Desafío al corazón. {Harry Styles y tú}

Me encanta, me encanta, me encanta. ¡Tienes que seguirla ya!
Un beso xx

{вяєєzy} escribió:Me encanta, me encanta, me encanta. ¡Tienes que seguirla ya!
Un beso xx

¡La sigo ahora!

Un beso cielo x

|| Narra Harry ||

Empujé a Zayn, y corrí escaleras abajo me acerqué a mi mesa de noche y tomé las llaves de mi auto. Se me cayeron algunas cuantas cosas al suelo. Las ignoré y abrí la puerta para cerrarla al segundo bastante fuerte. Estaba furioso. Cabreado. Realmente enfadado. Bajé las escaleras y seguí caminando hasta llegar a la piscina, salté el muro que divisaba la calle de la universidad. Hace dos días que no hacia este tipos de cosas que siempre hacia antes. Escaparme. Salir a tomar algo….le di una fuerte patada a un alambre que se encontraba en el suelo y en la oscuridad de la noche encontré mi coche estacionado donde siempre. Puse la llave, abrí y entré. Con la misma prendí el motor y me estacioné en carretera a casi 140 kilómetros por hora.

-Estúpido imbécil. – gruñí pegándole un puñetazo al volante. – Será idiota. – negué con la cabeza mientras me dirigía a un bar. Estacioné el coche, pasé la llave y corrí hasta el bar.
-Hola Dan. – dije sentándome en la barra. Una morena de pelo largo me observó. – Un Vodka cargado. – dije observando a la chica.
-¡Hey Harry! – dijo Dan sonriendo mientras vertía el liquido en un vaso de tubo. – Hacia tiempo que no te pasabas por aquí. – me miró y me dio el vaso. Tomé un gran sorbo y con fuerza lo puse encima de la barra.
-Sí. – volví a mirarla, ella me sonreía coqueta. Volví a mirar a Dan. – Hacia tiempo.
-¿Cómo te va la vida? – me preguntó. - ¿Genial como siempre no? – carcajeó. Cogí la copa y lo elevé haciendo referencia del ‘chin chin’ para luego bebérmelo de golpe.
-Otro. – coloqué el vaso a su lado.
-¿Ahogando penas? – dijo volviendo a verter el vodka.
-No, ahogando la furia.
-Uh. – sonrió y me lo acercó. Miró hacia mi lado. – Esa morena no te quita los ojos de encima. La miré y lamí mis labios, observé sus perfectos rasgos y su cuerpo de escándalo. Ella me observa incitándome. Se lleva la pajita a los labios, tomando un largo sorbo de su cóctel. De repente hace calor y tengo la frente perlada de sudor y tengo como la impresión de que, si de improviso me olvidara de todo, no me importaría. Termino de beber mi copa y me acerco a ella.
-Hola hermosa. – digo casi en un susurro sentándome en el taburete de su lado.
-Hola. – dijo mostrando una pequeña sonrisa en sus labios carnosos.
-¿Sola?
-Sí. – vuelve a acercarse la pajita a sus labios, volviendo a dar un gran sorbo, que me deja totalmente atontado. Me mira como si estuviese disfrutando del espectáculo.
-¿Te lo estás pasando bien? – mi única respuesta es una mirada con la que pretende ser totalmente provocativa.
-Bueno. – mordió su labio inferior. – Siempre se podría estar mejor.
-¿Y yo podría cambiar eso? - mojé mis labios. Hizo un gesto pensativo.
-Inténtalo.

El volumen de la música sube de pronto y una voz anima por el micrófono a la gente que se encuentra en el bar, alzando las manos. La observo esperando una respuesta y la tomo de la cintura, acercándola a mí.
-¿Te gusta jugar? – susurro pausante contra su oído.

Bien, mi pregunta toma una respuesta totalmente satisfactoria. Sin más, sin contestación a eso, responde de una manera más rápida. Nuestros labios se rozan, y se comienzan a mover rápido. Mis manos bajan por sus caderas y recorren su espalda, mientras ella me estrecha contra su cuerpo. De repente, comienza a subir la temperatura…y todo lo que conlleva. Mi cabeza comienza a dar vueltas, pero me gusta. El vodka está tomando efecto en mi cuerpo y no sé si me encuentro mareado por eso o por todas las vueltas que están dando mis labios y mi lengua.

-Vamos al coche, lo tengo cerca. –susurré contra sus labios, tirando del inferior para beberme otra copa que por magia estaba encima de la barra. Dan tan efectiva como siempre. Después de algunos tropiezos, entramos al coche. Cerré la puerta. La coloqué sutilmente sobre mis piernas en el asiento trasero.
-Eres sexy. – susurró casi devorando mis labios.
-Tú también. – logré decir casi en un suspiro. Ya no era tan solo el poco aire que tenía en mi boca. Si no también tenerla sobre mis pantalones a horcadas.
-No tanto como tú. – confesó ella moviéndose lentamente sobre mí.
-¿Me estás tentando?
-¿Qué te hace pensar eso?

Llevó su mano derecha al nacimiento de sus pechos, haciendo que los tres primeros botones de su camisa ajustada se desabrocharan. Tragué saliva. Unió su cuerpo junto al mío dejándome con la palabra en la boca. Y nunca mejor dicho. Abrió su boca dejando pasar su lengua dentro de la mía que salió al instante a responder. Esta chica era una autentica fiera. Ya estaba duro y a penas habíamos hecho nada. Ella seguía moviéndose sobre mí, haciendo que mi erección aumentara cada vez más. Llevé mis manos a su blusa, terminando de desabotonarla para luego tirarla a un lado aún sin parar de besarla. Abandoné sus labios y comencé a besar su cuello, a ella se le escapaban pequeños suspiros que me ponían aún más. Yo tenía el control. La recosté sobre el asiento, volví a sentirme mareado. Pestañeé varias veces y lamí mis labios, llevé mis manos a la asilla de su sujetador y lo tiré a un lado. La miré pícaro y ella me respondió con una mirada llena de deseo.

|| Narrador ||

Harry se acercó a ella y comenzó a masajear con su lengua cada uno de los pechos de la morena que se retorcía de placer. Él parecía estar creado para el sexo. Primero uno de sus pechos mientras con la mano sobrante masajeaba el derecho, hasta que se cansó del mismo y comenzó a jugar con el otro. La morena decía cosas sin sentido que ni ella misma podía entender y a Harry le ponía aún más. Se separó de sus pechos y la miró con deseo mientras ella tenía los ojos cerrados, al abrirlos mordió su labio inferior. Harry se quitó los pantalones y la blusa a la velocidad de la luz. El resto lo hizo ella. De pronto, a la morena solo le quedaba la parte de abajo. Sus manos recorren su cuerpo, bajan por los brazos y se detienen en su estomago.

