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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Mori x.x con lo que dijo Joe :') hjjhhjhj siiii esta enamorado de ella! La esta buscando awww esta muy lejos de donde la esta buscando o que? Bueno al menos ya sabe la rayis que esta mejor en cierto punto ya que esta haciendo lo que le gusta quien sabe como esta Michael :s spero la sigas. Sino llorare!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Se estaba acercando a la casa del pescador. _____________ se obligó a alejar los pensamientos tristes, abrió la puerta y entró en la habitación donde la joven Lisette Gibbons yacía gimoteando en la cama.
-¿Cómo está? -le preguntó _____________ a Agnus, con los ojos puestos en la barriga voluminosa de la chica bajo la sábana limpia, pero raída.
-Le duele mucho, pero no veo nada que vaya mal. El bebé llegará pronto.
_____________ se acercó a un lado de la cama, escurrió un paño mojado, que había en una palangana con agua en la mesa de al lado, y enjugó el sudor de la frente reJosephte de Lisette. Era una chica corpulenta, rubia y de ojos azules, y con unas caderas anchas que facilitarían la llegada del bebé.
-Cálmate -la tranquilizó _____________-. El niño llegará pronto y todo habrá terminado.
-Me moriré -gimió Lisette-. Me moriré como le pasó a mi hermana.
Jadeaba y sudaba. El dolor le hizo soltar tacos, maldecir su cuerpo pesado y voluminoso y también a su marido por ponerla en esa situación.
-No pasa nada, Lisette -le aseguró _____________ apretándole con suavidad un hombro-. No vas a morirte. Trata de conservar la calma. Cuando tengas la próxima contracción quiero que empujes todo lo que puedas.
La chica gimió y se mordió el labio inferior con tanta fuerza que le brotó una gotita de sangre. Estaba empapada en sudor, con el camisón húmedo y pegado al cuerpo. Tenía las muñecas atadas a la cabecera de la cama.
-Haz lo que te dice, niña -le indicó Agnus Pots-. Y da gracias de que la chica esté aquí. Soy demasiado vieja y estoy demasiado débil para hacer el trabajo que he hecho durante tantos años.
_____________ sonrió a la vieja comadrona y se secó el sudor de la frente con el dorso de una mano. La siguiente serie de contracciones llegó con rapidez y fuerza, pero Lisette obedeció entre gritos a lo que _____________ le decía y un bebé varón llegó al mundo.
_____________ entregó el pequeño a Agnus, que estuvo embobada con él mientras lo limpiaba y lo envolvía con una manta de lana para dejarlo en los brazos de su adormilada madre. _____________ observó la sonrisa amable y cansada de la mujer, vio el orgullo y el amor en su semblante y tuvo la misma sensación de turbación que tenía siempre que veía un recién nacido. La vida era muy valiosa. Y tan incierta...
Sin darse cuenta, se pasó una mano por su vientre redondeado. Llevaba tres semanas vomitando casi cada mañana, incapaz de tolerar ni siquiera un pedacito de pan. Sabía muy bien lo que eso significaba. Intentaba con todas sus fuerzas olvidar al hombre de quien se había enamorado tan perdidamente, arrancarse su imagen alta y morena de la mente y aceptar la vida que llevaba en Saint Ives. Quería olvidar, dejar atrás el dolor de perderlo.
Ahora que traería a su hijo al mundo, sabía que no lo lograría nunca.
Suspiró mientras se lavaba las manos en la palangana de la mesa destartalada. Por lo menos, una parte de él la acompañaría a lo largo de los años. Pensó en el bebé, rogando que fuera niña, imaginó los cabellos negros y sedosos y los ojos con motitas plateadas que heredaría sin duda, y la nostalgia la desgarró.
Suspiró por el padre al que su bebé no conocería nunca. Suspiró por Joseph y por sí misma.
Seis meses. Seis largos y angustiosos meses y seguía sin saber nada de ella. Joseph bajó la escalera para dirigirse a su estudio. Acababa de volver de un viaje al pueblo de Maidstone, ya que había recibido una información del herrero local de que una mujer con la descripción de _____________ vivía ahí en una casita. No era el primer viaje en vano que hacía.
Tras las dos primeras semanas de búsqueda infructuosa, ofreció una recompensa. Varias personas deseaban reclamarla.
Nat Whitley contrató hombres para que comprobaran todas las pistas posibles, y la mayoría fueron descartadas. Pero Joseph seguía en persona las que parecían prometedoras.
