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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
|.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Aasjlkfhsadsgajk, me mato, chicas, perdón en serio por lo publicarles x.x Aqui les dejo 5 caps, para que no digan que soy mala! Muchas gracias por leer y comentar, y bienvenida a la nueva lectora :3 Que bueno que te haya gustado la novela :3
|Cαpitulo 14| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
La lluvia caía levemente afuera. El viento golpeaba ruidosamente las ventanas de la casa, y la suave brisa fría producía escalofríos en los presentes. Joe se quedó muy quieto, mientras su amigo esperaba alguna reacción por su parte. Pero éste solo entreabrió los labios. Al cabo de un rato, con fuertes esfuerzos, logró pronunciar las palabras.
Joe: Qué?? Por qué??
Alterado, se dejó caer en un asiento.
Nick: Vio el periódico.
Joe: Y qué? El periódico no obliga a la gente a marcharse.
Kevin: En primera plana, estaba la noticia de tu compromiso.
Joe, abatido, intentó reprimir las inminentes lágrimas que cayeron a continuación.
Joe: Por qué se marchó??
Miley se arrodilló ante él.
Miley: Joe… Ella te ama.
Joe levantó la vista hacia su prima.
Joe: Me…Me ama?
Miley asintió.
Miley: Y tú a ella?
Joe solo bajó la vista y asintió.
Miley: Y por qué no intentaste estar con ella?
Joe: Por Adolf Hitler. Él la habría matado. Lo odio!! Siempre estropea todo yo…
Sus palabras fueron interrumpidas por sus fuertes sollozos. Se encogió en el asiento y dejó caer las lágrimas. Todos se acercaron a él y le consolaron durante horas, hasta que Joe se quedó dormido, en aquel incómodo sillón. Miley se retiró también a descansar, pero Kevin y Nick se quedaron despiertos casi toda la noche, debatiendo lo que debían hacer a continuación.
Nick: Esto no puede seguir así, Kevin. Él no puede dirigir nada ahora. En su situación? Es capaz de mover a sus hombres mientras llora por ___. No estoy siendo malo, no me malinterpretes (dijo ante la expresión de Kevin) Lo entiendo perfectamente, sé por lo que está pasando. Acaba de perder a la mujer que ama por el mismo imbêcil que le ha estado amargando la vida desde pequeño. Pero tienes que admitir que, con él en la condición en la que está, no nos podemos meter ahora en una guerra.
Kevin: Tienes razón. Pero que hacemos?
Nick: No lo sé. Durante todos estos días, cuando nos estábamos preparando para darle la noticia a Joe, pensé en ir a buscarla. Pero no creo que sea lo adecuado, no?
Kevin: No. Joe está obligado a casarse con Demi. Y Invitado estoy seguro que no querrá ser solo la querida. Ni siquiera Joe la dejaría ser la querida. Invitado es especial, no una cualquiera.
Nick: Entonces?
Kevin: Me parece, Nick, que solo queda esperar y resignarse, y rezar con todas nuestras fuerzas para que Invitado y Joe puedan seguir adelante con sus vidas sabiendo que van a permanecer siempre en caminos distintos.
Nick: Sinceramente, no creo que funcione. Porque Joe y Invitadoya sabían que tenían que llevar caminos separados, y ese hecho no les impidió enamorarse. No creo que puedan luchar contra este sentimiento.
Kevin: Ya, pero eso es cosa de ellos. Y por mucho que queramos ayudar, nosotros no podemos hacer nada.
Joe oyó toda esa conversación y se resignó. Sabía que tenían razón. Pero ese hecho no le calmaba su dolor. Así que salió de la casa, ignorando la lluvia y los gritos de Kevin para que volviera. Y allí se encontraba, completamente empapado, y llorando por un amor imposible. Cayó de rodillas al suelo mientras tatareaba una suave melodía que había aprendido al piano.
Y, tumbándose en el suelo, dejó caer todas las lágrimas que le quedaban, abandonándose y
deseando morir, sabiendo que Invitadonunca
volvería. Nunca más estaría a su lado y nunca jamás podría oír de sus labios una frase de
amor, porque estaba solo. Solo. Y siempre lo había estado. Y allí estuvo durante horas, intentando
reparar las heridas de su pobre corazón hecho pedazos. Pero como iba a hacerlo si apenas podía
encontrar las piezas para repararlo? Invitado se la había llevado todas, dejando un alma en pena
condenada a vagar por el mundo, llorando su pérdida. Las campanas de la iglesia empezaban a sonar,
señalando la media noche, pero Joe solo las oía lejanamente. Creyó oír incluso como alguien
gritaba su nombre… Fue entonces cuando Joe cerró los ojos y sintió como su alma se separaba de
su cuerpo. Y después… después ya no sintió nada.
•Punto de vista de Invitado•
Había caminado durante horas, esperando. Pero era casi imposible bajo la lluvia torrencial
encontrar el camino. Se recogió los bajos de la falda y caminó un trecho más, sin saber donde se
encontraba. Hacía horas que se había perdido. Y había caminado mucho, intentando encontrar algún
signo de habitabilidad, pero al no encontrarlo, decidió volver a la ciudad de donde había salido
horas antes. Fue entonces cuando comenzó a nevar. Invitadose encogió y se frotó los brazos,
intentando entrar en calor, sin éxito. Caminó durante varias horas, soportando el frío e
intentando no pensar en lo cansada que estaba para no desfallecer. Sabía que si paraba a descansar
se dormiría, y dormirse en la nieva era sinónimo de muerte. Caminó durante un largo trecho más,
dejando sus huellas marcadas en el suave manto blanco del suelo. Y cuando ya sus piernas temblaban
bajo su ropa y pensaba que se iba a caer, sin poder moverse, a la nieve, las sombras de una ciudad
empezaron a aparecer frente a ella. Y con el último aliento que le quedaba, echó a correr.
Tropezó varias veces en el camino e incluso llegó a caer, pero se levantó y siguió. Pero
parecía que la ciudad se alejaba cuanto más avanzaba. Cuando ya estaba a punto de rendirse, llegó
al borde de la carretera. Tropezó y volvió a caer. No tenía fuerzas para levantarse, pero hizo
todo lo posible para hacerlo. Intentó gatear hasta el otro extremo, pero unas luces la cegaron.
Se desoriento, ya no sabía donde estaba, cómo había llegado hasta aquí, y por un momento lo
olvidó todo, hasta que frente a ella vio un par de pies. Levanto la vista y vio a un hombre,
ataviado con un largo abrigo, y
poco más atrás, un coche parado con la puerta abierta. El hombre empezó a hablarle, pero no
logró entender el idioma en el que le hablaba. Con dificultad se puso en pie y caminó hasta
quedarse fuera de la carretera.
Recordó con amargura el día anterior, y lo mucho que había cambiado su vida en tan solo unas
horas, con las lágrimas cayéndole por el rostro recordó la fotografía del periódico, Estaba
él, junto a su tío, sonriente… Otro hombre más que supuso que sería el padre de la chica… Y
ella. Demetria se llamaba. Hija del dirigente superior de las SS. Buen partido, con buena clase
social, dinero y un futuro asegurado. Y lo peor… lo bella que era. Era tan guapa que Invitadose quiso
morir. Teniendo a una chica como ella de prometida, Joe jamás se fijaría en ella. De hecho, jamás
se fijaría en ella, estuviera o no esa chica en medio. Porque era judía. Y ese era su mayor
problema y su mayor sufrimiento. Había decidido volver con sus padres, esconderse con ellos hasta
que todo pasara. Pero no podía llegar hasta donde ellos se encontraban sin dinero y sin medios para
viajar. Además, no tenía visados ni los papeles suficientes para pasar las fronteras. No tenía
más remedio que ir a pie.
Es que eso iba a ser posible? Cómo iba ella a cruzar países enteros, ríos y mares solo andando??
Y sola. Completamente sola. Se miró los pies y otra vez tuvo muchas ganas de pararse a llorar. Pero
hizo un esfuerzo por no hacerlo. No podía derramar más lágrimas. Su cara estaba pálida, sus
mejillas frías, y su nariz rojiza. Volvió a frotarse los brazos para entrar en calor, pero el
fuerte viento frío le hacía temblar. Además, con cada paso el viento la empujaba lentamente hacia
atrás. Y durante un rato, el caminar se volvió una lucha. Tardó en llegar a la cuidad, pero
finalmente lo consiguió. Y paró de nevar. Caminó por las estrechas callejuelas mientras la nieva
era sustituida por una lluvia fría. Las gotas caían sobre ella, mientras lloraba,
intentando encontrar en vano un refugio donde resguardarse hasta que parara de llover. Pero sus
esfuerzos eran en vano. Llegó a una pequeña plaza, ocupada por una iglesia blanca, y caminó hacia
ella, intentando resguardarse de la lluvia. Pero no llegó. Mientras las campanas anunciaban la
medianoche, Invitado cayó en las escaleras de mármol blanco de la iglesia.
Tú: Ayuda… ayuda…
Pero nadie escuchó sus lamentos… nadie acudió a su ayuda. Porque estaba sola. Sola y
completamente vencida. Ya no había nada más.
|Cαpitulo 15| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
•Narra Nick•
Dios. Dios. DIOS!. Se supone que estos días tienen que ser los mejores de mi vida? Si, me lo estoy preguntando a mí mismo. Porque no lo parece. Con mi recién estrenada esposa, viajamos a la Unión Soviética. Le dije a Joe que tuviera cuidado y que obedeciera a su tío. Pero no que se viniera prometido! Me siento mal por él. Se que ama a ___... Y no me extraña. Invitadoes divertida, amable y cariñosa, y todos la queremos mucho. Siento mucho lo que les ha pasado a los dos…. Pero qué hacer? Hasta que no acabemos con Hitler no podremos hacer nada. Y qué es lo que pasa? Que ahora si que no podemos hacer nada. Porque nuestro plan aún está comenzando. Y nos queda mucho por hacer. Kevin tiene muy buenas ideas. Y me las estaba explicando cuando ayer llegó el periódico a casa. Y allí... En primera plana y con letras enormes estaba el anuncio. Cuando lo vi no lo podía creer, se me salían los ojos por las órbitas. Hay que reconocer que ninguno de los dos, ni Joe ni la tal Demetria se veían muy contentos… pero si Hitler y su amigo Himmler, esos disfrutaban de lo lindo, con copas en la mano y celebrándolo animadamente. Intenté esconder el periódico pero fue en vano, Invitadome lo sacó sin problemas. Y cuando lo vio… se fue. Se fue y no hice nada por impedirlo. Por qué? Para qué? Para hacer sufrir más a mi mejor amiga? Miley sintió mucho su partida, ya que ellas se habían hecho muy amigas. Y hablaban y conversaban mucho, intercambiando opiniones, cuando Kevin y yo nos encerrábamos en el despacho a planear. Y cuando llegó Joe… Llegó hecho un desastre, sucio, muy delgado, con ojeras y despeinado… Cuando le abrimos la puerta, pareció que esperaba que Invitadolo hiciera, ya que la sonrisa de satisfacción que llevaba en su cara se transformó en una mueca… Y cuando le dimos la noticia… yo nunca lo había visto así, me dio miedo. Y me sentía tan culpable y tan imponente, sabiendo que no podía hacer nada ya y que podría haberlo impedido… Si las cosas siguen en el rumbo que han tomado, sé que será imposible para mí perdonarme esto. Luego, intenté justificarme a mí mismo, calmar mi conciencia hablando con Kevin… Pero solo estropeé las cosas, ya que Joe nos oyó y salió corriendo, dios sabe donde. Y ahora lo buscamos sin poder encontrarlo, nieva y hace mucho frío, y está muy oscuro. Faltan pocos minutos para la media noche, y si no lo encontramos a tiempo es posible que se deje morir en la nieve. Y si eso pasa… Si eso pasa jamás me lo perdonaré. Porque es todo culpa mía.
•Narración normal•
Nick se mordió el labio y siguió caminando, muy angustiado y abrigándose. Las manos le temblaban, y deseó haber traído sus guantes. Pero no le daba tiempo ha cogerlos.
Joe había salido tan deprisa que ni siquiera habían podido averiguar que dirección había tomado.
Kevin había le había gritado que volviera, pero éste no le había hecho caso: había seguido
corriendo y había desaparecido. Dos desaparecidos en una misma noche. Mala cosa. Caminó más
deprisa, gritando su nombre una y otra vez, esperando que le contestara. Pero no lo hizo. Y justo en
ese momento, dieron las 12. Se preguntaba si Kevin le había encontrado, ya que habían pactado que
volverían a casa a esa hora, con él o sin él. Y entonces lo vio. Completamente inmóvil. Nick
corrió hacia él, temiéndose lo peor.
…
Kevin había salido en la otra dirección, esperando y rezando con todas sus fuerzas poder encontrar
a su amigo. Le preocupaba mucho que le sucediera algo. Joe había sido su amigo desde pequeño, y
ahora que se había vuelto a reencontrar con él, no iba a perderlo. No, eso seguro. Caminó
pacientemente, observando con detalle a cada lado y percatándose en cada movimiento o ruido
extraño, para ver si era su amigo. Pero no había ni rastro de él. Ya iba a dar la vuelta,
pensando que se había ido por el lado contrario, cuando vio luces a lo lejos. Caminó por una
estrecha callejuela y llegó a lo que parecía ser la plaza de la iglesia mayor de la ciudad. Allí
se alzaba, majestuosa, del tamaño de una catedral… Posiblemente lo fuera. Kevin se distrajo
contemplando el arte de la fachada, blanca como la nieve, y las magníficas obras esculpidas,
ángeles, apóstoles…
Las campanas de la iglesia anunciaron la medianoche… Y todo se volvió oscuro. Una sombra caminó
por la plaza. Kevin se escondió, pensando que podría ser un ladrón o algo peor. Pero avanzaba tan
lentamente, arrastrando los pies, que se relajó, sabiendo que era imposible. Y cuando ya iba a
volver a casa, la sombra se desplomó frente a las escaleras de la iglesia. Kevin corrió hacia él,
ya que no se movía, para socorrerlo. La capucha del abrigo se resbaló sobre los hombros del
individuo… y entonces se dio cuenta. No era él, sino ella. Invitadose encontraba a sus pies,
inmóvil… Sin poder moverse… ¿Qué más podría pasar ahora?
|Cαpitulo 16| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Kevin dejó escapar un grito y la levantó como pudo. Invitadoestaba inconsciente, su piel estaba helada y sus labios amoratados.
Kevin: Despierta, por dios, despierta!!
Miró alarmado a su alrededor, buscando a alguien que le ayudara…. Pero la calle estaba desierta.
Kevin: Que alguien me ayude!!! Por favor!!!!!!!!
Una sombra pasó por el callejón de donde venía Kevin, y se escondió tras un edificio.
****: JUDÍO! JUDÍO! JUDÍO!
Kevin: Eh?
Otra voz empezó a hablar.
****: Deberían encerrarlos a todos… Ese Hitler si que lo está haciendo bien.
****: Sí, los judíos parecen que están hechos de otras sustancias.
Kevin cada vez estaba más sorprendido.
****: Deberían hacer lo mismo aquí. Míralos, están parados frente a nuestra iglesia…
****: Fuera de ahí!!!!!!!! Es que no respetan nada???
Kevin: Pero ayúdenme, no ve que se está muriendo??
