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Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
CAPITULO 16
Las Navidades pasaron. Fueron días felices, cálidos, animados y alegres, como los que _____________ viviera de niña. Le regaló a tía Winnie un chal de cachemir, precioso, y a Joseph una bonita caja de rapé plateada, con sus iniciales grabadas en oro en la tapa. Joseph la sorprendió con un exquisito collar de esmeraldas y diamantes, tan bonito que se quedó sin aliento.
-Oh, no puedo aceptarlo. Es demasiado valioso. En menos de un año me iré y...
-Eso será entonces. Esto es ahora. Te regalo el collar como amigo y quiero que lo aceptes.
Pero no la miraba como un amigo. Sus ojos estaban sombríos y ardientes y le hacían sentir un cosquilleo en el estómago.
Sin darse cuenta, _____________ se humedeció los labios y se clavó las uñas en las palmas de las manos para evitar acariciarlo. Cuando Joseph le sonrió, la boca le pareció tan sensual que, si cerraba los ojos, podía sentir esos labios deslizándose sobre los suyos, mordisqueándole las comisuras y besándole el cuello como la noche en que hicieron el amor. Sintió un calor intenso que se apoderó de sus entrañas.
Al día siguiente, él la llevó a pasear en trineo sobre la nieve recién caída. Bajo la gruesa manta de viaje, _____________ estaba caliente y feliz, y Joseph sonreía. Además, fueran a donde fueran, la observaba con sus ardientes ojos negros y plateados.
Se mostraba tan maravilloso, tan solícito que ___________ empezó a sentirse culpable por engañarlo desde hacía varias semanas, cuando le negó el permiso para usar la cabaña de piedra del bosque junto al río. Aunque su marido se lo había prohibido terminantemente, ella ignoró sus órdenes y se puso a trabajar en la cabaña. Al fin y al cabo estaban casados, por lo menos de momento. Eso le daba cierto derecho a usar lo que le pertenecía a él.
Sabía que la única razón que lo impulsaba a negarle el uso de la cabaña era que desaprobaba que, siendo mujer, se interesara por lo que él calificaba de «la práctica vulgar de la curación». Dedicarse a las hierbas y las pociones para intentar curar enfermos ya era bastante malo, pero interesarse por la anatomía resultaba inaceptable incluso entre los hombres más avezados. Se producían auténticos disturbios cuando la gente averiguaba que se impartían clases que incluían la disección de un cadáver humano. Se toleraba a los médicos. En cambio, se consideraba que los cirujanos, hombres que se dedicaban a cortar la carne humana, formaban parte de los peores elementos de la sociedad.
Joseph le había dicho con firmeza que esos intereses no eran nada adecuados para la marquesa de Jonas.
Sin embargo, se trataba del trabajo de su vida, lo único en lo que _____________ se interesaba de verdad. No era ella de esa clase de mujer que se sentaba a tejer o bordar o que manejaba acuarelas en un intento inútil de pintar. Sabía tocar el clavicémbalo bastante bien y hacerlo solía relajarla, pero su amor, su pasión era el estudio de las doctrinas ancestrales de las hierbas medicinales y su uso para curar enfermos.
Le encantaba aprender cosas sobre el cuerpo humano, tratar de entender cómo funcionaba. Quería saber cómo se soldaban los huesos, cómo corría la sangre bajo la piel, cuál era el mejor modo de curar las heridas, cómo tratar, o quizá prevenir incluso, las enfermedades.
Pero el marqués no era capaz de entenderlo. Quizá nadie lo fuese. No se trataba de un asunto que estuviera bien visto en una dama.
A _____________ no le importaba. Había encontrado su vocación y se había comprometido con ella. Incluso antes de montar su pequeño laboratorio secreto en la cabaña, administraba ya hierbas y pociones a algunas de las personas del pueblo. Al contar con un lugar propio, se corrió deprisa la voz de que podía ayudar, y varios campesinos locales habían ido a verla para recibir tratamiento.
Solía trabajar en la cabaña por la tarde, cuando el marqués se iba a supervisar los campos, trabajaba con los arrendatarios o repasaba con atención los libros de contabilidad.
Por supuesto, tía Winnie sabía dónde estaba y, sorprendentemente, parecía aprobarlo.
-Aveces mi sobrino es de lo más retrógrado. Siempre quiso tener una esposa dócil y obediente, pero una mujer así lo aburriría hasta decir basta. Haz lo que te diga la conciencia, _____________. Tienes que hacer lo que sea mejor para ti. Con el tiempo, mi sobrino aprenderá a aceptarte como eres.
