The Last Chance [Zayn Malik].

―Buenas tardes Sr. Malik.
La mujer de unos 50 años se levantó rápidamente de su asiento para saludar a Zayn, éste le dedicó una sonrisa amable para luego acercarse a ella y darle un abrazo rápido a la que con anterioridad era la asistente de su padre.
―Hace mucho que no venía por aquí.
―He estado…algo ocupado ¿Y mi tío?
―Está en una reunión en este momento, pero si quiere le puedo decir que usted está aquí…
―No te preocupes, lo esperaré en su despacho.
Se despidió con una sonrisa de aquella mujer, le daba gracia que siempre le hablara de “usted” después de tantas veces que él le había dicho que no era necesario que lo hiciera. Entró en el gran despacho de su tío, se reclino en la gran silla detrás del escritorio, colocando sus pies sobre él. Observó todo a su alrededor, hacía tiempo que no pisaba aquel lugar y todo seguía prácticamente igual.
La razón de su visita era porque tenía que notificarle ciertas decisiones que había tomado a su tío. Aquella pelea con Ivanna le hizo abrir los ojos, lo hizo despertar de aquel letargo en el que estaba sumido y en el fondo se lo agradecía…miles de personas le habían dicho lo mismo que ella incluso con palabras aún más fuertes, pero esa chica simplemente tenía un gran efecto en él.
Tenía semanas aislado del mundo exterior, pensando en qué haría con su vida, en qué decisiones tomaría; era cierto, tenía que enfrentarse a cada uno de sus problemas…
―Zayn, hijo. Qué sorpresa.
La voz de su tío lo hizo salir de sus pensamientos, bajó los pies del escritorio y se levantó para estrecharlo en un abrazo que no duró más de un segundo. Adam le hizo una seña a su sobrino para sentarse en el pequeño mueble que había dentro del despacho.
―Tenías tiempo sin pasarte por aquí, comenzaba a preocuparme.
―Pues aquí estoy...perfectamente bien –sonrió de lado.
―¿Qué tal va todo? ¿La Universidad?¿El local?¿Sigues corriendo en esas carreras?
―Todo va excelente, el local va mejor que nunca y sí, sigo corriendo…
Adam suspiró cansadamente.
―Sabes que desapruebo totalmente ese tipo de cosas, puedes llegar a hacerte daño.
Quien no conociera a su tío hubiera dicho que esas palabras eran mentira y que no le importaba en lo más mínimo el bienestar del joven. Pero así era Adam: serio y tan frío como un témpano de hielo, pero por dentro con un corazón débil y preocupado por sus allegados. Zayn volvió a sonreír, había sido muchas las veces que le repetían lo mismo.
―Te he dicho mil veces que no me pasará nada. –Zayn hizo una pausa, se aclaró la garganta– Adam he venido para participarte algunas cosas en las que he estado pensando.
El hombre de bigote guardó silencio esperando a que el joven prosiguiera.
―He decidido que lo mejor es dejar…descansar… a mi padre, no puedo seguir aferrándome a algo que ya sabemos no sucederá…
Adam abrió los ojos asombrado ante aquella confesión de su sobrino.
―…era lo que todos me aconsejaron en un principio, –prosiguió Zayn– incluyéndote. No lo quería ver, pero tenían razón.
El semblante inexpresivo de Adam cambió radicalmente, en sus ojos había un destello de tristeza y a la vez de alivio. Posó su mano izquierda en el hombro de Zayn.
―¿Estás seguro, hijo?
―Completamente, sabemos perfectamente que nada cambiará…
―Te apoyo, sabes que siempre lo haré –dio un leve apretón al hombro del joven, para luego retirar su mano–. Ahora, en lo concerniente a la empresa…
―Asume el cargo como lo has venido haciendo este tiempo, –interrumpió Zayn– sé perfectamente que la empresa y todo lo demás quedaría a mi cargo según lo estipulado en el testamento de mi padre, pero aún no me siento preparado para tantas responsabilidades.
Zayn sabía que no se equivocaba, su tío era un hombre justo y su padre confiaba plenamente en él; así que hasta que él estuviera lo suficientemente preparado para encargarse de todo aquello su tío lo haría. Finalizado el tema Zayn se despidió con un apretón de manos de su tío, este le dijo que estarían en contacto ahora más que nunca.


