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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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The Last Chance [Zayn Malik].
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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¿Qué tipo de lectora eres?
The Last Chance [Zayn Malik].
Nombre: The last chance.
Autor: Boo!
Adaptación: Sí y no. Cierta parte es de la película "A Walk To Remember".
Género: Drama/Romance.
Advertencias: ¡Nada de lectoras fantasmas! Subiré cada capítulo dependiendo de los comentarios.
Otras páginas: -
The Last Chance.
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Autor: Boo!
Adaptación: Sí y no. Cierta parte es de la película "A Walk To Remember".
Género: Drama/Romance.
Advertencias: ¡Nada de lectoras fantasmas! Subiré cada capítulo dependiendo de los comentarios.
Otras páginas: -
The Last Chance.
Take every chance. Drop every fear.
Credits
Todas las personas están conscientes de que algún día morirán, pero saber con exactitud cuándo será ese día marca una gran diferencia. Si te dijeran que solo te queda –por decir algo–un mes de vida ¿Qué harías? ¿Qué situaciones elegirías vivir? ¿Cumplirías parte de aquellos sueños reprimidos? Junto con esto, están esas personas que tal vez por un juego del destino estaban simplemente destinadas a encontrarse; esas personas que te dan a comprender el verdadero significado de la vida, de las cosas y que dejan una gran huella en ti; sin saber qué tanta influencia podrían tener en tu vida.
Dos personas completamente distintas estaban destinadas a encontrarse, quizás para aprender el uno del otro y comprender el juego de la vida.
Dos personas completamente distintas estaban destinadas a encontrarse, quizás para aprender el uno del otro y comprender el juego de la vida.
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Bueno gente, mi nombre es Mary pero llámenme Boo... esta es la primera novela que subo al foro. Tengo varios capítulos escritos, como les puse en advertencias: de ustedes depende que suba capítulos. Es una historia especial para mi, ya que el personaje femenino está inspirado en un familiar. Subiré el primer capítulo el Jueves, espero que les guste el pequeño 'prólogo'. Y COMENTEN.
Última edición por Boo! el Dom 05 Mayo 2013, 12:25 pm, editado 12 veces
PurpleSky.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
Hay Dios!
que linda se ve la historia, y algo triste también.
Bueno me presento soy Lina y me encantó el pequeño prologo, de verdad, se ve que será una novela aksdjhjalskd.
En Fin, esperaré con ganas que sea jueves.
Saludos Linda :3
que linda se ve la historia, y algo triste también.
Bueno me presento soy Lina y me encantó el pequeño prologo, de verdad, se ve que será una novela aksdjhjalskd.
En Fin, esperaré con ganas que sea jueves.
Saludos Linda :3
Lenny.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
.Lina. escribió:Hay Dios!
que linda se ve la historia, y algo triste también.
Bueno me presento soy Lina y me encantó el pequeño prologo, de verdad, se ve que será una novela aksdjhjalskd.
En Fin, esperaré con ganas que sea jueves.
Saludos Linda :3
Hola Lina, bienvenida seas kdsjfaksjdf.
Gracias por comentar y espero no decepcionarte con la novela. Besos♥
PurpleSky.
Capítulo 1:
Capítulo I.
Meeting.
»кιтту–¿¡Dónde demonios está Zayn!? –gritó desesperadamente el chico de cabello rapado y ojos marrones, mientras entraba a la cocina de aquel local atestado de gente.
–Relájate Liam –respondió otro chico, entrando rápidamente a la cocina con sus brazos cargados con unas grandes bandejas que a su vez, encima de ellas reposaban los platos y cubiertos ya usados por la clientela. Los dejó en el fregadero–. Hace rato envió un texto, dijo que tal vez en un rato vendría.
–¡¿TAL VEZ?! –exclamó fúrico Liam– siempre…siempre decide desaparecerse los días en que tenemos más clientela.
La sra. De no más de 50 años que se encontraba en ese momento al mando de la preparación de la comida dejó escapar una pequeña risa a lo que el joven la fulminó con una mirada.
–Cariño, hazle caso a Harry –sugirió la mujer–, deberías estar acostumbrado a la demora de Zayn. Si te sigues estresando así envejecerás pronto.
La mujer intercambio una mirada divertida con Harry. Siempre era lo mismo: Zayn no cumplía con sus horas de trabajo en el local, Liam se enfurecía y Harry solía burlarse de él junto con Nora.
–Chicos, los clientes están esperando –prosiguió Nora–. Así que tú –señaló a Liam– deja de estar haciendo berrinches porque Zayn no aparece y tú –señaló a Harry, quien se encontraba recostado de una de las paredes de la cocina enviando textos desde su celular– deja de estar holgazaneando.
Ambos chicos salieron de la cocina a atender a los innumerables clientes que entraban por minuto, no, mejor dicho; por segundo al local. Si no fuera por la ayuda de Nora y de los otros miembros de la cocina, el Day-Spring sería un total caos. La idea del local había surgido hace tres años; cuando recién se habían mudado a la universidad para comenzar con una nueva etapa en sus vidas, Liam conocía a Zayn desde que tenía uso de razón y le comentó una idea algo atrevida: la de un local que de día fuera el mejor café-restaurant y de noche fuera la mejor disco que brindara las más geniales fiestas de la ciudad. A esta idea luego se le unió un chico ruliento, llamado Harry. El local se encaminó por buen rumbo y hoy día era muy apreciado tanto como por jóvenes por como adultos, no sólo por ese estilo jovial y divertido que le dedicaban sus dueños, sino también por lo ya antes mencionado: las fiesta más grandes de todo Londres. Ese local era importante para aquellos tres chicos, a pesar de estar agobiados por sus estudios y vidas sociales; ellos dedicaban gran parte de su tiempo a ese local.
El moreno aparcó su motocicleta en el estacionamiento del hospital, colocó el soporte y bajó de ella. Accedió al recinto, saludó a la mujer regordeta que siempre se encontraba en la recepción de aquella clínica y siguió su rumbo hasta el piso 4 del Área de Terapia Intensiva. Solía usar siempre las escaleras. Iba subiendo calmadamente escalón por escalón, pero toda aquella calma se esfumó cuando una chica que bajaba algo apurada las escaleras tropezó en el último escalón e hizo un fallido intento por sujetarse de la baranda. Probablemente si Zayn no hubiera estado cerca para ayudarla, la pobre chica se hubiera estampado contra el piso. El joven, como acto reflejo la sostuvo fuertemente de la cintura.
–Si no lo sabes, hay algo que se llama “ojos” y se utiliza para ver –le dijo a la chica con su tan acostumbrado tono sarcástico.
Al mirarla directamente la reconoció, esa chica frecuentaba el Day-Spring y tanto ella como su hermano eran amigos de Liam y Harry. Por más que trataba, no lograba recordar su nombre.
–Sólo necesito aire fresco –susurró la joven tras un leve jadeo.
–¿Y qué quieres que haga? –preguntó empleando nuevamente ese tono odioso.
–Te agradecería mucho si me ayudaras a salir para tomar un poco de aire –le suplicó.
Por más odioso y antipático que Zayn Malik pudiera ser, no podía ser tan cara dura y responderle con un rotundo “no” a la chica; la pobre respiraba entrecortado y tenía su rostro tan blanco como una hoja. La ayudó a bajar cuidadosamente los pocos escalones que restaban, mientras cruzaban el pasillo principal del hospital dejando atrás las miradas chismosas de las personas que se encontraban ahí. La ayudó a sentarse en uno de los pequeños bancos que había afuera. La chica reposó su espalda contra el respaldo de piedra, cerró sus ojos mientras aspiraba una gran bocanada de aire, Zayn se quedó observándola mientras poco a poco la sangre fluía de nuevo hasta su rostro.
–Bueno, ya estás mejor –dijo tajantemente el moreno– me voy.
–No, espera –abrió rápidamente sus ojos y lo detuvo con un fugaz agarre de brazo, el moreno soltó el agarre inmediatamente–. Gracias, Zayn.
Pensó en irse de ahí, pero hubo algo que lo detuvo. Aquella mirada miel de él se entrelazó con aquella mirada azul grisácea de la joven, dejándolo petrificado. No solo era el color de sus ojos lo que le llamaba la atención, sino la fuerza de su mirada. Nunca antes le había pasado eso con alguien, la chica sonrió. Las veces que la había visto, no se había tomado la molestia de detallarla; cabello ondulado hasta los hombros de un color castaño que junto a su tez clara resaltaba esos hermosos ojos. Y sus mejillas estaban adornadas por unas cuantas pecas que le daban un aire de niña pequeña.
–Claro, que tengas buen día –dijo empleando de nuevo ese tono frío y cortante que solía utilizar. Ella frunció el ceño y observó como el joven desaparecía en el interior de aquel hospital.
Por un momento pensó que él no la habría reconocido, ni siquiera ha de recordar su nombre después de que Liam los hubiera presentado unas cuantas veces.
(…)
–Louis ¿Me pasarías la sal, por favor? –se refirió el Sr. Tomlinson al mayor de sus hijos, después de un largo silencio en el comedor.
Louis sólo se limitó a extender su brazo a un lado de la mesa y darle el pedido a su padre. Y de nuevo silencio otra vez. La hora de la cena era el peor momento del día para los cinco integrantes de la familia Tomlinson. El silencio era el principal protagonista en ese momento del día.
–¿Qué tal la escuela Summer? –preguntó el hijo mayor de los Tomlinson a su pequeña hermana de seis años.
–Excelente, nos mandaron hacer un dibujo de nuestro animal favorito –respondió alegremente la pequeña. Al menos alguien en esa familia si era feliz y ajeno a las desgracias que sucedían en aquella casa– y la maestra dijo que mi dibujo fue el mejor de todos y entonces…–la niña se interrumpió cuando por accidente volteó con su mano el vaso de jugo que se encontraba a su alcance.
–¡Summer! –espetó su madre.
Ivanna, la segunda hija del matrimonio Tomlinson y su hermano Louis, al igual que su madre se levantaron de sus asientos para tratar de limpiar el desastre de vidrios que la pequeña había ocasionado.
–Nana, déjalo –dijo la Sra. Tomlinson a su hija– Louis y yo podemos limpiar.
Ivanna hizo caso omiso a su madre y siguió ayudando a su hermano.
–Ivanna ¿Me estás escuchando? –preguntó la Sra.
– ¡Ouch! –un quejido de dolor salió de los labios de Ivanna, mientras que de su dedo índice salían unas cuantas gotas de sangre.
–¿¡Estás viendo!? –exclamó evidentemente molesta Lisa, mientras agarraba la mano de su hija para ver la gravedad de la herida.
–¡Ya déjame, mamá! –espetó Ivanna, soltándose rudamente del agarre de su progenitora– ¡No me voy a morir por una simple cortada!
–¡No te morirás, pero conoces tu situación! –Lisa relajó su mirada–, así sea un simple rasguño te puede desencadenar algo peor.
–No te quiero escuchar más –susurró la chica, mientras se levantaba del piso e iba escaleras arriba hacia su habitación.
El Sr. Tomlinson se limitó a recoger su plato de la mesa y levantarse de la misma, dejando atrás los gritos de su esposa pidiéndole que fuera a hablar con su hija. Louis pasó sus manos por su cabello a medida que suspiraba cansadamente. Mientras que la pequeña Summer, estaba por romper en llanto.
Ya en su habitación cerró de un portazo y se acostó en su cama, dejando que su mirada se perdiera en el techo color blanco de su habitación. No pasaron cinco minutos de estar en aquella misma posición cuando sintió como el lado izquierdo de su colchón se hundía y una cabeza era apoyada sobre su hombro.
–Discúlpala –en ocasiones como estas, la voz de su hermano Louis solía tranquilizarla–, seguía molesta porque saliste corriendo a mitad de la quimioterapita –el chico soltó una pequeña risa.
–Oye, es la primera vez que lo hago –volteó su rostro hacia el de su hermano. Y se encontró con esos ojos azules cansados, esos ojos que antes reflejaban alegría.
–Ojalá ella me comprendiera como lo haces tú –sonrío tristemente la chica.
–Cada quien es diferente –respondió Louis– dale tiempo.
–Es que…pareciera que no entendiera nada –Ivanna se incorporó, sentándose en posición de indio sobre su cama–. Quiero vivir mi vida…o al menos lo poco que queda de ella. No quiero que me traten con la chica de 19 años enferma de cáncer que se va a morir, quiero que me traten normal.
Sus palabras fueron duras y ásperas. Una lágrima se deslizó por la mejilla de la castaña.
–No hables así Nana. Yo estoy completamente seguro de que saldremos de esta.
–Sólo soy realista.
Louis negó levemente con su cabeza, imitó la posición de Ivanna. Limpió las lágrimas que ahora eran más evidentes del rostro de su hermana y la abrazó, depositando un beso su frente. Ivanna abrazó como nunca a su hermano, ocultando su rostro en el pecho de Louis. Su relación de hermanos era la mejor…solían apoyarse en todo, eran grandes confidentes y obviamente como todos los hermanos tenían sus peleas. A pesar de los tres años que Louis le llevaba él nunca dudaba en decir que su hermana era su mejor amiga.
El lugar apestaba a alcohol y cigarrillos, caía bajo al entrar en ese tipo de lugares; lo sabía. Si su padre lo estuviera viendo, lo hubiera desaprobado de inmediato ¡Ja! Al diablo con todo…esta era la única manera de olvidar toda la porquería que estaba viviendo y enviar al caño todo ese revoltijo de sentimientos que tenía por dentro. Y en parte lo estaba logrando, pidió otro trago al cantinero mientras una rubia coqueta y de escote pronunciado se sentaba a su lado.
–Me gustan los hombres tatuados –dijo la rubia modulando en su voz aquel tono coqueto y sexy.
Zayn la miró por el rabillo del ojo, se levantó de su silla y dejó un billete de alto rango en la barra; esa noche no estaba para nadie, quería estar solo.
Las puertas del Day-Spring se abrieron de par en par por una vez más en esa tarde. Era una tarde hermosa, el cielo estaba despejado y el Sol estaba en su máximo apogeo.
–Muero de hambre –dijo el castaño a su hermana, mientras ambos se sentaban en una de las mesas de aquel local.
–Somos dos, oye qué tal si…–la chica se interrumpió ante una voz masculina que surgió cerca de ellos. Levanto su rostro y ahí estaba un chico moreno, tatuado por todos lados y poseedor de unos ojos color miel totalmente familiares. Ahí estaba Zayn, era extraño encontrarlo a esa hora del día en el local.
–Hey–dijo la chica con una leve sonrisa en su rostro.El moreno solo entrecerró sus ojos y se limitó a preguntarles que ordenarían. Una vez tomada la orden se retiró.
–Siempre me sorprende lo simpático que resulta ser –bromeó irónicamente Louis.
–Debe de tener sus razones para ser así.
–Nana, la gente no tiene razones para ser antipática con las demás personas sin siquiera haberlas conocido, son así con todos y ya.
Ivanna lo pensó, desde que sus amigos le habían presentado a Zayn, él ni siquiera se había tomado la molestia de tratar de conocer o siquiera entablar una conversación con Louis y con ella.
–¿Y qué me dices de Liam y Harry? –preguntó pensativa–. Él no es así con ninguno de ellos.
–A Liam porque lo conoce desde hace mucho…
Ivanna lo interrumpió.
–¿Y Harry? –enarcó una ceja.
La conversación se vio interrumpida porque Zayn había regresado con sus órdenes. Desde entonces, mientras Louis engullía su comida como si no hubiera un mañana; Ivanna se revolvía incomoda en el asiento. Sentía una mirada clavada sobre ella, perforándole los huesos; examinó el lugar con discreción, su mirada se encontró con la de otra persona que la miraba fijamente desde el otro extremo del local. El moreno rápidamente desvió su mirada hacia otro punto y entró a la cocina del local. Louis pagó la cuenta, se disponían a salir del Day-Spring, pero un chico de ojos verdes y cabello enrulado los detuvo, saludó con un gran abrazo efusivo a los hermanos y les entrego un papel de colores llamativos donde se leía claramente “FLUORESCENT GLOW PARTY”.
–Fluorescente –susurró Ivanna, mientras detallaba el papel– interesante…
–¡Suena genial! –exclamó Louis, se despidieron del rulado y atravesaron la puerta del local–. Mamá se enojará mucho.
