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"Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Capítulo 8.-
El sol llegó hasta mis ojos provocando que los abriera. Parpadeé un par de veces y vi a Harry durmiendo con la cabeza apoyada en mi hombro. La puerta del vagón sonó haciendo que Styles despertara y dando paso a un don señor que nos vio con las cejas fruncidas, la boca abierta y miles de signos de interrogación volando sobre él.
Ya nos encontrábamos abajo, junto a uno de los carros de Styles. El brócoli ya no tenía temperatura, lo cual fue buena noticia.
– Trepa –me dijo mientras abría la puerta de su auto– Te llevaré a tu casa.
– No, gracias –murmuré cabizbaja– Aún tengo que pensar en qué le voy a decir a mi madre; si voy en autobús me dará más tiempo para hacerlo.
Harry miró al cielo pensativo.
– Puedo ayudarte; ¿necesitas una excusa?
Lo miré con una ceja levantada mientras se acercaba hasta mi oído y me susurraba su ‘excusa’. Mi cara se tornó roja y le propine una patada en el mismo lugar que la noche anterior.
Conté hasta diez mientras meditaba bien mi justificación por pasar la noche fuera de casa. Tomé el picaporte y lo giré lentamente. Caminé hasta la sala donde estaban mis padres y hermano con la cabeza gacha. Llegué hasta ellos y me incliné con las palmas juntas en forma de súplica.
– Lo siento, mamá, papá. No volveré a hacerlo. He cometido un pecado mortal. ¡LES RUEGO ME PERDONEN! –exclamé atropelladamente.
– ¿Pecado mortal? –Murmuró mi madre– Más bien me parece que salvaste a una persona muy importante ayer en la noche, ¿no es así? –levanté la mirada y la miré con los ojos bien abiertos.
– Al sucesor del grupo Styles, ¿no? –cuestionó Jack mientras se agachaba para mirarme a la cara.
Me levanté de golpe aún sin saber que preguntar.
– Salvar al sucesor del grupo Styles es como salvar la economía de Londres –exclamó papá– ¿Quién cometió un pecado mortal aquí?
– Todo buen acto tiene su recompensa. ¡Tadaaa!
Miré a la mesita de centro y vi ropa de muchas tallas, colores y formas. Mis ojos estaban abiertos como platos, denotando la sorpresa que me asaltaba.
– ¿¡De dónde sacaron esto!? –pregunté.
– ¡Ya te dije! El señor… no. El señorito… no. El presidente… NO. El joven… ¿cómo se llamaba? –murmuraba mi madre intentando recordar.
– ¡Harry! ¡Harry Styles! –gritó mi hermano.
– ¡Sí! El joven Harry nos regaló esto nos mandó esto como muestra de gratitud y por mantenerte con él a su lado toda la noche –dijo sonriente– Dijo que la próxima vez, él mismo vendría en persona… oh, es tan conmovedor, quiero llorar.
La bulla que mis padres y hermano causaron, continuaron incluso cuando caminé lentamente hasta mi cuarto. Fue entonces cuando recordé:
– Diles que como pasaste una noche conmigo, yo mismo me haré cargo y tomaré la responsabilidad.
Yo había comprendido mal. Pero me justifico, un ‘pasaste la noche conmigo’ no se escucha tan bien.
Por cada paso que daba por el pasillo recibía unas treinta miradas. Normalmente todos me ignoraban, ¿por qué hoy no podía hacer lo mismo?
– Hey, pastel andante –me di la media vuelta al escuchar aquella voz.
– Zayn –dije sonriendo.
El chico se acercó y me sonrió.
– Podríamos charlar un momento, ¿por favor?
¿Quién en sus cinco sentidos podía rechazar a un chico como él? Asentí y me fui detrás de él. Llegamos hasta unas bancas en los jardines laterales al edificio de aulas. Tomé asiento y él se sentó a mi lado.
– ¿Es cierto? –preguntó de repente.
– ¿Qué cosa?
– Tú y Harry.
Alcé una ceja. Sin necesidad de preguntar, Zayn volvió a hablar:
– Toda la escuela dice que están saliendo, ¿eso es verdad?
Apenas lo escuché, me eché a reír. Su rostro mostro confusión, así que paré cuando pude para aclarar las cosas.
– ¿Quién dijo eso?
– Unos rumores sobre ello se expandieron, le preguntaron a Harry y dijo que sí.
– Este idiota –murmuré meneando la cabeza– Para nada –Zayn sonrió y echó una pequeña risilla.
Platicamos por un muy buen rato, ya que faltaba más de una hora para que las clases empezaran.
Tenía que admitirlo, no podía negarlo más, ni siquiera a mí misma. Este chico me gustaba, me llamaba bastante la atención. Sus ojos, sus pestañas, su cabello, su sonrisa, su voz, su carácter… todo en él me hipnotizaba.
– Creo que tengo que irme –dijo sonriendo.
Antes de que diera la media vuelta, recordé el pañuelo que él me había prestado cuando estuve cubierta de harina. Tomé su mano y este volteó sereno. Busqué en el bolsillo del chaleco y saque el pañuelo para depositárselo en la mano.
– M-muchas g-gracias –tartamudeé. Observé por última vez las iniciales de su nombre bordadas en el pañuelo antes de que lo guardara en el bolsillo de su pantalón.
Me dedicó una última sonrisa y sin más, se dio la media vuelta hasta que desapareció.
Me pasé las primeras clases buscando a Amy, pero esta no aparecía por ningún lado. Terminé enterándome que se había sentido mal y terminó yéndose a casa. No perdí tiempo y averigüé su dirección para poder ir a visitarla.
– Pero ya estas mejor, ¿no? –le pregunté mientras sorbía un poco del té que las domésticas me habían dado.
Amy sonrió y asintió sin mirarme. Su mirada estaba perdida, se veía triste y parecía un tanto molesta.
– ____ –me llamó– ¿Es verdad?
– ¿Qué cosa?
– Tú y… –tragó saliva y me miró a los ojos– Harry.
Yo, que estaba tomando el té, me atraganté en cuanto escuché su pregunta.
– Claro que no –tosí– Nada de eso es verdad.
– Oh, ya veo.
Miró por largos segundos el estampado de su edredón. De la nada, empezó a sonreír. Retiró la colcha que cubría sus piernas y de un saltó, salió de la cama.