¡Un mes! Hace exactamente un mes en el que no hablaba con Zayn, no podía creer que una persona fuera tan cara dura y orgullosa. Supuestamente Liam y Harry hablaban cada par de días con él y también, supuestamente iba a trabajar al local….pero ni un mensaje de texto, ni una llamada, ni siquiera una señal de humo había recibido Ivanna del moreno. Trataba de no pensar en aquello, de sacárselo de la cabeza…pero era como si el chico lo estuviera haciendo apropósito para sacarla de su vida.
―Oye ¿me podrías hacer un favor?
La voz de Katty la devolvió a la Tierra, caminaba por el gran centro comercial entre la pelirroja y Sam, con sus ánimos por el piso.
―¿Cuál? ―preguntó.
―¡Quitar esa tonta cara!
Katty exclamó mientras hacía movimientos extraños con sus manos haciendo que la gente que pasaba por su lado, la mirara como si estuviera loca. Sam rió.
―Sí, sí…tienes razón. No más caras largas ―la castaña sonrió forzadamente. Sam enroscó su brazo con el de ella.
―Sabemos que estás así por Zayn, pero tienes que relajarte…no puedes estar así cada vez que se peleen y el desaparezca.
―Okey, ¡esto es una tontería! No estoy así por él ―soltó Ivanna a la defensiva.
―Y tú crees que nosotras nacimos ayer…―ironizó Katty―, mira…te sientes fatal por haberle dicho todas esas cosas…lo entiendo, pero fuiste sincera y además tenías razón. Él simplemente actúa como un niño de seis años…allá él.
―Siempre le dan sus ataques de querer mandar a la basura todo, ya se le pasará ―Sam le sonrió dulcemente― mientras tanto, nosotras iremos por un helado y pasaremos la mejor tarde de chicas de nuestras vidas.
Sam arrastró a las dos chicas del brazo, haciéndolas caminar más rápido. “No más caras largas” pensó Ivanna, no podía vivir así, amargándose la vida…ese era su día, disfrutaría al máximo aquella tarde de chicas con Sam y Katty; comerían, irían a la peluquería y comprarían ropa compulsivamente. Por ese día, no más Zayn.

―¿Qué tal este vestido?
Ivanna y Katty intercambiaron miradas de fastidio y luego miraron a la morena tratando de no reír debido a su cara de preocupación.
―Compraste tres vestidos hoy, que se suman a la gran colección de vestidos que tienes en tu armario ¿tan difícil es elegir uno? ―soltó desesperadamente Ivanna.
―Pero…es que no sé ―Sam se giró quedando nuevamente de cara al espejo de su habitación―. Me quiero ver perfecta esta noche.
―Ujum ―Katty sonrió pícaramente―. Quieres estar perfecta para alguien esta noche…
―…cuyo nombre empieza por “L” y termina en “ouis”, quizás ―Ivanna movió rápidamente sus cejas de arriba hacia abajo.
Sam se giró rápidamente mirando a sus amigas con los ojos ligeramente abiertos. Un tono carmesí en sus mejillas la delató. La morena les arrojó uno de los tantos vestidos regados por la habitación provocando que las dos chicas soltaran una gran carcajada.
―¿Cuándo aceptaras que te gusta Louis? ―gritaron amabas chicas para que la morena las escuchara desde el cuarto de baño. La puerta del lavabo se entreabrió dejando ver el dedo medio de Sam. Ivanna y Katty estallaron a carcajada. Les hacía mucha gracia ver a Sam en esas situaciones, por lo general era seria y no solía angustiarse tanto; pero como típica persona del sexo femenino, solía alterarse al no encontrar algo que vestir que la convenciera totalmente y sobre todo si vería a esa persona especial. Luego de unos cinco vestidos más, Sam salió totalmente arreglada del cuarto de baño.
―¡Por fin, mujer! ―exclamó Katty―, estábamos pensando irnos sin ti.
―Cierra la boca ―la morena le saco la lengua, como niña pequeña, a su amiga.
―Al menos tanta demora valió la pena, estás muy linda ―Ivanna le sonrió dulcemente.
Sam llevaba un vestido blanco sencillo que hacía resaltar su tez morena, junto con unos zapatos de tacón color arena, mientras que Katty…ja, Katty con su estilo más extravagante lo hacía demostrar perfectamente con quel vestido estilo Lady Gaga y su cabello rojizo en bucles. Ivanna las observó y soltó una pequeña risita, tan diferentes entre ellas; antes de salir de la habitación de su amiga se observó una última vez en el espejo. Arrugó la nariz, su vestido era tan sencillo comparado con el de las otras dos chicas y sus tacones rojos le hacían recordar lo pálida que era su piel. No se sentía conforme con su vestimenta, pero eso no le importaba en ese momento…estaba igual de nerviosa que Sam, tal vez Zayn estaría en la fiesta; al recordarlo ser formó nuevamente un nudo en su estómago.
