de eso sólo que realmente necesitaba saberlo para saber cómo comportarse contigo. No sabía cómo cogerte, si como a un niño pequeño como había hecho la primera vez o como un adulto…

—Hey—eligió el método más fácil.

—Liam—sonreíste—¿cómo estás? Siéntate, hace un poco de frío pero es un bonito día, ¿no te parece? Oye, también siento lo de la otra vez, me fui muy rápido y sin avisar pero es que tenía un problema urgente que tenía que atender. Es bueno volver a verte porque quería darte las gracias, no lo he hecho en condiciones. Eres un verdadero héroe.

Y por muy sorprendente que pareciera, esa palabra le pareció amarga, no sonaba sincera, era como si estuvieras hablando sin darte cuenta de lo que decían. Estaba decidido o casi seguro, tenías algún problema.

"Pupilas dilatadas… mucha energía, escozor en la nariz, ansiedad…"

Liam estaba apuntando en su mente cada cosa que veía rara en ti, pensaba buscar información sobre la enfermedad que tenías, quería saber más. Si de verdad tenías algo, no debían de permitirte estar sola siempre y menos después de todo lo que habías intentado hacer. Frunció el ceño y volvió a estudiarte, no parecías tener frío y tenías como una euforia que nunca había visto, vaya, parecías una persona muy distinta.

—De nada, no es nada—contestó minutos después y lo miraste confundida, no sabías lo que decía, habías olvidado lo que le habías dicho. Él eso también lo apuntó en su mente.

—¿Sabes? Rompí la televisión para que mi madre no vieran las noticias—empezaste a reír—no quiero que se entere que intenté suicidarme. Y bueno, tuve que inventar alguna que otra cosa pero todo está bien. ¿Tú? ¿Qué tal estás? Mucho trabajo supongo, eres famoso.

—Yo… bien—parpadeó intentando seguirte, hablabas a la velocidad de la luz y ponías miles de preguntas haciendo que todo se atropellara. Lo miraste y sonreíste disculpándote con la mirada para después empezar a temblar, mierda.

—¿Estás bien? ¿No tienes frío?—preguntó preocupado, ese comportamiento no era nada normal.

—No nada, creo que me iré a casa… sí eso es, a casa—te levantaste del banco y por un momento pensó que te ibas a caer pero parecía que controlabas eso ya que te estabilizaste y volviste a sonreír.

—Vale, te acompaño, no tengo nada que hacer—se levantó.

"Esto es raro… ella parece realmente enferma."

—Si quieres…—te encogiste de hombros.

—_____(TN)—te llamó por tu nombre por primera vez y lo miraste esperando a que hablara—. Te noto rara… la vez pasada no estabas tan…

—¿Extrovertida? Oh sí, es un error mía, me cuesta un poco hablar pero ya ves, cuando empiezo no paro—reíste dejando atontado a Liam, de verdad que ya no entendía nada, pero al final acabó riéndose él también.

—Y en general, ¿estás bien?—preguntó intentando que no hubiera silencios incómodos.

—Sí, muy bien, todo bien, ¿no lo ves? ¡Estoy mejor que nunca!—volviste a reír, parecía que estabas riéndote de algún chiste personal que él no sabía o no pillaba. Sonrió un poco pero seguía confundido, estaba siendo la experiencia más rara de su vida, ni siquiera cuando le habían tomado su primera entrevista en TXF se había sentido tan incómodo y fuera de lugar.

—Eres atractivo—sonreíste—me siento honrada de tenerte a mi lado. Bueno, mi casa es aquí querido Liam, gracias por acompañarme, eres un chico muy bueno. Ehm, aquí te dejo mi número, no sé, una llamada para salir a tomar algo, como amigos, sé que tienes novia y esas cosas, no quiero que me mal interpretes o algo parecido.

—No, no, está bien—cogió el papel que le ofrecías y se sorprendió de lo mucho que te temblaban las manos, ¿tenías frío?

—Bien, adiós—le besaste en la mejilla y entraste en lo que era el pequeño caminito que te llevaba a la puerta principal. Te despediste con la mano una vez más y abriste la puerta para entrar.