"Can you see me?" {Jack Frost & ______ Copper}

—¿Jack? ¿Eres tú? –dijo alguien detrás de nosotros.

Nos giramos y allí estaba Jaime Bennett, el hijo de la amiga de mi madre.

—¡Jamie! –exclamo alegre Jack.

Ambos se unieron en un amigable abrazo. Sonreí. Bueno, el hecho de que Jamie también podía ver a Jack me dejaba más tranquila y todos esos pensamientos de que estaba al borde de la locura se fueron.

—Creí que no volvería a verte, Jack – Jamie no dejaba de saltar emocionado.

—Pero no dejaste de creer –afirmo y despeino el cabello de Jamie.

—Eso nunca pasara.

—Ya es tarde, Jamie. ¿Por qué no estás en tu casa? –me situé al lado de Jack frente a él.

—Espera… ¿puedes verlo? –Jamie señalo al chico a mi lado y me miro curioso. Yo simplemente asentí- ¡Fantástico! Mamá tenía razón.

—¿En que tenía razón? –incline mi cabeza de lado confundida.

—Ehm… Dijo que todavía eras como una niña pequeña y que te faltaba madurar –dijo Jamie dudando.

Jack no pudo contenerse y estallo en risas. Débilmente lo empuje por hombro logrando que apenas y se moviera unos milímetros.

—Lo siento, lo siento –se disculpo Jack-. Pero creo te acaban de llamar inmadura. Ahora entiendo porque puedes verme.

—Mi mami debe de estar esperándome en casita, así que yo me voy –dije con tono infantil y me di media vuelta dispuesta a marcharme a casa.

Apenas y había avanzado unos cuantos metros cuando de repente una bola de nieve me pego en la nuca.

—¿Quién de los dos fue? –me gire riendo.

Jack señalo a Jamie, y él sorprendido y señalo a Jack.

—Se que fuiste tú, Jack –afirme tomando una bola de nieve.

—Me vas conociendo –rió Jack situándose atrás de Jamie.

—Y será mejor que igual me vayas conociendo tú a mi –lentamente iba avanzando sosteniendo la bola de nieve en mis manos-, porque soy una persona muy vengativa –lance la bola hacia a Jack, pero él fue más rápido y por los hombros tomo a Jamie y se cubrió de la bola de nieve con él.

—Lo siento, Jamie. La bola no era para ti –corrí preocupada hacia él cuando vi como la bola chocaba contra su cara.

—Y al parecer ustedes no me conocen a mi –Jamie sacudió su cara-, pero en la guerra de bolas de nieve soy el mejor.

En cuestión de minutos una gran Guerra de Bolas de Nieve se había formado entre nosotros tres. Yo no era buena en esto, Jamie siempre me tiraba bolas y chocaban en mi espalda mientras yo hacia mi mayor esfuerzo por correr en la nieve. Mis dos pies izquierdos no eran de mucha ayuda.

—¿Mas misiles, soldado Jamie? -Jack solo observaba desde lejos y mágicamente formaba más bolas de nieve en el camino de Jamie.

—¡No es justo! Son dos contra uno -reí.

—¿Quien ha dicho que estoy del lado de Jamie? -dicho esto, apunto con su cayado en dirección a Jamie y al escuchar como él grito, me detuve a verlo asustada.

Detrás de mi Jamie ya no estaba siguiéndome, solo había un pequeño camino de nieve solida que conducía a Jamie tirado sobre un montón de nieve riendo hasta no poder mas.

—¿Estás bien Jamie? -me acerque a él preocupada.

—Si... -apenas pude oír entre sus risas.

—¿Que pasa contigo, Jack? -me gire hacia el culpable que estaba a unos cuantos metros detrás de mí-. Pudiste... -guarde silencio al ver que sostenía una bola de nieve apuntando hacia mi-. No te atreverías -lo amenace.

—Yo no... -bajo la mano dejando caer la bola de nieve al piso- pero Jamie si -sonrío.

Mire a Jamie que estaba a punto de lanzarme una bola y antes de que la bola de nieve chocara contra mi cara me agache. Escuche a Jack protestar y fue corriendo tras de Jamie que ya está de pie frente a su trineo.

Ambos comenzamos a reír mientras veíamos como Jack enojado se sacudía la nieve de la cara.

