El despertar de Callie

Capitulo 1
“Allí estaba de nuevo esta noche, forzando las risas y fingiendo sonrisas en el mismo viejo, aburrido y solitario lugar. Barreras de falsedad, la desconfianza y soledad, se desvanecieron al ver tu rostro…”
Callie soltó un suspiro al escribir esas tiernas palabras y giro el rostro justo en el momento que Gillian detenía su minicooper color cereza frente a la casa. Apoyando el mentón sobre la palma de su mano, la joven contemplo como Derek bajaba del carro y caminaba hacía Gillian con una enorme sonrisa. El rodeo el delgado cuerpo de su hermana con sus fuertes brazos morenos y la acerco a su cuerpo, para darle uno de los besos más románticos, tiernos y llenos de amor que Callie había visto jamás. Como era de costumbre al ver los arrumacos de su hermana y prometido, Callie saco la lengua en clara forma de asco y volvió la mirada hacía la pantalla de la laptop, moviéndola segundos después hacía la guitarra que descansaba a los pies de su cama.
Con el ceño fruncido, Callie alargo el brazo y cogió el instrumento con cierto recelo.
—Lo único que puedo decir es que fue encantador conocerte —dijo ella al mismo tiempo que sus dedos se movían sobre las cuerdas de la guitarra —. Tus ojos susurraron “¿nos conocemos?, desde el otro lado tu silueta comenzó acercarse a mí… —No fue exactamente así, pensó con una sonrisa —Comienza una conversación traviesa, sonrió ante todos los coqueteos como si nos estuviéramos enviando notas secretas… todo lo que puedo decir es que estoy encantada de haberte conocido, — ¿Encantada? Rio ella en silencio, más bien agradecida.
Callie dejo la guitarra junto a la cama, guardo la letra de la canción en su carpeta personal y apago el aparato para después estirarse sobre la cama con una mirada soñadora que logro acariciar la luna.
Desde la boda de Jenny, la muchacha no había dejado de pensar en lo ocurrido aquella noche. Cada vez que se iba la cama y cerraba los ojos, recordaba como los labios de él se deslizaban sobre su desnuda piel, provocando sensaciones electrizantes que ella nunca había sentido. Era una pena que al final de su pequeño tete a tete, Callie no haya preguntado su nombre, pero si se acordaba bien te todos los hechos que les llevaron a ese punto, él también no conocía su nombre.
Mejor así, se dijo ella mirando el pálido techo de su dormitorio, porque era más fácil e impersonal escribir canciones sobre un guapo tío sin nombre, que formar sentimientos profundos gracias a fantasías sobre épicos romances que nunca ocurrirían en la vida real.
—Es sábado por tarde y tú aun sigues aquí.
Callie pego un saltó sobre la cama.
— ¿Qué quieres? —Ladró ella apoyando el codo izquierdo sobre el edredón y descansando un costado de la cabeza sobre su mano— ¿No deberías estar en el cine con Derek?
—Bueno, sí, debería estar en el cine con Derek—repitió Gillian en el mismo tono de voz. Ella alzo una ceja y una de las comisuras de sus labios se alzó, dándole esa expresión atrevida y juguetona que todo el mundo amaba, —pero él pensó en ti y decidimos que tú también vendrías con nosotros.
— ¡Qué! —Callie se sentó de golpe sobre la cama y sacudió la cabeza — No pienso ir al cine con ustedes. ¿Sabes cuantas veces he corrido al cuarto de baño para devolver el desayuno por culpa de ustedes?
—No exageres, Calliope Collins —masculló su hermana dando un paso hacia el interior del dormitorio —. Derek y yo no haríamos esto si tú, pequeña abandonaras las paredes de esta casa por una vez en tus 20 años de vida y empezaras a disfrutar de tus días como cualquier chica, universitaria, de 20 años.
—Hago lo que cualquier chica universitaria de 20 años hace. Tengo un trabajo de medio tiempo, estudio y duermo. ¿Qué más quieres?
Gillian bufó una grosería y la señalo con el dedo índice.
— ¿Estas bromeando? ¡Debes estar bromeando! Callie, ninguna chica de tu edad se queda las veinticuatro horas del día encerrada en su dormitorio los días sábado, tampoco he conocido a muchas chicas de tu edad que prefieran escribir canciones los viernes por las noches y beber zumo de naranja o durazno en cualquier fiesta a la cual es invitada.
Callie se paró con fuerza, frunció el ceño y alzo los brazos.
— ¿Qué quieres que haga? ¿Reprobar un semestre? ¿Volverme una adicta al tabaco y el alcohol? ¿Ser la puta de todos los chicos del equipo de natación de la universidad? Porque déjame decirte que estoy feliz con mi vida, tal y como es.
—Ah, ¿sí? —Gillian apretó los labios — ¿Estas feliz con una vida aburrida, monótona y tan simple? Callie, no quiero que te conviertas en ninguna de las cosas que has dicho, pero si, como hermana mayor que soy, quiero que disfrutes de la vida hasta el cien por ciento.
— ¿Por qué? Siempre que estas en casa discutes de lo mismo y ya conoces mis respuestas.
—Porque, quiero que conozcas todas las experiencias que te ayudaran a madurar y convertirte en una mujer competente. ¿Sabes? No todo en la vida es estudiar, estudiar y estudiar. Quizá si salieras un poquito más, ya habrías conseguido un contrato con alguna disquera y estarías nadando en algunos cuantos millones de dólares.