El chico le dedicó una mirada cargada de maldad a su hermana y esta le respondió con una gran sonrisa. De hecho, a su madre le importaba poco si asistían a una fiesta o no; lo relevante era que “en el estado de salud” de Ivanna, la chica no estaba para estar yendo a fiestas. Ya tenía diecinueve años, sabía perfectamente de su estado de salud; asistiría a la fiesta, claro, sin excederse. Estaría con Louis, así que nada malo podría suceder.
En todo el trayecto a casa Ivanna se encontró pensando en la conversación sobre “la antipatía de Zayn”. Recordó el día cuando Harry, –el mejor amigo de toda la vida de Louis y de ella– les presentó a sus dos nuevos amigos. Con Liam tomaron confianza muy rápido, era un chico inteligente, amable, carismático y gracioso; por otro lado el tal Zayn era el polo opuesto…eran pocas las veces que cubría su turno, se embriagaba, era grosero, obstinado, antipático y se acostaba con cualquier chica que se le pasara por en frente; era absolutamente lo opuesto a lo que una chica buscaría en un chico. En los tres años que tenía frecuentando el local de sus amigos habría intercambio como unas 3 veces palabras con ese joven, Louis por el contrario como era el amo de las relaciones públicas había hablado más con él e incluso logró sacarle una carcajada con uno de sus chistes malos, había pensado ella en ese momento; <él nunca sonríe>. Pero a pesar de todas esas cosas había algo en él que le llamaba la atención y desde su encuentro en la clínica Nana no dejaba de recordar su mirada.
–Relájate Liam –respondió otro chico, entrando rápidamente a la cocina con sus brazos cargados con unas grandes bandejas que a su vez, encima de ellas reposaban los platos y cubiertos ya usados por la clientela. Los dejó en el fregadero–. Hace rato envió un texto, dijo que tal vez en un rato vendría.
–¡¿TAL VEZ?! –exclamó fúrico Liam– siempre…siempre decide desaparecerse los días en que tenemos más clientela.
La sra. De no más de 50 años que se encontraba en ese momento al mando de la preparación de la comida dejó escapar una pequeña risa a lo que el joven la fulminó con una mirada.
–Cariño, hazle caso a Harry –sugirió la mujer–, deberías estar acostumbrado a la demora de Zayn. Si te sigues estresando así envejecerás pronto.
La mujer intercambio una mirada divertida con Harry. Siempre era lo mismo: Zayn no cumplía con sus horas de trabajo en el local, Liam se enfurecía y Harry solía burlarse de él junto con Nora.
–Chicos, los clientes están esperando –prosiguió Nora–. Así que tú –señaló a Liam– deja de estar haciendo berrinches porque Zayn no aparece y tú –señaló a Harry, quien se encontraba recostado de una de las paredes de la cocina enviando textos desde su celular– deja de estar holgazaneando.
Ambos chicos salieron de la cocina a atender a los innumerables clientes que entraban por minuto, no, mejor dicho; por segundo al local. Si no fuera por la ayuda de Nora y de los otros miembros de la cocina, el Day-Spring sería un total caos. La idea del local había surgido hace tres años; cuando recién se habían mudado a la universidad para comenzar con una nueva etapa en sus vidas, Liam conocía a Zayn desde que tenía uso de razón y le comentó una idea algo atrevida: la de un local que de día fuera el mejor café-restaurant y de noche fuera la mejor disco que brindara las más geniales fiestas de la ciudad. A esta idea luego se le unió un chico ruliento, llamado Harry. El local se encaminó por buen rumbo y hoy día era muy apreciado tanto como por jóvenes por como adultos, no sólo por ese estilo jovial y divertido que le dedicaban sus dueños, sino también por lo ya antes mencionado: las fiesta más grandes de todo Londres. Ese local era importante para aquellos tres chicos, a pesar de estar agobiados por sus estudios y vidas sociales; ellos dedicaban gran parte de su tiempo a ese local.
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El moreno aparcó su motocicleta en el estacionamiento del hospital, colocó el soporte y bajó de ella. Accedió al recinto, saludó a la mujer regordeta que siempre se encontraba en la recepción de aquella clínica y siguió su rumbo hasta el piso 4 del Área de Terapia Intensiva. Solía usar siempre las escaleras. Iba subiendo calmadamente escalón por escalón, pero toda aquella calma se esfumó cuando una chica que bajaba algo apurada las escaleras tropezó en el último escalón e hizo un fallido intento por sujetarse de la baranda. Probablemente si Zayn no hubiera estado cerca para ayudarla, la pobre chica se hubiera estampado contra el piso. El joven, como acto reflejo la sostuvo fuertemente de la cintura.
–Si no lo sabes, hay algo que se llama “ojos” y se utiliza para ver –le dijo a la chica con su tan acostumbrado tono sarcástico.
Al mirarla directamente la reconoció, esa chica frecuentaba el Day-Spring y tanto ella como su hermano eran amigos de Liam y Harry. Por más que trataba, no lograba recordar su nombre.
–Sólo necesito aire fresco –susurró la joven tras un leve jadeo.
–¿Y qué quieres que haga? –preguntó empleando nuevamente ese tono odioso.
–Te agradecería mucho si me ayudaras a salir para tomar un poco de aire –le suplicó.
Por más odioso y antipático que Zayn Malik pudiera ser, no podía ser tan cara dura y responderle con un rotundo “no” a la chica; la pobre respiraba entrecortado y tenía su rostro tan blanco como una hoja. La ayudó a bajar cuidadosamente los pocos escalones que restaban, mientras cruzaban el pasillo principal del hospital dejando atrás las miradas chismosas de las personas que se encontraban ahí. La ayudó a sentarse en uno de los pequeños bancos que había afuera. La chica reposó su espalda contra el respaldo de piedra, cerró sus ojos mientras aspiraba una gran bocanada de aire, Zayn se quedó observándola mientras poco a poco la sangre fluía de nuevo hasta su rostro.
–Bueno, ya estás mejor –dijo tajantemente el moreno– me voy.
–No, espera –abrió rápidamente sus ojos y lo detuvo con un fugaz agarre de brazo, el moreno soltó el agarre inmediatamente–. Gracias, Zayn.
Pensó en irse de ahí, pero hubo algo que lo detuvo. Aquella mirada miel de él se entrelazó con aquella mirada azul grisácea de la joven, dejándolo petrificado. No solo era el color de sus ojos lo que le llamaba la atención, sino la fuerza de su mirada. Nunca antes le había pasado eso con alguien, la chica sonrió. Las veces que la había visto, no se había tomado la molestia de detallarla; cabello ondulado hasta los hombros de un color castaño que junto a su tez clara resaltaba esos hermosos ojos. Y sus mejillas estaban adornadas por unas cuantas pecas que le daban un aire de niña pequeña.
–Claro, que tengas buen día –dijo empleando de nuevo ese tono frío y cortante que solía utilizar. Ella frunció el ceño y observó como el joven desaparecía en el interior de aquel hospital.
Por un momento pensó que él no la habría reconocido, ni siquiera ha de recordar su nombre después de que Liam los hubiera presentado unas cuantas veces.
(…)
–Louis ¿Me pasarías la sal, por favor? –se refirió el Sr. Tomlinson al mayor de sus hijos, después de un largo silencio en el comedor.
Louis sólo se limitó a extender su brazo a un lado de la mesa y darle el pedido a su padre. Y de nuevo silencio otra vez. La hora de la cena era el peor momento del día para los cinco integrantes de la familia Tomlinson. El silencio era el principal protagonista en ese momento del día.
–¿Qué tal la escuela Summer? –preguntó el hijo mayor de los Tomlinson a su pequeña hermana de seis años.
–Excelente, nos mandaron hacer un dibujo de nuestro animal favorito –respondió alegremente la pequeña. Al menos alguien en esa familia si era feliz y ajeno a las desgracias que sucedían en aquella casa– y la maestra dijo que mi dibujo fue el mejor de todos y entonces…–la niña se interrumpió cuando por accidente volteó con su mano el vaso de jugo que se encontraba a su alcance.
–¡Summer! –espetó su madre.
Ivanna, la segunda hija del matrimonio Tomlinson y su hermano Louis, al igual que su madre se levantaron de sus asientos para tratar de limpiar el desastre de vidrios que la pequeña había ocasionado.
–Nana, déjalo –dijo la Sra. Tomlinson a su hija– Louis y yo podemos limpiar.
Ivanna hizo caso omiso a su madre y siguió ayudando a su hermano.
–Ivanna ¿Me estás escuchando? –preguntó la Sra.
– ¡Ouch! –un quejido de dolor salió de los labios de Ivanna, mientras que de su dedo índice salían unas cuantas gotas de sangre.
–¿¡Estás viendo!? –exclamó evidentemente molesta Lisa, mientras agarraba la mano de su hija para ver la gravedad de la herida.
–¡Ya déjame, mamá! –espetó Ivanna, soltándose rudamente del agarre de su progenitora– ¡No me voy a morir por una simple cortada!
–¡No te morirás, pero conoces tu situación! –Lisa relajó su mirada–, así sea un simple rasguño te puede desencadenar algo peor.
–No te quiero escuchar más –susurró la chica, mientras se levantaba del piso e iba escaleras arriba hacia su habitación.
El Sr. Tomlinson se limitó a recoger su plato de la mesa y levantarse de la misma, dejando atrás los gritos de su esposa pidiéndole que fuera a hablar con su hija. Louis pasó sus manos por su cabello a medida que suspiraba cansadamente. Mientras que la pequeña Summer, estaba por romper en llanto.
Ya en su habitación cerró de un portazo y se acostó en su cama, dejando que su mirada se perdiera en el techo color blanco de su habitación. No pasaron cinco minutos de estar en aquella misma posición cuando sintió como el lado izquierdo de su colchón se hundía y una cabeza era apoyada sobre su hombro.
–Discúlpala –en ocasiones como estas, la voz de su hermano Louis solía tranquilizarla–, seguía molesta porque saliste corriendo a mitad de la quimioterapita –el chico soltó una pequeña risa.
–Oye, es la primera vez que lo hago –volteó su rostro hacia el de su hermano. Y se encontró con esos ojos azules cansados, esos ojos que antes reflejaban alegría.
–Ojalá ella me comprendiera como lo haces tú –sonrío tristemente la chica.
–Cada quien es diferente –respondió Louis– dale tiempo.
–Es que…pareciera que no entendiera nada –Ivanna se incorporó, sentándose en posición de indio sobre su cama–. Quiero vivir mi vida…o al menos lo poco que queda de ella. No quiero que me traten con la chica de 19 años enferma de cáncer que se va a morir, quiero que me traten normal.
Sus palabras fueron duras y ásperas. Una lágrima se deslizó por la mejilla de la castaña.
–No hables así Nana. Yo estoy completamente seguro de que saldremos de esta.
–Sólo soy realista.
Louis negó levemente con su cabeza, imitó la posición de Ivanna. Limpió las lágrimas que ahora eran más evidentes del rostro de su hermana y la abrazó, depositando un beso su frente. Ivanna abrazó como nunca a su hermano, ocultando su rostro en el pecho de Louis. Su relación de hermanos era la mejor…solían apoyarse en todo, eran grandes confidentes y obviamente como todos los hermanos tenían sus peleas. A pesar de los tres años que Louis le llevaba él nunca dudaba en decir que su hermana era su mejor amiga.
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El lugar apestaba a alcohol y cigarrillos, caía bajo al entrar en ese tipo de lugares; lo sabía. Si su padre lo estuviera viendo, lo hubiera desaprobado de inmediato ¡Ja! Al diablo con todo…esta era la única manera de olvidar toda la porquería que estaba viviendo y enviar al caño todo ese revoltijo de sentimientos que tenía por dentro. Y en parte lo estaba logrando, pidió otro trago al cantinero mientras una rubia coqueta y de escote pronunciado se sentaba a su lado.
–Me gustan los hombres tatuados –dijo la rubia modulando en su voz aquel tono coqueto y sexy.
Zayn la miró por el rabillo del ojo, se levantó de su silla y dejó un billete de alto rango en la barra; esa noche no estaba para nadie, quería estar solo.
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Las puertas del Day-Spring se abrieron de par en par por una vez más en esa tarde. Era una tarde hermosa, el cielo estaba despejado y el Sol estaba en su máximo apogeo.
–Muero de hambre –dijo el castaño a su hermana, mientras ambos se sentaban en una de las mesas de aquel local.
–Somos dos, oye qué tal si…–la chica se interrumpió ante una voz masculina que surgió cerca de ellos. Levanto su rostro y ahí estaba un chico moreno, tatuado por todos lados y poseedor de unos ojos color miel totalmente familiares. Ahí estaba Zayn, era extraño encontrarlo a esa hora del día en el local.
–Hey–dijo la chica con una leve sonrisa en su rostro.El moreno solo entrecerró sus ojos y se limitó a preguntarles que ordenarían. Una vez tomada la orden se retiró.
–Siempre me sorprende lo simpático que resulta ser –bromeó irónicamente Louis.
–Debe de tener sus razones para ser así.
–Nana, la gente no tiene razones para ser antipática con las demás personas sin siquiera haberlas conocido, son así con todos y ya.
Ivanna lo pensó, desde que sus amigos le habían presentado a Zayn, él ni siquiera se había tomado la molestia de tratar de conocer o siquiera entablar una conversación con Louis y con ella.
–¿Y qué me dices de Liam y Harry? –preguntó pensativa–. Él no es así con ninguno de ellos.
–A Liam porque lo conoce desde hace mucho…
Ivanna lo interrumpió.
–¿Y Harry? –enarcó una ceja.
La conversación se vio interrumpida porque Zayn había regresado con sus órdenes. Desde entonces, mientras Louis engullía su comida como si no hubiera un mañana; Ivanna se revolvía incomoda en el asiento. Sentía una mirada clavada sobre ella, perforándole los huesos; examinó el lugar con discreción, su mirada se encontró con la de otra persona que la miraba fijamente desde el otro extremo del local. El moreno rápidamente desvió su mirada hacia otro punto y entró a la cocina del local. Louis pagó la cuenta, se disponían a salir del Day-Spring, pero un chico de ojos verdes y cabello enrulado los detuvo, saludó con un gran abrazo efusivo a los hermanos y les entrego un papel de colores llamativos donde se leía claramente “FLUORESCENT GLOW PARTY”.
–Fluorescente –susurró Ivanna, mientras detallaba el papel– interesante…
–¡Suena genial! –exclamó Louis, se despidieron del rulado y atravesaron la puerta del local–. Mamá se enojará mucho.
El chico le dedicó una mirada cargada de maldad a su hermana y esta le respondió con una gran sonrisa. De hecho, a su madre le importaba poco si asistían a una fiesta o no; lo relevante era que “en el estado de salud” de Ivanna, la chica no estaba para estar yendo a fiestas. Ya tenía diecinueve años, sabía perfectamente de su estado de salud; asistiría a la fiesta, claro, sin excederse. Estaría con Louis, así que nada malo podría suceder.
En todo el trayecto a casa Ivanna se encontró pensando en la conversación sobre “la antipatía de Zayn”. Recordó el día cuando Harry, –el mejor amigo de toda la vida de Louis y de ella– les presentó a sus dos nuevos amigos. Con Liam tomaron confianza muy rápido, era un chico inteligente, amable, carismático y gracioso; por otro lado el tal Zayn era el polo opuesto…eran pocas las veces que cubría su turno, se embriagaba, era grosero, obstinado, antipático y se acostaba con cualquier chica que se le pasara por en frente; era absolutamente lo opuesto a lo que una chica buscaría en un chico. En los tres años que tenía frecuentando el local de sus amigos habría intercambio como unas 3 veces palabras con ese joven, Louis por el contrario como era el amo de las relaciones públicas había hablado más con él e incluso logró sacarle una carcajada con uno de sus chistes malos
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Bien gente, de verdad no me pude esperar hasta el Jueves y como estaba aburrida sin nada qué hacer decidí poner el primer capítulo. Mantengo firme eso de que los comentarios influyen en que suba un nuevo capítulo, este cap es corto y algo aburrido..pero ya los demás si serán largos..espero que de verdad les guste y comenten. La imagen que acompaña al capítulo es como para que se imaginen más o menos como es el Day-Spring.
Besos♥.
Besos♥.