Pero _____________ no lo creía. Por eso estaba convencida de que lo mejor seguía siendo la anulación, a pesar de que el corazón se le partía cada vez que pensaba en irse del castillo de Running, cada vez que se imaginaba casada con un hombre que no fuera el marqués de Litchfeld, lo que tendría que hacer si quería mantenerse fuera del alcance de su tío. Sería lo bastante mayor para casarse sin su consentimiento, pero hasta que no cumpliera veinticuatro años, si estaba soltera, seguiría siendo su tutor.
Pensó en el conde y se preguntó qué haría cuando la gestión de su fortuna pasara a manos del marqués y de su abogado, Nathaniel Whitley. Ya se estaban preparando los documentos y, en el fondo, esperaba que su tío estuviera rabiando frenético, lleno de preocupación y de rabia. Si sus limitados fondos lo dejaban en la miseria, mala suerte. Sólo la preocupaba su prima, Muriel, un títere en las manos autoritarias de su padre.
Tal vez hablaría con Joseph sobre eso, para que la joven recibiera algún tipo de estipendio mensual y lo bastante para una dote apropiada.
Aparte de eso, no sentía lástima por el duque de Dunstan. Estaba segura de que algún día ese hombre ardería en el infierno.
Douglas Roth, conde de Dunstan, estaba sentado ante el escritorio de su muy bien amueblado estudio de Milford Park. Con los años, había llegado a considerar suya esa habitación masculina y con paneles de roble que perteneció al difunto conde de Milford. De hecho, en su apreciación todo Milford Park le pertenecía. Durante años se imaginó viviendo entre el lujo y las comodidades de aquel entorno parecido a un parque y que había dado nombre al lugar.
-Oh, no puedo aceptarlo. Es demasiado valioso. En menos de un año me iré y...
-Eso será entonces. Esto es ahora. Te regalo el collar como amigo y quiero que lo aceptes.
Pero no la miraba como un amigo. Sus ojos estaban sombríos y ardientes y le hacían sentir un cosquilleo en el estómago.
Sin darse cuenta, _____________ se humedeció los labios y se clavó las uñas en las palmas de las manos para evitar acariciarlo. Cuando Joseph le sonrió, la boca le pareció tan sensual que, si cerraba los ojos, podía sentir esos labios deslizándose sobre los suyos, mordisqueándole las comisuras y besándole el cuello como la noche en que hicieron el amor. Sintió un calor intenso que se apoderó de sus entrañas.
Al día siguiente, él la llevó a pasear en trineo sobre la nieve recién caída. Bajo la gruesa manta de viaje, _____________ estaba caliente y feliz, y Joseph sonreía. Además, fueran a donde fueran, la observaba con sus ardientes ojos negros y plateados.
Se mostraba tan maravilloso, tan solícito que ___________ empezó a sentirse culpable por engañarlo desde hacía varias semanas, cuando le negó el permiso para usar la cabaña de piedra del bosque junto al río. Aunque su marido se lo había prohibido terminantemente, ella ignoró sus órdenes y se puso a trabajar en la cabaña. Al fin y al cabo estaban casados, por lo menos de momento. Eso le daba cierto derecho a usar lo que le pertenecía a él.
Sabía que la única razón que lo impulsaba a negarle el uso de la cabaña era que desaprobaba que, siendo mujer, se interesara por lo que él calificaba de «la práctica vulgar de la curación». Dedicarse a las hierbas y las pociones para intentar curar enfermos ya era bastante malo, pero interesarse por la anatomía resultaba inaceptable incluso entre los hombres más avezados. Se producían auténticos disturbios cuando la gente averiguaba que se impartían clases que incluían la disección de un cadáver humano. Se toleraba a los médicos. En cambio, se consideraba que los cirujanos, hombres que se dedicaban a cortar la carne humana, formaban parte de los peores elementos de la sociedad.
Joseph le había dicho con firmeza que esos intereses no eran nada adecuados para la marquesa de Jonas.
Sin embargo, se trataba del trabajo de su vida, lo único en lo que _____________ se interesaba de verdad. No era ella de esa clase de mujer que se sentaba a tejer o bordar o que manejaba acuarelas en un intento inútil de pintar. Sabía tocar el clavicémbalo bastante bien y hacerlo solía relajarla, pero su amor, su pasión era el estudio de las doctrinas ancestrales de las hierbas medicinales y su uso para curar enfermos.
