Sin ataduras (Harry) |Continuación|

Unos dos días habían pasado luego de la reunión que habíamos tenido con los chicos, y dos días después de que Harry me hubiera dicho de lo que su padre tramaba. Al día siguiente no lo había visto, no me había hablado de lo que había estado haciendo, pero supuse que estaría averiguando y haciendo todo en su poder para que no apartaran a Gemma de su lado.
Me alegraba ver que en este momento estaba un poco más calmado, tirado boca arriba en mi cama mientras se mandaba mensajes con Louis, supuse. Yo había encendido la radio y estaba haciendo lo mismo que él, pero dándole a mamá toda la información que podía acerca del caso, para que ella, a su vez, se las pasara a Joseph, su abogado, el cual había aceptado ayudarnos.
Escuchaba a Harry tarareando la canción que sonaba en ese momento, la cual desconocía. Pero pronto paró, y cuando habló, me sobresalté.
—¿Qué tanto haces en tu teléfono?—Harry hizo ademán de quitármelo, así que me aparté rápidamente y cerré el mensaje. Harry estiró el brazo por encima de mí, tratando de alcanzar el aparato que estaba entre mis manos. Me apresuré a bloquear el teléfono, pero me golpeé internamente al saber que Harry se sabía la contraseña.
—Nada, Hazza—reí, tratando de no parecer nerviosa. El, que estaba prácticamente sobre mí, me miró con ojos entrecerrados, y yo lo tomé por el cuello con mi mano libre y lo atraje hacia mí. Lo besé suavemente, disfrutando de la distracción. El pareció no notar que era una mera distracción, ya que continuó el beso y colocó sus manos a cada lado de mi cabeza para apoyarse. Abandonó mis labios y continuó sus besos por mi mandíbula, más abajo en mi cuello, y en dos segundos, mi teléfono ya no estaba en mi mano, sino entre las suyas.—¡Harry!—traté de alcanzarlo, pero el recorrió saltó de la cama y desbloqueó el celular rápidamente.
El corrió de un lado para otro con mi teléfono en la mano mientras yo trataba de arrebatárselo, hasta que tropecé y caí a los pies de la cama, lo cual le dio ventaja. Su expresión cambió, y en ese momento supe que había leído el mensaje.
—Val… creí que te había dicho que no te metieras en esto—dijo serio, subiendo la vista de mi teléfono, el cual dejó sobre la cama. Me levanté rápidamente y me acerqué a él.
—Harry, escucha, sé lo que dijiste, y sé que lo hiciste para protegerme porque te preocupas por mí, pero…
—¡Entiende, Valerie!—dijo tomándome por los hombros y subiendo tenuemente la voz. Sentí los ojos picarme, avisando que las lágrimas saldrían en cualquier momento.—¡Esto nos pone en peligro a todos! Si algo se interpone en su camino, simplemente lo quita del medio tan fácil como es tronar los dedos, ¿comprendes? No lo digo porque no quiero que tú o cualquiera me ayude, lo digo por el bien de nosotros, de todos. ¡Por favor, no te metas!—me soltó, y evité su mirada, sintiéndome de lo peor.
—Lo siento—murmuré. Lo miré tomar su chaqueta y dirigirse a la puerta, y no lo detuve.
Me sentía peor que nunca. Mis intentos de ayudar a una de las personas que más quería solo había causado enojo y fracaso, ¿acaso nada podía salir bien? Me senté en la cama, derrotada y sin saber qué hacer. Solo quería que Harry volviera y me rodeara con sus brazos.
Dejé que una solitaria lágrima se deslizara por mi mejilla antes de retirarla suavemente, ya sin ganas. Deseaba absoluta tranquilidad. Solo salíamos de un problema para enfrentarnos a otro y esa monotonía dolorosa me hacía sopesar la idea de cambiar de nombre, de identidad y mudarme lo más lejos posible a comenzar de cero, donde nadie me conociera.

