De Ballerine [Zayn Malik] parte 2. TERMINADA

Pasaron dos días en los que Lizzy apenas notaba el paso del tiempo encerrada en aquella habitación y sumida en la penumbra. Sus muñecas y tobillos estaban completamente heridos de tanto forcejear, tampoco le quedaban lágrimas que derramar.
Desde que la habían encerrado allí no había probado bocado y su garganta estaba sedienta pero no cedería ante la amabilidad de Sarah porque no se fiaba de ella a pesar de que esta lo intentaba a menudo.
-Liz, debes comer algo… podrías enfermarte…
Pero la joven apartaba la cara y la ignoraba completamente. Sarah se daba cuenta del estado de la chica porque cada vez estaba más pálida e incluso parecía enferma… la piel estaba pegajosa por el sudor. Su preocupación iba en aumento pero si decía algo, Kim cumpliría su amenaza.
Le tocó suavemente un brazo y notó cómo la piel de la joven ardía.
-Tienes fiebre…- le dijo la joven- estás enfermando… tengo que hablar con Kim, no puede dejar que te pongas mal y no haga nada al respecto.
En ese momento, la puerta se abrió y apareció la rubia, que miró a Lizzy con una sonrisa maliciosa y se acercó hasta las jóvenes.
¿Hoy tampoco quiere comer?- preguntó a Sarah.
No pero se está poniendo mal, creo que tiene fiebre…
La bruja numero dos se agachó frente a la castaña y la miró fijamente.
-Con que tienes fiebre ¿eh? Qué pena…
La joven la miró para luego bajar la mirada y comenzó a toser.
-Hay que hacer algo, Kim, podría ponerse peor…
-No lo creo… además dicen que bicho malo nunca muere ¿no? No te preocupes, seguro que vivirá.
Tras decir esto, Kim se levantó mirando despectivamente a Lizzy que levantó la mirada y vio como la otra levantaba un pie para darle una patada en la zona de las costillas que la hizo encogerse de dolor y volvió a toser.
Rápidamente, Sarah se acercó a Lizzy pero esta se encogió evitando que ella le rozara por lo que la joven apartó la mano.
-Elizabeth…
Si dejaba que Kim se saliera con la suya, podría ponerse peor. Tenía que hacer algo pero ¿qué?
Lentamente se levantó y se alejó hasta salir de allí, dejando a la joven sola tosiendo. Cuando cerró la puerta, apoyó la frente en esta y suspiró, confusa. No sabía qué hacer porque si ayudaba a la chica, Kim cumpliría su amenaza pero si no la ayudaba, la joven podría ponerse peor y quién sabe cuánto más aguantaría.
¿Qué podía hacer?
Con este pensamiento, bajó las escaleras y se fue a su habitación.

La tarde siguiente, apareció una pareja de policías buscando a Christina.
Todos los alumnos estaban muy sorprendidos al verlos allí y justamente buscando a la directora pero ¿para qué?, se preguntaban todos, sólo había dos de ellos que sabían perfectamente el por qué han venido esos policías a buscarla.
Justamente, ellos fueron los que acompañaron a los policías al despacho de la bruja numero uno. Querían ver cómo la detenían y se la llevaban.
Uno de los policías tocó en la puerta y esperó a que le dejaran pasar.
-Adelante- se oyó la voz de la directora desde detrás de la puerta por lo que el policía abrió. La rubia se giró y al ver a los policías se puso un poco nerviosa- buenos días… ¿desean algo?
-Sí, traemos una orden de arresto contra usted- dijo uno de los policías- así que nos gustaría que nos acompañara.
La mujer miró a los policías asombrados y retrocedió un poco.
-¿Qué?
-Que nos acompañe a comisaría…
-Pero… si yo no he hecho nada…- dijo la mujer con voz temblorosa, ¿sería posible que la hayan descubierto? Los documentos habían desaparecido de su habitación pero ¿quién había sido? Lizzy no puede ser porque no sabe la combinación de la caja fuerte, es más, nadie la sabe. Cuando había llegado a su habitación hacía tres días, la caja estaba abierta y se habían llevado el informe y la herencia de Derek.