―Ahora la insegura eres tu ―Sam la tomó por los hombros, viendo fijamente sus ojos por el reflejo del espejo―, estás hermosa.
―Al diablo si estoy hermosa o no…
―No te preocupes por Zayn ―la interrumpió―, a disfrutar la fiesta…esté o no esté ahí.
Ivanna la miró fijamente por el espejo, era impresionante como en tan poco tiempo se hizo gran amiga de Katty y Sam; tanto que con tan solo una mirada sabía lo que estaba pensando la otra…su amistad de pocos meses parecía de años.
―¡Oigan! ―las dos chicas voltearon hacia la puerta donde se encontraba la pelirroja con las máscaras de las tres en mano―. Dejen de verse tanto en el espejo, me frustran…están perfectas. Tú Sam, pareces que te hubieras vestido con una cortina y tú Nana, como si te hubiesen empujado por un jardín…ahora ¡vámonos!
Ambas la miraron con un enojo fingido para luego reírse por la sinceridad de la pelirroja.

¿El tema de la noche? Máscaras venecianas. El ambiente casual del Day-Spring había sido reemplazado esa noche por uno semi-formal…Los chicos siempre tenían grandes ideas para sus fiestas…y esa noche no había sido la excepción. Apenas mencionaron máscaras Ivanna se emocionó rápido, le idea le parecía intrigante y original. No había una sola persona que no portara una máscara cubriéndole completamente el rostro o simplemente un antifaz; unas más ostentosas que otras, de diversos colores, unas con plumas otras muy sencillas y otras que de verdad daban miedo. Ivanna y Katty bailaban al ritmo de la música, intimidando de vez en cuando con sus miradas a Sam que bailaba con Louis.
―¡Styles! ―Katty gritó por encima de la música a Harry que servía las bebidas detrás de la barra―¡Un Martini!
―¡Que sean dos, por favor! ―alcanzó a decir Ivanna.
Con movimientos rápidos e impecables, Harry preparó las bebidas rápidamente.
―Gracias, Sr Bartender ―bromeó la castaña.
―¿Qué les pareció el tema de las máscaras? ―preguntó Harry a las dos chicas.
―La verdad es que se lucieron. Les quedó genial ―dijo Ivanna.
La canción que sonaba a todo volumen y que mantenía bailando a muchos en la pista dio paso a una el doble de movida. La pelirroja emitió un grito de emoción.
―¡Wohoo! Esa canción es mi favorita ―Katty bebió de un sorbo todo el contenido de su copa para luego dejarla sobre la barra. Los dos chicos la miraron con ojos de estupefacción― ¡A bailar, Styles!
Harry la miró con el ceño fruncido ―Katty no puedo, tengo que servir tragos.
―Déjate de tonterías, si no mueves tu trasero de ahí yo misma te llevaré a patadas hacia el centro de la pista.
Ivanna rió por lo bajo. Harry rodó los ojos y le hizo una seña al otro chico que también se encargaba de las bebidas para luego ir al centro de la pista con la pelirroja. Ivanna miraba divertida a su amiga batiendo sus brazos en el aire, eufórica por la canción y a Harry mirándola como si fuera un extraterrestre. Más allá divisó a Sam y a Louis, bailando más cerca que hace rato y con sus frentes apoyadas en la del otro…Nana sonrió con ternura. Dio un trago a su copa, miró en dirección al Dj…ahí tendría que estar Zayn, como en todas las fiestas; su mirada fue a tener en dirección al piso, había pensando en él toda la noche, había pensando que él estaría ahí…pero no fue así. Un balde de agua helada cayó sobre ella cuando Liam le avisó que Zayn no iría esa noche, tomó de un sorbo el resto de su bebida.
