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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
|.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Gracias por leer, girls, saludos a ustedes tambien:3 Aqui les dejo el siguiente capitulo :)
|Cαpitulo O5| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe asintió con la cabeza, y salió del cuarto tras despedirse de su tío. Con los ojos llorosos, se tropezó con su madre que, por su cara, adivinó lo que había pasado.
Mamá Joe: Hijo…
Joe la abrazó. Su tío salió del despacho y los encontró abrazados. Negó varias veces con la cabeza.
Hitler: Joseph!
Joe se separó de su madre, se volvió hacia su tío y se quedó quieto y callado.
Hitler: Nada de muestras de afecto en el pasillo, Joseph! Algún criado podría verte.
Joe asintió.
Hitler: Pero es que no sabes hablar?? No digas solo que si con la cabeza, habla, jodêr, habla!
Joe: Sí, señor.
Hitler: Eso está mejor. Ya he terminado contigo, cuando quieras puedes volver a Auschwitz. Pero cada vez que te llame quiero que vengas corriendo, lo has entendido?
Joe: Sí, señor.
Hitler: Muy bien.
Joe: Señor?
Hitler: Si?
Joe: Quería despedirme, me marcho después de la comida.
Hitler: Muy bien, Joseph. Sabes? Aunque no lo parezca, estoy orgulloso de ti.
Joe: De verdad, señor?
Hitler: Si. Representas el Reich en Auschwitz. Eres un símbolo de mi poder, y a la vez, eres un símbolo de humildad para los alemanes. Me haces dar muy buena imagen, Joseph. Y eso consigue que cada vez haya más gente convencida de que estamos haciendo lo correcto al sacrificar judíos.
El rostro de Joe se puso pálido. Bajo la mirada hasta su brazo. Como aún no había podido cambiarse, iba vestido como soldado, y aún llevaba un brazalete rojo en el brazo derecho, con la bandera nazi. Joe deseo arrancárselo allí mismo. Pero no se atrevió. No delante de su tío.
Joe: Me parece bien, señor. (Dijo con una voz que no parecía la suya) Creo que me marcho ya, si no le importa. Me espera un largo viaje y me gustaría llegar antes de que anochezca.
Hitler: Muy bien, Joseph.
Joe: Adiós mamá. Adiós señor.
Joe saludó a su tío. Una vez fuera de la casa, se volvió a poner la gorra e ignorando la lluvia, subió al coche.
Joe: Nos marchamos. YA!
Los oficiales se subieron rápidamente al coche y el chofer se apresuró en arrancar. El coche se puso en camino.
Joe empezó a desesperarse cuando apenas llevaban dos horas de viaje. Estaba harto de mirar el paisaje, y las palabras de su tío se repetían en su mente. Apretó los puños, pero no fue suficiente.
Oficial: Está bien, señor?
Joe: AHHHHHHHH! (pegó un grito para desahogarse)
Oficial2: Señor???? (Sorprendido)
Joe: Lo siento, necesitaba desahogarme. Seguid en vuestros asuntos.
Oficial: Señor?
Joe: He dicho que os metáis en vuestras cosas. Dejadme en paz.
Joe volvió a concentrarse en el paisaje.
Oficial2: Señor, con todos mis respetos, usted debe comportarse… No queremos tener que informar a su tío sobre sus malos modales.
Joe: A mi tío tampoco le gustaría saber que es lo que hace usted con las judías en Auschwitz antes de matarlas, señor. No abra la boca, yo no abriré la mía y así usted no tendrá que pasar de llevar ese uniforme de oficial a uno con rayas blancas y negras (Joe sonrió falsamente y volvió a concentrarse en el exterior).
Los oficiales se pusieron a cuchichear por lo bajo el reto del viaje. Joe no pudo oír toda la conversación, pero alcanzó oír las palabras desconsiderado, maleducado y rebelde, incluso su nombre. No había que ser un genio para saber que hablaban de él. Cuando llegaron, Joe salió rápidamente del coche y entró en la cabaña, dando un portazo al cerrar la puerta.
Tú: Señor?
Joe: AHHHH (Asustado) No me des esos sustos, por dios!
Tú: Lo siento, señor.
Joe: No, soy yo. Vengo muy alterado. (Suspiró pesadamente y se dejó caer en un sillón.)
Tú: Ha habido algún problema con su tío? Le fue bien?
Joe arqueó una ceja y la miró.
Tú: Lo siento, no debí haber preguntado. Supongo que una criada como yo no tiene derecho a
preguntar.
Joe: No, no te preocupes, puedes preguntar cuando quieras. Es solo que me ha sorprendido mucho. No
me preguntaban si me había ido bien desde que tenía cinco años, creo.
Tú: De verdad??
La judía se arrodilló frente a él y empezó a desatarle las botas.
Joe: Sí, siempre que me dirigen la palabra es para hablar de política. (Se quejó) Muy aburrido.
Tú: Política? Yo no sé nada de política. Nunca me interesó.
Joe: A mí tampoco me gusta el tema. Pero no puedes evitarlo si vives con el Führer del Reich.
Tú: Es usted muy distinto al resto, señor.
Joe: Por qué? (Sorprendido)
Tú: Nos trata bien… Es extraño.
Joe: Tengo principios. (Se encogió de hombros) Cómo te ha ido a ti?
Tú: Bien, gracias al señor Nicholas. Ha evitado que me llevaran a hacer trabajos como al resto.
Joe: Yo le pedí que lo hiciera. No quiero que te traten mal.
Tú: Por qué?
Joe: Porque me caes bien.
Tú: No me conoce.
Joe: Lo sé, pero pareces inteligente. Y eres simpática. Me parece que me va a gustar tenerte
aquí.
Tú: Usted también me cae bien.
Joe: Te puedo pedir un favor?
Tú: Claro.
Joe: Cuando estemos solos, como ahora, no me llames señor. Llámame Joe.
Tú: Vale (Sonrió).
Toc Toc.
Invitado abrió la puerta.
Un mensajero, mojado por la lluvia, aguardaba en la puerta.
Mensajero: El señor Jonas??
Joe salió detrás de Invitado.
Joe: Yo.
Mensajero: Su tío le llama. Es urgente.
Joe: Pero acabo de volver de Berlín!! (Se quejo) Otro viaje más no!!
Mensajero: Verá, señor. Usted no tendrá que viajar. Él está aquí. Y.... Bueno...
Joe: Habla!!
Mensajero: Bueno...Él está bastante enfadado con usted, señor.
Joe tragó saliva y miró a la judía… que una vez más había desaparecido, sumergida en las
sombras de la habitación.
Un beso^^
|Cαpitulo O5| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe asintió con la cabeza, y salió del cuarto tras despedirse de su tío. Con los ojos llorosos, se tropezó con su madre que, por su cara, adivinó lo que había pasado.
