Te amaré, por siempre. {JessicaBauza&ZaynMalik} Terminada.

Ella tenía 17 años. Una joven morena, con ojos verdes algo que no se miraba todos los días. Con su cabello negro y lacio, acompañado de una encantadora sonrisa, lograra enamorar al moreno más codiciado.

Decidida a entrar a un programa de intercambio, que la llevará lejos de ese espantoso orfanato donde vivía en su país natal, España. Aceptada en el maravilloso intercambio por la familia Payne, se va a vivir al espectacular Londres. Donde tal vez, su infeliz vida haga un drástico cambio, pero nunca olvidando, que sólo un año durara este sueño vuelto realidad, ya que deberá regresar a España, para empezar la Universidad. Aunque, tal vez el único chico que amo la haga cambiar de opinión. Ella era Jessica Bauza, cambiado temporalmente por Jessica Payne.

Tome mi equipaje y me aproxime a la sala de espera. Mi cabeza giraba hacia todos lados en busca de mi nueva familia. Resignada, di un último vistazo a la puerta para encontrarme con una escena familiar; Una madre, caminando con sus dos hijos, quienes sostenían un afiche con mi nombre grabado en él. Sonreí ante aquello, para luego ponerme de pie y caminar hasta el trío, mi nueva familia.

-Hola.-Salude tímida.
-Eres más bonita en persona, cariño.-Adulo quien por suposiciones sería mi nueva madre. Tendría alrededor de unos treinta y seis años, su cara tenía algunas arrugas, nada que impidiera notar su belleza. Ojos de un color grisáceo, su piel suave y bronceada, con un cabello rubio. Una mujer preciosa.
-Gracias.
-Oh, disculpa. Mi nombre es Karen Payne, y este tonto que ves acá es Liam.-Dijo señalando a un chico con ojos cafés, piel bronceada, cabello liso, y una linda sonrisa.
-¡Gracias mamá! Que halago.-Contesto Liam.- Mucho gusto y bienvenida a nuestra familia.-Sonrió encantadoramente.
-Gracias Liam.
-Y esta chica que miras aquí, es Katherina.- Prosiguió con las presentaciones Karen. La chica era muy parecida a Liam, sus ojos cafés, su sonrisa blanqueada, su cabello liso, pero a diferencia de Liam, ella tenía amarillento.
-¡Mamá! Dios santo, no sabes cuánto odio ese desgraciado nombre.-Se quejo la rubia.
-Era eso, o Katrina, aún estás a tiempo.-Le reprocho Karen.- No seas mal educada, hija.
-Esto es raro.-Rió Katherina.- No me digas Katherina para evitar problemas, soy Kat.-Dijo. Esta vez hablaba más relajada.- Es divertido pensar que ahora tendré una hermana. Pero en fin, bienvenida a la familia.-Culmino sonriendo.
-Gracias.-Le correspondí.- Y gracias por recibirme de esta manera, es un gran gesto de su parte.
-No te preocupes, cariño. Así se le trata a la familia.-Dijo Karen.
-Tengo dos preguntas.-Dije, mientras caminábamos hasta el automóvil.
-Las que quieras.-Pronuncio Liam.
-¿No debería haber un Señor Payne aquí?-Pregunté.
-Oh, claro. Eso lo respondo yo.-Dijo Karen.- Geoff, el padre de los chicos, mi esposo, está trabajando, no ha podido venir, pero podrás conocerlo esta noche.
-Entiendo.-Ya el auto comenzaba a andar. Liam era el conductor, y Karen su copiloto. Mientras que Kat y yo íbamos en la parte trasera.- Y ahora, ¿Kat y Liam son gemelos? Es que, son tan iguales.-Rasque mi nuca, en forma de confusión.
-Ya decía que habías tardado en preguntarlo.-Rió Kat.- Si, lastimosamente lo somos. El lado bueno es, que yo soy mayor que Liam.
-Y jamás dejas de recordármelo.-Bufo Liam.



La casa era espaciosa, pero no una mansión. Era realmente acogedora, igual que mi habitación. Estaba muy alegre con mi llegada a Londres, y más por el recibimiento que me habían dado los Payne. Sin duda alguna, sería un buen año. Luego de tanto sufrimiento, estaría feliz por un largo tiempo. Lástima que tiene fecha de caducidad. Conversábamos los cuatro animadamente en el jardín trasero sobre su vida en Londres, y lo maravilloso que será nuestro último año de preparatoria.

-¿Y qué tal es todo en España? Ha de ser muy hermoso, sin olvidar las grandes fiestas que se hacen allá.-Dijo Kat.
-Bueno, en donde solía vivir, era Sevilla. Una ciudad muy preciosa, para serles sinceros. Tiene un clima muy cálido. Pero, sin han leído mi expediente, sabrán que vivía en un orfanato, así que no sé nada sobre fiestas, ni sociabilización fuera del orfanato. Muchas veces me habían invitado a escaparme con los chicos de allí, pero yo siempre era la aburrida. No quería perder esta oportunidad que me estaban dando, así que opte por el famoso dicho; “Mejor prevenir, que lamentar”.
-Oh Jess, lo siento.-Dijo Kat.- Yo nunca me atreví de leer tu expediente, si yo lo hubiese sabido, no hubiera preguntado, sólo… De verdad lo siento.
-No te preocupes, Kat.-Sonreí para no hacerle incomodidad.- Ya ha pasado mucho tiempo desde que vivía ahí, no me avergüenza, ni me duele decirlo. Todo lo contrario, me siento orgullosa de mí, por haber salido adelante, sin ningún apoyo.
-Pero ahora tienes el de nosotros, hija.-Dijo Karen con una gran sonrisa.
-Somos tu familia ahora, hermana.-Dijo Kat. Mis ojos se humedecían, de alegría.