Unas cuantas personas se alejaron de la pista de baile cuando una balada comenzó a sonar. Ivanna suspiró. Bajó su mirada pesando otra vez en Zayn la alzó nuevamente al sentir a alguien parado en frente de ella y era así…un chico con una máscara que no dejaba ver ni una pequeña parte de su rostro estaba frente a ella con una mano tendida. Ivanna lo miró con intriga. El chico hizo un leve movimiento con su cabeza hacia la pista, dándole a entender que la estaba invitando a bailar. Ivanna miró nuevamente la mano extendida del chico, con desconfianza. No supo por qué, sin pensarlo mucho aceptó la petición y ahora bailaba con aquel completo desconocido. Pero los ojos del chico atreves de la máscara, su delicado tacto y su cercanía le inspiraban confianza. La canción terminó, abriéndole paso al ritmo movido y electrónico de hace unos minutos. Entre los empujones el chico tomó la mano de Ivanna para sacarla de la pista…no iban en dirección a la barra, ni en dirección a las pequeñas mesas vacías iban dirección a la puerta. Ivanna reaccionó cuando llegaron al comienzo de las escaleras de la entrada junto los dos guardias de seguridad, paró en seco ¿qué se proponía aquel desconocido? El chico también se detuvo a escasos centímetros de ella, se giró hacia ella quedándosele viendo por unos largos minutos. Ivanna se proponía a darle la espalda e ir hacia dentro, pero antes de hacerlo ya había descubierto la identidad de aquella persona.
―Pensé que no vendrías ―dijo secamente.
―En realidad, llevaba observándote toda la noche.
―Liam dijo que no vendrías.
―Les dije a él y a Harry que te dijeran eso.
―¡Qué estupidez! ¿Qué intentas, Zayn? ―gritó exasperada llamando la atención de los guardias.
Zayn la tomó delicadamente del brazo, llevándola lejos de los dos hombres.
―Tengo mucho que hablar contigo…
―¡Yo no quiero hablar! ―se soltó bruscamente del agarre― Estoy cansada de tus actitudes infantiles…
El moreno la tomó por los hombros, tratando de tranquilizarla.
―Si vienes conmigo, te explicaré todo.
Ivanna se soltó nuevamente del agarre y de un movimiento brusco se arrebató el antifaz de su rostro.
―Me puedes explicar todo aquí, no hace falta que vaya contigo a ningún lado para que lo hagas.
Zayn caminó unos cuantos pasos más hacia su moto, se subió a ella y miró a Ivanna. “Aún y enojada se ve hermosa”, pensó…extendió su brazo en dirección a la chica.
―Por favor…
La castaña se cruzó de brazos y enarcó una ceja.
―Zayn, son casi las tres de la mañana… ¿A dónde demonios piensas ir?
―Sólo sube…por favor.
Ivanna puso los ojos en blanco y sin tener más opción se subió como pudo a la motocicleta. Tenía una mezcla de sentimientos…estaba feliz por verlo, ahora sí podría abrazarlo; pero desechaba la idea cuando recordaba que él se había desaparecido por un mes, sin siquiera llamar…o hacer acto de presencia. La rabia se apoderó completamente de ella.
Diez minutos, veinte minutos, treinta minutos…Ivanna miró su reloj de pulsera y confirmó que efectivamente habían pasado treinta minutos de trayecto, sus brazos se encontraban tensos rodeando la cintura de Zayn y su piel de gallina, producto del frío. Nana no estaba segura de en donde se encontraban, pasaron por el frente de una garita de seguridad donde Zayn disminuyó la velocidad para saludar al portero y esperar a que este le abriera un gran portón. Siguieron su curso, Ivanna miraba a su alrededor ya más o menos tenía una remota idea de donde se encontraban: era una zona exclusiva de la ciudad con grandes mansiones de personas millonarias, una pequeña ciudad dentro de la ciudad. Después de otros diez minutos pararon frente a otro portón de grandes rejas donde Zayn sacó del bolsillo de su pantalón un pequeño control remoto. Ivanna no podía creer lo que se encontraba ante sus ojos: una gran mansión, como de esas que pasaban en las películas, como esas que ni en toda una vida podrías tener la cantidad de dinero para adquirirla. Zayn se bajó de la motocicleta yendo en dirección a la gran puerta.
―¿Dónde estamos? ―preguntó la castaña impresionada, desconfiada y extrañada…todo a la vez.
―En mi casa ―respondió simple el moreno. Ivanna frunció el ceño.
Si sólo la fachada de aquella gran mansión la había sorprendido, el interior la había dejado completamente sin habla. Caminaba detrás de Zayn, como un pequeño niño asustado que caminaba detrás de su madre; observaba todo completamente anonadada.
―Esta…es tu casa ―su pregunta sonó más bien como una afirmación.
―Sí.
―Tu…vives aquí.
Ivanna quedó estática en medio del vestíbulo. Zayn soltó una pequeña risa y se giró para verla.
