Not Alone {Niall Horan y _____ Payne}

Me encanto!!, Pobre :$, Gracias por elegirme!:D Un beso

Capítulo 2: Vacaciones no.

Desperté con la nariz totalmente tapada. La única forma de respirar era por la boca. Kennedy estaba a mi lado dormido. Lo acaricié y me quedé cinco minutos más allí. Me di una buena ducha y luego me abrigué, me puse un gorrito pues mi cabello estaba muy mojado y me enfermaría aún más si salía así a la calle.

Subí al auto y cuando llegué al gran edificio, decidí no bajar de mi auto. Tenía demasiadas responsabilidades hoy, pero estaba agotada y enferma. Llamé a Natalie quien inmediatamente me atendió.
- ¿Qué pasa _____ ? –preguntó.
- Necesito que le digas a Gilbert que no me presentaré a trabajar, tengo que guardar reposo según mi doctor.
- Pero tienes junta con el nuevo proveedor –dijo preocupada.
- Atiéndelo tú Natalie, sé que puedes con eso.
- Está bien –dijo-, ¿Algo más?
- Los informes y todo para la junta y las diapositivas están listas, te las mando en un momento por Internet.
- De acuerdo –dijo, aunque sabía que estaba molesta. Me dio un poco de pena, pues si ella hacía mi trabajo, trabajaría horas extras.
- ¿Tenías algo planeado para hoy? –pregunté.
- Solo una cena con mi novio, pero puedo cancelar, no se preocupe –dijo. Suspiré y es cierto… ella sí tenía vida.
- Ve a tu cena, a las cinco paras de trabajar y te retiras –pedí.
- _____ … no puedo hacer eso –dijo.
- Claro que puedes y también quieres, a las cinco te vas. Gracias Natalie –dije y colgué.

Conduje directo a un Starbucks, necesitaba urgentemente de un café. Al llegar me estacioné en frente y cubrí mi rostro para mantenerme calientita. Entré rápidamente y pedí un capuchino bastante caliente. Me senté y comencé a frotarme los brazos para mantener el calorcito.

Me senté en una de las bancas que son para cuatro y en la banca de enfrente estaban cuatro tipos sentados. Me parecían conocidos, creo que eran los de la banda famosa del país. En fin, estaba demasiado cansada y enferma como para que llamaran mi atención.
- ¡Liam Payne! –gritó una chica rubia desde la puerta, su grito hizo que mis tímpanos dolieran- ¡Ah! –gritaba emocionada.
- Baja la voz –pidió el castaño. Ella se acercó corriendo a él y lo abrazó, luego le pasó una libreta y los cuatro la firmaron. Luego les tomó una foto.

La paz rodeó de nuevo al establecimiento, de vez en cuando los chicos hacían bromas y hasta a mí me daban risa. Recargué mi cara en la mesa y luego de cinco minutos sentí que me empujaban, haciendo que el café cayera en mis piernas.
- ¡Caliente, caliente! –grité. Me levanté de allí; había una bola de gente rodeando a los cuatro chicos de la mesa de enfrente.
- Apártate, no me dejas ver –dijo una chica.
- Yo estaba sentada aquí, cuando llegas a tirar mi café –dije molesta.
- Ni modo, me estorbabas –exclamó la rubia.
- ¡Eh, no peleen, para todas tenemos autógrafos! –dijo un chico rubio y de despeinada cabellera. Tomó su libreta y la firmó, luego tomó mi mano y la firmó.
- ¿Qué haces? –dije cuando él terminó de hacerlo.
- Firmo tu mano –dijo sonriendo.
- ¿Por qué? –pregunté confundida. La gente se comenzaba a ir y los demás chicos se levantaron de sus asientos.
- Pensé que querías algo de nosotros –dijo el chico-, ¿Nos conoces?
- En realidad sí –admití- sé que son famosos en la ciudad y no sé si internacionalmente. Pero la verdad no he escuchado ni una sola canción de ustedes y tampoco pienso comenzar hoy.
- ¡Qué carácter! –dijo el castaño.
- Él ya no me agrada –dije y él levantó los hombros como si no le importara.
- ¡Payne cállate! –pidió el de rizos.
- ¿Por qué me callas? –pregunté y él se sorprendió.
- Perdón, yo me refería a él –dijo señalando al castaño.
- Genial, me apellido como él.
- Tampoco a mi me agradó –dijo Payne.
- En fin… adiós, estoy enferma cansada y tengo un café en las piernas –dije señalando la manchota en mis pantalones.
- Recupérate pronto –exclamó el chico que firmó mi mano.
- Gracias –miré mi mano- “Niall”

Salí del establecimiento y subí a mi auto. Suspiré y luego conduje a mi casa. Al llegar encontré a Danny dentro.
- ¿Qué haces aquí? –pregunté.
- Vengo a ver a Kennedy, lo extraño –dijo sentado en mi sillón.
- Vete –pedí-. Cuando decidiste dejarme, decidiste irte sin nada. Sin mirar atrás… eso fue ayer, así que no me importa cuanto lo extrañes. Solo ha pasado un día, ¡Ridículo!
- ¿Me lo puedo llevar? –preguntó. Lo miré confundida.
- ¡Claro que no, es mío! –le grité. Me acerqué a la puerta y la abrí.
- ¿Me estás corriendo? –preguntó.
- Sí, largo de aquí –dije molesta, él se acercó y antes de que se fuera tomé su mano- ¡Dame mi llave! –pedí y él resopló. Me la entregó y luego se fue.

Me recosté en mi sillón y Kennedy subió a mi lado.
- Te odio –le dije- por convenenciero. ¡Cómo te atreves a dejar que él te acaricie! –dije acariciándolo- Eso solo lo hago yo –él me lamió.

Me cambié de ropa y me puse mi pijama. Encendí el televisor y noté que estaba un programa de música, entrevistando a un grupo. Para mi sorpresa eran los chicos de la cafetería.

Estuve viendo la entrevista entera y fue bastante divertida, me reía mucho de sus comentarios locos. El que era un poco más desubicado era Payne. Niall le seguía de cerca.

Estaban cantando una canción bastante linda llamada One Thing. Tenían una voz bastante asombrosa, ahora veo porqué las fans se pusieron como locas al verlos. Decían que el pequeño Niall tenía una relación con una chica llamada Amy, Zayn con una tal Rose, Styles con Lily y Liam estaba con una rubia llamada Ashley.

En Internet estuve buscando más información sobre ellos y me pareció bastante peculiar que ya tuvieran tres discos anteriores y que fueran bastante famosos. Todo el mundo en la red, decían que eran bastante agradables. A mi no me constaba.

Descargué unas cuantas de sus canciones. Las dejé que sonaran y me quedé dormida con estas puestas.



Habían pasado ya dos semanas desde que me presenté a trabajar, mi gripa había disminuido y me sentía mucho mejor. Me había dedicado a pasear a Kennedy todos los días por el parque más cercano.

Era frustrante no tener ninguna amiga ni amigo.

Caminando por el parque, mi celular comenzó a vibrar. Tan solo al ver la pantalla noté que era mi jefe. No quería contestar, pero tenía que hacerlo.
- ¿Hola?
- Señorita Payne, tiene dos semanas de reposo, creo que ya fue suficiente. La necesito aquí.
- Sí, señor –dije y me colgó. Suspiré y seguí caminando.

Al cabo de media hora mi celular vibraba de nuevo. La pantalla mostraba de nuevo a mi jefe. Estaba harta de este trabajo.
- ¿Sí? –contesté.
- ¿Por qué aún no llegas? –dijo molesto.
- ¡Porque no estoy en mi casa, espere hasta mañana temprano! –grité molesta.
- ¡Estás despedida! –me gritó.
- ¡Lástima por usted! –grité, pero ya me había colgado. Comencé a correr y Kennedy me seguía de cerca. Estaba tan molesta que le dí como diez vueltas al parque. De repente Kennedy se me soltó y corrió. Yo estaba demasiado cansada para perseguirlo.