Mamá Joe: Hijo…
Joe la abrazó. Su tío salió del despacho y los encontró abrazados. Negó varias veces con la cabeza.
Hitler: Joseph!
Joe se separó de su madre, se volvió hacia su tío y se quedó quieto y callado.
Hitler: Nada de muestras de afecto en el pasillo, Joseph! Algún criado podría verte.
Joe asintió.
Hitler: Pero es que no sabes hablar?? No digas solo que si con la cabeza, habla, jodêr, habla!
Joe: Sí, señor.
Hitler: Eso está mejor. Ya he terminado contigo, cuando quieras puedes volver a Auschwitz. Pero cada vez que te llame quiero que vengas corriendo, lo has entendido?
Joe: Sí, señor.
Hitler: Muy bien.
Joe: Señor?
Hitler: Si?
Joe: Quería despedirme, me marcho después de la comida.
Hitler: Muy bien, Joseph. Sabes? Aunque no lo parezca, estoy orgulloso de ti.
Joe: De verdad, señor?
Hitler: Si. Representas el Reich en Auschwitz. Eres un símbolo de mi poder, y a la vez, eres un símbolo de humildad para los alemanes. Me haces dar muy buena imagen, Joseph. Y eso consigue que cada vez haya más gente convencida de que estamos haciendo lo correcto al sacrificar judíos.
El rostro de Joe se puso pálido. Bajo la mirada hasta su brazo. Como aún no había podido cambiarse, iba vestido como soldado, y aún llevaba un brazalete rojo en el brazo derecho, con la bandera nazi. Joe deseo arrancárselo allí mismo. Pero no se atrevió. No delante de su tío.
Joe: Me parece bien, señor. (Dijo con una voz que no parecía la suya) Creo que me marcho ya, si no le importa. Me espera un largo viaje y me gustaría llegar antes de que anochezca.
Hitler: Muy bien, Joseph.
Joe: Adiós mamá. Adiós señor.
Joe saludó a su tío. Una vez fuera de la casa, se volvió a poner la gorra e ignorando la lluvia, subió al coche.
Joe: Nos marchamos. YA!
Los oficiales se subieron rápidamente al coche y el chofer se apresuró en arrancar. El coche se puso en camino.
Joe empezó a desesperarse cuando apenas llevaban dos horas de viaje. Estaba harto de mirar el paisaje, y las palabras de su tío se repetían en su mente. Apretó los puños, pero no fue suficiente.
Oficial: Está bien, señor?
Joe: AHHHHHHHH! (pegó un grito para desahogarse)
Oficial2: Señor???? (Sorprendido)
Joe: Lo siento, necesitaba desahogarme. Seguid en vuestros asuntos.
Oficial: Señor?
Joe: He dicho que os metáis en vuestras cosas. Dejadme en paz.
Joe volvió a concentrarse en el paisaje.
Oficial2: Señor, con todos mis respetos, usted debe comportarse… No queremos tener que informar a su tío sobre sus malos modales.
Joe: A mi tío tampoco le gustaría saber que es lo que hace usted con las judías en Auschwitz antes de matarlas, señor. No abra la boca, yo no abriré la mía y así usted no tendrá que pasar de llevar ese uniforme de oficial a uno con rayas blancas y negras (Joe sonrió falsamente y volvió a concentrarse en el exterior).
Los oficiales se pusieron a cuchichear por lo bajo el reto del viaje. Joe no pudo oír toda la conversación, pero alcanzó oír las palabras desconsiderado, maleducado y rebelde, incluso su nombre. No había que ser un genio para saber que hablaban de él. Cuando llegaron, Joe salió rápidamente del coche y entró en la cabaña, dando un portazo al cerrar la puerta.
Tú: Señor?
Joe: AHHHH (Asustado) No me des esos sustos, por dios!
Tú: Lo siento, señor.
Joe: No, soy yo. Vengo muy alterado. (Suspiró pesadamente y se dejó caer en un sillón.)
Tú: Ha habido algún problema con su tío? Le fue bien?
Joe arqueó una ceja y la miró.
Tú: Lo siento, no debí haber preguntado. Supongo que una criada como yo no tiene derecho a
preguntar.
Joe: No, no te preocupes, puedes preguntar cuando quieras. Es solo que me ha sorprendido mucho. No
me preguntaban si me había ido bien desde que tenía cinco años, creo.
Tú: De verdad??
La judía se arrodilló frente a él y empezó a desatarle las botas.
Joe: Sí, siempre que me dirigen la palabra es para hablar de política. (Se quejó) Muy aburrido.
Tú: Política? Yo no sé nada de política. Nunca me interesó.
Joe: A mí tampoco me gusta el tema. Pero no puedes evitarlo si vives con el Führer del Reich.
Tú: Es usted muy distinto al resto, señor.
Joe: Por qué? (Sorprendido)
Tú: Nos trata bien… Es extraño.
Joe: Tengo principios. (Se encogió de hombros) Cómo te ha ido a ti?
Tú: Bien, gracias al señor Nicholas. Ha evitado que me llevaran a hacer trabajos como al resto.
Joe: Yo le pedí que lo hiciera. No quiero que te traten mal.
Tú: Por qué?
Joe: Porque me caes bien.
Tú: No me conoce.
Joe: Lo sé, pero pareces inteligente. Y eres simpática. Me parece que me va a gustar tenerte
aquí.
Tú: Usted también me cae bien.
Joe: Te puedo pedir un favor?
Tú: Claro.
Joe: Cuando estemos solos, como ahora, no me llames señor. Llámame Joe.
Tú: Vale (Sonrió).
Toc Toc.
Invitado abrió la puerta.
Un mensajero, mojado por la lluvia, aguardaba en la puerta.
Mensajero: El señor Jonas??
Joe salió detrás de Invitado.
Joe: Yo.
Mensajero: Su tío le llama. Es urgente.
Joe: Pero acabo de volver de Berlín!! (Se quejo) Otro viaje más no!!
Mensajero: Verá, señor. Usted no tendrá que viajar. Él está aquí. Y.... Bueno...
Joe: Habla!!
Mensajero: Bueno...Él está bastante enfadado con usted, señor.
Joe tragó saliva y miró a la judía… que una vez más había desaparecido, sumergida en las
sombras de la habitación.
Un beso^^
IlseJonasLovato
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Un capitulo genial, me encanto! tienes que seguirla o moriré sin la novela xd
:.vale.:
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Gracias, Vale por leer y comentar (: Aqui te dejo el capítulo siguiente...
|Cαpitulo O6| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe salió de la cabaña, seguido por el mensajero, que le seguía corriendo mientras aguantaba un paraguas para que Joe no se mojara.
Joe: Dónde está??
El mensajero lo miró, sorprendido?
