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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Más Profundo" (Joe&Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Jajaja ja nooooo todos sabemos q no es gay eso era envidi de missy lo seeeeeeee
Julieta♥
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 03
Ahora…
―Pensé que nunca te volvería a ver.
Al sonido de la voz en la puerta, las manos de ______ resbaladizas por el jabón se movieron nerviosamente por la taza de café que estaba aclarando. Se le resbaló de las manos y cayó a las baldosas del suelo de la cocina. El agua caliente salpicó sus piernas cuando se giró, apretando el mostrador para evitar resbalarse por el derrame.
Estaba parado a contraluz, un momento antes de seguir adelante. El mismo pelo oscuro, los mismos ojos oscuros. La misma sonrisa caprichosa. Todo igual.
______ no podía moverse. Ayer por la noche había soñado... ¡Oh, pero no había sido un sueño! ¿Lo fue? Si no, seguro que ella estaba soñando ahora. Ella curvó los dedos contra la fregadera de porcelana, no encontrando agarre. Nada a lo que agarrarse.
―¿Joseph?
Ahora parecía vacilante. Su cabello goteaba y los dobladillos de sus vaqueros. Sus pies descalzos, recubiertos de arena, soltándola en los azulejos cuando dio un paso hacia ella, la mano extendida, pero rápidamente la retiró cuando ella retrocedió contra el mostrador.
―______... soy yo.
Sus tripas se revolvieron dentro de ella y no podía respirar. Sorbió el aire en desiguales,
enganchados jadeos.
―Pensé... pensé...
―Hey. ―Él la tranquilizó, acercándose cada vez más cerca.
Ella podía olerle. Sal, agua, arena y sol. La forma en que siempre había olido, en aquel entonces.
______ encontró más aire. Tomó una respiración más profunda. Joseph no la tocó mientras ella miraba. Su mano se sostenía en el aire a una pulgada de su hombro.
―Soy realmente yo ―dijo.
Un bajo sollozo se abrió camino por su garganta y se lanzó hacia adelante. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cintura y apretó su cara en la tela húmeda de la camisa. Ella lo inhalaba, profundo y más profundo. Le tomó un segundo poner sus brazos alrededor de ella, pero cuando lo hizo, su abrazo era firme. Cálido. Le frotó la espalda, luego deslizó su mano ahuecándola en la base de su cráneo.
______, con los ojos cerrados, se estremeció contra él.
―Pensé que estaba soñando anoche.
Ella recordó caminar por la playa dando tropiezos, quitándose la ropa y lanzándose sobre su cama sin ni tan siquiera molestarse en secar su cabello o sacudirse la arena en su piel. Se había despertado para encontrar una pila de sal, la ropa empapada manchando la alfombra, y su cama hecha un desastre. La pasión de la noche anterior había sido sustituida por un dolor de cabeza fuerte y un estómago ligeramente enfermo.
La mano de Joseph frotó un círculo pequeño y compacto en su espalda, entre los omóplatos.
―Si tú estabas soñando, yo estaba soñando también.
______ le agarró más fuerte.
―Quizá los dos estamos soñando, porque esto no puede ser real, Joseph. No puede ser real.
Le puso las manos en los brazos y la empujó hacia atrás lo suficiente para mirarla a la cara. Se había olvidado de lo pequeña que la podía hacerla sentir. Cuan engañosamente grande había sido siempre.
―Soy real.
Sus dedos en los brazos parecían reales. Sólidos. Fuertes. Su mejilla estaba húmeda, donde la había presionado contra su camisa. El calor irradiaba de él, pensó, como si estuviera parada frente a un horno, y el olor de él, ese perdido, bienvenido olor, llenó su cabeza hasta que no hubo nada más en su interior. Las lágrimas nublaban su visión y ella parpadeó manteniéndolas a distancia. Luego se apartó de sus brazos.
______ le miró. El agua salada se había clavado en su pelo, pero había dejado de deslizarse por sus mejillas. Su ropa había comenzado a secarse también. Tomó todo el espacio que alguna vez tuvo.
Su toque fue tan cálido. El tiempo no le había cambiado, no había líneas pintadas en las esquinas de sus ojos y la boca o plateado su pelo. ______ acarició la mejilla de Joseph.
―¿Cómo puede ser esto? Mírate. Mírame a mí.
Él puso su mano sobre la suya, entonces volvió su rostro presionando un beso en el centro de su palma. Cerró sus dedos sobre ella, pero no dijo nada. Su sonrisa la rompió.
―Oh, no ―dijo ______―. Oh, no. No.
Sacó su mano de la de él. Ninguno de los dos se movió, pero la distancia entre ellos creció
enormemente. Algo brilló en los ojos de Joseph, una emoción que ella no podía leer.
―¿Cuántas personas tienen una segunda oportunidad? ―se preguntó.
―No me mantengas a distancia, ______. Por favor.
Nunca la había pedido nada. Parpadeando ______ se volvió hacia el fregadero. Ella había dejado correr el agua y giró de la manija de la llave hacia abajo. Sin el torrente de agua brotando del grifo, el sonido del océano en el exterior llenó el espacio entre ellos, juntándolos.
―¿Cómo? ―preguntó ella.
―No lo sé. ¿Importa?
―Debería.
Él sonrió y le envío el retorcijón de siempre a su vientre y más abajo.
―¿Pero es así? ¿En serio?
Cuando se inclinó para besarla, el sabor de él ahuyentó toda lógica. Toda razón. Y eso también fue lo mismo que siempre había sido.
―No ―dijo ______ y abrió los brazos para él de nuevo.
El dormitorio al que le llevó no estaba al nivel del suelo, la habitación del tamaño de un armario junto a la marquesina que había usado en el pasado. Había reclamado el dormitorio principal ahora, con su terraza privada y baño completo. No es que él hubiera notado la diferencia. Ella nunca le había traído a casa antes.
Joseph pareció vacilar en la puerta hasta que ella tomó su mano y le llevó a la cama tamaño familiar. Lo primero que ______ había hecho esta mañana fue quitar las sábanas, pero sólo logró poner una sábana ajustable en el colchón antes de que la promesa de café y el desayuno la distrajera. Sin la montaña de almohadas decorativas y colcha bordada con conchas de mar, la cama parecía más grande. La sábana de prístino blanco, muy bien estirada, suplicaba por ser arrugada.
A los pies de la cama Joseph se inclinó para besarla, pero ______ ya se estaba estirando de puntillas para llegar a su boca. Ella empujó y él se lo permitió y estuvo encima cuando cayeron juntos sobre la inmensa cama vacía. Se sentó a horcajadas sobre él cuando se besaron, abriendo las bocas y acariciando las lenguas. Sus manos dieron la vuelta para agarrarle el trasero y presionarla contra su entrepierna húmeda, cubierta de tela vaquera.
______ rompió el beso el tiempo suficiente para situar su mano entre ellos y abrió el botón y la cremallera. Ella alcanzó el interior mientras Joseph levantó sus caderas con un gemido. Ella encontró más calor y ahuecó sus manos durante un momento antes de tratar de bajar los jeans mojados por sus muslos. No querían bajarse, pero ella estaba determinada. Una vez que ella los tuvo en sus rodillas fue fácil, le sacó sus jeans y los arrojó al suelo mientras Joseph se incorporó para quitarse la camiseta. Llevaba sólo un par de boxers de algodón fino, al frente del cual una tienda de campaña impresionante.
______ hizo una pausa, el corazón palpitando. Alcanzó a llenar su palma con su erección, al principio con la barrera de algodón entre ellos y luego piel con piel cuando él la ayudó a tirar de ellos hacia abajo también. Desnudo, Joseph estaba apoyado sobre un codo en la cama, una pierna doblada por la rodilla y la otra recta. ______ se arrodilló a su lado, el borde de su cortito camisón rozándole a mitad del muslo.
Le miró, luego bajo la mirada hacía sí misma. Por debajo de la delgada bata de nylon estaba desnuda. Sus pezones ya habían asomado por la parte delantera del corpiño. Bajando sus muslos se restregaban, ya resbaladizos con su excitación. Le miró de nuevo y encontró la vieja familiaridad de su cuerpo. La inclinación de su vientre junto al hueso de su cadera y el diseño de pelo destacando su espeso y oscuro nido alrededor de su miembro. Le tocó de nuevo, curvando los dedos alrededor de su raíz y acariciando hacia arriba con un sólido dominio que le hizo gemir.
Él era de seda y acero contra la palma de su mano. Le acarició de nuevo y torció su mano
alrededor de la parte superior de su pene antes de deslizarse de nuevo abajo. El miembro de Joseph se agitó bajo su tacto y su cuerpo se impulsó como respuesta.
______ le miró. Sus ojos brillaban y un leve rubor había comenzado a deslizarse por su pecho y garganta. Su boca entreabierta. Su lengua recorrió sus labios. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás y se hundió hasta el final sobre su espalda cuando ella añadió su otra mano a sus testículos, ahuecándolos y acariciándolos. Él murmuró algo que sonó como su nombre y ______ sonrió.
Se sentó a horcajadas de nuevo sobre él, su pene atrapado entre la carne desnuda de sus
muslos. Se movió, burlándose de él con el cepillo de los rizos de su pubis. Joseph puso sus manos sobre sus caderas, sus dedos amontonaron la tela de su camisón mientras empujaba hacia arriba.
