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"Más Profundo" (Joe&Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 11
Ahora…
—¿Dónde estuviste?
Joseph salió de las sombras entre la sala y la cocina. Todavía vestía solamente bóxers, y su pelo estaba desordenado y de punta. Su aparición repentina y el volumen de su voz tan sobresaltada provocaron que ______ dejara caer una de las bolsas. Esperando que no fuera la que contenía los huevos, se inclinó para recuperarla antes de responder.
—Te dije que iba a por algunos comestibles y a comprar alguna ropa para ti. Están en esa bolsa sobre la mesa.
—Has estado fuera durante horas.
Joseph no parecía apaciguado. ______ levantó la vista. Su boca se inclinaba hacia abajo por los extremos. Echo un vistazo al reloj. Tenía razón.
—Lo siento. Me encontré con Kevin Denver en el pueblo y nos paramos a hablar.
Joseph hizo una mueca de desprecio.
—¿Kevin Denver, ese gamberro?
—¡No es un gamberro!
______ sacó de la bolsa la leche, huevos, pan, mantequilla de cacahuete y lechuga.
—¡Tu ni siquiera lo conoces!
Joseph se encaramó encima de la encimera, con las piernas colgando, y agarró su muñeca mientras está se inclinaba más allá de él, para guardar algunas cajas de té.
—Solías trabajar con él. Sé quién era.
—Sí, bueno, tú no sabes quién es él. —______ dijo mientras su mirada apuntaba a la mano sobre ella—. Y no es un gamberro.
Joseph no la dejó irse. Tiró de ella entre sus piernas abiertas y las usó para sujetarla fuerte contra la encimera.
—Muy bien. No es un gamberro. Aun así, has estado fuera mucho tiempo. Te extrañaba.
Puso la mano de ella en su espalda y agarró sus hombros. La besó, aunque tuvo que contorsionarse un poco para hacerlo. ______ abrió su boca ante su insistencia, haciendo desaparecer su enojo a favor de la excitación.
—Sabes bien —Joseph murmuró contra su boca.
—¡Uf! Estoy segura de que tengo aliento a café.
Sujetó con el puño la parte posterior de su cuello y puso su cara cerca de la suya, olfateó tan perceptiblemente que ella se río tontamente y trató de apartarse.
—Todo en ti huele bien —dijo Joseph—. Sabe bien. Se siente bien.
Las manos de él se movieron por su cuerpo mientras se besaban. ______ puso sus palmas sobre sus muslos, las puntas de los dedos justo debajo del dobladillo de sus bóxers. Los pelos ásperos de sus piernas la hicieron cosquillas en sus dedos. Acarició con el pulgar sobre su piel y fue recompensada con el cosquilleo de la piel de gallina.
Joseph tomó una de sus manos y la puso en su ingle.
—¿Ves lo que me haces?
Él acarició con su mano arriba y abajo a lo largo de su miembro, que asomaba por delante de sus bóxers. La boca de él reclamó la de ella, la lengua sondeó y acarició al mismo tiempo que sus manos unidas. Los dedos sobre la base de su cráneo se intensificaron, apretando suavemente, y ______ gimió con la presión.
—Dime que te hago lo mismo a ti —Joseph exigió, ahora con su boca cerca de su oreja.
—Lo haces.
—Dime que te hago mojarte.
—Lo haces, Joseph. Sabes que lo haces.
______ cerró sus ojos cuando la mano de él agarró la suya, arriba y abajo, arriba y abajo a lo largo de su erección.
—Lo hiciste siempre.
—¿Siempre?
Parecía divertido. Su lengua sacudió el lóbulo de su oreja, siguiendo a continuación con sus dientes, y ella tembló.
—¿Te gusta la manera en que te toco?
—Sí.
Abrió sus ojos y le empujó lo suficiente para poder mirarle a la cara.
—Me gusta la manera en que me tocas.
—¿Quieres que yo te toque ahora?
—Sí.
Se esfumaron los pensamientos de asegurarse de que el helado fuera al congelador o de colocar las bolsas de la compra de la tienda de comestibles para utilizarlas en otro momento. Nada más importaba entonces que la manera en que los ojos oscuros de Joseph sostenían los suyos y el sentimiento de su pene en su palma. ______ tembló otra vez, experimentando su propia piel de gallina.
Las manos de Joseph estaban calientes, y más calor irradió de su pecho desnudo cuando inclinó su cabeza para besarlo justo encima de su pezón izquierdo. ______ insistió en el beso allí, dejando una mancha pálida de lápiz labial. Lamió su pezón, sonriendo cuando él gimió mientras lo apretaba, mientras lo chupaba suavemente.
El puño en la parte posterior de su cabeza se movió hasta arrastrar el pelo de su agarre. Los dedos de Joseph tiraron a través de la longitud, enredándose y tirando, pero ______ no hizo ninguna mueca de dolor. Lo acarició mientras lamía y besaba su piel. El asa del cajón en frente de ella se clavó justo encima de su hueso púbico. Ante eso tampoco hizo una mueca.
—Adoro tu pelo.
Joseph envolvió su puño en él, inclinó hacia atrás su cabeza. Demasiado fuerte, demasiado rudo, pero no importaba. La brusquedad del ademán dejó a ______ jadeando. La empujó fuera de la encimera mientras se dejaba caer él mismo al suelo, que vibró cuando aterrizó. Ya la estaba besando al tiempo que lo hacía. La dio la vuelta, paso a paso, sin soltar su boca. Cuando su trasero golpeó con el borde de la mesa de la cocina, ______ gritó. La tabla crujió en el azulejo. Apoyó sus brazos, curvando sus dedos alrededor del borde.