Mensajero: (Bufó) Dónde va a estar? En la cabaña mayor, es su despacho. (Puso los ojos en blanco)
Joe empezó a andar más rápido. Quería saber lo que tramaba su tío. No podía haber venido a por nada bueno. Entró en la estancia casi corriendo. Se había mojado bastante con la lluvia, y su aspecto era terrible. Su tío lo miró con desprecio mientras él se quitaba la gorra y se sacudía la ropa. Un oficial le trajo corriendo una toalla, que Joe usó sobre todo para secarse el pelo.
Hitler: Córtate el pelo, muchacho!
Joe: (resopló y dijo entre dientes) Lo haré.
Hitler: Qué has dicho??
Joe: Que lo haré, señor.
Hitler: Así me gusta. (Sonrió)
Joe: Puedo preguntarle que hace aquí, tío?
Hitler: Llámame señor.
Joe: Señor?
Hitler: Quería ver que haces aquí… y no me ha gustado un pelo.
Joe se alarmó, sus ojos se abrieron como platos.
Hitler: Traedlo!!!
Joe empezó a temblar cuando dos oficiales trajeron a Nick apresado.
Nick: Soltadme!!!! Soltadme!!
Joe: Qué pasa?? Soltadle!!
Joe intentó liberar a Nick, sin éxito. Un oficial se acercó tras una seña de Hitler y lo inmovilizó. Joe forcejeó para liberarse, pero la mirada de su tío le hizo desistir y se quedó quieto, en silencio.
Hitler: Le has pagado a éste (son mucho desprecio miró a Nick) para que libere de trabajo a una judía, Joseph?
Joe: Yo… Yo…
Hitler: Es cierto o no?? Es cierto??? Contesta!!! (Lo agarró por la ropa y tiró con fuerza)
Joe: Sí, es cierto.
Hitler le pegó una bofetada.
Hitler: Eres un rebelde, un traidor para la patria alemana!!!
Joe: Yo no soy alemán, ni siquiera nací en Alemania!!(Le gritó)
Hitler le volvió a abofetear. Joe no pudo hacer más que aguantar el golpe, ya que los oficiales aún le retenían.
Hitler: Traidor!! (Hitler le escupió)
Joe: No comparto tus ideales, yo no soy nazi!!
Con un golpe, se liberó de los oficiales y se arrancó el brazalete del brazo, tirándolo al suelo.
Hitler la volvió a tomar con él, y le volvió a golpear. Nick miraba la escena, con miedo. El resto de oficiales prefirió no hacer nada y mirar hacia otro lado.
Joe: Eso es lo que hago yo con tu régimen.
Hitler: Otros ya habrían muerto en la horca con lo que tú acabas de hacer (Dijo en una voz suave. Demasiado suave)
Joe: Máteme si es lo que desea… Señor (Dijo con desprecio)
Hitler lo miró y esbozó una sonrisa.
Hitler: No. Yo jamás mataría a mi descendencia.
Joe: No soy su hijo, grábeselo en la mente!!!
Hitler: Pero dependes de mí, muchacho.
Joe: No por mucho tiempo.
Hitler: Oh, ya lo creo que sí… Traedla!!
Joe se alarmó cuando volvieron a entrar oficiales. Pero esta vez, era a Invitadoa quien traían apresada.
Hitler: Matadla.
Joe: Qué???? NOO!
Hitler volvió a sonreír.
Hitler: Te importan los judíos, Joseph??
Joe: No es lo que piensas, ella es mi criada, yo…
Hitler: Cállate, mentiroso!! Traidor!! Rebelde!!
Hitler le volvió a abofetear con fuerza. Invitadomiró a Joe con miedo, a la vez con pena. Joe se encontraba en un aspecto horrible. El ojo izquierdo estaba completamente rojo, el labio inferior, partido. Le sangraba la nariz. Pero a pesar de los golpes, aún tenía valor para defenderla.
Hitler: No la voy a matar.
Joe suspiró aliviado.
Hitler: Con una condición.
Joe se puso tenso otra vez y esperó que su tío hablara.
Hitler: Traed a un judío.
Poco después, un judío se encontraba de rodillas en la alfombra, mientras le sujetaban. Hitler no
pronunció palabra, solo se volvió hacia el escritorio y sacó una pistola.
Hitler: No la mataré. Pero a cambio… Tú tendrás que matar a éste judío.
El judío se encogió de miedo y empezó a lloriquear. Joe miró a la judía, que le devolvió la
mirada muerta de miedo. Dos oficiales se acercaron al judío y le vendaron los ojos.
Joe: Qué?? (Exclamó alarmado) Qué quiere que haga??
Hitler: Mátalo. (Hitler le tendió el arma).
Joe: No puedo hacerlo!!!
Hitler: Prefieres sacrificar a la judía ésta en vez de a uno al que ni siquiera conoces? Muy bien.
(Hitler apuntó con el arma a Invitado)
Joe: No!!!Está bien, lo haré. Lo haré! Por favor no la mate.
Hitler: Me estás suplicando?? (Riéndose)
Joe hizo caso omiso de las risas de su tío y cogió con miedo el arma. Apuntó temblorosamente al
judío, al que dos oficiales le habían vendado los ojos. ___, temblorosa, cerró los ojos y apretó
los párpados. Hitler sonrió. El resto de los oficiales, que hasta entonces no habían querido
tomar partido en nada, volvió las
cabezas a la escena, sorprendidos, al igual que Nick, que abrió la boca sorprendido y miró
alarmado a Joe. Éste le devolvió la mirada, y después se volvió a concentrar en el judío quien
empezó a sollozar en el suelo, y a rezar oraciones. Joe no quería hacerlo… pero no tenía más
remedio. Sabía que ese día le iba a perseguir toda la vida.
Sus músculos se tensaron, y apretó firmemente la mandíbula. Un dolor agudo empezó a congregarse
en el centro de su pecho, así como unos sollozos inaudibles se esforzaban por salir de su interior.
Un dedo tembloroso se apoyó en el gatillo. Joe apretó la otra mano. Su cara dibujó una mueca,
mientras apretaba los dientes para no tener que derramar las lágrimas que amenazaban salir de sus
ojos. No podía llorar delante de su tío. Jamás se lo perdonaría. Uno montón de imágenes
empezaron a pasar por delante de los ojos de Joe… Su infancia, en Nueva York con su padre… unos
años más adelante, cuando llegó con su tío… Que a pesar de que tenía poca edad tuvo que
madurar y empezar a valerse por sí mismo… y unos años atrás, en los que su tío había decidido
tomar el control de su vida. Joe aflojó un poco la mano que no sujetaba el arma. En ese momento
pasó por su mente la imagen de su madre. Su madre lo había pasado realmente mal.
