Smile for me, Payne. TERMINADA.

“No puede pasarte esto. No puede ser cierto. Esto debería de tener una solución. Seguramente saldrás adelante, no pierdas la esperanza. Estaremos para apoyarte.” Todo eso habían dicho los chicos pero sabías que en un momento dado ellos también se irían por tus acciones. No sabías cómo comportarte con las personas que te apreciaban, no sabías cómo tomar un cumplido o un simple abrazo. Tu vida siempre había sido superficial y fría. Responder a un abrazo o a un cumplido se te hacía incómodo… y hablar y abrirte con las personas era peor aún. Se notaba que ninguno de los chicos tenía ese problema ya que todos hablaban entre ellos de todo. Tú ni siquiera podías llorar, no te lo permitías.

—Me tengo que ir…—te intentaste levantar pero esta vez fue Liam quien te hizo sentarte—enserio, tengo que irme.

—Has venido aquí porque querías hablar conmigo, ¿de qué trata?—preguntó recordando el motivo de tu visita. Te mordiste el labio y negaste con la cabeza, ya no querías hablar, ya se te pasaría todo en cuanto…

—Nosotros nos vamos—se levantaron Harry y Niall—. Nos vemos mañana Liam o tal vez esta noche para quedar a cenar. Tengan cuidado.

—No te vas a ir hasta que no me lo digas—habló Liam y aunque nunca lo habías visto como una persona testaruda, en ese momento te lo estaba demostrando.

Diste un suspiro y te moviste haciendo una mueca, tu espalda te dolía por el violento altercado con el amigo de Robert y el estómago también. Te agarraste la cabeza para estabilizarte y volviste a negar con la cabeza, no sabías cómo empezar. No sabías porqué habías venido a hablar con Liam… era estúpido, como si confesarle que a tu amigo le había dado una cosa rara por las drogas fuera la cosa más normal del mundo.

—Ha sido estúpido, no es nada…—lo miraste seria.

—¿Te duele algo?—preguntó ladeando la cabeza para observarte con atención. Te revolviste incómoda y volviste a hacer una mueca cuando te diste en la espalda con el respaldo del sofá.

—No. Sí. Algo…—admitiste finalmente dándote por vencida.

—¿Qué te pasa? Puedes contármelo _____(TN), prometo escucharte y no juzgarte, no soy nadie para hacerlo—apartó unos mechones rebeldes de tu cara y te miró con dulzura, mierda, tragaste saliva y abriste la poca para empezar a hablar.

—Mi amigo está en el hospital…—fuiste por el camino fácil sin darle ninguna explicación—. Su hermana no ve bien su amistad conmigo y no me ha dejado estar en el hospital, supongo que me sentí ofendida… o tal vez tiene razón, no sé, estoy confundida.

—¿Y qué te duele?—arrugó su frente y esperó.

—La espalda, fue un golpe de nada, no te preocupes… ¡Liam!—chillaste cuando él te levantó del sofá y empezó a subirte la blusa que llevabas. Te resististe ya que tenías un gran hematoma, lo habías visto… y además las señales que te había hecho Robert todavía estaban ahí. Tu cuerpo estaba marcado y era asqueroso, simplemente asqueroso.

—Para _____(TN)—escuchaste su tono duro y automáticamente dejaste de resistirte. Él aprovechó y logró subirte la blusa hasta tus pechos, ahí la dejó y empezó a mirarte con detenimiento. No podías soportar esa mirada ardiente en tu cuerpo así que intentaste esconderlo pero no pudiste, él te cogió del brazo y te lo impidió—. ¿Quién te ha hecho esto? Contéstame, quién demonios te ha hecho esto.

—Na-nadie…—tartamudeaste—. Liam por favor…

—¿Quién?—volvió a preguntar y su voz no se suavizó en ningún momento, él parecía realmente duro y enfadado. Tragaste saliva y gruñiste en un intento de parecer dura también, aunque no salió muy bien porque él seguía mirándote impasible, con una mirada fría y dura.

