The other side...~(Nick)

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Nick
Aquella mañana supe que algo iba a ir mal. Danielle no había parado de trastear con algo toda la noche y ni siquiera había podido relajarme con mi música. Ella estaba en el sofá, mirando las noticias pero realmente no miraba.
- Danielle, me puedes decir ¿que te ha pasado durante la noche?-dije mientras me sentaba en el sofá. Ella no estaba pensando en nada, así que no pude leer sus pensamientos.
- He tenido una especie de visión, pero no terminé de verla. Me pasó como cuando...bueno, ya sabes.-
Delta estaba embarazada, pensó.
- No tienes que andarte con pies de plomo, lo tengo superado.-Mentí, además mucho. Recuerdo aquellas imágenes como si fueran ayer.
" -¿Y que pasaría si me uniera a los ellos?
-Que te llevarían a las guerras que tuvieran y te tendrían en su aquelarre. Tratandote bastante mal.
- Siempre me ha dado un poco de curiosidad saber como sabe la sangre humana. Solo la bebí antes de tener a Brianne, así que no la recuerdo.
- ¿Lo dices enserio Delta?-Si, lo decía enserio.
- Papá, ¿Puedo salir con Mike?-Bri me tiró de la camiseta, yo asentí y corrió hacía la puerta. Mike era lo mejor que ella podía pedir, tendría un protector para siempre y yo no me quejaba de yerno.
-Si, de hecho. Voy a hacerlo ahora.
Delta salió corriendo hacia el bosque, corrí tras ella. Danielle no la vió, fue demasiado repentino, no pude pararla. Hizo lo que no debía de hacer. Ella no quiso escucharme, solo quería más, mató a aquella familia, tuve que ver como mataba incluso a una niña que podía tener la edad de Bri. Dándole igual sus lágrimas inocentes, como se aferraba a su madre que estaba ya muerta, agarrada de la mano de su marido. La miré a los ojos y cuando vi aquellos ojos rojos supe que todo había cambiado. Dos meses después ella se fue con Brianne, Michael quiso irse con ellas pero los Sforza no querían y por supuesto, al yo rehusar beber sangre humana, también me tuve que quedar aquí. Pero sabía que ella ya no me quería, solo le importaba ella misma y la niña. Discutí con los Sforza para quedarme con ella alegando que aún era muy pequeña. Afortunadamente funcionó...pero no volví ver a mi amor..."
- ¿Crees que ha vuelto?-Negó con la cabeza.-Bueno. ¿Se ha despertado ya Bri?
- Creo que no, anoche se quedó hasta tarde leyendo un libro.
- Voy a tener que regularle los horarios de lectura.-Subí al cuarto de mi hija, no estaba dormida, estaba mirando por la ventana con su Ipod, regalo de su madre, puesto. Le puse una mano en el hombro y ella me abrazó.
- Buenos días papá, ¿cómo estás?.
- Bien cariño, me ha dicho Danielle que te quedaste anoche hasta tarde leyendo.-Ella asintió.-No te puedes quedar hasta tarde, ya sabes que tú necesitas dormir.
- A veces no quiero dormir papá. -Bri dirigió sus manos a mi rostro y me mostró sus pensamientos, recordaba a su madre- La echo de menos.
- Lo se mi amor, pero ya sabes que no podemos ir con ella.-Me abrazó.-Ya sabes, me tienes a mi, y a toda tu familia.-Volvió a tocarme la cara.-Y a Michael, perdona.
- Eso es. Dentro de 1 mes es un mi cumpleaños, ya cumplo 5 años.- Resultaba un poco extraño escucharla decir que cumplía 5 años cuando aparentaba ya los 18.
- ¿Y que quieres para tu cumpleaños?
- Pues no lo se. La verdad es que me gustaría tener una estantería nueva, no me caben ya los libros.
- De acuerdo. Te compraré algo más, te lo aviso.
- No papá, ya sabes que no me gusta mi cumpleaños.-Al igual que le pasaba a su madre.-No quiero que me regales nada, solo eso.
- Un mueble para tu habitación lo hace Kevin en una tarde, eso no cuenta. Te quiero Brianne.
- Y yo a ti papá.-La dejé sola y volví a bajar.
Todos estaban alrededor de Danielle porque no entendían que pasaba. Decidí dar una vuelta por el bosque. No había hoy mucho ambiente en la casa. El bosque se me antojaba solitario sin ella. Fui al prado, el sitio con más significado para mi, llegué allí y me puse alerta. Olía raro, un olor que nunca había notado. Mire a todos lados, buscando algún tipo de pensamiento alrededor. Nada. Una rama crujió y corrí hacia allí.
Una persona estaba tirada en el suelo del bosque, lo primero que hice fue fijarme si estaba viva, le busqué el pulso, estaba viva pero su pulso era leve. Le aparté la larga melena pelirroja de la cara y la miré, tenía la cara sucia, probablemente llevaba tirada en el bosque toda la noche, estaba desnuda, me costó trabajo apartar la mirada de su cuerpo, era muy bello, aún así me quité la chaqueta y la envolví en ella. Llegué corriendo a la casa suponiendo que Danielle lo habría visto y Paul tendría ya preparada la cama pero no fue así.