Última edición por Boo! el Dom 24 Mar 2013, 6:18 pm, editado 4 veces
PurpleSky.
Capítulo 2.
Capítulo II.
Fluorescent Party.
»кιттуHabía una gran cantidad de gente, no parecía el lugar al que había entrado hace unas horas. Las mesas habían desaparecido y unos pequeños poof’s y mueblecillos habían aparecido en sus lugares. Había diversos diseños que brillan en la oscuridad y grandes lámparas de lava, sin mencionar la cantidad de personas que allí estaban, llenos de esa pintura fluorescente sobre sus ropas blancas.
–Amo las fiestas de este lugar –le dijo la joven a su hermano, elevando la voz por encima de la música.
Louis cogió a su hermana de la mano y se abrieron paso entre la multitud hasta la barra. Harry los reconoció entre la multitud y los saludo con una sonrisa y haciendo un gesto algo exagerado con su mano. Los dos chicos le regresaron el saludo.
–¡Chicos, pensé que no vendrían! –exclamó el chico una vez que estuvieron más cerca.
–¡Como podría faltar a una de las mejores fiestas de la ciudad! –exclamó Louis mientras él y Harry hacían un saludo de manos.
–¿Van a tomar algo? –preguntó Harry.
–Sí, dame una de esas bebidas de colores raros que tiene ese chico de ahí –se aventuro a decir Louis mientras señalaba al joven que se encontraba a escasos metros de distancia de ellos. Ivanna golpeo la mano de su hermano haciendo que este la bajara.
–¡Hey, no señales! –lo regaño Ivanna. Harry soltó una gran carcajada, audible a pesar del estrepitoso sonido de la música.
–¿Tu qué vas a querer Nana? –preguntó Harry a la chica regalándole una sonrisa.
–Oh, no te preocupes Hazza. No quiero nada, gracias –respondió amablemente regresándole la sonrisa.
Las horas transcurrían rápidamente mientras la fiesta se hacía cada vez mejor y disfrutaban de las ocurrencias de Louis ya ebrio y de Harry, mientras Liam y Nana reían a más no poder, cubiertos con la pintura fluorescente. Entre tanta multitud de gente y las luces escandilantes, Ivanna se sentía asfixiada por lo que entre empujes de los que bailaban en el centro de la pista se abrió paso hasta llegar a la puerta trasera del lugar. Daba hacia un pequeño callejón algo oscuro, pero eso era lo de menos; por fin respiraba aire puro. Cerró la puerta detrás de ella camino unos cuantos pasos y cerrando los ojos inhalo todo el aire que sus pulmones le permitieron.
–Hola, princesa ¿Estás perdida? –Ivanna abrió los ojos de golpe. Nunca pensó que habría alguien ahí. Y a juzgar por la voz de ese “alguien” era un hombre y estaba muy borracho. Por la leve luz de la farola que alumbraba observo como la figura de aquel tipo se aproximaba a ella.
–Eh..Bueno..no –balbuceo- no lo estoy.
Ivanna retrocedió unos cuantos pasos para acercarse a la puerta y salir huyendo de ahí. Pero su espalda se estampó con el pecho de otra persona.
–Pues a mí me parece que sí –susurró el otro chico, muy cerca de su oído haciéndola estremecer.
Ivanna trató de avanzar unos cuantos pasos, pero el chico la detuvo por el brazo. Trato de forcejear, pero se congeló al ver que el otro chico estaba mas cerca de ella.
–No huyas, no te pasará nada malo –susurró el primer chico, ya peligrosamente cerca de ella.
–¡Suéltame, idiota! –forcejeaba con el chico, pero su agarre se lo impedía cada vez mas.
–¿Qué te parece si la compartimos, Dan? –decía el primer chico mientras le rozaba con su asquerosa mano la mejilla izquierda.
La mano del fulano Dan descendió lentamente de la cintura de la joven a su muslo, por más que ella pudiera forcejear el no la soltaría. Mala idea salir a tomar aire. Estaba al borde de las lágrimas. Y en el preciso momento la puerta trasera del Day-Spring se abrió de golpe. Ivanna no pudo ver quien era ya que la poca luz que alumbraba no servía de nada, “genial otro borracho que seguro se sumaría a estos dos” pensó. Se escuchó un “suéltenla” de un chico, reconoció aquella voz al instante. Era Zayn.
El chico que se encontraba en frente de ella se dio vuelta torpemente y le dijo:
-Oye amigo, no la pensamos compartir. Lo siento.
–¿Qué tal si se comparten la ronda de golpes que les regalaré?
¿En qué momento Zayn llegó ahí? ¿Qué hace unos minutos no se encontraba haciendo mezclas y jugando con los tonos y el volumen? El chico se abalanzó sobre Zayn con la intención de golpearlo, Zayn lo esquivó con un ágil movimiento y le propinó un golpe en el rostro haciéndolo caer al piso. El tal Dan la soltó bruscamente haciéndola caer al sucio piso. Estaba en el suelo, viendo atónita aquella escena. Zayn estaba obviamente en desventaja, pero ya los dos chicos que trataron de aprovecharse de ella hace pocos instantes se encontraban tendidos en el piso quejándose del dolor.
Zayn se acercó y la ayudó a levantarse.
–¿Estás bien? –preguntó cortante.
–Sí –murmuró–. Gracias Zayn, de verdad no sé..
–No digas nada –dijo interrumpiéndola–, vuelve adentro, me terminaré de encargar de estos dos.
Prácticamente estaba amaneciendo, ya toda la multitud que había dentro del local hace unas horas se había ido, lo único que quedaba era el desastre de aquella gran fiesta. Harry se encontraba encima de la barra durmiendo profundamente, Louis estaba totalmente borracho cantando desafinadamente una canción la cual era imposible reconocer y Liam estaba sentando en una esquina del local contando las ganancias de esa noche, mientras Ivanna seguía totalmente en shock por lo que había sucedido dos horas atrás. No veía a Zayn desde lo ocurrido con aquellos dos chicos. Observó como una chica rubia, salía del pequeño depósito con sus zapatos de tacón en mano y acomodándose su vestido rojo, acto seguido salió Zayn con una sonrisa de insuficiencia en su rostro. La chica se detuvo y le brindó a Zayn un empalagoso beso en los labios para luego salir del local.
Ahora ya sabía por qué no lo había visto desde hace unas horas. Ivanna puso los ojos en blanco.
–¿Otra vez usaste nuestro depósito para hacer ciertas cosas? –preguntó Liam mientras se paraba del suelo y se dirigía hacia Zayn.
–Tú qué crees –respondió Zayn con aquella sonrisita idiota surcándole por el rostro– ¿Qué tal las ganancias de esta noche?
–Sí te digo que ganamos dinero como para no volver abrir el local e irnos de viaje por todo el mundo ¿me crees? –dijo Liam sonriendo satisfactoriamente mientras le entregaba su parte de ganancia a Zayn–. Tuvimos una gran noche, nos fue mejor que nunca.
–Esto es genial –decía Zayn mientras contaba el dinero–, agarraré tu auto para llevar a Harry a su casa. Regreso y te ayudo a organizar todo este desastre antes de que lleguen Nora y los demás. ¿Quieres que los lleve a tu hermano y a ti, Ivanna? –preguntó tajante.
–No –respondio insegura– los ayudaré a limpiar todo esto.
–Oh, no. No te molestes Nana. –respondió Liam mientras guardaba las ganancias en la caja fuerte que se encontraba detrás de la barra–. Debes estar cansada, ve a descansar. Y llévate a Louis.
Los tres chicos miraron instintivamente al castaño, que por fin había dejado de cantar y se había quedado dormido en una de las mesas.
–Liam, siempre los ayudo. No pasará nada por quedarme unas horas más y ayudarlos.
Zayn bufó –bueno, como quieras.
Zayn despertó a Harry de un fuerte grito en su oído provocando que el ruliento cayera de la barra. Finalmente los chicos se fueron, Ivanna ayudo a Liam a limpiar el lugar hasta que Zayn regresó rápidamente; era temprano así que no había ese interminable tráfico por las calles de Londres. Finalmente, los tres chicos dejaron el Day-Spring como una taza de plata.
–Sigo sin entender como resisten ustedes –dijo Ivanna mientras que se sentaba en una de las mesas–. Después de una larga noche de fiesta, tienen que limpiar todo el desastre de la noche anterior, dormir unas cuantas horas y luego ir a la Universidad.
–Después de tanto tiempo te acostumbras –respondió Zayn odiosamente desde la barra.
–Exacto, a parte está Nora, que nos ayudan mucho durante el día –respondió Liam mientras salía de la cocina con una taza de café en sus manos y se sentaba junto a Nana–, y los días siguientes de las fiestas, que obviamente faltamos por el cansancio y la resaca del día anterior; ella simplemente se encargan de todo; con los demás ayudantes claro. Bueno, Nana ¿te parece si los llevo a ti y a tu hermano a casa? No creo que él esté en condiciones de manejar y tú debes estar cansada.
Ivanna asintió y le regalo una sonrisa de agradecimiento a su amigo. Después de un largo rato tratando de despertar a Louis, Liam lo guió hacia la entrada del sitio dejando a Ivanna sola con Zayn.
–Eh. Zayn –murmuró tímidamente–. Gracias por haberme salvado de esos dos tipos.
–No es nada –respondió tajante. Sin previo aviso, Zayn pasó por un lado de la joven dispuesto a salir del local. Sin pensarlo, Ivanna lo agarró de su brazo e hizo que la encarara.
–Nunca he entendido el por qué de tu actitud. Digo, no es que te conozca lo suficiente para juzgarte; pero no está demás tratar con un poco de cortesía a las demás personas –su voz se fue alzando poco a poco. Era evidente que estaba molesta, pero ese enojo incrementó cuando el moreno soltó una risita sarcástica mientras se acercaba a paso lento hacia la chica quedando ahora mucho más cerca de ella. Tanto que ahora podía observar mejor aquellos ojos azul grisáceo, aquellos ojos que por más extraño que pareciera le quitaban el habla. Pero no, él no podía sentirse así…
–Olvida lo que pasó –susurró con un deje de odio el moreno. La chica lo miró con recelo, pasándole por un lado; no sin antes tropezar odiosamente su hombro con el de él, se dirigió a la entrada fúrica por el comportamiento de aquel chico. Es que simplemente él era tan opuesto a sus amigos…
–Amo las fiestas de este lugar –le dijo la joven a su hermano, elevando la voz por encima de la música.
Louis cogió a su hermana de la mano y se abrieron paso entre la multitud hasta la barra. Harry los reconoció entre la multitud y los saludo con una sonrisa y haciendo un gesto algo exagerado con su mano. Los dos chicos le regresaron el saludo.
–¡Chicos, pensé que no vendrían! –exclamó el chico una vez que estuvieron más cerca.
–¡Como podría faltar a una de las mejores fiestas de la ciudad! –exclamó Louis mientras él y Harry hacían un saludo de manos.
–¿Van a tomar algo? –preguntó Harry.
–Sí, dame una de esas bebidas de colores raros que tiene ese chico de ahí –se aventuro a decir Louis mientras señalaba al joven que se encontraba a escasos metros de distancia de ellos. Ivanna golpeo la mano de su hermano haciendo que este la bajara.
–¡Hey, no señales! –lo regaño Ivanna. Harry soltó una gran carcajada, audible a pesar del estrepitoso sonido de la música.
–¿Tu qué vas a querer Nana? –preguntó Harry a la chica regalándole una sonrisa.
–Oh, no te preocupes Hazza. No quiero nada, gracias –respondió amablemente regresándole la sonrisa.
Las horas transcurrían rápidamente mientras la fiesta se hacía cada vez mejor y disfrutaban de las ocurrencias de Louis ya ebrio y de Harry, mientras Liam y Nana reían a más no poder, cubiertos con la pintura fluorescente. Entre tanta multitud de gente y las luces escandilantes, Ivanna se sentía asfixiada por lo que entre empujes de los que bailaban en el centro de la pista se abrió paso hasta llegar a la puerta trasera del lugar. Daba hacia un pequeño callejón algo oscuro, pero eso era lo de menos; por fin respiraba aire puro. Cerró la puerta detrás de ella camino unos cuantos pasos y cerrando los ojos inhalo todo el aire que sus pulmones le permitieron.
–Hola, princesa ¿Estás perdida? –Ivanna abrió los ojos de golpe. Nunca pensó que habría alguien ahí. Y a juzgar por la voz de ese “alguien” era un hombre y estaba muy borracho. Por la leve luz de la farola que alumbraba observo como la figura de aquel tipo se aproximaba a ella.
–Eh..Bueno..no –balbuceo- no lo estoy.
Ivanna retrocedió unos cuantos pasos para acercarse a la puerta y salir huyendo de ahí. Pero su espalda se estampó con el pecho de otra persona.
–Pues a mí me parece que sí –susurró el otro chico, muy cerca de su oído haciéndola estremecer.
Ivanna trató de avanzar unos cuantos pasos, pero el chico la detuvo por el brazo. Trato de forcejear, pero se congeló al ver que el otro chico estaba mas cerca de ella.
–No huyas, no te pasará nada malo –susurró el primer chico, ya peligrosamente cerca de ella.
–¡Suéltame, idiota! –forcejeaba con el chico, pero su agarre se lo impedía cada vez mas.
–¿Qué te parece si la compartimos, Dan? –decía el primer chico mientras le rozaba con su asquerosa mano la mejilla izquierda.
La mano del fulano Dan descendió lentamente de la cintura de la joven a su muslo, por más que ella pudiera forcejear el no la soltaría. Mala idea salir a tomar aire. Estaba al borde de las lágrimas. Y en el preciso momento la puerta trasera del Day-Spring se abrió de golpe. Ivanna no pudo ver quien era ya que la poca luz que alumbraba no servía de nada, “genial otro borracho que seguro se sumaría a estos dos” pensó. Se escuchó un “suéltenla” de un chico, reconoció aquella voz al instante. Era Zayn.
El chico que se encontraba en frente de ella se dio vuelta torpemente y le dijo:
-Oye amigo, no la pensamos compartir. Lo siento.
–¿Qué tal si se comparten la ronda de golpes que les regalaré?
¿En qué momento Zayn llegó ahí? ¿Qué hace unos minutos no se encontraba haciendo mezclas y jugando con los tonos y el volumen? El chico se abalanzó sobre Zayn con la intención de golpearlo, Zayn lo esquivó con un ágil movimiento y le propinó un golpe en el rostro haciéndolo caer al piso. El tal Dan la soltó bruscamente haciéndola caer al sucio piso. Estaba en el suelo, viendo atónita aquella escena. Zayn estaba obviamente en desventaja, pero ya los dos chicos que trataron de aprovecharse de ella hace pocos instantes se encontraban tendidos en el piso quejándose del dolor.
Zayn se acercó y la ayudó a levantarse.
–¿Estás bien? –preguntó cortante.
–Sí –murmuró–. Gracias Zayn, de verdad no sé..
–No digas nada –dijo interrumpiéndola–, vuelve adentro, me terminaré de encargar de estos dos.
Prácticamente estaba amaneciendo, ya toda la multitud que había dentro del local hace unas horas se había ido, lo único que quedaba era el desastre de aquella gran fiesta. Harry se encontraba encima de la barra durmiendo profundamente, Louis estaba totalmente borracho cantando desafinadamente una canción la cual era imposible reconocer y Liam estaba sentando en una esquina del local contando las ganancias de esa noche, mientras Ivanna seguía totalmente en shock por lo que había sucedido dos horas atrás. No veía a Zayn desde lo ocurrido con aquellos dos chicos. Observó como una chica rubia, salía del pequeño depósito con sus zapatos de tacón en mano y acomodándose su vestido rojo, acto seguido salió Zayn con una sonrisa de insuficiencia en su rostro. La chica se detuvo y le brindó a Zayn un empalagoso beso en los labios para luego salir del local.
Ahora ya sabía por qué no lo había visto desde hace unas horas. Ivanna puso los ojos en blanco.
–¿Otra vez usaste nuestro depósito para hacer ciertas cosas? –preguntó Liam mientras se paraba del suelo y se dirigía hacia Zayn.
–Tú qué crees –respondió Zayn con aquella sonrisita idiota surcándole por el rostro– ¿Qué tal las ganancias de esta noche?