-¡Milord! ¡Milord! ¡Está usted en casa! -Michael corrió hacia él y Joseph lo levantó en brazos y lo recostó en uno de sus hombros.
-Llegué hace una hora. No quise interrumpir tus clases.
-El viejo Parny me está enseñando francés. Madre mía, ¿por qué tiene que aprender nadie a hablar como esos gabachos afeminados?
Joseph contuvo una sonrisa. El pequeño era el regalo más valioso que _____________ le había hecho. Había veces, como entonces, después de llegar a otro callejón sin salida, en que si no fuera por el niño habrían tenido que llevarlo a él al manicomio.
-El señor Parnell quiere que te adaptes bien a la sociedad -le explicó Joseph-. Me dijiste que querías ser un caballero como Dios manda. Bueno, pues el francés forma parte de lo que tienes que aprender.
-Seguro que usted no sabe hablar como los gabachos.
-Se dice los franceses. Y te equivocas, je parle francais assez bien. Comprenez-vous? Es lo que se espera de los miembros de las clases altas.
-Suena bien cuando usted lo dice. El viejo Parny parece un sapo metido en un cubo oxidado -afirmó Michael con el entrecejo fruncido.
Joseph sonrió.
-Mira, aprende las palabras y yo te ayudaré a decirlas bien, ¿de acuerdo?
-¡Perfecto! -aceptó encantado.
Lo dejó en el suelo y el pequeño corrió escaleras arriba para reunirse con su tutor.
-¿Milord? -Joseph se volvió al oír la voz de Reeves-. Perdone que le interrumpa, milord, pero parece que tiene una visita.
-¿Una visita? ¿Quién es?
-Lady Allison Hartman. Le dije que no recibía a nadie, ya que acababa de regresar de un viaje muy pesado a Maidstone, pero insistió en verle. Le pedí que esperara en el Salón Verde. ¿Quiere que la despida, milord?
Allison Hartman. Joseph suspiró para sus adentros, de repente más cansado que antes. Por Dios, era la última persona que esperaba ver.
-¿Cómo está? -le preguntó _____________ a Agnus, con los ojos puestos en la barriga voluminosa de la chica bajo la sábana limpia, pero raída.
-Le duele mucho, pero no veo nada que vaya mal. El bebé llegará pronto.
_____________ se acercó a un lado de la cama, escurrió un paño mojado, que había en una palangana con agua en la mesa de al lado, y enjugó el sudor de la frente reJosephte de Lisette. Era una chica corpulenta, rubia y de ojos azules, y con unas caderas anchas que facilitarían la llegada del bebé.
-Cálmate -la tranquilizó _____________-. El niño llegará pronto y todo habrá terminado.
-Me moriré -gimió Lisette-. Me moriré como le pasó a mi hermana.
Jadeaba y sudaba. El dolor le hizo soltar tacos, maldecir su cuerpo pesado y voluminoso y también a su marido por ponerla en esa situación.
-No pasa nada, Lisette -le aseguró _____________ apretándole con suavidad un hombro-. No vas a morirte. Trata de conservar la calma. Cuando tengas la próxima contracción quiero que empujes todo lo que puedas.
La chica gimió y se mordió el labio inferior con tanta fuerza que le brotó una gotita de sangre. Estaba empapada en sudor, con el camisón húmedo y pegado al cuerpo. Tenía las muñecas atadas a la cabecera de la cama.
-Haz lo que te dice, niña -le indicó Agnus Pots-. Y da gracias de que la chica esté aquí. Soy demasiado vieja y estoy demasiado débil para hacer el trabajo que he hecho durante tantos años.
_____________ sonrió a la vieja comadrona y se secó el sudor de la frente con el dorso de una mano. La siguiente serie de contracciones llegó con rapidez y fuerza, pero Lisette obedeció entre gritos a lo que _____________ le decía y un bebé varón llegó al mundo.
_____________ entregó el pequeño a Agnus, que estuvo embobada con él mientras lo limpiaba y lo envolvía con una manta de lana para dejarlo en los brazos de su adormilada madre. _____________ observó la sonrisa amable y cansada de la mujer, vio el orgullo y el amor en su semblante y tuvo la misma sensación de turbación que tenía siempre que veía un recién nacido. La vida era muy valiosa. Y tan incierta...
