Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Su Mejor Peor Error Nicholas y __Tn. TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 7 de 14. • Comparte
Página 7 de 14. • 1 ... 6, 7, 8 ... 10 ... 14
Re: Su Mejor Peor Error Nicholas y __Tn. TERMINADA
Capítulo 6
(Parte Uno)
(Parte Uno)
Nicholas tomó un trago de su copa de vino.
No tenía idea de lo que era, cabernet sauvignon, syrah, pinot
noir. Simplemente necesitaba algo para distraerlo de la dureza
dolorosa de su polla. Había estado duro, más o menos, desde el segundo de la
llegada de (Tn). Una mirada a su cremoso y elegante cuello, profundos labios
rosados y pequeños pechos redondos y él había estado ido, ido, ido, y no
importaba lo que hiciera —ignorarla, evitarla, hablar de modificaciones legislativas
con Perry— no podía conseguir que su revoltosa mente o su polla dejaran de
obsesionarse con ella.
No era como si cualquiera de los dos órganos necesitara la práctica. Había pensado
en (Tn) casi todos los días desde que la había lanzado en su sofá y salido con la
suya con ella. No voluntariamente, por supuesto. Pero ella tenía una manera de
deslizarse bajo sus defensas. En un minuto él estaría, por ejemplo, afeitándose,
preparándose para dirigirse a trabajar por el día, y al siguiente estaría perdido en
los recuerdos de esa noche, una erección creciente haciendo una carpa en su ropa
interior. Humillante como era admitir, que había renunciado a resistirse a la
tentación de esos recuerdos después de la primera semana. (Tn) había estado tan
caliente, el sexo demasiado bueno para borrarlo de su mente. Nunca había pasado
tanto tiempo en la ducha, alternando entre tratar de librarse de una erección y
dándose a la necesidad y ayudándose con la mano. Había tenido más orgasmos
solitarios con el nombre de (Tn) en ellos en el último mes de lo que quería contar.
Y ahora ella estaba sentada frente a él. O lo estaría cuando regresara del cuarto de
baño con ese vestido amarillo fluido, ceñido, que envolvía sus pechos y culo como
un abrazo.
Dios lo ayudara.
Se removió en su asiento, tratando subrepticiamente de acomodarse. ¿Cuánto
tiempo podía un hombre mantenerse duro? ¿Una hora? ¿Dos? ¿En qué momento el
deseo simplemente lo consumiría?
Los pelos de la nuca se le erizaron y supo que (Tn) había vuelto al comedor. El
impulso de darse la vuelta y mirarla caminar hacia su asiento era tan fuerte que
apretó sus manos alrededor de sus cubiertos. No iba a comérsela con los ojos como
un desesperado adolescente seductor. Iba a retener alguna apariencia de dignidad,
aunque la mitad inferior de su cuerpo había renunciado a la batalla hace mucho
tiempo.
Sin embargo, era consciente del suave roce de su falda cuando ella entró. Tenía que
pasar al lado de él para dar la vuelta al extremo de la mesa y llegar a su propio
asiento. Inhaló, en busca de un atisbo de su perfume. Aún podía recordar los
débiles rastros que había lamido de su piel aquella noche...
—Aquí. Has dejado caer la servilleta —dijo su voz detrás de él.
Su mano automáticamente fue a su regazo, buscando el cuadrado de lino
almidonado que había ocultado muchos pecados durante la última media hora,
incluso mientras se volvió a medias hacia (Tn). Sus dedos encontraron el tejido
rígido en su regazo, su servilleta —no perdida en absoluto— mientras (Tn) se
agachaba y levantaba algo del suelo. Antes de que él tuviera la oportunidad de
registrar lo que estaba haciendo, ella se acercó. Esperaba le entregará una servilleta
errante que alguien había perdido claramente, pero en su lugar sintió su mano
deslizándose en el bolsillo de la chaqueta de su traje.