– ¡____! ¡Me siento muchísimo mejor! –exclamó con los brazos al aire– Y eso es gracias a ti. ¡Gracias por venir! –Sonreí un poco confundida– Oye, quiero jugar.
– ¿Jugar?
– Bueno, quiero salir –dijo mientras iba hacia dos enormes puertas y las abría. Su enorme guardarropa se dio a la vista– ¿Qué te parece?
No esperó mi respuesta y se encerró en aquel mini-cuarto lleno de ropa. Al cabo de unos minutos, salió completamente cambiada; había reemplazado su pijama de ovejitas por una falda negra, una blusa blanca con lentejuelas que la hacían parecer brillar, un chaleco negro y zapatos tacón del mismo color.
Parpadeé un par de veces aún desconcertada. Me miré de pies a cabeza; la chica estaba ya lista para salir y yo seguía con el uniforme escolar.
Amy me tomó de la mano y me llevó hasta su armario. Cuando entramos, pude notar que todo estaba perfectamente ordenado. Color por color, prenda por prenda, zapatos de un lado y accesorios del otro.
– Mira –llamó mi atención– Esto queda contigo, póntelo.
– Pero…
– ¡Te lo regalo! –sin más, salió del guardarropa para dejar que me cambie.
Era un vestido azul pastel en forma de globito, estampado de bolitas blancas, tirantes gruesos y que llegaba hasta arriba de las rodillas. También, me dejo unos zapatos balerinas del mismo color del vestido y con un lacito igualmente blanco. Me vestí y me vi en el espejo: tenía cara de niña adorable (cosa que no era). Cuando salí, Amy me elogió y me peino con una especie de trenza francesa.
No tardamos mucho en llegar hasta el lugar ‘favorito’ de Amy. Una discoteca. Claramente, yo no estaba cómoda. Me insistió demasiado porque la acompañase a bailar, pero contaba con dos pies izquierdos, ¿cómo rayos iba a bailar? La convencí de ir sola mientras yo tomaba algún refresco. Ella no tardó en integrarse.
Pasaron cerca de dos horas y, al parecer, Amy no tenía para cuando terminar.
Sentí mi trasero entumirse por haber pasado, casi las dos horas enteras, sentada en la silla, adicionando el hecho de que estaba empezando a dormirme. Me levanté y quise ir a tomar un poco de aire fresco.
Iba tan distraída que no noté el momento en el una guitarra se cruzó en mi camino… o más bien, me cruce en el camino donde estaba la guitarra. Gracias a Dios, una mano la sostuvo y evitó su caída. Un chico de cabello y ojos castaños me miró inexpresivo.
– Lo siento –murmuré apenada.
– Descuida –dijo el chico, ahora sonriendo– ¿Aburrida?
Sonreí y asentí.
– ¿Tocas la guitarra? –le pregunté.
– Sí –sonrió– Este lugar… es sofocante, ¿verdad? –asentí– ¿Te gustaría ir y escuchar una canción que estuve escribiendo? Necesito una opinión sincera.
Titubeé un poco, pero la sonrisa y los ojos del chico me hicieron asentir.
Fuimos hasta lo que parecía ser la azotea de aquel club. La terraza era linda. El chico me señalo con la mano un sofá columpio para que me sentara. Antes de que se sentara en una banquita para tocar su guitarra, me ofreció un refresco, el cuál acepte con gusto.
Empezó a tocar una dulce melodía. Abrí la lata de refresco y bebí un sorbo. La tonada era tan agradable que aumentó mis ganas de dormir, pero intenté controlarme. Terminó su canción y yo le aplaudí, cosa que agradeció con la mirada. Estuve a punto de preguntarle su nombre, pero empezó a tocar otra canción, dejándome con la boca abierta; para disimular, tomé otro largo trago del refresco. Bostecé. La canción era aún más relajante y lenta que la anterior. De un momento a otro, mi vista se nubló y mis ojos cayeron pesadamente, hasta que me quedé completamente dormida.
Los rayos de sol asomaron por la ventana y me llamaron para despertar. Estiré mis brazos hacia arriba y bostecé. Me senté sobre la cama aún sin abrir los ojos. Mi garganta estaba seca, así que abrí los ojos y me encontré con un vaso de agua en el buró de alado.
El agua se me volvió por la garganta cuando, al voltear mi rostro, me encontré con un espejo en que, con lápiz labial rojo, estaba escrito un ‘Gracias por la noche anterior ♥’. Claramente, esa no era mi habitación. No era ningún lugar que yo conociera. No tenía puesta mi pijama morada, esta era una azul de tirantes.
Miré al suelo y vi el vestido de la noche anterior tirado junto a los zapatos.
¿Dónde rayos estaba? O la gran pregunta era: ¿qué había hecho
~~~
Tres palabras: ODIO LA ESCUELA.
El sol llegó hasta mis ojos provocando que los abriera. Parpadeé un par de veces y vi a Harry durmiendo con la cabeza apoyada en mi hombro. La puerta del vagón sonó haciendo que Styles despertara y dando paso a un don señor que nos vio con las cejas fruncidas, la boca abierta y miles de signos de interrogación volando sobre él.
Ya nos encontrábamos abajo, junto a uno de los carros de Styles. El brócoli ya no tenía temperatura, lo cual fue buena noticia.
– Trepa –me dijo mientras abría la puerta de su auto– Te llevaré a tu casa.
– No, gracias –murmuré cabizbaja– Aún tengo que pensar en qué le voy a decir a mi madre; si voy en autobús me dará más tiempo para hacerlo.
Harry miró al cielo pensativo.
– Puedo ayudarte; ¿necesitas una excusa?
Lo miré con una ceja levantada mientras se acercaba hasta mi oído y me susurraba su ‘excusa’. Mi cara se tornó roja y le propine una patada en el mismo lugar que la noche anterior.
Conté hasta diez mientras meditaba bien mi justificación por pasar la noche fuera de casa. Tomé el picaporte y lo giré lentamente. Caminé hasta la sala donde estaban mis padres y hermano con la cabeza gacha. Llegué hasta ellos y me incliné con las palmas juntas en forma de súplica.
– Lo siento, mamá, papá. No volveré a hacerlo. He cometido un pecado mortal. ¡LES RUEGO ME PERDONEN! –exclamé atropelladamente.