-Tócame. – pidió retorciéndose mientras se acariciaba, sonriendo lujuriosa.
Así hizo él. La obedeció. Y minutos después, los dos estaban desnudos.
-Te quiero dentro. – dijo ella mientras con una mano volvía a tocar su centro y con la otra invitaba a Harry a que masajeara sus pechos. Harry amagó contra sus pechos y volvió a besarle en la boca, o tal vez a morderla. Cuando ya no podía más, él entró dentro de ella. Harry cogió fuerza y comenzó a entrar lentamente, cambiando poco a poco. Le volvió a morder el labio inferior, intentando apaciguar los jadeos para que no pudieran escucharles. Hasta que ella inundó el auto en un fuerte orgasmo, llegando al climax. Él no llegó y a pesar de ser la primera vez que no llegaba con tremenda fiera, se sentía extraño y no le importaba. Sin duda, no sabía si la culpa la tenían las copas, el lugar en donde estaban o si era cuestión de él mismo. La segunda teoría la rompió, ya que ya lo había hecho más veces en el coche. La tercera, era una idea totalmente estúpida. Así, que se quedó con la primera.

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Un tanto adormilada ____ se despertó. Dos y cuarto de la madrugada, marcaba en su pequeño reloj. Se acercó a la ventana y se acurrucó en el pequeño banco que estaba justo debajo, observando cómo las gotitas de agua provenientes de la humedad de la noche caían hacia abajo. Miró al cielo, esta noche no había tantas estrellas como la anterior. Era una noche más seca. Pero de repente, observó una. Una estrella que conocía. Recordó un día, cuando fue con sus padres a casa de los abuelos. Sus abuelos vivían en la montaña, en un pasto enorme, verde y otoñal. A ella le encantaba ir y respirar aquel aire fresco. Una noche, ____ salió de la casa y caminó hasta llegar a un pequeño lago que se encontraba cerca de la casa, se detuvo y se sentó en la hierba, observando el cielo. Había una estrella, que le llamaba mucho la atención. Era mucho más grande que todas las demás y ella sentía que era especial, aquella estrella, le quería decir algo, pero no lograba entender. Una mano, tocó su espalda y ella asustada viró su cabeza buscando respuesta. Su padre se sentó a su lado y le dijo: ‘Lo siento cariño. Sé que no soy un buen padre’. Aquel día, ____ le dijo por primera vez, que le quería. Le dio su primer abrazo. Los días fueron pasando y su vida se fue complicando más y más. Aquel hombre, se perdió. Y con él, se perdió el cariño de una niña que quería sentir el cariño de su padre. El ruido de un coche la despistó y se acomodó mirando bien por la ventana. Vio llegar un coche negro. Pestañeó varias veces y un chico se bajó, saltó la valla y entró en la universidad. Y en todo momento, sabia quien era aquel chico. Volvió a mirar el cielo. Volvió a deslumbrar la estrella.

Inma_Styles escribió:Harry es un puto... lo de la culpa... hummm que será...
____ es muy profunda :')
Espero que sí la sigas publicando, así que espero el siguiente!

Ya sé que hoy subí capítulo, pero me apetece subir otro, asi que ahora la sigo x

|| Narra Harry ||

Llegué a la universidad intentando hacer el menor ruido posible. Aún no entiendo como pude conducir en estas condiciones. Me dolía la cabeza muchísimo. Hacía tiempo que no tomaba y esta vez….la dosis fue, bastante grande. Se me escapó una sonrisa algo divertida. Tropecé con una columna y suspiré pesadamente. Corrí en el último pasillo y abrí el pomo de mi habitación. Cerré con cuidado aunque finalmente hice algo de ruido, no podía controlarme. Y me tiré en mi cama. Estaba muerto.

Bip. Bip. Bip. Bip.

Volteé y aplasté la almohada sobre mi cabeza. No podía ser cierto. Bip. Bip. Bip. Otra vez. Una almohada voló hasta mi cabeza.

-¡Venga campeón! – escuché una voz parecida a la de Louis. ¿Era Louis? Parecía…parecía… ¿Qué estaba pensando? ¡Hay Styles! Estoy totalmente resacado.

La cabeza me daba vueltas y vueltas. Apreté los dientes sobre la almohada y cerré los ojos fuertemente. Conseguí voltearme. Los rayos de luz calaron rápidamente en mis ojos, volví a caer hacia atrás. Volví a abrirlos lentamente y me puse de pié como pude.

-Hoy. – dije por pausas mirando a Zayn que se estaba poniendo el uniforme. Frunció el seño. – Hoy. – volví a repetir por pausas. Zayn se acercó a mí.
-¿Estás bien? – me preguntó con rostro algo extraño. Carcajeé.
-Hoy. – terminé de decir balanceándome. – Hoy, Harry no va a clases. – dije negando con la cabeza mientras volvía a tirarme en mi cama. Carcajeé.
-¿Cómo? – dijo Zayn acercándose. – ¿Hombre donde te metiste anoche?
-No sé. – reí. Sí, estaba completamente mal.
-Estás fatal tío. Apestas.
-Matate.
-Vete a duchar. – un segundo cojín calló encima de mí.
-No.
-Vete a duchar idiota. – dijo otra vez. Me senté. La cabeza seguía dando vueltas. Volví a reírme y me puse en pié. Cogí un bóxer y subí las escaleras tambaleante. Al llegar a la ducha, tropecé y solté un leve ‘Args’.
-¡¿Te caíste?! – preguntó una voz muriendo a carcajadas en la puerta.
-Ayúdame imbécil. – le tendí mi mano a Zayn que se encontraba carcajeando. Paró de reír y me ayudó a levantar. Le miré con furia.
-A mí no me mires así. – se impuso. – Yo no soy Liam. – carcajeó.
-No me hables de ese. – dije con una mano sobre mi cabeza mientras apretaba mi sien con los dedos.
-¿Qué pasa? – apareció Louis con un rostro preocupado por la puerta. Me miró.
-Este, que se la paso muy bien anoche y ahora trae consecuencias. – rió Zayn.
-¿Por qué no te echas un polvito con Adriana? – dije esta vez yo irónico. Zayn se tensó y apretó sus puños. – A ver si se te quita toda la estupidez.
-Sí, claro. Ya yo se lo dije. – asintió Louis carcajeando. Zayn lo miró desubicado.
-Tú no me has dicho nada. – negó.
-Claro que sí. – asintió Louis. Zayn negó y este, comenzó a reír aún más fuerte que antes.
-Venga, venga. – me levanté. – Adiós. – les eché del baño.
-¿Entonces? ¿No vas a clases? – preguntó Zayn.
-No.- negué.
-Te la estás jugando.
-No me importa.

Y cerré la puerta. Abrí la ducha y dejé que el agua cayera sobre mi cabeza y me limpiara todas las ideas. Fugazmente, la imagen de Brooks me vino a la cabeza. Fruncí el ceño. Sí que estaba jodido. Suspiré.

• Media hora más tarde.

Me puse una blusa abotonada roja y negra a cuadros. Un vaquero claro y unas converse negras. Bajé las escaleras rápidamente y llegué al campus, todos estaban en clases. A paso lento, me senté bajo un árbol. Me coloqué mis audífonos y prendí un cigarro. Dejé que las dos primeras horas se pasaran. Hoy el día estaba bastante despejado y caluroso. Solté un suspiro de cansancio. De repente, una oleada de pensamientos me atacó por desprevenido. ‘Vas a reprobar’ ‘Vas a reprobar’ ‘Harry, tus calificaciones’. ‘¿No vas a clases?’ ‘No.’ ‘Te la estás jugando’. ‘No me importa.’. Aspiré el cigarro me puse de pié rápidamente y con mi famoso andar llegué a clases.