-¿Nicholas?-Blanda me miró de arriba a abajo.-¿Qué haces sin camiseta?
- ¿Donde esta papá?-Ignoré esa pregunta estúpida.
- Aquí Nicholas-su voz venía del despacho. Subí con la chica y la puse en la camilla.-¿Sabes quien es?
- No, no la he visto antes por aquí.
Paul le quitó la chaqueta y le pasó lo mismo que a mí, se quedó mirándola y tuve que hacer un ruido para distraerle. Rápidamente encendió la calefacción. Comenzó a moverse rápido alrededor de la chica limpiándola y auscultándola, hizo un par de radiografías y la tapó con una manta.
- Creo que le vendrá bien la ropa de Danielle.-Asentí.-Es humana, pero tiene alguna enfermedad que desconozco, el análisis de sangre no ha salido del todo bien. Tiene algunas alteraciones que necesitaría estudiar.
Entonces se movió en la camilla y ambos miramos con atención. Abrió los ojos y tanto Paul como yo nos quedamos completamente embobados. Esos ojos eran los ojos más hermosos que había visto en toda mi existencia.
- Hola, me llamo Paul, ¿puedes hablar?- La chica no se movió pero arqueó una ceja- ¿Me entiendes? ¿Hablas mi idioma?
-Paul, te entiende pero no quiere hablar-Había oído los pensamientos de la chica.
No se cómo has adivinado que se hablar, pero si lees esto, muere, pensó.
- Ya habría muerto si pudiera.-La chica me miró extrañado.
- ¿Cómo me lees la mente?.-Por fin habló y como no, la voz iba a conjunto con toda ella.
- Soy muy listo. ¿Qué te pasó?
- No lo recuerdo.
- ¿Recuerdas tu nombre?
- Melia Gordon. ¿Y tú?-me miraba fijamente.
- Nicholas Jonas, encantado de conocerte.
Se levantó de la cama y se miró al espejo. Estaba seguro de que de poder hacerlo, tanto como yo estaríamos ruborizados. Ella se miraba, como si nunca antes se hubiera visto desnuda, luego vino hacia mí y miró mi pecho que tampoco estaba cubierto. Estaba pensando, intentando recordar algo.
- ¿Sabes que eres?-Ella negó con la cabeza.-¿Sabes quiénes son los humanos?
- No, ¿y tu sabes que son estas cosas?- Se tocó los pechos.
- Será mejor que te explique unas cuantas cosas-Paul le puso la manta por encima y yo fui a por la ropa al cuarto de Danielle.

Capítulo 2. Explicaciones
Mientras iba al cuarto de Danielle, Denise que paró en seco.
- ¿Qué ha pasado Nick?-Su mirada de notaba una preocupación considerable.
- Me he encontrado a una humana en el bosque y la he traído a casa porque tenía el pulso bastante bajo. Paul la ha lavado y se ha despertado.
- Ah, entonces está bien, menos mal. Voy a verla.-Denise entró en la habitación y yo fui a buscar a Danielle.
Cuando llegué a la habitación ella ya tenía la ropa escogida, había seleccionado un vestido normal que seguramente ya no quería, me dio la ropa interior en una bolsa.
- Que pudorosa Danielle.
- No olvides que no somos hermanos de verdad…no me puedo fiar de ti.-Danielle me dio un empujoncito.-Es por ella.
- Ven conmigo, merece la pena mirarla.-Llegamos a la habitación, estaban todos allí, incluida mi hija.-Veo que estás solicitada Melia.-Ella me miró y me sonrió.
- Hola Melia-Danielle se acercó a ella y la abrazó-me llamo Danielle. Encantada de conocerte.
- Igualmente Danielle, eres muy guapa.-Danielle le dedicó una sonrisa cortés y se colocó junto a Kevin.
-¿Estas bien cariño?
- Si, por supuesto, por alguna extraña razón no quiero matarla.-dijo Kevin con una voz que solo nosotros podíamos oír.
- ¿Por qué ibas a querer matarme?-dijo Melia, todos la miramos, asombrados de que lo hubiera oído
- Oye Melia, ¿de dónde eres?-dijo Joe-Yo soy de Tenesse.
- Pues no lo se, no lo recuerdo.-respondió Melia inocente.
- ¿Cómo no lo vas a saber?-dijo Blanda de mala manera, como no, celosa de otra chica. Lo mismo que le pasó…bueno, que le pasaba siempre.
- Blanda no le hables así a Melia.-Denise actuó como madre.-Es mejor que salgáis, voy a ayudar a Melia a vestirse.
- No veo porque no nos podemos quedar-Joe hizo el comentario que le hacía falta a Blada, salió de la habitación corriendo y todos fueron detrás.
- Bueno, toma-dejé la ropa encima de la mesa y salí, Brianne me estaba esperando detrás de la puerta.-¿Qué te pasa?
- ¿Se va a quedar ella aquí mucho tiempo?
- No lo se, depende, Paul tiene que hacerle algunas pruebas, no recuerda nada de su pasado.
- Vale, pero no le voy a dejar nada de ropa.
- Tu tía te está consintiendo mucho ¿no crees?
- No, hace tiempo que no nos vamos de compras, se lo voy a decir.
Y como no, desapareció en un segundo, la puerta se volvió a abrir tras de mí. Denise salió.