– ¿Pecado mortal? –Murmuró mi madre– Más bien me parece que salvaste a una persona muy importante ayer en la noche, ¿no es así? –levanté la mirada y la miré con los ojos bien abiertos.
– Al sucesor del grupo Styles, ¿no? –cuestionó Jack mientras se agachaba para mirarme a la cara.
Me levanté de golpe aún sin saber que preguntar.
– Salvar al sucesor del grupo Styles es como salvar la economía de Londres –exclamó papá– ¿Quién cometió un pecado mortal aquí?
– Todo buen acto tiene su recompensa. ¡Tadaaa!
Miré a la mesita de centro y vi ropa de muchas tallas, colores y formas. Mis ojos estaban abiertos como platos, denotando la sorpresa que me asaltaba.
– ¿¡De dónde sacaron esto!? –pregunté.
– ¡Ya te dije! El señor… no. El señorito… no. El presidente… NO. El joven… ¿cómo se llamaba? –murmuraba mi madre intentando recordar.
– ¡Harry! ¡Harry Styles! –gritó mi hermano.
– ¡Sí! El joven Harry nos regaló esto nos mandó esto como muestra de gratitud y por mantenerte con él a su lado toda la noche –dijo sonriente– Dijo que la próxima vez, él mismo vendría en persona… oh, es tan conmovedor, quiero llorar.
La bulla que mis padres y hermano causaron, continuaron incluso cuando caminé lentamente hasta mi cuarto. Fue entonces cuando recordé:
– Diles que como pasaste una noche conmigo, yo mismo me haré cargo y tomaré la responsabilidad.
Yo había comprendido mal. Pero me justifico, un ‘pasaste la noche conmigo’ no se escucha tan bien.
Por cada paso que daba por el pasillo recibía unas treinta miradas. Normalmente todos me ignoraban, ¿por qué hoy no podía hacer lo mismo?
– Hey, pastel andante –me di la media vuelta al escuchar aquella voz.
– Zayn –dije sonriendo.
El chico se acercó y me sonrió.
– Podríamos charlar un momento, ¿por favor?
¿Quién en sus cinco sentidos podía rechazar a un chico como él? Asentí y me fui detrás de él. Llegamos hasta unas bancas en los jardines laterales al edificio de aulas. Tomé asiento y él se sentó a mi lado.
– ¿Es cierto? –preguntó de repente.
– ¿Qué cosa?
– Tú y Harry.
Alcé una ceja. Sin necesidad de preguntar, Zayn volvió a hablar:
– Toda la escuela dice que están saliendo, ¿eso es verdad?
Apenas lo escuché, me eché a reír. Su rostro mostro confusión, así que paré cuando pude para aclarar las cosas.
– ¿Quién dijo eso?
– Unos rumores sobre ello se expandieron, le preguntaron a Harry y dijo que sí.
– Este idiota –murmuré meneando la cabeza– Para nada –Zayn sonrió y echó una pequeña risilla.
Platicamos por un muy buen rato, ya que faltaba más de una hora para que las clases empezaran.
Tenía que admitirlo, no podía negarlo más, ni siquiera a mí misma. Este chico me gustaba, me llamaba bastante la atención. Sus ojos, sus pestañas, su cabello, su sonrisa, su voz, su carácter… todo en él me hipnotizaba.
– Creo que tengo que irme –dijo sonriendo.
Antes de que diera la media vuelta, recordé el pañuelo que él me había prestado cuando estuve cubierta de harina. Tomé su mano y este volteó sereno. Busqué en el bolsillo del chaleco y saque el pañuelo para depositárselo en la mano.
– M-muchas g-gracias –tartamudeé. Observé por última vez las iniciales de su nombre bordadas en el pañuelo antes de que lo guardara en el bolsillo de su pantalón.
Me dedicó una última sonrisa y sin más, se dio la media vuelta hasta que desapareció.
Me pasé las primeras clases buscando a Amy, pero esta no aparecía por ningún lado. Terminé enterándome que se había sentido mal y terminó yéndose a casa. No perdí tiempo y averigüé su dirección para poder ir a visitarla.
– Pero ya estas mejor, ¿no? –le pregunté mientras sorbía un poco del té que las domésticas me habían dado.
Amy sonrió y asintió sin mirarme. Su mirada estaba perdida, se veía triste y parecía un tanto molesta.
– ____ –me llamó– ¿Es verdad?
– ¿Qué cosa?
– Tú y… –tragó saliva y me miró a los ojos– Harry.
Yo, que estaba tomando el té, me atraganté en cuanto escuché su pregunta.
– Claro que no –tosí– Nada de eso es verdad.
– Oh, ya veo.
Miró por largos segundos el estampado de su edredón. De la nada, empezó a sonreír. Retiró la colcha que cubría sus piernas y de un saltó, salió de la cama.
– ¡____! ¡Me siento muchísimo mejor! –exclamó con los brazos al aire– Y eso es gracias a ti. ¡Gracias por venir! –Sonreí un poco confundida– Oye, quiero jugar.
– ¿Jugar?
– Bueno, quiero salir –dijo mientras iba hacia dos enormes puertas y las abría. Su enorme guardarropa se dio a la vista– ¿Qué te parece?
No esperó mi respuesta y se encerró en aquel mini-cuarto lleno de ropa. Al cabo de unos minutos, salió completamente cambiada; había reemplazado su pijama de ovejitas por una falda negra, una blusa blanca con lentejuelas que la hacían parecer brillar, un chaleco negro y zapatos tacón del mismo color.
Parpadeé un par de veces aún desconcertada. Me miré de pies a cabeza; la chica estaba ya lista para salir y yo seguía con el uniforme escolar.
Amy me tomó de la mano y me llevó hasta su armario. Cuando entramos, pude notar que todo estaba perfectamente ordenado. Color por color, prenda por prenda, zapatos de un lado y accesorios del otro.
– Mira –llamó mi atención– Esto queda contigo, póntelo.
– Pero…
– ¡Te lo regalo! –sin más, salió del guardarropa para dejar que me cambie.
Era un vestido azul pastel en forma de globito, estampado de bolitas blancas, tirantes gruesos y que llegaba hasta arriba de las rodillas. También, me dejo unos zapatos balerinas del mismo color del vestido y con un lacito igualmente blanco. Me vestí y me vi en el espejo: tenía cara de niña adorable (cosa que no era). Cuando salí, Amy me elogió y me peino con una especie de trenza francesa.