Le encantaba aprender cosas sobre el cuerpo humano, tratar de entender cómo funcionaba. Quería saber cómo se soldaban los huesos, cómo corría la sangre bajo la piel, cuál era el mejor modo de curar las heridas, cómo tratar, o quizá prevenir incluso, las enfermedades.
Pero el marqués no era capaz de entenderlo. Quizá nadie lo fuese. No se trataba de un asunto que estuviera bien visto en una dama.
A _____________ no le importaba. Había encontrado su vocación y se había comprometido con ella. Incluso antes de montar su pequeño laboratorio secreto en la cabaña, administraba ya hierbas y pociones a algunas de las personas del pueblo. Al contar con un lugar propio, se corrió deprisa la voz de que podía ayudar, y varios campesinos locales habían ido a verla para recibir tratamiento.
Solía trabajar en la cabaña por la tarde, cuando el marqués se iba a supervisar los campos, trabajaba con los arrendatarios o repasaba con atención los libros de contabilidad.
Por supuesto, tía Winnie sabía dónde estaba y, sorprendentemente, parecía aprobarlo.
-Aveces mi sobrino es de lo más retrógrado. Siempre quiso tener una esposa dócil y obediente, pero una mujer así lo aburriría hasta decir basta. Haz lo que te diga la conciencia, _____________. Tienes que hacer lo que sea mejor para ti. Con el tiempo, mi sobrino aprenderá a aceptarte como eres.
Pero _____________ no lo creía. Por eso estaba convencida de que lo mejor seguía siendo la anulación, a pesar de que el corazón se le partía cada vez que pensaba en irse del castillo de Running, cada vez que se imaginaba casada con un hombre que no fuera el marqués de Litchfeld, lo que tendría que hacer si quería mantenerse fuera del alcance de su tío. Sería lo bastante mayor para casarse sin su consentimiento, pero hasta que no cumpliera veinticuatro años, si estaba soltera, seguiría siendo su tutor.
Pensó en el conde y se preguntó qué haría cuando la gestión de su fortuna pasara a manos del marqués y de su abogado, Nathaniel Whitley. Ya se estaban preparando los documentos y, en el fondo, esperaba que su tío estuviera rabiando frenético, lleno de preocupación y de rabia. Si sus limitados fondos lo dejaban en la miseria, mala suerte. Sólo la preocupaba su prima, Muriel, un títere en las manos autoritarias de su padre.
Tal vez hablaría con Joseph sobre eso, para que la joven recibiera algún tipo de estipendio mensual y lo bastante para una dote apropiada.
Aparte de eso, no sentía lástima por el duque de Dunstan. Estaba segura de que algún día ese hombre ardería en el infierno.
Douglas Roth, conde de Dunstan, estaba sentado ante el escritorio de su muy bien amueblado estudio de Milford Park. Con los años, había llegado a considerar suya esa habitación masculina y con paneles de roble que perteneció al difunto conde de Milford. De hecho, en su apreciación todo Milford Park le pertenecía. Durante años se imaginó viviendo entre el lujo y las comodidades de aquel entorno parecido a un parque y que había dado nombre al lugar.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
ahh ese tío esta tramando algo!!
No va a dejar las asi como asi!!
Siguela!!!
No va a dejar las asi como asi!!
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Sube mas mujer jdjkskdj amo tu nove enseero siempre estare aqi hgasta el final!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Aaaaaaahh ya que le diga que no se quiere divorciar de ella... Y ese esta tramsndo algo no creo que se quede como si nada....... Ojala y no les haga nada....
chelis
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
En cambio, gracias a su terca y maquinadora sobrina, pronto lo echarían de la casa como si fuera basura. Se vería obligado a valerse por sí mismo y a cuidar de su hija. Como ya se había gastado la mayor parte del dinero que había desviado del fideicomiso, para mantener su lujoso estilo de vida, no podría hacerlo durante mucho tiempo más.
Apretó la mandíbula y sus dedos aferraron el documento que había estado leyendo, de modo que arrugó el borde de las páginas. Se juró que no lo permitiría. No iba a dejar que esa mujerzuela embustera arruinara sus planes.
Cuando la visita que esperaba llamó a la puerta, se levantó y fue a abrir. El hombre del vestíbulo hizo una ligera reverencia a modo de saludo, entró en la habitación y se sentó frente al escritorio mientras Douglas volvía a tomar asiento al otro lado de la mesa.