-¿De verdad que no has hecho nada?- preguntó un chico entrando en el despacho con los brazos cruzados- ¿te parece poco haber engañado a una chica durante tres años con una falsa lesión y además robarle lo que le pertenece por derecho?
-¿Qué estás diciendo? ¡Yo no he hecho tal cosa!- gritó la mujer.
-¿Ah no? Entonces el informe médico de Lizzy que desapareció y lo encontramos en tu habitación ¿qué significa? O la herencia de esta, que al parecer el padre no le dejó nada cuando en realidad todo esto le pertenece…
La mujer miró al chico y retrocedió aún más, quedando pegada a la pared.
-¡Mientes!- exclamó y miró a los policías- ¡este chico está mintiendo! ¡Yo no he hecho tal cosa!
-Señora, tenemos las pruebas en nuestro poder, el juez las recibió y emitió la orden de arresto según vio lo que el padre de este chico le entregaba. Así que no se lo pienso repetir, si no accede a acompañarnos por su propia voluntad, deberemos llevarla a la fuerza.
-¡No pienso ir a ningún sitio! ¡Jamás!
Tras decir esto, la mujer salió corriendo, empujando a los policías y al chico pero cuando fue a girar para huir, se topó con otro chico que le cortó el paso y la tiró al suelo. Luego se puso encima de ella para que no se levantara hasta que los policías hiciesen su aparición y la detuvieran.
Los policías salieron y esposaron a la mujer mientras le decían sus derechos y se la llevaban a la fuerza de allí.
-Al fin va a ir donde debe- dijo el que había retenido a Christina.
-Cierto, Niall, pero aún queda encontrar a Lizzy…- dijo el otro a su lado.
-La encontraremos, Zayn, te lo aseguro.
-Ojalá… será mejor que vaya a la comisaría, quizás allá pueda decirme dónde está Lizzy.
Niall asintió y su amigo se alejó para seguir a los policías y a Christina.
-No sé por qué me da que ella no ha tenido nada que ver con la desaparición de Lizzy…- murmuró Niall pensativo mientras se iba hacia su habitación.

Kim salía de una de las aulas de música cuando vio que los policías se llevaban a su madre esposada. Rápidamente, se acercó a ver el por qué se la detenían y los paró.
-¿A dónde se la llevan?- preguntó mirando a los policías.
-La hemos detenido por robar un informe médico y una última voluntad que no se ha cumplido…
-Vaya, parece que al fin te detienen…
Christina la miró, sorprendida, ante la reacción de su hija.
-¡Ella es mi cómplice! ¡Ella lo sabía todo!
Kim fingió espanto y se apartó un poco.
-¿Cómo puedes decir eso de mí, mamá? Oh, señores policías, espero que ella cumpla con su castigo por las maldades que ha hecho…
-Lo hará y pasará una buena temporada en la cárcel, te lo aseguro- dijo uno de ellos y volvieron a la marcha, mientras Christina gritaba cosas contra su hija.
Kim sonrió con los brazos cruzados. Si detenían a su madre también podrían acusarla de la desaparición de Elizabeth, ella podría encargarse de la joven sin tener miedo de nada porque sabía que la amenaza con Sarah estaba surtiendo efecto.
Tenía el camino libre, una vez hiciera lo que tenía que hacer con esa chica idiota, la dejaría tirada en algún lugar y que se las entendiera por sí misma.
Con una horrible sonrisa en su cara, se dirigió a su habitación con toda la tranquilidad del mundo.
Una vez dentro, se acercó a su mesilla de noche y abrió el cajón para sacar algo envuelto en un trozo de tela. Lo desenvolvió y mostró ante sí un cuchillo bien afilado que había tomado de la cocina. Con él destrozaría la vida de Lizzy.
Sonrió ante tal pensamiento mientras envolvía de nuevo el cuchillo y lo guardaba en el cajón.