Su miembro frotando su clítoris mientras se mecía contra ella y los labios de _____ se separaron en un suspiro. Se humedeció la boca como él había hecho momentos antes. La forma en que los ojos de Joseph brillaban a la vista de su lengua envió temblores de placer bailando por su espalda.
―Joseph ―murmuró su nombre, probándolo. Pensó que diciéndolo se podría sentir extraña, pero al igual que la visión de su cuerpo, el sonido de su nombre no había cambiado.
―Te deseo ―dijo en voz tan áspera como el polvillo de arena de los azulejos. Sus dedos tensos en sus caderas cuando él golpeó su miembro a lo largo de la costura de sus pulidos pliegues―. Quiero estar dentro de ti.
______ asintió con la cabeza, incapaz de hablar. Se movió, se levantó y él se movió para ayudarla. Inclinó la cabeza, esperando que su cabello cayera y protegiera su cara mientras guiaba su pene a su entrada. Había olvidado que se había levantado para evitar que se enredara mientras se secaba y con la otra mano se sacó el clip. Los gruesos mechones, más largos y espesos que hace veinte años, cayeron sobre sus hombros y sobre su rostro.
Joseph silbaba y empujaba hacia arriba al mismo tiempo y ______ no sabía si su reacción fue en respuesta a la vista de su pelo cayendo hacia abajo o la sensación de alivio a su húmeda estrechez. No importaba. Ella dio su propio grito ahogado cuando se instaló en él. Sus muslos se apoderaron de sus costados. Ahora estaban conectados.
Ella no se movió de inmediato. Miró hacia arriba a través de la cortina de su cabello, luego lo apartó fuera de sus ojos para poder realmente verle. Joseph sonrió. Su agarre en las caderas se aflojó y cambió. ______ puso las manos sobre su pecho para sujetarse mientras se inclinaba hacia adelante para rozar sus labios con los suyos.
―Si esto es un sueño, no quiero que termine cuando hayamos terminado.
―No es un sueño. ―Su voz era baja y ronca, pero sin lugar a dudas la suya―. Ya te lo dije.
Levantó el borde de su camisón para rozar sus muslos y el vientre.
―¿Se siente como un sueño? Te estoy tocando ―se empujó hacia arriba―. Estoy dentro de ti.
______ se echó a reír medio irónica.
―Ya has estado dentro de mí antes.
―No así… pero no de esta forma. ―Se introdujo más duro y ella se quedó sin aliento ante el dulce placer—dolor punzante de él en ella.
Él había estado en su interior durante los últimos veinte años, pero así. Aunque hubiera pensado en ello con bastante frecuencia. No tenía que pensar en ello ahora, porque ahora estaba sucediendo. ______ agachó su cabeza mientras sus dedos se curvaban contra el pecho de Joseph. Por debajo de su palma sintió el bum—bum de su corazón a medida que aceleraba. Retiró la mano antes de que pudiera notar si estaba allí o no. Le agarró de nuevo con sus muslos y metió las dos manos en el borde inferior de sus costillas.
Le montó, recordando cómo a veces el ritmo había decaído. Conocía su cuerpo mejor ahora y cuando el ritmo de Joseph empezó a tartamudear, ______ se ajustó fácilmente. Se movió cuando él lo hizo y cuando empujó más duro, mordiéndose los labios en una expresión que nunca había olvidado, ella le frenó murmurando una palabra y moviendo su cuerpo. Deslizó una mano entre ellos, su dedo en su clítoris, frotándolo tal y como necesitaba. Se quejó por el toque y abrió los ojos.
Los ojos de Joseph brillaron al mirar entre ellos, donde su mano se movía. Se mordió el labio inferior. La apretó de nuevo en sus caderas y la machacó contra él, cada vez más duro. Más rápido.
______ cerró los ojos. Las sensaciones la llenaban. Este momento. Su tacto. El sonido de su respiración y el arrastre de la punta de los dedos a lo largo de su piel húmeda de sudor. Se acarició el clítoris lentamente, luego más rápido, al tiempo que sus golpes aceleraban. El placer se acumuló hasta que se destrozó en fragmentos duros y afilados en su interior de la misma forma que su taza se había destrozado en el suelo. Se vino con un grito jadeante con la cabeza inclinada hacia atrás.
Su clítoris pulsado bajo su dedo, lo apretó, instando a surgir a una nueva ola de clímax. Joseph gemía y empujó una vez más, sacudiendo su cuerpo. Se dejó caer sobre él cuando consiguió que su aliento volviera. Su rostro encontró el lugar perfecto en la curva de su hombro. Le besó en el cuello. Joseph la acarició con las manos por los laterales de su espalda antes de envolverla y apretó.
―Te extrañé ―le susurró. Sus brazos apretándola y la boca rozando su oreja.
Otra serie de lágrimas ardieron en los ojos de ______ y esta vez, no las parpadeó dejándolas caer. Se mezclaron con el sudor en sus labios y el sabor fuerte a sal de la piel de Joseph.
―No me vas a perder ―dijo―. Ya no.
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Sigo con la duda es real o no????
Si había muerto como llego ahí?
Quiero saber más!!!!!!!
Síguela por fa!!!!!!!!
Si había muerto como llego ahí?
Quiero saber más!!!!!!!
Síguela por fa!!!!!!!!
Julieta♥
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Sigo confundida. Muy confundida
El murio? O es real ? No entiendo
Siguela
El murio? O es real ? No entiendo
Siguela
JB&1D2
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Waa me encanto el cap!
Joe sta vivo? Hjdfjfkmhjd
Super bueno!
Joe sta vivo? Hjdfjfkmhjd
Super bueno!
Pao Jonatica Forever :3
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 04
Entonces…
Sugarland no era el peor lugar en el que ______ había trabajado. Ese honor lo tenía sin lugar a duda la ocupación de consejera de campamento de verano que había tenido entre el penúltimo y el último año de secundaria —el trauma de esa experiencia había sido tan intenso que todavía estaba convencida que nunca tendría hijos. Mimar a turistas no era tan difícil como mantener veinte niños de tercer grado interesados en tejer cuerdas, incluso cuando los turistas se ponían fastidiosos por tener que esperar la comida.
______ se recordaba a sí misma una y otra vez que no todo el mundo había sido criado por simios. Simplemente así parecía.
—¿Dónde está mi maldito cono de gofre? —El hombre con el rostro sonrojado golpeó el mostrador lo suficientemente fuerte como para hacer saltar el servilletero.
Él difícilmente necesitaba cualquier clase de cono, mucho menos uno de gofre, pero ______ esbozó una sonrisa brillante de tomas maneras.
—Solo otros tres minutos, señor. La máquina se estropeó y no hemos podido preparar los conos. Pero los suyos estarán frescos.
La mujer que le acompañaba, que ya tenía su cono pero no había ofrecido compartir, dejó de lamer.
—¿Quieres decir que el mío no está fresco?
______ mordió la parte interior de su mejilla hasta que probó sangre, pero para entonces era demasiado tarde. La mujer quería que le regresara el dinero por un cono que casi había terminado de comer y su esposo estaba golpeando el mostrador demandando dos conos nuevos. Esto estaba convirtiéndose rápidamente en un caos y el compañero de ______, Kevin, no era mucha ayuda. Era un chico del último año de secundaria que sufría de un horrible caso de acné que lo hacía tan tímido que nunca miraba a nadie a los ojos. Además albergaba un no tan secreto enamoramiento de ______ que lo hacía más inútil en su presencia.
Brian se había reportado enfermo, y la otra chica del mostrador, Tammy, era incluso peor que Kevin. No podía calcular el cambio sin una calculadora y usaba las camisetas de Sugarland cortadas mostrando su bronceado y tenso abdomen, pasaba más tiempo limando sus uñas y coqueteando con los salvavidas que en cualquier otra cosa. Si Tammy no hubiera estado follando con el hijo del jefe Ronnie, ______ la hubiera despedido.
—¿Me estás escuchando? —Gritó el turista con el rostro rojo, mientras golpeaba el mostrador con el puño.
Quizás ser consejera de un campamento no había sido tan malo, después de todo. Estaba tan enfrascada en calmar al par de esposos codiciosos, quienes finalmente se apaciguaron con dos nuevos conos “frescos” y un bote de palomitas de caramelo cortesía de la casa, que ______ no notó que alguien más había entrado a la tienda. No se podía ignorar a Missy por mucho tiempo. Se acercó al mostrador y le lanzó a ______ un billete de cinco, luego señaló la máquina de bebidas.
No estaba sola.
Joseph Jonas estaba con ella. Esta noche en vez de una gorra de beisbol llevaba un pañuelo rojo con los bordes raídos sobre su cabello ondulado castaño oscuro y atado en la parte de atrás. Entre los olores empalagosos de caramelo y chocolate, él olía como aire fresco, sol y protector solar. Su piel brillaba con ello, sus mejillas y el puente de su nariz mostraban un color rosa tenue. Prueba de sus días en el sol.
—Azul, —dijo Missy. —¿Joseph, quieres uno?
Él sacudió su cabeza y sonrió a ______.
—Hey.
—Hey. —Ella saludó con la cabeza, pasó la mirada entre uno y otro antes de enfocarse en
Missy—. ¿Qué andas haciendo?
Missy se encogió de hombros mientras se apoyaba contra el mostrador. La mirada socarrona que dirigió a Joseph por encima del hombro le dijo a ______ más de lo que quería saber.