—Tuviste que ver tu cara -decía Jamie entre risas.

—¿Saben? Yo también sé jugar sucio -Jack se acercaba amenazadoramente a nosotros.

Una fuerte ráfaga de viento nos hizo caer a Jamie y a mi hacia atrás cayendo yo en el trineo y Jamie sobre mí. Asustados, miramos a Jack que ya estaba detrás de nosotros listo para empujar del trineo.

—¿Vamos a casa? -sin esperar respuesta, empujo el trineo y sin problemas este se deslizaba rápidamente por la nieve.

Lo más aterrador de todo esto, es que nos aproximábamos a una calle cuesta abajo y al aparecer Jack no tenía la mas mínima intención de detenerse.

—Si muero, díganle a Cupcake que yo fui quien accidentalmente destruyo su hombre de nieve -decía Jamie.

—No lo hagas, Jack -lo mire seria y se lo repetía una y otra vez tratando de razonar con él.

—¿Que decías? -comenzó a reír mientras nos dejaba deslizarnos en el trineo cuesta abajo.

No dejaba de gritar asustada, por otro lado, Jamie parecía disfrutarlo. Mire a Jack que volaba a un lado de nosotros gozando del paseo al igual que Jamie.

—¿Estás loco? -le grite.

Él solo sonrió juguetón.

Llegamos a la calle donde estaba la casa de Jamie y el trineo no se detenía. Lo que me gustaba de estas calles es que son poco transitadas y los únicos que sales comúnmente son los niños.

—Abróchense los cinturones -nos advirtió Jack.

Cerré mis ojos con fuerza esperando el choque, la velocidad fue disminuyendo y el miedo en mi fue aumentado, hasta que escuche las pequeña risa de Jaime. Abrí los ojos y me di cuenta de que estábamos justo enfrente de su casa.

—______, no siento la mitad de mi cuerpo –comenzó Jamie a reír.

—Lo siento –dije al darme cuenta de que mis brazos rodeaban a Jamie con fuerza. Mire a Jack seriamente- No lo vuelvas a hacer –le advertí a lo que él respondió con una risita.

Jack me ayudo a ponerme de pie ofreciéndome su mano, me incorpore por completo y sentí que la cabeza me daba vueltas. Mis piernas me fallaron y comencé a balancearme, Jack me sostuve firmemente entre sus brazos antes de que me desplomara. Levante la mirada y me encontré con su rostro a pocos centímetros del mío. Sentí como mis mejillas comenzaban a arder y juraría que las mejillas de Jack también se habían ruborizado.

—Te-ten más cuidado –tartamudeo secamente.

—Lo siento –aparte mi mirada de su rostro y me incorpore nuevamente. Mire el reloj en mi muñeca-. Ya es tarde, es hora de que entres a casa Jamie –mire al niño que trataba de ocultar una pequeña sonrisa en sus labios.

—De acuerdo… nos vemos luego, Jack. Hasta pronto, ______ -Jamie se despidió y entro a su casa.

Mi hogar quedaba a pocas casas de ahí. Sin dirigirla una mirada a Jack, comencé a caminar hacia mi casa. Al no sentir su pasos detrás de mi, supuse que el se iría por su lado y yo por el mío. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta que él caminaba a mi lado con la vista en el pavimento lleno de nieve.

Caminamos en silencio hasta mi casa. Cuando ya estábamos bajo el umbral de la casa, por primera vez en todo el camino me gire a mirar Jack. Él seguía sin mirarme, con la vista perdida en el suelo. Suspire y tome la perilla de la puerta dispuesta a entrar.

—Lo siento –dijo firme a mis espaldas.

—¿Por qué? –confundida, me gire hacia él.

—Por la forma en que te hable hace un momento cuando ibas a caerte. Simplemente… no sé que me paso… -su voz se fue apagando y bajo nuevamente la mirada.

—Tranquilo, todo está bien –busque su mirada con la mía y le sonreí sinceramente.

Él igual me devolvió la sonrisa y ambos miramos la puerta cuando escuchamos la voz que provenía de otro lado de esta.

—¿______? ¿Eres tú? –dijo mi madre.

—Debo entrar, ¿te veo… -guarde silencio al darme cuenta de que estaba hablando sola -. Se te está haciendo costumbre dejarme hablando sola –murmure negando con la cabeza.