Cómo me enamoré de ti - Liam-Harry-tú

XXI

Comencé a revisar sus bolsillos buscando un celular, y como pude le marqué a una ambulancia. Sabía perfectamente a qué ambulancia llamar.
-International Red Cross
-¿Gustav? Gustav soy ____ te necesito
-_____ ¿qué sucede? ¿Dónde estás?
-Ya verás cuando llegues, ven pronto– le di la dirección que aparecía en las tabletas de la calle, y a pesar de que estaba nerviosa tuve tiempo de pensar en Liam – Y Gustav, ¿te puedo pedir un último favor?
-Claro _____ lo que quieras
-No le digas a Liam que sabes dónde estoy

En eso Harry se movió un poco, yo dejé de hablar por su teléfono. Aún sollozaba y quería saber si estaba bien. Abrió sus ojos, parecía confundido y definitivamente estaba adolorido. Todos a nuestro alrededor, incluso el chico que lo arrolló, parecían aliviados.
-¿Harry?... Harry ¿puedes escucharme? –Me miró y como pudo sonrió, luego se quejó – No hables quédate quieto
-Estás… ¿llorando?
-¡No!
-¿Por mí?
-Harry no digas nada ¿sí? Puedes tener algo grave...
-Perdóname
-¿Qué?
-Debí mirar antes de cruzar
-No seas tonto –intentó pararse pero no lo dejé -¿Siempre eres tan terco para todo?

Cuando salí a pedirle a Gustav que me llevara a recorrer la ciudad a ver si la encontraba, el ya no estaba ahí. En cambio un chico rubio venía muy aprisa hacia mí, seguido por otras dos personas.
-¡Hey tú! – Me gritó - ¿Has visto a Harry Styl… Liam? –parecía sorprendido de verme -¿Liam Payne?
-Sí… soy yo –le respondí desconfiado
-No me lo puedo creer ¿qué haces aquí? –No le respondí, no tenía ni idea de quien era, y no estaba de ganas como para un encuentro social- ¿No nos reconoces? Soy yo Niall, ¿recuerdas? Él es Louis, y él Zayn – me dijo mientras me los mostraba y ellos me daban la mano como si me conocieran de antes-Vamos Liam, somos nosotros, los chicos de Nort Wind…
Y ahí fue como todo el casette se me devolvió. Se veían diferentes eso era cierto, era increíble cómo no había caído en cuenta antes. Recordé como cada fin de semana los veía sentados en la mesa 3, Clarissa les brindaba algo y los trataba como a uno de sus mejores clientes. Yo aún trabajaba en el bar tocando la guitarra y ella me había permitido cantar solo un par de veces cuando ya no quedaba nadie a excepción de unos pocos y Niall, Louis, Zayn y… Harry, que siempre eran los últimos en salir. Varias veces cantaron en broma en las noches de karaoke, hasta que un día un tipo de traje y corbata entró, los vio ahí parados y los contrató. No supe nada más, porque renuncié para irme por el mundo con esa chica que una noche cantó junto a mí y me enamoró por completo. En ocasiones la llamo María… como ese día se presentó.
-Ya caigo Niall. ¡Qué bueno verlos muchachos!
-Y a ti… ¿eres voluntario?
-Sí, lo soy.
-¡Genial! Podrás ayudarnos – dijo Louis – Ayer Harry vino aquí y… no sé tal vez pensé que podría volver.
-No, no lo he visto – y es que en realidad no lo recordaba muy bien
-¡Excelente Louis! ¿Ya ves? Ahora dónde lo vamos a encontrar. ¡Paul nos va a matar a los tres! –dijo Zayn desesperado y golpeando en el brazo a Louis repetidas veces
-Ya, ya Malik cálmate – lo intentó detener Niall
-No podemos parar el concierto porque estos dos no saben lo que “quedarse en el hotel” significa
-Yo no tengo la culpa Zayn ¿Cuántas veces más tengo que repetirlo?
Sonó una melodía que se me hacía familiar “Viva la vida” de Coldplay. Niall tomó su celular preocupado y contestó la llamada. Se alejó y parecía alterado. Mientras tanto Louis intentaba calmar a Zayn y yo seguía pensando que no tenía cabida ahí. Sí, como mosca en leche. Recordé que repentinamente todos me habían dejado sólo y sin decirme nada: mi novia, Gustav… Y ahora estaba en medio de no sé qué.
-Liam… ¿tienes un momento?