****: Tú también deberías morirte… No eres más que un judío….
Las voces se hicieron cada vez más lejanas hasta que desaparecieron. Las fuerzas de Kevin desaparecieron de pronto. Se apoyó en la escalera y notó húmedos sus ojos.
Kevin: Ayuda… ayuda… ayuda…
…
Nick, mientras, había levantado al inconsciente Joe de la nieve, luchado porque los fuertes vientos no cubrieran el cuerpo de su amigo.
Nick: Ayuda!!
Dos hombres, notando lo apurado que estaba Nick, se acercaron y levantaron a Joe. Entre los tres lo llevaron como pudieron hasta la puerta de una casa cercana. Uno de ellos entró, habló un par de palabras con una mujer en ruso y salió, cogiendo a Joe y metiéndolo dentro.
Nick: Gracias…
Lo atendieron hasta que despertó, al cabo de un rato. La mujer, muy amable, le trajo a cada uno una taza de té.
Mujer: Ingleses??
Nick negó con la cabeza.
Nick: Alemanes.
Mujer: Nazis??????????????
El rostro de la mujer se contrajo. Nick iba a responder, pero Joe se adelantó.
Joe: No.
Era la primera palabra que pronunciaba desde que había despertado. La mujer se relajó.
Mujer: Huyeron?
Joe: Si.
Nick abrió los ojos como platos. Su mirada se apartó de Joe, que ahora conversaba con la mujer en ruso. Desvió la mirada a la mesita de café y sus ojos se abrieron como platos. Doblado por la mitad, había un periódico. El mismo que daba la noticia del compromiso de Joe. Y por supuesto, había una fotografía. Un hombre hizo intención de cogerlo, pero se lo pensó mejor y cogió una taza para servirse té.
Nick: Joe, tenemos que irnos.
Joe se volvió hacia él.
Joe: Ah?? Por qué??
Nick: Porque… porque… porque Kevin nos está esperando!!!
Joe: Ah… Vale…
Dirigió unas últimas palabras en ruso a la mujer.
Mujer: Ok… eh… Volved pronto, si?
Joe sonrió y asintió. Tras despedirse, ambos salieron de la casa. Nick tiró de él y empezaron a andar más
rápido.
Nick: Tenemos que irnos de aquí.
Joe: Cómo?
Nick: No lo has oído?? Odian a los nazis. Y nosotros lo somos!!
Joe: y qué? Nunca se enteraran.
Nick: Tu cara sale en todos los medios de comunicación. Mi boda también. Si se van a enterar. Y sabes que es lo peor? Que creen que nosotros estamos planeando en contra de ellos y no en contra de tu tío.
Joe: déjame en paz, Nick. No quiero hablar ahora de nada.
Nick: Pues no sé cuando vamos a hablar, ya que desde que estás enamoradito perdido no quieres hacer nada.
Joe: Qué estás insinuando?
Nick: Que no sirves para esto. Ahora entiendo por qué eres la vergüenza de la familia Hitler.
Joe: No te consiento que me hables así.
Nick: Si es que retrasas la batalla… Es… Es como si de verdad quisieras que tu tío te controle.
Qué te pasa, tío? Lucha ya de una vez. Líbrate de ese!!
Joe: Que qué me pasa?? Quieres saber lo que me pasa???
Nick: Si ya lo sé… es solo que eres un cobarde. No?
Joe lo cogió del cuello de la camisa y lo lanzó contra la pared más cercana. Después se acercó
a él furioso y lo cogió del cuello.
Joe: Tú… Tú no sabes lo que pasa.
Nick: Cobarde.
Joe le pegó con todas sus fuerzas. El labio de Nick sangraba. Éste se limpió la sangre y lo miró
a los ojos.
Nick: Lo de maltratador lo llevas en la sangre, eh?
Joe le volvió a pegar.
Joe: Tú no tienes ni idea!! No tienes ni idea!!!!!!
Nick descubrió con sorpresa como las lágrimas bajaban con rapidez por las mejillas de Joe.
Nick: Joe….
Joe volvió a levantar la mano. Iba a pegarle, pero se lo pensó mejor y apoyó el puño contra la
pared.
Joe: Lo siento….
Nick: No, lo siento yo. No sé que me pasa. Siento mucho todo lo que te he dicho… pero de verdad,
quiero que todo esto salga bien. Y que estemos libres cuanto antes.
Joe: No Nick, es que no lo entiendes.
Nick: que no entiendo qué?
Joe: No puedo luchar. No puedo. Llámame cobarde si quieres… todos lo hacen…
Se hizo el silencio.
Nick: Por qué?? (Susurró)
Joe: Yo… yo…
•FLASHBACK•
Joe contaba solo con 6 años de edad. Estaba sentado junto a su madre que, miraba hacia el
horizonte, viendo muchas cosas y a la vez nada. Estaban en el salón principal de la casa. Joe
traía en sus manos y viejo muñeco de felpa, al que acariciaba y abrazaba. En esos momentos se
abrió la puerta. Paula Hitler se levantó y obligó al pequeño a hacer lo mismo. Adolf Hitler
entró con aire majestuoso y les dijo que le siguieran. Joe miró su madre con pánico, pero ésta
le tranquilizó y le tomó de la mano. El pequeño abrazó con fuerza su muñeco y caminó junto a
su madre. Siguieron a su tío hasta llegar al coche. Adolf se sentó y esperó hasta que ellos
hicieron lo mismo. El pequeño quedó entre su tío y su madre.
Joe: Donde vamos, mamá?
Hitler: Madre. Tienes que decir madre. Trata a tu madre con respeto, muchacho!!
Se lo dijo con tal dureza que Joe se encogió de miedo y se acercó más a su madre.
Hitler: Voy a enseñarte lo que es la vida.
Paula: Es necesario??
Adolf la miró con desprecio.
Hitler: Es parte de la educación. No querrás que tu hijo acabe como Adam, no?
Paula: no serás capaz.
Hitler: no me pongas a prueba. Vamos, hemos llegado.
Hitler bajó del coche. Paula le miró muy mal, pero el no la miró. Se centró en el pequeño. Lo
observó durante un rato, evaluándolo.
Hitler: Te gusta correr??
Joe: Si, me gusta jugar a las escondidas con Papá.
Hitler: Mmm… A las escondidas… Con papá…
Hitler se quedó mirándolo durante un buen rato, evaluándolo, y después le cogió el muñeco.
Hitler: Qué es esto??
Joe: Es mío, señor…. (Intentando recuperarlo)
Hitler: ummm… Tuyo. Si. Quién te lo dio?
Joe: Padre… Devuélvamelo, por favor.
Hitler: Así que padre… Muy bien.
Hitler hizo ademán de tirarlo al suelo, pero después se lo pensó mejor.
Hitler: Ven, muchacho. Ven. Sígueme.
Hitler empezó a caminar, y Joe le siguió. Paula también empezó a seguirles, pero Hitler la
detuvo.
Hitler: A dónde te crees que vas?
Paula: Voy con mi hijo. Qué le vas a hacer?
Hitler: Voy a hacer de él un hombre, tal y como te prometí que haría. Y tú te quedas aquí.
Paula: Exijo ir con mi hijo!!!
Hitler le pegó una bofetada.
Hitler: Tú no puedes exigirme nada. Y te quedas aquí.
Paula: ME NIEGO A QUE LE HAGAS ESO A MI HIJO!
Hitler le pegó otra vez.
Hitler: Necesitas una buena paliza. Si te la hubieran dado en su momento, no creo que te hubieras
atrevido a escapar para casarte con ese hijo de…
Paula: Ni se te ocurra decir eso delante del niño.
Hitler le volvió a pegar.
Hitler: Aprende a callar ya de una vez. Vamos, Joseph.
|Cαpitulo 17| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
•Continúa el FLASHBACK de Joe•
Hitler: Joseph, bienvenido.
Joe: Donde estamos, señor?
Avanzó hacia su tío y se colocó a su lado. Con curiosidad observó el lugar donde se encontraban. Frente a él había una especie de valle. Y abajo se encontraba el ejército alemán. Ellos observaban desde arriba como los soldados tenían que enfrentarse a multitud de pruebas físicas, pasar por debajo de alambradas, escalada, disparar a dianas…
Hitler: Vamos.
Joe: A dónde señor?
Hitler: Sígueme!! (Replicó con impaciencia)
Joe siguió a su tío corriendo, ya que éste pegaba grandes zancadas y las piernas del niño no podían seguir su ritmo. Bajaron al valle. Hitler fue recibido muy bien por un señor con un bigote en forma de manillar que observó al pequeño por encima de las gafas anticuadas que llevaba en la punta de la nariz. Con un gesto dio paso a Hitler a donde los demás soldados se encontraban.
Hitler: Bien, Joseph. Dime. Cuántos años tienes?
Joe: 6 años, señor.
Hitler: Bien. Me podrías decir si sabes qué es esto??
Joe: No lo sé.
Hitler: Señor. No lo sé, señor.
Joe: No lo sé, señor.
Hitler: Bien. Lo suponía. Es un campo de entrenamiento. A saber lo que te enseñó tu padre. Seguramente alguna tontería sobre el amor, la paz y la fraternidad. Bah. Pérdidas de tiempo. En la vida, los hombres se tienen que esforzar por conseguir lo que se merecen. Y los débiles morirán. Los débiles DEBEN morir.
Joe: Morir?
Hitler: Si, pequeño. Recuérdalo siempre.
El pequeño asintió.
Hitler: Tú podrías hacer todos estos ejercicios, Joseph.
Joe: Yo?? No, no quiero.
Hitler: No te lo estoy pidiendo, muchacho.
Joe: Ah??
Hitler: Espera aquí.
Hitler cogió el muñeco que se había puesto bajo el brazo con ambas manos y avanzó hacia el extremo del campo de entrenamiento. Lo colgó en un árbol y después se volvió hacia Joe.
Hitler: Ven a recuperarlo.
Joe echó a andar por el mismo camino que había seguido su tío, salteando todos los obstáculos.
Hitler: No, no. Por los obstáculos.
Joe: Cómo??
Hitler levantó un arma y apuntó a su sobrino.
Hitler: Si tardas más de 10 minutos en hacerlos, disparo.
•FIN FLASHBACK•
Joe: Yo tengo miedo a las armas. Siempre lo he tenido.
Nick: Qué pasó algo aquel día?? (Asustado, y aún asombrado por lo que le acababa de contar Joe)
Joe: No me dio tiempo. Me enganché la ropa y no me podía liberar. Los soldados que ese día estaban entrenando me rodearon y empezaron a reírse de mí. Yo lloraba. Mi tío empezó a gritar que era un débil y que merecía morir, levantó el arma y… y….
Nick: Te disparó???????
Nick abrió los ojos como platos.
Joe, a modo de respuesta, se arremangó la camisa hasta el codo y le enseñó a Nick una pequeña cicatriz.
Joe: Su intención no fue matarme, sino darme una lección. Y a partir de ese día, todos los
sábados me llevaba hasta ese sitio, con mi muñeco, y hacia lo mismo. No volvió a dispararme, pero
no conseguí terminar el circuito en los diez minutos que me daba hasta que lo hice por sexta vez.
Nick: Con 6 años???
Joe: No le importaba la edad. Solo quería hacerme fuerte, le costara el precio que le costara. Mi
madre no nos acompañaba, no podía ni verlo. Y yo creía que simplemente me abandonaba frente a
él, y le daba igual si me mataba o no.
Nick: Siguió así siempre??
Joe: Siempre me ha amenazado con matarme… si.
Nick: Es eso lo que pasa??
Joe: No puedo luchar en batallas. Lo siento. No puedo.
Nick no podía pronunciar palabra.
Nick: Amenazaba a niños pequeños con armas!! Qué clase de persona es??
Joe: No es persona. Es un animal. Vayámonos a casa, si??
Nick: Esta bien. (Nick se quedó mirando hacia el final de la calle)Un momento, qué es eso??
Kevin caminaba con dificultad hacia ellos, con Invitadoen brazos. Joe, al ver que era ella, la cogió.
Kevin cayó de rodillas al suelo, con las lágrimas corriendo por sus mejillas.
Nick: Qué a pasado??
Kevin no contestó. Sólo levantó la vista. Nick y Joe observaron horrorizados como el lado
izquierdo de su rostro estaba completamente lleno de sangre.
Nick: Dios, qué te ha pasado???
Kevin: Me han atacado.
Nick corrió a examinarle la herida. Una profunda herida empezaba en el centro de la frente de Kevin
y se arqueaba hasta llegar a su oreja izquierda.
Kevin: No ha podido defenderme. Él… él iba por Invitado.
Joe lo miró asombrado.
Joe: Por qué iban a querer hacerle algo a Invitado??
Kevin: Joe… Hay más.
Joe: Cómo??
Kevin: Sé quién nos ha atacado… Joe… El tipo ese era nazi. Llevaba un brazalete nazi.
Joe: Pero… pero… Cómo??
Empezaron a oírse sirenas en el callejón. Un montón de guardias les rodearon, apuntando sus armas
a los extremos y rodeándolos. Hitler salió de un coche y tiró de su sobrino.
Hitler: CORRED! CORRED!!
Nick: Qué está pasando???????!!!!!!!!!
El ruido de helicópteros, sobrevolando sus cabezas, ahogó su voz.
Hitler: CORRED! YA!
Nick no se atrevió a pronunciar más palabra, y subieron al coche. Joe aún llevaba a Invitadoentre sus
brazos. Miley se encontraba dentro del automóvil, muerta de miedo.
Nick: Qué está pasando??
Miley: Nick… Incendiaron la casa en donde nos estábamos quedando. Han intentado matarnos a todos,
creían que todos estábamos dentro.
Nick: Pero estás bien??? (Nick la estrechó entre sus brazos, preocupado)
Miley: Sí… Yo sí…
Nick suspiró y miró a Joe, que estaba paralizado. Éste bajó la mirada hacia Invitadoque aún no
despertaba. Hitler los miró a ambos. Justo en ese momento, una lágrima bajó por el rostro de su
sobrino. Hitler posó la mirada en todos los presentes, después se centró en Kevin, en ___, en
como Joe miraba a ___, preocupado, y la acunaba contra su pecho mientras las lágrimas bajaban por
su rostro.
Hitler: NOO!! NO, NOO!!
Todos se volvieron hacia él, pero éste solo miraba furiosamente a su sobrino.
Hitler: NO ME LO PUEDO CREE, JOSEPH. TRAIDOR!
Joe solo miró a ___, sin hacer caso a su tío.
Joe: Me da igual lo que digas (Con la voz mucho más grave de lo normal) Ya estoy harto.
Hitler: Harto??? TÚ???? Desobediente! Traidor! Estoy harto de tener que aguantarte! Y ella…
ella…
Hitler sacó un arma y la posó sobre la frente de Invitado. Todos reaccionaron muy deprisa. Kevin
abrió los ojos como platos. Nick apartó a Miley y sacó también su arma, apuntando a Hitler. El
coche se paró, las puertas se abrieron y muchos soldados apuntaron a Nick.
Soldados: Deja el arma en el suelo. Despacio… Y nadie sufrirá daños.
Nick obedeció. Miley, a su lado, empezó a temblar.
Hitler: Suelta a la judía. AHORA!
Joe: Si la matas a ella, yo te mataré. Y me da igual si tengo que dar mi vida para que eso suceda.
