Not Alone {Niall Horan y _____ Payne}

Capítulo 38: Estoy Enamorado de Ti (Parte 2)

- Recuerden que no están solos –comentó Harry.
- Lo siento –dije y me separé de Niall.
- ¿Chicos sabían que salgo con ______? –preguntó Niall y los chicos se carcajearon.
- ¡Por fin! –gritó Payne.
- Ya se habían tardado –dijo Zayn y yo me puse roja como un tomate.
- ¿Quieren ver una película? –pregunté para cambiar de tema.
- Sí, sólo déjenme ir por Lily –dijo Harry y nosotros asentimos. Él se retiró y Liam comenzó a preparar las palomitas. Zayn le ayudó con las cosas y me dejaron sola con Horan.

- Hola –dijo él cerca de mí, me abrazó y yo recargué la cabeza en su hombro- Ahora que eres mi novia no sé cómo hablarte.
- Háblame cómo si no lo fuera, sigo siendo tu amiga… solo que ahora soy más deseable para ti y… -me le quedé mirando a los ojos- puedes besarme cuantas veces quieras.
- Que genial es ser tu novio –dijo y me dio un dulce beso.
- ¿Desde hace cuánto deseabas esto?
- Desde que me dieron celos con Liam. Ayer en la cena de Navidad lo sentí más fuerte cuando Louis me dijo que quería salir contigo.
- Pues hoy fue él quien me convenció de venir a hablar contigo –dije y él me miró sorprendido.
- Si ayer lo odiaba, hoy lo amo por convencerte de ser mi chica –dijo y me dio un beso en los labios.
- Te quiero mucho –le dije en un susurro. Él me miró y me hizo una gran sonrisa, me miró a los ojos y me abrazó.
- Yo también y más de lo que te imaginas –aseguró.

- Los tortolitos son tan lindos –dijo Payne cerca de nosotros con un recipiente con palomitas y Zayn venía con una bandeja con vasos llenos de refresco. Niall se sentó más cerca de mí, ellos pusieron las cosas en la mesita de centro y pusieron un programa de música mientras llegaba Styles con su prometida.

Al cavo de unos minutos llegaron y se sentaron a nuestro lado. Pusieron la secuela de Star Wars –a mí no me gustaba así que estaba un poco aburrida-, Zayn y Liam estaban recostados en el suelo; en el sillón estábamos recostados Niall y yo, yo sentada y él con su cabeza en mis piernas. Lily estaba a mi lado y Harry estaba recostado en sus piernas.
- ¿Qué pasó con Louis? – me preguntó en un susurro.
- Le dije lo que sentía por Niall y… me regresó a casa a contarle a Niall lo que realmente sentía.
- ¡Que lindo que por fin estén juntos! –dijo Lily y le dio un golpecito a Niall en la frente.
- Tengo una duda –dijo Niall, Zayn puso pause a la película y él se enderezó.
- ¿Quién de ustedes ya sabía lo que yo sentía por ______? –todos levantaron la mano y yo me puse roja.
- Que vergüenza –dijo él y me abrazó- No vuelvo a decir nada en público. ¿Quién sabía que ______ estaba enamorada de mí?
- Yo –dijeron Liam, Zayn, Harry y Lily al mismo tiempo.
- Bueno, ya veo que no soy el único –dijo Niall y me di un beso en la barbilla.
- Cierto, pero fue por que yo se los dije, no porque ellos lo presintieran- Me defendí.
- Mentira –empezó Liam- yo lo noté primero que todos ustedes.

La discusión de quién supo primero; quién sintió primero qué… duró horas. Nosotros nos la pasamos riendo. Escuchamos todas sus versiones y demás cosas. La verdad es que tenían muchas hipótesis de nosotros y nunca se esperaron que yo viniera a besar a Niall en casa de Liam.

Al terminar esta improvisada comida, Niall y yo nos fuimos a nuestra casa. El camino fue un poco incómodo pues el silencio nos dominó. Cuando llegamos a casa me quité el abrigo, él también lo hizo… me encaminé a la cocina, me serví un poco de vino en una copa y le serví una a él; quien me observaba sin decir una palabra desde que entramos.
- Este silencio incomoda –comenté y él rió.
- Cierto, pero no podemos hacer nada hasta que nos acostumbremos a la idea de que somos pareja –tomó mi mano y me acercó a él.
- ¿Te gusta la idea de ser mi novio? –pregunté y le levanté un par de veces las cejas.
- ¿Por qué la pregunta? –contraatacó.
- Soy demasiado aburrida, retacada y nada atractiva –él me miró incrédulo y resopló.
- ¿Crees que te voy a creer luego de la escenita que me hiciste esta tarde? –preguntó y me comenzó a mecer.
- ¿Te gustó mi modelito? –susurré frente a sus labios.
- ¡Por supuesto! –gritó- ¿De dónde lo sacaste? –preguntó y yo reí-. Creí que toda mujer tendría uno de esos pero nunca creí que tú… y menos en mi casa –comentó.
- ¡Oye! –dije ofendida- Yo sigo siendo mujer, además –hice una pausa para dramatizar- de alguna forma te tenía que seducir.
- ¡Y vaya que lo hiciste! –dijo y me besó el cuello.
- Pues tú… -dije y me separé de él- aún no te paseas por la casa desnudo, así que… estoy más que falta de deseo.

Caminé con la copa de vino en mi mano izquierda hacia el refrigerador. Con la mano derecha abrí la puerta de la nevera y comencé a sacar varias cosas para cenar.
- ¿Pasa algo? –pregunté cuando noté que Niall me observaba fijamente.
- No realmente, solo te estoy imaginando desnuda –cuando dijo eso me levantó las cejas y yo sentí que toda la sangre se acumulaba en mis mejillas. ¡Qué sinceridad la de él! -¿qué? –preguntó inocente.
- Cierto –dije tratando de restarle importancia a mis nervios- Solo me viste desnuda el día de los piojos y ni siquiera me viste de cuerpo entero.
- ¡Sí y eso no es nada justo! –dijo e hizo un puchero, se cruzó de brazos y me miró con el entrecejo fruncido.
- A veces me gusta cuando te comportas como un niño –dije y reí.
- No te rías –dijo y se acercó a mí- me cortas la inspiración –concluyó, me seguí riendo.
- Lo siento –comenté entre risas- pero, ¿por qué es tan difícil que me robes un beso? –pregunté- Antes lo hacías y muy seguido.
- Entiendo –dijo él y se alejó de mí- pero antes no sabía que deseabas este cuerpo –dijo y se tocó el pecho tratando de seducirme y yo reí. Parecía un modelo haciendo eso- Ahora –dijo y bajó las manos triste- me da miedo que no te guste, que te… -agachó la cabeza- decepciones.
- Si quisiera un cuerpazo hubiera buscado a Zayn –él resopló-, si quisiera alguien maduro… hubiera buscado a Harry –él asintió-, si hubiera querido a alguien para divertirme y reír siempre hubiera escogido a Liam.
- ¿Entonces –Niall se acercó más a mí- por qué me elegiste a mí?

Tomé sus mejillas entre mis manos y sonreí. Era tan tierna su mirada, tan solo de imaginar que él pensaba que yo no lo deseaba lo suficiente, me era increíble.
- Te escogí a ti porque de los tres… -él me observaba expectante- de los tres… -repetí- tú eras el único soltero.
- ¡______! –me reprendió ofendido, caminó lejos de mí, rumbo a la sala. Yo me colgué en su espalda y caímos juntos a su sillón.
- Yo no te escogí a ti –le dije en un susurro- Tú fuiste quien se metió en mi vida, quien se robó algo llamado corazón y… no ha tenido la decencia de devolver.

Me levanté un poco y él se giró para quedar frente a mí. Me volví a recostar y él me veía serio.
- A cambio de tu corazón –respondió- yo entregué el mío.
- ¿Es muy pronto para decir “Te amo”? –pregunté intrigada- no soy muy buena en decir lo que siento.
Él me miró sorprendido, luego sonrió y se acercó a mis labios.
- No es muy pronto si realmente lo sientes –contestó.
- Te amo –susurré.
- Yo también –contestó, correspondió mi beso y luego sonrió.

Niall jugueteó con mi cabello. Ahora no se le salían los suspiros, o los estaba controlando o ya estaba concentrado en nuestra escenita. Mordió mis labios haciendo que mi cuerpo se estremeciera.
- ______… -dijo entre nuestro apasionado beso.
- ¿Hum? –pregunté sin separar mis labios de los de él.
- ¿Quieres ir a dar una vuelta? –preguntó separándose un poco de mí.
- ¿No prefieres quedarte en casa? –pregunté, pues era realidad que lo deseaba con locura. No podía esperar más a que ese sueño se cumpliera.
- Te conviene –dijo. Esa palabra me sacó muchas sospechas, entrecerré los ojos y él sonrió apenado. ¿Qué rayos podría ser mejor que esto?
- Está bien –acepté.
- Sabía que aceptarías –dijo y se levantó- Ve al cuarto, ya vuelvo –dijo y caminó hacia el recibidor.
- ¿A dónde vas? –pregunté alarmada.
- Tengo que arreglar algo importante, vuelvo en –miró su reloj- máximo una hora.
- Niall me estás asustando –me levanté y caminé hacia él.
- No tienes por qué, vístete elegante que tenemos que cenar –lo miré incrédula, observé el reloj que estaba frente a la chimenea.
- Son las once de la noche –comenté.
- Solo vístete –me instó- de lo demás me encargo yo…
- ¡Uy! –dije ofendida- yo solo decía…
- Te quiero totalmente hermosa –advirtió.
- Niall –lo miré- no iré desnuda a un restaurante.
- Leer mi mente está prohibido –reprendió y luego me dio un tierno beso- Vuelvo en unos minutos, amor.

“Amor” ¡Qué lindo se escuchaba en su voz! Definitivamente yo estaba enamorada de él. Si me pedía mudarme con él a cualquier parte del mundo; era un hecho que aceptaría y ni siquiera me tomaría minutos para pensarlo.

Niall salió de la casa y yo me dirigí a mi cuarto para arreglarme como se debe.

Capítulo 39: Cena

Estaba vistiéndome y recibí un mensaje del celular de Liam.

“¿Estás lista? Ya estoy frente a tu puerta” –me puse la chaqueta y bajé las escaleras trotando. Me miré en el espejo que está en el recibidor para revisar que todo haya salido bien. Mi cabello ondulado, copete de lado, blusón negro y mallones negros. Un gran cinto rojo y unas botas rojas. Me colgué el relicario y tomé mi bolso. El timbre volvió a sonar y yo abrí la puerta con rapidez.
- Hola –saludé a Liam con una gran sonrisa, él también me sonreía. Vestía una chaqueta negra y unos jeans grises, con una camisa en cuello V blanca.
- ¿Lista? –preguntó y yo asentí.
- ¿A dónde me llevarás? –pregunté interesada, mientras caminábamos a su auto.
- Cierra los ojos y ya lo sabrás –aseguró y se paró tras de mí. Me puso una cinta para que yo no hiciera trampa. Me ayudó a subir a su auto y puso música a todo volumen. La única que reconocí fue C’mon c’mon en un remix hecho por él.
- Haces lindas mezclas –halagué.
- Muchas gracias –comentó- admito que eso hago en mi tiempo libre. De hecho, fue lo que hice con mi primer cheque –confesó feliz.
- ¿Hacer tu propio estudio? –pregunté.
- Sí –contestó muy entusiasmado.

El viaje duró unos minutos, admito que a veces me desesperaba y yo hacía trampa, miraba por debajo de la tirita de tela. En una de esas Liam me descubrió y permitió que me quedara así. Llegamos a una casa grande adornada con objetos y lucecitas referentes a la navidad, renos, trineos y demás accesorios podía encontrar por aquí. Esta casa era conocida por mí, pues era de Zayn.

Bajé del auto y él me acompañó a la entrada. Tocamos el timbre y Zayn fue quien nos atendió.
- Buenas noches –dijo Liam-, el paquete ha llegado.
- Gracias –respondió Zayn- Mi lady –me llamó-, pase por favor –pidió y tendió la mano. La tomé y di unos pasos hacia dentro. Liam se quedó en el recibidor y yo seguí algo dudosa a Zayn.
- Tantas cosas comienzan a asustarme –dije algo temerosa, miré hacia todos lados para ver de dónde me brincaría Niall.
- Al final todo esto te gustará –me aseguró Zayn.
- Pues… -dudé- ahora no estoy tan segura.
Me llevó a unas puertas corredizas de cristal. Las abrió y Harry me recibió allí. Él estaba abrigado y tenía un gorrito de navidad en la cabeza, lo miré extrañada y él me sonrió.
- Hola ______ –saludó y yo entrecerré los ojos.
- Hola –saludé, comencé a mirar a todos lados esperando que Niall apareciera con un bicho nuevo o no sé, vestido de Tarzan… (lo sé mi imaginación es mucha, pero es Niall).
- Tranquila, esta es la última parada antes de tu destino –prometió. Tomé su mano y él me encaminó por un sendero empedrado. A lo lejos noté una pequeña cabaña, alumbrada con una lámpara de aceite. Pasamos la piscina y llegamos a los escalones de la cabaña.
- ¿De qué se trata todo esto? –pregunté.
- Solo es un pequeño detallito de parte de nosotros, para ti y para Niall –dijo y sonrió. Su hoyito se le marcó y yo cerré los ojos feliz. Su felicidad causaba algo extraño en mí, él sonreía y yo sonreía.
- Tocas en cuanto me retire –pidió. Me le quedé viendo mientras él se retiraba. Se perdió en la oscuridad y me quedé en la misma posición durante unos minutos, pensando en qué más podría pasar. Miré mi reloj y eran las doce, media noche. Mi hora de cenar ya había pasado hace dos horas.
- ¿Cuándo piensas tocar? –preguntó Niall desde la ventana, provocando mi risa. Toqué la puerta y él se quitó de la ventana.
- ¡Ya van! –gritó como señora dando de desayunar.
Él abrió la puerta y con media sonrisa e imagen de mayordomo me tendió la mano.
- Buenas noches mi Lady –pronunció con voz aterciopelada.
- Buenas noches Joven… -dejé un espacio para que él completara la oración.
- Frederickson –comentó, recordé el viejito de la película de UP- Julián Frederickson.
- Buenas noches “Julián” –saludé.