-Bueno, ya sabe lo que quiero oír -dijo Douglas sin preámbulos-. ¿Qué ha hecho al respecto?
El administrador de sus bienes, Evan Sloan, un hombre delgado y de nariz afilada y pelo castaño claro, se recostó en la silla.
-Podría decirse que he hecho un pacto con el diablo.
Sloan llevaba años siendo empleado de Dunstan y había probado ser muy valioso en el manejo de sus propiedades, las propiedades de _____________, como corrigió mentalmente, y en varias cuestiones de carácter más personal.
Y era leal hasta la exageración. Si se tenía en cuenta el dinero que Douglas le pagaba y el hecho de que vivía en la comodidad de una casa solariega bien equipada, en un extremo de la finca, eso no era sorprendente.
-Así que un pacto con el diablo. ¿Y que tipo de pacto es ése?
-He ofrecido una recompensa, si se puede llamar así, por el fallecimiento accidental del marqués de Jonas -explicó Sloan, con las manos estiradas ante sí y los dedos de una mano pegados a los de la otra.
Douglas se levantó de golpe.
-Dios mío, ¿se ha vuelto loco? La mitad de Inglaterra intentará matarlo. Si relacionan ese asunto conmigo...
-No lo harán -aseguró Sloan con calma y autoridad-. Y sólo hay dos hombres implicados. Uno ya lo ha intentado. Unos «forajidos» atacaron a su presa al salir de la taberna Quill and Sword, en el pueblo cercano al castillo de Running. Por desgracia, el intentó falló. El segundo hombre está convenientemente al servicio del marqués. Me ha asegurado que puede efectuar el trabajo sin levantar sospechas.
-Supongo que la recompensa será para el que lo logre de entre estos dos hombres -comentó Douglas, frotándose el mentón mientras reflexionaba al respecto.
-Exacto.
Douglas volvió a sentarse y, con aire ausente, se puso a tamborilear sobre el documento.
-Muy bien. Tal vez sea buena idea. Veremos si ese pacto con el diablo da resultado.
-Lo dará, se lo aseguro. Los dos hombres son muy competentes a su manera. Sólo es cuestión de tiempo que uno lo consiga.
-Espero que no sea demasiado tiempo. Me han pedido que abandone la casa en los próximos treinta días -le informó Douglas con una ligera sonrisa-. No tengo intención de mudarme.
Sloan se levantó, al interpretar correctamente esas palabras como una despedida.
-Yo tampoco, milord.
Douglas se quedó mirándolo mientras salía. En cuanto la puerta estuvo cerrada, tomó los papeles que había recibido de Nathaniel Whitley esa misma mañana. Con los dientes apretados los rompió por la mitad y, después, otra vez por la mitad. Sus labios esbozaron una sonrisa cuando los tiró a la papelera de metal.
Luciera estaba preocupado por su tía. Durante todas las fiestas navideñas se había mostrado retraída y eso no era normal en ella. Supuso que, una vez pasada la Navidad, recuperaría el buen humor habitual, y en gran parte así fue, sólo que, de un modo extraño, seguía pareciendo distante y un poco triste. _____________ también lo había notado, y la preocupación de su esposa, añadida a la suya propia, lo impulsó a averiguar el motivo.
Ver a Winifred era el motivo por el que había vuelto temprano esa tarde tras reunirse con uno de los arrendatarios. Todavía vestido con la ropa de montar, hizo llamar a su tía al Salón Rojo, un saloncito acogedor de la parte posterior de la casa y que parecía gustarle a Winnie.
-Buenas tardes -lo saludó ella al aparecer en la puerta con un vestido de lana azul cielo-. Reeves me dijo que querías verme.
Joseph le pidió que entrara y se sentara en un sofá ante el gran ventanal que daba al jardín. Él se sentó en una butaca de orejas frente a su tía y le indicó con un gesto la bandeja con té de la mesa.
-Hace frío fuera. He pensado que tal vez te gustaría tomar una taza conmigo. ¿Te importa servirlo?
-Encantada.
Sonriente, Winnie se inclinó para realizar la tarea. Llenó dos tazas de porcelana y les añadió un poco de leche y un terrón de azúcar, como les gustaba a ambos. Le dio a él una de las tazas, tomó la otra y se acomodó bien en el sofá.
-Me temo que no sé muy bien por dónde empezar -dijo Joseph.
Winnie sonrió.