-Se me hizo tarde. – tiré los libros encima de mi mesa.
-Que sea la última vez que entra así en mi clase. – dijo Braun.
-Claro, Braun. – le desafié.
-Don Braun. – me replicó. Si las miradas matasen, hace bastante tiempo ya estaría muerto. Yo asentí, mostrando una pequeña franja de mi dentadura. Observé a Zayn y solté una pequeña risa casi insonora. El profesor dirigió su mirada a la pizarra y escribió algo.
-¿Te dignaste a venir? – me preguntó Zayn en un susurro.
-No, es una visión tuya. – elevé una ceja irónico. Él negó sonriendo.

Observé mi lado derecho, dos mesas más adelante. Liam estaba diciéndole algo al oído a ____, mientras ella intentaba no reír. Apreté mi mandíbula y miré hacia Emma. Ella coloreaba con sus bolígrafos de purpurina en su cuaderno. Quizás creando un nuevo vestido, a su propio diseño.

|| Narra ____ ||

El profesor Braun, hizo una pregunta acerca de un libro que estábamos leyendo. Jamás me ha gustado ser el centro de atención, tener una gran cantidad de ojos sobre ti esperando a que des un pequeño tropiezo para burlarse de ti toda la vida, no es muy agradable que digamos. Pero tenía que hacerlo. Justo cuando iba a articular la primera palabra, la puerta se abrió repentinamente.

-¿Podría salir el Señorito Harry Edward y la señorita ____ Brooks? Fruncí el ceño y miré a Liam que me observaba en interrogante.
-Sí, claro. – dijo el señor Braun mirando a Harry, luego me miró a mí. Volví a mirar a Liam y elevé los hombros. Me puse en pié, bajé un poco mi falda ya que se había subido demasiado, salí por la puerta. A los pocos segundos salió él. Era la señora Macer. La directora.

-Acompáñenme. – dijo volteando y caminando por el largo pasillo.

Me quedé parada un segundo y lo miré. Nuestras miradas se cruzaron y comenzamos a caminar. Aquella mirada me había puesto nerviosa. Y a mí nunca me suelen poner nerviosa. Tragué saliva. Entramos en el despacho de la directora y volvimos a retomar los mismos asientos de la última vez.
-¿Qué tal su primer día? – preguntó esbozando una sonrisa. Yo elevé una ceja.

-Bien. – dije sin más. Harry tosió.
-Sí, bien. – asintió. Mi boca se abrió un poco, formando una pequeña O. No calculé esa respuesta. Volvió a cerrarse.
-Ya veo. – asintió Macer. - ¿Cómo lo hizo ____, Harry?

Esa pregunta me descoló. Si Harry fuera una buena persona, ahora mismo diría que lo intenté y se me dio algo bien. Pero siendo Harry, supongo que dirá todo lo contrario.

-Bien. – me miró. – Aunque, tiene que practicar más. – Volví a tragar saliva. Se me estaban empezando a acumular las cosas. Macer sonrió.
-¿Y él, ____? – dijo esperando una respuesta por mi parte. Diapositivas del primer día de ensayos se acumularon en mi cerebro.
-Bien. – asentí esta vez yo. – Es muy bueno con el piano. – ¿Qué? ¡Diablos! ¡Eso no tenías que haberlo dicho estúpida! Lo miré. Se podía ver una pequeña franja de su dentadura. Entrecerré los ojos. Curvó la boca.
-Ya saben que hoy tienen clases de nuevo. – dijo la señora Macer, consiguiendo que los dos soltáramos casi a la vez, un suspiro de desgana.
-A sí es. – contestó él.
-Bien, pues ya se pueden ir. – colocó unos papeles encima de otros. Nos miró. Quietos. - ¡Vamos! ¡Adiós!
Nos exaltamos por la gran efusividad de la despedida. Acto seguido nos levantamos y abrí la puerta. Se estaba convirtiendo en rutina venir a este despacho. Tiré del pomo de la puerta y comencé a caminar por el gran pasillo blanco. Silencio. Y más silencio hasta llegar a la clase. Era extraño. Ni un fea. Ni un monstruo. Nada.
-Con permiso. – dije tocando en la puerta.
-Adelante. – dijo el señor Braun. Harry y yo entramos y nos sentamos en nuestros respectivos sitios.
-¿Qué paso? – me preguntó Liam.
-Luego te cuento.
-Está bien.

• 3 horas después.

Rin. Rin. Rin. Rin.

Todos recogieron sus libros a la velocidad de la luz y con la misma se perdieron de las clases. Coloqué mis libros unos encima de otro y me dirigí a las taquillas. Me di cuenta que unos apuntes de Liam se habían meszcado con los míos así que lo saqué y me lo guardé para entregárselos. Guardé los libros y pasé la llave. La guardé y bajé al comedor. Había muchísima gente. Me coloqué en la cola y vi a las chicas un poquito más adelante, después de unos gestos y algunos murmullos de recelo, llevé a donde ellas estaban. David nos sirvió nuestra comida y nos dirigimos a nuestras mesas.

-¿Qué tal el día? –preguntó Sol colocando la bandeja sobre la mesa. Me senté a su lado. Victoria y Jen enfrente.
-Pues bien. – elevé mis hombros. – Aburrido. ¿Y el suyo?
-También aburrido. – Jen soltó un suspiro cansado.
-Hola chicas. – dijo Chris sentándose al lado de Sol. Ella le sonrió y depositó un beso sobre sus labios.
-Hola Chris. – dijimos a la vez las chicas. Sol nos miró divertida. ¿Acaso mis neuronas también se fundieron en las suyas? Recordé el primer día que las conocí.
-¿Qué tal? – preguntó llevando unas patatas a su boca.
-Bien. – dije desganada.
-Que convincente.
-¿Si verdad? – se me escapó una ligera risa. Vi pasar a Zayn por detrás de Chris. Me quedé observándole un segundo, su mirada se encontró con la mía. Fruncí el ceño y volví mi mirada hacia mi comida.

• 15 minutos más tarde…

-Bueno. – suspiré y me puse en pie. – Voy a buscar a Liam, tengo que entregarle una cosa.
-Liam, Liam, Liam…- dijo Victoria interpretando una voz sucesiva. Elevé una ceja.
-Luego vuelvo. – solté una pequeña risa. Tiré las sobras a la basura y coloqué la bandeja en su sitio.

Salí del comedor y me detuve en el pasillo principal. Observé mí alrededor. Y corrí hacia las habitaciones de los chicos. Di tres golpes en su puerta pero nadie abría. Probé un cuarto. Y un quinto. Hasta que la abrieron. Y no exactamente la persona que deseaba que fuera.

-¿Qué haces tú aquí? – me miró el estúpido con una expresión extraña.
-¿Liam?
-¿Qué? – elevó una ceja.
-¿Dónde está Liam? – pregunté.
-¿Y a mí que me preguntas? – contestó borde. Elevé una ceja.