La mano de Joseph se zambulló bajo su larga falda de algodón de gitana. Su pulgar enganchó sus bragas y tiró de ellas hacia abajo. La tela se enganchó en sus muslos, pero deslizó su palma contra ella de todos modos. Sus dedos resbalaron por sus rizos y encontraron la esperada humedad. Llevó los dedos hacia arriba y centró uno en su clítoris, luego presionó. ______ tembló. No podía abrir sus piernas lo suficientemente, limitada por el elástico alrededor de sus muslos. Su falda acolchaba su trasero, pero el borde de la mesa todavía se clavaba en su carne.
La lengua de Joseph se movió sobre sus labios antes de besarla duro de nuevo. Sus dedos se cerraron contra la base de su cuello mientras la otra mano se movía entre sus piernas. La sujetó de ese modo, en dos lugares, y aunque ella podía haberlo empujado, no lo hizo.
—Siento tu corazón latir aquí.
Joseph sacudió su dedo contra su clítoris. Empujo su barbilla hacia arriba para poder cerrar su boca sobre su garganta.
—Y aquí.
______ tomó una profunda inspiración. Las telarañas entrelazaban las esquinas del techo y se mezclaban con la brisa del ventilador. Esa misma brisa le dio al calor de la lengua de Joseph toda su fuerza. Puso una mano sobre su hombro, apretando mientras él mordía y chupaba su cuello. Sus caderas se movieron contra su mano. Él se apartó para mirar su cara.
—¿Te gusta eso?
No estaba sonriendo. La boca se frunció con concentración.
______ saltó con el repentino estruendo del trueno, pero Joseph no se inmutó. Sus ojos estaban más oscuros de lo habitual. De la misma manera que una tormenta.
—Sí —susurró con sus labios resecos. Lamió su boca y la mirada fija de él se aferró al golpe de su lengua antes de capturar sus ojos otra vez—. Me gusta.
—¿Pensaste en mí mientras estabas fuera?
No supo si se refería a esta noche o ha hacía más tiempo, cuando se había marchado, pero las respuestas para ambos eran las mismas.
—Sí, Joseph.
Sus dedos disminuyeron la velocidad sobre su clítoris. Vacilando. Había aprendido su cuerpo en los pasados dos días mejor que nunca lo había hecho. Paró hasta que los músculos de ella se pusieron tensos, y luego empezó otra vez.
—¿Pensaste en mí tocándote?
—Sí.
—¿Follándote?
—¡Dios! Sí.
______ gimió cuando la mano entre sus piernas la hizo imposible imaginar pensar en alguna otra cosa.
—¿Probándote?
Subió su mano y pasó su lengua a lo largo de las puntas de sus dedos. Ella se estremeció, incapaz de responder. Joseph sonrío, sus ojos estaban tan oscuros como la tormenta exterior. El trueno estuvo en auge otra vez. Él volvió a poner su mano entre sus piernas. Sus dedos se resbalaron más rápido, cubiertos con su saliva y con su propia humedad. ______ agarró la tabla y los hombros de él tan fuerte que se le acalambraron los dedos.
—Quiero mirar tu cara cuando llegues —dijo Joseph—. Quiero ver cómo me miras.
Ella no podría mirar a ningún otro lugar.
La mano de Joseph se movió un poco más rápido. ______ se puso tensa. El relámpago iluminó la ventana y el trueno siguió a continuación. La primera salpicadura de la lluvia golpeó el cristal como el sonido de canicas haciendo ruido en un bote.
Sus músculos internos se agitaron. Sus pies patinaron sobre las baldosas. El elástico de sus bragas, estiradas al límite, crujió protestando, pero ______ no podía preocuparse por destruirlas. El mundo se había convertido en la mano de Joseph entre sus piernas.
Nadó en el interior del placer mientras éste crecía y finalmente rebosaba. Sus párpados lucharon por quedarse abiertos y mordió su labio inferior lo suficientemente fuerte para escocer, solamente para abrir bien su boca en un grito entrecortado al segundo siguiente, cuando el toque de Joseph la envió sobre el borde.
El trueno ahogó su grito estrangulado. Todo lo que ella pudo ver fue su cara, serio, hasta que sonrío y ahuyentó la oscuridad de su mirada. ______ puso la mano que había estado agarrando la mesa sobre la suya que todavía la mantenía, con su cuerpo palpitando más rápido que el latido de su corazón. Aflojó el agarre sobre su hombro, también, y sintió las muescas que sus uñas habían hecho en su piel.
El teléfono sonó. Ambos se sobresaltaron y miraron hacia el sonido, que era de algún modo más invasivo que el trueno desvaneciéndose. Ninguno se movió. El teléfono sonó otra vez, y otra vez. ______ quiso dirigirse hacia él, pero sus piernas habían permanecido tan rígidas que no pudo al principio enderezarlas. En el momento que llegó al teléfono, el viejo teléfono con cable que había sido parte de la casa desde siempre, estaba segura, que la persona al otro lado de la línea habría colgado.
No hubo tanta suerte.
Su falda cayó hasta sus tobillos pero sus bragas todavía estaban arrebujadas alrededor de sus muslos cuando agarró el receptor.
—¿Hola?
Detrás de ella, Joseph sopló una respiración larga y lenta. No lo miró, pero acunó el teléfono entre su oreja y su hombro mientras se agachaba para subir sus bragas.
—¿______? —sonó como si hubiera esperado a otra persona.