Una fracción de segundo y el encuentro terminó, toda la maniobra tan casual, tan
sutil que estaba casi seguro de que nadie en la mesa comprendió lo que había
sucedido.
—Gracias —dijo él mientras ella se alejaba, su voz sonó sorprendentemente
normal.
Su mirada la siguió cuando ella dio la vuelta a la mesa y se sentó frente a él de
nuevo, pero cada célula de su ser estaba concentrado en lo que había metido en el
bolsillo.
¿Una nota?
¿Su número?
Estaba desesperado por averiguarlo, pero también consciente de que descubriría el
juego si de repente comenzaba a tocar sus bolsillos.
Así que esperó. Vio como (Tn) se sentó de nuevo en su asiento, exclamando sobre
cuán agradablemente estaba presentada su comida, haciéndole un comentario a
Bronwyn de lo mucho que amaba los espárragos. La conversación se arremolinaba
a su alrededor mientras la miraba, esperando que ella levantara la mirada a la
suya.
Finalmente, después de unos minutos de tortura, ella miró al otro lado de la mesa.
Sus ojos color ámbar estaban dramáticamente ahumados con sombra de ojos, sus
pestañas largas y oscuras. El brillo en sus profundidades era pura provocación. Su
polla surgió entre sus piernas y comprendió que había leído su necesidad cuando
lo había atrapado observándola salir de la habitación.
Con sus ojos fijos sobre los de ella, deslizó su mano en el bolsillo.
Sus dedos acariciaron tela sedosa. Su corazón tartamudeó en su pecho.
Querido Dios, ella deslizó su ropa interior en el bolsillo.
Su mano se cerró en torno a un susurro de suave seda y encaje. Pero se olvidó de
respirar por un minuto mientras las implicaciones de su descubrimiento
ondulaban a través de él. Si tenía su ropa interior, eso significaba que estaba
desnuda debajo de su ondeante vestido amarillo. Ahora mismo, en éste mismo
minuto, sentada a no menos de un metro de él.
No creía que fuera posible para él ponerse más duro, pero lo hizo. Se removió en
su asiento de nuevo, el sudor brotando en su frente.
Esto era una tortura, tortura pura, y nunca había estado más encendido en su vida.
Aflojó su apretón en su ropa interior, frotando el tejido blando entre el pulgar y el
índice, los ojos todavía fijos en los de ella. Sintió un rastro de humedad y se tragó
un gemido. La necesidad de levantar su mano a la cara y aspirar su olor era
primordial, casi innegable.
Se aclaró la garganta y sacó la mano libre. Al otro lado de la mesa, la mirada de
(Tn) cayó recatadamente a su plato. De alguna manera, él se las arregló para
recuperar el control de su estruendoso corazón. Exhalando lentamente por la nariz,
levantó su vaso y bebió otro trago de vino y comenzó a planear su salida
estratégica.
Durante la siguiente hora y media, él y (Tn) jugaron un juego secreto de miradas
calientes y gestos sutiles. Ella tocaba el tallo de su copa de vino, y luego tocaba el
cuello de su vestido. Él deslizó su mano en el bolsillo y sintió la seda de su ropa
interior y no le permitió mirar hacia otro lado. Ella chupó la punta de un tallo de
espárrago. Él lamió la crema de una frambuesa rojo brillante.
Finalmente los platos del postre habían sido eliminados y los cafés ofrecidos.
Nicholas tomó ventaja de la algarabía general para escapar de la mesa.
Afortunadamente su chaqueta cubrió la evidencia de su excitación, pero tomó la
precaución de recoger su abrigo del dormitorio principal antes de encaminarse de
nuevo hacia el comedor para despedirse.
—¡No te irás ya! —exclamó Bronwyn cuando lo vio en su abrigo.
—Me dirijo hacia el Norte como primera cosa mañana. Comienzo temprano
—mintió Nick.
Como excusa para irse, era bastante débil, pero las mejillas de Bronwyn estaban
rosadas de la bebida y ella no iba a interrogarlo.
