Smile for me, Payne. TERMINADA.

La escena del beso intentaste olvidarla y enterrarla para siempre en algún lugar muy profundo de tu mente. Lo que siguió de días evitaste a Liam como nunca. No contestaste a ninguna de sus llamadas, cuando te dejaba mensajes los leías pero no los contestabas y cuando Niall te hablaba hacías lo mismo ya que sabías que estaba a mano con Liam. Te habías drogado, vaya que sí lo habías hecho, tal vez hasta más que en toda tu vida, pero el constante sentimiento de vergüenza y depresión te hacía colocarte. Te habías quedado prácticamente sin dinero, todos tus ahorros se habían ido a la mierda y esperabas de todo corazón pode reemplazarlo, y para hacerlo tenías que trabajar o empezar a hacer algo útil que te trajera dinero.

—Hija baja un poco a la cocina—escuchaste el grito de ella y no, no se escuchaba amable, mierda.

—¿Sí?—contestaste.

—¿¡Qué es esto!?—te tiró una revista que aterrizó en tus brazos. En la portada estaba Liam delante de un puente, al ver eso todo tu cuerpo se revolvió, oh mierda. Tragaste saliva y decidiste ver qué más ponía.

—No es lo que parece—empezaste nerviosa cuando terminaste de leer, ahí ponía todo los detalles de ese día que te habías querido suicidar—. Yo estaba en el puente haciendo el imbécil y él pensó que… que me iba a tirar, sí, eso es. ¿Pero sabes mamá? ¡Es mi novio! ¡Ahora es mi novio!

Había sido la primera escusa que te había venido a la cabeza que funcionara. Desde que Nathan se había ido no habías tenido ninguna relación o acercamiento con un chico y sabías que eso pondría feliz a tu madre aunque era una mentira cochina por supuesto. Ella te miró insegura y dio un suspiro, te dolía verla así porque sabías que estaba cansada y acabada tanto física como psicológicamente. Por impulso la abrazaste unos segundos y después la soltaste con las mejillas sonrojadas… tal vez la calmaría un poco más, no solías demostrar afecto ante nadie, y menos con ella, eras así de estúpida.

—Me alegro mucho por ti cariño…—balbuceó ella con brillo en los ojos, estaba por llorar.

—Bueno, yo me tengo que ir a… a duchar—decidiste huir, no podías ver a tu madre llorar.

—No, espera, tengo que decirte una cosa más—habló apenada mientras que se sentaba enfrente de unos papeles que parecían facturas—. Hija, estos últimos meses no nos ha ido muy bien, y me siento culpable, no he trabajado tanto como otras veces y hay menos dinero. Han venido un par de facturas que no puedo pagar… y necesito el dinero ahorrado que tienes para la universidad. ¡Lo siento mucho! Yo es que… lo siento, me siento avergonzada pero necesito pagar todo eso o se nos puede agravar la situación y será peor. Yo sé que ese dinero es para tu futuro, ¡y prometo devolvértelo!

Abriste los ojos y una nausea te golpeó, joder, joder, joder, no tenías ese dinero. ¿Cómo se suponía que debías decírselo a tu madre? Quisiste balbucear algo pero no pudiste, cerraste la boca y respiraste con dificultad, parecía que se te estaba yendo el aire, te estabas ahogando. Al verte te miró apenada y empezó a llorar, mierda, no, no, no. Miraste alrededor y todo te daba vueltas, tenías que irte, tenías que huir… no podías estar ahí.

—¡_____(TN)!—gritó tu madre cuando saliste dando un portazo.

No sabías dónde ir, no te habías cogido ni llaves, ni teléfono… ni siquiera una maldita chaqueta y hacía frío. Empezaste a andar sin rumbo fijo aunque sabías perfectamente dónde ibas a acabar, era inevitable, tus pies parecían llevarte hacia allí inconscientemente. Al estar enfrente de su puerta tocaste pero nadie te abrió, te sentías estúpida, era normal que no estuviera, tenía cosas que hacer probablemente.