—Andy.
El arrastre de una silla detrás de ella la distrajo, pero ______ mantuvo sus ojos sobre el refrigerador y los menús que estaban colgados allí con imanes con forma de balancín.
—¿Qué pasa?
—Es sobre los chicos.
______ sofocó un quejido. Cuando había hablado con Andy por teléfono, de ese verano de hace mucho tiempo, había estirado el cordón todo lo que pudo para hablarle con alguna apariencia de privacidad. Estuvo tentada de hacer ahora eso, también, pero no lo hizo.
—¿Qué pasa con ellos?
—Van a tener que ir contigo antes.
—Pero… ¡Pensaba que ibas a llevarlos al Gran Cañón!
Las palabras se le escaparon pareciendo más caprichosas de lo que había pretendido, y ______ se maldijo a si misma por dar cualquier razón a Andy para usar su tono condescendiente favorito con ella. Lo cual hizo, por supuesto.
—______, vamos. Sabes que tendrán mejor tiempo en la playa.
—Ese no es el tema, Andy.
Andy dio un hondo y sufrido suspiro.
—¿Cuál es el tema?
______ clavó sus uñas en su palma y contó hasta cinco mentalmente antes de responder.
—Los niños van a terminar el año escolar contigo y luego los llevarás dos semanas a ese viaje para hacer rafting. Luego vendrán aquí, conmigo, después del Cuatro de Julio. Eso es lo que hablamos, Andy.
—Sí, bien, sobre eso…
______ esperó mientras la cólera hervía subiendo hasta arriba de su garganta como bilis. Peor que la bilis. Peor que el ácido.
—Estaba pensando que podían salir antes. Saltarse ese par de días. Solo tendrían la mitad de los días en todo caso.
—¡No absolutamente! —______ se forzó a abrir sus dedos—. ¿De quién fue la idea? ¿De ellos o tuya?
Su silencio le dijo que no era de ninguno, y su estómago se revolvió con el enfado.
—¡No importa! No. Los niños terminarán la escuela ahí. Connor tiene su ceremonia de entrega de diplomas, Andy. No le vas a impedir eso, ¿o sí? ¿Puede ser su última oportunidad de ver a sus amigos?
Andy suspiro.
—Bien. Pero el viaje tendrá que ser pospuesto. Me han ofrecido la oportunidad de ir a una
conferencia en Palm Springs y, realmente, tengo que ir.
—¿Necesitas hacerlo? ¿O quieres hacerlo?
—______, se justa. ¿Qué es lo que te molesta de todos modos? Pensaba que adorarías tener a los chicos antes.
______ echó un vistazo a Joseph, que la miró sin expresión.
—Están esperando con ansia ese viaje, Andy. No puedes decepcionarlos así.
—Ya hablé con Connor sobre eso. Él está bien. Dice que quiere llegar allí y empezar a ganar un poco de dinero.
—¿Y Robbie?
Robbie era el más susceptible de sus hijos, el que luchaba por conseguir la aprobación de su padre más valientemente y con menos éxito.
—Estará conforme con eso también.
Por supuesto, Andy no había hablado a Robbie sobre cancelar el viaje. Y sería cancelado. ______ conocía a su marido demasiado bien para suponer nada distinto. Puso el teléfono contra su frente por un momento mientras trataba de mantenerse fresca.
—Obviamente ya has tomado tu decisión —dijo después de un momento—. Muy bien. Los niños vendrán aquí después de la fiesta de ceremonia de entrega de diplomas de Connor en lugar de a finales de junio. Tienes razón. Adoraré tenerlos.
—Bien. Te dejaré hablar a Robbie.
Antes de que ______ pudiera protestar escuchó a Andy gritar el nombre de Robbie. Un minuto después de eso, su hijo dijo.
—¿Mami?
—Hey, cariño.
—¿Qué pasa? —parecía preocupado.
Le sonó a eso demasiado, y el corazón de ______ dolió al tener que decepcionarlo otra vez.
—Cariño, papá me acaba de decir que tiene que ir a una conferencia en Palm Springs. Así que tú y Connor vendrán conmigo justo después de que termine la escuela.
Silencio. Robbie respiró en el teléfono. ______ tapó su frente con el teléfono otra vez, luchando contra el espesor de la emoción en su garganta.
—Lo siento, cariño. Estoy segura de que papá no cancelaría el viaje si esta conferencia no fuera importante.
—Estoy seguro que él no cancelaría nuestro viaje si ella no fuera al otro —la voz de Robbie sonó ácida. Que su hijo supiera sobre ella era peor que ______ descubriéndose a sí misma. Sus dedos se agarrotaron en su palma otra vez, encontrando los surcos que habían dejado sus uñas todavía ahí.
—Robbie…
—¡No te preocupes, mamá! —su voz tembló un poquito, pero consiguió mantenerla—. Está bien. Yo y Connor estaremos allí después de la escuela. Perfecto. Muy bien. Guay.
______ forzó su voz a parecer vivaz.
—Hey. ¿Recuerdas lo que dije sobre el lugar en que solía trabajar? ¿Sugarland? Bien, conozco al propietario y dijo que se alegraría de darles trabajos a ti y a Connor este verano. Así que, ¿qué te parece?
Robbie hizo un esfuerzo por parecer contento, que no la engañó.
—Eso estará bien. Conn estaba preocupado por encontrar algo si no llegábamos allí ahora mismo este verano. Yo, también. Ya lo sabes, para la universidad y esas cosas.
—No te preocupes por la universidad, Robbie. Connor, tampoco. ¿De acuerdo?