—Te acompañaré a la puerta —dijo Perry, levantándose de la mesa.
Por el rabillo del ojo, Nicholas vio a (Tn) empujar su silla mientras él y Perry salían
de la habitación. Se esforzó por concentrarse en lo que su amigo estaba diciendo
mientras se alejaban hacia la puerta, algo acerca de jugar squash pronto, tal vez
ponerse al día para tomar una copa si Nicholas quería hablar. No fue hasta que había
salido del edificio que Nicholas entendió que Perry se había estado refiriendo oh-tan-
amable e indirectamente a Elizabeth y su compromiso roto.
En su propia, reservada y muy correcta manera, Perry estaba haciéndole saber que
si necesitaba descargarse, él estaba allí. Decente por parte de él, pero Nicholas tenía
muy poco qué decir acerca de Elizabeth. En el mes desde que ella había
suspendido la boda, había estado sorprendido por cuán poco había estado en sus
pensamientos. Había sentido una cierta vergüenza en torno al anuncio inicial,
cierta molestia con respecto a las cancelaciones y otras cosas y había una nueva
moderación entre él y Edward, pero no había estado acostado despierto en la
noche, meditando sobre los daños que le causó o lo mucho que extrañaba a
Elizabeth.
La única mujer por la que había estado rumiando era (Tn), si se puede llamar
rumiar a fantasear de forma feroz y a la autosatisfacción. Estaba más inclinado a
verlo como una obsesión compulsiva. Una vez había estado seguro de que nunca
se contentaría, hasta que (Tn) había deslizado sus bragas en el bolsillo.
La puerta se abrió detrás de él y se volvió a ver mientras (Tn) salía a la calle.
Ahora que estaban solos, su mirada era más asustadiza, menos audaz, mientras se
encontraba con la suya. Como si no estuviera muy segura de cuál era el siguiente
paso, ahora que ya no estaban jugando un juego.
Él lo sabía. Dios, si lo sabía.
—Mi coche está por aquí —dije, haciendo un gesto con la cabeza.
No se atrevió a tomarla del brazo o tocarla. No confiaba en sí mismo. Como estaba,
iba a ser forzado a caminar media cuadra al lado de ella sin empujarla contra la
superficie plana más cercana y tomarla.
Sus tacones hacían clic en el pavimento, mientras caminaban lado a lado. Sus
manos estaban metidas profundas en sus bolsillos, con la barbilla metida en el
cuello del abrigo. Su cabello rojo oscuro bajaba por su espalda.
Él la deseaba tanto que le dolía. Había estacionado en el callejón detrás del lugar
de Bronwyn y Perry, un espacio aislado y oscuro. El parpadeo de las luces de su
coche mientras lo desbloqueaba a distancia fue casi cegador.
Él miró a (Tn), a punto de preguntarle si prefería su lugar o el suyo, pero ella ya
estaba sacando el botón superior de su chaqueta. Sin decir una palabra, lo sacó de
sus hombros y luego abrió la puerta trasera del Jaguar y entró.
Jesús. Era tan jodidamente caliente.
Se sacó su propio abrigo, lanzándolo en el piso del coche, y luego siguió con la
chaqueta de su traje. Entonces y sólo entonces la siguió al interior.
Su perfume lo envolvió mientras llegaba a ella. Sus manos alisaron la tela suave
antes de encontrar el calor de su piel. Ella levantó la boca hacia la suya y lo besó
con avidez, avariciosamente.
Ella sabía tan bien. Como el pecado. Como cada sucio pensamiento que alguna vez
había tenido.