- ¡Kennedy! –grité una y otra vez. No venía, comencé a asustarme pues no lo veía por ninguna parte. Caminé alrededor del parque y no lo veía. Las lágrimas comenzaban a llegar a mis ojos.
- ¡Kennedy! –volví a gritar, ahora un poco más desesperada. Me senté en una banca y puse mis manos en mi cara y comencé a llorar.
- ¿Es tuyo? –dijo alguien a mi lado.
- ¡Kennedy! –dije emocionada. Lo abracé y cargué en mis manos- ¡Gracias! –dije sin ver a la persona que me lo había entregado.
- Digamos que se encontró con Brit –dijo el chico, me giré para verlo y también tenía un Beagle- ahora mi Beagle tiene un amigo.
- Tonto me asustaste –le dije a Kennedy. Lo solté y se acercó para jugar con el tal Brit.
- Perdón por no agradecerte bien –dije mirándolo de frente.
- Hola –dijo sonriéndome.
- ¡Oh!, eres tú… el famoso –dije sonriendo.
- Sí, soy yo –dijo airoso- tu cara me es familiar –exclamó.
- Supongo que soy la chica a la cual le tiraron el café hace como dos semanas –exclamé- y tu amigo “Niall” firmó mi mano pensando que yo era una fan más.
- ¡Cierto, la chica que odió apellidarse como yo! –dijo recordando mis palabras.
- Sí, la misma –exclamé.
- ¿Hace rato llorabas por Kennedy? –preguntó y se sentó en la banca, me senté junto a él y dejé que Kennedy corriera libre como Brit.
- Supongo que sí, no lo sé. En parte… porque me acaban de despedir de mi empleo –exclamé.
- Lo siento mucho –dijo apenado- ¿tenías mucho con ese empleo?
- Tres años, la mejor de mi departamento. Buena ganancia, pero el estrés era hasta el tope –dije apenada.
- ¿Te gustaba tu trabajo? –preguntó.
- No. En realidad emprendí esa carrera por mi padre. Quería que estudiara algo en la universidad que me asegurara un empleo en su empresa.
- Tuviste que seguir sus expectativas –completó.
- Exacto –dije frustrada.
- ¡Qué lío! –dijo alzando sus cejas.
- ¿Te gusta ser cantante? –pregunté.
- Sí –dijo sonriendo- creo que es lo mejor que pude haber hecho. Me encanta lo que soy y con quienes estoy. Además de que soy feliz haciéndolo –respondió.
- Me da mucho gusto por ti.

Mi celular comenzó a vibrar de nuevo. Lo saqué de mi bolsillo y vi: “llamada entrante Gilbert”. Ahora qué quería.
- Mi jefe –susurré.
- Contesta, yo iré con Brit y Kennedy –exclamó. Se puso de pie y caminó hacia ellos.

- ¿Mande? –contesté fríamente.
- Quiero ofrecerle una disculpa. Sé que no debí de apresurarla. Pero es que el estrés de la oficina me estaba matando y sabe lo importante que es para mí. ¿Le gustaría recobrar su empleo?
- Nunca firmé mi carta de renuncia, así que allí me tiene mañana por la mañana –anuncié y colgué.

Me acerqué a Payne y le puse la correa a Kennedy. Él me observó con una gran sonrisa. Le devolví la sonrisa.
- Me tengo que ir, tengo que buscar mis trajes sastres –exclamé.
- ¿Era tu jefe? –preguntó.
- Sí, el maldito no puede vivir sin mí.
- Debes de hacer un gran trabajo –apretó sus labios-, espero que mañana tengas un buen día.
- Gracias, le mandas saludos al chico que firmó mi brazo de mi parte. Por cierto, escuché unas de sus canciones. Cantan bien –dije honestamente.
- Gracias –dijo aunque agachó la cabeza.
- ¿Pasa algo? –pregunté un poco preocupada.
- No, nada –dijo y volvió a sonreír.
- Me voy, hasta luego Brit –dije y lo acaricié. Corrí con Kennedy hacia mi departamento.

Al llegar me dispuse a comer un poco y luego a buscar toda mi ropa de oficina que en un momento de delirio, había mandado hasta el final de mi ropero.

Abrí mi computadora y me puse a buscar información sobre los proyectos que había dejado pendientes. De repente una historia había llamado mi atención.

“Roquero de veintitrés años se interna en clínica de rehabilitación” Era Niall.

Leí todo el encabezado y me sorprendió bastante su rompimiento con la tal Amy. Pobrecillo de él. Pero ni modo un rompimiento es un rompimiento. Me enorgullecía de él por el hecho de tomar al toro por los cuernos y tratar de salir adelante, tal como yo lo había hecho.

En fin… ese no era mi asunto, así que cerré la página y comencé a hacer mi trabajo. Ya me estaba estresando tan solo de pensar que mañana me tenía que presentar.

Hola soy tu nueva lectora me llamo Victoria , tengo 15 años y soy de España siguela está super buena !! Pobre rayis , será maldito el p.. jefe -_-" aasdsdfghhsddffghhddsdfggaaasdfvg ME LO CARGO! CÓMO PUEDE TRATARME ASÍ! LO VOY A MANDAR A LA MISMISIMA SHIT ! lo siento pajarito , pero se me va la olla , necesito antidepresivos haahha


p.d. estoy un pocito loca un beso linda xx

Me encanto el capitulo!!, Emm Liam es su hermano no?. Que trieste no se recuerdan :cc, Sigeulaa!!!,

Niall en rehabilitacion?? o.o
me encanto la parte en la que dice que soy novia de Harry *w*
JAJAJAJ xd
siguela

Capítulo 3: Entiendo.

Estaba sentada en mi oficina cuando Natalie se acercó a mi puerta, estaba a punto de tocar, pero se detuvo y luego pensó lo que me iba a decir.
- Mis paredes son solo cristales –le dije- puedo verte. ¿Qué necesitas?
- Bueno, tengo unas entradas para el programa de televisión que tanto te gusta –pronunció.
- ¿En serio? –dije emocionada.
- Sí, además irá mi grupo favorito, ¿me preguntaba si quisieras acompañarme?
- Claro –dije sonriente-, ¿a qué hora paso por ti? –pregunté.
- A las siete estaré lista –dijo emocionada también.

Terminé mi trabajo y salí de la oficina con una gran sonrisa. Mi jefe me esperaba como siempre en el elevador.
- Payne, necesito los nuevos informes de ventas –comentó.
- Mañana a primera hora se los tengo listos –dije con seriedad.
- ¿Me los podrías enviar en la noche? –preguntó.
- No –dije seria y entré al cubo del elevador.
- ¿En serio? –preguntó confundido.
- Sonará extraño –le dije- pero tengo algo que hacer esta noche, así que no me será posible enviárselos. Mañana se los preparo.
- Gracias Payne, que se divierta esta noche –dijo sonriendo.
- Gracias jefe –dije cuando las puertas se cerraron.


Me puse una linda blusa blanca con unos jeans grises y una chaqueta negra de cuero. Alisé mi cabello y me maquillé como casi nunca lo hacía. Subí a mi auto y pasé a la casa de Natalie.

Ella venía con una falda muy bonita y una blusa azul marino. También traía los ojos maquillados de una muy bonita forma.

Llegamos al programa y nos acomodaron de cierta forma. Esperaba con ansias que empezara. No sabía qué grupo estaría pero me interesaba mucho el programa, era de comedia, así que seguro me divertiría.
- Te ves muy bonita –dijo Natalie.
- Gracias –dije con un amplia sonrisa- tú también.
- Gracias –dijo con media sonrisa- Pensé que eras algo… desagradable y mandona, pero ya veo que no.
- Mi etapa en el trabajo es muy diferente –contesté honestamente- además, no me gusta ser así, tal vez solo es mi fachada.
- Supongo que sí –dijo poniendo atención al programa. Estuvimos riendo mucho y por fin llegó la parte musical que Natalie tanto estaba esperando.

Para mi sorpresa era el grupo que a Inglaterra tanto les gustaba: One Direction. Solo que eran tres y no cuatro. Estuvieron repasando cosas de su pasado y verlos allí me daba gusto, aunque se les notaba que les hacía falta el pequeño.

No tocaron para nada el tema de él. Que bueno, me hubiera entristecido. Ellos cantaron una canción llamada Over Again, el ruloso tocó el bajo, lo tocaba bastante bien, pero se les notaba el vacío por Niall.

- Falta uno –me dijo Natalie.
- Lo sé –dije un poco apenada. Payne miró hacia le público y me vio. Yo le sonreí y él me saludó con la mano. Todos se sorprendieron y me miraron.
- ¿La conoces? –preguntó el entrevistador.
- Sí, bueno… hace unos días se le perdió su perro y yo lo encontré –contestó sonrojado.
- ¡Que suerte la de esa chica! –dijo- Amiga –me llamó- ¿Te sientes con suerte?
- En realidad no –le dije- solo lo vi una vez.
- ¿Eres su fan? –preguntó de nuevo el conductor y yo me reí, pues las cámaras ya me apuntaban.
- En realidad no –dije honestamente.
- ¿Entonces, qué haces en el programa? –preguntó el conductor.
- Bueno, ella me invitó y su programa me gusta mucho. De hecho no sabía que ellos vendrían.
- No quiere admitir que nos ama –exclamó Zayn. Levanté las cejas apenada y luego desvié la mirada.
- Seguro que después de su segunda canción los amará, adelante chicos, a cantar Kiss You.