______ echó un vistazo a Joseph otra vez, pero él había dejado la mesa con la silla de vuelta a su sitio. Su estómago cayó, pero al siguiente segundo lo escuchó moverse por la sala. Así que no se había ido totalmente.
—Perdón. ¿Cariño? —Robbie había dicho algo mientras estaba distraída.
—¡No te preocupes!
—No, Robbie. Dime. Hay justo una tormenta aquí y no te escuché.
—Dije, ¿no puedo ir antes? Como quiere Papá. ¿No puedo faltar los últimos días de la escuela?
—No, Robbie. No puedes.
______ echó un vistazo a la sala y vio la sombra de Joseph extenderse largamente.
—Tienes que terminar.
Otro golpe largo de silencio se movió a través de la línea telefónica, hasta que Robbie suspiró fuerte.
—Está bien.
—Te extraño —dijo ______—. Tanto a ti como a Connor.
—¿Y a papá? —Robbie preguntó sagazmente—. ¿Lo extrañas?
—Los extraño a ti y a Connor —______ repitió y cuando Robbie colgó se preguntó quién le había enseñado a ser tan cruel. Si lo había aprendido de Andy…o de ella.
Joseph salió de las sombras entre la sala y la cocina. Todavía vestía solamente bóxers, y su pelo estaba desordenado y de punta. Su aparición repentina y el volumen de su voz tan sobresaltada provocaron que ______ dejara caer una de las bolsas. Esperando que no fuera la que contenía los huevos, se inclinó para recuperarla antes de responder.
—Te dije que iba a por algunos comestibles y a comprar alguna ropa para ti. Están en esa bolsa sobre la mesa.
—Has estado fuera durante horas.
Joseph no parecía apaciguado. ______ levantó la vista. Su boca se inclinaba hacia abajo por los extremos. Echo un vistazo al reloj. Tenía razón.
—Lo siento. Me encontré con Kevin Denver en el pueblo y nos paramos a hablar.
Joseph hizo una mueca de desprecio.
—¿Kevin Denver, ese gamberro?
—¡No es un gamberro!
______ sacó de la bolsa la leche, huevos, pan, mantequilla de cacahuete y lechuga.
—¡Tu ni siquiera lo conoces!
Joseph se encaramó encima de la encimera, con las piernas colgando, y agarró su muñeca mientras está se inclinaba más allá de él, para guardar algunas cajas de té.
—Solías trabajar con él. Sé quién era.
—Sí, bueno, tú no sabes quién es él. —______ dijo mientras su mirada apuntaba a la mano sobre ella—. Y no es un gamberro.
Joseph no la dejó irse. Tiró de ella entre sus piernas abiertas y las usó para sujetarla fuerte contra la encimera.
—Muy bien. No es un gamberro. Aun así, has estado fuera mucho tiempo. Te extrañaba.
Puso la mano de ella en su espalda y agarró sus hombros. La besó, aunque tuvo que contorsionarse un poco para hacerlo. ______ abrió su boca ante su insistencia, haciendo desaparecer su enojo a favor de la excitación.
—Sabes bien —Joseph murmuró contra su boca.
—¡Uf! Estoy segura de que tengo aliento a café.
Sujetó con el puño la parte posterior de su cuello y puso su cara cerca de la suya, olfateó tan perceptiblemente que ella se río tontamente y trató de apartarse.
—Todo en ti huele bien —dijo Joseph—. Sabe bien. Se siente bien.
Las manos de él se movieron por su cuerpo mientras se besaban. ______ puso sus palmas sobre sus muslos, las puntas de los dedos justo debajo del dobladillo de sus bóxers. Los pelos ásperos de sus piernas la hicieron cosquillas en sus dedos. Acarició con el pulgar sobre su piel y fue recompensada con el cosquilleo de la piel de gallina.
Joseph tomó una de sus manos y la puso en su ingle.
—¿Ves lo que me haces?
Él acarició con su mano arriba y abajo a lo largo de su miembro, que asomaba por delante de sus bóxers. La boca de él reclamó la de ella, la lengua sondeó y acarició al mismo tiempo que sus manos unidas. Los dedos sobre la base de su cráneo se intensificaron, apretando suavemente, y ______ gimió con la presión.
—Dime que te hago lo mismo a ti —Joseph exigió, ahora con su boca cerca de su oreja.
—Lo haces.
—Dime que te hago mojarte.
—Lo haces, Joseph. Sabes que lo haces.
______ cerró sus ojos cuando la mano de él agarró la suya, arriba y abajo, arriba y abajo a lo largo de su erección.
—Lo hiciste siempre.
—¿Siempre?
Parecía divertido. Su lengua sacudió el lóbulo de su oreja, siguiendo a continuación con sus dientes, y ella tembló.
—¿Te gusta la manera en que te toco?
—Sí.
Abrió sus ojos y le empujó lo suficiente para poder mirarle a la cara.
—Me gusta la manera en que me tocas.
—¿Quieres que yo te toque ahora?
—Sí.
Se esfumaron los pensamientos de asegurarse de que el helado fuera al congelador o de colocar las bolsas de la compra de la tienda de comestibles para utilizarlas en otro momento. Nada más importaba entonces que la manera en que los ojos oscuros de Joseph sostenían los suyos y el sentimiento de su pene en su palma. ______ tembló otra vez, experimentando su propia piel de gallina.