Unos pasos. Unos zapatos de tacón. Lo observé con una expresión asustada. Él miró hacia un lado, comenzaba a verse la sombra de su cuerpo. Me miró. Lo miré. Rápidamente tiró de mi blusa y cerró la puerta. Mi corazón ahora estaba latiendo muy rápido. Aseguraría que se podía escuchar perfectamente. Me tenía apoyada contra la puerta mientras apoyaba su mano en esta y la otra rozaba mi falda. Casi notaba su aliento sobre mi cara. Tenía unos ojos bonitos, eran color verde y podría jurar que ahora tenían un color distinto. Incluso estaban más claros. Sentí entonces cómo su respiración ahora, trazaba un camino desde mi boca hasta la parte superior de mi rostro. ¿Me estaba mirando los labios? ¿Estaba observando yo ahora sus labios? ¡Diablos ____! Me separé.

-¿Me vas a decir dónde está Liam? – pregunté recuperando el aliento. ¿Qué me había pasado? Pestañeé y di la vuelta. Volví a mirarlo.
-Liam no está. – afirmó y subió sus escaleras.
-¿Y sabes dónde puedo encontrarlo?
-Prueba a buscarle en Narnia.
-Eres…- me mordí la lengua, esa palabra era demasiado fuerte. - eres un idiota.
-Y tú una imbécil.-contraatacó.
-Infantil.
-Egocéntrica.
-Irrespetuoso.
-Creído.
-Fea.
-Estúpido. – solté la palabra, que primeramente me había guardado. El me miró y carcajeó, terminó de subir las escaleras y cerró la puerta del baño con fuerza.

Suspiré pesadamente y salí de aquella habitación. Bajé rápidamente las escaleras y subí las que daban a nuestras habitaciones. Si por un concurso de atletas se tratara esta universidad, creo que un tercer puesto tendría ganado. Tiré del pomo y entré en mi habitación. Dejé la hoja en mi escritorio y me acerqué al armario. Saqué mi pequeña maleta, donde tenía mi cámara de fotos y me senté en la cama. En un instante, experimenté la sensación de que mi rompecabezas estaba totalmente desencajado. ¿Por qué pensé de aquella forma cuando lo tuve tan cerca? Aquella sensación me agobiaba. Saqué la cámara y me tendí hacia atrás, comencé a ver las fotos que tenía guardadas en la tarjeta de memoria. No las había borrado, había muchas fotos. Mías, de mamá, de Rick, incluso en la casa de los abuelos. Extraño mucho aquello. Otra oleada de nostalgia me abundó. Había fotos de paisajes, de animales y de cosas sin sentido. Sonreí con algunas, con otras me entristecí. Me puse en pié y me la colgué del cuello. Fui, rumbo al bosque.

‘’Según dicen, nadie se atreve a entrar en el bosque. Pues dicen, que tiene una leyenda secreta’’

Estupideces. Me adentré y comencé a fotografiar cada detalle. Una flor. Una planta seca. El color de las flores. Algunas gotitas penetradas en las flores del suelo por la fuerte humedad. El sonido de un pajarito me despistó. Me acerqué a aquel árbol y miré curiosa. Había unos pajaritos muy pequeños, supongo que su mamá habrá ido a por comida. Los fotografíe y con la yema de mis dedos, lo acaricié. Sonreí ante el pequeño gesto gracioso que se originó en la cara del polluelo. Bajé con cuidado y seguí caminando. Observé el reloj. Son las seis y cuarenta. Un momento. ¿Las seis y cuarenta? ¡Otra vez tarde! Corrí, arrebatando las plantas que me iba encontrando por el camino, mi respiración comenzaba a ir demasiado rápido. Salí del bosque y corrí hacia el teatro. Con una sola mano empujé la puerta. Me sorprendió una dulce melodía. Harry me miró y dejó de tocar. Punzada.

-¿Sueles llegar tarde a todos lados? – preguntó con el mismo tono que utilizaba conmigo.
-Depende de la persona que sea. Si me importa lo suficiente suelo ser puntual. – me senté. Negó con un ligero movimiento de cabeza. Clavó su mirada en mi cámara. Y la volvió al piano.
-Observa mis manos. Sólo voy a hacerlo una vez, presta atención.
Intenté captar todos los movimientos que sus manos hacían, pero me era muy difícil. Al terminar me miró esperando que le imitara. Le miré con un matiz confundido. Coloqué mis manos como él lo había hecho y a penas toqué una nota. Le miré con el mismo rostro anterior, pero a este se le sumaba un aire de preocupación extremo. Era malísima en el piano. Por primera vez, se le escapó una sonrisa.
-Eres extremadamente mala.
-Por favor. – Supliqué.- No me hagas esto más difícil.
-¿Hacemos un trato? – me preguntó con su voz ronca. Entrecerré los ojos. – Vamos a intentar llevarnos lo mejor posible en estas clases. Sera lo mejor para ti. Y para mí. – Sonó totalmente maduro. Tenía razón.
-Está bien. – asentí. Subí mis gafas.
-Coloca tus dedos suavemente sobre el piano. – colocó sus manos. – Toca las teclas según te vaya dictando lo que sientes. Y cierra los ojos.

Aquello me calló como doscientas toneladas de cemento. Había dicho en una sola frase, algo muy bonito. Lo miré y asentí. Coloqué las manos sobre el piano y toqué lo que me iba diciendo el corazón. Lo más difícil fue cerrar los ojos. Me salieron unas 4 notas. Sonreí al terminar. Lo miré.

-Bien. – asintió.
-¿Lo hice bien? – pregunté.
-Sí. – Sonrió. Sonreí. Volvió a ponerse serio.
Después de unos veinte minutos más, conseguí tocar unas 6 notas en total. Debo admitir, que la clase se hizo demasiado rápida. Harry sonreía más y no estar peleando continuamente era algo que me dejaba tomar un respiro.
-¡Ya está! ¡Más no! – me puse en pié y coloqué las manos sobre mis ojos. Reí.
-¿Te cansas muy rápido no? – carcajeó esta vez él. O mi mente adolescente captó un doble sentido o…
-Si me siento a gusto y me gusta lo que estoy haciendo…no, no me canso rápido. – dije volviendo al carácter del principio.
-Se nota que terminamos la clase. – volvió a su tono habitual.
-Es que eres idiota Harry. – caminé hasta la puerta, la abrí y la solté sin más. Harry la agarró rápidamente y salió tras de mí.
-Me estoy comenzando a hartar de tanto insulto.
-No guapo, a mí me encantan. – lo miré con furia.
-Acabas de decirme guapo. – Me detuve. Lo miré. Carcajeaba divertido.
-¿Lo ves como eres idiota? Tienes la capacidad de romperlo todo.
-¿Que rompí?
-¡Hay! – suspiré llevando las manos al cielo. - ¡Adiós!