Ellos fueron a cantar y el programa salió del aire cuando faltaba poco para terminar esa canción. Tomé mi abrigo y Natalie me seguía de cerca. Al salir al estacionamiento abrí las puertas y Natalie me miraba con la boca abierta.
- ¿Qué? –pregunté ya dentro de mi auto.
- ¿Has hablado con Liam Payne? –preguntó incrédula.
- Sí, dos veces –dije.
- ¡Qué envidia! –dijo mi castaña “amiga”.
- No es la gran cosa –le dije- en realidad es muy normal.
- Pero es él, lo que daría por salir con él. Pero tiene novia –dijo triste.
- Sí, ni modo Natalie, además tú estás casada –le dije y ella sonrió.
- No me importaría engañar a Kevin con Liam Payne, por lo menos una vez.
- ¡Qué impropia Natalie, esas mañas yo no te las conocía! –dije riendo y ella se sonrojó.



Habían pasado ya tres meses desde ese encuentro. Mi trabajo iba viento en popa y como todos los días, salía de allí tarde. Decidí ir por un café y me senté en una mesita cerca de la puerta.

Frente a mí estaba un chico de lentes oscuros a pesar de ser de noche. Estaba sujetando su celular con mucha fuerza y su café estaba lejos de él. Se levantó los lentes para limpiar sus ojos y noté sus hermosos ojos color celeste, era el roquero, Niall.

Me levanté de la mesa y me acerqué a la de él, me paré cerca y él levantó la cara para mirarme.
- ¿Puedo sentarme? –pregunté.
- Espero alguien, pero… te puedes quedar hasta que lleguen –dijo.
- Gracias –le dije y me senté frente a él. Él me hizo media sonrisa.
- Oye… agradecería que no me preguntaras nada sobre… -comenzó, sabía que se refería a su ex.
- ¿Sabes cuanto tardé en sacarme el marcador indeleble de mi mano? –interrumpí y él se quedó callado y confundido.
- ¿De qué me hablas? –preguntó.
- Hace unos meses, en este mismo establecimiento estaban tú y los chicos y una chica tiró mi café en mis piernas. Pensaste que peleaba con ella por un autógrafo tuyo y…
- Firmé tu mano –dijo recordando lo que pasó.
- Sí –dije sonriendo.
- Lo siento por eso –dijo apenado- pero estabas allí parada, tan inocente… que pensé que querías eso.
- No, la verdad ni te conocía.
- ¿En serio no me conocías? –dijo incrédulo.
- Oye, está bien que eres de un grupo famoso de Londres, pero no es la gran cosa –dije restándole importancia.
- Pero soy Niall Horan –dijo sonriendo.
- Y yo soy ______ Payne, ¿tengo algo diferente a las demás personas?
- No lo sé –dijo con media sonrisa.
- Ves… soy normal, aunque tengo un dedo de más en un pie –le dije y él abrió la boca sorprendido.
- ¿En serio? –dijo asomándose bajo la mesa.
- Traigo zapatos nunca lo verías –le dije, escondí mis piernas y él seguía con la cabeza bajo la mesa.
- ¡Enséñame! –me dijo riendo. La gente nos veía raro y yo me sonrojé, pues esta no era una gran imagen. Toqué su hombro y lo obligué a sacar su cuerpo de debajo de la mesa.
- ¡Parece que quieres ver algo allí abajo y no simplemente mis pies, sal de allí! –dije riendo y él se acomodó en su asiento.
- ¡Lo siento pero me emocioné! –dijo sonrojado.
- Sabes que no tengo realmente seis dedos, ¿verdad? –le dije y él hizo un puchero.
- ¡Mentirosa! –me dijo y desvió la mirada.
- No quiero ser rara, me lo tuve que cortar –le dije y él me miró con los ojos bien abiertos.
- ¿En serio?
- Sí –le dije y él se comenzó a carcajear.
- ¿Puedo ver la cicatriz?
- Algún día, ahora no –le dije y él se cruzó de brazos.
- ¿Por favor? –pidió con ojos suplicantes.
- Tienes lentes oscuros… tus ojos deben de ser hermosos, pero ahora no me convencen –le dije y él se quitó los lentes. Le sonreí y él también lo hizo, sus ojos desaparecieron al instante.
- Tus ojos también son muy bonitos –me dijo, yo desvié la mirada y luego él carraspeó.
- Gracias –le dije amablemente.

- Hola, me llamo June y soy tu fan ¿me das un autógrafo? –pidió una rubia al lado del chico. Niall le sonrió y le firmó su libreta- Gracias –dijo la chica. Lo abrazó y luego ella se fue.
- ¿Es duro ser una estrella pop? –pregunté.
- A veces –dijo encogiéndose de hombros. Se puso de nuevo sus lentes y le dio un sorbo a su café.
- Bueno, fue un placer haber conversado con alguien famoso. Hasta luego Niall Horan.
- Espera… ¿por qué te vas? –dijo un poco apenado- Estaba divirtiéndome un poco.
- ¿Un poco? –dije sentándome de nuevo.
- Bueno, mucho –dijo riendo.
- Gracias –dije sonriendo- pero mañana tengo que trabajar y es una lata levantarme temprano.
- ¿Te puedo ver otro día? –preguntó.
- Tal vez… -le dije y me levanté de allí. Él también se levantó y me siguió al auto.
- Te puedo demandar por acoso –le dije cuando él estaba al lado de mi auto.
- No te acoso, solo espero que me des tu número o algo con lo cual poderte buscar.
- No te daré nada –dije riendo- el que seas una estrella no implica nada sobre mí.
- Eres una chica difícil –me dijo.
- No… -aclaré y subí a mi auto- simplemente soy normal. Hasta luego Niall –dije y encendí mi auto. Él me despidió con la mano y por el retrovisor pude verlo allí parado y luego regresar al establecimiento.

Capítulo 4: Conocidos.

Era fin de semana y necesitaba salir a respirar un poco. Tomé la correa de Kennedy y lo saqué a pasear. Estaba concentrada pensando en lo que haría el lunes para el trabajo. La verdad es que eso me estaba consumiendo mucho. Ya ni recordaba el número de los celulares de mis antiguos amigos. ¿Aún tengo amigos? En fin, estaba recorriendo el parque cuando un Beagle se me hizo conocido.

Solté a Kennedy y rápidamente se acercó al otro, comenzaron a jugar y me senté cerca de ellos para cuidarlos.
- Hola –me dijo una rubia a mi lado.
- Hola –saludé, ella parecía ser agradable. Era muy hermosa, tenía los ojos grandes y verdes, vestía unos jeans y una chaqueta café, traía una coleta.
- ¿Eres la dueña de ese Beagle? –preguntó.
- Sí, se llama Kennedy –le informé.
- El guapo de allí se llama Brit –me dijo. Yo recordé al Brit de Payne.
- ¿Tiene algo que ver con los chicos de One Direction? –pregunté y ella sonrió apenada.
- Sí, bueno… soy Ashley Smith, soy novia de Liam Payne –dijo y yo abrí los ojos sorprendida.
- Oh, lo siento. No sabía –dije apenada.
- No importa, es extraño que alguien no me reconozca al instante –dijo.
- Hay mucha gente en el mundo –le dije-. No tengo que conocer a todos. Además, no soy fan de la banda. Simplemente los conozco de vista.
- Te la recomiendo –me dijo- son buenos, y no te lo digo porque sea novia de un integrante.
- Gracias –le dije- algún día escucharé música.
- ¿No te gusta? –preguntó. Yo me le quedé viendo a Kennedy.
- Me gustaba mucho, ahora no escucho tanto y tampoco enciendo el televisor. Mi trabajo me consume.
- Es una pena –dijo. Mi celular vibraba y era mi jefe. Suspiré. ¿Acaso cada que mencionaba mi trabajo, mi jefe me llamaría?
- Lo siento –le dije- tengo que atender esto.
- Está bien –dijo sonriente.
- ¿Te importaría cuidar a Kennedy un rato?
- No –dijo y tomó la correa. Me alejé de ella y desbloqueé el celular.
- ¿Hola?
- Señorita Payne, ¿sabe dónde dejé mi traje sastre azul? –esto era increíble.
- Supongo que en su casa –dije.
- No está –dijo apenado.
- Acabo de recordar que me pidió que lo mandara a la tintorería. Está a mi nombre… -dije dándome un golpecito en la frente.
- ¿Podrías traérmelo a mi casa?
- ¿Ahora? –pregunté un tanto molesta.
- Sí, por favor –pidió.
- De acuerdo, señor. En un momento se lo llevo.
- Antes de medio día por favor –pidió y colgó. Vi mi reloj y faltaba media hora.