Sin darse cuenta, se pasó una mano por su vientre redondeado. Llevaba tres semanas vomitando casi cada mañana, incapaz de tolerar ni siquiera un pedacito de pan. Sabía muy bien lo que eso significaba. Intentaba con todas sus fuerzas olvidar al hombre de quien se había enamorado tan perdidamente, arrancarse su imagen alta y morena de la mente y aceptar la vida que llevaba en Saint Ives. Quería olvidar, dejar atrás el dolor de perderlo.
Ahora que traería a su hijo al mundo, sabía que no lo lograría nunca.
Suspiró mientras se lavaba las manos en la palangana de la mesa destartalada. Por lo menos, una parte de él la acompañaría a lo largo de los años. Pensó en el bebé, rogando que fuera niña, imaginó los cabellos negros y sedosos y los ojos con motitas plateadas que heredaría sin duda, y la nostalgia la desgarró.
Suspiró por el padre al que su bebé no conocería nunca. Suspiró por Joseph y por sí misma.
Seis meses. Seis largos y angustiosos meses y seguía sin saber nada de ella. Joseph bajó la escalera para dirigirse a su estudio. Acababa de volver de un viaje al pueblo de Maidstone, ya que había recibido una información del herrero local de que una mujer con la descripción de _____________ vivía ahí en una casita. No era el primer viaje en vano que hacía.
Tras las dos primeras semanas de búsqueda infructuosa, ofreció una recompensa. Varias personas deseaban reclamarla.
Nat Whitley contrató hombres para que comprobaran todas las pistas posibles, y la mayoría fueron descartadas. Pero Joseph seguía en persona las que parecían prometedoras.
-¡Milord! ¡Milord! ¡Está usted en casa! -Michael corrió hacia él y Joseph lo levantó en brazos y lo recostó en uno de sus hombros.
-Llegué hace una hora. No quise interrumpir tus clases.
-El viejo Parny me está enseñando francés. Madre mía, ¿por qué tiene que aprender nadie a hablar como esos gabachos afeminados?
Joseph contuvo una sonrisa. El pequeño era el regalo más valioso que _____________ le había hecho. Había veces, como entonces, después de llegar a otro callejón sin salida, en que si no fuera por el niño habrían tenido que llevarlo a él al manicomio.
-El señor Parnell quiere que te adaptes bien a la sociedad -le explicó Joseph-. Me dijiste que querías ser un caballero como Dios manda. Bueno, pues el francés forma parte de lo que tienes que aprender.
-Seguro que usted no sabe hablar como los gabachos.
-Se dice los franceses. Y te equivocas, je parle francais assez bien. Comprenez-vous? Es lo que se espera de los miembros de las clases altas.
-Suena bien cuando usted lo dice. El viejo Parny parece un sapo metido en un cubo oxidado -afirmó Michael con el entrecejo fruncido.
Joseph sonrió.
-Mira, aprende las palabras y yo te ayudaré a decirlas bien, ¿de acuerdo?
-¡Perfecto! -aceptó encantado.
Lo dejó en el suelo y el pequeño corrió escaleras arriba para reunirse con su tutor.
-¿Milord? -Joseph se volvió al oír la voz de Reeves-. Perdone que le interrumpa, milord, pero parece que tiene una visita.
-¿Una visita? ¿Quién es?
-Lady Allison Hartman. Le dije que no recibía a nadie, ya que acababa de regresar de un viaje muy pesado a Maidstone, pero insistió en verle. Le pedí que esperara en el Salón Verde. ¿Quiere que la despida, milord?
Allison Hartman. Joseph suspiró para sus adentros, de repente más cansado que antes. Por Dios, era la última persona que esperaba ver.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
SEEEIIISS MESES?????????????!!!!!
Y ELLA TENDRA UN BB DE JOE Y NO LE DIRA??????
AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!
ESTO ES UNA LOOCURAAAA!!!!!.....
Y LUEGO ESA VIVORA AHORA QUE QUIERE???????
Y ELLA TENDRA UN BB DE JOE Y NO LE DIRA??????
AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!
ESTO ES UNA LOOCURAAAA!!!!!.....
Y LUEGO ESA VIVORA AHORA QUE QUIERE???????
chelis
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
ahora que quiere esa vibora descarada???
aww va a teber un baby!!!
y ya pasaron seis meses!!
siguela!!!!!!!!!!!!!!!!
aww va a teber un baby!!!
y ya pasaron seis meses!!
siguela!!!!!!!!!!!!!!!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
-¿Milord?