Porque te juro… Te juro que si le pones un dedo encima, te perseguiré aunque sea lo último que
haga. Y me dará igual tener que buscarte hasta debajo de las piedras, porque te encontraré. Te
encontraré, me oyes??? Y cuando lo haga, disfrutaré matándote con mis propias manos y viendo como
me suplicas clemencia.
Todos le miraron alarmados, los soldados le apuntaban ahora a él.
Hitler: Bajen las armas, chicos. Y tú…. (Dijo bajándose del coche) Sígueme.
Joe miró a ___. La posó sobre el asiento, suavemente, y siguió a su tío fuera del coche. Los
soldados se
dispersaron. Hitler lo llevó a un extremo alejado del callejón, totalmente oscuro.
Joe: Qué? Vas a matarme, cobarde?? Claro, aprovechas ahora que estoy desarmado y….
Hitler: Cállate!!
Joe: No me callo. Llevo callándome mucho tiempo.
Hitler lo cogió del cuello y lo estrelló contra la pared. Joe le devolvió el golpe. Con una
fuerza que nunca había mostrado delante de su tío, hizo una maniobra y lo dejó desarmado,
pegándole a la pared y sujetándole los brazos.
Joe: Escúchame bien porque ahora mando yo, entendiste? Me has arruinado la vida, hijo de pûta. Y
ahora voy a arruinarte yo la tuya.
Hitler: De… De qué hablas???
Joe: No voy a matarte, no me merece la pena ensuciarme las manos por un animal como tú. Pero que te
quede bien claro de que voy por ti.
Hitler: Eres consciente de lo que estás diciendo, verdad???
Joe: Soy consciente. Qué? Ahora vas a intentar matarme??
Hitler se dio la vuelta con esfuerzo y lo miró burlonamente.
Hitler: Vamos, Joe. Sabes que no te conviene.
Joe: Tú no sabes lo que me conviene.
Hitler: Bueno…. No creo que quieras que se me vaya la mano con tu madre y acabe como acabó tu
padre hace 15 años.
|Cαpitulo 18| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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Joe soltó a Hitler, y abrió los ojos como platos.
Joe: No serás capaz.
Hitler: Fui capaz de matar a tu padre. Lo tuve entre mis manos mientras echaba su último aliento y no moví ni un dedo para salvarlo.
Hitler empezó a disfrutar mientras veía como su sobrino retrocedía cada vez más, horrorizado.
Hitler: Después de muerto, le mutilé hasta que pareció que había muerto en una batalla… y yo mismo lo llevé y lo abandoné en el campo…
Joe: Cállese!!!!!!!!!!!!!!
Las lágrimas le dificultaban la visión. El pecho le dolía mucho, y su corazón parecía querer salir de su
sitio. Los latidos de éste le hacían daño hasta en los oídos. Retrocedió un par de pasos más hasta que se
chocó contra la pared. Hitler avanzó hacia él, disfrutando cada palabra. Joe sentía su respiración en el
cuello, mientras éste le hablaba en el oído.
Hitler: Me quedé hasta la noche, cuando muchos animales salvajes acabaron con las pruebas…
Joe cayó al suelo, con las lágrimas cayendo sin control por su rostro, y se encogió como un bebé. Hitler
rebuscó en sus bolsillos, sin parar de hablar.
Hitler: Y sabes… me quedé esta cadena como premio.
Joe levantó la vista y la reconoció. A pesar de la oscuridad del lugar, el pequeño colgante con la estrella de David brillaba en la palma de la mano de Hitler. Éste miró a Joe con una sonrisa burlona.
Hitler: Lo reconoces???
Claro que lo reconocía. La cadena la llevaba su padre al cuello. Y de eso se acordaba bien. “Algún día será
para ti”. Esas eran las últimas palabras que había oído de él… Joe se levantó y la agarró, pero Hitler fue más rápido y la guardó.
Hitler: Si eres bueno, quizás te la dé algún día.
Se dio la vuelta y empezó a caminar.
Joe: Esto no quedará así. NO QUEDARÁ ASÍ, ME OYES??? VOY A ACABAR CONTIGO, JURO QUE ACABARÉ
CONTIGO!!!!!!!!!!!!!!!!
Hitler: Muchos dicen eso. Y todos acaban como tu padre.
Joe: TE ODIO!! TE ODIO, ANIMAL!! PAGARÁS POR LO QUE ME HAS HECHO!!!!!! TE HARÉ PAGAR POR LO QUE ME HAS HECHOO!!!!
Las risotadas de Hitler se fueron alejando cada vez más hasta que desaparecieron por el callejón. Otro avión sobrevoló la zona. Llegaron aviones de guerra, soldados marchaban de un lado hacia otro. Nick observó todo esto y después corrió con Kevin hacia Joe. Estos lo cogieron y lo metieron en el coche, justo en el momento en el que cayó la primera bomba.
Nick: Dios, Dios, Dios!! Nos van a matar!!!
Empezó a mirar a todos lados, muy nervioso. Joe, sorprendentemente, se calmo y empezó a pensar fríamente.
Joe: La única manera de salir de aquí es por aire.
Kevin miró a su alrededor.
Kevin: Estamos perdidos.
Nick: Quién está haciendo esto??
Joe: Aún preguntas??
Joe miró a Nick, arqueando una ceja.
Kevin: Pero no están bombardeando esta zona. Se van más allá.
Nick: Creo que no quiere hacerte nada.
Kevin: No se atreve a matar a los de su sangre.
Joe tragó saliva. No quería contarles a Nick y a Kevin las amenazas de su tío.
Joe: No, supongo que no.
Chofer: Entonces, nos vamos??
Joe: Si, si.
Joe volvió a coger a Invitadoentre sus brazos y la contempló durante un buen rato. Le posó una mano sobre la frente y vio que tenía mucha fiebre. Se mordió el labio nervioso y la acunó contra su pecho.
Joe: Miley.
Miley, que había estado distraída mirando por la ventanilla, se volvió hacia él.
Joe: Sabes que hacer para calmarle la fiebre??
Miley fue a abrir la boca, pero Joe la interrumpió.
Joe: Con los escasos medios que tenemos ahora.
Miley cerró la boca de golpe.
Miley: Lo siento, primo… No tengo ni idea.
Kevin: a ver, déjame.
Kevin se estiró y cogió a ___. Se sacó del bolsillo una pequeña pastillita.
Kevin: ayudadme a que se la trague, sí??
Joe se apresuró a ayudar a Kevin.
Joe: Qué le das??
Kevin: Un remedio… Calma la fiebre.
Joe: Y como lo sabes?
Kevin: Bueno, estudié medicina estos últimos años.
Nick: De verdad??
Kevin: No te sorprendas: los judíos no somos animales. Somos bastante estudiosos. Mi tío también
fue médico, y mi padre.
Joe: Y tu madre?? Nunca me has hablado de ella.
Kevin: Nos abandonó a papá y a mí al nacer… al parecer se fue con otro hombre… Mi padre nunca
lo superó.
Todos se sumergieron en un incómodo silencio. Kevin se puso a mirar con nostalgia por la ventanilla
del auto. Ya habían salido de la ciudad. Empezaba a amanecer, y el silencio solo era roto por los
bombardeos a los lejos, en la ciudad que iban dejando atrás. Al cabo de un rato, ___, que volvía a
estar en el regazo de Joe, empezó a moverse lentamente. Joe lo notó y la miró fijamente, hasta
que ésta abrió los ojos.
Tú: Joe??
•NARRACIÓN DE JOE•
La estreché con fuerza entre mis brazos, derramando lágrimas de felicidad. Nick suspiró,
aliviado, y Kevin me sonrió. Y después… después me pude volver a preocupar. Invitado aún seguía
muy pálida, y su voz era débil y muy temblorosa. No me había dado cuenta hasta el momento de que
sus ropas estaban húmedas y frías y que le hacían temblar. Por un momento no supe que hacer. Me
quedé paralizado. Pero ella ya lo hizo por mí: se levantó con dificultad y se puso junto a Kevin.
Al parecer no quería saber nada de mí. No me extrañaba… Pero tampoco me alegraba… Porque yo
me estaba muriendo lentamente, sabiendo que de ella solo obtendría rechazos. Pero tenía que
aguantarlo. Me quedé mirándola todo el viaje, sin apartar la vista de sus ojos. Ella volvía a
veces la mirada hacia mí, y cuando nuestras miradas se encontraban, la conexión se hacía
irrompible. Nos quedábamos los dos mirándonos silenciosamente, hasta que alguien lo notaba y ella
apartaba la vista, ruborizada. Por un momento soñé que no estaba comprometido… Que mi tío no
existía… Por un momento fui feliz. Hasta que me estrellé contra la triste realidad. Empiezo a
pensar que soy masoquista. No puedo apartarme de ella, aún sabiendo que solo ver su rostro me hace
daño. Es como si clavaran miles de dagas en mi pecho… Porque sé que no es mía. Porque aunque la
ame profundamente, ella y yo nunca estaremos juntos. Y cuando llegamos al hostal en donde
pasaríamos la noche, tomé una decisión de última hora.
Era una locura, pero tenía que hacerlo. Porque no me moriré tranquilo sin escuchar de los labios
amados un ‘Te Quiero’.
•FIN NARRACIÓN•
♥
|Cαpitulo 14| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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La lluvia caía levemente afuera. El viento golpeaba ruidosamente las ventanas de la casa, y la suave brisa fría producía escalofríos en los presentes. Joe se quedó muy quieto, mientras su amigo esperaba alguna reacción por su parte. Pero éste solo entreabrió los labios. Al cabo de un rato, con fuertes esfuerzos, logró pronunciar las palabras.
Joe: Qué?? Por qué??
Alterado, se dejó caer en un asiento.
Nick: Vio el periódico.
Joe: Y qué? El periódico no obliga a la gente a marcharse.
Kevin: En primera plana, estaba la noticia de tu compromiso.
Joe, abatido, intentó reprimir las inminentes lágrimas que cayeron a continuación.
Joe: Por qué se marchó??
Miley se arrodilló ante él.
Miley: Joe… Ella te ama.
Joe levantó la vista hacia su prima.
Joe: Me…Me ama?
Miley asintió.
Miley: Y tú a ella?
Joe solo bajó la vista y asintió.
Miley: Y por qué no intentaste estar con ella?
Joe: Por Adolf Hitler. Él la habría matado. Lo odio!! Siempre estropea todo yo…
Sus palabras fueron interrumpidas por sus fuertes sollozos. Se encogió en el asiento y dejó caer las lágrimas. Todos se acercaron a él y le consolaron durante horas, hasta que Joe se quedó dormido, en aquel incómodo sillón. Miley se retiró también a descansar, pero Kevin y Nick se quedaron despiertos casi toda la noche, debatiendo lo que debían hacer a continuación.
Nick: Esto no puede seguir así, Kevin. Él no puede dirigir nada ahora. En su situación? Es capaz de mover a sus hombres mientras llora por ___. No estoy siendo malo, no me malinterpretes (dijo ante la expresión de Kevin) Lo entiendo perfectamente, sé por lo que está pasando. Acaba de perder a la mujer que ama por el mismo imbêcil que le ha estado amargando la vida desde pequeño. Pero tienes que admitir que, con él en la condición en la que está, no nos podemos meter ahora en una guerra.
Kevin: Tienes razón. Pero que hacemos?
Nick: No lo sé. Durante todos estos días, cuando nos estábamos preparando para darle la noticia a Joe, pensé en ir a buscarla. Pero no creo que sea lo adecuado, no?
Kevin: No. Joe está obligado a casarse con Demi. Y Invitado estoy seguro que no querrá ser solo la querida. Ni siquiera Joe la dejaría ser la querida. Invitado es especial, no una cualquiera.
Nick: Entonces?
Kevin: Me parece, Nick, que solo queda esperar y resignarse, y rezar con todas nuestras fuerzas para que Invitado y Joe puedan seguir adelante con sus vidas sabiendo que van a permanecer siempre en caminos distintos.
Nick: Sinceramente, no creo que funcione. Porque Joe y Invitadoya sabían que tenían que llevar caminos separados, y ese hecho no les impidió enamorarse. No creo que puedan luchar contra este sentimiento.
Kevin: Ya, pero eso es cosa de ellos. Y por mucho que queramos ayudar, nosotros no podemos hacer nada.
Joe oyó toda esa conversación y se resignó. Sabía que tenían razón. Pero ese hecho no le calmaba su dolor. Así que salió de la casa, ignorando la lluvia y los gritos de Kevin para que volviera. Y allí se encontraba, completamente empapado, y llorando por un amor imposible. Cayó de rodillas al suelo mientras tatareaba una suave melodía que había aprendido al piano.
Y, tumbándose en el suelo, dejó caer todas las lágrimas que le quedaban, abandonándose y
deseando morir, sabiendo que Invitadonunca
volvería. Nunca más estaría a su lado y nunca jamás podría oír de sus labios una frase de
amor, porque estaba solo. Solo. Y siempre lo había estado. Y allí estuvo durante horas, intentando
reparar las heridas de su pobre corazón hecho pedazos. Pero como iba a hacerlo si apenas podía
encontrar las piezas para repararlo? Invitado se la había llevado todas, dejando un alma en pena
condenada a vagar por el mundo, llorando su pérdida. Las campanas de la iglesia empezaban a sonar,
señalando la media noche, pero Joe solo las oía lejanamente. Creyó oír incluso como alguien
gritaba su nombre… Fue entonces cuando Joe cerró los ojos y sintió como su alma se separaba de
su cuerpo. Y después… después ya no sintió nada.
•Punto de vista de Invitado•
Había caminado durante horas, esperando. Pero era casi imposible bajo la lluvia torrencial
encontrar el camino. Se recogió los bajos de la falda y caminó un trecho más, sin saber donde se
encontraba. Hacía horas que se había perdido. Y había caminado mucho, intentando encontrar algún
signo de habitabilidad, pero al no encontrarlo, decidió volver a la ciudad de donde había salido
horas antes. Fue entonces cuando comenzó a nevar. Invitadose encogió y se frotó los brazos,
intentando entrar en calor, sin éxito. Caminó durante varias horas, soportando el frío e
intentando no pensar en lo cansada que estaba para no desfallecer. Sabía que si paraba a descansar
se dormiría, y dormirse en la nieva era sinónimo de muerte. Caminó durante un largo trecho más,
dejando sus huellas marcadas en el suave manto blanco del suelo. Y cuando ya sus piernas temblaban
bajo su ropa y pensaba que se iba a caer, sin poder moverse, a la nieve, las sombras de una ciudad
empezaron a aparecer frente a ella. Y con el último aliento que le quedaba, echó a correr.
Tropezó varias veces en el camino e incluso llegó a caer, pero se levantó y siguió. Pero
parecía que la ciudad se alejaba cuanto más avanzaba. Cuando ya estaba a punto de rendirse, llegó
al borde de la carretera. Tropezó y volvió a caer. No tenía fuerzas para levantarse, pero hizo
todo lo posible para hacerlo. Intentó gatear hasta el otro extremo, pero unas luces la cegaron.
Se desoriento, ya no sabía donde estaba, cómo había llegado hasta aquí, y por un momento lo
olvidó todo, hasta que frente a ella vio un par de pies. Levanto la vista y vio a un hombre,
ataviado con un largo abrigo, y
poco más atrás, un coche parado con la puerta abierta. El hombre empezó a hablarle, pero no
logró entender el idioma en el que le hablaba. Con dificultad se puso en pie y caminó hasta
quedarse fuera de la carretera.