La empujó sobre su espalda, cubriéndola con su cuerpo, una mano ya penetrando
el dobladillo de la falda. Su mano se deslizó hacia arriba al liso y suave muslo y
hacia el calor líquido. (Tn) soltó un pequeño y estrangulado sollozo, mientras él
trazaba la línea de su sexo, los dedos resbalosos con su necesidad. Su clítoris era
una perla pequeña y dura, cuando la encontró, y ella tembló cuando la atormentó
con su pulgar. Estaba desesperado por estar dentro de ella, pero había algo sobre la
respiración entrecortada de (Tn) y la forma en que se aferraba a él y sus besos
profundos y necesitados que le hacían querer alargar esto.
Quería que rogara por él. La quería jadeante y adolorida. Quería que ella lo
deseara tanto como él la deseaba. Quería compensar todas las veces que lo había
atormentado en sus fantasías.
Deslizó un dedo dentro de ella, su pulgar todavía jugando con su clítoris. Ella
levantó sus caderas, urgiéndolo. Él ahuecó su pecho con su mano libre,
deslizándolo dentro del corpiño de su vestido para encontrar el pezón. Ella agarró
su culo, tirando de sus caderas más cerca de las suyas.
Deslizó otro dedo dentro de ella y comenzó un ritmo constante, resbaladizo. Ella
dejó caer la cabeza hacia atrás y comenzó a jadear.
—Nicholas … Por favor… Te necesito.
Su voz era entrecortada, indefensa. Sabía lo que quería, pero él había estado
pensando sobre esto durante semanas. Siguió dando vueltas a su clítoris, los dedos
resbaladizos con sus jugos, hasta que la sintió apretar a su alrededor. Su
respiración entrecortada, con la espalda arqueada. La besó mientras se estremecía
hasta el clímax, dejando salir un suspiro en su deseo. Al segundo en que ella había
terminado, él extendió su mano hacia su cinturón.
—Dios mío, sí —susurró mientras él se desabrochó la bragueta.
Le tomó segundos deslizar un condón, luego se tomó en la mano y usó la cabeza
de su polla para tomarle el pelo un poco más. Ella gimió y levantó las caderas,
desesperada porque la penetrara. Lo mantuvo fuera tanto como pudo antes de
sumergirse en su interior.
Tan caliente y apretada y mojada. Así de malditamente bueno.
Los planes que tenía para alargarlo más salieron por la ventana. De repente sólo
estaban ella y él y el dolor exigente en su polla. Acarició dentro de ella, creando un
ritmo castigador. Ella sollozó su aprobación y cerró sus tobillos detrás de su
espalda, respondiendo a cada golpe con uno de los suyos.
Ella deslizó sus manos dentro de los pantalones de su traje para encontrar su culo,
las uñas cavando en éste, instándolo a que fuera más rápido, más duro. Él sintió su
clímax creciendo en su interior. Se enterró a sí mismo profundamente y dejó que lo
llevara, su cara pegada a la piel fragante y suave de su cuello.
Al regresar de nuevo a tierra, sintió la mano de (Tn) deslizándose entre sus
cuerpos a donde aún seguían unidos, sintió el feroz y rápido movimiento de su
mano mientras se tocaba a sí misma.
—No te muevas. Por favor, no te muevas —ella rogó.
Segundos después, ella se estaba viniendo una segunda vez, su cuerpo
convulsionando alrededor de él.
No tenía idea de lo que era, cabernet sauvignon, syrah, pinot
noir. Simplemente necesitaba algo para distraerlo de la dureza
dolorosa de su polla. Había estado duro, más o menos, desde el segundo de la
llegada de (Tn). Una mirada a su cremoso y elegante cuello, profundos labios
rosados y pequeños pechos redondos y él había estado ido, ido, ido, y no
importaba lo que hiciera —ignorarla, evitarla, hablar de modificaciones legislativas
con Perry— no podía conseguir que su revoltosa mente o su polla dejaran de
obsesionarse con ella.