-¿Qué? Oh, no... Gracias, Reeves. -Volvió al momento presente, lejos de los recuerdos de Allison, que no tenían comparación con los que guardaba de _____________-. Hablaré con ella.
Cuando abrió la puerta del Salón Verde, la encontró sentada en un sofá de brocado verde oscuro, tan rubia, hermosa y encantadora como la primera vez que la vio. Pensó en su fatiga y preocupación constantes por _____________, que le marcaban unas líneas profundas en el rostro, y supuso que a ella debía de parecerle que había envejecido diez años.
-¿Milord? -Se puso de pie cuando él entró, lo y le sonrió-. Me alegro de verle.
Joseph buscó con la mirada a su madre, la baronesa, que actuaba siempre de acompañante, pero no estaba.
-Lady Allison, está tan encantadora como siempre. -Se inclinó formalmente para besarle la mano.
-Gracias, milord -contestó ella, sonrojada.
-Espero que sus padres se encuentren bien.
-Muy bien, milord. Yo, en cambio, he estado muy preocupada últimamente.
Joseph arqueó una ceja.
-¿Preocupada?
-Sí, milord. He oído esas terribles historias... No es ningún secreto que su esposa le ha abandonado. Me han contado las horribles acusaciones que recaen sobre ella.
Joseph se irritó y tensó las mandíbulas.
-Mi esposa es inocente de cualquier fechoría. No ha hecho daño a nadie en su vida.
Allison se miró las manos, que tenía entrelazadas por delante, y habló en voz baja:
-Tengo motivos para dudar de eso, milord. A mí me hizo mucho daño, ¿sabe?
El enfado que sentía Joseph se marchó como una brisa de aire fresco. _____________ no era la única responsable de herir a Allison Hartman. El había manejado la situación muy mal y echó a perder todo el asunto.
-_____________ lamentó siempre lo sucedido, milady. Como yo. En ese momento necesitaba desesperadamente mi protección. Creo que estaba convencida de que nuestro matrimonio duraría sólo un breve período de tiempo y usted y yo nos casaríamos más adelante.
-¿De verdad creía eso? -preguntó, mirándolo fijamente con sus ojos azules.
-Sí.
-Tal vez por eso se marchó, milord -aventuró Allison, que se había acercado a él y posó su mano enguantada en el brazo de Joseph-. Para que pudiésemos estar por fin juntos.
Él bajó la vista hacia la delicada mano, grácil y femenina, que reposaba en su manga. No se imaginaba esa mano pequeña y delicada haciendo lo que fuera necesario para salvar la vida de un niño.
-Tal vez se marchara en parte por eso -concedió. Se soltó con suavidad y se separó un poco de la Joven-Cuando se fue, ella no sabía lo mucho que yo había llegado a amarla. No sabía que me alegraba de que nos hubiésemos casado y que me sentía privilegiado de que fuera mi esposa.
Allison se puso tensa y cerró los puños apretando el encaje de su vestido de seda de color crema.
-Pensaba que no creía usted en el amor. Eso es lo que siempre me dijo.
-Yo era un imbécil -se limitó a decir Joseph.
-Esperaba que pudiéramos arreglar las cosas entre nosotros -soltó de pronto Allison con el entrecejo fruncido y una mirada de desaprobación-. Ahora veo que estaba equivocada. Aceptaré la propuesta de matrimonio de Reginald Dickerson, lord Mortimer, como mi madre insistió en que hiciera.
Levantó el mentón, se sujetó la falda y, cuando pasó junto a su lado, Joseph la agarró de un brazo.
-Puede que no lo crea, Allison, pero es una suerte que no nos casáramos. Se merece un hombre que la ame, sea Mortimer o cualquier otro. Asegúrese de que sea alguien a quien usted pueda amar. Esa es la clave de la verdadera felicidad.
Allison no dijo nada, pero algo le brilló un momento en los ojos. Joseph observó el movimiento de su miriñaque mientras recorría el vestíbulo y se dirigía al carruaje que la esperaba. Era dulce e inocente, la clase de mujer que siempre creyó desear.
Ahora sabía que necesitaba una mujer inteligente, apasionada y comprometida. Una mujer que no temiera desafiarlo y a la que él encontrara desafiante a su vez. Necesitaba a _____________ Grayson y estaba decidido a encontrarla. No pararía hasta lograrlo.
-¿Qué? Oh, no... Gracias, Reeves. -Volvió al momento presente, lejos de los recuerdos de Allison, que no tenían comparación con los que guardaba de _____________-. Hablaré con ella.