—Tú sabes. Un poco de esto, un poco de aquello.
Un montón de eso, más bien. ______ se esforzó para no fruncir el ceño pero no pudo evitar mirar a Joseph otra vez. Missy lo estaba mirando como si fuera un gran tazón de helado y no iba a esperar ni siquiera una cuchara para comerlo. Celos, estúpidos y sin razón, se instalaron en el estómago de ______ apretando su garganta. Joseph no era de ella. Por lo que decía Missy, él no iba a ser de ella tampoco. A menos, por supuesto, que Missy hubiera mentido. Tenía sentido. No sería la primera vez que Missy le hubiera contado a ______ una historia para obtener algo que quería y ______ no podía creer que la hubiera creído.
Cogió el dinero de Missy del mostrador y llenó tres cuartos de una taza de Slushy antes de empujarla al otro lado del mostrador. Cogió el cambio y golpeó el mostrador con él. La rabia endureció sus dedos y los cerró en torpes garras. Las monedas se esparcieron por el mostrador antes de que algunas chocaran contra el suelo.
—¡Hey! —Protestó Missy, inclinándose para recoger sus monedas—. ¿Qué te pasa?
______ miró alrededor de la pequeña tienda, pero no había entrado ningún otro cliente. Tammy mascaba su chicle y miró a otro lado cuando ______ la observó y Kevin ya había desaparecido dentro del cuarto trasero. ______ cruzó los brazos sobre su pecho.
—Perdón.
Missy la miró mientras guardaba su dinero en sus pequeños vaqueros cortos.
—Sí, bueno, no todos nosotros podemos estar tirando nuestro dinero por todos lados niña rica.
La forma en que lo dijo fue más insultante que ser llamada perra, pero ______ hizo su mayor esfuerzo para no reaccionar.
—Dije que lo siento.
Missy parecía calmada o más bien como si no le importara. Chupó sugestivamente su paja, ahuecando sus mejillas y deslizando su boca hacia arriba y abajo sobre el tubo de plástico.
—Mmm… Joseph, ¿seguro no quieres uno?
Joseph no había estado viendo su exhibición. Él había estado observando a ______.
—No, gracias. Aunque, me puedes dar un pretzel con extra de sal.
Él hurgó en su bolsillo mientras ______ alcanzaba los pretzels con extra de sal en la vitrina caliente. Se lo dio envuelta en el papel que había usado para agarrarlo, tomó su dinero y le dio el cambio.
Succionando su granizado, Missy observó la transacción de cerca. ______ encorvó sus hombros bajo el peso de su mirada hasta que se esforzó en incorporarse recta y mirar a la cara a su amiga ocasional.
Missy hizo una mueca. La sonrisa de ______ como respuesta pareció sorprenderla, ______ se volteó hacia Joseph.
—Así que, Joseph. Escuché que Pick Porpoise cerrará.
El Porpoise era el bar gay local más popular. ______ había estado allí una o dos veces porque era uno de los pocos bares que dejaba entrar a chicos menores de edad a bailar. No era la clase de lugar a la que los hombres heterosexuales iban solos, inclusive cuando iba a presentarse una buena banda.
—¿Si? —Él le dio un mordisco al pretzel untado de mostaza con dientes blancos.
—¿No escuchaste eso? —______ limpió el mostrados forzando a Missy a moverse—. Yo hubiera pensado que sí.
Missy tiró de su manga.
—Vamos, Joseph. Salgamos de aquí.
______ levantó la mirada. Joseph tenía el ceño fruncido, pero caminaba hacia atrás empujado por Missy. Missy agitó su granizado hacia ______ como despedida.
—¡Te veo después!
Joseph se despidió con la mano que sostenía el pretzel y siguió a Missy fuera de la tienda. La campana sonó mientras la puerta se cerraba. ______ golpeó el mostrador con el paño húmedo que había estado utilizando para limpiarlo y murmuró una maldición.
—¿Acabas de decir… ramera? —Tammy masticaba su chicle y se inclinó sobre el mostrador junto a ______.
—Sí, lo hice.
—¡Soez! —Hizo una mueca e inclinó su cabeza para seguir la mirada de ______ a la puerta—. Él es lindo.
—Aparentemente, mi amiga piensa lo mismo. —______ lanzó el paño al fregadero y lavó sus manos con saña. Sin esperar que se secaran, señaló a la puerta—. Cuida el mostrador. Estaré en la parte de atrás.
Antes de que Tammy tuviera tiempo de protestar, _______ se dirigió a la pequeña habitación trasera donde preparaban la comida y almacenaban los suministros extras. Kevin, con los codos hundidos en una caja de paquetes de mezcla de granizado, levantó la vista cuando ella entró. Su rostro se puso rojo, haciendo que las cicatrices rojo brillante de su acné destacaran aún más.
Normalmente ______ trataría de no mirar directamente a Kevin, porque le hacía sonrojar, pero en ese momento estaba demasiado molesta como para que le importara. Cogió su taza de agua con hielo y succionó con enojo la paja. Los cubos de hielo en el interior se sacudieron. Kevin se ruborizó más cuando ella se le quedó mirando
—¿Qué?
—N-nada. —Él continúo desembalando la caja.
______ no tenía nada que hace ahí atrás en realidad, excepto estorbarle, pero necesitaba desahogarse, quería patear algo o romperlo, quería darle una cachetada a Missy y desafiar a la perra. Lo cual, por supuesto, nunca haría, porque en verdad no tenía razón para hacerlo.
______, después de todo, tenía un novio. Más o menos. O quizás no. De cualquier forma, no importaba, porque Joseph no era la clase de chico que fuera tras chicas como ella. Él obviamente iba tras chicas como Missy.
—Ramera —murmuró ______ deseando fumar o hacer algo rudo como eso. Ella quería hacer algo afuera, algo que la hiciera lucir genial, mientras pretendía que no estaba enojada y dolorida por dentro ante una traición que no tenía motivos para sentir.
Detrás de ella, Kevin se echó a reír. Luego de un segundo, ______ también lo hizo. Sonaba como un vidrio rompiéndose, le dolía el pecho justo debajo del corazón, pero siguió riéndose. Ella captó la mirada de él, y la visión de su sonrisa forzó otra en ella, riéndose y riéndose más, hasta que después de un minuto los dos estaban riéndose a carcajadas.
—Tu amiga Missy es… interesante —dijo Kevin cuando sus risas se hubieron desvanecido—. Nunca había visto a Joseph Jonas entrar a la tienda antes.
—¿Le conoces?
—Todos conocen a Joseph —dijo Kevin, su risa desvaneciéndose. Él no la miraba. El rosado de sus mejillas había desaparecido, pero ahora regresaba.
—Yo no.
Kevin la miró a los ojos, una rara ocasión.
—Q—quizás eso no es algo malo.
—Debe ser agradable —interrumpió Tammy, asomando su cabeza por la puerta—. Tener tiempo para andar por ahí. ¡Pero yo estoy atrapada aquí!
______ se levantó y sacudió sus manos en la parte trasera de sus pantalones cortos.
—Ya voy.
Tammy puso los ojos en blanco.
—Será mejor. ¡Tengo que llenar tres conos de helado y una cubeta grande!
Como gerente de la noche, ______ pudo haberle dicho a Tammy que se aguantara y lidiara con ello, pero a Tammy le tomaría el doble del tiempo hacer las mismas tareas que ______ podía hacer en un par de minutos.
—Voy, voy.
No tuvo tiempo de pensar mucho después de eso porque la tienda se llenó de niños hambrientos y sucios y malhumorados adultos quemados por el sol rogando por dulces. Las últimas horas antes de cerrar pasaron volando, para cuando llegó el momento de cerrar, su humor había cambiado. Miró el reloj y apuró a Tammy y a Kevin a salir por la puerta trasera, luego se dirigió a la puerta delantera para cerrarla también. Con algo de suerte tendría el baño para sí misma cuando llegara a casa, y quizás un mensaje de Andy. Ella le había dejado media docena a él.
—Lo siento —dijo ella, mirando a la puerta por el sonido de la campana—Estamos…
—¿Cerrados? —preguntó Joseph con una sonrisa que volvió sus piernas de gelatina—. Eso espero. Vine a ver si podía acompañarte a casa.
______ se recordaba a sí misma una y otra vez que no todo el mundo había sido criado por simios. Simplemente así parecía.
—¿Dónde está mi maldito cono de gofre? —El hombre con el rostro sonrojado golpeó el mostrador lo suficientemente fuerte como para hacer saltar el servilletero.
Él difícilmente necesitaba cualquier clase de cono, mucho menos uno de gofre, pero ______ esbozó una sonrisa brillante de tomas maneras.
—Solo otros tres minutos, señor. La máquina se estropeó y no hemos podido preparar los conos. Pero los suyos estarán frescos.
La mujer que le acompañaba, que ya tenía su cono pero no había ofrecido compartir, dejó de lamer.
—¿Quieres decir que el mío no está fresco?
______ mordió la parte interior de su mejilla hasta que probó sangre, pero para entonces era demasiado tarde. La mujer quería que le regresara el dinero por un cono que casi había terminado de comer y su esposo estaba golpeando el mostrador demandando dos conos nuevos. Esto estaba convirtiéndose rápidamente en un caos y el compañero de ______, Kevin, no era mucha ayuda. Era un chico del último año de secundaria que sufría de un horrible caso de acné que lo hacía tan tímido que nunca miraba a nadie a los ojos. Además albergaba un no tan secreto enamoramiento de ______ que lo hacía más inútil en su presencia.