Cuando Gustav llegó se impresionó. Sabía que el chico en el asfalto era nada más y nada menos que Harry Styles, el de la valla gigante en el estadio. Al terminar de ayudarme a subirlo en la ambulancia luego de todas las quejas de Harry, me llevó aparte; más me hubiese valido que la policía me interrogara a que lo hiciera él.
-Explícame otra vez… ¿qué haces tú aquí?
-Gustav…
-Liam está seguro de que algo malo te pasó
-Luego me regañas, ¿Si?
-No, no te estoy regañando, te informo. Además ¿qué haces con este chico?
-Ya te dije, me lo acabo de encontrar
-No me creas estúpido _____ yo seré italiano, pero bien que entiendo español. Y le escuché decir a Liam que te habías ido con un chico –me puse pálida ¿Liam ya sabía? -¿Era él?
-¿Liam sabe?
-_______ -me dijo desesperado Gustav- respóndeme…
-Te contaré todo, pero… vámonos ya por favor – mientras iba a cerrar la compuerta me encontré a Harry en una pose en que jamás lo había visto: tenía sus brazos apoyados en sus piernas y con las manos se agarraba el cabello fuertemente.
-Harry ¿está todo bien?
-No, no está nada bien. Hoy por fin iba a salir con la chica que me vuelve loco, pero hice todo mal y me hice atropellar. Me duele hasta el hígado, dentro de dos horas tengo que estar sobre una tarima como si nada hubiese pasado- me causó ternura verlo en ese estado, estaba tan desesperado- Y si tú me llevas a un hospital ahora, vamos a terminar los dos tratando de explicar porque no estábamos donde deberíamos.
Caí en cuenta de que él tenía razón. ¿Qué iba a decirle yo a Liam, si no había sido capaz de explicarle ni a Gustav?
-Está bien Harry. Pero no puedes presentarte así. Tienes que dejar que aunque sea yo te revise, no quiero que te suceda algo más grave
-¿Perdón? –Me miró y se echó a reír - ¿O sea que te preocupas por mí?
-Me preocupo por mí. Si algo te pasa toda la responsabilidad será mía – Le mentí, sí me preocupaba por él, al fin y al cabo ¿Cómo no iba a hacerlo? No quería eso decir que yo sentía algo por él. Es algo ya rutinario para mí… ¿verdad?

Le expliqué a Gustav y estuvo de acuerdo, me llevó al edificio de la Cruz Roja y sacó lo que pudo para que yo consiguiera sanar algunas cuantas heridas visibles que Harry tenía. Parqueó la ambulancia a unas dos calles de ahí.

-Auch… aggg…
-Quédate quieto Styles
-¿Cómo? Si estás… no ____, ahí no – cansado de que le tocara donde más le dolía, literalmente, me tomó de las muñecas - ¡Para! Me estás lastimando – miré lo molesto que estaba y me eché a reír, ahora ya empezaba a comprender como me sentía yo –No es divertido –hizo que lo mirara y extrañamente no me molestó; su mirada era suave, pero penetrante y podía sentir sus ojos azules encajando con los míos. Era como si jugáramos un juego de dos en el que él colocaba el compás. No fue incómodo, no terminaba por agradarme, pero tampoco me molestaba. Sonrió como si lo estuviera disfrutando y cuando ya no soportaba más el peso de nuestras miradas se acercó a mí lentamente, como si finalmente pensara que estaba mal lo que estaba haciendo. Como si quisiera que fuese yo quien lo detuviera. Milímetros eran demasiado para describir la distancia que había entre nosotros, cerré mis ojos porque sabía lo que vendría luego, porque de alguna manera creí que eso me libraría de sentirme culpable después.

-¿Para qué?
-Quiero presentarte a alguien… - los chicos lo miraron extrañados – Más bien, creo que puedes ayudarnos.
Niall tenía una idea loca o tal vez el loco era yo por no decir que no a lo que me proponía.
-¿Qué?
-Liam no es tan descabellado, tú eres músico…
-Era – ahora iba casi corriendo por el lobby de un hotel extremadamente lujoso cercano al estadio; había dejado todo tirado porque Niall me había jurado que llamarían a la Misión Médica y enviarían a un personal extra.
-Es lo mismo, eres un músico excelente.
-Paul no se va a negar, considerando que su estrella decidió abandonar el cielo hoy ¡precisamente hoy! –dijo Zayn
-¡Esto es un estupidez! – dijo Louis frenándose de repente - ¿Me parece a mí o le están buscando un reemplazo a Harry? Nadie se monta en esa tarima si Harry no está ¿entendido? O se les olvida que estamos aquí por él.
-No Louis, estamos aquí porque ¡él no está!
-¿No deberíamos estar buscándolo en lugar de tratar de sustituirlo? No te ofendas Liam – dijo esta vez Louis dirigiéndose a mí –Pero no creo que puedas hacerlo, y tampoco necesitamos que lo hagas – yo lo supe desde un principio, pero Niall y Zayn habían estado tan interesados en esto que ni recuerdo exactamente haberles dicho que sí.
-Yo…
-¡Chicos! ¿Llegó a Harry? – dijo alguien acercándose por el corredor
-Paul… ¿te acuerdas lo que hablamos?
-Niall, es imposible que yo suba a ese amigo tuyo a esa tarima –se percató de que junto al rubio estaba yo - ¿Es él?