Rápidamente regresé por Kennedy y allí se encontraba Liam con su novia. Me acerqué y le puse la correa a mi perro.
- Hola –dije apresurada, busqué las llaves de mi auto. Si iba a mi casa y luego a la tintorería no me alcanzaría el tiempo.
- ¡Hola! –dijo sonriente Liam- Conocí a Kennedy cuando lo vi.
- Es especial –dije y le sonreí- En fin, me tengo que ir… -dije preocupada.
- ¿Qué pasó? –preguntó Ash.
- Bueno, es que me llamó mi jefe y me necesita ya. Tengo que llevar a Kennedy a casa, pero no alcanzará mi tiempo. ¿Saben cuál es la calle más despejada para la Lucio? Por allí vivo y a donde voy está al otro lado de la ciudad.
- Pues está la Harrison, pero no creo que alcances a dejar a Kennedy y luego cruzar la ciudad en media hora –dijo la rubia.
- Ve a donde tengas que ir –dijo Liam-, nosotros cuidaremos de Kennedy en tu ausencia.
- ¿Estás loco? –dije incrédula.
- Tardaremos más en explicarte que él estará a salvo, que lo que tardarías en subir a tu auto ya –dijo la rubia. Sacó una hojita de papel y anotó una dirección- Es la casa de un amigo, ve allí y te entregaremos a Kennedy.
- ¿En serio? –dije preocupada.
- ¡Vete ya! –dijo Payne. Me despedí de mi perro y luego corrí hacia mi auto. Aceleré a fondo y me pasé unos cuantos semáforos, para poder llegar.


Cuando por fin lo logré, entré al establecimiento pedí el traje y cuando me lo entregaron subí a mi auto y conduje lo más rápido que pude a la casa de mi jefe.

Bajé del auto y cuando noté que estaba muy agitada. Me recargué en la puerta. Agaché la cabeza y suspiré hondo.
- ¡Al demonio, puede esperar! –dije y me quedé unos minutos descansando. Luego, después de recuperar mi pulso. Tomé el traje y caminé lentamente a la puerta. Toqué el timbre y al cabo de medio segundo abrieron la puerta. Era la ama de llaves.
- Para el señor Dallas –dije y entregué el traje.
- Espere –dijeron desde dentro. Caminé unos cuantos pasos allí dentro y se asomó mi jefe- Lamento haberla interrumpido en este día.
- No importa, su traje ya está aquí –le dije.
- También la llamé por algo importante –miré hacia el suelo. Definitivamente necesitaba irme de aquí.
- ¿Qué pasa? –pregunté sin tanto interés.
- Hoy hay una cena con los nuevos proveedores y necesito que estés allí. Llevaré a mi esposa, así que necesito que lleves a algún acompañante.
- ¿Se le ocurre decirme ahora? –dije incrédula.
- Sí –dijo apenado- es que lo olvidé, le ruego me perdone.
- Señor, ahora estoy molesta. No me pida que lo perdone. No tengo un acompañante.
- Pues consiga uno, pero la quiero allí a las nueve en punto –exclamó. Suspiré marcadamente y salí de su casa.


Entré a mi auto y puse la cabeza en el volante, de verdad necesitaba un nuevo empleo. Encendí el auto y la radio se prendió sola. Para mi sorpresa había una canción de One Direction. La dejé puesta y cuando terminó lo apagué. Busqué el papelito que Ash me había dado y traté de ir en la dirección correcta.

Al llegar frente a una casa de tres pisos, me quedé pasmada. Era hermosa y dentro se asomaba un Mini Cooper azul, acompañado de un Aston Martin negro. Nerviosamente caminé a la puerta y toqué el timbre. Me balanceé en mis pies y agaché la cabeza. No sabía dónde estaba.

Luego abrieron la puerta y me quedé totalmente sorprendida al ver quién era.
- ¿Niall? –dije sorprendida.
- Hola –dijo sonriendo- ¿Qué haces aquí?
- Me dieron esta dirección… ocurrió una urgencia y… tuve…
- Esos modales compañero –dijo el rizado del bonito hoyito a su lado- Pasa –dijo sonriente.
- No, gracias –dije- solo vengo por Kennedy.
- ¿Es tuyo? –dijo Niall confundido.
- Sí, tuve que salir de urgencia y Payne se ofreció a cuidarlo –le informé.
- No seas penosa y pasa –dijo Payne tomando mi mano. Di unos cuantos pasos, pero él no me dejó detenerme. Siguió caminando y los otros dos nos siguieron de cerca. Me sentía frágil en medio de ellos. Me llevó al jardín trasero y allí pude ver a Kennedy jugando con Brit y otro perro.

Había una parrilla encendida, con algo de carne y salchicha sobre ella. En una mesa de campo estaba la demás comida y unas chicas sentadas a su alrededor. Era una castaña y de piel blanca, me sonreía con amabilidad. A su lado se encontraba la rubia de Payne y luego una chica de pequeña estatura y cabello negro, pero de hermosa mirada azul.
- Hola –saludó la rubia.
- Hola –saludé.
- Ella es ______ Payne, nueva amiga –anunció Payne. Yo sonreí pero me quedé parada en mi lugar.
- Hola –dijo la morocha, se acercó a mí y me dio un abrazo- Me llamo Lily Tomlinson, es un placer conocerte.
- Gracias –dije apenada, luego se acercó la pequeña.
- Hola soy Rose Tachna –me dijo y también me abrazó. Yo le correspondí el abrazo.
- Nosotros somos, Harry –dijo él mismo- a Liam ya lo conoces, Niall –dijo y él me sonrió- él es Zayn.
- El que dijo que no admito mi amor por ustedes –dije y él sonrió.
- En realidad no me acuerdo –dijo apenado. Me reí y luego silbé, Kennedy atendió a mi silbido y lo tomé en mis brazos.
- Bueno… fue un placer conocerlos, pero tengo que irme ya.
- Quédate a comer –dijo Harry. Yo negué con la cabeza.
- Gracias, pero tengo una cena importante con los nuevos proveedores y… -agaché la cabeza- estoy agotada.
- Se nota –dijo Niall a mi lado-. Si te quedas un momento te podrías relajar.
- No deberían de invitar a gente que a penas y han visto a su casa –dije y di un paso hacia dentro de la casa- son muy amables, pero en verdad me tengo que ir.
- Está bien –dijo Lily- ven cuando quieras. Eres bienvenida –me dijo amablemente.
- Gracias –dije y le sonreí a todos- Gracias por cuidar de Kennedy –le dije a Liam.
- Te acompaño a la puerta –me dijo Niall

Caminamos hacia esta en silencio y luego me acompañó hasta el auto, subí a Kennedy en la parte trasera y luego cerré su puerta.
- ¿Cómo has estado? –preguntó, abrí la puerta del piloto y suspiré.
- Agotada –le dije.
- Es una pena que te tengas que ir –me dijo.
- Sigo diciendo que a penas y me conocen –sonreí.
- Se nota que eres muy amable, además… somos muy humildes, nos compadecemos de gente como tú.
- ¿Cómo yo? –dije sorprendida.
- Sí, con el espíritu aventurero engatusado allí… -dijo señalando la parte donde debería estar mi corazón- atrás de ese hoyo negro donde debería estar el corazón.
- De acuerdo, me tengo que ir –le dije y él rió.
- ¿Tienes algo qué hacer además de ir con esos “proveedores” esta noche? –preguntó.
- Creo que tengo el día ocupado, al parecer esa cena es importante y de gala. Necesito un acompañante y no tengo idea de a quién llevar.
- ¿No tienes pareja?
- Hace como… -traté de calcular el tiempo pero ya no quería entrar en detalles- que terminamos… no quiero hablar de eso –dije desviando la mirada. Encendí el auto – En fin, creo que tengo que encontrar a alguien pronto…
- Lleva a un amigo –dijo él tratando de ayudarme.
- No tengo y los amigos no se sacan de un directorio telefónico. Creo que iré sola –dije sin opción.
- ¿Quieres que te acompañe? –preguntó así de la nada. Me le quedé viendo sorprendida.
- Es una cena aburrida, con música aburrida de fondo, pláticas sobre estándares de la empresa y piezas de un motor S350 de agricultura.
- No tengo idea de lo que es –dijo apenado.
- Además es de gala, ¿tienes un traje?
- Sí, creo que uno –dijo sonriendo.
- Aguantarás pasar la noche, sentado en la misma posición por horas escuchando las pláticas sobre motores y piezas extrañas, además de que todas las personas allí son viejas y raras.
- Pues mientras tú no me ignores, creo que estaré bien –dijo. Lo pensé por un momento y luego miré a Kennedy.
- Está bien, vengo por ti a las ocho y media.
- Oye… -dijo antes de que me fuera-, yo iré por ti… solo dime dónde vives.
- ¡Vamos… esto no es una cita! –le dije.
- Sigo siendo hombre, por lo tanto un caballero, dame tu dirección ahora –pidió.
- De acuerdo –dije y saqué un papelito de mi guantera. Escribí mi dirección en este y se lo entregué- Puntual, si llegas tan solo diez minutos después de la hora me iré sin ti.
- Estaré allí –dijo sonriente. Le sonreí y manejé hacia mi departamento.