- Paul le está explicando lo que somos. Cree que si comienzas a contarle algo a alguien que está aprendiendo todo de nuevo lo ve normal.
- ¿Es una especie de experimento? Quizás funcione. A lo mejor tiene algún tipo de trauma.
- Cierto, espero que no le ocurra nada, parece buena persona.
- ¿Tú crees que es una persona? Parece distinta.
- Puede que no sea una persona Nicholas, pero eso no lo sabemos. Y para saberlo tendríamos que preguntar a los Sforza.
- No estoy dispuesto a ello. Pero es que sus ojos son…tan diferentes.-Denise me sonrió y me acarició la mejilla.
- Ten cuidado Nick, no te quiero ver sufrir otra vez.
- No te preocupes, no puede haber otra que no sea ella.
- Bueno, pase lo que pase, siempre vas a tener mi apoyo.
- Vale, pero no tienes de que preocuparte.-Le dí un beso en la frente y se fue.
- ¿Sabes que es lo que me pasó?-pregunté a Paul mientras él ordenaba y miraba unos cuantos papeles
- No, no se porque sabes hablar pero no sabes cosas obvias.
- Tengo una duda Paul, si os alimentáis de sangre…¿yo soy como vosotros? Bebo sangre.
- No lo se, tendríamos que hacer una prueba, ¿estarías dispuesta a ello?
- Claro, comer es una necesidad básica, lo necesito pero si no se de que es un poco complicado.
- Nos ocuparemos de eso más tarde. Ahora necesito que me cuentes todo lo que recuerdes.
- Bueno-hice memoria-recuerdo despertarme en el bosque por la noche, corrí por el y me puse bajo un árbol, estaba lloviendo y tenía mucho frio. Lo último que recuerdo es cuando Nicholas me cogió en brazos y me trajo hasta aquí. ¿Nicholas también bebe sangre?-asintió.- ¿Y porque no me mató?
- Ya te he dicho que bebemos sangre animal.
- Explícame una cosa. ¿Tu mujer es Denise?-asintió-vale…y todos los demás son tus hijos.
- Algo así, bueno, la más pequeña no, ella es Brianne y es mi nieta, hija de Nicholas.
- ¿Adoptada?-negó-Los vampiros podéis tener hijos.
- No, pero el tuvo una hija con una humana. Es una historia muy larga, deberías de preguntarle a él, no está bien hablar de esas cosas con los demás.
- Entonces Nicholas tiene una mujer, que es humana, como yo.
- No, ella no es humana ya. Nosotros tenemos el poder de convertir a la gente en lo que nosotros somos.
- ¿Y lo haréis conmigo?
- A menos de que sea necesario, lo dudo mucho Melia.
Esa respuesta no me gustó. Me levanté y me miré al espejo. El vestido me gustaba mucho, pero prefería mi cuerpo sin nada, me sentía demasiado envuelta en la ropa. Salí de la habitación y me puse a inspeccionar la casa. Primero entré en un cuarto que pude deducir que era el de Danielle, estaba lleno de ropa por todos lados. Después creí entrar en el cuarto de Blanda y Joe, había unas cuantas pesas en la habitación y muchos cosméticos en un tocador. Me acerqué y cogí un poco de pintalabios y me lo puse, no me quedaba mal. Cogí una pesa, debía de tener 5 kilos más o menos, intenté levantarla.
- Ey, te veo bien-me asusté y se me calló la pesa, era Kevin desde la puerta.-¿Te ayudo?
- No, iba a dejarlas.-No me dejó terminar la frase, cogió la pesa rápidamente y se colocó tras de mi.
- Coloca los dedos alrededor de la pieza de piel negra de manera en que quepa justo entre el pulgar y el índice-el me colocó los dedos de forma correcta.- Parece fácil, pero si no los coges bien te puedes lesionar. Ahora mueve el brazo de arriba abajo-Y el me movió el brazo.-¿Ves? No es tan difícil ¿verdad?
- No, si me enseñas tu es bastante fácil.-Le sonreí, pero al darme la vuelta para mirarle estaba demasiado cerca..-Eres muy guapo.
- ¡¡Joe!!-se nos volvió a caer la pesa.-¿¡Que hace ella aquí!?
- ¡Le estaba enseñando a levantar un poco de peso!
Salí corriendo de la habitación y me choqué contra algo en el pasillo. Caí al suelo.
- Perdona, no te esperaba tan de momento.-Le cogí la mano y al ver su anillo de casado vi que era Nicholas-¿Por qué salías corriendo de allí?
- Joe estaba haciendo pesas conmigo y Blanda se ha puesto a gritar-El se rió y me contagió un poco la risa, se acercó a mí y me miró los labios.
- Espero que no se dé cuenta de que has usado su maquillaje-rápidamente dirigí mi brazo para quitarme eso pero me paró en seco.-No te lo quites, te sienta bien.
- Nicholas, gracias por recogerme en el bosque.
- No hay de que-y no supe de que más hablarle, busqué un tema de conversación pero no lo encontré.
- ¿Te gusta la música?
- Si me enseñas lo que es.-Me guió hasta su habitación, alli cogió algo y lo puso en otro algo.-Nicholas, no es por nada, pero ¿Qué acabas de coger?