Las manos de Joseph estaban calientes, y más calor irradió de su pecho desnudo cuando inclinó su cabeza para besarlo justo encima de su pezón izquierdo. ______ insistió en el beso allí, dejando una mancha pálida de lápiz labial. Lamió su pezón, sonriendo cuando él gimió mientras lo apretaba, mientras lo chupaba suavemente.
El puño en la parte posterior de su cabeza se movió hasta arrastrar el pelo de su agarre. Los dedos de Joseph tiraron a través de la longitud, enredándose y tirando, pero ______ no hizo ninguna mueca de dolor. Lo acarició mientras lamía y besaba su piel. El asa del cajón en frente de ella se clavó justo encima de su hueso púbico. Ante eso tampoco hizo una mueca.
—Adoro tu pelo.
Joseph envolvió su puño en él, inclinó hacia atrás su cabeza. Demasiado fuerte, demasiado rudo, pero no importaba. La brusquedad del ademán dejó a ______ jadeando. La empujó fuera de la encimera mientras se dejaba caer él mismo al suelo, que vibró cuando aterrizó. Ya la estaba besando al tiempo que lo hacía. La dio la vuelta, paso a paso, sin soltar su boca. Cuando su trasero golpeó con el borde de la mesa de la cocina, ______ gritó. La tabla crujió en el azulejo. Apoyó sus brazos, curvando sus dedos alrededor del borde.
La mano de Joseph se zambulló bajo su larga falda de algodón de gitana. Su pulgar enganchó sus bragas y tiró de ellas hacia abajo. La tela se enganchó en sus muslos, pero deslizó su palma contra ella de todos modos. Sus dedos resbalaron por sus rizos y encontraron la esperada humedad. Llevó los dedos hacia arriba y centró uno en su clítoris, luego presionó. ______ tembló. No podía abrir sus piernas lo suficientemente, limitada por el elástico alrededor de sus muslos. Su falda acolchaba su trasero, pero el borde de la mesa todavía se clavaba en su carne.
La lengua de Joseph se movió sobre sus labios antes de besarla duro de nuevo. Sus dedos se cerraron contra la base de su cuello mientras la otra mano se movía entre sus piernas. La sujetó de ese modo, en dos lugares, y aunque ella podía haberlo empujado, no lo hizo.
—Siento tu corazón latir aquí.
Joseph sacudió su dedo contra su clítoris. Empujo su barbilla hacia arriba para poder cerrar su boca sobre su garganta.
—Y aquí.
______ tomó una profunda inspiración. Las telarañas entrelazaban las esquinas del techo y se mezclaban con la brisa del ventilador. Esa misma brisa le dio al calor de la lengua de Joseph toda su fuerza. Puso una mano sobre su hombro, apretando mientras él mordía y chupaba su cuello. Sus caderas se movieron contra su mano. Él se apartó para mirar su cara.
—¿Te gusta eso?
No estaba sonriendo. La boca se frunció con concentración.
______ saltó con el repentino estruendo del trueno, pero Joseph no se inmutó. Sus ojos estaban más oscuros de lo habitual. De la misma manera que una tormenta.
—Sí —susurró con sus labios resecos. Lamió su boca y la mirada fija de él se aferró al golpe de su lengua antes de capturar sus ojos otra vez—. Me gusta.
—¿Pensaste en mí mientras estabas fuera?
No supo si se refería a esta noche o ha hacía más tiempo, cuando se había marchado, pero las respuestas para ambos eran las mismas.
—Sí, Joseph.
Sus dedos disminuyeron la velocidad sobre su clítoris. Vacilando. Había aprendido su cuerpo en los pasados dos días mejor que nunca lo había hecho. Paró hasta que los músculos de ella se pusieron tensos, y luego empezó otra vez.
—¿Pensaste en mí tocándote?
—Sí.
—¿Follándote?
—¡Dios! Sí.
______ gimió cuando la mano entre sus piernas la hizo imposible imaginar pensar en alguna otra cosa.
—¿Probándote?
Subió su mano y pasó su lengua a lo largo de las puntas de sus dedos. Ella se estremeció, incapaz de responder. Joseph sonrío, sus ojos estaban tan oscuros como la tormenta exterior. El trueno estuvo en auge otra vez. Él volvió a poner su mano entre sus piernas. Sus dedos se resbalaron más rápido, cubiertos con su saliva y con su propia humedad. ______ agarró la tabla y los hombros de él tan fuerte que se le acalambraron los dedos.
—Quiero mirar tu cara cuando llegues —dijo Joseph—. Quiero ver cómo me miras.
Ella no podría mirar a ningún otro lugar.
La mano de Joseph se movió un poco más rápido. ______ se puso tensa. El relámpago iluminó la ventana y el trueno siguió a continuación. La primera salpicadura de la lluvia golpeó el cristal como el sonido de canicas haciendo ruido en un bote.
Sus músculos internos se agitaron. Sus pies patinaron sobre las baldosas. El elástico de sus bragas, estiradas al límite, crujió protestando, pero ______ no podía preocuparse por destruirlas. El mundo se había convertido en la mano de Joseph entre sus piernas.
Nadó en el interior del placer mientras éste crecía y finalmente rebosaba. Sus párpados lucharon por quedarse abiertos y mordió su labio inferior lo suficientemente fuerte para escocer, solamente para abrir bien su boca en un grito entrecortado al segundo siguiente, cuando el toque de Joseph la envió sobre el borde.
El trueno ahogó su grito estrangulado. Todo lo que ella pudo ver fue su cara, serio, hasta que sonrío y ahuyentó la oscuridad de su mirada. ______ puso la mano que había estado agarrando la mesa sobre la suya que todavía la mantenía, con su cuerpo palpitando más rápido que el latido de su corazón. Aflojó el agarre sobre su hombro, también, y sintió las muescas que sus uñas habían hecho en su piel.