–Sí te digo que ganamos dinero como para no volver abrir el local e irnos de viaje por todo el mundo ¿me crees? –dijo Liam sonriendo satisfactoriamente mientras le entregaba su parte de ganancia a Zayn–. Tuvimos una gran noche, nos fue mejor que nunca.
–Esto es genial –decía Zayn mientras contaba el dinero–, agarraré tu auto para llevar a Harry a su casa. Regreso y te ayudo a organizar todo este desastre antes de que lleguen Nora y los demás. ¿Quieres que los lleve a tu hermano y a ti, Ivanna? –preguntó tajante.
–No –respondio insegura– los ayudaré a limpiar todo esto.
–Oh, no. No te molestes Nana. –respondió Liam mientras guardaba las ganancias en la caja fuerte que se encontraba detrás de la barra–. Debes estar cansada, ve a descansar. Y llévate a Louis.
Los tres chicos miraron instintivamente al castaño, que por fin había dejado de cantar y se había quedado dormido en una de las mesas.
–Liam, siempre los ayudo. No pasará nada por quedarme unas horas más y ayudarlos.
Zayn bufó –bueno, como quieras.
Zayn despertó a Harry de un fuerte grito en su oído provocando que el ruliento cayera de la barra. Finalmente los chicos se fueron, Ivanna ayudo a Liam a limpiar el lugar hasta que Zayn regresó rápidamente; era temprano así que no había ese interminable tráfico por las calles de Londres. Finalmente, los tres chicos dejaron el Day-Spring como una taza de plata.
–Sigo sin entender como resisten ustedes –dijo Ivanna mientras que se sentaba en una de las mesas–. Después de una larga noche de fiesta, tienen que limpiar todo el desastre de la noche anterior, dormir unas cuantas horas y luego ir a la Universidad.
–Después de tanto tiempo te acostumbras –respondió Zayn odiosamente desde la barra.
–Exacto, a parte está Nora, que nos ayudan mucho durante el día –respondió Liam mientras salía de la cocina con una taza de café en sus manos y se sentaba junto a Nana–, y los días siguientes de las fiestas, que obviamente faltamos por el cansancio y la resaca del día anterior; ella simplemente se encargan de todo; con los demás ayudantes claro. Bueno, Nana ¿te parece si los llevo a ti y a tu hermano a casa? No creo que él esté en condiciones de manejar y tú debes estar cansada.
Ivanna asintió y le regalo una sonrisa de agradecimiento a su amigo. Después de un largo rato tratando de despertar a Louis, Liam lo guió hacia la entrada del sitio dejando a Ivanna sola con Zayn.
–Eh. Zayn –murmuró tímidamente–. Gracias por haberme salvado de esos dos tipos.
–No es nada –respondió tajante. Sin previo aviso, Zayn pasó por un lado de la joven dispuesto a salir del local. Sin pensarlo, Ivanna lo agarró de su brazo e hizo que la encarara.
–Nunca he entendido el por qué de tu actitud. Digo, no es que te conozca lo suficiente para juzgarte; pero no está demás tratar con un poco de cortesía a las demás personas –su voz se fue alzando poco a poco. Era evidente que estaba molesta, pero ese enojo incrementó cuando el moreno soltó una risita sarcástica mientras se acercaba a paso lento hacia la chica quedando ahora mucho más cerca de ella. Tanto que ahora podía observar mejor aquellos ojos azul grisáceo, aquellos ojos que por más extraño que pareciera le quitaban el habla. Pero no, él no podía sentirse así…
–Olvida lo que pasó –susurró con un deje de odio el moreno. La chica lo miró con recelo, pasándole por un lado; no sin antes tropezar odiosamente su hombro con el de él, se dirigió a la entrada fúrica por el comportamiento de aquel chico. Es que simplemente él era tan opuesto a sus amigos…
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Última edición por Boo! el Sáb 09 Mar 2013, 5:28 pm, editado 8 veces
PurpleSky.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
Perdón, perdón por no comentar antes D:
me fui de vacaciones y por lo único que podía conectarme era por el móvil y es un verdadero asco comentar desde allí.
Me han encantado los capítulos, han sido aksjdhakjsda y de nuevo me disculpo, la historia es verdaderamente genial y sjdhakjshd perdón :3
Saludos Linda :3
*Me encanta*
me fui de vacaciones y por lo único que podía conectarme era por el móvil y es un verdadero asco comentar desde allí.
Me han encantado los capítulos, han sido aksjdhakjsda y de nuevo me disculpo, la historia es verdaderamente genial y sjdhakjshd perdón :3
Saludos Linda :3
*Me encanta*
Lenny.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
.Lina. escribió:Perdón, perdón por no comentar antes D:
me fui de vacaciones y por lo único que podía conectarme era por el móvil y es un verdadero asco comentar desde allí.
Me han encantado los capítulos, han sido aksjdhakjsda y de nuevo me disculpo, la historia es verdaderamente genial y sjdhakjshd perdón :3
Saludos Linda :3
*Me encanta*
Jjajaja tranquilaa! Me alegra que te haya gustado♥.
PurpleSky.
Capítulo 3. Parte I.
Capítulo III.
Life of Motorcyclist.
»кιттуIvanna se bajó rápidamente de su Volskwagen Escarabajo 1962, se suponía que hace 20 minutos tenía que estar en la clínica para su tratamiento. Pero eso de haberse levantado tarde y encima el tráfico que hacía a las 8 a.m no la ayudó mucho. Apenas puso un pie fuera de su auto, el viento helado de la mañana le golpeó el rostro haciendo revolotear su cabello, bebió un sorbo del café que hace un rato había comprado de camino en una cafetería.
–¡Oye! –exclamó Ivanna mientras veía como una gran mancha de café se formaba sobre su abrigo–. Si genial, gracias por eso.
–Lo siento, de verdad. Fue mi culpa..-el joven sacó un pequeño pañuelo de su bolsillo trasero, dispuesto a enmendar lo que había hecho. Ivanna alzo su mirada, con la intención de decirle varias cosas a aquella persona; pero fue lo que contemplaron sus ojos lo que hizo que el pequeño enojo que sentía se disipara.
–Ah…eres tú –dijo con desgano y haciendo una mueca–. Okey Zayn, no importa. Déjalo.
Si, su enojo había desaparecido. Su felicidad había desaparecido. Todo sentimiento había desaparecido...dejando paso a una pequeña molestia e incomodidad. Se limitó a seguir su camino, pero fue una mano alrededor de su brazo y un sincero susurro de un “lo siento” lo que la hizo detener.
–Lo siento –repitió el moreno. Ivanna se volteó, ahora quedando frente a frente.
–Te dije que lo dejaras, no importa –dijo, mientras su mirada iba de los arboles al piso, del piso a los autos aparcados en el estacionamiento; en fin, iba en toda dirección posible menos al rostro del chico.
–No solo por lo de ahorita…-murmuró mientras su miraba también divagaba, tratando de encontrar las palabras adecuadas- …sino también..por mi comportamiento.
Lo soltó de una vez, haciendo que Ivanna lo mirara directamente entrecerrando sus ojos y con un semblante algo inseguro.
–En serio, disculpa –finalmente la miró–. Suelo ser un poco…antipático…
–E irritante, odioso, tajante, amargado, poco cortés…
–Ya, ya entendí –la interrumpió, mientras las comisuras de sus labios se inclinaban hacia arriba.
Nunca lo había visto sonreír, sólo había imaginado como sería su sonrisa después de que Louis le contara aquella vez que lo hizo su reír con su chiste. Esa sonrisa era más bonita de lo que se la había imaginado.
–Te debo un café –dijo haciéndola salir de su trance–…y un nuevo abrigo.
Ambos rieron, pero ahora no fue ella quien se quedo cautivada con tanta belleza. Sino fue él, sacudió ligeramente la cabeza para alejar esos pensamientos tontos.
–¿Estarás muy ocupada ahorita? –se aventuró a preguntar el moreno–. Digo, para invitarte el café de una vez…
–No –lo interrumpió sin pensar dos veces en su respuesta–. Digo, podemos ir ahorita…de una vez.
–¿Segura?
–Ciento por ciento.
Caminaron cada uno hasta su medio de transporte. Ivanna era inquietada por algo ¿A qué se debía ese cambio repentino de aquel chico? Hasta donde ella estaba enterada, la gente no cambiaba de la noche a la mañana.
(…)
–No puedo creer que tengamos cosas en común…como este lugar –Nana tomó un sorbo de su café.
–Este es uno de los pocos sitios donde preparan un buen café –Zayn sonrió, luego le dio un mordisco al pequeño muffin de chocolate.
–¿Y qué me dices del café que preparan en el Day-Spring? –Ivanna soltó una leve risa.
–Ahí también preparan unos excelentes cafés –Zayn volvió a sonreír, le guiñó un ojo. Ivanna quedó nuevamente embobada.
–Dime, ¿visitas a alguien en la clínica? –preguntó el chico, dándole un sorbo a su café. Ivanna quedó pensativa.
–Sí, de hecho visito a una prima. Está internada ahí desde hace unas cuantas semanas –dijo tratando de restarle importancia al asunto.
Mintió. Eran pocas las personas que sabían sobre su condición, en realidad sus padres y sus hermanos eran los únicos; ni sus tíos, ni abuelos, ni el mismo Harry que era amigo de toda la vida de los hermanos Tomlinson sabía sobre su enfermedad.
–¿Está muy grave? –preguntó Zayn mirándola con atención.
–Nada que no se pueda solucionar. Y tu ¿a quién visitas? Unas cuantas veces le escuché decir a Liam o Harry que tenías un familiar internado.
–A mi padre –el semblante alegre de Zayn cambió al mismo serio que siempre portaba. Eso era una advertencia para Ivanna, de que no debía indagar más.
–Oye…nuevamente. Gracias por lo del otro día –cambió de tema, el rostro de Zayn se relajó–. De verdad, no sé que hubiera sucedido si no hubieses llegado justo en ese momento.
–Casualidades –el chico sonrió–. No des las gracias.
Y así se fueron las horas, ninguno de los dos se dio cuenta de las horas que llevaban hablando. A ella prácticamente se le había olvidado que había faltado a la terapia, eso era lo de menos. Zayn había cambiado radicalmente; no se parecía en lo absoluto al chico que había tratado en esos tres años. Este era uno más simpático, aunque a veces había momentos en los que se comportaba como antes. Ivanna quería saber el por qué de ese cambió ¿Tal vez fueron por las últimas palabras que compartieron aquella mañana? No lo sabía, pero fuera cual fuera el hecho; le intrigaba. No conocía realmente a Zayn, solamente era un chico algo temperamental que conoció hace algún tiempo, pero que a penas lo había tratado. Pero en el fondo, ella en verdad quería conocerlo más.
–Entonces…¿Amigos? –preguntó la joven con media sonrisa en su rostro, extendiendo su mano derecha para que fuera estrechada por el moreno.
El joven la observó con los ojos entrecerrados, pero aun así sin pensarlo estrecho su mano con la de ella. Batiéndola ligeramente de arriba hacia abajo.
–Pero te tengo que advertir, la gente no suele ganarse mi confianza tan rápido –dijo con un semblante serio y en voz alta. A lo que luego sonrió, dejando ver su blanca dentadura. Ivanna soltó una gran carcajada.
–Créeme, eso ya lo sé.
(…)
–Te prometo que no tardaré más de una hora –aquella escena llamó la atención de Ivanna, desde uno de los rincones del Day-Spring observaba como Zayn se colocaba su chaqueta y como Liam le protestaba (como una esposa celosa) para que no se fuera, era típico. No era más de las 11 p.m., se encontraba allí junto con Louis ayudando a organizar todo para la fiesta de esa noche. No era extraño encontrar a los dos Tomlinson ayudando en lo que pudieran en aquel local.
–Sabes que no me gustan ese tipo de cosas –protestó Liam a su amigo.
–No molestes Liam –se quejó el moreno–. Estaré aquí antes de las 2 p.m
–¡¿De las dos?! –exclamó Liam–. No Zayn…
Liam no terminó de pronunciar palabra cuando vio a su amigo retirarse, negó con la cabeza y se devolvió a terminar con los arreglos, era tarde y los invitados no tardarían en llegar. Ivanna solo soltó una risita y sin que nadie la viera fue rumbo a la puerta. Recorrió con la mirada el pequeño estacionamiento y ahí lo vio a punto de subirse a su motocicleta.
–¿A dónde vas? –preguntó una vez que estuvo lo suficientemente cerca del moreno. El joven suspiró pesadamente.
–¿Qué quieres? –preguntó tajante, aun sin voltearse.
–Yo pregunté primero –respondió burlonamente la joven, cruzándose de brazos y alzando una ceja.
–Déjate de niñadas y vuelve adentro a ayudar –se giró sobre el asiento de su motocicleta para poder observar a Ivanna. Con rostro fúrico, ese que tanto odiaba ella.
–Iré contigo –no le prestó atención en absoluto a las palabras del chico. Estuvo a punto de montarse en la motocicleta, pero el joven se lo impidió.
–¡¿Qué rayos crees que haces?! –exclamó molesto. Ivanna se sobresaltó y desistió de su plan–. Ivanna, de verdad no molestes. Déjame en paz.
–Púdrete –se limitó a decir, para luego girar sobre sus talones y entrar de nuevo al local.
–¡Hey, no! Ivanna, no te molestes.
Sin prestarle atención, Ivanna siguió caminando.
–Sube –esa palabra la hizo detenerse. No sabía por qué se lo dijo, pero no le gustaba hablarle de una manera grosera a Ivanna. Había algo en aquella chica que lo sacaba de quicio completamente, pero que a la vez lo atrapaba. Ivanna sonrió victoriosamente y se subió a la motocicleta, rodeando con sus pequeños brazos el torso de Zayn. El chico se estremeció un poco ante aquel acto, giró su cabeza levemente para poder observar a la chica.
–¿De qué te ríes? –preguntó–. Quita esa tonta sonrisa.
–Es que eres tan fácil –soltó una leve carcajada. Zayn puso los ojos en blanco y emprendió marcha hacia un lugar desconocido para la joven.
–Te deberías considerar afortunada –dijo el moreno, luego de un largo rato de silencio–. Eres la primera chica que dejo que se suba en mi motocicleta.
–¿En serio? –preguntó asombrada–. ¿Eso es bueno o malo? –sonrió.
–Supongo que es bueno para ti…y malo para mí.
–¿Y qué hay de todas esas chicas con las que has salido? –preguntó.
–Esas chicas no son nada serio –respondió sin pensar en sus palabras.
–¿Y acaso yo soy algo serio para ti?–en los ojos azul grisáceo de esa chica apareció un destello de ilusión. Zayn palideció del tiro, no se dio cuenta de lo que dijo, en realidad sus sentimientos confusos estaban comenzando a dar vida. No encontraba algo qué responderle, estaba mudo; sin palabras. Aun no era el momento de aceptar lo que sentía.
–¿Sabes que Liam y Harry me mataran cuando sepan que te traje conmigo? –incoherente, sí. Pero cambiar el tema era la solución. La ilusión dejo paso a la decepción en el rostro de Ivanna.
–¿A dónde vamos? –preguntó indiferente.
–Ya lo sabrás.
Incómodos fueron los 15 minutos restantes del trayecto. Finalmente, llegaron a una de las calles pocas transitadas de Londres. Ivanna frunció el ceño al ver el ambiente que había: hombres y mujeres de la misma edad que ella e incluso mayores y menores bebiendo, otros con cigarrillos en mano. A pesar del frio de esa noche, las mujeres portaban atuendos mínimos que dejaban a la vista grandes partes de piel. A lo lejos escucho el rugido de lo que le pareció varias motocicletas. Zayn estacionó su motocicleta en una zona no muy aglomerada de gente y bajó hábilmente de esta tratando de abrirse paso entre las personas, Ivanna reaccionó y bajó de la motocicleta tratando de alcanzarlo.
–¿En dónde estamos? –le preguntó al moreno, mientras su mirada iba y venía entre las personas que le pasaban por su lado. Algunos que otros chicos de mala pinta y mujeres proporcionadas, saludaban a Zayn a lo que él les correspondía con un saludo de cabeza; todos los que lo saludaban miraban extraño a la joven, como si no perteneciera a aquel lugar. Y era verdad, Ivanna finalmente cayó en cuenta de donde se encontraba o al menos tuvo una idea.