Estaba poniéndome los aretes cuando escuché el timbre del conmutador. Me acerqué y presioné el botón.
- ¿Quién?
- Niall –se escuchó algo nervioso.
- Sube –dije y presioné el botón para que abrieran la puerta.

Me revisé en el espejo y suspiré un par de veces. Todo estaba en su lugar: el vestido era negro, casual hasta dos dedos arriba de la rodilla, con un cuello en v y descubierto de la espalda. El cabello lo tenía recogido y un pequeño fleco sobre mi frente. Maquillé mis ojos de un negro difuminado y perfumé mi cuerpo. Usé los tacones que siempre había amado, pero nunca me había puesto.

Un toque a mi puerta hizo que Kennedy bajara de mi cama ladrando. Tomé mi abrigo y mi bolso. Me acerqué a esta y la abrí.

Él estaba frente a mí, con una linda rosa roja y una sonrisa bella en su rostro. Vestía un elegante traje negro con una camisa blanca y una corbata negra, ¡Traía zapatos! Instantáneamente le sonreí.
- Pasa –dije y él dio un paso hacia adentro.
- Disculpa el desorden… pero, no me dio tiempo de arreglar el lugar –dije apenada.
- No importa –dijo sonriente.
- ¿Es para mí? –pregunté por la rosa. Él sonrió y la hizo a un lado.
- No… de hecho es para tu jefe –dijo apenado. Yo entrecerré los ojos – Bromeo, ten –dijo y me la tendió.
- Gracias –dije y la metí a un pequeño florero que tenía en la cocineta. La puse en mi mesita de centro y la observé- es muy hermosa.
- De nada –dijo amablemente- se hace tarde y no queremos hacer esperar a tu jefe.
- Cierto –dije y caminé a su lado- Te portas bien Kennedy –dije y cerré la puerta tras de mí.

Caminamos y bajamos por el elevador en silencio. Estaba demasiado nerviosa. ¿Cómo presentaría a este chico en la cena? ¿Mi novio, mi amigo, mi conocido? No había pensado en eso. Cerré mis ojos y me recargué en la pared del elevador.
- ¿Estás bien? –preguntó preocupado.
- Sí, solo que estoy cansada –le dije. Tomó mi mano y abrí los ojos, él la puso en su antebrazo y caminé a su lado. Salimos de mi edificio y me dirigió a una camioneta Ford de reciente modelo, era realmente bella.
- Zayn me la prestó –dijo emocionado.
- Que amable –dije y él abrió la puerta del copiloto. Entré a la camioneta y luego él entró.
- Por cierto –dijo encendiendo la maquina- Te ves muy hermosa.
- Gracias –dije rápidamente y le sonreí- Tú también te ves muy bien, me gusta tu cabello –le dije y él sonrió.
- Gracias –dijo apenado- Bueno, será hora de la verdad –dijo y condujo hacia el lugar que le indiqué.

Capítulo 5: Salgamos de aquí.

- Por eso creo que sería un gran negocio si nos enviaran las piezas a nosotros –completé yo.
- ¿Está segura de eso señorita Payne? –preguntó Charles.
- ¡Por supuesto que sí! –le dije segura- He formado parte de esta empresa por casi ya… cuatro años. No le aconsejaría que nos hiciera socios, si no estuviera segura de lo que le digo.
- Tienes una gran asistente –comentó Charles a Dallas.
- Gracias, debo decir que es la mejor que he tenido. Como ella ya no hay –comentó mi jefe- salen una en un millón.
- ¿Te cansas de trabajar de lunes a viernes de siete de la mañana a nueve de la noche? –preguntó Charles.
- De hecho trabajo cualquier día de la semana a todas horas –dije viendo a mi jefe. Él se apenó y desvió la mirada.
- Dallas, deberías de darle unas vacaciones –dijo nuestro futuro socio.
- Si le doy vacaciones, mi empresa morirá.
- Dije que le dieras vacaciones, no que la despidieras –todos reímos y Dougie bebió un poco más de su copa.
- Bueno y… ¿cuándo nos hablarás de tu novio? –preguntó la esposa de Charles.
- Mi… ¿novio? –pregunté sonrojada y miré a Niall, él dio un enorme sorbo a su copa- Bueno… -no sabía qué decir- La verdad es que…
- Amor, no vinimos a tratar cosas personales –reprendió su esposo.
- Es que se me hace muy conocido, te juro que lo he visto antes –dijo observándolo fijamente. Niall no decía nada solo sonreía.
- Está bien –dije sonrojada- me han descubierto. Tomé el directorio y lo abrí en la página de cantantes famosos y allí apareció su nombre. Vi una foto de él y sus ojos me cautivaron, lo alquilé por una noche.
- ¿Cantante famoso? –preguntó mi jefe.
- Bueno, él como dije es Niall Horan, un integrante de una banda famosa de pop, se llama One Direction.
- Ya decía yo que este bombón no era ejecutivo –dijo la señora sonrojada, Dougie se sonrojó a más no poder.
- ¡Cariño! –dijo Charles apeando.
- ¡Es la verdad! –dijo la señora- Hijo, ¿me firmarías la servilleta?
- Sería un placer –dijo Niall y firmó la servilleta. Se la entregó y luego yo le sonreí.

Continuamos con la cena, ahora entre risas; pues la esposa de Charles, había abierto las puertas para preguntas triviales y no solo de negocios. Eran casi la una de la mañana cuando Niall tomó mi mano. Me acerqué a él y susurré en su oído.
- He tenido suficiente, sácame de aquí –pedí y él sonrió.
- En fin, muchas gracias por esta cena y espero que el trato se haya cerrado, pero mi noche tiene que terminar ahora –dijo Niall un tanto apenado.
- Gracias por acompañarnos –dijo mi jefe.
- De nada –dije y me paré. Él rodeó mi cintura y me dirigió a la puerta.
- Gracias –le dije y él me sonrió.
- De nada –dijo y me puso mi abrigo sobre los hombros.

Salimos del establecimiento y él me abrió la puerta del auto. No entré, me quedé allí parada y respiré agitadamente.
- ¿Pasa algo? –preguntó preocupado.
- Sube a la camioneta –pedí- en un momento te acompaño. Hazlo –dije cuando vi que no se movía. Él obedeció y en eso solté todo lo que mi estómago tenía dentro.
- ¡______! –dijo Niall preocupado, bajó de la camioneta y llegó rápidamente a mi lado.
- Estoy bien, estoy bien –dije para calmarlo. Respiré profundamente y él sacó de la camioneta una botella de agua.
- Gracias –dije y tomé de ella, enjuagué mi boca y luego subí a la camioneta. Él cerró la puerta y subió.


Llegamos a mi edificio y él me acompañó hasta la puerta de mi departamento.
- Creo… que ha terminado la noche –dijo Niall.
- Sí, ¿cuánto te debo? –le pregunté.
- Cerca de medio millón –dijo rápidamente.
- ¿Qué? –dije sorprendida.
- Número uno: soy guapo, número dos: estoy en una banda famosa, número tres: te ayudé mientras vomitabas. Eso me debe de dar bono extra.
- No tengo medio millón –le dije y él sonrió.
- Bueno, dame lo que tengas –dijo.
- ¿Me dejarás pobre? –pregunté y él puso su mano en la barbilla.
- Está bien, me compadecí de ti y seré gratis por hoy.
- Gracias por acompañarme, fue un gran detalle.
- De nada, pero… ¿te puedo aconsejar algo? –pidió.
- Claro –dije sin pensarlo.
- Esta noche, apaga tu celular, despiértate tarde, escucha música… luego come porquerías y… duerme de nuevo –dijo sonriendo- te hace falta relajarte.
- Gracias, lo tomaré en cuenta –dije sonriendo.

Se me quedó mirando y luego jugó un poco con sus pies. Yo suspiré y desvié la mirada, tomé mis llaves y la metí en la cerradura.
- Hem… ¿Quieres pasar? –pregunté y él mordió sus labios.
- Bueno –dijo y abrí la puerta. Kennedy nos recibió y abracé a mi amiguito.
- En la nevera, hay helado, cerveza, pastel, lo que quieras. Toma algo –dije y fui directa a mi cuarto, cerré la puerta y me quité el vestido. Me puse la pijama menos sexy que pude encontrar, sí la de las vacas. Entré al baño y me lavé los dientes, me quité todo el maquillaje que traía encima y salí para ver lo que mi invitado estaría haciendo.