No era como si cualquiera de los dos órganos necesitara la práctica. Había pensado
en (Tn) casi todos los días desde que la había lanzado en su sofá y salido con la
suya con ella. No voluntariamente, por supuesto. Pero ella tenía una manera de
deslizarse bajo sus defensas. En un minuto él estaría, por ejemplo, afeitándose,
preparándose para dirigirse a trabajar por el día, y al siguiente estaría perdido en
los recuerdos de esa noche, una erección creciente haciendo una carpa en su ropa
interior. Humillante como era admitir, que había renunciado a resistirse a la
tentación de esos recuerdos después de la primera semana. (Tn) había estado tan
caliente, el sexo demasiado bueno para borrarlo de su mente. Nunca había pasado
tanto tiempo en la ducha, alternando entre tratar de librarse de una erección y
dándose a la necesidad y ayudándose con la mano. Había tenido más orgasmos
solitarios con el nombre de (Tn) en ellos en el último mes de lo que quería contar.
Y ahora ella estaba sentada frente a él. O lo estaría cuando regresara del cuarto de
baño con ese vestido amarillo fluido, ceñido, que envolvía sus pechos y culo como
un abrazo.
Dios lo ayudara.
Se removió en su asiento, tratando subrepticiamente de acomodarse. ¿Cuánto
tiempo podía un hombre mantenerse duro? ¿Una hora? ¿Dos? ¿En qué momento el
deseo simplemente lo consumiría?
Los pelos de la nuca se le erizaron y supo que (Tn) había vuelto al comedor. El
impulso de darse la vuelta y mirarla caminar hacia su asiento era tan fuerte que
apretó sus manos alrededor de sus cubiertos. No iba a comérsela con los ojos como
un desesperado adolescente seductor. Iba a retener alguna apariencia de dignidad,
aunque la mitad inferior de su cuerpo había renunciado a la batalla hace mucho
tiempo.
Sin embargo, era consciente del suave roce de su falda cuando ella entró. Tenía que
pasar al lado de él para dar la vuelta al extremo de la mesa y llegar a su propio
asiento. Inhaló, en busca de un atisbo de su perfume. Aún podía recordar los
débiles rastros que había lamido de su piel aquella noche...
—Aquí. Has dejado caer la servilleta —dijo su voz detrás de él.
Su mano automáticamente fue a su regazo, buscando el cuadrado de lino
almidonado que había ocultado muchos pecados durante la última media hora,
incluso mientras se volvió a medias hacia (Tn). Sus dedos encontraron el tejido
rígido en su regazo, su servilleta —no perdida en absoluto— mientras (Tn) se
agachaba y levantaba algo del suelo. Antes de que él tuviera la oportunidad de
registrar lo que estaba haciendo, ella se acercó. Esperaba le entregará una servilleta
errante que alguien había perdido claramente, pero en su lugar sintió su mano
deslizándose en el bolsillo de la chaqueta de su traje.
Una fracción de segundo y el encuentro terminó, toda la maniobra tan casual, tan
sutil que estaba casi seguro de que nadie en la mesa comprendió lo que había
sucedido.
—Gracias —dijo él mientras ella se alejaba, su voz sonó sorprendentemente
normal.
Su mirada la siguió cuando ella dio la vuelta a la mesa y se sentó frente a él de
nuevo, pero cada célula de su ser estaba concentrado en lo que había metido en el
bolsillo.
¿Una nota?
¿Su número?
Estaba desesperado por averiguarlo, pero también consciente de que descubriría el
juego si de repente comenzaba a tocar sus bolsillos.
Así que esperó. Vio como (Tn) se sentó de nuevo en su asiento, exclamando sobre
cuán agradablemente estaba presentada su comida, haciéndole un comentario a
Bronwyn de lo mucho que amaba los espárragos. La conversación se arremolinaba
a su alrededor mientras la miraba, esperando que ella levantara la mirada a la
suya.
Finalmente, después de unos minutos de tortura, ella miró al otro lado de la mesa.
Sus ojos color ámbar estaban dramáticamente ahumados con sombra de ojos, sus
pestañas largas y oscuras. El brillo en sus profundidades era pura provocación. Su
polla surgió entre sus piernas y comprendió que había leído su necesidad cuando
lo había atrapado observándola salir de la habitación.