—____(TN)…—te llamó Liam cuando te encontró apoyada en su puerta—. ¿Qué haces aquí sentada?

—Yo es que…—te levantaste rápidamente tiritando—llevo mucho tiempo creo.

—Oh Dios, estás tiritando—abrió la puerta rápidamente—entra anda. ¿Qué ha pasado?

—Yo… es que… tengo ciertos problemas—te sentaste en el sofá y te cubriste la cara con las manos—no sabía dónde ir, normalmente iba con Robert pero como está en el hospital y… y bueno, pensé en ti, lo siento si te molesto, seguramente estás cansado, ¿cierto?

—No importa, cuéntame—se sentó a tu lado dispuesto a escucharte.

—Mi mamá me ha pedido el dinero que se suponía que era para la universidad y no lo tengo—fuiste directa—. Yo me lo he gastado… y ella lo necesita para pagar algunas facturas y yo no tengo de dónde dárselo. No sé qué hacer. Y la he mentido.

—¿Mentido con qué?

—Que tú eras mi novio—cerraste los ojos avergonzada—. Lo sé, estúpido, pero es que ella encontró una revista donde ponía todo lo que pasó y tuve que inventarme una historia que me crea, y ella es débil con estas cosas, desde Nathan no he vuelto… a acercarme a ningún chico de esa manera. Sabe que lo he pasado mal, me he sentido culpable, me siento culpable.

—¿Culpable por qué? Nunca he logrado entender eso, siempre dices eso pero no explicas más—habló frustrado él.

—Tal vez más adelante te lo explique Liam, ahora no puedo.

—Bueno, no pasa nada—pasó un brazo por tus hombros y te atrajo hacia él en un abrazo protector y cálido—. Todo estará bien, ya verás.

Y en sus brazos, sintiéndote protegida y caliente, por primera vez creías que todo iba a estar bien, que todo se iba a arreglar y que ibas a seguir adelante. Sabías que era una estupidez, no lo creías, ¿qué iba a salir bien? Nada. Tu mamá necesitaba el dinero y tú no lo tenías, y te habías inventado un novio más falso que las tetas de Pamela Anderson. Suspiraste y te aferraste más a Liam, él te daba la seguridad que en ese instante te estaba faltando.

—Liam… eres tan bueno—suspiraste en su cuello.

—Shhhh ____(TN)—te tranquilizó él acariciándote la espalda—, relájate. ¿Has avisado a tu mamá que te has ido?

—No…

—Eso pensaba—rió suavemente—. Llámala y avísale que estás con tu novio.

Reíste por la palabra ‘novio’, sonaba raro pero asentiste y le hiciste caso, era mejor no preocuparla más, ya tenía suficientes problemas la pobre. La llamaste y hablaste con ella tranquilizándola, le prometiste dar el dinero que lo ibas a conseguir de algún lugar con seguridad y avisaste que te ibas a quedar en casa de Liam un rato. Ella no puso pegas, aceptó ya que tenía que irse a trabajar y prefería saber que estabas con tu ‘novio’ que sola en la casa. Al colgar buscaste a Liam y él estaba pidiendo comida por teléfono, pillado, no era de muy cocinar, eso te hizo reír, hasta ese momento habías pensando que era perfecto.

—Comida china, ¿te parece bien?—preguntó cuando colgó.

—Sí… supongo que sí—asentiste con gesto ausente, estabas pensando de dónde conseguir el dinero.

Podías pedirle prestado a alguien pero en ese mismo momento no sabías quién podría tener 10.000 libras (serían unos 11.500 euros, no sé cuál cómo sería en cada país). Y trabajando no ibas a reunirlo tan rápido, eso te llevaría por lo menos un año o más, hoy en día los trabajos no se pagaban bien y menos si no tenías estudios o estabas formada profesionalmente en algo.