No tardamos mucho en llegar hasta el lugar ‘favorito’ de Amy. Una discoteca. Claramente, yo no estaba cómoda. Me insistió demasiado porque la acompañase a bailar, pero contaba con dos pies izquierdos, ¿cómo rayos iba a bailar? La convencí de ir sola mientras yo tomaba algún refresco. Ella no tardó en integrarse.
Pasaron cerca de dos horas y, al parecer, Amy no tenía para cuando terminar.
Sentí mi trasero entumirse por haber pasado, casi las dos horas enteras, sentada en la silla, adicionando el hecho de que estaba empezando a dormirme. Me levanté y quise ir a tomar un poco de aire fresco.
Iba tan distraída que no noté el momento en el una guitarra se cruzó en mi camino… o más bien, me cruce en el camino donde estaba la guitarra. Gracias a Dios, una mano la sostuvo y evitó su caída. Un chico de cabello y ojos castaños me miró inexpresivo.
– Lo siento –murmuré apenada.
– Descuida –dijo el chico, ahora sonriendo– ¿Aburrida?
Sonreí y asentí.
– ¿Tocas la guitarra? –le pregunté.
– Sí –sonrió– Este lugar… es sofocante, ¿verdad? –asentí– ¿Te gustaría ir y escuchar una canción que estuve escribiendo? Necesito una opinión sincera.
Titubeé un poco, pero la sonrisa y los ojos del chico me hicieron asentir.
Fuimos hasta lo que parecía ser la azotea de aquel club. La terraza era linda. El chico me señalo con la mano un sofá columpio para que me sentara. Antes de que se sentara en una banquita para tocar su guitarra, me ofreció un refresco, el cuál acepte con gusto.
Empezó a tocar una dulce melodía. Abrí la lata de refresco y bebí un sorbo. La tonada era tan agradable que aumentó mis ganas de dormir, pero intenté controlarme. Terminó su canción y yo le aplaudí, cosa que agradeció con la mirada. Estuve a punto de preguntarle su nombre, pero empezó a tocar otra canción, dejándome con la boca abierta; para disimular, tomé otro largo trago del refresco. Bostecé. La canción era aún más relajante y lenta que la anterior. De un momento a otro, mi vista se nubló y mis ojos cayeron pesadamente, hasta que me quedé completamente dormida.
Los rayos de sol asomaron por la ventana y me llamaron para despertar. Estiré mis brazos hacia arriba y bostecé. Me senté sobre la cama aún sin abrir los ojos. Mi garganta estaba seca, así que abrí los ojos y me encontré con un vaso de agua en el buró de alado.
El agua se me volvió por la garganta cuando, al voltear mi rostro, me encontré con un espejo en que, con lápiz labial rojo, estaba escrito un ‘Gracias por la noche anterior ♥’. Claramente, esa no era mi habitación. No era ningún lugar que yo conociera. No tenía puesta mi pijama morada, esta era una azul de tirantes.
Miré al suelo y vi el vestido de la noche anterior tirado junto a los zapatos.
¿Dónde rayos estaba? O la gran pregunta era: ¿qué había hecho
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Tres palabras: ODIO LA ESCUELA.
cheshirepao
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
o diablos, rayita que hico o el chico que le hico a rayita??
jjaa, quede como WTF con el escrito en el espejo. y ademas quien la cambio??
pordios todo esto se malpiensa, igual que el secreto de harry, quien no va a mlinterpretar eso.
siguela pronto
jjaa, quede como WTF con el escrito en el espejo. y ademas quien la cambio??
pordios todo esto se malpiensa, igual que el secreto de harry, quien no va a mlinterpretar eso.
siguela pronto
*ali *
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Wow soy fan de tu novela es simplemente hermosa,me encanta seguila plis...
momo de tomlinson
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Hola nueva lectora fiel...!!!! Me encanto la novela todo de verdad y mas me encanto que lo estas haciendo casi parecida a la novela corena por que yo tambien me enamore de ese Dorama Coreano y pense que a nadie mas le gustaba ese dorama
PD: Siguela porfa
PD: Siguela porfa
_Malu_1D
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
reportandose lec!! me encantaron los capitulos siguelaaa!!
maria delgado hdz
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
nueva lectora reportandose
que novela tan buena porfavor siguela
maldito chico lo odio pobre rayis
que novela tan buena porfavor siguela
maldito chico lo odio pobre rayis
vale0518
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
ANTES QUE NADA UNA ENORME, UNA TREMENDA DISCULPA. LAS ABANDONE POR QUIENSABECUANTOS DÍAS, Y NO MEREZCO PERDÓN. LA VERDAD, TUVE EN MENTE DECIR QUE IBA A CANCELAR EL FIC POR FALTA DE LECTORAS Y POR FALTA DE TIEMPO PARA ESCRIBIR, PERO NO TUVE SUFICIENTE CORAZÓN. MUCHÍSIMAS GRACIAS A LAS NUEVAS, DE VERDAD. AQUÍ LES DEJO UN CAPÍTULO NUEVO, ALGO CORTO, POR CIERTO, Y ESTOY SEGURA QUE TIENE MILES DE ERRORES, PERO ESTOY DE PRISA, NO LO RELEÍ NI NADA, POR LO QUE, CUALQUIER ERROR, LO COMPONDRÉ DESPUÉS. NO OLVIDEN COMENTAR E INVITAR A SUS AMIGAS A LEER ESTE FIC QUE LES HAGO CON MUCHO CARIÑO. PROMETO NO VOLVER A FALTAR TANTO TIEMPO :C
~~~~~~~~~~~
Capítulo 9.-
No estaba tranquila. Todo el día había estado temblando, sudaba frío. Sentía temor de darle la cara papá y mamá, pues sabía que les había fallado. En realidad, ni siquiera sabía si había sucedido ‘aquello’, pero los nervios me carcomían.
Habían pasado ya dos días de lo sucedido. El día que amanecí en aquel hotel, era viernes, y a causa de que me levante tarde, no fui al colegio.
Cuando llegué a casa, puse de excusa que me sentía mal y me encerré en mi habitación, saliendo únicamente para comer e ir al baño. El fin de semana fue sombrío, a pesar de que el invierno se despedía y los rayos de sol amenazaban con salir.