Cuando abrió la puerta del Salón Verde, la encontró sentada en un sofá de brocado verde oscuro, tan rubia, hermosa y encantadora como la primera vez que la vio. Pensó en su fatiga y preocupación constantes por _____________, que le marcaban unas líneas profundas en el rostro, y supuso que a ella debía de parecerle que había envejecido diez años.
-¿Milord? -Se puso de pie cuando él entró, lo y le sonrió-. Me alegro de verle.
Joseph buscó con la mirada a su madre, la baronesa, que actuaba siempre de acompañante, pero no estaba.
-Lady Allison, está tan encantadora como siempre. -Se inclinó formalmente para besarle la mano.
-Gracias, milord -contestó ella, sonrojada.
-Espero que sus padres se encuentren bien.
-Muy bien, milord. Yo, en cambio, he estado muy preocupada últimamente.
Joseph arqueó una ceja.
-¿Preocupada?
-Sí, milord. He oído esas terribles historias... No es ningún secreto que su esposa le ha abandonado. Me han contado las horribles acusaciones que recaen sobre ella.
Joseph se irritó y tensó las mandíbulas.
-Mi esposa es inocente de cualquier fechoría. No ha hecho daño a nadie en su vida.
Allison se miró las manos, que tenía entrelazadas por delante, y habló en voz baja:
-Tengo motivos para dudar de eso, milord. A mí me hizo mucho daño, ¿sabe?
El enfado que sentía Joseph se marchó como una brisa de aire fresco. _____________ no era la única responsable de herir a Allison Hartman. El había manejado la situación muy mal y echó a perder todo el asunto.
-_____________ lamentó siempre lo sucedido, milady. Como yo. En ese momento necesitaba desesperadamente mi protección. Creo que estaba convencida de que nuestro matrimonio duraría sólo un breve período de tiempo y usted y yo nos casaríamos más adelante.
-¿De verdad creía eso? -preguntó, mirándolo fijamente con sus ojos azules.
-Sí.
-Tal vez por eso se marchó, milord -aventuró Allison, que se había acercado a él y posó su mano enguantada en el brazo de Joseph-. Para que pudiésemos estar por fin juntos.
Él bajó la vista hacia la delicada mano, grácil y femenina, que reposaba en su manga. No se imaginaba esa mano pequeña y delicada haciendo lo que fuera necesario para salvar la vida de un niño.
-Tal vez se marchara en parte por eso -concedió. Se soltó con suavidad y se separó un poco de la Joven-Cuando se fue, ella no sabía lo mucho que yo había llegado a amarla. No sabía que me alegraba de que nos hubiésemos casado y que me sentía privilegiado de que fuera mi esposa.
Allison se puso tensa y cerró los puños apretando el encaje de su vestido de seda de color crema.
-Pensaba que no creía usted en el amor. Eso es lo que siempre me dijo.
-Yo era un imbécil -se limitó a decir Joseph.
-Esperaba que pudiéramos arreglar las cosas entre nosotros -soltó de pronto Allison con el entrecejo fruncido y una mirada de desaprobación-. Ahora veo que estaba equivocada. Aceptaré la propuesta de matrimonio de Reginald Dickerson, lord Mortimer, como mi madre insistió en que hiciera.
Levantó el mentón, se sujetó la falda y, cuando pasó junto a su lado, Joseph la agarró de un brazo.
-Puede que no lo crea, Allison, pero es una suerte que no nos casáramos. Se merece un hombre que la ame, sea Mortimer o cualquier otro. Asegúrese de que sea alguien a quien usted pueda amar. Esa es la clave de la verdadera felicidad.
Allison no dijo nada, pero algo le brilló un momento en los ojos. Joseph observó el movimiento de su miriñaque mientras recorría el vestíbulo y se dirigía al carruaje que la esperaba. Era dulce e inocente, la clase de mujer que siempre creyó desear.
Ahora sabía que necesitaba una mujer inteligente, apasionada y comprometida. Una mujer que no temiera desafiarlo y a la que él encontrara desafiante a su vez. Necesitaba a _____________ Grayson y estaba decidido a encontrarla. No pararía hasta lograrlo.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!!!
ES HORAA DE ENCONTRARLAAAAAA!!!!!!
JOOOEEE SIGUE BUSCANDOOOO
ES HORAA DE ENCONTRARLAAAAAA!!!!!!