Se acostó en su cama pensando que por fin esa noche daría el golpe definitivo, aprovechando la detención de su madre ya que así podrían acusarla y ella quedaría libre de todo cargo.
-Esta noche será tu fin, Elizabeth, eso te lo puedo asegurar.

Lizzy se hallaba sola en aquella habitación, temblando de frío y por lo que había dicho Sarah, tenía fiebre. Su cuerpo cada vez estaba más débil y no sabía cuánto más podría resistir.
Le dolía el pecho al toser e incluso al respirar llegando en ocasiones a tener dificultades para poder respirar.
Por otra parte, sus muñecas y tobillos estaban despellejados por los cordones que los ataban.
Ojalá Kim acabara con su sufrimiento o que alguien la ayudara porque no aguantaría un día más así.
Sus amigos y su novio deberían estar preocupados por ella pero ¿por qué no acudían en su ayuda hasta allí? ¿Acaso no se acordaban de aquella habitación? Kim tenía su llave pero quizás podrían romper la cerradura y venir en su ayuda.
Poco a poco sus ojos comenzaron a cerrarse para caer en terrible sueño unido a sus problemas respiratorios y sus delirios por la fiebre.


Clear tocó en la puerta de la habitación de su novio y entró. Su semblante denotaba cansancio ya que apenas había pegado ojo desde que Lizzy había desaparecido misteriosamente.
Niall la miró y cuando ella se sentó, la abrazó.
-Pronto la encontraremos.
-Han pasado cuatro días y no hemos sabido nada de ella.
-Quizás Christina sepa algo, Zayn fue a la comisaría a ver, puede que traiga buenas noticias.
-¿Y si no es así? Ya hemos mirado en muchos sitios.
-No desesperes, Clear, si nos desesperamos va a ser peor, esperemos a que venga Zayn.
-Ella nos puede estar necesitando…
-Clear, tú ahora mismo lo que debes hacer es descansar un poco, llevas unas cuantas noches sin dormir
-No puedo dormir, Niall.
-Lo vas a hacer, voy a la cocina y te traigo un té. Tienes que dormir un poco.
El chico se levantó sin esperar respuesta y salió dejando a la chica sola, la cual se acostó para esperarlo. Sus pensamientos no hacían más que indagar para ver si quedó algún lugar por inspeccionar pero no se le ocurría ningún otro sitio, incluso Liam estaba ayudando con la búsqueda.
Al rato llegó el chico con una taza humeante que sacó a la joven de sus pensamientos. Se bebió el contenido y al parecer el té surtió efecto porque la joven consiguió quedarse dormida. Niall la miró y acarició tiernamente la mejilla de su novia, pensando en lo que podría pasar si Lizzy no aparecía o apareciese enferma o herida… o quizás incluso…
Rápidamente, negó con la cabeza alejando aquellos pensamientos tan negativos. No podía pensar en esas cosas en ese momento cuando Clear lo necesitaba. Él le servía de apoyo a la joven y no podía mostrarse tan negativo ante ella. Debía ser positivo, sobre todo por ella.

Zayn esperaba frente a la mesa de uno de los policías responsables del caso de Lizzy, esperando que le trajeran buenas noticias pero al parecer, estas se iban a hacer de rogar porque cuando el chico vio la cara del policía, supo enseguida que algo no iba bien.
-Hemos interrogado a la detenida.
-¿Y qué ha dicho? ¿Sabe dónde está Elizabeth?
-Verás… ella dice que de la joven no sabe nada… que si ha desaparecido es una gran noticia porque le desea lo peor. Parecía muy sincera…
-Entonces no sabe dónde está.
-Me parece que no pero haremos todo lo que esté en nuestra mano para encontrarla.
-Podría estar en peligro…
-Lo sabemos y tenemos que investigar la mancha de sangre que encontrasteis tú y la amiga de Clear en la habitación de ella, recoger una muestra y saber si es de ella o no…
-Estoy seguro de que es de ella.