Brian se había reportado enfermo, y la otra chica del mostrador, Tammy, era incluso peor que Kevin. No podía calcular el cambio sin una calculadora y usaba las camisetas de Sugarland cortadas mostrando su bronceado y tenso abdomen, pasaba más tiempo limando sus uñas y coqueteando con los salvavidas que en cualquier otra cosa. Si Tammy no hubiera estado follando con el hijo del jefe Ronnie, ______ la hubiera despedido.
—¿Me estás escuchando? —Gritó el turista con el rostro rojo, mientras golpeaba el mostrador con el puño.
Quizás ser consejera de un campamento no había sido tan malo, después de todo. Estaba tan enfrascada en calmar al par de esposos codiciosos, quienes finalmente se apaciguaron con dos nuevos conos “frescos” y un bote de palomitas de caramelo cortesía de la casa, que ______ no notó que alguien más había entrado a la tienda. No se podía ignorar a Missy por mucho tiempo. Se acercó al mostrador y le lanzó a ______ un billete de cinco, luego señaló la máquina de bebidas.
No estaba sola.
Joseph Jonas estaba con ella. Esta noche en vez de una gorra de beisbol llevaba un pañuelo rojo con los bordes raídos sobre su cabello ondulado castaño oscuro y atado en la parte de atrás. Entre los olores empalagosos de caramelo y chocolate, él olía como aire fresco, sol y protector solar. Su piel brillaba con ello, sus mejillas y el puente de su nariz mostraban un color rosa tenue. Prueba de sus días en el sol.
—Azul, —dijo Missy. —¿Joseph, quieres uno?
Él sacudió su cabeza y sonrió a ______.
—Hey.
—Hey. —Ella saludó con la cabeza, pasó la mirada entre uno y otro antes de enfocarse en
Missy—. ¿Qué andas haciendo?
Missy se encogió de hombros mientras se apoyaba contra el mostrador. La mirada socarrona que dirigió a Joseph por encima del hombro le dijo a ______ más de lo que quería saber.
—Tú sabes. Un poco de esto, un poco de aquello.
Un montón de eso, más bien. ______ se esforzó para no fruncir el ceño pero no pudo evitar mirar a Joseph otra vez. Missy lo estaba mirando como si fuera un gran tazón de helado y no iba a esperar ni siquiera una cuchara para comerlo. Celos, estúpidos y sin razón, se instalaron en el estómago de ______ apretando su garganta. Joseph no era de ella. Por lo que decía Missy, él no iba a ser de ella tampoco. A menos, por supuesto, que Missy hubiera mentido. Tenía sentido. No sería la primera vez que Missy le hubiera contado a ______ una historia para obtener algo que quería y ______ no podía creer que la hubiera creído.
Cogió el dinero de Missy del mostrador y llenó tres cuartos de una taza de Slushy antes de empujarla al otro lado del mostrador. Cogió el cambio y golpeó el mostrador con él. La rabia endureció sus dedos y los cerró en torpes garras. Las monedas se esparcieron por el mostrador antes de que algunas chocaran contra el suelo.
—¡Hey! —Protestó Missy, inclinándose para recoger sus monedas—. ¿Qué te pasa?
______ miró alrededor de la pequeña tienda, pero no había entrado ningún otro cliente. Tammy mascaba su chicle y miró a otro lado cuando ______ la observó y Kevin ya había desaparecido dentro del cuarto trasero. ______ cruzó los brazos sobre su pecho.
—Perdón.
Missy la miró mientras guardaba su dinero en sus pequeños vaqueros cortos.
—Sí, bueno, no todos nosotros podemos estar tirando nuestro dinero por todos lados niña rica.
La forma en que lo dijo fue más insultante que ser llamada perra, pero ______ hizo su mayor esfuerzo para no reaccionar.
—Dije que lo siento.
Missy parecía calmada o más bien como si no le importara. Chupó sugestivamente su paja, ahuecando sus mejillas y deslizando su boca hacia arriba y abajo sobre el tubo de plástico.
—Mmm… Joseph, ¿seguro no quieres uno?
Joseph no había estado viendo su exhibición. Él había estado observando a ______.
—No, gracias. Aunque, me puedes dar un pretzel con extra de sal.
Él hurgó en su bolsillo mientras ______ alcanzaba los pretzels con extra de sal en la vitrina caliente. Se lo dio envuelta en el papel que había usado para agarrarlo, tomó su dinero y le dio el cambio.
Succionando su granizado, Missy observó la transacción de cerca. ______ encorvó sus hombros bajo el peso de su mirada hasta que se esforzó en incorporarse recta y mirar a la cara a su amiga ocasional.
Missy hizo una mueca. La sonrisa de ______ como respuesta pareció sorprenderla, ______ se volteó hacia Joseph.
—Así que, Joseph. Escuché que Pick Porpoise cerrará.
El Porpoise era el bar gay local más popular. ______ había estado allí una o dos veces porque era uno de los pocos bares que dejaba entrar a chicos menores de edad a bailar. No era la clase de lugar a la que los hombres heterosexuales iban solos, inclusive cuando iba a presentarse una buena banda.
—¿Si? —Él le dio un mordisco al pretzel untado de mostaza con dientes blancos.
—¿No escuchaste eso? —______ limpió el mostrados forzando a Missy a moverse—. Yo hubiera pensado que sí.
Missy tiró de su manga.
—Vamos, Joseph. Salgamos de aquí.
______ levantó la mirada. Joseph tenía el ceño fruncido, pero caminaba hacia atrás empujado por Missy. Missy agitó su granizado hacia ______ como despedida.
—¡Te veo después!
Joseph se despidió con la mano que sostenía el pretzel y siguió a Missy fuera de la tienda. La campana sonó mientras la puerta se cerraba. ______ golpeó el mostrador con el paño húmedo que había estado utilizando para limpiarlo y murmuró una maldición.
—¿Acabas de decir… ramera? —Tammy masticaba su chicle y se inclinó sobre el mostrador junto a ______.
—Sí, lo hice.
—¡Soez! —Hizo una mueca e inclinó su cabeza para seguir la mirada de ______ a la puerta—. Él es lindo.
—Aparentemente, mi amiga piensa lo mismo. —______ lanzó el paño al fregadero y lavó sus manos con saña. Sin esperar que se secaran, señaló a la puerta—. Cuida el mostrador. Estaré en la parte de atrás.
Antes de que Tammy tuviera tiempo de protestar, _______ se dirigió a la pequeña habitación trasera donde preparaban la comida y almacenaban los suministros extras. Kevin, con los codos hundidos en una caja de paquetes de mezcla de granizado, levantó la vista cuando ella entró. Su rostro se puso rojo, haciendo que las cicatrices rojo brillante de su acné destacaran aún más.
Normalmente ______ trataría de no mirar directamente a Kevin, porque le hacía sonrojar, pero en ese momento estaba demasiado molesta como para que le importara. Cogió su taza de agua con hielo y succionó con enojo la paja. Los cubos de hielo en el interior se sacudieron. Kevin se ruborizó más cuando ella se le quedó mirando
—¿Qué?
—N-nada. —Él continúo desembalando la caja.
______ no tenía nada que hace ahí atrás en realidad, excepto estorbarle, pero necesitaba desahogarse, quería patear algo o romperlo, quería darle una cachetada a Missy y desafiar a la perra. Lo cual, por supuesto, nunca haría, porque en verdad no tenía razón para hacerlo.
______, después de todo, tenía un novio. Más o menos. O quizás no. De cualquier forma, no importaba, porque Joseph no era la clase de chico que fuera tras chicas como ella. Él obviamente iba tras chicas como Missy.
—Ramera —murmuró ______ deseando fumar o hacer algo rudo como eso. Ella quería hacer algo afuera, algo que la hiciera lucir genial, mientras pretendía que no estaba enojada y dolorida por dentro ante una traición que no tenía motivos para sentir.
Detrás de ella, Kevin se echó a reír. Luego de un segundo, ______ también lo hizo. Sonaba como un vidrio rompiéndose, le dolía el pecho justo debajo del corazón, pero siguió riéndose. Ella captó la mirada de él, y la visión de su sonrisa forzó otra en ella, riéndose y riéndose más, hasta que después de un minuto los dos estaban riéndose a carcajadas.
—Tu amiga Missy es… interesante —dijo Kevin cuando sus risas se hubieron desvanecido—. Nunca había visto a Joseph Jonas entrar a la tienda antes.
—¿Le conoces?
—Todos conocen a Joseph —dijo Kevin, su risa desvaneciéndose. Él no la miraba. El rosado de sus mejillas había desaparecido, pero ahora regresaba.
—Yo no.
Kevin la miró a los ojos, una rara ocasión.
—Q—quizás eso no es algo malo.
—Debe ser agradable —interrumpió Tammy, asomando su cabeza por la puerta—. Tener tiempo para andar por ahí. ¡Pero yo estoy atrapada aquí!
______ se levantó y sacudió sus manos en la parte trasera de sus pantalones cortos.
—Ya voy.
Tammy puso los ojos en blanco.
—Será mejor. ¡Tengo que llenar tres conos de helado y una cubeta grande!