Recordó con amargura el día anterior, y lo mucho que había cambiado su vida en tan solo unas
horas, con las lágrimas cayéndole por el rostro recordó la fotografía del periódico, Estaba
él, junto a su tío, sonriente… Otro hombre más que supuso que sería el padre de la chica… Y
ella. Demetria se llamaba. Hija del dirigente superior de las SS. Buen partido, con buena clase
social, dinero y un futuro asegurado. Y lo peor… lo bella que era. Era tan guapa que Invitadose quiso
morir. Teniendo a una chica como ella de prometida, Joe jamás se fijaría en ella. De hecho, jamás
se fijaría en ella, estuviera o no esa chica en medio. Porque era judía. Y ese era su mayor
problema y su mayor sufrimiento. Había decidido volver con sus padres, esconderse con ellos hasta
que todo pasara. Pero no podía llegar hasta donde ellos se encontraban sin dinero y sin medios para
viajar. Además, no tenía visados ni los papeles suficientes para pasar las fronteras. No tenía
más remedio que ir a pie.
Es que eso iba a ser posible? Cómo iba ella a cruzar países enteros, ríos y mares solo andando??
Y sola. Completamente sola. Se miró los pies y otra vez tuvo muchas ganas de pararse a llorar. Pero
hizo un esfuerzo por no hacerlo. No podía derramar más lágrimas. Su cara estaba pálida, sus
mejillas frías, y su nariz rojiza. Volvió a frotarse los brazos para entrar en calor, pero el
fuerte viento frío le hacía temblar. Además, con cada paso el viento la empujaba lentamente hacia
atrás. Y durante un rato, el caminar se volvió una lucha. Tardó en llegar a la cuidad, pero
finalmente lo consiguió. Y paró de nevar. Caminó por las estrechas callejuelas mientras la nieva
era sustituida por una lluvia fría. Las gotas caían sobre ella, mientras lloraba,
intentando encontrar en vano un refugio donde resguardarse hasta que parara de llover. Pero sus
esfuerzos eran en vano. Llegó a una pequeña plaza, ocupada por una iglesia blanca, y caminó hacia
ella, intentando resguardarse de la lluvia. Pero no llegó. Mientras las campanas anunciaban la
medianoche, Invitado cayó en las escaleras de mármol blanco de la iglesia.
Tú: Ayuda… ayuda…
Pero nadie escuchó sus lamentos… nadie acudió a su ayuda. Porque estaba sola. Sola y
completamente vencida. Ya no había nada más.
|Cαpitulo 15| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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•Narra Nick•
Dios. Dios. DIOS!. Se supone que estos días tienen que ser los mejores de mi vida? Si, me lo estoy preguntando a mí mismo. Porque no lo parece. Con mi recién estrenada esposa, viajamos a la Unión Soviética. Le dije a Joe que tuviera cuidado y que obedeciera a su tío. Pero no que se viniera prometido! Me siento mal por él. Se que ama a ___... Y no me extraña. Invitadoes divertida, amable y cariñosa, y todos la queremos mucho. Siento mucho lo que les ha pasado a los dos…. Pero qué hacer? Hasta que no acabemos con Hitler no podremos hacer nada. Y qué es lo que pasa? Que ahora si que no podemos hacer nada. Porque nuestro plan aún está comenzando. Y nos queda mucho por hacer. Kevin tiene muy buenas ideas. Y me las estaba explicando cuando ayer llegó el periódico a casa. Y allí... En primera plana y con letras enormes estaba el anuncio. Cuando lo vi no lo podía creer, se me salían los ojos por las órbitas. Hay que reconocer que ninguno de los dos, ni Joe ni la tal Demetria se veían muy contentos… pero si Hitler y su amigo Himmler, esos disfrutaban de lo lindo, con copas en la mano y celebrándolo animadamente. Intenté esconder el periódico pero fue en vano, Invitadome lo sacó sin problemas. Y cuando lo vio… se fue. Se fue y no hice nada por impedirlo. Por qué? Para qué? Para hacer sufrir más a mi mejor amiga? Miley sintió mucho su partida, ya que ellas se habían hecho muy amigas. Y hablaban y conversaban mucho, intercambiando opiniones, cuando Kevin y yo nos encerrábamos en el despacho a planear. Y cuando llegó Joe… Llegó hecho un desastre, sucio, muy delgado, con ojeras y despeinado… Cuando le abrimos la puerta, pareció que esperaba que Invitadolo hiciera, ya que la sonrisa de satisfacción que llevaba en su cara se transformó en una mueca… Y cuando le dimos la noticia… yo nunca lo había visto así, me dio miedo. Y me sentía tan culpable y tan imponente, sabiendo que no podía hacer nada ya y que podría haberlo impedido… Si las cosas siguen en el rumbo que han tomado, sé que será imposible para mí perdonarme esto. Luego, intenté justificarme a mí mismo, calmar mi conciencia hablando con Kevin… Pero solo estropeé las cosas, ya que Joe nos oyó y salió corriendo, dios sabe donde. Y ahora lo buscamos sin poder encontrarlo, nieva y hace mucho frío, y está muy oscuro. Faltan pocos minutos para la media noche, y si no lo encontramos a tiempo es posible que se deje morir en la nieve. Y si eso pasa… Si eso pasa jamás me lo perdonaré. Porque es todo culpa mía.
•Narración normal•
Nick se mordió el labio y siguió caminando, muy angustiado y abrigándose. Las manos le temblaban, y deseó haber traído sus guantes. Pero no le daba tiempo ha cogerlos.
Joe había salido tan deprisa que ni siquiera habían podido averiguar que dirección había tomado.
Kevin había le había gritado que volviera, pero éste no le había hecho caso: había seguido
corriendo y había desaparecido. Dos desaparecidos en una misma noche. Mala cosa. Caminó más
deprisa, gritando su nombre una y otra vez, esperando que le contestara. Pero no lo hizo. Y justo en
ese momento, dieron las 12. Se preguntaba si Kevin le había encontrado, ya que habían pactado que
volverían a casa a esa hora, con él o sin él. Y entonces lo vio. Completamente inmóvil. Nick
corrió hacia él, temiéndose lo peor.
…
Kevin había salido en la otra dirección, esperando y rezando con todas sus fuerzas poder encontrar
a su amigo. Le preocupaba mucho que le sucediera algo. Joe había sido su amigo desde pequeño, y
ahora que se había vuelto a reencontrar con él, no iba a perderlo. No, eso seguro. Caminó
pacientemente, observando con detalle a cada lado y percatándose en cada movimiento o ruido
extraño, para ver si era su amigo. Pero no había ni rastro de él. Ya iba a dar la vuelta,
pensando que se había ido por el lado contrario, cuando vio luces a lo lejos. Caminó por una
estrecha callejuela y llegó a lo que parecía ser la plaza de la iglesia mayor de la ciudad. Allí
se alzaba, majestuosa, del tamaño de una catedral… Posiblemente lo fuera. Kevin se distrajo
contemplando el arte de la fachada, blanca como la nieve, y las magníficas obras esculpidas,
ángeles, apóstoles…
Las campanas de la iglesia anunciaron la medianoche… Y todo se volvió oscuro. Una sombra caminó
por la plaza. Kevin se escondió, pensando que podría ser un ladrón o algo peor. Pero avanzaba tan
lentamente, arrastrando los pies, que se relajó, sabiendo que era imposible. Y cuando ya iba a
volver a casa, la sombra se desplomó frente a las escaleras de la iglesia. Kevin corrió hacia él,
ya que no se movía, para socorrerlo. La capucha del abrigo se resbaló sobre los hombros del
individuo… y entonces se dio cuenta. No era él, sino ella. Invitadose encontraba a sus pies,
inmóvil… Sin poder moverse… ¿Qué más podría pasar ahora?
|Cαpitulo 16| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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Kevin dejó escapar un grito y la levantó como pudo. Invitadoestaba inconsciente, su piel estaba helada y sus labios amoratados.
Kevin: Despierta, por dios, despierta!!
Miró alarmado a su alrededor, buscando a alguien que le ayudara…. Pero la calle estaba desierta.
Kevin: Que alguien me ayude!!! Por favor!!!!!!!!
Una sombra pasó por el callejón de donde venía Kevin, y se escondió tras un edificio.
****: JUDÍO! JUDÍO! JUDÍO!
Kevin: Eh?
Otra voz empezó a hablar.
****: Deberían encerrarlos a todos… Ese Hitler si que lo está haciendo bien.
****: Sí, los judíos parecen que están hechos de otras sustancias.
Kevin cada vez estaba más sorprendido.
****: Deberían hacer lo mismo aquí. Míralos, están parados frente a nuestra iglesia…
****: Fuera de ahí!!!!!!!! Es que no respetan nada???
Kevin: Pero ayúdenme, no ve que se está muriendo??
****: Tú también deberías morirte… No eres más que un judío….
Las voces se hicieron cada vez más lejanas hasta que desaparecieron. Las fuerzas de Kevin desaparecieron de pronto. Se apoyó en la escalera y notó húmedos sus ojos.
Kevin: Ayuda… ayuda… ayuda…
…
Nick, mientras, había levantado al inconsciente Joe de la nieve, luchado porque los fuertes vientos no cubrieran el cuerpo de su amigo.
Nick: Ayuda!!
Dos hombres, notando lo apurado que estaba Nick, se acercaron y levantaron a Joe. Entre los tres lo llevaron como pudieron hasta la puerta de una casa cercana. Uno de ellos entró, habló un par de palabras con una mujer en ruso y salió, cogiendo a Joe y metiéndolo dentro.
Nick: Gracias…
Lo atendieron hasta que despertó, al cabo de un rato. La mujer, muy amable, le trajo a cada uno una taza de té.
Mujer: Ingleses??
Nick negó con la cabeza.
Nick: Alemanes.
Mujer: Nazis??????????????
El rostro de la mujer se contrajo. Nick iba a responder, pero Joe se adelantó.
Joe: No.
Era la primera palabra que pronunciaba desde que había despertado. La mujer se relajó.
Mujer: Huyeron?
Joe: Si.
Nick abrió los ojos como platos. Su mirada se apartó de Joe, que ahora conversaba con la mujer en ruso. Desvió la mirada a la mesita de café y sus ojos se abrieron como platos. Doblado por la mitad, había un periódico. El mismo que daba la noticia del compromiso de Joe. Y por supuesto, había una fotografía. Un hombre hizo intención de cogerlo, pero se lo pensó mejor y cogió una taza para servirse té.
Nick: Joe, tenemos que irnos.
Joe se volvió hacia él.
Joe: Ah?? Por qué??
Nick: Porque… porque… porque Kevin nos está esperando!!!
Joe: Ah… Vale…
Dirigió unas últimas palabras en ruso a la mujer.
Mujer: Ok… eh… Volved pronto, si?
Joe sonrió y asintió. Tras despedirse, ambos salieron de la casa. Nick tiró de él y empezaron a andar más
rápido.
Nick: Tenemos que irnos de aquí.
Joe: Cómo?
Nick: No lo has oído?? Odian a los nazis. Y nosotros lo somos!!
Joe: y qué? Nunca se enteraran.
Nick: Tu cara sale en todos los medios de comunicación. Mi boda también. Si se van a enterar. Y sabes que es lo peor? Que creen que nosotros estamos planeando en contra de ellos y no en contra de tu tío.
Joe: déjame en paz, Nick. No quiero hablar ahora de nada.
Nick: Pues no sé cuando vamos a hablar, ya que desde que estás enamoradito perdido no quieres hacer nada.
Joe: Qué estás insinuando?
Nick: Que no sirves para esto. Ahora entiendo por qué eres la vergüenza de la familia Hitler.
Joe: No te consiento que me hables así.
Nick: Si es que retrasas la batalla… Es… Es como si de verdad quisieras que tu tío te controle.
Qué te pasa, tío? Lucha ya de una vez. Líbrate de ese!!
Joe: Que qué me pasa?? Quieres saber lo que me pasa???
Nick: Si ya lo sé… es solo que eres un cobarde. No?
Joe lo cogió del cuello de la camisa y lo lanzó contra la pared más cercana. Después se acercó
a él furioso y lo cogió del cuello.
Joe: Tú… Tú no sabes lo que pasa.
Nick: Cobarde.
Joe le pegó con todas sus fuerzas. El labio de Nick sangraba. Éste se limpió la sangre y lo miró
a los ojos.
Nick: Lo de maltratador lo llevas en la sangre, eh?
Joe le volvió a pegar.
Joe: Tú no tienes ni idea!! No tienes ni idea!!!!!!
Nick descubrió con sorpresa como las lágrimas bajaban con rapidez por las mejillas de Joe.
Nick: Joe….
Joe volvió a levantar la mano. Iba a pegarle, pero se lo pensó mejor y apoyó el puño contra la
pared.
Joe: Lo siento….
Nick: No, lo siento yo. No sé que me pasa. Siento mucho todo lo que te he dicho… pero de verdad,
quiero que todo esto salga bien. Y que estemos libres cuanto antes.
Joe: No Nick, es que no lo entiendes.
Nick: que no entiendo qué?
Joe: No puedo luchar. No puedo. Llámame cobarde si quieres… todos lo hacen…
Se hizo el silencio.
Nick: Por qué?? (Susurró)
Joe: Yo… yo…
•FLASHBACK•
Joe contaba solo con 6 años de edad. Estaba sentado junto a su madre que, miraba hacia el
horizonte, viendo muchas cosas y a la vez nada. Estaban en el salón principal de la casa. Joe
traía en sus manos y viejo muñeco de felpa, al que acariciaba y abrazaba. En esos momentos se
abrió la puerta. Paula Hitler se levantó y obligó al pequeño a hacer lo mismo. Adolf Hitler
entró con aire majestuoso y les dijo que le siguieran. Joe miró su madre con pánico, pero ésta
le tranquilizó y le tomó de la mano. El pequeño abrazó con fuerza su muñeco y caminó junto a
su madre. Siguieron a su tío hasta llegar al coche. Adolf se sentó y esperó hasta que ellos
hicieron lo mismo. El pequeño quedó entre su tío y su madre.
Joe: Donde vamos, mamá?
Hitler: Madre. Tienes que decir madre. Trata a tu madre con respeto, muchacho!!
Se lo dijo con tal dureza que Joe se encogió de miedo y se acercó más a su madre.
Hitler: Voy a enseñarte lo que es la vida.
Paula: Es necesario??
Adolf la miró con desprecio.
Hitler: Es parte de la educación. No querrás que tu hijo acabe como Adam, no?
Paula: no serás capaz.
Hitler: no me pongas a prueba. Vamos, hemos llegado.
Hitler bajó del coche. Paula le miró muy mal, pero el no la miró. Se centró en el pequeño. Lo
observó durante un rato, evaluándolo.
Hitler: Te gusta correr??
Joe: Si, me gusta jugar a las escondidas con Papá.
Hitler: Mmm… A las escondidas… Con papá…
Hitler se quedó mirándolo durante un buen rato, evaluándolo, y después le cogió el muñeco.
Hitler: Qué es esto??
Joe: Es mío, señor…. (Intentando recuperarlo)
Hitler: ummm… Tuyo. Si. Quién te lo dio?