-Lo mejor suele ser ir directo al grano.
-De acuerdo. Déjame empezar diciendo que _____________ y yo estamos preocupados por ti.
Apretó la mandíbula y sus dedos aferraron el documento que había estado leyendo, de modo que arrugó el borde de las páginas. Se juró que no lo permitiría. No iba a dejar que esa mujerzuela embustera arruinara sus planes.
Cuando la visita que esperaba llamó a la puerta, se levantó y fue a abrir. El hombre del vestíbulo hizo una ligera reverencia a modo de saludo, entró en la habitación y se sentó frente al escritorio mientras Douglas volvía a tomar asiento al otro lado de la mesa.
-Bueno, ya sabe lo que quiero oír -dijo Douglas sin preámbulos-. ¿Qué ha hecho al respecto?
El administrador de sus bienes, Evan Sloan, un hombre delgado y de nariz afilada y pelo castaño claro, se recostó en la silla.
-Podría decirse que he hecho un pacto con el diablo.
Sloan llevaba años siendo empleado de Dunstan y había probado ser muy valioso en el manejo de sus propiedades, las propiedades de _____________, como corrigió mentalmente, y en varias cuestiones de carácter más personal.
Y era leal hasta la exageración. Si se tenía en cuenta el dinero que Douglas le pagaba y el hecho de que vivía en la comodidad de una casa solariega bien equipada, en un extremo de la finca, eso no era sorprendente.
-Así que un pacto con el diablo. ¿Y que tipo de pacto es ése?
-He ofrecido una recompensa, si se puede llamar así, por el fallecimiento accidental del marqués de Jonas -explicó Sloan, con las manos estiradas ante sí y los dedos de una mano pegados a los de la otra.
Douglas se levantó de golpe.
-Dios mío, ¿se ha vuelto loco? La mitad de Inglaterra intentará matarlo. Si relacionan ese asunto conmigo...
-No lo harán -aseguró Sloan con calma y autoridad-. Y sólo hay dos hombres implicados. Uno ya lo ha intentado. Unos «forajidos» atacaron a su presa al salir de la taberna Quill and Sword, en el pueblo cercano al castillo de Running. Por desgracia, el intentó falló. El segundo hombre está convenientemente al servicio del marqués. Me ha asegurado que puede efectuar el trabajo sin levantar sospechas.
-Supongo que la recompensa será para el que lo logre de entre estos dos hombres -comentó Douglas, frotándose el mentón mientras reflexionaba al respecto.
-Exacto.
Douglas volvió a sentarse y, con aire ausente, se puso a tamborilear sobre el documento.
-Muy bien. Tal vez sea buena idea. Veremos si ese pacto con el diablo da resultado.
-Lo dará, se lo aseguro. Los dos hombres son muy competentes a su manera. Sólo es cuestión de tiempo que uno lo consiga.
-Espero que no sea demasiado tiempo. Me han pedido que abandone la casa en los próximos treinta días -le informó Douglas con una ligera sonrisa-. No tengo intención de mudarme.
Sloan se levantó, al interpretar correctamente esas palabras como una despedida.
-Yo tampoco, milord.
Douglas se quedó mirándolo mientras salía. En cuanto la puerta estuvo cerrada, tomó los papeles que había recibido de Nathaniel Whitley esa misma mañana. Con los dientes apretados los rompió por la mitad y, después, otra vez por la mitad. Sus labios esbozaron una sonrisa cuando los tiró a la papelera de metal.
Luciera estaba preocupado por su tía. Durante todas las fiestas navideñas se había mostrado retraída y eso no era normal en ella. Supuso que, una vez pasada la Navidad, recuperaría el buen humor habitual, y en gran parte así fue, sólo que, de un modo extraño, seguía pareciendo distante y un poco triste. _____________ también lo había notado, y la preocupación de su esposa, añadida a la suya propia, lo impulsó a averiguar el motivo.
Ver a Winifred era el motivo por el que había vuelto temprano esa tarde tras reunirse con uno de los arrendatarios. Todavía vestido con la ropa de montar, hizo llamar a su tía al Salón Rojo, un saloncito acogedor de la parte posterior de la casa y que parecía gustarle a Winnie.
-Buenas tardes -lo saludó ella al aparecer en la puerta con un vestido de lana azul cielo-. Reeves me dijo que querías verme.
Joseph le pidió que entrara y se sentara en un sofá ante el gran ventanal que daba al jardín. Él se sentó en una butaca de orejas frente a su tía y le indicó con un gesto la bandeja con té de la mesa.