El teléfono sonó. Ambos se sobresaltaron y miraron hacia el sonido, que era de algún modo más invasivo que el trueno desvaneciéndose. Ninguno se movió. El teléfono sonó otra vez, y otra vez. ______ quiso dirigirse hacia él, pero sus piernas habían permanecido tan rígidas que no pudo al principio enderezarlas. En el momento que llegó al teléfono, el viejo teléfono con cable que había sido parte de la casa desde siempre, estaba segura, que la persona al otro lado de la línea habría colgado.
No hubo tanta suerte.
Su falda cayó hasta sus tobillos pero sus bragas todavía estaban arrebujadas alrededor de sus muslos cuando agarró el receptor.
—¿Hola?
Detrás de ella, Joseph sopló una respiración larga y lenta. No lo miró, pero acunó el teléfono entre su oreja y su hombro mientras se agachaba para subir sus bragas.
—¿______? —sonó como si hubiera esperado a otra persona.
—Andy.
El arrastre de una silla detrás de ella la distrajo, pero ______ mantuvo sus ojos sobre el refrigerador y los menús que estaban colgados allí con imanes con forma de balancín.
—¿Qué pasa?
—Es sobre los chicos.
______ sofocó un quejido. Cuando había hablado con Andy por teléfono, de ese verano de hace mucho tiempo, había estirado el cordón todo lo que pudo para hablarle con alguna apariencia de privacidad. Estuvo tentada de hacer ahora eso, también, pero no lo hizo.
—¿Qué pasa con ellos?
—Van a tener que ir contigo antes.
—Pero… ¡Pensaba que ibas a llevarlos al Gran Cañón!
Las palabras se le escaparon pareciendo más caprichosas de lo que había pretendido, y ______ se maldijo a si misma por dar cualquier razón a Andy para usar su tono condescendiente favorito con ella. Lo cual hizo, por supuesto.
—______, vamos. Sabes que tendrán mejor tiempo en la playa.
—Ese no es el tema, Andy.
Andy dio un hondo y sufrido suspiro.
—¿Cuál es el tema?
______ clavó sus uñas en su palma y contó hasta cinco mentalmente antes de responder.
—Los niños van a terminar el año escolar contigo y luego los llevarás dos semanas a ese viaje para hacer rafting. Luego vendrán aquí, conmigo, después del Cuatro de Julio. Eso es lo que hablamos, Andy.
—Sí, bien, sobre eso…
______ esperó mientras la cólera hervía subiendo hasta arriba de su garganta como bilis. Peor que la bilis. Peor que el ácido.
—Estaba pensando que podían salir antes. Saltarse ese par de días. Solo tendrían la mitad de los días en todo caso.
—¡No absolutamente! —______ se forzó a abrir sus dedos—. ¿De quién fue la idea? ¿De ellos o tuya?
Su silencio le dijo que no era de ninguno, y su estómago se revolvió con el enfado.
—¡No importa! No. Los niños terminarán la escuela ahí. Connor tiene su ceremonia de entrega de diplomas, Andy. No le vas a impedir eso, ¿o sí? ¿Puede ser su última oportunidad de ver a sus amigos?
Andy suspiro.
—Bien. Pero el viaje tendrá que ser pospuesto. Me han ofrecido la oportunidad de ir a una
conferencia en Palm Springs y, realmente, tengo que ir.
—¿Necesitas hacerlo? ¿O quieres hacerlo?
—______, se justa. ¿Qué es lo que te molesta de todos modos? Pensaba que adorarías tener a los chicos antes.
______ echó un vistazo a Joseph, que la miró sin expresión.
—Están esperando con ansia ese viaje, Andy. No puedes decepcionarlos así.
—Ya hablé con Connor sobre eso. Él está bien. Dice que quiere llegar allí y empezar a ganar un poco de dinero.
—¿Y Robbie?
Robbie era el más susceptible de sus hijos, el que luchaba por conseguir la aprobación de su padre más valientemente y con menos éxito.
—Estará conforme con eso también.
Por supuesto, Andy no había hablado a Robbie sobre cancelar el viaje. Y sería cancelado. ______ conocía a su marido demasiado bien para suponer nada distinto. Puso el teléfono contra su frente por un momento mientras trataba de mantenerse fresca.
—Obviamente ya has tomado tu decisión —dijo después de un momento—. Muy bien. Los niños vendrán aquí después de la fiesta de ceremonia de entrega de diplomas de Connor en lugar de a finales de junio. Tienes razón. Adoraré tenerlos.
—Bien. Te dejaré hablar a Robbie.
Antes de que ______ pudiera protestar escuchó a Andy gritar el nombre de Robbie. Un minuto después de eso, su hijo dijo.
—¿Mami?
—Hey, cariño.
—¿Qué pasa? —parecía preocupado.
Le sonó a eso demasiado, y el corazón de ______ dolió al tener que decepcionarlo otra vez.
—Cariño, papá me acaba de decir que tiene que ir a una conferencia en Palm Springs. Así que tú y Connor vendrán conmigo justo después de que termine la escuela.
Silencio. Robbie respiró en el teléfono. ______ tapó su frente con el teléfono otra vez, luchando contra el espesor de la emoción en su garganta.
—Lo siento, cariño. Estoy segura de que papá no cancelaría el viaje si esta conferencia no fuera importante.
