l Mis Novelas l

No estaban escritos en un papel, no se encontraban en una fotografía. Eran invisibles. No eran predecibles, siempre originales. No reían todo el tiempo, sonreían con estilo. Miraban con seducción, se sentían capaces, eran fuertes, liberales, observadores. Luchaban por conseguir lo que anhelaban. Y en ese instante anhelaban a ellas.

Escuchamos nuestras canciones favoritas juntos, tomamos nuestras manos cuando teníamos miedo. Nos veíamos a los ojos, esa era nuestra única fuente de confianza, de lealtad. Reíamos cuando podíamos, así le dábamos sabor a la vida.

Pero el día en que te fuiste, no me dijiste que siguiera haciendo lo mismo. Solo te fuiste, sin explicación, sin un adiós. Quisiera que volvieras, cada noche miro nuestra estrella y le ruego a Dios para que vuelvas, para volver a ver tus azules ojos.

Te amo, siempre te amare. Yo siempre te escogí a ti, sobre todas las cosas. En cambio, tú la escogiste a ella, tú me dejaste por ella, por seguir tus sueños, por formar tu vida. Pero de lo único que no te diste cuenta es que el día en que te marchaste dejaste algo muy importante conmigo

Tu corazón.

-¿Por qué todo tiene que ser como los demás quieren que sea? ¿Por qué no puedo elegir yo lo que yo quiero? ¡Porque no puedo! ¿Por qué me consideran como una persona impotente? ¿Por qué me creen una inútil? ¿Porque simplemente no puedo llegar en frente de ellos y decir, gritarles en la cara lo que yo siento? – pregunte, gritando, forzando a guardar mis lagrimas al frente suyo- ¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué a mí?

El mantuvo un largo y oscuro silencio. Después me miro a los ojos y hablo.

- Porque están ciegos, no ven la perfección en sus ojos. No te ven a ti.

“Tus ojos son las dos más terribles amenazas que puedan existir, tus labios son una droga si no te cuidas puedes llegar a morir, tu cabello es la fuente de mis deseos lo quiero para siempre, tu piel es mi infierno, mi dulce infierno. Tus manos son mis heridas, todas hechas por ti.
Pero te amo ¡Te amo como jamás he amado a alguien o a algo! ¡Eres preciosa! ¡Eres única! ¡Y jamás! Lo juro, ¡Jamás! Dejare de escribirte una carta de amor, jamás podre dejar de hacerlo.
Tú haces que la inspiración llegue a mi alma y navegue por mis venas cayendo directamente al centro de mi corazón. ¿Sabes cómo se siente eso? ¿Acaso tienes idea de lo que siento? Sinceramente no lo creo, pero no me importa. No importara lo que pase porque yo siempre seguiré escribiendo acerca de ti, acerca de tus maravillas, de tus defectos, del amor que siento por ti.
Porque mis cartas son de amor, de amor puro solo para ti, solo para el amor de mi vida.
Tuyo, por siempre. – Harry Styles”


El chico de cabellos rizados al terminar de escribir aquella carta, la numero veintitrés. Cerró sus ojos y en sus labios se formo una sonrisa de satisfacción. Al escribir sobre ella se sentía libre, sentía que podía descansar, sentía que podía dormir en paz una noche más.
Se levanto de su escritorio escondiendo su carta en el último cajón encima de un suéter color carmín. Estiro sus brazos y se recostó en su cama mirando hacia el techo de la habitación, era su noche numero veintitrés pensando en ella, y no se arrepentía de hacerlo. Se sentía satisfecho al hacerlo.
Así que orgulloso de si mismo Harry cerro sus ojos y se dispuso a dormir esperando que el sol saliera para ver el color de su cabello y el brillo de los ojos de ella y así nuevamente crear una carta de amor.

- ¿Has sentido una especie de fuego que consume todo tu interior alguna vez? Es como una gran llama que no cesa, que siempre sigue ahí, quemándote, dejándote incompleto. Es como una sombra, una gran sombra que nunca te deja solo. Es un fantasma, alguien que siempre está pendiente de tus actos. Es como una canción que siempre cantabas y después la olvidas y al pasar el tiempo vuelve a sonar en la radio y solo recuerdas el coro y te das cuenta que esa canción siempre estuvo ahí más que la habías olvidado, pero siempre habia estado presente. Así es mi vida, así me siento yo todo el tiempo, siento que me siguen, siento que me observan. Siento que jamás estoy sola. Me siento aturdida por la sociedad, tengo miedo. Tengo miedo de todos y de todo. Me siento incompleta.