Paula Hitler había tenido que mudarse cuando los ejércitos aliados (EEUU, Francia e Inglaterra)
habían ganado la guerra contra Alemania, unos años atrás. Paula era muy joven, y necesitaba un
referente masculino para poder educar a su hijo. Además, en EEUU la miraban con mala cara cuando
averiguaban sus orígenes. Por lo tanto,
decidió mudarse a Alemania. Pero había estallado una grave crisis económica en Estados Unidos que
se había extendido por todo el mundo.
Y Alemania, después de la guerra, estaba en muy malas condiciones. Paula no sabía que hacer. Con
un hijo muy pequeño, sin referentes masculinos y una familia que no la aceptaba por haberse fugado
de Alemania para casarse con Adam Jonas, Paula temió acabar en la calle. Hasta que apareció Adolf.
Adolf Hitler los recogió de la calle. Paula no estaba muy segura de si debía ir con su hermano,
pero accedió cuando éste le prometió una educación a Joe.
Y menuda educación.
A Joe no se le permitía salir a la calle ni relacionarse con niños de su edad. Por la mañana lo
despertaban muy temprano, y daba clases de Geografía y de Historia hasta que le llamaban para
comer. Su tío miraba mucho la manera en la que se sentaba en la mesa, como manejaba los cubiertos e
incluso como usaba la servilleta. Quería educarlo como un niño de la alta sociedad. Pero para
ello, reñía y castigaba mucho al pequeño. Cada vez que Joe intentaba ser un niño perfecto, Adolf
conseguía sacarle alguna pega.
Eran en esos momentos en los que Joe buscaba a su madre. Lloraba durante horas en su regazo, pero
Paula solo le acariciaba el pelo y miraba al vacío, sin pronunciar palabra. Joe creyó que no le
importaba lo más mínimo lo que le pasara a él. Pero años después, cayó en la cuenta de lo que
verdaderamente sucedía.
Paula se encontraba entre la espada y la pared: Desde el momento en que ésta pisó la casa en
compañía del pequeño, había dejado de tener derechos, no podía tomar decisiones
y mucho menos hablar. Además, echaba de menos a Adam.
Joe recordó con rabia aquellos momentos y apretó otra vez el puño con fuerza. Miró a su tío y,
sacando una fuerza de su interior que creía inexistente, apretó el gatillo.
Pero nada sucedió. No había balas.
Su tío avanzó hacia él, con una sonrisa radiante en el rostro.
Hitler: Muy bien hecho. Me acabas de demostrar que puedo confiar en ti. (Le quitó la pistola de las
manos)
Joe sintió ganas de golpearle. El judío dejó de llorar cuando lo desataron.
Hitler: Lárgate a tu sitio, judío!!
Al pasar por el lado de Joe, éste le susurró un ‘lo siento’ al judío, que volvió la cabeza
aunque sin detenerse.
Nick fue liberado, así como Invitado.
Hitler: Bien, Joseph. Como Hitler que eres, vas a ser ascendido. (Joe abrió la boca para protestar,
pero Hitler no le dejó) No. Déjame terminar, no quiero volver a soltarte la charla sobre las
razones por las que nunca debes atreverte a interrumpirme. Seguirás aquí, pero mandarás sobre el
resto de soldados. Lo has entendido?
Joe: Sí, señor.
.....
Joe: Tonterías, yo quiero que estés conmigo. Necesito que alguien me escuche y me entienda… y
tú eres la indicada. (Sonrió y le volvió a doler) Ay!
Nick: Vamos a llevarlo a su cabaña, hay que curarle las heridas.
Tú: Como usted diga, señor.
Nick: Llámame Nick (le guiñó el ojo)
Joe de pronto sintió ganas de golpear a Nick.
Joe: Estás coqueteando? (Dijo con rabia)
Nick le miró sorprendido. Abrió la boca para responder, pero en ese momento, Joe se dio cuenta de
lo que había dicho.
Joe: Era… broma, si, eso. Vamos a mi cabaña.
Joe caminó silenciosamente, mientras Nick lo examinaba con curiosidad unos pasos más atrás. ___
se adelantó y para cuando Joe había llegado, la chimenea estaba encendida.
Nick: Deberías darte un baño y quitarte esas ropas mojadas, o pillarás un resfriado.(le dijo)
Vamos, nosotros te prepararemos algo caliente, si?
A Joe le volvió a atacar una oleada de rabia.
Joe: Si te quieres quedar solo con Invitadosolo dímelo. (le espetó furioso) Y yo me doy una vuelta por
ahí.
Nick lo miró sorprendido.
Nick: Esos golpes te han afectado el cerebro. Pero si vas a estar más tranquilo, me voy y vuelvo
mañana.
Nick se dio la vuelta y abrió la puerta.
Joe: No!! No, lo siento, Nick, no sé que me pasa… debe ser el cansancio.
Nick: Si… el cansancio.
Joe se fue a bañar. Mientras las gotas caían sobre su piel, estuvo pensando. ¿Por qué sentía
eso cuando Nick y Invitadose quedaban solos?
Joe se quedó quieto y se le resbaló la pastilla de jabón, que fue a parar al suelo.
Joe: No puede ser!!
Los ojos se le abrieron como platos.
Joe: No puede ser eso… o si?
Recuerden que mientras más pronto comenten más rápido sigo la nove :)
|Cαpitulo O6| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
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Joe salió de la cabaña, seguido por el mensajero, que le seguía corriendo mientras aguantaba un paraguas para que Joe no se mojara.
Joe: Dónde está??
El mensajero lo miró, sorprendido?
Mensajero: (Bufó) Dónde va a estar? En la cabaña mayor, es su despacho. (Puso los ojos en blanco)
Joe empezó a andar más rápido. Quería saber lo que tramaba su tío. No podía haber venido a por nada bueno. Entró en la estancia casi corriendo. Se había mojado bastante con la lluvia, y su aspecto era terrible. Su tío lo miró con desprecio mientras él se quitaba la gorra y se sacudía la ropa. Un oficial le trajo corriendo una toalla, que Joe usó sobre todo para secarse el pelo.
Hitler: Córtate el pelo, muchacho!
Joe: (resopló y dijo entre dientes) Lo haré.
Hitler: Qué has dicho??
Joe: Que lo haré, señor.
Hitler: Así me gusta. (Sonrió)
Joe: Puedo preguntarle que hace aquí, tío?
Hitler: Llámame señor.
Joe: Señor?
Hitler: Quería ver que haces aquí… y no me ha gustado un pelo.
Joe se alarmó, sus ojos se abrieron como platos.
Hitler: Traedlo!!!
Joe empezó a temblar cuando dos oficiales trajeron a Nick apresado.
Nick: Soltadme!!!! Soltadme!!
Joe: Qué pasa?? Soltadle!!