Con sus ojos fijos sobre los de ella, deslizó su mano en el bolsillo.
Sus dedos acariciaron tela sedosa. Su corazón tartamudeó en su pecho.
Querido Dios, ella deslizó su ropa interior en el bolsillo.
Su mano se cerró en torno a un susurro de suave seda y encaje. Pero se olvidó de
respirar por un minuto mientras las implicaciones de su descubrimiento
ondulaban a través de él. Si tenía su ropa interior, eso significaba que estaba
desnuda debajo de su ondeante vestido amarillo. Ahora mismo, en éste mismo
minuto, sentada a no menos de un metro de él.
No creía que fuera posible para él ponerse más duro, pero lo hizo. Se removió en
su asiento de nuevo, el sudor brotando en su frente.
Esto era una tortura, tortura pura, y nunca había estado más encendido en su vida.
Aflojó su apretón en su ropa interior, frotando el tejido blando entre el pulgar y el
índice, los ojos todavía fijos en los de ella. Sintió un rastro de humedad y se tragó
un gemido. La necesidad de levantar su mano a la cara y aspirar su olor era
primordial, casi innegable.
Se aclaró la garganta y sacó la mano libre. Al otro lado de la mesa, la mirada de
(Tn) cayó recatadamente a su plato. De alguna manera, él se las arregló para
recuperar el control de su estruendoso corazón. Exhalando lentamente por la nariz,
levantó su vaso y bebió otro trago de vino y comenzó a planear su salida
estratégica.
Durante la siguiente hora y media, él y (Tn) jugaron un juego secreto de miradas
calientes y gestos sutiles. Ella tocaba el tallo de su copa de vino, y luego tocaba el
cuello de su vestido. Él deslizó su mano en el bolsillo y sintió la seda de su ropa
interior y no le permitió mirar hacia otro lado. Ella chupó la punta de un tallo de
espárrago. Él lamió la crema de una frambuesa rojo brillante.
Finalmente los platos del postre habían sido eliminados y los cafés ofrecidos.
Nicholas tomó ventaja de la algarabía general para escapar de la mesa.
Afortunadamente su chaqueta cubrió la evidencia de su excitación, pero tomó la
precaución de recoger su abrigo del dormitorio principal antes de encaminarse de
nuevo hacia el comedor para despedirse.
—¡No te irás ya! —exclamó Bronwyn cuando lo vio en su abrigo.
—Me dirijo hacia el Norte como primera cosa mañana. Comienzo temprano
—mintió Nick.
Como excusa para irse, era bastante débil, pero las mejillas de Bronwyn estaban
rosadas de la bebida y ella no iba a interrogarlo.
—Te acompañaré a la puerta —dijo Perry, levantándose de la mesa.
Por el rabillo del ojo, Nicholas vio a (Tn) empujar su silla mientras él y Perry salían
de la habitación. Se esforzó por concentrarse en lo que su amigo estaba diciendo
mientras se alejaban hacia la puerta, algo acerca de jugar squash pronto, tal vez
ponerse al día para tomar una copa si Nicholas quería hablar. No fue hasta que había
salido del edificio que Nicholas entendió que Perry se había estado refiriendo oh-tan-
amable e indirectamente a Elizabeth y su compromiso roto.
En su propia, reservada y muy correcta manera, Perry estaba haciéndole saber que
si necesitaba descargarse, él estaba allí. Decente por parte de él, pero Nicholas tenía
muy poco qué decir acerca de Elizabeth. En el mes desde que ella había
suspendido la boda, había estado sorprendido por cuán poco había estado en sus
pensamientos. Había sentido una cierta vergüenza en torno al anuncio inicial,
cierta molestia con respecto a las cancelaciones y otras cosas y había una nueva
moderación entre él y Edward, pero no había estado acostado despierto en la
noche, meditando sobre los daños que le causó o lo mucho que extrañaba a
Elizabeth.