Entramos y noté que en lugar de parecer una cabaña era como un spa. Estaba realmente equipado. Caminamos hacia la derecha y allí encontré una mesita de centro, hecha con madera de roble y tres silloncitos, bastante acolchonados color rojo. La textura era aterciopelada. Frente al sillón central estaba una pantalla de plasma de 60” y bajo de ella estaba la chimenea. A la izquierda estaba un librero con un elaborado equipo de sonido. A penas entré la música comenzó a sonar, creando un ambiente romántico.

Julián Frederickson me ayudó a quitarme el abrigo y luego tomó mi mano, guiándome hacia la cocina. Ésta tenía una mesa cuadrada para cuatro personas; pero solo había dos platos, velas, dos copas de vino y dos servilletas.
- Siéntese –pidió-, en un momento le traigo la carta.
- De acuerdo –acepté gustosa. Julián se fue y me dejó sola observando maravillada, la hermosura de la cabaña. Frente a mí estaba un trastero con una vajilla realmente hermosa, color blanca y decorado en color oro, contrastando con el color café del trastero.
- Aquí tiene –dijo mi ahora mayordomo. Me mostró la carta, que en realidad era una libreta partida en dos. La abrí y en su interior con letras muy grandes decía “PIZZA”. Reí pues era lo único que tenía escrito.
- Creo que optaré por la pizza –le dije y él se sonrojó.
- Es una gran elección, déjeme decirle que la especialidad de hoy es Pizza de Pepperoni y Hawaiana.
- Ambas estarán bien –contesté. Apartó la carta y volvió con dos cajas enormes de pizza. Las puso sobre la mesa y se quedó parado a mi lado.
- Julián –llamé y él sonrió-, mi acompañante no vendrá pero… tal vez a usted le gustaría acompañarme por un rato, mientras él… se presenta –dije tratando de seducirlo.
- Será un placer –aceptó.

(Narra Niall)
Le serví dos rebanadas de pizza y un poco de vino tinto. Me senté frente a ella y le sonreí. Por ahora yo era Julián, su mayordomo.
- Dígame señorita… -pausé para que ella completara la oración.
- Consuelo –pronunció- Consuelo Pérez –completó. Eso me hizo reír, yo era Julián y ella era Consuelo, unos apasionados latinos en busca de una aventura de amor y lujuria.
- Bueno Consuelo, hábleme de usted –dije después de darle una mordida a mi rebanada de pizza.
- Bueno soy una ex convicta. Pasé mis últimos cinco años en la cárcel, por robo de hombres guapos –me miró y me levantó las cejas.
- ¡Vaya, vaya! –dije sorprendido y tratando de ocultar una risita nerviosa- ¿Yo habría perfilado en ese tipo de hombres?
- Mi querido Julián, tú puedes hacer que yo pierda mi libertad condicional… -yo levanté las cejas sorprendido-, pues tú sobrepasas mi perfil.
- No creo que a su pareja le agrade este tipo de comentarios –dije y tapé mi boca, como si yo fuera la dama en este caso.
- No te preocupes, Julián. Nadie se enterará.
- ¿Así que es casada? –pregunté.
- Así es… estoy casada y tengo un hijo –dijo y mordió otro pedazo de pizza.
- ¿Por qué tiene solo uno? –pregunté curioso y ella rió.
- Julián –dijo y negó con la cabeza-, cuando estás en el quirófano y sientes que se te sale el relleno y que tu cuerpo se parte en dos… -hice cara de asco- es cuando te das cuenta de que uno es suficiente.
- Ahora veo sus razones –pronuncié y retiré la pizza de mi plato. ______ rió.
- ¿Te gustaría contarme que pasa con tu vida, Julián? –preguntó ella tratando de no reírse.
- Yo soy un modelo de ropa interior –dije airoso. ______ se sonrojó y mordió sus labios.
- ¿En serio? –preguntó.
- Así es –dije y cerré los ojos.
- Me gustaría verlo alguna vez –pronunció ella y se levantó de su lugar.
- ¿A dónde vas, Consuelo? –pregunté, ella tomó su copa de vino y siguió caminando. Esto se ponía realmente interesante. La seguí y ella estaba parada frente a la chimenea, estaba observando el fuego.
- ¿Estás bien? –pregunté.
- ¿No sabes a qué hora viene mi novio? –preguntó, indicio de que ya no quería jugar.
- ¿Qué pasa, ______? –pregunté preocupado. Ella se acercó a mí y me abrazó. Puse mis labios en su frente y le daba pequeños besos en ella.
- Gracias por todo lo que has hecho por mí –dijo ______-. Me has salvado de un abismo de soledad y monotonía.
- No tienes nada que agradecer –le dije-. Tú llegaste cuando menos lo esperaba. Pero me diste un gran motivo para sonreír.
Ella buscó mis labios y cuando los encontró me besó apasionadamente. Me acerqué más a ella y entrelacé mis dedos entre su cabello.
- Te amo –susurró y yo sonreí.
- Yo te amo demasiado- pronuncié.

Toda la noche nos la pasamos conversando sobre nuestras vidas y futuros proyectos. Cuando sería la gran escena de amor, no lo sé pero por increíble que pareciera, no me importaba el día, pues sabía que sería genial, sería con ella.

Estaba a su lado, vestido solo con boxers. Ella estaba recostada boca arriba observando el techo. Puse mi cabeza en su pecho y ella hizo media sonrisa.
- ¿De quién es la cabaña? –preguntó.
- Es de Zayn… forma aún parte de su jardín trasero –respondí.
- Tanto tiempo por acá y nunca me había fijado en el patio trasero de Zayn –comentó ella. La abracé más a mí y ella rió.
- Solo la utilizamos en ocasiones especiales como: Navidad, citas…
- Si estas paredes hablaran… -dijo ______ y entrecerró los ojos.
- Les preguntaría qué hacen Zayn y Rose por aquí –comenté intrigado por mi mejor amigo.
- Sucio –dijo ______ y me dio un golpecito en la frente.

Ella se giró y quedó boca abajo, yo estaba sobre su espalda y ella sonreía. Recordé aquella vez que me sacó de su cuarto.
- ______… -pronuncié.
- ¿Hum? –dijo pues estaba quedándose dormida.
- ¿Recuerdas aquella vez que estuvimos en tu cuarto, cuando me enseñaste tu tatuaje por primera vez?
- Vagamente pero sí –contestó y se puso de frente.
- ¿Por qué me sacaste de tu cuarto ese día? –pregunté, pues necesitaba saberlo. Esa vez me había quedado bastante sorprendido por su reacción. Ella se tapó la cara con las sábanas y comenzó a hacer pucheros.
- Dime, prometo no reírme ni ofenderme –juré, ella se destapó la cara y yo la miré bastante intrigado por su respuesta. Ella tocó mi cara con sus manos y pasó su pulgar por mis labios.
- Hay cosas de mí que tú nunca sabrás –comentó y yo agaché la cara decepcionado por su respuesta, esperaba algo como: “en ese momento te odiaba o me dabas asco” no lo sé. Ella reía.
- Eres malvada conmigo –susurré y la besé.
- No soy tan mala –comentó y se encogió de hombros.
- Si quieres jugar a maldad… -comenté- ya no te besaré hasta que me digas la verdad sobre ese día.

Ella se enderezó haciendo que yo cayera sobre mi espalda. ______ subió hacia mi pecho y me miró de una forma nada amable.
- No creo que aguantes tanto tiempo, si tienes permiso para besar y acariciar este cuerpo…
- ¿Apostamos? –pregunté.
- Lo que quieras –susurró.
- De acuerdo, si yo gano… planearás una cena romántica para ambos en un restaurante famoso…
- Eso no suena tan mal –comentó ella y se encogió de hombros.
- Aún no terminó –completé- tú irás vestida de sirvienta. Con un trajecito corto y mega sexy –ella me miró con los ojos como plato- con liguero y todo –pronunció.
- Eso no es justo –dijo ella con un puchero- me tacharán a mí de zorra.
- No pasa de que te pidan un privado –dije restándole importancia, ella me dio un zape y se giró.
- No, Niall, no –dijo medio molesta.
- ¿No jugarás? –pregunté, pues ______ siempre aceptaba mis retos.
- ¡Claro que jugaré! –dijo y subió a mi cuerpo-, pero esta vez no te dejaré ganar.
- Si yo pierdo, haré esa cena romántica y me tatuaré en la nalga “You Own This ______” e iré solo con una tanga –______ se puso bastante roja y se comenzó a reír.
- Acepto el reto –dijo airosa. Le di la mano y ella la tomó. Sonreímos y nos miramos a los ojos, yo mordí mis labios y ella desvió la mirada.
- ¿______? –llamé su atención, ella me miraba fijamente.
- ¿Qué? –preguntó inocentemente.
- ¿Empezamos mañana? –miré el reloj y eran las cinco y media de la mañana. Ella se acercó a mí y sonriendo pegó sus labios a los míos.
- Empecemos cuando despertemos –pidió.
- Justo –susurré.
- Hecho –concluyó en un beso apasionado.

Nuestro beso se fue tornando más exigente. Una corriente de energía poderosa atravesaba mi cuerpo y no podía detenerse. La apreté hacia mí y la giré para quedar yo sobre ella. Delicadamente metí la mano por debajo de su blusa y la comencé a alzar. Ella se levantó sobre sus codos y me permitió quitársela.

Bajé las manos hacia sus mallones y con mucho cuidado la comencé a bajar, cuando por fin hubo estado fuera, con mi dedo índice recorrí desde su tobillo, pasando por su chamorro y luego el muslo. Su piel ante mi tacto se erizaba haciendo que la mía imitara su piel. Acerqué mi cara a su estómago y con mis labios recorrí desde su ombligo hasta su cuello. La respiración de ella comenzaba a agitarse, haciendo que mi corazón se acelerara. Encontré sus labios y la besé tiernamente. Encontré el broche de su sostén y lo deshice, ella arrancó la última prenda que nos dividía y así comenzamos lo nuestro. Haciendo que lo que quedaba de oscuridad se apoderara de nosotros y nuestros cuerpos.

Nunca había sentido lo que sentía por ______, ni siquiera por Amy. ______ era la única que me tenía de cabeza, pensaba en una vida a futuro con ella, quería hijos con ella, quería todo con ella, quería envejecer a su lado.

Ella había logrado lo que nunca nadie logró: que yo la amara ciegamente, que la extrañara cuando ella no estaba, que viera por ella, que me preocupara por su futuro, su pasado y su presente. Que me doliera la cabeza tan solo de pensar que una noche no estaría con ella.

¿Quién pensaría que encontraría a mi mejor amiga, a mi novia y si el tiempo lo decidía a mi futura esposa, en una cafetería mediante una fan descuidada? Ella ha sido una persona realmente especial pues aunque sabía que yo era una persona famosa, siempre me trató como a una persona real, no de plástico y sin sentimientos. Me ayudó cuando más lo necesitaba y estuvo para mí aunque yo no se lo pidiera. Ella se había convertido en mi complemento, mi todo. Simplemente estaba ciega, y perdidamente enamorada de ella, no había otra a quien yo quisiera más que a ella.

Capítulo 40: Problemas

(Narra ______)
Anoche había sido la mejor noche de mi vida. Por fin, luego de una larga espera, estuve con el ser a quien yo realmente amaba. La observé un tanto mientras él dormía y lucía como si un ángel hubiera tallado su rostro. Él era realmente especial para mí, nunca lo dejaría ir.

Me levanté de la cama y me vestí con su playera solamente. Serví una taza de café con leche y me senté en la mesa, esperando que él despertara pronto. Mientras mi mente divagaba escuché que mi celular comenzaba a timbrar. Corrí a callar el sonido, esperando que mi carrerita no despertara a Niall.
- ¿Hola? –contesté en un susurro.
- ¡Payne! –era mi jefe-, hubo un problema en la línea final del motor S350. Te necesito aquí.
- ¿Tiene que ser ahora? –pregunté mientras observaba a Niall dormir.
- En la línea un eslabón que sostiene los motores al transportarlo… -puse más atención y salí de la habitación- se soltó, haciendo que el motor cayera, aplastó el pecho de Pete Baker.
- ¡Santo Dios! –dije asustada, tapé mi boca con la mano- ¿Sigue vivo? –pregunté, pues es uno de los principales trabajadores de mi área.
- Sí, pero está hospitalizado y… creo que lo tratan de salvar.
- Supongo que ya nos estamos encargando de eso, ¿verdad? –supuse.
- Sí… nosotros llamamos a la ambulancia y ahora los doctores hacen lo que pueden.
Yo estaba buscando mi ropa pues, necesitaba asegurarme de que todo saliera bien, con el seguro y el papeleo del que nos encargábamos cada que había un accidente.
- Muy bien –dije satisfecha.
- Ese no es el problema más grave –comentó mi jefe preocupado.
- ¿Qué puede ser peor? –pregunté.
- La esposa de Baker, nos está demandando y quiere millón y medio –comentó en un hilo de voz.
- ¡¿Qué?! –pregunté con incredulidad, para ese momento Niall ya estaba despierto viéndome detenidamente- Eso no puede ser posible, si se le da toda esa cantidad, los demás trabajadores que han tenido también accidentes pensarán que les daremos dinero cada que se accidenten.

Toqué mi cabeza pues tan solo de imaginar el lío que había en la empresa y todo lo que tendría que hacer, tardaría horas y mucho esfuerzo en solucionarlo, mi cabeza latía y dolía desde antes de llegar.
- Has entender a una señora –comentó mi jefe molesto.
- Voy para allá –dije tras un largo suspiro y colgué.

Me terminé de vestir y Niall se acercó a mí, solo con una sábana enrollada en su cadera. Me abrazó y me dio un beso en el cuello.
- ¿Pasa algo? –preguntó.
- Ocurrió una emergencia en la empresa… -dije preocupada y molesta- me tengo que ir.
- Yo quería pasar el día contigo –dijo haciendo pucheros. Besé su frente.
- Lo siento en verdad –comenté- prometo que en cuanto termine con esto, regresaré a casa contigo.
- No te preocupes, estaré bien –aseguró- Con cuidado.
- Ya vuelvo –dije y lo abracé.
- Tú eres la mujer maravilla, nada te detiene… -dijo y alzó los brazos- así que a darle, amor.
- Gracias –dije sonriente y me alejé un poco de él.
- ¿No me besarás? –preguntó triste.
- Claro –dije y me acerqué a él, lo suficiente para tentarlo pero no para tocarlo- si quieres un tatuaje en el trasero –él se alejó de mí.
- No me ganarás –comentó.
- Ya veremos –dije y con una gran sonrisa, tomé mis cosas y salí por la puerta principal de la cabaña. Apresurada crucé el jardín trasero y entré a la casa de Zayn. Dentro en la cocina se encontraban Zayn e Rose, parecían preparar panqueques.
- Buenos días –saludaron ambos.
- Hola –comenté- que bueno que regresaste –le dije a Rose- ¿Cómo te fue en tu gira?
- Perfectamente, tengo algunas cosas que contarte –comentó ella y me levantó un poco las cejas, a lo cual yo sonreí.
- De acuerdo, pero será en otro día… hoy tengo algunas cosas que arreglar –dije mirando la puerta de salida algo triste.
- Suerte –dijeron ambos y yo agradecí y luego corrí hacia la puerta principal.