Como gerente de la noche, ______ pudo haberle dicho a Tammy que se aguantara y lidiara con ello, pero a Tammy le tomaría el doble del tiempo hacer las mismas tareas que ______ podía hacer en un par de minutos.
—Voy, voy.
No tuvo tiempo de pensar mucho después de eso porque la tienda se llenó de niños hambrientos y sucios y malhumorados adultos quemados por el sol rogando por dulces. Las últimas horas antes de cerrar pasaron volando, para cuando llegó el momento de cerrar, su humor había cambiado. Miró el reloj y apuró a Tammy y a Kevin a salir por la puerta trasera, luego se dirigió a la puerta delantera para cerrarla también. Con algo de suerte tendría el baño para sí misma cuando llegara a casa, y quizás un mensaje de Andy. Ella le había dejado media docena a él.
—Lo siento —dijo ella, mirando a la puerta por el sonido de la campana—Estamos…
—¿Cerrados? —preguntó Joseph con una sonrisa que volvió sus piernas de gelatina—. Eso espero. Vine a ver si podía acompañarte a casa.
Las respuestas se van dando por medio de los capítulos, chicas.;) Yo estaba igual que ustedes en un principio, pero se va aclarando todo, no se preocupen. Gracias por leer la nove y gracias por sus comentarios.:) Un beso.
Atte:
Kary
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Aaaaaaaaahhhhhh!!!!!!
Yo sabía q era envidia de la ramera esa de missy jajajajjajaja
Joe no podía ser gay ni de chiste
Síguela mujer por favor
Me encanta!!!!!!
Yo sabía q era envidia de la ramera esa de missy jajajajjajaja
Joe no podía ser gay ni de chiste
Síguela mujer por favor
Me encanta!!!!!!
Julieta♥
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Eso no me aclara mucho acerca de Joe
Missy ramera estupida
Siguelaaaa
Missy ramera estupida
Siguelaaaa
JB&1D2
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 05
Ahora…
La sabana bajo su mejilla era fresca y suave. La piel interior de su mano, cálida. El pecho de Joseph no subía o bajaba. No estaba respirando. ¿Estaba respirando? ¿Podía? Ella paso sus dedos por el pezón de sus pectorales, pero nada se sintió debajo de él. No había pulso cardiaco. Aun así estaba vivo. Ahí. Real y sólido, no era transparente. Le podía tocar. Dios, ella le probó.
—Dime que sucedió —le susurró ______. Le besó justo encima de sus costillas y dejó que su boca se entretuviese en su piel con un sabor persistente a sal.
Él no dijo nada durante un momento tan largo que creyó que ya no iba a hablar. Sus manos acariciaron el cabello de ella hacia abajo una vez y otra vez, hipnotizándola, y luego se quedó quieto. ______ presionó sus dedos a través de la línea de rizos, en la parte interior del vientre. Los cabellos le hicieron cosquillas en la palma de la mano. Su cuerpo debajo del de ella, se había tensado.
—No creo que lo sepa.
Él se movió y sus manos volvieron a acariciar una y otra vez.
Había un millón de preguntas dando vueltas en su cabeza, pero a ninguna de ellas las podía transformar en sonido. Y si él no respiraba, si su corazón no latía, ¿cómo podía estar caliente? Si él era un espíritu. ¿Cómo podía tocarla? ¿Cómo podía follarla?
Su propio pulso cardiaco palpitó con fuerza en sus oídos y su aliento se atascó en su garganta. Un escalofrío la recorrió y regresó junto a él, apretándose para estar más juntos, agradecida por la calidez que simplemente no podía entender. Mientras que en realidad, ¿qué importante era para ella saber los detalles de esta cosa magnificente, de este milagro? ¿Cambiaría en algo el saber aquello? ¿Lo haría mejor? ¿O peor?
—No tienes por qué decírmelo —le dijo ______.
Ella curvo sus dedos en el hueso de la cadera de él, para presionar la sólida curva de cálida carne debajo de él. Había memorizado cada detalle del cuerpo con su boca y las yemas de sus dedos, y no se había olvidado de nada, pero tocarle ahora era igual de nuevo que la primera vez. Todo acerca de él era nuevo y viejo a la vez, una superposición de la memoria.
—Me había ido —dijo él simplemente. Tres pequeñas palabras con un significado tan complicado—. Pero ahora estoy de vuelta.
______ buscó su costado, luego presionó contra su hombro para mirarle. Los dedos de Joseph se enredaron en su cabello antes que le diera por perdido. Ella se apoyó lo suficientemente cerca como para besarle, pero no lo hizo. Esperó por la presión de su aliento contra su rostro, y por supuesto no sucedió.
—No quiero saberlo —le dijo ______—. No importa. ¿O es así? Tu estas aquí ahora.
Él puso su mano en la base de su cuello y la atrajo en busca de ese beso. Boca con boca, labio con labio, lengua con lengua. Sus dientes chocaron brevemente, ______ se alejó un poco para mirarle a los ojos. Eran los mismos. Delineó la forma de sus cejas con sus dedos y escondió su cara en el consuelo de sus hombros.
—No —dijo después de unos segundos—. Creo que no.
Él la sostuvo por unos momentos, mientras que sus hombros se sacudían con los sollozos que ella sin éxito trataba de contener.
—¿Por qué estas llorando?
Ella le agarro más fuerte y su risa se mezcló con las lágrimas.
—Porque… recién descubrí que te habías ido y yo ni siquiera lo había sabido, y ahora estas de vuelta. Tus estas aquí y yo estoy aquí, y es como…
—También se siente diferente —le dijo Joseph—. Se siente más profundo.
______ se rió y le miró a la cara. La tocó. Real y sólido.
—Me estoy volviendo loca.
—No lo estas. Yo soy real. —Puso su mano en la entrepierna. Su pene se estiro al tacto de ella—. ¿Acaso eso se siente como si estuvieras loca?
______ rodó sus ojos un poco, pero no sacó su mano.
—El mismo Joseph de antes.
—Pensando con mi pene —terminó por ella—. Sí, algunas cosas nunca cambian.
—Y otras si lo hacen —le dijo ella. Aún con su corto camisón, ______ se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Sus braguitas se sentían un poco ajadas y su entrepierna estaba dolorida por el rudo e inacostumbrado trato, pero aunque no habían usado protección, nada mojaba sus braguitas.
Aparentemente, así como no respiraba, Joseph tampoco eyaculaba. Ahí había calor, y ella lo olio en su cuerpo, pero no había… evidencia. Este pensamiento la estranguló con la media carcajada estancada en la garganta. ______ descansó la cabeza en el frescor del vidrio de la ventana y cerró sus ojos, escuchando el sonido del océano que no podía ver.
Sus pies descalzos susurraron en la alfombra y su calor llegó antes de que lo hiciesen sus
manos. Ella no se encogió ante su toque, pero tampoco corrió hacia él. Cuando ella abrió sus ojos, él también estaba viendo el exterior de la ventana. Él se volvió hacia ella. Movió una mano hacia debajo de su cabello.
—Está más largo —le dijo.
Él era el mismo, pero muchas cosas acerca de ella habían cambiado.
—Sí.
—Me gusta. —Tiro de los extremos y sus manos se deslizaron hacia arriba, a ocupar la base de su cuello—. Es lindo.
Ella nunca pensó que él le diría que era linda. El cumplido casi la abrumo de emoción y tuvo que morderse el interior de la mejilla para mantener el control.
—Gracias.
—Lo digo en serio.
La risa de ella sonó amarga.
—Claro. Dos chicos y un montón de años después. Sigo siendo la misma.
—Lo eres para mí. —La voz de él adquirió un tono duro que la hizo mirarle.
______ levanto su barbilla, luego se sacó el camisolín y lo tiro al piso. En la clara e imperdonable luz de la mañana, ella quería encogerse y esconderse detrás de sus manos, pero se mantuvo derecha y dejo que él la viera. Todo de ella. Las cicatrices, las marcas, los lugares en los que su cuerpo había cambiado. Se había mantenido en forma y en realidad ahora pesaba menos que en el pasado, pero no parecía la misma.
Ella señaló su cuerpo.
—Joseph, ya no soy una niña.
La mirada de él la recorrió de la cabeza a los dedos del pie, tan despacio que ella quería moverse, pero se mantuvo quieta. Al final, cuando él levanto sus ojos a su cara ella se mentalizó para una mirada de disgusto, o peor de burla.
Esta vez cuando él busco su mano, ella le dejó tomarla. Tiró de ella con dos pequeños pasos a sus brazos. Sus cuerpos aun encajaban perfectamente, como siempre lo habían hecho. Contra su vientre, el pene de él no se sintió tan erecto. Sus manos habían encontrado la curva de su trasero y la atrajo para sí.
—No sé qué te preocupa —dijo Joseph—. Para mí tú luces exactamente como siempre lo hiciste.
Ella se rió.
—No tienes que halagarme.
Él buscó sus labios.
—Claro, porque ese es realmente mi estilo. Los halagos.
—Tengo canas en el cabello… —Ella no quería enumerar todos sus defectos para él, cuando fácilmente los podía ver por sí mismo, aún ante su curiosa mirada ______ no podía pararse a sí misma—. Y pies de cuervo y patas de gallo… ¿Acaso no vez nada de eso?