Recuerdo haber hecho una mueca a la que yo llamo “Disimular que no te incomoda que discutan por ti como si fueses un pedazo de carne” o “DQNTIQDPTCSFUPDC” que es una mezcla extraña entre una sonrisa y un me quiero largar. Se acercó a mí, me examinó de pies a cabeza, cambió su expresión facial y me pidió que cantara un pedazo de una canción que me entregó en su IPhone

-¿One thing?
-Sí, escucha el ritmo y canta la letra que ahí está
-Pero… -Niall me hizo una señal suplicante y yo sólo me dejé llevar, callé y empecé a cantar, hace mucho que no lo hacía, ni siquiera para _____ - I've tried playing it cool Girl when I'm looking at you I can never be brave Cuz you make my heart race – pensé en la chica que hacía que mi corazón se acelerara con sólo acercarse, pensé si realmente le gustaría que estuviese haciendo esto y que ahora yo estaba ahí como si no me importase donde podría estar ella.

No había llevado a _____ donde quería, pero tenerla ahí para mí era definitivamente mucho mejor; aquel beso que me supo a cielo fue sólo un sueño, pero ahora esperaba el momento perfecto para hacerlo realidad.

Cerró sus ojos mientras me iba acercando a ella por pura inercia, me detuve justo donde podía examinarla bien y me pareció más guapa, más delicada, más inocente, como si mi beso fuese a echar abajo su ternura. Tuve la tentación de acercarme más, sólo lo poco que me faltaba para llegar hasta sus labios, pero algo me decía que si lo hacía perdería toda oportunidad con ______, si es que la tendría alguna vez. Cerré mis ojos derrotado y resistiéndome a ser quien había sido, coloqué mis manos en su cintura acercándola hacia mí y la abracé fuerte. Quererla era un acto egoísta de mi parte, quererla significaba para mí que no la amaba, que era un simple deseo o un capricho; si buscas el sinónimo de querer no es precisamente amar. Y yo a ella; a la chica que tenía en frente de mí, la que me había hecho hacer muchísimas estupideces en menos de un día; la amaba. Cayó un mechón de cabello en su frente que quité cuidadosamente, y con la yema de mis dedos rocé su mejilla. No reaccionó, seguía nerviosa y para calmarla le di un beso inocente, corto, sin ninguna otra intención en sus labios. No fue exactamente el cielo que soñé, fue mucho mejor: era real. Aunque me pareció que sólo me torturaba a mí mismo, pero me encantaba hacerlo. “Bittersweet” en palabras de The Verve.

-¿_______? – dijo alguien con acento italiano; ella enseguida reaccionó, se alejó de mí y fue tras el chico

Gustav vio todo, o por lo menos la parte que justo no debía ver. “No pasó nada ____ no pasó nada” me repetí varias veces en la cabeza, porque había leído alguna vez que 62400 repeticiones hacen una verdad. Pero yo no tenía tanto tiempo y en el fondo sabía que eso no serviría de nada. Las verdades son sólo eso, verdades; pero las mentiras lastiman. Mientras, iba detrás de Gustav tratando de responderle algo que no me había preguntado.

-No… no malinterpretes lo que viste es sólo que…
-Yo no he visto nada
-¿Ah no?
-No –se montó en la parte delantera de la ambulancia y cerró fuerte la puerta - ¡Lo vi todo!
-Gustav, Harry es sólo un viejo conocido
-Liam es un gran chico _____ - ¡bien hecho!, si antes me sentía como basura, esas palabras no habían dejado piedra sobre piedra y habían caído justo donde debían – Y sé que puede parecer muy atractivo salir con un chico famoso…
-Pero yo…
-Pero no puedes dejarte llevar por eso.
-Gustav…
-Liam puede que no te pueda dar un paseo por París, o regalarte un auto costoso… o cualquier auto; pero ese hombre daría el mundo entero y su vida por ti – me miró diferente a como lo hacía normalmente– Pensé que eso tú lo sabías mejor que nadie.