–Competencias de motocicletas callejeras –susurró.
–Exacto –dijo Zayn–. Le pagan muy bien al ganador.
–Es por eso que discutes tanto con Liam–puntualizó.
–A él no le gusta que esté metido en este tipo de cosas y a Harry menos. Me han acompañado varias veces, pero son realmente un piedra en el zapato.
–No sabía esto de ti.
–Hay muchas cosas que aún no sabes de mi, amiga –enfatizó la última palabra, luego le sonrió dulcemente.
–Hola muñeca –le dijo un tipo joven algo borracho a Ivanna, mientras la escaneaba de arriba abajo con una mierda pervertida. En efecto, el corto short que llevaba junto con la camisa de vestir y unos tacones era el atuendo que ella había elegido para la fiesta, no para un lugar como este.
–Aléjate baboso –Zayn le espetó al sujeto.
Zayn la tomó delicadamente del brazo y siguieron caminando entre la gente hasta llegar a un chico rubio que reía a carcajadas junto con otros dos chicos y dos chicas. Ese pequeño grupo de jóvenes eran distintos a los que los rodeaban, en realidad se veían más decentes, esa dos jóvenes no andaban mostrando partes de sus cuerpos y los tres chicos se veían algo inocentes para estar en un lugar así; sobretodo el rubio. Parecía que ellos también se habían equivocado de lugar, al igual que ella.
–¡Zayn! –exclamó el rubio a lo que vio al joven–. ¡Por fin llegas!
–Se me hizo algo tarde, es todo.
El rubio y Zayn hicieron un saludo de manos, lo mismo hicieron los otros dos chicos con el moreno. Zayn saludó a las dos chicas con un beso en la mejilla. Ivanna miraba tímida desde el lado derecho de Zayn.
–¿Quién es ella? –preguntó la joven de cabello rojizo. Regalándole una dulce sonrisa a Ivanna.
–¡No me digas que es tu novia! –exclamó el chico de la gorra azul de Obey.
–Hasta que decides enseriarte –el rubio le dio unas palmaditas en la espalda a Zayn.
–No sean estúpidos. Ella es Nana –le sonrió a Ivanna–. Una amiga.
–Mucho gusto Nana –el rubio le ofreció la mano. Ivanna la estrechó–. Soy Niall.
–Y yo Katty –la chica de cabello rojizo le dio un empujón a Niall para quedar frente a la chica, le dio un fugaz abrazo. Ivanna se extrañó ante aquel gesto, pero no le quedó más remedio que reírse.
Los demás chicos se presentaron, la chica restante era Sam; tenía un gran parecido al chico de corte rapado, él era Danny, eran hermanos y el de la gorra Sean. Pasado unos cincos minutos Ivanna perdió de vista a Zayn y sintió como un delgado brazo rodeaba el de ella, era Katty, al lado de esta estaban los otros chicos, menos Niall. Caminaron entre la gente que comenzaba a aglomerarse a un metro de distancia de unas motocicletas, los cinco chicos lograron colocarse de primeros, Ivanna divisó a Niall en frente de las 6 motocicletas; luego divisó sobre la cuarta motocicleta de izquierda a derecha a Zayn, lo reconoció fácilmente por su camiseta blanca.
–Esto debe ser extraño para ti, ¿cierto?
La voz de Katty la sacó de sus pensamientos. Ivanna asintió aun sin despegar la vista de la espalda de Zayn. El ruido de una bocina en manos de Niall anunciando la salida, la hizo sobresaltar en seguida todas las personas presentes comenzaron a gritar eufóricamente. Ivanna tenía su rostro fruncido.
–Hey, Nana…relájate, quita esa cara –Sean le pasó un brazo por los hombros–. Tu cara me dice que estás preocupada por Zayn.
–No tienes nada de qué preocuparte, Zayn es excelente en este asunto –Sam le sonrió amablemente.
Niall regresó a paso de trote donde se encontraban sus amigos.
–Presiento que hoy será una gran noche –el rubio esbozó una gran sonrisa, dejando ver su dentadura acompañada por los brackets.
–¿Y ustedes no compiten? –Ivanna finalmente habló, dirigiendo su pregunta a los tres chicos.
–Desde luego, yo soy el que lleva más tiempo en esto. Luego está Sean, él lleva poco tiempo en esto –respondió Danny.
–Y yo soy como el mánager de estos tres –intervino Niall.
El rubio se abalanzó entre sus dos amigos, pasando sus brazos alrededor de los cuellos de estos intentando columpiarse. Los tres rieron.
–¿Manager? –preguntó confundida Ivanna.
–Es más o menos así –dijo Sam–. El es el que se encarga de organizar una que otra carrera y les avisa a los chicos que día toca. Katty y yo apostamos una que otra vez, la mayoría del tiempo nos terminamos quedando con gran parte de las apuestas, estos tres –los señaló– son muy buenos.
–¿Y por qué ustedes no compitieron hoy? –Ivanna señalo a Sean y Danny.
–Nos turnamos –respondió Sean–, la próxima le toca a Danny y la siguiente a mi…así vamos.
El ruido de las motocicletas se escucha cada vez más cerca, todas las personas abrieron un gran paso para dejar pasar a los competidores que iban a toda velocidad. Ivanna a duras penas pudo divisar a Zayn, iba prácticamente de último <¿Muy bueno que es, no?> pensó. Ivanna lanzó una mirada exasperada a Niall, el rubio le guiñó un ojo y el susurró al odio un: “Espera y verás”. Luego de las 5 vueltas “reglamentarias” en qué consistía dicha carrera, ya había un ganador: Zayn. Se escucharon abucheos y quejas por parte de los que había apostado a favor de otro y gritos de felicidad por los que habían apostado bien su dinero. Niall entregó el dinero de las apuestas a los apostadores, al ganador de la carrera y un bajo de billetes lo metió en la parte trasera de su pantalón y antes de que las cosas se pusieran feas por parte de los resentidos que no sabían perder, salieron de ahí; Niall se subió su automóvil último modelo con Katty de copiloto, Danny iba en su motocicleta junto con su hermana y Sean iba solo también en su motocicleta. Antes de acelerar a todo lo que daba, Ivanna hizo un gesto con la mano en forma de despedida, los chicos se lo regresaron. Zayn aceleró su motocicleta con nuevamente un rumbo desconocido.
–¡Oye! –exclamó Ivanna mientras veía como una gran mancha de café se formaba sobre su abrigo–. Si genial, gracias por eso.
–Lo siento, de verdad. Fue mi culpa..-el joven sacó un pequeño pañuelo de su bolsillo trasero, dispuesto a enmendar lo que había hecho. Ivanna alzo su mirada, con la intención de decirle varias cosas a aquella persona; pero fue lo que contemplaron sus ojos lo que hizo que el pequeño enojo que sentía se disipara.
–Ah…eres tú –dijo con desgano y haciendo una mueca–. Okey Zayn, no importa. Déjalo.
Si, su enojo había desaparecido. Su felicidad había desaparecido. Todo sentimiento había desaparecido...dejando paso a una pequeña molestia e incomodidad. Se limitó a seguir su camino, pero fue una mano alrededor de su brazo y un sincero susurro de un “lo siento” lo que la hizo detener.
–Lo siento –repitió el moreno. Ivanna se volteó, ahora quedando frente a frente.
–Te dije que lo dejaras, no importa –dijo, mientras su mirada iba de los arboles al piso, del piso a los autos aparcados en el estacionamiento; en fin, iba en toda dirección posible menos al rostro del chico.
–No solo por lo de ahorita…-murmuró mientras su miraba también divagaba, tratando de encontrar las palabras adecuadas- …sino también..por mi comportamiento.
Lo soltó de una vez, haciendo que Ivanna lo mirara directamente entrecerrando sus ojos y con un semblante algo inseguro.
–En serio, disculpa –finalmente la miró–. Suelo ser un poco…antipático…
–E irritante, odioso, tajante, amargado, poco cortés…
–Ya, ya entendí –la interrumpió, mientras las comisuras de sus labios se inclinaban hacia arriba.
Nunca lo había visto sonreír, sólo había imaginado como sería su sonrisa después de que Louis le contara aquella vez que lo hizo su reír con su chiste. Esa sonrisa era más bonita de lo que se la había imaginado.
–Te debo un café –dijo haciéndola salir de su trance–…y un nuevo abrigo.
Ambos rieron, pero ahora no fue ella quien se quedo cautivada con tanta belleza. Sino fue él, sacudió ligeramente la cabeza para alejar esos pensamientos tontos.
–¿Estarás muy ocupada ahorita? –se aventuró a preguntar el moreno–. Digo, para invitarte el café de una vez…
–No –lo interrumpió sin pensar dos veces en su respuesta–. Digo, podemos ir ahorita…de una vez.
–¿Segura?
–Ciento por ciento.
Caminaron cada uno hasta su medio de transporte. Ivanna era inquietada por algo ¿A qué se debía ese cambio repentino de aquel chico? Hasta donde ella estaba enterada, la gente no cambiaba de la noche a la mañana.
(…)
–No puedo creer que tengamos cosas en común…como este lugar –Nana tomó un sorbo de su café.
–Este es uno de los pocos sitios donde preparan un buen café –Zayn sonrió, luego le dio un mordisco al pequeño muffin de chocolate.
–¿Y qué me dices del café que preparan en el Day-Spring? –Ivanna soltó una leve risa.
–Ahí también preparan unos excelentes cafés –Zayn volvió a sonreír, le guiñó un ojo. Ivanna quedó nuevamente embobada.
–Dime, ¿visitas a alguien en la clínica? –preguntó el chico, dándole un sorbo a su café. Ivanna quedó pensativa.
–Sí, de hecho visito a una prima. Está internada ahí desde hace unas cuantas semanas –dijo tratando de restarle importancia al asunto.
Mintió. Eran pocas las personas que sabían sobre su condición, en realidad sus padres y sus hermanos eran los únicos; ni sus tíos, ni abuelos, ni el mismo Harry que era amigo de toda la vida de los hermanos Tomlinson sabía sobre su enfermedad.
–¿Está muy grave? –preguntó Zayn mirándola con atención.
–Nada que no se pueda solucionar. Y tu ¿a quién visitas? Unas cuantas veces le escuché decir a Liam o Harry que tenías un familiar internado.
–A mi padre –el semblante alegre de Zayn cambió al mismo serio que siempre portaba. Eso era una advertencia para Ivanna, de que no debía indagar más.
–Oye…nuevamente. Gracias por lo del otro día –cambió de tema, el rostro de Zayn se relajó–. De verdad, no sé que hubiera sucedido si no hubieses llegado justo en ese momento.
–Casualidades –el chico sonrió–. No des las gracias.
Y así se fueron las horas, ninguno de los dos se dio cuenta de las horas que llevaban hablando. A ella prácticamente se le había olvidado que había faltado a la terapia, eso era lo de menos. Zayn había cambiado radicalmente; no se parecía en lo absoluto al chico que había tratado en esos tres años. Este era uno más simpático, aunque a veces había momentos en los que se comportaba como antes. Ivanna quería saber el por qué de ese cambió ¿Tal vez fueron por las últimas palabras que compartieron aquella mañana? No lo sabía, pero fuera cual fuera el hecho; le intrigaba. No conocía realmente a Zayn, solamente era un chico algo temperamental que conoció hace algún tiempo, pero que a penas lo había tratado. Pero en el fondo, ella en verdad quería conocerlo más.
–Entonces…¿Amigos? –preguntó la joven con media sonrisa en su rostro, extendiendo su mano derecha para que fuera estrechada por el moreno.
El joven la observó con los ojos entrecerrados, pero aun así sin pensarlo estrecho su mano con la de ella. Batiéndola ligeramente de arriba hacia abajo.
–Pero te tengo que advertir, la gente no suele ganarse mi confianza tan rápido –dijo con un semblante serio y en voz alta. A lo que luego sonrió, dejando ver su blanca dentadura. Ivanna soltó una gran carcajada.
–Créeme, eso ya lo sé.
(…)
–Te prometo que no tardaré más de una hora –aquella escena llamó la atención de Ivanna, desde uno de los rincones del Day-Spring observaba como Zayn se colocaba su chaqueta y como Liam le protestaba (como una esposa celosa) para que no se fuera, era típico. No era más de las 11 p.m., se encontraba allí junto con Louis ayudando a organizar todo para la fiesta de esa noche. No era extraño encontrar a los dos Tomlinson ayudando en lo que pudieran en aquel local.
–Sabes que no me gustan ese tipo de cosas –protestó Liam a su amigo.
–No molestes Liam –se quejó el moreno–. Estaré aquí antes de las 2 p.m
–¡¿De las dos?! –exclamó Liam–. No Zayn…
Liam no terminó de pronunciar palabra cuando vio a su amigo retirarse, negó con la cabeza y se devolvió a terminar con los arreglos, era tarde y los invitados no tardarían en llegar. Ivanna solo soltó una risita y sin que nadie la viera fue rumbo a la puerta. Recorrió con la mirada el pequeño estacionamiento y ahí lo vio a punto de subirse a su motocicleta.
–¿A dónde vas? –preguntó una vez que estuvo lo suficientemente cerca del moreno. El joven suspiró pesadamente.
–¿Qué quieres? –preguntó tajante, aun sin voltearse.
–Yo pregunté primero –respondió burlonamente la joven, cruzándose de brazos y alzando una ceja.
–Déjate de niñadas y vuelve adentro a ayudar –se giró sobre el asiento de su motocicleta para poder observar a Ivanna. Con rostro fúrico, ese que tanto odiaba ella.
–Iré contigo –no le prestó atención en absoluto a las palabras del chico. Estuvo a punto de montarse en la motocicleta, pero el joven se lo impidió.
–¡¿Qué rayos crees que haces?! –exclamó molesto. Ivanna se sobresaltó y desistió de su plan–. Ivanna, de verdad no molestes. Déjame en paz.
–Púdrete –se limitó a decir, para luego girar sobre sus talones y entrar de nuevo al local.
–¡Hey, no! Ivanna, no te molestes.
Sin prestarle atención, Ivanna siguió caminando.
–Sube –esa palabra la hizo detenerse. No sabía por qué se lo dijo, pero no le gustaba hablarle de una manera grosera a Ivanna. Había algo en aquella chica que lo sacaba de quicio completamente, pero que a la vez lo atrapaba. Ivanna sonrió victoriosamente y se subió a la motocicleta, rodeando con sus pequeños brazos el torso de Zayn. El chico se estremeció un poco ante aquel acto, giró su cabeza levemente para poder observar a la chica.
–¿De qué te ríes? –preguntó–. Quita esa tonta sonrisa.
–Es que eres tan fácil –soltó una leve carcajada. Zayn puso los ojos en blanco y emprendió marcha hacia un lugar desconocido para la joven.
–Te deberías considerar afortunada –dijo el moreno, luego de un largo rato de silencio–. Eres la primera chica que dejo que se suba en mi motocicleta.
–¿En serio? –preguntó asombrada–. ¿Eso es bueno o malo? –sonrió.
–Supongo que es bueno para ti…y malo para mí.
–¿Y qué hay de todas esas chicas con las que has salido? –preguntó.
–Esas chicas no son nada serio –respondió sin pensar en sus palabras.
–¿Y acaso yo soy algo serio para ti?–en los ojos azul grisáceo de esa chica apareció un destello de ilusión. Zayn palideció del tiro, no se dio cuenta de lo que dijo, en realidad sus sentimientos confusos estaban comenzando a dar vida. No encontraba algo qué responderle, estaba mudo; sin palabras. Aun no era el momento de aceptar lo que sentía.
–¿Sabes que Liam y Harry me mataran cuando sepan que te traje conmigo? –incoherente, sí. Pero cambiar el tema era la solución. La ilusión dejo paso a la decepción en el rostro de Ivanna.
–¿A dónde vamos? –preguntó indiferente.
–Ya lo sabrás.
Incómodos fueron los 15 minutos restantes del trayecto. Finalmente, llegaron a una de las calles pocas transitadas de Londres. Ivanna frunció el ceño al ver el ambiente que había: hombres y mujeres de la misma edad que ella e incluso mayores y menores bebiendo, otros con cigarrillos en mano. A pesar del frio de esa noche, las mujeres portaban atuendos mínimos que dejaban a la vista grandes partes de piel. A lo lejos escucho el rugido de lo que le pareció varias motocicletas. Zayn estacionó su motocicleta en una zona no muy aglomerada de gente y bajó hábilmente de esta tratando de abrirse paso entre las personas, Ivanna reaccionó y bajó de la motocicleta tratando de alcanzarlo.