-Hace frío fuera. He pensado que tal vez te gustaría tomar una taza conmigo. ¿Te importa servirlo?
-Encantada.
Sonriente, Winnie se inclinó para realizar la tarea. Llenó dos tazas de porcelana y les añadió un poco de leche y un terrón de azúcar, como les gustaba a ambos. Le dio a él una de las tazas, tomó la otra y se acomodó bien en el sofá.
-Me temo que no sé muy bien por dónde empezar -dijo Joseph.
Winnie sonrió.
-Lo mejor suele ser ir directo al grano.
-De acuerdo. Déjame empezar diciendo que _____________ y yo estamos preocupados por ti.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
ahh ese maldito tio!!
Sabia que iba a hacer algo!!
Siguela!!
Sabia que iba a hacer algo!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!
PON EL QUE SIGUEEE!!!!
QUE TRAMARAAAAAAA JOE Y ____??
PARA QUE LA TIA SEA FELIZ???
PON EL QUE SIGUEEE!!!!
QUE TRAMARAAAAAAA JOE Y ____??
PARA QUE LA TIA SEA FELIZ???
chelis
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Gslrfjk aaaggh ese tio mio lo odio pero como se atreve ese perro sarnoso querer desaserse de mi Joe osea noo! Espero la sigas me tienes uuf bien intrigada y ahora que trama la rayis y Joe? Jeje siguee
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Pareció sorprenderse. Arqueó las cejas y la taza de borde dorado se quedó a medio camino hacia sus labios.
-Dios mío, ¿y por qué estáis preocupados?
-Te pasa algo, Winnie -contestó Joseph mientras removía el té-. Puedo verlo en tus ojos, y _____________ también lo ha notado. Quiero que me digas qué es.
-Pero eso es... -La taza le tembló un poco en la mano-. Es ridículo. No me pasa nada.
Joseph le tomó la taza y la depositó en el platito.
-Por favor, no me mientas, Winnie. Como cabeza de esta familia, sobrino y amigo tuyo, sólo deseo lo mejor para ti. Confía en mí para decirme qué anda mal.
-Te lo diría si pudiera -confesó, con lágrimas en los ojos-. Pero no sería justo.
-¿Por qué no?
-Porque está relacionado con alguien que trabaja para ti. Si te digo lo que sucedió, podrías opinar distinto de él y no me gustaría que eso pasara.
-¿Ha hecho algo ese hombre que te haya lastimado? -quiso saber Joseph, alertado por esas palabras-. Si te ha hecho daño de cualquier modo...
-No, no. No es nada de eso. En realidad es una tontería. Los hombres hacen insinuaciones a las mujeres sin parar. Debería sentirme halagada. Si fuera otro hombre, quizás habría sido así, pero... Bueno, supongo que yo creía que este hombre era distinto. Quizá lo que me ha molestado tanto es que no lo sea.
-Muchos hombres te encontrarían atractiva, tía Winnie. Eres una mujer muy hermosa.
Se sonrojó un poco.
-Gracias.
-Quizás este hombre -siguió Joseph, sonriendo débilmente-, quienquiera que sea, no pudo controlarse.
Winnie desvió la mirada. Sus dedos jugueteaban con los pliegues de su bonito vestido azul.
-Está casado, Joseph.
-¿Casado? -El marqués frunció el entrecejo-. por un momento creí que se trataba de Nathaniel Whitley, ya que es evidente lo que siente por ti. Pero, como Whitley no está casado...
-Por supuesto que lo está -soltó Winnie, con la espalda muy rígida y el enfado visible en la cara-. Nat se casó con Emma Hanson dos años después de que él y yo... Es decir, Nathaniel lleva casado con su esposa casi veinte años.
Joseph sonrió con dulzura al empezar a comprender la situación.
-Emma murió hace dos años, Winnie. Creí que lo sabías. Estoy seguro de que Nat también lo creía. Ya sé que estás viviendo en el castillo desde hace sólo seis meses, pero como tú y Nat os conocíais de antes supuse que te habría llegado la noticia de la muerte de Emma.
-¿Emma está...? ¿Emma está muerta? -Se puso de pie, las piernas le temblaban, ni se acordaba de su taza de té.
-Sí. Lo siento.
Winnie se giró hacia el jardín, aunque en realidad no lo veía. Se agarró la falda con las manos, que también le temblaban.