Ahora sabía que todo estaría bien. Como suelen decir, el destino sólo me ha jugado una mala pasada, pero el karma ahora estaba haciendo su trabajo. Estaba muy feliz, y no por el hecho de ahora tener una cómoda cama, o tener una propia habitación, estaba feliz por el hecho de que personas que acababa de conocer, entendían y apoyaban mi situación. Y aunque ahora tuviera una madre temporal, quería saber sobre mi madre biológica, y nada me impediría saberlo.

-Y como somos familia, vendrás con nosotros a una fiesta hoy.-Dijo sonriente Liam.
-¿Una fiesta? No lo creo, Liam. No es lo mío.
-Buen chiste, Jess. Ahora eres mi hermana, eso significa que te gustarán tanto las fiestas como a mí.-Dijo Kat. Karen sostenía la risa al mirar la escena.
-Mejor los dejo con sus problemas, me voy al estudio, chicos.-Dijo Karen.- Y, bienvenida nuevamente, Jess.-Sonreí.



Dentro de una hora sería a la fiesta a la que asistiríamos. No sé cómo han logrado convencerme, con esas caras de perros mojados, pero ya no había vuelta atrás. Comenzaba poner mis jeans desgastados, y cualquiera de mis no tan abundantes poleras, junto con mis tenis negros, salí de mi habitación, y toque la de Kat, quien sin ningún problema me dejo entrar.

-¿Eso es lo que usaras?-Chillo Kat.
-No tienes porque gritar, Kat.- Reí.- Si, es lo mejor que tengo.
-Bueno, como ahora eres mi hermana, te prestaré ropa.-Sonrió ampliamente.- Mañana iremos de compras, te divertirás.

Luego de un rato, en el que Kat me hizo probarme todo su vestidor, opté por ponerme un vestido, color azul marino, con un largo un poco más arriba de mis rodillas, tenía cuello, y tres botones al frente, para poder incorporar en mi cintura un delgado cinturón color marrón , acompañado de unas zapatillas del mismo color. Siempre había visto a las chicas de las revistas vestirse de esta manera, pero jamás pensé que yo podría vestirme así alguna vez.

-Me gusta tener una hermana tan preciosa.-Dijo Kat.- Pero yo sigo pensando, que el vestido negro con lentejuelas te quedaría mejor.
-Vamos a una fiesta, no a una discoteca, Kat.-Fruncí el ceño.- Así me siento bien.
-Entonces eso es lo que importa. Es hora de bajar, Jess. Liam debe estar como desquiciado esperando, debemos ir a buscar a su amada.-Rió bajando las escaleras.
-Ya te alcanzó, iré a hablar con Karen.-Dije y ella asintió.

Camine hasta el estudio que estaba a poco pasos de mi habitación, toque la puerta y entre lentamente, Karen al darse cuenta de mi presencia sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-Hola cariño, ¿qué sucede?
-Quería hablar contigo… Tengo unas dudas.
-¿Dudas? Claro, dime.
-¿Debo decirte mamá o Karen?-Reímos.
-Diría que como se te haga más cómodo, pero como no soy tu madre biológica sería lo más adecuado Karen.
-Está bien. ¿Cómo es que me han aceptado tan rápido en el programa de intercambio?-Pregunté.
-Bueno…-Su semblante ahora era nervioso.- Creo que era por tu condición, vivías en un horrible lugar, y creo que te quisieron dar una ayuda.
-Pero es muy difícil ser aceptado, Karen. ¿Segura de que ha sido sólo por eso?
-También diría que tus calificaciones influyen mucho, y cariño, eres muy inteligente.
-¡Jess date prisa!- Gritó Liam desde la cocina.
-Creo que debo irme ya, Karen. Nos veremos más tarde.-Besé su mejilla.
-Sí, cuídense, adiós.




El lugar estaba hasta lo último, nunca había asistido a ningún evento de este tipo. La música resonaba en mis oídos, así se me era difícil escuchar lo que decía Kat. En el camino, había conocido a la novia de Liam, era preciosa, su nombre era Chiquinquirá, extraño nombre para alguien de este país, pero ella prefería Chiqui. Empiezo a creer que todas las chicas prefieren tener apodos, y es extraño, nos acercábamos a un grupo de chicos que parecían estar muy animados en la mesa, platicando.

-¡Eh chicos! Hasta que se dignan a llegar.-Gritó un chico con los ojos más azules que había visto en mi vida.
-Jamás faltaría a esta fiesta, Louis.-Dijo Liam
-Hola Kat.-Besó su mejilla.- Hola Chiqui.- Besó ahora la mejilla de Chiqui. Ahora estaba frente a mí con su sonrisa resplandeciente, su expresión era graciosa, era como si a cada momento tuviera ganas de reír.
-Ehm, ella es Jessica, la chica de España, mi nueva hermana.-Me presentó Liam.
-¡Oh Jessica!-Gritó Louis mientras me abrazaba. Cosa que me causaba gracia, era como si me conociera de toda la vida, a él chico en verdad le faltaba un tornillo.- Creo que ya lo sabes, pero soy Louis.
-Sí, lo sé, Louis.-Volví a reír.
-Bueno, ven te presentaré a los chicos.-Dijo. Tomó mi mano y me jaloneo hasta la mesa.