―Sí. Ahora sígueme.
Salieron por la gran puerta de vidrio que había atravesando la sala hacia el jardín, las pocas luces del jardín la ayudaron a poder observar un poco en medio de la noche, caminaron por un corto camino de piedra, Zayn abrió una pequeña cerca y le cedió el paso a la joven: era como otro jardín dentro del jardín donde habían más flores y más árboles y justo en el medio una glorieta con farolas a los costados. Ambos se sentaron en el asiento de madera dentro de la misma.
―Es…una gran casa. Muy bonita ―confesó la castaña.
―Más grande de lo que debería ser…
―Pensé que compartías departamento con Liam…Harry, no sé…algo así les escuché una vez.
Zayn Sonrió.
―Con Harry…eso fue antes de que mi padre…ya sabes. Luego de eso tuve que regresar para acá, los empleados son de confianza pero igual tenía que estar al pendiente…en realidad, odio estar aquí.
―¿Estás loco? ―Ivanna abrió los ojos a tope― Si yo viviera en una mansión como esta no saldría el resto de mi vida de aquí. Aunque en realidad es abusivamente grande.
―Por eso no me gusta…prefiero las cosas sencillas y no tan ostentosas. Lo único que me gusta de toda la casa es este jardín.
Ivanna miró nuevamente a su alrededor y con una leve sonrisa en sus labios asintió dándole la razón al moreno. Luego de un rato de silencio en el que Ivanna seguía asombrada y Zayn no encontraba las palabras adecuadas para iniciar la conversación, la castaña repentinamente recordó su enojo y decidió romper súbitamente aquel silencio.
―Bien…habla. No me trajiste aquí para estar en silencio…―su voz volvió a adquirir aquel matiz de frialdad.
―Sé que estás molesta conmigo, mucho en realidad…
―No me digas ―ironizó la castaña.
Zayn hizo caso omiso a su comentario y prosiguió:
―Aquel día de la pelea... ―hizo una pausa― todas esas cosas que me dijiste…
―De verdad lo siento ―lo interrumpió―, la forma en decirte todo aquello no fue la adecuada; ¡pero estaba molesta, Zayn! Y después te desapareciste, no llamabas. Era como si lo estuvieras haciendo adrede para sacarme de tu vida…
Zayn rió.
―¿Qué te parece tan gracioso? ―espetó la castaña.
El moreno buscó la mano de la chica hasta entrelazar sus dedos con los de ella.
―Nana, cálmate y déjame terminar de hablar ¿sí?
Ivanna asintió.
―No tienes por qué disculparte…en verdad todo lo que dijiste me hizo abrir los ojos. No me daba cuenta de la actitud tan infantil que tomaba…o tal vez sí, pero tenía miedo de enfrentar mi realidad.
―Entonces, si te hice abrir los ojos ¿por qué te desapareciste por un mes? ¡Por un mes, Zayn! No fueron un par de días, ¡fue un mes!
―Al principio me enojé por todo lo que me dijiste, pero lo curioso era que me ponía así porque tenías razón. Me desaparecí porque necesitaba pensar y tomar decisiones.
―Zayn, pensé que me odiabas por todo lo que te dije…que no me querías más cerca de ti ―la voz de Ivanna fue en aumento.
Zayn acarició la mejilla de la chica.
―Lo siento, de verdad lo siento…te prometo que dejaré de hacer tantas estupideces.
―¿Qué decisiones tomaste?
Zayn miró detenidamente a Ivanna, pensando en todo aquello. Suspiró.
―Mi padre era un gran empresario. Comenzó desde muy joven, por lo bajo…todo lo que tenía lo sabía administrar perfectamente. Mi tío me contó una vez que cuando estaban pequeños, mi padre le decía que algún día sería multimillonario ―Zayn sonrió con tristeza―. Y así fue…y como ya ves, todo lo que te rodea ―el moreno extendió sus brazos― lo construyó el mismo…algo que siempre le criticaré.
Ivanna sonrió.
―…era muy reconocido. A todo lugar al que iba tenía a las personas tras de él…
―…y eso a ti te incomodaba.
―Exacto. Era rebelde, inmaduro, hacía lo que quería y eso a mi padre le molestaba. Siempre quiso que sentara cabeza…que me olvidara de las fiesta, de las motocicletas y de las mujeres. Quería que estudiara administración de empresas, así cuando a él le pasara algo yo me haría cargo de la empresa y de todo de lo demás…
―Pero sabes, no eres tan malo en los negocios. Tienes uno grande con Harry y Liam.