Él negó con la cabeza. Andy le había dicho exactamente lo mismo, pero Andy era también el primero en recordarle que si comía demasiada crema batida, su trasero se agrandaría. ______ dejo que su cabeza descansara sobre el pecho de Joseph antes de volver a mirarlo a la cara.
—Dime que ves.
—Eres hermosa —le dijo Joseph.
Él nunca le había dicho eso. Ella tampoco le hubiera creído en esos momentos, si lo hubiese hecho. Pero, ahora le creía.
—Dime que sucedió —le susurró ______. Le besó justo encima de sus costillas y dejó que su boca se entretuviese en su piel con un sabor persistente a sal.
Él no dijo nada durante un momento tan largo que creyó que ya no iba a hablar. Sus manos acariciaron el cabello de ella hacia abajo una vez y otra vez, hipnotizándola, y luego se quedó quieto. ______ presionó sus dedos a través de la línea de rizos, en la parte interior del vientre. Los cabellos le hicieron cosquillas en la palma de la mano. Su cuerpo debajo del de ella, se había tensado.
—No creo que lo sepa.
Él se movió y sus manos volvieron a acariciar una y otra vez.
Había un millón de preguntas dando vueltas en su cabeza, pero a ninguna de ellas las podía transformar en sonido. Y si él no respiraba, si su corazón no latía, ¿cómo podía estar caliente? Si él era un espíritu. ¿Cómo podía tocarla? ¿Cómo podía follarla?
Su propio pulso cardiaco palpitó con fuerza en sus oídos y su aliento se atascó en su garganta. Un escalofrío la recorrió y regresó junto a él, apretándose para estar más juntos, agradecida por la calidez que simplemente no podía entender. Mientras que en realidad, ¿qué importante era para ella saber los detalles de esta cosa magnificente, de este milagro? ¿Cambiaría en algo el saber aquello? ¿Lo haría mejor? ¿O peor?
—No tienes por qué decírmelo —le dijo ______.
Ella curvo sus dedos en el hueso de la cadera de él, para presionar la sólida curva de cálida carne debajo de él. Había memorizado cada detalle del cuerpo con su boca y las yemas de sus dedos, y no se había olvidado de nada, pero tocarle ahora era igual de nuevo que la primera vez. Todo acerca de él era nuevo y viejo a la vez, una superposición de la memoria.
—Me había ido —dijo él simplemente. Tres pequeñas palabras con un significado tan complicado—. Pero ahora estoy de vuelta.
______ buscó su costado, luego presionó contra su hombro para mirarle. Los dedos de Joseph se enredaron en su cabello antes que le diera por perdido. Ella se apoyó lo suficientemente cerca como para besarle, pero no lo hizo. Esperó por la presión de su aliento contra su rostro, y por supuesto no sucedió.
—No quiero saberlo —le dijo ______—. No importa. ¿O es así? Tu estas aquí ahora.
Él puso su mano en la base de su cuello y la atrajo en busca de ese beso. Boca con boca, labio con labio, lengua con lengua. Sus dientes chocaron brevemente, ______ se alejó un poco para mirarle a los ojos. Eran los mismos. Delineó la forma de sus cejas con sus dedos y escondió su cara en el consuelo de sus hombros.
—No —dijo después de unos segundos—. Creo que no.
Él la sostuvo por unos momentos, mientras que sus hombros se sacudían con los sollozos que ella sin éxito trataba de contener.
—¿Por qué estas llorando?
Ella le agarro más fuerte y su risa se mezcló con las lágrimas.
—Porque… recién descubrí que te habías ido y yo ni siquiera lo había sabido, y ahora estas de vuelta. Tus estas aquí y yo estoy aquí, y es como…
—También se siente diferente —le dijo Joseph—. Se siente más profundo.
______ se rió y le miró a la cara. La tocó. Real y sólido.
—Me estoy volviendo loca.
—No lo estas. Yo soy real. —Puso su mano en la entrepierna. Su pene se estiro al tacto de ella—. ¿Acaso eso se siente como si estuvieras loca?
______ rodó sus ojos un poco, pero no sacó su mano.
—El mismo Joseph de antes.
—Pensando con mi pene —terminó por ella—. Sí, algunas cosas nunca cambian.
—Y otras si lo hacen —le dijo ella. Aún con su corto camisón, ______ se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Sus braguitas se sentían un poco ajadas y su entrepierna estaba dolorida por el rudo e inacostumbrado trato, pero aunque no habían usado protección, nada mojaba sus braguitas.
Aparentemente, así como no respiraba, Joseph tampoco eyaculaba. Ahí había calor, y ella lo olio en su cuerpo, pero no había… evidencia. Este pensamiento la estranguló con la media carcajada estancada en la garganta. ______ descansó la cabeza en el frescor del vidrio de la ventana y cerró sus ojos, escuchando el sonido del océano que no podía ver.
Sus pies descalzos susurraron en la alfombra y su calor llegó antes de que lo hiciesen sus
manos. Ella no se encogió ante su toque, pero tampoco corrió hacia él. Cuando ella abrió sus ojos, él también estaba viendo el exterior de la ventana. Él se volvió hacia ella. Movió una mano hacia debajo de su cabello.
—Está más largo —le dijo.
Él era el mismo, pero muchas cosas acerca de ella habían cambiado.
—Sí.
—Me gusta. —Tiro de los extremos y sus manos se deslizaron hacia arriba, a ocupar la base de su cuello—. Es lindo.
Ella nunca pensó que él le diría que era linda. El cumplido casi la abrumo de emoción y tuvo que morderse el interior de la mejilla para mantener el control.
—Gracias.
—Lo digo en serio.
La risa de ella sonó amarga.
—Claro. Dos chicos y un montón de años después. Sigo siendo la misma.
—Lo eres para mí. —La voz de él adquirió un tono duro que la hizo mirarle.
______ levanto su barbilla, luego se sacó el camisolín y lo tiro al piso. En la clara e imperdonable luz de la mañana, ella quería encogerse y esconderse detrás de sus manos, pero se mantuvo derecha y dejo que él la viera. Todo de ella. Las cicatrices, las marcas, los lugares en los que su cuerpo había cambiado. Se había mantenido en forma y en realidad ahora pesaba menos que en el pasado, pero no parecía la misma.
Ella señaló su cuerpo.
—Joseph, ya no soy una niña.
La mirada de él la recorrió de la cabeza a los dedos del pie, tan despacio que ella quería moverse, pero se mantuvo quieta. Al final, cuando él levanto sus ojos a su cara ella se mentalizó para una mirada de disgusto, o peor de burla.
Esta vez cuando él busco su mano, ella le dejó tomarla. Tiró de ella con dos pequeños pasos a sus brazos. Sus cuerpos aun encajaban perfectamente, como siempre lo habían hecho. Contra su vientre, el pene de él no se sintió tan erecto. Sus manos habían encontrado la curva de su trasero y la atrajo para sí.
—No sé qué te preocupa —dijo Joseph—. Para mí tú luces exactamente como siempre lo hiciste.
Ella se rió.
—No tienes que halagarme.
Él buscó sus labios.
—Claro, porque ese es realmente mi estilo. Los halagos.
—Tengo canas en el cabello… —Ella no quería enumerar todos sus defectos para él, cuando fácilmente los podía ver por sí mismo, aún ante su curiosa mirada ______ no podía pararse a sí misma—. Y pies de cuervo y patas de gallo… ¿Acaso no vez nada de eso?
Él negó con la cabeza. Andy le había dicho exactamente lo mismo, pero Andy era también el primero en recordarle que si comía demasiada crema batida, su trasero se agrandaría. ______ dejo que su cabeza descansara sobre el pecho de Joseph antes de volver a mirarlo a la cara.
—Dime que ves.
—Eres hermosa —le dijo Joseph.
Él nunca le había dicho eso. Ella tampoco le hubiera creído en esos momentos, si lo hubiese hecho. Pero, ahora le creía.
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Jummmm por lo q veo joe era una joyita de lo más odioso con ella
Pero quiero saber que paso con ellos y por q la rayis llego nuevamente allí y el como murió y como es q esta ahí y por q nunca se vieron antes el la dejo? Nunca la quiso?
Síguela por favor!!!!!!!!
Pero quiero saber que paso con ellos y por q la rayis llego nuevamente allí y el como murió y como es q esta ahí y por q nunca se vieron antes el la dejo? Nunca la quiso?
Síguela por favor!!!!!!!!
Julieta♥
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Ok tal vez no este muerto, eso quiere decir se convirtió en un Robot o es un vampiro
O solo es un sueño, o puede ser que la rayiz este que coma y este soñando con èl.
Siguelaaa. Todavia no entiendo mucho pero siguelaaaa
O solo es un sueño, o puede ser que la rayiz este que coma y este soñando con èl.
Siguelaaa. Todavia no entiendo mucho pero siguelaaaa
JB&1D2
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
CAPÍTULO 06
Entonces…
______ mantuvo su bicicleta entre ella y Joseph, como si aquella pequeña barrera pudiera hacer cualquier tipo de diferencia. Él todavía estaba tan cerca que ella podía olerlo. Lo suficientemente cerca para que sus brazos se rozaran alguna que otra vez. Ella trató de ignorar el cosquilleo que pasaba por su brazo cada vez que su piel desnuda la tocaba, pero no era fácil.
—No tienes que caminar conmigo todo el camino —protestó cuando estuvieron cerca de su casa—. En serio. Ya es tarde
—Es por eso que debería caminar contigo. —Joseph sonrió abiertamente.