JOOOEEE SIGUE BUSCANDOOOO
chelis
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Esta embarazada! Oh por el amor de Dios!!
Que hermoso!!
Millones de gracias por subir la novela, la amo!
Que hermoso!!
Millones de gracias por subir la novela, la amo!
Augustinesg
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
awww ya que la encuentre!!!
Ja esa zorra ya estaba al asecho de Joseph :muere:
Siguela!!
Ja esa zorra ya estaba al asecho de Joseph :muere:
Siguela!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
CAPITULO 24
Los días se convirtieron en semanas. Las semanas fueron meses. Unas Navidades solitarias llegaron y se marcharon. Fuera de la casa, el viento gélido de enero golpeaba los postigos. Un mar helado batía sus olas contra la costa y un manto de nieve cubría, como una mano fría, la tierra congelada.
Entre las paredes gruesas de piedra de la casa de _____________, la pequeña chimenea estaba encendida y enviaba calor a las oscuras vigas de roble, y el brillo suave de las velas parpadeaba sobre la cuna, en un rincón.
_____________ miró al pequeñín de cabellos negros, que dormía apacible, y sintió un amor tan grande que le tembló la mano al colocarle bien la manta bajo el mentón. Que fuera un varón en lugar de la niña que ella deseaba no importaba ya. Lo llevó en su vientre nueve largos meses, lo sufrió durante la agonía del parto, lo cuidó cuando los primeros brotes de cólico y de difteria, y lo amó desde el mismo momento en que abrió los ojos a la luz.
Era suyo. Suyo y de nadie más.
Que fuera Joseph William Jonas, heredero del quinto marqués de Jonas carecía de importancia. Incluso por el bien del niño, a quien había puesto el nombre de su padre, ella no podría regresar nunca al castillo de Running. Con su tío muerto, sólo Dios sabía el destino que le esperaba fuera de los confines remotos y protectores de Cornwall. La muerte en la horca o la vuelta al manicomio. No deseaba enfrentarse a ninguna de esas, dos posibilidades.
Y tenía que pensar en Joseph. No podía tampoco inmiscuirse otra vez en su vida, a pesar de que deseaba volver con toda su alma, de que pensaba en él todos los días, de que los echaba de menos, a él y a Michael, y los amaba más que nunca.
No sería bien recibida si iba, no después de lo que había pasado entre ellos. Si cerraba los ojos, todavía veía la cara de Joseph mientras ella atendía al pequeño Michael. Los cirujanos no eran mejores que los barberos.
Y una mujer, ¡por Dios santo! Ninguna mujer distinguida se dedicaría a algo tan deplorable. No. Joseph jamás aceptaría a la mujer que _____________ era en realidad, así que, por mucho que anhelara verlo, que ansiara estar con él, sabía que no podría regresar nunca.
El bebé empezó a llorar. _____________ lo levantó con cuidado y lo sostuvo contra su pecho.
-Ya, Joe, no llores. Mamá está aquí.
Pero el niño se negó a callar. Al fin y al cabo era el hijo de un marqués, un miembro de la alta nobleza, y tal vez reclamaba sus derechos.
La idea atormentaba a _____________ noche y día. Aunque amaba a Joe con toda el alma, si se tratase de una niña se justificaría de algún modo que se quedara con la madre. Pero Joe era un niño y un varón necesitaba a su padre. Se merecía el título y las propiedades que le correspondían por nacimiento. La culpa de negarle todo aquello la carcomía como una úlcera. Saber lo mucho que Joseph deseaba un hijo le hacía sentirse aún peor.
Acalló al niño cantándole en voz baja hasta que soltó un hipo y se volvió a dormir. Cansada tras un día de enderezar huesos rotos y aplicar ungüentos para todo, desde furúnculos hasta ampollas, dejó de nuevo al pequeño en la cuna y ella se acostó en su cama en el pequeño hueco que quedaba tras una cortina en el salón.
Intentó dormir, pero, a pesar de lo agotada que estaba, el sueño le era esquivo. Cerró los ojos y se adormiló un momento, y entonces un sonido cercano a la cama le hacía abrir los ojos de nuevo. Había un hombre alto entre las sombras. Bajo la luz trémula de la vela vislumbraba la curva de los pómulos, la línea firme de la mandíbula, la nariz recta y los labios bien formados. Los cabellos negros, apartados de la cara y recogidos en una cola con un lazo, brillaban como el ónix bajo el resplandor de la luz parpadeante.