- Es un CD, en el están las canciones, que ahora verás lo que son, y esto-tocó el aparato grande-es un reproductor, aquí metes el CD y se oye la música.
- Veamos-cerré los ojos y escuché a mi alrededor, lo que escuchaba me parecía maravilloso.-Es precioso.
- Hay diferentes tipos de música, aquí hay de todo, escoge lo que quieras.
- ¿Qué me aconsejas?
- ¿Te gusta bailar? Vale, no sabes lo que es. Pues, mover el cuerpo al ritmo de lo que oyes. Probemos.-Puso un CD con una música bastante diferente-Ahora muévete y baila
Empecé a moverme de un lado para otro mientras oía la risa de Nicholas, le cogí por sus manos gélidas y le obligué a bailar también. Ambos comenzamos a bailar mientras nos reíamos hasta que caí rendida en el futón que tenía en su cuarto.
- ¿Siempre se baila con esta música? No se puede hacer con otra-Nicholas puso otro CD.
- Esto es un vals, ven, móntate encima de mis pies.
El me colocó las manos de manera correcta y me acercó más a él, acerqué mi oído a su pecho para ver si le latía el corazón o no.
- No vas a escuchar nada Melia, yo no tengo corazón
- Yo creo que si tienes corazón Nicholas, solo que no late porque le falta algo.-de todas formas dejé mi cabeza sobre su pecho.
- Perdón por la interrupción, pero Melia va a volver a probar la comida por primera vez.-salté de los pies de Nicholas y corrí junto a Denise.-¿Nos acompañas Nick?
- No, id vosotras mejor, ya me contará Paul sus progresos.
Nos fuimos de la habitación, Nicholas tenía ahora una cara que no logré comprender, entre tristeza y añoranza, y creía que era por mi culpa.

JOOOOO, hay muchos fantasmas, un solo comentario porfavor :D

Wow me encanto :O muy interesante! Nueva y primer lectora! Y agh odio a las lectoras fantasmas! Pero bueno siguela spero cap!

Pao Jonatica Forever :3 escribió:Wow me encanto :O muy interesante! Nueva y primer lectora! Y agh odio a las lectoras fantasmas! Pero bueno siguela spero cap!

MUCHISIMAS GRACIAS POR PASARTE POR LA NOVELA COMO TE PEDÍ *-* Es que no se, yo opino que si te metes y la lees que más da decir, me gusta, no me gusta...No se, pero bueno, fantasmas raros jajajajaj

- ¿Te lo pasabas bien?-me dijo con una sonrisa completamente perfecta.
- ¿Cuántos años tienes?-después de hacer la pregunta, me arrepentí de ser tan directa.-Perdona, es que pareces muy joven y me daba la curiosidad.
- No te preocupes, tengo 23 años realmente, pero nací en 1640 así que tengo 371. No me mires así, nosotros no envejecemos.
- Vaya, ¿tu crees que yo permaneceré así siempre?
- No lo se Melia, ya lo comprobaremos.-Llegamos a la cocina, donde Denise y Kevin preparaban lo que parecía ser mi comida, Danielle sujetaba un vaso con sangre.-Vamos a ver. Tenemos ensalada, carne y sangre. ¿Se te apetece algo?-negué con la cabeza-Empecemos con la carne.-Denisse me dio un tenedor y un cuchillo y me enseñó como usarlo, me llevé un pedazo a la boca y lo tuve que escupir.-Vale, creo que no te gusta la carne, quizás seas vegetariana y no lo recuerdas.
- El pelo lo tiene color zanahoria.-Esa voz provenía de Brianne, que estaba sentada en el sofá viendo la televisión, ni siquiera me había saludado cuando llegué.
- Brianne, compórtate bien.-Danielle le riñó y Brianne refunfuñó por lo bajo.
- Toma tu ensalada.-Comencé a comerme la ensalada y estuve segura de que esa era la comida que a mi me gustaba.-Pues, creo que no hará falta la sangre, Melia era vegetariana.-Paul se sentó a mi lado.-¿Qué sientes?¿Te vienen recuerdos?
- Pues…-me metí un bocado en la boca y cerré los ojos, solo veía imágenes de bosques-no, solo un bosque, supongo que será este. ¿Quieres?-le ofrecí comida.
- No gracias, ya sabes de lo que me alimento, pero gracias, de verdad.-Cada vez que Paul me sonreía me tranquilizaba
- Me he dado cuenta de una cosa, hay cosas que se y cosa que no se y otras que si.-Eso le dio a Paul que pensar, se levantó y fue a por algo, yo seguí comiendo.
- Oye Melia-Danielle se inclinó sobre la encimera-¿sabes que puedo ver el futuro?
- No, no lo sabía. ¿Cómo puedes hacerlo?
- Mira, piensa en algo que quieras hacer y te digo que es.
- Vale-pensé en levantarme y llevar el plato a la pila.-Ya
- Espera, vuelve a pensar-volví a pensar, Danielle cerró los ojos-¡Paul!¡No la veo!
- ¿Qué?-Paul apareció de momento.-¿No puedes ver el futuro? Como cuando Delta estaba embarazada o está cerca Michael.