Aún peor, sentía una carga enorme al pensar en Harold. No sabía el motivo, pero pensar en él me hacía temblar aún más. Mi teléfono tenía unas treinta llamadas de él, sin embargo, yo no las contestaba. Tenía miedo. Miedo de encararlo, miedo de que él ya supiera, miedo de que me juzgara por ser así de fácil.
Por fortuna, el brócoli no sabía dónde vivía, así que era imposible que el fuera a verme. Eso era un alivio.
Suspiré un par de veces antes de cruzar las puertas de Royal mientras miles de escalofríos recorrían mi columna vertebral. Caminé por el jardín hasta llegar al edificio, camino por el cual nadie me observó ni nada. Sentí alivio, porque quizá, nadie sabía de lo ocurrido.
Me encaminé a mi casillero para dejar mis cosas y poder ir hasta el aula de mi primera clase. Al abrir la puertecita, me sorprendí cuando un cuadernillo cayó hasta llegar a mis pies. Levanté lo que parecía ser una revista y le quite la envoltura que tenía. La portada tenía en letras grandes y doradas ‘Royal Magazine’, revista que circulaba mensualmente y hecha por los del taller de diseño gráfico.
Fue cuando la empecé a hojear y llegué a la tercera página, cuando el pánico volvió a invadirme. Ahí estaba yo, en el cuarto de hotel, dormida a lado de un tipo (a quien le tenían censurado el rostro). Había más fotos, donde incluso el chico parecía estar despierto y había permitido que me tomaran fotos con él.
Una mezcla de vergüenza e ira se apoderó de mí. Lo primero que me vino a la mente fue que, quizá, era una broma de Styles, pero la idea fue desechada, pues no lo creía tan cruel.
– ¿Qué lees?
Di un brinco cuando escuché su voz detrás de mí y cubrí con mis manos la revista.
– Te pregunté qué lees –repitió intentando quitarme la revista de las manos.
– N-nada.
De un momento a otro, la revista ya no estaba en mis manos y pude notar el rostro de Styles transfigurarse.
– ¿Qué significa esto? –dijo aun mirando la página. Mire a mi alrededor y pude ver a todos rodearnos– ____ –volvió a llamar.
No me sentía lo suficientemente capaz de mirarle, por lo que me mantuve cabizbaja.
– ____, ¡mírame a los ojos y dime qué mierda significa esto!
Louis, Niall, Liam y Zayn llegaron hasta a lado de Harold intentando descifrar lo que sucedía. Louis arrancó la revista de las manos de Styles y examinó con atención las fotografías, para después dedicarme una mirada de sorpresa. Después de Tomlinson, el resto de los chicos hizo lo mismo, haciéndome sentir débil, en especial cuando Zayn me miró.
– ¿Eres así? –soltó Styles, haciendo que lo mirara.
– Puedo explicarlo… –dije en un susurro, lo suficiente como para que él lo escuchara.
– ¿Qué vas a explicar? ¿Cómo te enredaste con este tipo? ¡CRÉEME NO ME INTERESA! –gritó mientras mis ojos se aguaban– Te creía diferente, Green. No creí que fueras tan fácil.
Aquella última imagen que me dedicó me hizo trozos. Su rostro entero estaba rojo de la ira y sus pupilas completamente dilatadas. Se retiró a zancadas, empujando a todo aquel se pusiera en su camino. Los otros cuatro chicos me miraron incrédulos, sin saber que decir. A continuación, siguieron a Styles a paso rápido. Las lágrimas empezaron a fluir de mis ojos. Alcé mi vista y todos me miraban con desprecio.
– Vaya, vaya –Marcie llegó a mi lado– Era un rumor el hecho de que la gente pobre es de lo peor, pero ahora eso ha sido aclarado.
Sunny y Tiffany me tomaron de los hombros y me lanzaron al suelo. No quería mirar a nadie, en especial porque sabía que cuando lloraba mis ojos quedaban como los de un sapo. Marcie se agachó y me susurró al oído.
– Vaya zorra resultaste ser.
Varias chicas se lanzaron a mí y empezaron a quitarme el saco y la camisa, murmurando cosas como que no merecía ser parte de su escuela. No hice ningún esfuerzo, pues no tenía la fuerza ni física ni emocional para luchar, no tenía ganas de nada. De ahí no fui consciente de nada más, mi vista se nubló mientras volvía a imaginar a los chicos mirándome con incredulidad y a Harry con desprecio.
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Capítulo 9.-
No estaba tranquila. Todo el día había estado temblando, sudaba frío. Sentía temor de darle la cara papá y mamá, pues sabía que les había fallado. En realidad, ni siquiera sabía si había sucedido ‘aquello’, pero los nervios me carcomían.
Habían pasado ya dos días de lo sucedido. El día que amanecí en aquel hotel, era viernes, y a causa de que me levante tarde, no fui al colegio.
Cuando llegué a casa, puse de excusa que me sentía mal y me encerré en mi habitación, saliendo únicamente para comer e ir al baño. El fin de semana fue sombrío, a pesar de que el invierno se despedía y los rayos de sol amenazaban con salir.
Aún peor, sentía una carga enorme al pensar en Harold. No sabía el motivo, pero pensar en él me hacía temblar aún más. Mi teléfono tenía unas treinta llamadas de él, sin embargo, yo no las contestaba. Tenía miedo. Miedo de encararlo, miedo de que él ya supiera, miedo de que me juzgara por ser así de fácil.
Por fortuna, el brócoli no sabía dónde vivía, así que era imposible que el fuera a verme. Eso era un alivio.
Suspiré un par de veces antes de cruzar las puertas de Royal mientras miles de escalofríos recorrían mi columna vertebral. Caminé por el jardín hasta llegar al edificio, camino por el cual nadie me observó ni nada. Sentí alivio, porque quizá, nadie sabía de lo ocurrido.
Me encaminé a mi casillero para dejar mis cosas y poder ir hasta el aula de mi primera clase. Al abrir la puertecita, me sorprendí cuando un cuadernillo cayó hasta llegar a mis pies. Levanté lo que parecía ser una revista y le quite la envoltura que tenía. La portada tenía en letras grandes y doradas ‘Royal Magazine’, revista que circulaba mensualmente y hecha por los del taller de diseño gráfico.