Joe: Padre… Devuélvamelo, por favor.
Hitler: Así que padre… Muy bien.
Hitler hizo ademán de tirarlo al suelo, pero después se lo pensó mejor.
Hitler: Ven, muchacho. Ven. Sígueme.
Hitler empezó a caminar, y Joe le siguió. Paula también empezó a seguirles, pero Hitler la
detuvo.
Hitler: A dónde te crees que vas?
Paula: Voy con mi hijo. Qué le vas a hacer?
Hitler: Voy a hacer de él un hombre, tal y como te prometí que haría. Y tú te quedas aquí.
Paula: Exijo ir con mi hijo!!!
Hitler le pegó una bofetada.
Hitler: Tú no puedes exigirme nada. Y te quedas aquí.
Paula: ME NIEGO A QUE LE HAGAS ESO A MI HIJO!
Hitler le pegó otra vez.
Hitler: Necesitas una buena paliza. Si te la hubieran dado en su momento, no creo que te hubieras
atrevido a escapar para casarte con ese hijo de…
Paula: Ni se te ocurra decir eso delante del niño.
Hitler le volvió a pegar.
Hitler: Aprende a callar ya de una vez. Vamos, Joseph.
|Cαpitulo 17| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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•Continúa el FLASHBACK de Joe•
Hitler: Joseph, bienvenido.
Joe: Donde estamos, señor?
Avanzó hacia su tío y se colocó a su lado. Con curiosidad observó el lugar donde se encontraban. Frente a él había una especie de valle. Y abajo se encontraba el ejército alemán. Ellos observaban desde arriba como los soldados tenían que enfrentarse a multitud de pruebas físicas, pasar por debajo de alambradas, escalada, disparar a dianas…
Hitler: Vamos.
Joe: A dónde señor?
Hitler: Sígueme!! (Replicó con impaciencia)
Joe siguió a su tío corriendo, ya que éste pegaba grandes zancadas y las piernas del niño no podían seguir su ritmo. Bajaron al valle. Hitler fue recibido muy bien por un señor con un bigote en forma de manillar que observó al pequeño por encima de las gafas anticuadas que llevaba en la punta de la nariz. Con un gesto dio paso a Hitler a donde los demás soldados se encontraban.
Hitler: Bien, Joseph. Dime. Cuántos años tienes?
Joe: 6 años, señor.
Hitler: Bien. Me podrías decir si sabes qué es esto??
Joe: No lo sé.
Hitler: Señor. No lo sé, señor.
Joe: No lo sé, señor.
Hitler: Bien. Lo suponía. Es un campo de entrenamiento. A saber lo que te enseñó tu padre. Seguramente alguna tontería sobre el amor, la paz y la fraternidad. Bah. Pérdidas de tiempo. En la vida, los hombres se tienen que esforzar por conseguir lo que se merecen. Y los débiles morirán. Los débiles DEBEN morir.
Joe: Morir?
Hitler: Si, pequeño. Recuérdalo siempre.
El pequeño asintió.
Hitler: Tú podrías hacer todos estos ejercicios, Joseph.
Joe: Yo?? No, no quiero.
Hitler: No te lo estoy pidiendo, muchacho.
Joe: Ah??
Hitler: Espera aquí.
Hitler cogió el muñeco que se había puesto bajo el brazo con ambas manos y avanzó hacia el extremo del campo de entrenamiento. Lo colgó en un árbol y después se volvió hacia Joe.
Hitler: Ven a recuperarlo.
Joe echó a andar por el mismo camino que había seguido su tío, salteando todos los obstáculos.
Hitler: No, no. Por los obstáculos.
Joe: Cómo??
Hitler levantó un arma y apuntó a su sobrino.
Hitler: Si tardas más de 10 minutos en hacerlos, disparo.
•FIN FLASHBACK•
Joe: Yo tengo miedo a las armas. Siempre lo he tenido.
Nick: Qué pasó algo aquel día?? (Asustado, y aún asombrado por lo que le acababa de contar Joe)
Joe: No me dio tiempo. Me enganché la ropa y no me podía liberar. Los soldados que ese día estaban entrenando me rodearon y empezaron a reírse de mí. Yo lloraba. Mi tío empezó a gritar que era un débil y que merecía morir, levantó el arma y… y….
Nick: Te disparó???????
Nick abrió los ojos como platos.
Joe, a modo de respuesta, se arremangó la camisa hasta el codo y le enseñó a Nick una pequeña cicatriz.
Joe: Su intención no fue matarme, sino darme una lección. Y a partir de ese día, todos los
sábados me llevaba hasta ese sitio, con mi muñeco, y hacia lo mismo. No volvió a dispararme, pero
no conseguí terminar el circuito en los diez minutos que me daba hasta que lo hice por sexta vez.
Nick: Con 6 años???
Joe: No le importaba la edad. Solo quería hacerme fuerte, le costara el precio que le costara. Mi
madre no nos acompañaba, no podía ni verlo. Y yo creía que simplemente me abandonaba frente a
él, y le daba igual si me mataba o no.
Nick: Siguió así siempre??
Joe: Siempre me ha amenazado con matarme… si.
Nick: Es eso lo que pasa??
Joe: No puedo luchar en batallas. Lo siento. No puedo.
Nick no podía pronunciar palabra.
Nick: Amenazaba a niños pequeños con armas!! Qué clase de persona es??
Joe: No es persona. Es un animal. Vayámonos a casa, si??
Nick: Esta bien. (Nick se quedó mirando hacia el final de la calle)Un momento, qué es eso??
Kevin caminaba con dificultad hacia ellos, con Invitadoen brazos. Joe, al ver que era ella, la cogió.
Kevin cayó de rodillas al suelo, con las lágrimas corriendo por sus mejillas.
Nick: Qué a pasado??
Kevin no contestó. Sólo levantó la vista. Nick y Joe observaron horrorizados como el lado
izquierdo de su rostro estaba completamente lleno de sangre.
Nick: Dios, qué te ha pasado???
Kevin: Me han atacado.
Nick corrió a examinarle la herida. Una profunda herida empezaba en el centro de la frente de Kevin
y se arqueaba hasta llegar a su oreja izquierda.
Kevin: No ha podido defenderme. Él… él iba por Invitado.
Joe lo miró asombrado.
Joe: Por qué iban a querer hacerle algo a Invitado??
Kevin: Joe… Hay más.
Joe: Cómo??
Kevin: Sé quién nos ha atacado… Joe… El tipo ese era nazi. Llevaba un brazalete nazi.
Joe: Pero… pero… Cómo??
Empezaron a oírse sirenas en el callejón. Un montón de guardias les rodearon, apuntando sus armas
a los extremos y rodeándolos. Hitler salió de un coche y tiró de su sobrino.
Hitler: CORRED! CORRED!!
Nick: Qué está pasando???????!!!!!!!!!
El ruido de helicópteros, sobrevolando sus cabezas, ahogó su voz.
Hitler: CORRED! YA!
Nick no se atrevió a pronunciar más palabra, y subieron al coche. Joe aún llevaba a Invitadoentre sus
brazos. Miley se encontraba dentro del automóvil, muerta de miedo.
Nick: Qué está pasando??
Miley: Nick… Incendiaron la casa en donde nos estábamos quedando. Han intentado matarnos a todos,
creían que todos estábamos dentro.
Nick: Pero estás bien??? (Nick la estrechó entre sus brazos, preocupado)
Miley: Sí… Yo sí…
Nick suspiró y miró a Joe, que estaba paralizado. Éste bajó la mirada hacia Invitadoque aún no
despertaba. Hitler los miró a ambos. Justo en ese momento, una lágrima bajó por el rostro de su
sobrino. Hitler posó la mirada en todos los presentes, después se centró en Kevin, en ___, en
como Joe miraba a ___, preocupado, y la acunaba contra su pecho mientras las lágrimas bajaban por
su rostro.
Hitler: NOO!! NO, NOO!!
Todos se volvieron hacia él, pero éste solo miraba furiosamente a su sobrino.
Hitler: NO ME LO PUEDO CREE, JOSEPH. TRAIDOR!
Joe solo miró a ___, sin hacer caso a su tío.
Joe: Me da igual lo que digas (Con la voz mucho más grave de lo normal) Ya estoy harto.
Hitler: Harto??? TÚ???? Desobediente! Traidor! Estoy harto de tener que aguantarte! Y ella…
ella…
Hitler sacó un arma y la posó sobre la frente de Invitado. Todos reaccionaron muy deprisa. Kevin
abrió los ojos como platos. Nick apartó a Miley y sacó también su arma, apuntando a Hitler. El
coche se paró, las puertas se abrieron y muchos soldados apuntaron a Nick.
Soldados: Deja el arma en el suelo. Despacio… Y nadie sufrirá daños.
Nick obedeció. Miley, a su lado, empezó a temblar.
Hitler: Suelta a la judía. AHORA!
Joe: Si la matas a ella, yo te mataré. Y me da igual si tengo que dar mi vida para que eso suceda.
Porque te juro… Te juro que si le pones un dedo encima, te perseguiré aunque sea lo último que
haga. Y me dará igual tener que buscarte hasta debajo de las piedras, porque te encontraré. Te
encontraré, me oyes??? Y cuando lo haga, disfrutaré matándote con mis propias manos y viendo como
me suplicas clemencia.
Todos le miraron alarmados, los soldados le apuntaban ahora a él.
Hitler: Bajen las armas, chicos. Y tú…. (Dijo bajándose del coche) Sígueme.
Joe miró a ___. La posó sobre el asiento, suavemente, y siguió a su tío fuera del coche. Los
soldados se
dispersaron. Hitler lo llevó a un extremo alejado del callejón, totalmente oscuro.
Joe: Qué? Vas a matarme, cobarde?? Claro, aprovechas ahora que estoy desarmado y….
Hitler: Cállate!!
Joe: No me callo. Llevo callándome mucho tiempo.
Hitler lo cogió del cuello y lo estrelló contra la pared. Joe le devolvió el golpe. Con una
fuerza que nunca había mostrado delante de su tío, hizo una maniobra y lo dejó desarmado,
pegándole a la pared y sujetándole los brazos.
Joe: Escúchame bien porque ahora mando yo, entendiste? Me has arruinado la vida, hijo de pûta. Y
ahora voy a arruinarte yo la tuya.
Hitler: De… De qué hablas???
Joe: No voy a matarte, no me merece la pena ensuciarme las manos por un animal como tú. Pero que te
quede bien claro de que voy por ti.
Hitler: Eres consciente de lo que estás diciendo, verdad???
Joe: Soy consciente. Qué? Ahora vas a intentar matarme??
Hitler se dio la vuelta con esfuerzo y lo miró burlonamente.
Hitler: Vamos, Joe. Sabes que no te conviene.
Joe: Tú no sabes lo que me conviene.
Hitler: Bueno…. No creo que quieras que se me vaya la mano con tu madre y acabe como acabó tu
padre hace 15 años.
|Cαpitulo 18| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe soltó a Hitler, y abrió los ojos como platos.
Joe: No serás capaz.
Hitler: Fui capaz de matar a tu padre. Lo tuve entre mis manos mientras echaba su último aliento y no moví ni un dedo para salvarlo.
Hitler empezó a disfrutar mientras veía como su sobrino retrocedía cada vez más, horrorizado.
Hitler: Después de muerto, le mutilé hasta que pareció que había muerto en una batalla… y yo mismo lo llevé y lo abandoné en el campo…
Joe: Cállese!!!!!!!!!!!!!!
Las lágrimas le dificultaban la visión. El pecho le dolía mucho, y su corazón parecía querer salir de su
sitio. Los latidos de éste le hacían daño hasta en los oídos. Retrocedió un par de pasos más hasta que se
chocó contra la pared. Hitler avanzó hacia él, disfrutando cada palabra. Joe sentía su respiración en el
cuello, mientras éste le hablaba en el oído.
Hitler: Me quedé hasta la noche, cuando muchos animales salvajes acabaron con las pruebas…
Joe cayó al suelo, con las lágrimas cayendo sin control por su rostro, y se encogió como un bebé. Hitler
rebuscó en sus bolsillos, sin parar de hablar.
Hitler: Y sabes… me quedé esta cadena como premio.
Joe levantó la vista y la reconoció. A pesar de la oscuridad del lugar, el pequeño colgante con la estrella de David brillaba en la palma de la mano de Hitler. Éste miró a Joe con una sonrisa burlona.
Hitler: Lo reconoces???
Claro que lo reconocía. La cadena la llevaba su padre al cuello. Y de eso se acordaba bien. “Algún día será
para ti”. Esas eran las últimas palabras que había oído de él… Joe se levantó y la agarró, pero Hitler fue más rápido y la guardó.
Hitler: Si eres bueno, quizás te la dé algún día.
Se dio la vuelta y empezó a caminar.
Joe: Esto no quedará así. NO QUEDARÁ ASÍ, ME OYES??? VOY A ACABAR CONTIGO, JURO QUE ACABARÉ
CONTIGO!!!!!!!!!!!!!!!!
Hitler: Muchos dicen eso. Y todos acaban como tu padre.
Joe: TE ODIO!! TE ODIO, ANIMAL!! PAGARÁS POR LO QUE ME HAS HECHO!!!!!! TE HARÉ PAGAR POR LO QUE ME HAS HECHOO!!!!
Las risotadas de Hitler se fueron alejando cada vez más hasta que desaparecieron por el callejón. Otro avión sobrevoló la zona. Llegaron aviones de guerra, soldados marchaban de un lado hacia otro. Nick observó todo esto y después corrió con Kevin hacia Joe. Estos lo cogieron y lo metieron en el coche, justo en el momento en el que cayó la primera bomba.
Nick: Dios, Dios, Dios!! Nos van a matar!!!
Empezó a mirar a todos lados, muy nervioso. Joe, sorprendentemente, se calmo y empezó a pensar fríamente.
Joe: La única manera de salir de aquí es por aire.
Kevin miró a su alrededor.
Kevin: Estamos perdidos.
Nick: Quién está haciendo esto??
Joe: Aún preguntas??
Joe miró a Nick, arqueando una ceja.
Kevin: Pero no están bombardeando esta zona. Se van más allá.
Nick: Creo que no quiere hacerte nada.
Kevin: No se atreve a matar a los de su sangre.
Joe tragó saliva. No quería contarles a Nick y a Kevin las amenazas de su tío.
Joe: No, supongo que no.
Chofer: Entonces, nos vamos??
Joe: Si, si.
Joe volvió a coger a Invitadoentre sus brazos y la contempló durante un buen rato. Le posó una mano sobre la frente y vio que tenía mucha fiebre. Se mordió el labio nervioso y la acunó contra su pecho.
Joe: Miley.
Miley, que había estado distraída mirando por la ventanilla, se volvió hacia él.
Joe: Sabes que hacer para calmarle la fiebre??
Miley fue a abrir la boca, pero Joe la interrumpió.
Joe: Con los escasos medios que tenemos ahora.
Miley cerró la boca de golpe.
Miley: Lo siento, primo… No tengo ni idea.
Kevin: a ver, déjame.
Kevin se estiró y cogió a ___. Se sacó del bolsillo una pequeña pastillita.
Kevin: ayudadme a que se la trague, sí??
Joe se apresuró a ayudar a Kevin.
Joe: Qué le das??