- Exacto, quizás por eso no pude dormir, sabía que Nicholas iba a ir al bosque pero no la veía a ella.
- Pues yo puedo controlar sus emociones-dijo Kevin, no le había escuchado hablar hasta ahora.
- Y yo le puedo leer la mente-esa voz era la de Nicholas, había aparecido de momento y estaba apoyado en el marco de la puerta.
- Nicholas, necesito que te la lleves al bosque, dice que es lo único que recuerda. Puede que su estado de shock se originase allí y por eso lo único que recuerda es eso.-Paul estaba ahora un poco nervioso, se lo notaba en sus movimientos.
- ¿Qué ha comido?-nadie habló-¿sabes que especie come esas cosas?-supuse que le había leído la mente a alguien, de todas maneras nadie le volvió a preguntar.-Melia-me volví a girar.-Ven.-Me levanté y le seguí.
Me llevó a una habitación que estaba llena de libros desde el suelo hasta el techo, en mitad de la habitación había un cuadro enorme, allí estaban todos, Paul junto a Denise, Joe y Blanda, Kevin y Danielle, Nicholas, Brianne y… ¿Quién era ella?
- Es Delta, mi esposa.-No quise preguntar más, por si le molestaba el tema.-Mira, siéntate a mi lado. Aún no sabemos si eres humana o algo por el estilo.
- Buena forma de definirme, algo por el estilo.-Me senté a su lado y crucé las piernas en el sofá-¿De que es el libro?
- De mitología. Veamos, ¿te gusta el mar?-negué-No, no sería posible, tendrías aletas…No eres una sirena.
- ¿Qué es una sirena?
- Una mujer con cola de pez, que vive bajo el mar.
- Ah pues, no tengo cola de pez.
- Vale…quizás seas un lobo como Michael.-Nicholas me tocó con sus manos frías.-No, tienes la misma temperatura que una persona normal. ¿Te gusta la guerra?
- ¡No! La odio, la detesto.
- ¿Pero sabes qué es?
- Si claro.
- Extraño…Puede que seas una gracia. Pero eran tres y los nombres no coinciden con el tuyo.-Nicholas se levantó, dejó el libro y se dirigió a una sala contigua, le seguí instintivamente.-¿Se te apetece tocar algún instrumento?-Aquella sala era pequeña, pero estaba repleta de instrumentos musicales de todo tipo.
- Este-cogí un instrumento pequeño.
- Eso era antiguamente una flauta de Pan, tocala.
Nicholas
Melia sopló y no tardó mucho tiempo en ponerse a componer su propia música y a bailar al mismo tiempo que tocaba. No tuve otra opción que contemplarla embobado, ella tenía algo con lo que no podías dejar de mirarla. Y me recordaba mucho a alguien.
- Me gusta mucho este instrumento.-Lo volvió a dejar en su sitio y se puso a ojear los libros, yo hice lo mismo buscando lo que me recordaba hasta que di con el libro adecuado.
- Mira Melia-ojeé el libro del pintor Waterhouse hasta que di con lo que quería.-La Tempestad de Miranda, todas las versiones de Lamia, Lady Clare, Ophelia, las sirenas y hay una con piernas, la Dama sin perdón, My sweet rose, Windflowers, Tristan e Isolda, el Ramo, Psique, el destino, las ninfas, la náyade, todas son como tu.-Ella miró los cuadros y luego me miró a mí.
- Pero no es posible que ese hombre me pintase, ¿o no Nicholas?
- No lo sé Melia, ¿de verdad no recuerdas nada?
Ella rebuscó en su mente hasta el punto de casi caer exhausta, pero no recordaba nada.
- Nicholas…creo que no sirvo para nada.-Su voz se quebró.-Estáis haciendo todo lo posible para ayudarme y yo no hago más que causar molestia
- No Melia.-La envolví con mi brazo y le aparté un mechón pelirrojo de la cara-No eres molestia, de verdad. No lo consideres así y no llores, que cuando sonríes estas preciosa.-Eso último no lo quería decir pero me salió solo. Ella sonrió, recordándome porque lo había dicho. Sus ojos azul claro me envolvieron por un segundo.
- Gracias, si te parezco preciosa cuando sonrío, sonreiré siempre.-Sus mejillas se volvieron de color rojizo.
- Así me gusta-le quité una lágrima que se deslizaba por su rostro.-¿Te apetece dar un paseo por el bosque?
- Si me llevas tu, si.
- Bueno-me levanté del sofá e hice una reverencia-Las damas primero.
No tenía ni idea de que era Melia ni porque salía en todos los cuadros de un pintor de mi época, pero lo que estaba claro era que lo iba a descubrir y que Melia me encantaba por momentos.

Capitulo 4. Sensaciones Incomodas.
Nicholas
Un ruido nos sobresaltó cuando íbamos a salir de casa. Brianne estaba en el porche mirando hacia el bosque, seguramente esperando a Michael. Como no era de extrañar, al poco rato apareció Michael de entre los árboles.
- Buenos días Michael.-Saludé cortés, Brianne se levantó y lo abrazó, aunque mi expresión no había cambiado ver a Mike abrazar a Bri y leerle el pensamiento me revolvía el estómago y me daban ganas de hacer cosas que no quería ni pensar.
- Hola Michael.-saludó Melia con su alegría particular.