Fue cuando la empecé a hojear y llegué a la tercera página, cuando el pánico volvió a invadirme. Ahí estaba yo, en el cuarto de hotel, dormida a lado de un tipo (a quien le tenían censurado el rostro). Había más fotos, donde incluso el chico parecía estar despierto y había permitido que me tomaran fotos con él.
Una mezcla de vergüenza e ira se apoderó de mí. Lo primero que me vino a la mente fue que, quizá, era una broma de Styles, pero la idea fue desechada, pues no lo creía tan cruel.
– ¿Qué lees?
Di un brinco cuando escuché su voz detrás de mí y cubrí con mis manos la revista.
– Te pregunté qué lees –repitió intentando quitarme la revista de las manos.
– N-nada.
De un momento a otro, la revista ya no estaba en mis manos y pude notar el rostro de Styles transfigurarse.
– ¿Qué significa esto? –dijo aun mirando la página. Mire a mi alrededor y pude ver a todos rodearnos– ____ –volvió a llamar.
No me sentía lo suficientemente capaz de mirarle, por lo que me mantuve cabizbaja.
– ____, ¡mírame a los ojos y dime qué mierda significa esto!
Louis, Niall, Liam y Zayn llegaron hasta a lado de Harold intentando descifrar lo que sucedía. Louis arrancó la revista de las manos de Styles y examinó con atención las fotografías, para después dedicarme una mirada de sorpresa. Después de Tomlinson, el resto de los chicos hizo lo mismo, haciéndome sentir débil, en especial cuando Zayn me miró.
– ¿Eres así? –soltó Styles, haciendo que lo mirara.
– Puedo explicarlo… –dije en un susurro, lo suficiente como para que él lo escuchara.
– ¿Qué vas a explicar? ¿Cómo te enredaste con este tipo? ¡CRÉEME NO ME INTERESA! –gritó mientras mis ojos se aguaban– Te creía diferente, Green. No creí que fueras tan fácil.
Aquella última imagen que me dedicó me hizo trozos. Su rostro entero estaba rojo de la ira y sus pupilas completamente dilatadas. Se retiró a zancadas, empujando a todo aquel se pusiera en su camino. Los otros cuatro chicos me miraron incrédulos, sin saber que decir. A continuación, siguieron a Styles a paso rápido. Las lágrimas empezaron a fluir de mis ojos. Alcé mi vista y todos me miraban con desprecio.
– Vaya, vaya –Marcie llegó a mi lado– Era un rumor el hecho de que la gente pobre es de lo peor, pero ahora eso ha sido aclarado.
Sunny y Tiffany me tomaron de los hombros y me lanzaron al suelo. No quería mirar a nadie, en especial porque sabía que cuando lloraba mis ojos quedaban como los de un sapo. Marcie se agachó y me susurró al oído.
– Vaya zorra resultaste ser.
Varias chicas se lanzaron a mí y empezaron a quitarme el saco y la camisa, murmurando cosas como que no merecía ser parte de su escuela. No hice ningún esfuerzo, pues no tenía la fuerza ni física ni emocional para luchar, no tenía ganas de nada. De ahí no fui consciente de nada más, mi vista se nubló mientras volvía a imaginar a los chicos mirándome con incredulidad y a Harry con desprecio.
cheshirepao
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Síguela, por dios, me estoy muriendo. O sea, no, vaya zorras de mierda, eh. Y Harold ni tiempo le dió a explicarse, no me hagas sufrir mucho, ¿si? Que se aclaren rapidito las cosas JAJAJAJAJ bueno, no, que me gusta ver esto de como está en depresión, (lo sé, soy rara), y eso que esta nove es genial. ¡Síguela pronto!
aldanus
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Jsuajsjsai ame el cap. No la podes dejar ahi!!
Seguila prontisimo
Seguila prontisimo
*ali *
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
Capítulo 10.-
Tomé un sorbo del té de manzanilla que Liz había preparado para mí y suspiré por enésima vez. Habían pasado ya tres días del incidente, y como de costumbre, la escuela había sido un infierno.
El trío de plásticas locas eran las líderes del club de haters que se había formado para atacarme (por más estúpido que sonara, así era); Amy estaba desaparecida, por lo que tenía dos teorías: o estaba en uno de sus múltiples compromisos como heredera de su compañía de moda o simplemente se estaba escondiendo de mí por vergüenza. Por su parte, Liam, Louis, Niall y Zayn habían estado rondándome (como examinándome); aun cuando sabían que yo notaba sus presencias, me miraban, yo los miraba, pero no me hablaban.
Harold estaba desaparecido. Ni una llamada, ni un mensaje. Ni siquiera nos habíamos topado en los pasillos de la escuela.
– ¿Puedes quitar esa cara de tormento? Me das miedo –dijo con una mueca Liz sentándose enfrente de mí.
El restaurante estaba vacío, así que, mientras tomaba mi taza de té, me la había pasado horas sentada mirando a la nada.
– Lo siento, esta va a ser mi cara el resto de mi vida.
– ¡___! ¿Piensas pasártela así? ¿QUÉ ESPERAS PARA IR CON HARRY Y ACLARARLE TODO?
– No me quiso escuchar –murmuré sorbiendo de nuevo el té.
– Tiene que, después de todo es tu novio.
Gracias al comentario de mi amiga, el líquido se atoró en mi garganta haciéndome toser.
– No es mi novio, boba –dije aclarando mi garganta.
– Como sea, debes aclararlo, no puedes dejarlo así. ¿Por qué no le llamas ahora? –dijo arrebatándome el celular.
– ¡Claro que no! –Arranqué el celular de sus manos y lo abracé queriendo protegerlo de sus garras– Ni siquiera sé dónde está.
Mi amada amiga iba a gritarme cuando la campanita de la entrada sonó. Ambas nos levantamos de golpe y emitimos un ‘bienvenidos’ al unísono. Sin embargo, me volví a sentar cuando vi a los ‘cuatro fantásticos’ ya parados junto a mí.
Liz, por su lado, tenía los ojos brillosos y la boca casi en forma de o.
– Tenemos que hablar contigo –habló Louis.
– Los escucho –murmuré sin mirarlos.