- ¡Qué cambio! –dijo cuando me vio.
- Cállate –dije riendo. Él estaba comiendo helado en mi sillón, me senté junto a él pero de frente con las piernas cruzadas. Me pasó una cuchara y los dos comimos directamente del bote.
- ¿Puedo quitarme los zapatos? –pidió.
- ¿Te apestan los pies? –dije probando otro bocado.
- Un poco –dijo apenado.
- Está bien –dije y se los quitó.
- No aguanto mucho con zapatos, es horrible –dijo metiendo su cuchara al bote- Tengo el pie plano –me dijo.
- ¿Te cansas al caminar? –pregunté.
- Un poco, pero ya me acostumbré –dijo- ¿cómo está tu sexto dedo? –preguntó curioso.
- Muerto –dije riendo y él también rió.
- ¿Ahora sí me enseñas tu cicatriz? –pidió. Me saqué el calcetín y le mostré la cicatriz que tenía al lado de mi dedo gordo, en mi pie izquierdo.
- ¿En serio tenías un sexto dedo? –preguntó incrédulo.
- ¿Ves la cicatriz? –dije con la cuchara en la boca.
- ¡Wow! –dijo con brillo en los ojos. En realidad mentía, me corté cuando tenía como 18, pero a él le daba ilusión mi sexto dedo así que dejé que creyera en eso.

Estuvimos platicando sobre eso y sobre las cosas que a él le gustaban. Me parecía una gran persona, era bastante agradable, interesante y atento. Me la pasaba riéndome de él y sus excentricidades. Él se reía de mí por ser “santa”.

- ¿Puedo preguntarte algo personal? –preguntó.
- Ya estamos en eso, ¿qué quieres saber? –pregunté, tomando una cerveza de la nevera.
- ¿Tienes familia? –preguntó.
- Mi padre falleció hace dos años, mi madre cuando yo tenía once y mis abuelos… no lo sé.
- ¿Amigos? –preguntó.
- No tengo, hace tiempo tuve, pero debido a mi trabajo los perdí a todos. Creo que no les agradaba tener a alguien que se la pasa llamando por celular y atendiendo a gente desconocida.
- ¿Estás sola en el mundo? –preguntó.
- Supongo que sí, solo tengo a Kennedy –dije mirándolo. Él dormía apaciblemente en su cojín.
- Que triste es tu vida –me dijo y me dio un zape en la cabeza.
- Gracias por el ánimo.

Luego de eso estuvimos hablando más sobre su banda y las giras que hacían, al parecer estaban esperando a que él se recuperara para seguir con Take Me Home.
- Preferiría no hablar de eso –le dije y él me miró curioso.
- ¿Por qué no?
- Sé que te molesta, no quiero saber nada que tú no me quieras contar. Además, es una herida del pasado que uno no debe de reabrir –le dije. Él me miró y luego desvió la mirada.
- ¿Te pasó algo así? –preguntó.
- Digamos que sí –dije y luego callé.
- La pasé muy bien contigo, pero creo que ya me tengo que ir… Harry me ha llamado diez veces y no le he contestado –dijo apenado.
- ¿Qué hora es? -pregunté.
- Las ocho de la mañana –dijo viendo el celular.
- ¡¿Qué?! –dije totalmente sorprendida, encendí la televisión y ya estaba el noticiero matutino.
- Se nos fue el tiempo volando –dijo.
- Cierto –admití.

Se puso los zapatos y luego el saco. Lo encaminé a mi puerta y él se paró frente a ella. Se acercó a mí y me dio un gran abrazo.
- Gracias por todo –le dije y él me apretó más.
- Por nada, me divirtió la esposa de Charles –dijo separándose de mí.
- Le gustas –dije y levanté las cejas un par de veces.
- Eso de ser estrella de pop, tiene sus privilegios –yo reí.
- Hasta… luego –dijo y me dio un beso en la mejilla.
- Hasta luego –dije y él caminó hacia el elevador. Se abrieron las puertas y él entró. Me metí a mi apartamento y cerré con seguro.

Capítulo 6: Bienvenida.

Era viernes por la mañana, hoy no iría a trabajar por que era día inhábil. Estaba en la cocina preparando algo de comer cuando escucho que tocan a mi puerta. Me acerqué a ella y sin pensar ni fijarme por el hoyito abrí.
- ¿Sabes que si dices que eres el chico del cable te abren la puerta? –dijo Niall entrando.
- Claro pásale –dije cuando él ya estaba en mi cocineta.
- Gracias –dijo y probó un pedazo de mi omelet – Le falta sal –dijo y le puso un poco.
- ¿Qué te trae por aquí? –pregunté quitándole mi plato. Serví otro para él.
- Sabía que hoy no irías a trabajar, así que decidí sacarte a pasear.
- No soy un perro, para que me saques a pasear cuando quieras –le dije y él sonrió.
- ¿Vendrás o no? –dijo mordiendo mi tenedor.
- Voy por mi chaqueta –dije y fui a mi cuarto. Me puse unos jeans, una playera normal color azul y una chaqueta negra, usé mis converse negros.


Bajamos por el elevador y luego subimos a la camioneta de Harry. Encendió la radio y comenzó a tararear la canción de Blink que estaba puesta.
- ¿No cantas? –preguntó.
- Soy pésima y me da vergüenza –admití.
- Se te tendrá que quitar conmigo –dijo-, así que a cantar –pidió.
- ¡No, además no me la sé!
- ¿Qué tipo de música escuchas? –preguntó.
- No tengo una en especial, hace años que no enciendo la radio o la televisión. Me la paso trabajando.
- ¡Dios que aburrición! –dijo y me imitó- “No tengo una en especial”
- ¡Cállate, Niall! –dije riendo- ¿A dónde me llevas? –pregunté.
- A mi casa –dijo. Me quedé callada, tan solo mirando la hermosa ciudad en la que vivía, pero que nunca me había detenido a observar.


Llegamos a una casa hermosa y de jardín grande, lleno de flores bonitas. Esta era de dos pisos y color café. Bajamos juntos y caminé a su lado. Él abrió la puerta y escuché personas dentro.
- ¿Quién me espera? –pregunté.
- Nadie, eres sorpresa –dijo. Yo me sorprendí pero no dije nada.
- Mamá –dijo Niall, ¿vive con su mamá? – No, esta no es mi casa, es la de mi mamá y hermana.
- Oh –dije apenada.
- Hola, hermoso –dijo su madre y lo abrazó. Yo sonreí pero me hice a un lado- ¡Lo siento no sabía que traías a alguien!
- Ella es mi madre Maura Gallagher –señaló.
- Es un placer conocerla señora –le dije.
- Por favor, dime Maura –pidió.
- Ella es una amiga mía, se llama ______ Payne –pronunció.
- ¡Mira! ¿Eres familiar de Liam? –preguntó.
- No –reí-, solo es un apellido común.
- ¿Quién es? –preguntó una chica rubia desde el sillón.
- Una amiga –le dijo Niall.
- ¿Amiga? –dijo y se levantó, se acercó a mí y me miró fijamente. Niall la empujó dos pasos hacia atrás- ¿Te gusta mi primo? -¡Bum! Esa era la bomba.
- ¿Qué? –dije sorprendida.
- ¡Jazzie! –dijeron tanto su mamá como Niall.
- No, tu primo y yo solo somos amigos –expliqué-, ¿por qué? ¿te contó que le gusto a él?
- No –dijo la rubia riendo-, solo preguntaba. ¿Entonces no?
- No –dije y Niall sonreía.
- Sí, es fea no me gusta –dijo Niall y me hizo un gesto.
- Niall… -pronuncié lentamente- no te digo nada porque estamos en presencia de tu madre.
- Por mí adelante, yo ya me iba –dijo y se fue a la cocina.

- Te gusto, admítelo –le dije y él sonreía.
- No me gustas –dijo con seriedad.
- Es una pena –dijo Jazzie- Ella es muy bonita.
- Gracias –dije sonriendo- ¡Ves tu prima es genial y la amo por eso!
- ¡Ven a mí, amiga de mi primo! –dijo y me abrazó. Al parecer me llevaría bien con ella. Yo me reí y Niall también lo hizo.


Después de estar jugueteando con su hermana y su madre, Niall me llevó a casa de su mejor amigo Harry.
- No creo que les agrade que esté aquí –le dije.
- No seas tonta, ya viniste una vez –dijo sonriendo y empujándome a la puerta. Abrió la puerta como si nada y me metió a rastras.

- ¡Payne! –me gritó Liam desde la sala.
- Hola –dije un tanto sonrojada. Niall me empujó hacia esta y ellos se levantaron del sillón.
- ¿Qué te dijo Niall para que aceptaras volver? –preguntó Harry.
- Que tendría una dona glaseada gratis –dije y él se rió.
- Voy por ella –dijo Zayn y se fue a la cocina. Liam y Harry me abrazaron. Me senté con ellos en el silloncito, esperando mi turno para poder jugar un poco de Rock Band. Mi dona llegó en un instante y comencé a comer de ella.