Michael se giró y al mirar a Melia sucedió algo inesperado. Mike comenzó a agitarse y convulsionarse y en un momento se convirtió en lobo. El lobo se encaminó hacia Melia, me puse entre ellos por miedo a que Mike la atacase. Intenté leer su pensamiento, pero Michael no pensaba nada.
- Ven lobo-la voz de Melia no sonó como una orden, más bien como una invitación
Se acercó con paso lento y ante los ojos de mi hija y mío se sentó frente a Melia y bajó la cabeza en forma de reverencia. En ese momento pensé que Melia podía ser una de ellos, pero luego recordé que su temperatura era normal e incluso más baja. Ella le acarició la cabeza y le abrazó, Michael comenzó a mover la cola de la felicidad, jadeó y le lamió la cara.
- ¡Mike!-Brianne gritó y tiró de la cola de Mike. El la ignoró.-¡Michael!-Nada, ni se movió.-Michael…has venido para estar conmigo, si vas a estar con esta guarra mejor vete.-entró en casa
- ¡¡Brianne Joanne Jonas, vuelve aquí inmediatamente!!-Entré en la casa y fui tras ella.-¿¡Quién te crees que eres para hablar así!?
- ¡Déjame en paz!-intentó zafarse de mis brazos pero la cogí.
- ¿Por qué has hablado así?-me tranquilicé y hablé más correctamente.-Ella no te ha hecho nada y no entiendo el porqué de tu actitud.
- No la defiendas papá, se nota que quieres que se quede.
- ¿Me puedes explicar porque le tienes envidia?
- ¿Envidia? Dime porque le iba a tener yo envidia a alguien que no sabe ni de donde viene, que no sabe cómo usar un cuchillo y un tenedor, que no sabe lo que es ella misma.
- Bri, no seas así con ella, ya sabes que la hemos acogido porque estaba sola en el bosque, si recibimos alguna noticia de que alguien la busca o alguna desaparición, no te preocupes, se irá de casa.
- Veo como la miras papá, y veo cómo te mira ella, de la misma forma que te miraba mamá.
- Brianne, ella no es ni será lo que fue tu madre. No la quiero.
- Bien, creo que no se lo tendrás que decir a ella, ya se ha enterado-Brianne se fue a la velocidad del rayo y yo me giré y me encontré con Melia.
- No hace falta que me acompañes Nicholas-dijo con una seriedad suprema.
- Melia, eso era lo que ella quería oir, no quería expresarme de esa manera.
- No te preocupes, enserio, me voy yo sola.
No me dejó hablar más, Melia se fue y entró Mike.
- Nicholas, ¿Qué acaba de pasarme?
- No lo se Mike, no lleva ni un día en casa y a revolucionado la casa.
- Es que he sentido la necesidad de acercarme a ella, sin importarme ni siquiera Bri.
- Es mejor que hables con ella, se ha pillado un buen enfado.
Fui corriendo al lugar donde encontré a Melia, no la veía, rastreé su olor y me llevó por un lado completamente distinto, por donde pasaba un rio, allí vi su ropa, la cogí, asustado y miré a mi alrededor.
- ¿Melia?-nada, nadie respondió.-Melia por favor, ¿Dónde estás?-al no escuchar respuesta me asusté de verdad y rastreé el bosque.-¡¡Melia!!-saqué la voz que pude pero nada, ni siquiera el ruido de las hojas.-Melia por favor, dime que no te ha pasado nada.
- Nicholas…-me asusté y me puse en guardia de un salto-soy yo.
- Melia…-me levanté y la abracé-No te vuelvas a ir sola.
- Me gusta que me abraces-ella se pegó más a mi.-Tienes las manos frías.
- Oh perdona.-me retiré-Toma-miré hacia otro lado.
- No quiero ponerme la ropa, me gusta más estar así.
- No puedes ir así, no sé de dónde vienes tú, pero desde donde yo vengo debes ir con ropa.
- Es que no me gusta la sensación de tenerla.
- Es que incomoda a la gente de tu alrededor.
- ¿No te parezco bonita?-su tono de voz sonó triste pero no podía darme la vuelta a mirarla.
- Si, me pareces demasiado bonita, ese es el problema.-Ella cogió la ropa de mis manos.
- Vale, si eso es un problema, me pondré la ropa.
- Gracias-me giré y Melia no estaba.-¿Te importaría no desaparecer?
- ¿Sabes tocar algún instrumento?-miré hacia arriba y la vi tirada en una rama de un árbol que parecía estar hecha para ella
- Si.-Me subí junto a ella.-No se esta mal aquí.
- No, por eso me subo.-se hizo el silencio y ella se giró para mirarme.-¿Quieres que me vaya Nicholas?
- No, lo que dije antes es porque mi hija esta celosa, por cierto, disculpa sus modales, no suele comportarse así, como su madre no está tiene que llamar la atención de alguna manera y…-me tapó la boca con su mano y se acercó más a mí.
- Eres hermoso
- Te puedo asegurar que tu lo eres mucho más.-Ella no paraba de acercarse y algo en mí no me dejaba moverme.
- Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.-la última frase la pronunció tan cerca de mi que noté su aliento por todo mi rostro.