—No te preocupes _____(TN)—te sonrió él—. Le darás el dinero a tu mamá mañana mismo, e iré contigo para presentarme como tu novio, todo estará bien. Aunque te ayudaré con una condición, es eso o nada.

—¿Qué condición?—preguntaste con miedo.

—Que aceptes mi ayuda—estiró su mano con una amable sonrisa.

Esperar a que tu mamá viniera del trabajo para presentarle a tu nuevo novio era incómodo. Estabas nerviosa y no sabías cómo actuar. Liam en cambio parecía muy cómodo sentado en tu sofá riendo mientras que veía un programa de comedia en MTV. Lo miraste una vez más y apartaste la vista para seguir colocando los platos, iban a comer, era una comida familiar e iba a ser incómodo. Liam volvió a reír a carcajada limpia y lo miraste con una pequeña sonrisa, por lo menos él estaba bien, eso te calmaba en cierto modo.

—¡Ya estoy aquí!—escuchaste el grito de tu madre y parecía estar de buen humor. Sin querer dejaste caer el tenedor en el plato haciendo que hiciera un ruido feo, en ese instante Liam te miró preocupado.

—Eh, hola mamá—la saludaste colocando todo bien—. ¿Cómo te ha ido hoy?

—Muy bien. Hola muchacho—sonrió al ver a Liam.

—Hola señora ____(TA), ¿cómo está?—sonrió él igual de encantador que siempre—Soy Liam Payne, el novio de su hija.

—Encantada de conocerte, ¡pero qué alto eres!—rió ella—Me alegro que mi hija tenga a alguien como tú cerca, te ves un muchacho serio y no los típicos que están en las nubes. ¿Cuántos años tienes?

—Diecinueve, señora.

—Llámame ____(NombredetuMamá)—volvió a reír y te sorprendiste por su buen humor, cuando había conocido a Nathan no había sido así, de hecho nunca lo había acabado por aceptar.

—Bueno, a comer, está todo listo—los interrumpiste incómoda.

La comida fue algo incómoda para ti, porque tu mamá y Liam no pararon de hablar de todo lo posible. Le preguntó por su carrera como cantante, cómo iban las cosas, sobre su familia… en dónde vivía… le había hecho un interrogatorio a fondo y tú no sabías dónde esconderte de la vergüenza, eso era embarazoso ya que Liam no tenía que aguantar todas esas cosas, ÉL NO ERA TU NOVIO VERDADERO, simplemente lo hacía para ayudarte.

—¿Te has pensando eso del dinero?—suspiró tu mamá mirándote a ti ahora. ¿Por qué quería hablarlo enfrente de Liam? Pensabas hacerlo en privado… o algo parecido, era un tema más íntimo, algo de familia.

—Sí mamá, necesitas ese dinero y… es todo tuyo—aseguraste jugando con tus dedos debajo de la mesa—yo puedo esperar, mi situación bueno, el dinero es todo tuyo.

—Muchas gracias, prometo devolvértelo todo, cada centavo…—prometió con los ojos llenos de lágrimas. Asentiste mirando tu plato, no podías verla llorar y por eso la evitabas cada vez que se emocionaba.

—Bueno, y cuénteme de su trabajo, ¿cómo es el hospital?—intervino Liam y se lo agradeciste ya que tu mamá se enrolló hablando de su trabajo y de lo que hacía. No escuchaste absolutamente nada ya que estabas enterrándote en tu mundo. Cuando unos puntitos se te pusieron delante de los ojos te diste cuenta que necesitabas consumir… pero no tenías, y habías prometido no hacerlo más, habías aceptado la ayuda de Liam. Cerraste los ojos con fuerza e intentaste controlar tu respiración que estaba empezando a ser entrecortada.

—¡Qué rápido se ha pasado el tiempo!—exclamó tu mamá—Dentro de una hora ya me tengo que ir de nuevo. Hija, volveré mañana por la mañana, haré guardia y dormiré ahí para no perder tiempo en el camino. Estarás bien aquí con Liam, ¿verdad?