Joe intentó liberar a Nick, sin éxito. Un oficial se acercó tras una seña de Hitler y lo inmovilizó. Joe forcejeó para liberarse, pero la mirada de su tío le hizo desistir y se quedó quieto, en silencio.
Hitler: Le has pagado a éste (son mucho desprecio miró a Nick) para que libere de trabajo a una judía, Joseph?
Joe: Yo… Yo…
Hitler: Es cierto o no?? Es cierto??? Contesta!!! (Lo agarró por la ropa y tiró con fuerza)
Joe: Sí, es cierto.
Hitler le pegó una bofetada.
Hitler: Eres un rebelde, un traidor para la patria alemana!!!
Joe: Yo no soy alemán, ni siquiera nací en Alemania!!(Le gritó)
Hitler le volvió a abofetear. Joe no pudo hacer más que aguantar el golpe, ya que los oficiales aún le retenían.
Hitler: Traidor!! (Hitler le escupió)
Joe: No comparto tus ideales, yo no soy nazi!!
Con un golpe, se liberó de los oficiales y se arrancó el brazalete del brazo, tirándolo al suelo.
Hitler la volvió a tomar con él, y le volvió a golpear. Nick miraba la escena, con miedo. El resto de oficiales prefirió no hacer nada y mirar hacia otro lado.
Joe: Eso es lo que hago yo con tu régimen.
Hitler: Otros ya habrían muerto en la horca con lo que tú acabas de hacer (Dijo en una voz suave. Demasiado suave)
Joe: Máteme si es lo que desea… Señor (Dijo con desprecio)
Hitler lo miró y esbozó una sonrisa.
Hitler: No. Yo jamás mataría a mi descendencia.
Joe: No soy su hijo, grábeselo en la mente!!!
Hitler: Pero dependes de mí, muchacho.
Joe: No por mucho tiempo.
Hitler: Oh, ya lo creo que sí… Traedla!!
Joe se alarmó cuando volvieron a entrar oficiales. Pero esta vez, era a Invitadoa quien traían apresada.
Hitler: Matadla.
Joe: Qué???? NOO!
Hitler volvió a sonreír.
Hitler: Te importan los judíos, Joseph??
Joe: No es lo que piensas, ella es mi criada, yo…
Hitler: Cállate, mentiroso!! Traidor!! Rebelde!!
Hitler le volvió a abofetear con fuerza. Invitadomiró a Joe con miedo, a la vez con pena. Joe se encontraba en un aspecto horrible. El ojo izquierdo estaba completamente rojo, el labio inferior, partido. Le sangraba la nariz. Pero a pesar de los golpes, aún tenía valor para defenderla.
Hitler: No la voy a matar.
Joe suspiró aliviado.
Hitler: Con una condición.
Joe se puso tenso otra vez y esperó que su tío hablara.
Hitler: Traed a un judío.
Poco después, un judío se encontraba de rodillas en la alfombra, mientras le sujetaban. Hitler no
pronunció palabra, solo se volvió hacia el escritorio y sacó una pistola.
Hitler: No la mataré. Pero a cambio… Tú tendrás que matar a éste judío.
El judío se encogió de miedo y empezó a lloriquear. Joe miró a la judía, que le devolvió la
mirada muerta de miedo. Dos oficiales se acercaron al judío y le vendaron los ojos.
Joe: Qué?? (Exclamó alarmado) Qué quiere que haga??
Hitler: Mátalo. (Hitler le tendió el arma).
Joe: No puedo hacerlo!!!
Hitler: Prefieres sacrificar a la judía ésta en vez de a uno al que ni siquiera conoces? Muy bien.
(Hitler apuntó con el arma a Invitado)
Joe: No!!!Está bien, lo haré. Lo haré! Por favor no la mate.
Hitler: Me estás suplicando?? (Riéndose)
Joe hizo caso omiso de las risas de su tío y cogió con miedo el arma. Apuntó temblorosamente al
judío, al que dos oficiales le habían vendado los ojos. ___, temblorosa, cerró los ojos y apretó
los párpados. Hitler sonrió. El resto de los oficiales, que hasta entonces no habían querido
tomar partido en nada, volvió las
cabezas a la escena, sorprendidos, al igual que Nick, que abrió la boca sorprendido y miró
alarmado a Joe. Éste le devolvió la mirada, y después se volvió a concentrar en el judío quien
empezó a sollozar en el suelo, y a rezar oraciones. Joe no quería hacerlo… pero no tenía más
remedio. Sabía que ese día le iba a perseguir toda la vida.
Sus músculos se tensaron, y apretó firmemente la mandíbula. Un dolor agudo empezó a congregarse
en el centro de su pecho, así como unos sollozos inaudibles se esforzaban por salir de su interior.
Un dedo tembloroso se apoyó en el gatillo. Joe apretó la otra mano. Su cara dibujó una mueca,
mientras apretaba los dientes para no tener que derramar las lágrimas que amenazaban salir de sus
ojos. No podía llorar delante de su tío. Jamás se lo perdonaría. Uno montón de imágenes
empezaron a pasar por delante de los ojos de Joe… Su infancia, en Nueva York con su padre… unos
años más adelante, cuando llegó con su tío… Que a pesar de que tenía poca edad tuvo que
madurar y empezar a valerse por sí mismo… y unos años atrás, en los que su tío había decidido
tomar el control de su vida. Joe aflojó un poco la mano que no sujetaba el arma. En ese momento
pasó por su mente la imagen de su madre. Su madre lo había pasado realmente mal.
Paula Hitler había tenido que mudarse cuando los ejércitos aliados (EEUU, Francia e Inglaterra)
habían ganado la guerra contra Alemania, unos años atrás. Paula era muy joven, y necesitaba un
referente masculino para poder educar a su hijo. Además, en EEUU la miraban con mala cara cuando
averiguaban sus orígenes. Por lo tanto,
decidió mudarse a Alemania. Pero había estallado una grave crisis económica en Estados Unidos que
se había extendido por todo el mundo.
Y Alemania, después de la guerra, estaba en muy malas condiciones. Paula no sabía que hacer. Con
un hijo muy pequeño, sin referentes masculinos y una familia que no la aceptaba por haberse fugado
de Alemania para casarse con Adam Jonas, Paula temió acabar en la calle. Hasta que apareció Adolf.
Adolf Hitler los recogió de la calle. Paula no estaba muy segura de si debía ir con su hermano,
pero accedió cuando éste le prometió una educación a Joe.
Y menuda educación.
A Joe no se le permitía salir a la calle ni relacionarse con niños de su edad. Por la mañana lo
despertaban muy temprano, y daba clases de Geografía y de Historia hasta que le llamaban para
comer. Su tío miraba mucho la manera en la que se sentaba en la mesa, como manejaba los cubiertos e
incluso como usaba la servilleta. Quería educarlo como un niño de la alta sociedad. Pero para
ello, reñía y castigaba mucho al pequeño. Cada vez que Joe intentaba ser un niño perfecto, Adolf
conseguía sacarle alguna pega.