—Estoy seguro que él no cancelaría nuestro viaje si ella no fuera al otro —la voz de Robbie sonó ácida. Que su hijo supiera sobre ella era peor que ______ descubriéndose a sí misma. Sus dedos se agarrotaron en su palma otra vez, encontrando los surcos que habían dejado sus uñas todavía ahí.
—Robbie…
—¡No te preocupes, mamá! —su voz tembló un poquito, pero consiguió mantenerla—. Está bien. Yo y Connor estaremos allí después de la escuela. Perfecto. Muy bien. Guay.
______ forzó su voz a parecer vivaz.
—Hey. ¿Recuerdas lo que dije sobre el lugar en que solía trabajar? ¿Sugarland? Bien, conozco al propietario y dijo que se alegraría de darles trabajos a ti y a Connor este verano. Así que, ¿qué te parece?
Robbie hizo un esfuerzo por parecer contento, que no la engañó.
—Eso estará bien. Conn estaba preocupado por encontrar algo si no llegábamos allí ahora mismo este verano. Yo, también. Ya lo sabes, para la universidad y esas cosas.
—No te preocupes por la universidad, Robbie. Connor, tampoco. ¿De acuerdo?
______ echó un vistazo a Joseph otra vez, pero él había dejado la mesa con la silla de vuelta a su sitio. Su estómago cayó, pero al siguiente segundo lo escuchó moverse por la sala. Así que no se había ido totalmente.
—Perdón. ¿Cariño? —Robbie había dicho algo mientras estaba distraída.
—¡No te preocupes!
—No, Robbie. Dime. Hay justo una tormenta aquí y no te escuché.
—Dije, ¿no puedo ir antes? Como quiere Papá. ¿No puedo faltar los últimos días de la escuela?
—No, Robbie. No puedes.
______ echó un vistazo a la sala y vio la sombra de Joseph extenderse largamente.
—Tienes que terminar.
Otro golpe largo de silencio se movió a través de la línea telefónica, hasta que Robbie suspiró fuerte.
—Está bien.
—Te extraño —dijo ______—. Tanto a ti como a Connor.
—¿Y a papá? —Robbie preguntó sagazmente—. ¿Lo extrañas?
—Los extraño a ti y a Connor —______ repitió y cuando Robbie colgó se preguntó quién le había enseñado a ser tan cruel. Si lo había aprendido de Andy…o de ella.
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 12
Entonces…
Esta vez le tocaba a Andy llamar a ______, pero el teléfono todavía no había sonado. Ella le había dicho la hora en que llegaría a casa de trabajar, y también les había advertido a los miembros de la familia que estaban en casa que esperaba una llamada, pero a pesar de haberse duchado rápidamente y de haberse vestido aún más deprisa, el teléfono no había sonado. La llamada solo se retrasaba veinte minutos de la hora acordada, pero para ella eso era suficiente.
______ se unió a la partida de Gin rummy, pero jugó sin prestarle demasiada atención, lo que se hizo evidente al final. Gracias a que solamente estaban apostando con palitos de pretzel las pérdidas no fueron nada del otro mundo, pero su tío Ben seguía llamándola “El tiburón de las cartas” y eso siempre les hacía recordar la vieja parodia emitida en el show Saturday Night Live11, “Tierra de Tiburones”, lo que a su vez dio lugar a imitaciones más recientes de Chris Farley diciendo “¡Yo vivo en una camioneta junto al rio!”, lo que definitivamente hizo que ______ estallara en una carcajada tan fuerte que se le salió el refresco por la nariz y tuvo que dejar la mesa.
En realidad tenía una familia maravillosa, además era genial no tener que pagar alquiler, pensó mientras se lavaba la cara en el fregadero de la cocina, pero a veces deseaba que no hubiese tanta gente siempre en casa. Aún vivía esperando el día en que le dijeran que tendría que compartir su habitación y su cama con alguien, ya que eran demasiados, pero por suerte eso todavía no había pasado.
Se fue a dormir cuando todos los demás lo hicieron, incluido el tío Ben, que decía sufrir de insomnio, y al que le gustaba dormir en el sofá con la tele puesta en lugar de en la cama, y Andy todavía no había llamado. Ella le había dejado tres mensajes durante las dos últimas semanas, y le había enviado una carta y una postal, en cambio él no le había enviado nada.
Cuando por fin sonó el teléfono, ______ había caído en un sueño tan profundo que sintió como si estuviese al lado de una alarma a todo volumen. Golpeó el despertador contra la mesita de noche en un vano intento por apagarlo, de manera que al final tuvo que levantarse pestañeando en la oscuridad, murmurando maldiciones, y tirando de sabanas y mantas en un intento por librarse de ellas y llegar al teléfono antes de que lo hiciera alguien más.
—¿______?
—Andy, ¿qué hora es?
—Pareces sin aliento.
Andy… ¿se estaba riendo?
—Tú suenas como un borracho.
—Nah, Nou. No. —Andy resopló en el teléfono
—Pensé que llamarías más temprano —______ enrolló el cordón alrededor de su dedo mientras cogía el teléfono del escritorio y cerraba la puerta de cristal tras de sí. Se estremeció, y se acurrucó en la manta que había cogido de la silla del escritorio, tratando de no pensar en la hora que era.
—Los hombres Matty salieron.
—Me doy cuenta —bostezó ______—. ¿A dónde fueron?
—A lo de Persia.
—¿Eso es un club o una persona?
Silencio.
—¿Andy?
—Lo que quiero decir es que fuimos a Hooligan, ______. Ya sabes, piscina y esas cosas. Los Hombres Matty.