En el auto conduje con rapidez para llegar a casa y ducharme rápidamente. Al llegar entré a la ducha y no me importó lo helada que estuviera el agua, simplemente necesitaba irme ya. Me puse un traje azul marino y una camisa blanca, ondulé mi cabello y me maquillé levemente. Tomé una manzana de la cocina y corrí hacia el auto de nuevo.

Por fin llegué al edificio de mi empresa y a penas entré una señora chaparrita y de menuda figura se paró frente a mí.
- ¿Usted es ______ Payne? –preguntó. La miré detenidamente; ella tenía cara de enojada. En este tipo de situaciones, siempre me enseñaron a mantener una sonrisa a pesar de que te murieras de dolor o enojo, así que le contesté amablemente.
- Así, es… -pausa- ¿le puedo ayudar en algo?
- Claro que sí –contestó y movió su cabeza tratando de hacer énfasis en sus palabras- mi esposo está con heridas graves y propenso a morir. Su empresa se supone que es de las más seguras… ¿con qué le voy a responder a mis hijos?
- De verdad –traté de buscar palabras en mi cabeza que fueran un poco más racionales- lo siento. De hecho, me acabo de enterar y por eso estoy aquí ahora. Baker ha sido de los mejores trabajadores que he tenido, así que haré lo que pueda.
- Haga lo que tenga que hacer –dijo con un tono altanero, como si yo fuera doctora y le pudiera dar salud a su esposo- ¿Le dijeron lo que les pedí?
- Me comentaron acerca de cierta cantidad de dinero… -dije mientras caminaba hacia el elevador- solo que no me quedó clara la cantidad.
- Quiero millón y medio de euros –comentó y se me hizo un nudo en la garganta.
- Bueno –fue lo único que salió de entre mis labios. La señora se quedó parada en el umbral del elevador y yo oprimí el botón para llegar al noveno piso. Las puertas se comenzaron a cerrar y medio le sonreí a la señora, ella se dio la vuelta y caminó lejos de allí.

-¡Ah! –grité- ¿De dónde demonios quiere que saque esa cantidad? Esta señora está loca, para qué quiere tanto dinero, además… no debería de estar conmigo ahora, debería de estar en el hospital con su esposo que es quien realmente la necesita. No nosotros haciéndonos más horrible la mañana.

Este día sería demasiado complicado. Entré a mi piso y había un montón de gente corriendo de un lado a otro. Caminé directamente a la oficina de mi jefe, sabía que el enojado sería él. Toqué la puerta y al entrar noté que estaban mis asistentes: Natalie y Loana conversando con él.
- ¿Hacemos eso? –preguntó Loana.
- ¿Hacer qué? –pregunté interesada, me senté al lado de Natalie, quien me observó con media sonrisa.
- Estamos pensando en despedir a Baker –comentó Dallas. Lo miré incrédula y él se encogió de hombros.
- No podemos hacer eso –dije asustada- y menos ahora. Nos podrían demandar y aún por más dinero, pues esto se trataría de un despido injustificado. Además, no tendría seguro y no podrían tratarlo.
- ¿Sabes lo que costarán sus tratamientos? –preguntó él medio molesto.
- Lo sé, pero esta empresa es catalogada como una empresa que se preocupa por sus trabajadores. Además él ha sido uno sin tacha –comenté. Él desvió la mirada.
- ¿Entonces qué hacemos? –me preguntó Natalie.

Estuvimos discutiendo dos horas entre nosotros y los abogados. Luego de eso fuimos a visitar a Pete Baker al hospital. Estaba en un coma inducido pues no sabrían si sobreviviría a la cirugía de reconstrucción que le hicieron en el pecho. Estaba en una silla pensando en miles de formas de solucionar esto, pero no tenía idea de qué hacer.

Me llamaron y fui a la sala de juntas del hospital. Se me fue la sangre hasta los pies cuando noté quiénes estaban allí. Los abogados de la empresa y la señora con sus propios abogados.
- Este es el trato –comentó el abogado de Baker-, nos dan el millón y medio o nos vamos a juicio si lo despiden.
Negué con la cabeza y apoyé la cabeza en la mesa. Mi jefe no podía hacer nada con mi trabajador, yo tenía que tomar la gran decisión. Si le daba el millón y medio perdería mucho la empresa y nosotros teníamos clientes que podrían perder la fe en la seguridad de nuestra empresa. Mi jefe me miraba expectante, ¿por qué de todas las personas que estaban allí en la sala de juntas yo era aún la única racional? La cabeza me latía con fuerza.
- No le puedo dar tal cantidad –comenté, la señora hizo gestos y yo entrecerré los ojos- Sufragaremos los gastos del hospital y los medicamentos. Haremos lo que necesiten para que Baker se recupere. También tendrá seguro su puesto para cuando él pueda regresar. Es eso o nos vamos a juicio –concluí-

Capítulo 41: Problemas (Parte 2)

- No le puedo dar tal cantidad –comenté, la señora hizo gestos y yo entrecerré los ojos- Sufragaremos los gastos del hospital y los medicamentos. Haremos lo que necesiten para que Baker se recupere. También tendrá seguro su puesto para cuando él pueda regresar. Es eso o nos vamos a juicio –concluí-. Nuestra empresa se preocupa por el bienestar de nuestros empleados –dije muy segura y mi jefe asintió- por esa razón les damos seguro de vida, vacaciones pagadas, despensas y bonos. Cada que Baker necesitaba quedarse tiempo extra, se lo permitíamos, además le regalábamos bonos por puntualidad. Siempre nos hemos hecho responsables de los problemas que hay en la empresa y esta –comenté- no será la excepción. Estamos dispuestos a pagar por la salud de su esposo. Pero no sus lujos –dije un tanto molesta- ¿qué rayos está haciendo tratando de demandarnos cuando ve que hacemos lo que podemos por cuidarlo?
- ¡Vas a tragar tus palabras! –me gritó la señora- Nos iremos a juicio –comentó y yo rodé los ojos- pero no iré contra la empresa, iré contra ti.
- ¿Conmigo? –dije incrédula.
- Así es… te quitaré cada centavo que tú estás gozando –se levantó de la silla dramáticamente y mi jefe y los abogados se me quedaron mirando.
- No tardarás mucho –comenté y saqué mi cartera- tengo solo 20 euros.

La señora se fue y azotó la puerta de la sala. Los abogados cerraron el portafolio y salieron también de allí. En la sala quedamos solo los abogados y mi jefe.
- Tu discurso era realmente bueno hasta que hiciste la última pregunta –comentó Foster.
- ¿Qué harás? –preguntó Cambridge.
- Por ahora llorar –dije y solté el llanto que me había tragado desde que llegué al edificio. Recargué la cabeza en la mesa y mis sollozos fueron aumentando. Los abogados se retiraron y me dejaron solo con Dallas.
- Todo saldrá bien –pronunció.
- Eso usted no lo sabe –comenté.
- Como gerente general… -dijo él y se paró de su silla. Lo miré confundida y él se acomodó la corbata- debo decirte que si pierdes el caso… te despediré –comentó y yo respiré confundida.
- ¿De qué habla y cómo quiere que pague tal cantidad? –pregunté asustada, me levanté de la silla y caminé hacia él.
- Ese no será ni mí problema ni el de la empresa –comentó mi jefe- sabes que así son los negocios –dijo y salió por la puerta como si nada hubiera pasado.

Tomé mis cosas y salí del hospital cabizbaja. Como si alguien hubiera muerto allí y me acabaran de dar la noticia. Subí a mi auto y puse la música a todo volumen, dejé que las lágrimas empaparan mis mejillas. Llegué a mi departamento, el antiguo en el que vivía desde antes de conocer a Niall. Abrí la puerta y noté que estaba empolvado y lleno de recuerdos. Me tiré en la cama y me hice un ovillo allí. Lloré de nuevo, solo que ahora desesperadamente, pensando en todo lo que podría perder en ese juicio. Estaba realmente asustada. Sin darme cuenta me quedé dormida y no supe más de mí.


Cuando por fin desperté eran las dos de la madrugada y en mi celular habían diez llamadas perdidas de Niall y cuatro mensajes que contenían lo mismo.

“¿Qué pasó?; ¿Cómo estás?; ¿Dónde estás?; ¿______, estás bien? Responde”

Me levanté y me sacudí la ropa, pues estaba impregnada de polvo y pelusas. Le di un último vistazo al departamento y luego salí de allí.

Llegué a casa y abrí la puerta con cuidado, tratando de no hacer ningún sonido tan marcado. Entré a la casa con la penumbra de la noche, dejé mi abrigo en el perchero y subí las escaleras a paso lento. Abrí la puerta de mi habitación, me quité los zapatos y la ropa que llevaba y lavé mi cuerpo, pues necesitaba relajarme. Al terminar me puse un blusón largo color gris, de algodón. Caminé fuera de mi habitación y abrí la de Niall. Pude notar que entre las cobijas estaba él, dormido con cara de preocupación.

Me acerqué y me metí entre las cobijas, me acurruqué a su lado y él se percató de mi presencia. Me besó la frente y me abrazó.
- ¿Qué pasó? –preguntó y yo suspiré pues se me hizo un nudo en la garganta- ¿Estás bien?
- Me demandaron –comenté y él me miró a los ojos, realmente confundido.
- ¿De qué hablas? –preguntó.
- Bueno, al llegar… -le conté toda la historia con lujo de detalles y él me ponía mucha atención. Las lágrimas comenzaban a llegar y él me abrazó fuertemente.
- Tranquila, ______ –me dijo él amablemente- Todo sale a la luz, todo va a estar bien –me aseguró.

Me acerqué a él y puse mi cara en su cuello. Suspiré su dulce aroma y él me abrazó fuertemente. El cansancio era más que el hambre que pude tener, así que me quedé dormida en sus brazos.

(Narra Niall)
Al despertar, ______ estaba boca abajo con un brazo sobre mi cintura. Traté de zafarme y al hacerlo, ella se movió un poco y se giró para darme la espalda. Salí de la habitación a paso lento, esperando que no se despertara. Ella lucía bastante cansada.

Bajé a la cocina y me dispuse a cocinarle unos hot-cakes con miel, como tanto le gustan. Le serví un poco de jugo en un vaso y en una taza un poco de café, al llegar a casa lo calentaría. Busqué mi abrigo y fui a la florería más cercana.
- Un ramo de rosas rojas, por favor –pedí. La chica que me atendía me miraba detenidamente y demasiado nerviosa, con manos temblorosas me entregó el ramo que le había pedido. Se lo pagué y saqué una rosa del ramo- Te la obsequio –dije y se la di. Ella contenta la tomó y me sonrió bastante emocionada.

Llegué a casa y puse todo el desayuno en una bandeja de madera, las flores las sostuve con la boca, pues no podía ponerlo sobre la comida. Abrí la puerta con delicadeza (con un pie) y luego de notar que ella seguía aún dormida, me acerqué a ella y puse la bandeja en su buró. Tomé las flores y besé su frente.
- Buenos días –susurré.
- Buenos días –comentó aún sin abrir los ojos- huele a flores –dijo y abrió los ojos. Notó las rosas frente a ella y sonrió, tomó mi mano y se enderezó un poco.
- Escucha –comencé- sé que ayer tuviste un día muy difícil; pero, aún no se acaba el mundo. Sé que encontraremos la forma de solucionarlo, solo ten fe en ti misma.
- Gracias, Niall –comentó y me abrazó. Le puse la bandeja en sus piernas y juntos desayunamos del mismo plato. Le dije unos cuantos chistes para que ella sonriera y tratara de olvidar su problema por unos minutos y así pasó.

______ volvió a su estado natural y se dio una ducha, pues iría a trabajar pronto. Yo llamé a Harry, pues quería organizarle algo a ______.
- ¿Hola? –contestó Harry.
- Hola Harry –saludé- ¿tienes algo planeado para hoy? –pregunté.
- No realmente, ¿qué harán ustedes? –preguntó.
- Me gustaría que me ayudaras con algo –comenté algo temeroso.
- Claro, ¿qué pasa?
- Pasa que ______ afronta una demanda por millón y medio de euros y… se me está deprimiendo mucho, no ha comido bien. Esta mañana a penas tocó los hot-cakes que le preparé.
- ¡Santo Dios! –dijo Harry- ¿No se comió tus hot-cakes? –preguntó sorprendido.
- Cállate Harry, eso no es lo importante…
- Lo sé, solo quise distraerte un poco –comentó mi amigo- pobre de ______, ¿tiene el dinero para sufragar la demanda?
- No… y su jefe la amenazó con que o gana el caso o la despedirán –afirmé y rasqué mi cabeza.
- ¿Y luego cómo pagará?
- No tenemos ni idea –dije preocupado. Me tiré en la cama observando el techo de la habitación, hubo un silencio medio incómodo en la llamada.
- Sabes qué… -comentó Harry- no tenemos tal cantidad, pero sí le podemos hacer la carga más llevadera. Tráela a casa cuando salga de trabajar.
- Gracias amigo.
- Por nada –dijo dulcemente-. Lo que sea por ustedes.

______ salió de su habitación vestida de ropa de oficina: un saco gris, con su pantalón y una blusa morada. Llevaba su cabello suelto y maquillada levemente. Se acercó a mí y me dio un gran abrazo.
- Vuelvo más tarde –comentó en un tono triste, besó mi mejilla. ¡Tonta apuesta!
- Amor, todo estará bien –aseguré y me acerqué a sus labios. Los acaricié con los míos dulcemente y dejé que nuestras mentes se perdieran en ese tierno beso. Yo necesitaba sus labios, necesitaba su piel, la necesitaba a ella y ella necesitaba de mí.
- Te dije que no aguantarías –comentó airosa.
- Te dejé ganar –dije- además, tú lo necesitabas más que yo.
- Gracias, entonces –comentó y ella me besó- Te amo.
- Yo igual –contesté.

Ella salió de la habitación y yo la observé irse. Llevaba la frente en alto y un paquete de pañuelos en la mano. Supongo que se decía a sí misma que todo saldría bien. Espero que creyera con fuerza que estaría bien. Ella no se merecía esto.