–¿En dónde estamos? –le preguntó al moreno, mientras su mirada iba y venía entre las personas que le pasaban por su lado. Algunos que otros chicos de mala pinta y mujeres proporcionadas, saludaban a Zayn a lo que él les correspondía con un saludo de cabeza; todos los que lo saludaban miraban extraño a la joven, como si no perteneciera a aquel lugar. Y era verdad, Ivanna finalmente cayó en cuenta de donde se encontraba o al menos tuvo una idea.
–Competencias de motocicletas callejeras –susurró.
–Exacto –dijo Zayn–. Le pagan muy bien al ganador.
–Es por eso que discutes tanto con Liam–puntualizó.
–A él no le gusta que esté metido en este tipo de cosas y a Harry menos. Me han acompañado varias veces, pero son realmente un piedra en el zapato.
–No sabía esto de ti.
–Hay muchas cosas que aún no sabes de mi, amiga –enfatizó la última palabra, luego le sonrió dulcemente.
–Hola muñeca –le dijo un tipo joven algo borracho a Ivanna, mientras la escaneaba de arriba abajo con una mierda pervertida. En efecto, el corto short que llevaba junto con la camisa de vestir y unos tacones era el atuendo que ella había elegido para la fiesta, no para un lugar como este.
–Aléjate baboso –Zayn le espetó al sujeto.
Zayn la tomó delicadamente del brazo y siguieron caminando entre la gente hasta llegar a un chico rubio que reía a carcajadas junto con otros dos chicos y dos chicas. Ese pequeño grupo de jóvenes eran distintos a los que los rodeaban, en realidad se veían más decentes, esa dos jóvenes no andaban mostrando partes de sus cuerpos y los tres chicos se veían algo inocentes para estar en un lugar así; sobretodo el rubio. Parecía que ellos también se habían equivocado de lugar, al igual que ella.
–¡Zayn! –exclamó el rubio a lo que vio al joven–. ¡Por fin llegas!
–Se me hizo algo tarde, es todo.
El rubio y Zayn hicieron un saludo de manos, lo mismo hicieron los otros dos chicos con el moreno. Zayn saludó a las dos chicas con un beso en la mejilla. Ivanna miraba tímida desde el lado derecho de Zayn.
–¿Quién es ella? –preguntó la joven de cabello rojizo. Regalándole una dulce sonrisa a Ivanna.
–¡No me digas que es tu novia! –exclamó el chico de la gorra azul de Obey.
–Hasta que decides enseriarte –el rubio le dio unas palmaditas en la espalda a Zayn.
–No sean estúpidos. Ella es Nana –le sonrió a Ivanna–. Una amiga.
–Mucho gusto Nana –el rubio le ofreció la mano. Ivanna la estrechó–. Soy Niall.
–Y yo Katty –la chica de cabello rojizo le dio un empujón a Niall para quedar frente a la chica, le dio un fugaz abrazo. Ivanna se extrañó ante aquel gesto, pero no le quedó más remedio que reírse.
Los demás chicos se presentaron, la chica restante era Sam; tenía un gran parecido al chico de corte rapado, él era Danny, eran hermanos y el de la gorra Sean. Pasado unos cincos minutos Ivanna perdió de vista a Zayn y sintió como un delgado brazo rodeaba el de ella, era Katty, al lado de esta estaban los otros chicos, menos Niall. Caminaron entre la gente que comenzaba a aglomerarse a un metro de distancia de unas motocicletas, los cinco chicos lograron colocarse de primeros, Ivanna divisó a Niall en frente de las 6 motocicletas; luego divisó sobre la cuarta motocicleta de izquierda a derecha a Zayn, lo reconoció fácilmente por su camiseta blanca.
–Esto debe ser extraño para ti, ¿cierto?
La voz de Katty la sacó de sus pensamientos. Ivanna asintió aun sin despegar la vista de la espalda de Zayn. El ruido de una bocina en manos de Niall anunciando la salida, la hizo sobresaltar en seguida todas las personas presentes comenzaron a gritar eufóricamente. Ivanna tenía su rostro fruncido.
–Hey, Nana…relájate, quita esa cara –Sean le pasó un brazo por los hombros–. Tu cara me dice que estás preocupada por Zayn.
–No tienes nada de qué preocuparte, Zayn es excelente en este asunto –Sam le sonrió amablemente.
Niall regresó a paso de trote donde se encontraban sus amigos.
–Presiento que hoy será una gran noche –el rubio esbozó una gran sonrisa, dejando ver su dentadura acompañada por los brackets.
–¿Y ustedes no compiten? –Ivanna finalmente habló, dirigiendo su pregunta a los tres chicos.
–Desde luego, yo soy el que lleva más tiempo en esto. Luego está Sean, él lleva poco tiempo en esto –respondió Danny.
–Y yo soy como el mánager de estos tres –intervino Niall.
El rubio se abalanzó entre sus dos amigos, pasando sus brazos alrededor de los cuellos de estos intentando columpiarse. Los tres rieron.
–¿Manager? –preguntó confundida Ivanna.
–Es más o menos así –dijo Sam–. El es el que se encarga de organizar una que otra carrera y les avisa a los chicos que día toca. Katty y yo apostamos una que otra vez, la mayoría del tiempo nos terminamos quedando con gran parte de las apuestas, estos tres –los señaló– son muy buenos.
–¿Y por qué ustedes no compitieron hoy? –Ivanna señalo a Sean y Danny.
–Nos turnamos –respondió Sean–, la próxima le toca a Danny y la siguiente a mi…así vamos.
El ruido de las motocicletas se escucha cada vez más cerca, todas las personas abrieron un gran paso para dejar pasar a los competidores que iban a toda velocidad. Ivanna a duras penas pudo divisar a Zayn, iba prácticamente de último <¿Muy bueno que es, no?> pensó. Ivanna lanzó una mirada exasperada a Niall, el rubio le guiñó un ojo y el susurró al odio un: “Espera y verás”. Luego de las 5 vueltas “reglamentarias” en qué consistía dicha carrera, ya había un ganador: Zayn. Se escucharon abucheos y quejas por parte de los que había apostado a favor de otro y gritos de felicidad por los que habían apostado bien su dinero. Niall entregó el dinero de las apuestas a los apostadores, al ganador de la carrera y un bajo de billetes lo metió en la parte trasera de su pantalón y antes de que las cosas se pusieran feas por parte de los resentidos que no sabían perder, salieron de ahí; Niall se subió su automóvil último modelo con Katty de copiloto, Danny iba en su motocicleta junto con su hermana y Sean iba solo también en su motocicleta. Antes de acelerar a todo lo que daba, Ivanna hizo un gesto con la mano en forma de despedida, los chicos se lo regresaron. Zayn aceleró su motocicleta con nuevamente un rumbo desconocido.
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Bueno, pues aquí la primera parte del tercer capítulo...este es uno de mis favoritos; es muy tipo "Tres metros sobre el cielo". En fin, me gustaría que comentaran; si les gusta la Fic háganlo. Ya saben.
Besos♥.
Besos♥.
Última edición por Boo! el Dom 24 Mar 2013, 6:35 pm, editado 3 veces
PurpleSky.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
amo tu nove creo que soy tu primer segidora =D PORFI SIGUELA
ALEX HORAN
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
ALEX HORAN escribió:amo tu nove creo que soy tu primer segidora =D PORFI SIGUELA
Qué bueno que te guste Alex, en cuanto pueda la sigo♥
PurpleSky.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
akdslajsdjkjskdjslkajklsd *-*
me encantó el capítulo, fue hermoso :)
fue algo así como asdkjahasdhjhdjsjsakd, yo sé que me entiendes (?
espero el próximo :3
Saludos.
me encantó el capítulo, fue hermoso :)
fue algo así como asdkjahasdhjhdjsjsakd, yo sé que me entiendes (?
espero el próximo :3
Saludos.
Lenny.
Re: The Last Chance [Zayn Malik].
.Lina. escribió:akdslajsdjkjskdjslkajklsd *-*
me encantó el capítulo, fue hermoso :)
fue algo así como asdkjahasdhjhdjsjsakd, yo sé que me entiendes (?
espero el próximo :3
Saludos.
ksdfjaskdfj Si, te entiendo. Quizás hoy en la noche o mañana suba la segunda parte♥.
PurpleSky.
Capítulo 3. Parte II.
Capítulo III. Parte II.
Ivanna.
»кιтту–Ni en mil años me hubiera imaginado que formas parte de ese tipo de cosas.
–Te lo dije, hay todavía muchas cosas que no sabes de mi –Zayn sonrió ampliamente.
No eran más de las 4 a.m, los dos jóvenes habían regresado hace una hora y media, tras un sermón de Liam y Harry sobre haber llevado a Ivanna a ese tipo de cosas y luego de que Zayn hubiera tenido que cumplir su rol de Dj como en todas las fiestas y tener que haber servido varios tragos, se sentaron en las escalinatas de la entrada del Day-Spring.
–Sabes, apoyo a Liam y Harry…no me gusta para nada eso. Es peligroso, puedes salir lastimado –Ivanna lo miró preocupada.
–Tengo tres años haciéndolo, no creo que haya riesgo.
Zayn le dio un leve empujón con su brazo, tratando de tranquilizarla.
–¿Niall y los demás conocen a Liam y a Harry? –preguntó.
–Sí, los presenté hace algún tiempo. Se llevan muy bien, incluso ellos suelen venir a las fiestas, –hizo una pausa–, recuerdo que cuando los presenté Harry trató de ligar con Sam, pero a Danny obviamente pareció no agradarle la idea y casi tienen una gran pelea.
Ivanna soltó una carcajada.
–Qué raro Harry.
Luego de un momento de silencio, no incómodo; sino más bien de esos que se disfrutan, Ivanna soltó una de las tantas preguntas que tenía en mente:
–¿Qué te llevó a meterte en las carreras? –su voz era baja, tímida.
–Ni siquiera yo lo sé –Zayn fijó su mirada en la calle que tendían en frente–. Creo que fue para revelarme –rió–, suena tonto, pero creo que fue por eso. Siempre he sido de esos chicos que le gusta ir en contra de las reglas.
Se quedó con su mirada clavada en un punto muerto, Ivanna lo miraba con atención.
–¿Sabes? –finalmente volvió a hablar–. Yo nunca fui así.
Ivanna frunció el ceño.
–¿Así…cómo?
–Así tan misterioso, antipático y todas esas cosas que sueles decirme –la miró y sonrió con pesar–. Solía ser más alegre.
–Siempre supe que debía existir una razón para tu actitud, en realidad todo tiene una razón. Lo que nunca entendí es por qué con la mayoría de las personas, incluyéndome eras tan seco, ni siquiera tratabas de sacar conversación –confesó–. Pero supongo que eres así por esa misma razón.
–La razón es miedo.
Ivanna se percató de la vulnerabilidad en los ojos de Zayn, se sintió fatal por dentro.
–Es miedo a que las personas que quiero, se alejen de mi sin razón alguna. Me pasó varias veces, primero fue mi madre, ella me abandonó cuando apenas tenía cuatro años. Ya cuando estuve un poco más grande me di cuenta que los 6 años que estuvo casada con mi padre eran por interés, por dinero. Ella era una mujer muy bella y 8 años más joven que mi padre, así qué ¿Quién a los 22 años querría estar casada con un hombre más viejo y con un hijo recién nacido? A esa edad lo que quieres es disfrutar de la vida, así que no aguantó mucho y nos abandonó yéndose con un tipo de su misma edad del que supuestamente, estaba enamorada. Mi padre nunca quiso saber más nada de ella y a medida que fui creciendo, yo tampoco quise.
Ivanna sintió un gran nudo en la garganta, nunca se imaginó que Zayn se ocultara bajo su forma de ser para ocultar el dolor. Estrechó su pequeña mano con la Zayn, dándole fuerzas.
–Tú mismo lo dijiste, era joven. A esa edad quería disfrutar la vida, quizás después se dio cuenta del error que cometió –Ivanna no sabía que decir y el nudo en su garganta era intragable.
–Entonces, ¿por qué nunca llamó o escribió? –Zayn soltó su agarre y la miró con dureza–. Nunca le importó. Simplemente se fue dejando solo una maldita carta donde pedía “disculpas”, dejando a un niño de cuatro años junto con hombre de 30 años devastado. No le importó el daño que causaba, solo le importaba ella.
Zayn carraspeó para deshacer el nudo que poco a poco se iba formando en su garganta. Miró nuevamente hacia la calle. Por la mejilla de Ivanna se deslizó una pequeña lágrima, ella la limpió disimuladamente.
–También grandes amigos, que los conocía desde hace mucho; algo así como Liam…me dejaron de tratar de la noche a la mañana. Amigos de toda la vida –rió irónicamente–. El único que realmente ha estado ahí en todo momento ha sido Liam, no tienes idea de cuánto se lo agradezco, él si es un verdadero amigo y claro, a él se le suman Harry, Niall, Sean y todos los demás…a ellos también los traté como te traté a ti al principio –la miró y sonrió disculpándose–, pero después me di cuenta que eran grandes personas y me arrepiento de haberlos tratado mal.
Su mirada miel quedó clavada en los ojos azul grisáceo de Ivanna, aquellos ojos que aunque por más que lo intentara lo atrapaban. Ivanna sonrió y retiró su mirada antes de ponerse colorada y él lo notara.
–Y por último…–hizo una pausa ahora más larga– está mi padre. Él también me está dejando –susurró.
Nana lo volvió a mirar, Zayn tenía su cabeza agachada. Ivanna sabía que era imprudente preguntar, pero aún así lo hizo.
–¿Qué le sucedió a tu padre? –susurró, casi apenas audible.
Zayn la volvió a mirar y sonrió.
–En otro momento te lo contaré.
Ivanna asintió, con una sonrisa ladeada en su rostro. Zayn soltó un gran suspiro.
–Bueno, ahora ya sabes más de mí.
–Creo que me estoy ganando tu confianza –canturreó Ivanna. Ambos rieron.
–¿Qué hay de ti? Te he contado ya mucho sobre mí, pero yo no sé absolutamente nada de ti –replicó Zayn, haciéndose el ofendido.
–Otro día te contaré sobre mí –Ivanna sonrió malvadamente.
–Oye…eso no es justo –Zayn se cruzó de brazos–. Me voy a molestar y créeme que no me querrás ver molesto.
Ivanna enarcó una ceja.
–El viernes en mi casa a las 8…si no tienes nada qué hacer, claro; veremos películas y tu pregunta lo que quieras sobre mí y yo responderé ¿Te parece?
El viernes era un día ideal, tenía entendido que sus padres pasarían toda la noche fuera y pues sus hermanos no eran un problema; podrían estar junto con ellos.
–Me parece –Zayn sonrió a lo grande–. ¿Louis no se molestará con que tenga una pequeña cita con su hermana o sí?
–¡Oye! –golpeó el brazo del moreno, él se quejó–. No es una cita y en dado caso de que lo fuera, Louis no se molestaría… –calló y luego sonrió maliciosamente– sólo te daría una parranda de buenos golpes por estar tratando de ligar con su hermana menor.
Zayn la miró por un rato y luego ambos soltaron grandes carcajadas que incluso el guardia de seguridad del Day-Spring se les quedó viendo un poco raro.
–Bueno chicos, pórtense bien. Regresaremos después de las 12. –el Sr. Tomlinson se despidió de sus dos hijos mayores estando en el umbral de la puerta.
–Ya saben chicos, nada andar invitan…
–Si mamá, nada de andar invitando a nuestros amigos sin autorización blah blah –Ivanna interrumpió la severa voz de su madre. Lisa le regaló una mirada de advertencia, mientras que Louis reprimió una carcajada.
–Ya se pueden ir, qué les vaya bien. –habló rápidamente Ivanna, casi cerrándoles la puerta en la nariz a sus padres. La gran mano de su padre detuvo la puerta.
–¿Cuál es tu apuro con que nos vayamos? –preguntó curiosamente Steven.
–Porque…bueno –balbuceó la chica–. Porque si se demoran más perdaran la reservación en el restaurant.