¡Bang! Sí, sus palabras eran eso, balas, y esas últimas habían sido mortales. Claro que lo sabía, era como siquiera mencionar que yo no amaba a Liam, ni su cabello desordenado por las mañanas, ni cuando me hablaba al oído y me contaba un chiste, o que no amaba escucharle decir te amo, como decir que no me encantaba la malteada de chocolate.

-¡No pasó nada! –fue lo primero que me salió. Desesperada, en voz baja y con lágrimas en los ojos le seguí hablando – Y si pasó no quería que pasara. ¿Tú crees que voy por ahí planeando en las mañanas como hacer sufrir a Liam? Contrario a lo que estés pensando, no es así. Yo también daría la vida por Liam, y si no lo amara como él me ama puedes estar muy seguro que no estaríamos juntos.
-¡Demuéstralo!
-¿Cómo?
-Háblale de este chico
-¿Qué?
-Sí… no estoy muy seguro de lo que le ibas a contar cuando te preguntara dónde habías estado, pero sí estoy seguro de lo que dirás ahora. Porque si no le cuentas de esto tú, te juro por el aprecio que le tengo a los dos que le contaré yo.

Me sentí acorralada, qué tonta había sido, Gustav tenía razón y en lugar de justificarme debía pensar cómo arreglar todo esto. Decirle a Liam… ¿cómo iba a hacerlo? Mirarlo a los ojos, con esos mismos con los que le dije que sí quería salir con él, y con esos que él decía que hablaban por sí solos, para decirle que había salido con un chico que me hacía sentir diferente, sin saber exactamente qué, que por descuido lo había dejado besarme por medio segundo mientras estábamos muy cerca, que ¿me había dejado llevar? No, eso sonaba a frase de cajón, y quería ser lo más sincera posible. Estaba convirtiendo mi vaso de agua, en un mar, que esperaba no terminara siendo un océano entero.

Todos estaban callados y no entendía que era lo que eso significaba.
-Dile a Leah que consiga ropa para él, y que haga lo que tenga que hacer con su imagen. Ustedes díganle cuando entrar en cada canción, que se aprenda lo que pueda para lo demás está el teleprompter. Denle el tono de todas las canciones – empezó a buscar en su celular –Voy a atrasar esto lo más que pueda
-¿Y eso que significa?
-Que estás dentro Liam –me dijo Niall – Vamos hay mucho que hacer
Me jaló del brazo y me llevó donde la maquilladora. Me cortó el cabello, me hizo un peinado diferente me echó encima un montón de cosas y de paso me trajeron ropa que no estaba acostumbrado a utilizar: Armani, Dolce & Gabbana, Carolina Herrera. Niall trajo su guitarra y me ayudaba junto con los demás con los tonos de las canciones. Me enseñaron una coreografía simple y me llevaron a practicar un poco con el sonido.
-¿Crees que funcione? –le pregunté a Zayn
-No lo sé, pero hay que intentarlo

Llegó la noche y el momento se acercaba. Cientos y cientos de chicas, veía por detrás del escenario mientras entraban. Tenía esa mezcla de miedo y ansiedad, jamás había estado ante tantas personas, encima simulando ser alguien que no soy. Ni siquiera estaba seguro de las canciones ni de lo que haría entre una y otra. Pasó el video en la pantalla grande que estaba en el escenario, señal de que era hora de entrar. Fuimos a escena e hice exactamente todo lo que me pidieron, todo. No dejaba de pensar que tal vez me habría tocado una vida así, pero no la cambiaría por la que tengo por nada del mundo.
Fue el mismo Louis quien explicó por qué estaba yo en aquel escenario y no Harry. Me presentó como un gran amigo que había por esta noche de acompañarlos porque Harry se sentía mal. Se escuchó un lamento general en todo el lugar repleto de personas, pero eso no impidió que el concierto siguiera normal. Habían disfrutado y gritado tanto que no podía escucharme a mí mismo mientras cantaba. Lo admito, fue una experiencia grandiosa. Sentir la adrenalina cuando subes ahí y te topas con miles de luces y flashes y gritos, pancartas. Algo estupendo… por esta noche.
Llegó la hora de los Tweets “Méjorate Harry, te esperamos Harry…” muchos eran para Harry la verdad, hasta que llegó uno… @julietbe “Bienvenue Liam. Has sido una sorpresa increíble, volvería a pagar para verte. Besos Juliet” No sabía que responder, no estaba acostumbrado a eso.
-¿Quién más volvería a pagar para ver a Liam? – me salvó por fin Zayn
Un grito ensordecedor se apoderó de todo el estadio y de lo tan nervioso que estaba sólo pude soltarme a reír y agradecerle a todas lo maravillosas que habían sido.