-Y yo también lo creo pero el protocolo exige que hagamos esto… pero para eso necesitamos una orden judicial. No podemos hacer más por ahora, sólo esperar.
Zayn asintió y se despidió del policía. Salió de la comisaría apesadumbrado y desesperado por saber dónde estaba su chica.
Se subió en su coche y puso rumbo a la academia con muchos pensamientos en la cabeza. No tenía muchas ganas de ir allí y por eso cambió de dirección para ponerse a dar vueltas por la ciudad.
Por todo el camino no hacía más que recordar todos los momentos vividos con su novia. Desde el momento en que la vio por primera vez bailando que fue cuando se le cayó la pulsera y descubrió quién era, hasta los últimos momentos juntos como cuando ella le desveló que era la odalisca, o cuando hicieron el amor por primera vez, incluso cuando ganaron el concurso.
Estos recuerdos le hicieron sonreír levemente pero rápidamente esta se desvaneció porque a cada lado la veía y cuando se fijaba de verdad se daba cuenta de que ella no estaba por ningún lado.
¿Dónde más podría buscar? ¿Estaría bien?
Eran dos de las miles de preguntas que bullían en su cabeza sobre la desaparición de Lizzy.
Si algo le pasaba sería capaz de todo.
Necesitaba encontrarla o si no se volvería loco.
Tras varias horas de dar vueltas, se dirigió a la academia.

Kim y Sarah subieron a la habitación donde estaba Lizzy, la cual, abrió un poco los ojos cuando estas entraron.
-¿Cómo está la prisionerita?- preguntó la rubia con voz cantarina a la vez que burlona.
La joven tosió haciéndola quedar sin aire por lo que Sarah, preocupada, fue a acercarse pero la detuvo.
-Se está ahogando- dijo Sarah.
-No te acerques… Elizabeth, tengo un regalito para ti- dijo sacando un envoltorio- con esto dejaré tu cara preciosa ¿te gusta la idea?
Sarah miró a su amiga sin comprender lo que estaba pasando y cuando vio qué era lo que había envuelto, dio un grito de horror.
-¡Un cuchillo!
Lizzy miró horrorizada el filo brillante del cuchillo y sacando las fuerzas de donde pudo, comenzó a removerse y a intentar soltarse.
Ahora comprendía el por qué cuando alguien tiene realmente miedo, podía ser capaz de despertar hasta un muerto y sacar fuerzas de donde no las había. La joven intentó gritar.
Sarah estaba muy asustada, Kim estaba peor de lo que ella pensaba. Pudo ver el inmenso miedo de Lizzy y vio los pequeños hilos de sangre correr desde las muñecas.
-Voy a destrozar esta preciosa carita que tienes… quién sabe, a lo mejor también te corto las cuerdas vocales y no vuelves a hablar más ¿qué te parece?- dijo la rubia acercándose lentamente.
Lizzy se encogió y un grito gutural salió de su garganta. El aire era cada vez menor en sus pulmones.
Sarah comprendió que Kim iba a hacer daño a la joven, retrocedió sin dejar de observar la horrible escena hasta que estuvo fuera que fue cuando comenzó a correr escaleras abajo en busca de ayuda. Desesperadamente buscó en el hall y entonces vio aparecer a Zayn que acababa de entrar en la academia.
-¡Zayn!- gritó corriendo hacia él.
-¿Sarah? ¿Estás bien? Te veo pálida.
-¡Va a hacerle daño! ¡Tienes que ayudarla!- dijo Sarah con lágrimas en los ojos- lo siento, no debí dejar que llegara tan lejos…
La joven cayó al suelo de rodillas, cubriéndose la cara.
-¿Qué estás diciendo, Sarah?
-¡Hablo de Lizzy! ¡Kim la encerró allí arriba y ahora va a matarla!
El chico la miró sorprendido y luego agarró a la joven para levantarla.
-¡Sarah, llama a la policía, rápido!