No muy seguros de la respuesta de su hija los Sres. Tomlinson se terminaron de despedir para finalmente irse. Ivanna no sabía actuar bajo presión, aunque todo había salido como anillo al dedo; sus padres esa noche tendrían una especie de cita para arreglar sus conflictos, Summer se quedaría a dormir en casa de una amiga y Louis…bueno, Louis se quedaría en casa. Así que tendría que aguantarse sus burlas con que “estaba tratando de ligar con el chico malo”. Aún no le contaba que Zayn vendría esa noche.
–¿Por qué tanto apuro en que se fueran? –preguntó Louis mirando a su hermana detalladamente, mientras se recostaba sobre un brazo en el marco de la puerta de la cocina. Bebió un trago de su jugo de naranja.
Ivanna estaba en el mueble, mirando la TV. En realidad no miraba la TV, estaba nerviosa mordisqueando sus uñas y moviendo impacientemente su pierna derecha. No tuvo de responder la pregunta de su hermano, justo en ese momento el timbre de la casa sonó. Ivanna abrió los ojos como platos. Ni siquiera sabía por qué estaba tan nerviosa.
–¿Quién será? –preguntó extrañado Louis encaminándose a la puerta.
Ivanna se levantó velozmente y fue tras su hermano.
–Te puedo apostar lo que quieras a que es mamá o pap…¿Zayn? –al abrir la puerta, Louis quedó extrañado al encontrarse al moreno detrás de ella.
–Bueno…se me había olvidado decirte que Zayn vendría hoy –Nana estaba al lado de su hermano, sonriéndole graciosamente a Zayn.
–Por cierto, hola Louis. Qué gusto verte –le dijo irónicamente Zayn al ojiazul.
–¡Es por eso que estabas tan nerviosa! Era porque Zayn venía –exclamó Louis. Las mejillas de Ivanna se tornaron de un color carmesí. Louis siempre tan indiscreto.
–¡Dices puras estupideces, Louis! Ven Zayn, pasa. Estás en tu casa.
Ivanna asió a Zayn del brazo, prácticamente arrastrándolo dentro de la casa. Los tres se entretuvieron durante largo rato, pidieron una pizza y se pusieron a ver películas, eligieron El Exorcista, Ivanna y Zayn reían a carcajadas cuando veían a
Louis taparse la cara con uno de los cojines. Al término de la película se pusieron a hablar sobre cosas sin sentido hasta que Louis anunció que un amigo lo había invitado a una pequeña fiesta en su casa y que se tendría que ir.
–¡Trata de llegar antes que mamá y papá! –exclamó Ivanna desde el living ya cuando su hermano se encontraba por abrir la puerta.
–Tranquila hermanita. Y ya saben, no se porten mal en mi ausencia –el ojiazul les guiñó un ojo a ambos chicos antes de cerrar la puerta principal tras de él. Zayn soltó una estrepitosa carcajada e Ivanna solo puso los ojos en blanco tras el comentario de doble sentido de su hermano.
–Dime, ¿cómo lo soportas? –preguntó burlescamente Zayn.
–No tengo respuesta a eso –Ivanna hizo una mueca de desagrado. Se levantó del sofá y comenzó a recoger los desperdicios de comida chatarra, platos y vasos sucios que habían dejado sobre la mesa de centro, Zayn se levantó velozmente del sofá para ayudarla–. Déjalo Zayn, yo acomodo. No te preocupes.
–Insisto –susurró el moreno.
–No seas cabezota. ¿Quieres algo más de tomar o de comer? –preguntó amablemente la castaña. El moreno negó. Tras un “ya regreso” de la joven Zayn se quedó observando todo a su alrededor. Era muy inquieto y detallista, aunque no había detallado lo bien organizada que estaba esa casa. No era una casa súper lujosa, pero si era grande y estaba muy bien decorada con un estilo vintage, que le daba cierto toque de alegría. Se acercó a la gran biblioteca detrás del sofá, abarcaba casi toda la pared y en ella descansaban ordenadamente los libros por orden de tamaño, se dio cuenta que habían libros de todo tipo de género. Siguió caminando por la gran sala, hasta detenerse en el pie de las escaleras; en la pared seguida de las escaleras había miles de cuadros pequeños con fotografías, subiendo lentamente escalón por escalón iba detallando las fotos: una de las fotos que más le llamó la atención fue la de dos niños de unos 8 años, ojos azules sonriendo ampliamente a la cámara, dejando perfectamente a la vista la falta de sus dientes principales. Siguió subiendo lentamente hasta que llegó al último escalón, observó aquel pasillo donde se encontraban las habitaciones y su curiosidad lo llevó a preguntarse ¿Cómo sería la habitación de Ivanna? Caminó por aquel pasillo, observó en una de las puertas que tenía un gran letrero de no pase y más abajo decía Louis, la puerta continua tenía un dibujo de un unicornio y con una letra algo torcida se leía Summer, la puerta de enfrente era la del baño y la siguiente de esta estaba entreabierta, se asomó y encendió la luz. Era la habitación que buscaba. Tenía un aspecto retro, uno de esos asientos colgantes, una gran cama y toda una pared cubierta de fotografías; sonría mientras detallaba todos aquellos momentos vividos por Ivanna plasmados en aquella pared.
–Sabía que estarías aquí –Ivanna le sonrió cruzada de brazos desde el umbral de la puerta. Zayn no se inmutó, siguió parado frente aquel mural de fotos.
–¿Sabías que la habitación de una persona muestra como es su personalidad? –preguntó el moreno sonriente.
–No me digas –respondió Ivanna sarcásticamente, caminando hasta quedar al lado del moreno. Zayn volvió su vista a la pared, igual la chica.
–Son muchas fotografías.
–Es uno de mis pasatiempos –sonrió la castaña mirando cada una de las fotos–. De hecho, en el patio hay un pequeño cuarto oscuro para revelar todas las fotos. Me gusta hacerlo a la antigua.
–¿Ves? Ya sé varias cosas sobre ti –el moreno puso su mirada sobre la chica, le sonrió. Ivanna enarcó una ceja.
–Hasta el momento lo único que te he dicho es sobre esto –señaló la pared.
–También sé que te gusta el estilo retro y los colores cálidos –dijo mientras expandía su brazos y miraba a su alrededor–. ¿Ves que tenía razón en que las habitaciones hablan por las personas?
Ivanna puso los ojos en blanco y le propinó un leve golpe en su estómago. Caminó hasta su cama y se lanzó sobre esta, abrazando uno de los cojines.
–Quedamos en que me contarías más sobre ti, puedes empezar –el moreno se adentró en otro pequeño cuarto de la misma habitación, era una especie de vestier. Encendió la luz y se quedó impresionado con la cantidad de ropa y zapatos que había.
–Como ya te habrás dado cuenta soy muy obsesionada con la ropa, sobre todo con los zapatos –Ivanna alzó la voz en un tono considerable para que Zayn la pudiera escuchar. El chico salió con la cara embobada.
–Me di cuenta, supongo que tienes más ropa que toda tu familia junta –se sentó la silla del escritorio, en el que también empezó a chismosear. Encima del escritorio estaba la cámara fotográfica, una mini laptop y miles de bolígrafos y libros regados.
–Algo así –Ivanna rió–. También me gustan los carros viejos, como los Volkswagen o los Mustang Clásico.
–Me di cuenta –Zayn cogió del escritorio un pequeño Volkswagen. Miró a Ivanna y negó levemente en la cabeza riendo, Ivanna hizo un ademán con la mano. Zayn siguió registrando los cajones del escritorio y al no encontrar nada interesante los cerraba.
–¡Eres un chismoso! –Ivanna le lanzó un cojín, fallando su objetivo. Zayn no se inmutó, iba a cerrar el último cajón pero se percató que dentro de este había una tabla levantada, la sacó y se encontró con un pequeño cuaderno de espirales.
–¿Y esto? –giró sobre la silla, con el cuaderno en manos viéndolo por ambos lados. Ivanna soltó un grito ahogado, levantándose más rápido que un rayo. Casi se lanza encima del moreno para quitarle la pequeña libreta, pero él fue más rápido, se levantó y llegó al otro extremo de la habitación.
–¡Zayn, dame eso! –exclamó Ivanna encolerizada.
–¿A caso es un diario? –Zayn sonrió maliciosamente. Así empezó la pequeña persecución por toda la habitación, hasta que en un momento de descuido Ivanna logró quitarle el Diario, pero en aquel intento ambos cayeron al piso; Zayn revolándose de la risa e Ivanna molesta por aquel incumplimiento de su privacidad.
–Oye, ya. No es para tanto, no te pongas así Nana –Zayn se incorporó, sentándose en posición de indio–. Fue divertido, acéptalo.
–¡Eres la persona más entrometida de este mundo! –exclamó la ojiazul, soltando una carcajada. Apretó su diario fuertemente contra su pecho.
–¿Qué es esto? –al lado de Zayn, sobre el piso estaba un hoja doblada por la mitad.
–Lista de deseos –leyó en voz alta–, debió haber caído del diario. Toma.
Zayn le extendió el papel. Nana frunció el ceño.
–No recuerdo haber dejado eso ahí, puedes leerlo si quieres…no me alteraré –soltó una leve carcajada.
–Uno –leyó–: Hacerme un tatuaje.
Zayn miró su brazo cubierto de tatuajes, al igual que Nana. Se miraron y rieron al unísono. El moreno siguió leyendo la lista por unos cuantos segundos.
–¿Qué hay de la seis? –Zayn señaló la línea donde se suponía debía estar escrito el deseo 6, pero en su lugar estaba tachado con bolígrafo.
–No lo sé –Nana se encogió de hombros y le sonrió levemente. Zayn se quedó contemplándola por unos instantes.
–Esta es como una lista de las cosas que quiero hacer antes de morir –confesó con pesar–. Lo podrás ver como algo bobo, pero para mí tiene mucho significado. La vida se va en un segundo y el detalle está en cumplir lo que anhelas.
Ivanna clavó su mirada en el piso, no quería que Zayn viera como sus ojos se cristalizaban, para él no existía motivo; en verdad no sabía la historia completa. Zayn estiró su brazo y asió la mano de la chica, apretándola fuertemente.
–Nana, te prometo que no voy a descansar hasta que cumplas esta lista; así sea el deseo más tonto e insignificante yo me encargaré de que se cumpla.
Ivanna sin pensarlo más lo abrazó fuertemente, sabía que era imposible…a ella le quedaba poco tiempo y esa lista era solo una insignificante lista. Pero aún así, apreciaba esas palabras de Zayn y la contundencia con que las decía. El abrazo se deshizo, ellos quedaron a pocos centímetros de distancia. Ahora Zayn podía ver más de cerca esos ojos azul grisáceo que tanto lo volvían loco. Ahora Ivanna sentía ese cosquilleo insoportable en su estómago. Estaban a escasos centímetros, decidiéndose a acabar con esa corta distancia un sonido de una puerta cerrarse y una voz de mujer anunciado su llegada que se escuchaba muy cerca en el pasillo, rompió aquel mágico silencio. Ambos chicos miraron a la puerta totalmente abierta de la habitación, se escuchaba el taconeo de los zapatos de mujer acercarse cada vez más.
–Creo que es hora de irme –susurró Zayn. Le dio un fugaz beso en la frente a Ivanna desapareciendo hacia abajo por el pequeño balcón de la habitación. Ivana salió al encuentro con su madre.
–Hola mamá –saludó, dando una gran brinco fuera de su habitación. Su madre se sorprendió–. ¿Qué les fue?
–Excelente hija –le debió un beso en la mejilla–-. ¿Y tu hermano?
–Se fue a dormir temprano. Me dijo que estaba muy…
No terminó de formular la oración, el estruendoso sonido de la puerta principal hizo saltar a ambas mujeres.
–¿Louis? ¿Dónde estabas? –se escuchó la voz de Steven desde la planta baja.
–Por ahí. –respondió el chico arrastrando las palabras a causa del alcohol.
–¿Con que por ahí, no? –le dijo con voz severa Lisa a su hija.
Ivanna solo cerró los ojos y se llevó una mano a su frente. Lo único que pensó en ese momento fue que su hermano era un completo estúpido, ya se imaginaba el sermón de su madre diciéndoles que ya estaban suficientemente grandecitos para esas cosas y que a pesar de tener 19 y 22 años, mientras vivieran en esa casa las reglas que ella impusieran las tendrían que cumplir.
–Te lo dije, hay todavía muchas cosas que no sabes de mi –Zayn sonrió ampliamente.
No eran más de las 4 a.m, los dos jóvenes habían regresado hace una hora y media, tras un sermón de Liam y Harry sobre haber llevado a Ivanna a ese tipo de cosas y luego de que Zayn hubiera tenido que cumplir su rol de Dj como en todas las fiestas y tener que haber servido varios tragos, se sentaron en las escalinatas de la entrada del Day-Spring.
–Sabes, apoyo a Liam y Harry…no me gusta para nada eso. Es peligroso, puedes salir lastimado –Ivanna lo miró preocupada.
–Tengo tres años haciéndolo, no creo que haya riesgo.
Zayn le dio un leve empujón con su brazo, tratando de tranquilizarla.
–¿Niall y los demás conocen a Liam y a Harry? –preguntó.
–Sí, los presenté hace algún tiempo. Se llevan muy bien, incluso ellos suelen venir a las fiestas, –hizo una pausa–, recuerdo que cuando los presenté Harry trató de ligar con Sam, pero a Danny obviamente pareció no agradarle la idea y casi tienen una gran pelea.
Ivanna soltó una carcajada.
–Qué raro Harry.
Luego de un momento de silencio, no incómodo; sino más bien de esos que se disfrutan, Ivanna soltó una de las tantas preguntas que tenía en mente:
–¿Qué te llevó a meterte en las carreras? –su voz era baja, tímida.
–Ni siquiera yo lo sé –Zayn fijó su mirada en la calle que tendían en frente–. Creo que fue para revelarme –rió–, suena tonto, pero creo que fue por eso. Siempre he sido de esos chicos que le gusta ir en contra de las reglas.
Se quedó con su mirada clavada en un punto muerto, Ivanna lo miraba con atención.
–¿Sabes? –finalmente volvió a hablar–. Yo nunca fui así.
Ivanna frunció el ceño.
–¿Así…cómo?
–Así tan misterioso, antipático y todas esas cosas que sueles decirme –la miró y sonrió con pesar–. Solía ser más alegre.
–Siempre supe que debía existir una razón para tu actitud, en realidad todo tiene una razón. Lo que nunca entendí es por qué con la mayoría de las personas, incluyéndome eras tan seco, ni siquiera tratabas de sacar conversación –confesó–. Pero supongo que eres así por esa misma razón.
–La razón es miedo.
Ivanna se percató de la vulnerabilidad en los ojos de Zayn, se sintió fatal por dentro.
–Es miedo a que las personas que quiero, se alejen de mi sin razón alguna. Me pasó varias veces, primero fue mi madre, ella me abandonó cuando apenas tenía cuatro años. Ya cuando estuve un poco más grande me di cuenta que los 6 años que estuvo casada con mi padre eran por interés, por dinero. Ella era una mujer muy bella y 8 años más joven que mi padre, así qué ¿Quién a los 22 años querría estar casada con un hombre más viejo y con un hijo recién nacido? A esa edad lo que quieres es disfrutar de la vida, así que no aguantó mucho y nos abandonó yéndose con un tipo de su misma edad del que supuestamente, estaba enamorada. Mi padre nunca quiso saber más nada de ella y a medida que fui creciendo, yo tampoco quise.
Ivanna sintió un gran nudo en la garganta, nunca se imaginó que Zayn se ocultara bajo su forma de ser para ocultar el dolor. Estrechó su pequeña mano con la Zayn, dándole fuerzas.
–Tú mismo lo dijiste, era joven. A esa edad quería disfrutar la vida, quizás después se dio cuenta del error que cometió –Ivanna no sabía que decir y el nudo en su garganta era intragable.
–Entonces, ¿por qué nunca llamó o escribió? –Zayn soltó su agarre y la miró con dureza–. Nunca le importó. Simplemente se fue dejando solo una maldita carta donde pedía “disculpas”, dejando a un niño de cuatro años junto con hombre de 30 años devastado. No le importó el daño que causaba, solo le importaba ella.