Al día siguiente había ido a visitar a Tania. Me habló sobre una chica con problemas de bulimia que había conocido, la cual la estaba ayudando a seguir adelante con las ganas de vivir y recuperarse que tenía. Me dijo que quería dar todo de ella para poder sobreponerse al problema en el que se había metido. Me comentó, incluso, sobre un chico que conoció durante las reuniones que tenían todos los días.
Sentí alegría al saber que ella estaba bien con todo, pero no pude evitar volver a caer en mi depresión interna al entrar a mi auto. Até mi ya bastante largo pelo en un moño despeinado y suspiré, reteniendo las ganas de llorar. Puse el carro en marcha y conduje tranquilamente por la calles de Londres.
Paré frente a una gran casa pintada de color crema con grandes ventanales y extenso jardín frontal. Subí las escaleras que daban paso a la entrada y toqué el timbre, jugando con mis manos durante la espera.
—Valerie—respondió una dulce voz al abrirse la puerta.
—Hola, Gemma—sentí tristeza al ver su tierna sonrisa. La niña no tenía ni idea de que su padre estaba haciendo todos los trámites para llevársela lejos a vivir una vida infeliz, lejos de su hermano y amigos. La abracé durante cortos segundos y ella me miró con el ceño fruncido durante unos cuantos segundos.
—¿Por qué estás triste?—no supe bien qué responder, pero ella al instante hizo un gesto como de quien ya sabe la respuesta—. Ya sé. Tal vez discutiste con Hazza. El también está triste—dijo inocentemente.—Está en su habitación.
—Gracias, dulzura—le sonreí nuevamente y me dirigí hacia las escaleras.
Abrí la puerta de Harry suavemente, lo vi acostado, dándole la espalda a la puerta, y supuse que durmiendo, ya que solo se veía el suave movimiento de su cuerpo con casa profunda respiración. Los rizos esparcidos desordenados por toda la almohada, su torso libre de camiseta y el camino de lunares que cubría su espalda.
Me senté al borde de la cama con cuidado de no despertarlo y acaricié su brazo suavemente, sintiéndome triste, cansada y aturdida. El se movió y supe que se había despertado. Me apresuré a limpiarme las lágrimas.
—¿Valerie, qué haces…? ¿Estás llorando?—se mostró preocupado y se irguió, frotándose los ojos. Tomó mi rostro entre sus manos y me miró con ojos preocupados.
—Ya no quiero que peleemos más, Harry… me duele y me agota—dije en un murmullo. Suspiré.
—Siento haberte hablado así, pero es que…
—Shh, no hablemos más—dije poniendo un dedo en sus labios. Me acerqué y le dejé un caminito de besos desde la mejilla, hasta sus labios, luego en su mandíbula, para luego mirarlo a los ojos. Me recosté en la cama y lo miré, todavía sentado—. ¿Podemos tan solo recostarnos un rato y olvidarnos del resto… aunque sea por un momento?
El asintió y se acostó nuevamente. Le di la espalda y sentí el calor de su piel atravesar mi ropa. Dejé que me rodeara con sus brazos protectoramente y sentí sus labios besar mi nuca en unas cuantas ocasiones. Entrelacé nuestros dedos delante de mi estómago y ahí nos quedamos, solo escuchando las respiraciones del otro, disfrutando del momento de paz que nos brindaba aquella tarde, lejos de todo… en nuestra propia burbuja.
—Lo siento—dijo en voz baja detrás de mí, y sentí su brazo apretarse más a mi alrededor y su nariz rozar mi cuello—. No debí haber hablarte así. No quiero que te pase nada, princesa—murmuró. Apreté su mano, sin responder nada, porque supe que si hablaba, lloraría.

Entré a mi casa luego de haber aparcado el auto. Me había ido de casa de Harry tan pronto noté que se había dormido. Había dejado un beso en su frente, acariciado sus rizos y luego me marché cerrando la puerta lo más despacio que pude.
El tan solo quería protegerme, pero, ¿cómo podría quedarme viéndolo sufrir cuando sentía que podía ayudarlo de alguna manera? El haría lo mismo por mí… mucho más incluso, así que, ¿por qué no intentarlo?
Cuando me senté en el sofá el timbre sonó. Me levanté y fui a abrir la puerta. Un hombre alto, atractivo y de mirada dura y firme estaba en la puerta.
—Des Styles—¿cómo no reconocerlo? Si era la viva imagen de Harry en pocas décadas.
—Señorita Evans, me alegra que me reconozca—pasó a la sala sin esperar invitación.
—¿Qué busca aquí en mi casa? Le pido amablemente que se retire por donde vino—dijo aún sosteniendo la puerta.
—Deje de meter sus narices en lo que no le incumbe, niña—dijo firmemente con las manos en la espalda. Sonrió cínicamente y sus ojos brillaron con maldad.
—Es una injusticia lo que está haciendo, no puede apartar a Gemma de su hermano, es lo que más ama…
—¡A ti no te importa lo que haga yo con mis hijos o no, Valerie Evans! Así que por tu bien, por el de tu drogadicta hermana y el de todos los que quieres, mantente lejos de esto, ¿ok? Si encuentro a ese abogaducho metiendo sus narices en mis asuntos, fácilmente los quito a todos del juego frente a tus ojos. ¿Nos entendemos?
—Lárguese de aquí, maldita sea.
—No busques a Des Styles, Valerie, porque lo vas a encontrar—y luego se fue, dejándome con un sentimiento de preocupación y vacío y con el corazón latiendo desbocado.

VIEJO DESGRACIADO! tughvasjdfkvhnsfkdgfgvs

maratón
maratón
maratón
maratón
maratón
maratón
maratón
has maratón amo tus novelas sigela por fas

oh por diossssss, no se ni que decir! ekdwjfhakjfa, ojala no pase nada malo D:. Des es un hdp sdgjkd. Siguela prontoooo :D

OMG OMG!!! AHORA SI ESE DES VA A HACERLE ALGO A VAL! Y LO PEOR ES QUE HARRY SE LO ADVIRTIÓ PERO LA CHICA NO HACE CASO!!!!!!!!!!!! ODIO QUE PELEEN TANTO, PERO AMOOO COMO SE RECONCILIAN, SON TAN LINDOS Y A PESAR DE SER JOVENES TIENEN UNA RELACIÓN SUPER MADURA... ESO ES BONITO Y AMOOO ESTA NOVE, YO SÉ QUE YA SE ACERCA EL FINAL Y QUE POR ESO TODO SE COMPLICA UN POCO MÁS PERO REALMENTE CREO QUE ODIO A LOS PAPÁS DE HARRY!!!!....

OHHH VOY A EXTRAÑAR ESTA NOVE CUANDO TERMINE!! PEROOO IGUAL QUE LA OTRA QUE YA TERMINASTE, SIEMPRE LA PUEDO VOLVER A LEER!!!!

ESPERO QUE LA SIGAS PRONTO, MUEROO POR SABER QUE VA A PASAR!!!

UN BESOOOOOOOOOOOOOOOOOO

SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Y... cuantos caps le falta a la nove para que se termine????

yapoooooooooooooo siguela que te cuestaaaaa aaaaa esque esta taaaaaan buenaaaa[b]

OMG OMG OMG OMG OMG OMG OH EMEME GE, me perdí demcuhoooooooooooooooooooooo :'(

Falta mucho para que se acabeeeeeeee? D:

me encanto siguela<3