La única mujer por la que había estado rumiando era (Tn), si se puede llamar
rumiar a fantasear de forma feroz y a la autosatisfacción. Estaba más inclinado a
verlo como una obsesión compulsiva. Una vez había estado seguro de que nunca
se contentaría, hasta que (Tn) había deslizado sus bragas en el bolsillo.
La puerta se abrió detrás de él y se volvió a ver mientras (Tn) salía a la calle.
Ahora que estaban solos, su mirada era más asustadiza, menos audaz, mientras se
encontraba con la suya. Como si no estuviera muy segura de cuál era el siguiente
paso, ahora que ya no estaban jugando un juego.
Él lo sabía. Dios, si lo sabía.
—Mi coche está por aquí —dije, haciendo un gesto con la cabeza.
No se atrevió a tomarla del brazo o tocarla. No confiaba en sí mismo. Como estaba,
iba a ser forzado a caminar media cuadra al lado de ella sin empujarla contra la
superficie plana más cercana y tomarla.
Sus tacones hacían clic en el pavimento, mientras caminaban lado a lado. Sus
manos estaban metidas profundas en sus bolsillos, con la barbilla metida en el
cuello del abrigo. Su cabello rojo oscuro bajaba por su espalda.
Él la deseaba tanto que le dolía. Había estacionado en el callejón detrás del lugar
de Bronwyn y Perry, un espacio aislado y oscuro. El parpadeo de las luces de su
coche mientras lo desbloqueaba a distancia fue casi cegador.
Él miró a (Tn), a punto de preguntarle si prefería su lugar o el suyo, pero ella ya
estaba sacando el botón superior de su chaqueta. Sin decir una palabra, lo sacó de
sus hombros y luego abrió la puerta trasera del Jaguar y entró.
Jesús. Era tan jodidamente caliente.
Se sacó su propio abrigo, lanzándolo en el piso del coche, y luego siguió con la
chaqueta de su traje. Entonces y sólo entonces la siguió al interior.
Su perfume lo envolvió mientras llegaba a ella. Sus manos alisaron la tela suave
antes de encontrar el calor de su piel. Ella levantó la boca hacia la suya y lo besó
con avidez, avariciosamente.
Ella sabía tan bien. Como el pecado. Como cada sucio pensamiento que alguna vez
había tenido.
La empujó sobre su espalda, cubriéndola con su cuerpo, una mano ya penetrando
el dobladillo de la falda. Su mano se deslizó hacia arriba al liso y suave muslo y
hacia el calor líquido. (Tn) soltó un pequeño y estrangulado sollozo, mientras él
trazaba la línea de su sexo, los dedos resbalosos con su necesidad. Su clítoris era
una perla pequeña y dura, cuando la encontró, y ella tembló cuando la atormentó
con su pulgar. Estaba desesperado por estar dentro de ella, pero había algo sobre la
respiración entrecortada de (Tn) y la forma en que se aferraba a él y sus besos
profundos y necesitados que le hacían querer alargar esto.
Quería que rogara por él. La quería jadeante y adolorida. Quería que ella lo
deseara tanto como él la deseaba. Quería compensar todas las veces que lo había
atormentado en sus fantasías.
Deslizó un dedo dentro de ella, su pulgar todavía jugando con su clítoris. Ella
levantó sus caderas, urgiéndolo. Él ahuecó su pecho con su mano libre,
deslizándolo dentro del corpiño de su vestido para encontrar el pezón. Ella agarró
su culo, tirando de sus caderas más cerca de las suyas.
Deslizó otro dedo dentro de ella y comenzó un ritmo constante, resbaladizo. Ella
dejó caer la cabeza hacia atrás y comenzó a jadear.
—Nicholas … Por favor… Te necesito.
