Smile for me, Payne. TERMINADA.

Con la primera oportunidad que tuviste saliste de casa con un pensamiento en mente. Ya todo te daba igual, incluso si te curabas o no de toda la mierda que había en tu vida. Ellos te juzgaban por ser una drogadicta pero ninguno sabía lo que te hacía sentir esa ‘mierda’. Nadie sabía que era la única que te entendía en estos momentos. Era la única que te quería y contestaba a tus sentimientos de necesidad. A Liam le necesitabas y él se había ido con su ex novia. Lo entendías pero esperabas que él no se enfadara por hacer eso.

—Hola—te saludó un chico desconocido, vaya, esperabas encontrarte con Ram, el chico de siempre… y no con ese. Parpadeaste sorprendida, mierda, ¿cómo se suponía que ibas a convencerle que te diera ‘gratis’? No podías pagarlo ahora pero ya conseguirías el dinero, Ram siempre te esperaba.

—¿Dónde está Ram?—preguntaste sin rodeos.

—Ram no está—habló él seco—. ¿Qué quieres muñeca?

—Cocaína. Pero tengo un problema—el chico te miró con una ceja levantada—, no puedo pagártelo ahora. Ram siempre me lo daba y yo le entregaba el dinero dentro de unos días… ya sabes, como que me esperaba. ¿Eres por casualidad como él?

—Bueno… no… exactamente—te miró los pechos y quisiste cruzarte de brazos para esconderlos de su vista pero eso significaba que te había intimidado y eso no podía verse—. Estoy dispuesto a aceptar otro tipo de pago, tú me entiendes. Por cierto, ¿cómo te llamas?

—____(TN)…—miraste alrededor sintiéndote perdida.

—Bien ____(TN), ¿qué me dices entonces?

—Vale—aceptaste.

—Genial. Vete detrás y espérame muñeca, voy a conseguir unos cuantos condones—sonrió—. Después te daré lo que necesitas, ya sabes, para asegurarme, hay muchas zorras sueltas que engañan.

Reíste sin humor, sexo por cocaína. Probablemente a Liam se le pararía el corazón si supiera lo que estabas haciendo en ese momento... pero como él no estaba y ya no iba a mandar en nada en tu vida, te daba exactamente igual. De hecho lo hacías en venganza. Algo insensible de tu parte.

—¿Preparada chica?—llegó Ram y lo miraste. No te atraía de ninguna manera aunque tampoco era repulsivo o feo. Habías hecho cosas peores así que eso iba a ser rápido y después adiós. Con ninguna emoción en la cara te quitaste los pantalones y las bragas, el sujetador y la blusa y te tumbaste en el sofá esperando.

Conseguiste mucho de Ram. Después de un polvo y una felación se quedó más dormido que un bebé… y como bien esperaste, cogiste lo que te dio la gana y saliste de ahí pitando. Normalmente ibas a casa de Robert porque tenías llave… pero no sabías si alguien iba a estar, lo último que sabías de él era que se iba a meter a un centro de rehabilitación para recuperarse. Te alegrabas por él… pero te entristecía ya que habías perdido a tu amigo de crímenes. Decidiste ir a ver si había alguien en su apartamento, si había, ya ibas a buscarte otro lugar, por supuesto, siendo cuidadosa, no querías volver a la cárcel como la otra vez.

Sintiéndote una bastarda con suerte, empezaste a reír cuando viste que en el apartamento no había nadie y no había ninguna señal de que alguien viviera de momento. Dando un suspiro de alivio te sentaste en el sofá y sacaste el polvo. Perdiste la cuenta de cuánto tomaste y cómo de rápido… simplemente te dejaste llevar, tanto que fue demasiado tarde. Al despertar no estabas en el sitio que esperabas, por desgracia.

—¿Entonces me puede decir qué ha pasado con exactitud?—preguntó la voz del médico.