Eran en esos momentos en los que Joe buscaba a su madre. Lloraba durante horas en su regazo, pero
Paula solo le acariciaba el pelo y miraba al vacío, sin pronunciar palabra. Joe creyó que no le
importaba lo más mínimo lo que le pasara a él. Pero años después, cayó en la cuenta de lo que
verdaderamente sucedía.
Paula se encontraba entre la espada y la pared: Desde el momento en que ésta pisó la casa en
compañía del pequeño, había dejado de tener derechos, no podía tomar decisiones
y mucho menos hablar. Además, echaba de menos a Adam.
Joe recordó con rabia aquellos momentos y apretó otra vez el puño con fuerza. Miró a su tío y,
sacando una fuerza de su interior que creía inexistente, apretó el gatillo.
Pero nada sucedió. No había balas.
Su tío avanzó hacia él, con una sonrisa radiante en el rostro.
Hitler: Muy bien hecho. Me acabas de demostrar que puedo confiar en ti. (Le quitó la pistola de las
manos)
Joe sintió ganas de golpearle. El judío dejó de llorar cuando lo desataron.
Hitler: Lárgate a tu sitio, judío!!
Al pasar por el lado de Joe, éste le susurró un ‘lo siento’ al judío, que volvió la cabeza
aunque sin detenerse.
Nick fue liberado, así como Invitado.
Hitler: Bien, Joseph. Como Hitler que eres, vas a ser ascendido. (Joe abrió la boca para protestar,
pero Hitler no le dejó) No. Déjame terminar, no quiero volver a soltarte la charla sobre las
razones por las que nunca debes atreverte a interrumpirme. Seguirás aquí, pero mandarás sobre el
resto de soldados. Lo has entendido?
Joe: Sí, señor.
.....
Joe: Tonterías, yo quiero que estés conmigo. Necesito que alguien me escuche y me entienda… y
tú eres la indicada. (Sonrió y le volvió a doler) Ay!
Nick: Vamos a llevarlo a su cabaña, hay que curarle las heridas.
Tú: Como usted diga, señor.
Nick: Llámame Nick (le guiñó el ojo)
Joe de pronto sintió ganas de golpear a Nick.
Joe: Estás coqueteando? (Dijo con rabia)
Nick le miró sorprendido. Abrió la boca para responder, pero en ese momento, Joe se dio cuenta de
lo que había dicho.
Joe: Era… broma, si, eso. Vamos a mi cabaña.
Joe caminó silenciosamente, mientras Nick lo examinaba con curiosidad unos pasos más atrás. ___
se adelantó y para cuando Joe había llegado, la chimenea estaba encendida.
Nick: Deberías darte un baño y quitarte esas ropas mojadas, o pillarás un resfriado.(le dijo)
Vamos, nosotros te prepararemos algo caliente, si?
A Joe le volvió a atacar una oleada de rabia.
Joe: Si te quieres quedar solo con Invitadosolo dímelo. (le espetó furioso) Y yo me doy una vuelta por
ahí.
Nick lo miró sorprendido.
Nick: Esos golpes te han afectado el cerebro. Pero si vas a estar más tranquilo, me voy y vuelvo
mañana.
Nick se dio la vuelta y abrió la puerta.
Joe: No!! No, lo siento, Nick, no sé que me pasa… debe ser el cansancio.
Nick: Si… el cansancio.
Joe se fue a bañar. Mientras las gotas caían sobre su piel, estuvo pensando. ¿Por qué sentía
eso cuando Nick y Invitadose quedaban solos?
Joe se quedó quieto y se le resbaló la pastilla de jabón, que fue a parar al suelo.
Joe: No puede ser!!
Los ojos se le abrieron como platos.
Joe: No puede ser eso… o si?
Recuerden que mientras más pronto comenten más rápido sigo la nove :)
IlseJonasLovato
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
WOOOW que buena novela quedé :O!!!!! así
síguela quiero saber que más pasa
y si puedes pasar por mi novela te lo agradecería
síguela quiero saber que más pasa
y si puedes pasar por mi novela te lo agradecería
Melanie*~
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Por favor siguela !!!! Esta super increíble y tan interesante e intensa y y bueno todo !! Sigue pronto!! Bueno nueva y super fiel lectora ;-)
shantirosse
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Aww Joseph ya está empezando a sentir cosas por MI! XD, y Estaba decidido a matar a un judío D:
:.vale.:
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Waa, perdón, no me había podido conectar:c aqui tienen el siguiente cap^^
|Cαpitulo O7| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe terminó de bañarse rápidamente. Se secó y se vistió con lo primero que encontró, y salió del cuarto casi corriendo. Cuando llegó al salón, Nick y Invitadocharlaban animadamente. Joe fingió estar despreocupado, y caminó hacia ellos “tranquilamente”.
Joe: Ey, de qué habláis?
Nick: Oh, nada, solo le contaba mis batallitas. Bueno, Joe, nos vemos mañana. Ya sabes, a las 7.30…
Joe: Bajo la bandera, sí, ya sé (le interrumpió molesto)
Nick: Chao, ___
Tú: Adiós Nick (sonriéndole)
Joe: Mmm… (Cuando ya se había ido) Te llevas bien con él ahora, no?
Tú: Sí, es muy simpático.
Joe hizo una mueca.
Tú: Ven, recuéstate.
Invitadoobligó a Joe a sentarse. Éste se quejó un poco, pero la judía le hizo callar. Ésta trajo un poco de agua
fría y curó las heridas. Cuando hubo terminado, Joe se había quedado dormido en el sillón. La judía esbozó una sonrisa.
Tú: Descansa… te lo mereces.
Invitadose acercó y le besó la mejilla. Después se fue a dormir.
A la mañana siguiente, Joe se levantó de muy buen humor. El desayuno ya estaba servido en la mesa, y la judía estaba desaparecida. Joe se alarmó, pero poco después encontró una nota de ésta, por lo que Joe pudo relajarse.
“He tenido que ir con las demás, hay trabajo por hacer. Disfruta del desayuno. Invitado”
Joe sonrió y desayunó alegremente. Cuando se reunió con Nick bajo la bandera, aún estaba de un humor
inmejorable.
Nick: Ey. Qué te pasa??
Un oficial carraspeó, a pocos metros de Nick. Éste bajo la mirada.
Nick: Le pasa algo, señor Hitler?
Joe lo miró bastante sorprendido. Nick, como respuesta, le señaló un cartel, a pocos metros de donde ellos se encontraban.