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Me duché y me puse la misma ropa que utilicé para venir a este infierno. Eran las ocho y media de la noche. Después de prepararme, cogí los apuntes de Liam y fui hacia la piscina. Él solía por las noches sentarse allí. Bajé las escaleras y llegué a la piscina. No había nadie. Me detuve en el borde y escuché unos pasos rápidos detrás de mí. Sin previo aviso, estaba tirada en el suelo. Me habían golpeado.

-¡Eso por estúpida! – dijo Emma observándome furiosa.
-¿¡Se puede saber que mierda haces!? – le grité levantándome rápidamente. Los apuntes de Liam cayeron a la piscina.
-Por dártelas de lista conmigo. – dijo furiosa.
-¿¡Pero quién te crees que eres para tocarme!? – grité acercándome. Ella retrocedió.
-¡Emma! ¡Emma Villegas! ¿Y tú? ¿¡Tú quien eres!?
-¿Yo? – reí falsamente. – Yo soy ____ Brooks. ¡Y te aseguro que no te gustaría conocerme!
-¿Conocerte? ¿Qué quieres que sepa de ti? ¿Qué te cortas las venas? ¿Qué tu padre no te quiere? ¿Qué te abandonó? – soltó al final de la frase una gran carcajada.

‘¿Qué quieres que sepa de ti? ¿Qué te cortas las venas? ¿Qué tu padre no te quiere? ¿Qué te abandonó?’
De repente, dentro de mí comenzó a originarse una furia inmensa. Se me acumulaba todo. Me acerqué a ella y tiré de su pelo, planté mi mano en su cara y ella cayó al suelo, comencé a pegarle. Ella tiró de mí esta vez, mis gafas se cayeron al suelo, me dejó esta vez debajo, clavó sus uñas a un lado de mi cuello. De repente volví a recordar sus palabras, comenzaron a salir lágrimas de mis ojos, sin pausa. Aquello me dio más fuerza, volví a quedar encima, le di una cachetada con toda la fuerza del mundo.

|| Narra Harry ||

Estaba yendo hacia la piscina, normalmente solemos ponernos allí. Zayn, Louis y yo. No sabíamos dónde estaba Liam. Cuando estábamos llegando, escuchamos unos gritos. De repente vimos a alguien en el suelo. Después muchas manos.

-¡Que se están matando! – gritó Louis.
Corrí hasta donde estaban. Zayn y Louis cogieron a Emma por los hombros. Me asombré al ver que la otra chica era ____. La agarré por las muñecas.
-¡Suéltame Harry! ¡Te juro que la voy a matar! – me gritaba, intentando soltarse.
-¡Llévensela! – les grité a los chicos. - ¡Que se larguen! – volví a gritar más fuerte. Ellos obedecieron y se llevaron a Emma que no paraba de patalear.
-¡Que me sueltes! – me gritó ____.
-¡Estate quieta! – grité esta vez yo.
-¡No puedo! ¡La voy a matar! – siguió pataleando. La llevé a una zona tranquila. Allí no había nadie y además casi no había luz. Ella seguía pataleando hasta que la giré contra mí.

-¡Tú no vas a matar a nadie! ¡Estate quieta! ¡Me vas a hacer daño y entonces sí! – grité.
-Suéltame joder, suéltame. – De repente comenzaron a caer gotas de sus ojos, muchas. Estaba llorando. Su mirada era triste, totalmente triste. Seguí sus lágrimas hasta que estas se perdían en su boca. Otras caían al suelo sin rumbo. - ¡Suéltame! – gritaba pegando leves puñetazos contra mi pecho.
-¡Que no te suelto! – la cogí en brazos.
-¿¡Qué mierda haces ahora!? – volvió a patalear esta vez en mis brazos. Sus lágrimas parecieron parar. La acosté en el suelo y me coloqué encima. Agarré sus muñecas. No me había percatado de que no llevaba puestas las gafas. Sus ojos eran… ¡Diablos!
-¡Levántate de mí ya!
-¡Prométeme que te vas a estar quieta!
-¡No! ¡No! – negó, otra vez volvieron a caer algunas lagrimas. - ¡No te lo prometo!
-¡Pues no me muevo!
-¡Joder! – susurró. Solté sus manos y las llevo a su cara apretándose con fuerza los ojos. Soltó un leve ‘Args’.

Y de repente mi mirada se clavó en sus muñecas. Unas pequeñas marcas llamaron mi atención. Tragué saliva. Se quitó las manos de la cara y me miró. La miré. – ¿Suéltame ya no? – dijo más calmada.
-No. – negué rotundamente.
-¿Por qué? – preguntó. Su respiración iba a un ritmo considerable.
-Porque no. – pasé la yema de mis dedos por el contorno de sus ojos, quitando sus lagrimas. Tragué saliva. – Porque si te suelto, te vas a ir.
-No me voy a ir. – dejó caer su cabeza hacia el otro lado. – No tengo fuerzas para nada.
-¿Qué pasó? – pregunté.
-Nada que te interese.
-Sí me interesa. - Volvió a mirarme y frunció el ceño. Se me escapó una pequeña sonrisa.
-¿Por qué te iba a interesar?
-Porque…- apreté mi mandíbula. – Emma es mi novia. Y ella mi importa.
-Suéltame. – volvió a repetir totalmente seria. Me puse en pié y rápidamente, ella hizo lo mismo.
-Pues le dices a tu estúpida novia, que se cuide. – sonó amenazante. Y comenzó a caminar a un ritmo rápido nuevamente hacia la piscina. Miró el agua. Unos papeles estaban flotando dentro. Dio un suspiro, un suspiro cansado. Me agaché y recogí sus gafas.
-¡Brooks! – la llamé. Se dio la vuelta rápidamente. ¿Brooks? Algo empezaba a no cuadrar.
-¿Qué? – preguntó confusa. Me acerqué a ella y le entregué las gafas. Volvió a mirarme.
-Se te olvidaban.

Inma_Styles escribió:Harry es muy confuso. Es un cabroncete pero luego se porta tan asdfghjkl con ____ :3 pero siempre tiene que romper el momento...
Uuuuh pelea! Emma va a acabar muy mal, lo presiento. Como mierda sabía todo eso de ____...
Espero que sigas subiendo así de prontito :)

Sí, la intentaré seguir mañana. Besos :))

-Gracias. – curvó sus labios y se alejó. Me quedé observando su cuello.
-Brooks– la llamé. Volteó.
-¿Qué? – frunció el seño.
-Ven un momento.
-¿Qué? – entrecerró los ojos. - ¿Para qué? – Negué cansado y me acerqué yo.
-¿No te duele? – pregunté observando los rasguños que estaban marcados en su cuello.
-¿El qué? – llevó su mano a este por inercia. - ¡¿Me has marcado?! – preguntó alzando la voz. Yo asentí curvando los labios. Ella miró al suelo y apretó su mandíbula reprimiendo la furia. Luego, alzó la vista y me miró.
-Adiós. – dijo secamente.
No dije nada. Simplemente, la dejé ir.

|| Narra ____ ||

-¿¡Dónde estabas!? – preguntaron Victoria y Jen casi al unísono mientras yo daba un gran portazo. Me miraron sorprendidas. – ¿¡Qué te pasó!? – gritó esa vez Victoria acercándose a mí. Dejé las gafas a un lado. Respiré hondo, furiosa.
-Nada. – dije tajante.
-¡Qué te pasó ____! – dijo Sol bajando las escaleras rápidamente.
-Juro que como vea a esa estúpida plástica, cortaré cachito a cachito cada uno de sus…- me cortaron.
-¡Que pasa! – gritó Jen. Me sobresalté.
-¡Que me pegó! – dije señalándome el cuello.
-¿Qué, qué? – dijeron las tres a la vez.
-¡La voy a matar! – me puse en pié. Estaba demasiado furiosa.
-¿¡Pero qué pasó, exactamente!?
-Nada. – negué. – Nada.
-Cuéntanos ____, somos tus amigas.
-Está bien. – asentí y tomé aire.

