Homophobia |Larry Stylinson|

«One Direction está causando un gran revuelo entre sus fans y en el mundo entero, y no es por su música en esta ocasión. Harry Styles, integrante de la boyband del momento, fue captado subiéndose a un avión con destino aún desconocido a pesar de la investigación exhaustiva de los reporteros.
Lo que más llamó la atención fue la expresión de cada uno de los integrantes. A simple vista se veía que eran sentimientos para nada agradables. Tristeza, desesperación, temor…»

Zapping.
«¿Harry Styles ha dejado a One Direction? Pues eso es lo que parece, ya que se fue en un avión sin ellos. Algunas personas que estaban en el lugar aseguraron que inclusive hubo una pequeña riña entre Niall Horan y Louis Tomlinson, otros dos integrantes de…»

Zapping de nuevo.

«Gloria, ¿adónde te fuiste cuando más te necesitaba? ¿Sabes cuánto estoy sufriendo siquiera? Extiendo mis sentimientos al aire y el sentimiento no parece llegar. La luz era como un sueño inexplicable. Tú jamás volverás a…»
Niall gruñó con tristeza mientras apagaba la televisión y lanzaba el control remoto a algún lugar del sillón que ni siquiera le importó mirar. Cerró los ojos con frustración y los sintió arder, maldiciéndose internamente por ser tan débil, tan propenso a sufrir demasiado. De pronto una sofocación lo llevó por leves momentos a perder la locura y a abrir la boca para obtener bocanadas de aire.

A pesar de haber dormido por un buen tiempo, sentía sus párpados pesados y quizá no daba para más. Estaba deprimido, lo sabía. Terriblemente deprimido y desganado, sin nada que hacer más que recostarse y pensar que Harry regresará, trayéndose consigo esa felicidad que le arrancó de manera brusca en el momento en que el de rizos se subió al avión a pesar de sus súplicas.
Claramente había intentado por todos los medios a ayudar para buscar a Styles, pero Perrie le había regañado y le había lanzado un sermón, diciéndole que el color rojo de sus ojos era tremendo a pesar de que no había pasado ni siquiera un día de la partida de Harry; él al principio no le creyó, hasta que la rubia le arrastró hacia el espejo más próximo y Niall podría jurar que, si no fuera porque Zayn gruñó y le pellizcó las mejillas a Perrie, él estuviera atado a la cama obligado a dormir. Aunque no hubo mucha diferencia, tampoco.

Luego de eso les había observado y se dio cuenta de que estaban iguales o peor que él. Perrie ni siquiera se había quitado el poco maquillaje que traía y que se le había corrido cuando lloró al recordar la sonrisa de Harry sonriéndole. Zayn le había consolado y se dedicó a llorar también. Y bueno, él lo presenció y lloró de nuevo, con ellos. Liam bajó, les miró con reproche—aunque Niall vio sus ojos brillantes, como si hubiese llorado antes de bajar—y le ordenó a Niall que fuera a la sala.
Prácticamente tenía prohibido el ayudarles para con el paradero de Harry. ¿Por qué? Porque estuvo a punto de desmayarse, quizá. Por suerte Liam había llegado para sostenerlo o si no hubiesen tenido demasiados problemas. Más de los que tenían.

Por eso estaban ahí. Y Perrie y Zayn afuera, haciendo lo posible, moviendo sus contactos y demás para saber en dónde mierda se había metido Harry. Y él aburrido, gracias, viendo televisión—o al menos fingiendo que lo hacía, mientras detrás de él escuchaba a Liam moverse de un lado a otro, a pasos apresurados; su guardián en turno, quizá. O su niñera, en todo caso, porque el ruido de metales chocando entre sí quería decir que Liam estaba acomodando los trastos sucios después de que la pareja holmesiana se decidiera a salir.

—Esto apesta. —habló en voz baja.
Aunque no lo suficiente como para que Liam, quien sorpresivamente entraba a la sala, le escuchara para luego responderle. El rubio ladeó la cabeza sin mirarlo, sintiendo sus mejillas arder sin razón.
—Deja de ver eso, Niall. No es bueno para ti.

El de ojos azules hizo un mohín tan imperceptible que estaba seguro de que el castaño no pudo observar su cara de frustración al escuchar sus palabras, ni los sentimientos que despertaron en él a tan pocos segundos de ser pronunciadas. Niall se sorprendió a sí mismo preguntándose el si en verdad a Liam le importaba el hecho de que Harry se había alejado de ellos. Si bien le había escuchado llorar o jadear un par de veces en lo que iba del día, su mirada algo distante y hasta cierto punto dura le hacía dudar de tales acciones.
Mas no dijo nada, sintiendo de nuevo sus lágrimas acumularse en sus ojos, preguntándose por primera vez hasta qué punto dejarían de aparecer de la nada.

—Niall, mira…—la voz ronca de Liam le llamó, arrastrando las palabras y perforando los oídos del aludido.
—Quiero a Harry aquí, con nosotros. —murmuró con pánico. El castaño se alimentó con la imagen de un Niall comportándose como un niño—. Quiero que regrese. Quiero… quiero que Louis vuelva a ser el mismo de siempre.
—Louis siempre fue así, simplemente lo ocultó—le interrumpió Liam.

Niall entró en un trance por las palabras de su compañero, pero enseguida salió de éste en cuanto Liam posó su mano grande y cálida en su rodilla izquierda.

—Eso no es cierto. Él y Harry se quieren.
El castaño de pronto sintió un deje de dolor en su corazón, tan leve e insignificante que incluso se interrogó el hecho de que estaba ahí. Lo pasó por alto cuando una ola de furia le recorrió de los pies a la cabeza, incapaz de medir sus palabras. Sus labios se movían solos y sus cuerdas vocales producían voces que ni él mismo reconocía.

—Joder, Niall, eso no es… Mira, lo que vamos a hacer es-
Niall sintió una tristeza indescriptible en el momento en que se dio cuenta de que probablemente Liam ya no lucharía por buscar a Harry. Esa simple idea de echar todo a la borda hizo que una lágrima pequeña rodara por su mejilla y el pánico se apoderara de él.
—¡Quiero que Harry regrese, Liam!

Un estrés temeroso llenó cada espacio del cuerpo del castaño, quien gruñó siendo escuchado por Niall, cerrando los ojos de golpe y poniendo una de sus manos en puño. La mano que estaba sobre la rodilla de Niall le apretó fuertemente, y éste gimió de dolor, siendo ignorado completamente.

—¡Maldición, Niall! ¡Entiende de una vez que Harry jamás va a regresar!

Cuando Liam vio los ojos llorosos del rubio, se maldijo por hacerle ver la posible realidad de esa manera.