Cuando se oculta el sol {Harry Styles}

No se cuanto voy caminado y tampoco me importa, solo me dejo guiar por mi intuición, espero tener la suerte de encontrarla y no perderla. Mis pasos cada vez pierden seguridad, como si ya no supieran a donde ir. Sin darme cuenta he llegado al árbol, no al que me solía reunir con Leia si no el que me enseño Lucy, ella esta sentada debajo de el protegiéndose en su sombra. Me acercó a ella dando pasos calmados para que ella no se de cuenta hasta que este lo suficientemente cerca para que pueda huir, pero lamentablemente a pesar de mis intentos no lo logró y ella me oye, en el momento en que sus ojos se encuentran con los míos me doy cuenta que ya sabe, sabe que yo se que ella se hizo pasar por Leia un par de veces pero lo que no sabe es que no me importa, intentó acercarme para decirle pero ella se aleja y camina lo mas rápido que puede subiendo por la colina, la sigo.
Luego de unos minutos de persecución no logro alcanzarla, ella no deja de huir. Poco a poco su rumbo va cambiando y se dirige a su casa, aceleró mi paso estoy muy consiente que cuando ella cruce esas puertas la abre perdido -solo por hoy- pero aun así la idea de perderla me aterra. Mis pasos cada vez toman mas velocidad y los de ella también aunque me siento mas cerca, cierro los ojos en un intentó por reunir mas fuerzas y poder alcanzarla pero cuando creo que las he reunido me estrello con la triste realidad. Ella esta abrazando a un chico, lo reconozco es el chico del árbol, es su novio.
Se dan la vuelta sin ni siquiera mirarme y entran a su casa. Esta vez no es igual a las demás hay algo que a cambiado.
Tomo mi teléfono y sin pensarlo mucho escribo algo «A ti no te perderé» se lo envío y guardo mi teléfono, me quedo mirando la casa la ver si hay alguna señal de que lo haya leído y cuando estoy por darme por vencido miró una cabeza metiéndose entre las cortinas.
Una sonrisa.
Una sonrisa y es todo lo que necesitó para poder -esta noche- dormir en paz, su cabeza se oculta dejándome una sonrisa en el rostro.

14 días.
No he visto a Lucy desde entonces, 14 días han pasado y no se nada de ella, fue como si la tierra se la hubiera tragado, por mas que la busqué no la encuentro y si que la he buscado. Me he sentido como un acosador el día que se me ocurrió estacionar cerca a su casa a ver si salía pero no fue así, al único que he visto salir es a su padre y no me atrevo a hablar con el, temo a su respuesta, temo que se haya ido, temo a que nunca vuelva.
– ¿Donde estas?– Miro al cielo esperando a que el me de respuestas pero no lo hace.– Vamos háganla aparecer.– Le pido con ningún sentido de cordura en mí.
Por mas que deseo que aparezca no lo hace.
Los días pasan, las semanas pasan. Ya hace unas dos semanas y me día se fue, no es que haya estado contando es algo que simplemente no puedo olvidar. Trató de pensar en donde podría estar pero cada vez que pienso en ello otra pregunta se formula en mi mente ¿Regresará?
Veo a su padre, este se acerca a la banca en la que estoy con una sonrisa.
– Buenos días muchacho.– Se sienta a lado mio.
– Buenos días.– Un temor grande crece en mi, así comenzó la otra vez, las mismas palabras, el mismo lugar. ¿Que noticia me tiene ahora?– Me pregunté
– Mi hija te estuvo buscando.– Giró repentinamente, no fue igual a la vez anterior por que esta vez... esta vez era bueno ¿No?
– No me ha llamado.– En ese instante me doy cuenta que las palabras dichas hace unos instantes eran falsas, eran falsas por que me podría haber llamado, si de verdad me hubiera querido ver, lo hubiera hecho pero lamentablemente no fue así.
– Acaba de llegar de un viaje, no dudes que lo hará.

Lo hizo antes de lo pensado a los minutos de haber acabado la conversación con su padre, un mensaje me llegó al teléfono, un mensaje suyo, un mensaje que me hizo sonreír sin haberlo abierto.
«Podemos vernos esta tarde en el árbol, mi árbol»
Al leer el mensaje por un lado me puse feliz pero por el otro no. Al leer «mi árbol» es donde entendí el motivó de no contarme, de no decirme que por tres días ella fue Leia.

El momento llegó y yo ya estaba sentado a la sombra del árbol, ella llegó, su rostro estaba inexpresivo.
– Hola.– Saludo sin alguna muestra de felicidad.
– Hola.– Respondí y antes que ella quiera decir algo me adelante.– ¿Por que te fuiste?
– Necesitaba pensar.– Nada. Aún sin sonrisa.
– ¿En qué?
– Te acuerdas de mí novio.– Su rostro por primera vez en la noche se giro hacia mi.
Como olvidarlo.– Si
– El... el me pidió algo.
Un sistema de alerta se encendió en mi.– ¿Qué?
– Que yo... quería que nosotros...
– ¿Ustedes? –Los nervios me carcomían por dentro.
– Quería comprometerse conmigo.
– ¿Casarse?– Pregunté decepcionado.
– No, somos muy jóvenes para eso es quería que nos comprometiéramos y viviéramos juntos pero en otra ciudad.– Cada palabra dolía más, no quería, no quiero que se aleje de mí.
– ¿Que le dijiste?