La verdad me estaba divirtiendo. Cuando todos estaban aburridos de tantas derrotas por mi culpa, decidieron ponerme a cocinar.
- ¿Por qué yo? –pregunté.
- Porque eres la nueva –dijo Liam- te toca por eso. Otro día te cocinará Harry.
- No cuentes con eso –dijo el rizado.
- Qué corteses –dije y me dirigí a la cocina. Zayn me siguió y abrí el refrigerador para ver lo que les podía preparar.
- ¡Genial, les prepararé… pedazos de pizza y helado! –dije viendo que eso abundaba.
- Perdónanos somos hombres –dijo Zayn apenado.
- No importa, creo que con esto puedo hacer algo –dije y comencé a sacar algunas cosas.
- ¿Quieres ayuda? –preguntó.
- Gracias –dije y le comencé a indicar lo que quería que hiciera. Estaba haciendo el aderezo cuando él decidió hablar.
- Sabes… Niall está mucho mejor desde que sale contigo –dijo.
- Le afectó mucho lo de Amy –dije partiendo un poco de aguacate.
- Sí, me partió el corazón verlo tan destrozado. Pero… a la vez, me di cuenta de que es un hombre… fuerte. Lo admiro –me dijo. Lo miré a los ojos y él me hizo media sonrisa.
- Yo también lo admiro –le dije y continué con la salsa.
- ¿Desde cuando salen? –preguntó.
- De hecho, solo somos amigos –le informé-. No ha pasado nada interesante entre nosotros. Me agrada tener un buen amigo.
- ¡Lo siento, no te quise incomodar! –dijo sonrojado.
- No importa –dije sonriendo- no eres el primero que pregunta.


(Narra Niall)
Estábamos en la sala, esperando que ______ y Zayn terminaran de cocinar algo para comer. Harry me estaba contando cosas sobre una nueva canción y sobre la gira que tendríamos en cuatro meses. Liam me recordaba algunas notas que se me pasaban, para así no cometer algún error en el concierto.
- Entonces… ¿hace cuanto que salen tú y Payne? –preguntó Liam.
- ¿A qué te refieres? –pregunté confundido.
- Sí, ¿hace cuanto que son novios? –preguntó Harry.
- No soy su novio –dije mirándolos a los dos con una sonrisa- somos amigos. Muy buenos amigos.
- Ajá –dijo Liam con sarcasmo.
- Es la verdad – dije honestamente-. No he pensado en ella de esa manera, no porque no quiera, sino porque no es el tiempo. Saben cómo me siento.
- Lo sentimos –dijo Harry- no quisimos incomodarte.
- No importa –dije restándole importancia- No son los únicos que preguntan…
- Aquí está… -dijo ella con dos platos de pasta en la mano, el olor era delicioso. Los puso en la mesita frente a nosotros y luego Zayn se acercó con dos más. Ella se fue y volvió con uno para ella y los cubiertos. Luego Zayn trajo los vasos y nos sirvió un poco de refresco.
- ¡Yo primero! –gritó el pecoso a mi lado, traía un tenedor en la mano y lo enrolló en la pasta, lo remojó en el aderezo y luego se lo metió a la boca. ______ lo observaba nerviosa y luego Liam cerró los ojos y frunció la boca.
- ¿Y bien? –pregunté yo.
- ¡De-li-cio-so! –dijo y volvió a probar otro bocado. Nosotros hicimos lo mismo, y así como el olor, su sabor era asombroso. Ella sonreía y me dio un golpecito en la pierna.
- Soy buena en esto –dijo sonriendo y un tanto sonrojada. Verla así me hizo sentir bien. Ella necesitaba amigos y yo necesitaba una amiga nueva, alguien que me conociera poco y luego nuestra amistad se fortaleciera con el tiempo. Tal como había pasado con los chicos.


Después de comer, le tocó a Payne y a Styles asear los trastos sucios. Yo le dí a ______ un recorrido por la casa de Harry y la llevé al estudio que tenía en el tercer piso. Allí, le mostré una de mis guitarras preferidas, la azul.
- Es muy hermoso –dijo. Toqué una canción que era bastante conocida para mí y ella sonrió.
- No creo que la conozcas –dije y seguí tocándola.
- Circles, we’re going in circles… dizzie’s all it makes us, we know where it takes us we’ve been before… –cantó.
- ¿La conoces? –dije incrédulo y sin parar de tocar.
- Sí, bueno… descargué unas de sus canciones. Estaba harta de que me dijeran que eran muy buenos y yo sin saber nada de ustedes –dijo encogiéndose de hombros.
- ¿Esta? –dije y cambié de tonada.
- Creo que es el solo de Everything About You –dijo entrecerrando los ojos y mirando el techo.
- ¿y esta? –cambié de nuevo.
- I Want –dijo rápidamente y no pude evitar sonreír.
- ¿Cómo es que las conoces?
- Es mi trabajo, así tengo que recordar las piezas de un motor. Son cerca de cinco dígitos cada una y… sé cerca de quinientas.
- ¡Wow! –dije sorprendido- ¿Cuántas veces has escuchado nuestras canciones?
- No lo sé –dijo apenada- por lo menos diez veces cada una.
- No eres tan aburrida entonces –dije y ella sonrió.

Bajamos del estudio y abajo ya estaban las chicas. Ellas al ver a _____ sonrieron. Se acercaron a nosotros y la abrazaron.
- ¡______, es bueno verte! –dijo Lily.
- Este tipo me obligó a venir, pero me la he pasado bien –dijo ______ y me dio un codazo.
- Eres bienvenida aquí, cuando quieras –dijo amablemente Lily.
- Gracias –dijo ______ y me sonrió. Yo le correspondí la sonrisa y luego Lily la tomó de un brazo y la llevó a la sala con los chicos.

Estuvimos tocando algunas canciones para que ella nos conociera mejor y solo sonreía, aunque yo sabía que tarareaba las canciones en su cabeza, de repente lo hacía visiblemente.

El gato de Harry, Dusty, saltó a las piernas de ______ y ella se le quedó viendo con cara de: ¡Quítamelo, quítamelo, quítamelo! Me acerqué a ella y lo acaricié.
- ¡Quítamelo de encima! –susurró muy bajito.
- ¿No te gustan los gatos? –pregunté.
- Me agradan, pero de lejos –dijo apenada.
- Ella es Dusty –dijo Harry sonriente y se lo quitó de las piernas- Dí “hola” Dusty –el gato la miró y luego se fue de allí.

- Bien… fue bueno pasar el día con ustedes, pero ya me tengo que ir –dijo ______-. Me divertí –dijo ella sonriente.
- Puedes volver cuando quieras –ofreció Harry.
- Gracias –dijo, yo me levanté con ella y después de que ella se despidió de todos. La llevé a su apartamento.

Chicasssssssssss! Les dejé 4 caps, fue su regalito de Navidad jiji.
Quiero avisarles que me iré de viaje durante una semana y poquitos días más, así que no podré subir caps :( Pero no se preocupen, llegando les haré un maratón de 3 capítulos, PALABRA DE GIRL SCOUT. (ni siquiera soy girl scout)
Las quiero y de nuevo, muchísimas gracias por comentar!
[Es mi respuesta numero 100 bailemos, ah]
xx

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHme encantaron los capítulos , sobre el viaje no te preocupes esperaremon con ansias haahaha disfruta y feliz navidad linda , me encantó la parte del gato JAJAJAJAJa
un beso linda xx
atentamente.
Victoria.;) <3

awww! me encanto mi regalo *w*
cade vez me gusta mas esta novela :)
me gusta mucho que Niall & la rayis se esten volviendo tan amigos, ella ya no sera tan forever alone xd
que te diviertas en tus vacaciones :)

sigelaaa la amoooooo plis enserio sigela
loana

TurnBackTime escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHme encantaron los capítulos , sobre el viaje no te preocupes esperaremon con ansias haahaha disfruta y feliz navidad linda , me encantó la parte del gato JAJAJAJAJa
un beso linda xx
atentamente.
Victoria.;) <3

JAJAJAJA, Yo también amé la parte del gato.
xx

LiloMarket escribió:awww! me encanto mi regalo *w*
cade vez me gusta mas esta novela :)
me gusta mucho que Niall & la rayis se esten volviendo tan amigos, ella ya no sera tan forever alone xd
que te diviertas en tus vacaciones :)

Aw gracias, me fue super bien linda!
xx

loa escribió:sigelaaa la amoooooo plis enserio sigela
loana

Ya la sigo babe.
xx

Capítulo 7: Confianza.

1/3
(Narra ______ )

Han pasado ya dos meses desde que fui a la casa de Harry para divertirme un rato. Desde entonces, he salido con Niall un par de veces, cada que mi trabajo me lo permitía. Él se había convertido en mi mejor amigo, todo le contaba. Los problemas que tenía en la empresa, los nuevos proyectos, mi estrés y la frustración que pasaba para encontrar una nueva asistente pues Natalie estaba embarazada.