– ¿Me das un lado? –escuché que dijo el castaño. Liz dio dos pasos atrás pero no se fue. Louis, Liam y Niall se sentaron enfrente y me miraron. Zayn permaneció de pie– Hemos venido aquí para hablar contigo y no nos quieres ni mirar. ¿Tienes vergüenza?
– ¿Pretendes que no la tenga? –le contesté por fin encarándolo.
– ¿Todo eso fue verdad? –cuestionó Niall. Negué con la cabeza– ¿Entonces?
– Yo… yo no recuerdo que pasó. N-no sé cómo llegué ahí.
– Nosotros te creemos, ____ –soltó Liam, sonriéndome.
– ¿Y para qué vinieron?
– Hemos estado investigando –habló, esta vez, Zayn, captando mi atención– Encontramos el hotel donde estabas, miramos en la habitación y hayamos esto:
Al menos, una decena de fotografías cayeron sobre la mesa. Eran unas fotos mías sobre lo ocurrido, pero no eran las mismas que en la revista.
– Al parecer, alguien las olvidó ahí.
– No entiendo –musité– ¿Quién las dejo ahí?
– Estamos en proceso de saber quién fue –soltó entre risillas Louis, mientras le lanzaba miradas a Liz, quien, con las mejillas sonrojadas, jugueteaba con las puntas de su cabello.
– Déjanos todo a nosotros, ____ –sonrió Liam– Aclararemos todo esto.
Les dediqué una tímida sonrisa mientras mi corazón saltaba de alegría, pues sabríamos quién me había tendido la trampa. Entonces recordé a Harry.
– Oigan –llamé de nuevo su atención– ¿Y…?
– ¿Harry? –interrumpió Liam con preocupación– No lo sabemos. Esta desaparecido –una punzada invadió el lado izquierdo de mi pecho.
– Ni siquiera contesta mis llamadas –farfulló Louis– No sabemos dónde está metido.
Niall se trasladó de su asiento a mi lado, pasando un brazo por encima de mi hombro, como era su costumbre.
– Pero no te preocupes, duende –me sonrió el rubio– Cuando se enoja, desaparece unos días. El volverá.
– ¿Estás preocupada por él, eh? –se burló Louis.
– Bueno, creo que es momento de que se vayan –dijo Zayn aplaudiendo para llamar la atención de sus amigos.
– ¿No vendrás con nosotros? –cuestionó Liam levantándose.
Zayn negó con la cabeza y fue hasta donde yo estaba, tendiéndome una mano. La acepté y me levanté. Pasó un brazo sobre mis hombros y miró a todos en el lugar.
– Voy a secuestrar un momento a esta chica –dijo sonriendo.
– Espera –interrumpió Niall– ¿no nos vas a ayudar?
– Dime, duende verde, ¿quién fue el que indagó por toda la habitación mientras los otros coqueteaban con las chicas de las otras habitaciones o se la pasaban jugando con sus iPhone?
– Ya, ya, lárgate –dijo riendo el rubio empujándonos a mí y Zayn fuera del local.
Las siguientes horas me las pasé con Zayn. Fue grato y lindo para mí sacar de mi cabeza todo aquello malo que había estado rondándome estos últimos días. Malik, por su parte, era alguien reservado pero que sabía abrirse cuando quería.
Claro, dejando de lado el hecho de que había servido para relajarme, los nervios siempre se hacían presentes cada vez que Zayn me miraba. El chico me gustaba, ya lo había admitido, pero debía conformarme con ser solo su amiga.
– Entonces, déjame corroborar la información: fuiste a ver a la dichosa Amy porque estabas preocupada, te invitó a salir, fuiste a un antro, no bailaste, hablaste con un extraño que te invitó a escuchar que toque y a un refresco. Dime, cuando eras niña, ¿nunca te dijeron que era malo hablar con extraños?
– Parecía bueno –me defendí.
– Las apariencias engañan, ____.
Zayn me miró con sus bellos ojos color miel lo suficiente como para darme tiempo a mí de examinar su rostro. Era tan simétrico, tan perfecto, que dolía ver tanta perfección. Pero la idea de la ‘friendzone’ volvía cada segundo que me perdía en su mirada.
– ¡____!
La puerta del aula se abrió de golpe dando paso a dos remolinos. Niall y Louis llegaron hasta mi lugar ignorando los alaridos de fangirl de las chicas de mi salón. Niall me tomó de un brazo y Louis del otro, arrastrándome fuera del salón.
– ¡Oigan! –les dije soltándome– Tengo clase a la siguiente hora, que ustedes sean de tercero y de ‘la clase especial’ no quiere decir que tengan derecho a-
– Cállate –dijo Louis cubriendo mi boca– Hemos descubierto a la persona que te tendió la trampa.
~~~
Me sentía en deuda así que actualice hoy mismo :) Mañana -es lo más probable- les complazco con otro capítulo ^O^ Recomienden el fic, las quiero <3
Tomé un sorbo del té de manzanilla que Liz había preparado para mí y suspiré por enésima vez. Habían pasado ya tres días del incidente, y como de costumbre, la escuela había sido un infierno.
El trío de plásticas locas eran las líderes del club de haters que se había formado para atacarme (por más estúpido que sonara, así era); Amy estaba desaparecida, por lo que tenía dos teorías: o estaba en uno de sus múltiples compromisos como heredera de su compañía de moda o simplemente se estaba escondiendo de mí por vergüenza. Por su parte, Liam, Louis, Niall y Zayn habían estado rondándome (como examinándome); aun cuando sabían que yo notaba sus presencias, me miraban, yo los miraba, pero no me hablaban.
Harold estaba desaparecido. Ni una llamada, ni un mensaje. Ni siquiera nos habíamos topado en los pasillos de la escuela.
– ¿Puedes quitar esa cara de tormento? Me das miedo –dijo con una mueca Liz sentándose enfrente de mí.
El restaurante estaba vacío, así que, mientras tomaba mi taza de té, me la había pasado horas sentada mirando a la nada.
– Lo siento, esta va a ser mi cara el resto de mi vida.
– ¡___! ¿Piensas pasártela así? ¿QUÉ ESPERAS PARA IR CON HARRY Y ACLARARLE TODO?
– No me quiso escuchar –murmuré sorbiendo de nuevo el té.
– Tiene que, después de todo es tu novio.