Tras decir esto, el joven subió corriendo las escaleras. ¿Cómo no se le había ocurrido? ¡Kimberley estaba detrás de todo aquello! Tenía que salvar a su chica.
Cuando llegó al lugar, vio con horror cómo la rubia se acercaba a su novia con un cuchillo en la mano.
-Tu cara va a quedar como un mapa…- susurró Kim.
-¡Déjala!- gritó desde la puerta.
Kim se detuvo, ya frente a la chica, y sonriendo se giró.
-Zayn…, qué alegría verte… llegas justo a tiempo para ver el espectáculo.
-No la toques, perra.
-No me vas a convencer, querido- dijo Kim agachándose junto a Lizzy y rozó la punta del cuchillo en la cara de la joven, la cual respiraba con dificultad- esto tiene una razón y tú deberías saberlo.
-¿De qué hablas? No sé a qué te refieres.
-¡Claro que lo sabes! Ella me ha robado todo lo que llevo años anhelando. Cuando estaba a punto de conseguir hacerme un hueco en el mundo del espectáculo, viene ella y comienza a bailar de nuevo, luego me roba a mi chico. No se merece nada.
-Yo nunca fui tu chico del todo, Kim, además tú me engañaste con otro o ¿debo recordarte que pasé todas las navidades esperando al menos una llamada tuya que nunca llegó?
-¡Cállate! Yo te amo y quiero que seas el padre del bebé que estoy esperando.
Lizzy miró al chico y él a ella. ¿Qué debía hacer? Ante todo debía ganar tiempo pero parecía que su novia no podría más, podía ver cómo trataba de tomar una gran bocanada de aire en vano, como si sus pulmones no pudiesen absorber más.
-¿Y de quién es? ¿Por qué no se lo dices a su verdadero padre?
-Ya se lo he dicho.
-Y por lo que veo, no quiere saber nada… normal, se sentiría traicionado, como es tu costumbre acostarte con todos.
El cuchillo se hundió un poco en la mejilla de Lizzy, haciendo correr un débil hilo de sangre por esta. Zayn quiso acercarse pero sería dar un paso en falso.
-¡No te acerques!- gritó Kim al ver las intenciones del chico- ¡si lo haces, te juro que el corte será en otro sitio!
-No le hagas nada…- dijo el chico- muy bien, haré lo que quieras… pero déjala.
-¿Volverás conmigo?
Lizzy volvió a mirar a Zayn y las lágrimas rodaron por sus mejillas. De repente comenzó a toser. El chico inspiró hondo ya que no podía acercarse, debía limitarse a mirarla, cada vez más preocupado.
-Sí, Kim, vuelvo contigo pero desátala y déjala marchar.
-¿Por qué? Quiero que vea lo que ha perdido y además no puedo dejar esa herida así de pequeña- dijo Kim cortando toda la mejilla arrancando un grito de dolor de Elizabeth.
-Basta, no le hagas más daño, te lo suplico- pidió Zayn impotente ante el dolor de la joven.
-¿Por qué suplicas por ella? ¡¿Aún la quieres?!
-Claro que la quiero.
-Pero vas a volver conmigo…- murmuró la joven mirándolo.
-Que vuelva contigo, no significa que vaya a dejar de quererla, Kim, lo hago para salvarla…
Kim gritó de rabia y dirigió el cuchillo a la garganta de Lizzy justo en el momento en el que apareció la policía.
Uno de los policías corrió y apartó a Kim para esposarla.
Zayn corrió hacia su chica y con el cuchillo cortó los cordones para luego quitarle la mordaza.
-¡Estoy aquí, estoy aquí...!- exclamó el chico tomando a la joven entre sus brazos, notando así el ardiente cuerpo causado por la fiebre- estás ardiendo.
-Zayn… viniste…- dijo la joven con voz ronca y ahogada.
-Claro que sí, princesa, no iba a dejar que te hicieran daño. Hay que llevarte a un hospital, apenas puedes respirar.
-Gracias…- susurró la joven justo antes de perder el conocimiento.