Ambos sonrieron.
―Créeme, eso no se compara al gran imperio de mi padre.
―¿De qué es la empresa y “todo lo demás”?
―Textil…y con todo lo demás me refiero a que era propietario de una constructora de yates, de una cadena de hoteles por toda Europa, y tenía participación en un operador turístico alemán y también creó un Centro de Beneficencia ―Zayn mencionó cada una de esas cosas con un tono de fastidio en su voz. Ivanna abrió sus ojos como platos, sin poder ocultar la impresión.
―¡Wow! ¿Es en serio?
―¿Por qué te mentiría? ―Zayn rió al ver el rostro de Nana.
―Okey, pero…no me respondiste mi pregunta inicial.
―Hace un año y medio mi padre tuvo un accidente, quedó grave…le hicieron miles de operaciones, pero cayó en coma. Estaba prácticamente vivo por medio de máquinas, fue todo muy rápido y doloroso…
Zayn luchaba con el gran nudo que se le había formado en la garganta y con las lágrimas que amenazaban en salir, Ivanna se acercó más a él juntando sus manos de nuevo.
―…luego de un tiempo los médicos se dieron por vencidos y nos dijeron que era mejor dejarlo ir, que ya no se podía hacer nada…
Una lágrima rebelde cayó por su mejilla, el chico la secó rápidamente.
―…lo iban a desconectar, pero yo me opuse totalmente. Una parte de mí sabía que era mejor dejarlo, pero la otra parte tenía aún la esperanza de que mi padre saldría de esa.
Ivanna lo entendió perfectamente. Entendía a la perfección esa esperanza, esas ganas de creer que todo saldría bien así el mundo se estuviera derrumbando. La melancolía la invadió de pies a cabeza.
―Todos se opusieron totalmente. Desde mi tío, Liam, Harry, hasta la secretaria de toda la vida de mi padre me dijeron que estaba loco…pero yo era el único hijo y tenía la última palabra. Tenía miedo de perderlo por completo, pero tus palabras…cambiaron todo, tenía que dejarlo ir y afrontar la realidad.
―Lo desconectaste… ―susurró en un hilo de voz la joven.
―Una semana después de nuestra pelea, después de haberlo pensado hasta el cansancio y luego de habérselo dicho a mi tío…firmé la orden. Dos días después fue el entierro…algo simple, familiares y amigos más cercanos.
Ivanna quedó impactada, en ese mes…en ese único mes habían ocurrido tantas cosas en la vida de Zayn, cosas que jamás se imaginó. Unas cuantas lágrimas corrieron por sus mejillas, observó a Zayn con la mirada perdida, destrozado y no pudo reprimir el impulso de abrazarlo. Zayn tardó en reaccionar, cuando lo hizo escondió su rostro entre el cuello de Nana y la estrechó más junto a él; la había extrañado, necesitaba un abrazo reconfortante, simplemente necesitaba un abrazo de ella.
―¿Liam y Harry saben todo esto? ―preguntó la castaña luego del abrazo.
―Eres la primera en saberlo.
―Te asesinarán cuando sepan que no les contaste nada y que no te pudieron apoyar en esos momentos…
Zayn asintió en silencio.
―Entonces, ahora te corresponde ser un hombre de negocios…
Zayn sonrió de lado.
―Aún no me siento preparado, así que por los momentos me tío se hará cargo de todo…
―No te puedo imaginar vestido todos los días de traje yendo a una oficina.
―¡Retráctate! ―exclamó divertido. Ambos soltaron una gran carcajada.
―¿Sabes algo? Te extrañé ―confesó la chica―. No te vuelvas a ir así.
Zayn optó por envolverla de nuevo en sus brazos, segundos después se separó apoyando su frente en la de ella. Nana cerró sus ojos.
―Te lo prometí, no me iré más ―susurró el chico.
Ivanna pasó su brazo por los hombros del moreno, con su otra mano acariciaba la mejilla de éste tiernamente. Ambos habían esperado ese momento, estar así tan cerca uno del otro, sentir sus respiraciones, el pulso acelerado, todo ese conjunto de sensaciones…Nana no esperó más y juntó sus labios con los de Zayn en un beso tierno, ambos se dejaron llevar por el momento, dejando atrás todo tipo de preocupación sólo concentrándose en ellos, en aquel beso…en ese beso tan esperado por ambos.