Y entonces les conté todo. Todo. Absolutamente todo. Desde mi pasado, hasta mi presente. Les conté mi historia. Toda mi vida. Se enteraron que intenté morir. Les conté que mi padre me abandonó. Les conté que estuve en una residencia para poder salir a delante, cuando pensaba que todo se consumía y acababa. Todo.

-Dios. – susurró Victoria con lagrimas en sus ojos.
-Eres muy fuerte. – dijo esta vez Jen.
-Demasiado fuerte. – retractó Sol quitando sus lagrimas. Yo suspiré hondo y me tiré hacia atrás.

|| Narra Harry ||

-Oye. – dije acercándome a Liam.
-¿Qué? – me preguntó sin dirigirme la mirada. Desatando sus zapatillas.
-Ayer no estuve muy bien que digamos.
-¿Lo siento quieres decir?- Tragué saliva. Yo era Harry. Era fuerte. Era un Styles. Últimamente estoy demasiado flojo, no sé que me está pasando. Este comportamiento me asusta. Asentí y volví a mi cama. No le iba a regalar un perdón.
-Yo también lo siento. – dijo él esta vez. Lo observé. – Creo que tienes que aprender a aceptar tus errores. – Me miró desafiante. Y luego se fue. Me quedé callado, no tuve tiempo dar una respuesta. Sonó mi teléfono móvil.
-Harry. – reconocí la voz de mi padre.
-¡Hola!
-¿Cómo estás hijo?
-Pues bien. Aquí. - ¿Y tú?
-Bien. Necesito que me hagas un favor.
-¿Qué pasa?
-¿Conoces a alguien que le guste la fotografía?

Comencé a pensar. ¿Louis? No. ¿Zayn? No. ¿Liam? No. ¿Niall? No. ¿Emma? No. ¿Jessica? No. ¿Miranda? No. ¿Victoria? No. ¿Sol? No. ¿Jennifer? No. ¿____? Sí. ¿Cloe? N…un momento. ¿____? Sí.

-¡Sí!
-Genial. ¿Y cómo es?
-Hmm…-carcajeé.
-Bueno da igual. – carcajeó esta vez él. – Tráela a la empresa.
-¿Para qué?
-Tenemos que hacer un proyecto.
-¿Y para que la quieres a ella?
-Harry, tráela. Además tú también estás involucrado. Necesitamos tu imagen.
-¿Cómo?
-Deja de hacer tantas preguntas. Mañana después de clases, quiero verlos aquí.
Y colgó. Respiré hondo. Me eché hacia atrás en la cama, coloqué mis manos tras de mi cuello, observando el techo. Yo, encima de ____, sintiendo casi su aliento sobre mis labios. Mi cuerpo rozando el suyo ¡¿Qué?! Pestañeé. Me levanté y corrí escaleras arriba, me lavé la cara. Volví a bajar. Cogí una de las revistas que Zayn tenía sobre su estantería. Una moto, me llamó la atención. Era la más cara de todas. Pero, yo tenía los recursos para poder comprarla. Mañana aquella belleza sería mía.

• Al día siguiente.

|| Narra ____ ||

-¡Arriba!

Froté mis ojos, intenté abrirlos pero el brillo del sol que entraba por la ventana me encandiló. Abracé la almohada con fuerza y subí la sabana.

-Vamos ____, tenemos que prepararnos.
No logré descifrar su voz. Gruñí un pequeño ‘Args’ y tiré el cojín hacia un lado. Volví a frotar mis ojos adormilada y las observé con cara de pocos amigos.
-Las odio. – susurré.
-¿Qué andabas soñando? – dijo Victoria riendo con cara picara.
-¿Cómo?
-¿Qué estabas soñando? Te estabas riendo. – dijo esta vez Sol con una sonrisa divertida.
-Nada. – negué y me puse en pie.

Para ser sincera, no recuerdo que estaba soñando. Todo estaba disperso. Me asusté al recordar que en un momento de la noche, recordé cuando Harry me tenía tendida sobre el césped y él estaba sobre mí. ¡Alto! ¡Otra vez pensando en ese estúpido! ¡Recuerda que es un estúpido ____!

-¿Qué te pasa? – me preguntó Jen. Tenía su mano sobre mi hombro y su ceño estaba fruncido.
-Nada. – sonreí. – No pasa nada. – volví a sonreír un tanto forzada.

Jen asintió algo extrañada y terminó de prepararse. Después de yo estar lista, cerramos la habitación y nos despedimos hasta la hora del almuerzo. Bajé las escaleras velozmente y me acerqué a mi taquilla. Observé mi horario, física. Lo guardé y cogí los libros que me tocaban. Cerré la puerta y caminé hasta la clase. Vi a Liam al final de esta, estaba dibujando. Giré mi mirada, Emma me observaba furiosa y sus amiguitas la tomaban por los brazos. Pasé por el pasillo y me senté al lado de Liam.

-Buenos días bonito. – levantó su mirada y me sonrió.
-Hola guapa. – volvió a sonreír. Elevé una ceja y él puso cara de enfadado. No pude evitar reír. - ¿Qué pasa? – preguntó riendo.
-Nada. – negué. – nada. – sonreí y coloqué mis libros encima de la mesa.
-¿Qué tienes aquí? – me preguntó pasando la yema de sus dedos por este.
-No sé. – negué y me levanté a tirar un papel a la basura. Volví a sentarme.
-¿Qué paso ayer? – me preguntó algo más serio. Sentí un pinchazo en mi corazón. Me tensé y apreté mi mandíbula.
-Nada. – volví a decir.
-Ya me lo contaron ____, – lo observé. – No puedes andarte peleando en la universidad o las pagaran con tus calificaciones.
-No sabes nada Liam. No sabes todo lo que me dijo esa estúpida. – lo miré. – Y te juro que me las pagará.
Justo entonces un grupo de risas entraron por la puerta. Zayn, Louis y Harry. Cruzamos nuestras miradas durante un segundo y luego volví a mirar a Liam.
-¿Qué vas a hacer?
-No lo sé. Pero algo se me ocurrirá. – asentí segura.