—Estás haciendo muchos turnos—hablaste.

—Nada que no pueda soportar—sonrió empezando a recoger los platos. Liam de inmediato se levantó para ayudar a recoger mientras que tú te quedaste ahí intentando controlarte, joder, eso no estaba bien, te sentías mal, parecía que alguien estaba despellejándote viva, tenías que… sólo tenías que hacerlo, un poquito, nada más, un poquito.

—¿Estás bien?—te preguntó Liam cuando llegó a tu lado y te vio bañada en sudor y más pálida de lo normal.

—No—te negaste mordiéndote el labio con fuerza.

—No te lo muerdas—te cogió de la barbilla haciendo que te soltaras el labio—. Espera, ven, concéntrate sólo en mi voz, ¿vale?

Él se sentó y te sentó en sus piernas, parecías una niña pequeña. Empezó a cantar bajito en tu oído. Sentir su respiración en tu cuello y oído te relajaba muchísimo, nunca habías esperado que funcionara pero los malestares se estaban yendo reemplazándose por un sueño pesado. Le diste un pequeño beso en la señal de nacimiento que tenía y cerraste los ojos profundamente, concentrándote en su voz y respiración, eso te durmió por completo.

—¿Está durmiendo?—preguntó tu mamá cuando llegó a la sala.

—Eso parece—sonrió Liam.

—Está cansada pobrecita—suspiró tu mamá—. Liam yo me tengo que ir, espero que no te moleste quedarte con ella, no me gusta dejarla sola, todavía me preocupa, ¿sabes? Sé que ella no está del todo bien, Nathan todavía la sigue… doliendo. Bueno, me voy que se me hace tarde y hablo demasiado. Cuídale mucho, por favor. Y pórtense bien.

—Vaya con cuidado—asintió Liam.

Cuando la casa se quedó totalmente en silencio suspiró, estaba ahí contigo cuando tendría que ir ensayar. No se arrepentía pero tendría que dar una buena explicación a los chicos. Estabas durmiendo en sus brazos y no quería moverte, le daba pena por si te alteraba de nuevo. Sabía que este tipo de crisis iban a volver pues había leído lo suficiente en internet como para estar informado. La verdad es que estaba asustado, eso podría agravarse y no sabía cómo iba a reaccionar.

—Hmmm—empezaste a moverte—¿Liam?

—Hola—te encontraste con su sonrisa.

—¿Me he dormido?—abriste los ojos más de lo normal—Vaya, lo siento, uh, supongo que no me he dado cuenta. ¿Qué hora es?

—Casi las ocho de la noche.

—¡Pero tenías ensayo!—te levantaste de sus brazos con rapidez—Te van a regañar Liam, deberías de haberte ido… yo ya me las habría arreglado. Joder Liam.

—Eh tranquila, no pasa nada por un día—te tranquilizó—. ¿Tienes hambre? ¿Algún malestar?

—Estoy bien… supongo—te sentaste desorientada, en lo que cabía estabas bien, no como antes.

—Me alegro entonces—se relajó.

—Liam…—lo llamaste minutos después.

—¿Hm?

—No sé si voy a poder hacerlo…—susurraste mirándote los pies—. Es tan difícil, tan incontrolable, parece que me domina por completo, y yo no sé cómo va a ser todo cuando esté sola.

—_____(TN)—te llamó y lo miraste—sonríe para mí.

Lo miraste parpadeando estúpidamente, ¿de verdad te había pedido eso? Él sonrió y te acordaste que tú también le había pedido eso una vez. Reíste divertida y acabaste sonriendo para él, era fácil hacerlo cuando tenía esa sonrisa amable en los labios.

—Eso es—te besó la frente—gracias.