-¿Qué fue eso?
-Harry necesito que me escuches, y que lo hagas en serio.
-Siempre te escucho
-No, no lo haces. Ese es el problema, por eso es que estás aquí, por eso es que yo…
-¿Qué pasa? –me dijo cambiando el semblante
-Eso que hiciste… no volverá a pasar más –intentó agarrar mis manos, pero me solté rápidamente evitando que con eso me fuese a comprar –Harry estoy saliendo con alguien, un chico estupendo que no se merece que yo esté jugando contigo a este juego tonto que te has inventado.
-¿Quién es? Es el chico italiano… ¿por eso se molestó, no? Yo lo arreglaré.
-No, no es él. Pero tampoco es el caso. Quiero que dejes ya de buscarme, de intentar cosas tontas por obtener quién sabe qué.


-No puedo-me dijo recostándose en la camilla con una sonrisa diferente que me fastidiaba, como si estuviese tramando algo
-¿No puedes? Claro que puedes, si puedes aventarte a un auto sin importarte en lo absoluto puedes hacer lo que quieras.
-Es que no quiero. Ni quiero, ni puedo –me miró desafiante, pero sonriente- Tu prometiste algo que no has cumplido.
-Ni lo cumpliré. Quiero que entiendas eso de una vez
-¿Te quiere? – me soltó de repente y aunque al principio no entendí él me lo recalcó – Este chico, tú chico… ¿te quiere?
¿Liam? ¿Quererme? ¿A mí? Creo que ya había quedado bastante claro.
-Si – le respondí casi en un susurro- Basta con que yo lo quiera para saber que estos encuentros contigo jamás tienen que volver a suceder. Prométeme que así va a ser.
-Te lo prometo –yo no podía creer lo que estaba oyendo – Con una sola condición. Si nos volvemos a ver esta promesa queda rota- alzó su dedo meñique esperando a que lo enlazara con el mío, dudé… dudé mucho. “Si nos volvemos a ver…” eso me había metido en esto, y si me podía sacar qué más daba. Yo me encargaría de que eso nunca volviera a pasar -Ni tú, ni yo podemos forzar el encuentro. Dejemos que pase, sólo así. ¿Qué te parece? – terminó diciendo y yo enseguida pensé que era una mejor idea.
-Trato hecho.

XXIX

Salí de la ambulancia sin decirle nada, porque seguro ella no quería escuchar nada más. Tampoco me detuvo, me dolía todo, incluso sus palabras. Podía sonreírle mientras estuviera con ella, pero tan pronto me alejé y tomé un taxi mi expresión cambió. Pensaba mucho en cada una de las cosas que habían pasado hoy y si en realidad la volvería a ver. Si había sucedido una vez y en una ciudad como esta, yo pensaba que podía pasar cualquier cosa. Total a ella le encantaba romper promesas.

Cuando llegué al hotel estaban algunos periodistas fuera, pero era lo normal. Pedí la llave de la habitación y la recepcionista me sugirió llamar a Paul. Le dije que lo haría pero no era el momento, no tenía ganas de discutir con él, ni con nadie. Subí en el ascensor hasta el piso 9, ahí lo detuve y me bajé. Me tiré en cama y el dolor no se hizo esperar. Se veía desde ahí todo muy diferente, incluso mis pensamientos habían cambiado de posición. Quedarse solo es una mala idea cuando quieres dejar de pensar. Parece que un mar de cosas venía a mi cabeza de repente. Encendí el televisor para borrarlo todo. Ya entendía porque no podía estar conmigo, si me lo hubiese dicho antes… de nada habría valido, porque soy un estúpido, no puedo tener mis ojos en chicas que sean para mí, y sólo para mí. No sabía quién era aquel chico que _____ amaba y aun así lo envidiaba. Yo esperaba que jamás, jamás hiciera que corriera una lágrima por su mejilla, o se las vería conmigo. No podía estarla pensando más. ¡Aggg Styles! ¿Qué pasaba contigo? Había hecho esto mil veces, no era última chica de la Tierra.

Pasé el canal y ahí estaban los chicos en la tarima cantando. Un canal nacional había ido a cubrir el concierto y la noticia de la noche era que yo no estaba por que según escuché "estaba enfermo". Si se hubiesen enterado. No fue lo que dijeron lo que me llamó la atención, fue lo que vi…
Un chico castaño y que me parecía haber visto antes estaba ahí, en lugar de mí. No lo hacía mal, a excepción de algunos pasos de “nuestra coreografía” Parecía simpático y reía la mayoría del tiempo, por lo que alcancé a ver. No entendía que hacía él ahí.