Se detuvieron bajo un farol. Su pañuelo mantenía su cabello oscuro alejado de su rostro, pero ______ recordaba la forma en que caía sobre sus ojos la noche de la fiesta de Missy.
—Realmente no tienes que hacerlo —le dijo.
Sería difícil de explicar exactamente a su tía y tío o primos o cualquiera de la media docena de las otras personas que se alojaban en la casa de playa de sus abuelos porque estaba siendo escoltada a su casa por un hombre joven. Un joven urbanita, nada menos, y definitivamente no Andy. Todos conocían a Andy. Todos amaban a Andy. Ella amaba a Andy.
—Está bien. Ok. —Joseph encogió sus hombros y sacó un paquete de cigarros Swisher Sweets de su bolsillo. Encendió uno con el encendedor que sacó del bolsillo de sus pantalones. El humo oloroso se arremolinó entre ellos, y ______, quien normalmente hubiera tosido, lo aspiró.
El círculo de luz formaba una pared alrededor de ellos, manteniendo fuera la noche. ______ escuchó el murmullo bajo de voces y el sonido metálico de la correa de un perro, pero no se volvió para ver quien caminaba por ahí. El suave e interminable estruendo del océano era débil aquí, a solo tres cuadras de la playa. Ella había tomado la ruta larga a su casa.
—Es una casa de locos —explicó, aunque Joseph no le había pedido que le aclarara—. Es la casa de mis abuelos y ellos dejan a todos en la familia quedarse a dormir ahí. Podrían conseguir más dinero si la alquilaran, pero dicen que prefieren saber quiénes están durmiendo en sus camas. —Y quien estaba defecando en sus baños, de acuerdo con el abuelo de ______, pero no dijo eso.
—Tiene sentido. —Joseph asintió con la cabeza y aspiró el humo entrecerrando los ojos.
—Ellos me dejan quedarme ahí —______ continúo, medio odiando el ansia en su voz y lo que ella sabía que tenía que ser un claro intento de mantener la conversación sin agotarse—. Tengo el peor cuarto, pero es un lugar para quedarme. Así puedo ahorrar dinero para la escuela.
Otra vez, Joseph asintió con la cabeza, aunque esta vez él no agregó nada. ______ esperó, mirando el humo así no tenía que ver su rostro y ver si él la estaba mirando. O si no lo estaba.
—Voy a la Universidad Millersville —dijo—. ¿Vas a la escuela?
—No. —Joseph arrojó la colilla y la pisó con la punta de sus zapatillas de deporte—. No soy tan inteligente.
Ella se rió de eso. La sonrisa de Joseph le indicó que él no estaba bromeando, así que dejo de reír.
—Oh, vamos. Estoy segura que no es verdad.
Joseph se encogió de hombros.
—Ser un sabelotodo no es lo mismo, ______.
La manera en que su voz envolvió alrededor de su nombre le dio un escalofrío.
—Ser inteligente no lo es todo.
—Lo dice la chica que es inteligente.
—Como dije —______ repitió, apartando la mirada—, ser inteligente no lo es todo.
Joseph metió las manos en sus bolsillos y se meció hacia adelante y atrás sobre sus pies.
—¿Cuánto tiempo hace que conoces a Missy?
—Alrededor de tres años. Desde que empecé a trabajar aquí. —______ tocó con la punta del pie la grava y se apoyó sobre el manubrio de su bicicleta—. ¿Tú?
—La acabo de conocer. Ella es la chica de Ryan. —Joseph soltó un bajo, divertido bufido—. Algunas veces.
—Sí. Otras veces ella es la chica de todo el mundo. —______ se sorprendió con esa pizca de burla, pero Joseph no parecía sorprendido.
—Sí —Joseph coincidió, con otra de las lentas sonrisas que provocaban a ______ una fiebre—, aunque no mía.
—No es asunto mío.
Joseph no dijo nada. Finalmente, incapaz de soportar el silencio, ella le miró. Él no estaba
sonriendo.
—¿Ella te dijo que soy raro?
La boca de ______ se abrió pero no pudo responder rápidamente. Cuanto más tiempo pasaba sin que ella respondiera, parecía peor, hasta que finalmente dijo:
—Sí.
—Esa pequeña zorra. —Joseph frunció el ceño. ______ encontraba irresistible la sonrisa, pero el ceño fruncido hizo que su corazón diera golpes como las olas—. ¿Cuál es problema conmigo? Si no le está diciendo a todo el mundo que follé a Heather, está inventando mierda sobre que soy homosexual.
No pasó mucho tiempo antes de que ______ entendiera lo que estaba diciendo. Joseph miró su sonrisa compungida.
—No pienso que sea sobre ti, realmente —dijo ella.
—¿No? —Él coloco sus manos sobre sus caderas y frunció el ceño más duramente. La luz sobre su cabeza hacia que sus ojos quedaran en sombras, pero ______ detectó el flash de ira, ira real, en su mirada—. ¿De quién, entonces?
—Um… —______ había estado saliendo con Andy tanto tiempo como tenía conociendo a Missy, pero aun así había habido bastante rivalidad entre ellas, nunca reconocida activamente—. A Missy le gusta probar que ella les gusta más a los chicos o algo así. No lo sé. Si digo que me gusta un chico, ella de repente va detrás de él.
Esa pequeña revelación quedó suspendida entre ellos y ______ deseó poder retractarse. Joseph sonrió lentamente, pareciéndose más que nunca a un pirata. ______ sonrió, también, un escaso segundo después de él. No podría haberse detenido a si mismo incluso si quisiera. Compartieron una mirada y algo tácito paso entre ellos. Un entendimiento. Al menos, así era la manera cómo lo sentía ella, y cuando Joseph hablo demostró que estaba en lo correcto.
Su ceño se suavizó.
—Pensé que ella era tu amiga.
—Sí. Bueno… —______ encogió sus hombros—. Ella lo es. Más o menos.
—Chicas —dijo Joseph con un movimiento de cabeza—. Jesús. —Él le dirigió una mirada de reojo y una sonrisa—. Así que… ¿Ella no te dijo que quería invitarte a salir? —El corazón de ______ se alojó tan fuertemente en su garganta que estaba segura que no podía hablar… hasta que las palabras salieron.
—No. ¿Te dijo que tenía novio?
—No. —Joseph la miró—. ¿Lo tienes?
______ asintió con la cabeza después de un momento de duda, no confiando en poder hablar.
—Más o menos. —Parecía una respuesta peligrosa a esa pregunta. Joseph arrastró los pies en la grava. Él se detuvo, la cabeza erguida.
—Que puta mierda.
______ se encogió de hombros de nuevo, aunque él estaba solamente expresando lo que ella había pensado anteriormente. A ella no debería importarle sonar desleal. Missy obviamente no le daba importancia a las reglas tacitas de cacería.
—Nosotros realmente deberíamos molestarla un poco —él dijo—. Darle a probar de su propia medicina. —______ había pensado muchas veces en hacer exactamente eso, pero nunca había averiguado como.
—Oh, ¿Si?
Joseph asintió con la cabeza.
—Sí.
—¿Y cómo piensas que deberíamos hacer eso?
Era como si él hubiera abierto una bisagra en la parte superior de la cabeza y la hubiera derramado miel caliente, espesa y dulce, deslizándose por cada grieta desde sus pies hasta su cuero cabelludo. Esa mirada la hizo sentir lánguida. Y picara.
—No le digas nada. Solamente déjala pensar que algo pasa entre nosotros. —Joseph sonrió de nuevo—. Se volverá un poco loca, preguntándose. ¿De acuerdo?
______ se estremeció ante la idea, la correcta locura eso. La peligrosidad. Sin embargo no había duda sobre cuál sería su respuesta. Ninguna en absoluto.
—De acuerdo.
Joseph le tendió la mano.
—Será divertido.
______ deslizó su palma contra la suya y entrelazó los dedos con los de él. Joseph tenía manos fuertes, grandes y un poco ásperas. Las yemas de sus dedos rozaron gentilmente el dorso de su mano, la sensación aumentada por la súbita anticipación.
Él podía acercarla más en aquel preciso momento. Tal vez besarla para sellar el trato. La boca de ______ se abrió y su cuerpo se tensó, pero Joseph soltó su mano y la dejó anhelando.
—Divertido. —Acordó ella con voz ronca, y aclaró su garganta. Ella dio un paso atrás, la bicicleta una vez más una barrera—. Tengo que continuar. Gracias por caminar conmigo.
—Nos veremos, ¿de acuerdo? —Joseph no se movió.
______ no se atrevió a girarse a mirarle completamente, así que se conformó con una mirada forzada casual sobre su hombro.
—Claro. Pasa por la tienda mañana.
—¡______!
Ella se detuvo. Se volvió. Sonrió.
—¿Sí?
—Buenas noches. —Joseph la saludó, después se giró sobre sus talones y se metió las manos en sus bolsillos. Se alejó, silbando, y ______ le observó hasta que él abandono el círculo de luz que habían compartido, y desapareció en la oscuridad.
—No tienes que caminar conmigo todo el camino —protestó cuando estuvieron cerca de su casa—. En serio. Ya es tarde
—Es por eso que debería caminar contigo. —Joseph sonrió abiertamente.