Gracias al comentario de mi amiga, el líquido se atoró en mi garganta haciéndome toser.
– No es mi novio, boba –dije aclarando mi garganta.
– Como sea, debes aclararlo, no puedes dejarlo así. ¿Por qué no le llamas ahora? –dijo arrebatándome el celular.
– ¡Claro que no! –Arranqué el celular de sus manos y lo abracé queriendo protegerlo de sus garras– Ni siquiera sé dónde está.
Mi amada amiga iba a gritarme cuando la campanita de la entrada sonó. Ambas nos levantamos de golpe y emitimos un ‘bienvenidos’ al unísono. Sin embargo, me volví a sentar cuando vi a los ‘cuatro fantásticos’ ya parados junto a mí.
Liz, por su lado, tenía los ojos brillosos y la boca casi en forma de o.
– Tenemos que hablar contigo –habló Louis.
– Los escucho –murmuré sin mirarlos.
– ¿Me das un lado? –escuché que dijo el castaño. Liz dio dos pasos atrás pero no se fue. Louis, Liam y Niall se sentaron enfrente y me miraron. Zayn permaneció de pie– Hemos venido aquí para hablar contigo y no nos quieres ni mirar. ¿Tienes vergüenza?
– ¿Pretendes que no la tenga? –le contesté por fin encarándolo.
– ¿Todo eso fue verdad? –cuestionó Niall. Negué con la cabeza– ¿Entonces?
– Yo… yo no recuerdo que pasó. N-no sé cómo llegué ahí.
– Nosotros te creemos, ____ –soltó Liam, sonriéndome.
– ¿Y para qué vinieron?
– Hemos estado investigando –habló, esta vez, Zayn, captando mi atención– Encontramos el hotel donde estabas, miramos en la habitación y hayamos esto:
Al menos, una decena de fotografías cayeron sobre la mesa. Eran unas fotos mías sobre lo ocurrido, pero no eran las mismas que en la revista.
– Al parecer, alguien las olvidó ahí.
– No entiendo –musité– ¿Quién las dejo ahí?
– Estamos en proceso de saber quién fue –soltó entre risillas Louis, mientras le lanzaba miradas a Liz, quien, con las mejillas sonrojadas, jugueteaba con las puntas de su cabello.
– Déjanos todo a nosotros, ____ –sonrió Liam– Aclararemos todo esto.
Les dediqué una tímida sonrisa mientras mi corazón saltaba de alegría, pues sabríamos quién me había tendido la trampa. Entonces recordé a Harry.
– Oigan –llamé de nuevo su atención– ¿Y…?
– ¿Harry? –interrumpió Liam con preocupación– No lo sabemos. Esta desaparecido –una punzada invadió el lado izquierdo de mi pecho.
– Ni siquiera contesta mis llamadas –farfulló Louis– No sabemos dónde está metido.
Niall se trasladó de su asiento a mi lado, pasando un brazo por encima de mi hombro, como era su costumbre.
– Pero no te preocupes, duende –me sonrió el rubio– Cuando se enoja, desaparece unos días. El volverá.
– ¿Estás preocupada por él, eh? –se burló Louis.
– Bueno, creo que es momento de que se vayan –dijo Zayn aplaudiendo para llamar la atención de sus amigos.
– ¿No vendrás con nosotros? –cuestionó Liam levantándose.
Zayn negó con la cabeza y fue hasta donde yo estaba, tendiéndome una mano. La acepté y me levanté. Pasó un brazo sobre mis hombros y miró a todos en el lugar.
– Voy a secuestrar un momento a esta chica –dijo sonriendo.
– Espera –interrumpió Niall– ¿no nos vas a ayudar?
– Dime, duende verde, ¿quién fue el que indagó por toda la habitación mientras los otros coqueteaban con las chicas de las otras habitaciones o se la pasaban jugando con sus iPhone?
– Ya, ya, lárgate –dijo riendo el rubio empujándonos a mí y Zayn fuera del local.
Las siguientes horas me las pasé con Zayn. Fue grato y lindo para mí sacar de mi cabeza todo aquello malo que había estado rondándome estos últimos días. Malik, por su parte, era alguien reservado pero que sabía abrirse cuando quería.
Claro, dejando de lado el hecho de que había servido para relajarme, los nervios siempre se hacían presentes cada vez que Zayn me miraba. El chico me gustaba, ya lo había admitido, pero debía conformarme con ser solo su amiga.
– Entonces, déjame corroborar la información: fuiste a ver a la dichosa Amy porque estabas preocupada, te invitó a salir, fuiste a un antro, no bailaste, hablaste con un extraño que te invitó a escuchar que toque y a un refresco. Dime, cuando eras niña, ¿nunca te dijeron que era malo hablar con extraños?
– Parecía bueno –me defendí.
– Las apariencias engañan, ____.
Zayn me miró con sus bellos ojos color miel lo suficiente como para darme tiempo a mí de examinar su rostro. Era tan simétrico, tan perfecto, que dolía ver tanta perfección. Pero la idea de la ‘friendzone’ volvía cada segundo que me perdía en su mirada.
– ¡____!
La puerta del aula se abrió de golpe dando paso a dos remolinos. Niall y Louis llegaron hasta mi lugar ignorando los alaridos de fangirl de las chicas de mi salón. Niall me tomó de un brazo y Louis del otro, arrastrándome fuera del salón.
– ¡Oigan! –les dije soltándome– Tengo clase a la siguiente hora, que ustedes sean de tercero y de ‘la clase especial’ no quiere decir que tengan derecho a-
– Cállate –dijo Louis cubriendo mi boca– Hemos descubierto a la persona que te tendió la trampa.
~~~
Me sentía en deuda así que actualice hoy mismo :) Mañana -es lo más probable- les complazco con otro capítulo ^O^ Recomienden el fic, las quiero <3
cheshirepao
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
hañshf
ya descubrieron quien era, que emocionante.. que animal ese tipo *_*
louis y lizz se gustan. jjajaaj
seguila prontisimo
ya descubrieron quien era, que emocionante.. que animal ese tipo *_*
louis y lizz se gustan. jjajaaj
seguila prontisimo
*ali *
Re: "Almost Paradise" -Harry Styles y tú-
New reader!!! Los capis me encantaron. Escribis muy bien. Por favor síguela. :(
O.R.I.A.N.A
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