Liam era consciente que no debería de estar ahí a esa hora de la noche pero era inevitable. Todas las miradas estaban en él y no culpaba a nadie, estaba en el peor barrio de Londres vistiendo ropa de marca, tenía pinta de ‘niño rico’ y eso llamaba la atención entre todos. Ellos pensaban que él estaba ahí para conseguir algún tipo de droga pero estaban muy equivocados, él estaba ahí sólo por una única razón, y esa razón eras tú. Te habías escapado, en un momento de despiste te habías ido dejándolo solo. Se había dado cuenta rápido y te había podido seguir, pero una vez que habías entrado por aquí ya no había podido seguir tu rastro y estaba enfadado y frustrado, e incluso podía decir que con miedo. Todas esas personas tenían cara de todo menos de amables, era obvio que no estaba bienvenido, uno no debía de ser muy inteligente para darse cuenta de eso.

—Escucha, es una chica, _____(TN)… suele venir mucho por aquí—habla él en un intento de averiguar dónde estabas, aunque con un suspiro se da cuenta que ese chico estaba más drogado que nunca en su vida, era probable que ni siquiera sabía su nombre, preguntar por ti era casi inútil.

Dejó al chico y siguió andando. La verdad es que ver todo eso daba pena. Eran escenas sacadas de películas. Personas sentadas en bancos o en algún lado de la calle drogándose. Unos esnifando, otros pinchándose… le provocaba escalofríos y al ver esto estaba seguro que eso se le quedaría para siempre grabado en la cabeza. Era como una advertencia, no estaba dispuesto a dejar que te convirtieras en eso, de ninguna manera, si era necesario iba a desenmascararte con tu madre, iba a obligarte a curarte… aunque eso suponía que empezaras a odiarlo.

—____(TN)…—susurra tu nombre mientras que mira el rostro de cada chica que podría parecerse a ti—¡_____(TN)!

Al verte hablando con un chico su corazón se acelera, ahí estabas, a unos pocos pasos nada más, sí, te había encontrado. Con intención de reírse sale corriendo en tu dirección empujando a un chico sin querer. Liam se paró preocupado y quiso disculparse pero sabía que el tipo no buscaba disculpas, había visto suficientes peleas y había recibido bastantes golpes para saber que ese tío buscaba pelea y probablemente le patearía el trasero.

—Lo siento, yo no quería empujarte… err, yo simplemente corría y…—empezó a hablar y sintió pena, probablemente estaba viéndose patético, tan patético como hace años en el colegio cuando lo golpeaban y se metían con él. Mierda tío, no estaba dispuesto a revivir eso de nuevo.

—¿Quién coño eres tú? No te he visto mucho por aquí—el chico que tiene voz grave lo mira desafiándolo, no buscaba pelea, no quería pelear, suspiró queriendo pegarse a sí mismo, siempre se metía en problemas por querer ser una mejor persona. Demonios, estaba cansado de cuidar de otras personas, ¿de él quién coño cuidaba? Con eso se acordó que su novia lo había dejado, vaya, que agradable.

—Yo solo venía para buscar a una persona, nada más—se encogió de hombros mirando entre la multitud para ver si seguías con ese chico. Y no, habías vuelto a desaparecer y la idea de gritar de frustración era muy atractiva. Suspiró y con una mirada de disgusto mira al chico que está enfrente de él, es obvio que busca problemas que con él no encontrará.

—¿A qué persona buscas?—le preguntó en un tono que casi lo obligaba a contestar.

—Una chica, ____(TN)—resopló y quiso irse pero un brazo lo empujó hacia atrás. Con un violento empujón se vio disparado hacia atrás y casi se encontró de cuelo en el suelo. Bueno, estaba empezando a enfadarse y era un chico muy tranquilo en estas situaciones. Probablemente con todos los que había ahí le sacarían la mierda de dentro pero no estaba dispuesto a ser el mismo idiota de siempre. Su nariz había sido rota, había peleado duramente toda su vida, en donde estaba ahora lo demostraba mucho, no iba a darse por vencido ahora, su entrenador nunca se lo había permitido.