-Si Emma está muerta, entonces Nathaniel está viudo.
-Eso es. Perder a Emma le resultó bastante doloroso, pero en estos dos años se ha recuperado.
-Nathaniel dijo... -Tragó saliva, sin dejar de mirar al jardín-. Nat manifestó su interés por mí..., por iniciar una relación, quiero decir. Creí que me hacía in¬sinuaciones indecorosas. Creí... -Se volvió hacia él y Joseph vio lágrimas en sus ojos-. Lo rechacé de un modo bastante grosero. Nat pensaría que lo hice por... Oh, Dios mío, ¿qué he hecho?
Se dirigió a la puerta y casi había llegado a ella cuando se dio cuenta de que Joseph la seguía con la vista.
-Lo siento -se disculpó con su sobrino-, pero debo irme. Tengo que resolver un asunto importante en la ciudad.
-Sí, ya lo entiendo. -Joseph dejó la taza de té y se levantó-. Haré los preparativos necesarios. Tú y tu doncella podréis iros a primera hora de la mañana.
Se acercó a su tía, ya en la puerta, y ella se secó con rabia las lágrimas de las mejillas.
-Preferiría salir hoy, si no te importa. Puedo tener el equipaje listo en una hora.
-No es buena idea, tía Winnie. Cuando llegues a Londres será de noche. Me gustaría más que esperaras...
-Por favor, Joseph -le rogó, apretándole la mano-. Tengo que ir. Te ruego que no me detengas.
No la había visto nunca tan descompuesta. Era evidente que había detalles del asunto que desconocía, pero, fueran cuales fueran, quizás ese viaje a Londres serviría para corregir la situación y su tía volvería a ser la de antes. Asintió con la cabeza.
-Enviaré contigo a un par de lacayos. Puedes partir cuando quieras.
-Gracias. -Winnie le apretó de nuevo la mano, se volvió y salió con prisas de la habitación.
Joseph se quedó mirándola, todavía algo preocupado, aunque feliz de haber participado en deshacer cualquier malentendido que hubiera surgido entre su tía y Nat Whitley. Ordenó que el carruaje acudiera a la puerta principal y no la vio ya hasta que ella estuvo en la entrada, a medio bajar la escalinata exterior.
-Que tengas buen viaje -le deseó Joseph, que salió al porche a despedirla-. Nos veremos a finales de semana.
Winnie le sonrió, lo saludó con la mano y siguió bajando los peldaños. Se detuvo al llegar abajo, cuando Joseph preguntó:
-Por cierto, ¿adónde ha ido mi esposa esta tarde? Nadie parece saber dónde está. La he buscado por todas partes y no la he encontrado.
-Dios mío, ¿y por qué estáis preocupados?
-Te pasa algo, Winnie -contestó Joseph mientras removía el té-. Puedo verlo en tus ojos, y _____________ también lo ha notado. Quiero que me digas qué es.
-Pero eso es... -La taza le tembló un poco en la mano-. Es ridículo. No me pasa nada.
Joseph le tomó la taza y la depositó en el platito.
-Por favor, no me mientas, Winnie. Como cabeza de esta familia, sobrino y amigo tuyo, sólo deseo lo mejor para ti. Confía en mí para decirme qué anda mal.
-Te lo diría si pudiera -confesó, con lágrimas en los ojos-. Pero no sería justo.
-¿Por qué no?
-Porque está relacionado con alguien que trabaja para ti. Si te digo lo que sucedió, podrías opinar distinto de él y no me gustaría que eso pasara.
-¿Ha hecho algo ese hombre que te haya lastimado? -quiso saber Joseph, alertado por esas palabras-. Si te ha hecho daño de cualquier modo...
-No, no. No es nada de eso. En realidad es una tontería. Los hombres hacen insinuaciones a las mujeres sin parar. Debería sentirme halagada. Si fuera otro hombre, quizás habría sido así, pero... Bueno, supongo que yo creía que este hombre era distinto. Quizá lo que me ha molestado tanto es que no lo sea.
-Muchos hombres te encontrarían atractiva, tía Winnie. Eres una mujer muy hermosa.
Se sonrojó un poco.
-Gracias.
-Quizás este hombre -siguió Joseph, sonriendo débilmente-, quienquiera que sea, no pudo controlarse.
Winnie desvió la mirada. Sus dedos jugueteaban con los pliegues de su bonito vestido azul.
-Está casado, Joseph.