Se detuvieron bajo un farol. Su pañuelo mantenía su cabello oscuro alejado de su rostro, pero ______ recordaba la forma en que caía sobre sus ojos la noche de la fiesta de Missy.
—Realmente no tienes que hacerlo —le dijo.
Sería difícil de explicar exactamente a su tía y tío o primos o cualquiera de la media docena de las otras personas que se alojaban en la casa de playa de sus abuelos porque estaba siendo escoltada a su casa por un hombre joven. Un joven urbanita, nada menos, y definitivamente no Andy. Todos conocían a Andy. Todos amaban a Andy. Ella amaba a Andy.
—Está bien. Ok. —Joseph encogió sus hombros y sacó un paquete de cigarros Swisher Sweets de su bolsillo. Encendió uno con el encendedor que sacó del bolsillo de sus pantalones. El humo oloroso se arremolinó entre ellos, y ______, quien normalmente hubiera tosido, lo aspiró.
El círculo de luz formaba una pared alrededor de ellos, manteniendo fuera la noche. ______ escuchó el murmullo bajo de voces y el sonido metálico de la correa de un perro, pero no se volvió para ver quien caminaba por ahí. El suave e interminable estruendo del océano era débil aquí, a solo tres cuadras de la playa. Ella había tomado la ruta larga a su casa.
—Es una casa de locos —explicó, aunque Joseph no le había pedido que le aclarara—. Es la casa de mis abuelos y ellos dejan a todos en la familia quedarse a dormir ahí. Podrían conseguir más dinero si la alquilaran, pero dicen que prefieren saber quiénes están durmiendo en sus camas. —Y quien estaba defecando en sus baños, de acuerdo con el abuelo de ______, pero no dijo eso.
—Tiene sentido. —Joseph asintió con la cabeza y aspiró el humo entrecerrando los ojos.
—Ellos me dejan quedarme ahí —______ continúo, medio odiando el ansia en su voz y lo que ella sabía que tenía que ser un claro intento de mantener la conversación sin agotarse—. Tengo el peor cuarto, pero es un lugar para quedarme. Así puedo ahorrar dinero para la escuela.
Otra vez, Joseph asintió con la cabeza, aunque esta vez él no agregó nada. ______ esperó, mirando el humo así no tenía que ver su rostro y ver si él la estaba mirando. O si no lo estaba.
—Voy a la Universidad Millersville —dijo—. ¿Vas a la escuela?
—No. —Joseph arrojó la colilla y la pisó con la punta de sus zapatillas de deporte—. No soy tan inteligente.
Ella se rió de eso. La sonrisa de Joseph le indicó que él no estaba bromeando, así que dejo de reír.
—Oh, vamos. Estoy segura que no es verdad.
Joseph se encogió de hombros.
—Ser un sabelotodo no es lo mismo, ______.
La manera en que su voz envolvió alrededor de su nombre le dio un escalofrío.
—Ser inteligente no lo es todo.
—Lo dice la chica que es inteligente.
—Como dije —______ repitió, apartando la mirada—, ser inteligente no lo es todo.
Joseph metió las manos en sus bolsillos y se meció hacia adelante y atrás sobre sus pies.
—¿Cuánto tiempo hace que conoces a Missy?
—Alrededor de tres años. Desde que empecé a trabajar aquí. —______ tocó con la punta del pie la grava y se apoyó sobre el manubrio de su bicicleta—. ¿Tú?
—La acabo de conocer. Ella es la chica de Ryan. —Joseph soltó un bajo, divertido bufido—. Algunas veces.
—Sí. Otras veces ella es la chica de todo el mundo. —______ se sorprendió con esa pizca de burla, pero Joseph no parecía sorprendido.
—Sí —Joseph coincidió, con otra de las lentas sonrisas que provocaban a ______ una fiebre—, aunque no mía.
—No es asunto mío.
Joseph no dijo nada. Finalmente, incapaz de soportar el silencio, ella le miró. Él no estaba
sonriendo.
—¿Ella te dijo que soy raro?
La boca de ______ se abrió pero no pudo responder rápidamente. Cuanto más tiempo pasaba sin que ella respondiera, parecía peor, hasta que finalmente dijo:
—Sí.
—Esa pequeña zorra. —Joseph frunció el ceño. ______ encontraba irresistible la sonrisa, pero el ceño fruncido hizo que su corazón diera golpes como las olas—. ¿Cuál es problema conmigo? Si no le está diciendo a todo el mundo que follé a Heather, está inventando mierda sobre que soy homosexual.
No pasó mucho tiempo antes de que ______ entendiera lo que estaba diciendo. Joseph miró su sonrisa compungida.
—No pienso que sea sobre ti, realmente —dijo ella.
—¿No? —Él coloco sus manos sobre sus caderas y frunció el ceño más duramente. La luz sobre su cabeza hacia que sus ojos quedaran en sombras, pero ______ detectó el flash de ira, ira real, en su mirada—. ¿De quién, entonces?
—Um… —______ había estado saliendo con Andy tanto tiempo como tenía conociendo a Missy, pero aun así había habido bastante rivalidad entre ellas, nunca reconocida activamente—. A Missy le gusta probar que ella les gusta más a los chicos o algo así. No lo sé. Si digo que me gusta un chico, ella de repente va detrás de él.
Esa pequeña revelación quedó suspendida entre ellos y ______ deseó poder retractarse. Joseph sonrió lentamente, pareciéndose más que nunca a un pirata. ______ sonrió, también, un escaso segundo después de él. No podría haberse detenido a si mismo incluso si quisiera. Compartieron una mirada y algo tácito paso entre ellos. Un entendimiento. Al menos, así era la manera cómo lo sentía ella, y cuando Joseph hablo demostró que estaba en lo correcto.
Su ceño se suavizó.
—Pensé que ella era tu amiga.
—Sí. Bueno… —______ encogió sus hombros—. Ella lo es. Más o menos.
—Chicas —dijo Joseph con un movimiento de cabeza—. Jesús. —Él le dirigió una mirada de reojo y una sonrisa—. Así que… ¿Ella no te dijo que quería invitarte a salir? —El corazón de ______ se alojó tan fuertemente en su garganta que estaba segura que no podía hablar… hasta que las palabras salieron.
—No. ¿Te dijo que tenía novio?
—No. —Joseph la miró—. ¿Lo tienes?
______ asintió con la cabeza después de un momento de duda, no confiando en poder hablar.
—Más o menos. —Parecía una respuesta peligrosa a esa pregunta. Joseph arrastró los pies en la grava. Él se detuvo, la cabeza erguida.
—Que puta mierda.
______ se encogió de hombros de nuevo, aunque él estaba solamente expresando lo que ella había pensado anteriormente. A ella no debería importarle sonar desleal. Missy obviamente no le daba importancia a las reglas tacitas de cacería.
—Nosotros realmente deberíamos molestarla un poco —él dijo—. Darle a probar de su propia medicina. —______ había pensado muchas veces en hacer exactamente eso, pero nunca había averiguado como.
—Oh, ¿Si?
Joseph asintió con la cabeza.
—Sí.
—¿Y cómo piensas que deberíamos hacer eso?
Era como si él hubiera abierto una bisagra en la parte superior de la cabeza y la hubiera derramado miel caliente, espesa y dulce, deslizándose por cada grieta desde sus pies hasta su cuero cabelludo. Esa mirada la hizo sentir lánguida. Y picara.
—No le digas nada. Solamente déjala pensar que algo pasa entre nosotros. —Joseph sonrió de nuevo—. Se volverá un poco loca, preguntándose. ¿De acuerdo?
______ se estremeció ante la idea, la correcta locura eso. La peligrosidad. Sin embargo no había duda sobre cuál sería su respuesta. Ninguna en absoluto.
—De acuerdo.
Joseph le tendió la mano.
—Será divertido.
______ deslizó su palma contra la suya y entrelazó los dedos con los de él. Joseph tenía manos fuertes, grandes y un poco ásperas. Las yemas de sus dedos rozaron gentilmente el dorso de su mano, la sensación aumentada por la súbita anticipación.
Él podía acercarla más en aquel preciso momento. Tal vez besarla para sellar el trato. La boca de ______ se abrió y su cuerpo se tensó, pero Joseph soltó su mano y la dejó anhelando.
—Divertido. —Acordó ella con voz ronca, y aclaró su garganta. Ella dio un paso atrás, la bicicleta una vez más una barrera—. Tengo que continuar. Gracias por caminar conmigo.
—Nos veremos, ¿de acuerdo? —Joseph no se movió.
______ no se atrevió a girarse a mirarle completamente, así que se conformó con una mirada forzada casual sobre su hombro.
—Claro. Pasa por la tienda mañana.
—¡______!
Ella se detuvo. Se volvió. Sonrió.
—¿Sí?
—Buenas noches. —Joseph la saludó, después se giró sobre sus talones y se metió las manos en sus bolsillos. Se alejó, silbando, y ______ le observó hasta que él abandono el círculo de luz que habían compartido, y desapareció en la oscuridad.
Chicas, necesito saber si les gusta la novela para seguir subiendola:/ Gracias por las que firman:) Un beso.
Atte:
Kary♥
Karely Jonatika
Re: "Más Profundo" (Joe&Tú)
Claro q siiiii
Yo soy tu fiel lectora
Necesito de tu nove!!!!!!
Tienes. Que Seguirla por q la amo !!!!!!!!
Yo soy tu fiel lectora
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Julieta♥
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