—Estaba en el sofá tumbada, había consumido cocaína porque lo encontré en la mesa de enfrente—escuchaste una voz conocida pero no podías asegurar de quién era—. No sé cuánto ha tomado pero estaba sufriendo una sobredosis. Empezó a convulsionar y después se desmayó. Estuvo vomitando unos momentos. Tengo experiencia en estas cosas así que la tumbé de un lado para que no se ahogara con su vómito. Y no le puedo decir mucho más porque no la conozco lo suficiente, era amiga de mi hermano, adicto también, ahora está en un centro.

Abriste los ojos bruscamente y diste un gemido alertando a las personas que te habías despertado. Joder, joder, joder, estabas en graves problemas. ¿Cuánto habías tomado para llegar donde estabas? Miraste alrededor y viste que la hermana de Robert y un médico entrado en años te miraban expectantes. Intentaste levantarte pero te negaron con la cabeza lentamente. Joder, ¿en qué te habías metido? Volviste a cerrar los ojos por si eso era una pesadilla y tenías que despertar.

—Su madre ya viene en camino ____(TN)—habló Amy—. Me alegro mucho de haber ido a ver el apartamento, habrías muerto.

—¿Te tengo que decir gracias por haberme salvado la vida?—parpadeaste deprisa—De todos modos moriré, mi madre me va a matar.

—Más vale morir por eso que por las drogas—rió ella.

—Errr… gracias…—suspiraste finalmente.

—No pasa nada, estoy aquí para lo que necesitas—aseguró—. Me voy a retirar, tengo que visitar aRobert.

—Salúdalo de mi parte… pero no se lo cuentes…—suspiraste—por favor.

—Descuida. Recupérate. Espero que esto te haya dado de pensar.

Lo primero que hizo tu madre al verte fue darte dos cachetadas que las aceptaste con gusto, aunque te tomó por sorpresa, era obvio que estaba enfadada, decepcionada y millones de cosas más. Escuchaste sus gritos y sus lágrimas por una hora entera, no dijiste absolutamente nada porque no había nada que decir, habías metido la pata hasta el fondo, habías sufrido una sobredosis estúpida que habías logrado superar… ¿cuánto iba a pasar hasta sufrir otra…? Ese pensamiento te daba escalofríos, ¿y si la próxima vez morías? No entendías cómo estando en el estado que estabas, todavía seguías pensando en drogarte. Te sentías estúpida y despreciable.

La peor parte llegó cuando los chicos de One Direction entraron de golpe en la habitación mientras que tu madre seguía gritándote. Al verla parpadearon y se quedaron quietos pidiendo permiso, en ese entonces ella se retiró y todos entraron. Ninguno dijo nada por unos minutos, sólo te miraban y tú jugabas con tus dedos nerviosa. Te sentías agotada, demasiados sentimientos a la vez. Demasiadas acusaciones. Demasiado de todo. Todo era demasiado.

—Supongo que no es bonito, ¿verdad?—habló Louis.

—Es de todo menos bonito—reíste sin humor.

—Prometiste no volver a tomar esa mierda. Prometiste… prometiste—te miró Liam decepcionado—no volver a hacerlo. ¡Tú misma dijiste que no la necesitabas! Rompes tus promesas ____(TN), las has roto y en este momento te estoy odiando por eso. ¿¡Sabes que podías haber muerto!? ¡Dime ____(TN)! Eres tan egoísta que no piensas en los demás, sólo en tus necesidades. Nunca pensaste en cómo se sentiría tu madre. En cómo me sentiría yo si algo así pasara. Esto es una mierda, y parte de ella la provocas tú.

—Liam…—lo tranquilizó Zayn poniéndola una mano en el hombro.

—No, quiero que me escuche. Si ha sido tan estúpida como para drogarse hasta llegar en este estado, podrá soportar todas las cosas que le tengo que decir. Porque ella es invencible, ¿verdad ____(TN)? ¿Sigues sintiéndote invencible? ¡Contesta joder!—diste un brinco cuando él realmente gritó.

—¡Cállate!—gruñiste—No sabes nada, nada, déjame, vete.

—¡Y una mierda!

—¡Tú me dijiste que si empezaba a amarte no había nada malo en ello pero en cambio fuiste corriendo a los brazos de tu ex novia olvidándote de mí!—le gritaste furiosa—Adivina qué Payne, no soy la única que rompe promesas.