Suspiré y me tiré en su cama. Noté que ella era realmente organizada, no tenía los zapatos regados y su ropa estaba perfectamente doblada y limpia. Todo lo contrario a mí. Me di la vuelta y me quedé dormido.

Capítulo 42: ¿Interesada?

(Narra ______)
Estaba en la oficina pensando en todo lo que podría hacer para recaudar el dinero en caso de que perdiera el caso. Mi abogado era bastante malo y yo no podría pagar otro. Pensé en vender mi departamento y algunas cosas que mantenía de mi padre, mis electrodomésticos y mis muebles. Mi celular o cualquier otra cosa.

- ¿Cómo vas? –preguntó Loana.
- Bien –contesté y muy cansada tomé mi abrigo, pues era hora de retirarme a la casa.
- ¿Has ido a ver a Baker? –preguntó.
- No creo que sea lo más conveniente –dije y apagué la lamparita de mi escritorio- no cuando me está demandando.
- Él no es quien te está demandando, es su esposa –dijo ella e inclinó la cabeza tiernamente.
- De todas formas me quitarán el dinero –dije y salimos juntas de la oficina.

Llegué al elevador y al entrar me senté en el suelo del elevador. Iba por el sexto piso cuando el elevador se detuvo. Se abrieron las puertas y agaché la cabeza.
- ¿______? –preguntó una voz conocida.
- ¿Qué estás haciendo aquí? –pregunté levantándome del suelo.
- Me llamaron hace poco… tengo una entrevista con Dallas –comentó Danny.
- ¿Con Dallas? –dije dudosa-, pero si no hay una vacante en nuestro departamento.
- No, pero creo que por tu situación… -comentó mi exnovio- pronto lo habrá.
- Eres un idiota –dije molesta- ¿vienes a suplirme?
- Algo así –comentó y se encogió de hombros. Yo negué con la cabeza- Hey –dijo y se acercó a mí- puedes conseguir el dinero.
- ¿Por qué piensas que perderé? –pregunté con los ojos llorosos.
- No digo que perderás, solo digo que podrías y tienes que prepararte para cualquier cosa que pase.
- Igual y me siento realmente miserable –comenté y agaché la cabeza.
- No te preocupes todo saldrá bien –aseguró y me abrazó. Las puertas del elevador se abrieron y yo comenzaba a sollozar- Linda, ¿quieres que te lleve a tu casa?
- No es necesario de eso me encargo yo –comentó Niall. Levanté la mirada y él estaba frente a nosotros.
- ¿Niall? –dije y me separé de Danny.
- ¿Qué quieres? –preguntó Danny.
- Llevarme a mi novia ¿y tú? –preguntó molesto.
- Pensé que no eran novios, tú mismo lo dijiste en una entrevista –comentó Danny.
- Ya vámonos –dije yo y tomé la mano de Niall.
- Pues ya ves que sí –comentó Niall y pasó un brazo por mis hombros. Yo lo miré y le hice media sonrisa. Caminamos juntos fuera del lugar y él me ayudó a entrar al auto. Se inclinó hacia mí y me plantó un beso fiero en los labios. Entreabrí los ojos y noté que Danny iba saliendo, nos observaba.
- Te portas realmente rudo cuando estás celoso –comenté y él me miró molesto.
- ¿Qué hacía abrazándote? –preguntó.
- Solo me daba algo de apoyo –comenté y él rodó los ojos, subió al auto y lo encendió molesto- Sabes que te amo a ti, ¿verdad?
- Sí, pero lo abrazas a él… -dijo y aceleró.
- ¿Es enserio este capricho que me estás haciendo? –pregunté.
- No es un capricho –dijo él- de verdad me molestó –yo miré hacia la ventana, no estaba de humor para discutir y menos con él-. Te vengo a buscar y a penas entro al edificio te veo con tu ex novio y abrazada, como si no supieras que soy una figura pública y…
- ¿De verdad dijiste eso? –dije incrédula. ¿Eso era lo único que le importaba? ¿Su reputación?
- No me entendiste…
- ¡Niall mejor cállate! –pedí molesta- No te conviene decir nada.

La radio se encendió y el volumen no permitía ninguna plática entre nosotros. Noté que no nos dirigíamos a la casa y era mejor, pues sabía que discutiríamos aún más. Llegamos a casa de Harry. A penas estacionó el auto y salí disparada de allí. Toqué la puerta y Niall se acercó dudoso a mí.

Harry abrió la puerta con media sonrisa y yo me acerqué a él para abrazarlo.
- Hola ______, ¿cómo estás? –preguntó.
- He estado mejor –contesté, él miró a Niall preocupado y yo me hice a un lado.
- Perdón –dijo Harry y se hizo a un lado- Pasen.
- Gracias –dijimos ambos. En la sala estaban Zayn, Liam, Rose y Lily. Me miraron con una sonrisa. Rápidamente Liam y Harry se sentaron frente a mí.
- When everything is going wrong and things are just a little strange you’ve been so long now and you’ve forgotten how to smile, and overhead the skies are clear but it still seems to rain on you and your only friend all have better things to do... When you’re down –miró a Harry- and lost and you need a helping hand, when you’re down and lost along the way, Oh just tell yourself I... I’ll be okay...
- Now things are only getting worse and need someone to take the blame, when your lover’s gone there’s no-one to share the pain...you’re sleeping with the TV on, and you’re lying in an empty bed, all the alcohol in the world will could never help me to forget...
- When you’re down and lost and you need a helping hand, when you’re down and lost along the way –se miraron- just try a little harder, try your best to make it through the day... oh! Just tell yourself I... I’ll be okay. – Cantaron ambos.
- Just tell yourself I... I’ll be okay –Niall los acompañó. Y yo me le quedé mirando fijamente. Él desvió la mirada y todos lo notaron.
- When you’re down and lost and you need a helping hand, when you’re down and lost along the way –se miraron- just try a little harder, try your best to make it through the day... oh! Just tell yourself I... I’ll be okay. – Cantaron ambos.
- I’ll be okay – Terminó Liam.
- Sabemos que estás pasando por algo realmente difícil –comentó Lily- pero quiero que sepas que todo estará bien y que cuentas con el apoyo de todos nosotros.
- Muchas gracias chicos –dije honestamente- de verdad, son grandiosos. No sé cómo fue que llegué a conocerlos, bueno me refiero a personalmente.
- ¿Acaso será por mi? –preguntó Niall- ¿o también lo olvidaste?
- Chicos… -irrumpió Liam. Niall y yo nos mirábamos con molestia, ahora realmente quería matarlo- Será mejor que hablen y luego ya vienen a la cena –completó.
- No tenemos que hacerlo ahora –comenté yo.
- Si queremos tener una cena en paz… -dijo Harry- será mejor que suban a la planta alta, por favor.
Miré a Niall y él estaba mirando el suelo. Me levanté del sillón y caminé hacia las escaleras. Niall me seguía y subimos las escaleras hasta llegar a una habitación donde tenían el balcón. Me senté en la mecedora y él permaneció de pie delante de mí.
- ¿Fue tu idea? –pregunté.
- Traerte aquí y la cena, sí –comentó y recargó los brazos en el barandal. Yo mordí mis labios y desvié la mirada.
- Gracias por preocuparte por mí –dije- perdón por haberte callado en el auto, es solo que me molestó lo que dijiste sobre tu reputación.
- Lo sé –dijo él- siento haber dicho eso. Es solo que no me supe expresar.
- Entiendo –dije y me levanté, me acerqué a él y recargué mi cara en su hombro.
- ¿Nos perdonamos? –preguntó.
- Yo te perdono si tú me perdonas –comenté.
- Te amo –susurró. Yo sonreí y él se giró para estar frente a mí, lo abracé y mordí su hombro levemente.
- Yo también –contesté- me dio un poco de risa tu cara de hombre celoso.
- ¿Luzco sexy cuando estoy enojado?
- Sí –dije riendo- me encantó.
- Me enojaré más seguido –dijo y besó mis labios.
- No… me gusta tu cara más no lo que dices… además –dije y me pegué más a él- solo contigo tengo el mejor sexo de mi vida –comenté y él rió nervioso.
- ¿Quieres jugar un poco? –dijo mirando la cama de Styles.
- Suena extremadamente tentador… -reí- pero me sentiré bastante incómoda. Así que mejor esperemos hasta estar en casa.
- Acepto solo porque sé que tienes que venir a mi casa –dijo Niall y me dio un beso fugaz.
- Vamos a cenar –dije riendo.
- Vamos.


Bajamos las escaleras y él tomaba mi mano. Liam iba pasando y al vernos sonreímos los tres instantáneamente. Niall me soltó y caminó a los brazos de Zayn. Yo a los de Liam.
- Te quiero tanto porque siempre haces que todo se solucione entre Niall y yo.
- Soy cupido –dijo airoso.
- Solo te falta el pañal –le guiñé el ojo y él soltó una carcajada bastante ruidosa.
- Me veo sexy con pañal –dijo riendo.
- Dios –exclamé yo-, no quiero saber por qué es que me lo dices.
- Un día yo tenía diarrea y… -comentó.
- ¡Liam! –lo miré asqueada. Risa de nuevo.
- ¡Miento! –dijo y me abrazó de nuevo.
- Que asco –comenté- apártate de mí, niño con diarrea.

Caminamos al comedor y la mesa estaba realmente ordenada, parecería que era un restaurante. Había copas de vino por todos los asientos, tanto blanco como tinto. Una copa no me vendría mal.
- ¿A dónde vas? –preguntó Niall- Nuestra cena es acá.
- ¿Dónde? –dije y tomé su mano. Caminamos juntos y llegamos al jardín trasero. Allí había dos mesas con platos desechables y el asador encendido.
- Es una parrillada –comentó. Miré la mesa y los cubiertos de plástico.
- No te preocupes… también habrá vino aquí –susurró Liam.
- Soy una alcohólica –comenté y agaché la cabeza- Pero una parrillada es… -se me hizo agua la boca- ¿Ya puedo probarla? –dije pues el hambre me mataba. Me senté frente a un plato y tomé un tenedor con mi mano derecha.
- Se nota que te estabas muriendo de hambre –comentó Lily tomando un pedacito de carne y poniéndolo sobre la parrilla. El sonido hizo que mis tripas se alborotaran.
- Solo desayuné lo que Niall me preparó –dije oliendo el delicioso aroma a carne.
- ¿No has comido nada? –preguntó Niall preocupado.
- No –dije apenada- es que en realidad no tuve tiempo. He estado muy ocupada.
- Necesitas comer, no quiero que luego estés enferma –dijo y me dio un beso en la mano.
- Prometo comer mejor –susurré y él sonrió.
- Toma –dijo Liam con una copa con líquido transparente. Pensé rápidamente en vino blanco.
- Gracias –al darle el trago supe que era solo agua- ¿Agua?
- Primero es el agua y luego el vino, te puedes enfermar –comentó Liam y me sirvió un poco más.
- Ustedes parecen mis padres, solo me están cuidando –dije y tomé rápidamente de la copa.
- Es que sé cuando alguien tiene sed de agua y no de vino –dijo Liam y me levantó las cejas-. ¿Hace cuanto que no tomas agua?
- No lo recuerdo –dije con honestidad.
- Pues empieza a tomar más señorita –me dijo Payne reprendiéndome.
- De acuerdo papá –dije y rodé los ojos. Tomé un poco más de agua y Lily me sirvió en el plato un poco carne con ensalada. Todo me supo espléndidamente. Cada toque, cada ración, cada hoja de lechuga. Todo me sabía perfecto.

Todos nos sentamos a comer y la verdad era que nos la estábamos pasando bien. Estuvimos platicando de muchas cosas, como los preparativos de la boda de Harry y Lily. De la gira de Ashley que estaba por terminar y Liam estaba desesperado por ver. De Zayn y Rose, de su grupo Escala que había tenido una gran gira. En fin, demasiadas cosas.

Capítulo 43: ¿Interesada? (Parte 2)

Todos nos sentamos a comer y la verdad era que nos la estábamos pasando bien. Estuvimos platicando de muchas cosas, como los preparativos de la boda de Harry y Lily. De la gira de Ashley que estaba por terminar y Liam estaba desesperado por ver. De Zayn e Rose, de su grupo Escala que había tenido una gran gira. En fin, demasiadas cosas.

Se escuchó el timbre en la puerta y Harry fue a atender. Yo me quedé en los brazos de Niall, mientras él conversaba con Liam sobre algo. El sueño me comenzaba a invadir cuando Harry volvió.
- Niall… te llaman en la sala –pronunció Harry.
- ¿Quién? –preguntó Niall curioso y yo comencé a bostezar abrazada a su cuello.
- Es… -susurró el nombre de forma que yo no pudiera escuchar. Comencé a cabecear pues el sueño estaba ganando esta batalla contra mí.
- ______ –susurró Niall- Voy a la sala, ¿te quedarías con Liam en lo que vuelvo? –preguntó.
- Ajám –acepté. Niall se levantó y Liam se puso en su lugar, me recargué en él y él se acomodó de tal forma que no nos molestara a ninguno de los dos.

Cerré mis ojos y creo que comencé a quedarme dormida en los brazos de Liam. Escuchaba las voces de todos a mi alrededor pero nada en específico. Solo palabras sin esencia ni significado.

Sentí que me cargaban y mi cabeza estaba recargada en el cuerpo de alguien. Una voz llamó mi atención.
- Te estoy diciendo la verdad –dijo ella.
- ¿Cómo estar seguro de eso? –preguntó él.
- Sólo mírala –dijo ella y bufó- no es quien tu piensas que es.
- Vamos, ella no me puede engañar con tal tema, vivía en un departamento bastante feo y común –comentó él molesto.
- ¿Qué tal si su faceta de humildad es solo eso, solo una faceta?
- No estoy seguro de eso –dijo él- ella es la persona más dulce que alguna vez pude conocer.
- No te engañes –susurró ella- encuentra ese papel y dime que te miento.
- Te aseguro que mientes –dijo él.
- Como gustes, pero no digas que no te lo advertí.

La voz se fue haciendo cada vez más tenue… sentí que mi cuerpo se relajaba y me ponían sobre algo suave. El olor a perfume estaba tan dentro de mi nariz que creo que despertó todo mi cerebro y lo hizo trabajar con rapidez.
- ¿Liam? –llamé.
- ¿Sí? –dijo mientras me arropaba.
- ¿Era Amy la de abajo?
No contestaba, creo que no sabía si decirme la verdad
- Sí.