-¡Liz! ¡Abre los ojos!
Pero la joven no reaccionó por lo que Zayn la cogió entre sus brazos y la sacó de allí mientras los policías hacían todo lo posible por retener a Kim que intentaba escapar.
La respiración de Lizzy era muy irregular. Tenía que llevarla ya al hospital. Cuando bajó, ya había muchos alumnos allí para ver lo que sucedía pero él no le puso importancia y siguió adelante. Niall y Clear que también estaban allí, se acercaron corriendo hasta el chico.
-¿Qué le pasa?- preguntó Clear al ver el estado de su amiga.
-No lo sé- dijo el chico algo agitado- sé que tiene mucha fiebre y le cuesta un poco respirar.
-Hay que llevarla a un hospital.
-Yo la llevaré- dijo el chico.
-No hace falta- dijo Sarah apareciendo de repente- yo llamé a una ambulancia y ya está aquí.
Al instante, aparecieron unos enfermeros con una camilla. Zayn se acercó a ellos y la depositó en el suelo para que ellos la atendieran. Le cogieron una vía y le pusieron una mascarilla de oxígeno para luego ponerla en la camilla y llevarla al hospital.
-¿Qué tiene?- no pudo evitar preguntar Clear acercándose a uno de los enfermeros.
-No podría asegurarlo con certeza pero parece una pulmonía.
-¿Se pondrá bien?- preguntó Sarah.
-Esperemos que sí.
Sin decir nada más, los enfermeros salieron de allí y Zayn los siguió para ir con ellos.
-Vamos, iremos en mi auto- le dijo Niall a su novia.
La joven asintió y cuando se fueron a ir, Sarah los detuvo.
-¿Puedo ir con ustedes? Sé que oculté en un principio lo del secuestro pero me arrepentí y alerté a Zayn… Si no quieren, lo entenderé.
-Al menos lo hiciste a tiempo, algo que debemos agradecerte así que puedes venir.
-Gracias.
Los tres salieron de la academia bajo la atenta mirada de todos los alumnos y se subieron al auto poniendo rumbo al hospital.

Zayn le indicó al conductor que fueran al hospital de su padre y al momento se pusieron allí. Su padre ese día estaba en urgencias y cuando vio aparecer a su hijo junto a una camilla, corriendo se acercó.
-Hijo, ¿qué ha pasado?
-Secuestraron a Lizzy y está muy enferma.
El señor Malik miró a la joven, la cual tenía la mascarilla de oxígeno y sudaba a mares.
-La llevaré dentro a hacerle algunas pruebas porque parece una pulmonía pero debo asegurarme antes de dar un diagnóstico definitivo. Quédate en la sala de espera y cuando tenga algo, te aviso.
-Cuídala, papá.
-Haré lo que esté en mi mano.
Tras esto, el doctor entró junto a la camilla de Lizzy quedando Zayn fuera, en la sala de espera. Al rato aparecieron Niall y las chicas. Cuando lo vieron se acercaron a preguntarle.
-Mi padre la está atendiendo- respondió el chico.
-Zayn, quería pedirte perdón… debí decírtelo cuando comenzó a sentirse mal pero Kim me amenazó y tenía mucho miedo.
La joven comenzó a llorar. El chico se acercó a ella y posó una mano en su hombro.
-Si cuidaste de ella durante estos días entonces no tengo nada que reprocharte, es más te agradezco que lo hayas hecho, incluso que me avisaras hoy.
-Lo siento.
El chico sonrió levemente. Se sentaron a esperar a que saliera el padre de Zayn. Tras casi dos horas de espera, el médico salió y los chicos se levantaron.
-Papá… ¿cómo está Lizzy?- preguntó Zayn.
-Está bien, ya le hemos aplicado los medicamentos para solucionar su pulmonía. Ahora, cuando despierte, deberá comer para recuperar fuerzas, estaba desnutrida y deshidratada.
-Entonces se recuperará ¿no?- preguntó Clear.