Janet le escribía un correo electrónico a su amigo de internet Liam Payne. Ella tenía miedo, era la primera vez que le contaba a Liam sobre sus miedos y ella no estaba segura si habia hecho lo correcto pero ya lo habia hecho. Ya no habia vuelta atrás.

Liam, por otra parte del mundo se sorprendió al leer la semejante confesión de Janet. El chico de ojos marrones comenzó a responderle el correo electrónico con rapidez y entusiasmo, era la primera vez que ella se sinceraba con Payne, y él se encontraba totalmente extasiado.

- Quizá jamás me he sentido como tú te sientes ahora Janet y creo que jamás podre comprenderte completamente pero quiero ayudarte, quiero hacer lo posible por ayudarte, por remediar tu situación. Dime cariño, ¿Qué puedo hacer?

Janet leyó el mensaje y comenzó a llorar. Ella sabía que Liam no podía hacer nada desde lejos para ayudarla, ella sabía que estaba sola. Las lágrimas de la pelirroja no cesaban, no sabía qué hacer. Y en ese momento respondió el mensaje siguiendo la necesidad de su corazón.

- No puedes hacer nada desde tu computador querido Liam, es inútil que intentes ayudar a una extraña. No puedes hacer nada por mi pero gracias por querer hacerlo.

Liam suspiro y se sintió agobiado. El quería ayudar a Janet, él quería ayudar a sanar las necesidades de su corazón. Así que decidió comenzó a escribir y quizás comenzó a aprender la mejor aventura de su vida.

- Tienes razón, no podre ayudarte desde aquí. Pero si podre ayudarte si estoy contigo, Janet, mañana tomare el primer vuelo a Estados Unidos, es un hecho.

Janet leyó el mensaje unas veinte veces. Sus labios estaban en forma de una gran “O” y sus manos comenzaron a temblar. Tomo el teclado e inútilmente empezó a tocar las teclas.

- No puedo creerlo, simplemente me parece imposible Liam ¿Estás jugando, cierto?

Liam leyó el mensaje y negó con su rostro con una sonrisa. Comenzó a sacar sus ahorros de su cajón y escribió.

- No es una broma, mañana tomo un vuelo e iré a verte. Necesito conocerte, necesito ayudarte.

Y así Janet comprendió que Liam hablaba enserio, que él no jugaba. Que él la ayudaría a sanar sus heridas. Que él la ayudaría a sentirse mejor, que el seria su héroe.

- Te estaré esperando Liam.

Escribió por ultimo la chica de ojos verdosos para cerrar su computador, tomar una ducha y dormirse después esperando a que el sol salga, el fantasma huya y que Liam venga a verla. No lo podía creer, no podía creer que alguien fuera capaz de venir y tratar de salvarla del abismo en donde ella se encontraba.

Pero Janet no sabía que ya habia encontrado a un héroe que estaría dispuesto a dar su vida por ella.

Es cuando el amor no puede dar más por sí solo y necesita tu ayuda, es cuando yo me encuentro en soledad y te veo al final del pasillo, sentada observando tus discos favoritos sin reproducirlo, solo viendo la imagen del atardecer.

Es tal cuando me pediste que te cantara en las noches, es literalmente así. Es como ver tu rostro cuando simplemente no puedo dormir. Es eso, es exactamente eso.

Es tal cuando tu amor se extinguió cuando más lo necesitaba, es como cuando jugamos a las escondidas y no te encontré, es cuando te vi en la esquina con él, besándose.

Así es todo el dolor que siento ahora mismo, ¡Ahora te pido que te largues! ¡Escapa de mi vida! ¡Olvídame como yo trato de hacerlo! ¡No vuelvas! ¡No me pidas perdón! Yo ya no necesito tu amor… lo siento.

Yo ya no quiero que juegues conmigo, yo ya no quiero escuchar decir que me amas, ¡Yo ya no lo soporto! Ahora lo único que deseo es odiarte, odiarte por la eternidad. Ahora solo anhelo que te sientas como yo me sentí. Que sufras como yo sufrí.

Porque es mentira cuando dicen que la felicidad de una persona es ver a la persona que ama feliz, es mentira. La felicidad de una persona es observar con precisión, emoción, como una persona se va perdiendo lentamente hasta que sufra lo que la otra persona sufrió, en cuanto el dolor es más fuerte, mucho mejor.

Yo ya no quiero tu amor, yo ya no lo necesito.

Ahora soy tan antipático, frívolo e infeliz como tú.

Gracias por joderme la vida Charleen. En serio, te lo agradezco, espero que cada noche escuches mi voz susurrándote al oído, diciéndote lo mucho que te agradezco que rompieras mi corazón.