- Me-meli-a – Tartamudeé
- Bécquer es genial ¿no crees?-se tumbó en mi pecho, estaba claro que ella y yo no teníamos los mismos pensamientos.
- ¿Conoces a Bécquer?
- Pues si claro, es uno de mis poetas favoritos.
- Melia, no recuerdas cosas más allá del siglo XIX.
Melia.
No me gustaba el hecho de que solo le interesase a todos los que me rodeaban por que no recordaba nada, pero no podía hacer nada al respecto. No respondí a lo que Nicholas había dicho, me quedé mirando el riachuelo mientras pensaba en porque no podía recordar. Escuchamos un disparo en la lejanía y de momento comenzó a oler a quemado.
- ¿Qué ha pasado?-Me levanté sobresaltada.
- No lo se.-Nicholas miró al frente y su expresión cambio.-Tenemos que irnos, corre.-Nick me montó en su espalda y corrió hacia casa-¡Danielle!
- Nos han descubierto Nicholas, los humanos tenían a uno de los nuestros y ahora vienen a por nosotros, les ha confesado todo. Tenemos que irnos.
- ¿Dónde está Brianne?
- Arriba haciendo la maleta
Todos a mí alrededor desaparecieron, de momento les veía moverse en forma de sombras que corrían de un lado para otro. Me senté en el sofá y esperé a que alguien me hiciera caso. Paul se paró y me habló.
- Nos tenemos que ir a Europa. Los humanos han descubierto que hay criaturas como nosotros y quieren matarnos, tenemos que irnos donde ellos no puedan entrar.
- ¿Y yo podré entrar?
- No lo se-se sacó algo del bolsillo-por eso no podemos arriesgarnos.
- ¿Qué es eso?
- Tu billete hacia nuestro mundo-sentí un dolor en el brazo y enseguida me entró sueño. Cerré los ojos y me dejé llevar.

Capitulo 5. Confesiones
Nicholas
Todo había sucedido demasiado rápido. Ahora estábamos de camino al sitio donde nos guiaba Paul. En mi coche estábamos Brianne,Michael, Denise , Melia y yo. Mike acababa de enterarse que los humanos habían tomado la reserva, estaba cogido de la mano de Bri, y sollozaba un poco mientras miraba por la ventana. Sus sollozos me ponían nervioso, deseé que Kevin estuviera aquí para controlarle los sentimientos. Llegamos después de un tiempo allí donde Paul nos había llevado, era un antiguo aeropuerto abandonado en el que había un avión con el símbolo de la familia. Salí del coche y fui a hablar con Joseph.
- Paul, ¿tan preocupante es la situación?
- Han matado a todos los compañeros de Michael, sus propios amigos de la reserva de echo.
- Pero ellos sabían que eran lobos por sus leyendas. De nosotros no sabían nada.
- El confesor de todo avisó donde nos encontrábamos todos, afortunadamente, no sabía nada del lugar donde nos dirigimos.
- ¿Dónde nos vamos?
- A Liechtenstein uno de los países más pequeños de Europa, allí hay una entrada a nuestro mundo.
- ¿Nuestro mundo? Siempre pensé que nuestro mundo era este.
- No, nuestros antepasados se escaparon de aquel lugar, muchos siguieron esa idea y comenzaron a expandirse por el mundo. Sobre todo en la edad media.
- Eso explica la cantidad de leyendas que hay sobre esa época.
- La mayoría de las grandes civilizaciones provienen de aquel lugar. La actual no, eso explica que no supieran nada de nosotros, hasta ahora claro.
- ¿Tendremos algún problema allí?
- No lo se, hijo, de verdad que no lo sé. Alli hay humanos, pero siempre han vivido alli así que no hay peligro con Melia, si eso es lo que te preocupa
- No, lo que me preocupa es si podré ver a Delta.
- Los Sforza tienen un gran ejército, dudo que tengan que refugiarse allí.-Joseph abrió el maletero del coche y comenzó a sacar las maletas, le ayudamos Kevin, Joe y yo, mientras los demás se metieron en el avión.
Fui al coche y recogí de allí a Melia, no sabía dónde la estaba metiendo, pero el peligro que corría era bastante importante. La senté a mi lado en el avión. Cuando todo estaba listo Paul se puso al mando del avión, despegamos rumbo a nuestro nuevo destino, Liechtenstein. A mitad del viaje, Melia se revolvió en su asiento y se despertó.
- ¿Dónde estamos?-su voz aún sonaba adormecida.
- En un avión, estamos volando.
- ¿Qué dices?-se levantó y se sentó encima de mi para mirar por la ventana-Madre mia…¿Cómo estamos por encima de las nubes?
- Bueno, es algo muy largo de explicar, Melia. ¿Te encuentras bien?-ella asintió sin dejar de mirar por la ventana.-Tengo que hablar contigo.
- Dime-se acomodó en mis piernas y continuó mirando por la ventana fascinada.
- Ahora mismo estamos yendo hacia un lugar muy lejos de dónde venimos, allí vamos a estar con mucha clase de…-pensé la palabra adecuada, pero puesto que yo no había estado alli, no tenía ni idea de donde íbamos y de que nos encontraríamos alli.-cosas, algunas se pareceran a nosotros y otras no.
- No hay problema. ¿Y porque nos vamos?