-_____________... -suspiraba el hombre alargando una mano hacia ella-. Te he buscado por todas partes. ¡Dios mío, te he echado tanto de menos!
_____________ se lanzaba a sus brazos con los ojos llenos de lágrimas, que le resbalaban despacio por las mejillas.
-Joseph... Te amo. Te amo tanto...
Joseph le acariciaba la cara y la besaba como si no pudiera saciarse. Le ponía las manos en los senos y se los tocaba por encima del camisón frotándole el pezón con los dedos. _____________ lo besaba con pasión, aferrada a sus hombros, y le susurraba lo mucho que lo amaba. Cuando las manos masculinas se deslizaban por sus caderas, ella gemía, ansiosa por sentirlo en su interior.
El llegaba a su parte más íntima, la acariciaba con destreza y _____________ exclamaba su nombre y le rogaba que la poseyera.
-Te necesito -decía en un susurro-. Te he echado tanto de menos...
El hombre la penetraba y ella gemía de placer ante esa sensación de unidad que había extrañado durante tanto tiempo.
-He venido para llevarte a casa -le decía él en voz baja y a ella el corazón le daba un vuelco de alegría.
Creía entonces oírle decir que la amaba, pero otro sonido se interpuso y las palabras se perdieron. El sonido se hizo más fuerte: era el llanto de un niño, y la mente de _____________ cambió de rumbo. A medida que el llanto del hijo aumentaba, la imagen del padre se desvaneció.
-No -suplicó, alargando una mano hacia él-. por favor, no te vayas...
Pero aquel rostro atractivo se difuminó aún más y la figura alta retrocedió hacia la puerta. El llanto agudo del pequeño adquirió más fuerza, borrando los últimos restos del sueño. _____________ abrió los ojos. Al ver que estaba sola, se le encogió el corazón.
Sólo había sido un sueño, otro más de una serie de encuentros nocturnos que la dejaban ansiosa y necesitada, sumida en la desesperación, llena de un pesar insoportable. Tiritó de frío y, tras secarse las lágrimas de las mejillas, se levantó de la cama y fue a calmar a su hijo.
Jason Sinclair siguió al mayordomo por el vestíbulo, acompañado de su esposa, hacia el estudio del castillo de Running. Un Joseph sonriente les hizo señas para que entraran.
Entre las paredes gruesas de piedra de la casa de _____________, la pequeña chimenea estaba encendida y enviaba calor a las oscuras vigas de roble, y el brillo suave de las velas parpadeaba sobre la cuna, en un rincón.
_____________ miró al pequeñín de cabellos negros, que dormía apacible, y sintió un amor tan grande que le tembló la mano al colocarle bien la manta bajo el mentón. Que fuera un varón en lugar de la niña que ella deseaba no importaba ya. Lo llevó en su vientre nueve largos meses, lo sufrió durante la agonía del parto, lo cuidó cuando los primeros brotes de cólico y de difteria, y lo amó desde el mismo momento en que abrió los ojos a la luz.
Era suyo. Suyo y de nadie más.
Que fuera Joseph William Jonas, heredero del quinto marqués de Jonas carecía de importancia. Incluso por el bien del niño, a quien había puesto el nombre de su padre, ella no podría regresar nunca al castillo de Running. Con su tío muerto, sólo Dios sabía el destino que le esperaba fuera de los confines remotos y protectores de Cornwall. La muerte en la horca o la vuelta al manicomio. No deseaba enfrentarse a ninguna de esas, dos posibilidades.
Y tenía que pensar en Joseph. No podía tampoco inmiscuirse otra vez en su vida, a pesar de que deseaba volver con toda su alma, de que pensaba en él todos los días, de que los echaba de menos, a él y a Michael, y los amaba más que nunca.
No sería bien recibida si iba, no después de lo que había pasado entre ellos. Si cerraba los ojos, todavía veía la cara de Joseph mientras ella atendía al pequeño Michael. Los cirujanos no eran mejores que los barberos.
Y una mujer, ¡por Dios santo! Ninguna mujer distinguida se dedicaría a algo tan deplorable. No. Joseph jamás aceptaría a la mujer que _____________ era en realidad, así que, por mucho que anhelara verlo, que ansiara estar con él, sabía que no podría regresar nunca.
El bebé empezó a llorar. _____________ lo levantó con cuidado y lo sostuvo contra su pecho.
-Ya, Joe, no llores. Mamá está aquí.
