Smile for me, Payne. TERMINADA.

Esa noche no descansaste bien, y no sólo porque Liam no estaba ahí contigo. Los pensamientos estuvieron atormentándote más que nunca. Eran tus propios demonios, los que te decían que hicieras cosas malas. Sabías que te habías deprimido por lo que te había dicho Liam de Danielle y eso te empujaba a drogarte para encerrarte en tu burbuja y de protegerte de todos esos sentimientos. Estabas segura que algo había crecido en tu corazón hacia Liam, y que él te dijera que era probable que se viera con la ex novia que todavía amaba no te ayudaba mucho. Sabías que ella no era una mala chica, que había hecho feliz a Liam, que lo había amado… pero también lo había dejado y sabías que tú nunca lo harías.

Cuando tu mamá llegó a las cinco de la madrugada todavía estabas despierta y sintiéndote peor que nunca. Te dolía el estómago y la cabeza de tal manera que sentías que ibas a morir. Hiciste un intento de gritar por tu madre pero ni siquiera eso pudiste. Tenías que hacer algo porque todo estaba dándote vueltas, y sentías muchas ganas de devolver todo lo que habías comido

—¡Mamá!—pudiste gritar cuando te caíste de la cama.

La próxima media hora fue algo borrosa para ti, sólo sentiste cuando te levantaron del suelo y te pusieron en una camilla. Cuando despertaste estabas en el hospital en una cama y el sol te daba justo en la cara porque la persiana no estaba bajada. Protestaste y tu mamá de inmediato se levantó de la silla para verte.

—Hola—saludó con ojos rojos, había estado llorando. Joder, ¿en qué demonios te habías metido ahora?

—Mamá… ¿qué pasa?—preguntaste desorientada.

—Estás en el hospital hija, llevamos aquí desde las cinco de la madrugada. Al parecer algo te sentó mal o no sé seguro, el médico dijo que nos traería el diagnóstico pronto. ¡Qué susto me has dado Dios! Nunca me vuelvas a hacer algo así de nuevo—y volvió a empezar a llorar.

—No pasa nada, estoy bien—aseguraste—. Mamá… llama a Liam, hoy tenía que venir a por mí para cogerme a una fiesta, dile que no puedo ir… pero no le preocupes mucho, dile que me siento mal y que estoy en casa, nada más.

—¿Han peleado?

—No… no, no te preocupes—le quitaste importancia.

No habías planeado quedarte dormida pero despertaste horas después teniendo a tu madre a un lado de tu cama y a Liam en el otro, joder, le habías dicho que no lo preocupara… que no valía la pena, estabas bien. Abriste los ojos y él te sonrió dejando su teléfono de lado. Mierda, se veía guapo y tú probablemente… bah, ¿qué más daba?

—Hola—te saludó.

—Hey, ¿qué haces aquí? Ves a la fiesta de Louis—lo animaste con una sonrisa—nos los falles.

—No… ellos vendrán aquí—rió—no te preocupes. ¿Qué tal estás?

—Bien, estoy bien, sólo quiero irme de aquí…—te sentaste en la cama con cuidado. Sentías unas molestias en el abdomen pero suponías que ya se te pasaría y no le veías el sentido de estar en esa cama.

—Pues tendrás que estar un poco más—habló—te han encontrado úlcera ____(TN), el médico habló con tu mamá… y en las pruebas de sangre salió… eso. Tuve que hablar con tu mamá para hacerle entender, no le he dicho toda la verdad, de eso te ocuparás tú.

—Pero…—empezaste a balbucear cosas incoherentes, ¡ella no podía saber que tú… que tú hacías eso! Te pasaste las manos por el pelo algo desesperada y miraste a tu mamá que estaba durmiendo en esa silla tan incómoda. Querías llorar… pero una vez más las lágrimas no salían y nunca podías desahogarte del todo y eso apestaba.

—Tranquila, no te preocupes, ella entendió y sólo está preocupada, quiere tenerte de vuelta a casa, ya sabes, nos has dado un buen susto a todos.

—No quería…—admitiste mirándote los dedos.

—Lo sé. Los chicos llegarán en unos minutos, voy fuera para que sepan en qué habitación estás—se levantó—trata de no quedarte dormida, anda. Me dejaste hablando solo dos veces porque pensabas que te despertarías… pero lo único que hacías era volver a dormirte.

—Lo siento…—reíste sonrojándote.

Los chicos iban a venir a verte… vaya, eso no te lo esperabas. Bueno, de Niall tal vez sí porque con él te habías entendido bastante bien y Harry también… pero la verdad era que a Louis y Zayn casi ni querías verlos, ellos bueno, ellos te habían jodido el secreto. Y todavía no te habían pedido perdón. Bufaste cruzándote de brazos, querías negarte a verlos pero todos necesitamos una segunda oportunidad así que pensabas… bueno, no sabías qué iba a pasar así que simplemente esperaste hasta que Liam volvió a abrir la puerta y el primero en entrar fue Niall seguido de Harry, Louis y Zayn.

—¡Hola!—te saludó Niall—¿Cómo te va ahí?

—Bien—reíste—¿y tú? ¡Has crecido!

—Sí… el pelo me habrá crecido…—rió él.

—Louis, Zayn…—los empujó Liam más cerca.

—Hola—los saludaste para no parecer tan duda—es un lindo gesto que hayan venido a verme.

—Bueno, nosotros queríamos pedirte perdón por habernos metido en tu vida, no teníamos ningún derecho en abrirte el bolso y mirar en él—habló Zayn—. Me siento avergonzado de mis acciones y te pido por favor que me perdones.

—Sí… lo mismo digo. He entendido que si ves a una persona con algún problema, es mejor dejar que él mismo lo diga y no obligarlo. En este caso las cosas han salido bien… pero tal vez con otras personas no habría sido lo mismo. Por tanto, lo siento también—habló Louis ahora.

—Bien, está bien—aceptaste con una pequeña sonrisa—todo está bien.

—Y esperamos que te recuperes pronto—hablaron los dos a la vez y empezaste a reír, parecía que lo habían estado ensayando y todo.

—Gracias—dejaste de reír.

—¿Ella es tu mamá?—preguntó Niall.

—Sí… pobrecita, debería de irse a casa, tiene que entrar a trabajar y está durmiendo en esa maldita silla—gruñiste enfadada.

—La llevaremos nosotros, no te preocupes—sonrió Harry que era la primera vez que hablaba.

—Errrr… ¿y cuánto tienes que quedarte aquí?—preguntó Zayn.

—No sé, no me han dicho nada, sólo sé que tengo úlcera…

—Oh vaya, deberías de cuidarte…—habló Niall.

—Sí, estoy empezando a hacerlo—le diste una rápida mirada a Liam y viste que estaba mirando algo en el teléfono.

—Mmmh, ahora vengo, una llamada importante—sonríe y sale de la habitación. Por su sonrisa… por su alegría te das cuenta que habla de Danielle y eso duele, duele más que ese estúpido dolor de estómago o cualquier dolor físico que puedes tener en ese instante.

—No dejes que te afecte—un golpe nada fino llega de Louis y frunces el ceño, vaya, podría ser un poco más cuidadoso, ¡eras tú quien estaba en esa mierda de cama!—lo siento, estoy nervioso.