- Los humanos se han vuelto locos-comencé a juguetear con su pelo largo.-y nos quieren matar.
- Pues tu te enamoraste de una.-Sabía que ese comentario no habia ido a maldad, pero me molestó bastante, la levanté y la dejé en su asiento. Me levanté y fui a hablar con Michael.
- Bri, déjame hablar con Mike.-Mi hija se levantó y se fue a hablar con Blanda.-Michael, lo siento mucho-puse una mano en su hombro.
- ¿Cómo te sentiste cuando perdiste a tu madre?
- Eso fue hace mucho tiempo, y yo estaba enfermo, pero sí, me dolió mucho.
- Pues imagínate sufrir ese dolor por partida doble.-sollozó y miró hacia otro lado.
- Lo siento mucho, pero ahora no puedes hacer nada Michael, ahora nosotros somos tu familia.
- No sé cómo tomarme eso Nicholas.
- Bueno, desde que nació mi hija somos familia, ahora incluso más.
- No se si sabes que no estoy con tu hija. Aún no eres mi suegro.
- Lo se como tu sabes que pronto sucederá.
- Ella no hace otra cosa que alargar más el momento y eso tambien me hace sufrir.
- Tiempo al tiempo-Michael había dejado de pensar un poco en el tema cuando volvió a las andadas.
- Me vengaré mataré a todo hombre o mujer uqe se acerque a nosotros.
- Esa no es la solución
- Claro, tu cuando veas a los Sforza te vas a estar quieto, seguro.
- No es la misma situación, no has perdido al amor de tu vida.
- Es cierto, yo he perdido a los que me dieron la vida y a los que seguro que la darían por mi.
Con esa frase Mike había puesto punto y final a nuestra conversación. Volví a mi sitio donde vi que mi compañera seguía mirando por la ventana, me senté en el asinto contiguo y me puse mi querido Ipod, como no, Clair de Lune, nuestra canción, y dejé que el tiempo pasara.
Melia.
Estaba completamente absorta mirando atraves de la ventana, no entendía como podiamos estar volando, veía el suelo, veía el mar, veía el sol, lo veía todo. Cuando anocheció la luz de aquella luna preciosa no me dejó ver más allá de ella. Miré a mi lado y vi a Nicholas con los ojos cerrados escuchando música. No quería molestarle, apoyé mi cabeza en sus piernas y cerré los ojos yo también. Me puse a pensar el porqué de todo esto. Porque me había tenido que encontrar el, porque su familia me había acogido, porque había pasado eso con los humanos de momento, porque había un lugar especial para todas las criaturas del mundo, porque los Jonas eran tan buenos, porque nos acompañaba un hombre lobo, porque eso hombre lobo estaba enamorado de una chica medio humana medio vampira, porque parecía que esa chica me odiaba, porque a Nicholas le molestaba mi cercanía tantas veces, porque el se cree que yo no me doy cuenta de lo que pasa, porque cree que lo que el diga no me importa. Nos sabía la respuesta a ninguna de aquellas preguntas, pero había una que me rondaba la cabeza todo el tiempo, porque yo no podía recordar nada.
- Melia, creo que te debo una disculpa-era la voz de Nick, no respondí para que se creyera que estaba dormida. Comenzó a acariciarme el pelo con sus malos gélidas, me estremecí ante el contacto, pero me gustaba mucho aquella sensación- Aprovecharé que estas dormida-tomó una bocanada de aire y comenzó-creo que te debo una disculpa, has vivido muchas emociones durante el día de hoy y yo no me he portado como el mejor, no sabes nada de mí y no sabes lo que me molesta, te he tratado un poco mal. Creo que debería contarte un poco mi historia. Sé que te interesa en especial la parte de ella, la madre de Brianne, mi primer amor.
Comenzó la historia y yo escuché con atención. Aquella historia era perfecta, preciosa y especial, pero como todas las historias de amor, acababa mal. Comprendí entonces el dolor que sufría Nicholas, por qué fijarse en otra mujer le causaba tanto dolor, porque no quería recordarlo y porque estaba tan perdidamente enamorado de ella.
- Pero creo que ya va siendo hora de pasar página, no la voy a volver a ver y no puedo vivir de un recuerdo ya pasado. Sigo debiéndome completamente a mi familia y no se merece como me estoy portando con ellos. Perdóname tu también.
- Estas perdonado Nicholas-Me levanté, me enjuagué las lágrimas y le besé en la mejilla.-Gracias por confiar en mí y contarme tu historia.
- ¿Por qué lloras?-me miraba estudiándome.
- Porque has sufrido mucho y eres muy fuerte, yo no sé si podría soportar todo aquello que te ha ocurrido.
- Pero no tienes por qué llorar, alégrate de que siga aquí y te haya encontrado.-Pasó un brazo por encima de mis hombros y me apegó contra el.-Ahora eres como mi segunda hija, tengo que cuidarte y protegerte.
- Delta fue muy afortunada Nicholas. Si hubiera sido yo, jamás te habría dejado ir. Ojalá yo encuentre a alguien como tu.
- Los hay mejores, y uno de ellos será para ti, te lo aseguro.
Ambos cerramos los ojos otra vez, y me dormí oliendo su gratificante aroma.

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