Me levanté de la cama y Liam me puso las manos en los hombros. Me miró con preocupación.
- No me detengas –pedí.
- Será mejor que te quedes en la habitación –pidió él.
- ¿Qué quiere ella aquí? –dije tratando de quitarme lo dormilón.
- No lo sé –dijo Liam pero no me soltaba. Yo me sacudí los brazos y él me miraba con preocupación.
- Liam… te juro que si me trae problemas con Niall, esta vez no me contendré y la mataré –dije y cerré los ojos.
- Será mejor que duermas, no estás en tus cabales –aconsejó Payne.
- No –dije y lo miré molesta, aunque ya estaba de nuevo recostada- estoy bien –lo comencé a ver borroso.
- Bien cansada, duerme –dijo y me dio un beso en la frente.


…


Abrí los ojos y aún estaba oscura la habitación. No me moví pues sentía que si lo hacía tocaría partes frías de la cama, cosa que me molestaba mucho. Acomodé bien la cabeza y sentí que le pegué a algo con la nuca.
- ¡Ouch! –se escuchó detrás de mí. Me giré y era Niall quien se tocaba la nariz.
- Lo siento –dije y toqué su mejilla.
- Está bien –dijo tapándose la nariz.
- Perdón es que no noté que estabas detrás de mí –susurré.
- Estoy bien, tranquila –dijo y me abrazó de nuevo. Me acurruqué de nuevo bajo su mejilla y sonreí debido al hecho de tenerlo junto a mí.
- Niall –susurré.
- Hum… -dijo adormilado.
- Realmente no me interesa lo que Frankie te haya venido a decir… pero me interesa que tú confíes en mí –susurré.
- Confío en ti –susurró rápidamente.
- Gracias –dije y busqué sus labios. Cuando los encontré a penas sentí los suyos sobre los míos. Me dio un leve toque y luego agachó la cabeza.
- ¿Pasa algo? –pregunté.
- No, es solo que tengo un poco de sueño –susurró.
- Oh –dije y me giré para darle la espalda. Jamás me había sentido tan rechazada. Abracé una almohada y me alejé un poco de él. ¿Por qué me estaba rechazando?, ¿Qué le habrá dicho ella? Comencé a pensar en muchas cosas, cosas que debería de saber de mí. Cosas realmente personales, cosas que a nadie nunca le había comentado. Pero… era demasiado para nuestra relación.
- ¿Por qué te alejas de mí? –preguntó y se acercó a mí.
- Pensé que no querías que te molestara y que te dejara dormir –dije inocentemente.
- ¿Te hice sentir mal? –preguntó preocupado.
- Un poco –dije y él puso sus labios en mi mejilla.
- Lo siento –comentó.
- Sabes Niall –él me abrazó- desde que salimos, no hago más que pelearme contigo. Solo estamos enojados y nos enojamos por cualquier cosita. Eso no me agrada.
- Lo sé, demasiadas tonterías –puso su barbilla en mi hombro- antes me daba risa cuando te enojabas. Ahora te lo tomas más a pecho.
- Lo siento –dije, pues él tenía razón.
- Perdóname a mí por ser a veces tan imprudente –comentó.
- Eso no te lo tengo que perdonar, así te conocí y así me enamoré de ti –dije y toqué su mejilla.
Él se acercó a mi cara y me dio un gran beso en los labios, con gusto se lo correspondí. Él se acomodó de tal forma que estaba sobre mí. Con su mano derecha acariciaba mi mejilla y con la otra estaba apoyado su cuerpo. Mi mano izquierda se abrió paso entre las cobijas y reconocí su cuerpo cálido al instante.
- ¿Dónde estamos? –pregunté entre nuestro beso.
- En la habitación en la que yo me quedaba cuando vivía aquí –respondió Niall.
- ¿Tu cama? –pregunté.
- Sí –dijo entre mis labios- ¿Miedo a que nos descubran?
- A que me escuchen –dije y él dio una pequeña risita.
- Entonces, no grites –susurró.
- Calla y déjame concentrarme –dije mientras metía mi mano en su playera, haciéndola subir. Toqué su torso y la subí hasta su pecho, haciendo que su playera subiera hasta sus hombros. Se la quité y él comenzó a desabotonarme la mía sin dejar de besarme. Luego llegó a mi pantalón y lo desabotonó, sino es que le arrancó el botón. Rápidamente quedé sin él y él se quitó el propio.
- Pensé que tenías sueño –dije cuando él comenzó lo suyo.
- Me desconcentras –dijo y yo reí, él también estaba riendo… debido a eso se me quiso salir una carcajada. Pero entre gemir y carcajear, se escuchaba un sonido extraño.
- ¡No te rías! –pidió él en casi un grito.
- ¡Sh, uh –dije cuando comenzaba a sentir más intensidad- nos escucharán! –dije riendo.
- ¡______! –gritó Niall.
- Niall –dije entre un gemido.
- Ahora… -respiro- no sé si ríes o estás… -mi respiración se entrecortaba y le arañé un poco la espalda- Entonces, sí estás c… conmigo –dijo entre un gemido.
- Sh –dije y gemí un poco más, en eso me dio cierto cosquilleo y comencé a reírme.
- ______ –dijo Niall algo serio- me desconcentrarás…

Al terminar, él se recostó sobre mí y comenzó a besar mi cuello delicadamente. Acaricié su nuca y él se quedó quieto un ratito.
- No estoy satisfecho –dijo con seriedad.
- Yo tampoco, sé que lo puedes hacer mejor… -él me miró y por la escasa luz que había en la habitación pude notar sus ojos azules, muy azules. Era un azul profundo que realmente me resultaba tentador.
- Lo puedo hacer si esta vez no te ríes –pidió.
- Lo prometo –dije levantando la mano. Él se acercó de nuevo a mi cara y comenzamos a hacer nuestra lo que quedaba de noche, con seriedad.

Capítulo 44: Hablaré con Él

(Narra ______)
Al despertar yo tenía los brazos de Niall a mi alrededor, miré mi celular y eran las diez de la mañana. Realmente tarde y yo tenía que ir a trabajar desde las ocho. Me levanté con rapidez moviendo a mi novio agitadamente.
- ¡Dios! –dijo asustado.
- ¡Me quedé dormida! –dije buscando mi ropa bajo la cama. Al encontrarla me la puse rápidamente y vi que algo le faltaba.
- ¿Le arrancaste los botones a mi blusa y al pantalón? –pregunté sorprendida.
- Es que no se abrían –dijo tratando de dar una excusa.
- ¡Llévame a casa! –exigí en una carcajada- ¿Ahora cómo salgo de la habitación?
- Ponte mi playera, a mí ya me han visto varias veces desnudo –dijo como si no fuera la gran cosa- además, abajo están nuestros abrigos.
- Hecho –dije y me puse su playera.
Bajamos las escaleras trotando, todos estaban en la cocina desayunando fruta y cereal, mientras que nosotros simplemente pasamos corriendo.
- ¡Se me hizo tarde, gracias por lo de ayer, los quiero! –grité y Niall solo dijo adiós con la mano. Llegamos al auto y él lo encendió con rapidez. Aceleró a fondo y llegamos a casa en menos de medio segundo. Ni siquiera noté que no traía el abrigo, hasta que salí del auto.

Entramos a la casa, subí rápido las escaleras y mi celular comenzó a timbrar. Miré la pantalla y era de mi jefe. Sabía que me sermonearía en cuanto contestara.
- ¿Hola? –contesté mientras abría la regadera.
- Buen día Payne –saludó mi jefe.
- Buen día –dije metiendo la mano en el agua- Lamento mi tardanza.
- No se preocupe Zimmer ya la está supliendo mientras usted arregla su problema –comentó.
- Espere, espere… ¿Danny Zimmer está supliéndome? –mi exnovio- ¿Por cuánto tiempo?
- Hasta que usted resuelva lo de la demanda –dijo inocentemente.
- Oh –dije y entrecerré los ojos- ¿me seguirá pagando, cierto? –silencio. Ese silencio no me agradaba para nada, algo malo venía después de ese silencio.
- ¿Por qué le voy a pagar a alguien que no está haciendo su trabajo? –preguntó.
- ¡Soy su mejor asistente! –gruñí- ¡Casi puedo estar segura de que yo soy quien mantiene la empresa andando!
- Payne, modere sus palabras –dijo calmadamente- venga a la oficina y aquí hablamos.
- Voy para allá –dije y colgué.
Metí mi cuerpo rápidamente a la regadera y me duché como se debe. Al salir busqué una blusa blanca de manga larga, un blusón café y unos jeans azules. Me puse unos converse negros y saqué una chaqueta negra de cuero con una bufanda. Me recogí el cabello y tomé mi bolso.
- ¿Irás así a la oficina?
- Ya no voy a trabajar, al parecer me suplieron –dije y le di un beso en la frente a Niall, quien estaba desayunando pan tostado y cereal.
- ¿Quién osa en ocupar tu oficina? –preguntó como si fuera un santuario.
- La respuesta no te agradará –comenté haciendo un mohín. Él me miró con seriedad y me levantó las cejas- Danny Jones –respondí.
- ¿Tu ex? –preguntó.
- Sí –dije y él bufó- Tranquilo, ahora sabe que tengo novio y además, no quiero ni verlo… ese lugar es mío.
- Pégale, amor –dijo y me dio un gran abrazo- Cuídate, regresa pronto.
- En cuanto pueda –dije y le di un tierno beso en los labios.
- Oye… -dijo cuando yo tenía la mano en la perilla. Metió la mano a su bolsillo y sacó un collar. Era mi relicario- Me tomé la libertad de llenarlo por ti.

Lo tomé y cuando lo abrí, en una parte venía una foto mía con él y en el otro venía la foto más antigua que tenía de mis padres y yo. Mi corazón se hinchó de felicidad y brinqué a sus brazos.
- ¡Gracias! –dije contenta a más no poder.
- De nada –dijo y me dio un gran beso- ahora ve a reclamar tu puesto.
- Así lo haré –dije y caminé más que contenta a la puerta.



Llegué a la oficina y al subir por el elevador, la gente se me quedaba viendo con cierto recelo. Hablaban y hablaban, mientras yo pasaba entre los cubículos. Al llegar a las paredes cristalinas de mi oficina, pude ver a Danny, sentado en mi silla. Con mi computadora prendida y mi lamparita empujada.
- Lárgate de aquí –dije y me recargué en el marco de la puerta.
- Lo siento, pero esta también es MÍ oficina –escucharlo decir eso, fue como una bofetada para mí. Yo me había ganado a punta de golpes y sangre este puesto. Así que un niño nuevo no me iba a quitar de aquí tan fácilmente.
- Danny… vete de aquí –dije más molesta- Te aseguro que aún no puedes descifrar mi contraseña para entrar a los archivos principales.
- No, y ya no es tu fecha de cumpleaños –dijo moviéndole a las teclas numéricas.
- Esa nunca fue –dije y me acerqué a él. Tomé el ratón y lo empujé- ¡Largo!
- Payne, es bueno verla aquí –dijo mi jefe en el umbral de la puerta- Necesito hablar con ustedes dos.
- ¿Qué quiere? –pregunté enojada.
- En mi oficina ahora –dijo y se dio media vuelta. Miré a Danny y él medio me sonrió. Yo rodé los ojos y comencé a caminar detrás de Dallas.

Llegamos a la oficina y nos sentamos ambos frente a su escritorio. Dallas cerró la puerta y yo puse mi bolso en mis piernas.
- Sé que esto es malo para ti, Payne –comentó mi jefe.
- ¿En serio? –dije resaltando mi sarcasmo.
- ______, ¿podrías callarte? –pidió mi jefe y yo solo lo miré con molestia.
- Escuchen, sé que ustedes fueron pareja ya anteriormente, por eso lo contraté. Porque él es realmente bueno en lo que tú haces y sé que se pueden volver a llevar bien.
- Pensó mal… no creo que sea lo mejor para nosotros trabajar juntos –comenté y negué con la cabeza.
- Yo me puedo llevar muy bien contigo –comentó Danny y yo solo lo miré sorprendida.
- Ves –dijo Dallas- dale la oportunidad, capacítalo en lo que tú afrontas tus problemas.
- Número uno: el problema originalmente era de la empresa –dije furiosa- Número dos: cómo demonios quiere que solucione o pague la demanda si no tengo trabajo. Número tres: él me terminó –dije mirándolo- tú no me hables.
- Escucha te daremos un buen cheque debido a liquidación, así que te podrás ayudar con eso.
- Le aseguro que con lo que me dé no me alcanzará –dije completamente seria.
- Es una ayuda –comentó mi jefe.
- Sabe qué… le ayudaré a capacitar a este idiota, pero no me pida luego que vuelva cuando su empresa esté cayendo. Renuncio –dije me levanté de la silla.

Salí con la frente en alto de la oficina y una señora gordita, la tipa esa que tanto odiaba y que me había demandado caminó directo a mí.
- Hola Payne –saludó.
- Hola –dije amablemente pero con seriedad.
- Escuche… mi esposo ha despertado del coma y… amerita su presencia en el hospital –comentó tratando de sonar amable. La miré con ojos entrecerrados.
- ¿Por qué? –pregunté.
- No lo sé, dijo que no tomaría nada de medicamentos hasta que usted llegara –dijo y desvió la mirada. Al parecer estaba demasiado molesta.
- Llamaré a mi abogado –dije y desde mi celular digité su número.
- ¿La espero para irnos juntas? –preguntó cuando me pegué el teléfono a la mejilla.
- No –contesté y me metí a mi oficina cerrando la puerta tras de mí.

Después de unos cuantos timbrazos mi abogado respondió.
- Colin –respondió.
- Hola, habla Payne –comenté.
- Hola, ¿cómo va todo?
- Eso debería de preguntarlo yo… -dije seria.
- Lo siento, lo sé –dijo apenado- creo que los abogados y la señora Baker se han calmado un poco, aún no sabemos si esto se lleve a la corte… tal vez prefieran aceptar un trato.
- Está bien –dije aliviada, pues no era seguro mi caso- ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro –respondió- lo que quieras.
- De acuerdo. ¿Está mal que yo vaya a visitar a Baker en el hospital?
- ¿Por qué?
- Bueno, es que su esposa me vino a buscar hace unos minutos, diciéndome que Baker quiere hablar conmigo, se rehúsa a tomar el medicamento si yo no voy.
- ¿Pero de qué quiere hablar contigo? –preguntó.
- Ni idea –comenté.
- Sabes, ahora no puedo acompañarte y de hecho… no creo que sea lo mejor.
- ¿Entonces, no voy? –pregunté.
- Preferiría que no –respondió.
- ¿Qué tal si no voy sola? –pregunté, pues algo me indicaba que yo tenía que hablar con él.
- Estás demandada por él, Payne… un cliente contra otro no es lo mejor.
- De acuerdo, aunque el que me demandó es su esposa, no él –susurré.
- Como sea… -respondió.
- ¿Me cobrarás por esta llamada?
- Sí –colgué.