—Joder, ¡esto no te importa!—te bajaste la blusa con rabia. Sabías que si te comportabas mal con Liam, eso lo desconcentraría y no pondría preguntas de ese tipo. Querías confiar en él pero no sabías si estabas segura o no. Él podría juzgarte, echarte de casa… avergonzarte, humillarte… y sabías que una palabra mala de él significaba algo peor que estar un mes sin drogas.

—Estás muy mal _____(TN). ¿Por qué aceptas todas estas cosas? Te hacen mal. ¿Es por las drogas? ¿Es alguien de tu familia…? ¿Algún chico, novio?—hablaba con desesperación.

—Ya te lo he dicho—cogiste tu chaqueta y bolso—no te importa, ahora déjame salir. ¡Liam joder déjame!

Tu grito había asustado a Liam así que aprovechaste para salir de ahí. Cerraste la puerta con un portazo mientras que él se quedaba ahí mirando la puerta desconcentrado. No sabía cómo llegar a ti, cómo hacer que confiaras en él… No entendía tu comportamiento en ocasiones. Acudías a él para después echarte para atrás. Se mordió el labio frustrado, joder, eso no estaba saliendo como él había estado planeando.

Estaba solo… había peleado con la persona que pensaba que podía ayudar, había regañado a dos de sus mejores amigos y probablemente ellos estarían enfadados (no se arrepentía de eso) y se sentía solo, más solo que nunca. Y era irónico, sabía que podría hacer miles de cosas para no sentirse así… pero simplemente no tenía ganas. Frustrado, cansado y con miles de cosas se puso música alta y empezó a hacer unas pesas para ver si lograba despejarse de todo eso.

Cuando los chicos lo llamaron para ver si salía decidió no salir, estaba cansado y necesitaba relajarse, tumbarse en el sofá viendo alguna película mientras que comía comida basura. Iba a subir todo lo que había bajado. Eso le hizo reír y dándose ánimos a sí mismo se fue a la cocina tarareando una canción. Ahí cogió varias tabletas de chocolate, coca-cola, LAYS, barritas energéticas de maíz con frutos secos que estaban deliciosas y unas galletas con chocolate blanco. ¡Todo un festín! Estaba sufriendo por Niall, él amaría todo eso… pero por hoy sería egoísta y se lo comería él todo.

—¿Por qué no viniste anoche?—le preguntó Louis cuando se reunieron para los ensayos que tenían.

—No me sentía con ganas—se encogió de hombros dejando teléfono, cartera y llaves en la mesa de siempre—¿se la pasaron bien?

—Como siempre—asintió Harry.

—Bien. ¿Empezamos?—suspiró.

—Sí, deberíamos…

Ensayaron un buen rato intentando seguir la poca coreografía que tenían, por suerte no los obligaban bailar ya que eso sería un desastre. Podría presumir de ser un buen bailarín cuando quería… pero en el escenario su cuerpo no se controlaba y se movía por sí solo. Eso le pasaba a él y a todos los demás, y de ahí venía la fama de malos bailarines. Era divertido de todos modos así que simplemente se habían quedado con eso y lo aceptaban.

—¿Y por qué no un círculo de nuevo? Me da igual si ya lo hemos hecho—habló Louis sentándose en el suelo con pereza.

—Porque tenemos que ser originales—replicó Harry con voz dulce.

—A la mierda…—se dejó caer Louis del todo.

—Liam… Liam…—lo llamó Niall y sabía lo que pedía.

—Sí Niall sí, la barrita está en el bolsillo de siempre—blanqueó los ojos, anoche no había podido comerse todo y se la había traído a Niall, siempre le traía algo.

—¡Gracias!—voló el rubio y sacó la barrita—Frutos secos, ¡me encanta!

—¿Verdad que sí? Son buenas—asintió él con gesto distraído, todavía había ciertas cosas que daban vueltas por su cabeza y no sabía cómo apartarlas.

—¿Estás bien…?—le preguntó su amigo.

—Estoy bien rubio, no te preocupes—le sonrió para que se tranquilizara.