Kevin: Un remedio… Calma la fiebre.
Joe: Y como lo sabes?
Kevin: Bueno, estudié medicina estos últimos años.
Nick: De verdad??
Kevin: No te sorprendas: los judíos no somos animales. Somos bastante estudiosos. Mi tío también
fue médico, y mi padre.
Joe: Y tu madre?? Nunca me has hablado de ella.
Kevin: Nos abandonó a papá y a mí al nacer… al parecer se fue con otro hombre… Mi padre nunca
lo superó.
Todos se sumergieron en un incómodo silencio. Kevin se puso a mirar con nostalgia por la ventanilla
del auto. Ya habían salido de la ciudad. Empezaba a amanecer, y el silencio solo era roto por los
bombardeos a los lejos, en la ciudad que iban dejando atrás. Al cabo de un rato, ___, que volvía a
estar en el regazo de Joe, empezó a moverse lentamente. Joe lo notó y la miró fijamente, hasta
que ésta abrió los ojos.
Tú: Joe??
•NARRACIÓN DE JOE•
La estreché con fuerza entre mis brazos, derramando lágrimas de felicidad. Nick suspiró,
aliviado, y Kevin me sonrió. Y después… después me pude volver a preocupar. Invitado aún seguía
muy pálida, y su voz era débil y muy temblorosa. No me había dado cuenta hasta el momento de que
sus ropas estaban húmedas y frías y que le hacían temblar. Por un momento no supe que hacer. Me
quedé paralizado. Pero ella ya lo hizo por mí: se levantó con dificultad y se puso junto a Kevin.
Al parecer no quería saber nada de mí. No me extrañaba… Pero tampoco me alegraba… Porque yo
me estaba muriendo lentamente, sabiendo que de ella solo obtendría rechazos. Pero tenía que
aguantarlo. Me quedé mirándola todo el viaje, sin apartar la vista de sus ojos. Ella volvía a
veces la mirada hacia mí, y cuando nuestras miradas se encontraban, la conexión se hacía
irrompible. Nos quedábamos los dos mirándonos silenciosamente, hasta que alguien lo notaba y ella
apartaba la vista, ruborizada. Por un momento soñé que no estaba comprometido… Que mi tío no
existía… Por un momento fui feliz. Hasta que me estrellé contra la triste realidad. Empiezo a
pensar que soy masoquista. No puedo apartarme de ella, aún sabiendo que solo ver su rostro me hace
daño. Es como si clavaran miles de dagas en mi pecho… Porque sé que no es mía. Porque aunque la
ame profundamente, ella y yo nunca estaremos juntos. Y cuando llegamos al hostal en donde
pasaríamos la noche, tomé una decisión de última hora.
Era una locura, pero tenía que hacerlo. Porque no me moriré tranquilo sin escuchar de los labios
amados un ‘Te Quiero’.
•FIN NARRACIÓN•
♥
IlseJonasLovato
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
OMG! Siguela esta mega recontra linda interesante tu nove porfis quiero saber que hara joe
NaxhSA
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
|Cαpitulo 19| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe se movió algo inquieto de un lado hacia otro. Caminó por el pasillo y estuvo a punto de tocar la puerta de Invitadocon los nudillos, pero se quedó quieto, con el puño aún en alto, pensativo. ¿De verdad quería eso? Se dio la vuelta para regresar a su habitación, pero se lo pensó mejor. Lo cierto era que si no se atrevía a poner en marcha su plan, se arrepentiría mucho más tarde. Así que tragó saliva y golpeó suavemente la puerta.
Tú: Un momento!!
Invitadose asomó al pasillo, pero ya no había nadie. Fue a cerrar la puerta, pero un pie se lo impidió.
Joe: Espera! Soy yo.
Invitadosuspiró y abrió la puerta, invitándolo a entrar.
Joe sonrió agradecido y entró a la fría estancia. Tomó asiento en una de las sillas de madera y esperó hasta que Invitadose sentó a su lado. Tragó saliva y abrió la boca para hablar, pero __ se le adelantó.
Tú: Es cierto que vas a casarte??
Joe cerró la boca de golpe y notó como el sudor frío le recorría la frente.
Joe: Si, me temo que si.
Invitadodesvió la vista hacia la ventana. Joe se dio la vuelta y se puso frente a ella, de rodillas, cogiéndole una mano. Invitadoescondió el rostro, pero Joe alcanzó a ver como una lágrima caía de sus ojos.
Joe: No llores, por favor.
Tú: Soy muy estûpida. Lo siento.
Joe: Yo también lloré… también lloré en su momento.
Tú: Por qué? Tú no tienes razones para llorar.
Joe: Créeme. Tengo muchas.
Obligó a Invitadoa que le mirara.
Joe: Invitado... tengo que decirte tantas cosas… Quiero decirte tantas y tantas cosas…
Tú: De veras?
Joe asintió.
Joe: No sé si quieras oír algunas de ellas.
Tú: Sé lo que me vas a decir... No te preocupes, no hace falta que digas nada.
Invitado volvió a esconder el rostro.
Joe: Eh, eh. No, mírame, por favor. Es mucho más fácil así. Y te aseguro que no tienes ni idea.
Tú: Sé que se casa, y que su prometida es una muchacha muy buena y adecuada. Es todo lo que necesito saber. Además, no sé ni por qué hablamos de esto. Yo no tengo por qué meterme en sus asuntos privados, señor Hitler.
Joe: Ahora me tratas de usted??
Tú: Es lo adecuado. Y si me disculpa, estoy muy cansada.
Joe se levantó y se dispuso a salir de la sala. Pero antes de llegar a la puerta, se dio la vuelta bruscamente y regresó junto a ___.
Joe: No tienes ni idea. No tienes ni idea y ni siquiera quieres entender como me siento.
Tú: No me hagas reír. Lo tienes todo.
Joe: no lo tengo todo. Me falta lo que todos tienen excepto yo.
Tú: Tienes dinero, tienes poder, procedes de una familia acomodada, tu tío te protege de todo!
Joe: MI TÍO NO ME PROTEGE! MI TÍO NO ME QUIERE! SOLO ME USA PARA CONSEGUIR LO QUE QUIERE, Y TÚ
MÁS QUE NADIE DEBERÍAS SABERLO! NO TENGO NADA EN EL MUNDO, ES QUE NO LO VES? PODRÉ TENER DINERO,
PODER Y VENIR DE FAMILIA ACOMODADA, PERO LO CAMBIARÍA TODO POR ALGUIEN QUE ME QUISIERA! QUE ME
QUIESIERA AUNQUE FUERA UN POQUITO!
Invitadose quedó paralizada. Lágrimas de angustia salían de los ojos de Joe y recorrían sus
mejillas.
Joe: Nunca he tenido a nadie en el mundo en quien apoyarme. Nadie se ha preocupado por como me
sentía o si era feliz. Yo no sé lo que es ser feliz.
Tú: Joe….
Joe: La felicidad puede estar al alcance de muchos… pero yo soy de esos pocos que jamás llegaré
a sentirla.
Joe se dio la vuelta para salir de la sala cuando unos brazos le rodearon fuertemente la cintura y
le impidieron seguir caminando.
Tú: Yo estoy contigo, yo te quiero.
Joe: No lo entiendes, ___.
Joe se dio la vuelta.
Joe: No lo ves. No ves que me hace daño tan solo cuando me miras. Sufro más que nunca, aguantando
en silencio.
Tú: Que quieres decir?
Joe: Invitado... Es que no te has dado cuenta? No te has dado cuenta de que me muero por ti? No ves que
daría mi vida solo para verte sonreír? No ves que me estoy muriendo en silencio, sabiendo que
jamás tendré ni la más mínima oportunidad? Sabiendo que para mí no hay ningún rayo de
esperanza en esta terrible oscuridad que me consume?? Esto puede conmigo… y no puedo hacer nada
por evitarlo… Te amo, Invitado.
Invitado lo miró sorprendida, aún asimilando las palabras que acababa de escuchar. Joe apartó la
vista y miró hacia la ventana, con lágrimas en los ojos. Intentó caminar, pero Invitadole tenía
cogidas las manos y no se las soltaba. Cuando bajó la vista, Invitadole sonreía, también con los ojos
llenos de lágrimas.
Tú: Joe, yo…
Pero Joe no la dejó terminar. Se apoderó de sus labios en un mágico beso, muy ansiado por ambos.
La luz de la luna se colaba por la ventana y los iluminaba tenuemente. Joe sintió como se elevaba
hacia el cielo y después volvía a bajar suavemente, hasta posarse otra vez en el suelo. Rodeó la
cintura de Invitadocon sus brazos, alargando ese momento. Su momento. Su momento de extrema felicidad.
Porque no necesitaba oír una respuesta por parte de ___. Ya la sabía. Ella también le amaba, y se
lo estaba demostrando en ese beso. Joe se separó de ella y sonrió. Invitadomordió el labio inferior,
nerviosa, y bajó la vista al suelo.
Tú: Yo también te amo… Te amo con un amor que no está escrito, un amor que me consume, un amor
que rige mi vida y que me acompaña donde voy.
Joe la abrazó fuertemente y aspiró el suave aroma de su cuello. Pero Invitadolo apartó.
Tú: Pero esto no está bien.
Joe la miró sorprendido. Invitadoretrocedió un par de pasos.
Tú: Te vas a casar.
Joe: No me casaré ahora que sé que me amas.
Tú: No podemos estar juntos.
Joe: Por qué?
Tú: Yo soy judía, y tú eres nazi.
Se hizo el silencio. A Joe le volvieron a entrar unas ganas enormes de llorar. Pero Invitadole empujó
hacia la puerta.
Joe: Puedo solucionarlo!
Tú: No puedes! Eres un Hitler!!
Joe: Es solo un nombre. Y, ¿qué importa un nombre? La llamada rosa, con otro nombre, olería igual
de dulce.
Tú: Shakespeare…
Joe: Romeo y Julieta.
Tú: Mi obra favorita.
Joe: Y la mía. Adoro la obra de Shakespeare.
Tú: Yo también.
Joe: Y no has aprendido nada? Nada de nada? Romeo y Julieta supieron luchar contra sus familias.
Supieron estar juntos. Nada les importó, al igual que a mí. A mí no me importa mi nombre, no me
importa mi sangre. Los nombres y la sangre no rigen el amor. Es sentimiento. Un sentimiento fuerte
contra el que no se puede luchar. Invitado, no me pidas que luche contra eso.
Tú: Romeo y Julieta acabaron muertos.
Joe: Pero felices.
Invitado se quedó en silencio.
Tú: Esto es una locura.
Joe: El amor… el amor es locura. Locura por la persona amada. Por favor, ___. Di que pasarás el
resto de tu vida junto a mí.
Tú: Qué?
Joe: Cásate conmigo. En secreto! No se lo diremos a nadie. Me cambiaré el nombre, huiremos juntos,
haré lo que sea! Pero por favor, Invitado... Te necesito.
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe se movió algo inquieto de un lado hacia otro. Caminó por el pasillo y estuvo a punto de tocar la puerta de Invitadocon los nudillos, pero se quedó quieto, con el puño aún en alto, pensativo. ¿De verdad quería eso? Se dio la vuelta para regresar a su habitación, pero se lo pensó mejor. Lo cierto era que si no se atrevía a poner en marcha su plan, se arrepentiría mucho más tarde. Así que tragó saliva y golpeó suavemente la puerta.
Tú: Un momento!!
Invitadose asomó al pasillo, pero ya no había nadie. Fue a cerrar la puerta, pero un pie se lo impidió.
Joe: Espera! Soy yo.
Invitadosuspiró y abrió la puerta, invitándolo a entrar.
Joe sonrió agradecido y entró a la fría estancia. Tomó asiento en una de las sillas de madera y esperó hasta que Invitadose sentó a su lado. Tragó saliva y abrió la boca para hablar, pero __ se le adelantó.
Tú: Es cierto que vas a casarte??
Joe cerró la boca de golpe y notó como el sudor frío le recorría la frente.
Joe: Si, me temo que si.
Invitadodesvió la vista hacia la ventana. Joe se dio la vuelta y se puso frente a ella, de rodillas, cogiéndole una mano. Invitadoescondió el rostro, pero Joe alcanzó a ver como una lágrima caía de sus ojos.
Joe: No llores, por favor.
Tú: Soy muy estûpida. Lo siento.
Joe: Yo también lloré… también lloré en su momento.
Tú: Por qué? Tú no tienes razones para llorar.
Joe: Créeme. Tengo muchas.
Obligó a Invitadoa que le mirara.
Joe: Invitado... tengo que decirte tantas cosas… Quiero decirte tantas y tantas cosas…
Tú: De veras?
Joe asintió.
Joe: No sé si quieras oír algunas de ellas.
Tú: Sé lo que me vas a decir... No te preocupes, no hace falta que digas nada.
Invitado volvió a esconder el rostro.
Joe: Eh, eh. No, mírame, por favor. Es mucho más fácil así. Y te aseguro que no tienes ni idea.
Tú: Sé que se casa, y que su prometida es una muchacha muy buena y adecuada. Es todo lo que necesito saber. Además, no sé ni por qué hablamos de esto. Yo no tengo por qué meterme en sus asuntos privados, señor Hitler.
Joe: Ahora me tratas de usted??
Tú: Es lo adecuado. Y si me disculpa, estoy muy cansada.
Joe se levantó y se dispuso a salir de la sala. Pero antes de llegar a la puerta, se dio la vuelta bruscamente y regresó junto a ___.
Joe: No tienes ni idea. No tienes ni idea y ni siquiera quieres entender como me siento.
Tú: No me hagas reír. Lo tienes todo.
Joe: no lo tengo todo. Me falta lo que todos tienen excepto yo.
Tú: Tienes dinero, tienes poder, procedes de una familia acomodada, tu tío te protege de todo!
Joe: MI TÍO NO ME PROTEGE! MI TÍO NO ME QUIERE! SOLO ME USA PARA CONSEGUIR LO QUE QUIERE, Y TÚ
MÁS QUE NADIE DEBERÍAS SABERLO! NO TENGO NADA EN EL MUNDO, ES QUE NO LO VES? PODRÉ TENER DINERO,
PODER Y VENIR DE FAMILIA ACOMODADA, PERO LO CAMBIARÍA TODO POR ALGUIEN QUE ME QUISIERA! QUE ME
QUIESIERA AUNQUE FUERA UN POQUITO!
Invitadose quedó paralizada. Lágrimas de angustia salían de los ojos de Joe y recorrían sus
mejillas.
Joe: Nunca he tenido a nadie en el mundo en quien apoyarme. Nadie se ha preocupado por como me
sentía o si era feliz. Yo no sé lo que es ser feliz.
Tú: Joe….
Joe: La felicidad puede estar al alcance de muchos… pero yo soy de esos pocos que jamás llegaré
a sentirla.
Joe se dio la vuelta para salir de la sala cuando unos brazos le rodearon fuertemente la cintura y
le impidieron seguir caminando.
Tú: Yo estoy contigo, yo te quiero.
Joe: No lo entiendes, ___.
Joe se dio la vuelta.
Joe: No lo ves. No ves que me hace daño tan solo cuando me miras. Sufro más que nunca, aguantando
en silencio.
Tú: Que quieres decir?