Capítulo 45: Hablaré con Él (Parte 2)

- ¿Entonces, no voy? –pregunté.
- Preferiría que no –respondió.
- ¿Qué tal si no voy sola? –pregunté, pues algo me indicaba que yo tenía que hablar con él.
- Estás demandada por él, Payne… un cliente contra otro no es lo mejor.
- De acuerdo, aunque el que me demandó es su esposa, no él –susurré.
- Como sea… -respondió.
- ¿Me cobrarás por esta llamada?
- Sí –colgué.

Puse la cabeza en el escritorio. Realmente me preocupaba el estado de Baker. ¿Qué tal si lo que dijo la señora esta era cierto? ¿Qué tal si por mi culpa y mi ausencia Baker no tomaba su medicina y moría? ¡Eso sería más dinero y pérdida hacia mi alcancía!

Tomé mi abrigo y traté de meter bien mi mano con el yeso en él. Después de dos fallidos intentos, me lo coloqué sobre los hombros, sin meter las manos en las mangas.
- Loana –llamé- desvía mis llamadas.
- ¿Sí preguntan, a dónde fue? –preguntó interesada.
- Estaré en el hospital –comenté- no le digas a Colin dónde estoy por favor.
- ¿A dónde vas? –preguntó Danny detrás de mí.
- A ningún lado –comenté mirándolo a los ojos.
- ¿Sales con tu novio a comer? –preguntó con un tono altanero.
- No seas envidioso –dije también altanera-. El que tenga novio no significa que pase todo el día con él –comenté molesta- aunque me encantaría.
- Cursi –dijo él rodando los ojos.
- En fin –dije levantando las cejas-, todo mi trabajo se lo das a Danny, le enseñas a localizar a los proveedores, a negociar con las piezas, el catálogo de las piezas por nomenclatura –comenté a Loana y ella anotó todo en taquigrafía.
- Hecho –dijo cuando terminó lo que le pedí.
- Bien, tú te encargarás de aprender y de archivarme todo lo que está pasando. Necesito que también me digas qué te responden los proveedores sobre los nuevos tratos –Danny me miraba sorprendido- le dices a Dallas todo lo que tenga que saber.
- ¿Qué? –dijo confundido.
- Ya aprenderás novato –dije acomodándome bien la bufanda.
- Pero… -comenzó a dar excusas.
- Todas las preguntas a Loana –dije mientras me giraba para seguir con mi camino-. Loana si hay algo que necesites me llamas. No importa lo más mínimo que sea.
- De acuerdo –dijo- ¡Qué lindo relicario!
- Gracias, una linda asistente me lo regaló –dije debido a su sonrisa.

Estaba manejando hacia el hospital cuando escuché que mi celular sonaba. Dejé que timbrara por unos instantes pues aún no llegaba a mi destino y no podía contestar. La única mano que podía mover libremente era la derecha y la utilizaba para manejar.

Al llegar al hospital metí el celular al bolso y me olvidé completamente de mirar quién me llamaba.

Entré a la recepción y vi a mucha gente y muchos doctores andando de un lado a otro. Tan solo el estar allí me provocaba miedo. Me acerqué a la enfermera que estaba en el recibidor.
- Hola, habitación de… Pete Baker –comenté.
- Está en Terapia Intensiva, Piso 5, habitación 567.
- Gracias –respondí amablemente.

Llegué al elevador y suspiré, este día sería algo cansado. Las puertas se abrieron en el quinto piso y comencé a caminar puerta por puerta hasta que llegué a la puerta café con los números 567. Al estar frente a ella, tomé una gran bocanada de aire y toqué.
Después de unos segundos, una señora de menuda estatura, cabello cano y mirada cansada abrió la puerta.
- Hola, ¿es la habitación de Pete Baker? –pregunté y la señora asintió.
- Sí, ¿qué se le ofrece? –preguntó.
- ¿Usted es? –pregunté y ella se tocó la frente apenada.
- Lo siento, soy Clara Baker, madre de Pete –dijo con una hermosa sonrisilla arrugada.
- Un placer señora Baker –estrechamos manos-, soy ______ Payne, trabajo con su hijo en la planta.
- Oh, usted es la desgraciada que no quiere pagar por su seguro –dijo cambiando sus facciones de linda y adorable a perra y maldita.
- No, claro que no –dije rápidamente- soy la desgraciada que le dio de comer a su familia por varios años y que está aquí, aún cuando su nuera me está demandando, tan solo para ver cómo se encuentra mi trabajador –sus insultos me lastimaban. Por eso respondí así.
- Lo siento –dijo y agachó la cabeza- Es solo que está tan quebrado –dijo con lágrimas en los ojos. Me acerqué a la pobre ancianita y la abracé.
- Lo sé, fue una gran desgracia lo que le pasó.
- ¿Por qué a mi hijo? –preguntó.
- Tranquila, solo estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado –susurré.

Después de un rato de estar consolando a la madre de mi trabajador, me permitió entrar a la habitación antes de que su estúpida esposa apareciera. Cuando entré sentí que el corazón se me descomponía. Él parecía estar entubado por todas las partes de su cuerpo. Su pecho parecía estar hecho de piedra, pues tenía cosas raras puestas en él. Parecía estar despierto y sudando, le dolía.
- Hola Pete –saludé y tomé su mano, la cual estaba ardiendo.
- Señorita Payne –susurró- lamento tanto lo que pasó… fue mi culpa.
- No se preocupe, todo estará bien –aseguré-. Ya pasó, lo que importa es que usted esté a salvo.
- No, lo eché a perder –dijo con lágrimas en los ojos.
- No, no, no –dije con ternura- todo estará bien. Nosotros nos encargaremos de sus cuentas del hospital –aseguré.
- Gracias, es usted una gran persona –comentó.
- No hay de qué –dije tomando su mano nuevamente-. Ahora tome su medicamento, no me gustaría que por mi culpa usted empeorara.

Él tomó de un vasito rosa con cuatro pastillas, le acerqué un vaso con agua y él comenzó a descansar un poco. El medicamento le provocó un poco de sueño, así que lo dejé dormir. La señora Baker se fue a la cafetería a comer algo, dejándome a mí sola en la habitación.

Tomé mi celular y noté que tenía varias llamadas perdidas de Liam. Como no podía hablar en voz alta para no despertar a mi empleado, decidí enviarle un mensaje.

“Lo siento, noté tus llamadas hasta hace unos minutos. ¿Pasa algo?” –envié.

No recibí llamada ni respuesta de él. Así que mientras esperaba a que la señora Baker llegara comencé a jugar Solitario en mi celular.

- Discúlpeme por haberme dormido –susurró Pete cuando despertó.
- Oh, no se preocupe –dije con una gran sonrisa.
- Dígame, ¿cómo ha estado señorita? –preguntó interesado.
- Algo estresada –comenté-, tengo algunos problemas en la oficina y otros cuantos con personas externas. Me frustra un poco eso… pero sé que estaré bien.
- Sí, ante todo tenga fe –comentó mi empleado más valioso.
- ¿Le comentó su esposa que me demandó? –pregunté y él me miró realmente sorprendido.
- ¿Esposa? –preguntó.
- Sí, su esposa, menudita, facciones extrañas, cabello negro…
- No puede ser, ¿Camil vino a verla? –preguntó incrédulo.
- Sí, me demandó por millón y medio de euros –susurré, pues hasta decir la cantidad daba miedo.
- ¿Cuánto? –dijo totalmente sorprendido.
- Millón y…
- Te escuché –interrumpió- ahora entiendo…
- ¿Qué? –pregunté confundida.
- Camil, ya tenía tiempo de haberme abandonado… hasta después del accidente fue cuando decidió venir a llorarme… -respondió mirándome, aunque su mirada se perdía- Ha estado viniendo a visitarme todos los días, de hecho me sorprende que ahora no esté aquí.
- Fue a buscarme a la oficina hoy y…
- ¿Qué haces aquí? –dijo la “esposa” molesta desde la puerta. Su grito me hizo brincar de mi silla. La miré un tanto asustada y ella se acercó a mí con un poco de furia.
- Vine a visitarlo como usted pidió –comenté un tanto seria.
- Pues ya tiene demasiado tiempo aquí, además no debió de estar sola con él –dijo molesta.
- Lo sé –dije y agaché la mirada-. En fin, será mejor que me vaya.
- Gracias por venir –susurró mi empleado.
- De nada, mejórate Pete –susurré.
- Ya vete –me dijo la molestia andante.
- Cuida tus palabras –dije amenazadoramente, salí y cerré la puerta con delicadeza. Miré mi celular y tenía un mensaje de Niall.

“Amor, no sé cómo estés… ¿te gustaría ir a cenar?” –preguntó.

“En unos minutos llegaré a casa” –respondí.

Subí al auto y me dirigí a la casa. Al entrar el primero que me recibió fue Kennedy.
- Hola amigo –dije y lo acaricié- hace tiempo que no te abrazaba al llegar a casa.
- Es necesario que recuerdes lo que hacías desde antes de conocerme –dijo Niall con una gran sonrisa- Hace tiempo que no veías a Kennedy mas que para darle de comer.

Me senté en el suelo y comencé a acariciarlo, él perrito se acostó con su cabeza recargada en mi pierna mientras yo lo acariciaba levemente.
- ¿Me has extrañado, cierto? –dije mientras lo miraba a los ojos. Era horrible estar separada de él hace unos meses y ahora lo tenía olvidado- Perdón Kennedy –dije y lo abracé, él por su parte me lamió y yo le sonreí a Niall.
- Liam vino a buscarte –informó.

Capítulo 46: Hablaré con Él (Parte 3)

Subí al auto y me dirigí a la casa. Al entrar el primero que me recibió fue Kennedy.
- Hola amigo –dije y lo acaricié- hace tiempo que no te abrazaba al llegar a casa.
- Es necesario que recuerdes lo que hacías desde antes de conocerme –dijo Niall con una gran sonrisa- Hace tiempo que no veías a Kennedy mas que para darle de comer.

Me senté en el suelo y comencé a acariciarlo, él perrito se acostó con su cabeza recargada en mi pierna mientras yo lo acariciaba levemente.
- ¿Me has extrañado, cierto? –dije mientras lo miraba a los ojos. Era horrible estar separada de él hace unos meses y ahora lo tenía olvidado- Perdón Kennedy –dije y lo abracé, él por su parte me lamió y yo le sonreí a Niall.
- Liam vino a buscarte –informó.
- Me llamó al celular un par de veces… pero no pude contestar estaba ocupada –comenté mientras seguía en el suelo.
- ¿Qué cenaremos? -le pregunté a Niall mientras acariciaba a mi mascota.
- Cenaremos fuera... -contestó- quisiera que te relajaras por un momento. Así que decidí llevarte a un bonito lugar que conozco, privado... no hay mucha gente allí y apuesto a que te encantará.
Él era todo un caballero, un amigo, un novio espléndido y lo mejor de todo, era mío. Le sonreí y me levanté del suelo, me acerqué a él y lo abracé.
- No tienes idea de lo mucho que te extraño -él me apretó a sí-. Me es difícil estar todo el tiempo en la oficina y estar pensando: "Debería estar con Niall hoy".
- No te preocupes... -susurró- estoy seguro que en cuanto el problema de la demanda termine, todo volverá a ser como antes.
- Eso espero -dije en un suspiro- Te quiero -dije al mirar sus perfectos ojos celestes.
- Yo te amo -susurró. Hice media sonrisa y me acerqué a besarlo.
Sus labios eran como mi hogar. Eran cálidos, dulces, amables, respetuosos, el lugar al que yo siempre quería volver. No podía vivir sin ellos. Simplemente quería estar con ellos todo el tiempo. Me separé en pos de aire y luego puse mi cara entre su cuello y sus hombros. Su aroma era tan peculiar, tan masculino y extremadamente adictivo. Este hombre era un manojo de nervios para las chicas. Si yo, que soy su novia no podía dejar de verlo... no me imagino la cantidad de fans que tendría en el mundo pensando igual que yo.

- Me voy a cambiar de ropa y nos vamos -anuncié-. ¿Es formal?
- Lleva vestido -pronunció.
- Bien -dije, pues hace unos días compré el que seguramente vestiría por el resto de mi vida si perdía la demanda.

Subí las escaleras y entré a mi cuarto, me di una rapidísima ducha y busqué el vestido que había comprado hace unos días. Era color azul eléctrico, corto hasta la rodilla, peiné mi cabello y me maquillé ligeramente. Luego me puse unos botines negros, preciosos. Tenía miles de zapatos. Eran mi eterna adicción, así que no tenía problema en combinar las cosas.

Bajé las escaleras y allí en el sillón mirando televisión mientras yo terminaba de alistarme estaba Niall. Tenía un abrigo gris, una bufanda roja con gris y unos Jeans negros. Se veía realmente bien. Amaba su estilo y sus ojos.
- ¿Lista? -preguntó.
- Solo ayúdame a meter mi mano en el abrigo -pedí-. Odio mi yeso, ¿ya han pasado los dos meses reglamentados? -pregunté mientras él me ayudaba.
- Creo que sí -dijo mirándome-. Además, ya te mueves mejor ¿aún duele?
- No, solo incomoda -dije cuando mi yeso estuvo cubierto.

Salimos de casa, subimos a nuestro auto y él fue quien condujo. Yo me limité a ver por la ventana en lo que él conducía. Sabía que esta noche sería de total relajación. Necesitaba mucho esto.
- ¿Sabes por qué me necesitaba Liam? -pregunté.
- No realmente, solo me dijo que cuando pudieras le llamaras -contestó deteniéndose en un semáforo.
- ¿Puedo llamarle ahora? -pregunté a Niall.
- Claro -dijo con media sonrisa, el semáforo se puso en verde y avanzó con lentitud.
Tomé mi celular, localicé el número de Liam y al segundo timbrazo, contestó.
- ¿______? -preguntó.
- Sí -respondí- perdón por no haber llamado antes. Tuve un día realmente ocupado, lo siento.
- No importa -susurró-, ¿cómo estás?
- Bien, ahora salgo a cenar con Niall -dije mientras lo miraba con una bonita sonrisa.
- ¿Por qué me llamas entonces? -preguntó-. Hablaremos cuando te desocupes.
- Me preocupas... ¿algo anda mal? -pregunté ya bastante interesada.
- No, todo anda... bueno luego hablamos.
- Bien, cuídate Liam -me despedí y él resopló- Liam...
- ¿Sí?
- Mañana salgo a comer a medio día... ¿quieres comer conmigo? -miré a Niall y él asintió.
- Bien -dijo algo conformista-. Paso a la oficina por ti.
- Bien, te esperaré.

