~Five Hearts <3 (One Direction & tú)

Last First Kiss

*Capitulo Uno

(POV Alyssa)

Mi nombre es Alyssa Salvin, tengo diecisiete años de edad, un hermano mayor que muchas veces resulta odioso, unos padres sumamente sobreprotectores y un mejor amigo del que estoy enamorada. Así es, desde hace un par de años comencé a sentir cosas muy fuerte por Liam Payne, aquel chico que desde los seis años es mi mejor amigo. Sé que suena muy cobarde el hecho de “guardar” mis sentimientos, pero tengo una buena razón del por qué hacerlo.

Hace dos años, durante el campamento de verano que nuestras familias siempre organizan, Charlotte se había ido con unos chicos que también acampaban por ahí y fue entonces que me percate de la molestia que aquello le había causado a Liam.

-¿Estas bien?- encontré al castaño sentado en una roca junto al lago y no me pude resistir a acercarme.

-Sí, solo estaba pensado un par de cosas- el simplemente esquivó mi mirada. – ¿Desde cuándo Charlotte cambio tanto?-

-No te entiendo, ella siempre ha sido “la rebelde”-

-Bueno en eso tienes razón, pero… ¿Te puedo confesar algo y juras guardarme el secreto?-

-Soy una tumba- le dije mientras entrelazábamos nuestro dedo meñique en señal de juramento.

-Me gusta Charlie y la verdad no sé qué hacer- aquellas palabras me habían caído como balde de agua fría, pero intente mantenerme serena y sin expresión alguna.

-Y supongo que decirle lo que sientes no es un opción ¿verdad?- simplemente negó con la cabeza.

Como lo prometí, jamás le dije nada a Charlotte, pero digamos que Liam no sabe disimular sus sentimientos, así que la rubia se dio cuanta por si sola y cuando se enteró de lo que yo sentía por él, me aseguró que jamás estaría con Liam, en primera por que no podía hacerle algo así a una amiga y en segunda porque él no era su tipo. Aun así mi cabeza y mi corazón no podían ponerse de acuerdo.

-Señorita Salvin ¿Le molestaría prestar atención a mi clase?- el regaños de la profesora de Geografía me hizo volver a la realidad y sumamente avergonzada me hundí en mi asiento.

Cuando por fin el timbre que indicaba el final de clases se hizo escuchar por toda la escuela, tomé mis cosas y aun con la cabeza en otro mundo camine hasta mi taquilla.

¿Debería confesarle mis sentimientos? ¡No! ¿Para qué? El seguía enamorado de Charlie y yo solo era un cero a la izquierda, pero quizás si le decía que estaba enamorada de él, podría verme como algo más. ¡Dios Aly! Tanto cuanto de hadas te está comiendo el cerebro ¡Eso solo pasa en los libros y las películas!

Intente descargar mi frustración azotando la puerta de mi casillero.

-¡No me gustaría ser el causante de tu molestia!- la voz de Liam me tomo por sorpresa, sacándome tremendo susto y ocasionando que tirara al suelo mi más preciado tesoro, mi libreta donde tengo todas mis historias.

-¿Te pagan por asustar a la gente?- comente divertida. Me iba a agachar a tomar mi cuaderno, cuando el chico se adelantó. -¡No!- por impulso se lo quite de las manos, mientras él me miraba un poco enfadado.

-¿Qué tanto escribes ahí, que yo, tú mejor amigo, no lo puedo leer?-

-Ya lo sabes son mis historias, pero todas son románticas y me da un poco de pena- le dije algo avergonzada, hasta cierto punto aquello era cierto, pero la verdadera razón es que en la mayoría de mis relatos el protagonista era él y a menos de que me quisiera poner en evidencia no podía permitir que el las leyera.

-¡Que penosa salió la niña!- el castaño me abrazo y depositando un beso en mi mejilla agregó- Si prometo no reírme ¿Me mostrarás las historias algún día?- esas demostraciones de afecto eran muy normales entre nosotros, pero al menor en mí, hacían que mi pulso se acelerara.

-Quizás algún día- comenté entre risas y zafándome de su agarre también bese su mejilla.

-Eso no se vale- entre risas y quejas por parte del chico, comenzamos a caminar rumbo a la salida de la escuela.

-¿Y entonces que planes tienes para hoy?- le pregunte para poder sacar el tema e invitarlo a casa esta noche.

-Pues…- se rasco la nuca, signo de que no sabía si hablar o mejor quedarse callado, así que con una simple mirada lo anime a que prosiguiera –Charlie nos invitó a la tarde de películas-

-Si debí de suponer que lo haría- hable más para mí que para él chico.