“Por la presente se informa a todos los dirigentes de Auschwitz, ya sean oficiales u otras categorías menores o mayores que se castigará duramente a aquellas personas que no traten a mi sobrino Joseph Hitler con el debido respeto que su nombre conlleva. Así, él será desde éste momento mi mayor representación en éste lugar, por lo que las ofensas que sean llevadas a cabo contra su persona serán ofensas en contra de mí mismo y de todo el Reich. Adolf Hitler”
Joe: Cuándo hizo esto? (Muy furioso)
Nick: Ayer, antes de marcharse, señor Hitler.
Joe: No me lo puedo creer, es que no me lo puedo creer. (Empezó a pasearse de un lado a otro) Es que lo odio. Lo odio!!
Nick: (contuvo la respiración) No diga usted eso, señor Hitler.
Joe: Por Dios, Nick, tú no. Tú no me trates de usted, por favor…
Nick: Lo siento, señor Hitler (Tristemente bajo la mirada)
Joe se dio la vuelta para volver a su cabaña. Pero por cada sitio que pasaba, todos volvían las cabezas hacia él y se hacía el silencio. Y cuando Joe les miraba directamente, se encogían de miedo y hacían reverencias.
Oficial: Señor Hitler?
Joe: Dígame. (Suspiró abatido)
Oficial: Permítame acompañarle a su despacho, señor.
Joe: Despacho?
Oficial: Verá, su tío lo mandó muy expresamente. Usted dirige todo esto.
Joe: Todo esto?? (Repitió). Dirijo Auschwitz??? (Incrédulo)
Oficial: No solo Auschwitz. También los campos dependientes a éste, y los campos de concentración
de Dachau, Sachsenhausen, Bergen-Belsen, Ravensbrück y Buchenwald en Alemania, así como los de
Mauthausen-Gusen en Austria y Theresienstadt en Checoslovaquia y los de exterminio, que son los de
Treblinka y Sobibor, aquí, en Polonia.
Joe: No me lo puedo creer… (Susurrando para sí mismo)
Oficial: Su tío también le ha dado permiso para echar cualquier oficial según su juicio… y para
ascender los cargos…
Joe: Cómo ascender cargos? De verdad?
Oficial: Sí, señor Hitler. Bueno, éste es su despacho, señor.
Joe entró y se quedó pasmado. Muebles de madera de roble ocupaban la estancia. Una alfombra
descansaba en el suelo, y las oscuras cortinas impedían el paso de la luz a la estancia. Las
paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros, y un montón de mapas de Europa estaban
colgados en la pared. El ambiente era frío, y la oscuridad, a pesar de transmitir intimidad, era
abrumadora.
Joe: Abra las ventanas, por Dios.
El oficial se apresuró en cumplir la orden.
Joe: Llame al señor Nicholas Miller y dígale que se presente aquí rápidamente. (Dijo mientras se
sentaba y examinaba los útiles de escritura de la mesa) Es urgente.
Oficial: Como guste, señor.
Pocos minutos después se oyó la puerta del despacho.
Joe: Pase!!
Joe se encontraba ahora de espaldas, examinando los libros. Solamente pudo encontrar algunos mapas
de Europa y libros de historia, lo que le puso realmente de mal humor. Decidió que le pediría a
algún oficial algún libro de literatura para poder relajarse. Pero primero tenía que saber
quienes eran los oficiales en los que podía confiar: su tío querría asesinarlo si se enterara de
que malgastaba su tiempo leyendo obras literarias.
Joe: Siéntate, Nick.
Nick: (nervioso) Es por lo de antes? Yo de verdad lo siento, señor, pero las normas me obligan a
tratarle de usted, sé que no le gusta pero… (se calló ante un gesto de Joe)
Joe: Déjalo, me parece que me acostumbraré, supongo. Quiero ascenderte, Nick.
Nick: Ascenderme?
Joe: Sí, ahora que puedo, voy a aprovecharlo. Algo de bueno tiene este cargo. Te nombro oficial. Ya
no eres un simple soldado. (Joe sonrió)
Nick: (Esbozó una sonrisa radiante) De verdad, señor?
Joe: Sí… Diremos que es… por los servicios prestados.
Nick: (Sonrió) Gracias señor Hitler.
Joe: De nada. Te considero un amigo, Nick. No me falles.
Nick: Por supuesto que no.
Joe sonrió y Nick se levantó.
Nick: Debo volver al trabajo. Invitadoestá limpiando las cabañas de los oficiales, el resto de mujeres
está haciendo el trabajo pesado. Pensé que estaría mucho más cómoda que haciendo el duro
trabajo.
Joe: Hazle saber a todos los oficiales que no se permite a nadie maltratar a Invitadoy que si alguien le
dirige aunque sea un comentario malintencionado tendrá que vérselas conmigo. De acuerdo?
Nick: Claro, señor.
Nick salió muy animado de la sala. Cuando salió por la puerta, Joe volvió su atención a los
libros, hasta que unos golpes sordos e impacientes en la puerta le hicieron perder la
concentración.
Joe: Pase.
Un oficial entró. Venía exhausto.
Joe: Qué pasó? (confundido)
Oficial: Señor, ha habido un levantamiento en la zona de hombres. Se han vuelto contra los
oficiales y han tomado una de las barracas. Se han refugiado allí y se niegan a obedecer las
órdenes. Necesitamos de su presencia.
Joe salió de la sala, rezando por no tener que tomar la decisión que tomaría su tío: Matarlos a
todos.
Gracias por leer y comentar!! :D
|Cαpitulo O7| |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•.|
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Joe terminó de bañarse rápidamente. Se secó y se vistió con lo primero que encontró, y salió del cuarto casi corriendo. Cuando llegó al salón, Nick y Invitadocharlaban animadamente. Joe fingió estar despreocupado, y caminó hacia ellos “tranquilamente”.
Joe: Ey, de qué habláis?
Nick: Oh, nada, solo le contaba mis batallitas. Bueno, Joe, nos vemos mañana. Ya sabes, a las 7.30…
Joe: Bajo la bandera, sí, ya sé (le interrumpió molesto)
Nick: Chao, ___
Tú: Adiós Nick (sonriéndole)
Joe: Mmm… (Cuando ya se había ido) Te llevas bien con él ahora, no?
Tú: Sí, es muy simpático.
Joe hizo una mueca.
Tú: Ven, recuéstate.
Invitadoobligó a Joe a sentarse. Éste se quejó un poco, pero la judía le hizo callar. Ésta trajo un poco de agua
fría y curó las heridas. Cuando hubo terminado, Joe se había quedado dormido en el sillón. La judía esbozó una sonrisa.
Tú: Descansa… te lo mereces.
Invitadose acercó y le besó la mejilla. Después se fue a dormir.