Joe: Invitado... Es que no te has dado cuenta? No te has dado cuenta de que me muero por ti? No ves que
daría mi vida solo para verte sonreír? No ves que me estoy muriendo en silencio, sabiendo que
jamás tendré ni la más mínima oportunidad? Sabiendo que para mí no hay ningún rayo de
esperanza en esta terrible oscuridad que me consume?? Esto puede conmigo… y no puedo hacer nada
por evitarlo… Te amo, Invitado.
Invitado lo miró sorprendida, aún asimilando las palabras que acababa de escuchar. Joe apartó la
vista y miró hacia la ventana, con lágrimas en los ojos. Intentó caminar, pero Invitadole tenía
cogidas las manos y no se las soltaba. Cuando bajó la vista, Invitadole sonreía, también con los ojos
llenos de lágrimas.
Tú: Joe, yo…
Pero Joe no la dejó terminar. Se apoderó de sus labios en un mágico beso, muy ansiado por ambos.
La luz de la luna se colaba por la ventana y los iluminaba tenuemente. Joe sintió como se elevaba
hacia el cielo y después volvía a bajar suavemente, hasta posarse otra vez en el suelo. Rodeó la
cintura de Invitadocon sus brazos, alargando ese momento. Su momento. Su momento de extrema felicidad.
Porque no necesitaba oír una respuesta por parte de ___. Ya la sabía. Ella también le amaba, y se
lo estaba demostrando en ese beso. Joe se separó de ella y sonrió. Invitadomordió el labio inferior,
nerviosa, y bajó la vista al suelo.
Tú: Yo también te amo… Te amo con un amor que no está escrito, un amor que me consume, un amor
que rige mi vida y que me acompaña donde voy.
Joe la abrazó fuertemente y aspiró el suave aroma de su cuello. Pero Invitadolo apartó.
Tú: Pero esto no está bien.
Joe la miró sorprendido. Invitadoretrocedió un par de pasos.
Tú: Te vas a casar.
Joe: No me casaré ahora que sé que me amas.
Tú: No podemos estar juntos.
Joe: Por qué?
Tú: Yo soy judía, y tú eres nazi.
Se hizo el silencio. A Joe le volvieron a entrar unas ganas enormes de llorar. Pero Invitadole empujó
hacia la puerta.
Joe: Puedo solucionarlo!
Tú: No puedes! Eres un Hitler!!
Joe: Es solo un nombre. Y, ¿qué importa un nombre? La llamada rosa, con otro nombre, olería igual
de dulce.
Tú: Shakespeare…
Joe: Romeo y Julieta.
Tú: Mi obra favorita.
Joe: Y la mía. Adoro la obra de Shakespeare.
Tú: Yo también.
Joe: Y no has aprendido nada? Nada de nada? Romeo y Julieta supieron luchar contra sus familias.
Supieron estar juntos. Nada les importó, al igual que a mí. A mí no me importa mi nombre, no me
importa mi sangre. Los nombres y la sangre no rigen el amor. Es sentimiento. Un sentimiento fuerte
contra el que no se puede luchar. Invitado, no me pidas que luche contra eso.
Tú: Romeo y Julieta acabaron muertos.
Joe: Pero felices.
Invitado se quedó en silencio.
Tú: Esto es una locura.
Joe: El amor… el amor es locura. Locura por la persona amada. Por favor, ___. Di que pasarás el
resto de tu vida junto a mí.
Tú: Qué?
Joe: Cásate conmigo. En secreto! No se lo diremos a nadie. Me cambiaré el nombre, huiremos juntos,
haré lo que sea! Pero por favor, Invitado... Te necesito.
IlseJonasLovato
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
DIOS MIO!!!!!!!! la rayis tiene que decirle que si!!!!! owww joe es tan bonito yo lo amoo SIGUELA!!! please
NaxhSA
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Muchas gracias por comentar!! Aquí les dejo los siguientes 2 capítulos! Saludos(:
|Cαpitulo 2O| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Invitadose quedó en silencio.
Joe esperaba, nervioso, una respuesta.
Tú: Y qué pasará con tu tío? Con tu padre? Con los judíos? Los vas a dejar?
Joe: Eh?
Tú: Joe, esto no puede ser. Olvídalo. Olvídame.
Joe: No me pidas eso.
Invitadoalzó la vista y se encontró con los ojos color miel que tanto le gustaban. Pero estaban apagados, tristes… llenos de lágrimas.
Tú: Tú tienes cosas que hacer. Sé que jamás podrás olvidar lo que Hitler hizo con tu padre. Sé que quieres vengar su muerte. Y sé que no vas a ser feliz hasta que eso ocurra. Cumple todas las promesas que te hiciste.
Joe: No lo entiendes, ___. Ahora estoy cumpliendo mi promesa más importante, que es ser feliz.
Tú: Tú no serás feliz si no ves muerto a Hitler.
Joe: No me entiendes, verdad?
Tú: Joe…
Joe: No me entiendes, Invitado, porque si me entendieras sabrías que desde hace meses eres lo único por lo que yo me mantengo con vida. Eres mi pilar más fundamental, y si te vas yo me derrumbo. Me da igual mi tío.
Tú: Pero no te da igual tu padre. Joe…
Joe: Déjalo, ___. Pensé que me entenderías. Márchate si eso es lo que te hace feliz.
Joe salió de la estancia pegando un portazo y caminó rápidamente hasta su cuarto. Una vez dentro, pegó un portazo y se apoyó en la puerta. Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Se dejó caer al suelo y enterró su cabeza entre sus brazos. Allí se quedó toda la noche, llorando amargamente, hasta que el amanecer se coló por su ventana. Los rayos del sol le iluminaban tenuemente cuando unos leves golpes en la puerta le hicieron levantar la vista.
Kevin: Joe… (Dijo suavemente)
Joe: No quiero ver a nadie…
Kevin: Joe…
Joe olvidó lo que acababa de decir y abrió la puerta, echándose a llorar en los brazos de su amigo.
Kevin: Te diría que no lloraras, pero llora, Joe. Sácate todo ese sufrimiento de dentro.
Joe lloró amargamente hasta que no le quedaron lágrimas, contándole todo lo que había pasado. Kevin, cuando terminó su relato, se mordió el labio inferior, nervioso.
Kevin: Joe… tengo que decirte algo.
Joe alzó la vista y se quedó en silencio.
Kevin: Invitadose marchó esta mañana, muy temprano. Y dejó una carta… una carta para ti.
A Joe se le llenaron otra vez los ojos de lágrimas mientras recibía la carta y la abría. Las lágrimas mojaron la fina hoja de papel.
Kevin: creo que mejor será que la leas solo. Si me necesitas, búscame, si?
Joe asintió y empezó a leer. Y cuando iba por la mitad, tuvo que parar. Se tiró sobre la cama y empezó a gritar y llorar de dolor. Kevin acudió inmediatamente, pero nada pudo hacer por Joe, que lloraba como un bebé. La brisa hizo que la hoja volara y cayera al suelo. Kevin la recogió y se fijó en la frase que tanto le había hecho llorar a Joe.
“Lo siento mucho… Pero me aseguraré que no nos volvamos a ver jamás.”
Invitado cumplió su promesa. Joe no supo nada de ella en los siguientes meses. Sabía que Nick y Kevin
se comunicaban con ella mediante cartas. Pero con él nada. Al menos parecía estar a salvo. Había
vuelto a Suiza, y estaba escondida. Y eso para Joe suponía un gran alivio. Su tío había estado
chantajeándolo con la cadena con la estrella de David. Y Joe, había caído en todo: había
cumplido sus órdenes sin poner resistencia esperando el colgante a cambio. Pero nunca llegó a sus
manos.
Ya era 1941. Joe intentaba tenderle emboscadas a su tío, con el objetivo de recuperar la cadena y
hacerle perder la guerra, pero éste jamás caía en ninguna de sus trampas. Nick simplemente
aceptaba las derrotas con resignación, Kevin miraba los esfuerzos en vano de los dos hombres y los
animaba a empezar otra vez de cero y a no rendirse. Pero ninguno de ellos podía ver aún la luz
blanca al final del túnel. Además, Joe no se sentía en condiciones de seguir. La partida de ___
había influido en su salud, en su carácter e incluso en sus amigos. Nick no le había visto
sonreír en esos meses, además veía como Joe se negaba a comer durante días hasta que su salud se
debilitaba lo suficiente como para que Kevin lo convenciera para comer de nuevo. Pero había
adelgazado mucho y ya no había ni sombra de aquel chico saludable y alegre que Nick había conocido
un año atrás.
El día del cumpleaños numero 21 de Joe intentaron sorprenderle con una fiesta. Pero Joe se negó a
celebraciones, después de darle la sorpresa, se encerró en su cuarto. Kevin consiguió ir con él
horas más tarde, se lo encontró sentado en el alfeizar de la ventana, con aires de melancolía y
los ojos fijos en la luna. No pronunció palabra, a pesar de los intentos de Kevin de entablar una
conversación, así que lo dio por perdido y lo dejó solo.
Al día siguiente llegaron dos oficiales, acompañado a Hitler. Hitler solo saludó a Nick y a Miley
y se
encerraron junto con Joe en su habitación para hablar. Y esa misma tarde se marchó. Por la noche,
Joe salió del cuarto. A su cuello, llevaba la estrella de David. Kevin la miró sorprendido, al
igual que Nick, ya que Joe nunca les había hablado a ellos de la existencia de la cadena.
Joe: Era de mi padre. Él era judío. La llevaba en el cuello el día que murió. Mi tío me la ha
regalado por mi cumpleaños.
Kevin: Y que te pide a cambio?
Nick arqueó una ceja y lo miró sorprendido.
Kevin: Vamos, no me diréis ahora que él no ha pedido nada a cambio.
Joe: Quiere que la semana próxima viaje a Berlín y me case con Demi.
Se hizo el silencio en el salón.
Nick: Qué vas a hacer?
Joe: Cumplir mi promesa. Además, quiere que dirija las SS, tal y como yo le prometí que haría
hace unos meses.
Kevin: Así que…
Joe: Me caso en una semana.
Nick: Y Invitado??
Nick formuló su pregunta en un suave susurro.
Joe: Invitadono va a volver. Yo tengo que seguir con mi vida.
Nick: Dirigiendo las SS, no?
Joe: Yo quise huir con ella. Y ella me abandonó. Así de simple. Me rechazó. No puedo hacer nada.
Nick: Ya. No puedes hacer nada pero si podéis… digo puedes dejarte morir, como estás haciendo,
no?
Kevin lo miró, alarmado.
Joe: Y qué hago? Eh? Estoy intentando seguir adelante.
Nick: Ya. Seguir adelante.
Joe: Nick, las cosas fueron así. Yo no puedo hacer nada. No puedo cambiar el pasado. Ella se fue
porque
seguramente no me amaba lo suficiente. No la culpo, pero tampoco me voy a quedar esperando a que
vuelva toda la vida. Es mi decisión. Respétala.
Joe se levantó y se encerró otra vez en su cuarto.
Kevin: Has estado a punto de decírselo.
Nick: Lo sé, pero es que ambos me ponen de mal humor.
Kevin: No puedo creer lo que están haciendo.
Nick: Yo tampoco.
Kevin: Se lo diremos algún día?
Nick: No. Joe moriría si alguna vez se entera. No puede saber que Invitado ha estado a punto de morir.
Lo que no sabían es que Joe había escuchado esa última frase.
|Cαpitulo 21| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe se apoyó contra la puerta, aún asimilando esas palabras. ¿Qué había pasado? ¿La habrían atrapado?
¿Estaba en peligro? Necesitaba saberlo. Se pasó toda la noche despierto, elaborando un plan. Y cuando el amanecer llegó, Joe ya sabía lo que debía hacer. Nick salió a pasear, dejando a Kevin y a Joe solos en casa. Joe esperó pacientemente hasta que oyó la puerta y supo que Kevin se había marchado. Cuando estuvo completamente seguro de que estaba solo, se deslizó a la habitación de su amigo. Kevin dormía en la habitación contigua a la suya. Pero a diferencia de la de Joe, todo estaba limpio y en su
sitio. A Joe no le costó encontrar lo que buscaba: encima de la mesita de noche y sujetas por una cinta roja se encontraban todas las cartas que Invitadoles había enviado a Nick y Kevin durante ese último año. Regresó a su habitación y con la puerta cerrada bajo llave, abrió el primer sobre y comenzó a leer.
Kevin regresó a la casa al cabo de un rato, contento. Dejó un pastel que había comprado sobre la mesa de la cocina y se quitó el abrigo. Ojeó las cartas del buzón y dejó las de Joe sobre la mesa. Después se sentó y abrió las suyas. Las leyó pacientemente, no eran nada importante, así que las arrugó y las tiró a la papelera. Se levantó y cuando se dio la vuelta se encontró cara a cara con Joe.
Kevin: Joe! Qué bien que estás aquí, yo...
Joe: Tenemos que hablar.
Joe dijo esto sin cambiar la expresión de su cara. Estaba tan serio y enfadado que Kevin retrocedió unos pasos, asustado. La estrella de David brillaba en su cuello, y los reflejos de ésta le hacían daño en los ojos a Kevin. Éste caminó hacia la sala, seguido por Joe. Ambos se sentaron, uno frente a otro. Kevin tragó saliva. Sabía que algo pasaba.
Kevin: y bien….
Joe: Quiero que me expliques que está pasando.
Se hizo el silencio.
Kevin: Lo siento, Joe, pero a qué te refieres?
Joe: Por qué no me lo dijiste?
Kevin: Decirte qué?
Joe: Por qué no me dijiste que Invitado había estado a punto de morir???
Kevin tragó saliva.
Kevin: De que hablas??
Kevin escondió sus manos tras su espalda, disimuladamente, ya que éstas le temblaban.
Joe: No te hagas el estûpido.
Sacó las cartas y las tiró furiosamente contra la mesa.
Joe: Las he leído todas! Desde la primera letra al último punto. Por qué no me lo dijiste??
Kevin: Si las has leído todas sabrás por qué.
Joe: Ella no quería que lo supiera. (Kevin asintió) Por Dios, Kevin, soy tu amigo y deberías habérmelo contado!
Kevin: Si, yo soy tu amigo… Pero qué es ella para ti, eh, Joe?
Joe se quedó en silencio.
Kevin: Ella está bien, y eso es lo que importa.
Joe: ¿Nunca preguntó por mi?
Kevin negó con la cabeza.
Joe: Yo no le importo, ¿verdad? No tanto como ella a mí… soy un estúpido.
Joe se encerró de nuevo en su cuarto. Kevin lo dejó irse, recogió las cartas de la mesa y las
guardó en un
cajón. Después fue hacia la habitación de Joe, pero éste estaba dormido. Algo mas relajado, se
fue a su cuarto. Sin embargo, Joe no estaba dormido, tal y como Kevin pensaba. Tumbado de espaldas a
la puerta y con las mantas cubriéndole todo el cuerpo, continuó elaborando su plan. La primera
parte ya estaba lista... Ahora quedaba el resto. Nick regresó a la casa al cabo de varias horas,
muy nervioso y rezando por que Kevin se encontrara en la casa.
Nick: Kevin, Kevin!
Kevin salió a su encuentro. Al ver el estado en el cual se encontraba su amigo, lo hizo sentar en
una de las sillas de madera de la cocina.
Kevin: ¿Qué pasa? ¿Qué noticias traes?
Nick: Es ___.