El grupo de risas, pasó por mi lado y ocuparon sus sitios. Y como si fuera poco, sus mesas están justo detrás por el lado izquierdo. Louis y un chico rubio con unos hermosos ojos azules, llamado Niall. Y Harry y Zayn atrás. Por el lado derecho, yo y Liam en la penúltima mesa. La señorita Avenue firmó el fin de las risas, aunque como siempre, esos dos estúpidos hacían que casi toda la clase saltara en carcajadas. A mitad de esta, Louis y Zayn salieron a dirección por su comportamiento. Era raro. Esta vez Harry, no salió. Observé a Liam. Era lindo. Sus ojos eran claros y su pelo era oscuro. Sus labios eran gruesos y claros y tenía una nariz respingona pero bonita. Me miró.

-¿Qué pasa? – sonrió.
-Nada.

Negué nerviosa y volví mi vista a mis libros.

me encanta tu nove siguelaaaaaa

• 4 horas después.

Una bola de papel saltó hasta mi mesa. Fruncí el ceño. Vino de atrás. La desenvolví. • ‘Hola fea’.
Suspiré cansada y contesté.

• ‘Estúpido’.

Lo envolví y lo tiré hacia atrás. Le señora Avenue me miró con el ceño fruncido. Le sonreí y ella volvió la vista hasta Cloe, una chica de adelante. Ella estaba pintándose las uñas con sumo descaro. Volvió a llegarme el papel. Miré a Liam, que entretenido seguía dibujando. Volví a desenvolverla.

• ‘Me tienes que ayudar en algo.’

Lo leí. Lo releí. Lo volví a leer. Las llevaba claras si se pensaba que le iba a ayudar en algo. Harry seguía siendo el mismo estúpido del primer día. Irrespetuoso. Provocativo. Mujeriego. Egocéntrico. Vicioso. Infantil. Engreído. Imbécil e idiota. El mismo estúpido que me insultaba y me llevó a la dirección nada más al empezar el año. Nadie iba a cambiar esa apariencia de mí sobre él.

• ‘Sigue soñando’.
• ‘Vas a ayudarme.’
• ‘No pienso ayudarte en nada.’
• ‘Me la debes de ayer.’
• ‘Yo no te debo nada. Tú viniste a joderme. La tendría que haber matado.’
• ‘Estás completamente loca’.
• ‘Muchas gracias, eres muy amable.’
• ‘No juegues. Espérame ahora cuando la alarma suene.’
• ‘Que no. Que no te voy a ayudar en nada, que me olvides idiota.’

Una escandalosa alarma de aviso de fin de clases hizo que me exaltara. Todos se levantaron en menos de un segundo y desaparecieron.

- Kendall, luego hablamos. - se despidió Liam depositando un beso en mi mejilla. Y convirtiéndose en otro de los desaparecidos.

Recogí mis cosas y salí de clases. Guardé mis libros en mi taquilla y una voz poco agradable interrumpió mis pensamientos.

-Fea, acompáñame.
-¿¡Vas a dejar de llamarme así de una vez!?
-Lo siento. Normalmente suelo ser sincero. – sonrió arrogante.
-Pues yo también soy sincera, pero no te recuerdo a cada segundo que eres un idiota. – el frunció el ceño.
-Vamos. – tiró de mi brazo.
-¿Qué haces? – solté su agarre.
-Acompáñame.
-Que no te voy a acompañar a ningún lado joder, díselo a tu novia. – volteé comenzando a caminar. Volvió a tirar de mi agarre esta vez mucho más fuerte y tapó mi boca con una de sus manos. Me cogió casi en peso y comenzó a caminar sin parar.
-¡Que me sueeel…tes..! – pataleaba.
-Cállate.
-¡Imbé…cil que me ba…jees!
-Me estás empezando a poner nervioso fea.

Abrió una puerta, estaba detrás de un cuarto muy antiguo. Había fregonas y muchas cosas de limpieza, supongo que sería el cuarto del conserje. Intentaba gritar, soltarme, patalear, pero él era mucho más fuerte que yo. Tiró de una gran puerta verde y de repente, estábamos en la calle. Siguió caminando, sin pausa y apretó aún más su mano contra mi boca. ¿Acaso me iba a raptar? Un señor de pelo blanco, pasó por enfrente de nosotros. Harry me puso en el suelo, me acercó a él y apretó aún más mi boca. Me estaba comenzando a hacer daño. Mi corazón iba a mil. Observó mis ojos un instante y luego miró hacia un lado. Volvió a tirar de mí, esta vez caminando hasta llegar tras de unos árboles. Había una moto. Una moto negra. Quitó su mano de mi boca.

-¿Pero eres idiota? – dije intentando deshacerme de sus manos. - ¡¿Se puede saber que mierda estás haciendo?! – intenté empujarle.
-Súbete. – señaló la moto.
-¡¿QUÉ?!
-¡Que te subas!
-¡No me voy a subir en ningún lado! – grité y solté sus manos. Volvió a acercarse a mí, haciendo que mis pasos fueran hacia atrás.
-Mira ____, hazme caso.
-¿Me estás amenazando? - seguí caminando hacia atrás.
-No, simplemente te aviso. – tragó saliva. – Súbete en la moto.
-¿Y si no quiero? ¿Y si te denuncio? – tragué saliva esta vez yo. Se acercó aún más a mí.
-Está bien. – se alejó y montó en la moto. Me quedé observándolo. - ¡Vete! Vuelve a la universidad. Ahora te pondrán un parte de incidencia por salir de ella. ¡Vete!
Miré hacia atrás y volví a mirarle.
-¡Joder Harry! – pateé una piedra. – ¡¿Se puede saber que quieres de mi?! ¡Me estás haciendo la vida imposible! – noté como comenzaba a agitarme y una presión enorme subía a mi cabeza, acompañando unas lagrimas. Apreté mi mandíbula y le miré. Este ahora me miraba serio. - ¡Desde que entré aquí no paras de joderme! ¿Para qué quieres que me monte en esa puta moto? ¿PARA QUÉ? ¿Por qué? ¿¡Qué mierda quieres?!
-____, súbete en la moto. – cerró los ojos.
-¡Que no me da la gana de montarme en tu estúpida moto!
-¡Que te montes en la moto!
-¡Que nunca he montado en una moto! ¡Que me da miedo! – grité. Harry me miró y su rostro cambió a uno totalmente divertido. Lo observé enfadada. - Además, ¿¡No ves que llevo una falda!? – observó mis piernas. - ¡Que no me mires! – grité esta vez. Suspiré. Vi como se bajaba de la moto y volvió a acercarse a mí.
-¿Me vas a hacer caso?
-No, no te voy a hacer caso. – elevó una ceja. Suspiré resignada. - ¿A dónde vamos? – sonrió esta vez él ganador.
-Vamos…al paraíso. – carcajeó.
-Deja de joderme, ¿A dónde vamos? – giró y volvió a montarse en la moto.
-Me vas a enseñar algo.
-¿Qué? – pregunté exaltada.
-Sí. Me vas a enseñar algo. Y yo…-carcajeó. – A cambio, te enseñaré otra cosa. – volvió a sonreír. - ¡Súbete ya! – dijo en un tono más alto.
Tragué saliva. Miré hacia atrás. Volví a mirarlo.
-Me da miedo.
-No te va a pasar nada joder, súbete.