Colgué el teléfono y miré por la ventana realmente preocupada. ¿Qué habrá pasado como para que me necesite a mí especialmente? Niall estaba calladito en su asiento conduciendo con tranquilidad.
- ¿Está bien que coma con Liam? -pregunté.
- Sí, por mí no hay problema -contestó. Miraba la carretera con mucha tranquilidad.
- ¿Seguro? No quiero que esto te incomode ni nada por el estilo, solo voy a ver qué quiere -respondí.
- Hey -dijo y me dio un rápido vistazo- está bien. Solo irás a comer con Liam, no es la gran cosa.
- Pero...
- Nada. Tú eres mi novia y él es mi mejor amigo, no tengo que sospechar de ninguno de los dos -dijo y se encogió de hombros- ¿Verdad?
- Claro -dije con una gran sonrisa-. Nunca haría algo para dañarte.

Después de un rato de camino, llegamos a lo que parecía ser un parque. Aunque por fuera tenía la fachada de una casona vieja. Niall bajó primero y me tendió la mano para salir. Bajamos del auto y caminamos juntos hacia la entrada del restaurante.
- Buenas noches -saludó un señor de cabello cano y sonrisa amable, mucho más alto que Niall y yo.
- Buenas noches -saludamos ambos-. Una reservación a nombre de Niall Horan -continuó mi novio.
El señor que en su gafete tenía: George, revisó la lista de reservaciones y asintió un par de veces.
- Mesa para dos en el área privada -citó lo que leía-. Muy bien, síganme -dijo señalando una ruta por la cual caminaríamos.

Llegamos a un jardín realmente hermoso, aunque hacía un poco de frío, lo tenían de tal forma que no te diera directamente a ti las corrientes de aire. Nos sentamos en una esquinita acogedora. En el centro de la mesa, había unas mesas y unas flores exóticas realmente hermosas en color blanco. Pedimos lo que comeríamos y comenzamos con nuestra maravillosa cena.

La verdad es que me estaba divirtiendo mucho con Niall. A todo le encontraba un lado bueno, para todo levantaba la frente, siempre encontraba la forma de hacerme reír. Me contaba cosas interesantes sobre las fans. Me hacía olvidar mi estúpida realidad por unos minutos. Llegamos a los postres y él pidió un postre de durazno y yo uno de fresa.
- Amor -me llamó Niall, interrumpiendo mi mordida al pastelito.
- ¿mande? -pregunté mientras terminaba de probarlo.
- Vengo en un segundo, ¿está bien?
- Claro -dije encogiéndome de hombros.

Estuve disfrutando de mi postre por unos minutos. La verdad es que esto estaba muy bueno. Mi celular vibró a causa de un mensaje. Respiré profundo y esperé con ansias que no fuera nadie de la oficina.

"Hola. Me desobedeciste a pesar de que te dije que no fueras al hospital. Por causa de eso, los abogados quieren irse a juicio. Mañana hay una junta a las 9am" -Colin, mi abogado.

Puse la cabeza en la mesa. ¿Nunca dejarían de molestarme? Respiré profundo tratando de no llorar. La verdad me estaba cansando de esta situación. Estaba a punto de ir... vender mi casa, mis muebles, mi ropa, mis miles de zapatos, todas mis pertenencias con tal de darle el dinero a esa señora.

- ¡Ejem! -escuché el carraspeo de alguien frente a mí, por instinto levanté la cara. Me quedé paralizada al ver lo que estaba frente a mí. Niall estaba vestido solo con una tanga y me estaba dando la espalda. En su trasero decía: "______ You Own This With Love Niall" Solté una gran carcajada. El se giró y se acercó a mí.
- Ganaste la apuesta -dijo con una media sonrisa y encogiéndose de hombros.
- Eres genial -dije mientras seguía riendo- ¿En serio es un tatuaje?
- Es de gena -confesó- pero sigue siendo un tatuaje.
- No puedo creer que te atrevieras.
- Te dije que lo haría -se acercó y me dio un gran abrazo- Te amo.
- Yo también -dije con una gran sonrisa. Se acercó lentamente a mi y me dio un beso realmente tierno.

Capítulo 47: Pagando Todo

A la mañana siguiente me levanté temprano, me puse un traje sastre azul, me acomodé el cabello en una coleta, me maquillé delicadamente y rogué a Dios que hoy se solucionara eso de la demanda. Miré a Niall y él dormía tranquilamente en su lado de la cama. Me acerqué a él y le di un tierno beso en la frente.
- ¿Te vas?
- Sí, tengo que poner algunas cosas en orden antes de esa junta -susurré.
- De acuerdo, suerte amor -susurró, sus ojos adormilados me encantaban.
- Gracias -dije y besé sus labios tiernamente.

Bajé a la cocina me preparé un pan tostado con mantequilla y un jugo de botella. Luego de eso le dejé una notita a Niall en el refrigerador para que cuando despertara y viniera a desayunar la viera.

Me puse el abrigo y me dirigí a mi auto. Conduje con lentitud, pues mi yeso no me permitía ir más rápido. Llegué a la oficina y todo parecía estar tranquilo, pues era temprano por la mañana. Subí por el elevador y presioné el número de mi piso. Todo estaba bien calladito. Cuando las puertas se abrieron noté que no había nadie en sus cubículos. ¿Qué habrá pasado aquí? Caminé hacia mi ex oficina y allí estaba Danny, Loana también estaba en su posición.
- ¿Qué pasó aquí? -pregunté.
- Hubo un paro en el nombre de Pete Baker -respondió. Sentí que la sangre se me iba hasta los pies.
- ¿Cómo que en el nombre de Pete? -pregunté aterrada- ¿Murió?
- Ayer en la madrugada -susurró. Las lágrimas llegaron a mis ojos rápidamente. ¿Cómo podía ser esto posible? Yo lo había visto ayer... estaba bien. Dios, esto es terrible. Mi mano temblorosa se fue a mi boca para acallar un grito ahogado. Sentí que el mundo se me venía abajo. ¿Qué voy a hacer sin mi trabajador estrella? pero aún, ¿qué voy a hacer con la demanda de su esposa? Él era el único que me podía ayudar testificando en contra.
- ¿Cuando lo enterrarán? -pregunté.
- Aún están en el hospital viendo eso... la señora Baker está en la oficina de Dallas -anunció.
- ¿Esa mujer qué hace aquí? -pregunté realmente furiosa- ¿No debería estar en los preparativos del funeral de su esposo?
- ______... -dijo cuando notó que yo me dirigía a toda velocidad a la oficina de mi ex jefe- ______ -me llamó de nuevo y me sostuvo de un brazo.
- No hagas estupideces -dijo cuando notó mi cara-. Sé que estás cansada, ofendida y estresada, pero por favor... piensa bien lo que harás.
- Loana, déjame -dije mientras me la quitaba de encima.
- ¡Danny! -gritó Loana, cuando la quité de mi camino. Estaba a punto de llegar a la oficina cuando sentí los brazos de alguien en mi cintura.
- ¡Cálmate ______! -me decía Danny.
- Tú quítate nadie te llamó -dije mientras pataleaba para que me dejara en paz.

De la oficina salieron ambos, Dallas y la Viuda. La señora me vio con media sonrisa y Dallas con cara de desaprobación. ¿Por qué sonreía, por qué?
- ¡Qué demonios hace aquí! -le grité mientras trataba de deshacerme del abrazo de Danny.
- Ya sabes a qué -respondió en tono calmado la señora.
- ¡Era su esposo! -le grité- ¡Debería estar con él!
- ¡Estuve con él! -me gritó y se hizo su mirada no era de tristeza sino de furia- ¿Qué gano con estar con un simple cuerpo inservible que no habla?
- Ese "cuerpo inservible que no habla" es de quien era su esposo y no puedo creer que hable usted así de él -dije con lágrimas en los ojos- Era un hombre maravilloso y responsable, que se preocupaba por los demás... por sus hijos...
- No me diga cómo era mi esposo... estuve casada con él -me reprochó.
- Pues no lo parece -dije furiosa.
- Jones -llamó mi jefe- llévatela de aquí.
- ¡No me toques! -le grité a Danny-. ¡No me pongas un dedo encima! -dije alejándome de él- ¿Qué quiere de mí? -le pregunté a la vieja.
- El dinero... ya te lo dije -me gritó.
- Bien.

Tomé mi celular y digité el número de Colin y lo puse en mi oreja. Al cavo de tres timbrazos contestó un tanto adormilado.
- Te necesito en el edificio de la empresa ahora -escupí-. Cerraremos el trato ahora -informé furiosa.
- Llamaré a mis abogados -respondió la señora y de su bolso sacó un celular.

Ella se alejó de nosotros hacia el pasillo del elevador. Danny, Dallas y Loana me veían bastante preocupados.
- ¿De dónde sacarás tanto dinero? -me preguntó Danny.
- ¿Qué haces? -me preguntó Loana.
- No pregunten, no digan, no hagan nada por mí -susurré negando con la cabeza y cerrando los ojos-. No necesito nada de nadie.

Caminé hacia mi oficina, Danny me siguió de cerca. Al entrar, él cerró la puerta tras de sí. Bajó las persianas de modo que nadie pudiera vernos. Lo miré y cerré los ojos, puse mi mano en la boca y él se acercó a mí. Me rodeó con sus brazos y comenzó a mecerme en ellos.
- Tranquila... todo saldrá bien -me aseguró.
Yo me aferré a su camisa, comencé a llorar desesperadamente. No podía creer lo que haría, pero estaba harta de esta señora y de todo lo que estaba pasando a mi alrededor. Si necesitaba despojarme de todos mis bienes lo haría. Podría vivir sin nada... pero no podría vivir con alguien detrás de mí.
- Estoy cansada -susurré-. Estoy harta -Danny besó mi cabeza y me apretó más a él.
- Todo saldrá bien -respondió y tragó saliva. Sabía que hasta él estaba preocupado por mi bienestar. No tenía un corazón de piedra. Por algo, alguna vez había estado enamorada de él. Respiré profundamente y deseé que todo terminara ahora.

La mañana avanzó y la junta con los abogados llegó a su fin. Para el siguiente mes yo tenía que pagarle el millón y medio de euros que la señora me pedía. Pagaría la empresa el funeral y todos los gastos del hospital que se habían creado. Mis ojos estaban los suficientemente hinchados, mi cabeza latía y yo lo único que quería era regresar a casa y despedirme de todo lo que tenía.

Era medio día y Liam me envió un mensaje al celular.

"Estoy en el estacionamiento. Te espero" - L

Tomé mis cosas. Danny me miraba con cierta preocupación, así que se acercó a mí.
- ¿A dónde vas? -preguntó tomándome de un brazo.
- Iré a comer -respondí en un tono apagado y desinteresado. Traté de ponerme de nuevo el abrigo, pero no pude. Desesperada las lágrimas comenzaron a salir a una velocidad impresionante. Todos mis sentimientos estaban a flor de piel.
- No te puedes ir así... -tomó la punta de mi abrigo y comenzó a acomodármelo-. Permíteme llevarte a casa.
- Estaré bien -respondí-. Además, vinieron por mí.
- ¿Niall está en el estacionamiento? -preguntó seriamente.
- No, un amigo -dije mientras tomaba mi bolso.
- Te acompaño entonces allá -dijo mientras cerraba la puerta y apagaba mi lamparita.

Caminamos en silencio. Danny en ocasiones tomaba mi mano y yo no me oponía. Estaba demasiado cansada como para estarle diciendo que no me tocara. Además cualquier nota de cariño hacia mí era bienvenido, no me importaba de quién proviniera.

Capítulo 48: Pagando Todo (Parte 2)

- ¿Niall está en el estacionamiento? -preguntó seriamente.
- No, un amigo -dije mientras tomaba mi bolso.
- Te acompaño entonces allá -dijo mientras cerraba la puerta y apagaba mi lamparita.

Caminamos en silencio. Danny en ocasiones tomaba mi mano y yo no me oponía. Estaba demasiado cansada como para estarle diciendo que no me tocara. Además cualquier nota de cariño hacia mí era bienvenido, no me importaba de quién proviniera.