Su voz era entrecortada, indefensa. Sabía lo que quería, pero él había estado
pensando sobre esto durante semanas. Siguió dando vueltas a su clítoris, los dedos
resbaladizos con sus jugos, hasta que la sintió apretar a su alrededor. Su
respiración entrecortada, con la espalda arqueada. La besó mientras se estremecía
hasta el clímax, dejando salir un suspiro en su deseo. Al segundo en que ella había
terminado, él extendió su mano hacia su cinturón.
—Dios mío, sí —susurró mientras él se desabrochó la bragueta.
Le tomó segundos deslizar un condón, luego se tomó en la mano y usó la cabeza
de su polla para tomarle el pelo un poco más. Ella gimió y levantó las caderas,
desesperada porque la penetrara. Lo mantuvo fuera tanto como pudo antes de
sumergirse en su interior.
Tan caliente y apretada y mojada. Así de malditamente bueno.
Los planes que tenía para alargarlo más salieron por la ventana. De repente sólo
estaban ella y él y el dolor exigente en su polla. Acarició dentro de ella, creando un
ritmo castigador. Ella sollozó su aprobación y cerró sus tobillos detrás de su
espalda, respondiendo a cada golpe con uno de los suyos.
Ella deslizó sus manos dentro de los pantalones de su traje para encontrar su culo,
las uñas cavando en éste, instándolo a que fuera más rápido, más duro. Él sintió su
clímax creciendo en su interior. Se enterró a sí mismo profundamente y dejó que lo
llevara, su cara pegada a la piel fragante y suave de su cuello.
Al regresar de nuevo a tierra, sintió la mano de (Tn) deslizándose entre sus
cuerpos a donde aún seguían unidos, sintió el feroz y rápido movimiento de su
mano mientras se tocaba a sí misma.
—No te muevas. Por favor, no te muevas —ella rogó.
Segundos después, ella se estaba viniendo una segunda vez, su cuerpo
convulsionando alrededor de él.
___________________________________________________________________________________
continuara....
gracias x sus comentarios mis chicas hermosas :hug:
que tengan buenas noches hasta mañana :*
se les quiere
que tengan buenas noches hasta mañana :*
se les quiere
ElitzJb
Re: Su Mejor Peor Error Nicholas y __Tn. TERMINADA
CIIIEELOOSSSSS!!!
ESOS DDDOOOOSSS SE MAAATAAAAANNNN!!!!.. PERO A LA VEZ SE DESEAAANN A MUERTEEEEE!!!
JEJEJEJ SIGUELAA PORFIIISS
ESOS DDDOOOOSSS SE MAAATAAAAANNNN!!!!.. PERO A LA VEZ SE DESEAAANN A MUERTEEEEE!!!
JEJEJEJ SIGUELAA PORFIIISS
chelis
Re: Su Mejor Peor Error Nicholas y __Tn. TERMINADA
ahhh me encanta Nicholas!!!
Jajaja se muere por la rayiz!!
Y antes se odian?!
Del odio al amor solo hay un paso!
Para muestra ellos!!
Siguela!
Jajaja se muere por la rayiz!!
Y antes se odian?!
Del odio al amor solo hay un paso!
Para muestra ellos!!
Siguela!
aranzhitha
Re: Su Mejor Peor Error Nicholas y __Tn. TERMINADA
omj no sepueden recistir el una al otro :)
andreita
Página 7 de 14. • 1 ... 6, 7, 8 ... 10 ... 14
Temas similares
» » Mi peor error |Liam y Tú|
» Mi Peor Error || Larry Stylinson ||
» "Mi Peor Error" (Skandar Keynes & Tú)
» "Mi perfecto error" {Nicholas Jonas}
» Calhoun [Nicholas] Terminada
» Mi Peor Error || Larry Stylinson ||
» "Mi Peor Error" (Skandar Keynes & Tú)
» "Mi perfecto error" {Nicholas Jonas}
» Calhoun [Nicholas] Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 7 de 14.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.