A la mañana siguiente, Joe se levantó de muy buen humor. El desayuno ya estaba servido en la mesa, y la judía estaba desaparecida. Joe se alarmó, pero poco después encontró una nota de ésta, por lo que Joe pudo relajarse.
“He tenido que ir con las demás, hay trabajo por hacer. Disfruta del desayuno. Invitado”
Joe sonrió y desayunó alegremente. Cuando se reunió con Nick bajo la bandera, aún estaba de un humor
inmejorable.
Nick: Ey. Qué te pasa??
Un oficial carraspeó, a pocos metros de Nick. Éste bajo la mirada.
Nick: Le pasa algo, señor Hitler?
Joe lo miró bastante sorprendido. Nick, como respuesta, le señaló un cartel, a pocos metros de donde ellos se encontraban.
“Por la presente se informa a todos los dirigentes de Auschwitz, ya sean oficiales u otras categorías menores o mayores que se castigará duramente a aquellas personas que no traten a mi sobrino Joseph Hitler con el debido respeto que su nombre conlleva. Así, él será desde éste momento mi mayor representación en éste lugar, por lo que las ofensas que sean llevadas a cabo contra su persona serán ofensas en contra de mí mismo y de todo el Reich. Adolf Hitler”
Joe: Cuándo hizo esto? (Muy furioso)
Nick: Ayer, antes de marcharse, señor Hitler.
Joe: No me lo puedo creer, es que no me lo puedo creer. (Empezó a pasearse de un lado a otro) Es que lo odio. Lo odio!!
Nick: (contuvo la respiración) No diga usted eso, señor Hitler.
Joe: Por Dios, Nick, tú no. Tú no me trates de usted, por favor…
Nick: Lo siento, señor Hitler (Tristemente bajo la mirada)
Joe se dio la vuelta para volver a su cabaña. Pero por cada sitio que pasaba, todos volvían las cabezas hacia él y se hacía el silencio. Y cuando Joe les miraba directamente, se encogían de miedo y hacían reverencias.
Oficial: Señor Hitler?
Joe: Dígame. (Suspiró abatido)
Oficial: Permítame acompañarle a su despacho, señor.
Joe: Despacho?
Oficial: Verá, su tío lo mandó muy expresamente. Usted dirige todo esto.
Joe: Todo esto?? (Repitió). Dirijo Auschwitz??? (Incrédulo)
Oficial: No solo Auschwitz. También los campos dependientes a éste, y los campos de concentración
de Dachau, Sachsenhausen, Bergen-Belsen, Ravensbrück y Buchenwald en Alemania, así como los de
Mauthausen-Gusen en Austria y Theresienstadt en Checoslovaquia y los de exterminio, que son los de
Treblinka y Sobibor, aquí, en Polonia.
Joe: No me lo puedo creer… (Susurrando para sí mismo)
Oficial: Su tío también le ha dado permiso para echar cualquier oficial según su juicio… y para
ascender los cargos…
Joe: Cómo ascender cargos? De verdad?
Oficial: Sí, señor Hitler. Bueno, éste es su despacho, señor.
Joe entró y se quedó pasmado. Muebles de madera de roble ocupaban la estancia. Una alfombra
descansaba en el suelo, y las oscuras cortinas impedían el paso de la luz a la estancia. Las
paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros, y un montón de mapas de Europa estaban
colgados en la pared. El ambiente era frío, y la oscuridad, a pesar de transmitir intimidad, era
abrumadora.
Joe: Abra las ventanas, por Dios.
El oficial se apresuró en cumplir la orden.
Joe: Llame al señor Nicholas Miller y dígale que se presente aquí rápidamente. (Dijo mientras se
sentaba y examinaba los útiles de escritura de la mesa) Es urgente.
Oficial: Como guste, señor.
Pocos minutos después se oyó la puerta del despacho.
Joe: Pase!!
Joe se encontraba ahora de espaldas, examinando los libros. Solamente pudo encontrar algunos mapas
de Europa y libros de historia, lo que le puso realmente de mal humor. Decidió que le pediría a
algún oficial algún libro de literatura para poder relajarse. Pero primero tenía que saber
quienes eran los oficiales en los que podía confiar: su tío querría asesinarlo si se enterara de
que malgastaba su tiempo leyendo obras literarias.
Joe: Siéntate, Nick.
Nick: (nervioso) Es por lo de antes? Yo de verdad lo siento, señor, pero las normas me obligan a
tratarle de usted, sé que no le gusta pero… (se calló ante un gesto de Joe)
Joe: Déjalo, me parece que me acostumbraré, supongo. Quiero ascenderte, Nick.
Nick: Ascenderme?
Joe: Sí, ahora que puedo, voy a aprovecharlo. Algo de bueno tiene este cargo. Te nombro oficial. Ya
no eres un simple soldado. (Joe sonrió)
Nick: (Esbozó una sonrisa radiante) De verdad, señor?
Joe: Sí… Diremos que es… por los servicios prestados.
Nick: (Sonrió) Gracias señor Hitler.
Joe: De nada. Te considero un amigo, Nick. No me falles.
Nick: Por supuesto que no.
Joe sonrió y Nick se levantó.
Nick: Debo volver al trabajo. Invitadoestá limpiando las cabañas de los oficiales, el resto de mujeres
está haciendo el trabajo pesado. Pensé que estaría mucho más cómoda que haciendo el duro
trabajo.
Joe: Hazle saber a todos los oficiales que no se permite a nadie maltratar a Invitadoy que si alguien le
dirige aunque sea un comentario malintencionado tendrá que vérselas conmigo. De acuerdo?
Nick: Claro, señor.
Nick salió muy animado de la sala. Cuando salió por la puerta, Joe volvió su atención a los
libros, hasta que unos golpes sordos e impacientes en la puerta le hicieron perder la
concentración.
Joe: Pase.
Un oficial entró. Venía exhausto.
Joe: Qué pasó? (confundido)
Oficial: Señor, ha habido un levantamiento en la zona de hombres. Se han vuelto contra los
oficiales y han tomado una de las barracas. Se han refugiado allí y se niegan a obedecer las
órdenes. Necesitamos de su presencia.
Joe salió de la sala, rezando por no tener que tomar la decisión que tomaría su tío: Matarlos a
todos.
Gracias por leer y comentar!! :D
IlseJonasLovato
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
Me encanta!! Sube más por favor!!
Otro cap! :D
Otro cap! :D
Melanie*~
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
awwww estoy tan emocionada, tienes que seguirla. como siempre Amo tu novela.
:.vale.:
Re: |.•.• Un αmor en tιempos de guerrα •.•. [Joe&Tu]
AHH siguela!!! y si pueden pasen por mi nove si? ;)
https://onlywn.activoforo.com/t8079-resuelto-calido-invierno-en-tu-corazon-nick-j-y-tu
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shantirosse
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