-Sí, es una joven muy fuerte. Mucha gente no hubiera soportado lo que pasó durante estos días.
Sarah sonrió satisfecha y alegre por saber que Lizzy se iba a recuperar.
-¿Puedo entrar a verla?- preguntó Zayn.
-Sí, acompáñame.
Tras esto, Zayn siguió a su padre por varios pasillos hasta llegar a la habitación en la que estaba su chica. EL doctor Malik entró y luego el chico que cuando la vio, se acercó a la cama y le tomó una mano con delicadeza ya que tenía la muñeca vendada, momento que aprovechó el padre para dejarlos a solas.
La joven dormía plácidamente, respirando ya con normalidad. Su mejilla estaba vendada al igual que sus muñecas y sus tobillos. A pesar de todo eso y su palidez, para él era la más hermosa del mundo.
Se quedó junto a ella a pesar de que también entraron los demás chicos. Habían obtenido un permiso especial por parte del padre del Zayn.
El cansancio comenzó a hacer presente lo que los obligó a marcharse para descansar pero el novio de Liz no se movió sino que apoyó la cabeza en la cama y se quedó dormido. Una enfermera pasó de madrugada para revisar que todo iba bien y al verlo, cogió una manta que había por allí y lo tapó sonriendo levemente.
Ya cercano al amanecer, Elizabeth abrió los ojos lentamente. Se frotó los ojos y miró a su alrededor, confusa.
-¿Dónde estoy?- se preguntó y entonces notó que alguien respiraba junto a su mano, giró la cabeza y vio a su novio- ¿Zayn?
El joven al oír su nombre, se removió un poco antes de abrir los ojos. ¿Había oído bien? Levantó la cabeza y vio a su Lizzy despierta. Rápidamente se incorporó y acarició la cara de ella con delicadeza, procurando no rozar la herida vendada.
-Amor, al fin despiertas ¿cómo te sientes?
-No sabría decirte… me duele todo y apenas recuerdo lo sucedido- dijo ella con voz suave.
-Por eso no te preocupes, ahora debes recuperar fuerzas, iré a avisar a una enfermera para que te traigan algo de comer- la joven asintió y el chico salió. Al rato volvió y la cogió de la mano de nuevo- ahora te traen la comida.
Ella asintió.
-¿Cómo me encontraste?
-Sarah me alertó. Se asustó cuando vio a Kim con el cuchillo. Quiso decírmelo antes pero al parecer la amenazó y no pudo hasta anoche.
-Típico de Kim.
-Al final la detuvieron y no volverá a molestarnos.
-Pero el bebé que está esperando…
-Que se encargue el padre de la criatura, no es de nuestra incumbencia. Lo que nos interesa es que te recuperes.
Zayn se sentó en la cama junto a ella y allí se quedaron hasta que llegó la enfermera con la bandeja de comida para Lizzy.
Esta se lo comió todo y al rato se quedó dormida.
Él salió a estirarse un poco ya que había pasado la noche en una incómoda posición pero a pesar de todo estaba feliz de ver que su chica estaba bien y que pronto saldría del hospital.
Mientras iba por los pasillos, se topó con su padre.
-Me dijo la enfermera que Elizabeth se despertó.
-Sí, ya comió y volvió a quedarse dormida.
-Perfecto, ahora el que deberías descansar eres tú, tienes ojeras. ¿Cuántas horas has dormido en estos días?
-Muy pocas, no hacía más que matarme pensando en dónde estaría y resulta que estaba tan cerca… no se me había ocurrido mirar allí arriba.
El señor Malik le puso una mano en el hombro a su hijo y este calló.
-Olvídalo, ya está aquí y se va a recuperar, ve a descansar a la sala de médicos, ahora mismo no hay nadie y tampoco te echarán. Si Liz pregunta por ti, le diré dónde estás.
-De acuerdo.
El chico se dirigió a la sala de médicos y se acostó en una de las camas de la litera que había. Casi al instante de apoyar la cabeza en la almohada, se quedó profundamente dormido.