Recuerdo la vez que hablé con Niall, sobre tener un hijo.

***
- ¿Por qué no? –preguntó él metiendo su cuchara al helado.
- Porque me da miedo, tú eres hombre… solo verás salir la cabeza del bebé, yo en cambio viviré en carne propia el desgarramiento de mi piel –dije asustada y él sacó la cuchara de su boca.
- Ya no quiero helado –dijo y dejó la cuchara. Yo reí.
- ¿Te gustaría tener hijos a ti? –pregunté y él me sonrió.
- Sí, pero cuando ya esté casado. Cuando esté estable, tanto emocional como económica y románticamente. No quisiera tener hijos regados ni nada de eso.
- Entiendo –dije- yo también quisiera eso.
- ¿De verdad? –dijo sorprendido.
- Sí –admití- pero mi trabajo me lo complica. Ni siquiera tengo pareja y no creo tenerla pronto. Así que un bebé no está por ahora en mis planes.
- Comencemos por lo básico –dijo él levantando una mano- ¿Crees casarte?
- Las cosas tristes primero –dije y agaché la cabeza, él se rió-. Pues tengo una esperanza de que alguien se compadezca de mí y se atreva a casarse conmigo.
- Pues ese “alguien” necesita: ser paciente, trabajar duro (porque tú eres una adicta al trabajo y no soportarías a un flojo), que odie los gatos y ame los perros, además de poder vivir sin ti por lo menos por cuatro días.
- ¿Existirá alguien así? –pregunté.
- Pues o existe alguien así o vivirás para siempre sola con Kennedy –dijo y Kennedy paró las orejas.
- Tengo un pésimo destino –dije y él se carcajeó.
- Tranquila, ya vendrá alguien que sea lo suficientemente rico… como para sacarte de ese empleo y poderte mantener para toda la vida.
- ¡Vamos Niall! –dije riendo- ¡Pedí un hombre no un milagro!
- Pues en tu caso pides ambos –dijo y yo me carcajeé- ¿Quieres un bebé o no?
- Sí, por su puesto que quiero uno –dije.
- ¿Hacemos uno juntos? –dijo de la nada, me quedé en shock y él se comenzó a reír- ¡Tu cara! –dijo y yo traté de reír pero aún estaba sorprendida.
- ¡Cállate! –dije apenada.

** Fin del recuerdo**

Estaba en su cocina preparando algo mientras él tomaba una ducha. Le preparé hot-cakes pues eran las nueve de la mañana y me había quedado a dormir aquí. Preparé la mesa y serví dos vasos de leche y dos de jugo, le puse mantequilla y miel encima de estos. Encendí su estéreo y comencé a cantar las canciones que aparecían.

Al cabo de escasos minutos, él apareció con una linda camisa blanca y unos jeans negros y tenis. Se acercó a mí y besó mi mejilla.
- Gracias por el desayuno –exclamo.
- De nada –dije y me senté a su lado.

Estuvimos hablando sobre el día anterior y lo bien que nos la habíamos pasado. El silencio se apoderó del comedor. No era un silencio incómodo. Sino uno lindo que sería atroz si alguno de los dos hablaba.

- Múdate conmigo –dijo de la nada, me le quedé viendo y él me sonrió.
- Niall… tenemos muy poco de conocernos… no creo que sea lo más conveniente.
- ¡Vamos, ______! –hizo un puchero, el cual no causó nada en mí- Ya probaste ser mi amiga y no una fan psicópata queriéndose aprovechar de mi castidad.
- ¿Castidad? –dije riendo y él también sonrió.
- Bueno, no pero… vamos… estás sola en tu apartamento, estoy solo en mi casa –dijo preparando un buen argumento-. Conduces hasta la mía o yo hasta la tuya. Es un gastadero de gasolina. Además, la pasas bien conmigo y yo contigo.
- Niall… -no encontraba una buena excusa para decirle que no.
- Tendrás tu propia habitación… podrás decorarla como tú quieras y además, pasas la mayoría del tiempo en el trabajo. Cuando regreses me tendrás aquí para recibirte y no solo a Kennedy.
Torcí la boca tratando de encontrar una excusa pero no se me venía nada a la cabeza.
- ¿Confías tanto en mí, como para dejarme vivir aquí? –pregunté y él me sonrió.
-Sí, no sé por qué… pero eres realmente confiable.
- Gracias –dije con una sonrisa.
- ¿Te mudarás?
- ¿Hay otra opción? –pregunté y él sonrió.
- No –dijo fuerte y claro.
- Entonces, creo… que sí –dije y él levantó las manos en señal de victoria.
- ¡Sí! –dijo emocionado- Presiento que todo esto será genial.
- No te ilusiones –pedí- aún no estoy tan convencida.
- No te arrepentirás.



Estaba en la oficina arreglando una papelería cuando Natalie irrumpe en mi puerta. Estaba pálida y su boca temblaba, me le quedé viendo y ella seguía en shock.
- ¿Pasa algo Natalie? –pregunté.
- Eh… tienes visita –dijo.
- ¿Quién me visita? –pregunté.
- Liam Payne está en el lobby, pidió hablar contigo –dijo sonrojada.
- Oh, vino tu amor platónico –dije y le levanté las cejas-, ¿qué hace aquí? –dije confundida.
- No lo sé, ¿puedo ir a ver, si quieres?
- Ve por él –pedí-, tráelo a mi oficina, no se vaya a perder –dije y ella sonrió.
- Genial, ahora vengo.

Al cabo de medio segundo vi que todos en la oficina se le quedaban viendo y la risa escandalosa de mi amigo no tardó en aparecer.
- ¿En serio? –dijo sorprendido.
- Claro… cuando quieras –dijo Natalie. Él me vio y saludó con la mano, yo le sonreí.
- Aquí está tu visita –informó Natalie- Hasta luego, Liam.
- Adiós Natalie –dijo Liam sonrojado. Ella se fue y me cerró la puerta de mi oficina.
- ¿Qué te trae por aquí Liam? –pregunté dejando de lado mis quehaceres.
- Supe que te mudarías con Niall –dijo levantándome las cejas.
- ¿Crees que está mal? –pregunté torciendo la boca.
- Claro que no –dijo sonriendo- al contrario, creo que le hará bien a él.
- Yo no estoy tan segura, tengo muy poco de conocerlos realmente.
- ______, basta de eso. Creo que te hemos probado que no tienes nada qué temer con nosotros. Cualquiera en tu lugar aceptaría sin dudarlo y tú lo estás desaprovechando, ¿tienes ideas de cuantas fans darían lo que fuera por salir solo un día con él?
- La verdad, no.
- Muchas, tiene muchas más que yo –dijo sorprendido.
- Tú me pareces adorable –dije y él se sonrió- ¿Quién pensaría que sería amiga de un chico que conocí en una cafetería?
- Oh, linda. Gracias –dijo tomando mi mano- A lo que me refiero es a que… es bueno que los dos por fin tengan alguien en quién confiar –yo agaché la mirada- la pregunta es: ¿podemos confiar en ti?
- Claro que sí.
- ¿Lo lastimarás? –preguntó, fue al punto importante. Me sorprendí, pero yo conocía bien la respuesta a esa pregunta.
- Claro que no. Él es una persona magnífica, no podría lastimarlo de ninguna forma y tampoco dejaría que nadie lo tocara.
- Gracias –dijo él sonriéndome- ¿Ya son novios?
- No –dije con seriedad- solo somos amigos.
- ¿No se han dado ni un besito? –preguntó y levantó las cejas.
- No –dije honestamente.
- Bueno, serían una linda pareja –dijo desviando la mirada.
- Gracias –dije encogiéndome de hombros.
- Tienes una asistente muy loca –dijo mirando a Natalie.
- ¿Por qué, qué te dijo?
- Que estaba enamorada de mí y que si no fuera porque está embarazada ya… me haría un hijo –dijo riendo. ¡Qué pena!
- ¡Rayos! –dije apenada- ¡Lo siento tanto, por eso!
- No te preocupes –dijo encogiéndose de hombros- no me molestó solo me sorprendió.
- ¿Te pasa seguido?
- He recibido muchas propuestas –dijo él riendo.
- Es que estás muy guapo la verdad, tienes unos ojos muy bonitos –dije honestamente- Vi fotos de cuando eras más joven y la verdad, a mi parecer eras el más guapo de los cuatro.
- ¡Tengo otra fan! –dijo él y me abrazó. Escuché que tocaron a mi puerta y era mi jefe. Liam inmediatamente se separó de mí.
- Buenas tardes –dijo Dallas.
- Hola –dijimos ambos.
- ¿Quién es este… joven?