Me acerqué a él y miré la moto. Era bastante grande. Nunca había montado en una, les tenía pánico. Recuerdo que un día, papá nos contó que un amigo suyo había muerto en un accidente de moto. Volví a alejarme. Harry suspiró cansado y bajó de la moto.

-Súbete.

Lo miré. Tampoco podía quedarme como una miedosa. Suspiré y me acerqué.

-Súbete tú, primero. ¿No?
-No. – negó. – Tú irás delante.
-¡¿Qué?! – mi cara era de completo pánico. - ¡Yo no sé manejar una moto! – él comenzó a reír.
-No vas a manejar. Manejaré yo, pero tú iras delante.
Respiré hondo y bajé un poco mi falda. Harry no paraba de reír.
-No me hace nada de gracia. – le miré furiosa.
-A mi sí. Eres muy graciosa.

Resoplé y subí. Rápidamente él se colocó detrás y me abrazó. Sus manos rodeaban mi cuerpo, apretando el volante.

-¿Y yo que hago? – pregunté patosa.
-Coloca tus manos sobre las mías. – susurró casi contra mi oído. Estaba muy cerca.
Las coloqué sobre las de él y luego, prendió el motor. Aceleró muy fuerte. Una. Dos. Tres. Cuatro veces.
-¡Deja de hacer eso! – grité. Volvió a carcajear. Su risa entró dentro de mi oído y recorrió todo mi cuerpo. Un golpe de electricidad me invadió.

Aceleró aún más fuerte y nos estacionamos en pista. El viento daba contra mi rostro. Harry apoyaba su cabeza contra mi hombro, cerca de mi oído. Parecía que en cualquier momento iba a salir volando. Tenía mucho miedo. Cerré los ojos.

-¿No te gusta? – preguntó. Otra vez ese escalofrió. - ¿No te sientes libre ____?
-¡Harry mira la carretera!
-No pasa nada. – carcajeó. - Confía en mí.
-¿Qué? ¿¡Cómo voy a confiar en ti!? ¡Me acabas de sacar de la universidad y me tienes sin rumbo a un lugar que no conozco subida en una moto a casi mil por hora! - Se acercó a mi oído, esta vez a propósito y rosó sus labios contra mi oreja.
-No seas tan sosa ____.

Una racha de viento nos azotó, Harry perdió un poco el control de la moto, pero rápidamente se estabilizó, por el contrario, mi cola salió volando.

-¡Ah! – gritó él. - ¡Sujétate el pelo! ¡No veo!

Rápidamente me lo recogí. Mi corazón iba muy rápido, anunciaba con salirse en cualquier momento. Me comenzaba a sentir mareada y fatigada. Después de casi una hora, Harry estacionó debajo de un árbol y paró la moto.

-No te bajes. – le pedí por favor aún agarrando mi pelo.
-¿Por qué? – carcajeó.
-Estoy muy mareada. No te bajes.
-¿Qué tienes? – tocó mi hombro.
-No lo sé. Me duele la barriga y estoy mareada. - respiré hondo y cerré fuertemente los ojos. Todo me daba vueltas. – Muy mareada.
-Recuéstate.
-¿En dónde? – pregunté.
-Hazte hacia atrás, recuéstate sobre mí.
-No olvídalo. – negué. – Ya estoy mejor. Bájate.
-¿Segura? – preguntó. Su tono era de preocupación.
-Sí, bájate.
-Está bien.

Bajó de la moto y luego bajé yo lentamente. Al bajar todo comenzó a dar vueltas mucho más rápido. Y de repente Harry ya no estaba. Me derrumbé.

-¡____! – notaba como me zarandeaban. - ¡____! – abrí lentamente los ojos. Estaba tendida en el suelo, en el césped.
-¿Qué pasa? – pregunté sobándome el rostro. ¿Y mis gafas?
-Te desmayaste. – dijo Harry observándome.
-Todo por tu culpa. – negué poniéndome en pie mientras hacía fuerza contra mi cabeza. - ¿Dónde estamos? – pregunté observando mi alrededor.

No respondía. Volví a mirarlo. Me observaba con una cara muy rara. Era la cara con la que miraba a Emma y a las plásticas de la universidad. Una corriente de aire volvió a sacudir mi pelo. Miré al suelo y mis gafas no estaban. Volví a mirarlo. Seguía observándome, paralizado.

|| Narra Harry ||

Nunca la había visto así. Su pelo era enorme y no era muy oscuro. Era castaño. Sus ojos eran muy bonitos, eran claros, pero no eran ni azules ni verdes. Y tampoco grises. El uniforme le quedaba extremadamente bien y…

-¿Se puede saber por qué me miras así? – me preguntaba con el ceño fruncido. Pestañeé varias veces. - ¿Y me vas a decir dónde mierda estamos?
-Estamos en la empresa de mi padre. – asentí.
-¿Qué? – arrugó el entrecejo. Sonreí.
-Ahora te explicarán, yo tampoco sé que vamos a hacer.
-¿Cómo que no sabes que vamos a hacer? – resopló y volvió a apretar su sien, cerrando los ojos. Me levanté del suelo.
-Vamos allí. – señalé un restaurante. – Creo que tienes hambre.
-No como desde ayer.
-¿Cómo? – la miré.
-Que no como desde ayer.
-¿Por qué?
-Por la mañana no tenía hambre y a la hora del almuerzo, un chico con complejo de ninja me rapto. – me miró. Reímos. Volví a ponerme serio.
-Vamos.

Entramos en el restaurante y pedí una mesa. Un señor con un gran gorro blanco se acercó.

-Buenos días.
-Buenos días. – dijimos ____ y yo a la vez.
-¿Qué queréis de tomar?
-Una Coca-Cola. – dije yo.
-¿Y usted? – le preguntó el señor. La miré.
-Un Nestea con limón, por favor.
-Muy bien. – asintió.
-¿Qué van a comer?
-¡Pizza! – dijimos a la vez. Nos miramos con las bocas casi formando una ‘O’ y una ceja elevada.
-Vaya, ya veo que comparten muchas cosas. – carcajeó el señor. Fruncí el seño. – Lo siento.
-¿Pizza? – volvió a preguntar.
-Sí. – asentí.
-Muy bien. Enseguida se la traigo.
-Toma. – dije entregándole las gafas.
-Gracias. – asintió y se las puso.

|| Narra ____ ||

Lo miré. Me miró. Estaba en un restaurante, con el chico que me hace la vida imposible, el que me insulta, con el que tengo un castigo. Y de repente, me rapta. Ahora, lejos de la universidad. Con él. Y esperando nuestro almuerzo. Definitivamente, mi vida es un caos. Un caos completo. Y lo peor, es que me siento cómoda.


Aquí tenéis el capítulo 12 chicas, espero que os guste xx.

[quote="Inma_Styles"]Vale, lo leí en el móvil y se me olvidó comentar después... LOL pa' mí.
Espero que subas pronto más :)[/quote

No pasa nada cielo. Acabo de subir un capítulo ahora, besos .x

aye stylinson escribió:me encanta tu nove siguelaaaaaa

¡Ya la he seguido cielo! :3