Andy se estaba follando a una chica llamada Persia. ______ intentó reírse pero todo lo que consiguió fue un ronquido ahogado. ¿Quién demonios llamaba a su hija Persia? ¿Y que era peor, el hecho de que Andy la estuviera engañando o el hecho de que su hermano, a quien ella creía gustarle, supiese sobre ello y no le dijera nada?
—Te he dejado varios mensajes, ¿por qué no me has devuelto las llamadas?
—Te estoy llamando ahora.
______ escuchó el ronroneo del océano, que era mucho más sutil que los resoplidos de Andy.
—Estamos en plena madrugada.
—No he podido esperar hasta mañana, tenía que hablar contigo.
Ella deseaba fervientemente creerlo, pero no podía.
—Estás borracho, Andy.
—No estoy borracho —dijo él, lo que en realidad quería decir que si lo estaba.
______ escuchó más resoplidos.
—Tengo que ir a trabajar en unas horas, voy a colg…
—¡No!
Se detuvo a medio camino fuera de la silla y se hundió de nuevo en ella. Esperó que Andy hablara, pero él no dijo nada. ______ cerró los ojos, sintió como se le cerraba la garganta, y se preguntó si le iba a confesar la verdad en ese momento. Si esto era todo. El final.
—Te amo —dijo Andy—. ¿Tú me amas?
Pudo haber dicho que sí, pero saber que no era la única chica que había en su vida hizo que no le salieran las palabras.
—Hablaremos mañana.
—No me cuelgues, quiero saberlo.
______ había enrollado el cable del teléfono tan fuerte entorno a su dedo que se le estaba entumeciendo. Lo desenredó y lo frotó contra la manta para volver a sentir algo.
—Sí.
Andy rió, pero no de forma calurosa, sino con una risa maliciosa y esquiva que hizo que se le revolviera el estómago.
—¿Cuándo te voy a ver?
—¿Cuándo vienes?
—Ah, ah, ah —dijo Andy—. Dijiste que vendrías a casa.
Aquello no tenía ningún sentido para ella, y tampoco lo había tenido cuando aceptó ir.
—Andy, tú eres quien tiene libres los fines de semana.
—Entonces ven entre semana, no importa.
—¿De verdad piensas qué puedo hacer eso?¿Qué puedo estar en casa de tus padres mientras tú trabajas? —dijo ______—. Ven los fines de semana, por lo menos podrás ir a la playa.
Andy lanzó un gruñido.
—Vamos, ______.
Quería gritar de frustración, pero mantuvo un tono calmado.
—Déjame adivinar, tienes los fines de semana muy ocupados.
El silencio fue tan largo que ella estuvo segura de que él se había desmayado.
—______, ______, ______ —articuló Andy finalmente—, me voy a la cama.
—Hazlo —dijo ______ en tono helado—. Dale recuerdos a Persia de mi parte.
Más silencio. Quizás Andy no estaba lo suficientemente borracho para no entender su claro mensaje. Le escuchó respirar profundo.
—No seas así, ______.
—¿Así como?
—Tan celosa, eres extremadamente celosa.
—¿Tengo razones para serlo?
—No, no. No, ______.
No le creyó. Había habido otras. Las cartas, por ejemplo. Fotos de él con su brazo alrededor de una chica cuyo nombre ella no conocía. Quizás alguna de ellas era Persia. La verdadera pregunta era, ¿por qué no debería estar celosa? Pero en realidad no lo estaba. Lo había estado, no había duda de eso, pero ahora únicamente se sentía cansada.
—Vete a la cama Andy —dicho eso, colgó el teléfono.
Él no volvió a llamar.
Lo siento, chicas, por desaparecerme por un tiempo. Pero he entrado a la escuela de nuevo y pues... bueno mejor ni les digo. Les subo tres capítulos y espero ver firmas para subir más. Gracias por firmar. Un beso. Ciao.
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Jummmm ese andy es una porquería antes y ahora
Y joe que esta celoso de q la rayis hable con más hombres ???!
Que va a pasar cuando lleguen los hijos
En fin quiero saberlo tooooodo
Debes seguirla pronto !!!!!!
Amo tu nove lo sabias ???
Sigue!!!!
Y joe que esta celoso de q la rayis hable con más hombres ???!
Que va a pasar cuando lleguen los hijos
En fin quiero saberlo tooooodo
Debes seguirla pronto !!!!!!
Amo tu nove lo sabias ???
Sigue!!!!
Julieta♥
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Y como termino casada con Andy?
Y que fue lo que le paso a Joseph ??
Siguelaaa
Y que fue lo que le paso a Joseph ??
Siguelaaa
JB&1D2
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
oigan yo se que este no es mi tema pero si quieren yo la puedo seguir acabo de terminarme el libro y al parecer aqui no la van a seguir asi que si quieren yo la subo sin nungun problema :D!
Glace321
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Apenas veo todos sus mensajes, chicas. Termine la otra adaptación que estaba subiendo, y como no vi mucho interes en esta, pensé en ya no subirla. Lo siento por dejarlas sin ninguna aclaración. Pero la escuela apenas me dio tiempo de terminar de subir el otro tema, pero glace, si tu quieres seguir con el tema, no hay problema:) Creo que será mejor y no prometer que yo lo seguire, porque no puedo asegurar que el tiempo me alcance para todo. Si se me permite, después cuando tenga otro tiempo libre, seguire adaptando o subiendo mis novelas:D Un beso y que bueno que les haya gustado este hermoso libro.
Karely Jonatika
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