Pero el niño se negó a callar. Al fin y al cabo era el hijo de un marqués, un miembro de la alta nobleza, y tal vez reclamaba sus derechos.
La idea atormentaba a _____________ noche y día. Aunque amaba a Joe con toda el alma, si se tratase de una niña se justificaría de algún modo que se quedara con la madre. Pero Joe era un niño y un varón necesitaba a su padre. Se merecía el título y las propiedades que le correspondían por nacimiento. La culpa de negarle todo aquello la carcomía como una úlcera. Saber lo mucho que Joseph deseaba un hijo le hacía sentirse aún peor.
Acalló al niño cantándole en voz baja hasta que soltó un hipo y se volvió a dormir. Cansada tras un día de enderezar huesos rotos y aplicar ungüentos para todo, desde furúnculos hasta ampollas, dejó de nuevo al pequeño en la cuna y ella se acostó en su cama en el pequeño hueco que quedaba tras una cortina en el salón.
Intentó dormir, pero, a pesar de lo agotada que estaba, el sueño le era esquivo. Cerró los ojos y se adormiló un momento, y entonces un sonido cercano a la cama le hacía abrir los ojos de nuevo. Había un hombre alto entre las sombras. Bajo la luz trémula de la vela vislumbraba la curva de los pómulos, la línea firme de la mandíbula, la nariz recta y los labios bien formados. Los cabellos negros, apartados de la cara y recogidos en una cola con un lazo, brillaban como el ónix bajo el resplandor de la luz parpadeante.
-_____________... -suspiraba el hombre alargando una mano hacia ella-. Te he buscado por todas partes. ¡Dios mío, te he echado tanto de menos!
_____________ se lanzaba a sus brazos con los ojos llenos de lágrimas, que le resbalaban despacio por las mejillas.
-Joseph... Te amo. Te amo tanto...
Joseph le acariciaba la cara y la besaba como si no pudiera saciarse. Le ponía las manos en los senos y se los tocaba por encima del camisón frotándole el pezón con los dedos. _____________ lo besaba con pasión, aferrada a sus hombros, y le susurraba lo mucho que lo amaba. Cuando las manos masculinas se deslizaban por sus caderas, ella gemía, ansiosa por sentirlo en su interior.
El llegaba a su parte más íntima, la acariciaba con destreza y _____________ exclamaba su nombre y le rogaba que la poseyera.
-Te necesito -decía en un susurro-. Te he echado tanto de menos...
El hombre la penetraba y ella gemía de placer ante esa sensación de unidad que había extrañado durante tanto tiempo.
-He venido para llevarte a casa -le decía él en voz baja y a ella el corazón le daba un vuelco de alegría.
Creía entonces oírle decir que la amaba, pero otro sonido se interpuso y las palabras se perdieron. El sonido se hizo más fuerte: era el llanto de un niño, y la mente de _____________ cambió de rumbo. A medida que el llanto del hijo aumentaba, la imagen del padre se desvaneció.
-No -suplicó, alargando una mano hacia él-. por favor, no te vayas...
Pero aquel rostro atractivo se difuminó aún más y la figura alta retrocedió hacia la puerta. El llanto agudo del pequeño adquirió más fuerza, borrando los últimos restos del sueño. _____________ abrió los ojos. Al ver que estaba sola, se le encogió el corazón.
Sólo había sido un sueño, otro más de una serie de encuentros nocturnos que la dejaban ansiosa y necesitada, sumida en la desesperación, llena de un pesar insoportable. Tiritó de frío y, tras secarse las lágrimas de las mejillas, se levantó de la cama y fue a calmar a su hijo.
Jason Sinclair siguió al mayordomo por el vestíbulo, acompañado de su esposa, hacia el estudio del castillo de Running. Un Joseph sonriente les hizo señas para que entraran.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Chicuelas, a partir de este capítulo solo quedan dos el 25 y el 26 que sería el final... :D Las amo y gracias por todo.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Ierda pase de pagina! Ahora leo todo aun no he leido xD pero ya leo al rato saldre de viaje y no podre leer :c pero en fin dejame leo y carajo! Ya va a termina! Sin duda fue genial aver leido esta nove m tiene bien picada te amamos gracias por subir esta hermosa nove hahaha bueno mejor m callo y lo digo al final pero ahora me quedare triste por pensar que terminar :'(
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
De una vesz pasare de pagina aunq no e leido los caps haha pero ya casi solo por que no comenntare hasta el lunes :'s
Pao Jonatica Forever :3
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