—Bueno, entonces señorito, ¿no quieres consumir nada?—preguntó el tipo y sintió náuseas cuando se acercó a él y sintió el peste que desprendía—Tienes algo por ahí que puedes darnos, ¿qué me dices? Puedo ver un móvil muy bueno en tus pantalones…

—¿Liam?—escucha una voz que es demasiado suave para pertenecer a alguno de esos gorilas y se da la vuelta para encontrarse contigo. Frunce los labios y espera ver indicios de que estás drogada… en cambio no puede ver nada, no de momento.

—Oh vaya, la famosa _____(TN)—el gorila quiere acercarse a ti pero Liam no está dispuesto a dejarte, con una mirada seria se pone enfrente de ti y te esconde detrás de él. Sentía que debía protegerte, aunque por lo que se veía, esas personas te conocías mejor que él.

—Atrás…—gruñe Liam y hasta a ti te sorprende su comportamiento.

—¿Sabes que esa zorra me la chupó para conseguir cocaína amigo?—se burló y tu corazón se encogió de la humillación, estando sola podrías afrontar los insultos, pero no con Liam ahí… simplemente te avergonzaba, querías que la manera en que él te veía no cambiara por las cosas malas que habías hecho antes de conocerlo. Querías que él pensara que eras una buena chica.

—Vámonos Liam—lo agarraste del brazo, querías irte. Matt que era el chico que estaba hablando tan mal no se andaba con tonterías, él luchaba, tenía luchas ilegales cada fin de semana, y viéndolos, sabías que Liam tenía mucha desventaja si es que tendrían que luchar, y no sólo porque era más pequeño que Matt, los amigos se meterían y al final no sería uno contra uno, sería unos cinco contra Liam y no, no te apetecía nada presenciar algo así.

—Sí, vámonos, no vale la pena…—agregó Liam y advirtiendo a Matt con la mirada sacaste a Liam de ahí. Todavía no entendías porqué estaba él ahí y cómo había parado con Matt pero de momento dejarías que las aguas se calmaran, luego ya harías preguntas.

—¿Con qué has venido?—preguntaste.

—Te seguí… por tanto en autobús—se encogió de hombros con gesto hosco, vaya hombre, ¿enserio iba a comportarse contigo de esa forma? Tú no tenías la culpa de nada, no le habías obligado que se metiera ahí.

—¿Y por qué me seguiste Liam?

—¿De verdad quieres saberlo?—te miró unos segundos y volvió a apartar la mirada—No pareces drogada ahora.

—Porque no lo estoy—hablaste seca, entonces de eso se trataba, te había seguido para asegurarse de que no volvías a drogarte, vaya, eso dolía, le habías prometido que no volverías a hacerlo, ¿por qué no confiaba en ti? Frunciste el ceño y lo miraste intentando ver qué demonios te hacía sentir tanta debilidad por ese hombre.

—¿Y qué fuiste a buscar ahí?

—Estaba pagando una deuda que no podía esperar más… ya sabes.

—¿Y por qué demonios no me lo dices? Me gustaría saber por lo menos… no sé, intentar que esto funcione bien y que no nos metamos en líos como estos. Podría haberme metido en una pelea estúpida que lo único que haría es empeorar toda la situación—habló frustrado—. No puedo meterme en peleas ____(TN), no puedo hacer todas estas cosas que parecen tan normales porque todo el mundo me está vigilando y hombre, eso apesta. Estoy en el punto de mira de todos los medios.

—¿Y qué culpa tengo yo?—te paraste en medio del camino y lo miraste con rabia, parecía que estaba echándote la culpa de todo cuando tú ni siquiera habías pedido su ayuda alguna vez—¡No fui yo quien te pidió ayuda! Déjate de mierdas Liam, yo no tengo la culpa de nada, en esta mierda te has metido tú solo.

—Me he metido de cabeza—dio unos pasos hasta quedar enfrente tuya—. Pero creo que vale la pena, ¿sabes? ¿Tú no lo ves así?

—Sonríe para mí idiota…—le acariciaste la mejilla desconcentrándolo. Se suponía que estaban peleando, ¿no?