Kevin: ¿Qué pasa? ¿Está bien?
Nick: No lo sé, Kevin.
Nick se mordió el labio, inquieto.
Kevin: ¿Cómo?
Nick: Kevin, Invitado ha sido capturada. La han llevado de vuelta a Auschwitz. Y Joe es el único que
puede salvarla.
Kevin: Ay Dios! Pero está bien??
Nick: No lo sé!!!
Paseó de un lado hacia otro, inquieto.
Kevin: Hay que moverse a Auschwitz.
Nick: No podemos decírselo a Joe.
Kevin: Lo sabe todo. Ha leído las cartas, y sinceramente pienso que es una estûpidez que Invitadono
quiera que Joe sepa nada de ella.
Nick: No es eso! (exclamó) Es algo mucho más fuerte.
Kevin: Qué pasa?
Nick: Kevin, la razón por la que Hitler sabe todos nuestros movimientos es… es…
Kevin: Es qué???
Nick: Miley nos ha estado espiando y le ha estado contando todos nuestros planes a Hitler durante
todo este tiempo! Por eso todo nos sale mal! Y por eso han capturado a Invitado!
Kevin: estás seguro? Pero como lo sabes?
Nick: Me lo ha confesado ella…. (Dijo triste) Dice que fue por miedo a Hitler… Creo que Hitler
me dejó
casarme con ella para poder vigilarnos de cerca.
Kevin: Nick…
Nick: Me ha decepcionado tanto… Sé que no lo hizo por mala, sino por miedo… Intento entenderla,
pero me cuesta.
Kevin: Qué vas a hacer?
Nick: No lo sé… Quizás me divorcie… o no… no lo sé, no tengo nada claro.
Kevin abrió los ojos como platos y vio como los ojos de Nick miraban angustiosos a su habitación,
cerrada, en donde en esos momentos se encontraba Miley.
Gracias por leer! Espero sus comentarios :)
|Cαpitulo 2O| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Invitadose quedó en silencio.
Joe esperaba, nervioso, una respuesta.
Tú: Y qué pasará con tu tío? Con tu padre? Con los judíos? Los vas a dejar?
Joe: Eh?
Tú: Joe, esto no puede ser. Olvídalo. Olvídame.
Joe: No me pidas eso.
Invitadoalzó la vista y se encontró con los ojos color miel que tanto le gustaban. Pero estaban apagados, tristes… llenos de lágrimas.
Tú: Tú tienes cosas que hacer. Sé que jamás podrás olvidar lo que Hitler hizo con tu padre. Sé que quieres vengar su muerte. Y sé que no vas a ser feliz hasta que eso ocurra. Cumple todas las promesas que te hiciste.
Joe: No lo entiendes, ___. Ahora estoy cumpliendo mi promesa más importante, que es ser feliz.
Tú: Tú no serás feliz si no ves muerto a Hitler.
Joe: No me entiendes, verdad?
Tú: Joe…
Joe: No me entiendes, Invitado, porque si me entendieras sabrías que desde hace meses eres lo único por lo que yo me mantengo con vida. Eres mi pilar más fundamental, y si te vas yo me derrumbo. Me da igual mi tío.
Tú: Pero no te da igual tu padre. Joe…
Joe: Déjalo, ___. Pensé que me entenderías. Márchate si eso es lo que te hace feliz.
Joe salió de la estancia pegando un portazo y caminó rápidamente hasta su cuarto. Una vez dentro, pegó un portazo y se apoyó en la puerta. Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Se dejó caer al suelo y enterró su cabeza entre sus brazos. Allí se quedó toda la noche, llorando amargamente, hasta que el amanecer se coló por su ventana. Los rayos del sol le iluminaban tenuemente cuando unos leves golpes en la puerta le hicieron levantar la vista.
Kevin: Joe… (Dijo suavemente)
Joe: No quiero ver a nadie…
Kevin: Joe…
Joe olvidó lo que acababa de decir y abrió la puerta, echándose a llorar en los brazos de su amigo.
Kevin: Te diría que no lloraras, pero llora, Joe. Sácate todo ese sufrimiento de dentro.
Joe lloró amargamente hasta que no le quedaron lágrimas, contándole todo lo que había pasado. Kevin, cuando terminó su relato, se mordió el labio inferior, nervioso.
Kevin: Joe… tengo que decirte algo.
Joe alzó la vista y se quedó en silencio.
Kevin: Invitadose marchó esta mañana, muy temprano. Y dejó una carta… una carta para ti.
A Joe se le llenaron otra vez los ojos de lágrimas mientras recibía la carta y la abría. Las lágrimas mojaron la fina hoja de papel.
Kevin: creo que mejor será que la leas solo. Si me necesitas, búscame, si?
Joe asintió y empezó a leer. Y cuando iba por la mitad, tuvo que parar. Se tiró sobre la cama y empezó a gritar y llorar de dolor. Kevin acudió inmediatamente, pero nada pudo hacer por Joe, que lloraba como un bebé. La brisa hizo que la hoja volara y cayera al suelo. Kevin la recogió y se fijó en la frase que tanto le había hecho llorar a Joe.
“Lo siento mucho… Pero me aseguraré que no nos volvamos a ver jamás.”
Invitado cumplió su promesa. Joe no supo nada de ella en los siguientes meses. Sabía que Nick y Kevin
se comunicaban con ella mediante cartas. Pero con él nada. Al menos parecía estar a salvo. Había
vuelto a Suiza, y estaba escondida. Y eso para Joe suponía un gran alivio. Su tío había estado
chantajeándolo con la cadena con la estrella de David. Y Joe, había caído en todo: había
cumplido sus órdenes sin poner resistencia esperando el colgante a cambio. Pero nunca llegó a sus
manos.
Ya era 1941. Joe intentaba tenderle emboscadas a su tío, con el objetivo de recuperar la cadena y
hacerle perder la guerra, pero éste jamás caía en ninguna de sus trampas. Nick simplemente
aceptaba las derrotas con resignación, Kevin miraba los esfuerzos en vano de los dos hombres y los
animaba a empezar otra vez de cero y a no rendirse. Pero ninguno de ellos podía ver aún la luz
blanca al final del túnel. Además, Joe no se sentía en condiciones de seguir. La partida de ___
había influido en su salud, en su carácter e incluso en sus amigos. Nick no le había visto
sonreír en esos meses, además veía como Joe se negaba a comer durante días hasta que su salud se
debilitaba lo suficiente como para que Kevin lo convenciera para comer de nuevo. Pero había
adelgazado mucho y ya no había ni sombra de aquel chico saludable y alegre que Nick había conocido
un año atrás.
El día del cumpleaños numero 21 de Joe intentaron sorprenderle con una fiesta. Pero Joe se negó a
celebraciones, después de darle la sorpresa, se encerró en su cuarto. Kevin consiguió ir con él
horas más tarde, se lo encontró sentado en el alfeizar de la ventana, con aires de melancolía y
los ojos fijos en la luna. No pronunció palabra, a pesar de los intentos de Kevin de entablar una
conversación, así que lo dio por perdido y lo dejó solo.
Al día siguiente llegaron dos oficiales, acompañado a Hitler. Hitler solo saludó a Nick y a Miley
y se
encerraron junto con Joe en su habitación para hablar. Y esa misma tarde se marchó. Por la noche,
Joe salió del cuarto. A su cuello, llevaba la estrella de David. Kevin la miró sorprendido, al
igual que Nick, ya que Joe nunca les había hablado a ellos de la existencia de la cadena.
Joe: Era de mi padre. Él era judío. La llevaba en el cuello el día que murió. Mi tío me la ha
regalado por mi cumpleaños.
Kevin: Y que te pide a cambio?
Nick arqueó una ceja y lo miró sorprendido.
Kevin: Vamos, no me diréis ahora que él no ha pedido nada a cambio.
Joe: Quiere que la semana próxima viaje a Berlín y me case con Demi.
Se hizo el silencio en el salón.
Nick: Qué vas a hacer?
Joe: Cumplir mi promesa. Además, quiere que dirija las SS, tal y como yo le prometí que haría
hace unos meses.
Kevin: Así que…
Joe: Me caso en una semana.
Nick: Y Invitado??
Nick formuló su pregunta en un suave susurro.
Joe: Invitadono va a volver. Yo tengo que seguir con mi vida.
Nick: Dirigiendo las SS, no?
Joe: Yo quise huir con ella. Y ella me abandonó. Así de simple. Me rechazó. No puedo hacer nada.
Nick: Ya. No puedes hacer nada pero si podéis… digo puedes dejarte morir, como estás haciendo,
no?
Kevin lo miró, alarmado.
Joe: Y qué hago? Eh? Estoy intentando seguir adelante.
Nick: Ya. Seguir adelante.
Joe: Nick, las cosas fueron así. Yo no puedo hacer nada. No puedo cambiar el pasado. Ella se fue
porque
seguramente no me amaba lo suficiente. No la culpo, pero tampoco me voy a quedar esperando a que
vuelva toda la vida. Es mi decisión. Respétala.
Joe se levantó y se encerró otra vez en su cuarto.
Kevin: Has estado a punto de decírselo.
Nick: Lo sé, pero es que ambos me ponen de mal humor.
Kevin: No puedo creer lo que están haciendo.
Nick: Yo tampoco.
Kevin: Se lo diremos algún día?
Nick: No. Joe moriría si alguna vez se entera. No puede saber que Invitado ha estado a punto de morir.
Lo que no sabían es que Joe había escuchado esa última frase.
|Cαpitulo 21| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe se apoyó contra la puerta, aún asimilando esas palabras. ¿Qué había pasado? ¿La habrían atrapado?
¿Estaba en peligro? Necesitaba saberlo. Se pasó toda la noche despierto, elaborando un plan. Y cuando el amanecer llegó, Joe ya sabía lo que debía hacer. Nick salió a pasear, dejando a Kevin y a Joe solos en casa. Joe esperó pacientemente hasta que oyó la puerta y supo que Kevin se había marchado. Cuando estuvo completamente seguro de que estaba solo, se deslizó a la habitación de su amigo. Kevin dormía en la habitación contigua a la suya. Pero a diferencia de la de Joe, todo estaba limpio y en su
sitio. A Joe no le costó encontrar lo que buscaba: encima de la mesita de noche y sujetas por una cinta roja se encontraban todas las cartas que Invitadoles había enviado a Nick y Kevin durante ese último año. Regresó a su habitación y con la puerta cerrada bajo llave, abrió el primer sobre y comenzó a leer.
Kevin regresó a la casa al cabo de un rato, contento. Dejó un pastel que había comprado sobre la mesa de la cocina y se quitó el abrigo. Ojeó las cartas del buzón y dejó las de Joe sobre la mesa. Después se sentó y abrió las suyas. Las leyó pacientemente, no eran nada importante, así que las arrugó y las tiró a la papelera. Se levantó y cuando se dio la vuelta se encontró cara a cara con Joe.
Kevin: Joe! Qué bien que estás aquí, yo...
Joe: Tenemos que hablar.
Joe dijo esto sin cambiar la expresión de su cara. Estaba tan serio y enfadado que Kevin retrocedió unos pasos, asustado. La estrella de David brillaba en su cuello, y los reflejos de ésta le hacían daño en los ojos a Kevin. Éste caminó hacia la sala, seguido por Joe. Ambos se sentaron, uno frente a otro. Kevin tragó saliva. Sabía que algo pasaba.
Kevin: y bien….
Joe: Quiero que me expliques que está pasando.
Se hizo el silencio.
Kevin: Lo siento, Joe, pero a qué te refieres?
Joe: Por qué no me lo dijiste?
Kevin: Decirte qué?
Joe: Por qué no me dijiste que Invitado había estado a punto de morir???
Kevin tragó saliva.
Kevin: De que hablas??
Kevin escondió sus manos tras su espalda, disimuladamente, ya que éstas le temblaban.
Joe: No te hagas el estûpido.
Sacó las cartas y las tiró furiosamente contra la mesa.
Joe: Las he leído todas! Desde la primera letra al último punto. Por qué no me lo dijiste??
Kevin: Si las has leído todas sabrás por qué.
Joe: Ella no quería que lo supiera. (Kevin asintió) Por Dios, Kevin, soy tu amigo y deberías habérmelo contado!
Kevin: Si, yo soy tu amigo… Pero qué es ella para ti, eh, Joe?
Joe se quedó en silencio.
Kevin: Ella está bien, y eso es lo que importa.
Joe: ¿Nunca preguntó por mi?
Kevin negó con la cabeza.
Joe: Yo no le importo, ¿verdad? No tanto como ella a mí… soy un estúpido.
Joe se encerró de nuevo en su cuarto. Kevin lo dejó irse, recogió las cartas de la mesa y las
guardó en un
cajón. Después fue hacia la habitación de Joe, pero éste estaba dormido. Algo mas relajado, se
fue a su cuarto. Sin embargo, Joe no estaba dormido, tal y como Kevin pensaba. Tumbado de espaldas a
la puerta y con las mantas cubriéndole todo el cuerpo, continuó elaborando su plan. La primera
parte ya estaba lista... Ahora quedaba el resto. Nick regresó a la casa al cabo de varias horas,
muy nervioso y rezando por que Kevin se encontrara en la casa.
Nick: Kevin, Kevin!
Kevin salió a su encuentro. Al ver el estado en el cual se encontraba su amigo, lo hizo sentar en
una de las sillas de madera de la cocina.
Kevin: ¿Qué pasa? ¿Qué noticias traes?
Nick: Es ___.
Kevin: ¿Qué pasa? ¿Está bien?
Nick: No lo sé, Kevin.
Nick se mordió el labio, inquieto.
Kevin: ¿Cómo?
Nick: Kevin, Invitado ha sido capturada. La han llevado de vuelta a Auschwitz. Y Joe es el único que
puede salvarla.
Kevin: Ay Dios! Pero está bien??
Nick: No lo sé!!!
Paseó de un lado hacia otro, inquieto.
Kevin: Hay que moverse a Auschwitz.
Nick: No podemos decírselo a Joe.
Kevin: Lo sabe todo. Ha leído las cartas, y sinceramente pienso que es una estûpidez que Invitadono
quiera que Joe sepa nada de ella.
Nick: No es eso! (exclamó) Es algo mucho más fuerte.
Kevin: Qué pasa?
Nick: Kevin, la razón por la que Hitler sabe todos nuestros movimientos es… es…
Kevin: Es qué???
Nick: Miley nos ha estado espiando y le ha estado contando todos nuestros planes a Hitler durante
todo este tiempo! Por eso todo nos sale mal! Y por eso han capturado a Invitado!
Kevin: estás seguro? Pero como lo sabes?
Nick: Me lo ha confesado ella…. (Dijo triste) Dice que fue por miedo a Hitler… Creo que Hitler
me dejó
casarme con ella para poder vigilarnos de cerca.
Kevin: Nick…
Nick: Me ha decepcionado tanto… Sé que no lo hizo por mala, sino por miedo… Intento entenderla,
pero me cuesta.
Kevin: Qué vas a hacer?
Nick: No lo sé… Quizás me divorcie… o no… no lo sé, no tengo nada claro.
Kevin abrió los ojos como platos y vio como los ojos de Nick miraban angustiosos a su habitación,
cerrada, en donde en esos momentos se encontraba Miley.
Gracias por leer! Espero sus comentarios :)
IlseJonasLovato
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