El mundo no es perfecto, yo tampoco...

Caminé empujando a todo el que se me cruzaba, a tal punto de hacer caer a un chico del equipo de fútbol americano, hasta donde estaba la ubicación de mi casillero. Estaba tan enojada que si alguien me hablase, se ganaría el golpe de su vida.

Tomé un libro y dejé el resto, abrí la mochila y lo metí adentro. Me quedé observando la puerta del casillero negro del lazo dorado. El mío.



Mías, de Jaxon, de Karla, de mi difunta familia.




Me quedé mirándola, hasta que sentí un tirón de cabello, con toda la ira contenida me di vuelta para ver a la persona más puta que he conocido.

No sé qué mierda le hice, pero se equivocó de persona, estaba harta de ella, era una bruja, era una manipuladora, era la persona que más odio aparte del borracho de mierda que mató a lo que quedaba de mi familia.


-¿Qué mierda quieres, Marie?- escupí sin asco.-

-Oh veo que alguien está en sus días.- se rió junto con sus clones.-

-Que te den por culo.- murmuré cerrando la puerta de mi casillero.-

-Oye, que lindo vocabulario, ¿Jaxon te lo ha enseñado?-

-A él no lo metas.- apreté los puños.- no sé quién te piensas que sos.- le dije mirándola fijamente.-

-No sé, por ahí, Marie Gómez.- se rió.- Que lastima, pensé que Jaxon te pegaría su don de traga-libros antes de irse, o abandonarte.-

-De un empujón la dejé de espalda contra mi casillero. Le hablé amenazándola.- Deja de joderme la existencia, tengo demasiados problemas para que te metas en mi vida y sigas metiendo más.- le tomé los hombros. La incliné hacía delante y otra vez hacía atrás golpeando su hueca cabeza. Ella hizo una mueca de dolor.- ¿Qué quieres?-

-De ti, nada.- la miré con el ceño fruncido.-

-Entonces...- alargué y la golpee otra vez.- ¿Por qué me jodes la puta existencia?-

-Porque eres una perra que se quiere levantar cualquier cosa que tengas piernas.- la miré fijamente.- ¿Qué? Si no fuera porque eres “ruda” tendrías a todo los de este instituto ordenado en una fila, cuando antes lo hacían por mí.-

-Te los dejo, no me interesan, pero deja de molestarme.- la golpee con toda mis fuerzas y la solté, giré y estaba por irme cuando escucho.-


“Ahora sé que es verdad lo que hizo con Justin en su casa”, giré hacía ella y sin más tiempo le golpee la boca, ella me miró llorando y se fue con su amiga.

Me quedé sobando mis nudillos, estaban más sencibles, hace unas cuantas semanas que no peleaba con nadie, pero... ahora me dolian como los mil demonios.

No soy creyente de eso, pero... ¡Qué demonios! ni yo sé de lo que estoy hablando.


-No debiste haberlo hecho.- susurraron detrás de mí.-

-Que te den por culo, Bieber.- le dije caminando a mi clase.-

-Sabes que no debiste haberle golpeado tan así.-

-Haber... ¿Por qué? A mí solo me dicen “No hagas esto”, deja de meterte en mi vida, no eres nadie, y tampoco quiero que lo seas.- le hablé.-

-Jaxon me dijo que cuide de ti.-

-No me importa un bledo lo que te dijo Jaxon.- repliqué.-

-Él me contó algo de lo que te sucedió, solo una base, no profundizó el tema ni nada, pero quiero ayudarte.-

-Lo único que te diré, Bieber, es que te alejes de mí, no quiero a nadie cerca mío, menos tú, no quiero “amigos” por lastimas.- contesté reteniendo alguna lagrima y seguí caminando.-


***


-¿Cómo te fue en el instituto?- me preguntó Leonora.-

-Como siempre, y a ¿ustedes en el hospital?-

-Bien, nos dijeron que estoy de 2 meses y medio.- tocó su vientre.-

-Estamos muy felices de la bendición que dios nos dio.- dijo Francisco posicionándose detrás de su esposa.-

-Es maravilloso, tener un ser vivo en mi estomago, es... como crear otra vida.-

-Okey.- subí las escaleras desganada.-


Estaba acostada mirando al techo, esperé la llamada de Jaxon, durante 1, 2, 8, 24 horas pero... nunca llegó.

Así que tomé el Ipod y el pedrive, para guardarlos en una caja, no los iba abrir hasta que el llamase, aunque... a estas alturas si no habría llamado, lo más posible es que no lo haga nunca.