Bajamos juntos y al llegar a la puerta del recibidor Liam estaba parado, con sus gafas negras. Me vio y me hizo media sonrisa. Danny se detuvo y yo también lo hice.
- Vuelvo en un rato -informé.
- Cuídate -dijo y me dio un gran abrazo.
Liam me miraba con una tierna sonrisa ladeada. La cual yo a penas pude corresponder. Tomó mi mano y me llevó en dirección a su auto. Al llegar me abrió la puerta y yo entré con toda tranquilidad. Él después de darle la vuelta, entró y me sonrió sin sus lentes puestos.
- ¿Estás bien? -me preguntó y yo sollocé- Hay hermosa, ¿qué pasó? -dijo y se acercó a abrazarme.
Yo no podía hablar debido al sentimiento que ahora me embargaba. Sentía que mi mundo se acabaría, que no había más que yo pudiera hacer. Respiré su adictivo aroma mientras él trataba de consolarme. Jamás me había sentido tan poca cosa en tan poco tiempo.
- Me quedaré sin nada -dije mientras le explicaba mi situación. Él me miraba atentamente y con preocupación hacía sus propias preguntas.
- Estaremos bien, ______ -me aseguró-. Encontraremos la forma de ayudarte.
- No Liam -negué con la cabeza-. No quiero que ustedes se metan en esto. No quiero que me den nada de dinero. No lo merezco y no lo aceptaré.
- ¿Por qué eres tan testaruda? -para ese entonces, ya estábamos en una cafetería.
- No soy testaruda, simplemente me hago cargo de mis propias responsabilidades -tomé un pequeño pedacito de pan y lo metí a mi boca.
- Es que no vas a poder sola -me dijo mientras él tomaba un poco de sopa.
- He dicho que no Liam -fue mi última palabra-. En fin, ese tema no fue lo que nos trajo aquí -dije mientras dejaba de comer.
- Mi problema o mi tema ahora no es tan importante -dijo mientras terminaba su sopa.
- No me importa si es tan importante como el mío o no. Quiero que me cuentes -pedí mientras miraba la carta de los postres.
- De verdad, estaré bien... -dijo mientras dejaba el plato de lado. Me miró y me sonrió- Pide lo que quieras yo pagaré -se encogió de hombros y yo me sentí realmente mal.
- Liam, no empieces -dije mientras venía un mesero-. Un pastelito de durazno, por favor.
- No empiezo nada, solo soy un caballero -dijo mientras él también veía la carta- Un pastelito de chocolate, por favor -pidió y el mesero se fue.
- No vas a pagar lo mío -hice un puchero y él sonrió- ¿Quieres decirme qué fue lo que pasó que te hizo llamarme más de siete veces ayer?
- Te dije que Ashley y yo hablaríamos en enero, cuando ella regresara de su gira de Otoño - Invierno -señaló y yo asentí-. Ella ha vuelto y ha terminado definitivamente conmigo.
- ¿Qué? -pregunté sorprendida- Pero, ¿por qué si eres la ternura andante y un gran hombre?
- Dijo que ya no confiaba en mí, que todo había terminado en un parpadear cuando tú llegaste -dijo y yo lo miré con ojos entrecerrados. Él torció la boca, estaba un poco triste.
- Lo siento de verdad Liam -dije mientras tomaba su mano-. Es que no comprendo por qué exageró las cosas. ¿Ya sabe que yo estoy con Niall?
- Sí, ya le comenté que son pareja, pero no me hizo caso. Dijo que un día tú terminarías conmigo.
- ¡Dios qué tonta! -dije en un susurro-. Lo siento Liam, sabes que te quiero... pero no terminaría a Niall, por estar contigo.
- Eso me hizo sentir rechazado y ofendido -dijo Liam levantando una ceja.
- Lo siento -dije y nuestros postres llegaron, después de una mordidita y agradecer continué-. No fue lo que quise decir. Me refiero a que te quiero y eres muy importante para mí. Pero así son las cosas, yo no haría nada para dañarlos a ninguno de los dos.
- Lo sé y no te preocupes, yo no siento algo tan fuerte por ti. Eres como la mejor amiga que nunca tuve -apretó mi mano y luego yo lo solté.
- Gracias Liam, tú eres como mi hermano -le sonreí y él también la correspondió- ¿Quisieras que hablara con Ashley para explicarle lo que pasó y cómo te sientes?
- No -dijo inmediatamente-, me molesta que no confíe en mí y en ti. Ha pasado lo de la revista, ya era hora de que lo superara y volviera a ser la misma de antes, pero veo que no.
- ¿Entonces? -pregunté interesada mientras comía más pastel.
- Ya ha terminado -decidió.

Seguimos comiendo tranquilamente. Mi hora de comida terminó y yo tuve que regresar a trabajar, pero no sin antes ir al hospital, revisar lo que pasaría con Pete Baker y a que me quitaran el yeso.
- Hasta que volveremos a ver tu mano -dijo Liam en el consultorio del doctor.
- Será flaca, mugrienta y peluda -reímos ante la idea de mi brazo.
- Le llamaremos la Mano Pachona -solté una carcajada ante semejante comentario.
El doctor llegó y después de saludarnos, pedirle un autógrafo a Liam y revisar mi yeso. Comenzó a quitármelo. Con una pequeña cierra comenzó a cortarlo de extremo a extremo. Luego de eso lo separó de mi brazo y me limpió el área con un liquidito bastante frío, el cual parecía ser agua o no lo sé. Mi brazo lucía más claro que todo lo demás en mi cuerpo. Me pidió moverlo y la verdad lo podía hacer con toda tranquilidad, de repente me tronaba. Pero todo estaba bien y en su lugar. Me hizo apretar una pelota con la mano un par de veces. Me la regaló pues esa sería mi terapia tanto antiestrés como rehabilitación para mi muñeca.
- Gracias -dije cuando Liam me llevó hasta la puerta de mi edificio.
- De nada -dijo con una gran sonrisa, me abrazó-. Ánimo... recuerda que tú eres quien mantiene esta empresa andando. Que nadie te engañe.

Le sonreí a Liam por última vez en lo que las puertas del elevador se cerraban. Él era una gran persona. No podía creer que alguien pudiera separarse de alguien como él. Era un tipo familiar, agradable, divertido al que le gusta la vida y le gusta vivirla. No le importaría sacrificar todo lo que tiene por ese ser amado. Tanto él como los otros tres chicos, eran realmente HOMBRES, en toda la extensión de la palabra. Gracias a Dios, yo le pertenecía a uno de ellos.

Capítulo 49: Despídete de Todo

Entré a mi oficina y comencé a guardar todas mis cosas en una caja de cartón y otras en una de plástico. Loana me vio y notó que yo estaba de mejor humor. Danny también se acercó a mí.
- ¿Cómo estás? -preguntó Danny.
- Mucho mejor -dije con media sonrisa.
- ¿Qué es lo que estás haciendo? -preguntó mi castaña amiga al ver que separaba mis cosas.
- Lo de la caja de plástico lo venderé y lo de la caja de cartón es con lo que me quedaré -respondí a su pregunta, ellos comenzaron a ver lo que tenía en la caja.
- Esto es caro -dijo Danny mientras veía una lámpara mía.
- 10 euros -dije mientras guardaba otras cosas.
- La compro -dijo y me sacó de su billetera algunos euros. Yo lo tomé.
- Loana, necesito que le llames a Natalie y juntas vengan a mi casa... tengo una colección enorme de zapatos, botines, zapatillas y cualquier cosa que se ponga en los pies en una sola habitación. Necesito que traigan a sus amigas y pues... compren lo que puedan -pedí y ella gustosa comenzó a hacer llamadas.
- ¿Quieres mi auto? -le pregunté a Danny, pues siempre me lo había querido comprar. Sus ojos se iluminaron.
- ¿Cuánto? -preguntó entrecerrando los ojos.
- Ni pienses en regatear -advertí- 15,000 euros.
- No te los puedo pagar inmediatamente como tu lámpara -advirtió-. Tienes un mes para juntarlo y te lo puedes llevar desde ahora.
- Genial, porque vengo en autobús todos los días -dijo con una gran sonrisa.
- Bien por tí, ten -dije y le di una hoja de máquina en blanco y una pluma negra.
- ¿Qué es esto? -preguntó confundido.
- Haz un Pagaré -pedí y él comenzó a llenar la hoja con muchas letras hablando y prometiendo lo que me pagaría y para la fecha para la cual la tarifa tenía que estar completa. Él la firmó, yo también y Loana también como testigo del trato.

Comencé a sacar muchos papeles, muchos utensilios que en realidad nunca usaba. Las cosas que no me gustaban y cosas que jamás utilicé. Todo estaba en venta.
- Natalie dijo que mañana podría ir a tu casa -aclaró Loana.
- Genial, allí las esperaré a todas a las siete de la noche -pedí-. Gracias Loana -dije mientras la abrazaba-. Has sido de mucha ayuda.
- De nada, lo que sea por ti ______.
- Bien, me voy... tengo que comenzar a separar todas las cosas que voy a vender de mi casa -me acerqué a Danny y le di un leve abrazo-. Pórtate bien -le dije con media sonrisa. Le di las llaves del auto y él gustoso las aceptó.

Salí del edificio con la frente en alto. Tomé el autobús hacia la casa de Niall y luego de unos minutos vi mi celular. Tenía varios mensajes de Niall.

"Gracias por tus mensajes de amor, te amo" - Nialler

"En verdad eres una gran mujer... adoro mi nueva patineta" -Nialler.

"¿Cómo que vas a pagar el millón y medio?" -Niall.

"Regresaré la patineta y comenzaré a subastar algunas cosas de la casa. No te preocupes amor, saldremos de esto" -Niall.

Rápidamente abrí la pestaña de "Responder". Con el valor suficiente lo que quería decirle saldría desde el fondo de mi corazón.

"Tocas tu patineta nueva y te pego. No quiero que toques, vendas, sustituyas, abandones nada por mí. Jamás pagarás algo que yo necesite. Nunca Niall James Horan. Si llegas a vender algo por esta demanda, te abandonaré" - __


Recargué la cabeza en la ventana del autobús. ¿Cuando fue la última vez que disfruté de un día sin nada quehacer?, ¿Cuando fue la última vez que fui a visitar a mi padre a su tumba o a mi madre? ¿Realmente necesitaba vender todo lo que había en mi vida?

"No se vale jugar con dejarme. Sabes que no puedo estar sin ti. Pero me importa más tu bienestar que mis cosas materiales. Las cosas vienen y van, tu amor siempre estará en mi corazón" -Siempre tuyo, Niall.

Al cavo de unos minutos pude llegar a casa. La verdad esto de andar en autobús lo odiaba pero no había nada más quehacer. Caminé unas cuantas cuadras más y por fin llegué al jardín de mi casa. Entré y había muchas cosas en la sala.
- ¿Niall? -pregunté mientras veía algunas de sus máscaras en la mesita de centro.
- Aquí -dijo bajando una pantalla por las escaleras.
- ¿Qué demonios estás haciendo? -pregunté cuando él dejó la pantalla en el sillón.
- Bajo cosas que no necesito, las venderé -respondió con toda naturalidad, agaché la cabeza y puse mis manos en la cintura.
- ¿Qué te acabo de decir? -pregunté.
- No te estoy preguntando si puedo hacerlo o no -dijo él muy seguro acercándose a mi cara -. Son mis cosas y yo sé qué es lo que puedo y no puedo hacer con ellas.
- Pero...
- Nada, ______ -dijo y me dio un beso en los labios, yo hice un puchero-. Hey -dijo cuando vio mi mano- ya tienes tu mano sana.
- Por fin -dije mientras lo acariciaba con ella-. Que lindo es tocar algo como esto -dije mientras acercaba su mejilla a la mía.
- Que lindo es besar tus labios -dijo mientras me besaba tiernamente.

Luego de demostrarnos nuestro cariño mutuo, fuimos a mi habitación y comenzamos a sacar muchas de las cosas que ya no utilizaría. Los miles de trajes sastres que no utilizaba y los que ya no me quedaban. Mi laptop, mi televisión, mis collares, mis pulseras, todo aquello que pudiera venderse. Todo aquello que aún sirviera.

En un momento de la madrugada... mi habitación y parte de la de él... quedaron vacías.
- Prometo que te compensaré -dije mientras lo abrazaba y mirábamos el techo desnudo de mi habitación.
- No es necesario ______, mis cosas son las tuyas -susurró.
- Claro que no -dije-. Si no estamos casados... nada tuyo es mío.
- Deja de ser testaruda y acepta lo que hago por ti -dijo mientras me daba un beso en la frente.
- Es que la verdad estás haciendo demasiado -dije pues estaba dispuesto a vender su colección de máscaras para ayudarme.
- Para mí eso no es nada -dijo buscando mis labios.
- No Niall... -susurré-. No quiero que te deshagas de tus cosas.


A la mañana siguiente, fui a mi departamento, revisé que todos sus muebles y mis electrodomésticos estuvieran funcionando bien. Puse un anuncio en Internet donde vendía mi departamento, amueblado sería más caro, solo más barato. Estuve tratando de vender algunas de mis cosas con los vecinos y gracias a que eran algunos agradables, les pude acomodar ciertas de mis cosas.

Fui al banco y le di una revisada a mi cuenta. Hasta ahora llevaba un cuarto de millón de euros. Yo creo que ni vendiéndome a mí misma alcanzaría tal cantidad.

Regresé a casa un tanto desilusionada, pero me encontré con una fila de autos al frente de esta. Allí en la puerta se encontraba Niall con Loana, parecían reírse de algo.
- ¿Hola? -saludé confundida por la cantidad de chicas que había frente a la casa- ¿qué pasa aquí?
- Hola -saludaron ambos, Niall me dio un leve beso en la mejilla.
- Bueno, todas estas chicas están aquí para ver tu catálogo de zapatería -miré a todas y ella estaban sonriéndome.
- Loana -susurré- si yo fuera lesbiana ahorita mismo estaría besándote -dije con una gran sonrisa.
- ¡Pago por eso! -dijo Niall realmente exaltado.
- ¿Qué? -pregunté sorprendida y totalmente sonrojada.
- Te doy 50 euros si la besas -dijo realmente divertido. Yo miré a Loana y ella sonrió.
- Todo por la paga -dijo y me plantó un beso en los labios, yo como buena dama le correspondí el beso y Niall estaba con los ojos desorbitados.
- Iré por mi billetera -dijo y entró a la casa. Loana se separó de mí y sonrió.
- Hoy me declaro eternamente Derecha -dije con la mano levantada.
- Tranquila, solo fue un beso -dijo Loana sonriente-. No es la primera vez que lo hago por dinero.
- Loana... prefiero quedarme en ignorancia, gracias -dije mientras abría la puerta de la casa.
- Está bien -dijo mi amiga divertida.

- Chicas... vengan -las llamé a todas- Los zapatos están en mi habitación -dije mientras todas subían las escaleras cuchicheando. Tal vez nunca se imaginaron en la casa de Niall Horan.

wendy horan escribió:ola
aww me encanto no pudo ser
mas dulce
siguela por favor :lloro:

Holaaaa!
Ya la seguí, perdónenme en serio :(
xx

PauliArcoiris~ escribió:AWW:3 ME ENCANTO EL CAPITULO! NIALLER Y RAYITA SON NOVIOSS<3
BESOS<3

Lo sé, a mi igual!
xx

Candela De Direction. escribió:Ahhhhhhh amo esta novela!!!!lloré tantas veces!vengo llorando desde el primer capitulo!XD como que asi:

saludos,seguila!

Jajajajajajajaja, awwwww me encanta ése gif.
Ya la seguí.
xx

Alessh escribió:Por que no la sigues? u.u

Perdónnnnnn :(
No me odies, ya subí muchos caps jejej.
xx

{Eli} escribió:Nena, síguela por favor.

Ya la seguí baby, en serio perdón :(
xx

Sara. escribió:hola, nueva lectora, me encanta tu novela, siguela porfa, beosos :))

Bienvenidaa! Me alegra que te guste.
Ya la seguí.
xx

SeñoraHoran escribió:Holaaa Nueva Lectora
SIGUE
Este capi fue tan gnmedxklsnuhb yuvdcmsxklncjhmsdkl
Me explico¿?
jje
besos
Mika

Bienvenida Mika!
Me alegra que te guste.
xx

OHMIGOSH YOU'RE BACK! Al rato los leo desde mi compu
Besos nena!
Xx