-¿Casado? -El marqués frunció el entrecejo-. por un momento creí que se trataba de Nathaniel Whitley, ya que es evidente lo que siente por ti. Pero, como Whitley no está casado...
-Por supuesto que lo está -soltó Winnie, con la espalda muy rígida y el enfado visible en la cara-. Nat se casó con Emma Hanson dos años después de que él y yo... Es decir, Nathaniel lleva casado con su esposa casi veinte años.
Joseph sonrió con dulzura al empezar a comprender la situación.
-Emma murió hace dos años, Winnie. Creí que lo sabías. Estoy seguro de que Nat también lo creía. Ya sé que estás viviendo en el castillo desde hace sólo seis meses, pero como tú y Nat os conocíais de antes supuse que te habría llegado la noticia de la muerte de Emma.
-¿Emma está...? ¿Emma está muerta? -Se puso de pie, las piernas le temblaban, ni se acordaba de su taza de té.
-Sí. Lo siento.
Winnie se giró hacia el jardín, aunque en realidad no lo veía. Se agarró la falda con las manos, que también le temblaban.
-Si Emma está muerta, entonces Nathaniel está viudo.
-Eso es. Perder a Emma le resultó bastante doloroso, pero en estos dos años se ha recuperado.
-Nathaniel dijo... -Tragó saliva, sin dejar de mirar al jardín-. Nat manifestó su interés por mí..., por iniciar una relación, quiero decir. Creí que me hacía in¬sinuaciones indecorosas. Creí... -Se volvió hacia él y Joseph vio lágrimas en sus ojos-. Lo rechacé de un modo bastante grosero. Nat pensaría que lo hice por... Oh, Dios mío, ¿qué he hecho?
Se dirigió a la puerta y casi había llegado a ella cuando se dio cuenta de que Joseph la seguía con la vista.
-Lo siento -se disculpó con su sobrino-, pero debo irme. Tengo que resolver un asunto importante en la ciudad.
-Sí, ya lo entiendo. -Joseph dejó la taza de té y se levantó-. Haré los preparativos necesarios. Tú y tu doncella podréis iros a primera hora de la mañana.
Se acercó a su tía, ya en la puerta, y ella se secó con rabia las lágrimas de las mejillas.
-Preferiría salir hoy, si no te importa. Puedo tener el equipaje listo en una hora.
-No es buena idea, tía Winnie. Cuando llegues a Londres será de noche. Me gustaría más que esperaras...
-Por favor, Joseph -le rogó, apretándole la mano-. Tengo que ir. Te ruego que no me detengas.
No la había visto nunca tan descompuesta. Era evidente que había detalles del asunto que desconocía, pero, fueran cuales fueran, quizás ese viaje a Londres serviría para corregir la situación y su tía volvería a ser la de antes. Asintió con la cabeza.
-Enviaré contigo a un par de lacayos. Puedes partir cuando quieras.
-Gracias. -Winnie le apretó de nuevo la mano, se volvió y salió con prisas de la habitación.
Joseph se quedó mirándola, todavía algo preocupado, aunque feliz de haber participado en deshacer cualquier malentendido que hubiera surgido entre su tía y Nat Whitley. Ordenó que el carruaje acudiera a la puerta principal y no la vio ya hasta que ella estuvo en la entrada, a medio bajar la escalinata exterior.
-Que tengas buen viaje -le deseó Joseph, que salió al porche a despedirla-. Nos veremos a finales de semana.
Winnie le sonrió, lo saludó con la mano y siguió bajando los peldaños. Se detuvo al llegar abajo, cuando Joseph preguntó:
-Por cierto, ¿adónde ha ido mi esposa esta tarde? Nadie parece saber dónde está. La he buscado por todas partes y no la he encontrado.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
ahhh ya no esta casado!!!
Entonces pueden estar juntos!!!!!
Siii que lindo! Que bien por la tía!!
Siguela!!!
Entonces pueden estar juntos!!!!!
Siii que lindo! Que bien por la tía!!
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Jo de la fregada! La que se armara cuando vea que esta en el laboratorio ya creo okno siguela!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Esto solo puede significar una cosa. Problenmas
En hora buena!! La tia Winnie va a cambiar su historia :')
Gracias por subir!!!!
En hora buena!! La tia Winnie va a cambiar su historia :')
Gracias por subir!!!!
Augustinesg
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
DDDDD: AYYY DIOS MIO!D: me van a agarra!D: siguelaaaaaa!xD
AniitaRP4
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