-Pero si te molesta, mejor ni me aparezco por ahí- me maldije por haber dicho aquello, pues sin duda había hecho sentir mal a mi amigo.

-No, no me mal entiendas. De hecho te preguntaba que si tenías planes, porque quería invitarte- trate de solucionar el problema- Oye espera ¿pero dijiste “nos”?- hasta entonces fue que caí en la cuenta.

-Sí, también invito a Harry- noté un toque de celos en su voz lo que ocasiono los míos – ¿Tú sabes si ellos tienen algo?-

-La verdad no tengo idea, ya sabes cómo es Charlie con esos temas- digamos que mi amiga es n tanto especial en cuanto a novios y relaciones se trata. En los doce años que tengo de conocerla jamás ha tenido un novio formal, solo relaciones sin compromisos o como ella suele llamarles “Frees”. Harry no era la excepción, un día los encontré besándose detrás de las canchas de futbol, según ella el chico Styles era solo una más de la lista, pero a mi algo me decía que eso no era cierto, pues cada que Charlie lo ve hay un brillo especial en su mirada, pero bueno la verdad solo la sabe ella. –Liam ¿Te sigue gustando?- no sé de donde saque fuerzas para preguntar aquello.

-No, si, bueno, no lo sé- alcance a notar un liguero sonrojo en sus mejillas y desvió su mirada de la mía. -¿Nos vamos ya?- me sentí mal por haber incomodado al chico

-Está bien, pero ¿no vamos a esperar a Charlotte?- desde que tengo uso de razón los tres nos regresamos juntos de la escuela a la casa, ya que somos vecinos.

-Me dijo que tenía cosas que hacer, que nos veía en la tarde- acepte la explicación del chico y sin decir más salimos del colegio en dirección a nuestras casas.

Durante el camino el humor de Liam mejoro, debo confesar que eso es algo que me gusta mucho de él, pues así este muy enojado siempre trata de sonreír.

-¿Quieres que te ayude a hacer algo antes de que los chicos lleguen?- me ofreció su ayuda.

-Pues creó que lo único que tengo que hacer es ir a comprar algo de botana-

-No se diga más, después de comer paso por ti para ir al súper- sentencio el chico, yo simplemente asentí y así entre risas y bromas llegamos a la puerta de mi casa, donde nos encontramos con mis padres.

-Creí que ya estarían en el aeropuerto- comente mientras saludaba a mi mamá.

-Se supone que deberíamos estar ahí, pero ya sabes cómo es tu madre- el hombre beso mi mejilla y posteriormente saludo a mi amigo. –Lía por dios, vamos a perder el vuelo- vocifero al ver que mamá se había metido de nuevo a la casa.

-¡Cállate George! Liam va a pensar que estás loco-

-Liam sabe que ustedes están locos- rodee los ojos y con aquel comentario me gané una mirada matadora por parte de mis padres.

-En fin cariño, nos vamos antes de que a tu padre le dé un colapso nervioso- reí por la ocurrencia de la mujer – Te portas bien, cuídate mucho y ya sabes que si necesitas algo me puedes marcar al celular- eso era lo que más me molestaba de mis padres, aun creían que era un niña pequeña y me cuidaba como tal.

-Te encierras y por favor no vayas a la salir después de las nueve- agregó mi papá dándome un beso.

-Liam te la encargo mucho- le pidió mamá al chico mientras se despedían de el

-No sé preocupe señora Salvin, está en buenas manos- el castaño me paso brazo por los hombros haciéndome saltar con su tacto.

-No tengo cinco años, sé cuidarme sola- me queje viéndolos abordar el auto.

-No me importa, aun eres mi pequeña- gritó papá y seguido de ello el auto desapareció por el camino.

-Bien pues ¿Vamos a comer?- lo mire confundida- ¿Qué? No me mires así, tu madre me dijo que te cuidará, así que hoy comes en mi casa-

-Gracias por la invitación, pero no hace falta- me negué intentando abrir la puerta de mi casa, pero antes de conseguirlo, Liam me tomo de a cintura y cargándome me llevo hasta la entrada de su casa; como ya lo había dicho antes somos vecinos así que solo había que cruzar el jardín para llegar.

-Si no es una invitación- comenzó a reír- Te he dicho que comer en mi casa y punto.

-Pero que va decir tu mamá-

-¿Qué quieres que diga? ¡Qué bueno tenerte aquí cariño- reí a carcajada limpia por la horrible imitación que Liam hizo de su madre. Y así sin dejar que me siguiera quejando, ambos entramos a la casa de la familia Payne.