Zayn carraspeó para deshacer el nudo que poco a poco se iba formando en su garganta. Miró nuevamente hacia la calle. Por la mejilla de Ivanna se deslizó una pequeña lágrima, ella la limpió disimuladamente.
–También grandes amigos, que los conocía desde hace mucho; algo así como Liam…me dejaron de tratar de la noche a la mañana. Amigos de toda la vida –rió irónicamente–. El único que realmente ha estado ahí en todo momento ha sido Liam, no tienes idea de cuánto se lo agradezco, él si es un verdadero amigo y claro, a él se le suman Harry, Niall, Sean y todos los demás…a ellos también los traté como te traté a ti al principio –la miró y sonrió disculpándose–, pero después me di cuenta que eran grandes personas y me arrepiento de haberlos tratado mal.
Su mirada miel quedó clavada en los ojos azul grisáceo de Ivanna, aquellos ojos que aunque por más que lo intentara lo atrapaban. Ivanna sonrió y retiró su mirada antes de ponerse colorada y él lo notara.
–Y por último…–hizo una pausa ahora más larga– está mi padre. Él también me está dejando –susurró.
Nana lo volvió a mirar, Zayn tenía su cabeza agachada. Ivanna sabía que era imprudente preguntar, pero aún así lo hizo.
–¿Qué le sucedió a tu padre? –susurró, casi apenas audible.
Zayn la volvió a mirar y sonrió.
–En otro momento te lo contaré.
Ivanna asintió, con una sonrisa ladeada en su rostro. Zayn soltó un gran suspiro.
–Bueno, ahora ya sabes más de mí.
–Creo que me estoy ganando tu confianza –canturreó Ivanna. Ambos rieron.
–¿Qué hay de ti? Te he contado ya mucho sobre mí, pero yo no sé absolutamente nada de ti –replicó Zayn, haciéndose el ofendido.
–Otro día te contaré sobre mí –Ivanna sonrió malvadamente.
–Oye…eso no es justo –Zayn se cruzó de brazos–. Me voy a molestar y créeme que no me querrás ver molesto.
Ivanna enarcó una ceja.
–El viernes en mi casa a las 8…si no tienes nada qué hacer, claro; veremos películas y tu pregunta lo que quieras sobre mí y yo responderé ¿Te parece?
El viernes era un día ideal, tenía entendido que sus padres pasarían toda la noche fuera y pues sus hermanos no eran un problema; podrían estar junto con ellos.
–Me parece –Zayn sonrió a lo grande–. ¿Louis no se molestará con que tenga una pequeña cita con su hermana o sí?
–¡Oye! –golpeó el brazo del moreno, él se quejó–. No es una cita y en dado caso de que lo fuera, Louis no se molestaría… –calló y luego sonrió maliciosamente– sólo te daría una parranda de buenos golpes por estar tratando de ligar con su hermana menor.
Zayn la miró por un rato y luego ambos soltaron grandes carcajadas que incluso el guardia de seguridad del Day-Spring se les quedó viendo un poco raro.
• • •
–Bueno chicos, pórtense bien. Regresaremos después de las 12. –el Sr. Tomlinson se despidió de sus dos hijos mayores estando en el umbral de la puerta.
–Ya saben chicos, nada andar invitan…
–Si mamá, nada de andar invitando a nuestros amigos sin autorización blah blah –Ivanna interrumpió la severa voz de su madre. Lisa le regaló una mirada de advertencia, mientras que Louis reprimió una carcajada.
–Ya se pueden ir, qué les vaya bien. –habló rápidamente Ivanna, casi cerrándoles la puerta en la nariz a sus padres. La gran mano de su padre detuvo la puerta.
–¿Cuál es tu apuro con que nos vayamos? –preguntó curiosamente Steven.
–Porque…bueno –balbuceó la chica–. Porque si se demoran más perdaran la reservación en el restaurant.
No muy seguros de la respuesta de su hija los Sres. Tomlinson se terminaron de despedir para finalmente irse. Ivanna no sabía actuar bajo presión, aunque todo había salido como anillo al dedo; sus padres esa noche tendrían una especie de cita para arreglar sus conflictos, Summer se quedaría a dormir en casa de una amiga y Louis…bueno, Louis se quedaría en casa. Así que tendría que aguantarse sus burlas con que “estaba tratando de ligar con el chico malo”. Aún no le contaba que Zayn vendría esa noche.
–¿Por qué tanto apuro en que se fueran? –preguntó Louis mirando a su hermana detalladamente, mientras se recostaba sobre un brazo en el marco de la puerta de la cocina. Bebió un trago de su jugo de naranja.
Ivanna estaba en el mueble, mirando la TV. En realidad no miraba la TV, estaba nerviosa mordisqueando sus uñas y moviendo impacientemente su pierna derecha. No tuvo de responder la pregunta de su hermano, justo en ese momento el timbre de la casa sonó. Ivanna abrió los ojos como platos. Ni siquiera sabía por qué estaba tan nerviosa.
–¿Quién será? –preguntó extrañado Louis encaminándose a la puerta.
Ivanna se levantó velozmente y fue tras su hermano.
–Te puedo apostar lo que quieras a que es mamá o pap…¿Zayn? –al abrir la puerta, Louis quedó extrañado al encontrarse al moreno detrás de ella.
–Bueno…se me había olvidado decirte que Zayn vendría hoy –Nana estaba al lado de su hermano, sonriéndole graciosamente a Zayn.
–Por cierto, hola Louis. Qué gusto verte –le dijo irónicamente Zayn al ojiazul.
–¡Es por eso que estabas tan nerviosa! Era porque Zayn venía –exclamó Louis. Las mejillas de Ivanna se tornaron de un color carmesí. Louis siempre tan indiscreto.
–¡Dices puras estupideces, Louis! Ven Zayn, pasa. Estás en tu casa.
Ivanna asió a Zayn del brazo, prácticamente arrastrándolo dentro de la casa. Los tres se entretuvieron durante largo rato, pidieron una pizza y se pusieron a ver películas, eligieron El Exorcista, Ivanna y Zayn reían a carcajadas cuando veían a
Louis taparse la cara con uno de los cojines. Al término de la película se pusieron a hablar sobre cosas sin sentido hasta que Louis anunció que un amigo lo había invitado a una pequeña fiesta en su casa y que se tendría que ir.
–¡Trata de llegar antes que mamá y papá! –exclamó Ivanna desde el living ya cuando su hermano se encontraba por abrir la puerta.
–Tranquila hermanita. Y ya saben, no se porten mal en mi ausencia –el ojiazul les guiñó un ojo a ambos chicos antes de cerrar la puerta principal tras de él. Zayn soltó una estrepitosa carcajada e Ivanna solo puso los ojos en blanco tras el comentario de doble sentido de su hermano.
–Dime, ¿cómo lo soportas? –preguntó burlescamente Zayn.
–No tengo respuesta a eso –Ivanna hizo una mueca de desagrado. Se levantó del sofá y comenzó a recoger los desperdicios de comida chatarra, platos y vasos sucios que habían dejado sobre la mesa de centro, Zayn se levantó velozmente del sofá para ayudarla–. Déjalo Zayn, yo acomodo. No te preocupes.
–Insisto –susurró el moreno.
–No seas cabezota. ¿Quieres algo más de tomar o de comer? –preguntó amablemente la castaña. El moreno negó. Tras un “ya regreso” de la joven Zayn se quedó observando todo a su alrededor. Era muy inquieto y detallista, aunque no había detallado lo bien organizada que estaba esa casa. No era una casa súper lujosa, pero si era grande y estaba muy bien decorada con un estilo vintage, que le daba cierto toque de alegría. Se acercó a la gran biblioteca detrás del sofá, abarcaba casi toda la pared y en ella descansaban ordenadamente los libros por orden de tamaño, se dio cuenta que habían libros de todo tipo de género. Siguió caminando por la gran sala, hasta detenerse en el pie de las escaleras; en la pared seguida de las escaleras había miles de cuadros pequeños con fotografías, subiendo lentamente escalón por escalón iba detallando las fotos: una de las fotos que más le llamó la atención fue la de dos niños de unos 8 años, ojos azules sonriendo ampliamente a la cámara, dejando perfectamente a la vista la falta de sus dientes principales. Siguió subiendo lentamente hasta que llegó al último escalón, observó aquel pasillo donde se encontraban las habitaciones y su curiosidad lo llevó a preguntarse ¿Cómo sería la habitación de Ivanna? Caminó por aquel pasillo, observó en una de las puertas que tenía un gran letrero de no pase y más abajo decía Louis, la puerta continua tenía un dibujo de un unicornio y con una letra algo torcida se leía Summer, la puerta de enfrente era la del baño y la siguiente de esta estaba entreabierta, se asomó y encendió la luz. Era la habitación que buscaba. Tenía un aspecto retro, uno de esos asientos colgantes, una gran cama y toda una pared cubierta de fotografías; sonría mientras detallaba todos aquellos momentos vividos por Ivanna plasmados en aquella pared.
–Sabía que estarías aquí –Ivanna le sonrió cruzada de brazos desde el umbral de la puerta. Zayn no se inmutó, siguió parado frente aquel mural de fotos.
–¿Sabías que la habitación de una persona muestra como es su personalidad? –preguntó el moreno sonriente.
–No me digas –respondió Ivanna sarcásticamente, caminando hasta quedar al lado del moreno. Zayn volvió su vista a la pared, igual la chica.
–Son muchas fotografías.
–Es uno de mis pasatiempos –sonrió la castaña mirando cada una de las fotos–. De hecho, en el patio hay un pequeño cuarto oscuro para revelar todas las fotos. Me gusta hacerlo a la antigua.
–¿Ves? Ya sé varias cosas sobre ti –el moreno puso su mirada sobre la chica, le sonrió. Ivanna enarcó una ceja.
–Hasta el momento lo único que te he dicho es sobre esto –señaló la pared.
–También sé que te gusta el estilo retro y los colores cálidos –dijo mientras expandía su brazos y miraba a su alrededor–. ¿Ves que tenía razón en que las habitaciones hablan por las personas?
Ivanna puso los ojos en blanco y le propinó un leve golpe en su estómago. Caminó hasta su cama y se lanzó sobre esta, abrazando uno de los cojines.
–Quedamos en que me contarías más sobre ti, puedes empezar –el moreno se adentró en otro pequeño cuarto de la misma habitación, era una especie de vestier. Encendió la luz y se quedó impresionado con la cantidad de ropa y zapatos que había.
–Como ya te habrás dado cuenta soy muy obsesionada con la ropa, sobre todo con los zapatos –Ivanna alzó la voz en un tono considerable para que Zayn la pudiera escuchar. El chico salió con la cara embobada.
–Me di cuenta, supongo que tienes más ropa que toda tu familia junta –se sentó la silla del escritorio, en el que también empezó a chismosear. Encima del escritorio estaba la cámara fotográfica, una mini laptop y miles de bolígrafos y libros regados.
–Algo así –Ivanna rió–. También me gustan los carros viejos, como los Volkswagen o los Mustang Clásico.
–Me di cuenta –Zayn cogió del escritorio un pequeño Volkswagen. Miró a Ivanna y negó levemente en la cabeza riendo, Ivanna hizo un ademán con la mano. Zayn siguió registrando los cajones del escritorio y al no encontrar nada interesante los cerraba.
–¡Eres un chismoso! –Ivanna le lanzó un cojín, fallando su objetivo. Zayn no se inmutó, iba a cerrar el último cajón pero se percató que dentro de este había una tabla levantada, la sacó y se encontró con un pequeño cuaderno de espirales.
–¿Y esto? –giró sobre la silla, con el cuaderno en manos viéndolo por ambos lados. Ivanna soltó un grito ahogado, levantándose más rápido que un rayo. Casi se lanza encima del moreno para quitarle la pequeña libreta, pero él fue más rápido, se levantó y llegó al otro extremo de la habitación.
–¡Zayn, dame eso! –exclamó Ivanna encolerizada.
–¿A caso es un diario? –Zayn sonrió maliciosamente. Así empezó la pequeña persecución por toda la habitación, hasta que en un momento de descuido Ivanna logró quitarle el Diario, pero en aquel intento ambos cayeron al piso; Zayn revolándose de la risa e Ivanna molesta por aquel incumplimiento de su privacidad.
–Oye, ya. No es para tanto, no te pongas así Nana –Zayn se incorporó, sentándose en posición de indio–. Fue divertido, acéptalo.
–¡Eres la persona más entrometida de este mundo! –exclamó la ojiazul, soltando una carcajada. Apretó su diario fuertemente contra su pecho.
–¿Qué es esto? –al lado de Zayn, sobre el piso estaba un hoja doblada por la mitad.
–Lista de deseos –leyó en voz alta–, debió haber caído del diario. Toma.
Zayn le extendió el papel. Nana frunció el ceño.
–No recuerdo haber dejado eso ahí, puedes leerlo si quieres…no me alteraré –soltó una leve carcajada.
–Uno –leyó–: Hacerme un tatuaje.
Zayn miró su brazo cubierto de tatuajes, al igual que Nana. Se miraron y rieron al unísono. El moreno siguió leyendo la lista por unos cuantos segundos.
–¿Qué hay de la seis? –Zayn señaló la línea donde se suponía debía estar escrito el deseo 6, pero en su lugar estaba tachado con bolígrafo.
–No lo sé –Nana se encogió de hombros y le sonrió levemente. Zayn se quedó contemplándola por unos instantes.
–Esta es como una lista de las cosas que quiero hacer antes de morir –confesó con pesar–. Lo podrás ver como algo bobo, pero para mí tiene mucho significado. La vida se va en un segundo y el detalle está en cumplir lo que anhelas.
Ivanna clavó su mirada en el piso, no quería que Zayn viera como sus ojos se cristalizaban, para él no existía motivo; en verdad no sabía la historia completa. Zayn estiró su brazo y asió la mano de la chica, apretándola fuertemente.
–Nana, te prometo que no voy a descansar hasta que cumplas esta lista; así sea el deseo más tonto e insignificante yo me encargaré de que se cumpla.
Ivanna sin pensarlo más lo abrazó fuertemente, sabía que era imposible…a ella le quedaba poco tiempo y esa lista era solo una insignificante lista. Pero aún así, apreciaba esas palabras de Zayn y la contundencia con que las decía. El abrazo se deshizo, ellos quedaron a pocos centímetros de distancia. Ahora Zayn podía ver más de cerca esos ojos azul grisáceo que tanto lo volvían loco. Ahora Ivanna sentía ese cosquilleo insoportable en su estómago. Estaban a escasos centímetros, decidiéndose a acabar con esa corta distancia un sonido de una puerta cerrarse y una voz de mujer anunciado su llegada que se escuchaba muy cerca en el pasillo, rompió aquel mágico silencio. Ambos chicos miraron a la puerta totalmente abierta de la habitación, se escuchaba el taconeo de los zapatos de mujer acercarse cada vez más.
–Creo que es hora de irme –susurró Zayn. Le dio un fugaz beso en la frente a Ivanna desapareciendo hacia abajo por el pequeño balcón de la habitación. Ivana salió al encuentro con su madre.
–Hola mamá –saludó, dando una gran brinco fuera de su habitación. Su madre se sorprendió–. ¿Qué les fue?
–Excelente hija –le debió un beso en la mejilla–-. ¿Y tu hermano?
–Se fue a dormir temprano. Me dijo que estaba muy…
No terminó de formular la oración, el estruendoso sonido de la puerta principal hizo saltar a ambas mujeres.
–¿Louis? ¿Dónde estabas? –se escuchó la voz de Steven desde la planta baja.
–Por ahí. –respondió el chico arrastrando las palabras a causa del alcohol.
–¿Con que por ahí, no? –le dijo con voz severa Lisa a su hija.
Ivanna solo cerró los ojos y se llevó una mano a su frente. Lo único que pensó en ese momento fue que su hermano era un completo estúpido, ya se imaginaba el sermón de su madre diciéndoles que ya estaban suficientemente grandecitos para esas cosas y que a pesar de tener 19 y 22 años, mientras vivieran en esa casa las reglas que ella impusieran las tendrían que cumplir.
_________________________________________________________________________
Aquí la segunda parte del capítulo 3. A mi criterio es uno de los capítulos que menos me gustan, es como aburrido. Comenten, nada de lectoras fantasmas, por favor :c
Última edición por Boo! el Sáb 09 Mar 2013, 5:33 pm, editado 2 veces
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