—Gilli, sabes que lo último es cuestión de suerte. Existen muchos músicos que nunca ganarán lo mismo que Madonna en sus primeros días y te entiendo, quieres algo para mí que yo no deseo. No todos queremos vivir como si mañana el mundo se fuera a acabar.
—No estoy hablando de eso tampoco, —rodando los ojos, Gillian sacudió la cabeza — eres insoportable, testaruda y…
—Yo también te quiero Gillian Amethyst Collins —Callie le sonrió con una sonrisa que enseñaba todos sus blancos dientes y camino hacia ella dispuesta a empujarla fuera del dormitorio y cerrarle la puerta en la cara, sin embargo, Gillian la cogió por la muñeca y con los ojos entrecerrados, masculló:
—Estaba dispuesta a dejarte tranquila pero tan solo por llamarme Amethyst, iras al cine con nosotros.
—Pero, Gilli…
—Shhhh, —la acalló Gillian— es mi venganza, Calliope Rainbow Collins.
**
El viaje hacia las salas de cine no duro más de quince minutos, sin embargo con su hermana al volante cantando a todo pulmón ‘Wrecking Ball’ y Derek riéndose a carcajadas en el asiento del acompañante, Callie lo único que deseó fue desaparecer.
—Creo que mis oídos están sangrando —dijo ella cuando caminaban hacía la entrada principal —. Gillian sabes muy bien que tú no eres la hermana que canta.
—Lo sé, solo lo hice para irritarte y por tu respuesta lo he logrado —Gillian le guiño el ojo y entrelazo los dedos junto a los de Derek—.
—Eres insoportable, —murmuró Callie sacudiendo la cabeza.
—Pero se aman —término por decir Derek con humor —.
—Tanto como se ama a una verruga —bromearon ambas al unísono, provocando que los tres soltaran una fuerte carcajada que atrajo la mirada de muchos. Para cuando terminaron de reír, ya eran parte de la larga fila de personas que esperaban comprar los tickets para las respectivas películas que deseaban ver esa tarde.
— ¿Qué película veremos? —Preguntó Callie mirando al grupo de chicas frente a ellos que vestían unas camisetas verdes con letras negras que decían “Hulk” — Escuche que Invierno de Huesos es una película excelente y quizás gane un óscar este año.
—Callie, esa película salió hace meses, —explicó Gillian sonriendo — eso te pasa por ser una aburrida y no querer salir de casa.
Callie coloco los ojos en blanco.
—Entonces, si esa ya no la están pasando. ¿Qué película querían venir a ver?
Una de las chicas vestidas de verde, se volteó y con un pequeño chillido señalo una pantalla que colgaba por sobre las casillas de boletos.
—Hoy es el estreno de la segunda parte de Hulk, que es una película excelente. ¿Por qué no comprar la entrada para verla? —Pregunto interrumpiéndolos sin vergüenza alguna — Además en dos días más, Nate Worthington visitará la ciudad para promocionar la película.
—Pero, —Gillian miró a la chica con las cejas alzadas — eso se hace antes de estreno.
—Sí —aceptó la muchacha —, no obstante el canal de televisión local le pago hace pocas semanas para hacer una aparición en el talk show de Don John.
—Oh, qué buena noticia —comentó Derek fingiendo una sonrisa —. Gracias por la recomendación, la tendremos en cuenta.
La chica les sonrió por última vez y les dio la espalda. Callie frunció el ceño.
— ¿Qué fue eso? —susurró pasado unos pocos segundos.
—Una fanática, nunca pensé que en este pueblo hubieran chicas tan involucradas en un comics —murmuró en respuesta Gillian.
—A esas chicas no les gusta Hulk, cariño —rio Derek sacudiendo la cabeza —. Es a Nate Worthington a quien vienen a ver en pantalla.
— ¿Quién es Nate Worthington? —Preguntó Callie mirando de reojos al grupo de chicas que no paraban de soltar risitas tontas — He escuchado su nombre antes.
—Es la nueva promesa de Hollywood —fue Gillian quien respondió — y si no me equivoco, Jenny una vez me contó que él es un buen amigo de Jonathan. Según Jenny es un tipo exquisitamente guapo que tiene a todas las mujeres locas por él.
—Si es amigo de Johnny, ¿quiere eso decir que estuvo en su fiesta de matrimonio?
—Creo que estuvo allí, pero se fue antes de los novios. Nadie sabe porque.
—Ahh, —Callie se quedó en silencio, recordando como los invitados se habían comportado esa noche. Ninguno de ellos parecía haber reaccionado con estruendo al saber que una celebridad se paseaba en el salón.
Mentalmente, la joven se encogió de hombros y mientras esperaban con paciencia a comprar la entrada. Ella permitió que su imaginación volviera a esa noche tres semanas atrás. Sobre su piel pudo sentir el calor que sus besos le provocaban y apretó los labios para no emitir ningún gemido.
“Esa noche fue brillante, no dejes que se vaya. Estoy maravillada, sonrojándome cada vez que te pienso. Me pasaré la eternidad preguntándome si sabías que estoy encantada de conocerte…”
Callie se mordió el labio inferior.
Nota mental, se dijo cuándo Derek y Gillian hablaban sobre los preparativos de su futura boda, al llegar a casa tendrás que escribir esas palabras.